Consejo Editorial
contenido
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04
Mateo Manaure
Mancheta y demás
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08
Amigos y rivales
La voz de Alejandrina Martínez
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11
El escarabajo de Lennon
De Guaicaipuro a Robert Serra
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19
Yerbas vs. Laboratorios
Olor de madre
20
22
Colaboran en esta edición
Sibaritas y pelabolas
Cine y televisión
Impresión
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26
El café se toma en serio
“El ermitaño del reloj”, de Teresa de la Parra
31
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Jorge Rodríguez Gómez Freddy Ñáñez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla
Directora
Mercedes Chacín
Editor Jefe
Carlos Cova
DirecTORa de Arte
Edarlys Rodríguez
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
Asdrúbal Briceño
Asesor Editorial
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Redacción
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Ilustrador
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Fotógrafos
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Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas "c", piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales
Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.
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PERFIL
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Mateo Manaure: historia viva a todo color El pintor nacido en Monagas está dando qué hablar desde los años 40 del siglo pasado, cuando ganó el Premio Nacional de Artes Plásticas, y sigue presente con obras como el kilométrico mural Uracoa, en la trinchera de la avenida Libertador. En la Ciudad Universitaria hay 26 trabajos suyos, incluyendo el plumaje (de guacamaya, según los críticos) que exhibe el Hospital Clínico POR Clodovaldo Hernández ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
Cuando se pararon frente al futuro Hospital Clínico Universitario, el arquitecto Carlos Raúl Villanueva le dijo a Mateo Manaure: “¡Destrúyeme eso!”. Confundido, Manaure preguntó por qué le pedía que destruyera una de sus obras y Villanueva negó la paternidad del edificio. “Eso no es mío, eso es de (Edgar) Pardo Stolk, que hizo ese mamotreto… ¡destrúyelo con color!”. El pintor, nacido en Uracoa, estado Monagas, en 1926, se puso a trabajar y creó la Policromía, transformando al hospital en un mural. “Fue muy polémico, le cayeron encima, decían que parecía una guacamaya”, cuenta Manaure, como si aquello hubiese ocurrido el mes pasado y no hace más de seis décadas.
de Caracas (actual Escuela Técnica de Artes Visuales Cristóbal Rojas), ganó el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1947, con apenas 21 años. Luego viajó a París a proseguir su formación y a entrar en contacto con la élite de la pintura mundial, sobre todo con la de su tendencia: la abstracción geométrica. Al regresar participó en varias de las más importantes iniciativas de la plástica nacional de mediados del siglo XX, entre ellas el Taller Libre de Arte, el grupo Los Disidentes y la Galería Cuatro Muros. En esos movimientos, su nombre apareció al lado de otras luminarias como Aimée Battistini, Alejandro Otero, Pascual Navarro y Carlos González Bogen.
Manaure practicó una búsqueda intensa, que incluyó lo figurativo, con las obras Suelos de mi tierra. También experimentó con composiciones fotográficas a las que bautizó Sobremontajes. Por esa vía rozó la corriente surrealista. No obstante, su pasión por la abstracción geométrica demostró ser la dominante y, para mediados de Manaure realizó otras 25 obras para el campus de la Universidad los años 70, retornó a ella con la exposición “Columnas policromaCentral de Venezuela que, como se sabe, es Patrimonio Cultural de das” en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. la Humanidad. “Me he sentido a gusto dándole una evolución permanente a esa Los trazos del artista monaguense también forman parte de la his- temática a través del color, de la forma y también del concepto de toria cromática del resto de la ciudad desde hace muchos años en lo vertical como elemento dominante”, comentó el artista. la parroquia 23 de Enero y en el edificio de Petróleos de Venezuela, y más recientemente con el mural de tres kilómetros (titulado Ura- El nombre de Mateo Manaure ha sido dado al museo de Maturín, coa, en honor a su terruño) que ha convertido a la trinchera de la en un acto que propios y extraños consideran muy justo. “Se trata de un orgullo de Monagas que merece más que este reconocimienavenida Libertador en una genuina galería vial. to. A pesar de haber ganado galardones nacionales e internacionaManaure, quien acaba de cumplir 88 años, es historia viva y colo- les, volvió a Uracoa y nos llenó de espiritualidad y de arte”, afirmó rida del arte. Formado en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas su paisano, el intelectual Miguel Mendoza Barreto. Los especialistas que han analizado la Ciudad Universitaria en forma global afirman que con la obra de Manaure, Villanueva —que era un verdadero genio— logró que el edificio del Clínico se integrara al conjunto, pues sin ella desentonaba.
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el menjurJe
LA JUVENIL ESTá EN EUROPa Desde el pasado viernes, y hasta el 17 de noviembre, la Sinfónica Juvenil de Caracas estará de gira por Europa: Zúrich, Hamburgo, París, Zagreb, Budapest, Viena y Gotemburgo. El periplo contempla siete conciertos y la participación de los doscientos músicos en actividades educativas con niños y jóvenes que pertenecen a modelos inspirados en El Sistema. Mantente informado a través de www. fundamusical.org.ve, la cuenta Twitter @elsistema o la cuenta de Instragram: fundamusicalbolivar.
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BALLET Ya están a la venta las entradas para la 19na temporada del ballet El Cascanueces. La coreografía del maestro Vicente Nebrada se ha convertido en uno de los espectáculos más vistos en el país, agotando cada una de las funciones durante 18 temporadas consecutivas. No esperes más y busca la tuya.
La famosa cantante lírica Serap Ciftci, de la República de Turquía, ofrecerá un recital el próximo viernes a las 6 pm en el Teatro Municipal de Caracas.
Documentales venezolanos
Las funciones serán los días viernes 12 a las 7 pm, sábado 13 y domingo 14 a las 11 am y 4 pm. Los boletos para este clásico navideño los puedes conseguir en www.teatroteresacarreno.gob.ve y en las taquillas del teatro. El costo oscila entre Bs. 100 y 400 para adultos y mitad de precio para niños y tercera edad.
Que las agencias bancarias establezcan límites bajos para el cobro de cheques.
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Mantequilla Caracas «
Caracas, 2 de noviembre de 2014.
Hoy termina el Encuentro Nacional de Documentalistas, que desde el 27 de octubre ha presentado 63 documentales de realizadores venezolanos en las salas Cinemateca del Museo de Bellas Artes, Antonieta Colón, Aquiles Nazoa, Manuela Sáenz y Margot Benacerraf. Los organizadores se han propuesto la conformación del gremio de documentalistas y la consolidación de un conjunto de propuestas que serán llevadas al Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), institución que apoya el evento.
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CIUDAD
amigos y rivales: caracasmagallanes desde 1946 se han encontrado en el terreno de juego y sus fanaticadas los siguen año tras año. es que la sensación de ver perder a tu contrincante es única e inigualable mientras la pasas de pinga POR kay yam hung FOTOGRAFÍAs jonathan mendoza
Caracas, 2 de noviembre de 2014.
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Minutos antes de dar el play ball
Venezuela, albores de la segunda mitad de siglo XX. La emoción del beisbol se siente en cada temporada y los partidos entre los que más tarde serían los eternos rivales habrán de ser los más esperados luego de su primer encuentro en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional: el jueves 24 de enero de 1946 en el estadio Cerveza Caracas de San Agustín. Caracas, siglo XXI. Los alrededores del Estadio Universitario son un estacionamiento por las largas colas que se hacen. Tanto los magallaneros como los caraquistas quieren asistir al partido. Nos encontramos en Los Chaguaramos y, como ya va a comenzar, decidimos caminar desde ahí. No somos los únicos. Muchos de los fanáticos, desesperados por llegar, hacen lo mismo mientras llevan con orgullo sus banderas, camisas, gorras y todo lo que pueda identificarlos con su equipo. Adentro, la fanaticada comienza a ubicarse, no sin antes llenar su vaso con unas tres frías (25 bolívares cada una y la jarrita 35) o comerse algo, desde una bala fría hasta un plato de sushi. Hay variedad en el menú. Las más solicitados son las hamburguesas, que oscilan entre 200 y 300 bolívares.
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Nuevas tiendas oficiales
ellas grita duro, tal vez te lleves una. En esta era interactiva puedes figurar más y que todos los presentes te vean. Al subir una foto en las redes sociales con el hashtag #selfieleones, esta será exhibida en la pantalla grande, o también ser una de las parejas que enfoquen para que se dé un besito (mosca si vas con alguien que no te guste, te tocará darle su beso). Por supuesto, no pueden faltar las bombas sexis que Apenas entras al estadio sientes la emoción. van con tacones, mostrando el ombligo y las Un integrante del protocolo te ubica en tu “pechonalidades” que les dio la “naturaleza”: puesto. Nunca falta aquel que te lo va calen- es que son un blanco fácil de las cámaras. tando, pero como todo es gozadera y jodeEn mi experiencia no importa quién vaya dera, se van sin ningún problema. ganando o perdiendo, lo mejor es la intensiDurante los primeros innings lo que más ha- dad que se siente en los últimos momentos. cen es comer, beber y tomarse fotos. Todos Cuando los Leones batean, los fanáticos del caminan de un lado a otro, y los animadores Magallanes cruzan las dedos ligando por un de los melenudos pasean a las cheerleaders en ponche. Cuando son los Navegantes quiebusca de algún chamo en el público para po- nes batean, los melenudos piden un milanerlo a bailar en el entretiempo a un lado del gro para que no metan ni una carrera. campo. Obviamente los hombres lo único que hacen es ver las mínimas faldas de las porristas En esta ocasión va ganando Magallanes y el señor de al lado celebra; me abraza y me y no el baile sin ritmo del muchacho. dice: “No te pongas triste, gatita, que igual El espectáculo continúa. Van por cada tri- van a perder”. Imagínenselo: dando una buna a ver cuál es la más alegre de todas y la vuelta mientras movía las manos de un lado ganadora es la que recibe un bombardeo de a otro y gritaba, a todo pulmón: “Eeeeeecamisas; así que ya sabes, si estás en una de hhhhh Magallanes, uuuuuhhhhh”. “No traje camisa, pero esta cola está muy larga”, nos comenta una seguidora de los Navegantes mientras sale de la cola para comprar en la tienda oficial del equipo. Esto es una novedad para este año, porque normalmente lo que se conseguía eran copias en las afueras. Las camisas cuestan Bs. 1.500, las chaquetas Bs. 4.500 y las gorras Bs. 1.250.
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Alegría en las tribunas
En el campo de juego los eternos rivales
En EStA oCASIÓn LoS BUCAnERoS VAn gAnAnDo y EL SEÑoR QUE tEnIA AL LADo EStABA CELEBRAnDo; mE ABRAzABA y mE DECÍA: “no tE PongAS tRIStE gAtItA QUE IgUAL VAn A PERDER” — Octavo inning y comienzan las olas en el estadio. En las tribunas es una ola sana, pero cuando pasa por las gradas, ¡madre mía! Lo que ves a distancia es cómo lanzan vasos, cerveza, papeles, todo lo que se consigan a la mano. Definitivamente esa es una crónica pendiente, viviendo el juego allá. En su casa, los Leones perdieron, una derrota que hizo que muchos se fueran antes de terminar el último inning. Pero aún quedan juegos entre los eternos rivales. Apenas van tres. Pendiente de las fechas para que vivas esta experiencia. Juego 4: Navegantes vs. Leones (Caracas), jueves 06/11. Juego 5: Leones vs. Navegantes (Valencia), viernes 07/11. Juego 6:
Leones vs. Navegantes (Valencia), viernes 14/11. Juego 7: Leones vs. Navegantes (Valencia), jueves 20/11. Juego 8: Navegantes vs. Leones (Caracas), sábado 13/12. Juego 9: Leones vs. Navegantes (Valencia), sábado 27/12.
Debido al alto número de abonados que tienen los Leones (entre 7.000 y 7.500), es baja la cantidad de boletos que se pueden adquirir en las taquillas. Por eso te toca madrugar y estar unas tres horas antes de abrir la taquilla donde venden las entradas, más o menos a las 6 am. Te recomiendo que vayas preparado con bebida y comida porque la cola no va a estar fácil. Y es que la diferencia de precios es... ¡impresionante!
Todo depende de la zona en que te ubiques: palco de terreno, Bs. 305; palco central, Bs. 285; palco central 2, Bs. 275; sillas centrales inferiores, Bs. 240; terreno lateral, Bs. 240; sillas centrales superiores, Bs. 194; palco, Bs. 185; zona 1, Bs. 115; zona 2, Bs. 100; zona 3 (ampliación), Bs. 60; zona no tE QUEDES 3 (estudiantes), Bs. 30; pesronas con disComo LA gUAyABERA Presta mucha atención para que consigas tus capacidad (localidad no numerada), Bs. entradas. Hay tres formas. La primera, la más 57,50; gradas, Bs. 45; gradas (estudiantes), fácil, si compraste el abonado, consiste en in- Bs 22,50. ¿Qué tal? gresar al portal del club, www.leones.com, como usuario registrado y seguir las instruc- Madruga y haz tu colita, pídele el abonado ciones. Otra es que te atraquen los revende- a alguien o... pero sea como sea, ve a uno dores. A Eduardo Pacheco se las vendieron en de estos juegos. Desahógate diciendo lo que 1.200 bolos el mismo día del juego. Si tienes sientes por el magallenero o el caraquista, muchas ganas de ir y no te sobra la plata, como porque siempre serán los eternos rivales, a la mayoría, te toca la tercera opción, la difícil. para tristeza de las demás fanaticadas.
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MÚSICA
Alejandrina martínez “lA voz recia del canto” forma parte de un selecto grupo de mujeres que han tomado el poder y ocupan un espacio propio en el golpe tuyero o joropo central texto y foto ángel méndez
“Mire, periodista. Es que si yo me pongo a contarle cómo fue mi niñez…”. —¿En el pueblo de Santa Lucía?
—Más que Santa Lucía, en Santa Rosalía. Ese caserío ha crecido con el tiempo, pero sigue siendo caserío. Un pueblo chiquito. Allí me crié junto a mis hermanos. Venimos de abajo, muy abajo. Somos campesinos de verdad, de los que sudaban la gota gorda recogiendo la cosecha para recibir un pago mínimo. —¿Cuántos son ustedes?
—Somos 14 hermanos. Todos de mamá y papá, que yo sepa. —¡Carajo, Alejandrina!, disculpa, pero… ¿No había televisión?
—Aunque usted no lo crea, jeje… allí no se conocía ese aparato. Somos gente trabajadora. En los ratos libres no había mucho que hacer… Le cuento que la primera vez que escuché música fue a través de un radiecito de baterías que compró mi papá… Eso fue después de los 14 muchachos. —¿Y de dónde te salió eso de cantar música recia?
—Creo que nací con ese don. No ha sido fácil, porque es un género calificado “solo para hombres”, pero yo soy más difícil que muñeco porfiao. Una tiene que lograr las cosas; hacer lo que nos gusta. Por otra parte, las oportunidades llegaron solitas, sin que yo las llamara. A mí me gustaba cantar y a los demás les gustaba oírme. No me daba pena.
SEXO DÉBIL… ¡Sí, LUIS…!
Es probable que uno haya visto demasiadas películas mexicanas, porque los manitos Edición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
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09 fueron recurrentes en eso de retratar la tristeza del campo. Hasta se apropiaron de Doña Bárbara para describir el entorno. Me detengo a pensar en Juan Rulfo y asiento que sigue vigente Pedro Páramo. Se me ocurre una foto de Alejandrina Martínez Méndez con su legión de hermanos mirando hacia alguna parte en El Peñón de las ánimas… ¡Allá va Aleja con su saco de maíz a cuestas, escuchando a los copleros en el radiecito rojo que le regaló su papá. La cosecha de maíz… la cosecha de tomate… es chiquita y delgadita, pero cuatriboleá! …la tierra te quita, te quita y te da… Un alto en el camino y ella aprovecha para suavizar la tarde… Algún Juan Primito sacude las maracas y el arpa de Yustardi Laza suelta el sonido represado entre ese montón de cuerdas… es un canto asentadido, sin mucho polvo, como el lamento o el reclamo que se expande por el campo. Más que canto, un gemido de crónicas interesantes. No puedo seguir callada, tengo que hablar [con mi esposo, porque tú estás fastidioso y ya me tienes [cansada. No puedo seguir callada, tengo que hablar [con mi esposo, porque tú estás fastidioso y ya me tienes [cansada. No me hagas más llamadas, no quiero que [me persigas, cómo quieres que te diga, soy una mujer [casada. Yo estoy dedicada tan solo a mi esposo, no seas fastidioso, soy una mujer casada. Yo estoy dedicada tan solo a mi esposo, no seas fastidioso, soy una mujer casada.
¡Allá va Aleja con su saco de maíz a cuestas, escuchando a los copleros en el radiecito rojo que le regaló su papá. La cosecha de maíz… la cosecha de tomate… es chiquita y delgadita, pero cuatriboleá! — guardaba en los fustanes y cuando regresaba de recoger la cosecha, con mi papá y mis hermanos, hacíamos un alto, bajábamos la carga y poníamos el radiecito; yo sacaba las “maracas” y me ponía a cantar. Esos fueron los comienzos… bien chiquita. La gran fiesta en la casa de Alejandrina se formó cuando un tío llegó con un picó, de esos Telefunken, bien grandote. Ese día conoció la voz de Pancho Prin, Margarito Aristiguieta, Arístides Villamizar y el joven Montoya. ¡Buena sampablera se formó ese día! —¿Recuerdas tu primera vez en la radio?
—Yo recuerdo la primera vez de todo lo que he hecho… Lo de la radio fue a los 15 años, en Radio Valles del Tuy, en el programa Acuarela musical, que conducía César Leal. —¿Tu primer baile?
—En forma, en forma… fue en Santa Rita, con Máximo Bogado. Allí canté al lado de don Margarito Aristiguieta. —¿El primer pago?
—Cosas que le pasan a una… Cuando se canta, se improvisa y salen versos. En ocasiones se aprovecha para hablar con alguien en especial. Las coplas salen solitas y allí está la habilidad del cantante.
—Creo que fue allí mismo. No fue mucho, porque la gente sabía que me gustaba cantar y yo no aguantaba dos pedidas, como dicen ahora. Fíjate que estuve cantando como cuatro años en las fiestas de Charallave y nunca me pagaron nada. Hoy sí cobro mi platica, porque me buscan y ya me he cotizado. De doscientos y trescientos simones de aquella época pasamos a los veinticinco mil y tantos… El canto ha dado para mantener la familia.
—Eso de cantar y sonar las maracas no es nada fácil
—¿Tienes también un muchachero?
—Toco las maracas desde que tenía cuatro años de edad. Las construía con botellitas de plástico y le metía piedritas. Me las
—Yo no salí a mi papá en eso. Solo tres hembras y un varón. Elizabeth y Yeli, que cantan y bailan. Me acompañan a los toques.
—¿de dónde sale tanta letra?
Caracas, 2 de noviembre de 2014.
“La voz recia del canto”. Así fue bautizada Alejandrina Martínez Méndez, nacida un 28 de mayo de 1963 “en el monte”, como ella dice. Arando la tierra, cortando gamelote con un machete amellado, instrumento que más tarde cambiaría por un micrófono para alegrar al público. Da gracias al Creador por su suerte y surgen los nombres de William Andrade y su compadre Yustardi Laza. “Esos dos señores han sido los grandes soportes de mi carrera porque, ya te digo, no ha sido fácil lidiar con mis compañeros. La mayoría de los hombres se creen dueños del golpe tuyero, y eso no es así. Hay un grupo de mujeres que ha venido luchando, no por igualarlos sino por ocupar el puesto que nos corresponde. Nosotras existimos y eso lo tienen que reconocer”. Las mujeres al poder es el título de un CD donde ocho damas ofrecen lo mejor de su canto. Allí figuran los nombres de Gaby Duarte “La Faraona”, prima y comadre de Alejandrina, compañera de baile y de farra por 32 años; Elizabeth Belizario “La Flor de Santa Lucía”, hija de Alejandrina; Celestina Díaz “La Dama del Canto”; Ana Oropeza “La Gabancita”; Yelitza Parra, Rosita Román, Míriam Bolívar y la propia Alejandrina, acompañadas por el arpa de Yustardi Laza, quien además es el dueño de la música, arreglista de todas las piezas y también compositor de algunas, entre ellas “Soy una mujer casada” y “Ya no quiero ser tu amante”, cantadas por Alejandrina Martínez. —Aleja, ¿hay algo de cierto en esas canciones?
—¡Deje de estar averiguando y disfrute la música… ya le dije todo… jeje! Edición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
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MITOS
EL ESCARABAJO LENNON POR KAY YAM HUNG ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
Aquel británico con gafas redondas llamado John Lennon durante años estudió Bellas Artes en su ciudad natal, Liverpool. A los 15 tomó la decisión de irse por el mundo de la música en vez del arte; nunca llegó a imaginar que esa decisión marcaría un antes y un después en la historia de la música.
Ese mismo año John se casó con Cynthia Powell, quien estaba embarazada, en el registro civil de Mount Pleasant. El 4 de septiembre grabaron su primer tema: “Love me do”. El 11 de enero de 1963 debutaron para la TV en el programa de la BBC Thank you, lucky stars y al día siguiente se editaron sus siguientes sencillos: “Please, please me” La fama no llegó de buenas a primeras. En y “Ask me why”. El 8 de abril del mismo año el camino tuvo tropiezos y tiempos difí- nació su primer hijo: John Charles Julian ciles. Su primer grupo aficionado fue The Lennon. Quarrymen, en el que tuvo tiempo para aprender los ritmos de rock and roll. Luego, Los Beatles eran diferentes en su vestimenen 1956, su pasión por la música fue com- ta, cabello, ideas y estilo, lo que hizo que partida por un muchacho al que conoció, poco a poco subieran como la espuma, James Paul McCartney. Juntos componían hasta el punto que la reina de Inglaterra los las letras de sus primeros grupos: Johnny condecoró con la medalla Miembros de la and the Moondogs y The Nurk Twins. Orden del Imperio Británico. De ahí nace la célebre frase de John: “Somos más famosos A comienzos de la década de los 60 nació que Jesucristo”. Estando en la cúspide de su Long John and the Silver Beatles, reduci- fama conoció a la artista Yoko Ono. Lo que do luego a The Silver Beatles y, finalmen- no sabía para ese momento es que ella sería te, The Beatles, que significa escarabajo (el su compañera hasta su último día de vida. nombre se debe a un juego de palabras de Después de divorciase de Cynthia, se casó John). Después de que el grupo participara con la japonesa. haciendo el coro en el sencillo “My Bonnie” de Tony Sheridan, el dueño de una tienda En 1970 se produce la disolución de Los de discos, Brian Epstein, se ofreció para Beatles. Con la muerte de Brian Epstein, ser su representante. En el año 62 firmaron su manager, comenzaron a surgir problecontrato por cinco años con la compañía mas entre los músicos: de grabaciones, legales, desconfianza y el individualismo de discográfica EMI.
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Caracas, 2 de noviembre de 2014.
los integrantes, en especial de Lennon y de McCartney. Cargado de rebeldía e ingenio mordaz, John se convirtió en un activista por la paz. Muchas de sus canciones fueron adoptadas como himnos de distintos movimientos contra la guerra y participó en diversas revoluciones pacifistas junto con su esposa. En 1975 nació Sean Ono Lennon, lo que hizo que el cantante se alejara del público para criar a su hijo.
ADIÓS A UN BEATLE
El 7 de diciembre de 1980 Lennon le firmó una copia del álbum Double fantasy a Mark David Chapman, sin saber que al día siguiente este fan le quitaría la vida tras darle cinco disparos por la espalda. Dicen que sus últimas palabras fueron: “¡Me han disparado, me han disparado!”, cuando era trasladado al hospital Roosevelt. Faltaban pocos minutos para la medianoche cuando las estaciones de radio y TV empezaron a difundir la noticia. La gente, sin poder creerlo, salió espontáneamente a la calle. Colocaron pétalos de rosas sobre las manchas de sangre y entonaron “Give peace a chance”. No hubo funeral público. Solo diez minutos de meditación silenciosa.
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MIRADAS
DE GUAICAIPURO A ROBERT SERRA EL ASESINATO POLÍTICO EN VENEZUELA HA TENIDO SUS VARIANTES: DESDE UN MAGNICIDIO EN 1950, PASANDO POR EL EXTERMINIO DE LOS LÍDERES DE IZQUIERDA EN LOS 60 Y 70, HASTA LOS ATENTADOS CONTRA REPRESENTANTES DEL CHAVISMO EN LA ACTUALIDAD POR ERNESTO J. NAVARRO @ERNESTOJNAVARRO ILUSTRACIONES JESSICA MENA
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4 octubre de 1982. Cuerpos de seguridad del Estado se aprontan, se arman como para la guerra. Han organizado durante meses una “operación militar contrainsurgente”. El despliegue no escatimó recursos: 400 efectivos de las Fuerzas Armadas, funcionarios de la Dirección General de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) y aviones Camberra y Bronco de la Fuerza Aérea.
nos para fomentar rechazo hacia los grupos guerrilleros. “Solo después de aislarlos, los guerrilleros debían sufrir el acoso militar de la contrainsurgencia”, escribió el periodista Domingo Alberto Rangel en un artículo titulado: “Cuando la democracia también mata”.
Veinte años después asumirá el gobierno del país “más democrático del mundo” Ronald Reagan. Al decir de Facundo Cabral, el Sobre el punto acordado, una zona conocida actor gobernará una nación donde se “puecomo Los Changurriales de Morocho Evans, de ser un mal actor y un mal presidente al sector cercano a la población de Cantaura, los mismo tiempo”. aviones de combate zumbaron su estertor en un vuelo rasante. No hubo advertencias ni pe- El ex cowboy de las películas desenfunda, didos de rendición. Dejaron caer un racimo de esta vez, una nueva receta geoestratégica: bombas que estremecieron la tierra y el cielo al “Al foco guerrillero hay que exterminarlo, mismo tiempo. Los estallidos servirían como aun cuando se trate de manifestaciones señal para que un grupo comando de la Di- embrionarias”. sip rodeara la zona y descargara interminables ráfagas de metralla contra los miembros del ¿Eso qué quiere decir? Domingo Alberto Rangel lo traduciría así: “Una guerrilla que Frente Américo Silva. se arraiga o se mantiene, resulta indestrucDispararon a discreción. Algunos heridos por tible. Proceder sin contemplaciones en el las bombas o los primeros disparos termina- primer momento ahorrará esfuerzos estérirían siendo rematados sin mediar clemencias. les más tarde”. Vivíamos el esplendor del puntofijismo y esos eran sus métodos. El saldo: 23 jóvenes caídos a Para cuando se produce la cobarde masacre de Cantaura, la política Reagan sobre el excuenta del gobierno “social cristiano”. terminio de los focos guerrilleros o enemiNo cabía espacio para el asombro. La actua- gos políticos había dejado en el olvido a la ción militar en Cantaura obedecía a un es- de JFK. Y para complacencia de los adulaquema represivo que Estados Unidos enseñó dores, Cantaura resultó el primer escenario en su órgano instructor de dictadores: la Es- donde se aplicó la “receta Reagan”. cuela de las Américas. Allí, nuestros militares y los de todo el continente aprendieron a Pero este no fue el primero, solo uno más operar contra sus pueblos como se si tratase en la larga lista de crímenes políticos comede un ejército enemigo. Para la Casa Blanca, tidos en Venezuela. Unos se equilibran en los “gendarmes necesarios” eran parte de su la balanza de la justicia; otros, como los 400 política exterior, destinada a defender lo que campesinos asesinados por defender la Ley de Tierras, no tienen medios dónde apaconsideran “sus intereses”. recer ni discurso que los recuerde. Mucho menos acusados, investigados o detenidos. A LA CARTA Estamos al inicio de la década de los 60. Re- Eso sí, tienen quien los llore. cién se instala el gobierno del demócrata John Fitzgerald Kennedy (1960-1963). En su ges- SIN CULPABLES tión las operaciones de contrainsurgencia di- La mayoría de los crímenes por motivarigen sus estrategias a “minimizar los apoyos ciones políticas en el país se registran dusociales que los guerrilleros despertaban en rante el período de la democracia formal o sus zonas de acción”. puntofijismo (1959-1999). Fabricio Ojeda, Alberto Lovera y Jorge Rodríguez (padre) Los ejércitos y las policías de América Lati- son quizá los más conocidos, pero la lista na operaban en los asentamientos campesi- es una letanía. Edición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
Caracas, 2 de noviembre de 2014.
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El actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, asegura que son poco más de 3.000 los asesinatos políticos en la Cuarta República.
líder de una nación porque lo puedan considerar oprobioso. Pero no todos son iguales. “No es lo mismo, por ejemplo, el asesinato del dictador Anastasio Somoza a las prácticas paramilitares aplicadas en Colombia y CentroaJosé Vicente Rangel, por ejemplo, fue elegi- mérica, donde se extermina, indiscriminadado diputado al Congreso durante cinco pe- mente, a la población civil”. ríodos consecutivos. Investigó y denunció los crímenes cometidos como política de ¿QUIÉNES LOS COMETEN? Estado. Él era, quizá, una de las pocas voces En el país y en América Latina, a juzgar por que cuestionaba la institucionalidad desde los datos históricos, los asesinatos políticos el vientre de la bestia. De su experiencia en han estado destinados, casi con exclusiviesos años ha dicho esto: dad, a los líderes políticos de la izquierda revolucionaria. “…cuando hice denuncias e investigué los crímenes cometidos por los gobiernos de la Estos asesinatos, en opinión de Andrés IV República, nunca sus voceros las acep- Antillano, son cometidos como políticas taron, pese a las pruebas contundentes que de exterminio de dirigentes sociales por existían. Miles de casos de desaparecidos, parte de los grupos de poder, básicamente muertos en la tortura, fusilados, siempre los de derecha, y responden a la estructura sovoceros oficialistas los presentaron como cial de los que detentan el poder político, consecuencia de luchas internas, venganzas las oligarquías. personales o versiones destinadas a perjudicar a los organismos de seguridad. Más VENEZUELA 2014 de uno se burló de las denuncias que luego En Venezuela hay episodios que van desresultaron ciertas (…) En fin, toda una his- de el atentado a Carlos Delgado Chalbaud toria de infamias que ahora pretenden ree- (único magnicidio registrado en este país) ditar los herederos de aquella oscura etapa hasta el exterminio de la dirigencia política de nuestra historia republicana”. de izquierda en los años 60.
ASESINATO POLÍTICO: UN OBJETIVO
Ahora bien, el crimen contra el diputado socialista Robert Serra hace que Antillano La historia de la humanidad está plagada de apunte un cambio dramático en la ejecución de estos actos. asesinatos políticos. Andrés Antillano, quien es profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y especialista en Criminología, nos recuerda que la Primera Guerra Mundial tuvo su origen en un asesinato político, cuando Gavrilo Princip, un nacionalista serbio, acabó con la vida del archiduque del Imperio Austro-Húngaro en Bosnia.
“Creo que hay un cambio de patrón, no solo en Venezuela, y este cambio está asociado directamente al fenómeno del paramilitarismo”.
El asesinato político, en cualquier parte del mundo, siempre mostró un elemento importante y era la reivindicación del hecho. Sobre todo cuando se cometía contra un integrante del statu quo. “Y era importante reivindicar la “Los asesinatos políticos existen desde operación, porque justamente formaba parte hace muchísimo tiempo. Ha sido una he- de una retórica, de una narrativa, de un disrramienta para eliminar adversarios, con- curso político”, señala Andrés Antillano. seguir ventajas políticas determinadas o mandar una señal a grupos específicos o a Ofreciendo detalles del caso Serra, el presidente Nicolás Maduro expresaba su sela sociedad entera”. guridad de que “el asesinato de nuestro joQuizá los más emblemáticos sean los magni- ven mártir” formaba parte de una cadena cidios, cuando el hecho se comete contra un de eventos similares para llevar al pueblo Caracas, 2 de noviembre de 2014.
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14 al límite de su tolerancia y desencadenar lo que, en términos de la inteligencia estadounidense, se llama “pelea de perros”. Antillano coincide. Es un accionar propio de grupos de la derecha reaccionaria. “Se trata de ejecuciones que no son reivindicadas y que hacen un despliegue de crueldad, de sadismo extremo. Pero a pesar de no ser revindicadas, sí envían un mensaje claro a la población”. Se utilizan bandas paramilitares con amplia capacidad de logística. No son simples rateros. Con frecuencia, dice, se logra detener a los niveles más bajos de la banda, pero resulta muy difícil llegar a los autores intelectuales.
INDÍGENAS EN LA MIRA
Vamos más atrás, a 1492. Los españoles que invadieron Venezuela entendieron de inmediato. No dominarían a sus anchas sin antes acabar con la resistencia. El mensaje a los que se oponían debía ser contundente. Guaicaipuro, gran jefe de los pueblos originarios de nuestro territorio, había cometido un pecado gravísimo a los ojos de Dios, o el rey de España —que, como se creía elegido divino, suponía que eran la misma cosa—: ese pecado fue defenderse. El cacique dirigió con magistral ingenio a las diferentes tribus aliadas que pusieron el pecho desnudo ante el invasor europeo. Los venció en 1560 cuando los desterró de las minas de oro. Atacó, persiguió hasta Macuto y derrotó a Francisco Fajardo en 1561. Para 1562 Guaicaipuro controlaba el territorio de los pueblos de los Teques y los Caracas, a los que libró del dominio español. Cinco años le costó al invasor Diego de Losada poder derrotar en una batalla a Guaicaipuro y fundar la ciudad de Caracas. Como diría el historiador Arturo Uslar Pietri, “un día que no conocemos” de 1567. No obstante esa victoria circunstancial, de Losada entendía que mientras viviera Guaicaipuro, España no dominaría el valle de los Caracas. Así que ordenó su asesinato “a como diera lugar”. Edición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
recuperar la tierra que les pertenece. En agosto de 2008 el presidente Chávez instó a demarcar las tierras y proteger a la comunidad yukpa. “Espero que yo no tenga que irme para allá. Espero que el ministro del Interior y las autoridades a las que he remiContarían los atacantes a sus jefes que el tido solucionen el problema”. gran cacique les gritaba: “¡Matadme, aquí me tenéis, matadme para que con mi muer- En el fragor de la lucha advirtió su muerte, te os libréis del temor que siempre os ha dijo que lo perseguían por negarse a callar. Al igual que Guaicaipuro, sabía de su rescausado Guaicaipuro!”. ponsabilidad histórica: “A mí me persiguen Y la historia dio una vuelta de tuerca: 446 porque soy muy fuerte. Los otros caciques años más tarde, un día 3, pero de marzo, fuertes ya han muerto. No soy fuerte para una emboscada miserable sorprende al ca- pelear a fuerza de plomo sino a fuerza de cique yukpa Sabino Romero y a tiros inten- palabra. Me amenazan los ganaderos y los tan rendir al pueblo indígena que, al igual terratenientes que no quieren irse de nuesque sus ancestros, defiende su tierra y sus tro territorio”. recursos para vivir. Únicamente a tiros, y muerto, intentaron Los yukpas de la sierra de Perijá no bajaron hacer callar a un símbolo de la resistencia los brazos nunca y siguieron luchando para indígena de nuestro país. Se cuenta que entre el 3 y el 4 de noviembre de 1568, Guaicaipuro dormía cuando fue emboscado por los españoles. Aun así, los enfrentó con la espada que había obtenido en batalla contra Fajardo.
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15 Impotente, el tirador muestra una granada para forzar la salida del funcionario del auto blindado. Iracundo descuida su espalda. De las sombras surge un escolta que neutraliza a quien dispara. El funcionario, con el volante en las manos y el corazón en la garganta, puede reaccionar y acelera el vehículo blindado contra el sedán que bloquea el portón. Los otros dos mercenarios huyen de la escena pero los disparos han alertado a una moto de la policía que patrulla la avenida. Uno de ellos, al verse acorralado, hace estallar la granada que porta en la mano derecha y, a lo kamikaze, se quita la vida antes de ser atrapado. El tercero, conduciendo el vehículo usado para bloquear la salida del edificio y que fue empujado minutos antes por la camioneta blindada, es interceptado por una comisión de la Guardia Nacional que fue alertada. Se enfrenta. Lo hieren. Es trasladado a un CDI, donde fallece horas más tarde. El informe policial de las horas siguientes dirá que se trataba de un intento de robo común... Eduardo Samán, el funcionario, no se traga la versión oficial.
CON VALENTÍA DE FISCAL
UN ROBO CON GRANADAS
También es día 3, pero de octubre y de 2013, cerca de la medianoche. La avenida Libertador de Caracas, todos lo saben, es territorio para el desenfreno. A esa misma hora un funcionario público sale de su oficina y camina hasta el vehículo que lo llevará a su casa. Ha estado trabajando toda la noche diseñando las estrategias y evaluando los planes. El estacionamiento está cubierto por las mismas sombras que surcan la avenida y que vuelven tímidos a los faros amarillentos del alumbrado público. En los últimos meses este funcionario ha encabezado una serie de fiscalizaciones a empresas que especulan con los precios y a otras que acaparan los productos más urgentes para las familias. Los grandes empre-
El explosivo C4 detonado a control remoto sarios, acostumbrados a no cumplir leyes, y que acabó con la vida del fiscal que inveslo detestan. Se lo han hecho saber. tigaba a los autores del golpe de Estado de 2002, Danilo Anderson, abrió un nuevo caÉl se mueve sin grandes despliegues, con- pítulo en la historia de los asesinatos polítifiado en su instinto y en su deber revolu- cos de esta nación. cionario. Esta medianoche, cuando se ha embarcado en el auto y se abre el portón del En su investigación había tocado a los intoedificio donde está su oficina, antes de que cables. Sentó en el banquillo de los interropueda arrancar un vehículo sedán se cruza gados a los llamados “amos del valle”. Los en el camino. señorones de la oligarquía nacional estaban expuestos… Eso no se lo perdonaron. Tres hombres descienden del auto. El primero en hacerlo avanza con rapidez hacia Era 18 de noviembre de 2004. Danilo, en Cala camioneta donde se encuentra el funcio- racas, desandaba su camino a casa y no tuvo nario, que está encendida pero bloqueada. tiempo ni de despedirse. Algunos de los inNo media palabras. Desenfunda un revól- vestigados huyeron al basurero del mundo: ver y descarga sus balas contra el vidrio, Miami. Desde allá se llaman perseguidos. apuntando al rostro del tripulante. No hubo gritos de “esto es un asalto” o “dame la car- Con igual saña actuaron contra el concejal tera”. Los atacantes desconocen que el auto Eliécer Otaiza. Solo en el caso del diputado es blindado y por eso los disparos rebotan, mártir Robert Serra y su compañera María manteniendo a salvo a quien lo conduce. Herrera aún se está cortando tela... Caracas, 2 de noviembre de 2014.
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AUTOR: Israel José Quintero CORREO: israelquintero01@hotmail.com
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SOBERANÍAS SEXUALES
yerbas vs. laboratorios POR Juan Pizzani ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
En estos momentos todos y todas, sin distingo de color de piel, nacionalidad, creencias religiosas, tendencias políticas, sexualidad o expresiones de género, estamos bajo el ataque de los monopolios farmacéuticos. VIH Sida, AH1N1, ébola, chikungunya, dengue —muchas de ellas, enfermedades con reputada fama de haber sido creadas en laboratorios— han sido, y siguen siendo, un gran negocio para la industria de los servicios relacionados con la salud. Conocemos el costo del tratamiento para pacientes con VIH Sida, quienes —como dice el importante sociólogo Manuel Castells, apoyándose en datos estadísticos— ya no son, en su mayoría, diversos(as) sexuales sino mujeres casadas. El presupuesto invertido por distintos países para la adquisición del Tamiflú, medicamento para tratar la influenza AH1N1, ha sido millonario, junto a la compra de los jabones antibacteriales que son causantes de candidiasis, entre otros males de la piel, por desequilibrar su flora natural, permitiendo que las levaduras que viven en ella se salgan de control. Ahora tenemos en nuestros países una enfermedad nueva: la chikungunya (retorcerse en idioma makonde); y también los cables noticiosos con énfasis en la amenaza de ébola, fiebre hemorrágica que puede matarnos en 72 horas. Estas epidemias son un gran negocio. No en balde han prohibido al doctor Anoma Ngu, en Camerún, sacar de su país el tratamiento con el que ha curado ya a decenas de pacientes con VIH, y esto, aunque poco se conoce, ya es noticia vieja (buscar documental Sabiduría celular). ¿No es misterioso que en el vuelo MH17 de Malasya Airlines, que se estrelló el pasado junio, viajara el reconocido experto en sida y VIH Trevor Stratton junto a un grupo de personas que asistirían a una importante conferencia internacional sobre esta enfermedad en Melbourne? Señores, señoras, la cura para estas y otras enfermedades las tenemos en nuestros jardines, en las ventas de especias o en las tiendas naturistas. Plantas tan conocidas como la Artemisa annua, la Garcinia kola, la cúrcuma y la flor escondida (Phyllanthus niruri L.) son eficaces curas para el temido ébola, la chikungunya y el dengue. Pero nadie lo sabe, ya que la OMS no lo divulga, aunque sí se ha encarcelado en África a los yerbateros locales que recetan estas plantas. Para todas las anteriores enfermedades también ha resultado eficaz el uso del polémico MMS (dióxido de cloro), barato y que puede fabricarse en casa. Para el VIH y el VPH lo que más resultado ha dado es el cambio de hábitos y una dieta que favorezca un ambiente alcalino en nuestro cuerpo, evitando el café, harinas, azúcar, licores, carnes rojas, lácteos, etc. Invito a todas las personas, sin distingos de identidad, a que busquen por internet la información divulgada en www.dolcarevolucio.cat y las charlas del doctor Miguel Figueroa. Usemos, sin miedo, las soluciones que nos da la naturaleza y seamos más conscientes de nuestros cuerpos. Edición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
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minicrónicas
Olor de madre Corría el año 1970. José Adelo se encontraba en Caracas, y no precisamente en sus mejores condiciones económicas. La vida no era tan cara entonces, pero era muy difícil conseguir trabajo y no había cómo solventar los gastos más elementales. La deuda en la pensión crecía semana tras semana. Aunque el dueño del establecimiento donde José Adelo se hospedaba era bondadoso y conocía la situación económica del muchacho, no estaba obligado a tenerlo sin pagar; solamente podía darle una tregua hasta que pudiera cancelar la deuda. Bueno, lo cierto es que a José Adelo cada vez lo agobiaba más la miseria y la mala suerte, pero a pesar de todos los fracasos, su férrea voluntad lo llevó con resolución a emprender una
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aventura absurda, si se quiere, pero libre de che, y de día cuando no hacía mucho calor. cualquier acción en su contra o en contra ¿Qué comía? Frutas y raíces por su cuenta y alguna comida que recibía de personas caride quienes lo habían perjudicado. tativas que iba conociendo. José Adelo decidió, de una manera espontánea, dirigirse a pie hasta Los Teques, donde Después de vencer miles de dificultades, supuestamente tenía un amigo. Al llegar a Los José Adelo llegó a su lar nativo: La Grita. Teques siguió de largo, tal vez hacia Maracay No fue directamente a la casa materna; an(también a pie), pero, al igual que antes, no daba como un pordiosero que nadie conopernoctó ahí sino que prosiguió su caminata. cía. Se fue arrimando poco a poco, hasta Cuando se dio cuenta, se había aventurado que unos sobrinos, Víctor y Orlando, lo ena caminar con libertad, sin saber a dónde, contraron, irreconocible. Solo su mamá lo aunque siempre dirigía sus pasos, quizás por pudo reconocer… Amor de la madre hacia instinto, hacia el terruño donde había nacido el hijo y amor del hijo para la madre. ¡Olor hacía 27 años. Fueron aproximadamente 800 de madre!, pues. kilómetros los que José Adelo anduvo en 29 días. Claro, según él refería, caminaba de noPOR Pedro C. Velasco
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GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
¡93,50 BOLOS! POR RODOLFO CASTILLO FOTOGRAFÍAS NATHALIE SAYAGO
En este mismo espacio han surgido comentarios por parte de mis compañeros de trabajo, quienes forman parte de la rotación de la presente columna, acerca de mi condición de “sibarita menor” (sin carga peyorativa, solo hacen referencia a que soy quien reseña los menús más económicos). Incluso, han llegado a proponer que en eso de conseguir la taguara más recóndita con las ofertas más insospechadas, quien ahora redacta estas líneas “no tiene padrote”. Ante tal mote y pretendiendo mostrar fidelidad a la sabia conseja de “ser coherente conmigo mismo”, asumí el reto de superar mi última entrega: Bs. 100 el menú.
y fiel seguidor de Épale CCS: el camarada Wilmer Carmona Pinto, quien me sugirió el lugar a sabiendas que reunía mi condición sine qua non: menú ejecutivo al mejor precio posible.
Fue así como llegamos a tasca-restaurante New Jersey, ubicado en la esquina Paradero (Av. Este con Norte 23, La Candelaria). Una vez dentro del establecimiento, nos percatamos de su fresco clima, diametralmente opuesto al asfalto en llamas que lo circunda. Además del frescor, su decoración y mobiliario típicamente españoles proveen al sitio de una particular atmósfera. La observación de la fotógraPara seguir siendo coherente con mi persona fa con respecto a la poca luz del lugar me es un imperativo moral hacer mención de la hizo caer en cuenta de que la amalgama valiosa colaboración de un entrañable amigo de temperaturas de color venía dada por
RECETARIO DEL PELABOLA
EL FALÁFEL BARATÍSIMO POR MALÚ RENGIFO MALURENGIFO@GMAIL.COM
Esta era una vez un pelabolas que, saliendo del trabajo, quiso ir a comer comida árabe en un establecimiento comercial y lo que quedó fue loco. Sí, loco. El pelabolas recién acababa de cobrar su quincena. Podía, con comodidad, costear el precio del plato de comida que quería, pero como se había prometido hacía unos días no gastarse las lucas en productos que tuvieran una relación precio-valor desfavorable, reunió fuerza de voluntad e hizo como José Alfredo Jiménez (un tipo de su trabajo): se dio la media vuelta y se fue con el sol para su casa. Era inaudito: tres peloticas de faláfel costaban 100 bolívares. Edición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
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una débil luz blanca interior y otra amarilla que emanaba del vitral de la ventana, lo que potenciaba el aura del lugar. Se trata del tipo de tascas que abundan en La Candelaria: ameno ambiente con excelente comida, por lo que resulta intrigante cómo un lugar como este se “rebaja” al ofertar un menú por tan solo Bs. 93,50; además, acompañado por un generoso jugo natural, lo que lo hace aún más incomprensible. Navegando en los mares de la especulación, deduzco que el tentador precio funge como captador de clientes: una vez visitado, provoca regresar porque, aparte de la oferta, los demás platos que trae la carta no son inalcanzables: estofado y asado Bs. 125; callos Bs. 130; pollo a la canasta Bs. 175; sopa del día Bs. 80 —mientras almorzaba pude observar
21 Esq. Cervecería
o ir e sg bl de e rie la u e p p su A Im Se
Esq. Paradero
Restaurante New Jersey
Calidad Esq. Colimodio
Precio
Esq. Patronato
Ambiente Atención
lo generosos y apetitosos que se veían estos platos— y el tercio Bs. 35. Precios bastante razonables, y si consideramos lo ameno del lugar, se trata de una opción respetable. Si bien el menú que justifica esta entrega es de los más económicos, también hay que decir que sus proporciones son modestas. Eso sí, su sabor delata una mano diligente y amorosa a la hora de ser preparado. Pero como nada es perfecto y haciendo honor a la verdad, la atención por parte de los mesoneros no es de las mejores. En todo caso, dato susceptible de ser perfeccionado. Ah, otra cosa… ¡aceptan cesta tickets!
Caminaba hambreado y ligeramente arrepentido con el billete de 100 entre las manos. Pensaba que quizá estaría exagerando en la pichirrería, que el árabe estafador seguro se merecía sus 100 bolos por la mínima dosis de alimento que ofrecía, que pasaría hambre por lambucio hasta la mañana siguiente y que soñaría con grandes pelotas de faláfel que lo torturarían con su delicioso aroma y lo aplastarían hasta morir, cuando tropezó con un abasto con pinta de cuchitril percusiento y entró sin hacerse demasiada expectativa.
extenuado por otra larga jornada laboral, pero contento: esa noche no soñó con un ejército de faláfel asesinos sino con el suculento montonazo de arepitas de faláfel que podría preparar con los 100 bolívares que invirtió e ingredientes.
EL FALÁFEL RAPIDITO
Tomando en cuenta que hay que remojar las lentejas de un día para el otro, o muchas horas, pa’ que se pongan blanditas, decir que el faláfel es una receta rápida es una afirmación que, siendo cierta, tiene sus letras chiquitas, pero no importa: usted deja eso ahí y se Al ver el estante de los granos se le prendió el bombillo: agarró va pa’l coño a hacer sus cosas. medio kilito de lentejas y el resto de los 100 bolívares lo gastó en pequeñas cantidades de cosas como ajo, perejil, ajíes y cilantro. Una vez que estén blanditos los granos, a punta de licuadora o proContra todo pronóstico, la plata le rindió bastante. cesador de alimentos los convertirá en una masa, mezclándola con los aliños, la sal, la pimienta y, muy, pero muy importante, el comiAl llegar a su casa confirmó la presencia de una bolsita de comino no. Cuando su mezcla tenga una contextura espesa, que usted vea junto a las provisiones de sal y pimienta. Miró el frasco de aceite que puede hacer unas pequeñas arepitas con ella y freírlas, ¡échele que aún estaba más amarillito que transparente, y sin darle más pichón! Así hizo el pelabola: se despertó a la misma hora que siemvueltas al asunto puso a remojar las lentejas en una ollita, se pre- pre, siguió las instrucciones de esta receta y se sentó a ver las notiparó unos plátanos sancochados con queso para la cena, se acostó cias matutinas jartándose la perola de faláfel más grande que había un rato a descansar y se quedó dormido hasta la mañana siguiente, visto en toda su vida. Caracas, 2 de noviembre de 2014.
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CRÍTICA Y MEDIA
Tras el discurso
A GOLPE DE CONTROL
SER ARTISTA, Y LATINO Telemundo ha apostado fuerte al género del reality show con el lanzamiento de Yo soy el artista, versión latinoamericana del clásico Operación triunfo. Sin modificaciones sobre el original, la cadena asentada en Estados Unidos ejerce un inédito acto de contrición al optar por un programa de diseño español, toda una novedad para su audiencia, acostumbrada, si no a sentirse, a ser tratada como anglosajona. Menos un acto meritorio, el hecho ofrece una pista sobre las razones que han movido a sus productores a desengavetar el proyecto 13 años después de su primera emisión. Se trata, perceptiblemente, de un pequeño sacudón en la industria televisiva norteamericana que resultará interesante al resto de las audiencias, algo sin duda también calculado (aquí puede ser visto a través de Televen). Sin querer desestimar esas razones —que sabemos supeditadas a lo comercial—, interesa destacar la necesidad de los productores de retomar una televisión de alta factura, que exige ingentes recursos y parafernalia de realización en función de la cre-
dibilidad del producto. El secreto de todo buen espectáculo, a mi modo de ver. Han procedido así a levantar, literalmente, una enorme granja de “empollamiento” de artistas y, acto seguido, a congregar una serie de figuras del ámbito artístico comercial con el fin de emprender la tarea de Pigmalión: tallar el bruto talento de jóvenes dotados para el canto, el baile y la actuación. Este tinglado, que tiene mucho de circo (en el buen sentido del término), pone a trabajar duro a personajes que uno supone no lo hacen, como Olga Tañón, por ejemplo (lucubrando, en cierto modo, acerca de lo que significa ser artista). Fomenta también el programa, a través del versionado de temas, el refrescamiento del repertorio musical latinoamericano y caribeño. Pero lo que quizá resulte más acertado de Yo soy el artista es la exposición de jóvenes de distintas nacionalidades demostrando, a través de un experimento de pulcra convivencia, cuán común es la identidad cultural latinoamericana. Por Carlos Cova
COTUFA “FILOSÓFICA”. El filme Lucy (Francia, EEUU, 2014) posee como eje longitudinal temático la posibilidad de utilizar el ciento por ciento de nuestra capacidad cerebral y las consecuencias que ello acarrearía. A lo largo de la diégesis fílmica se va edificando un —más que constructo— batiburrillo pseudofilosófico donde, palabras más, palabras menos, se reflexiona acerca de si el ser humano está preparado para este acontecimiento y, a su vez, lo relaciona con la creación del universo y la aparición del hombre sobre la Tierra. Mientras expone su tesis, el filme se recrea entre los géneros de la ciencia ficción y la acción al más puro estilo hollywoodense, cosa que, para ser honestos, consigue con altas dosis de calidad. No obstante los alardes técnicos, la cinta no logra llevar a flote a un guión que pretende decir muchas cosas para terminar diciendo nada. Lo que sí consigue la refinada edición de las imágenes es revolucionar la adrenalina del espectador al mejor estilo del cine cotufa: aquel que se regodea en el mundo del entertainment al igual que el cerdo se pavonea en sus miserias. Todo esto, sin duda, para hacer del espectador un ente desprevenido que, ausente la crítica, es presa fácil de la carga subliminal que trae consigo toda producción cinematográfica. ¿Quiénes son los “malos de la película”? En principio se trata de una mafia constituida por personas de ojos rasgados que, obviamente, denotan su origen asiático, solo que en los minutos iniciales no logra precisarse su procedencia. Esta vaguedad le otorga una carga semántica de “chino genérico”. Con el trascurrir de los minutos se establece el gentilicio de los villanos —pertenecen a la mafia coreana— cuando ya es irrelevante: el inconsciente colectivo ha determinado que el “chino” es el ruin de la partida. Hoy... China es la primera economía mundial. Por otra parte —y sin valoraciones de índole moral— existe un planteamiento, esta vez más directo, de lo conveniente que puede llegar a ser el consumo de CPH4 (la droga que potencia el nivel intelectual humano) en las dosis adecuadas. Toda la violencia que generó su tráfico ilícito sirve como colchón para justificar la legalización del CPH4 (y, por supuesto, de todas las drogas ilegales). Rodolfo Castillo rodocastillo81@hotmail.com
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ENTREVISTA
El café se toma en serio José Carrero se gana la vida haciendo café mientras aprende para enseñar. es Un caraqueño en la esquina las Madrices que hace de su oficio una auténtica profesión. mientras trabaja y se ocupa de su familia, sueña con seguir escalando más en el difícil arte del barismo POR GUSTAVO MÉRIDA Fotografías JONATHAN MENDOZA
Caracas, 2 de noviembre de 2014.
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24 Todo empezó cuando me dijo: “Pana, ¿por qué no sacaron mi cara?”. No supe qué responder. Sucede que en algún número de la revista (aquí debería ir: “Ver Épale CCS Nº tal”, pero me enteré ayer de una terrible verdad: algunas personas no la coleccionan) nuestro amigo José Carrero formó parte de un trabajo relacionado con el café. Hizo un café, le tomaron la foto y no hay manera de saber que fue él: la fotografía no tiene rostro. Tomar café es mejor cuando quien lo prepara sabe hacerlo muy bien y, además, conoce cómo lo prefieres. José trabaja en la cafetería y pastelería Arte París, ubicada en la esquina Las Madrices, y aunque nuestra
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compañera Kay Yam Hung es la experta haciendo café en la redacción, ella no es barista; así que de tanto en tanto, unos y otras vamos a ’onde José, por lo cerca y porque ambos, café y barista, son buenos.
acerca de hacerlo más asequible para quien desee aprender. Está dispuesto a enseñar lo que sabe. —Si te pido un café como si fuese pa’ ti, ¿cuál sería?
Entonces, también de tanto en tanto, José —Capuchino. nos preguntaba. Y se hizo justicia. —Dame un capuchino, por favor... —Pana, ¿qué quieres decir? —Hay gente que quiere ser barista y no puede porque es muy caro. Acto seguido hace un excelente capuchino que comparto con el fotógrafo. Él, joven al José se toma el asunto con seriedad. Ha- fin, le coloca azúcar. En honor a la verdad, bla de costos: 15.000 bolívares, e idealiza no fue acto seguido, porque un señor esta-
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25 ba primero. A esta hora, casi las cuatro de la tarde, hay bastante gente tomando café. José se apresura. Hace gala de su destreza mientras unas nueve personas esperan sus cafés. Les veo esperar y todos están en silencio, viéndolo trabajar. No sé por cuál razón recuerdo al personaje aquel (disculpa la comparación, José, salvando las distancias) de la serie norteamericana Seinfeld: un tipo que hacía una estupenda sopa pero era muy estricto, y si te equivocabas no te despachaba. Aunque es una persona afable, cierta seriedad —o concentración— hace que la gente espere su café casi que respetuosamente. Hay una musicalidad en la rutina de José. Hago algunas preguntas. A pesar de que los presentes no son clientes asiduos, todos coinciden en que se toman un excelente café. Un parroquiano pide un marrón para llevar, bien caliente, y aclara: “Como lengua de suegra, ¿oíste?”. José no se ríe. No es una jodedera, no es un juego, el hombre se toma en serio su trabajo. “Hay que estudiar mucho”, dice cuando hablamos de sus diplomas. William Lobo es de La Guaira pero vive en Caracas. Mientras esperaba su café, nos vio y sacó una revista Épale CCS de un sobre, la número 102. Dijo dos palabras que loan nuestro trabajo; si hubiese tenido dinero le brindo los cafés a él y a su acompañante. Una digresión: a veces imagino, si la tiene, que la esposa, novia o mujer de William Lobo lee este párrafo, interrumpe la lectura, mira a Lobo y le pregunta: “¿Con quién estabas tomando café?”; entonces, me siento culpable. Pero “acompañante” no tiene género; entonces, expío la culpa. Fin de la imaginación. —Epa, José, estás muy serio, pana
¡Otra vez! No sé por qué lo pongo como si fuese una pregunta de la entrevista. José no me dijo nada, seguía concentrado. Luego de un rato, caminaríamos desde Las Madrices hasta San Jacinto y llegaríamos a mitad de cuadra. Mientras espero que José se desocupe un poco, salgo de la cafetería. Esta cola es de una, dos, tres, cuatro, cinco… siete personas. La mejor manera de leer esto es tomándose un café. Hágalo, deje de leer un rato, mire el color del sol (ojalá que no esté lloviendo). Como dice Jonathan, el joven fotógrafo que toma café con azúcar, en esta
“Es tan caro (el curso de barismo) que casi ningún empleado asiste, los dueños mandan a los gerentes. No le veo la ciencia, porque el que ejecuta es el empleado” —
Certificado que avala a José como barista
ciudad a veces olvidamos levantar la mira- los gerentes. No le veo la ciencia, porque el da y disfrutar el cielo. Incluso asegura que es que ejecuta es el empleado”. posible que pase un mes y no lo hagamos. —¿Se toma buen café en Es impresionante la cantidad de gente que Caracas? toma café en la tarde. La esquina de Las- —Sí. En Caracas y en Venezuela, porque se ha Madrices, como casi todas las esquinas, son comprobado. No he viajado a Italia todavía, cuatro esquinas en realidad. A esta hora, en porque el curso de Barista III hay que certidos de ellas hay un vendedor de cotufas y ficarlo allá. La gente que ha ido me ha dicho uno de té instantáneo; y en las dos restan- que el mejor café es de Venezuela. tes sendas máquinas de helados. También en una de Las Madrices hay basura desde —¿Qué opinas de los que esta hora. Es cierto que todas las noches la venden café en la calle? recogen (no estamos en el municipio Su- —Ellos son profesionales también. Hay cre), pero no es menos es cierto que no se que tomarlos en cuenta, son valiosos. Ellos ve bien. La crítica debería ir acompañada representan lo que es el café. de una propuesta, pero sinceramente no sé cuál. Toda esta habladera de Las Madrices José vive en la avenida Urdaneta, tiene dos es mientras espero que José satisfaga la de- hijos estudiando bachillerato y su familia es manda. Quedan cuatro personas. También de Oriente. La única vez que se sonrió con es cierto, por cierto, que la belleza femeni- amplitud durante la conversación fue cuanna que dio origen al nombre de la esquina do le pregunté cuánto gana. se mantiene. ¡Cuánto mujerero! —Un mensaje final, pana José se desocupa un rato. Caminando con —Constancia. Me siento orgulloso de lo él me habla de sus planes. Quiere seguir es- que hago. tudiando y enseñar a otros, y que a estos no les cueste tanto. “Es tan caro que casi nin- Si usted sí colecciona Épale CCS, busque el gún empleado asiste, los dueños mandan a número 42. Caracas, 2 de noviembre de 2014.
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CUENTO
El ermitaño del reloj POR Teresa de la Parra Ilustraciones l. “razor” balza
Este era una vez un capuchino que encerrado en un reloj de mesa esculpido en madera, tenía como oficio tocar las horas. Doce veces en el día y doce veces en la noche, un ingenioso mecanismo abría de par en par la puerta de la capillita ojival que representaba el reloj, y podía así mirarse desde fuera, cómo nuestro ermitaño tiraba de las cuerdas tantas veces cuantas el timbre, invisible dentro de su campanario, dejaba oír su tin, tin de alerta. La puerta volvía enseguida a cerrarse con un impulso brusco y seco como si quisiese escamotear al personaje; tenía el capuchino magnífica salud a pesar de su edad y de su vida retirada. Un hábito de lana siempre nuevo y bien ceEdición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
pillado descendía sin una mancha hasta sus pies desnudos dentro de sus sandalias. Su larga barba blanca al contrastar con sus mejillas frescas y rosadas, inspiraba respeto. Tenía, en pocas palabras, todo cuanto se requiere para ser feliz. Engañado, lejos de suponer que el reloj obedecía a un mecanismo, estaba segurísimo de que era él quien tocaba las campanadas, cosa que lo llenaba de un sentimiento muy vivo de su poder e importancia. Por nada en el mundo se le hubiera ocurrido ir a mezclarse con la multitud. Bastaba con el servido inmenso que les hacía a todos al anunciarles las horas. Para lo demás, que se las Caracas, 2 de noviembre de 2014.
arreglaran solos. Cuando atraído por el prestigio del ermitaño alguien venía a consultarle un caso difícil, enfermedad o lo que fuese, él no se dignaba siquiera abrir la puerta. Daba la contestación por el ojo de la llave, cosa esta que no dejaba de prestar a sus oráculos cierto sello imponente de ocultismo y misterio. Durante muchos, muchísimos años, Fray Barnabé (este era su nombre) halló en su oficio de campanero tan gran atractivo que ello le bastó a satisfacer su vida; reflexionen ustedes un momento: el pueblo entero del comedor tenía fijos los ojos en la capillita y algunos de los ciudadanos de aquel pueblo no habían conocido
27 nunca más distracción que la de ver aparecer al fraile con su cuerda. Entre estos se contaba una compotera que había tenido la vida más gris y desgraciada del mundo. Rota en dos pedazos desde sus comienzos, gracias al aturdimiento de una criada, la habían empatado con ganchitos de hierro. Desde entonces, las frutas con que la cargaban antes de colocarla en la mesa, solían dirigirle las más humillantes burlas. La consideraban indigna de contener sus preciosas personas.
quien no quiere la cosa, haciéndose el muy atento a su trabajo, tiraba del cordel, mientras que de reojo espiaba el efecto que producía su presencia. Los niños se alborotaban gritando. —Míralo como ha engordado. —No, está siempre lo mismo. —No señor, que está más joven.
—Que no es el mismo de antes, que es su hijo, Pues bien, aquella compotera que conservaba etcétera. en el flanco una herida avivada continuamente por la sal del amor propio, hallaba gran con- El cubierto ya puesto se reía en la mesa con tosuelo en ver funcionar al capuchino del reloj. dos los dientes de sus tenedores, el sol iluminaba alegremente el oro de los marcos y los colo—Miren —les decía a las frutas burlonas—, res brillantes de las telas que estos encerraban; miren aquel hombre del hábito pardo. Dentro los retratos de familia guiñaban un ojo como de algunos instantes va a avisar que ha llegado diciendo: “¡Qué! ¿aún está ahí el capuchino?”. la hora en que se las van a comer a todas —y la Nosotros también fuimos niños hace ya mucompotera se regocijaba en su corazón, sabo- chos años y bastante que nos divertía. reando por adelantado su venganza. Pero las frutas sin creer ni una palabra le contestaban: Era un momento de triunfo. —Tú no eres más que una tullida envidiosa. No es posible que un canto tan cristalino, tan suave, pueda anunciarnos un suceso fatal. Y también las frutas consideraban al capuchino con complacencia y también unos periódicos viejos que bajo una consola pasaban la vida repitiéndose unos a otros sucesos ocurridos desde hacía veinte años, y la tabaquera, y las pinzas del azúcar, y los cuadros que estaban colgando en la pared y los frascos de licor, todos, todos tenían la vista fija en el reloj y cuanta vez se abría de par en par la puerta de roble volvían a sentir aquella misma alegría ingenua y profunda. Cuando se acercaban las once y cincuenta minutos de la mañana llegaban entonces los niños, se sentaban en rueda frente a la chimenea y esperaban pacientemente a que tocaran las doce, momento solemne entre todos porque el capuchino en vez de esconderse con rapidez de ladrón una vez terminada su tarea como hacía por ejemplo a la una o a las dos (entonces se podía hasta dudar de haberlo visto), no, se quedaba al contrario un rato, largo, largo, bien presentado, o sea, el tiempo necesario para dar doce campanadas. ¡Ah!, ¡y es que no se daba prisa entonces el hermano Barnabé! ¡Demasiado sabía que lo estaban admirando! Como
Nada podía tergiversarse. El ermitaño se sometió. ¡Pero qué dura resultaba la sumisión! Y ocurrió que una noche, como abriera su puerta para tocar las tres de la madrugada, cuál no fue su estupefacción al hallarse frente a frente de un elefante que de pie, tranquilo, lo miraba con sus ojitos maliciosos, y claro, Fray Barnabé lo reconoció enseguida: era el elefante de ébano que vivía en la repisa más alta del aparador, allá, en el extremo opuesto del comedor. Pero como jamás lo había visto fuera de la susodicha repisa había deducido que el animal formaba parte de ella, es decir que lo habían esculpido en la propia madera del aparador. La sorpresa de verlo aquí, frente a él, lo dejó clavado en el suelo y se olvidó de cerrar las puertas, cuando acabó de tocar la hora. —Bien, bien —dijo el elefante—, veo que mi visita le produce a usted cierto efecto; ¿me tiene miedo?
—No, no es que tenga miedo —balbuceó el ermitaño—, pero confieso que... ¡Una visita! Llegaban al punto las personas mayores, todo ¿Viene usted para hacerme una visita? el mundo se sentaba en la mesa y Fray Barnabé, su tarea terminada, volvía a entrar en la —¡Pues es claro! Vengo a verlo. Ha hecho capilla con esa satisfacción profunda que da el usted tanto bien aquí a todo el mundo que deber cumplido. es muy justo el que alguien se le ofrezca para hacerle a su vez algún servicio. Sé además, Pero ay, llegó el día en que tal sentimiento ya lo desgraciado que vive. Vengo a consolarlo. no le bastó. Acabó por cansarse de tocar siempre la hora, y se cansó sobre todo de no poder —¿Cómo sabe que... Cómo puede suponernunca salir. Tirar del cordel de la campana, es lo?... Si nunca se lo he dicho a nadie... ¿Será hasta cierto punto una especie de función pú- usted el diablo? blica que todo el mundo admira. ¿Pero cuánto tiempo dura? Apenas un minuto por sesenta —Tranquilícese —respondió sonriendo el y el resto del tiempo, ¿qué se hace? Pues, pa- animal de ébano—, no tengo nada en cosearse en rueda por la celda estrecha, rezar el mún con ese gran personaje. No soy más rosario, meditar, dormir, mirar por debajo de que un elefante... pero eso sí, de primer la puerta o por entre los calados del campana- orden. Soy el elefante de la reina de Saba. rio un rayo vaguísimo de sol o de luna. Son es- Cuando vivía esta gran soberana de Áfritas ocupaciones muy poco apasionantes. Fray ca era yo quien la llevaba en sus viajes. He Barnabé se aburrió. visto a Salomón: tenía vestidos mucho más ricos que los suyos, pero no tenía esa herLo asaltó un día la idea de escaparse. Pero re- mosa barba. En cuanto a saber que es usted chazó con horror semejante tentación releyen- desgraciado no es sino cuestión de adivido el reglamento inscrito en el interior de la narlo. Debe uno aburrirse de muerte con capilla. Era muy terminante. Decía: semejante existencia. “Prohibición absoluta a Fray Barnabé de sa- —No tengo el derecho de salir de aquí —afirlir, bajo ningún pretexto de la capilla del reloj. mó el capuchino con firmeza. Debe estar siempre listo para tocar las horas tanto del día como de la noche”. —Sí, pero no deja de aburrirse por eso. Caracas, 2 de noviembre de 2014.
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28 —La primera parte de este documento no tiene por objeto sino el de asustarlo. La leyenda esencial es: “Tocar las horas de día y de noche”, este es su estricto deber. Basta por lo tanto que se encuentre usted en su puesto en los momentos necesarios. Todos los demás le pertenecen.
Esta respuesta y la mirada inquisidora con que la acompañó el elefante azotaron mucho al ermitaño. No contestó nada, no se atrevía a contestar nada. ¡Era tal su verdad! Se fastidiaba a morir. ¡Pero así era! Tenía un deber evidente, una consigna formal indiscutible: permanecer siempre en la capilla para tocar las horas. El elefante lo consideró largo rato en silencio como quien no pierde el más mínimo pensamiento de su interlocutor. Al fin volvió a tomar la palabra:
—Pero, ¿qué haría en los momentos libres? —Lo que harás —dijo el animal de ébano cambiando de pronto el tono y hablando en voz clara, autoritaria, avasalladora—, te montarás en mi lomo y te llevaré al otro lado del mundo por países maravillosos que no conoces. Sabes que hay en el armario secreto, al que no abren casi nunca, tesoros sin precio, de los que no puedes hacerte la menor idea: tabaqueras en las cuales Napoleón estornudó, medallas con los bustos de los césares romanos, pescados de jade que conocen todo lo que ocurre en el fondo del océano, un viejo pote de jenjibre vacío pero tan perfumado todavía que casi se embriaga uno al pasar por su lado (y se tienen entonces sueños sorprendentes).
—Pero, preguntó con aire inocente, ¿por qué razón no tiene usted el derecho de salir de aquí? —Lo prometí a mi reverendo Padre, mi maestro espiritual, cuando me envió a guardar este reloj-capilla. —¡Ah!... ¿y hace mucho tiempo de eso? —Cincuenta años más o menos —contestó Fray Barnabé, después de un rápido cálculo mental.
Pero lo más bello de todo es la sopera, la famosa sopera de porcelana de China, la última pieza restante de un servicio estupendo, rarísimo. Está decorada con flores y en el fondo, ¿adivina lo que hay? La reina de Saba en persona, de pie, bajo un parasol flamígero y llevando en el puño su loro profeta.
—Y después de cincuenta años, ¿no ha vuelto nunca más a tener noticias de ese reverendo Padre? —No, nunca. —¿Y qué edad tenía él en aquella época?
Es linda, ¡si supieras!, es adorable, ¡cosa de caer de rodillas!, y te espera. Soy su elefante fiel que la sigue desde hace tres mil años. Hoy me dijo: “Ve a buscarme el ermitaño del reloj, estoy segura que debe de estar loco por verme”.
—Andaría supongo en los ochenta. —De modo que hoy tendría ciento treinta si no me equivoco. Entonces, mi querido amigo —y aquí el elefante soltó una risa sardónica muy dolorosa al oído—, entonces quiere decir que lo ha olvidado totalmente. A menos que no haya querido burlarse de usted. De todos modos ya está más que libre de su compromiso.
—La reina de Saba. ¡La reina de Saba! —murmuraba en su fuero interno Fray Barnabé trémulo de emoción—. No puedo disculparme. Es preciso que vaya —y en voz alta:
—Pero —objetó el monje—, la disciplina...
—Sí quiero ir. Pero ¡la hora, la hora! Piense un poco, elefante, ya son las cuatro menos cuarto.
—¡Qué disciplina!
—Nadie se fijará si toca de una vez las cuatro. Así le quedaría libre una hora y cuarto entre este y el próximo toque. Es tiempo más que suficiente para ir a presentar sus respetos a la reina de Saba.
—En fin... el reglamento —y mostró el cartel del reglamento que colgaba dentro de la celda. El elefante lo leyó con atención, y: —¿Quiere que le dé mi opinión sincera? Edición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
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29 Entonces, olvidándolo todo, rompiendo con un pasado de cincuenta años de exactitud y de fidelidad, Fray Barnabé tocó febrilmente las cuatro y saltó en el lomo del elefante, quien se lo llevó por el espacio. En algunos segundos se hallaron ante la puerta del armario. Tocó el elefante tres golpes con sus colmillos y la puerta se abrió por obra de encantamiento. Se escurrió entonces con amabilidad maravillosa por entre el dédalo de tabaqueras, medallas, abanicos, pescados de jade y estatuillas y no tardó en desembocar frente a la célebre sopera. Volvió a tocar los tres golpes mágicos, la tapa se levantó y nuestro monje pudo entonces ver a la reina de Saba en persona, que de pie en un paisaje de flores ante un trono de oro y pedrerías sonreía con expresión encantadora llevando en su puño el loro profeta. —Por fin lo veo, mi bello ermitaño —dijo ella—. ¡Ah!, cuánto me alegra su visita; confieso que la deseaba con locura, cuanta vez oía tocar la campana, me decía: “¡Qué sonido tan dulce y cristalino! Es una música celestial. Quisiera conocer al campanero, debe ser un hombre de gran habilidad”. Acérquese, mi bello ermitaño. Fray Barnabé obedeció. Estaba radiante en pleno mundo desconocido, milagroso... No sabía qué pensar. ¡Una reina estaba hablándole familiarmente, una reina había deseado verlo! Y ella seguía: —Tome, tome esta rosa como recuerdo mío. Si supiera cuánto me aburro aquí. He tratado de distraerme con esta gente que me rodea. Todos me han hecho la corte, quien más, quien menos, pero por fin me cansé. A la tabaquera no le falta gracia; narraba de un modo pasable relatos de guerra o intrigas picarescas, pero no puedo aguantar su mal olor. El pote de jenjibre tiene garbo y cierto encanto, pero me es imposible estar a su lado sin que me asalte un sueño irresistible. Los pescados conocen profundas ciencias, pero no hablan nunca. Solo el César de oro de la medalla me ha divertido en realidad algunas veces, pero su orgullo acabó por parecerme insoportable. ¿No pretendía llevarme en cautiverio bajo el pretexto de que era yo una reina bárbara? Resolví plantarlo con toda su corona de laurel y su gran nariz de pretencioso, y así fue como quedé sola, sola pensando en usted el campanero lejano que me
Entonces, olvidándolo todo, rompiendo con un pasado de cincuenta años de exactitud y de fidelidad, Fray Barnabé tocó febrilmente las cuatro y saltó en el lomo del elefante, quien se lo llevó por el espacio —
tocaba en las noches tan linda música. Entonces dije a mi elefante: “Anda y tráemelo. Nos distraeremos mutuamente. Le contaré yo mis aventuras, él me contará las suyas”. ¿Quiere usted, lindo ermitaño, que le cuente mi vida?
A veces en medio del relato el pobre monje se atrevía a hacer una tímida interrupción: —Creo que ya es tiempo de ir a tocar la hora. Permítame que salga.
—¡Oh, sí! —suspiró extasiado Fray Barnabé— Pero al punto la reina de Saba, cariñosa, pasa¡Debe ser tan hermosa! ba la mano por la hermosa barba del ermitaño y contestaba riendo: “¡Qué malo eres, mi bello Y la reina de Saba comenzó a recordar las Barnabé, estar pensando en la campana cuanaventuras magníficas que había corrido desde do una reina de África te hace sus confidenla noche aquella en que se había despedido de cias! y además: es todavía de noche. Nadie va a Salomón hasta el día más cercano en que es- darse cuenta de la falta”. coltada por sus esclavos, su parasol, su trono, y sus pájaros se había instalado dentro de la so- Y volvía a tomar el hilo de su historia asompera. Había material para llenar varios libros brosa. y aún no lo refería todo; iba balanceándose al azar de los recuerdos. Había recorrido África, Cuando la hubo terminado, se dirigió a su Asia y las islas de los dos océanos. Un prínci- huésped y dijo con la más encantadora de sus pe de la China, caballero en un delfín de jade, expresiones: había venido a pedir su mano, pero ella lo había rechazado porque proyectaba entonces un —Y ahora, mi bello Barnabé, a usted le toca, viaje al Perú, acompañada de un joven galante, me parece que nada de mi vida le he ocultado. pintado en un abanico, el cual en el instante de Es ahora su turno. embarcarse hacia Citeres, como la viera pasar, cambió de rumbo. Y habiendo hecho sentar a su lado, en su propio trono, al pobre monje deslumbrado, la reiEn Arabia había vivido en una corte de ma- na echó hacia atrás la cabeza como quien se gos. Estos, para distraerla, hacían volar ante dispone a saborear algo exquisito. sus ojos, pájaros encantados, desencadenaban tempestades, terribles en medio de las cua- Y aquí está el pobre Fray Barnabé que se pone les se alzaban sobre las alas de sus vestiduras, a narrar los episodios de su vida. Contó cómo hacían cantar estatuas que yacían enterradas el padre Anselmo, su superior, lo había llevado bajo la arena, extraviaban caravanas enteras, un día al reloj-capilla; cómo le encomendó la encendían espejismos con jardines, palacios y guardia; cuáles fueron sus emociones de camfuentes de agua viva. Pero entre todas, la aven- panero principiante, describió su celda, recitó tura más extraordinaria era aquella, la ocurri- de cabo a rabo el reglamento que allí encontró da con el César de oro. Es cierto que repetía: escrito; dijo que el único banco en donde po“Me ofendió por ser orgulloso”. Pero se veía su día sentarse era un banco cojo; lo muy duro satisfacción, pues el César aquel era un perso- que resultaba no poder dormir arriba de tres naje de mucha consideración. cuartos de hora por la zozobra de no estar desCaracas, 2 de noviembre de 2014.
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30 pierto para tirar de la cuerda en el momento dado. Es cierto que mientras enunciaba cosas tan miserables, allá en su fuero interno tenía la impresión de que no podían ellas interesar a nadie, pero ya se había lanzado y no podía detenerse. Adivinaba de sobra que lo que de él se esperaba no era el relato de su verdadera vida que carecía en el fondo de sentido, sino otro, el de una existencia hermosa cuyas peripecias variadas y patéticas hubiera improvisado con arte. Pero, ¡ay!, carecía por completo de imaginación y quieras que no, había que limitarse a los hechos exactos, es decir, a casi nada. En un momento dado del relato levantó los ojos que hasta entonces por modestia los había tenido bajos clavados en el suelo, y se dio cuenta de que los esclavos, el loro, todos, todos, hasta la reina, dormían profundamente. Solo velaba el elefante:
da pasaron sin que el real mensajero diera señales de vida. No pudiendo más y diciéndose que solo se trataría de un olvido, Fray Barnabé se puso en camino. Fue un largo y duro viaje. Tuvo que bajar de la chimenea agarrándose de la tela que la cubría y como dicha tela no llegaba ni con mucho al suelo, fue a tener que saltar desde una altura igual a cinco o seis veces su estatura. Y cruzó a pie la gran pieza tropezándose en la oscuridad con la pata de una mesa, resbalándose por encima de una cucaracha y teniendo luego que luchar con un ratón salvaje que lo mordió cruelmente en una pierna; tardó en pocas palabras unas dos horas para llegar al armario. Imitó allí el procedimiento del elefante con tan gran exactitud que se le abrieron sin dificultad ninguna, primero la puerta, luego la tapa de la sopera. Trémulo de emoción y de alegría se encontró frente a la reina. Esta se sorprendió muchísimo:
—¡Bravo! —le gritó este—. Podemos ahora —¿Qué ocurre? —preguntó—, ¿qué quiere decir que es usted un narrador de primer usted, señor capuchino? orden. El mismo pote de jenjibre es nada a -¿Pero ya no me recuerda? -dijo Fray Barnabé su lado. cortadísimo-. Soy el ermitaño del reloj... el que —¡Oh Dios mío! —imploró Fray Barnabé—, vino ayer... ¿se habrá enojado la reina? —¡Ah! ¿Conque es usted el mismo monje de —Lo ignoro. Pero lo que sí sé es que debemos ayer? Pues si quiere que le sea sincera, le daré regresar. Ya es de día. Tengo justo el tiempo de este consejo: no vuelva más por aquí. Sus hiscargarlo en el lomo y reintegrarlo a la capilla. torias, francamente, no son interesantes. Y era cierto. Rápido como un relámpago atravesó nuestro elefante de ébano el comedor y se detuvo ante la capilla. El reloj de la catedral de la ciudad apuntaba justo las ocho. Anhelante, el capuchino corrió a tocar las ocho campanadas y cayó rendido de sueño sin poder más... Nadie por fortuna se había dado cuenta de su ausencia.
Y como el pobre Barnabé no atreviéndose a medir las dimensiones de su infortunio permaneciese inmóvil... —¿Quiere usted acabarse de ir? —silbó el loro profeta precipitándosele encima y cubriéndolo de picotazos—. Acaban de decirle que está aquí de más. Vamos, márchese y rápido.
Ahora es preciso que olvide. Es preciso que de hoy en adelante no piense más que en mi deber: mi deber es el de tocar la hora. Lo cumpliré sin desfallecimiento, alegremente hasta que la muerte me sorprenda en la extrema vejez. ¡Quiera Dios que nadie se haya dado cuenta de mi fuga! ¡Con tal de que llegue a tiempo! ¡Son las siete y media! Si no llego en punto de ocho ¡estoy perdido! Es el momento en que se despierta la casa y todos comienzan a vivir. Y el pobre se apresuraba, las piernas ya rendidas. Cuando tuvo que subir agarrándose a las molduras de la chimenea, toda la sangre de su cuerpo parecía zumbarle en los oídos. Llegó arriba medio muerto. ¡Inútil esfuerzo!, no llegó a tiempo... Las ocho estaban tocando. Digo bien: ¡las ocho estaban tocando! ¡Tocando solas, sin él! La puerta del reloj se había abierto de par en par, la cuerda subía y bajaba, lo mismo que si hubieran estado sus manos tirando de ellas; y las ocho campanadas cristalinas sonaban... Hundido en el estupor el pobre capuchino comprendió. Comprendió que el campanario funcionaba sin él, es decir, que él no había contribuido nunca en nada al juego del mecanismo. Comprendió que su trabajo y su sacrificio diario no eran sino de risa, casi, casi un escarnio público. Todo se derrumbaba a la vez: la felicidad que había esperado recibir de la reina de Saba y ese deber futuro que había resuelto cumplir en adelante obediente en su celda. Ese deber no tenía ya objeto. La desesperación negra, inmensa, absoluta penetró en su alma. Comprendió entonces que la vida sobrellevada en tales condiciones era imposible.
Con la muerte en el alma Fray Barnabé volvió Entonces rompió en menudos pedazos la rosa a tomar el camino de la chimenea. Andando, que le regalara la reina de Saba, desgarró el reglamento que colgaba en la pared de la celda, andando se decía: y agarrando el extremo de la cuerda que aso—¡Por haber faltado a mi deber! Debía de maba como de costumbre bajo el techo, aqueantemano haber comprendido que todo esto lla misma que tántas, tántas veces habían sus no era sino una tentación del diablo para ha- manos tirado tan alegremente, pasósela ahora cerme perder los méritos de toda una vida de alrededor del cuello y dando un salto en el vasoledad y de penitencia. ¡Cómo era posible cío, se ahorcó. que un desgraciado monje, en sayal, pudiera Y desde el caer de la tarde comenzó a espe- luchar contra el recuerdo de un emperador rorar impaciente a que llegara el elefante. ¡Pero mano en el corazón de una reina! Pero... ¡qué Próxima semana: “La I latina”, nada! Las doce, la una, las dos de la madruga- linda, qué linda era! de José Rafael Pocaterra Pasó el día entero en una ansiedad febril. Cumplía maquinalmente su deber de campanero: pero con el pensamiento no abandonaba un instante la sopera encantada en donde vivía la reina de Saba y se decía: “¿Qué me importa aburrirme durante el día, si en las noches el elefante de ébano vendrá a buscarme y me llevará hasta ella? ¡Ah!, ¡qué bella vida me espera!”.
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CANTANTES LLANEROS
2
1
4
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Relajo sin Polvarevocales das
Vocal repetida
3,1416 (inv.)
Terco y Paraíso Voz para porfiado terrenal ahuyentar aves
Figura 3
Que tiene alas en los pies (fem.) Tubo de cristal más ancho en el medio
Dominio web para Perú
Madera negra
Mané, destilé Alegórico, retórico En este lugar
3ra letra del ABC 2da vocal (pl.) Figura 4
Dios solar
14ta letra del ABC
Figura 5
Privado de libertad
5
Laboratorio Escapaba
Amigo, carnal Madriguera Anterior a la laringe
Sarao Figura 6
Símbolo químico del telurio
Andes, marches Animal que vive en agua y tierra
Rebanada, trozo
Dirijan, orienten
Indígena filipino
Juego infantil (pl.)
En las casas de moneda, ensaye Low Frequency (s.)
Risa
Antes de Cristo
Punto en inglés
Especie de velo, guarnecido de encajes
Agrios, acres, acerbos
Sacudir, revolver (inv.) 1ra vocal (pl.) Anillo, argolla
Acostumbraba, frecuentaba
Hielo en inglés
Girar Observas, miras
Uno de Onomat. Voz Ser fantástico, los cinco de una exclamacontine- explo- tiva usada alado y femenino Versus netes sión como admiraInformát.: ción pequeña unidad de Rojo en medida alemán
Punta, extremo
Vocales abiertas
Padrón o lista de Que tien- población de a ser inestable y caerse
Flor del lirio
Figura 2
6
Oficina Joven, Impregtímido y Nacional Daré naban de muy estu- Antidrosegunda ázoe gras dioso reja a las tierras de labor
Figura 1
Familiar de un prelado
I
Diosa hindú (inv.)
Relativo Mostaal ejido cho
Otorga Regalado, entregado Alza, levanta
Destapaba
Punto cardinal
Voz militar
Noreste Eleva la bandera
Figura central Dramático, trágico
Río de Rusia
D O M P
POR NATALY SANOJA
Joropo: identidad llanera. Alberto Baquero Nariño
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
“El joropo es representación de los llanos en función del prototipo de trabajo, hombre-caballo-vaquería, en una amalgama que define una simbiosis perfecta, expresiva, además de un modo de ser que raya entre una nostalgia solitaria y una alegría desafiante, altiva, sencilla, ingenua, bucólica”.
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CUENTOS DEL ARAÑERO
DESCARGO POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIÓN MELANY PÉREZ
Yo entregué mi batallón Briceño a la patria, el 4 de febrero de 1992. Algunos se fueron, algunos de los muchachos murieron en la rebelión. El batallón fue a prisión, los oficiales y los soldados, todos presos. Varios meses después estaba en Yare y llega un funcionario de la Contraloría General de la República para que yo firmara el acta de entrega. Porque al batallón lo habían eliminado. Yo no me iba a negar, por supuesto, porque era una responsabilidad administrativa. Así que le di la bienvenida al funcionario que enviaron. Pero me pongo a revisar el acta y había una serie de observaciones. Una decía que yo tenía una deuda de no sé cuántos millones de bolívares por alimentación, hasta el mes de junio de ese año 92. Yo le decía a aquel caballero: “¿De dónde sacan ustedes esto? ¿Cómo es posible que me estén achacando a mí esta deuda desde el mes de febrero hasta el mes de junio, si mi batallón salió a la rebelión y no volvió? ¿Dónde comió esa gente? ¿Cómo voy a pagar yo? Yo estoy preso desde aquella fecha”. Claro, si yo no hubiera revisado, hubiera firmado. Mire, me clavan la estaca. Luego le dije: “No, yo no voy a firmar eso”. Menos mal que uno de los compañeros de la rebelión, el sargento Freites, es contable y me ayudó a revisar el acta. Yo le dije: “Déjeme el acta”. “No yo no puedo dejársela”. “Bueno, entonces venga mañana”. Volvió al otro día y seguimos revisando. Encontramos otras cosas, que si yo no hubiese revisado, o no hubiese tenido ahí a Freites, a lo mejor firmo el asunto y me hubiese metido un autogol, porque hubiese estado reconociendo deudas. A lo mejor sacan por la prensa al otro día: “Vean al comandante Chávez, que habla de la moral y la revolución. Miren, dejó una deuda, no pagó la alimentación, se cogió unos millones de bolívares”. Recuerdo que había también unas deudas en la cantina de tropas. Un teniente era el cantinero y fueron a revisar. Me dijeron que revisaron hasta las botellas, botella por botella, a ver si estaban completas las botellas vacías de los refrescos, las facturas. Fueron a todas las casas comerciales, como debe ser, revisando hasta el mínimo detalle y entonces faltaba un dinero en la cantina. Yo le dije: “Bueno vayan a buscar allá al teniente que está preso en el San Carlos, que él me mande los recaudos”. El teniente no podía salir de la cárcel, pero dio indicaciones sobre un cuaderno que él tenía en un maletín, en su habitación, y en ese cuaderno estaban unas facturas que él no tuvo tiempo de consolidar. Resulta que ese fin de semana hubo cantina, hubo soldados, hubo visita de familias, tomaron Edición Número Ciento tres. Año 03. ÉPALE CCS
refrescos, hubo compras, hubo ventas y el lunes él amaneció alza’o ¿Qué iba a tener tiempo de estar consolidando facturas y registrando el cuaderno? El lunes andaba con su pelotón de morteros, alzado en armas. Sin embargo, aparecieron las facturas y se consolidó todo y quedó todito claro. Eso se llama descargo.
Caracas, 2 de noviembre de 2014.