MANIFIESTO POÉTICO CASABE-CARIBE Por Leonardo Cantillo Ilustración María Centeno
La yuca es el último reducto cultural que nos queda. Económicamente. Cosmogónicamente. Único ingrediente del pan del indio. Casabe. Eki. El más grande invento milenario del protoagricultor americano. Máxima expresión de nuestra herencia Caribe. Circulo lunar. Universo amazónico. Pan tostado orinoquense. Crujido que reverbera en el cielo de la boca. Libre de gluten. Casabe. Eki. Eje fundamental de todo ritual indígena. Centro del universo. Aderezo principal de nuestra primera y última cena a. de C. Tumá. Pumui. Aurosa. Todos alrededor del caldo. Casabe. Eki. Yuca. Kese. Voz originaria. Idioma taurepan. Manihot: esculentautillisima, etimología científico-intelectual. Gugle informará. Antes de todo deambulábamos como mártires de la conciencia de Dios. Cazadores recolectores. Interpretando las estrellas. A la merced de los mitos. Víctimas de nuestros propios demonios. Convivíamos en la ciudad selva: dioses, hombres, animales, árboles, aves. Todos parte del todo. El mito en función del tiempo y el destino. Imbricado lenguaje de la literatura oral. En la dimensión originaria de la astrología, Von Dechend y su Molino de Hamlet. Antes de la llegada del hombre blanco y su concepción teorizadora. Yuca era la dueña de la comida. Mandaba un enviado con casabe. La hormiga veinticuatro. Pero había gente que vivía lejos en Dodoima (Roraima) y no tenía comida. Se envió a una mujer a buscar una estaca (de yuca). Encontró tierra buena. Tierra negra. La mujer sembró la primera estaca. Desde entonces no conocíamos el hambre ni llorábamos necesidades. Con la siembra de la primera estaca se fundó la primera comunidad-caserío. Fin del nomadismo. La afirmación de la vida en colectivo. Sedentaria. El inicio de una economía productiva de alimentos. El modo de producción. La división originaria del trabajo. El nacimiento de la agricultura para que Gordon Childe redactara su revolución neolítica. A partir de las primeras cosechas concebimos la tierra como elemento capaz de proveer alimento. Comprendimos el ciclo de desarrollo de las plantas. El proceso cíclico entre la vida y la muerte. La fertilidad y su relación con nuestra madre. Nuestra mujer. La perpetuidad de la especie. Yuca. Kese. Yuca brava-yuca amarga. Domesticación caribe del ácido cianhídrico. Invención del sebucán. El mayor de los ingenios dotado de
tecnología originaria. Miles de años después aún no ha sido reemplazado. Extracción del veneno. Yare. kumachi. Katara. Base principal del picante amazónico. Caribe. El rallo yekuana herencia arawak aún resuena en gran parte de la Amazonía. Tablilla de madera dentada con piedrecillas afiladas. Astillas de hueso. Amalgamadas con resina natural. Lo devoró la antropofagia capitalista con el motor a gasolina de 5.5 hp. Fin de otro invento milenario. Yuca. Kese. En la churuata. El budare acoplado sobre el semicírculo de arcilla. Las mujeres atizan el fuego. La boca de llamas devora la leña selvática. El humo espanta a los mosquitos hematófagos. Y cura las palmas de moriche. Recién cortadas. Recién tejidas. Manos al rallado. La pulpa de yuca se cuela dentro del sebucán. Todo a la espera del tamizado. La abuela vierte la harina sobre el budare. Desprende aroma ancestral. Todo sucede bajo la selva: el más grande animal salvaje. Hace 525 años recibimos la visita inesperada del navegante genovés. Las enfermedades importadas. El saqueo cultural. La plusvalía del oro. La cruz como tótem y los pecados capitales. Aún nos queda la selva. La palma de manare y nuestra forma tradicional de tejer el sebucán. Casabe. Eki. Nuestro sentido antropofágico caribe, tupí, guaraní, taíno, devoró el castellano. Nos lo comimos. Y desaguamos nuestra manera de hablar. Aderezada con trazas de vocablos y toponímicos. Indios. Yuca: casabe, cachiri, tapioca, fariña, cumachi, almidón, mañoco, yucuta, yare y buñuelos. Lisandro Alvarado explicará. Nuestros hermanos mesoamericanos nos legaron el maíz. La antropofagia de (Mon)santo lo engulló. Lo transformó. Lo patentó. Yuca. Kese. Casabe. Eki. Víctima de la indiferencia. Alimento subestimado. Solapado por la apatía de la ciencia utilitaria. Contra la globalización cultural y la televisión pagada inoculando el consumo de cereales importados, flechemos con el almidón de yuca. Contra la vorágine de la agroindustria alimentaria especulativa y acaparadora de alimento. Conuco de Yuca. Küse. Organicemos la más grande revolución caribe. La más grande asamblea indianista. El indio fuera del museo. El indio reseteando el sistema. El indio recuperando la selva, la sabana. El indio reivindicado. El indio y la escuela de saberes ancestrales. Contra la expoliación de nuestra herencia caribe. Casabe. Eki. Yuca. Kese. El antes y después de nuestra civilización. Con la yuca nacimos como pueblo. Y como hombres y mujeres de yuca avanzamos hacía nuestra independencia definitiva. Nuestra soberanía alimentaria. Somos y seremos la gente de la yuca. La Gran Sabana, estado Bolívar, julio de 2017. Con motivo del 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas @leoncantillo
Consejo Editorial
contenido
Jorge Rodríguez Gómez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla
02
05
Bernardo Piñango
Mancheta y demás
Jesús Castillo
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
06
07
Asesor Editorial
Sesenta años de fuego
— Crónicas peatonales
Coordinadora 2.0
08
09
Directora
Mercedes Chacín
— perfil
Editor Jefe
Carlos Cova
DirecTORa de Arte
Edarlys Rodríguez
— mitos
Reinaldo González Yanira Albornoz
Web y redeS
Joseph Castellanos Gaizka Orta
— Boleros que curan el alma
Redacción
Nathali Gómez Moscoso Gustavo Mérida Ander De Tejada Marlon Zambrano Malú Rengifo Artuo Gonnella
FotOGRAFÍA
Michael Mata Enrique Hernández CORRECTOR Rodolfo Castillo
LOGÍSTICA
escribe esta edición
José Roberto Duque.
Colaboran en esta edición
L. “Razor” Balza, Jessica Mena y Henry Rojas. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: Jesús Castillo.
Impresión
Complejo Editorial Alfredo Maneiro Imprenta Nacional. www.epaleccs.info @epaleccs
13
Donde Chávez reposa
Pichones de sibarita
14
15
La jefa
Gustavo Borges
18
19
— sexodiversidad
Idania Bracamonte Daniela Fernández Edi Cordero
epale.ciudadccs@gmail.com @epaleccs
— dicho tonto
“No me hago responsable”
10
— ciudad
DiseñO
— EL MENJURJE
— poesía o nada
— gastronomía
— entrevista
— crucicultura
Crucigrama
20
— el rumor de las bolas
Épale CCS
Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-8085843 Depósito Legal: pp201202dc4166 Una publicación de la
Revista Gratuita Circula los domingos con el Diario Ciudad CCS búscala de lunes a viernes en nuestra sede: esq. san jacinto, edif. gradillas “c”, piso 1, al lado de la taquilla única de servicios municipales
Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014, 2015 y 2017. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.
02
PERFIL
03
Bernardo Piñango en clave de barrio
Se están cumpliendo 37 años (4 de agosto de 1980) de su medalla de plata en las Olimpiadas de Moscú. Orgullo del 23 de Enero, es el único caraqueño que ha ganado una medalla olímpica. Su estilo boxístico era como su vida y como el entorno en que creció: tormentoso, malandro, poblado de mañas y recursos inesperados: La actitud del sobreviviente del barrio POR JOSÉ ROBERTO DUQUE • @JROBERTODUQUE / ILUSTRACIóN JESSICA MENA
Que una mujer furiosa le mutiló el dedo meñique de la mano izquierda de un mordisco. Que se rumbeó 300.000 dólares en pocas semanas en Los Ángeles (EEUU) y tuvo que vivir en la calle luego de haber sido dos veces campeón mundial. Que lo capturaron en el aeropuerto de Panamá con unos gramos de cannabis. Cuentos, episodios, pequeñas quebradas que desembocan en el río principal: la historia del muchacho que tiene más maña que fortaleza y por lo tanto debe labrar jugadas caribeñas, creativas y fuera de lo común para sobrevivir y, de vez en cuando, triunfar.
a un rival herido. Pero Bernardo tenía otros planes para ese final. Y entonces comenzó una pelea extraña y sensacional. Esparragoza, quien se suponía más técnico y veloz, y de paso era más alto y tenía los brazos más largos que Bernardo, se encontró de pronto tratando de descifrar un amasijo de golpes y amarres, un rompecabezas muy ladilla que ejecutaba movimientos y golpes insólitos, poco a poco, sin mucha fuerza pero con una constancia y una efectividad del carajo. Que se sepa, los golpes canónicos del boxeo son el jab, el upper, el recto, el gancho. Bernardo se inventó aquella noche de octubre de 1982 dos o tres tipos de golpes más, rarísimos, irreconocibles e inclasificables. Aquel tipo que desconcertaba al mejor prospecto del peso pluma (y luego campeón mundial) ya no era un boxeador, porque si se ponía a boxear iba a perder: Antonio Esparragoza podía darle clases de eso. Así que nos olvidamos del boxeo y a lanzar coñazos se ha dicho. Uno a uno, golpe a golpe, manotazo a manotazo, cuando arribaron al octavo round Esparragoza tenía el labio superior hinchado y ya no podía sostener el protector bucal. Piñango se veía agotado, sudando como un perro negro, pero seguía castigando, marcando golpes, desesperando al de Cumaná.
Por ejemplo: en aquella pelea contra su compadre, el cumanés Antonio Esparragoza, en el peso pluma. Bernardo militaba en una categoría inferior (gallo, y a veces supergallo), pero el empresario Rafito Cedeño decidió confrontar a dos de sus pupilos más queridos por la afición para levantarle el rating al programa boxístico de todos los lunes en VTV. Ambos eran ídolos en formación: Bernardo era un prospecto profesional, ya con la leyenda de su medalla olímpica en el campo aficionado y estaba invicto en siete combates; Esparragoza, por su parte, había noqueado a todos sus rivales (había perdido una con Ángel Torres pero luego se desquitó) e impresionaba por su estilo limpio y veloz. Bernardo, aporreador inclemente en su categoría; El último round fue para la historia. El cumanés retomó el aplomo Antonio, calculador y brillante. Bonita pelea se avecinaba. perdido y tornó a golpear con fuerza, a resolver por las malas el acerEl primer asalto fue una pesadilla para Bernardo, Esparragoza lo tijo de Piñango. Y Piñango, dispuesto a echar el resto, se fajó en un llenó de golpes. Transcurridos unos segundos del segundo round toma y dame que le venía bien. A él, acostumbrado a la coñaza ca(apenas) Esparragoza conectó un recto de derecha y Bernardo cayó llejera que enardece al soberano y también al combate sublime que sentado en la lona. El final se veía cerca; el cumanés no perdonaba busca convencer a los jueces. Ese último round lo sacó Esparragoza Caracas, 6 de agosto de 2017.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
04
del sótano y terminó imponiéndose a punta de buen boxeo. En el Poliedro de Caracas ocurrió algo que no es usual: el público comenzó a gritar “Tablas, tablas, tablas”, tratando de influir en la puntuación de los jueces. Y parece que sí influyó, porque el combate fue declarado tablas (empate) y todo el mundo contento para su casa. Pocos años antes, durante las Olimpiadas de Moscú, también había acudido Bernardo a ciertas mañas para tratar de ganar la medalla de oro frente al cubano Juan Bautista Hernández. El de Cuba estaba fresco, entero, era el favorito para ganar, como todos los boxeadores cubanos de su generación y de la anterior. Piñango venía herido y agotado, y es famoso ya el episodio de su ceja maltrecha, cosida y vuelta a coser debido a una herida abierta que la batalla constante no dejaba cicatrizar. Un día antes del combate final, rasurada y remendada la ceja derecha, y maquillada con creyón negro, Piñango le propuso algo a su entrenador: “Ponle bastante creyón también a la ceja izquierda, para que el cubano se confunda y no se concentre en la ceja herida”. Muy ingenioso. Solo que el cubano, probablemente confundido, decidió partirle las dos cejas y acabar con el enigma caraqueño.
La victoria de piñango les resultó tan dolorosa que los magnates puertorriqueños del espectáculo rompieron décadas de tradición de la Asociación Mundial de Boxeo y el Consejo Mundial de Boxeo: se retiraron de toda esa mierda y crearon la Organización Mundial de Boxeo —
peleador ficticio e imposible de nombre Santiago Leiva, más parecido en realidad al “Novillo Negro” Alfredo Paiva que a Bernardo. El excampeón me invitó para la sede del IND en La Vega para que viera su medalla de plata, exhibida allí. Le dije que andaba con el tiempo corto, que iríamos otro día. Pero me insistió tanto en ir para allá a verla, “aunque sea un ratico”, que me acerqué con él al lugar. Cuando llegamos y le preguntamos al funcionario presente en el lugar (creo recordar que se trataba de un directivo del Comité Olímpico) si podíamos ver la joya, el hombre dijo: “Pues mire qué casualidad. Alguien entró el fin de semana aquí y se robó esa medalla”. Bernardo hizo un gesto de sorpresa e indignación. Detrás de él, el directivo hizo hacia mí otro gesto de comprensión o complicidad. “Y lo peor de todo es que unos vigilantes andan diciendo que el mismo PiñanLa victoria del pegador les resultó tan dolorosa y controversial que go fue el que se la llevó, dizque para empeñarla. Si así fuera no tenlos magnates puertorriqueños del espectáculo rompieron varias dé- dríamos por qué denunciar nada, esa medalla es de Venezuela pero cadas de tradición de la Asociación Mundial de Boxeo y el Consejo el que se la ganó fue él”. No indagué más en el asunto. Mundial de Boxeo: se retiraron de toda esa mierda y crearon la Organización Mundial de Boxeo. Así que la historia del deporte le debe Hoy Bernardo Piñango es un señor entrenador, formador de los a Piñango y a su capacidad para desesperar a las almas sensibles la boxeadores del futuro. creación de este organismo, que todavía organiza peleas y proclama La moraleja Piñango queda bien moldeada, vista desde la perspeccampeones del mundo. tiva de su temperamento y su origen: hombre aguerrido como su Fui a entrevistar a Bernardo Piñango en 1998, para publicarle una parroquia, de vocación guerrera como su parroquia; creador, reentrevista en El Nacional y también para nutrir de sus cuentos una solvedor y disposicionero como su parroquia. Los seres humanos novelita que tenía en el tintero (No escuches su canción de trueno). y comunidades bajo asedio crecen y viven con marcas y parámetros Varias de sus peripecias están plasmadas allí, protagonizadas por un fuera de lo común. La otra gran pelea de su carrera, ganada a punta de malandreo, tuvo lugar en el Coliseo Roberto Clemente de San Juan, Puerto Rico, frente al campeón mundial supergallo Julio Gervacio. Este, un dominicano de recia pegada que contaba con el favor del público, pues vivía y hacía carrera en Borinquen, venía de darle una pela a un pichón de leyenda llamado Louie Espinoza. Bernardo salió al ring más mañoso que nunca, los mortíferos derechazos de Gervacio se perdían en el vacío y, de pronto, Piñango derribó al dominicano ante la protesta general del público, desacostumbrado a ver ganar a un carajo que peleara tan raro. Ocurrió el 27 de febrero de 1988. Premonición: caracazo en Pueltorro un año antes de la conmoción del siglo XX venezolano.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
Caracas, 6 de agosto de 2017.
05
el menjurJe
ocho millones “Por ti, Chávez”, fue la frase con la que la tachirense terminó la grabación en su celular. Cruzaron el ríoTorbes entre risas “porque los chavistas somos alegría” y con esa serena paciencia lo demostraron. No se equivoquen.
311
Resistir
55
Andrés lanza dentro de una botella las palabras. En medio de los trinos informáticos 140 caracteres dedicados se parecen a un hallazgo en pleno naufragio. Es verdad Andrés, tengo rato sin escribir. Quiero decir, como decía Gelman, he estado “al borde de una silla desfondada, mareada, enferma, casi viva”, resistiendo, por eso el silencio.
Que Peña Nieto no sepa lo que es una mandarria
Fe de erratas En la en la página 51 de la edición número 238, que registra fotográficamente todas las esquinas de Caracas, la foto que corresponde a la esquina Candilito en el sector Santa Rosalía es esta, la 311. Igual pasó con la número 55, esquina San Rafael, sector San José, página 10; la que corresponde es esta. Ofrecemos disculpas a nuestros lectores y juramos tener más cuidado con, y en, todas las esquinas, desde ahora y para siempre.
«
Resistir es mantener la alegría pese a todo, anudarse a lo tibio y a lo bueno, temblar ante la belleza del amanecer o una mirada, dejarse acariciar sin miedo, vivir como se piensa, amar aunque no sepamos el final o sabiéndolo amando de cualquier modo. Resistir es esto que hacemos todos los días los muchos que hemos elegido el futuro. Resistir es resistirnos al olvido, al fuego, al miedo, al silencio y al odio. Resistir es también esperar y, sobre todo, es esta certeza de que mañana estaremos cantando juntos, es esta esperanza cierta.
El perraje tiene su Duque « Caracas, 6 de agosto de 2017
La Ruta Nocturna todos los últimos viernes de cada mes
Edición Número Doscientos treinta y nueve . Año 05. ÉPALE CCS
06
MITOS
Sesenta años de Fuego POR josé roberto duque @jrobertoduque ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
Justo el año en que se inauguró en Caracas, a media máquina y en misterioso trámite, la urbanización 2 de Diciembre, por allá en Nueva York ocurría otro hecho fundacional asociado a ese panal demográfico que después se llamó 23 de Enero. Aquel mago o duende llamado Arsenio Rodríguez grabó una canción que con el tiempo se convirtió por azar, un poco de desconocimiento colectivo y mucho de apropiación emotiva en himno sentimental de una comunidad. La grabación original de Hay fuego en el 23 (1957) no tuvo la misma suerte que la versión de 1969, en la voz de Luigi Texidor y el despliegue polifónico de la Sonora Ponceña. Recuerdo haber presenciado densas discusiones entre salseros de estirpe, parroquianos del 23 de Enero, que se fajaban en discusiones a grito pelao acerca de si ese 23 se refería o no a la comunidad caraqueña. El que defendía esa tesis caraqueñista no tenía forma de ganar, no solo porque es falso que ese 23 sea el de aquí (a Enrique Bolívar Navas, leyenda de la radiodifusión venezolana, le dolió la boca de tanto repetir la historia del apartamento neoyorquino donde vivía Arsenio, el incendio del que lo sacaron y blablablá) sino porque desde el primer verso de la pieza ya se iba fraguando un enigma, ese ... de la 110. Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
A estas alturas del campeonato cualquiera “guglea” el nombre de la canción y en un minuto ya se entera de varias versiones del cuento. Pero en aquellos tiempos las discusiones sobre este, y casi cualquier tema, las ganaba el que gritaba más duro, el que tenía a la mano documentos irrebatibles o el que pagaba las cervezas. El motivo principal por el que la canción de Arsenio alcanzó, para la gente del 23 caraqueño, la categoría de referencia hímnica tiene que ver con el peso simbólico de la letra y su relación metafórica con lo que esta comunidad fue desde siempre: cantera y llegadero de militancias ardorosas, de guerrilla urbana, conglomerado de gente de índole cimarrona. Es imposible escuchar los acordes del bajo y la respuesta de las trompetas, justo antes del montuno, y no sentir que la melodía nos está convocando a la guerra, así como convocaron a nuestros tatarabuelos el pajarillo y el piquirico en el Armagedón de la guerra social de 1814. El fuego de Nueva York fue resuelto en minutos con agua de bomberos; el fuego de nuestro 23 no se va a extinguir nunca, porque incluso cuando no lo veamos en la calle sabremos que habita allá adentro, en los torrentes de sangre de sus hombres y mujeres... de fuego.
Caracas, 6 de agosto de 2017.
07
CRÓNICAS PEATONALES
Un rostro inolvidable POR josé roberto duque @jrobertoduque ILUSTRACIóN HENRY ROJAS
La Delia era un bebedero-pizzería ubicado por ahí mismo, donde comienza esa calle llena de mataderos que comunica a Sabana Grande con Bello Monte. El local no era barato pero sucedían cosas extraordinarias, como un día en que uno iba a caerse a palos y de pronto se montaba a tocar un Orlando Poleo, en los albores de su insurrección jazzística pero ya con la llama y el talento; cantaba una Trina Medina que, sin duda, merece ser recordada por cosas más notables que el haber sido second de Yordano; cualquier noche de espontáneos saltaba al ruedo algún bolerista o trovador sin renombre que valía la pena; y, en general, el ambiente era de pinga porque iba gente que uno veía buena y sana en la UCV y nunca estaba de más verla, también, borracha. También sucedía, más de una vez, que no estaba prevista ninguna presentación y entonces los mesoneros eran el show. Se disfrazaban de payasos, curas, beduinos y mendigos y así mismo atendían a la gente y aceptaban convertirse en el chiste de la noche. Quienes preparaban las pizzas eran unos muchachos con discapacidad auditiva que a ratos salían, en plan chistoso, a preguntarles a los comensales cómo era exactamente que querían la pizza y esos insólitos intentos por mencionar los ingredientes en lenguaje de señas se convertían en otra jodedera bien buena. Una de esas noches de disfraces, ya de madrugada, se subieron a la tarima unos humoristas mediocres, abominables. El poeta Miguel Mendoza Barreto, de temperamento ceremonioso y antipático, colapsó por la borrachera y los chistes malos y se dedicó a meterse con los muchachos del show. Y entonces se prendió la coñaza más rara de mi vida: una batalla campal en la “calle de las putas” entre un poco de borrachos y unos payasos, curas y árabes. Al poeta Miguel lo agarraron dos de aquellos mesoneros y lo sacaron a pingazos; el cantor Rafa Gómez y el teatrero y hombre de radio Marcos Ford comenzaron a me-
diar desde temprano para que la pólvora no se propagara. Pero en esa época éramos violentos, o nos gustaba parecer que lo éramos, y se armó una de esas riñas colectivas sabrosas o lamentables. A Miguel se le vio fajarse en rudo combate con el payaso, y es fama que el pana no pudo pegarle ni un solo golpe neto o contundente porque la pintura de la cara del tipo hacía que los coñazos resbalaran y se perdieran. A mitad del vaporón salieron los inauditos pizzeros a defender a sus compañeros de chamba y a uno de ellos le pegué una torta tan fea en medio de la nariz que le arrancó, clarita, una maldición: “Ay maldito”, me gritó adolorido el presunto sordomudo. Aplacado el parampampán, grité a pulmón pelao algo que yo suponía parecido a la furia de los Caracas, 6 de agosto de 2017.
titanes: “Nojoda, a mis panas nadie les da un coñazo”. Miguel dijo: “¡Verga!, pero a mí me dieron como trescientos”. Como suele ocurrir en esos casos, los mejores cuentos del episodio vinieron después, recordados o imaginados por los espectadores y protagonistas. Arturo Cazal, quien ni siquiera estuvo ahí, acuñó el parlamento más recordado de la jornada: asegura el paraguayo que cuando separaban a Miguel de su pintarrajeado contrincante, el pana y que le gritaba: “Cuídate, miserable, a mí nunca se me olvida un rostro”.
ENVíE SU HISTORIA A epale.ciudadccs@gmail.com
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
08
BOLEROS QUE CURAN EL ALMA
“Caribe soy” (o al menos eso dicen) POR josé roberto duque ILUSTRACIÓN L. “RAZOR” BALZA
Hacia 1993, una profesora de la escuela de Historia de la UCV aseguró, en un seminario sobre el Caribe, que la palabra “caribe” no fue usada como gentilicio sino hasta mediados del siglo XX. Y que el documento que inauguró ese decir, destronando al impuesto y eurocentrista “antillano”, había sido una canción “cantada por Daniel Santos” (así dijo ella, lo juro). Intenté tibiamente corregirla, mi tibieza no logró convencer a nadie de que “Caribe soy” no había sido grabada por Daniel Santos sino por Leo Marini. Me quedé con la duda. Si alguno de ustedes escuchó o sabe dónde queda ese “Caribe soy” cantado por Daniel Santos, por favor cuéntemelo. Me obsesioné entonces con las señas particulares de la canción, de la que es muy fácil quedarse pegado porque nos retrató en algún momento de la vida: Busco un amor / que me quite del alma el pesar / que me llene de felicidad: / un amor tropical. Pero están, además, estos dos pequeños detalles: quién es su autor (no cómo se llama Ángel Luis Alday, no: dígame alguien quién es) y a cuenta de qué, mediante qué artes malditas una piezota que casi se convierte en himno de los nacidos en el Caribe no fue inmortalizada por un caribeño sino por un argentino. Voy y le planteo la cuestión del autor a la querida Lil Rodríguez, para quien se supone que el Caribe no tiene secretos. Créanme que no esperaba ver a Lil doblarse como se dobló ni decir "coño" como lo dijo ni rascarse la nuca como se la rascó. Me dijo: “Dame unos minutos”. Y al cabo de unos minutos regresó con algo: “Ángel Luis Alday es cubano y en los años 40 pegó otras canciones, por ejemplo: ‘El plato de María’”. Me prometió averiguar más con unos amigos suyos de Cuba. Me puse a indagar y por ahí está, en Youtube, “El plato de María” (1944), cuya letra puede merecer el honor de ser considerada precursora del reguetón. La ruta de resolución del problema es más o menos esta: el bolero como género, y también como industria y negocio, estaba calando tan profundo en el Caribe en los 40 que los empresarios, productores y músicos quisieron expandir sus tentáculos más hacia el sur, y lo lograron. A un músico académico argentino (Américo Belloto) le dio, en 1943, por crear en Buenos Aires una orquesta que manoseaba el tango hasta darle aires de bolero, y a la que le puso por nombre Don Américo y sus Caribes. Simultáneamente, Leo Marini conoció en Chile a un pianista cubano llamado Isidro Benítez, quien lo puso a grabar boleros. Cuando Marini (nombre real: Alberto Batet Vitali) y Belloto se juntaron en Buenos Aires grabaron, por primera vez en 1944, la versión original de “Caribe soy”. Marini no será caribeño por ningún lado pero, ¡vergación!, cómo nos pone a suspirar todavía con esa pieza. Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
Caracas, 6 de agosto de 2017.
09
DICHO TONTO
“No me hago responsable” POR josé roberto duque @jrobertoduque ILUSTRACIÓN L. “RAZOR” BALZA
Desde que alguien descubrió o quiso entender que la política es el arte de pasar por el medio de la inmundicia sin salpicarse, o sin que nadie se dé cuenta de que vas salpicado, la gente se ha ido tropezando con esta clase de especímenes que nunca se equivocan, nunca hacen daño, nunca mienten, nunca dicen groserías (salvo cuando decirlas ayuda a no salpicarse de peores inmundicias), nunca han eructado en la mesa, nunca han deseado a la mujer del prójimo ni se ponen a mirarle el culo cuando da la espalda, nunca empujaron a nadie hacia un barranco, nunca mintieron, nunca sintieron miedo, nunca hicieron nada para merecer esto o aquello. Los alrededores pueden estar bañados en sangre, u otras sustancias corporales, y siempre habrá alguien que levante las manos a la altura de los hombros y diga: “Ah, yo no sé, yo estaba comprando querosén”. O en casos extremos: “Yo lo venía diciendo hace años y no me hicieron caso...”. Tuvo que llegar un Hugo Chávez a desajustarle las bisagras a la Historia y hacerse responsable de lo que estaba haciendo para que surgiera una breve generación de imitadores y actuara según una nueva forma de salpicarse sin salpicarse, “huyendo pa’lante”. De pronto, el siglo XXI nos agarró descubriendo —o entendiendo— que decir la verdad y encarar la Historia, con todo y sus ratos amargos, es una interesante forma de hacer política. Una forma de hacer política que te dolerá, que tal vez te haga pagar caro algún día el no haberle
escurrido el bulto al dato feo del hacerse cargo. Pero es una forma de quedar bien con los de tu clase hoy y para el resto de la Historia: hiciste algo, cargaste con sus consecuencias y ya más nunca habrá quien diga con éxito que lo engañaste. Por allí he visto a mucho Freddy Guevara y a tanta Ortega Díaz decir que va a desafiar a la autoridad y que entonces la autoridad es responsable de lo que les pase. Voy a jugar con candela, si me quemo el responsable es el inventor del fuego. En el caso de la Ortega es ligeramente menos dramático el desperfecto, porque cuando el Estado venezolano decidió disponer de una de sus instancias la persona física que iba a estar ahí para ser señalada y sentenciada iba a ser ella misma. Pero en Caracas, 6 de agosto de 2017.
el caso del Guevara el patetismo no puede ser más patético: el aspirante a estadista manda a un poco de muchachos a matar y dejarse matar en una oleada criminal que nunca lo alcanzará a él, entre otras cosas porque él nunca va a estar en la candela sino para echarse la foto y engañar a tanto mirón de Twitter. “Responsabilizo a Nicolás Maduro de lo que pueda ocurrir”. Es decir, lo responsabiliza de los muchachos que han muerto por causa suya, de Guevara. Cuando no hay trancazos ni guarimbas no hay muertos. En el próximo Dicho tonto, su autor, Gustavo Mérida (quien no es el autor ni puede hacerse responsable por este texto de hoy), le meterá el diente a este otro decir: “Hoy por mí, mañana por ti”.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
10
11
CIUDAD
año 1997 estaba tomada por un colectivo organizado denominado Fundación Cultural Simón Bolívar. En ese edificio vi y oí, por primera vez en persona, al Comandante en un conversatorio con grupos organizados de la parroquia. A su lado, reforzando la conversa, se encontraba Freddy Parra, camarada emblema de las luchas del 23 de Enero, fallecido unos años después. En ese lugar deben quedar recuerdos y testimonios de esa visita.
Si lees la revista completa, esto te parecerá un déjà vu. La noche del 3 de febrero de 1992 subía Hugo Chávez con 60 soldados en rebelión por el largo callejón que sube desde Agua Salud, paralelo a la Calle Real de La Cañada. Justo al salir de ese callejón, que pasa por el mero centro del Barrio Sucre del 23 de Enero y desemboca frente al Bloque 7, miró alrededor y vio (es imposible que no viera esto) los alrededores de la Plaza Bolívar, el Kiosco Mérida, los últimos bloques de Monte Piedad (el 6 y el 7), la entrada de las comunidades La Piedrita y El Arbolito, el comienzo de la calle que sube hacia Sierra Maestra. Siguió caminando hacia el sur, buscando hacia la bajada que conduce a El Guarataro, pero en lugar de entrar en este barrio cruzó hacia la izquierda y ahí estaba, un poco gris pero siempre imponente, el pequeño fortín que entonces se llamaba Museo Histórico Militar. Desde allí habría de dirigir la rebelión cívico-militar que le dio en la madre al régimen puntofijista.
punto y círculo
Este tipo de detalles es bueno porque nunca está de más seguirles los pasos a las figuras históricas; el sabroso ejercicio de conocer ciudades es, en cierta forma, andar y desandar los pasos de otros que se fueron o que permanecen. Hay varias formas de llegarle, en camioneta o carro particular, a esa edificación que hoy se llama Cuartel de la Montaña, pero la forma más interesante de caerle es repetir las caminatas que hizo el que ahí reposa antes de llegar y entregarse, por ahora.
Ya antes había estado por ahí el Comandante, como cadete y como suboficial, y más tarde, después de su prisión, en calidad de líder y personaje proponente de transformaciones. Allí, detrás del Bloque 4, a unos 200 metros de la desembocadura del callejón del Barrio Sucre, queda una edificación que alguna vez fue una escuela y que en el
El lugar donde Chávez duerme es el punto y círculo del Chávez pueblo; esto es, su lecho de mármol, el monumento que lo alberga y la comunidad que lo custodia. Desde la entrada del cuartel, mirando hacia el suroeste, puede verse el tanque monumental que sirve de corona o sombrero al barrio El Guarataro. Ese tanque siempre fue feo,
donde chávez reposa al comandante lo querían llevar al panteón nacional, a su pueblo o a las sabanas de apure. al final se quedó en una comunidad caraqueña adonde podemos ir a visitarlo POR JOSÉ ROBERTO DUQUE ⁄ FOTOGRAFÍAs MICHAEL MATA Tanque de El Guarataro
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
El cuartel donde reposa el Comandante
Caracas, 6 de agosto de 2017.
Caracas, 6 de agosto de 2017.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
12
El 23 desde el cuartel
adecamente feo; tenía unas rayas azules que no decían nada, pero que estaban dibujadas así, recostaditas como con un tumbao, para que no fueran a decir que el pintor no se ganó los reales que le pagaron. En la década pasada se lo entregaron, a modo de lienzo, a los muralistas de La Piedrita, y el aspecto de todo el entorno cambió. Ahora no solo percibe uno el trabajo de unos artistas populares con ganas de plasmar algo más digno y trascendente que unas malditas rayas sino que, además, queda constancia del amor y el interés por la Historia de América Latina de una comunidad militante. Antes de llegar el Comandante a reposar en el cuartel, ya este había sido puesto al servicio del pueblo. Que recuerde, fue sede para congregar a Barrio Adentro, a la Misión Cultura, a la Milicia Bolivariana. En una antesala al aire libre podía verse a ciudadanos humildes esperando su turno para hacerse tratamientos odontológicos gratuitos. Más tarde hubo que trasladar esos servicios a otros lugares, pero quedó entre la gente la sensación de que aquello ya no era un castillo medieval y un poco tétrico, lleno de militares engreídos y poco dados a mezclarse con la gente de los alrededores. A pocos me-
Y tú también...
tros de donde reposa el guerrero ha habido ese detalle, entonces sobreviene la sorpresa tomas culturales, y ya esto indica que difícil- que a algunos les puede molestar: en esos mente están solos sus restos. casos quien te está recibiendo no es un orador ni alguien que domine la escena o Chávez popularizó en vida el viejo museo, y al sepa conducir o atender grupos de persomorir y lo elevó a categoría de mausoleo para nas, no es alguien adiestrado para pasearse el disfrute de su pueblo. con lenguaje fluido por la Historia ni por el discurso político que le gusta al buen lector El mirador estelar es el que permite apun- o consumidor de análisis. tar hacia Miraflores, desde el lugar donde el cañón resuena todos los días a las 4:25 de la Ese anfitrión súbito, y tal vez improvisado, tarde o desde unos metros más a la izquier- es alguien del pueblo profundo hablando da, donde hay unas barandas y uno aparece de quien fue su ídolo y su emancipador. La de pronto instalado encima de la inscripción señora que no alcanza a hilar frases esbeltas “4-F”, que se ve desde lejos. ni a recordar cómo es que se llama ese pasillo escoltado por banderas; el trabajador a Con el pequeño protocolo o ritual con que quien un día le tocó la guardia y tiene que reciben las visitas los militares y miembros repetir en su lenguaje simple, y a veces mode la milicia puede tener uno emociones nosilábico, dos o tres frases que le nacieron encontradas. Por lo general, el anfitrión o de adentro; la muchacha tímida que se lianfitriona que recibe al visitante despliega mita a mostrar los hitos más resaltantes y se un sólido dominio de la historia nuestra, ríe de sí misma porque no logra modular, un conocimiento de lo que ha sido la edi- en un solo intento, el nombre de Cipriano ficación y lo que representa para el mundo Castro; y en eso se nos va el recorrido: en su huésped permanente. Pero otras veces maravillarnos por la importancia que ahote recibe un miliciano o miliciana que no ra tiene esa persona que no sabe construir ha tenido tiempo de aprenderse un parla- oraciones rimbombantes, pero que entenmento y unos datos, y parece no importarle dió a Chávez mejor que todos nosotros.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
Caracas, 6 de agosto de 2017.
13
GASTRONOMÍA
o ir e sg bl de e la rie u e u p p s A Im Se
PICHONES DE SIBARITA
Arepas Mérida mejora con la crisis
Calidad Ambiente Atención L DE RE ÓN UC EJ S LL IO CAARR B
POR JOSÉ ROBERTO DUQUE FOTOGRAFÍAs Jesús castillo
AREPA MÉRI S DA
PL AZ A
DA ÑA CA LA
El kiosco abrió por primera vez en 1965. La novedad de la arepa sellada la trajo al 23 de Enero la señora Gregoria Ramírez quien, con su esposo Roberto Morales (ambos merideños), se instalaba todos los días a venderlas en el incipiente Barrio Sucre. El 10 de agosto de 1981 (37 años se cumplen de eso en estos días) le alquilaron el local a Francisco Pernía, quien se ha encargado desde entonces. “Cuando estaba chamo me traía cestas de 80 arepas desde el barrio Santa Rosa, a veces me robaban y me quitaban varias”, recuerda su hijo Alexis, quien todavía atiende el local mientras su papá prepara las arepas en una casita que compraron atrás. Alexis le dice a través de un intercomunicador: “Trae dos de chorizo y cuatro de mo-
BO LÍ VA R
DE AL RE
La noche del 3 de febrero de 1992 subía Hugo Chávez con 60 soldados en rebelión por el largo callejón que sube desde Agua Salud, paralelo a la calle Real de La Cañada, rumbo al Museo Histórico Militar. Justo al final de ese callejón, que pasa por el mero centro al Barrio Sucre del 23 de Enero y desemboca frente a la Plaza Bolívar y el Bloque 7, miró a su derecha y vio (es imposible que no lo viera) el ventanal y el aviso: Kiosco Mérida; 12 años después el nombre cambió a Arepas Mérida, pero la historia del local seguía y sigue siendo la misma. Si hubiera sido en la mañana, y el Comandante no hubiera andado en esos trajines, seguramente hubiera pedido alguna de las arepas estelares: la de chicharronada, la de queso, la de chorizo. Alguien con buen apetito se come dos, porque son sabrosas y chiquitas. Son arepas fritas, selladas, compactas, sólidas. El relleno —o la “maldá”— viene adentro; cuando salen del caldero ya traen su relleno. Tal vez hubiera pedido, también, una avena El Arañero: bien buena que la hacían.
FOGADES
E LL CA
Si lees la revista completa, esto te parecerá un déjà vu.
MA UE 7 DO Q RE BLO L E D
vento que al principio espantó a alguna gente, pero que no sabe nada mal: las de morcilla. Ya no venden avena: es la hora del papelón con limón. Y como está tan complicado conseguir harina precocida ahora madrugan para ir a comprar un saco de maíz. Las arepas pueden jactarse ser de las originarias, las de maíz de verdad. Milagros de la crisis.
Horarios
Lunes a domingo De 6 am hasta que se acaben las arepas (casi siempre hacia las 11 am) Precios
Arepas a 1.800 y jugos a 800
FORMAS DE PAGO:
✓ Efectivo Cesta Ticket
Débito Crédito
Tarjeta de alimentación
lida”, y el don se aparece con las municiones a los pocos minutos. Ya no venden aquellas bichas legendarias de chicharronada, han debido restringir la variedad: molida, chorizo, salchicha y un inCaracas,6 de agosto de 2017.
En el año 1981 el precio era de un bolívar por unidad. En lo que va de año los precios han cambiado así (Alexis lleva ese registro en un cuaderno): enero: arepa a 900 y jugos a 500; 4 de marzo: arepa a 1.000, jugo a 500; 29 de mayo: arepa a 1.200, jugo a 500; 19 de junio: 1.400 la arepa y 600 el jugo; 26 de junio: arepa a 1.600 y jugo a 600; 17 de julio: arepa a 1.800, jugo a 800. Ese precio tal vez cambie en agosto. En cualquier arepera sin duende ni historia les van a vender cualquier bazofia en 6.000 bolos, y más.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
14
SOBERANÍAS SEXUALES
La Jefa POR josé roberto duque @jrobertoduque ILUSTRACIÓN L. “RAZOR” BALZA
(Fragmento de novela inédita. Es decir, que lo que sigue es ficción. Niños, no hagan esto, que es muy malo y ofende a mucha gente). Entonces no era que yo andaba birriondo, maluco, quesúo o aturrunao (aturrunao: dícese, en Carora, de los varones que, de tanto evitar sacarse o esperar a alguien que les saque la leche, terminan incubando en sus bolsas testiculares una sustancia sólida y compacta, de textura y dureza más cercanas al turrón que al más conocido y popular queso). Así mismo, con mi pinta desguazada y mis sudores a medio camino entre el vinagre y la bestia, me terminé cogiendo a la hermosa Mariela, una tarde de ocio en un hotelucho de media estrella por los lados de La Hoyada, que para eso era que me alcanzaba el piche sueldo. A Marialuisa la empalé como a un pollo en brasas en su propio apartamento, una vez que tuvo a bien invitarme a tomar café y yo le jarté el café y los jugos y las galletas y las tortas y hasta el queso que había en la mesa, barbarazo. A Laurita la puse en cuatro patas o en veinte uñas y ¡ñema!, carajo, con esa muchachona de tetas alegres que parecía que querían romper la blusa. A Amarista, dueña de un lenguaje técnico de estudiante de medicina, procedí a transfundirle mis sustancias viriles y por ahí andaba después, asustada porque al cuarto mes no le venía la regla y le daba más pánico hacerse el examen de la verdad que tener que parir o abortar el fruto de su vientre Jesús, Santa María. A Martina la ensarté por un compromiso con mi historia, ya que nunca antes me había raspado a una foránea y yo juraba que esa muchacha era colombiana. Pero como ella se esmeraba en informarme, en su acento de las montañas cundiboyacenses, que era natural de San Antonio del Táchira, yo con mucho pesar dejé anotado y registrado en acta que de vainita, por apenas los escasos metros de longitud que mide el Puente Internacional Simón Bolívar, no desfloreté a una extranjera. Cuando enyuqué a Samantha Wong logré desquitarme porque, a pesar del nombre gringófilo o gringoide común en cualquier maracucha, era evidente que su cuerpo, sus ojos puyúos y sus genes eran de China y, de paso, en el mismo acto resolví para siempre el enigma que intrigaba a los panas del barrio: todos creíamos que las asiáticas tenían la boca de la cuchara horizontal como una sonrisa y no vertical como todas las demás mujeres de este planeta. A Victoria, la hermana del compadre Armando, cuando ya me estaba acomodando para echarle plomo cometí el error de mirarle la cara y ¡susto!, vi que la caraja era igualita a mi compadre Armando y el cañón retráctil se me encogió como un morrocoy escondiendo la cabeza y ya no hubo grúa, güinche o gato hidráulico que lo volviera a levantar, que en paz descanse y que tenga buenas noches. Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
Caracas, 6 de agosto de 2017.
15
ENTREVISTA
“No tener herramientas es la mejor herramienta” Gustavo Borges tiene años ejerciendo y promoviendo la comunicación popular en barrios y en más de un caserío. En tiempos de redes sociales ha estado activo con una especie de medio para el periodismo ciudadano: los “gariteros”, gente común que difunde en su muro de Facebook reportes de las situaciones de violencia o normalidad en todo el país POR JOSÉ ROBERTO DUQUE• @JROBERTODUQUE ⁄ Fotografías JESÚS CASTILLO
Caracas,6 de agosto de 2017.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
16 Si lees la revista completa, esto te parecerá un déjà vu. La noche del 3 de febrero de 1992 subía Hugo Chávez con 60 soldados por el largo callejón que sube desde Agua Salud, paralelo a la Calle Real de La Cañada, rumbo al Museo Histórico Militar; desde allí habría de dirigir la rebelión que le dio en la madre al régimen puntofijista. Llegando al final de ese callejón, que pasa por el mero centro al Barrio Sucre del 23 de Enero, miró por una fracción de segundo a su derecha y vio la casa donde, diez años después, Gustavo Borges le dio forma a un caballito de batalla comunicacional llamado Sucre en Comunidad. Gustavo Borges es obrero, todero, dirigente político cuando le da la gana y ahora popular feisbuquero. Durante la década pasada armó un verguero comunicacional con su hijo (quien le cogió el gustico a la comunicadera y ahora dirige Misión Verdad) y varios vecinos del barrio Sucre y otras zonas de la parroquia, con ese periódico impreso. Era un bichito tamaño 1/16 (hojas tamaño carta dobladas por la mitad). En la Venezuela del dólar a ciento y pico, cuando todo el mundo pedía por esa boquita y brincaban dos ministerios a apoyarte tus iniciativas más locas, el periodiquito de El 23 decidió ganarse el pan con otros métodos. Gustavo y otros locos (Alexander Moreno, Mari Reyna, Alex Lourido entre ellos) salían por las bodegas, ferreterías y demás negocios del barrio a vender espacios publicitarios, y eso daba para imprimir el periódico y tomarse un café de vez en cuando. Justo lo que debe ser un periódico comunitario: expresión de la comunidad que lo sostiene.
En Barrio Sucre, gariteando
no significa que el barrio no escriba, que no tenga sus propios códigos de comunicación sino que hay una mínima estructura que organizar alrededor de un medio impreso, por sencillo que sea. Ahora, pasa algo interesante: apenas aparece el medio, periodiquito o cualquier otro, inmediatamente el barrio se suma. Así fue la experiencia con Sucre en ComuniEl proyecto cogió rumbo después en internet dad. Hay que atreverse, por lo menos, dar el y pasó a llamarse el23.net, pero los tiempos del primer paso. La experiencia muestra cómo impreso fueron los más interesantes. se va sumando más y más gente. A Sucre en Comunidad el barrio lo asumió como propio, desde la escritura de noticias hasta la impre— Si hay tantos comunicadosión, la distribución. La gente que anunciaba res naturales y periodistas ahí pagaba religiosamente su mensualidad. en los barrios, ¿por qué ha sido tan difícil llenar las co- Hasta los opositores, que sí los había, lo habían asumido como expresión del barrio. munidades con experiencias como Sucre en Comunidad? —Hay varias vainas. La dinámica del barrio, —¿Ya no son necesarios los su cotidiano, esa coñaza diaria por sobrevivir periodiquitos impresos como dificulta un poco el organizarse en torno a un Sucre en comunidad? ¿Es sumedio como lo fue Sucre en Comunidad. Eso ficiente lo que hacemos por Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
Caracas, 6 de agosto de 2017.
Facebook y otras redes? —Las redes jamás tendrán el impacto militante, de fenómeno social, que tiene un periódico comunitario. Hay un proceso muy arrecho en el nacimiento o la aparición de un periódico dentro de un barrio, la emoción de la gente de verse ahí convertida en historia y en noticia. Es un espíritu que jamás podrá experimentarse en ningún trabajo que hagamos por las redes. Eso de entregarle a una pareja de viejitos, por allá en su casa, el ejemplar de un periódico donde ellos participaron, donde sale su foto, donde ellos escribieron. El periódico comunitario es el espíritu mismo del barrio. —Un lema de el23.net dice: “Comunicación que no moviliza no es comunicación”. ¿El chavismo se ha movilizado o desmovilizado en este tiempo de exceso de información?
17
—El chavismo es un proceso demasiado dinámico para dejar de movilizarse, está en permanente comunicación. Desde las asambleas en los barrios hasta el consumo de la información oficial o la elaboración de su propia comunicación. El chavismo depende de la constante comunicación para mantenerse activo en las calles.
—Estuve cinco años en las montañas de Guatopo, pero igual frenteando en el 23 de Enero, Caracas. Creo que el momento nos lleva a decidir dónde dar la coñaza. Ahorita pienso que la trinchera es Caracas, pero eso puede cambiar.
cionales (radio, TV, impresos) y nos toca inventarnos otra vez como comunicadores. ¿Se te ocurre algún plan para poner en práctica lo aprendido en estos años y reactivar a aquel guerrillero comunicador que fuimos?
—Estamos preparados para eso. Tal vez no de la manera o con la visión esa, organizada, es—Tienes una legión de “garitructurada con que se imaginan algunos esas teros” en Facebook pasando vainas. Recuerdo el año 2002. Allí sucedió lo informes de situación desde que tú describes en tu pregunta y rompimos el muchos puntos de Venezuela. ¿Te has planteado un encuen- cerco. Entonces un plan como tal no lo tenetro personal, físico, cara a mos, no hay un plan. Pero sí sabemos lo que cara con ese poco de gente? tenemos que hacer en su momento. El mo—El encuentro de gariteros y gariteras se está mento dirá cómo va a ser nuestra respuesta. planteando desde hace un tiempo ya. En abril Los planes se hicieron para tumbarlos, por eso fue el primer llamado al gariteo. Para estos no tenemos plan. tiempos estamos organizando encuentros en Barquisimeto y Barinas. Pero como la discu- —Alguna vez te fuiste al monsión se está dando a nivel nacional vamos a ir te y creaste cooperativas de preparando ese encuentro. Un encuentro na- productores y un blog para cional de gariteros. la gente de las montañas de Guatopo. ¿Vas pendiente —Imaginémonos un escenario: de repetir esas experiencias Llega el fascismo al poder, el rurales o crees que tu techavismo se queda, de pronto, rritorio para la pelea es la ciudad? sin medios masivos conven-
Caracas,6 de agosto de 2017.
—Nuestra generación hacía una comunicación romántica pero torpe, sin muchas herramientas. Los chamos de ahora tienen herramientas, conocimientos, criterio político. ¿Derrotarán esos chamos al monstruo de la comunicación que inventó internet? ¿Qué les hace falta para completar su entrenamiento?
—No tener herramientas es la mejor herramienta. Más fácil se acaba internet que la inventiva. La inventiva funciona sin recursos, cuando uno no tiene un coño lo único que tiene es la necesidad de inventar. Internet es un poco de cables y aparatos; colapsan esos aparatos y se jodió internet. Pero la inventiva humana queda con vida, y esa bicha es la que decide si vuelve a haber internet o nos ponemos a vivir y a comunicar de otra forma.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
POR JOSÉ ROBERTO DUQUE @jrobertoduque
Esta sección es “armada” habitualmente por Indira Carpio, sobre la base de poemas o fragmentos poéticos de diversos autores. Para esta edición (que ya bien saben es “mía, mía”, como dice el pajúo de Romeo Santos) he querido armar la sección con un texto escrito por ella. Creo (y ojalá ella se lo creyera también) que Indira tiene con qué convertirse, si le echara nada más un poquito de bolas, en la mejor escritora de crónicas de este país. Digo esto con la conciencia tranquila, porque lo digo sin presión y sin sentir que ando jalando bolas por interés: ella no es mi pana del alma ni le debo plata ni me está amenazando ni me está pagando para que la adule. Tampoco ando en campaña para captar su voto ni me la quiero coger, quédese tranquilo Ernesto Navarro. Les digo: lean con atención a Indira. Y si alguno de ustedes la conoce mejor que yo pues dígale, por favor, que se deje de güevonadas y que salga a buscar historias para escribirlas. Muy poca gente lo hace tan sabroso como ella. Les presento, entonces, este texto sorprendente y sobrecogedor (maldito sea su uso del verbo “cucharear”).
sus manos entre los pétalos. Secó alrededor con un pedazo de pan y se sentó a comer de su propio caldo. Estaba decidida a volver a enamorarse de sí misma. III A mi padre cuando se quedaba “a [que” Amada mamá decía que le rallaban las uñas [en la cerveza. A mi tío le dieron agua ’e cuchara. A él, ella le remojó las pantaletas en [el agua le enterró el nombre lo amarró lo fumó. Igual largó. ¿Ya nadie cree en el amor? Si está tan embobado es porque lo [hicieron comer de las ramas [de su Monte de Venus. Y aun haciendo de todo, “mejor no [te fíes, hija” IV Y si quieres que se quede, procura [que se vaya.
Caldo ‘e cuchara
De Indira Carpio Olivo (VENEZUELA)
I No sabía cómo hacerlo. Improvisó. Así, puso en el piso la sopa, abrió las piernas “en tijeras”, y el humito la hizo sudar. Pero no era suficiente, debía coger un poco del consomé y restregarlo contra sus labios. Acto seguido, posar sobre la mesa aquel plato e invitar al deguste cotidiano. Según, el hombre debía volver a su cauce y beber de su río todas las noches. La receta pasó de mujer a mujer, tantas lunas tiñeron los cabellos. Lo mismo la aplicaba aquella que ésta. No hay constancia, ni existe estadística, prefirieron guardar el método en el sostén, entre teta y piel. Pero hubo quien fue generosa y explicó cuántas veces, bajo qué lunas.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
II Una noche, ella acomodó las papas, el apio, las zanahorias, el celery, partió la pasta, como le gustaba, le agregó un muslo de gallina y dejó cocer. La piel se desmenuzó en el caldo. La dejó respirar y el humo cundió la casa. Había cerrado todas las ventanas. Con el índice dibujó en una de ellas su nombre hasta que el trazo lloró sobre el cristal. Extendió en la tabla el mantel lo mismo que la alfombra en el piso, cerca de la mesa. Dispuso de un generoso plato hondo para la sopa. Cuchareó desde el fondo. Se lavó entre las piernas y bamboleó
Caracas, 6 de agosto de 2017.
V Una buena compañía es el caldo de cabeza de pescado. En una olla con dos litros de agua se pone a cocer la cabeza de un robalo con sal, laurel y la mitad de una cebolla, hasta que la carne que acompaña al pescado se desmenuza y ablanda. Se cuela el caldo y se reserva. En una sartén se fríe una cebolla, cuatro dientes de ajo y un pimentón troceados en una cucharada de mantequilla. Una vez dorados, se le agregan cuatro tomates bien maduros, que hechos puré están listos para recibir el caldo del robalo. Agregar cilantro picado cuando reduzca. Salpimentar. Y masajear la ausencia. La propia, la ajena.
SOLUCIÓN DE LA EDICIÓN 237
UC I R C POR josé roberto duque
1
2
4
3
13
14
7
27
31
20
19 24
23
26
29
33
35
36
39
45
44 48
52
1. Diferente, ligeramente distinto o exactamente igual. 7. Encuquetao, en gíglico antiguo. 10. Apodo con que nombraban a Henry Ramos Allup en la escuela primaria 11. Apodo con que nombraban a Henry Ramos Allup en el liceo y los dos primeros semestres de la universidad. 12. Adaptación de “Si mi querencia es el monte”, autoría de Bob Marley. 13. Autor del célebre “Himno al pendejo que no sirve ni para estorbar”, canción emblema
49
38
37 41
40
43
25
28
32
34
9
16
15
22
21
8
12
18
17
47
6
11
10
30
5
42 46
50
51
53
del partido Bandera Roja. 15. Esteatopigia, en maracucho. 17. La palabra “soluciones”, pero pronunciada al revés. 19. Palabra colombiano-prusiana que designa al sujeto que puede soportar una ofensa la primera vez, tolerarla a duras penas la segunda vez, pero que a la tercera vez coge el arrecherón de su vida y puede terminar matando a alguien, a puñaladas. Para el caso de que lo mate a tiros hay otra palabra.
20. Siglas de cierta sociedad secreta alemana, de la que no se sabe un coño porque de lo contrario no sería secreta. 21. Marca del desinfectante a base de cloro que se jartó Henrique Capriles cuando dijo que él era el verdadero presidente de Venezuela. 22. Pacto, nevera o mono, en finlandés. 24. Ana Elisa Osorio, Rodríguez Torres y Felipe Pérez al Panteón Nacional... pero si los entierran YA, así, en vida. 26. Julio Borges cuando no carga una pea
1. Cancioncita medio mamagüeva. 2. Montaña donde Jehová, Dios altísimo y supremo, abordó al rey de Canaán y le dijo: “Sí, güevón, no aterrices y no te pongas a hacer campaña a ver si vas a tener chance de ganar las elecciones en 2018”. 3. Metal que abunda en El Callao, aunque parezca mentira. 4. Nombre de la lesión cerebral de Franklin Vírgüez. 5. Hermana de David Smolanski. La que no tiene barba. 6. Homúnculo más parecido al bracaurel que a las xenífugas de Bratislava. 7. Estúpido o chiquilicuatro, en cierto dialecto húngaro hablado por hechiceros en una provincia septentrional del país. De Hungría, se entiende. 8. Anís con yogurt o con leche condensada. 9. La ex defensora Gabriela Ramírez estaba hasta buena cuando era chavista. 12. Abundancia extraordinaria de hongos alucinógenos en el huerto de Luisa Ortega 14. Color de las pantaletas blancas de María Corina Machado. 16. Ácido lisérgico, pero sin ese saborcito a sardinas que queda cuando a uno se le pasa la nota. Según quienes lo han probado, porque yo ni de vaina, qué asco. 18. Nombre del director de esta revista dentro de 30 años, cuando ya su actual equipo sea un rebaño de muertos y viejos inservibles de mierda. 23. Destello medio pajúo en Photoshop. 25. La mamá de Freddy Guevara, cada vez que respire un chino. 26. Marico el que lo lea.
de sangría con miche rastrojero y Nestum Tres Cereales. 27. Una de las hijas de César, el carajo que atiende la ferretería en la esquina de Ferrenquín, en Candelaria. Esto, en caso de que haya una ferretería en esa esquina. 29. Siglas del nombre del guarimbero que incendió y asesinó hasta que lo metieron preso, entonces salió en un video gritando y que “¡Me perjudicaron! ¡Me perjudicaaaaron!”. 30. Ocaso de un atardecer crepuscular.
POR JOSÉ ROBERTO DUQUE @jrobertoduque Ilustración: L. "Razor" Balza
Minimanual para culpar de todo al Gobierno Sí, alguna vez en la vida todos tenemos la culpa de algo o un fragmento de ella. Sí, siempre duele reconocerlo. Sí, la culpa nos anda ladillando cultural y genéticamente por culpa de la mamá de todas las culpabilidades humanas: el relato de las religiones hegemónicas (y las otras). Pero no: usted no tiene que cargar con eso tan pesado. 1. Siempre hay algo o alguien a quien echarle dedo. 2. Los católicos tienen su detergente universal e inagotable, marca Jesucristo, que sigue lavando culpas después de dos milenios; nosotros tenemos al Gobierno. 3. La solidaridad y la misericordia son unas hermanitas que se odian, pero funcionan igual. Dé lástima. Si duda de la efectividad del recurso guglee “Holocausto” y “Pueblo israelí”. 4. Fórmula mágica: “El Gobierno nos acostumbró a darnos todo y ahora perdimos la costumbre de producir”. 5. Su hijo anda malandreando, ya se empistoló y viene alguien a pretender que usted debió inculcarle principios. “Un momentico: el Gobierno no ofrece alternativas a la violencia”. 6. Está el gran montón de basura (esa que usted y sus vecinos echan ahí varias veces al día) frente a su casa, full de moscas y ratas: la alcaldía no ME recoge la basura. 7. No le dé teta a su hijo(a). Pase roncha (ver punto 3) y exíjale al Gobierno que evite que un pote de fórmula cueste 50 veces lo que costaba hace un año. 8. Usted se ve rozagante y apto para trabajar o producir su comida (pero no lo hace); acuda al punto 4. 9. Ya no se puede ni rumbear. Rumbéese de todos modos los reales del almuerzo; a la cuarta birra le fluirán los argumentos contra el Gobierno. 10. Si se ve acorralado ceda un poco, pero corrija los términos: “Bueno, culpable no te soy, de pronto un pelo responsable. Pero es que este gobierno…”.
Imaginario —¿Acompáñame a la Ruta Nocturna!
—No, porque después no hay metro.
TUIT DE
mentilibros
El hombre que calculaba Mientras atiende su venta de repuestos, el protagonista de esta historia comienza a padecer una extraña anomalía. La cambiante cotización del dólar negro lo mantiene sacando cuentas y subiendo los precios de su mercancía, razón por la que nunca llega a vender nada.
Edición Número Doscientos treinta y nueve. Año 05. ÉPALE CCS
Caracas, 6 de agosto de 2017.