02-08-2015

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Consejo Editorial

contenido

Directora

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Emiliano Zapata

Mancheta y demás

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Feria del Libro de CCS

Hiroshima, “Mon Horreur"

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18

Zonia García Lisbeth Montell

Noguera: amor en tres tiempos

Ciudades

Ilustrador

20

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El mal llamado voto rosa

Lilia Vera de gira

24

24

Sibaritas y pelabolas

Cine y teatro

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Jorge Rodríguez Gómez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla Mercedes Chacín

— perfil

Editor Jefe

Carlos Cova

DirecTORa de Arte

Edarlys Rodríguez

COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA

Jesús Castillo

Asesor Editorial

— miradas

Reinaldo González

Redacción

Mabe Chacín Kay Yam Hung Gustavo Mérida Ander De Tejada

Diseñadoras

— ciudad

Alfredo Rajoy

Fotógrafos

Jonathan Mendoza Michael Mata

— sexodiversidad

CORRECTOR

Rodolfo Castillo

MANEJADORA DE REDES

Bárbara Baralt

LOGÍSTICA

Idania Bracamonte Daniela Fernández Edi Cordero

— gastronomía

Colaboran en esta edición

Clodovaldo Hernández, Nathali Gómez, Domingo Moreno, Roque Zambrano, Malú Rengifo, Rodolfo Porras, Mauricio Sánchez, Jessica Mena, Oscar Hernández, L. “Razor” Balza y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: Jesús Castillo.

Impresión

Complejo Editorial Alfredo Maneiro Editorial Papirus Impresores 2004, C.A. epale.ciudadccs@gmail.com

@epaleccs

Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-8085843 Depósito Legal: pp201202dc4166 Una publicación de la

— novela

— EL MENJURJE

— mitos

— minicrónicas

— entrevista

— crítica y media

Historias de la calle Lincoln (I)

— cruci compacto

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33

— cuentos del arañero

— bitácora de amón-ra

Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas “c”, piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales y en la librería-Bar el techo de la ballena, edif. Gradillas “A”, planta Baja, Bulevar del Eterno Retorno

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014 y 2015. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.


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PERFIL


Emiliano Zapata:

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rebelde entre los rebeldes

Figura señera de la Revolución mexicana, puso en práctica la justicia agraria en Morelos y terminó enfrentado a otros líderes supuestamente revolucionarios. Vivió brevemente y murió asesinado, aunque el pueblo prefirió creer que había engañado a sus victimarios y que siguió luchando como guerrillero en el México profundo. Todavía hay quien lo cree vivo POR Clodovaldo Hernández clodoher@yahoo.com ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY

Fue un gran amante de los caballos, excelente jinete y domador famoso en varios estados mexicanos. También fue un empedernido luchador contra las injusticias sociales, especialmente la vergonzosa desigualdad en la propiedad de las tierras fértiles. Como tantos otros revolucionarios, Emiliano Zapata tuvo una breve y fulgurante vida, murió violentamente y se transfiguró en mito eterno. Todos hemos visto alguna vez sus fotos de campesino, con uno de esos sombreros inconfundiblemente mexicanos, una escopeta y una doble cinta de balas cruzándole el pecho. Un gran bigote y una mirada llena de determinación completan la estampa de este hombre nacido en 1879 y fallecido en 1919, luego de haber vivido con gran intensidad la primera década de la Revolución mexicana, con todas sus grandezas y varias de sus peores miserias. Zapata brotó de Morelos, en el corazón mismo del territorio mexicano, luego de vivir en carne propia las iniquidades de esta nación que vivía bajo la dictadura de Porfirio Díaz, quien ejerció la presidencia por nueve períodos (de 1876 a 1911), 35 años en total, y creó una hegemonía de oligarcas del campo. Se estima que, en los años previos a la Revolución, 90 por ciento de las tierras útiles estaban en manos de un puñado de ricos, mientras el campesinado literalmente moría de mengua.

Zapata fue uno de los líderes primordiales de la Revolución mexicana, en su variante armada. Pero pronto entró en conflicto con quienes, luego de desplazar a Díaz, se dieron por satisfechos y olvidaron casi totalmente el clamor de los campesinos. Madero pagó esta inconsecuencia al ser derrocado y fusilado por un contrarrevolucionario apoyado por Estados Unidos: Victoriano Huerta. La dictadura de Huerta no se sostuvo mucho tiempo y el abogado Venustiano Carranza, un político moderado, logró retomar la senda revolucionaria, aunque para ello necesitó el apoyo de los jefes de línea dura, como Pancho Villa y Zapata. Estos terminaron asumiendo el rol protagónico y desplazando brevemente a Carranza. Sin embargo, los desacuerdos entre ellos y la falta de experiencia en el manejo de los asuntos de Estado debilitaron la coalición y favorecieron el retorno de Carranza. Zapata se concentró en Morelos y allí desarrolló la revolución agrarista que la dirigencia moderada había desechado a escala nacional. Lo logró mientras las tropas de Carranza y de Villa se enfrentaban por el poder federal. Carranza se impuso a Villa y tan pronto tuvo la fuerza suficiente, se lanzó contra Zapata, el rebelde entre los rebeldes.

En principio, Zapata se unió al gran movimiento nacional antireeleccionista que encabezaba Francisco Madero y pretendía evitar que Díaz siguiera en el poder. Impedido de postularse, Madero debió irse al exilio y desde allí promovió el alzamiento popular. Para movilizar a las masas, ofreció distribuir las tierras a los campesinos. De entonces procede la consigna que luego sería emblema de todas las reformas agrarias: la tierra para quien la trabaja.

Durante varios años se mantuvo la guerra contra el irredento estado de Morelos. Fracasaron los intentos de derrotar militarmente a Zapata, pero Carranza y sus subalternos idearon un plan para asesinarlo. Uno de los oficiales federales fingió que se uniría al zapatismo y convocó al líder a una hacienda. Allí llegó acompañado de diez hombres. Los soldados carrancistas simularon que le rendirían honores militares, pero lo que en realidad hicieron fue acribillarlo a balazos. Fotografiaron y filmaron el cadáver para que nadie dudase de que estaba bien muerto.

Zapata fue un precursor del movimiento agrarista, pues antes de que comenzara el proceso revolucionario propiamente dicho, tomó unas tierras en su natal Anenecuilco. Sin embargo, al estallar la Revolución, el joven (entonces solo tenía 30 años) no se lanzó de inmediato, pues desconfiaba de Madero y de algunos de los jefes que este designó.

Sin embargo, una parte del pueblo siguió pensando que un astuto revolucionario como Zapata no podía haber caído en una trampa tan elemental. Quedó la leyenda de que había enviado un doble y que el verdadero Emiliano continuaba escondido en los montes, luchando por la verdadera revolución. En eso seguimos.

Caracas, 2 de agosto de 2015.

Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS


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el menjurJe

“calles como gradas” “Así tendremos a los vecinos cómodamente sentados disfrutando de la actividad, entendiendo que la intervención humana puede modificar la geografía natural adaptándose a ella...“. La idea para Caracas que se ganó 10.000 bolos por original y realizable es la de Rodolfo Porras, publicada en la página 4 de la anterior Épale CCS. “¡Muros abajo!“, idea de Dulce Medina, tiene una mención especial por ser la más romántica. Se ganó un café. “Arcos y aros“, de Mirko Casale, estuvo en la pelea. “Toque en esta estación“, de Mercedes Chacín, también, pero ella es la directora. A todas y todos los demás, gracias por escribir. Las y los queremos mucho. Porras: ¡brinda! ilustración jessica mena

«

Contra la desmemoria « Premio Hoy, el ganador de Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, el escritor Pablo Montoya, por su obra Tríptico de la infamia, recibirá el galardón a las 4 pm en la sala de teatro 1 del Celarg, ubicado en Altamira.

¡Al comandante en sus 61 hasta siempre! Todavía como que uno espera que salga por ahí riéndose o hablando de Bolívar, como nadie lo había hecho antes.

Música en la Feria A las 2 pm, en la sala Hugo Chávez, estarán Vidal Colmenares y su agrupación

Todavía como que uno espera que salga cantando con Cristóbal Jiménez, hablando del imperialismo, como nadie lo había hecho antes. Todavía como que uno espera que salga y diga venceremos, como ahora hacemos entre todos y todas, porque él, como nadie, se hizo hasta siempre. Por Adal Hernández Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

Caracas, 2 de agosto de 2015.

Las actividades en el Cuartel de la Montaña por los 61

Que no se informara a clientes del Banco de Venezuela de la caída de su plataforma tecnológica el fin de semana pasado.


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MIRADAS

Leer al país no se hace entre líneas La intención es geométrica: la cuadratura del círculo. Es empezar por el final (la media maratón), manteniendo las distancias, y terminar por el principio (La feria), solapando circunstancias. Es, en resumen, de lo que se ha tratado siempre: que usted llegue hasta el punto final POR GUSTAVO MÉRIDA @gusmerida1

Caracas, 2 de agosto de 2015.

Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS


Foto Américo Morillo

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Medio maratón son, con exactitud, 21.098 metros. En el kilómetro 20 las emociones se agolpan y aparecen las ganas de llorar porque, ni tan de repente, falta poquito y se está a punto de llegar. Ese último kilómetro es el más difícil: no se ve la meta y parece, solo parece, que ya no se puede resistir más. Pero la carrera lleva el nombre del Libertador y es en Caracas: por supuesto que se puede resistir. El día antes de la 15ta edición de la Media Maratón de Caracas, homenajearon a Jorge Rodríguez (padre) en el Teatro Nacional. Jorge Rodríguez (hijo) leyó, por segunda vez en su vida, la carta que le escribió a su padre asesinado a batazos en una cárcel hace 39 años para dejarla en su tumba. Ese mismo día, el cubano Alberto Juantorena rompía, en Canadá, el récord mundial en los 800 metros planos y ganaba la medalla de oro. Ese mismo día, pero 39 años después, la venezolana Stefany Hernández se titulaba, en Bélgica, campeona mundial de bicicross. El día anterior se cumplían 232 años desde que Simón Bolívar nació, muy cerca del sitio donde escribo, según la versión vigente. El día anterior a ese se inauguraba la 6ta Feria del libro de Caracas. Dos días después, esta ciudad cumplió 448 años de fundada. “Discúlpanos, Guaicaipuro”, dijo Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

el presidente Nicolás Maduro desde el par- el mismo lugar, pero más lejos del Teresa y que Los Caobos en la Feria del Libro, que más cerca de la nueva ciclovía —con puente y todo—, terminó la carrera. termina hoy.

Por la mitad

Cuando hay impuntualidad, se corre el riesgo de la soledad no deseada. Diez minutos luego de la partida, empezamos a correr. Solidaridad (gente que no nos conoce animándonos a seguir), meditación (piensas mucho, pero también dejas de pensar), alegría (“¡Por la vida!”, grita una señora), emoción (kilómetro 20), temor (“¿Y si me da un calambre?”), cariño (abrazo a la llegada). Treinta y siete segundos antes de que se cumpliera una hora y diez minutos luego de la partida, Danny Cornielle cruzó la meta de primero. “Mi sueño es hacer una marca para (ir a) los Juegos Olímpicos”. Diecisiete minutos y 17 segundos después llegó la primera mujer, Jennifer Zambrano. Cuando se corren varios kilómetros por primera vez, uno se conoce, se reconoce. Cuando se hace algo por primera vez, generalmente, sucede lo mismo. El clima fue amable. Desde donde antes mandaban, a quienes no lo hacían tan bien o no sabían, a tomar clases de manejo, en Los Caobos, pero cerca del Teresa, empezó la carrera. En Caracas, 2 de agosto de 2015.

Es más grande y más larga la avenida Bolívar cuando se corre. Las torres, que casi no se ven, del Centro Simón Bolívar —otrora las más altas de la ciudad— se ven pequeñas. Al cruzar la plaza O’Leary nos enteramos del poco camino andado (¿o corrido?): tres kilómetros. La avenida San Martín es una suave bajada oportuna. “¡Por abajo!”, grita una policía antes del elevado, el nuevo. Pasamos al lado de la plaza Italia sin verla. En la redoma La India doblamos hacia El Paraíso. Ahora que en la Cota 905 se le dio un parao al malandreo, esta vía podría sumarse a la ruta en la próxima edición. Aunque esa subida debe ser coño ’e madre. Muchas sombras en El Paraíso. A lo lejos, en la avenida, un corredor corría con dificultad. Parecía afectado con alguna secuela de alguna enfermedad, quizá un ACV. Un tipo así, echándole bola, genera solidaridad, simpatía. Fue fácil alcanzarle, era fácil saludarle. Pero justo antes de hacerlo, el tipo grita: “¡Maduro es colombiano!”. Otro de


Si desde donde estás, crees que soy libre y actúas con recelo, pudiese suceder que, otro más pensador, irónico, maldito y maloliente te diga: “No cabes en ti mismo porque nunca te ensimismas” quizá entonces yo te recomiende: “Atraviesa la calle, camarada, sé valiente deja de hablar paja, mira al frente camina, corre, suda y proscribe la inútil consigna conveniente” (Anónimo)

los corredores, que iba muy cerca de nosotros, le pintó una paloma. El tipo grita más duro y se van quedando atrás frases que juntan “maldito” con “chavista”; el corredor, trotando de revés, para que pudiese verlo bien, le pintó dos. Y gritó, no sé si más o menos fuerte que el otro, una frase que juntó “vida” con “Chávez”. Cuando nos dimos cuenta, estábamos pasando por lo que antes era La Planta.

Foto JESÚS CASTILLO

Foto Américo Morillo

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De El Paraíso hasta el principio de la avenida Fuerzas Armadas (¿no debería cambiar a Fuerza Armada?) hay una recta que es más derecha que otras y una subidita que, como suele suceder, se convierte en bajadita. Justo ahí dan ganas de esperar, pero mejor es seguir. Al menos en esta carrera.

La avenida Victoria tiene trabajos de vialidad a la altura de El Peaje, en dirección hacia la iglesia San Pedro, iglesia que ha sido En 1996, 25 presos murieron calcinados cuna, o albergue, o mampara, de manifestadentro de una celda. El alcalde de Caracas ciones opositoras. de esa época era Antonio Ledezma. El alcalde de Caracas de esta época anunció, junto Kilómetro 17 a la entonces jefa de Gobierno, Jacqueline Si nos concentramos demasiado en la caFaria, y la ministra Iris Varela, que lo que rrera, dejamos de ver las fachadas recuperaera La Planta va a ser un parque: el Cipriano das por este Gobierno, los nuevos edificios, Castro. No nos acordamos de esto exacta- los cambios de Caracas. Si no nos concenmente al pasar por allí, pero nos acordamos tramos tanto en la carrera, podemos perder de que hasta hace poco, en ese mismo lugar, el paso, equivocar la ruta, hacer trampa. un domingo como este, a esta hora, había En resumen, podemos dejar de resistir, por cola de familiares para la visita. cansancio, por flojera, por comodidad, por Caracas, 2 de agosto de 2015.

falta de conciencia. Entonces, ¿dónde ponemos la mirada, la concentración, la conciencia? Fácil: en nosotros mismos. “¿Será hasta los monolitos?”. Pero no fue. Al cruzar antes, en la curvita esa en la que ya no se puede dar la vuelta, faltaban cuatro kilómetros. Un segundo (¿o tercer?) aire al ver Plaza Venezuela, el cronómetro difuso hasta que llega la nitidez de los pocos metros finales y, una hora con 23 minutos después de Jennifer, llegamos. Romántica. Hasta este domingo 26 de julio, hasta el final de la carrera, hasta la presentación del libro de Earle Herrera La espada sobre el fuego —que tiene ese título gracias a un poema de César Rengifo—, toda la Feria del Libro de Caracas estaba salpicada y enredada de romanticismo. Empiernada, más bien. Todo era romántico: el agua de la fuente, poder comprar cinco libros, pagar con el billete de más Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS


alta denominación y que te den vuelto y tinta a la calma chicha —esa que me arroque, con este, puedas comprar otro libro. pó, que me hizo olvidar para qué estaba en la feria, que me hizo olvidar plurales, Y los poetas que andan rondando, o reptan- puntuales, arabescos, libros y poemas—, él do, siempre, echándosela, juran y perjuran hubiese dominado la situación. La hubiese que saben mucho del amor solo por juntar encontrado sin buscarla, abrazado sin juzpalabras románticas, vocablos predilectos, garla y hubiese sonreído mientras garabateaba algo en un papel. Porque las probabisudores y olores. lidades de que Pedro no usaría un teléfono Con la complicidad de ese ambiente, la in- inteligente —como hace Luis Britto García quien, por cierto, en este lugar que ahora vité a la feria, sin temor. es más romántico, precisamente porque Pedro Chacín, autor de Manual del levan- ella no está, le dijo al presidente Maduro te, amigo de Earle Herrera, amigo de Jor- que posiblemente por no usarlos él escrige Rodríguez (hijo), hubiese sorteado con bía tanto— son muy, pero muy altas. Vaya infinita elegancia cualquier contratiempo este pequeño homenaje a 22 años, tres me—vaya que los hay en un lugar tan román- ses y dos días de su partida. tico como este parque— al conocer a una mujer de cualquier edad y de cualquier Yo la llamé. profesión u oficio y, en el proceso, levan- Ella volvió para irse y quién sabe si para társela, en el mejor sentido de la palabra. siempre. El experto mantendría un control perfecto al descubrir que ella, sencillamente, ¡des- La impuntualidad, tal vez, te acerque a la apareció! Sin nervios, con una calma dis- soledad. Solo, cabizbajo, meditabundo, busEdición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

Caracas, 2 de agosto de 2015.

Foto mICHAEL mATA

Foto JESÚS CASTILLO

Foto mICHAEL mATA

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cando latas inexistentes para patear, tropiezo con el romanticismo de los demás. Tropezar así no tumba a nadie. Leer al país, a la ciudad, al Esequibo, no se hace entre ninguna línea. Se hace de frente, aunque a veces tengas que correr mirando atrás porque para adelante es por allá. Tal vez por eso en Caracas pasan cosas extrañas, que la van cambiando. En la avenida Bolívar otra gente, que antes estaba al margen, cuelga su ropa húmeda para cuando salga el sol que, menos mal, está retardado esta mañana de domingo amable. A algunos, y algunas, eso les parece feo. ¿Dónde coño van a secar la ropa?, ¿en el baño?, ¿para complacer la estética de los traseúntes? Al terminar la carrera, aquel domingo, la Feria del Libro de Caracas estaba despertando. Este domingo, hoy, es su último día. Vaya antes del anochecer. O después.


Filo y borde

Foto jesús castillo

Foto LUIS BOBADILLA

Un crisol en el golfo de Paria.

Es seguro que aún encontrará el romance que parece esquivo, pero no es. Está allí, justo al lado de la resistencia que a veces parece querer irse en veloz carrera y en cualquier dirección. Resistencia con miedo no vale, romance con altivez tampoco. Como en una media maratón cualquiera, a esta altura estamos en el kilómetro 20. Falta poquito para llegar, pero no se ve la meta. Si lo recuerdan, él dijo que, en verdad, nosotros no la veríamos. Pero, ¿y los nietos (y las nietas) de los que hoy son niñas (y niños)? No hay nada más romántico que eso. Y así me acostumbré, a verte pasar con las horas, imaginándome cada pedazo de tu piel, sintiendo tu ternura en mil miradas, temerosas. Otro homenaje, y nunca serán muchos, al poeta Pedro Vicente Lizardo quien, al principio, a la mitad y sin ver la meta, no pierde la ternura. Es de tarde cuando, en Caracas, los libros, los homenajes, las es-

peranzas, las resistencias y los romances se juntan para, en coherencia, dar ejemplo. Si siempre hay un abrazo cuando llegas, mejor. Si algo está mal y nadie te lo dice, peor. Hay que seguir corriendo por Caracas, bajando los tiempos, comprando libros. Omar José Hassaan Fariñas lo dijo clarito en la presentación de su libro (250 bolos, pero pregunten por Rajoy en el stand 61) en la sala Hugo Chávez, que es más que “un galpón de lona”: “Ya no hay excusas para no saber, para no aprender. Y eso es gracias a Chávez”. Su libro se llama Poder, fe, pobreza y guerra. Crisis y conflictos en el mundo multipolar del siglo XXI. Mientras tanto, romanticismo y resistencia. Desde Caracas, en esa misma semana el canal multiestatal Telesur, el programa de televisión La librería mediática y el experimento exitoso —que era núcleo endógeno y ahora es parque cultural— Tiuna El Fuerte cumplieron diez años. Felicitaciones. Apenas están en el Km 3. Caracas, 2 de agosto de 2015.

En una vieja caricatura unos indígenas avistan las clásicas tres carabelas de Colón y uno de ellos dice: “Carajo, ya nos descubrieron”. En clave de humor, se rescata así una idea que escuché pronunciar a Rodolfo Izaguirre, quien advirtió que la película de nuestra nuestra historia estaba contada como si las cámaras vinieran montadas en los barcos y que podría ser otra si las cámaras se ponen en la costa. Hace hoy exactamente 517 años que al actual Macuro, en la península de Paria, llegó la tercera expedición de Colón. La primera en tocar tierra continental de un continente que carecía de nombre para los europeos y que años después adquirió el de América. No conozco referencias de los Kariñas a este hecho. Colón los describió como amables y de apariencia saludable. Testimonios de otros pueblos originarios describen a los invasores europeos destacando su capacidad para mentir y engañar, su codicia de oro y plata y la violencia desatada para apropiarse de todo. Los invasores de nuestro continente recién se habían sacudido el dominio árabe de sus tierras, que había durado cerca de mil años. No intentaron comprender las realidades del nuevo continente, las avasallaron y las aminoraron. Sobre templos centenarios, construyeron sus iglesias. Impusieron la propiedad privada donde antes todo era colectivo y la esclavitud a pueblos que no la conocían. Los ojos de los invasores no tenían interés de conocer, querían colonizar e inventariaron todo a su cultura. El puma y el jaguar, por ejemplo, no tuvieron su propia identidad, fueron reducidos a las categorías de “león” y “tigre” americanos. No les fue mejor a los lugares. Valencia, Mérida, Córdoba, Andalucía, Cádiz, Santiago y otros nombres de ciudades o regiones españolas ocuparon el espacio que antes se pronunciaba en idiomas que no sobrevivieron a la invasión. Hoy somos la suma de los pueblos originarios, de los invasores y de los secuestrados de África. Para vernos tenemos que colocar cámaras en todas partes. Somos una aleación dura y flexible, capaz de permitirnos estar en el género humano con una mirada sin complejos, acerada por diversas trazas culturales irredentas. Freddy Fernández @filoyborde

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MITOS

Hiroshima, “mon horreur” POR Nathali Gómez @laespergesia ILUSTRACIÓN JESSICA MENA

Segundos después de que Little boy estallara, a casi 600 metros del suelo de Hiroshima, miles de cuerpos se volatilizaron en el acto. De algunos solo quedó la silueta, a modo de esténcil, en los muros de ese 20 por ciento de la ciudad que no se llevó la bomba atómica. El resto es queloide. Los relojes se pararon a las 8:15 am de aquel 6 de agosto de 1945, en esta ciudad ubicada en el delta del río Ota, en Japón. En la Tierra del Sol Naciente esa mañana nació un “sol de la muerte”, cuyos rayos luminosos de uranio condenaron al veneno de la radioactividad a generaciones. La bola de fuego acabó con 80.000 personas en el tiempo que le lleva a alguien decir “personas”. Dos horas después, 40.000 más murieron; 70 años después, sumando las víctimas de Nagasaki (9 de agosto de 1945), la cifra es de 292.325 muertos. En la historia oficial, la “rendición de Japón” puso fin a la Segunda Guerra Mundial. En unas imágenes del documental de Kenishi Watanabe, La cara oculta de Hiroshima, un

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grupo de estadounidenses salta de alegría al leer: “Las bombas acaban con cien mil ‘japos’”. En la memoria colectiva, el humo del “gran hongo” disipa, de una forma estética, este genocidio. A pesar de que el general estadounidense Thomas Farrell dictó la dedicatoria “Para Hiroito con amor y besos” que tenía Fat man (la bomba de plutonio, más barata y más letal, que en un instante mató a 100.000 personas en Nagasaki), una búsqueda rápida en internet silencia su nombre. No es de extrañar pues, desde 1940, EEUU trabajaba en el desarrollo de un arma letal de destrucción masiva en el más completo silencio cómplice que envolvía al sector militar, científico, político e industrial (Kellog’s, General Electric, Monsanto, entre otros), en alianza con Canadá y Gran Bretaña. Aunque el presidente Franklin D. Roosevelt aprobó en 1940 la fabricación de la bomba, tras leer una carta de Albert Einstein sobre la capacidad de destrucción de esta artefacto hasta entonces desconocido, fue su

Caracas, 2 de agosto de 2015.

sucesor, Harry Truman, quien, tras experimentos con humanos y una detonación en Nuevo México, dio la orden de que ambas bombas fueran lanzadas sobre Japón “para evitar más muertes” a través de “la dominación del poder elemental del universo”. Cabe mencionar que Hitler renunció a desarrollar un arma atómica en 1944; que Japón estaba devastado y sin fuerzas; que las tropas de Stalin avanzaban en territorio japonés tras la rendición de Alemania y que el gobierno estadounidense había interceptado en julio de 1946 un mensaje donde Japón expresaba su intención de capitular. Entonces, ¿para qué lanzar esas dos bombas y acabar con miles de personas? La respuesta es letal: “Hiroshima debía ser destruida para consolidar el poder económico, político, industrial y militar de EEUU”. “Yo también he mirado el hueso roto, quemado, que se hizo vulnerable como la carne”, dice una mujer a un hombre en la película francesa Hiroshima, mon amour. “No has visto nada en Hiroshima”, le responde él.


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CIUDAD

Carlos Noguera: Amor en tres tiempos POR ander de tejada @epaleccs

Caracas, 2 de agosto de 2015.

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12 Para presentar historias de la calle lincoln, novela que se publica a partir de esta edición en la revista, tenemos los testimonios valiosísimos de tres personas que convivieron cercanamente a carlos desde distintos ámbitos de su vida, desde tres tiempos Hoy comienza a publicarse, aquí en Épale CCS, la primera novela escrita por Carlos Noguera: Historias de la calle Lincoln. El pasado 3 de febrero falleció el camarada, quien fue, sin duda, uno de los escritores más importantes de la la literatura venezolana. Este trabajo, protocolarmente, suele ser una presentación a la novela, pero este, como el protocolo generalmente hay que desecharlo por rebeldías revolucionarias, es un homenaje al escritor más que una presentación de su obra primogénita, quien queda vivo en la memoria de tantos lectores y de tantos aspirantes a escritores que tuvieron la dicha de ser sus alumnos.

representación de su vida misma: habla su fuerzas a ver lo positivo de un relato, te obligas a dejar atrás tu pedantería y a tener alumna, habla su hijo y habla su amigo. un ojo más crítico y más filoso, tanto con la literatura de los demás como con la de uno Leila Samán, mismo. En todo el tiempo que estuve en el la alumna Cuando uno cursa muchos talleres litera- taller, él nos hacía sentir que todos éramos rios, en narrativa, el papel del facilitador es amigos, que todos estábamos en el mismo una cosa muy importante, y cuando No- bote, que no había nadie mejor que otro guera jugaba ese papel, era increíble para sino que todos teníamos nuestros puntos y nosotros, ya que hacía que uno dejara atrás nuestras caídas. Era una atmósfera que no la pedantería que tiene a veces cuando cri- todo facilitador brinda. Además, tenía una tica un texto literario. Él te forzaba a ver dedicación impresionante al trabajo que más allá de lo evidente, creando una at- hacía con nosotros, tan así que, a pesar de mósfera de grupo muy buena, porque con que estuviera en Monte Ávila y escribiendo él uno veía cosas buenas en lo que consi- su novela de 800 páginas, si tú le mandaderabas que estaba mal. Él nos ponía, pri- bas, extra al taller, un texto que querías que Hablan, a partir de ahora, tres personas cer- mero, a ver lo positivo del texto; después revisara, él lo hacía. Era muy paciente con canas a su vida que, quizás, podrían ser la veíamos lo negativo. Entonces, cuando te uno y tenía una dedicación a la docencia

Para Leila Samán, la literatura cobró significado gracias a los talleres que dictó Noguera. FOTO JONATHAN MENDOZA

Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

Caracas, 2 de agosto de 2015.


Alejandro considera que su padre amalgamó los oficios de psicólogo y docente en una sola terapia. FOTO JONATHAN MENDOZA

casi exclusiva. Era increíble, porque siempre sabías que ibas a tener de él lo que estabas buscando, siempre ibas a obtener una crítica concisa, algo que te iba a ayudar a mejorar, nunca para mal de tu creación literaria sino siempre para mejorarla y poder hacer de uno mismo un mejor escritor. Siempre estaba pendiente de eso. Además, estuvo yo no sé cuántos años de su vida dando el mismo Taller de Narrativa. Pero, a pesar eso, el curso nunca se sintió monótono. Él siempre tenía cosas nuevas que decirte y tú siempre sentías que era la primera vez que estaba dando el taller y que lo estaba dando contigo. Te ayudaba a mejorar, que es lo importante de un facilitador, y nunca lo hacía con distancia sino siempre con mucha calidez humana. A mí me gustaba muchísimo que todo lo tratábamos con mucho humor. Eso era muy fino. Si te lo encontrabas en una Feria del Libro o en otro sitio, él siempre te abría los brazos y te hacía pasar vergüenza pública: “¡Ahí está mi tallerista, una increíble escritora!’’. Era muy gracioso. Su humor, a pesar de que a veces era medio negro, era muy fino. Creaba entre él y nosotros una relación mucho más amigable y cercana.

Cuando terminé de hacer el taller con Noguera, empecé a hacer talleres con otros facilitadores y no podía dejar de pensar en su taller. No podía dejar de pensar en lo que me hizo ese taller: yo pensaba que escribir era un hobby nada más. Me lo pensé en serio y quise hacerlo como oficio tras ver clases con él, cuando nos obligaba a escribir todos los días durante dos horas. Si no hubiese sido porque yo en aquel momento fui tallerista de Noguera, para mí la literatura sería cualquier otra cosa en mi vida. Hizo que fuese algo especial y estoy totalmente agradecida con él. Me incentivó muchísimo. Totalmente. La relación con sus alumnos era algo así: “Tú viste el taller conmigo, ahora tienes que ser escritora, y hasta que tú no cumplas tu sueño, yo no te voy a dejar tranquila, Leila’’. Siempre estaba pendiente de que uno estuviera escribiendo; eso, sin dejar de lado su escritura. Era impresionante. ¡Sí, estoy orgullosa de haber sido su alumna!

Alejandro Noguera, el hijo

Nosotros somos cuatro hermanos. Dos mayores con mi mamá y dos menores con Juliana, su esposa. Una de las cosas que más me llamó la atención fue que a nosotros nos Caracas, 2 de agosto de 2015.

crió de una manera y a ellos los crió de otra totalmente distinta, incluso opuesta: con nosotros se lanzó las grandes aventuras de viajar por Europa en un carro que compramos en Inglaterra, con el volante del otro lado, durmiendo en carpa, en plena guerra fría, por Checoslovaquia o Yugoslavia. Y con mis hermanos era otro estilo: un resort con paraguas y mesonero en la piscina. Muchas veces me daba consejos sobre algunas cosas personales, sobre todo cuando hablábamos de las mujeres. Yo le comentaba que lo que él me decía que hiciera era lo contrario a lo que él había hecho, a lo que él respondía: “Sí, exactamente eso. No tienes que pasar por lo que yo pasé. Por eso te recomiendo lo contrario. No permanezcas en situaciones dolorosas, simplemente fluye adelante’’. Eso cuando él, justamente, como buen artista, era muy apasionado y se metía muy de lleno en sus situaciones. Con las de los demás, con la mía como hijo, siempre estuvo dispuesto a escucharlas. A veces yo llegaba todo angustiado y nervioso por cualquier cosa y me decía: “Ya va, déjalo así, espérate un momentico, que eso pasa’’. En la medida en que crecí, me di cuenta de que esa es la actitud que en la mayoría de los casos funciona: esperar un poco a que Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS


14 las cosas que están creando tensión se desenvuelvan y tener la paciencia de ver por qué están pasando. De mi papá también me queda mucho la entrega a la labor. Muchas veces, en sus últimos días, nos preguntamos por qué seguía yendo para el trabajo, por qué no se retiraba, por qué no estaba en Cuba fumándose un tabaco con Fidel o tomándose una piña colada con Chávez, pero después pensaba yo que morir en su escritorio era un estilo también, y hay que aprender el valor de ese estilo, de aquel que muere en el campo de batalla, de aquel que tiene una inspiración tan fuerte que es capaz de llegar hasta ese punto.

medio terapeutas y suelen analizar y tratar de aconsejar al otro. Siento que su trabajo terapéutico era eso: aparte de los talleres, que es como una mezcla de la literatura con la terapia individual, estaba su consulta. Él tenía su consulta en los lugares donde escribía. Me imagino que el trabajo de terapeuta, en muchos casos, también es un trabajo de padre. Escribir un libro también es un acto de paternidad. Entonces, quizás muchas co-

sas de las que yo de repente no tuve tiempo de hablar, todavía puedo hablarlas con él a través de su obra, que queda todo el tiempo, mientras viva, disponible para mí.

Humberto Mata, amigo y escritor

Yo conocí a Carlos en los años 60, justamente cuando empezaba a salir la revista En Haa. Carlos era un joven de veintitan-

Cuando me gradué del bachillerato, me quería ir a viajar por el mundo. Él me pidió que por favor me quedara porque después me podía desarraigar de la tierra. Yo no entendía esa vaina. ¿Cómo que me iba a desarraigar de la tierra? Normal, pues, aquí tengo mi casa. Bueno, entonces estudié aquí, en la universidad, y cuando me gradué agarré el título, lo puse con la toga y no lo volví a ver más. Te hablaba de eso por el tener una inspiración por la cual vivir, el tener algo más importante que la familia, en realidad. Aunque he comenzado a sentir que la familia es lo que lo sostiene a uno para algo, me acordaba del Che y de las cartas que enviaba a sus hijos explicándoles que a pesar de que fueran su familia, él tenía cosas por hacer. Mi papá trabajaba por la Revolución. Aparte de ser un revolucionario de toda su vida y de escribir sobre la Revolución, al empezar su trabajo de gerencia editorial él tomó como misión revolucionaria que la gente leyera. No simplemente era administrar una editorial; era ponerse al servicio de la Revolución para que hubiera más libros y viajar por todo el mundo llevándolos. Le entregaba tanto a la gente y compartía que, en vez de encerrarse, aunque se encerraba, salía a la calle a escribir. Se sentaba en un café, que cambiaba cada diez años según el ambiente del lugar, y ahí se hacía amigo de los mesoneros y recibía a la gente. Cuando estaba escribiendo, llegaba cualquier persona y se sentaba, así fuera a pedirle diez bolos para el ticket de metro o a echarle un cuento. Siempre estaba disponible para la gente. Como psicólogo que era, se dedicó a la investigación. Pero todos ellos son, al final, La faceta que más extraña Mata es la del Noguera amigo. FOTO JONATHAN MENDOZA Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

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Carlos Noguera se mantuvo incólume en su postura revolucionaria

tos años; yo tendría 13 o 14 años. Todos estábamos involucrados en esa aventura de lo literario. Todos pensábamos que había que hacer una literatura alejada de lo panfletario, en cuyas manos era muy fácil caer al estar en medio de tantas guerrillas. Y que, no por ello, dejara de ser una literatura que mostrara lo que estaba pasando, lo que sentíamos, lo que nos hacía llorar y reír, pero de una manera literaria. Así fuimos él, José Balza, Jorge Núnez y muchos más, embarcados en una aventura rarísima que dio lugar a esa revista de la que todo el mundo habla y que muy poca gente conoce. Ahora, el Carlos Noguera, el otro, el que no puedo evitar jamás: el amigo que conocí menos de lo que yo quería conocer, el Carlos Noguera preocupado por todos nosotros, el Carlos Noguera que se angustiaba muchísimo por cosas que a nosotros nos parecían nimias, tontas; pero a la larga resultó que esas cosas nimias y tontas eran muy importantes y Carlos tenía razón de angustiarse, y los que éramos tontos éramos nosotros que no nos angustiábamos por ellas. Era un ser muy especial, Carlos.

se sorprendió, porque Carlos siempre fue alguien que estaba captando la realidad. Veía lo que pasaba, cómo nos comportábamos, cómo éramos, qué hacíamos y después lo narraba. Verlo es más fácil que narrarlo, por supuesto. Todos sabemos que es así. Primero hay que hacerle una venia infinita al personaje humano, narrador, escritor que fue siempre absolutamente firme consigo mismo. Jamás tuvo una variación ni una duda. Bueno, dudas hubo en todos. Pero el camino estaba y Carlos jamás se alejó de él. Ni siquiera cuando estaba muy enfermo. Ahí quiso seguir trabajando. Quiso seguir yendo a su tarea. Porque la tarea de una revolución era lo que se planteaba finalmente. Estoy absoHistorias de la calle Lincoln es, obviamen- lutamente orgulloso de haber sido amigo te, la historia de la Venezuela de esa época. de Carlos. Y, como amigo entrañable, me Carlos quiso hacer con sus novelas varios hace una falta tremenda. momentos de los venezolanos. Historias *** de la calle Lincoln es el momento de la euforia, de la juventud, de las salidas, de las parrandas, justo por la calle Lincoln. Yo Comienza pues, a partir de ahora, una larno participaba, era muy muchacho. Me ga caminata por la Caracas de la noche, hubiera gustado muchísimo, pero no me de la curda y de la revolución clandestina; tocó vivir esa euforia. Sí la vi venir, y cuan- comienza el paseo por la abertura inmensa do salió la novela, nadie que lo conociera bautizada calle Lincoln. Salud. Y no lo digo porque esté muerto, lo digo porque lo siento así. En cuanto a escritor, sabemos que fue el novelista de Venezuela. A mí no me cabe la menor duda de que en la figura de Carlos tenemos al novelista venezolano del siglo XX y XXI. Historias de la calle Lincoln, que ustedes van a publicar, es apenas el comienzo de Carlos. Un comienzo muy hermoso y fructífero, sin duda. Pero él seguiría escribiendo y escribiendo con una tenacidad impresionante que ojalá yo tuviese. Nos ha dado, creo, la novelística más importante que tenemos en Venezuela actualmente. Sin esa obra de Carlos, tendríamos un vacío inmenso en este instante.

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minicrónicas

foto jonathan mendoza

CIUDADES

Don Pepe Melani

azul clarito que le daban a su aspecto el carácter necesario y la sonrisa adecuada de un genio del arte pictórico. Una sonrisa que mantengo grabada en mi memoria y con la que se solazaba las veces que yo acudía a su lado para pedirle que me contara o que me dibujara algún rostro, y tal vez que me prodigara algún secreto que yo pudiera aplicar En la bodeguita de Donato y Carmen, en la a mis incipientes lienzos que ya se atrevían calle 3, casi frente a la escuela de música, se a recibir manchones y pinceladas atrevidas. vendía leña, condumio o miche, este último de manera clandestina. El lugar era parada Él, con infinita paciencia, jamás rechazó obligatoria para la conversa con Donato y mis exigencias. Muy por el contrario, tola reunión de los conocedores. Por allí por- maba entre sus manos un huevo y un lápiz, taba Don Pepe Melani, de tarde, enfundado y en la cáscara trazaba mágicas líneas que en regio flux que prescindía de la corbata hacían variados rostros en innumerables luego del tercer guamazo, con su sombreo gestos y expresiones. Cada postura de gapelo ’e guama, pulcro; con sus traviesos ojos llina usada, de la que surgía la magia, era La ciudad de La Grita, la Atenas del Táchira, desde siempre ha engendrado talentos variopintos y trascendentes en todas las disciplinas del arte y el estudio. Nombres legendarios se acumulan en su acervo histórico y todos contribuyen a enaltecer nuestro gentilicio.

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motivo para una carcajada infinita y pícara para mi pasmo y admiración sincera. Don Pepe, padre de Néstor Melani, eximio muralista y maestro, vivió una juventud de gloria y de creación. Rechazó las más exóticas invitaciones para recorrer el mundo del arte y optó por quedarse en su lar nativo y, desde allí, plasmar hermosos murales para la iglesia, retratos sin igual en los que la luz y la sombra solo copiaban la realidad del alma del o la modelo. Gloria eterna a Don Pepe Melani y siempre agradecido por sus charlas y dibujos en las cáscaras de los huevos en la tienda de Donato, entre michito y michito. POR DOMINGO MORENO


SALMO 23. COTUFAS

“Todo está consumado”, dije para mis adentros. Y seguí camino a la Feria del Libro. Un gentío y un portal en forma de Arco de Triunfo nos daban la bienvenida en el parque Los Caobos. Minutos antes pasamos por el círculo caucasiano de la madre verdadera y falsa, o los padres de esa condición en la modernidad. A los costados, los museos, y en el centro una gran carpa de circo, con sillitas y todo, donde los poetas, especie de “malabaristas”, decían versos inquietantes, salvajes, rebeldes, lujuriosamente subversivos o elegíacos. La muerte o la victoria revolucionaria. Hay muchas lecturas (y por eso seguimos escribiendo) mientras el escribidor y el escritor, en la trastienda, escarban en la memoria dónde y cómo sucedió esto tan de antier hace años y no recuerdo escrito en tenebra y creo que dice: “En un laberinto, todas las puertas son verdaderas y todas son falsas, por ello es menester llevar en el alma una verdad y una equivocación”.

foto michael mata

El carrito tenía una inscripción en el lado opuesto al manubrio: Salmo 23. COTUFA. Escribía el cotufero, haitiano o cartagenero, por la bemba, y el color cetrino, ojos grandes enrojecidos, alguna cosa que lo hacía mirar hacia el cerro Ávila, abierto entre dos moles de edificios gigantes. Mi escribidor se enfundó el papel y el lápiz en el bolsillo de la bata blanca, mientras atajaba cotufas en unas bolsitas de papel de estraza blancas.

“Alguien me entregó los cuadernos azules”, pensé. Comuna o nada. Más allá, entre altos caobos, entre a la carpa de trinchera. Ahí, en el anaquel de enfrente, firmado por Bernstein, un folleto: “Comunismo o nada”.

Los caobos nos miraban asombrados y un proyector de luz artificial potente hacía brillar el elefante dorado del parque.

Nuestro escribidor de la trastienda había deletreado en su papelito de bolsa de entraza: “Caracas es más que una ciudad, un Al lado, en la carpa de los niños, dos mito, una leyenda libertaria, la permanenpequeñines, con las caras pintadas de te construcción imaginada de una cosmopayasitos, decían a pleno gañote: “No visión que se habita en su ser mundano”. queremos comer verduras”, en el más auténtico lenguaje de Rengifo, y escribían Me di vuelta, atrapado en el atardecer de oralmente como en una radionovela: tintes ocres. “Nicolás está cerca de la fuen“Queremos comer Luces”. Al fondo, una te”, me dijo Thaís. patrulla de escenografía tocó la sirena y encendió las luces. POR Roque Zambrano

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SOBERANÍAS SEXUALES

El mal llamado Voto Rosa POR rummie quintero @divasdevzla ILUSTRACIÓN JESSICA MENA

El voto es la máxima expresión de la democracia, es el instrumento que permite a toda ciudadana y ciudadano el discernimiento político-electoral. Pero el tema de la democracia es complejo, delicado, sobre todo cuando entran en juego los intereses particulares, las ansias de poder y la avaricia... El voto es un derecho. Es un trofeo conquistado desde que se abolió la esclavitud y la discriminación por género. Sin embargo, esta última continúa hacia personas que tienen una identidad autopercibida no reconocida por un Estado patriarcal que persiste en tiempos de revolución. Pero los transexuales, homosexuales, lesbianas, intersexuales y bisexuales se levantan y se organizan para cambiar el sistema patriarcal —que tiene como cómplices a mujeres que repiten prácticas machistas y dominantes—, que no permite permear los espacios ganados de manera conjunta entre el pueblo y sus candidatos-candidatas, quienes poseen una visión humanista desde el discurso pero en la práctica se han quedado detrás de la derecha. Solo persiguen su crecimiento monetario o de ego. Por supuesto, se ilustran para hablar bonito, se nutren del discurso de los y las grandes para hacer creer que son de vanguardia, defensores o defensoras de los derechos humanos. Son a quienes se les olvida de dónde salieron, cuáles son sus raíces, su color de piel, su género, su clase social; porque, claro, ya han subido los peldaños que tanto anhelaban y ahora dejan ver su esencia. Pero aquí sigue un pueblo que ha madurado políticamente —a veces no tanto como deseo— y se da cuenta de que esos y esas no son lo que predicaban. Un pueblo que aún confía en las directrices que dictan sus líderes y lideresas, que sigue uno de los mandatos del Comandante Supremo: la autocrítica y las famosas tres “R” (revisión, rectificación y reimpulso) y ahora de nuestro presidente obrero y gallardo. Nicolás Maduro hace lo que predica y toma en cuenta las letras de El libro azul, que pocos y pocas ponen en práctica, demostrando que nos les queda nada de la génesis del humanismo y del socialismo del siglo XXI. Debemos apropiarnos de las leyes que nos procuran la participación política y protagónica, como lo reza nuestra Constitución, y que se ve desglosada en las cinco leyes del Poder Popular. El pasado 12 de julio se llevaron a cabo las elecciones primarias de la comunidad sexo-género diversa, para impulsar sus candidatos desde las bases que conforman el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB). Leandro Villoria, Rummie Quintero y Luis Marchán fueron los elegidos en las urnas de votación. Esperemos, pues, que la Revolución mantenga los preceptos y principios con lo que fue creado el GPPSB aquel mes de octubre de 2011 por el “Arañero de Sabaneta”. El pueblo legislador decidió. Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

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foto jonathan mendoza

ENTREVISTA

Lilia vera: 44 años en la canta popular El futuro de la cantautora caraqueña estuvo asegurado cuando descubrió la coloratura nata de su voz. Después de casi medio siglo, aún rinde tributos a la cultura popular venezolana, Esta vez con una gira llamada “Canto amoroso” POR maría betania chacín @epaleccs

Lilia Vera tiene una respuesta para todo. Ya todo se lo han preguntado. Ya todo lo ha respondido. Aunque su discurso, probablemente, lo ha repetido infinidad de veces, ella abre las páginas de su libro magistral de vida para enseñar a los que aún, por descuido o por ser hijos de este nuevo siglo, no la conocen. Se recuerda cantando desde que tenía 7 años. A los 11 tuvo que

salir a trabajar “con la canción” para ayudar al sustento de su familia. A los 16 años empezó a militar en el Partido Comunista de Venezuela, a pesar de que, desde niña, ya andaba con su cuatrico cantando consignas inocentes. Fue expulsada del liceo Rufino Blanco Fombona, en el que estudiaba de noche, por ser partícipe de un revuelo que pedía su autonomía, literalmente, a gritos y Caracas, 2 de agosto de 2015.

cantos. El culpable fue Alí Primera y uno de sus cancioneros que ya andaba rodando por allí. Un día metieron “un equipo de sonido y se formó un berenjenal”. A Lilia la vetaron por cinco años de la educación pública y no pudo regresar. Desde ese momento se dedicó a la canción, “ideológicamente hablando”, y su voz, con su fina coloratura, pasó a ser uno de los cantos “testimoniales” más Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS


22 representativos de Venezuela y Latinoamérica. Ha grabado más de 17 discos y ha sido invitada en muchos otros. Compartió tarima con Pablo Milanés, Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Mercedes Sosa, Miguel Ríos y un sinfín de cultores nacionales.

por ejemplo: la malagueña, en Margarita. Va a ser una escogencia general porque no se puede hacer en cada lugar un repertorio distinto.

le quede. A su petición, nos encontramos en el Paseo Los Próceres, entre el Monumento a Los Precursores y el espejo de agua. Rómulo, su compañero, la peina para la foto y, como si las entrevistas fueran una novedad para Lilia, le toma, con mucho ahínco, fotos que capturen el momento. Él le recuerda los detalles que a Lilia se le van, le aguanta los lentes y, desde atrás, le hace ademanes cuando ella le cambia el nombre a alguien. Su complicidad no necesita explicaciones. Ella, serena, sin muletillas ni enmiendas en su habla, empieza a hablar.

—En este caso, tenemos invitados en las distintas regiones donde vamos a presentarnos. En Nueva Esparta vamos a estar en el teatro Omar Carreño acompañados de Ernesto da Silva, “El Ciclón de Margarita”; y también con otro de los cantautores más genuinos de esa región, como el maestro Perucho Aguirre, quien tiene más de 40 años con la agrupación Collar de Perla. A mí me preguntaron a cuáles artistas quería invitar. Quisiera invitarlos a todos pero, ¡caramba! Para contar con la presencia de un joven dentro de lo que es este trabajo, dentro de la canción popular testimonial, decidí pedirle la compañía a Da Silva y al maestro Perucho Aguirre por su trayectoria. Después nos vamos a Cumaná, donde nos presentaremos en el teatro Luis Mariano Rivera. Allí vamos a compartir con Hernán Marín, un ícono, justamente, de esa relación amorosa del pueblo y la canta, con ese cotorreo que él hace con la música del pueblo de Cumaná. En este ciclo de conciertos le extendimos la invitación a cantores noveles y a otros que ya tienen bastantes años en escena, pero que no han tenido la oportunidad de estar en la palestra como debería ser y que, hoy por hoy, es importante que nosotros podamos compartir con ellos. Se necesita que esa gente no sea olvidada, que le demos palestra, que le demos su lugar. A mí me reconforta saber que ellos serán parte de esta gira. Hay un término muy feo utilizado en el mundo de la música: teloneros. Ellos no son teloneros y mucho menos de Lilia Vera, porque esa no es mi postura. Para mí, el término tiene que ser “compañeros”.

—¿Cómo contribuye a la visibilización de otros artistas Maestra, ese puede ser el adjetivo que mejor no tan consagrados?

—Maestra, háblenos de la gira

—Esto es un llamado que me hace el IAEM (Instituto de Artes Escénicas y Musicales). Se me planteó hacer una gira nacional con la intención de llevar el canto que durante tantos años hemos venido realizando. También se me planteó que podía hacerles la convocatoria a otros amigos de la canta popular de las regiones que se escogieran para la gira. La hemos llamado “Canto Amoroso”, por aquel que está relacionado con el hombre en el campo, el hombre en la zona de siembra, con la mujer que recoge el cacao o el café, con la mujer de la provincia en sus distintas facetas. La canción tradicional es testimonial: en términos generales, te habla del testimonio de la tierra, de lo que es su entorno. Este “Canto Amoroso” tiene como finalidad evidenciar lo testimonial dentro de lo ideológico y lo político, de lo que está viviendo en este momento la región. Cuando hablo de la región me refiero a Latinoamérica, a Venezuela. En el repertorio hay testimoniales de Alí Primera, Gloria Martín, Otilio Galíndez, Rafael Ramos Nápole. También están cantores del nuevo testimonial como Amilcar Briceño, un cantor zuliano que ha venido trabajando de cerca con este proceso. Esa es prácticamente la formulación de lo que va a ser un testimonio musical cantado, tomando en cuenta algunas de las formas musicales de la región en donde nos encontremos; Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

—Justamente hoy, 22 de julio, María Rodríguez, una de las máximas representantes del canto cumanés, estaría cumpliendo 91 años. Ustedes tienen varias anécdotas

“En el repertorio hay testimoniales de Alí Primera, Gloria Martín, Otilio Galíndez, Rafael Ramos Nápole. También están cantores del nuevo testimonial como Amilcar Briceño” —

dijeron ‘Lilia, ¿¡sabes qué!?, murió María Rodríguez’. Y yo: ‘¡No puede ser!’. Agarré el teléfono y llamé a la casa de María y me atendió la hija o la nieta: ‘Buenas, por favor, disculpe, es Lilia Vera, yo quiero saber de María’, y sin darme mayores explicaciones la muchacha pegó un grito: ‘Maaaría, ven a agarrá er teléfono que te mataron otra vez’. Eso fue hace años. Ella atiende y me dice: ‘Muchacha, ahora es que hay María pa’ rato’. El ícono más importante de la música cumanesa ha sido nuestra amada María Rodríguez. Desde muy niña ella estuvo inmersa en el desarrollo de la cultura oriental. Ella es la propia cumanesa que identifica a ese pueblo. Yo tuve la fortuna, desde muy joven, de compartir con ella mi segundo disco de vida con un mare-mare cuya letra ella escribió junto a su esposo. María siempre hablaba conmigo, me llamaba hermana. Cada vez que venía para acá vivía vicisitudes difíciles y ella me las comentaba. Teníamos esa confianza. Muchas personas no tenían la conciencia de saber que tenían un personaje tan valioso en sus manos y, de manera significativa, la maltrataban; claro, ella era una persona humilde que no tenía la malicia de pensar que alguien estuviera tratando de “usar su talento” sin darle los reconocimientos respectivos. Eso le pasó a María más de una vez. No sabemos todavía si vamos a incluir un tema de María cuando estemos en Cumaná. —¿Cuáles son los otros destinos de la gira?

—Sí, hoy está de cumpleaños La Sirena de —De Cumaná nos vamos a Ciudad BoCumaná (ver Épale CCS N° 138). Una anéc- lívar. Allá vamos a estar por primera vez dota tragicómica: un día me llamaron y me en el Teatro Angostura. Allí vamos a estar Caracas, 2 de agosto de 2015.


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con el cantor Héctor Benjamín “Jin Jin”, un galeronista de primera, también luchador de la canta popular que ha fomentado una escuela de galerón donde tiene un variado grupo de niños y niñas que ya improvisan. Él está haciendo un trabajo de siembra muy importante. Después nos vamos al Ateneo de Punto Fijo, donde vamos a estar con un joven estudioso y profesional de la música tradicional, un investigador de los distintos tambores de los pueblos costeños. Su nombre es Manuel Petit y estará compartiendo con su agrupación Tambor y Trova. Son cinco fechas en total. Para finalizar nos venimos para la José Félix Ribas. Allí vamos a estar con un ícono, fundamental para mí, como lo es el maestro Rafael Montaño. Para los años 60, él y Magdalena Sánchez fueron mi gran referencia. Siendo ellos unos jóvenes y yo una niña, los disfrutaba muchísimo. Le doy gracias a la vida por haberme dado la oportunidad de compartir tarima con ellos. También nos acompañará otra joven con su grupo, bastantes jóvenes también, llamada Verónica Naranjo. Estaremos esas tres agrupaciones compartiendo.

—¿QUIÉNES la acompañan?

—Somos ocho en total. Cuento con siete músicos que son bien polifacéticos, muchos de ellos tocan más de un instrumento y aportan, con su sabiduría popular y académica, mucho de eso que yo defiendo: un planteamiento de trabajo que revisa la canción popular, testimonial o tradicional con una estética musical en la que se destaca el estilo de cada quien. Vamos a empezar por el más chiquito. Es el más chiquito en cuanto a edad, pero es el más alto de todo el grupo: Daniel Ernesto García, quien toca la guitarra eléctrica, el oboe y la percusión menor en algunos casos; un muchacho bastante joven, de 25 años, que desde los 5 años ha estado inmerso en el trabajo de Lilia Vera generando evolución, porque ese chamo es hijo de este caballero que está aquí llamado Rómulo García y de esta que se llama Lilia Vera. Rómulo García es el cuatrista más antiguo, por no llamarlo viejo, de este grupo de trabajo. Luego está Reinaldo Estrada, guitarrista. Después le sigue Édgar Aponte en la percusión, quien tiene muchos años con nosotros. Édgar Yépez, que tiene como 25 años tocando la mandolina, la bandola y las Caracas, 2 de agosto de 2015.

maracas con nosotros. Luego tenemos a un joven llamado Iván Briceño; él toca los teclados y el violín eléctrico. Y, de último, pero importantísimo, quien tiene ya 29 años con esta agrupación, nuestro director, en el bajo, Arturo Ríos. Todos ellos me han dado su apoyo incondicional. —La canta popular, la canta tradicional, la canta testimonial...

—Cuando te hablo de la tradicional, es cuando digo (entona) no me pidan que cante que no puedo. Eso es una malagueña, conocida por todo el pueblo de Venezuela gracias a la voz de otros cantores. La canta popular puede ser, por ejemplo (entona), que canta la muchacha que pila y pila; esa es “Pueblos Tristes”, porque tiene una carga popular, testimonial, a la vez, y tiene un compositor, que es Otilio Galíndez; mientras que la malagueña tiene una carga emocional y testimonial de los pueblos, que en el tiempo perdió su autor. Y la testimonial es la que se hace con conciencia ideológica y política acerca de algo que esté ocurriendo. Esas son las tres diferencias que yo encuentro. Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS


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GASTRONOMÍA

PICHONES DE SIBARITA

la mejor pizza POR reinaldo gonzález d. @odlanierøø FOTOGRAFÍAs jonathan mendoza

La mejor pizza es la que mejor se adapte a su estado de ánimo y, por ende, a sus necesidades emocionales. No me refiero a los sabores (ingredientes) que se colocan sobre la base de tomate y queso, cuya selección determina el listado que usted ve en la carta, sino de las cualidades que cada pizzería (o no) le confiere a sus pizzas, y que suscita una clasificación muy personal: pizzas para la alegría, los días grises, el amor, las frustraciones, los trasnochos por trabajo, las ganas de sorprender, el ratón, las salidas con mi hija, los despechos, los arrebatos... Pizzas a la leña, pizzas con un toque dulzón, pizzas gruesas, pizzas caseras, pizzas de franquicia, pizzas por slice, pizzas con pan pita, focaccia, pizzas de panadería, pizzas gourmet, pizzas delgadas, pizzas con toda verga, pizzas del Crema Paraíso de Los Teques, pizzas… Estados de ánimo y pizzas.

En un día de ambigüedad emocional, el Restaurante Pizzería York, ubicado en el centro comercial Parque Caracas, cumple. De luces blancas y aspecto ochentoso, cuenta con hasta tres salones en las horas pico. Tengo recuerdos de colas para esperar mesa, pero no fue el caso de esta visita. Mi orden fue una pizza primavera (hongos, jamón, anchoas, guisantes y aceitunas) sin anchoas ni guisantes. Demasiados ingredientes. El mesonero se disculpó porque le echaron maíz. Ese día, un ingrediente extra no significó precisamente satisfacción. Aspecto y textura de la masa: lisa y suave. No es gruesa, como la original de Nápoles, pero tampoco llega a ser una “galleta”. La salsa, hecha en casa, como debe ser, está tan bien distribuida que dejar los bordes abandonados en el plato no

RECETARIO DEL PELABOLA

La pechuga reciclada POR Malú Rengifo malurengifo@gmail.com

Todo pelabola lleva consigo, siempre, en su kit mental de supervivencia, una breve lista de los lugares a los que puede ir a parar en caso de cualquier tipo de pelazón de bola: se le perdieron las llaves, ’ta cayendo un aguacero, no le queda pa’l pasaje o se está haciendo pipí. Eso es fijo. El buen pelabola sabe ser buena visita, colaborar, actuar con respeto y ser agradecido, así se asegura de que será bienvenido en una oportunidad futura en esa casa donde le trataron bien. Pero de todos los hogares dispuestos a rescatar a un amigo pelabola, hay uno muy especial: la casa ’e la suegra. Y no me arrugue la cara, que si a usted la suegra no le quiere, seguramente será porque la embaEdición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

Caracas, 2 de agosto de 2015.

aplica. El queso mozzarella, ni abundante ni escaso, ni simplón ni salado, termina de dar forma a una pizza aceptable, interesante, distinta (en concordancia con la ambigüedad), a la que recurro, cual terapia, cada cierto tiempo. Jonathan pidió un pasticho de carne, tamaño normal. También lo hay grande. Otras opciones son de ravioli y de berenjena. El menú también incluye una amplia variedad de pastas frescas (macarrones, tallarines, espaguetis, espaguetis verdes, ravioli, tortelloni, tortellini y ñoquis) y salsas (boloña, nápoli, carbonara, pesto y “rica salsa”), que se pueden comer en el local o pedir por kilo para cocinar en casa. De experiencias previas puedo recomendar los tortelloni (rellenos de queso, ricota y espi-


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naca) a la boloña, los tortellini (rellenos con carne) al pesto y, por el matiz que siempre representan, los espaguetis verdes.

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Restaurante Pizzería York

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CENTRO COMERCIAL PARQUE CARACAS

Desde que sé de su existencia, los precios del Restaurante Pizzería York han estado por encima del promedio, algo que en estos momentos pesa más. Podría decirse que el inaceptable redondeo hacia arriba llega acá a su fase superior, ya que pizzas con un solo ingrediente (tocineta, chorizo, salchichón, pepperoni, maíz o piña) valen igual que una pizza especial (jamón y hongos) y que una pizza York (jamón, hongos, cebolla, aceitunas, anchoas, guisantes y pimentón): 500 bolívares. Todas pequeñas. Sus presentaciones medianas y grandes llegan a Bs. 1000 y Bs. 1500, respectivamente. El pasticho de Jonathan estaba buenísimo.

rró de alguna forma y, en ese caso, compadre, comadre: más vale que la suerte le acompañe, porque la casa ’e la suegra es el mejor comodín del pelabola cuando por alguna razón no se puede ir a dormir pa’ la casa de uno.

llegó el aciago momento cuando no hubo nada más qué preparar, y así, recurriendo al mandamiento número 42 de la pelazón de bola (que reza: “Cualquier cosa, desmenuzada, se multiplica por tres”), procedió a desmenuzar la pechuga contándole al compañero: “¡¡Miamorrrrr!!, ¿te acuerdas del pollo que nos mandó tu mamá La casa ’e la suegra es ese lugar donde uno abre la nevera y se sirve hace cuatro días? Bueno, lo estoy reciclando” (carita feliz). lo que quiera a cualquier hora; donde uno se baña si le da la gana, aunque sea con tobito; y, léame bien, el único lugar sobre la Tierra Y así hizo: primero un picadillo chiquitico de ají dulce, pimentón, donde puede pasar el sábado en pijama, completico y en paz, por- cebollín, cebolla y ajo, todo echado en un sartén con bien poquitico que si fuera en la casa de la mamá de uno, a las 10 de la mañana ya aceite y fuego bajo, por un rato. Cuando soltó buen olor, agregó la le están buscando oficio. media pechuga desmenuzada y se la echó encima al sofrito. Revolvió, agregó sal, pimienta, un puñado de pasas, aceitunas picadas, Así fue, luego de una de esas visitas intempestivas a la casa de la alcaparras y cuanto aliño sabroso le quiso echar para que la comida suegra, que una pelabola salió temprano al trabajo con tremendo creciera. Tapó el sartén y dejó cocinar. cargamento de arroz y pollo guisado, sabrosísimo, sin tener que mover un dedo. El resultado del proceso de reciclaje de pechuga fue exquisito. Comieron aquella noche con arroz y con tajadas, y hasta alcanzó el guiso de pollo esmechao para hacer par de empanadas a la maSe desmenuza ñana siguiente. Así que ya sabe: el mandamiento número 61 de la pa’ que rinda Era tantísimo el pollo que sobró media pechuga después de que vida pelabola es tratar bonito a la suegra y, si cocina sabroso, hasta se jartó. En casa tuvo varios días de reposo en la nevera hasta que darle regalitos. Caracas, 2 de agosto de 2015.

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crítica y media

La Trama Cotidiana

Cinenrollos

El espejo, el autorretrato y la máscara En una pintura, después de haber reparado en el trazo y la energía que este manifiesta, de haber asimilado el ritmo interno, la fuerza vital que encierra, es difícil no imaginar al pintor trabajando. Tal vez por eso es tan impresionante un autorretrato. ¿Es eso lo que el artista ve en sí mismo? ¿Solo refleja un estado de ánimo o acaso fue apenas un acto narcisista? ¿Qué nos quiere decir con ese retrato? ¿Estaba frente al espejo, miraba una foto o lo hizo de memoria? En todo caso, no importa la intención o la herramienta de la que se sirvió el autor; lo que está en la pintura, y que expone ante un público anónimo, siempre es la imagen de sí ante un espejo. La máscara teatral tiene mucho de autorretrato, sea una de las características de la comedia del arte, sea una neutra hecha de madera o de cuero, una máscara construida a punta de maquillaje o aquella que hace el gesto en el drama, la comedia o la tragedia. Un espectáculo teatral, entre otras cosas, pretende hacer de espejo de la sociedad. El grupo que está representando la obra también se ve reflejado en ella. Es un estarse mirando para mirar al otro, para comprender al otro. Es un sí mismo colectivo y atemporal en un espacio de espejos encontrados.

Las Meninas de Diego Velázquez es un cuadro en donde el artista se retrata en plena acción de hacer el cuadro de la pareja real. No es una instantánea del tiempo: es el tiempo atrapado mientras se sucede. Sabemos a quién pinta porque los vemos en un espejo que está detrás de Velázquez. Así, tenemos varios planos que se superponen y el cuadro que vemos está hecho desde la perspectiva de los que están siendo pintados, modelos que siempre estarán al lado de los espectadores. De igual manera, en una función se está hablando del público, se le está representando, es decir, es un público que se mira a sí mismo. La máscara, sea física, gestual, psicológica o espiritual, que se utiliza en el escenario, es la síntesis de la representación, protege al actor y expone en toda su dimensión al personaje que, como hemos dicho, está construido con el alma del público. Como en Las Meninas, la máscara juega el papel de Velázquez, del observador observado, es decir, del público que es sujeto y objeto de la obra. Se produce una simbiosis público-actores que es de vital importancia en el hecho teatral. Es la catarsis griega o la comunión grotowskiana. Ir al teatro es presenciar el autorretrato vivo de sí mismo. Por Rodolfo Porras

SALAS DE CINE ARTE EN CHILE. Hasta esta semana, y desde hace un mes, he tenido la oportunidad de estar en Santiago de Chile. Más de la mitad de mi familia —abuela, padres, hermano y sobrino incluido— viven en esta ciudad. Recuerdo que por allá, por 1996, decidí cambiar de aires y venir a vivir acá: para la época no me fue posible, no hubo manera de adaptarme y salí corriendo para Caracas. De los recuerdos bonitos que me quedaron de esa época, y que ahora vuelvo a revivir, está la aventura de ir a las salas de cine arte que hay por acá, por el Sur. Una a las que acudía siempre (El Biógrafo) aún existe, y vaya que es un espacio que se ha quedado en el tiempo. Ojalá sea preservado para futuras generaciones. Al comprar la entrada (unos 6 dólares), uno elige, al ser presentado un plano del cine, dónde uno quiere estar sentado. Al ingresar a la sala, un joven tomará el papel que le dieron en la entrada y lo dirigirá a la butaca. Hasta ahí, excelente. Luego, la sorpresa mayor. Cortinas gigantes esconden el lienzo de proyección, las cuales se abren cuando la función comienza: ¡éxtasis absoluto! Con tantos elementos “del pasado”, efectivamente uno se transporta a otras épocas en las que el cine era diferente, desde la proyección hasta su contenido. Lamentablemente, Chile sufre, por igual —o peor—, la llegada de las multisalas, los multiplex y sus opciones visuales, incluyendo 3D, 4D y vaya usted a saber qué otra cosa que han, sistemáticamente, aniquilado el cine arte. Por otra parte, la industria del cine en este país ha logrado estrenar el año pasado 45 películas, un récord en su historia y que cuenta cómo el cine chileno ha tenido un repunte gigantesco en la última década, muy parecido a lo que ocurre en Venezuela. Actualmente existen unas tres salas de cine de arte y ensayo en la capital chilena, y para la fecha se estrenaban en El Biógrafo la última película de Cronenberg, Maps to The Stars (2014), y la francesa Violette de Martin Provost (2013). Espero poder asistir a una función antes de mi regreso a Caracas y revivir la sensación de lo que una proyección de cine debe ser. Mauricio Sánchez Díaz diaz.mauricio@gmail.com

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Caracas, 2 de agosto de 2015.


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NOVELA

Historias de la calle Lincoln (i) de CARLOS NOGUERA Ilustraciones OSCAR HERNÁNDEZ

Caracas, 2 de agosto de 2015.

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capítulo 1 LA DULCE LOCURA (I) (O: cuña de Patricia en futuro imperfecto)

Los reflectores incidirán sobre el tabique posterior en forma de abanico logrando que la sobrecubierta nácar emita ese doloroso reflejo blanco que herirá tus pupilas por momentos. Acurrucada, doblada sobre ti misma, tú, Patricia, estarás de rodillas, cara al suelo, la cabeza baja, la espalda en semiarco. Esto será después que el hombre de smoking baje corriendo desde el castillo ubicado en lo alto del acantilado, por la escalera de piedras hacia la playa, y camine sobre la arena hasta descubrir la ostra dentro de la cual tú estarás. El hombre de smoking abrirá, entonces, las valvas, y por un efecto fotográfico que el director, a petición tuya, te habrá explicado en detalle, aparecerá tu cuerpo diminuto, dentro del animal, como una perla, en la posición señalada. Tú, luego, pasarás a primer plano y ocuparás la pantalla en su totalidad, alzándote del piso, también de color nácar, y saldrás corriendo, volviendo a tu altura original, desde la ostra hacia el castillo, invirtiendo el itinerario del hombre, quien, sorprendido, te seguirá hasta el interior de la construcción. Estas tomas se harán —te dirá el director— desde lo lejos y desde lo alto. Ya dentro del castillo, se verán primero tus ojos y, luego, todo tu cuerpo, envuelto ahora ya no en una tela blanca y adherente, sino en chiffon multicolor que flotará cuando comiences a recorrer los pasillos, las habitaciones, los lugares más recónditos del edificio, como si los conocieras mejor que el hombre, quien, al fin, agotado pero feliz, te localizará en un antiguo nicho, en el centro de una fuente ubicada en el jardín posterior. El hombre cruzará la pequeña caída de agua, sin mojarse, y te alcanzará. Finalmente, detrás de una cortina de agua, detrás de un cristal empañado, tú, Patricia, dejarás que el hombre te abrace y el consumidor vea desde su asiento los dos cuerpos desnudos, semiborrosos en la secuencia final, mientras una voz, en off, inEdición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

Caracas, 2 de agosto de 2015.


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vite a usar la nueva máscara de maquillaje ABSOLUT, la única que hará de su rostro una misteriosa sesión de amor. Después de la misteriosa sesión de amor, tus compromisos con la Agencia de Publicidad habrán finalizado, el director te dirá que el trabajo, por esa tarde, termina, y tú correrás hacia Enrique que te estará esperando en el cafetín del Centro Comercial Chacaíto. Lo verás desde la avenida, viernes 6 y 15 p.m., mientras el laberinto de carros que comience a poblar Sabana Grande te retrase el encuentro. Vendrás, claro, desde el este, desde tu apartamento, por tanto, doblarás hacia la derecha para entrar al sótano del estacionamiento y subirás por la pequeña escalera al lado de la discoteca hasta salir a la planta baja. Henrique se sentirá feliz viéndote llegar, bella entre tu conjunto de hotpants que todavía no estarán de moda, pero tú como modelo tendrás que ser de la vanguardia, lo sabes, aun en el color amarillo durazno, aun en las trabillas, tus senos libres debajo de la franela, y Henrique que se levanta y te abraza. Te quitarás los lentes poligonales y los dejarás caer sobre la mesa, con desgano, te echarás hacia atrás sobre la silla, y antes de cenar para ir a la fiesta donde Arle, le sonreirás a tu propio rostro, Patricia, que desde el pequeño receptor de televisión, detrás, sobre la estantería del café, invitará en genérico a encender otro cigarrillo.

capítulo 2 ALTAGRACIA Y OTRAS COSAS (Donde el fantasma de El Gato cuenta su historia)

Sólo que en el momento en que el tipo arrancó y yo caí por el empujón de la puerta, Carelapa, que venía por el otro lado del carro, por la puerta de atrás, de modo que el tipo no podía verlo, mejor dicho: ni a él ni a Eligio, que venía era por la puerta delantera, Carelapa, digo, le disparó dos veces con la automática.

Pude ver al tipo desde el suelo porque la puerta del lado del volante había quedado abierta, a pesar del coñazo que me había tumbado: el tipo se dobló hacia delante, y cayó sobre la corneta, lo digo porque enseguida comenzó el pito cuando el carro chocó contra el Buick que estaba atravesado en la otra fila, en la del centro. Claro que no lo pude ver sino oír, pero lo más que podía pensar era que el tipo había templado el cacho. Entonces les dije a Carelapa y a Eligio que nos fuéramos: ahí no teníamos un carajo que hacer. Después vimos que la vaina salió en los periódicos de otra manera, y tuvimos suerte: al Nacional de Descuento lo limpiaron ese día y la PTJ mezcló las dos cosas. Pero lo que quiero que te des cuenta es que tiradas de ese tipo no las puedes tú ver ni calcular. Caracas, 2 de agosto de 2015.

Claro que Carelapa pifió porque él no tenía por qué tener la pistola afuera, tenía que sacarla era cuando estuviéramos dentro del carro, porque el único que podía sacarla mientras estuviéramos afuera era yo; pero qué quieres tú, el loquito creyó que me hacía un favor, a lo mejor hasta se figuró que el tipo me había aplastado del otro lado, por qué no, y en un momento de esos qué se va a aguantar uno a pensar. Sacó la fuca y lo quemó. Pendejadas del tipo, también, qué le costaba aflojarnos la rufa si se la íbamos a devolver igualita. Además, nosotros no estábamos al tanto de figurarnos que no andaba armado. Yo de todos modos amonesté a Carelapa después, tú sabes, para no perder la jefatura, pero en el fondo le estoy agradecido. Para otra vuelta ya no nos vuelve a ocurrir. Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS


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Es la única vez que hemos fallado en la vaina de levantar la máquina, loquito. Menos mal que teníamos precisado el cafecito del tipo que estaba vigilando, el del otro estacionamiento, porque donde estaba el tipo nuestro no había vigilancia; de todos modos la fuca, por más que sea, se oye: les dije que nos dispersáramos. Yo cogí por los lados de la puerta principal, me compré el periódico en el puesto que está a la salidita y me fui a pasoeleón por Los Ilustres arriba. Eligio se metió por los lados de la escalera del edificio de la biblioteca y fue a salir al rectorado, y Carelapa, que era el más chorreado de todos, se fue por los lados de la farmacia para salir por la puerta de Las Acacias y coger hacia arriba, hacia el cerro de la televisora, que tú sabes que da fácil para La Charneca. Era la única vez que habíamos pelado, ¡francamente!, ¡levantando la rufa! Después contaste otras cosas, y tu cara se iba iluminando con una luz que ya te daba para el resto del cuerpo, mientras pensabas que Eligio podría estar escuchándote, en algún lugar, en el recuerdo, desde el fondo de una lluvia; como mucho antes, como cuando esa luz que ahora es tuya era escasa, porque los árboles demasiado altos la ocultaban por días enteros, de modo que a veces pasaban meses sin que pudiera verse sol, lo que se llama sol; y cada vez que el follaje apenas permitía que pasara un chorro, todo el mundo, todos los hombres y mujeres de la columna, se lanzaban para ver si se sacaEdición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

ban un poco de humedad, que hasta olían aquella fiesta, mucho después, en Caracas, como contaste o pudiste contar en la fiesta ya a corteza vieja y mojada. de Arle, frente a Ernesto, cuando tu muerTe acostumbraste entonces, Gato, a ese otro te encarnaba todavía una pesadilla irrealicielo bajo que forman las copas de los ár- zable, esta noche no sabes a quién se le ha boles, y te bastaba, estabas seguro enton- ocurrido poner en la guardia al idiota de ces que aquello te bastaba: aquel cielo bajo Juan de Dios, no sabes a quién carajo pudo los pies hinchados, y el sonido de la lluvia habérsele ocurrido la tal idea. Pero cómo sobre el plástico portátil, y el olor rancio ibas a protestarla: allá estaba Juan de Dios, y extraño de la cobija que no era más que apenas con su chopo, apenas con su pobre otra forma cotidiana del aire, respirable cabeza que apenas había pensado en toda también; todo eso te bastaba para entender su viscosa vida, allá estaba vigilando la enque si alguna vez había existido para ti algo trada, camino abajo, apenas con su chopo y parecido al marxismo, eso se había queda- ustedes que estaban en cerco. do con las charlas del profesor del Liceo de Altagracia, en los bancos del patio, o tal vez Ya se sabe que está mal dormir sin las botas después, en Caracas, en las reuniones cerca puestas, pero tú, quién aguanta esta vaina, y de la placita Cristo Rey, con las chamitas de te las quitas, y, ¿recuerdas?, tú que te las quila célula del 23 de Enero y las clases de quí- tas y los pies que te hacen pruff y se te hinmica para explosivos y la técnica del ma- chan de golpe, y que te quedas viéndote los nejo y mantenimiento de armas o las dis- pies o más bien las costras y las llagas que, cusiones en los círculos de estudio sobre el y esto lo dice el comandante, son la carta manual de Kusinen o el libro de Politzer; o de presentación de un guerrillero, las llagas tal vez en tu primera acción o en tu prime- que te brotaban en todos los sitios de la piel, ra toma de barrio, cuando te perdiste con tú que te le quedas viendo y que te duermes Clarita, por los lados de la antigua estación y la comisión de la Digepol que les cae ende Caño Amarillo, tal vez allí quedaron el cima, saliendo de detrás de las piedras, del viejito Marx y Lenin y los folletos de Mao y lado oscuro del caño, montaña abajo, nacitodo lo demás, porque después, en la mon- dos y criados en la oscuridad, desde siemtaña, y dime si es mentira, en la montaña pre. Tú no quisiste correr al principio porcuándo te quedaba un tiempito, cuándo te que, y esto lo entiende cualquiera que haya quedaba un lugarcito despejado en el cere- caminado tres semanas prácticamente sin bro para acordarte del materialismo histó- dormir, cuando te despertaste, en lugar de rico y las leyes de la dialéctica. Cuándo en percibir el ataque creíste que soñabas que aquellas, en estas noches de la sierra con estaban siendo atacados. esta lluvia que cala demasiado, y se te hace insoportable, porque, como contaste en Continuará... Caracas, 2 de agosto de 2015.


autorretratos latinoamericanos

2

1

4

3

Coloq., DesDominio 4ta consonante del prenda tituían, web para Figura 5 ABC muy re- botaban Argentina currente Fajaban, curaban

Noria, rueda

Ferocidad, bestialidad

Pieza GramátiQue sirve Marca de Símbolo mecánica Pocos, ca. para helados químico elemen- Figura 4 ambos insufien Vene- Médano Contraccientes del sodio tal. Gran ción sexos zuela Apropia, descubriapodera miento de la humanidad Humos, aires

Espada larga

Alerón Símb. quím. rutenio Indivisa, unitaria

Tela fuerte para tapicería

Dominio web para Noruega

600 núm. romanos Figura central

Afirmes, asegures Rece, implore

Líquido vital Inst. Nac. de Estadísticas (inv.)

5

5ta vocal (pl.) Matrimonio

Deber escolar

Cavidad del pecho Fotografías

Figura 3

Excusado, retrete Figura 1 Señales, indicaciones, hitos

Acortamiento de bicicleta

Figura 2 Vocal repetida

Arreglen, alisten Amarro, lío

Cola

Composición poética

Camisa de fútbol

Yunque de orfebre

Punto culminante, momento de gloria Inic., músico clásico, barroco italiano Pronom pers., 2da pers sing.

6

Símb. quím. cobalto Cloruro de sodio

Linaje, hijos

Moneda italiana anterior al euro Extremos, puntas (inv.)

Antipatía Asiento y aversión blando sin hacia patas ni Mantra algo respaldo universal

Baile canario Afección respirat.

Río de Italia Relativo al ano Armonía, concordia

X Música popular (pl) 4ta letra del ABC

Doble

Moneda japonesa

Pago, abono

Percibid con el olfato

Trabaja la tierra

Sí, en inglés

&

Dueña y señora de la casa

Hablilla, chisme

Vómito

Palo, poste

Obra taraceada de piedras o vidrios

Walt Disney

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Inic. del futbolista extremo derecho del Real Madrid

Figura 6

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"La mano llena de arcilla se imprime a si misma sobre las paredes de una cueva en Altamira (España) o sobre una piedra en Vigirima (Carabobo, Venezuela). Primer acto rupestre de un autorretrato". Carlos Zerpa

SOLUCIÓN DEL ANTERIOR

POR NATALY SANOJA www.sinapsispasatiempos.com epale@sinapsispasatiempos.com @SPasatiempos

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CUENTOS DEL ARAÑERO

ReGALo De CUMPLeAÑoS POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIón l. “razor” balza

Dos días antes de su repentina enfermedad recibí esta nota de Fidel en Moscú. Me mandó un mensajero con esta nota. Casualidades, ¿no? Fidel es un detallista insigne. El regalo de mi cumpleaños me llegó a Moscú el día de mi cumpleaños. Él es así, tiene que llegar el día, no un día o tres días después. Él mandó a alguien a llevarme mi regalo y me lo entregaron el 28 de julio con una carta y, además, una nota de puño y letra, cosas que no puedo leer aquí. Ustedes saben que yo estaba en Buenos Aires con un mal de estómago el día que salí por ahí, cuando iba caminando con Kirchner. No sé qué me cayó mal, creo que fue en el avión, ¡pero terrible! Andaba grave, haciendo un esfuerzo. Entonces, en la noche veo a Fidel, él me receta y me dio una cosa que él prepara, que llama “tsunami”. Me tomé dos “tsunami”, casi que un castigo. Y otra, una crema de arroz fría, esa sí me cayó muy bien, pero él la sabe preparar y la carga ahí. Entonces, me puso a tomar crema de arroz fría y después el “tsunami”. En la mañana me mandó para el desayuno otro “tsunami” y otra crema de arroz fría. Él tiene la falsa idea de que yo como mucho. No, yo no como mucho. entonces, aquí me pone: Espero que hayas podido dominar tu feroz apetito —¡feroz apetito!—, y preserves lo más posible tu bienestar, que es imprescindible para el éxito de la gira. Te escribo estas líneas sentado en la cama y sin sueño, perdona la caligrafía, un millón de felicidades por tu cumpleaños. Saludos a todos. Un abrazo. Feliz sobrevuelo por encima de esa encendida región del Oriente Medio. ¡Hasta la victoria siempre! Fidel Castro, julio 25 de 2006, a las 7 y 38

¡eL CoLMo De LoS CoLMoS! El próximo domingo es 13. Bueno, será un Aló Presidente especial, dedicado a tu cumpleaños, Fidel, ochenta años. Hay que recordar que Fidel, precisamente aquí en el estado Bolívar, cumplió 75. ¡Ah!, esa vez me tenía loco a preguntas. Él empezó a preguntar y a preguntar, y yo te mandé a llamar a ti (gobernador Francisco Rangel) y después tú mandaste a llamar a un técnico, porque él quería saber. Bueno, primero el tendido eléctrico, que Edición Número Ciento cuarenta. Año 03. ÉPALE CCS

lo inauguramos el día siguiente. Él estuvo preguntando cuánto valía un kilovatio, en cuánto salió construir cada torre, en cuánto salía el kilómetro de cable, cuántos cables eran, la tensión de los cables, cuántas torres, bueno, y a cuánto le vendíamos a Brasil el kilovatio por hora. Ahí le respondimos casi todas las preguntas. Pero cuando íbamos en el lago, navegando en la canoa, me dijo: “Chávez, ¿qué velocidad tú crees que trae el agua allá en la cascada?”. Me dieron ganas de empujarlo al agua. ¿Qué voy yo a saber? “Pero calcula, echa un cálculo allí de cuando viene cayendo el agua, no es muy difícil, tú haces así y más o menos calculas. Calcula tú”, me dijo: “Debe venir como a 300 kilómetros por hora y cuando está llegando abajo 350”, respondí. Pero después me dice: “¿Y qué profundidad tendrá este lago?”. “Tendrá como 15 metros”, yo inventando. “¿Y la temperatura del agua?”. “Bueno, no sé, chico, será como 20 grados”. Entonces mete el dedo en el agua y dice: “No, 17,5 grados”. ¡El colmo de los colmos! ¡El preguntador sin fin!

Caracas, 2 de agosto de 2015.




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