contenido Jorge Rodríguez Gómez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla
Consejo Editorial
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Directora
Clodovaldo Hernández
Mancheta y demás
Editor Jefe
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“La casa se respeta”
El reguetón para Saúl Escalona
Reinaldo González
Asesor Editorial
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Coordinadora 2.0
Los hooligans y la década negra
Caracas es el poema
Web y redeS
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Los nuestros
El monje de Jesuitas
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CORRECTOR
Cosntrucción para la educación
Pichones de sibarita
Idania Bracamonte Daniela Fernández Edi Cordero
LOGÍSTICA
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Colaboran en esta edición
Cine y teatro
Mi compañera grabadora
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— perfil
Mercedes Chacín Carlos Cova
DirecTORa de Arte
— ciudad
Edarlys Rodríguez
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
Jesús Castillo
— mitos
Yanira Albornoz Kay Yam Hung Bárbara Baralt
— crónicas oficinescas
Redacción
Nathali Gómez Moscoso Gustavo Mérida Ander De Tejada Marlon Zambrano
DiseñadorEs
Lisbeth Montell Óscar Hernández
— sexodiversidad
Ilustrador
Alfredo Rajoy
Fotógrafo
Michael Mata
— desde la raíz
Rodolfo Castillo
— crítica y media
Naile Manjarrés, Dulce Medina, Indira Carpio, Rodolfo Porras, Reinaldo Iturriza, Humberto Márquez, Emilio Pino Salinas, Enrique Hernández, Carlos Hernández, Jessica Mena, Franklin Alviárez, L. “Razor” Balza y Andrés Palacios. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: Michael Mata.
Impresión
Complejo Editorial Alfredo Maneiro Editorial Metropolis, C.A. www.epaleccs.info epale.ciudadccs@gmail.com
Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-8085843 Depósito Legal: pp201202dc4166 Una publicación de la
@epaleccs
@epaleccs
— Poesía o nada
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— cruciverbo’s
Crucicentrifugado
— EL MENJURJE
— música
— mIradas
— boleros que curan el alma
— entrevista
— gastronomía
— minicrónicas
— crónicas
Manual del levante (IX)
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— el rumor de las bolas
Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas “c”, piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales y en la librería-Bar el techo de la ballena, edif. Gradillas “A”, planta Baja, Bulevar del Eterno Retorno
Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014 y 2015. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.
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PERFIL
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clodovaldo hernández
desde pequeño le gustó escribir caraquista hasta la médula. Responsable, puntual, a veces impaciente, puede llegar a ser testarudo. Defiende sus convicciones con firmeza y tiene un gran sentido del humor. Es bastante reservado y tímido: la escritura es su válvula de escape POR gustavo mérida • gusmerida1 / ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
“Camina como la Pantera Rosa —afirma Félix Gerardi, coordinador de fotografía del diario Ciudad CCS, y agrega—. Jamás lo vi arrecho”. A Jesús Castillo, coordinador de fotografía de esta revista, no le parece que camine igual. “Lo que sí es cierto es que Clodovaldo te dice: ‘En media hora está listo’, y es un clavel: a la media hora termina la entrevista”. Clodovaldo Hernández, caraqueño nacido el 1ro de diciembre de 1961 en la Maternidad Concepción Palacios, si todo salió según lo planeado debería estar sorprendido al ver el personaje que aparece en esta sección. Fue engañado a pesar de toda su experiencia, ya que el antiperfil que escribió para ser publicado hoy, cuando mañana es el Día del Periodista, aparecerá en la próxima edición y, en consecuencia, es él el “perfilable”. Siempre —en serio—, siempre, cuando cualquier persona viene a buscar la revista a la redacción y le pregunto qué es lo que más le gusta de Épale CCS, me responde: “El perfil que escribe Clodovaldo”, y recuerda tal o cual personaje descrito, escrito y/o deconstruido por Hernández. “¿Se merece un perfil Clodovaldo?”, le pregunto a Felipe Saldivia, el que perdió la foto con Muhammad Alí en un aeropuerto de Nueva York. “Por supuesto, él escribe perfecto”, afirma, deja de ver la computadora, arrima la silla hacia atrás, entrelaza los dedos, mira hacia la plaza Bolívar y le dedica el tiempo que se merece un tipo como Clodovaldo, el especialista de los perfiles, el maestro, el que no niega un favor que tenga que ver con todo este asunto de escribir y, además, escribir bien.
“Escribiendo en Épale CCS me siento como de 35”, nos contó Clodovaldo en una cola para comer cachitos y tomar café en el Teatro Nacional, cuando presentó una ponencia en el marco del Primer Congreso de Periodismo Cultural, hace ya casi un año. Mabe Chacín, cronista de entonces, escribía: “El cierre del primer día de simposio le correspondió a Clodovaldo Hernández, a quien las páginas 2 y 3 de esta revista le pertenecen. En su exposición, justamente, habló de cómo construir esas semblanzas y perfiles que, en sus 138 ediciones, han caracterizado a Épale CCS. Ávidos de información, algunos estudiantes de la UBV tomaron más que apuntes sobre la completa y práctica exposición de Hernández: ‘El perfil o la semblanza es un género que viene de la familia de la opinión’”. Opinión, entonces. Opina —o cuenta— Felipe Saldivia: “Es un trotador casi profesional, es una vaina que se la toma en serio. Es un tipo con una gran templanza, jamás lo vi reclamar nada airadamente; es sereno y no anda con aspavientos. Buen hijo: cuidó de su madre hasta el último momento”. La pérdida de su madre a finales del año pasado y de su suegra, al poco tiempo, le sumió en una tristeza profunda; fue una temporada en el que se le hizo “un poco más difícil que de costumbre” escribir. Un poco más difícil que de costumbre es la frase clave de Clodo, como cariñosamente le llama Mercedes Chacín, directora de Épale CCS. A un señor que escribe prácticamente en todos lados y que, además, lo hace muy bien, que entrega a tiempo, avisa a
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Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
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tiempo, prepara ponencias y da clases, es decir, que está acostumbrado a escribir desde pequeño (conserva los cuadernos con aquellas historias infantiles), hacerlo le parece difícil, aunque él hace que se vea fácil. Tanta tristeza lo hizo sentirse “huérfano a los 54 años”. Va una línea en blanco como homenaje a su “viejita”, Carmen Hernández, merideña, quien crió sola a Clodo y a su hermano mayor con mucho sacrificio.
La señora Carmen, un ser muy especial, era una gran lectora y una persona muy analítica, así que esa capacidad para ver más allá también la heredó de su madre, al igual que su modestia. Él suele decir, con orgullo, que ella lo enseñó a leer y a escribir. Pero Clodovaldo también tiene su lado oscuro y pequeñoburgués: No puede salir de su casa sin comerse una galleta de esas que están rellenas de la mejor cremita, el mejor chocolate, y juntos el mejor, y juntos el mejor, sabor. Decidido a fundar un club, de manera desinteresada se hizo amigo de Clodosbaldo Russián, pero como eran tan poquitos decidieron aceptar a todos los Anacleto. Clodo, propietario absoluto de las páginas 2, 3 y 4, probablemente esté viendo con ojos pullúos la página 5.
Un Maestro
Clodovaldo afirma en su ponencia “El perfil o semblanza como género periodístico” que, en el aspecto ético, se debe evitar los datos erróneos, anacronismos, juzgar moralmente, el racismo, la misoginia o la xenofobia, las invenciones, especulaciones y mezclar la realidad con la ficción. Es verdad: probablemente no esté viendo nada con los ojos así. Arribar a los 50 años hace que algunos pretendan aconsejar sin que le sea solicitado, lo cual pudiese ser un contratiempo. Clodo, en cambio, pisa firme: luego de solicitarle un consejo, así, grosso modo, el periodista indaga, “¿El consejo sería más o menos de qué?”y seguidamente asume el retiro, “hace tiempo”, de las lides del levante, de la conquista y, por tanto, se confiesa inhabilitado para aconsejar de ese tipo de amor. No sucede así con el amor de padre: la dedicación a sus dos hijos es admirable, a decir de Saldivia. Ellos, Pedro José (24) y Carlos Rafael (22), heredaron el talento de Clodovaldo para dibujar, “talento que aún no ha explotado”, afirma su esposa desde el 27 de agosto de 1988, Amarelis Vásquez. Egresó de la UCV en 1985. Durante la carrera dio sus primeros pasos en el periodismo impreso en la revista Actualidad Automotriz, de José Jacobi. Después siguió Radio Continente, El Diario de Caracas, El Globo y El Universal. Ahora trabaja en la Editorial Santillana. Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
La señora Carmen, un ser muy especial, era una gran lectora y una persona muy analítica, así que esa capacidad para ver más allá también la heredó de su madre, al igual que su modestia —
En una diatriba (que no llegó a tal, puesto que Clodo respondió con elegancia) que se hizo pública, un señor de apellido Coronel le increpó por un artículo de su autoría en 2011: “Clodovaldo Hernández acaba de ganar el Premio Nacional de Periodismo dado por Hugo Chávez a quienes jalen bolas con cierta gracia. En su artículo de hoy en El Universal (¿no le dará pena escribir para un diario ‘antirevolucionario’? ) Clodovaldo paga el premio recibido con un rastrero escrito, revelador de su degradación moral (‘Un Machurucuto digital’)”. Atreviéndome a llevarle la contraria, no creo que le haya sido “difícil” escribir estas líneas en respuesta: “Estimado señor Coronel: está usted en su derecho a cuestionar el premio y a quienes lo recibimos, en los términos que mejor le parezca, incluso con insultos bastante básicos. A mí me honra que me lo hayan otorgado porque respeto mucho al jurado que tomó la decisión y, en general, a los integrantes de la Fundación Premio Nacional de Periodismo. Quienes hayan leído mis trabajos de opinión a lo largo de los últimos años tendrán que reconocer, al menos, que se han mantenido siempre en la misma línea. De modo que es necio decir que con este artículo estoy pagando el premio”. Al final, Clodovaldo le pregunta al señor Coronel la razón de la publicación de una foto del entonces ministro Pedro Calzadilla junto al texto de marras; el señor Coronel le responde que, sencillamente, esa imagen aparecía en internet con el nombre de Clodovaldo, quien debió enviarle, también, una de sus ponencias.
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el menjurJe
la fiesta animal Este sábado 2 de julio, a partir de las 2 pm, se soltará lo animal en la fiesta del mismo nombre que organiza el Centro Nacional de Historia y el portal web Teresa CCS, en la Casa Museo Cuadra de Bolívar en la esquina de Bárcenas, parroquia Santa Teresa, como primera experiencia de activación cultural comunitaria.
El libro de poemas Ama de casa, de Yurimia Boscán, será presentado este lunes 27 a las 3 pm en Librerías del Sur “Orlando Araujo”, de Gradillas a Sociedad. “Soy un ciclón en calma”, dice la poetisa quien escribe que su texto “toca lo cotidiano desde las posibilidades que pueden ofrecer la ironía, el kitsch, lo cursi y el lugar común”.
Que el GDC haya declarado a Caracas territorio libre de homofobia y transfobia.
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Cenáculo de juglares «
Siempre habrá poesía A partir de este domingo “La palabra roza la tierra” en el 13er Festival Mundial de Poesía, que soltará sus versos en todo el país a través de la voz de 48 poetas de cinco continentes y 137 venezolanos. Además, se llevará a cabo un Encuentro Nacional de Jóvenes Poetas y otro con privados de libertad.
Que se destaque más la muerte del Profesor Jirafales que la de los maestros que fueron asesinados por la policía mexicana.
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CIUDAD
“La casa se respeta” Orillas del Mar Caribe, sábado 18 de junio, 7: 15 pm. Había empezado el juego, luna llena, clima fresco, golfeados con queso, guarapita, credenciales: listo para ver la Batalla de las Campeonas. afuera, viendo torres de contenedores de 40 pies, se siente lo mismo que antes de entrar a un concierto POR gustavo mérida• @epaleccs / FOTOGRAFÍAs Jesús castillo
Hay circunstancias por las que uno se encuentra en sitios en los que pocos pueden estar. Eso es un privilegio solo cuando uno lo ha deseado, mejor si secretamente. Estar y no contarlo es igual a aquello de la hoja del árbol que cae y nadie la ve. ¿Cayó, está cayendo en este momento o eso no importa? Cuando en el octavo asalto “La Monita” Rivas hizo que la española Sorroche doblara las rodillas y pusiera los guantes en la lona (específicamente, la parte de los guantes rosados que tocó la lona es la misma que tocaba y conectaba sin piedad en toda la humanidad de La Monita), ella sintió alivio. Tal vez, con un par de rounds más, Sorroche hubiese tenido tiempo de recuperarse. Luego de que le limpiaron la sangre del rostro, mientras esperaba el veredicto que le dejó el mismo sabor, ella, la española, bailaba. Otras, en aquel lugar secreto, deslizaban sus manos desde los tobillos hasta la mitad de las nalgas sin doblar las rodillas mientras la crema humectante desaparecía en tanta piel junta. Con tanta sandalia perfecta, tanto pelo planchado, tanto carmín dibujado, era difícil prestar atención al juego, allá lejano en la pantalla de 42 pulgadas y a un metro Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
de distancia. Entre los músculos duros de las boxeadoras que recibían masajes y las piernas eternas de las promotoras, la Vinotinto se puede diluir, sobre todo cuando Seijas no pudo engañar al arquero argentino. Al terminar el primer tiempo, se acabó el privilegio inolvidable.
El escenario
Ya es hora de hacerle mantenimiento intensivo al techo del Domo José María Vargas. Ver hacia arriba, hacia abajo o directamente a las pantorrillas de las boxeadoras es lo mejor que se puede hacer cuando se husmea. Digamos que la asistencia estuvo relativamente cerca de la mitad del aforo, que es de unas 5.000 personas. Estamos justo en medio de la calma que precede a la coñaza, la que es medida, la de violencia regulada, la de la determinación de salir otra vez aunque te duela, aunque los brazos pesen, aunque te preguntes por qué —o no— y luego volver a sentarse, descansar, escuchar solo la voz que te interesa, oír la claqueta, olvidarse de los diez segundos que faltan, oír la campana y volver a empezar. La Monita peleó al filo de la medianoche de aquel sábado. A las 8 pm, andaba por allí, caminando en medio de sus admiradores, su gente, Caracas, 26 de junio de 2016.
tomándose fotos, saludando, abrazando; es la otra parte de su trabajo, la que es sin violencia y que no sirve cuando te vas a caer a coñazos dentro de cuatro horas por el título mundial. “Deberse al público” es un concepto que hay que revisar; la española Sorroche, seguro estoy, a esa hora estaba haciendo la parte de su trabajo que tiene que ver con la violencia para tratar de arrebatarle el título de campeona a una venezolana, en Venezuela. Tal vez, con dos rounds más, otra sería la historia, y la cuarta pelea por un título mundial de aquella noche (esto hizo que el evento entrara en el libro de récords Guinness: es la primera ocasión en que ocurre) hubiese terminado distinto. Pero fue la española quien dobló las rodillas y puso los guantes rosados en la lona. La simpatía por La Monita se entiende bien cuando, a diferencia de todas las peleas anteriores, escuchas los golpes como en las películas. Cuando “La Niña” Suárez le dio con la derecha en el rostro a Yarley Cuadrado en un intercambio y luego, con ese gancho zurdo hermoso, perfecto, le pasó el suiche y la colombiana se derrumbó, ese par de golpes no sonó como en las películas. Ningún coñazo que se lanzaron la docena de mujeres anteriores a la
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Detrás de La Monita, está Budú, el rapero
Oscar a la edición de sonido
El tañer es más bonito que la campana
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08 No hay algarabía en un mercado, o en un comedor, o en una guerra: la algarabía solo es posible cuando la violencia es controlada, con guantes y juezas, protectores de senos, réferi y protectores bucales, rounds, seconds y la posibilidad de tirar la toalla —
Yesica Bopp (Arg.) y Hanna Gabriel (C.R.) bailaron salsa
neiro. Si desvías la mirada medio segundo te pierdes el espectáculo de un coñazo bien dado. No es la misma satisfacción —porque no puede ser verdadera satisfacción, porque esa violencia no es controlada y porque Julio Borges no se defendió— que dio Michael Reyes, por ejemplo, aunque veas la repetición dos veces. En un intercambio de coñazos femeninos, lo femenino no importa: sudor, esfuerzos, jadeos, sangre, hematomas, dolor. A La Monita le dolió una vez en la cabeza y otra vez en el vientre; en ambas ocasiones la española tuvo que esperar que se recuperara. Fue la mejor pelea de Ya Argentina tenía sus cuatro goles, o no, la noche porque a Sorroche le resbaló esqué importa. Mariela Celis anunciaba el co- tar en tierra hostil y a la venezolana casi no mienzo y llegaba el gobernador García Car- le alcanzan los gritos de apoyo de todo el pelea entre La Monita y Sorroche sonó como suenan los coñazos de boxeo en las películas. Pero los golpes que recibió La Monita sí. Todos y cada uno de ellos. Los que ella propinó, sobre todo cuando hizo que Sorroche doblara las rodillas, tienen un premio a la edición de sonido. Se oyeron perfectos en medio de la algarabía. No hay algarabía en un mercado, o en un comedor, o en una guerra: la algarabía solo es posible cuando la violencia es controlada, con guantes y juezas, protectores de senos, réferi y protectores bucales, rounds, seconds y la posibilidad de tirar la toalla.
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Domo; porque ni a los seconds de La Monita (“¡boxéala, boxéala, pégale abajo, vieja, abajo Mayerlin, abajo, eso es, con todo!”), ni a los de Sorroche, les importaba otra cosa que no sea ganar cada round, porque Sorroche nunca dejó de atacar y La Monita, llena de coñazos, en cada clinch, respiraba buscando ese aire del Catatumbo que llegó en el octavo, cuando le hizo doblar las rodillas. “¿Dónde está la gente que apoya a Mayerlin Rivaaaaaas?”, gritó la voz de Chema, el mismo de “León, león, león” del Universitario, luego que sonó la campana de ese round, luego que una de las promotoras paseara por el ring con el número 8 encima de su cabeza, su pintura de labios, sus tetas, su barriguita sin barriguita y sus piernas largas hasta las sandalias que mostraban esos dedos de uñas pintadas y perfectas que, posiblemente, huelan rico. La sangre en la cara de Sorroche parecía pintada con delicadeza de muralista confundido. “Por decisión dividida, retiene el campeonato…”. Y ahí el bullicio opacó la voz de la guaireña Mariela Celis, que había confundido a España con una república y que miraba a las boxeadoras con cara de “aquí tengo bastante para mis stand up del futuro”. La Monita, en hombros, dijo: “La casa se respeta”.
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"Chony" Sorroche pudo recuperarse después del octavo asalto
Golpes que emocionan Nunca había asistido a una pelea de boxeo. He visto muchas de hombres pero solo a través de la televisión. El sábado 18 de junio pasado vi siete combates, cerca del ring. Fue en el Domo Bolivariano en La Guaira, estado Vargas. De las 14 mujeres solo dos no tenían la cabellera recogida, pero sus peinados eran bastante cortos. Tiene sentido. No se puede ver bien con los cabellos en el rostro. Nada se ve bien. Los niveles de complejidad de la hechura de las crinejas varió en las 12 mujeres. El más cuidado fue el de Carolina “La Fiera” Álvarez, mi campeona sentimental de la noche. Tiene 38 años y no ha logrado conseguir una faja de campeona mundial. Estuvo cerca. Logró un empate con la peruana de 27 que retuvo su faja. Hay intenciones, en la puesta en escena del boxeo femenino, de que se vea femenino. Pero es difícil. No basta con guantes rosados o fucsia, o con faldas y chores rosados, ni los flequillos brillantes, ni los peinados elegantes. Ni las mujeres réferis. Ni que las fajas,
esos cinturones que son horrorosos —sean de jevas o de tipos—, sean rosados. Ni las chicas semidesnudas con los números de los rounds en un círculo que nadie ve, ni el mujerero anfitrión (vestidas y entaconadas) encima del cuadrilátero. La violencia, asociada fundamentalmente al género masculino, no hay manera de suavizarla. ¿De feminizarla? El boxeo es un deporte violento. Requiere, a su vez, de una preparación física tremenda. Te debes mantener, en el caso de las mujeres que buscan un título mundial, por espacio de 30 minutos dando y recibiendo golpes repartidos en diez asaltos. Se trata de caerse a golpes en un cuadrilátero. Sí, hay técnica, hay habilidad, hay reflejos, hay competencia, hay coraje, hay honestidad, hay honor, hay inteligencia… pero la idea es caerse a coñazos y pegar más duro, tan duro que dejes a tu contrincante tirada de largo a largo en el ring. El final de la jornada me encontró, siempre con mis contradicciones
Caracas, 26 de junio de 2016.
acerca de lo violento que es el boxeo, aupando a la venezolana Mayerlin “La Monita” Rivas, campeona de peso Gallo, y deseando ver inconsciente a la retadora española Melanie Sorroche, que se esforzó para ganarle a la nuestra. No me importó la sangre en su rostro. Solo quería ver ganar a La Monita. Me dolían los golpes que le propinaba a la nuestra, pero los que Mayerlin le asestaba me encantaban. Supe que aún me gusta el boxeo cuando me entristeció que Carolina no pudiera dar cuenta de la peruana. Supe que aún me gusta cuando “La Niña” Suárez noqueó, con dos golpes en el rostro, nobles, a la colombiana. Supe que me gusta aun cuando la sangre de la Sorroche no era suficiente para que cayera, y quería más. Cuando al fin cayó, en el octavo asalto, cuando la vi de rodillas, grité como si se tratara de un jonrón, de esos que salen para la calle. Sin violencia, sin joder a nadie. Lo supe. Por Mercedes Chacín
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MÚSICA
“no hay que saber música para hacer reguetón” si las pulsaciones aceleradas de este género pudieran trasladarse al papel usted terminaría, por lo menos, moviendo un pie mientras lee este artículo. Las letras son lo de menos POR nathali gómez • @laespergesia / FOTOGRAFÍA enrique hernández
Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
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11 Cuando el autor de un libro sobre reguetón dice por teléfono que la entrevista será en un hotel de Bellas Artes y cuelga, empieza a perrear la imaginación. El día acordado, en un lobby tan artificial como todos, él espera. Sobre sofás de cuero verde hay tres hombres. Ni señas del reguetonero. Al ver a uno de ellos con un libro, surge la duda. Nos miramos, sonreímos, dice mi nombre. No hay cadenas de oro, jeans XXL, gorra hacia atrás ni corte de cabello a lo Daddy Yankee. Saúl Escalona es un hombre delgado, elegante, con un estilo clásico. A simple vista, no hay blinblineo ni indicio alguno de ese ritmo satánico. Sorprende. Con una mezcla de vacilación, empujada por la curiosidad, comienza la conversación. “No hay que saber de música para hacer una canción de reguetón. La mayoría tiene una sola nota”. No lo dice al comenzar a hablar pero confirma algo que sospechábamos. Y entonces, ¿dónde está el secreto? “En el pulso”, explica. El cuerpo normalmente tiene una frecuencia cardiaca de 84 pulsaciones por minuto, mientras que este ritmo tiene entre 90 y 120, por eso es casi inevitable que nuestro cuerpo, al escucharlo, reaccione moviendo por lo menos un pie. “Se altera el estado de ánimo, el humor, el estado sanguíneo. Hay un sonido repetitivo que da un golpe”, dice este experto, quien escuchó más de mil canciones y videos del género y que ha investigado exhaustivamente sobre el tema. “Sé más de reguetón que muchos reguetoneros”, afirma con la convicción de quien acaba de bautizar el libro De la salsa al reguetón. Un fenómeno social, en París, Francia, donde ha vivido más años que en su tierra natal, Venezuela. Saúl no comprende todo el prejuicio que existe alrededor del beat, que hace que se muevan las guiales al garete. “En la música del Caribe, desde la Conquista hasta hoy, ha habido maneras de bailar que han sido obscenas, lascivas. Cuando la salsa llegó a Venezuela decían que era música de negro, sinónimo de delincuencia, de barrio, que incitaba a la violencia”, recuerda este investigador especialista en música popular, que ha publicado seis libros sobre nuestros ritmos.
“No comprendo por qué lo diabolizan, no hay nada nuevo, solo el bussines”, continúa. La diferencia, considera, está en la propagación, como pólvora, que tienen las canciones y los videos de reguetón a través de internet. Estamos en la sociedad de la inmediatez, “de la desaparición del miedo social al placer, la liberación de toda suerte de represiones (...) del centro comercial como metáfora practicable y definitiva del Paraíso”, como escribe José Antonio Marina en Las arquitecturas del deseo.
“Vamo a pegarno como animales”
Nuestro ojo sigue el recorrido de un Lamborghini blanco por curvas imposibles. Se estaciona en la entrada de una mansión. Sabemos que allí hasta lo más sencillo es caro. La caricia en la retina salta a una piscina llena de cuerpos de mujeres de piel divina, tiradas al sol. En el centro, el cantante, objeto del deseo de todas, de todos. “Si eres joven de un barrio quieres tener tanto éxito como los cantantes. Hay muchas mujeres que no cobran por aparecer en los videos, simplemente quieren estar ahí, lo esencial es valorizar al artista”, explica Saúl. Habría que establecer una relación entre el deseo por el dinero fácil, el poder, el estatus, el sexo y el machismo. Le pregunto si es una forma de mostrar la manera de vivir de los narcotraficantes, responde que no se podría afirmar, pero apunta que ahora en Medellín, nueva capital del reguetón, hay carteles no de droga sino de disqueras del género. Para hacer los videos de este ritmo se buscan los personajes, el ambiente, la luz, los cuadros, la historia. Un rato en Youtube confirma que los cantantes más conocidos (como J. Balvin, Maluma, Daddy Yankee, Farruko, Nicky Jam) salen en piezas de factura impecable, donde no pararán de aparecer carros lujosos, mujeres explotadas, mansiones y camas, con tomas aéreas y cuidadosos efectos de producción y postproducción. Brilla todo como el oro. Esta música, que engloba otros ritmos (el hip hop, el reggae, la bachata y el Caracas, 26 de junio de 2016.
merengue), se inició en Panamá producto de la influencia de música antillana que existía en ese país. Después se movió a Puerto Rico donde, incluso, le buscaron el nombre: reggae más algo grande es igual a “reggaetón”. “La letra de las canciones han cambiado mucho. Los cantantes principales entraron al sistema, que los absorbió: Daddy Yankee, Don Omar. Incluso, su vestimenta ahora es más elegante. La nueva temática es más romántica”, menos agresiva, podría afirmarse. Sin embargo, la historia sigue siendo la misma: un macho que se acuesta con todas y que discrimina a la mujer, que se derrite por él, sin muchos miramientos. “Los cantantes se valen del machismo porque no pueden alcanzar la seducción de una mujer con sus palabras, por eso las agreden, las presentan como sumisas a través de su discurso”, opina Saúl. ¿Inmadurez? “Es el hombre incitando a la mujer a ser bella según los cánones de la sociedad industrial, de los medios de comunicación”, agrega, y ahí está otro de los secretos: las mujeres son más sensibles al ritmo y la aceleración de pulsaciones que genera. El mercado es hábil. “Bailando reguetón es como si estuviera haciendo el amor”, le dijo una entrevistada durante su investigación. Otra le comentó que le crea sensaciones fuertes vestirse para el baile y otra más le dijo que le encanta el ritmo pero que detesta las letras. Contra todo pronóstico, Saúl explica que en este ritmo satánico “no puede haber seducción porque es muy rápido. A diferencia de un bolero, una salsa, un tango, donde la pareja puede hablar”. Concluye, entre otras cosas, que este ritmo es producto de la modernidad, ávida por satisfacer sus deseos al instante; para que luego surja otro y todo comience de nuevo. “¿Que quieren refutarme? Que escriban otro libro sobre el tema”. Y citando a Calle 13 dice: “Se vale to’”. Pues sí, habrá que dejar la pista de baile o la crítica amarga para hacerlo. Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
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MITOS
los hooligans y la década negra del fútbol inglés POR Ander de tejada @epaleccs ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
La década de los 80 fue la parte negra del fútbol inglés. Los hooligans ya no eran un fenómeno espontáneo y explosivo que manifestaba el amor al fútbol. Por esos entonces la guerra de aficionados se comenzó a organizar casi militarmente. Las bandas ya estaban bien conformadas y suponían una especie de empresa. Por eso, en los inicios de esta época, el hooliganismo no tuvo un choque directo con las políticas de Margaret Thatcher. Según algunos antropólogos, el movimiento hooligan y el gobierno se parecían ideológicamente. Así era, pues, el capitalismo popular: empresas de hombres dispuestos a acabar con lo que tuvieran enfrente para lograr sus objetivos. Incluso, tras la coñaza respectiva al equipo rival, cada barra o frente o escuadrón de la muerte dejaba una tarjeta de presentación, como si se tratara de un intercambio empresarial, que podía decir, por ejemplo: “Felicitaciones, acabas de conocer al Manchester United’’.
podido ser antes. Cada vez se veía más la simbología derechista en las actitudes de las barras. El problema, ahora, tenía dentro de sí un carácter nacionalista que, llevado al extremo, como siempre, solo condujo al fascismo. Lo interesante de los fascistas de ese tipo, de los movimientos de neonazismo abierto, es que no tienen escrúpulos cuando se trata de golpear a la gente distinta. Sin embargo, como resistencia, uno de los grupos de hooligans más temidos de Inglaterra era el de los zulús de Birmingham. Nacidos en una ciudad con una variedad cultural notoria, la patota estaba organizada por individuos blancos y negros, apasionados todos, capaces de intimidar a quien fuera, fundamentándose en otro tipo de camaradería: además del equipo, no importaba la raza. Su grito de guerra era el mismo de la tribu zulú, protagonistas de la guerra del mismo nombre, en el sur de África:“Los zulús van por ustedes’’.
En esa misma década se dio la exportación de hooligans. Las barras ya no se conformaban con el apoyo regional sino que ahora aspiraban al nacional, y todo el desastre que generalmente nacía, crecía y moría en las calles inglesas, después, se esparció, como una enfermedad, por toda Europa. El apoyo a la selección inglesa generaba caos en otros sitios. Pero los hooligans ya no eran solamente patrimonio inglés sino que también sus rivales futbolísticos tenían el escuadrón militar, organizado como el inglés, para darles la pelea.
El fin de los hooligans, a pesar de que todavía persisten, vino tras la tragedia de Heysel, Bruselas, en el año 1985. Tras una incapacidad de contener a los aficionados del Liverpool, quienes pasaron a la zona de la grada en donde se encontraban los fanáticos de la Juventus de Turín, ocurrió una avalancha humana que se llevó la vida de 39 personas e hirió alrededor de 600. Desde entonces, se aplicaron medidas extremas al problema de los hooligans. Ya no se ignoró y la misma Margaret Thatcher participó en el cambio: se eliminarían las gradas sin asientos, se pondría circuito cerrado de televisión y todo Es ahí, como indican algunos exhooligans, en un documental pro- aquel que incurriera en delitos asociados al fútbol se le encarcelaría tagonizado por el actor británico Danny Dyer, que el problema de y se le privaría del derecho —quizás el más grande derecho de un la violencia deportiva comenzó a ser más política de lo que hubiese hooligan— de asistir a los partidos de la liga nacional. Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
Caracas, 26 de junio de 2016.
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MIRADAS
Caracas es el poema HOY ARRANCA EL FESTIVAL MUNDIAL DE POESÍA. 13 AÑOS TRIBUTANDO LA PALABRA, 17 AÑOS RECIBIENDO PLOMO. QUEREMOS EXPLICARLEs A NUESTROS LECTORES POR QUÉ LA CIUDAD ALOJA A LOS CREADORES DEL PATIO Y DEL MUNDO Y CÓMO LE CANTAN SUS HABITANTES, con fascinación loca POR marlon zambrano • @marlonzambrano / fotografías michael mata
Caracas, 26 de junio de 2016.
Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
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Ciudad de las altivas torres ruidos de piedras y espinos brotan desde los hierros profundos. Santiago de León de Caracas. William Osuna “La pregunta es: ¿fue Rómulo Gallegos un gran narrador?”, asomó Nelson Guzmán sobre una mesa abarrotada de botellas vacías, como en los viejos tiempos, mientras al fondo resoplaba la alegría de la tarde, un miércoles de marchas, bachaqueo y bohemia. Nadie respondió. Esa misma mañana había aparecido vulnerada la tumba del autor de Doña Bárbara, que reposa entre los pasillos del Cementerio General del Sur, lo que generó otra agria polémica que se dirimió, como siempre, en los medios. “Fue un acto vandálico”, aclaró el alcalde Jorge Rodríguez antes de que tomara impulso la tesis de que se trató, como un escarceo a orillas del río Arauca, de la eterna confrontación entre la civilización y la barbarie (ergo, chavistas salvajes y opositores civilizados) que ya cobraba fuerza tras las declaraciones de la nieta de Gallegos y el escándalo que armó la Mesa de la Unidad. Mientras en el restaurante chino, frente a la Cancillería, los comensales arrasaban con las lumpias fritas y la costilla asada, Guzmán tomaba cada vez más la pinta del sospechoso que vuelve sobre sus pasos a recoger impresiones de su delito, como algunos reputados asesinos en serie, hasta que dijo algo afortunado que consagró la tarde, pero no le removió el halo siniestro de excavador de tumbas: “Venezuela es una gran escuela de poesía, porque aquí ser grande significa utilizar el cuerpo como experimentación”.
EN VENEZUELA TODOS roza la tierra ni está levitando: la poesía está enterrada como una raíz profunda. SOMOS POETAS: DESDE LOS POETAS La economía del verso A los lectores de esta revista en Estocolmo, Y LAS ABUELAS, donde se entregan los Nobel de Literatura, HASTA MINISTROS les interesará saber que mientras se perpe(AS), FISCALES, tra el aniquilamiento espiritual de Venezuela DIPUTADOS(AS), LA mediante una campaña bestial a través de las PRESIDENTA DEL corporaciones de la información, se desarrolla TRIBUNAL SUPREMO DE la edición número 13 del Festival Mundial de JUSTICIA, LA DEL CNE Y Poesía de Caracas, desde hoy y hasta el próximo sábado 2 de julio, con la intervención de TAREK 128 creadores nacionales y 48 del resto del — mundo, en el marco de una programación que involucra 475 actividades en los 23 estados y el Distrito Capital, que este año se realiza en conjunto con el 26to Festival Internacional de Poesía de Medellín.
ra vez la Cota Mil, escribir el canto a Caracas, como una causa que no da por perdida. “La ciudad los deja soñar a todos con lo que carecen, mientras crece su estructura coralina con los restos óseos de quienes la conquistan”.
Quién sabe si lo hace por experimentar, pero Víctor Bueno puede pasar por uno de los poetas expulsados de la ciudad por Platón al no encajar en ninguna causa práctica y parecer sospechoso siempre. “No duerme nunca la ciudad, nunca descansa de su labor de acumular coral, mientras algunos chicos ocasionan y obtienen la muerte violenta con un placer casi sexual y una resignación fatal”. Vive en la periferia, distraído en el barrio, pero no ha perdido la capacidad de absorber con pasión infantil las pinceladas coloridas de la ciudad que se bosqueja cada día ante sus ojos. Se propuso, desde el día en que atravesó por prime-
Parece ser, dicen los poetas del primer cuarto del siglo XXI, que Caracas bien merece un poema, o cien, pero no es ya un asunto de autores ascendidos, biorritmos turbados y voces de la otredad. Tampoco es cuestión del café del Ateneo o de la “República del Este”, nuestro “Barrio Latino” de Sabana Grande, con el poeta Quiaragua regalándole novias a Orlando Araujo, Adriano González León recitando y llorando en el Vecchio Mulino o el Chino Valera cazando amazonas en el Gato Pescador. Mucho menos es momento para bibliotecas mohosas, plazas altamiras, galpones sifrinos y librerías inmamables. La poesía está en la calle, palpitando en el tráfico de palabras, en el saludo y la despedida, en el martirio del caos y la mentada de madre, en el abrazo confraterno, en las fachadas rotas, en el sol apostillando los verdores del Waraira Repano, matizado por la coreografía vespertina de las guacamayas, en la marcha y en la cola, arriba en aquel cerro y abajo en el Metro, donde un vendedor de bolibombas, en un gesto castizo y audaz, le recita a una carajita brutalmente explotada: “Esas rolos de curvas y yo con este caucho espichao…”, y sigue ofreciendo sus chicles sabor a frutas. Ni
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Las cuentas son sencillas: 17 años recibiendo plomo, 13 años exhibiendo poesía. ¿Que la vaina está jodida? No hay duda, pero las tiranías se cierran a la disidencia y no les gusta el verso libre (ni la rima ni los sueños). Los poetas, a su vez, no le cantan a lo malo ni a lo hostil, los renglones le salen torcidos y, por lo general, le huyen al poder. En cambio, en Venezuela todos somos poetas: desde los poetas y las abuelas, hasta ministros(as), fiscales, diputados(as), la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, la del CNE, hasta el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, a quien, por cierto, homenajean en esta edición del festival junto al músico Francisco Pacheco. Un hecho sin precedentes en la historia: mientras la tradición ha demostrado que la política la hacen los políticos (para mal), en esta tierra de lirismo encendido los poetas se arriesgan demasiado y se pasan pa’l Gobierno. “Tú como filósofo lo sabes bien”, le dice el poeta José Quiaragua a Nelson Guzmán en tono de quinta ronda. “No hay que confiar en un hombre que sea el mismo permanentemente”. “Ninguna deuda externa, ningún riesgo-país puede superar lo que el Universo le adeuda a aquel muchacho oscuro que en una pensión de Santiago de Chile, a los 19 años, se sienta a escribir: ‘Puedo escribir los versos más tristes esta noche…’”, nos recuerda Ivonne Bordelois en un texto imprescindible: La palabra ame-
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El Chino Valera se coleó en la Casa de Gallegos, con Oficio Puro
Nelson Guzmán y José Quiaragua, poetas entre dos siglos
Geraldine Giménez, una fulana
nazada, el mejor título para un libro que habla se institucionalizó y comenzó a invadir los atajos crípticos de la burocracia. Un buen día, de poesía. cuenta Quiaragua, escuchó el rumor de un tintineo de enjambre por las inmediaciones de Poetas y poetos No fue, posiblemente, la explosión sorpresi- los ministerios: eran los poetas, que al tiempo va de algo sino un contínuum matizado por que estrenaban carnés imponían su hora loca. los tiempos que corren. De repente, la vieja Comenzó una frenética ola de publicaciones, guardia de la izquierda que ascendió al poder hallazgos, encuentros, apropiación y reivindiCaracas, 26 de junio de 2016.
cación de los miles de gestos olvidados de la esencia creadora del pueblo. Empezando con Chávez que resultó ser, además de un soldado devenido en salvador, un lector obseso y un promotor insaciable de la lectura. En taller de creación literaria permanente se declaran Los Criticarte: “estafa, estafa, tu Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
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irrumpen en la vía hace dos años y, como otros colectivos, han impuesto un ritmo vertiginoso a la creación itinerante, la difusión y el encuentro con la palabra en los espacios no convencionales. Parece que la ampolla reventó en 2009, cuando se acomete un atentado poético al Festival Mundial, pidiendo que la poesía baje de los pináculos a las comunidades. Eran Las Fulanas Esas, poetas que le cantan al Guarataro y a Aquiles Nazoa, quienes se internan en el barrio y asumen el quehacer poético como una posibilidad de intervención en las comunidades. Eso las hizo célebres, eso y, años después, el suicidio de Caneo Arguinzones, una joven y fugaz estrella que colapsó como buena aprendiz de Safo. Geraldine Giménez, otra fulana, no se atreve a hablar de una neovanguardia sino que “están dadas las condiciones para tomar las calles con la poesía, más allá de las críticas que se puedan hacer”. Ella, Deisa Tremarias y María José Escobar viven la calle, las asaltan en las camioneticas, proyectan levantar una editorial cartonera y forman a los chamitos bajo una visión dinámica y transdisciplinaria. “Queremos mantener el espíritu de lucha de Caneo”.
Los de La Mancha no creen en altares
amor es una estafa, como una empresa de maletín, 59 millones de te quiero, 59 millones de te amo, y fui estafado como el erario público, te chupaste las divisas de este corazón, raspaste la olla, me prometiste una lista y recibí la prórroga de un ahora fraudulento, me prometiste una lista y recibí ambigüedades, y es que la ambigüedad también se cree víctima política, te pareces al discurso patronal, hay empresarios que desean las divisas y no quieren producir, hay amantes Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
que desean corazones y no quieren amar…”, mientras suena de fondo un redoble de tumbadoras en la plaza El Venezolano, donde los viejitos bailan a ritmo de chachachá. Estos muchachos se suben a sus bicicletas, grafitean los muros de la ciudad, regalan versos y libros en los vagones del Metro y también son sacados de los espacios culturales, pero ellos se vuelven a meter. Eddy Meléndez, Luis José Lovera, Ariadne Alvarado, Alicia Hinojosa y Alejandro Indriago Caracas, 26 de junio de 2016.
Hay una necesidad de expresión “de espíritus libres y juveniles”, como dice el poeta Cristóbal Alva (Cristo), artífice de Oficio Puro. Ellos son la evidencia de que una vez ganadas las instituciones, la implosión creadora se vuelve urgencia. Hoy, en los espacios de la antigua casa de don Rómulo Gallegos en Altamira, que los alberga los jueves cada 15 días, circulan los poetas con una insistencia empalagosa, como adolescentes pidiendo beso. Así andan todos, en la ciudad más viva y ecléctica de que se tenga memoria. Se reúnen en las instituciones, en las plazas, en la calle, en la punta del cerro, en la cancha, algunas veces para hacer poesía, otras para organizar rutas, noches pictóricas, batidas conuqueras, ejercicios comunales, truequeando. Por lo general, no se pelan una marcha, andan en grupo o dispersos armando soliloquios, tomando la temperatura de las avenidas, voceando por la revolución.
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Tan fea la palabra peo
“¿Cómo que Cuando roza la tierra?”, se pregunta Oscar Sotillo, de La Mancha. “¿Tarek?”. Oscar es un rebelde incorregible, no se cala vainas de nadie y está en peo constante contra la injusticia. Los “manchados” llevan más de 13 años en la brega, escribiendo, radiando, editando, militando, un trabajo pionero en el marco del proceso político que vive el país. “La poesía en Venezuela es silvestre, viva, está en la calle, en la gente, y si la sociedad se está moviendo la poesía se está moviendo”. Janeth Rodríguez y Francisco Issa asienten, también son activistas del Colectivo Editorial junto a una lista inmensa y nutrida de expertos en todo y amantes de las causas imposibles. “A orillas del estadio no he almorzado / Dejarme mordisquear por el álgebra de los sueños / Nos llenamos de cosas que nos saquean el alma / No hablo de jaurías virtuales / En complicidad colectiva amanece la vida”, improvisan un cadáver exquisito y me lo pasan por correo, porque el territorio virtual es otro universo conquistado. Ahí han impuesto parte del ritmo huracanado con el que están masificando su producción (en tiempos de escasez de papel) y comunicando las buenas nuevas de un tiempo convulso y restaurador. Están preparando su propia cumbre para agosto: el festival de poesía realenga, con un manifiesto común por la paz y el optimismo. “Por algo Gustavo Pereira le dijo a José Vicente Rangel que a él la poesía no le había servido para sustraerse del mundo, sino para sumergirse en él”, dice Luis José Lovera, de Criticarte, quienes apuntan sus blasones hacia la edición Criticarte: poetas de a pedal de una publicación plegable y su fanzine. Todos son invitados y activistas permaCristo, quien en el marco del festival bautiza- nentes del Festival, de las ferias de libros, rá su esperado poemario Mosaicos del viento, de los encuentros y las improvisaciones. Se editado por Monte Ávila Editores, es cauto: han apoderado, pacíficamente, de la Cara“En general hay una fuerte impronta del mo- cas patrimonial, la recuperada, la formal, mento político, pero prevalece el interés por la informal, la maleva, la ambulante, la hacer un buen trabajo literario. El proceso quieta, la de arriba y la de abajo. Son parte político deja su legado en algunas inquietudes, del mobiliario de Café con Letras, El Tepero los temas de creación refieren a las gran- cho de la Ballena, La Casa de las Primeras des aspiraciones del ser contemporáneo en un Letras, Tiuna El Fuerte, El Eje del Buen Visentido amplio, universal”. vir, La Casa de Bello, los chinos del centro, Caracas, 26 de junio de 2016.
los auditorios del aparato burocrático. Por andar vibrando también andan inquietos, siempre inconformes, como corresponde a todo revolucionario, pero también andan haciendo muchas cosas con casi nada y como pocos. Ellos (y tú, y nosotros) son el testimonio vivo de que si hay una materia prima inagotable en Venezuela es la palabra; además, es gratis, no es acaparable y, por sobre todas las cosas, se da en abundancia. Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
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CRÓNICAS OFICINESCAS
Carretera POR REINALDO ITURRIZA @REINALDOI ILUSTRACIÓN FRANKLIN ALVIÁREZ
Agarrar carretera bien temprano, cien kilómetros por hora, que del apuro solo queda el cansancio, vamos a pararnos en aquel ranchito a ver cómo sabe este café, ¡uf!, calientico, descubrir las distintas versiones de desayuno criollo, el banquito de madera o la sillita de plástico, ¿no tiene mantequilla, señora? Papelón con limón, ese mismo es.
cuando creíamos haber llegado a nuestro destino, descubrimos que estábamos en Valera. Otra noche, rumbo a Amazonas, debimos parar en San Fernando de Apure. Nos alojamos en un hotel de mala muerte, de esos que en Puerto La Cruz llevan por nombre Venus, Júpiter o Saturno. Un aire acondicionado que apenas echaba aire, y mucho menos enfriaba, un colchón deforme, un veterano de esos que uno se imagina héroe de mil batallas, de esos que ha soportado de buena gana todas las cargas porque en el amor, como en la guerra, todo se vale. Todo bien, incluso la almohada que parecía rellena de estopa, hasta que intenté conciliar el sueño. Entonces, entendí por qué algún huésped garabateó en el papel ese que pegan en las puertas de las habitaciones con la información de los servicios que presta el hotel, “Las chiripas son gratis”.
Era fácil saber cuándo Hugo estaba despechado porque iba y se lanzaba una retahíla de emepetrés del tipo chatarritas, o baladas más bien contemporáneas, de esas que le cantan al amor perdido o al amor nunca encontrado. Será de tanto cantar tan mal y repetir tantos lugares comunes. Lo peor es que se las sabía. Uno lo dejaba escuchando su cosa, hasta que ya estaba bueno y había que tomar medidas para que todo volviera a la normalidad. Entonces Maiker ponía uno de Eddie Santiago y eso sí es música, damas y caballeros. A veces me llevaba unos de Palmieri para alternar, pero A la mañana siguiente, de nuevo: poco a poco, el café, el tarantín, también porque es importante culturizarse, no vaya a ser que tú no el desayuno, la conversación casual, las sonrisas. hayas escuchado a ese monstruo y no sepas nada de nada. Más allá de todo chauvinismo, Venezuela es esa hermosura que Tantas historias. Por ejemplo: andando con los muchachos se nos revela cuando uno baja los vidrios y presta atención. Es ese aprendí a desconfiar profundamente de los gepeese. Uno de esos aroma a país real que lo impregna todo cuando el carro se para, aparatos nos tuvo recorriendo los confines del estado mientras uno abre la puerta, pone los pies sobre la tierra, toma aire, estira buscábamos la ciudad de Trujillo. Bien entrada la madrugada, los brazos. Cómo no amarla. Dígalo ahí, Hugo.
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BOLEROS QUE CURAN EL ALMA
“La vida es un sueño”… el bolero de Arsenio POR Humberto Márquez @EPALECCS ILUSTRACIÓN Julietnys Rodríguez @julietnys
La primera vez que uno escucha Después que uno vive 20 desengaños qué importa uno más… se activa el personalizador de situaciones sentimentales y uno termina pensando: “Que es una raya más pa’ un tigre”. Y si el bolero sigue diciendo hay que vivir un momento feliz, hay que gozar lo que puedas gozar, porque sacando la cuenta, en total, la vida es un sueño. ¿Para qué más? Ahora bien, no todos los boleros dicen lo que son ni sus inspiraciones son lo que parecieran ser. En Cuba, el hijo de Luis Marquetti me contaba que su padre nunca estuvo en un cabaré ni fue infiel y escribió “Plazos traicioneros”; o “Tú me acostumbraste”, de Frank Domínguez, fue dedicado a un hombre porque era gay. El caso de Arsenio Rodríguez es más triste todavía, por su invidencia. Max Salazar cuenta en Herencia Latina: “La inspiración ocurrió en 1947 en Nueva York, en un examen de sus ojos con el Dr. Ramón Castroviejo, de los primeros en desarrollar trasplante de córnea. Miguelito Valdés le habló de Castroviejo, grabando en el Centro Hispánico de la Música. Según Mario Bauzá, Miguelito tenía conocimiento de una operación exitosa, en la que el doctor restauró la vista a una persona. Por tal razón Miguel nos solicitó a Macho, a Federico Pagani y a mí promover un baile, llamado El Rayo de Luz, para recoger fondos en el Hotel Diplomático con las bandas de Machito, Marcelino Guerra, Miguelito Valdés, Chano Pozo, Olga Guillot, Graciela, Daniel Santos y Xavier Cugat”. El día de la verdad Chano, Miguelito, Olga Guillot y su hermano Raúl acompañaron a Arsenio a lo de Castroviejo, el examen demoró minutos y les dijo: “Por el momento es nada lo que puedo hacer para restaurarle la vista. El paso final en este tipo de operación es el trasplante de córnea, la cual está conectada con el nervio óptico. Su nervio está muerto”. Arsenio y sus amigos regresaron al apartamento de Mariana. Arsenio se tiró en la cama y tomó una siesta. Media hora después, Raúl oyó la voz de Arsenio: “Raúl… ven acá… trae papel y lápiz”. Raúl entró al cuarto, se sentó en el borde de la cama y Arsenio le dio instrucciones para escribir el bolero. Hay muchas versiones. Recomiendo la de Willie Torres del disco Pachanga at the Caravana Club con Charlie Palmieri y su charanga La Duboney. La de Ismael Miranda y Jerry Rivas en un solar le ronca el mambo, la de Rosalía Montalvo en el disco Cumbanchando con Arsenio. La de Benny Moré solo y con Pedro Vargas. Bienvenido Granda con la Sonora Matancera y la de Watussi, para cerrar. Banquete dominguero, pues. ¡Salud! Caracas, 26 de junio de 2016.
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SOBERANÍAS SEXUALES
Los nuestros POR Naile Manjarrés @erchos ILUSTRACIÓN jessica mena
Miércoles de marcha, de esas pacíficas, donde golpean a policías, por las que pasáis y sabéis: habrá verguero, una microguarimba o se propagará, como herpes digital, el rumor de un saqueo. Cierran las estaciones del Metro desde Plaza Venezuela a Chacao, toca caminar. Son tiempos de definiciones y yo, que siempre preferí estar sola que mal acompañada, agradezco a quien cuida y satisface la retaguardia: el compañero. Compañero... ¿con qué se come eso? Tener precisado el concepto e irlo modelando, cual escultura, de acuerdo a la coyuntura es imprescindible para no perder energías ni tiempo. Si hacemos una fugaz búsqueda del término, compañero es quien comparte con otrx la estancia, un trabajo, la práctica de un deporte, ideas políticas o que pertenece al mismo partido o asociación sindical. Ahí, un concepto bonito, gremial, pero ¿suficiente? Dejó de serlo tiempo atrás, cuando una psicóloga me interpeló durante un despecho: “¿Si fueras hombre, quisieras ser como él?”. Seas o no feminista, si miráis a tu lado, a quien te lleva de la mano y tu respuesta ante esa interrogante es un NO tajante, bien podéis ir redireccionando la pelvis y la vista a otros personajes. En la práctica, resulta que el compañero no solo sabe hacer arepas, también es figura paterna y materna de sus dos hijas Victoria y Valeria y se sometió a una vasectomía para no poner en riesgo con otro embarazo a mi hermana, su compañera. El compañero no censura tu cadencia. Es ese del que mi tía dice: “No nos daban ni un año casados porque yo parecía loca y el muy centrado. Pero en 20 años jamás me ha insultado”. Ese, curiosamente, no marcha ni escribe, tampoco cocina, pero lava las pantaletas con frenazos de sangre de su novia mientras ayuda a su hijo Aarón a hacer las tareas. Ese, sin tarima ni rating, me enseñó de conviviencia. Ese, si ya tiró la toalla y no lava, te presta la batea. Te alienta cuando te devora la tristeza. Te sube en una montaña rusa para que vueles, sueñes, despiertes y te repite: “Eres necesaria. Recupera tu amor por la vida, es urgente". Ese no escrutina tu deseo como si fuera una patología. Ha intimado con cantidad y calidad de felinas en distintos continentes, pero te mira como si saliera luz de tu mente y tu vagina. Ese recupera espacios y los llena, no como masilla sino con energía creadora, chavista. Ese aún no sabe que lo respetan, está muy ocupado respetando y admirando la belleza. Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
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ENTREVISTA
el monje de Jesuitas eN LA ESQUINA de JESUITAS HAY UNA CASA EN DONDE TODOS VIVEN DIFERENTE AL CARAQUEÑO PROMEDIO. EL MONJE DE ESTA CASA NOS CUENTA SU HISTORIA BIEN ENTERRADA EN LAS TIERRAS DEL SUR POR ANDER DE TEJADA• @epaleccs / Fotografías ENRIQUE HERNÁNDEZ
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Jamás habíamos entrado a ese lugar. Decidimos ir sin pensarlo mucho. Subimos por el bulevar Panteón, adornado con la gente de las instituciones que sale a almorzar y, tras una cuadra de conversación, paramos en una casa, en la esquina de Jesuitas. En su fachada, casi que obstaculizando graciosamente la puerta, algunos miembros del sitio estaban vendiendo sus productos: libros, jugos, hamburguesas y shawarmas vegetarianos. Tengo amigos que han comprado y siempre los han halagado. En verdad, más que su increíble sabor, ya que no hay hamburguesa llena de sabor que por dentro no tenga un tolete jugoso de carne, lo increíble es el precio. No pregunté porque no me tocaba el pichón, pero hace tres meses costaban 300 bolívares. Estábamos en la casa Vrinda, lugar donde se congrega un grupo de hare krishnas. De donde provienen, generalmente, los tres o cuatro hombres que se ven en los suelos del centro de Caracas tocando su música y promocionando sus libros. Nos recibió un señor alto, con el pelo rapado y con su ropa típica de la India. Es el director de la casa. Parecía un hombre triste o no muy entusiasta, si acaso. Quizás, a final de cuentas, fuera un tímido más, cosa que no es reprochable, y mucho menos si lo reprocha otro tímido como yo. Digo esto porque lo vi sonreír pocas veces, pero las tres fueron por algún detonante similar. La primera fue cuando le pregunté por alguna experiencia gratificante en sus años de labor. La segunda fue cuando, en medio de las fotos, nos acercamos a un jardín interno y un señor, frecuentador de la casa, se burló de sus poses. La tercera fue cuando subimos unas escaleras apretadas y dimos con un salón cubierto por una alfombra que no se pisa, a menos que sean pies sin zapatos, y vio a los miembros más jóvenes de su casa tocando canciones religiosas. La historia de hoy es la historia de este señor. Cuando me dijo el nombre no entendí nada. “Pero si me habla como argentino”, pensé. Después recordé que los hare krishnas, aunque hayan nacido en Barlovento o sean suecos de pies a cabeza, terminan usando sus nombres indios. Él se llama Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
“Nos quedábamos en casas de familia. recuerdo que el primer día que llegué a Caracas conocí gente tan chévere que pensé que debíamos tener un centro aquí. Con uno de mis compañeros decidimos ahorrar para comprar un templo en Caracas” — Thakur Das. Nació en Rosario, Argentina, y llevó una vida sin altibajos, bastante apegada a la institucionalidad, a lo que se conoce en la sociedad burguesa como normal u óptima. Creció en su casa, fue al colegio, después asistió a una universidad y se graduó de abogado. Después trabajó por muchos años en una empresa de turismo, cosa que le dio estabilidad económica y le permitió viajar por muchos sitios del mundo. Era un ejemplo, en carne y hueso, de la buena vida de la clase media alta con suerte. Después lo abandonó todo en un ejercicio de desapego propio de los más valientes. Se olvidó del pasado, de la seguridad y decidió intentar otra cosa.
a leer más los libros. Como un año después visité unas comunidades en la Sierra Nevada de Colombia, me quedé una semana y a partir de ahí empezó el cambio más radical. Decidí dejar mi trabajo y probar un año con mi nueva vida. —¿Te afectó ese cambio radical del que hablas?
-Al principio, claro. Fue gradual, porque uno está acostumbrado a cierta comodidad e independencia y elegir la vida de misionero o de monje, en cierto modo, es un cambio fuerte. Ha sido una vida mucho más simple pero mucho más satisfactoria. Uno conoce gente muy linda y la experiencia de compartir es muy alegre. Es como se dice por ahí: una vida simple pero con pensamiento elevado. —¿Cómo llegaste a Caracas?
—Nosotros viajábamos entre Argentina y Colombia, que es donde está la mayor cantidad de nuestros centros. Resulta que yo nunca había venido a Venezuela. Era un país que no conocía, y hace cuatro años atrás un amigo me dijo que debíamos venir a predicar a Venezuela. Entonces, lo hicimos para dar una gira, sin conocer nada. Nos quedábamos en casas de familia. Recuerdo que el primer día que llegué a Caracas conocí gente tan chévere que pensé que debíamos tener un centro aquí. Con uno de mis compañeros decidimos ahorrar para comprar un templo en Caracas. A partir de ahí estuvimos como tres años ahorrando, con la ayuda de amigos, de las iglesias de —Soy un monje de Argentina. Pasé como otros países, hasta que pudimos encontrar 20 años conociendo la cultura del yoga y esta casa tan especial. la meditación. Soy abogado de profesión, pero en los últimos años comencé a sentir —¿Y visitaron toda América que materialmente estaba muy bien, sí, pero Latina? que tenía una carencia. Faltaba algo que le —Casi toda, salvo algunos países de Centro diera sentido a todo, entonces empecé a via- América. jar por distintas partes del mundo y dentro de esa búsqueda empecé con la práctica del —¿Y en otra parte yoga, con un profesor muy viejito, como del mundo? de 85 años. Desde las primeras veces que —En la India tenemos centros. Estuve allá fui sentí que era una disciplina que le daba hace como seis años estudiando filosofía, respuestas a mis necesidades internas. Me meditación. La India es un país muy místidio calma, me dio serenidad. Gradualmente co. Es una cultura muy distinta. Claro, hoy empecé una etapa de cambios: me hice ve- en día la India está muy influenciada por la getariano, empecé a visitar centros de yoga, cultura occidental, a través de la televisión, Caracas, 26 de junio de 2016.
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La música de sus amigos, una de las cosas que hizo reír a Thakur
de las películas; pero igual todavía tiene un legado cultural muy grande, especialmente en ciudades chicas en donde están los templos. Realmente se vive la espiritualidad de una manera muy inspiradora. —¿Alguna experiencia gratificante que te haya sucedido en esos viajes?...
Fue la primera vez que se rio. “Por fin”, pensé. Él miró hacia arriba y se puso a rememorar. Dijo que hay muchas historias, pero decidió contarme una reciente: “Hace poco sacamos un libro que se llama Mensajero de amor, que lo fuimos trabajando de noche. Prácticamente fueron seis meses acostándonos a eso de la una, dos de la mañana para poder trabajar en el libro. Resulta que salió y la primera semana llega una señora, con el libro en la mano, y nos dice que quiere agradecernos porque “estaba en una situación muy difícil en mi vida. Estaba pensando en terminar con ella, pero me llegó este libro a las manos y en ese momento hubo un cambio”. Hoy en día sigue viniendo y hace yoga y meditación. En el jardín interno de la casa, decorada al estilo indio Caracas, 26 de junio de 2016.
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Desde la Raíz
Deshojar Caracas (II): Construcción para la Educación Por Dulce Medina @ccsdesdelaraiz
Las edificaciones educativas no necesariamente acompañan los orígenes de la ciudad. En testimonios, que datan de comienzos de 1800, se relata que para finales del siglo XVII se contaba con un colegio, a cargo de la Iglesia. Posteriormente, entre 1725 y 1727, se instala la primera universidad, quedando anexa al edificio del colegio. En un primer momento se ubicaba en los espacios del Seminario de Santa Rosa, en la
esquina suroeste de la Plaza Mayor (hoy Plaza Bolívar), de los que actualmente se conserva la Capilla Santa Rosa. Con el tiempo la universidad fue trasladada al Convento de San Francisco. No existen documentos gráficos que muestren los espacios del colegio y la universidad en sus primeros años. Sin embargo, la imagen que ha perdurado en el tiempo es la simbólica fachada de la universidad, ya trasladada al Templo de San Francisco, tras la remodelación impulsada por Guzmán Blanco, quien encargó la obra al arquitecto Juan Hurtado Manrique. Del siglo XIX se conservan pocas edificaciones educativas y el Palacio de Las Academias (antigua universidad). Es en 1900 cuando se intensifica la construcción de espacios educativos. En el censo de patrimonio, levantado por el Instituto de Patrimonio Cultural para el año 2009, Caracas cuenta con más de 80 instituciones educativas, entre escuelas, colegios, institutos y universidades, declaradas patrimonio. La mayoría de ellas construidas entre 1930 y 1970 de la mano de reconocidos arquitectos como Luis Malaussena, Carlos Guinand, Tomás José Sanabria y Carlos Raúl Villanueva, entre otros. Queremos a continuación recorrer algunos de estos espacios que, de seguro, muchos conocen sin saber su valor arquitectónico y urbano.
Parroquia El Paraíso 1930 Sede del Instituto Universitario de Tecnología Industrial, antigua sede de la Fundación Venezolana de las Ciencias Naturales. Arquitecto: Carlos Guinand 1933 Unidad Educativa Edoardo Crema, antiguo Hipódromo de El Paraíso. Ingeniero André Potel bajo las directrices del arquitecto Carlos Raúl Villanueva 1935 Antiguo Liceo Caracas, primera sede del Instituto Pedagógico de Caracas. Arquitecto: Cipriano Domínguez
Parroquia Santa Teresa 1939
Grupo Escolar Francisco Pimentel. Arquitecto: Carlos Raúl Villanueva
Parroquia Santa Rosalía 1939
FOTO MICHAEL MATA
Unidad Escolar Gran Colombia. Arquitecto: Carlos Raúl Villanueva
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ruta y tiempos de los espacios para la educación
Desde la simbólica fachada de la primera universidad de Caracas, que ilustra los títulos de la UCV, hasta las obras modernas del siglo XX podemos ver decenas de construcciones emblemáticas que conforman, en su conjunto, la infraestructura educativa de nuestra ciudad. No vamos a entrar en detalles de lo que fueron, y son, las políticas educativas ni la brecha enorme que hay entre lo que significó en la Cuarta la “educación gratuita”, como una migaja para el pueblo, que en su momento se fue desmantelando para pasar a un modelo educativo privado, y lo que es la educación gratuita en Revolución, consagrada como un verdadero derecho que, entre otras cosas, ha garantizado los mayores índices de escolaridad de nuestra historia. En este espacio solo queremos mostrar la representativa arquitectura, incluso de valor patrimonial, de corte educativo, que muchas veces pasa desapercibida en nuetra dinámica cotidiana.
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GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
o ir e sg bl de e la rie u e u p p s A Im Se
Los golfeados de La Guaira
Calidad Ambiente
POR reinaldo gonzález d. @odlanierØØ FOTOGRAFÍAs enrique hernández
Atención
El francés Brillat-Savarin, gastrónomo y filósofo del buen comer, consideraba que una comida sin queso es como una bella mujer sin un ojo. Una variante local y más específica advierte que un golfeado sin queso es como Ogleidis “La Niña” Suárez sin un ojo… Las horas previas a la Batalla de Campeonas, realizada el pasado sábado 18 de junio en el Domo José María Vargas de La Guaira, fue el momento propicio para comer uno, dos y hasta tres golfeados con queso, entre tres, en El Paraíso de los Golfeados, ubicado en la avenida Intercomunal de Macuto, antes de llegar a la bajada de El Playón.
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El Paraiso de los Golfeados
La idea de un golfeado de calidad tiene implícita la colocación de un consistente pedazo de queso de mano o telita sobre la caracola esponjosa y acaramelada que surge de meter al horno los cortes de un rollete de masa de harina de trigo, levadura, mantequilla, azúcar, papelón rallado, huevos y un toque de sal como principales ingredientes. Es muy importante que el queso sea fresco y no haya sido previamente refrigerado. La nevera es el más insolente de sus enemigos (los del queso). “Hay quesos artesanales y quesos industriales que imitan estilos y presentaciones foráneas, pero los quesos frescos venezolanos son únicos, inigualables, tienen corta vida porque son hechos para consumo inmediato y saboreados en su momento son magníficos exponentes de lo mejor de la gastronomía nacional”, dice Miro Popic en su obra Comer en Venezuela.
Horarios
De lunes a domingo De 6:30 am a 10:00 pm Precios
Golfeado solo: 400 Golfeado con queso: 600 FORMAS DE PAGO:
✓ Efectivo Cesta Ticket
✓ Débito Crédito
En El Paraíso de los Golfeados la clave está en la mezcla de lo dulce y esponjoso del golfeado y lo salado y jugoso del queso. Por ello, forma parte de mi personalísima Ruta del Golfeado que, además, incluye a Pan 900 (bulevar de Sabana Grande), El Rey de los Golfeados (Km 18 de El Junquito) y Los Golfeados de Los Teques, que está en Carrizal (no deben confundirse con Los Golfeados de Los Cerritos, que sí están en Los Teques pero son paliduchos y nada esponjosos).
¿Que algunos son capaces de comer golfeados con un queso frío y, por tanto, carente de la frescura sugerida? ¿Que otros poco repa- los piden sin queso por motivos de salud Al final del día, Ogleidis propinó un nocaut ran en que el queso empleado sea duro y ra- u otras razones fútiles? Para ustedes no es fulminante y conservó sus dos ojos y toda su humanidad. llado? ¿Que incluso hay seres humanos que este escrito. Caracas, 26 de junio de 2016.
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crítica y media
La Trama Cotidiana
tras el discurso
La punta del iceberg Estábamos esperando que pasaran los minutos restantes para darle entrada al público, un tipo de barba, que seguramente era (o es) propietario de una pequeña cuota de poder, le dio entrada previa a una pareja. El tipo de barba los alojó en unos puestos no del todo buenos. Al lado mío había un técnico de luces que amigablemente le advirtió que si venía alguna gente de protocolo los iban a sacar, que mejor los hiciera esperar en la puerta. La cosa fue como una ofensa: “¿Quééé? ¿Quiééén?”. El tipo de barba era el retrato perfecto de la indignación. El técnico le informa que el día anterior habían sacado a la esposa del director. “¡Pues que venga y me lo diga a mí!”. Realmente provocaba susto la actitud. Yo miraba el suceso con la certeza absoluta de que semejante despropósito era superior a cualquier cosa que luego se vería en el escenario. Es decir, tuve un mal presagio, porque lo que luego se vería en el escenario era la pieza que yo estaba proponiendo como director y escritor: La punta del iceberg. Hay que decir que tanto la actriz (Valentina Garrido) como los dos actores (Leonardo Aldana y Horacio Méndez) resuelven a cabalidad sus personajes y, además, logran una relación de empatía con el público que permite que se desentrañe la intencionalidad actoral y la función de
los personajes. La proposición y uso de cajas de cartón vacías como dispositivo escenográfico y, al mismo tiempo, como metáfora significativa funciona a cabalidad. De hecho, le proporciona cierta vitalidad a la puesta en escena. No puede decirse lo mismo de la luz: no terminó de dar con las claves de la proposición escénica. Seguramente, dada la experiencia y calidad del diseñador de luces (Víctor Villavicencio) no hubo suficiente trabajo del director en este sentido. Sin embargo, no puede achacársele a la iluminación cierta disfuncionalidad que sufre el espectáculo sobre, todo a partir del segundo acto. Hay un momento en que la representación se pone pesada, uno lo siente en el público, que ha venido participando activa y positivamente durante la primera mitad. Luego se percibe un alejamiento que se mantiene hasta la cuarta parte, cuando parece recuperarse la atención y relación entre público y espectáculo. Mucha gente dice que todo esto es aprehensión del director, que está bien como está. Sin embargo, las próximas funciones tendrán a un público diferente frente a una puesta modificada. Esa es parte de la maravilla del teatro. Por Rodolfo Porras
secreto "revelado". La distorsión que hace el cine de la historia, digamos, es un "subgénero" que posee una recurrencia febril en la cinematografía occidental. Esta dudosa veracidad histórica no se circunscribe al cine de ficción, el cine documental arroja no pocos dislates en este respecto. A lo interno del "subgénero" el cine bélico es fuente inagotable de desinformación, resaltando aquella donde la heroicidad de Occidente se adorna con letras mayúsculas en detrimento del papel que jugó el Éjercito Rojo durante la II Guerra Mundial. Así, El código enigma (The imitation game, Reino Unido-EEUU, 2014), filme que fue galardonado con un Oscar por su guión adaptado, relata la revelación de un top secret: las vicisitudes de Alan Turing en la fabricación de una máquina que ayudara a descifrar Enigma, sofisticado aparato alemán que cifraba los mensajes del Éjercito nazi. No es difícil advertir que Turing logra su objetivo: descifrar lo indescifrable y así contribuir, de "forma decisiva", a ganar la guerra en toda Europa. La particular característica de ser un ultrasecreto recientemente revelado, no solo le provee de un halo de "irrefutable" veracidad sino que arroja a la papelera parte fundamental de la historia de esa conflagración global. Además, toda esta tesis se antoja justificada —y está velada— por una historia de intolerancia e injusticia: después de la guerra Turing fue condenado por indecencia (era homosexual en un país donde dicha condición era ilegal hasta 1967) y se le sometió a una atroz castración química. El hombre que hizo posible el triunfo aliado fue sometido al escarnio: marquesina lacrimógena que cataliza el fraude histórico. Suponer que la aparición de esta película en los actuales momentos, donde se fragua a pulso una nueva guerra fría, es casualidad constituye un candor inadmisible. El objeto, como siempre, es hacer preeminente a Occidente sobre Oriente. Por supuesto, para defenestrar de la historia los 27 millones de víctimas de la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial y la conquista de Berlín por parte del Éjercito Rojo (ganador del conflicto en Europa) hará falta mucho más que un happy end. Rodolfo Castillo @magodemontreuil
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minicrónicas
mi compañera grabadora Si mi grabadora hablara les diría tantas cosas, relataría todas las hazañas que hemos vivido juntos, la proeza de entrevistar una gran cantidad de personas, extensas conversaciones y breves testimonios. Con ella me enamoré del periodismo, descubrimos juntos la razón del oficio, las calles y nos enfermamos con su realidad; desde ese momento ya no hemos salido de ese círculo vicioso. Recuerdo que fue un regalo de mi padre en diciembre del año 2010 y la estrené entrevistando a diferentes músicos para un programa de rock —Corriente rock— que transmitíamos en una emisora comunitaria de San Francisco de Asís. Jamás pensamos que lo que estábamos haciendo era periodismo. Y el tiempo fue siguiendo, las circunstancias cambiando. Por cosas del destino llegué a trabajar en una canal de televisión del estado Aragua y el periodismo se empeñó en mí y me enseñó sus bondades, y mi compañera grabadora fue testigo de ese momento; alguien me dijo: “Jamás saques la grabadora del bolso, siempre llévala contigo”, y así ha sido. Hoy mi grabadora ya no luce como cuando me la regalaron, el tiempo es inclemente. Pero ella es el ejemplo de una vida intensa, de mil aventuras. Es el reflejo de la madurez y la pasión por escuchar y relatar las historias de los demás.
FOTO ENRIQUE HERNÁNDEZ
Podrán venir otras grabadoras, celulares inteligentes y miles de aparatos más, pero ella es mi compañera del camino, siempre te recordaré, contigo me inicié en el periodismo y allí vamos. Gracias, mil veces gracias… Por Emilio Pino Salinas
Caracas, 26 de junio de 2016.
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LOS ÁRBOLES POR INDIRA CARPIO @indira_carpio
MIEDO
De Andrea Cote (Colombia)
Ese transformar de los árboles en muebles, ¿no es un suplicio monstruoso? El árbol, hecho leña, va a concluirse más pronto, pero antes sentirá flamear su espíritu en las lenguas inquietas de la llama y en las estrellitas de las chispas; saciará su afán de ascención y de cielo subiendo hecho humo, hecho nube, él, que siempre estiraba la verde cabeza de su copa a
Por Juana de Ibarbourou (Uruguay)
¿DÓNDE ESTÁN LOS HOMBRES? De Deisa Tremarias (Venezuela)
Si mi padre fuese una tórtola, y me viese llorando bajo este árbol [hueco, como quien visita un charco para [remojar las patas de un implacable déjà vu, le preguntaría: Padre, ¿dónde están los hombres?
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MANDRÁGORA
De Paola Muñoz (Venezuela)
El hombre sembró al hombre. Pecho LUGARES COMUNES [abierto. De Yurimia Boscán (Venezuela) Sostuvo bien las raíces. Levantó piel y [costillas. Dio muerte al músculo. La casa es un camino El niño duerme en la tierra. Cuerpo [cerrado. Se teje una corona de oro largo [verde y rojo. que se detiene en la puerta de un horno El hechizo lo lleva en su cuello, su [ponzoña es veneno azul, cuando mata grande [cierra los ojos. No tocar, no y se consume en llamas de un fuego tocar al chiquillo, advierten, no comerle [la cabeza. Usted tome de la otra planta, lento [abra brecha que uno y aprisiona a fuerza de golpes sólo puede sembrar al hombre. Déjelo, [déjelo y esté atento a sus luces. hondos
Caracas, 26 de junio de 2016.
POEMA
Madre, recógeme el sonido de la lluvia en el [tejado del abuelo cuéntame de las noches en que descubrí [la sed por los acantilados y de cómo desprendiste el fuego de la luz para permitirnos en encuentro con [nuestros primeros demonios Recuerda nuestra estancia eterna en los [rincones de la casa cuando aún llovían tardes grises en la [arena y la lluvia mohosa venía con abril y todavía no tenía miedo.
las nubes. Pero, convertido en mueble, no es más que una momia, la forma más horrible de perdurar. Recorro las habitaciones de mi casa y pienso: —¿Cuántos árboles habrán talado para que yo tenga todo esto? ¿Qué selvas enormes se han abatido para amueblar todas las casas del mundo? Me lleno de tristeza pensando en el duelo del rocío, de los pájaros y del viento. Y me lleno de angustia imaginando el dolor de los heridos, de los troncos mutilados, de todas las selvas de la Tierra caídas bajo las hachas brillantes de los leñadores. Esta madera ahora inmóvil y muda, ¡cómo habrá susurrado y florecido en un tiempo!
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crónicas
Manual del Levante (ix) DE PEDRO CHACín / ilustraciones franklin alviárez
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32 Cómo levantarse a una feminista
En realidad, no creo que haya nadie interesado en levantarse una feminista, un sector totalmente old fashion del universo femenino. Sin embargo, como las conocemos y sabemos que nos han dedicado furiosos comentarios por este Manual del levante, las incluimos en la serie para que no nos tilden de segregacionistas, aunque un amigo me dijo, luego de leer el original, que estaba Edición Número Ciento ochenta y cuatro. Año 04. ÉPALE CCS
arriesgando la vida. “Total —le contesté—, cuerpo, no se cuidan absolutamente nada. yo siempre he querido ser corresponsal de Como consecuencia, por lo general, están guerra”. Aquí vamos. rellenitas, a mi juicio, causa fundamental de cierta amargura que las acompaña perennemente. Otra consecuencia de esa manera Cómo “rellena” de andar por el mundo es que casi reconocerlas Las feministas son el grupo de mujeres más ningún hombre les para y, por consiguiente, fáciles de reconocer, ya que, como quieren se dedican a odiarlos. Contradictoriamente, que se les valore por su intelecto y no por su casi todas están casadas, invariablemente, Caracas, 26 de junio de 2016.
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de roer. Una amiga mía dice que las feministas se parecen a la bandera de los Estados Unidos: las han clavado hasta en la Luna. En otras palabras, tienen completo el álbum de su vida. A lo sumo, les faltará un par de barajitas, que nadie consigue hasta que se muere.
con un “sometido”. Usted sabe, cada día sale un pendejo a la calle, y si lo agarra una feminista es de ella. Sin embargo, el sello de identidad más característico de una feminista es su vestimenta: muy frecuentemente se envuelven en gigantescas batas guajiras de vistosos estampados, costumbre que ha hecho millonarios a los fabricantes de este tipo de atuendos, ya que cada bata necesita por lo menos 30 metros de tela para confeccionarla. Además, calzan siempre unas chancleticas de cuero y usan un bolsito tipo nido de arrendajo en tres colores. Son tan peculiares cuando salen ataviadas con este, su uniforme de guerra, que no dejan de recordarme a Ignatius Reilly, el héroe simpar del libro La conjura de los necios.
Pero existe una brecha en la monolítica convicción de las feministas: les encanta un gafo. Es decir, un hombre que lave, planche, cocine y hasta preste la batea. El idiota perfecto, pues.
Cuando prescinden del atuendo descrito, se las puede identificar por ausencia de maquillaje y el pelo largo con permanente. Algunas veces usan solo un discreto delineador en el párpado inferior. Vaya a saber usted por qué lo usan solo abajo. Estimo que debe ser algún código secreto del movimiento. Pero ojo: las ecológicas vegetarianas —que les prometo para una edición posterior— suelen vestirse muy parecido, por lo que tienden a confundirse. Para despejar la duda, usted solo tiene que estar atento a que la fémina levante el brazo: si le ve abundante vellosidad axilar, estamos en presencia de una feminista: las axilas de las militantes por los derechos de la mujer jamás serán holladas por una Prestobarba o una Gillette Track II. mirando aviesamente a los hombres: es una visión aterradora, con solo acordarme se me pone la carne de gallina. Dónde
encontrarlas
Bueno, ya dijimos que son intelectualosas, por lo que rondan sitios como el Ateneo, Teresa Carreño y demás salas de teatros y conciertos. Pero si a usted no le da nota ir a estos sitios, vaya a los bares o pubs de moda que también les gustan muchísimo y a los cuales suelen ir en piquetes de a dos feministas. Las he visto con sus inmensas humanidades, sentadas en los pequeños tabureticos, un total prodigio de equilibrio, balanceándose con un trago en la mano,
De tal manera, entonces, que una buena estrategia es invitarlas a comer —cosa que les encanta, ya lo dijimos— e ir propiciando el siguiente tipo de situaciones: cuando termine de comer haga el aguaje de que va a recoger la mesa, deténgase de repente, finja estar confundido y hasta sonrójese, si su histrionismo da para tanto, y diga, apenado: —Disculpa, es que estoy tan acostumbrado a recoger la mesa y fregar... Ella dirá inmediatamente, arrebolada, enternecida... y al acecho: —No importa, no te preocupes —y añadirá descuidadamente—. ¿Tú vives solo?
Este es uno de los puntos álgidos del tema: las feministas son definitivamente mujeres inteligentes y, con el cuento de la liberación femenina, se molestan mucho cuando alguien las intenta seducir; es que se sienten objetos sexuales y eso las hace rabiar muchísimo. Acostumbran decir “yo decido sobre mi cuerpo” y han acumulado una gran experiencia, lo que las hace un hueso difícil
Esta pregunta debe responderse con mucha cautela. Si usted confiesa que sí, la cosa no tendrá mayores méritos ya que, forzosamente, tendrá que fregar, a menos que quiera convertirse en una especie de versión moderna de Cien años de soledad y las cucarachas se lo lleven en hombros, como las hormigas al último de los Aurelianos. Si contesta que no, diga que vive con una hermana, o una amiga. Tiene más méritos fregar cuando uno vive con una mujer que con un hombre. De seguidas, usted puede ahondar en todas las tareas domésticas que realiza. Las feministas viven manejando el discurso de la opresión sexista que, invariablemente, la representan en la escoba, la mopa, el coleto, la plancha, etc. He descubierto que, en el fondo, lo que son es flojísimas, lo que podrá usted comprobar cuando logre ir a su casa, terriblemente desordena-
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Cómo levantarlas
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da porque nunca tienen “tiempo” para ocu- venezolano denomina “amor de hotel”. Es parse de los, para ellas denigrantes, oficios más caro, pero usted no perderá la casa y domésticos. sus coroticos. De cualquier manera, nunca le diga a una feminista que vive solo. Corre el riesgo de que le apliquen lo que Roberto Malaver llama “estrategia de baja intensidad para instalarse”: al primer día se les queda “olvidado” un pañuelito, luego una blusa y más tarde traen una muda completa “para cuando me tenga que quedar, mi amor”. Si deja que hagan esto, sacarlas luego será imposible, y lo más probable es que usted termine “maleteado”. En otras palabras, un buen día se encuentra su maleta en la puerta, las cerraduras cambiadas y la feminista se queda con todo.
Cómo quitárselas de encima
Probablemente le parezca un tanto extraño este subtítulo, pero es que, literalmente, a las feministas hay que sacárselas de encima. Existe un método infalible. Como integrantes de un contingente femenino muy sociable, a las feministas les gusta realizar veladas con sus amistades. Aproveche una de estas reuniones y, cuando comience la cantadera —las fiestas feministas siempre terminan con canciones de Alfredo Zitarrosa y Edith Piaf—, diga que usted quiere recitar un poema que le gusta mucho. Sin esperar a que le digan que empiece mándese con “La leyenPor esto, con las feministas es mejor prac- da del horcón”, un poema argentino ultraticar lo que ese eminente sociólogo ítalo- machista en donde un gaucho mata a la mu-
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jer, la descuartiza y la entierra “en la pata de un horcón” solo porque la encontró con otro. Otro recurso es agarrar un cuatro y cantar “Juan Charrasqueao”, a lo Pedro Infante. Pero lo que da resultados más seguros es fingir estar muy borracho y provocar con su novia feminista una discusión por cualquier banalidad y decirle de improviso, interrumpiendo una de sus argumentaciones: “¡Mira, chica, mejor es que te calles porque si no, cuando lleguemos a la casa, te voy a dar unos coñazos para que aprendas a respetarme!”. ¡Horror! Un hombre que le pega a las mujeres en una guarida feminista. Si logra salir vivo de la casa, ya puede considerarse el felicísimo exnovio de una Anaís Nin de por estas calles.
Publicado en Letras, mayo de 1991
Instrucciones Comenzando por el cuadro central se sigue el sentido del laberinto, tomando como inicio de la siguiente palabra la última sílaba de la anterior
POR ANDRÉS PALACIOS
cruciverbonay@hotmail.com
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Ciudad del estado Carabobo Café aguarapado Compuesto de yodo, hidrógeno y carbono Obras públicas conmemorativas Parte de Italia, antigua Etruria De nariz muy grande Embarcación de recreo en Venecia, Italia Propio o natural del estado Lara Parte reproductora Llama violenta y fugaz Regalos, obsequios Rama tierna Aficionada a las golosinas Propio o natural de Samaria Tiempo que media entre la puesta y la salida del sol 32 Estupendo, buenísimo, excelente 33 Dícese de la escopeta corta
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SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
1 Vasija de las norias 2 Muy anciano 3 Remolino impetuoso de las aguas 4 Planta acuática de flor blanca 5 Medicamento, medicina 6 Caño que recoge aguas sobrantes 7 Tronco del cuerpo humano 8 Que sobra o que está demás 9 Aparato receptor de televisión 10 Rizo del cabello 11 “Carta de …”, histórico documento del Libertador 12 Gremio de los porteadores de mercancías en los puertos 13 Araña grande, venenosa 14 La llamada Ciudad Santa en Arabia Saudita 15 Corteza del canelo 16 Dimensión …, agrupación musical venezolana
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POR NATHALI GÓMEZ @laespergesia Ilustración: L. "Razor" Balza
Imaginario
MINIMANUAL para procrastinar Hay cosas que son tan apremiantes que es mejor dejarlas para luego. ¿Cuántas veces ha terminado de hacer algo programado meses atrás faltando 5 pa’ las 12, en medio de un ataque de nervios? Si usted prefiere que le saquen los dientes uno a uno con cortaúñas antes que resolver una tarea en el tiempo previsto, felicidades, es usted un procrastinador.
Dijiste que no iba a pasar nada
1. Cualquier cosa en el mundo es más importante que la que debe terminar para mañana. 2. Si quiere encontrar esos rincones de la casa donde hace falta una limpieza profunda, siéntese a hacer algo. 3. Métase un ratico a ver qué está pasando en las redes sociales, mientras hace un trabajo por la mañana, cuando se pare a tomar agua, serán las 2 am. 4. Atorméntese con eso que tiene que entregar en un plazo definido. Sufra, sufra y sufra, pero no lo transforme en acción. 5. Cerciórese de que todo esté en orden en su sitio de trabajo. Debe empezar por lijar la superficie de esta mesa que tiene una astilla, cambiar el mantel que está sucio y así.
si la metíamos con la ropa de color en la lavadora
6. Si se levanta con mucho ánimo, pensando que hoy sí terminará todo, no se preocupe, dura poco. 7. Rodéese de lugares cómodos: un sofá mullido, una cama, un puf. 8. Considere al domingo por la noche como el mejor momento del día para comenzar algo.
TUIT DE
9. Piense que trabajar en eso pendiente es cosa de proponérselo y ya. Reflexiónelo durante meses.
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por qué la prensa odia más los clap que los propios bachaqueros
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pregunta de la semana
10. No se preocupe, este minimanual fue postergado y surgió faltando dos minutos para el cierre de la revista.