contenido Consejo Editorial
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Mercedes Chacín
María Magdalena
Mancheta y demás
Editor Jefe
Edarlys Rodríguez
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COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
Altitudes desconocidas
— música Un misterio a varias voces
Asesor Editorial
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Jorge Rodríguez Gómez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla
Directora
— perfil
Carlos Cova
DirecTORa de Arte
— ciudad
Jesús Castillo
Reinaldo González
Coordinadora web
Yanira Albornoz
— EL MENJURJE
Creer o no creer
— miradas
— minicrónicas “Sin un amor”... Pancho y Cisco
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Jesús de Nazareth
La caverna de Mahoma
Ilustrador
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Fotógrafo
Del pecado nefando
Pichones de Sibarita
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Cine y teatro
Historias de la Calle Lincoln (XXX)
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MANEJADORA DE REDES
Bárbara Baralt
Redacción
Kay Yam Hung Nathali Gómez Moscoso Gustavo Mérida Ander De Tejada Marlon Zambrano
— entrevista
DiseñadorEs
Lisbeth Montell Óscar Hernández Alfredo Rajoy
— sexodiversidad
Michael Mata
CORRECTOR
Rodolfo Castillo
LOGÍSTICA
— CRÍTICA Y MEDIA
Idania Bracamonte Daniela Fernández Edi Cordero
Colaboran en esta edición
Clodovaldo Hernández, Mercedes Sanz, Víctor Fernández, Indira Carpio, Rodolfo Porras, Andrés Eloy Hernández, Enrique Hernández, Jessica Mena, Franklin Alviárez, L. “Razor” Balza y Andrés Palacios. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: Enrique Hernández.
Impresión
Complejo Editorial Alfredo Maneiro Editorial Metropolis, C.A. epale.ciudadccs@gmail.com
Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-8085843 Depósito Legal: pp201202dc4166 Una publicación de la
@epaleccs
@epaleccs
— poesía o nada
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— el rumor de las bolas
— mitos
— gastronomía
— novela
— cruciverbo’s
Crucicentrifugado
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— la bitácora de amón-ra
Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas “c”, piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales y en la librería-Bar el techo de la ballena, edif. Gradillas “A”, planta Baja, Bulevar del Eterno Retorno
Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014 y 2015. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.
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PERFIL
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María Magdalena dos mil años de mala imagen
Cuando Jesús volvió de la muerte, se le apareció a ella y no a ninguno de sus discípulos. Ese detalle es, para muchos estudiosos de la Biblia, la prueba de que aquella mujer era algo especial para el redentor. Con todo y que fue relegada al rol de prostituta arrepentida y llorona, ha llegado a ser santa de tres iglesias distintas y una referencia para el movimiento feminista POR Clodovaldo Hernández • clodoher@yahoo.com / ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
Cualquiera que haya enfrentado una matriz de opinión recién creada, puede confirmar que es una tarea difícil. Así que podrán imaginarse lo cuesta arriba que resulta borrar los efectos de una de esas matrices forjada hace casi dos mil años y repetida sin descanso desde entonces. Pues bien, ese es el caso de María Magdalena, a quien los mojigatos de antes y de ahora se han empeñado en descalificar llamándola puta.
El renombre como muchacha mala se diseminó, al parecer, luego de sus primeros encuentros con Jesús quien, en uno de sus varios ejercicios de exorcismo, logró expulsar de la dama un total de siete demonios. De acuerdo a los hermeneutas de las Sagradas Escrituras, esto puede entenderse literalmente —vale decir, que la mujer era una verdadera diabla— o puede verse de un modo menos tremendista y pensar que padecía una enfermedad y Nuestro Señor la curó.
Por si fuera insuficiente esa aureola ancestral de trabajadora sexual (como debe decirse ahora), a la señora le crearon fama de ser insopor- De acuerdo a la historia aceptada de la pasión y muerte de Cristo, Matablemente llorona, al punto de que su nombre ha pasado a ser, por ría Magdalena se ganó definitivamente el cielo, alcanzó la gloria con su conducta durante el martirio de Jesús e, inmediatamente después, de antonomasia, equivalente al de mujer gemebunda. su asesinato en la cruz. Su entrega a la causa de este hombre solo puede Veinte siglos de mala reputación han tenido, sin embargo, sus com- compararse con la de la otra María, la madre del redentor, lo cual son pensaciones. En primer lugar, esta María es santa en tres Iglesias: la palabras mayores. Ni siquiera los apóstoles fueron tan fieles y por eso católica, la ortodoxa y la anglicana. Además, ha sido una de las figuras algunas corrientes de la religión consideran a María Magdalena como más destacadas para el cristianismo agnóstico, en cuyos predios se le la más auténtica catecúmena del Señor. otorga gran crédito a una escritura apócrifa llamada “el evangelio de El sacerdote Efraín Corona, a título personal, dice que ella es el ejemMaría Magdalena”. plo más digno para hablarle de conversión a la gente de hoy. “Fue una De un tiempo a esta parte, a “la Magdalena” (como le dicen las señoras joven de vida disoluta que se encontraba perdida, golpeada por el pea su lacrimosa imagen en las procesiones) la han reivindicado dentro y cado. Su corazón, de mil hombres pero vacío, insatisfecho y angusfuera de las instituciones religiosas. En el seno de la Iglesia católica hay tiado, será tocado y dará un vuelco al conocer a Jesús. Para él, su vida quienes la colocan al mismo nivel que los 12 apóstoles, pues su grado pasada no contará para nada. Y ella sintió que Jesús la quería de una de confianza con Jesús habría sido equivalente al de sus más cerca- forma diferente, por primera vez se sintió digna y se convirtió en una nos seguidores. Fuera de la órbita religiosa, la defensa ha corrido por discípula incondicional”. cuenta del movimiento feminista, harto de la pacatería de los curas y La Iglesia católica ha tenido cambiantes actitudes hacia María Magdalas doñitas beatas. lena. Algunos papas la condenaron por haber sido prostituta y, evenSe dice que venía de un lugar llamado Migdal Nunayah, en algunos tualmente, por haber tentado a Jesús, ya que se supone que en cierto escritos traducido como Magdala, población ribereña del lago Gali- momento le ungió los pies con un perfume y se los secó con su cabelea, donde florecía la industria del pescado seco. De la contracción del llera, un gesto erótico, si a ver vamos. Otros pontífices encontraron la manera de aceptarla en su mundo supuestamente inmaculado: dijenombre del pueblo habría salido la palabra “Magdalena”. Caracas, 27 de marzo de 2016.
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ron que encontró la senda de la salvación al arrepentirse y someterse voluntariamente a una larga penitencia (al parecer, vivió sus últimos años encerrada en una cueva). Toda una lección intensiva de culpa para la legión de Magdalenas que, a lo largo de la historia y hasta el sol de hoy, no han tenido la suerte de toparse con el hijo de Dios sino con puros tipos satánicos. La Iglesia mantuvo a María Magdalena relegada a su condición de santa penitente hasta 1969. Puede decirse que, desde entonces, dejó también de ser oficialmente una pecadora sexual arrepentida. Sin embargo, es tal la influencia de tantos siglos que esa sigue siendo la imagen predominante.
partidarios del llamado “Jesús histórico”, es decir, los que pretenden analizarlo como humano y líder de su época, no como hijo de Dios, dicen que está clarísimo que ella fue su compañera sentimental —
María Magdalena ha tenido abogadas muy notables en la historia católica. Nada menos que dos de las llamadas doctoras de la Iglesia han sido sus admiradoras: Santa Teresa de Ávila, fundadora de las Carmelitas Descalzas, por allá en los años 1500; y Santa Teresa del Niño Jesús No es de extrañar que, con semejantes bombas sexis, quienes se han formado la imagen de esta figura bíblica a partir de las películas estén a finales del siglo XIX. convencidos de que Cristo tuvo que aguantarse unas tentaciones carEl periodista Juan Arias, quien ha sido corresponsal del diario español nales que para qué te cuento. El País en el Vaticano y estudioso de María Magdalena, afirma que el haber relegado a esta mujer a una especie de destierro moral no fue Los partidarios del llamado “Jesús histórico”, es decir, los que pretenmeramente una cuestión de gazmoñería. Lo hicieron porque ella re- den analizarlo como humano y líder de su época, no como hijo de presentaba una visión muy opuesta de la que se asumió como oficial Dios, dicen que está clarísimo que ella fue su compañera sentimental. de Juan, Lucas, Mateo y Marcos, los evangelistas con certificado roma- Y alegan que todo lo relativo a la castidad del Nazareno (y, por extenno. Se trata de la corriente de los gnósticos, que en algún momento fue sión, la de los sacerdotes católicos) es un invento posterior. Estudiosos declarada herética por el alto clero. “Para los gnósticos no hay jerar- de las Escrituras dicen que, luego de resucitar, Jesús no se le presentó a quías, Dios está dentro de la conciencia del hombre, mientras que en Pedro (a quien luego designaría como jefe de su Iglesia) ni a ninguno la otra corriente, la más tradicional, Dios está fuera, y el pecado es el de sus discípulos, sino a María Magdalena. Esa sería la mejor demosorigen de todos los males”, afirmó Arias en una entrevista con la BBC, tración del valor que ella tenía para el Mesías. a propósito de su libro La Magdalena, el último tabú del cristianismo. Ese rol, según la tradición gnóstica, se fundamentaba en que María La obra del periodista Arias es una de las muchas que se han escrito Magdalena tenía amplios conocimientos de filosofía, algo extraño en acerca de este personaje de la historia cristiana. Algunas han sido mo- general, pero especialmente raro entre las mujeres de aquellos tiemtivo de verdaderos escándalos, como la novela María Magdalena, del pos. Habría sido ese nivel intelectual y espiritual lo que le permitió colombiano José María Vargas Vila, en la que es una genuina mujer entenderse con Jesús en pie de igualdad. En cambio, los discípulos vafatal que se propuso apostar todos sus encantos para seducir al profeta. rones eran pescadores ignaros a los que se hacía necesario explicarles todo mediante parábolas. María Magdalena también ha sido una de las figuras más representadas por pintores, incluyendo algunos de gran calado, como Tiziano, El insigne escritor portugués José Saramago leyó el manuscrito del liCaravaggio, El Greco y nada menos que Leonardo da Vinci, quien, bro del periodista Arias y coincidió con la conclusión de los estudiosos según los estudiosos de su obra, la pintó varias veces como personaje del Nuevo Testamento antes referidos: la Magdalena fue la compañera de Jesús en todo sentido y su decisión de aparecérsele a ella a la hora abierto u oculto. de mostrarse vencedor de la muerte es la mejor prueba. “Es que es En el cine, igualmente, ha sido un tema frecuente y, a menudo, la evidente: si yo tuviera que morirme ahora y me diesen la posibilidad han representado actrices que, al momento de hacer el papel, estaban de aparecerme ante quien yo quisiera, ¿a quién me le iba a aparecer? A “como les daba la gana”, entre ellas Mónica Bellucci y Ornella Muti. la persona que más he amado en esta Tierra”. Palabra de Saramago. Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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el menjurJe
El Celarg abrió las inscripciones para los seminarios de investigación correspondientes al período mayo-julio de 2016. La recepción de postulaciones se realizará en la Coordinación de Formación y Docencia, ubicada en el piso 4 de la Fundación Celarg, hasta el 22 de abril de 2016. Deben incluir currículo y copia del carnet estudiantil vigente si es el caso. Estos son algunos de los seminarios: Análisis crítico de la economía venezolana. Facilitador: Manuel Sutherland. Cómo contar una historia real. El documental como medio de preservación de la memoria colectiva. Facilitadora: Marianne Pérez Cultura pop y nueva mitología: capitalismo, cultura popular y mundos ficticios. Facilitador Jeudiel Martínez Violencia, sociedad y poder en América Latina. Facilitador: Andrés Antillano
mujer papa La sala Cinemateca del Museo de Bellas Artes proyecta hoy, a las 5:30 de la tarde, La pontífice, película histórica que relata la leyenda surgida en la Edad Media sobre la figura de la papisa Juana, quien habría asumido el papado haciéndose pasar por hombre. Basada en la novela homónima de la escritora estadounidense Donna Woolfolk Cross y dirigida por el alemán Sönke Wortmann, es una opción interesante para cerrar esta Semana Santa.
El “marxismo clásico” y la problemática de las transiciones postcapitalistas en la Europa del siglo XIX. Facilitador: Javier Biardeau
No poder cometer actos impuros
La clasificación de la Vinotinto Sub-17 femenina al Mundial de Fúltbol Jordania 2016
ta'fino
In memoriam
«
Sólo le pido a Diosa «
Un homenaje a Luis Antonio Bigott, “maestro, soñador e investigador militante”, se realizará este martes 29 de marzo en el salón Simón Bolívar de la Universidad Bolivariana de Venezuela, a partir de las 3 pm. El autor de Pedagogía de la descolonización, Biografía de Alí Primera, Temas de Historia de la educación venezolana y redes socioculturales, falleció el pasado 26 de febrero.
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CIUDAD
Altitudes desconocidas La mezquita Ibrahim ibin abdul aziz al-ibrahim, a pesar de resaltar en las alturas de la ciudad, es una estructura, más que desconocida, ignorada, pero repleta de riqueza cultural POR ander de tejada • @epaleccs / FOTOGRAFÍAs Enrique Hernández
A mediodía, cuando el sol no solo alumbraba sino que atravesaba las carnes, decidimos dirigirnos al lugar de la pauta. Cuando llegamos, más que dos seres trabajando, éramos dos esponjas cargadas, expulsando de a poco todas sus aguas en las ropas del día: sudores movilizándose por las calles de Quebrada Honda y evaporándose antes de llegar al sitio. Los árboles, solo ellos, fueron los que evitaron que nos desdibujáramos. Cinco minutos debajo de alguno de ellos —mientras Enrique, quien parece resistente a todo, fotografiaba cada esquina de la mezquita Ibrahim Ibin Abdul Aziz Al-Ibrahim, la más grande de Caracas— bastaban para que mi cuerpo dejara de desvanecerse ante el hervidero de concreto que me cocinaba cada vez que daba un paso. Los vigilantes nos trataron bien, como panitas burda de por ahí, pero explicándonos que no podían autorizarnos a nada. En cambio, nos ordenaron la búsqueda de un señor Ahmad, a quien conseguimos rápidamente acompañado de un chamo llamado Luis Miguel, que rápidamente nos llevó, casi que de la mano, por los espacios del estacionamiento para que Enrique accionara su arma mortal. Mientras tanto, Luis Miguel me contó que se había decidido convertir al islamismo porque, tras averiguar un poco, le pareció una religión sincera. Yo le dije que eso me parecía raro, sobre todo en este país; él no respondió. Nos pidió que volviéramos más tarde, a eso de las 4 pm, para que el traductor del sheick (el encargado, aquí en Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 27 de marzo de 2016.
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Imponente detalle del minarete, o torre, de la mezquita
Caracas, de dirigir la oración) nos pudiera dar el tour merecido por la mezquita. El objeto de la pauta no era visitar únicamente la mezquita, sino entrar a los cuatro templos que se encuentran en esa calle: el maronita, justo al frente de la mezquita; la iglesia Santa Rosa de Lima, al lado de la entrada sur de la estación Colegio de Ingenieros; y la Sinagoga, ubicada en el comienzo de la avenida principal de Maripérez. Ya pueden imaginarse el desenlace: el templo maronita estaba cerrado, la iglesia Santa Rosa de Lima también, además de estar recubierta por un esqueleto de barrotes que la protege de cualquier malandro, supervillano o “imperio asesino de niños”. Según Enrique, aquello parecía Alcatraz. Seguimos el camino, soleado y deshidratador, y dimos con el templo judío. ¿Adivinen qué, camaradas?: ahí la cosa fue lo que llaman una patada por el recto, dura e inentendible. No pensaba que tan solo con decir, buenos días incluidos, que éramos unos reporteros buscando pasar a su templo, sin profanación alguna, se podía causar tanta incomodidad solo en los vigilantes, quienes nos dijeron que fuéramos al día siguiente a ver si quizás la cosa era posible. Ese templo, en similitud con la ciudad de Jerusalén, está recubierto de una muralla de unos tres metros, o más, que no solo la protege sino que la aísla de la ciudad. Se entiende la situación, quizás, por la delincuencia creciente de nuestras calles, pero cómo no reírse o llorar al ver eso y reCaracas, 27 de marzo de 2016.
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Esta tiene la zona de rezo, que es aquella especie de cúpula que se encuentra al lado de la torre. La torre, en cambio, es meramente decorativa, aunque cuenta con una escalera por dentro para poder escalarla. Si uno concentra bien los ojos, puede darse cuenta de que, casi llegando a la cumbre, la torre tiene unas cornetas blancas incrustadas. Previamente servían para anunciar la hora del rezo. La voz de la persona que vociferaba, el mohedano, se extendía hasta cuatro kilómetros a la redonda. Esto cinco veces al día, antes de cada rezo, hasta que los habitantes de la zona empezaron a quejarse.
Su arquitectura han sido pensada para integrarse a la ciudad
cordar la muralla que aísla a Palestina de La mezquita se comenzó a construir el 26 de junio de 1989 y se inauguró el 22 de abril todo lo que algún día fue parte suya. de 1992. Tiene, aproximadamente, capacidad para albergar a 1.200 fieles. La arquiDentro del palacio Cuando dieron las 4 pm, después de una tectura se concibió pensando en Caracas, larga espera, nos dirigimos otra vez a la ya que no se podía montar, de repente, una mezquita. Fue fácil, el señor Ahmad nos estructura que no estuviera acorde con la de encomendó al traductor que había mencio- la ciudad, a pesar de que uno no sepa si las nado antes, el señor Álvaro Hernández, ve- construcciones caraqueñas se caracterizan nezolano, y este nos hizo bajar hasta la zona por algo más que el desorden. Entonces, se de las oficinas de la mezquita. Ahí conver- mezclaron aspectos arquitectónicos de las samos con él, en un salón de muebles ma- edificaciones islámicas mezcladas con algo rrones inmensos que solo me hacían pensar de las occidentales, para tratar de disminuir al máximo el impacto visual de la mezquita. en la horizontalidad del cuerpo. Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 27 de marzo de 2016.
Cuando ingresas a la mezquita, conoces un palacio blanco. Todo adentro es de ese color y está adornado de inscripciones en árabe. Subes una escalera y te encuentras en la puerta que da al salón de rezo, entrada de hombres. Si bordeas el salón, encuentras la de las mujeres. Antes de entrar, te tienes que quitar los zapatos. Después sientes aquella acolchada alfombra insertándose entre losdedos de tus pies. Te provoca dormir por la suavidad y el silencio. Es una planicie de algodón decorada de formas mesopotámicas. Te sientes en otro sitio y, cuando miras hacia arriba, observas una inmensidad que, inexplicablemente, sostiene una lámpara del tamaño de un elefante. Hacia atrás, y un poco hacia arriba, observas la zona en donde rezan las mujeres, algo escondida detrás de unos biombos de madera continuos, perfectos. Al frente, en cambio, tienes el podio del imán. A su lado, dos cuadros con tela bordada en oro, traídos de La Meca, cuyo peso alcanza, en cada uno, la tonelada entera. En las esquinas, para terminar de impresionarnos, hay dos bibliotecas repletas de los tomos del Corán, de donde cualquiera que quiera rezar puede extraerlos y sentarse a leer. El sheick de la mezquita, el señor Mohamed Ali Ibrahim Mitwaly, un árabe que no habla español, nos hizo el favor de vestirse como si estuviera en sus tierras y de posar para Enrique. Serio, callado y de ojos profundos, mantuvo la mirada fija en el lente que dis-
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paraba y disparaba. Solo hablaba cuando se tenía que comunicar, puntualmente, con Ahmad. De resto no hizo más que agradecernos con un ademán con la cabeza.
Integrados
Con respecto a la convivencia que existe entre los templos, Luis Miguel, a tempranas horas del día, nos explicaba que no eran muy receptivos con ellos y que, en cambio, a la mezquita pasaba quien quisiera. Álvaro, por el contrario, profundizó un poco más en el tema: “La convivencia es totalmente pacífica. Cada cierto tiempo recibimos invitaciones o los invitamos para los eventos que organizamos. Incluso, el año pasado se hizo el Encuentro Nacional de los Credos Religiosos, donde había católicos, iglesias de Oriente y Occidente, los protestantes, los judíos y nosotros, los musulmanes’’.
pasar es cuando choca con un momento en que no se le pueda atender. Si no, todo el mundo es bienvenido aquí, sea judío, sea musulmán, sea cristiano, curioso o funcionario del gobierno. Lo importante es que haya quien lo atienda, porque obviamente como no es parte de la comunidad, no va a entrar y salir como un fiel musulmán. Incluso, los mismo musulmanes no pueden venir en momentos que no estén dentro del horario de la oración. Es decir, que venga uno a las 9 de la noche, ¿qué tiene que ver aquí?
gún aspecto de musulmán y cuando se les pregunta acerca del islam… bueno. Al menos, como falso curioso, debería informarse un poquito para poder ingresar de forma desapercibida.
La mezquita, entonces, desapercibida por muchos más allá de sus altitudes, guarda por dentro una riqueza cultural invaluable. Escuchamos lo que dicen ellos, sus aberturas ante el curioso que quiera conocer la religión y entendemos que existe una receptividad recalcable dentro del templo y que acaba con la fama, supuesta, que tienen de herméticos. Cosa que no se en—¿Y cuál es la garantía, para ustedes de que alguien cuentra varias cuadras más allá. A final de cuentas, al islam entra aquel que tenga fe y sea un fiel musulmán? —Esa garantía solo la tiene Dios. Nadie no el que guarde, dentro de la información puede abrirte el pecho y decir que sí es de su sangre, una cercanía considerable con el Medio Oriente. musulmán.
Además, en la mezquita, tras rezar un rato, puedes echar un camarón en la suavidad de la alfombra. ¡Otro sitio, además de la —Sí, en teoría sí. Muchas veces vemos Universidad Central de Venezuela, donde -Como visita, todo el mundo es bienveni- cómo los vigilantes los detienen porque la impostergable hora de la siesta no es un do. El único momento en que no pueden jamás se han visto aquí, no tienen nin- pecado! —Si alguien del templo maronita quiere venir para acá, ¿es bienvenido?
—O sea, cualquier persona puede venir a la hora de rezo y entrar…
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MÚSICA
El canto gregoriano: un misterio a varias voces Es el estilo musical más antiguo de la civilización occidental porque conserva textos o lo que conocemos como partituras. Su misticismo, solemnidad y origen incierto lo hacen fascinante POR Mercedes Sanz • @JazzMercedes
La adoración del cordero místico de Jan van Eyck Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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La adoración del cordero místico de Jan van Eyck (detalle)
¡Kyrieee… Eleiiison! Se repite una y otra vez como un mantra en varias voces masculinas o en una sola, a capella o con acompañamiento del órgano de la basílica. Seguro que ese u otros “cánticos” los escuchamos muchas veces cuando visitamos el templo cristiano, en las películas sobre Jesucristo, en alguna parte, pero ni pendiente. Sabemos que es algo religioso, que está en otro idioma, se vincula con la iglesia católica y listo. Quien no sea europeo o especialista en la materia, es posible que sienta ese canto como algo lejano.
Sobre su origen hay versiones, discrepancias y aproximaciones entre los estudiosos. Si hay una similitud es que su esencia es netamente religiosa y cristiana. “Los primeros cantos gregorianos escritos datan del siglo VIII d. C., formaban parte de los ritos de la Iglesia cristiana. Se llaman así porque la primera recopilación la hizo el papa Gregorio Magno, pero él no los compuso. El origen es anónimo. Se transmitían de forma oral en las abadías”, dijo Andrés Ferrer, coordinador de la Fundación Schola Cantorum de Venezuela.
Pero, ¿qué es ese canto coral monódico? “Cantando a Dios en vuestro corazón”, frase acuñada a San Pablo, quien se refería al canto llano, posteriormente bautizado como gregoriano. Y luego, San Agustín remata: “El que canta, ora dos veces”. En términos sencillos, el canto gregoriano es una oración cantada.
“El canto gregoriano es la columna vertebral de toda la música occidental. La terminología que hoy usamos: la fuga, el contrapunto, las armonías, todo eso, y las formas musicales se han experimentado en el canto gregoriano”, aseveró Ismael Fernández de la Cuesta, catedrático español de canto gregoriano, en un programa especial de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Por cierto, el investigador ha venido a nuestro país a hablar sobre esta forma musical.
Desde la antigüedad, en todas las sociedades y culturas, la música ha estado relacionada, por una parte, con el trabajo, y por la otra, con la fe y las creencias. ¡Qué mejor manera de adorar a Dios que a través de la música! El canto gregoriano es el tipo de música escrita más antiguo en el mundo occidental.
“El origen es extraordinario, porque cuando nosotros vemos un gran repertorio de música, estamos pensando en un autor, y las historias de la música que estudiamos, la mayor parte de las veces, lo que hacen
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es construir la música a base de autores o repertorios hechos en determinadas épocas, lugares, y no contamos con que hay una gran música que es de nadie y es de todos, que ha nacido del genio de los pueblos, de la evolución innata que tiene el ser humano. Y el canto gregoriano nació así, de una recitación de los Salmos que no es propia solo de la iglesia católica, sino la cristiana, de los judíos y de las grandes culturas religiosas”, agregó Fernández. Mientras que Ferrer expone que aunque el origen de este canto es anónimo, no es popular, ya que fue compuesto para la liturgia. En Venezuela, el canto gregoriano solamente es interpretado por corales que se dedican a la música sacra e incluyen ese tipo de repertorio. “Este canto desaparece de las misas y quedó relegado. Son pocos los grupos que lo cantan, porque su interpretación no es sencilla, ya que no está escrito en compases sino que son plegarias, su estructura es libre, está en latín y hay que saber interpretar eso”, aseguró Ferrer. El canto gregoriano aún sobrevive en el mundo gracias a los pocos conjuntos, instituciones y templos que lo mantienen vivo. Y quienes acostumbrar a rezar también lo cantan sin saberlo: ¡Aaaaamééééén!
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Ángeles músicos de Hans Memling
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MIRADAS
creer o no creer esta Semana Santa nos pusimos cabalísticos y escogimos siete pasajes bíblicos sobre los que recae “la sombra de la duda”. La idea es ver, de una manera amplia y desprejuiciada, algunos hechos que siempre hemos dado por ciertos. Las trompetas del Apocalipsis como sonido de fondo POR nathali gómez• @laespergesia / fotografías michael mata
La manzana de la discordia
mesopotámico en el que también se habla de un fruto prohibido, de un paraíso terreSiempre hemos asociado la manzana con el nal y de una maldición tras haber quebran“fruto prohibido”. Según la tradición popular, tado las reglas de papá Dios. Copy-paste Eva le ofreció esta fruta a Adán, se la comie- bíblico. ron, los expulsaron del Paraíso y “recojan los vidrios”. Sin embargo, en la Biblia leemos esto: Finalmente, es a partir del Renacimiento “Y como viese la mujer que el árbol era bueno cuando se empezó a pintar la manzana, que para comer (…) tomó de su fruto y comió, y es bastante común y barata por esos lados, dio también a su marido, que igualmente co- en las reproducciones del pecado original. mió” (Gn. 3: 6). La ausencia del vocablo “man- Por ahora sigue siendo un fruto prohibido, zana” ha sido explicada de distintas maneras: pero por su alto precio. algunos dicen que fue un error de traducción, pues en latín manzano es malus pumila, por Caín y Abel lo que erróneamente se conoció como “árbol La historia de la competencia de dos herdel mal”; otros dicen que cada religión tiene su manos por el amor del padre, con matazón “fruto prohibido”: para los hebreos es el higo, incluida, no es exclusiva de las telenovelas para los ortodoxos la naranja y para los musul- mexicanas. La Biblia también echa mano de manes una copa de vino. Tal vez para los vene- esa historia. De forma resumida: Adán — zolanos cuadraría más el mango o el mamón. que vivió 930 años— y Eva tuvieron 33 hijos y 23 hijas, incluidos los tres más famosos: En el libro 101 mitos de la Biblia, su autor, Caín, Abel y Set. Todo iba bien hasta que Gary Greenberg, dice que las Sagradas Es- Dios decide premiar por su trabajo a Abel crituras hicieron su versión libre de un mito y no a Caín. A partir de allí, movido por la Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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envidia, Caín mata a su hermano, Dios se da cuenta y, como era normal en el Antiguo Testamento, le cae la maldición, algo así como chikungunya con zika. Greenberg cree que, nuevamente, la Biblia se basó en mitos antiguos. En este caso remasterizó el asesinato de Osiris, dios egipcio de la resurrección, por parte de su hermano Seth, deidad de la fuerza bruta. Resulta curioso que en las escrituras hablen de Set y en la mitología egipcia de Seth. El narrador se confundió con tantos vínculos familiares. Otro punto curioso es que nunca se menciona la supuesta quijada de burro con la que Caín cometió su fratricidio. De nuevo es obra de los pintores renacentistas, quienes representan la escena con huesos de animales, piedras, lanzas o ramas.
El Arca de Noé 2.0
Llegado a este punto, está claro que el Dios del Antiguo Testamento tenía muy malas pulgas y que optaba por la destrucción
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“ESTE RELATO, INVENTADO POR LOS ALIADOS DE MOISÉS, FUE DISEÑADO A PARTIR DE UN MITO EGIPCIO SOBRE EL NACIMIENTO DE HORUS (EL ÚNICO REY LEGÍTIMO DE EGIPTO) PARA OTORGARLE A MOISÉS UNA PRETENSIÓN VÁLIDA AL TRONO DE EGIPTO” (GARY GREENBERG) —
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encima y construyó un arca donde subió a su esposa y a su hija. Tras el diluvio, el arca estuvo a la deriva por nueve días. ¿A que no saben? Deucalión también envió una paloma para confirmar el fin de la ira de Zeus.
culo de lujo traído de Mesopotamia y al que una esclava no tenía acceso.
Moisés no se llama Moisés
Por si los asiduos a El Junquito y sus alrededores no lo sabían, en Deuteronomio 14 puede leerse lo siguiente: “Nada abominable comerás (…) tampoco comerán carne de cerdo, que tiene la pezuña partida, pero no rumia. Ustedes lo tendrán por impuro: no comerán su carne ni tocarán su cadáver”.
Como si fuera poco, hasta del nombre hay pocas certezas, pues según el Éxodo se trata de un nombre hebreo derivado del verGreenberg compara la historia del diluvio bo mashah, que significa sacar, y por haber universal con la explicación egipcia de la sido “sacado de las aguas” lo llamaron así. Creación que, precisamente, se inició con Sin embargo, es raro que una princesa egipcia le pusiera a su heredero un nombre en el una gran inundación. idioma de sus esclavos. “Y de todo ser viviente de toda carne meterás parejas en el arca para que tengan vida A estas alturas surge la pregunta: ¿Por qué contigo; serán macho y hembra” (Gn. 6: este invento con locaciones en exteriores? 19), le dijo Dios a Noé. Según algunos, exis- Y surge una posible respuesta. “Este relato, te discrepancia sobre el número necesario inventado por los aliados de Moisés, fue dipara garantizar la descendencia, pues tam- señado a partir de un mito egipcio sobre el bién se debían sacrificar a algunos anima- nacimiento de Horus (el único rey legítimo les. Otros se preguntan por qué Dios pide a de Egipto) para otorgarle a Moisés una preNoé que haga ese esfuerzo si él es el Padre tensión válida al trono de Egipto”, recoge el Creador y podría sacar cualquier especie de libro 101 mitos de la Biblia. la chistera, del agua o de la tierra.
cada vez que veía en peligro su magna obra. Como a su alrededor solo había lacritas descendientes de Adán y Eva, le dijo a Noé, un viejito de 600 años, lo siguiente: “He decidido el fin de toda carne, pues la Tierra está llena de violencia a causa de los hombres, y voy a exterminarlos de la Tierra” (Gn. 6: 11-13). Así, tipo relajado, pues. El único que se salvaría sería Noé, quien tendría que construir un arca para garantizar que algunas especies sobrevivieran al diluvio que mandaría Dios, pero no nos adelantemos.
El pueblo hebreo había sido esclavizado por Egipto. Ramsés I había decretado que todos los hebreos varones fueran asesinados, por lo que Jocabed, madre de Moisés y esclava, metió a su hijo de tres meses en una cesta embetunada y lo echó Nilo abajo. Según los testigos, Bithiah, la hija del faraón, que casualmente se bañaba en ese momento, vio la cesta con el niño, lo rescató y lo hizo su heredero. ¿No les suena de alguna telenovela? En la página www.egiptologia.com se señala que resulta incongruente que necesitando el faraón mano de obra esclava para sus grandes construcciones, decidiera, precisamente, acabar con los varones. Lo otro que ponen en duda es que Bithiah se bañara a orillas del Nilo, como cualquier hija de vecina. Ella tendría en sus aposentos el mobiliario preciso: piscinas y lagos artificiales.
Nuevamente la Biblia usó Wikipedia, pues resulta que Zeus, “el padre de los dioses y los hombres” en la mitología griega, también castigó a los hombres por su mal comportamiento con una gran inundación. En esta historia — según el blog iesmiralcamp.wordpress.com—, casualmente, Deucalión (rey de Ptía) fue avisa- Igualmente dudan que Jocabed tuviera el do por su padre Prometeo de lo que se les venía dinero necesario para comprar betún, artíCaracas, 27 de marzo de 2016.
Nada de cochino frito
Cualquiera podría pensar que el Dios del Antiguo Testamento, además de malhumorado y vengativo, era fitness, cardiólogo o vegetariano, pero no. El antropólogo estadounidense Marvin Harris, padre del materialismo cultural, tiene una explicación para esa prohibición que podría venir acompañada de morcilla, chorizo, chinchurria, hallaquitas y guasacaca. Los hebreos eran pastores nómadas que criaban cabras, reses y ovejas. Incluir en los rebaños a los puercos representaba una complicación, puesto que estos animales no se adecúan a terrenos áridos, no recorren largas distancias, su sistema de regulación, ante el calorón del desierto, son sus propias heces como material refrescante; además, pueden comer lo mismo que un humano, lo que representa una fuerte competencia por el Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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alimento, escaso en ese contexto. Esto hace que su cría en el Oriente Medio se considerara un lujo imposible de costear. Recordemos que la Biblia se erigió como un escrito para garantizar el control social.
El Niño Jesús
El 25 de diciembre es asociado por los católicos, y por los comerciantes, con el nacimiento de Jesús. Ese día los pequeños estrenan sus juguetes, traídos por el Niño Jesús, y la familia se reúne para compartir. Después de esta línea es prudente alejar a los infantes de la revista, para no “espoilear” la cosa. Según algunos estudiosos del tema, que podrían considerarse bastante grinchs, ocurre lo siguiente: “En Roma (...) la Iglesia designó el 25 de diciembre (...) para celebrar la Natividad, porque había sido el día de la festividad pagana del Sol Invicto, momento en que el invencible sol triunfaba anualmente sobre la oscuridad del invierno, y los días volvían a alargarse”, explica W. R. F. Browning en el Diccionario de la Biblia. Otros apelan al sentido común, pues si Jesús hubiera nacido en esa fecha, se estaría Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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en pleno invierno y, según (Lc. 2: 8), “había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño”. Además, en el libro Celebraciones, de Robert J. Myers, citado por la página www.planetacurioso.com, aparece lo siguiente: “Jesús debió nacer en el verano o a principios del otoño. Ya que diciembre es un mes frío y lluvioso en Judea, lo más probable es que por la noche los pastores hubieran buscado refugio para sus rebaños”. Niño Jesús y “pacheco” no cuadran.
El último que apague la luz
Bien lo dijo Héctor Lavoe: “Todo tiene su final”. En este caso, el sugerido por Juan no escatima en efectos especiales, símbolos, matazón y destrucción. Se conoce que este libro bíblico fue escrito en el siglo I de nuestra era, momento en que los cristianos eran cruelmente perseguidos por los romanos. Los escritos están cargados de símbolos que han sido interpretados de innumerables maneras. Allí se habla, entre otras cosas, de la apertura de los siete sellos y de las calamidades que causaron (no muy distintas a las que sufre el planeta actual), del surgimiento de las bestias, de la gran Babilonia y del dragón y de su derrota, que comienza en la batalla final llamada Armagedón y que termina con la aparición de Jesús en un caballo blanco. Luego de esto pasan mil años, los malos vuelven a ser vencidos y la paz vuelve “como era en un principio, ahora y siempre”. El filósofo Mircea Eliade considera que “estos mitos del fin del mundo, que implican más o menos claramente la recreación de un universo nuevo, expresan la misma idea arcaica, y extraordinariamente extendida, de la ‘degradación’ progresiva del cosmos, que necesita su destrucción y recreación periódicas”.
error o por razones políticas a menudo se han interpretado, y todavía se leen así, sin tener en cuenta sus significados simbólicos y míticos tradicionales. Así pues, esta célebre historia del fin del mundo del Nuevo Testamento solo es un texto simbólico y poético que cuenta una experiencia mística individual, que puede ser actualizada o viEn el portal www.20minutos.es aparece lo vida en todo momento, escrita en términos siguiente: “Todo hace suponer que este tex- escogidos y en un estilo propio de la época”. to se compuso integrando símbolos y mitos más antiguos, de inspiración griega, egip- Las explicaciones no cabrían en esta recia y mesopotámica, entre otras, que por vista. Todos se han aferrado a la idea del Caracas, 27 de marzo de 2016.
final del mundo para escapar de situaciones comprometedoras o “para que esto se acabe”. En el año 1000 lo esperaron y no pasó nada; en 2000 el juicio final iba a ser cibernético y nada; Nostradamus habla de la llegada del Papa negro, que presagiará el acabose; los evangélicos dicen que ya está muy cerca y que “las señales se están viendo”; algunos creen que ya lo estamos viviendo. En alguna parte de Caracas, en este preciso momento, una doñita estará diciendo: “¡Fin de mundo, chica!”. Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
AUTOR: Jesús Alberto Mendoza FACEBOOK: Jesús Alberto Mendoza TWITTER: @JESUSJAM2
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minicrónicas
“Sin un amor”… Pancho y Cisco
FOTO enrique hernández
Casi todos comenzamos negando el gusto por la ranchera, hasta que cualquier director nocturno improvisado era capaz de encender un coro donde todos se la sabían. En las serenatas de Caracas en los años 50 el bolero era el protagonista. En las fiestas, a eso de once y media, y pasada, se bajaba la luz, se entonaban danzones, guarachas, “Capullito de alhelí”, la Aragón. Después vinieron los mosaicos de Billo y un largo etcétera. Era la hora del olvido. Uno ni siquiera se acordaba de cuál era el motivo del “arroz”. Todos estaban ahí, en su ladrillo y su rincón. En su deleite con pasión, en su batalla, era un claroscuro que iba de las cromos del disimulo a la simulación de hecho punible-no punible, pero que tenía el candor de no delatar los soplos del tono y color de las mejillas. Toda fiesta era un mito de alegría y estrategia de seducción, de embeleso autoprovocado, de hipnosis, sin más prestidigitador que la pareja. La juventud de esos años aprendió a escribir esquelas, cartas de amor, versos y hasta canciones. Todos tenían sus ídolos, sus cantantes preferidos(as). Luego venía la pausa, la hora de la torta, el caldito reparador de fuerzas para reenergizar la táctica de “pegar duro” y hacerse el loco ante la opinión de un vil chalequeo inoportuno. Todos los que habían aprobado, los que se habían copiado, los que pasaron las materias, los “chuleteros”, los veteranos, los atrapados, todos iban a celebrar el fin de año que, en cierta forma, era una libertad condicional previa para retomar su prisión de rutina. De repente Hugo Blanco, su “Moliendo café” para separar un poco los que habían “amarrado”. Caracas estaba, sin embargo, cazando al orchilero, al militante coleccionista de misses: el “seductor Azul”, como le decían en el Círculo Militar (en voz baja, por supuesto). Se oía “Sin un amor”, Los Panchos, se veía Pancho y Cisco, y El Llanero Solitario cazado por Toro, tal vez para proveerse de una parrilla a la llanera. Por Andrés Eloy Hernández
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ENTREVISTA
Jesús de Nazaret Encomendado por aquí y por allá. Pensando en los grandes y verdaderos entrevistadores y/o entrevistadoras, azuzado por la crisis de la mediana edad, envalentonado de prejuicios y salpicado de desasosiego, me dispongo a entrevistar a Jesús, el de Nazaret POR gustavo mérida • @gusmerida1 / ilustraciones franklin alviárez
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Fui designado, a pesar de mis propias advertencias. He rozado la intensidad y ahora comprendo a los predicadores y a las putas, pero no a todos ni a todas. Sudo como si sembrara la semilla, que es donde está el futuro y no en la raíz, como dice el Ministerio de Agricultura Urbana. Sabiduría popular, le dicen. Soy dueño de ella excepto cuando pienso solo, como ahorita, frente a esta máquina. Espero el café. Entrevisté a un tipo que se droga hasta las metras y no sé si sigue vivo, entrevisté a una mujer que dejó de ser monja, entrevisté a un títere, he entrevistado a algunos políticos y políticas y ya, listo, es tiempo de hablar con el tipo. Con el Jefe. Hice todo lo que se puede hacer para preparar la entrevista. Él llegó justo a tiempo, sin aspavientos, con esa energía que rodea a todos los seres que entienden que la capacidad de amar es infinita. La primera pregunta, sin rodeos: —¿Por qué no escuchaste a Chávez cuando te pidió más tiempo de vida?
“No puedes estar entrevistándome a cada rato, ni contar otra vez que lo hiciste, ni creer que me agarraste por la chiva” —
ble y satisfactorio. Ustedes no hablan de legalizar la marihuana porque ni yo mismo sé, no hablan del aborto ni del matrimonio entre homosexuales porque le tienen miedo a la Iglesia y hay gente que tiene mucho dinero y que va a dejar de ganarlo y le conviene que de eso no se hable. Ustedes dejan que la oposición marque la agenda. Ustedes son bien gafos”. En ese momento, Jesús volteó y pude ver que ocupaba su atención, pero con cara de fastidio, en asuntos de otros países. “Ustedes están a punto, pero son muy cómodos. Todavía no voy a hacer que llueva, para que aprendan”.
Entonces, imaginen, coloquen su culo en el mismo lugar que lo tenía yo y comprendan un poco. Es estar desnudo, literalmente, en casa ajena, con todas las demás vidas transcurriendo, llenas de tragedias y de amores, de esperanzas e ilusiones, de romanticismos y sangre. Y en esas condiciones, hacerle preguntas. —Háblame de la multiplicación de los peces
—Muchacho —me llamó así. Me hizo sen- —En realidad hablé de penes. tir bien, aunque se veía unos 17 años más joven que yo—, hay cosas que yo mismo Le escudriñé. Sostuvo mi mirada sin sonno entiendo. reír, lo cual me llevó a la conclusión de que no estaba jodiendo. “Penes y vaginas. UsAjá. Lo agarré. Si no entiende algo, ¿cómo tedes (al final le pregunté quiénes éramos es que anda predicando por ahí? Pero in- “nosotros” y me respondió mirándome terrumpió mi pensamiento. “Muchacho igual) tienen tanta, pero tanta hipocresía, —dijo de nuevo—, él no hablaba por hablar. que ya no me sorprenden. Todos y todas Cuando decía que este o aquella también se penetran entre sí, y les gusta, pero no eran él, Chávez sencillamente estaba di- hablan acerca de ello. No les enseñan, a ciéndote esto, que puedes hablar conmigo y los que están aprendiendo a hacerlo, cómo ya. Algunas creerán que estás loco y pueden tienen que hacerlo para que nadie se enque tengan razón, pero puede que no; otros ferme ni quede embarazada cuando no te atacarán por blasfemo, pero es lo mis- quiere quedar. Son unos pacatos, unos himo que hablar de reyes en esta época; otro pócritas. Su presidente casi lo hace cuando grupo creerá que eres estúpido y la mayoría dijo “penes”, pero lo chalequearon y volvió nunca leerá esta revista, así que tranquilo, al viejo cuento de los peces. Es de penes y relájate y piensa bien qué es lo que quieres de vaginas de lo que hay que hablar, de la saber de la vida... y de la muerte”. multiplicación del buen sexo, el responsaEdición Número Ciento ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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Las marramucias
Hubo momentos de mucha, muchísima confianza. Como caballero, jamás revelaré esas técnicas que usaba con María Magdalena, pero aprendí un par. Estuvo locuaz, lo cual hay que aprovecharlo siempre. Comparado con ellos, Bolívar y Manuela parecían aprendices. “¿Y de verdad cuando aprietas allí a ella le da eso que…?”, y él asentía, recordándola. “Aquello de ‘quien esté libre de pecado que lance la primera piedra’ es tal cual, mi compadre”. De “muchacho”, a “compadre”: crece uno cuando entrevista a gente así. El truco es no creerse entonces que uno es más grande. “Todos esos seres humanos que andan por allí, gesticulando y con aspavientos acusadores, gimiendo y pretendiendo saber más que yo, que no lo entiendo todo todavía, son unos malditos. Aprovecho, antes que me hagas esa tonta pregunta de por qué maldigo si soy quien soy, de preguntarte algo: ¿tú de verdad crees que cuando un cura conjura convierte el agua en bendita, con poderes especiales y tal? Eres libre de creerlo, es tu asunto. Si crees eso, pues también crees que alguien que maldice tiene ese poder. En todo caso, cada vez que diga “maldito” oye “bendito” y ya. Es lo mismo. En fin, to-
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dos esos seres humanos, que son bastantes, incluyéndote, son hipócritas. Cuando quisieron apedrear (no es poca cosa: una pedrada duele muchísimo) a María, la salvé y les obligué a reflexionar: si nunca habían pecado, ni con el pensamiento (mira que hasta había niños con sus guarataras listas, siguiendo el ejemplo de sus mayores), entonces podían tirarle piedras en la cara. Bajaron los brazos. Eso no fue una metáfora, en verdad la iban a apedrear. Es una metáfora ahora —que en el fondo, dentro de cada quien, allí donde nadie ve o donde la gravedad afecta a la luz, incluso, bueno, justo allí, donde todos ven (pero luego que llega la muerte)—, cuando está claro que ningún ser humano puede lanzarle una piedra a otro en la cara. Eso se llama prejuicio. Primero, pregunten. Es tan simple”. Después volvió a hablar de sexo. Y de los cachos y la infidelidad, pero eso no me lo van a creer. Jesús me advirtió acerca de la posibilidad de que enloquezca. “No puedes estar entrevistándome a cada rato, ni contar otra vez que lo hiciste, ni creer que me agarraste por la chiva”. Me recomendó tener cuidado con las crisis y las décadas de vida, justificando a Diosdado: “A él lo entiendo. Es el único que se ha dado cuenta de la crisis de edad que afecta a Ramos Allup, a quien el poder le hizo olvidar los años vividos y añorar la fuerza que tuviera en su juventud. Eso del motor de su entrepierna fue patético, a su edad. Aristóbulo es contemporáneo con Ramos Allup, pero no anda en esas”. También hablamos generalidades. “No digas ‘hablamos paja’, porque suena muy mal”. Estuvo atento, cordial, curioso. Nunca me escudriñó, nunca me juzgó, nunca me mintió. Se fue como llegó, sin aspavientos, sereno, amable. “See you around”, me dijo con un perfecto inglés norteamericano, del Bronx. Y caminé solo, de Gradillas a San Jacinto. Caracas, 27 de marzo de 2016.
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MITOS
La caverna de mahoma POR Ander de tejada @epaleccs ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
El niño Abul-Qasin Muhammad nació en el año 571 después de Cristo, según el calendario gregoriano, en la ciudad de La Meca, formando parte de la tribu de quraish. Es caracterizado, según distintos documentos históricos y religiosos, como un hombre prolijo, casi perfecto, sin equivocaciones en el recorrido de su vida, a pesar de que esto sea difícil de concebir: se destaca su nobleza, su simpatía, su solidaridad y, un aspecto más difícil de creer para nosotros los occidentales, la pulcritud, religiosamente hablando: no fornicaba, no se embriagaba ni robaba. Caracterizado también como un tipo taciturno, de pocas palabras, empleador de la lengua solo para momentos específicos, en aquellos donde había que echarle luz a los asuntos. Mahoma acostumbraba a perderse en unas cavernas en Hira, cerca de La Meca, para practicar la meditación. Dejaba a su esposa en su casa, cogía una reserva de comidas y emprendía la marcha al agujero para conectarse con su yo interno. Cuenta la leyenda, entonces, que un día sintió un sacudón inusual. Era alguien, justo al lado de él, que sin mediar saludo ni introducción le ordenó que leyera. Él, apenado, le explicó que no sabía leer, pero el ente que tenía enfrente no hacía caso sino que insistía en la petición y, tras un abrazo, dijo: “Oh, Muhammad, ¡lee!, en el nombre de tu señor, quien creó todas las cosas, creó al hombre de un cigoto. ¡Lee!, que tu señor es el más grande generoso’’ (Corán, 96:1-3).
dijo que no debía temer porque era un buen hombre y después lo llevó a casa de su primo, Wraqah bin Nawfal bin Asad bin Abdul Uzza, al parecer dominador de temas divinos, para explicarle la situación. Cuando terminó de escuchar el relato, saltó en una impresión irreprimible y se lo aclaró: “¡Es el ángel Gabriel, quien se apareció ante el profeta Moisés!’’. Un versículo del Corán marca su inicio como profeta de Alá: “¡Oh, tú, que te envuelves en el manto, levántate y advierte a los hombres, proclama la grandeza de tu Señor, purifica tus vestimentas’’ (74:1-4). En ese momento, tras esas revelaciones, Mahoma se convirtió en el profeta de Dios para los musulmanes, logrando ser el predicador y el convocante principal de la religión, como también el receptor de todas las tribus que viajaban para peregrinarse en La Meca.
Murió en Medina a los 63 años de edad tras haber escuchado las revelaciones de Dios que hicieron posible la completación del Corán. La comunidad musulmana no creyó su muerte hasta que se leyó este versículo: “Muhammad no es sino un mensajero, a quien precedieron otros. Si muriera o le dieran muerte, ¿volveríais a la Mahoma regresó a su casa asustado y brincó directamente en los incredulidad? Mas quien volviera a ella, en nada perjudicará a brazos de su esposa, Jadiyah, para pedirle consuelo. La mujer le Dios. Dios retribuirá a los agradecidos” (3:144). Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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SOBERANÍAS SEXUALES
Del pecado nefando... POR VÍCTOR FHA fhavictor@gmail.com ILUSTRACIÓN jessica mena
En los talleres que facilito sobre “Diversidad sexual y derechos humanos” siempre surge la pregunta: “¿Desde cuándo y por qué existe la homosexualidad?”, y siempre respondo: “¿Importa?”. Buscar una causa es seguir pensando que es un defecto. Lo que sí importa es cuándo y por qué empezó a preocuparnos la homosexualidad, es decir, cuándo nació la homofobia. En nuestro continente ocurrió, exactamente, hace medio milenio, con la invasión, genocidio y colonización europeas. Es famosa la crónica de indias sobre el conquistador Vasco Núñez de Balboa, que en el periplo por obtener oro en lo que hoy es Centroamérica, iba de una comunidad indígena a otra saqueando y torturando a los caciques para que le consiguieran más y más. Ya advertidas, comunidades vecinas abandonaban sus aldeas y dejaban como salvoconducto montículos del dorado mineral, pensando que con ello Balboa se daría por satisfecho y seguiría camino. Pero ocurría todo lo contrario. Bazán, en su libro Historia de la homosexualidad en la Argentina, nos cuenta que Balboa “tenía especial predilección por fallarles a los ‘sodomitas’. O mejor, por acusar de ‘sodomitas’ a aquellos que no colaboraban tal cuál él esperaba. Más todavía, la sola acusación de sodomía les abría la puerta a los perros alanos sin mayores escrúpulos ni preámbulos”. En Memorias del fuego Galeano relata cómo el conquistador echó 50 indígenas a los perros bajo el mismo cargo. Y como ellos, miles, acusados de algo que no entendían como problema pero que en la cabeza de sus asesinos servía de razón suficiente para la tortura y el genocidio. Más difícil de comprender es que lo hacían en nombre del Dios que calificaban como único, clemente y caritativo pero, como no había margen para el cuestionamiento, solo quedaba obedecer e interiorizar cada uno de los argumentos usados por los europeos para salvar la vida al día siguiente. Luego la amenaza de muerte fue católicamente explicada, tal como sucede hoy día con las invasiones de la OTAN a países con riquezas naturales y su justificación en películas y prensa estadounidenses. Entonces empezó la condena sobre la cabellera larga en hombres, sobre la poca ropa, sobre las formas del afecto y el placer... Todo tuvo que ajustarse a lo que los conquistadores, y luego colonos, decían que estaba en la Biblia, que ni siquiera podía ser leída e interpretada directamente. Endorracismo, xenofobia y homofobia vinieron en las mismas píldoras en boca de religiosos y, luego, de maestros. Si bien las dos primeras han sido fuertemente cuestionadas por los movimientos progresistas del continente, la homofobia perdura en cada chiste y en cada expresión. Triste resulta que siempre se recuerde con fervor el asesinato de Jesús hace 2000 años y poco se hable de cómo y bajo qué paradigma fueron asesinados los indígenas de estas tierras hace apenas 500. Pero, más que triste, es doloroso que reproduzcamos en nuestro quehacer los prejuicios según los cuales nuestros pueblos originarios fueron masacrados. Caracas, 27 de marzo de 2016.
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GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
Arderás en las pailas de el Junquito POR marlon zambrano @marlonzambrano FOTOGRAFÍAs enrique hernández
“Les dijo Jesús: Venid, comed…”. y angustia frente al pecado de la carne que se dibujaba ostensible sobre una callejuela Evangelio de San Juan 21:12 de medio kilómetro, hedionda a uno de los más sublimes aromas del que tenga memoria la humanidad: el cochino frito, que a la 1. del Cenáculo distancia resulta una cruel bofetada. a Getsemaní La noche anterior cené ligero. Sabía con claridad a lo que me enfrentaría. Me levanté tempra- 3. A casa de Caifás no al día siguiente, llevé a los chamos al colegio Escupido e injuriado me sentí cuando Miy le di tres vueltas a mi puesto de empanadas guel Rodríguez, del restaurante La Cubana, de confianza, evitando la tentación con rigidez me dijo en tono confidente que es puro de gelatina. Ya gravitaba en el pecado. Orando cuento chino lo de que la gente no come y en ayuno redoblé la marcha hacia la plaza El carne en Semana Santa. “Es cuando más Venezolano, donde una cola inmensa, pero flui- se llena El Junquito”, me juró, y pichó dos da, troceaba el centro en dos, a partir del cohete morcillas andinas con arroz que, literalinterestelar que se erige con vigor fálico en uno mente, derritieron su negro aguijón sobre de sus ejes. Un camión despachaba sardinas, nuestras lenguas. Allí iniciamos el ascenso boqueando todavía, a 100 bolívares el kilo y la al calvario, creyendo que hacíamos bien regente las llevaba por toneladas, menos yo, que corriendo los siete templos… de la carne, 15 días antes había recibido el resultado de un distribuidos aleatoriamente en la única caperfil 20 de rutina: colesterol en 301 y triglicéri- lle del minúsculo y simbólico pueblo bautidos en 203, es decir, un kamikaze en caída libre zado, por los sibaritas de esta revista, como hacia la inmolación dispuesto, por imposición “la ruta del colesterol”. Y no son siete sino laboral autoinflingida, a echar una cana más al más de 70 locales comerciales que, entre aire, o dos. otras menudencias, se dedican a despachar con pasión beatífica chicharrón, pernil, pollo, chorizo, morcilla, chinchurria, hígado, 2. Del huerto panza, oreja, lengua, costilla, bofe, bollitos, a la casa de Anás Me habían hablado del demonio y de los peca- cachapas, en presentación individual o en dos capitales. Tantas veces condenado a arder parrilla colectiva, a precios que van desde en las pailas del infierno que sentí que la pauta los 3 a los y tantos mil bolívares, hasta donsería rutina. Así, cargamos esa cruz y aterri- de alcance la imaginación. zamos con desesperación de aquelarre en el kilómetro 23 de la carretera que empata a los 4. A casa de Pilatos municipios Libertador y Vargas, a 1.750 me- Falsos testimonios cayeron sobre nosotros tros de altura, con frío, hambre, expectación (Enrique, el fotógrafo, se quiso adueñar de Edición Número Ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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la chamba y pedir asilo en esas montañas corrompidas) cuando, llenos de asombro, nos dejamos arrastrar por las ofertas cariñosas de los muchachos que brindan de sus platos calientes trozos de degustación, y hasta se ofenden si los desprecias. Por un momento uno dejó su bandeja humeante en mis manos en medio de la acera, mientras ingresaba a la cocina a buscarnos muestras de cachapa. A punto estuve de alcanzar un estado transitorio de purificación ecuménica si en vez de trocitos de chorizo de ajo llevara hostias. Me persuadió el rostro enternecedor de Petra Delgado, dueña de la carnicería El Caserío, con 20 años despedazando piezas de cerdo, quien recordó que antes la procesión de comensales era mayor y hacía más frío. “El secreto es que todo se prepara con productos de primera y picadito, picadito”, y señaló hacia atrás, desde donde la escoltaba una torre de ajoporros con rastros de tierra en sus tallos.
5. Al palacio de Herodes
En un momento entramos en trance. Yo los quería abrazar a todos, picar chorizo, besar a las vendedoras, picar pernil, acariciar a los perritos, picar chinchurria, domesticar un loro, masticar chicharrón, y así, hasta que se sumó Jhon, el pana que maneja, que al final resultó ser uno de los nuestros, y juntos los tres jinetes del Apocalipsis (el cuarto es vegano). Escarnecidos por la soldadesca, nos asilamos en El Mesón del Junkito, donde Gustavo Flores abundó en
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las claves del gusto: “Los productos vienen de mataderos cercanos, de Carayaca, Los Teques, los chorizos y las morcillas caseras, de los alrededores”.
6. De vuelta en casa de Pilatos
En Junkito Campestre quemamos las naves. Ya sabíamos que seríamos azotados, coronados de espinas y condenados a muerte, así que pedimos una parrillita chiquita para la foto. Enmanuel Rojas, uno de los voceadores de las aceras (que te persiguen, se te pegan como chinches y te convencen de que sus productos son cien por ciento light), le entró al chisme y nos contó que entre semana suben los novios, los estudiantes, los amantes, escapados y dispuestos a dar la estocada con un arreglo floral de morcilla sanguinolenta en plena ruta del pecado. Nos explicó los misterios de la preparación: lo primero es que todo esté fresco, freírlo término medio hasta dejarlo jugoso, aderezar con sal praga (una mezcla especial que resalta el sabor y la textura de las carnes) y orégano, se congela y se repone la mercancía semanalmente. Además, se fríe en manteca extraída del cochino, preparada allí mismo, que se cambia cada día para que no queden restos escaldados.
7. En el monte Calvario
También había fresas con cremas, duraznos, cerezas, verduras, rosquetes isleños, dulce de guayaba, abrillantados, pero para allá ni volteamos a ver. Caracas, 27 de marzo de 2016.
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crítica y media
La Trama Cotidiana
Cinenrollos
Semana Santa
Conveniente redención.
Para la gran mayoría de los venezolanos, la Semana Santa significa asueto, principalmente jueves y viernes, así que ni es semana ni es santa. Pero en algún tiempo, que podría decirse cercano, era una celebración solemne. Implicaba una dieta, un comportamiento, una consecuencia con las ceremonias, un olor callejero a incienso, procesiones, trajes, velas, votos religiosos de todo tipo, promesas pagadas o por pagar. Los medios de comunicación bajaban un poco su alharaca y el fondo musical tanto en radios como en televisores era de música no religiosa pero sí académica y clásica, por lo que mucha gente, cuando escuchaba cualquier pieza de Beethoven, Mozart y hasta la mismísima Carmina Burana, decía que esa era música de Semana Santa. Todos esos actos religiosos, todos esos olores y prohibiciones, son altamente teatrales, no solamente porque su forma así lo indica, sino porque, intrínsecamente, hay una estructura dramática en toda la historia que se cuenta durante la semana y hay una puesta en escena que se lleva a cabo durante los días de celebración. La gente que participa en los ritos actúa y, simultáneamente, es espectadora. La semana comienza y, así, se representa el Domingo de Ramos. Aquí las puestas en escena son múltiples y siempre dentro del ámbito de lo sagrado. Desde un actor que
hace de Jesús el Cristo, que entra al escenario callejero montado en un burro que hace de burro histórico, pasando por unos palmeros que traen palmas de El Ávila (en Caracas), hasta un sacerdote que bendice las hojas o la gente que cuelga una cruz en su casa hecha con la palma bendecida. Así, cada día de la semana se celebra y se representa los días en que en el Nuevo Testamento se cuenta la gloria, la decadencia, el enjuiciamiento, el encarcelamiento, la tortura, la muerte y la resurrección del Dios de los cristianos. Los espacios escénicos se han ido reduciendo. Mientras en los pueblos y ciudades se siguen representando estos actos, las playas se llenan de gente que come, bebe, baila, se baña, se besa, se mete mano; es decir, todo lo que es profano. No hay nada más teatral que el montón de gente vestida de morado, caminando por el centro, o las procesiones en las que se hacen cantos y rezos que recuerdan los primeros ritos de las incipientes civilizaciones, que derivaron —por lo menos en Grecia— en las tragedias. Porque el teatro, de manera similar como ocurrió con la Semana Santa, perdió carácter religioso y ganó en diversión y cotidianidad. Por Rodolfo Porras
La resurrección de Cristo (EEUU, 2016), obviamente, es un filme de temporada sobre la vida de Jesús, que en su afán de tener algo nuevo que decir, se precipita hacia el más convencional de los lugares comunes: lavar la cara de una institución y de un imperio. Lo novedoso del filme, tomando en cuenta la temática a tratar, viene dado por la investigación ulterior —a manos de un centurión romano y ateo, cuya redención es más que previsible— al acontecimiento denominado como la piedra removida: la resurrección, tras tres jornadas, de Jesús de Nazaret: el mismo es narrado cinematográficamente en modo thriller. Considerando lo álgido y espinoso del tema, la búsqueda de un cuerpo que suponen profanado por sus seguidores para dar rienda suelta a la profecía que reza la ascensión de Jesús, provee de verosimilitud histórica al filme, veracidad demandada de forma recurrente por los conocedores, e incluso por los neófitos, del tema bíblico. Otro aspecto que sustenta su acierto histórico es una figura de Cristo más étnicamente correcta (considerando los peculiares rasgos de los habitantes de la región), más “amulatado” (aprovechando el sintagma de moda). Sin embargo, más allá de estas artificiosas vereditas, La resurrección de Cristo no deja de cumplir el rol que desde siempre ha representado el cine bíblico, que no es otro que ganar prosélitos a la causa del cristianismo, vale decir, un cine occidental hegemónico dando un espaldarazo a su religión predominante. El personaje principal, el centurión Clavius, es fiel representación del poder imperial, concretamente de su élite militar. Es apenas lógico que encontrarse cara a cara con el hijo de Dios luego de haberlo matado produzca una profunda conmoción en cualquier persona. Un despiadado militar, autor de las atrocidades que trae consigo la guerra, puede llegar a ser absuelto por el solo hecho de ver a Criso resucitado y, producto de ese encuentro, experimentar un proceso de redención, sincero o no. Esta candorosa situación nos hace pensar en John Kelly, jefe del comando Sur estadounidense, rezando por Venezuela; o en asesinos perdonándose a sí mismos; o de sacerdotes pedófilos haciendo acto de contrición. Rodolfo Castillo rodocastillo81@hotmail.com
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NOVELA
Historias de la calle Lincoln (XXX) DE CARLOS NOGUERA / ilustraciones L. “razor” balza
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Capítulo 24 LA DULCE LOCURA (XI) (Donde Henrique y Patricia me convencen de que son unos personajes a todo dar)
de los escalones, hamacándose del pasamanos en su último salto para caer cerca de la puerta donde Henrique la espera. Sus enormes cristales apenas dejan entrever una zona minúscula de ese territorio que hemos concebido como la síntesis de toda perfección. Sostiene el amplio sombrero de sisal que se mece contra el viento, cuando abandona el interior del inmueble y atraviesa primero la puerta que ofrece tres metros más acá la posibilidad de entrar al invernadero, y luego, lanzándose a los brazos de Henrique, toda la luz y los corpúsculos del aire se adhieren a su piel para revelarnos un cuerpo dorado, ágil como un animal de pradera, que se ata por momentos al torso de Henrique, las piernas alzadas al aire, girando en volteretas disímiles, suspendido, para caer luego, apoyado sobre los pies desnudos, perdidas ya las sandalias, sonriendo.
Elijo una ubicación imaginaria cerca del jardín que rodea la piscina, me seducen estos sitios simultáneos y gratos que se ajustan a mí y a la narración. Celebro la diferencia entre este sillón árido frente a la Olympia portátil y aquel fresco recinto que aloja el invernadero, con jardineras internas a nivel del piso y paredes de cristal cubiertas de estanterías llenas de recipientes de todos los tamaños con plantas inimaginables, esmeradamente cultivadas por manos hábiles; reconozco las cotidianas, las que agotan mi memoria botánica: hortensias, orquídeas, rosas, girasoles, claveles, corazones, novios, helechos, uñas de danta, dalias, gardenias, gladiolas, calas, amapolas, lirios, violetas, damas de noche, azucenas, tulipanes, un bosque transportable de olores que satura mi olfato.
No. Abandono la mesa de trabajo. En la cocina, dos o tres dedos de café dentro de la vasija me garantizan unos minutos de ocio. Inmovilizo a Henrique, dejo la sinuosa columna vertebral de Patricia haciendo equilibrio sobre un pie, levantando con el otro las sandalias. Fijo con clips sobre la página, sobre la imaginación, los cuatro personajes que se desperezan alrededor de la piscina. Detengo el viento, las hojas, las ramas tensas de los árboles. Contengo, irisada, la superficie cristalina del agua. Inmovilizo toda nube, toda gaviota, todo alcatraz, toda palmera posible. Presiono y giro a la derecha la llave del gas, más allá del bajo muro que protege el lavadero, tres pisos más abajo, la conserje instruye al muchacho: habrá que liberar el colector de basura. El líquido marrón rechina y burbujea contra las paredes del stainless steel, me advierto acerca de la conveniencia del agarra-ollas, una taza, una cucharilla, la azucarera, los elementos del ritual, tendré que terminar el esmalte de la biblioteca, recuerdo, cuando miro su cuerpo izquierdo al regresar.
Todo está listo para la escena: papel, máquina, cinta nueva, cigarrillos y café sobre mi mesa de trabajo, aquí; piscina, playa, jardín, invernadero, flores, arena, cielo borrascoso, viento, casa de dos plantas, mar, alcatraces, gaviotas, salitre, allá en la costa central. Lo real y lo imaginario vinculados por un nexo inexistente, el lenguaje. Hasta aquí, hasta este mullido sillón donde me sitúo para dirigir la escena, llega el sonido seco de las sandalias que descienden por la escalera desde la planta alta. También Patricia está lista. Henrique, a quien he imaginado recostado sobre la puerta de metal que abre hacia el invernadero, la espera, impaciente. Ya estoy, dice ella, y él la recibe, abandonando por momentos la tarea de rebotar la pelota de ping-pong hacia arriba, en un raqueteo individual, monótono. Patricia ensaya un primer acercamiento: su rostro recuerda aquel otro reproducido a millares donde aparece sonriéndole a un champú, sacudiendo su pelo, ágil, descienEdición Número Ciento ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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Nuevamente la silla, nuevamente el papel, nuevamente los cuatro dedos sobre las teclas, desentierro la imaginación, libero los cuerpos de Henrique y Patricia, agito los árboles, la hierba, dejo correr las nubes, rápidas, contra el cielo borrascoso, concedo que el espejo de la piscina copie de nuevo las trémulas imágenes de la vegetación, detrás y aquí, debajo de la piel, la combustión irregular del lenguaje me lanza, recurrente,
a un nuevo pozo, pleno y solitario, frente a desde ayer) de modo que habrá tenido que la Olympia. viajar dos o tres kilómetros de regreso por la carretera hasta el abasto, entonces lo veEsta vez Patricia no descenderá las escaleras, remos descender del Mercedes 200, nítido desde el invernadero escucharé su voz en el contra el paisaje con sus pantalones blanmomento de llamar a Henrique. A Henri- cos en juego con sus zapatos ajustados sin que le habré quitado la raqueta y la pelota medias, y su chemise lacoste azul, saltando de ping-pong y lo habré hecho ser perspi- descalzo desde el interior del vehículo, crucaz con su hambre y la del resto del grupo zará el cuadriculado de grama y piedra que (que, como ya se sabe, no habrá comido conduce desde el estacionamiento hasta la Caracas, 27 de marzo de 2016.
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na alquimia sobre los alimentos: será una noche blanca, de picó portátil sobre la alfombra, suéteres y vino tinto, se lo digo y su sonrisa viaja los cuatro metros que nos separan hasta cobijarme, cálida. Todos los ruidos del exterior se han extinguido y sólo el murmullo apagado de la lluvia danza en torno, monocorde y largo. La débil lámpara de la sala ilumina a medias antiguas notas extraviadas: frases, poemas diseñados sobre servilletas de café, citas, diálogos posibles, secuencias de acciones, esbozos de personajes, destinos simultáneos ahora tal vez irrelevantes. El tacto helado de la cerveza sobre mi garganta disipa la áspera textura dejada por los cigarrillos; agoto el contenido del vaso en tres enviones y me aprovisiono para arrancar.
casa, a través de una parte del jardín, excitará el apetito de Adriana y Elizabeth cuyas cabezas apenas sobresaldrán del nivel de la piscina, dentro del agua, enseñándoles las bolsas con enlatados y panes y carne para parrilla y sazón completa y cerveza pilsen, desde aquí, desde la entrada posterior, frente al invernadero, desde donde observo. Será en ese momento cuando escuche el llamado de Patricia desde arriba, desde la terraza, de manera que para poder hablar con ella tendrá que caminar unos cuantos pasos hacia atrás, casi hasta el carro de nuevo, hasta el sitio donde precisamente habrán quedado los zapatos blancos reposando sobre la grama, arrojados allí con descuido, para poder superar el inconveniente que creará la amplitud enorme que medie entre la pared propiamente dicha y la culminación de la terraza, si es que la dejamos de esa manera, inalterable en la imaginación como la hemos concebido originalmente. Calculo que Patricia se inclinará entonces sobre el antepecho, exponiendo su cuerpo totalmente desnudo hacia el jardín, un diminuto soplador de pompas de jabón trabajará entonces, incesante, en cada vértebra de la columna de Henrique en el momento en que el viento despeje el enredijo rubio de la cabellera de Patricia, y sus manos traten de domar las hebras, sosteniendo contra la cabeza el sombrero de amplias alas, y el viento y la mirada vuelvan a taladrar, mediato e inmediato, los senos al aire, hasta que Patricia se deje llevar por una natural oleada de seducción, de excitación a distancia, hasta que los pezones se endurezcan y las caderas se disuelvan.
Desciendo el vaso: la trayectoria de mi mano es una tramoya lenta que me revela gota a gota otro universo probable. Patricia no habrá salido de la habitación a saludar a Henrique desde la terraza, desnuda, no. Al descender del Mercedes 200 se sentirá cansada, decidirá que tal vez una ducha fría la reanime. Henrique regresará al carro para invertir la ruta hasta el abasto y traer las provisiones, pero, entre una y otra señal temporal, Patricia lo despedirá, bajando la cabeza hasta casi chocar la barbilla contra el pecho, pasando la mirada por encima de los cristales lila que bailarán a uno y otro lado en equilibrio sobre la punta de la nariz, dibujando un chaíto con la mano, la palma hacia adelante en movimiento de rotación como si limpiara un vidrio empañado, las sandalias enganchadas en la punta de los dedos, los pantalones ajustados, recordándonos qué clase de magma bulle debajo, tierno y burbujeante, delineado por la tela. Para el momento en que Henrique regrese, todo el resto del grupo estará disperso; calculo que Ernesto y Mónica recibirán la lluvia en la playa; Graciela y Guaica estarán utilizando el dormitorio del fondo, el que precisamente corresponde a Graciela cuando papi y mami y la nena vienen a la casa uno que otro fin de semana; Adriana y Elizabeth, ya sabemos:
No. Dejo la mesa de trabajo, a través del balcón que mira hacia el parque, verifico las gruesas gotas que caen sobre los maceteros, despliego las cortinas, cierro las hojas de vidrio: la noche y la presencia de la lluvia han reducido la realidad hasta dotarme apenas de este pequeño espacio, iluminado en intermitencias por los fogonazos de los relámpagos. En la cocina, las manos de mi mujer practican una antigua y cotidiaEdición Número Ciento ciento setenta y uno. Año 04. ÉPALE CCS
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estarán en la piscina; Henrique abandonará el vehículo apresurado, a medias cubierta la cabeza por un periódico viejo, se refugiará de paso en el invernadero, sacudiéndose el agua, escurriéndose, secándose parcialmente con alguna toalla, puede ser roja, por ejemplo, y amplia como las que se utilizan para tenderse en la playa, que Mónica habrá olvidado en su presurosa ruta hacia Ernesto, media hora antes. A Patricia, entre tanto, la mantendremos reposando en el dormitorio principal, nuevamente desnuda, adormilada en el centro del lecho, su cuerpo a todo lo largo de la sábana, el sonido de la lluvia creciendo, penetrando al interior del recinto, prolongando de alguna manera en contrapunto el otro sonido, ronco, de las olas que revientan contras las rocas, 100 metros más acá, para entonces relegado a un segundo plano, como fondo armónico y dilatado, los brazos cerrando un arco, reposando sobre su cabeza; la cabellera extendida toda hacia arriba; el rostro levemente virado, sereno a despecho de la respiración, rítmica y acompasada a causa de la prolongada vigilia; un paisaje de piel bronceada, apenas interrumpido por el rosado tono de los pezones, por la sombra leve que la luz que penetrará a través de la terraza demarcará sobre el torso, sombra que resbalará y se perderá silenciosa en las axilas, oquedades que centrarán el fiel de la balanza, porque más abajo, a la altura de las caderas, otra breve oscuridad nos detendrá en el pubis, en los tersos valles a uno y otro lado de un eje central, imaginario. Henrique salvará de un salto la distancia que separa el invernadero de la puerta y nadie responderá a su llamado desde el pie de la escalera. Subirá y se excusará, haciendo chistes, con Guaica y Graciela, en el dormitorio del fondo. Intentará luego con la otra puerta, y la corriente de aire, rápida y húmeda, que correrá desde la terraza hacia el pasillo interno, atravesando la habitación, bastará para despertar a Patricia de su sueño, cuyo cuerpo virará entonces en dirección al viento, cara a Henrique dentro del cual una súbita incandescencia arderá, entonces, y por segundos la duración es-
capará, y el espacio todo se poblará de esa emanación violenta que será la piel de Patricia, eterna todavía para Henrique, a pesar del conocimiento pretérito, nunca agotado. Los dos cuerpos, entonces, volverán a enlazarse, a fusionarse una vez más prolongando la historia y el lenguaje del sexo. No habrá, sin embargo, ocasión para largos aperitivos, para seducciones marginales; la penetración será agresiva, creciente, y en ese clímax instantáneo no encontraré alternativa de vacilación por mi parte, mientras Caracas, 27 de marzo de 2016.
ambos cuerpos se penetren, silbando el viento, las cortinas flotando en el recinto, serán ellos los que me piensen a mí, los que me suspendan e imaginen. Vivientes, ellos encarnarán la realidad y yo el sueño; el vínculo se invertirá y cada gimoteo, cada grito, cada mordisco, me disolverán poro a poro hasta hacerme desaparecer, volátil e invisible fuera de la novela, después de este punto hacia la nada. Próxima semana: Capítulo 25
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GROSERÍA
POR INDIRA CARPIO @indira_carpio
¿Y SI DIOS fUERA MUJER? Preguntas De Juan Gelman ((Argentina)
Últimamente, andamos con muchos cambios de humor en casa. No termina de llover y así adentro, como afuera. Entonces, cuando me molesto, me pongo religiosa,
TRINOS
Por Indira Carpio Olivo (Venezuela)
Nuria Azancot @nmazancot
Y dijo Dios: “Ve y sufre la esperanza” (Clarice Lispector)
SALMO 1
Bienaventurado el hombre que no [sigue las consignas del Partido ni asiste a sus mítines ni se sienta a la mesa con los gansters ni con los Generales en el Consejo de [Guerra Bienaventurado el hombre que no espía [a su hermano ni delata a su compañero de colegio Bienaventurado el hombre que no lee [los anuncios comerciales ni escucha sus radios ni cree en sus slogans Será como un árbol plantado junto a [una fuente.
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Ana Navea
De Ernesto Cardenal (Nicaragua)
CUENTO
“lo que hacemos en nuestra vida privada es [cosa nuestra” dijeron las Seis Enfermeras Locas del Pickapoon Hospital [de Carolina mientras movían sus pechos con una dulzura tan parecida a [Dios ¿y si Dios fuera una mujer? alguno dijo ¿y si Dios fuera las Seis Enfermeras Locas [de Pickapoon? dijo alguno ¿y si Dios moviera los pechos dulcemente? dijo [¿y si Dios fuera una mujer? corrían rumores acerca de las Seis las habían visto salir de hospedajes sospe- [chosos con una mirada triste en la boca las habían visto en una cama del Bat [Hotel las habían visto fornicando con sastres zapateros carniceros de toda [Pickapoon ¿y acaso Dios no sale de los hospedajes con [una mirada triste en la boca? alguno dijo ¿y si Dios fuera una mujer? [¡tetas de Dios! ¡blancos muslos de Dios! ¡lechosos! dijo ¡leche de Dios! gritaba [por los techos de toda la ciudad así que lo quemaron hicieron una hoguera alta al pie de la colina [del Este y también quemaron a las Seis Enfermeras [Locas de Pickapoon todas eran rubias y cada día habían visto a la muerte trabajar eso es todo así acaban con los temblores mortales e [inmortales en Carolina y otros sitios de Dios ¿y si Dios fuera una mujer? ¿y [si Dios fuera las Seis Enfermeras Locas de Pickapoon? dijo [alguno.
que si "¡Dios mío!", o "¡Por Dios", "Dame paciencia, Diosito!" (menos mal que soy agnóstica, por no decir atea). Pola, me imita, y anda de muy malas pulgas últimamente, se dobla como una ce hacia atrás cuando no le gusta algo y exclama: "¡Por favooooor, Dioooooooooooooooooooos!". Molestos por nuestra actitud, y la de ella, una noche cuando se va la luz nos echamos en la cama a contar cuentos, a cantar, a hacer sombras con las manos, y en una de descuido le preguntamos: "Hija, ¿qué es Dios para ti?". Ella, sin titubear respondió: "¡Una GROSERÍA!".
Instrucciones Comenzando por el cuadro central se sigue el sentido del laberinto, tomando como inicio de la siguiente palabra la última sílaba de la anterior
POR ANDRÉS PALACIOS
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Ciudad capital del estado Apure Sensaciones molestas Consideración, miramiento El …, ciudad venezolana en el estado Lara Artista estadounidense de origen japonés, viuda de John Lennon 6 No nacido naturalmente 7 Breve composición musical 8 Instrumento perforador 9 Substancia medicinal 10 Giro o palabra propios del francés 11 Un estado del Oriente venezolano 12 Arte de comer bien 13 Enojado, de mal humor 14 Pasta de cacao, azúcar y canela 15 Escalón llano del terreno 16 Herramienta para excavar tierras duras
17 Género poético y musical propio de los llanos venezolanos 18 … Modugno, desaparecido cantautor italiano 19 Valor, esfuerzo 20 Ciudad capital de Israel 21 Planta leguminosa de semillas comestibles 22 Julio …, recordado vocalista ecuatoriano 23 Dícese del que llora mucho 24 Relámpago del …, fenómeno meteorológico venezolano 25 Estado de América del Sur 26 Prevención de lo necesario para un viaje 27 Ciudadano de mundo 28 Fécula de la raíz de la mandioca 29 Población venezolana en el estado Miranda 30 Bullicio, algazara 31 Persuasión y gracia en el hablar
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SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
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Imaginario
POR NATHALI GÓMEZ @laespergesia Ilustración: L. "Razor" Balza
Cómetela Minimanual para no ir a los siete templos Ha trabajado mucho y se siente muy cansado. La verdad es que necesita vacaciones y no quiere hacer esfuerzos que impliquen gasto de calorías. Algún miembro de su familia lo convidará enérgicamente a visitar los siete templos. Usted deberá idear excusas creíbles para que no sea tachado de apóstata o de rompegrupo. 1. Si viven bajo el mismo techo, la situación se complica. La única solución es irse a la playa desde el Domingo de Ramos o fingir que padece alguna enfermedad penosa y larga. 2. Si no tiene dinero para ir a la playa, convide a su familiar a hacer colas para comprar productos regulados el Jueves Santo. Eso le quitará las ganas de visitar los siete templos después. 3. Diga que debe quedarse con los niños y, si no tiene, pida unos prestados. En esas fechas, las iglesias recomiendan no llevarlos. 4. Léale completica la revista a quien lo sonsaca. Si después de eso todavía quiere ir, se dará cuenta de que la fe de su familiar o amigo es férrea. Felicítelo.
que están carísimas
5. Si no sabe decir “No”, vaya. Cuando estén en el primer templo, finja un fuerte dolor de cabeza y regrese a su casa lo más rápido posible. 6. Proponga hacer un recorrido alternativo por las siete tascas. 7. Diga que va a comprar cigarros y no vuelva. Sirve para evadir la visita a los siete templos o para escaparse si ya no lo(la) aguanta más. Aproveche. 8. Hable de sus callos exhaustivamente, mucho antes de Semana Santa. Así la atmósfera estará creada para cuando diga: “Ay, es que me duelen mucho los callos desde hace días”.
TUIT DE
9. Hágase el dormido. Eso funciona en infinidad de ámbitos.
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Caracas, 27 de marzo de 2016.
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Por qué la Semana Santa es tan seca
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pregunta de la semana
10. Busque la revista N°169, lea el Minimanual para hacerse el pendejo y póngalo en práctica.