Consejo Editorial
contenido
Directora
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Gustavo Cerati
Mancheta y demás
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La primera mitad
Los Tercios
Mabe Chacín Kay Yam Hung Gustavo Mérida Ander De Tejada Marlon Zambrano
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Diseñadoras
Una estatua para Cantinflas
Debajo del carro
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(Las) Power Rangers y otras series
¡Fin de mundo!
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Mil y un Barretos
Sibaritas y pelabolas
Colaboran en esta edición
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Impresión
Cine y televisión
Historias de la calle Lincoln (IV)
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Jorge Rodríguez Gómez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla Mercedes Chacín
— perfil
Editor Jefe
Carlos Cova
DirecTORa de Arte
Edarlys Rodríguez
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
Jesús Castillo
Asesor Editorial
— ciudad
Reinaldo González
Redacción
— mITOS
Zonia García Lisbeth Montell
Ilustrador
Alfredo Rajoy
Fotógrafos
Jonathan Mendoza Michael Mata
— minicrónicas
CORRECTOR
Rodolfo Castillo
MANEJADORA DE REDES
Bárbara Baralt
LOGÍSTICA
— entrevista
Idania Bracamonte Daniela Fernández Edi Cordero Clodovaldo Hernández, Pierina Quintero, Domingo Moreno, Jessica Mena, L. “Razor” Balza y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: Michael Mata. Complejo Editorial Alfredo Maneiro Editorial Papirus Impresores 2004, C.A. epale.ciudadccs@gmail.com
@epaleccs
Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-8085843 Depósito Legal: pp201202dc4166 Una publicación de la
Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014 y 2015. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.
— crítica y media
— cruci compacto
— EL MENJURJE
— MÚSICA
— mIRADAS
— sexodiversidad
— gastronomía
— cuentos
— cuentos del arañero
Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas “c”, piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales y en la librería-Bar el techo de la ballena, edif. Gradillas “A”, planta Baja, Bulevar del Eterno Retorno
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PERFIL
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Gustavo Cerati mereció cada gramo de admiración De sus 55 años, vivió cuatro en estado de coma, luego de un devastador accidente cerebro-vascular sufrido en Caracas, al filo del que sería su último concierto. Leyenda del rock argentino y, por tanto, del rock en español, tiene una corte de aficionados tan orgullosos de su legado que, a veces, lucen como presumidos POR Clodovaldo Hernández clodoher@yahoo.com ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
Ernesto, hijo de un amigo y, a la vez, amigo de uno de mis hijos, ubica a los fanáticos de Gustavo Cerati muy alto en el ranking de las personas que se las echan de mucho. Los líderes son los vegetarianos y los subcampeones son los defensores de los derechos de los animales. La medalla de bronce es, pues, para los ceratistas. Son provocaciones del chamo, claro, probablemente puyas dirigidas al papá (aunque, si mal no recuerdo, él es más fanático de Andrés Calamaro…), pero algo tienen de cierto, pues declararse cultor de Cerati (y de Soda Stereo) proporciona cierta reputación de intelectual, otorga prestigio, da caché, algo así como ser aficionado al cricket o al canal Film & Arts. No hay que culpar al club de fans de Cerati, pues este porteño nacido el 11 de agosto de 1959 mereció cada gramo de la admiración que tuvo y tiene. No fue cualquier loquito greñudo más, sino un extraordinario cantante, compositor e instrumentista, figura cimera del rock argentino, lo que es mucho decir.
Ya en el siglo XXI, se produjo el reencuentro. La legendaria banda volvió a estremecer los escenarios, mientras los tres pibes se aproximaban al medio cupón. Cerati, por cierto, se lo tomó humorísticamente. En una entrevista le dijo al escritor Leonardo Padrón que el secreto estaba en cambiar una letra: “En lugar de cincuenta, decís que cumplís sin-cuenta y hacés una gran fiesta”. Un par de años antes de ese guiño a la vida, el cuerpo le había dado un aviso mediante una tromboflebitis. En 2010, en plenos 50, emprendió una gira por todo el continente. En mayo arribó a Venezuela para presentarse en la Universidad Simón Bolívar. Estuvo, como siempre, excelente, de lujo. La corte del Rey Gustavo deliró aquella noche, pero a la hora de la salida, un rumor sombrío corrió por el valle de Sartenejas: Cerati se había desmayado, lo habían sacado en ambulancia. Al día siguiente se supo que, por desgracia, no fue uno de esos runrunes mentirosos. Cerati estaba en el Centro Médico Docente La Trinidad, y no era un simple desmayo, sino un accidente cerebro-vascular. De hecho, pocas horas después del concierto, entró en coma y nunca salió de ese estado, hasta que murió, en su natal Buenos Aires, el 4 de septiembre de 2014.
Guitarrista desde niño, comenzó a perfilarse como un titán en los tempranos 80, mientras su país padecía una de las dictaduras militares más crueles de la historia latinoamericana. El gran salto llegó con el trío Soda Stereo, integrado con el bajista Héctor “Zeta” Bo- Su muerte, como la de tantas leyendas de las artes masivas, quedó envuelta en la polémica y el misterio. Una biografía recién difunsio y el baterista Carlos Alberto “Charly Alberti” Ficicchia. dida echa leña al fuego al asegurar que tanto los primeros auxilios Soda Stereo se construyó a sí misma como uno de los grandes como la atención médica en Caracas fueron negligentes y se comemitos del rock latinoamericano, y logró mantenerse unida por 15 tieron muchos errores. A no poca gente le gusta pensar que de haaños, un fenómeno rarísimo en el ámbito de la música pop. Cuan- ber ocurrido en otro lugar, la ciencia médica lo habría salvado y aún do sobrevino la separación, Cerati continuó como solista, y el éxito estaría brillando sobre los escenarios. “Los argentinos y sus cosas”, no le parpadeó: los cultores de Soda pasaron a ser los cultores de responden los burlistas de la egolatría sureña. “Así son los fanáticos de Cerati”, dirá Ernestico. Cerati, a secas… al parecer más presumidos que antes. Caracas, 23 de agosto de 2015.
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el menjurJe
La feria escolar instalada por la Alcaldía de Caracas en Bellas Artes, con descuentos de hasta un 60%.
Cine italiano Buena parte del neorrealismo que llevó al cine italiano a un nivel superlativo se exhibe en agosto en la sala CineCelarg3, ese espacio al que solo van “bichos raros”, dirán desde las salas de Cinex y Cines Unidos. La oferta de esta semana también admite nuevas realizaciones. Hoy: Querido diario (1993), de Nanni Moretti. Mañana: Totó y Carolina (1995), de Mario Monicelli.
en la pastora Un gran álbum familiar de la parroquia. Una gran idea para enriquecer la memoria de La Pastora, que aspira ser reconocida como patrimonio cultural de la nación y, por qué no, de la humanidad. Si tienes fotos viejas de las calles, de sus habitantes y sus costumbres, de las casas por dentro o por fuera, acércate hoy a la Casa de la Juventud y Memoria “Robert Serra”. Allí, un equipo del Centro Nacional de la Fotografía (Cenaf) las recibe y escanea para darle vida a esta bonita iniciativa, denominada “La Pastora revela su historia”. Desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde.
«
Santa Teresa feliz «
Que a estas alturas de la historia de la humanidad existan programas como “Laura en América” y afines, y haya quienes los vean. Edición Número Ciento cuarenta y tres. Año 03. ÉPALE CCS
25/8: Las consecuencias del amor (2004), de Paolo Sorrentino. 26/8: La corrupción (1963), de Mauro Bolognini. 27/8: Verano violento (1959), de Valerio Zurlini. 28/8: Cuando naces ya no puedes esconderte (2005), de Marco Tullio Giordana. 29/8: El tigre y la nieve (2005), de Roberto Begnini.
Música El próximo sábado 29 de agosto, a las 6 pm, en el Teatro Municipal de Caracas, finaliza “Un canto amoroso”, gira realizada por la cantora Lilia Vera que ha recorrido los estados Nueva Esparta, Sucre, Bolívar y Falcón. La acompañan en el periplo Rómulo García (dirección general y cuatro), Arturo Ríos (dirección musical y bajo), Reinaldo Estrada (guitarra), Edgar Yépez (mandolina y bandola llanera), Edgar Aponte (percusión I), Daniel Ernesto García (percusión II, oboe y guitarra eléctrica) e Iván Briceño (violín eléctrico). Caracas, 23 de agosto de 2015.
El cantante Cheo Valenzuela (hoy a las 11 am) y las salseras de Son K-ribeñas (miércoles 26 a las 4 pm) se presentarán en el auditorio de la sede principal de Cantv, ubicada al final de la avenida Libertador, como parte del ciclo Son Sonero de Conexión Cultural Cantv.
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CIUDAD
La primera mitad POR Ander de tejada @epaleccs FOTOGRAFÍAs Michael mata
Caracas, 23 de agosto de 2015.
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La plaza la concordia, ubicada en unos metros cuadrados con tanta historia, fue recuperada en su primera fase para brindarle un ambiente más humano a los habitantes de la parroquia Santa Teresa
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Bajamos ligeros por la plaza Diego Ibarra, recuperada también, y nos dirigimos, por El Silencio, hasta la plaza La Concordia. Preguntamos dónde quedaba y un chamo nos dijo que habían recuperado una vaina más allá, que esa debía ser. Fuimos y nos encontramos con una planicie casi totalmente blanca, evidentemente remodelada, con jardines, una pequeña fuente y, resaltando, una especie de torre que, por sus colores, creo que se quiso parecer a la cosa que “adorna” —verbo flexible— la plaza El Venezolano. La reinauguración fue un regalo de la Alcaldía a la ciudad en su 448º aniversario, de la mano de la Gran Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor. La obra no sólo se limitará a la restauración y remodelación de la plaza, sino que, además, los espacios aledaños sufrirán o gozarán del cambio. Contará, además, con espacios que exhibirán la obra muralista del pintor Mateo Manaure.
nado. Ahí estaba la oficial, u oficiala, quién sabe. Le pregunté cuándo abría y respondió que todavía no estaba en funcionamiento. ¡Pero si yo lo vi en las noticias!, pensé. Desde esa terraza se puede ver el otro lado de la plaza. Automáticamente se siente el cambio. Una es blanca, otra es más oscura y se ve más maligna, más tenebrosa y, cómo no, más viva. Esa parte será remodelada con la segunda etapa de la recuperación. “Este es un centro para distraerse. Hay seguridad. Policaracas está aquí todos los días. Con respecto a la delincuencia, sí ha cambiado. Generalmente, el hampa se cohíbe al pasar por una zona donde hay niños y luces”, dijo la policía. Y es verdad. Lo primero que notamos al llegar al lugar, cuyo diseñador, cabe destacar, fue Carlos Raúl Villanueva, fueron los niños jugando y la gente reunida en los bancos, la mayoría tan solo hablando. En cuestiones arquitectónicas, no se mantuvo el diseño original de Villanueva, y ahora predomina el blanco por todas partes.
Le pregunté a una policía si sabía qué era aquel monstruo, torre gemela de Santa Teresa, y dijo que no tenía idea. Al final de la plaza, tras recorrer una rampa, hay una fuente y, al lado, una especie de terraza donde se encuentra la guardia o el custodio policial. Caminamos por ahí y llegué hasta Keylin Ramírez, madre y tía, cumpliendo una especie de cafetín que parecía abando- doble labor supervisora, dijo que al prinCaracas, 23 de agosto de 2015.
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Gómez, torturados y vejados en ese mismo espacio que pisábamos. Esta cárcel, por su estructura, hace que esos 2.760 metro cuadrados (parte norte) tengan una historia arquitectónica interesante. La prisión tenía una forma circular y, en el centro, contaba con un torre. Los presos se ubicaban alrededor del recubrimiento de la cárcel, es decir, en la parte que rodeaba la torre central. En esta, en cambio, se encontraba la guardia. Este tipo de prisiones entran en el orden del modelo penitenciario del panoptismo (que lo ve todo) y fue creada por el inglés Jeremías Bentham en el siglo XVIII. Michel Foucault, filósofo francés, tiene varios textos sobre el panoptismo y sobre cómo este no sólo se limita al régimen penitenciario, sino a la mayoría (si no todas) de las instituciones.
cipio no le gustó porque, al ser tan pálida, parecía un jardín de un hospital psiquiátrico. Me reí, cómo no. Pero finalizó diciendo que sí le parecía bueno el cambio, que ahora se sentía más segura y vigilada. Por otras cosas que me dijo, se notaba como una mujer medio paranoica o alerta. El cambio, en cuestiones delincuenciales, debe haber sido bueno. Robert Estévez dijo que la diferencia se notaba. Describió la plaza del pasado como un espacio tenebroso y oscuro, donde había
Tras el derrumbe de la prisión, Villanueva planeó la estructura de la nueva plaza, en donde habría diseños neoclásicos. Solía tener un templete con columnas del estilo griego y una estatua de mármol adentro. Todo esto representaba cosas como la unión del país y el cambio de era tras las babaridades gomecistas. En 1961 fue demolido el templete y en 1974, Diego Arria, gobernador de Caracas para entonces, decidió cambiar el estilo que impulsó el arquimucho espacio para el malandreo y demás. tecto en 1936. Ahora, con su abertura e iluminación, se siente más segura. Se quejó, sin embargo, La plaza en sí fue un monumento para hode unas losas de una especie de cerámica menajear a los “luchadores de la libertad en pulida que son como una panela de hielo, América”. de que ha visto a más de uno resbalarse ahí y, además, dijo que sería bueno tener unos Con la reinauguración de la plaza, a pesar de que su diseño no sea comparable con baños en el lugar. la obra de Villanueva, se recupera otro esLa Concordia está ubicada donde, previa- pacio que le da vida a la parroquia Santa mente, se encontraba La Rotunda. Esta cár- Teresa, hogar de distinguidas obras arquicel era el depósito, por así decirlo, de los re- tectónicas como el Teatro Nacional, la plaza volucionarios en tiempos de Juan Vicente Diego Ibarra y la Basílica Santa Teresa. Caracas, 23 de agosto de 2015.
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MÚSICA
Los Tercios ironía, vigor rockero y ritmos tradicionales La música venezolana nunca tuvo un horizonte tan lejano: el trío más famoso del centro de caracas se pasea por el amplio espectro de los sonidos autóctonos al mismo tiempo en que conjugan la parodia, la comedia y las decepciones cotidianas con una actitud a la que no le falta nada de desparpajo POR MABE CHACÍN @epaleccs FOTOGRAFÍAS JONATHAN MENDOZA
Un día, un muchacho que toca el cuatro en las camioneticas que transitan por la Baralt se cruzó con este otro que toca la flauta transversa en la misma línea de autobús, pero en sentido contrario. Mientras estaban en una cola, uno le hizo señas al otro: “Epa, chamo, ¿qué tocas tú?”. Y, a pesar de sus explícitos fenotipos de “rockeros-pelúos” o
de cualquier otra cosa, menos de llaneros o folcloristas, ambos dijeron, al unísono, con sus acústicos y pequeños instrumentos en mano: “Música venezolana”. Desde ese momento —sin dobles sentidos— tocan juntos los pajarillos que amenizan los viajes de los afortunados pasajeros que se montan en los autobuses desde la avenida Baralt
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hasta El Paraíso. “Y así la vida ya no fue tan triste”, se unieron y cambiaron a dúo sus repertorios. Se convirtieron en los rockstars de la línea. Los choferes les pedían canciones, los pasajeros ya no daban monedas sino billetes. Fue tanto el éxito que quisieron incursionar en el Metro, pero allí abajo la gente no es tan carismática. Quisieron
09 cantar y les taparon las bocas, quisieron tocar y les ataron las manos. Los sacaron cual criminales y fueron obligados a hacer “labor social” (¿la música no lo era?). Hasta el sol de hoy, en algún recoveco subterráneo, se encuentran secuestrados un cuatro y una flauta dulce. Estos dos muchachos, con líneas y espacios en el la cabeza y, también, viandantes con altos kilometrajes, en sus andanzas juglarescas se encontraron con un tipo que los animó a hacer un trío —sin dobles sentidos—, cosa que, de inmediato, aceptaron. Así nacieron Los Tercios, porque son tres, porque son un cuarto de algo o porque a veces son fríos; quién sabe. Alexis Silvera (cuatro), Moisés Galué (flauta) y Armando González (contrabajo), desde hace casi un año se hacen llamar Los Tercios: una banda “musicalmente cacheteante”, con la actitud estridente del rock, letras humorístico-descriptivas con bastante acervo coloquial, que se pasea por el amplio espectro de la música tradicional venezolana. Además de sus destrezas instrumentales, la poesía y el histrionismo son características que se exacerban en cada una de sus presentaciones: usan chistes, narraciones y expresiones para hilar los 20 temas que contiene su repertorio en vivo. González, quien empezó su vida musical con la guitarra clásica, luego el bajo eléctrico y ahora el contrabajo, aprendió algo en su antigua banda, La Fosforera: “Pensamos en la tradición no como la categoría museística ‘folclore’, sino como la música popular viva, entrañable, que es transmitida de una manera casi sanguínea. Usamos la música venezolana porque nos identificamos con ella, pero no para rendirle un homenaje ni construirle una catedral, sino para usarla de caballito de batalla y pasearnos por toda la música que nosotros queramos tocar. Así, con esa licuadora irónica y rockera, se forman Los Tercios”.
cordemos a Las Chapuceras, Los Naiboa y Cuarteto Fosforera. “Yo tenía la academia en la cabeza desde los 7 años. Conocí la flauta transversa a los 16 y la estudié por siete años más. Estuve en orquesta y estudié en el Iudem (ahora Unearte), hasta que me llegó el momento: no quiero que me digan qué y cómo tocar. Y me fui a la calle a buscar otros sonidos, opiniones y maestros de vida”, cuenta Galué. “También nos obligamos a cantar: le llamamos ‘vociferación con melodía’”.
terpretación más sincera de lo que es ser un poeta urbano, popular, que cuenta lo que ve. En ese contar hay juicios de valor, críticas, añoranzas, cariños, contradicciones y conflictos.
“Nuestra primera producción está casi lista. Hoy pagamos la grabación. Ya somos dueños de ella, por lo menos. Tiene un nombre tentativo: De Grayskull a Elorza. Estará compuesta por siete temas que hilarán la ‘suite de los personajes preapocalípticos’, seres que le dan vida a nuestra cotidianidad y que se relacionan con los temas de nuestras letras que, a través de la ironía, buscan, aunque sea mínimamente, hacer reflexionar al oyente: ‘El atravesao’, ‘El chocón’, ‘El indolente’. Es también una parodia a la música de cámara”, explica Silvera en relación al disco próximo, a salir el último trimestre del año. González reafirma que Los Tercios vuelven a una rein-
Los Tercios andan en la búsqueda de nuevos espacios o espacios abandonados a donde puedan llevar su música. Es por eso que buscan la calle, el público inusual. “La ausencia de ver un camino de una movida nocturna organizada alrededor de una vida musical, de una bohemia, de bares donde se toque, no existe. Los privados andan pendientes de lo que pasa en Miami, no acá. Los circuitos que promueven las instituciones del Estado ya tienen su lista de artistas. Uno crea una narración del mundo para, primero, comprenderla uno y luego compartirla con los demás. Buscar ese lugar que hace que la música sirva para algo, es difícil en Caracas”, explica González y, para cerrar, cuando a Galué se le pide que describa a la banda en una sola frase, dice: “La que me sale cuando me monto en la camioneta y, con voz de locutor, digo ‘nosotros somos Los Tercios, música venezolana de la buena, pero a nuestra manera. Y conciencia ciudadana’”.
Caracas, 23 de agosto de 2015.
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Cada integrante tiene una cualidad multiinstrumentalista: Silvera tocaba la batería en una banda llamada La Garantía Suspendida. Galué, aunque ahora cante y zapatée al ritmo del joropo, era el vocalista y tecladista de una banda de death metal llamada Zatrarath. González ha tocado en varias bandas varios instrumentos, pero re-
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MITOS
Una estatua para Cantinflas POR marlon zambrano @marlonzambrano ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
Hasta el diablo tiene su estatua. En Madrid, sobre una fuente, ese bicho de mala índole tiene su pedestal y sus palomas. A nadie parece importarle que ha asustado a tantos niños y ha obligado a las señoritas de los pueblos a recogerse temprano.
de expresión mejicana, sin reparar que gracias al cine de los años 30 pasó a encarnar, seguramente sin querer, al latinoamericano sojuzgado por el buen habla de las élites: esa manera retórica de significar el mundo a través de la elocuencia católica que, a su vez es, como dice Carlos Monsiváis, la labia del poder y del dinero en México, y donde dice México, que diga América desde el Estrecho de Bering hasta Ushuaia, en la Tierra del Fuego.
En la capital de Venezuela, para no ir muy lejos, hay una cabeza troceada más fea que Belcebú: es La otra mejilla, de James Mathison, tirada ahí, como con repulsión, sobre un espejo de agua en el parque Los Caobos, donde le acompañan de cerca un elefante Si ya hay un pedestal menguado, el del Moafricano dorado y la imagen de Ícaro mu- numento a Colón en el Golfo Triste, ajusticiariendo de inanición. do el 12 de octubre de 2004 por la muchedumbre enardecida que se hartó del oprobio En Plaza Caracas está El Genio, un rostro de la conquista y la entrompó contra esa al borde del llanto de Simón Bolívar que al- maléfica imagen que alardeaba de su intruguna vez fue lo único “humano” que se vio sismo desde los jardines de Plaza Venezuela, desde las alturas, entre el hormigueo de tol- es justo que allí, a falta de un sitio mejor, flodos de la economía informal que ocultaban rezca a sus 104 años el busto del prohombre bajo su tupido follaje el centro de la ciudad. virtual, campeón de la risa en bronce sobre un mundo donde reinan las efigies que se Pero no hay una estatua para Cantinflas en erigen para recordar a guerreros, mandataCaracas. Nuestro Chaplin, nuestro Cervan- rios, empresarios y demonios a caballo, levites, nuestro Galileo Galilei, con su lujuria tando, alados, andróginos, cagados. verbal, quien injustamente, de paso, fue encorsetado en el Diccionario de la Real Aca- Es hora, adoradores de mitos como somos demia Española desde 1992 como un modo desde que tallamos a una gorda rechoncha
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como la Venus de Willendorf para representar la fertilidad hace 20 mil años, de impostar la egregia figura del “chilango” universal, icono del paria urbano, promotor de la fiesta de la lengua, mártir de la blasfemia y la vulgaridad redimidas en su camino hacia la revolución de la palabra, guerrillero en contra de la arquitectura de la sintaxis y apologeta de la incongruencia, métodos infalibles contra el verbo mediado por el capital. Le hubiera gustado su estatua en Caracas, porque para él todas las ideas eran respetables, aunque fueran ideítas o ideotas; y no habría importado, para el protocolo laico, la distinción por sus casi 50 películas, su Globo de Oro y su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, solo. Y en última instancia, si algún candidato a diputado en el acto de inauguración declarara con sentida grandilocuencia, parafraseando al inmortalizado: “Democracia, mire usted, según la lengua española traducida al castellano, quiere decir demo, como quien dice dimo y dimo con qué nos quedamos. Y cracia, que viene a ser igual, porque no es lo mismo ‘Don Próculo se va a las democracias’, que ‘demos cracias que se va Don Próculo’”. No hay derecho.
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foto jesús castillo
MIRADAS
debajo del carro ante la subida de los pasajes, nos propusimos conocer el funcionamientos de las empresas privadas de transporte, diseminadas casi todas en la totalidad de la ciudad POR ANDER DE TEJADA @epaleccs FOTOGRAFÍAS JONATHAN MENDOZA
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El ferrocarril Caracas-La Guaira fue el primer sistema de transporte importante, es decir, de largo alcance, que tuvimos en el país. Lo inauguró el presidente de entonces, Antonio Guzmán Blanco, a través de una constructora inglesa en el año 1883. Desde ese momento y con las distintas evoluciones en el terreno industrial y tecnológico, fueron apareciendo distintos tipos de transporte público. En Venezuela no estamos muy avanzados que se diga en el tema de la relación tecnologíatransporte. Fue con el presidente Hugo Chávez que se comenzaron a construir ferrocarriles, metro-cables y cable-trenes, así como extensiones de las líneas del Metro, para que la gente de las ciudades-
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dormitorio pudiera acceder a Caracas Automóviles Omnibús. La empresa, así con facilidad y sin tener que quedar en como todo el sistema de transporte aubancarrota por ello. tomotriz, fue creciendo a medida que el país establecía relaciones con otros paíPara esa época, en lo que respecta a las rutas ses y, también, a medida que la ciudad se urbanas, ya existían los tranvías con trac- expandía y demandaba más y más, hasción animal. Por los 1900, otros ingleses se ta terminar de barrer con el sistema de apropiaron de la compañía de tranvías y tranvías en la década del 40. Más tarde, electrificaron el sistema. De ahí en adelante en la década de los 60, apareció otra forse utilizó este medio hasta el 2 de septiem- ma de moverse: los “por puesto”, que son bre de 1942, cuando el tranvía número 12 (todavía quedan en ciertos lugares) coorealizó su último viaje a El Paraíso. perativas creadas por conductores que, utilizando carros propios, cobran, como su nombre lo dice, por el puesto. Esa forSobre Cuatro ruedas El empresario Joaquín Paul, en 1912, fun- ma de transportarse caló y abarcó rápidadó en Caracas la primera empresa colec- mente la cotidianidad de la ciudad en sus tiva de transporte sobre cuatro ruedas: maneras de movilizarse.
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Los aumentos del pasaje no se traducen en un servicio seguro y de calidad. foto jesús castillo
Pero fue finalmente en 1984 cuando ocurrió la última cosa que dio paso al caos que tenemos hoy en día cuando vemos una avenida transitada: el anterior sistema de transporte automotriz funcionó de la mano del Instituto Municipal de Transporte Colectivo, empresa privada que se encargaba de movilizar a la gente en varios sectores de la capital. Aquel año la empresa quebró y tuvo que vender sus unidades a otras más pequeñas. Así llegaron las empresas privadas que hoy controlan el transporte automotriz en Caracas. Este trabajo puede servir para explicar por qué no se le debe llamar transporte público a eso que, caóticamente, nos transporta día a día y nos podría hacer tomar conciencia sobre quiénes son los malos y los buenos de la partida.
En la pista
al montarse, se encuentra con que el pasaje ha subido a 15 bolívares y, tras sacar las cuentas rápidamente, cosa que en este país se ha vuelto, por distintas razones, disciplina de todos, siente que es mucha plata... — vuelto, por distintas razones, disciplina de todos, siente que es mucha plata y con el primero que quiere descargar la rabia rasgante que sube por la garganta es con el tipo que está sentado en el volante, un individuo igual que tú, o más perjudicado, porque a la hora en que vas a casa, él no ha terminado de trabajar. Entonces, para evitar úlceras y cánceres, le lanzas los diez bolos de antes y te bajas. Él, que pareciera que está molesto siempre, te pega dos insultos. Y nadie se entiende, porque es muy difícil entenderse en los ritmos de la ciudad.
ces he dejado de pagarles porque me parece inadmisible el precio, que lo es, no lo quito, nos dirigimos a la Plaza Candelaria para abordar una camionetica que nos dejara en la esquina de San Ruperto, desde donde parten tres autobuses: La PastoraPetare de la Asociación República, los casco-morado; La Pastora-Petare de la Asociación Conductores Criollos de Venezuela, los casco-verde; y las camionetas de San Ruperto.
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Imagínense que después del agotador trabajo, le toca montarse en un autobús repleto de personas como usted, agobiadas por el día a día y la rutina calcinante. Entonces, al montarse, se encuentra con que el pasaje ha subido a 15 bolívares y, tras sacar las cuen- Con el fin de averiguar un poco cómo se tas rápidamente, cosa que en este país se ha sentían esas personas a las que tantas ve-
Un vez abordado el animal, sentados en la parte de atrás, comenzó la preguntadera: “¿Qué opinas de la subida de precios de los pasajes?”. Uno de los preguntados respon-
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A simple vista, es imposible saber si el conductor es socio o avance
dió que le parecía injusta debido al estado de las camionetas y otros dos, en cambio, apoyaban la medida debido a la situación económica del país. Después, ante la pegunta de si conocían cómo funcionaba el sistema de empresas que controla el transporte, dos dijeron que no y otro dijo que sí, que lo conocía muy bien. Sin embargo, el afirmante no se interesó en profundizar en lo justo para unos y lo injusto para otros sino que quedó hasta ahí: “¡Es la situación económica, que no nos deja vivir!”. Todos, por algún miedo extraño, prefirieron el anonimato. Continuamos nuestro camino por la avenida Urdaneta, casi hasta el final de la larga calle, y doblamos hacia arriba en una esquina de Miraflores, rumbo a La Pastora. Ahí anduvimos unos 20 minutos por entre tantas subidas y bajadas y fachadas coloniales tan descuidadas por el tiempo hasta llegar a ciación Criollos, quien, al principio, dijo la esquina de San Ruperto, meta de las tres que no quería responder porque estaba muy ocupado. Continuamos hablando. rutas ya mencionadas. “Échame el cuento. ¿Cómo están conforEn cada parada hay un fiscal: un señor mados?”. Se le notaba el miedo. Dijo que con una libreta que anota quién llega no se podía comprometer a respondery quién sale y la hora cuando lo hacen. me, que no sabía cómo hacerlo. “Somos Nos fuimos, primero, con uno de la Aso- los avances, los socios están por fuera. Yo Edición Número Ciento cuarenta y tres. Año 03. ÉPALE CCS
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no sé cómo es el movimiento. Soy nuevo’’. Le pregunté de qué se encargaba: “Yo soy chofer. Pero como no tengo carro, me ponen a trabajar aquí de fiscal”. Dijo que no había fiscales fijos. El que se queda sin carro, trabaja de fiscal. Le pregunté si el aumento les beneficiaba a ellos como conductores. Dijo que no, que la guardia
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del carro, que es el alquiler del vehículo, estaba muy caro. Antes, siempre había imaginado que cada quien, tras comprar su propio autobús, se unía a las Asociaciones y trabajaba con ellos. Después, ese día, tras conversar con él, me enteré de que la cosa no es así. En las Asociación hay socios y hay avances. Los socios son los dueños de los autobuses, los choferes o avances son quienes los manejan. Por eso, deben alquilar cada día un autobús para cubrir sus rutas y, con el dinero que ganan dando sus vueltas, pagar la guardia del vehículo, que ronda los 5.000 bolívares. “A veces queda, a veces no queda”, dijo, refiriéndose a su ganancia personal tras cubrir el alquiler. En la Asociación República hay 110 socios. Cuando conversamos con su presidente, quien prefirió, también, mantenerse anónimo, nos dijo que siempre los pintaban a ellos como los malos del juego, pero que la gente no entendía. Dijo, de hecho, que en verdad, por la situación económica, los que salían más beneficiados eran los choferes, ya que no tenían que arreglar sus autobuses, lo cual es muy difícil por los altos precios de los repuestos, y sólo cobraban, por alquilar el vehículo, unos 4.300 bolívares. Me quedé pensando un rato. De pronto entró un socio que además es chofer (sí, los hay) a conversar con el presidente. Dijo que en un día bueno se podía ganar unos 6000 bolívares. Salté inmediatamente: “Pero si es un día bueno, lo que les queda a los choferes debe ser muy poco”. El presidente interrumpió rápidamente, casi evasivo, diciendo que él trabajaba muy poco tiempo y por eso ganaba esa cifra. Después pregunté a qué hora salía a trabajar. Dijo, el chofer-socio, que a las 5 de la mañana. No entendí.
momentánea. Todo rodea los precios actuales, como si las cooperativas, en tiempos de precios menos lunáticos, no hubiesen funcionado de la misma manera.
parados muchos carros. Que de 110, había sólo 52 funcionando por la falta de repuestos, lo que los perjudicaba a ellos por no tener vehículos con que trabajar.
Salí menos confundido que cuando entré. Para verificar informaciones, volví a hablar con uno de los choferes de la Asociación. Me dijo que la mayoría del dinero iba a los socios y que arrendar un carro estaba por los 5.500 bolívares con el pasaje a 13 bolívares, dependiendo del vehículo, y que cuando subiera a 15, que ya subió, pagarán 7.000. Hay unos 150 choferes y todos tienen que embarcar sus carros, trabajar unas 15 horas, más o menos, para completar lo que para ellos es un ‘’buen día’’, en el que pueden llegar a cobrar 8.000 bolívares (un poquito más con 15 bolívares) tras entregar el carro Me pidió que hiciera una especie de denun- a las 8 de la noche. De esos ocho, cinco, que cia: ellos cuentan con una proveeduría que serán un poquito más después del aumento, se encarga de facilitarles los repuestos. Pero tienen que ir al arrendatario. Basta con una simple suma para saber quién gana más y nunca hay nada. Funciona mal. quién gana menos. Los argumentos presentados por el presidente al defender a los socios se basaron También secundó la denuncia del presidenen una coyuntura actual y esperemos que te, diciendo que la falta de repuestos tenía
Nos montamos, por último, en una camionetica de la Asociación Criollos. Conversamos con el conductor y nos dijo que trabajaba desde las 5 de la mañana hasta, más o menos, las 8 de la noche. Unas 15 horas, pues. Horario justo para hacer lo que ya sabemos: 8.000 bolívares, cediendo 5.000 o más. Pedí la parada cerca de la plaza de La Pastora. Le entregué 30 bolívares y no me los aceptó. Se los ofrecí otra vez y volvió a rechazármelos.
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Mientras tanto, la gente tiene que pagar una cuota elevada sin obtener un servicio óptimo. Algo no funciona dentro del sistema. Los perjudicados parecen ser los de siempre: el pueblo que se monta en los carros y los obreros que los manejan sin saber, a ciencia cierta, si les quedará para comprar la comida. Me bajé sin pagar. Edición Número Ciento cuarenta y tres. Año 03. ÉPALE CCS
AUTOR: Luis Guillermo Rojas CORREO: rojasluisguillermo@hotmail.com
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minicrónicas
foto jesús castillo
(las) power rangers y otras series
“Picada y sin cola”
nó frente a nosotras, desde donde una señora, algo apurada, nos preguntó si sabíamos dónde quedaba el Ymca de San Bernardino, un espacio para la práctica deportiva muy popular en esa época. Ante la interrogante, salté por encima de mis amigas a dar detalles para llegar al sitio, haciendo alarde de Empezaré desde el principio. En mis días mi conocimiento en cuanto a nombres de de estudiante de bachillerato en la Uni- calles y puntos de referencia. dad Educativa “Carlos Soublette”, ubicada en San Bernardino, era parte de un grupo Por más que di varias indicaciones de de amigas a quienes nos decían Las Power cómo llegar al lugar, la señora se mostraba Rangers porque andábamos las cuatro pa’ confundida, así que le ofrecí la opción de arriba y pa’ abajo antes, durante y después guiarla si ella nos daba la “cola”, pensando de clases. Además de gustos afines, tenía- (para mis adentros) que no era mala idea mos el privilegio de vivir cerca de nuestro ir a ver a los chamos que iban a nadar a las centro de estudio y por ello nos íbamos ca- piscinas del polideportivo. La apresurada señora accedió y mis amigas empezaron a minando a nuestras casas. montarse, sin temor alguno y con la inoEn una ocasión, libres ya de nuestra obliga- cencia que aún teníamos (obviamente eran ción académica diaria, un carro se estacio- otros tiempos). Escribo esto porque estoy “picada”. Llevo casi 20 años recordando cómo pasé pena al querérmela dar de sabelotodo cuando una señora en la calle nos pidió que le indicáramos una dirección.
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En un segundo, el carro arrancó y yo, la que había hecho el esfuerzo de explicar la mejor forma de trasladarse y así asegurar el trayecto gratis, no pude montarme. Viendo el carro subir por la avenida Cajigal, me quedé sola, triste y picada en medio de la calle. Sin poder hacer más que seguir el auto a pie, inicié el trayecto con una vergüenza que se transformó en risas y el sostenido chalequeo por parte de mis amigas cuando finalmente nos volvimos a encontrar. Segura estoy de que el resto de Las Power Rangers reirán al recordar este episodio de nuestra inolvidable vida juvenil y tal vez también lo haga la señora que me dejó “picada y sin cola”. POR Pierina Quintero
19 ENVÍE SU MINICRÓNICA A epale.ciudadccs@gmail.com
Doblaje Venezolano
En nuestra Venezuela no faltan razones para el orgullo. Una pujante industria se desarrolla con el entusiasmo que da el saber que se hace bien lo que se sabe hacer. Profesionales de la actuación, locución e interpretación de textos le dan vida a un ingente material trasnacional para colocarle el sello de nuestra manera de traducir y decir bajo la modalidad del “doblaje profesional”. Más de tres décadas han pasado desde que aquel grupo de entusiastas nos abocamos a “inventar” esto del doblaje venezolano en “etcétera C.A.”, en Colinas de Bello Monte, cobrando cuerpo para muchos un nuevo trabajo, sin modelo a seguir aquellos primeros días y entrompando con las tan en boga, para el momento, telenovelas Brasileras. Mucha agua ha corrido desde entonces y mucho hay que contar, para lo que habrá otro espacio, pero vale la pena reconocer que “nuestra manera” de decir, lo que llaman “acento neutro”, ya es escuela en el mercado internacional y se replica, con poco éxito, en estudios foráneos.
Muchos de aquel grupo pionero aún nos mantenemos en este ejercicio, que satisface el ego al escucharnos en la pantalla de Discovery, History, Mundo, People and Arts y otras señales que nos llegan de “rebote”, sumando innumerables series y películas que, para orgullo, insisto, se ven en gran parte del mundo hispanoparlante. Bien por los actores del patio. Bien por las Para duelo de muchos apátridas, esta mini empresas que acometen esto con profesio- crónica. Célebre es Tin-Tin, clásica serie animada nalismo. Bien por los venezolanos que sí para niños de Hergé, de Bélgica, y que con tenemos productos para exportar, dejando Seguiremos. la voz de este servidor ha sido deleite de los nuestra impronta en la industria cultural chamos, y en nuestro idioma. mundial. POR DOMINGO MORENO Caracas, 23 de agosto de 2015.
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Ahora mismo vivimos un repunte en la actividad. Hay quienes dictan cursos y talleres especializados dando chance a una excelente camada de talentos.
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SOBERANÍAS SEXUALES
¡Fin de mundo! POR Mercedes Chacín @mercedeschacin ILUSTRACIÓN jessica mena
Con la sexodiversidad pasa como con el racismo, somos mente abierta hasta que: el negro o la negra pretende entrar a tu blanca, inmaculada, racista y conservadora familia. Hasta que te imaginas a la nieta (o al nieto) negrita. O hasta que piensas, poniéndote las manos en la cabeza, que tendrá el “pelo malo” y sufrirá con desrices y baños de crema. En 1980, Rubén Blades y Willie Colón grabaron un clásico de la salsa: Maestra Vida. Fueron dos volúmenes llenos barrio, de salsa, de felicidad, de erotismo, de rumba. En el primer volumen o Larga Duración (así los oí yo por primera vez, en acetato, cédula al piso) hay una canción llamada “El nacimiento de Ramiro”, que expresa la alegría de un padre por la llegada del primogénito. Ahí escuchamos, en medio de una algarabía, esto: Y cuando crezca, ¿qué será, qué será, qué será, que será/ ¿Será acaso un pelotero como Aparicio o Clemente, ídolo de su gente y gloria para el beisbol?/ O a lo mejor sale un genio en matemáticas, un inventor, un gran sonero y ¡cuidao' que hasta doctor!/ Y eso sí señor, lo pido en tú nombre, que no me salga marica, que no me salga ladrón/ Que, aunque sé que he hecho mis trampas, trataré de darle todo, lo que nunca tuve yo. De eso han pasado 35 años y Rubén ya no dice eso cuando canta esa canción en sus conciertos. Pero grabado se quedó y, por alguna razón, sigue impresionándome, al igual que las imágenes que pudimos ver de un grupo religioso que salió a marchar libremente por las calles de Caracas y esto fue lo que leímos o escuchamos: “El Matrimonio Igualitario es una aberración satánica”; “Dios quiere Familias Sanas”; “Si un nieto me sale gay, moriré en oración hasta que lo reprenda”; “Pedimos a los homosexuales que se arrepientan y pidan perdón a Cristo”; “Los homosexuales viven en el mar de las tinieblas, no les ha resplandecido Jesucristo”. Estas consignas no las dicen miembros del Ku Kux Klan. Ni movimientos de cabezas rapadas. Estas consignas, frases retrógradas y llenas de homofobia, se leyeron en las pancartas y en tuits que acompañaron a una manifestación de evangélicas (y evangélicos) que el pasado 4 de agosto llegó hasta la Asamblea Nacional para protestar contra el matrimonio igualitario. Los evangélicos, que son una minoría como los sexodiversos, erigiéndose como jueces en nombre de su Dios. Ha sido un secreto a voces que el conservardurismo religioso ha impedido el avance de los derechos en materia legal de la comunidad sexodiversa en Venezuela. Siguen estando excluidos, porque no tienen los mismos derechos que los heterosexuales. Mientras en otros países menos progresistas, digamos, ya se asume con total normalidad el matrimonio igualitario, en el nuestro algunos se dan el tupé de creer, a estas alturas, que los gay, lesbianas, transexuales, trasgéneros y travestis ¡están enfermos! ¡Por Dios! ¡Fin de mundo! Paso y gano. Sigamos. Edición Número Ciento cuarenta y tres. Año 03. ÉPALE CCS
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foto JESÚS CASTILLO
ENTREVISTA
mil y un Barretos un montón de Barretos acompañan a Juan en el DIFíCIL arte de hacer vida pública en un país polarizado. ESTA ES LA PRIMERA DE UNA SERIE DE ENTREVISTAS QUE HAREMOS A DIRIGENTES Y CANDIDATOS DEL GRAN POLO PATRIÓTICO COMO ANTESALA A LAS ELECCIONES DE LA aSAMBLEA nACIONAL POR marlon zambrano @marlonzambrano
Lo primero que pienso es que puede pasar por un cínico (en el sentido clásico del término), pero también se me ocurre enfant terrible, provocador irredento, burócrata desfachatado, incómodo y genio. En algunos instantes, no tuve la certeza de estar escuchando la verdad concreta o una abstracción lírica, pero ahí estaba yo, frente al más desdibujado de los mejor labrados Barretos, el que es todos a la vez, como él afirma, desmenuzando el país oficial que fibra a fibra ha contribuido a hilvanar en los últimos 25 años.
No es exagerado: como docente ha formado a varias de las generaciones de periodistas que han copado la escena pública y privada de Venezuela en estas dos décadas. Como dirigente estudiantil, político y funcionario público ha estado en la palestra, para bien y para mal, al lado de Chávez y hoy, un poco más allá, en un espacio demasiado parecido al limbo. Como experto en comunicación, certifica que la banalización de los hechos a través de los medios lo ha situado en el terreno pantanoso del escarnio.
Es que hay muchos Barretos, le digo, y cuesta entenderlos a todos: el profe, el Alcalde Mayor, el intelectual, el imputado, el de los globos, Feriado, Redes, el gordo.
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Por si fuera poco, anda remolón. Sus declaraciones recientes en torno al acontecer político han generado malestar entre camaradas y se ha vuelto uno de los mantras de la oposición, muy a su pesar, dice. Pero se defiende asegurando que Chávez fue quien le dijo una vez “nunca pares esa lengua, dime lo que me
22 tengas que decir siempre” y, acto seguido, le cantó “Tu palabra”, de Alí Primera. Se acercó cojeando a través de un patio de mangos de la avenida Andrés Bello, con franela mangas largas, bermuda y unas crocs blancas con medias, una hora después de la cita, tiempo suficiente para recorrer la bonita sede “prestada” donde funciona el movimiento que fundó para inscribirse por su cuenta en la vida política nacional al lado del llamado Polo Patriótico, pese a distanciarse de Chávez en 2006 por su pública y manifiesta oposición a la creación de un nuevo partido, el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), en sustitución del Movimiento V República (MVR). El Comandante después lo chalequeaba en los mítines: “Ahí está Barreto y su gente, con su partido”. Aunque era el profe, porque lo conocemos desde nuestros días de estudiante en la Universidad Central de Venezuela, su aspecto agotado y su inmensa humanidad me permitieron recordarle que alguna vez tuvimos 30 kilos menos, pero ya esto es demasiado. ¿Salud o desidia?, pregunté por inercia. “Me envenenaron con plomo”, soltó como si me estuviera dando los buenos días. —¿Cómo es la vaina?
—Me están inyectando esteroides dos veces por semana porque todavía tengo el veneno, que es a base de plomo, en la sangre. ¿Cómo entró en una comida mía un veneno a base de plomo? Nadie sabe. Un día almorzando caí muerto y me llevaron de emergencia a un hospital. Gracias a Dios mi cuerpo reaccionó mandando hacia las piernas el veneno, porque si se me hubiera subido a la cabeza, quedo loco. Eso fue dos días después de que la Fiscalía me imputó (año 2009).
BARRETO BIOPOLÍTICO
Juan lidera un movimiento llamado Redes, que surgió, al parecer, luego de que Chávez indicara que lo esencial para la revolución era el poder popular organizado, consciente y en movimiento, dentro de un gran enjambre, un sistema de redes. “Ese es el concepto que nosotros tenemos: la heterogeneidad, la multiplicidad, la autonomía; por eso estamos organizados en columnas obreras, campesinas, estudiantiles, cada una con su propia di- "Yo no tengo esa pretensión de ser incómodo". foto MICHAEL MATA Edición Número Ciento cuarenta y tres. Año 03. ÉPALE CCS
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23 rección, ensamblados en un equipo de coordinación nacional, y eso es lo que hace que nosotros seamos una corriente crítica dentro del proceso, que reconoce al presidente Nicolás Maduro como Jefe del Estado y que aspira a tener las mejores relaciones con el PSUV y con todas las demás organizaciones del Polo Patriótico”. —¿Se sienten bien tratados dentro del Polo Patriótico de cara a las ELECCIONES parlamentarias del 6D?
—Mira, es duro, pero es el camino. Nosotros, antes de conformarnos, nos paseamos por todos los demás partidos, porque no queríamos ser otro más y nos dimos cuenta de que teníamos que hacer otra cosa. Por eso fue que nos constituimos. Le pregunto a la gente cómo se llamaba el partido de Bolívar, de Espartaco, de Jesucristo, y nada. Date cuenta de que fuerzas sociales ha habido siempre, los partidos son nuevos. Por eso van con sus candidatos a la contienda como partido socialista y chavista, para jugar el juego. “Cuando se me pregunta por la política, se está preguntando por mi propia subjetividad, por mí mismo. Hasta mi relación con la sexualidad es política, porque tiene que ver con la concepción que yo tengo sobre la mujer, sobre el gozo, etc., la política no es exterioridad, soy un ser biopolítico”. —Entonces, ¿cuál de los Barretos eres tú?
—¿Y no te ladilla que gente “Hubo un Barreto de la oposición te esté usanconserje también, do de comodín para justifime tocaba recoger car cualquier crítica? mierda de los ascen- —Bueno, ese es el riesgo. Malo es cuando compañeros que se dicen camaradas, sores. También sabiendo lo que hemos vivido y cómo se hubo un Barreto distorsiona la información, utilicen la disdamnificado del torsión del enemigo como arma para acaterremoto del 67. llarte. O sea, no hables porque el enemigo Un Barreto que tuvo lo puede utilizar. que lidiar con la UN BARRETO penosa enfermedad QUE SE LA ECHA de su mamá” Afirma que su rutina comienza entre 6 y 7 de la mañana. Se levanta, escribe algunas —
vaina con los muchachos. No puedo tener vida social porque soy sospechoso de algo. Yo soy muchos, y como dice Whitman, “soy vasto, contengo multitudes”. Yo creo que todos los seres humanos pasamos por distintas facetas, la vida te va poniendo caminos y tú los vas recorriendo. Ahora, todos esos Barretos están cruzados por una línea conductora que es que yo soy muy libertario, muy crítico, trato de buscarle las cinco patas al gato y a veces se las consigo. Siempre me pregunto alrededor de las cosas y no me conformo con la explicación oficial, ando buscándole el chiste hasta a mi propia existencia, yo soy de los que se burla de sí mismo. Creo que el sentido del humor es una filosofía de vida. Hubo un Barreto conserje también, me tocaba recoger mierda de los ascensores. También hubo un Barreto damnificado del terremoto del 67. Un Barreto que tuvo que lidiar con la penosa enfermedad de su mamá.
—Bueno, me dicen maricón pero no soy y a lo mejor no sé de qué me estoy perdiendo. Si fuera, lo asumiría y sería la loca más loca de Caracas. Cuál es el peo, pues. Yo digo que hay mucha hipocresía y mucha doble moral, entonces los políticos hablan de la sexodiversidad pero cuando te quieren echar coñazos, —¿te estás volviendo lo primero que te dicen es marico. incómodo? —Yo no tengo esa pretensión. Si devengo incómodo es porque estoy poniendo algu—En la universidad decían que eras pendenciero, viola- nos puntos sobre las íes. Ahora, nosotros no vamos a estar en la oposición ni para coger dor, marihuanero, el mejor impulso, nosotros creemos en el debate perprofesor... hay muchas manente. Una vez Chávez me reclamó que leyendas urbanas en torno llevaba dos meses que no me veía y cuando a tu figura. —Coño, sí, es que soy el Marilyn Manson le dije que me cerraban las puertas, me conde la política, tuve hasta que dejar de sen- testó “pues métete por la ventana, o si no por tarme en el cafetín de la universidad a echar la chimenea, como Santa Claus”. Caracas, 23 de agosto de 2015.
notas, remarca algunos libros y los va dejando por ahí, en un orden caótico como ideas sueltas que algún día encontrarán destino. “Yo en última instancia lo que soy es un profesorcito. Me he ido formando académicamente porque me gusta leer y estudiar, como me enseñó mi maestro Rigoberto Lanz”. Así, desde sus múltiples ocupaciones, ha tenido tiempo para escribir 16 libros sobre comunicación y política. —Y no son manualitos de cocina, ¡son tratados de 600 páginas! Yo intenté entrarle a Crítica de la razón mediática y no pude pasar de la presentación.
—Bueno, ese libro permite que yo me la eche de mucho porque lo leyó el viejo Ernesto Laclau, el último de los grandes semióticos, y me pidió hacerle un prólogo. Gianni Vattimo, uno de los grandes maestros de la hermenéutica moderna, le escribió otro prólogo. Toni Negri le escribió otro largo prólogo. Es como que fueras músico y Jimmi Hendrix, John Lennon y Mick Jagger te llamaran y te dijeran “escuché tu sencillo, yo quisiera escribirle algo a tu disco”. Es más, ese libro ganó el Premio Simón Bolívar para el Pensamiento Crítico 2006 (que fue adjudicado a la obra Vuelta de siglo, del filósofo mexicano Bolívar Echeverría) y es la primera vez que lo digo, ¿sabes? Farruco Sesto (ex ministro de Cultura) me llamó por teléfono para decirme que no me lo podían dar porque solo era para autores internacionales. Solo me dieron una mención honorífica. ¡Pelé 100 mil dólares! Edición Número Ciento cuarenta y tres. Año 03. ÉPALE CCS
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GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
“LOS ÁRABES DE CATIA” POR REINALDO GONZÁLEZ D. @ODLANIERØØ FOTOGRAFÍAS JONATHAN MENDOZA
Que algo, lo que sea, cumpla 50 años, es motivo de celebración. Implica trabajo, paciencia y, definitivamente, amor, entre otras artes complejas y también bellas. No toda empresa es capaz de sortear las innumerables e inesperadas vicisitudes del país donde está asentada, ni siquiera en lugares que podemos imaginar excesivamente calmos, melancólicos, grises y estables —pienso en la imagen que los medios han creado sobre Dinamarca, Nueva Zelanda o algún pueblo alpino y que no tengo manera de comprobar—, a contrapelo de Venezuela y aun más del sector, a veces mal llamado parroquia, donde se encuentra nuestro comedero de hoy. “Los árabes de Catia” están a una cuadra hacia el este del rehabilitado teatro homónimo, aunque vale decir que Catia está llena de restaurantes árabes y cada quien puede pensar en uno distinto cuando surge la referencia. Para evitar confusiones, los llamaremos por su nombre: El Rey del Pincho.
En los años 60, un grupo de sirios se congregaba los fines de semana en la calle El Comercio de la parroquia Sucre para jugar backgammon. Comían y seguían jugando. La gente que pasaba por ahí comenzó a interesarse por los aromas que salían de una pequeña e improvisada parrilla construida con latón. Se acercaban, probaban y aprobaban. Fue cuando estos jugadores empedernidos pensaron: “Podemos vender comida todos los días y jugar todos los días”. Ya son 50 años jugando backgammon y vendiendo shawarma, antiguo plato árabe posterior al döner turco, que es una especie de sánduche de pan pita relleno de carne a las brasas y vegetales. En el caso del shawarma, la carne se gira de forma horizontal, mientras que en el döner la cocción es vertical. La versión que internacionalizó el turco Kadir Nurman en los años 60,
tras emigrar a Alemania e instalar un puesto en Berlín, eliminó estas diferencias y por eso compramos döner bajo el nombre de kebap o shawarma. La carne, según el lugar, puede ser bovina, ovina, porcina o de pollo. Bachir Derikha, hijo y nieto de los fundadores de El Rey del Pincho, es el actual encargado. Nada ocurre sin su aprobación. “Sácame dos de pollo, de emergencia”. “Siéntate en esta mesa pa’ que no te achicharres”. “Dos shawarmas con nestea: 1.000 bolos”. El papá estaba ahí, pero ahora no vende comida, solo juega backgammon. Cincuenta y siete minutos nos tomó sentarnos, pedir un shawarma de kafta (pincho de carne molida condimentada) y otro de lechón (carne de cerdito), esperar la orden, hacer las fotos, comer, pagar y tomar nota de las respuestas de Bachir:
RECETARIO DEL PELABOLA
TECITO DE COMPOTA REGULADA POR MALÚ RENGIFO @MALURENGIFO
Dedicada a la maestra pelabola Valentina Casagrande Vainas que pasan: de pronto un día te entra un presentimiento. Un mini-tú se te para en el hombro y te susurra al oído “aaanda para el mercaadooo”, con voz fantasmal. Y tú no quieres. La incredulidad casi puede contra el impulso, pero algo sucede y te pones los zapatos, así, sin medias y con las plantas de los pies llenas de un manto protector grisáceo. “Los pálpitos hay que escucharlos”, decía tu abuela, y listo, caminas unas cuadras y entras al primer automercado que consigues, con todo y la etiqueta de especuladores que le puso la Sundecop, o como sea que se llamen los de los precios justos. Edición Número Ciento cuarenta y tres. Año 03. ÉPALE CCS
Caracas, 23 de agosto de 2015.
o ir le e sg ab ed rie u el p p su A Im Se
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Calidad Precio Ambiente Atención Av. Su cre Av. Su cre Ferreesquina
“Mira lo que está llegando: lechón. No se consigue. Ese viene de Betania”.
Teatro Catia
El Rey del Pincho Calle El Comer cio
Calle México
“Venezolano. Nací aquí, en Los Magallanes”.
Calle Colom bia
Calle El Comer cio
“Ayudamos a gente que lo necesita. Todos los días regalamos 6 mil bolos en comida”. “El falafel es nuestra especialidad. Viene en el plato mixto”. “Abrimos toda la semana, de 12 del mediodía a 10 de la noche”. “No tenemos punto. Sólo aceptamos efectivo y cesta ticket”. “¿Qué es la revolución? Que los precios revolucionen. No puede costar una locha, como hace 50 años”. Bueno...
Desde la izq: Juan Carlos Rodríguez, Rafael Mata, Gerardo Navas y Bachir Derikha
No llevas mucho dinero, pero eso no pareció ser un problema para el mini-tú cuando te pasó el dato. Sin embargo, es sábado en la noche, día poco conocido por aportarle éxitos a los consumidores, pero, hey, no te la des de listo ni des todo por sentado: en tiempos tan extraños como estos, todo puede pasar.
Pero eso no era todo: medio metro más allá, una torre de paquetes de compotas te llama la atención y el mini-tú vuelve a aparecer sobre tu hombro susurrando “agaaaarra esa vaiiinaaaa”. Y así haces.
Sólo llevaste las compotas y el jabón aquella noche: 180 bolívares el paquete de 24 compotas, y más o menos 40 costó el jabón para Recorres los pasillos al descuido, metiendo una vainita cada 14 la ropa. pasos, sacando alguna que otra cuando le ves el precio, pero sin arrechera: el mini-tú no pasa datos dados al maltripeo, así que lo Así que desayunas y meriendas con compotas durante varios días, que queda es esperar a que ocurra el milagro. desechando los frascos de compota aún con algo residual en sus paredes, hasta que el mini-tú de tu conciencia, que es más pelabola que De pronto, mirando absorto un queso blanco a 1.200, hecho apa- tú y que hizo una maestría en pelabolismo chic, te susurra al oído: rentemente de la leche de la cabra que parió a Belcebú, comienzas a “Échale agua caliente a ese frasquito, tápalo, agítalo y bébete un tecisentir un bululú formarse a pocos pasos. Con un movimiento me- to de manzana” (o de cualquiera que fuera el sabor de las compotas). cánico vuelves el queso del infierno a su lugar y diriges la vista y los Tú lo haces, mirando hacia de reojo por miedo a ser descubierto utipasos al recodo de alegría que está llamando a la gente, y envuelto en lizando ese truco tan extremo pelabola. Pruebas y te agrada el sabor: un halo de luz amarilla y brillante, acompañado de un corillo de an- ¡qué delicioso! Más tarde lo haces frío, si te animas. Par de hielitos y gelicales voces, encuentras los vestigios de lo que hace unos minutos tienes una infusión refrescante y sin costo alguno adicional. era la montaña de detergente más grande que hayas visto en la vida. Te abres paso entre la multitud adoradora de jabón y tomas uno, Dato para los arriesgados: lo pueden congelar y tener unos cubitos ganándote cuatro codazos y media zancadilla por el atrevimiento. para endulzar el agua. Caracas, 23 de agosto de 2015.
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crítica y media
A golpe de control
Tras el discurso
El chef es el show Desde “Cocine con las Morochas”, nuestra mirada ha errado por un sinfín de programas de cocina, sin otro objetivo que el mero regodeo contemplativo. Nunca, ni por casualidad, se nos ha ocurrido replicar la hechura de algún plato, del mismo modo que no se nos ocurriría ponernos a desvelar los trucos de un mago. Después de todo, aquello ha tenido siempre características de arte de birlibirloque, en el que el prestidigitador transforma una cosa al principio del programa en otra cosa al final del programa. Que esa materia última sea comestible no supone más que un detalle marginal para nosotros. El hecho es que para la televisión nunca fue imprescindible que el chef resultara notable en términos culinarios si no lo era antes en términos de espectáculo. En ese sentido, aquellas morochas de robusta fisonomía y atuendo a juego tenían lo que había que tener. A Dino D’Avanzo, por su parte, debimos hacerle su estatua a tiempo y ubicarla a la entrada del Instituto Nacional de Nutrición cuando menos. En cambio, desgastada su figura por los inclementes programadores de Televen, lo vimos vagar como desvaído fantasma
por sets de televisoras de nuevo cuño y mala muerte. Tampoco fue necesario contar con un extraordinario carisma. Ángel Lozano, por ejemplo, tuvo sus 15 minutos (bastante más, en realidad) de fama al hacerse acompañar por María, su circunspecta ayudante. La rudeza con que ambos cocineros se llevaban otorgaba un particular encanto al programa. Ida María a guisar tocinillos en el cielo, Ángel perdería toda su lozanía. Kristina Wetter era una chef fashionista. Su principal habilidad consistía en no dejar caer ni una gota de mezcla sobre su coqueta cocina. Eduardo Franco apostaba por los chistes malos, que disparaba en ráfaga al modo de Karlos Arguiñano. Jacques Dutronc parecía haber salido del “Show de los Muppets” tal su parecido con aquel chef francés, tan cómico como ininteligible. Ese punto maravilloso en el que la cocina y el espectáculo alcanzan a cruzarse es el que da sentido a la receta audiovisual. Anota ahí, pues, Malú Rengifo. Por Carlos Cova @CarlosCobero
¿Ecotransgénesis? El filme Mundo Jurásico (EEUU, 2015), dirigido por Colin Trevorrow, es la cuarta entrega —y luego de 14 años— de una de las franquicias cinematográficas más exitosas del cine. Por supuesto, después de casi tres lustros de haberse estrenado Parque Jurásico III, el nuevo capítulo de la saga debía presentar, en lo temático, elementos novedosos que garanticen el boom taquillero de sus predecesores. Como “la realidad supera la ficción”, esa necesidad que existe en la realidad con respecto a un guión novedoso se traslada al momento de plantear el nuevo contenido. Tras años cerrado el parque, reabre sus puertas ofertando una atracción nunca antes vista: un dinosaurio que no ha existido jamás (principio de exclusividad propio del capital), más feroz y más letal, fabricado por obra y gracia de la transgénesis. En principio, se puede desprender de su propuesta una severa, y valedera, crítica al indiscriminado abuso que se hace al utilizar los avances científicos para la creación de organismos genéticamente modificados (sutil alusión a Monsanto). Pero detrás de esta noble forma se soterra otra que no lo es tanto. El parque, en su conjunto, es un acto de creación de vida, lo que podría catalogarse como ecológicamente correcto. Escarbando signos, la creación de especies extintas hace millones de años, y la peligrosidad que ello conlleva, hace de la utilización de los avances científicos en pro de la vida un mal negocio. De hecho, la creación de una nueva especie, más letal que todas las anteriores, obedece a razones de la más rastrera mercadotecnia: el público, cansado de ver siempre los mismos monstruos, “necesita” una atracción más terrorífica, más grotesca. Esta dualidad producto-mercado, y sus negativas consecuencias, no solo banaliza una posible preservación del medio ambiente sino que al fracasar, en vista de sus “efectos colaterales”, lo descarta de plano: trabajar en favor de las especies es peligroso y no da dividendos. El hábil manejo de los elementos característicos del cine de terror contribuye a lo ya expuesto. La utilización de los medios masivos, dentro de los cuales está el cine, para crear zozobra es una vieja práctica que sí da dividendos. Rodolfo Castillo @magodemontreuil
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NOVELA
Historias de la calle Lincoln (iV) DE CARLOS NOGUERA Ilustraciones jessica mena
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28 Viene del número anterior Lo único que podías hacer aquella noche, si es que alguna vez ocurrió, Ñato, era tratar de observarla, tal vez algún día necesitarías de ese recuerdo; observa cómo quiebra su cuerpo mientras baila, la luz intermitente que brota a través de la trama cinética colocada delante del reflector; lentos movimientos desplegados a conciencia, como si estuviera acariciando a un felino, como si ella misma fuera de verdad un felino: tenso de pronto cada músculo del cuerpo, levantando con cansancio las manos, los brazos haciendo molino a uno y otro lado del talle, por encima de la cabeza y a los lados, y el increíble movimiento de las caderas, míralas, Ñato, alguna vez viste quizás un movimiento igual, aunque menos espasmódico, menos violento, por supuesto, en las viejas películas con imágenes de árabes imposibles echados sobre cojines multicolores, mullidos, mientras en el centro bailan la favorita y el cuerpo de baile, la comitiva y las otras esposas, así, así, tal como hace Graciela con las caderas, pero
más lentamente, con más cadencia, como las hubieras podido ver también en las antiguas películas mexicanas, si las hubieras visto, si hubieras tenido una infancia de barrio o de pueblo del interior, qué sé yo, Meche Barba, María Antonieta Pons, Ninón Sevilla, aunque no hay comparación por supuesto, con esta Graciela, rítmica Graciela; sonríe, Ñato, no olvides esa figura fragmentada por las luces cambiantes y la trama de alambres delante de los reflectores y en la pantalla esa insólita escena de lucha entre gorilas y cómo se le ponen brillantes, fosforescentes los dientes, el borde de los ojos, a Graciela, no a los gorilas; sonríe, Ñato, te dice, hasta tú puedes lucir con dientes blancos, sí, sonríe, mientras es la luz morada la que cae y la vuelve brillante, tu camisa, digo, y sus dientes y el borde de los ojos y todas las parejas que bailan y quedan frente al reflector tienen ahora ojos azules, latinos con trasplantes nórdicos, fue lo que pensaste aunque no en este tono tan sofisticado, ¿eh, Ñato?, y no te sientes que ahora es cuando, esa rumba flamenca no me la pierdo y tú sales a bailar, ¿quién no?, mientras observas y sientes un pequeño estremecimiento que te
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sube por la columna, observas cómo mientras su cuerpo copia el ritmo Peret sus manos están ahora sobre los muslos, y suben y bajan lentas desde la cadera hasta la mitad del muslo, no te vayas a desmayar que la pones, no, por suerte es sólo un momento, y tú piensas que te insinúa, digo yo, pero es sólo un momento, porque por fortuna las subes de nuevo y dale a hacer castañuelas con las palmas sobre la cabeza y dale a zapatear, no querido, sobre las alfombras no, te estás saliendo, te decía, te dice Graciela, porque de verdad que estás pataleando fuera de la pista, así no se oye el taconeo, te dice, cuando estemos, pero no sigue hablándote, no termina, para qué si ahora lo que importa es meterle a Peret y a los cuerpos y a las luces, y todos los colores de esta y otras noches similares, interminables, anteriores, y toda la ebriedad de todos esos cuerpos tocándose y rozándose y tratando de conocerse sin lograrlo totalmente pero haciendo como si, haciendo como si en este gran dirigible, como diría el chino, con aire acondicionado, en este gran dirigible se estableciera de una vez y para siempre la comunidad definitiva que de otra manera, afuera, en
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Se supone, según la versión que el Ñato espera, que tú, Graciela, habrías salido tres días antes, al atardecer y justo después de haberte citado con él en la heladería. No habrías podido comer el helado de vainilla a causa del nerviosismo y te habrías subido y bajado los lentes sobre la nariz con un temblor convulsivo, esto te ocurriría siempre. Habrías repasado y construido cada uno de los pasos que darías en las próximas horas y tal vez por eso el Ñato se habría disgustado y la cita cerraría con un chao frío que no pronosticaba nada bueno.
to, ni en trasladarlo a donde iban a realizar el contacto definitivo, siempre yendo tú al frente del volante y manejando con una parsimonia increíble en ti, con un respeto increíble en ti, acostumbrada como estabas a volar en tu bólido blanco de doble carburación. Aunque esta vez, es cierto, no se trataba de un bólido, sino de una máquina pesada que tú no estabas acostumbrada a conducir, más pesada todavía a causa del «relleno» que le habrían metido. Se supone que este relleno, o la conciencia que tenías de él, te produjo lo que siempre te producía un arma en estas condiciones: la mano que te apretaba el estómago, el sudor frío alternándose en tu rostro con un calor desmesurado, el dolorcito de cabeza que no acababa de aparecer ni acababa de irse a pesar de los commel y los beserol y los tranquilizantes y sabías que era por eso que no te dejaron nunca manejar ni la más pequeñita pistolita; y —qué ibas a hacer— volviste, o se supone que volviste, a recordar cuando te hablaron por primera vez de las balas dumdum, y lo que podían producir al entrar y cómo se desplazaban antes y después de penetrar en el cuerpo y todo aquello de la pequeña cámara de aire y el huequito y cómo era que el huequito ayudaba a la explosión y cómo fue que te sentiste tan mal que hasta ganas de vomitar te dieron y tuviste que meter el cuento de la indigestión porque si no hasta ahí iba a llegar todo, allí sí que te cortarían, y tuviste que ir al baño, y en el baño lloraste pero de la arrechera que te producía el sentirte tan débil, tú que te habrías creído siempre tan bien cuidada, tan deportista tú, tan ágil, tuviste que llorar. Se supone que tus compañeros trataron de distraerte durante el trayecto y que la peluca rojiza, que ya sabemos que habrías comprado en Sabana Grande porque el Ñato ya lo dijo, no se te rodó ni te causó problemas: es más, que hasta en los cruces de las alcabalas móviles mantuviste serenidad y pudiste ejercer tu alegría y coquetear sin exageraciones, sin desplantes histéricos ni sospechosos, que hasta el momento del reventón del caucho te portaste a la altura.
Se supone que realizaste los contactos a las seis y que no confundiste el color del traje que te esperaba ni olvidaste que era Life y no Elite la revista que el muchacho vestido de marrón debía llevar debajo del brazo cuando estuviera frente al parquecito Colón, que no hubo problemas en recogerlo, a las seis, repi-
Se supone que fue en el extremo del correaje, ya en el pueblo, donde se presentaron las dificultades, donde los del SIFA habrían estado esperándolos por uno de esos azares y de esas sopladas que siempre pueden ocurrir y el moreno que iba, o iría, en el asiento trasero del carro que conducías se habría dado cuenta,
el mundo externo, resultaría insólita; pero a ti no es que te descomponga ese lenguaje de los gestos, las pequeñas mímicas y los quejidos guturales, no es que estés fuera del frenesí, es que estás por momentos demasiado en el fondo de Graciela como para permitir ninguna otra expresión, ninguna otra guarida; mírala, Ñato, porque alguna vez necesitarás este recuerdo, llénate de ella, llénate, llena tu pupila de ese traje de chiffon y su extraño color de humo, que flota hasta el suelo, ondulante, ceñido levemente a nivel de la cintura, con ese cuello amplio, blanquísimo, casi imaginario que cierra el escote y contrasta con el resto de las transparencias y la hace tan colegiala, tan niña, tan inocente, dime cómo era que te chupabas el dedo, nena, cuando estabas pequeña, anda, dime cómo era y ella que para qué te iba a complacer, y se le disgustaba el ceño e inmediatamente para seguirte fregando, subía la naricita ya sabes cómo y decía no, mejor dicho: hacía no con la cabeza y los rizos aislados que le caían, que le caen, artificiales, delante de cada oreja, le llegan hasta los ojos, y le resbalan por las mejillas y por momentos se le quedan a mitad de camino, adheridas sus hebras amarillas al leve sudor y al leve rubor que ha quedado después del surf y tú te diluyes en el fondo de la corriente de aire acondicionado, en el fondo de todas las visiones, en el fondo del vaso que ella lleva ahora hasta los labios, sonriendo, mientras en la pantalla, el gorila mayor liquida, con un último zarpazo, al gorila menor.
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30 justo después que hay que estar mosca, había dicho, y luego habría contado el chiste de la mosca y hasta tú lo habrías celebrado, tú, Gracielita, que ya estabas a punto, en el extremo de la tensión y te reías más con una contorsión que con una risa de verdad; el moreno, digo, se habría dado cuenta y habría olido bien a una distancia suficiente como para intentar todavía escapar, aunque ya no tuviera sentido alguno; se supone que todo esto habría ocurrido y que la última en bajar del carro habrías sido tú, ahora inmóvil casi, porque no te lo esperabas, o sí te lo esperabas pero no querías creerlo, claro, habrías bajado cuando era una locura ya dar un paseo siquiera, pero habrías corrido de todas formas, para qué pensarlo, para qué y sin pensarlo habrías escuchado detrás del tableteo sordo casi de las metralletas y habrías sentido cómo un cuerpo ajeno,
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el tuyo, caía, mientras intuías una última es- los pantalones blancos. Sí, en Carnaby. A las cena yéndose de ti, fundiéndose con el polvo cinco. Chao, chaíto. espeso y amarillento que ya paladeabas, abajo, Colgarás el teléfono, Ñato, y acudirás a la tendida en la calle. cita. En Carnaby de la calle Lincoln se ha¿Aló, Ñato? Claro que soy yo, Graciela, brán agotado los modelos y Gracielita te ¿quién iba a ser? ¡Pero qué te pasa! ¡Claro arrastrará casi a la sucursal del Centro Coque estoy viva! ¿Aló, aló? Ñato, ¿te sientes mercial Chacaíto, viernes 6 y 30, se probarán mal? ¿Quieres que cuelgue? Bueno, déjate las camisas y comprarán cuatro y luego, en el de estupideces. No, no soy la del periódico, cafetín, en una mesa situada al lado de la que soy Gracielita, tarado. No, yo no fui para allá, ocuparán Henrique y Patricia —a quienes, estuve más lejos, pero no es problema tuyo, claro, no conocerán— Gracielita devorará nené. Sí, no fastidies. Todo a las mil mara- un club house, se excusará para ir al baño y villas, chévere, estoy completita. ¡Claro que como siempre, se escurrirá en su Mustang fui! Si te cuento te mueres, pero nones, nené, blanco, sin que tú te enteres, ávida hacia la nones. ¡Ay Ñato! Vi unas camisas lilas de es- noche de Sabana Grande. panto; sé buenito y vamos a comprarnos dos, ¿quieres? Okey, a las cinco. Una para ti y una para mí, unisex, nené, hazme caso, llévate Próxima semana: Capítulo 4.
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ARQUITECTOS VENEZOLANOS
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En ese lugar
Impar
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Fatigosa, Voz para Verjas, trabajosa asustar cercas
Rabias, Vocal odios repetida
Figura 6
Instru- Agilidad TransEspacio, Dominio Espiráis, mento del que mision Asistiré, superfi- web para se mueve Lexemininteacudiré exhaláis que cie Convermucho burgo rrumpida oprime el sación, labio de plática la bestia para herrarla Figura 3
Fogata, candela
Figura central
Figura 1 Onomat. de risa Privado de libertad
Madera muy usada para muebles
Incline, tuerza
Honorarios profes.
31 días
Figura 2
Convierta, trasforme
Conozco, entiendo
Garantía, fianza
Psicología. Yo
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Con huesos Siente cabeza
Puntiagudo, punzante, afilado
Dominio web para Noruega
Furia, cólera Incrédula, impía
Pobre, escaso, miserable
1ra vocal (pl)
Preferirá, optará
En aquel lugar Resguardo Colección de mapas
Aquellos
Existes, estás
Profesión: Atreviese, Defensor empreny protec- diese tor de la naturaleza y del medio ambiente
Orina
Figura 4 Conjunto de personas que pertenecen al mismo nivel social Voz para llamar a alguien Símbolo químico del Plutonio
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"El... nuestro de cada día" Sím. quí. Osmio Acort. de Alejandra
Cancelase la deuda
Contraseña
Zarcillo, argolla
Amarra, ata
Cupón, talón Rata (inglés, inv)
Declamación repetida
Amarra, lía
Entendí lo escrito
Roca, volcánica
2da pers. del plural Permiso, documento
Dominio Defecto Especie para físico o de avesAhonda, penetra web ColomAntes de psíquico truz bia Cristo
Eficiente, productivo
Preposición
5ta vocal (pl)
Instrumento que sirve para hilar
Derrumbé Lengua provenzal
Quiere, adora
Dominio web para Ecuador
5ta consonante del ABC
Figura 5 Perú. Hazte parroquiano
Símbolo quí. del Cobalto (inv)
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www.sinapsispasatiempos.com epale@sinapsispasatiempos.com @SPasatiempos
“Yo hablo de árboles para vivir como un sueño posible. Coexistir con la naturaleza sin que seamos más importantes que la flor del mastranto o una mariposa.”. Fruto Vivas
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
POR NATALY SANOJA
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CUENTOS DEL ARAÑERO
Absuelto por la historia POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIón l. “razor” balza
Fidel Castro, hace poco tú dijiste algo que a mí me honra muchísimo y me compromete mucho más. Tú dijiste en el discurso del 26 de julio, precisamente comentando que nos acusan a ti y a mí de desestabilizar el continente, de andar haciendo travesuras, nos condenan. Rememorando tu discurso, tu defensa, dijiste: “Si el presidente Chávez lo aprueba, respondo”. Y afirmaste: “No importa, condenadnos, ¡la historia nos absolverá!”. Yo quiero, a nombre de todo el pueblo venezolano, y desde mi alma, decirte que me honras con todo eso. Pero al mismo tiempo, decirte que, tú, Fidel, dijiste aquello cuando yo no había nacido. Ahora tú me has incorporado. Como hacía aquel personaje de la novela de García Márquez, “Cien años de soledad”, José Arcadio Buendía: inventó la máquina del tiempo, inventó un rayo como un arma de guerra y fundó Macondo. Bueno, tú inventaste la máquina del tiempo y me metiste a mí, cuando yo no había nacido. Pero más que eso debo decir lo siguiente, en justicia, aunque tú lo apruebes o no lo apruebes. Tú dijiste eso hace cincuenta y dos años, ve, yo tengo cincuenta y uno.¡Ajá! Estaba preñada mi mamá cuando tú dijiste eso. Fidel Castro tuvo razón hace cincuenta y dos años. Fidel Castro ya ha sido absuelto por la historia, ¡pero yo no! ¡Ojalá, Dios quiera! Ojalá pudiera sentir algún día que he sido merecedor de esa frase de Fidel Castro, y como humilde soldado que es lo que soy en esencia. Por eso me traje mi uniforme de campaña, para compartir este día contigo, porque este es un día de esencias, y yo, en esencia, lo que soy es un soldado. Ojalá que este humilde soldado, campesino que soy, algún día pueda ser absuelto por la historia, por los pueblos, estar a la altura de la esperanza y del amor de un pueblo.
Pararme en una esquina Ahorita, cuando me bajé del carro, allá en la esquina, había un poste amarillo y miré la calle larga que va para allá, la avenida Pan-teón. ¿Sabes a quién recordé? A Fidel. Fidel, ¡qué tal! ¿Dónde está Fidel? Allá está. ¿Qué hubo? ¿How are you? Un día Gabriel García Márquez lo entrevistó y le dijo: “Mira, Fidel, ¿qué es lo que tú más añoras en tu vida?”, después de que le hizo no sé cuántas preguntas,una pregunta sencillita. Entonces, él dice: “¡Ay!, cómo añoro pararme en una esquina, a mirar la gente pasar...”. Edición Número Ciento cuarenta y tres. Año 03. ÉPALE CCS
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