conseJo editorial
contenido
02
04
Fernando Soto Rojas
Mancheta y demás
05
08
Crónica fugaz desde un refugio
William Osuna
11
18
El piropo callejero
Caracasmorfosis
Zonia García Melany Pérez
20
22
ilUstrador
23 de Enero: la historia sin héroes
Rancho: pegado con la psicodelia
fotógrafos
24
26
Sibaritas y pelabolas
¿No estamos preparadxs para eso?
27
31
Jorge Rodríguez Gómez Freddy Ñáñez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla
directora
Mercedes Chacín
editor Jefe
Carlos Cova
coordinadora editorial
Odry Farnetano
directora de arte
Edarlys Rodríguez
coordinador de fotografía
Asdrúbal Briceño
asesor editorial
Reinaldo González
redacción
Rocío Cazal Mabe Chacín Kay Yam Hung Gustavo Mérida
diseñadoras
Alfredo Rajoy
Ambrosio Plaza José Rivera
corrector
Rodolfo Castillo
logística
Idania Bracamonte Daniela Fernández
colaboran en esta edición
Clodovaldo Hernández, Malú Rengifo, José Julián Villalba, Yosjuan Piña, Roberto Malaver, Nathaly Bonilla, L. “Razor” Balza y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: Asdrúbal Briceño.
iMpresión
Fanarte, C.A.
epale.ciudadccs@gmail.com/@epaleccs Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-3686750 Depósito Legal: pp201202dc4166
— perfil
— ciUdad
— Miradas
— Mitos
— gastronoMía
— diario
— el MenJUrJe
— entrevista
— Minicrónicas
— Música
— sexodiversidad
Días y noches de amor y de guerra (XIV)
— crUci coMpacto
32
33
— cUentos del arañero
Una publicación de la CirCula Con el Diario Ciudad CCS ReviSta GRatuita
— la bitácora de aMón-ra
02
PERFIL
Fernando Soto rojaS:
03
EL más vIEjo dE Los hombREs nuEvos Su vida eS de novela, deSde loS añoS de la guerrilla venezolana haSta Su incurSión como combatiente de la cauSa PaleStina. intentó, como miranda y bolívar, tomar el Poder invadiendo Por mar. rechazó la Pacificación y Se convirtió en “el máS guerrillero de loS guerrilleroS” de la organización de revolucionarioS. en el otoño de Su vida volvió a la Pelea como lo que nunca ha dejado de Ser: un muchacho “cabezacaliente” POR CLodovaLdo hERnándEz ILUSTRACIóN aLFREdo RajoY
Si un escritor un tanto flojo quisiera escribir una novela sin tener que inventar mucho, sin forzar demasiado la imaginación, podría pedirle a Fernando Soto Rojas que le cuente su vida. Y listo. La existencia de este roble de 80 años ha sido de tal intensidad que al escritor holgazán le bastaría con reseñar los principalesl acontecimientos y ya pondría a los lectores en vilo. Soto Rojas es un personaje digno de ser contado, un mito viviente por todo lo que hizo, desde los tempranos años 50 hasta bien entrados los 80, luchando por sus ideales. Y también porque, ya en el otoño de su vida, se ha sumado a la Revolución con la energía de un muchacho “cabezacaliente”. Nacido en tiempos de Juan Vicente Gómez, en Altagracia de Orituco, Soto Rojas es una aproximación bastante concreta al hombre nuevo que pregonaba el Che, a pesar de que es también el más viejo de los diputados en ejercicio. Como tantos otros revolucionarios, se inició en AD, el partido de la resistencia a Pérez Jiménez. Y como todo el que mereciera llevar ese título (revolucionario) abandonó pronto
esa tolda política, convertida en bastión anticomunista. Soto Rojas asumió la lucha armada bien temprano, tan pronto el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) decidió irse a las montañas. Su largo historial como guerrillero indómito, experto en explosivos, le ganó un fornido expediente en los cuerpos represivos del Estado, donde aparece reseñado con múltiples alias, tales como comandante Ramiro, Ramírez, Martínez, Montiel, Namo y El Viejo (aunque en ese entonces era joven). La guerra le arrebató a su hermano, Víctor Soto Rojas, salvajemente torturado y asesinado mediante el bárbaro procedimiento de “lanzamiento desde helicóptero”, típico de aquella democracia. En los 60 fue a Cuba a entrenarse y pulirse militar y políticamente. Regresó de la isla al más clásico estilo de Francisco de Miranda en el Leander o al de Bolívar en la expedición de Los Cayos: a bordo de unos barquitos, acompañado por una brigada internacional (combatientes cubanos, en este caso) y con el propósito —bastante ingenuo, a todas luces— de tomar el poder. Fue la legendaria invasión de Machurucuto, por la que se acusó a Cuba de intervenir militarmente en otros países. Caracas, 19 de enero de 2014.
La novela, que no necesita invenciones, se pone emocionante cuando la invasión es aplastada, pero Soto Rojas logra huir de las fuerzas antisubversivas. Desde entonces le tocó vivir a salto de mata, en la clandestinidad, especialmente cuando decidió no sumarse a la pacificación que aceptaban muchos de sus compañeros de guerrilla. En lugar de eso, fundó la Organización de Revolucionarios, semilla de la Liga Socialista. “Era el hombre que olía a monte, el más guerrillero de los guerrilleros”, relató un ex militante de la OR, ilustrando el prestigio que cargaba consigo. Era tan guerrero que hacia 1977, cuando ya era poco lo que podía lograrse en Venezuela mediante la lucha armada, decidió sumarse como combatiente de la causa palestina, palabras mayores en el terreno de lucha desigual contra fuerzas imperiales. Y cuando todo parecía perdido en Venezuela, llegó el comandante Chávez y mandó a arrancar la Revolución, gesto más que suficiente para que Soto Rojas, personaje novelesco como los hay pocos, emergiera del olvido y asumiera el rol que le ha tocado: el más viejo de los hombres nuevos… ¡Hasta título tiene la novela! Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPaLE CCs
04
EL MENJURJE
Tras el discurso
¡Vamos a clases!
Algunos ya comenzaron y a otros les toca mañana. Lo cierto es que ya se acabaron las vacaciones y tienes que echarle bola y estudiar que jode y hacer deporte y estar pilas con los y las malaconducta que están pendientes de un atraco y un arma. Recuerda que si sales preñada o te metes en problemas, se te acaban las vacaciones otra vez. FOTO ASDRÚBAL BRICEÑO
En espera de la 3a edición El Festival de Teatro de Caracas 2014 contará con más de 100 agrupaciones durante su realización, del 11 al 27 de abril próximos, y tendrá el apoyo de la organización Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (FITB). El teatro de calle estará presente, como en las pasadas ediciones, con más de 20 funciones en las 22 parroquias del municipio Libertador. El convenio binacional contempla el intercambio cultural: grupos colombianos vendrán a hacer sus presentaciones y agrupaciones venezolanas podrán ir al Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá.
Mancheta
Dictadura representativa
El Teatro San Martín subió el telón Nunca entregues tu corazón a una muñeca sueca es la obra que se presentará durante las próximas seis semanas en el Teatro San Martín. Del director y dramaturgo Rodolfo Santana, la pieza cuenta la historia de dos hermanos quienes ofrecen una reflexión sobre diversos temas relacionados con la sociedad venezolana. Las funciones se realizarán los viernes y sábados a las 8:00 pm y los domingos a las 6:00 pm
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.
TIEMPOS ANACRÓNICOS. Esta columna que hoy inicio tiene como objeto desmontar los metadiscursos cinematográficos. De más está decir que el poder que tiene el cine como vehículo para la instauración de patrones, así como para la implementación de conceptos históricos, es de un alcance inconmensurable. Bastaría una modesta encuesta sobre el conocimiento que tiene la población sobre la historia de Europa y EEUU y la de Latinoamérica: los resultados que arrojaría serían deprimentes. Y en esto, la difusión cinematográfica ha tenido un papel “protagónico”. En la víspera de cumplirse una fecha más del 23 de Enero de 1958 nos hemos abocado a realizar una sucinta mirada del filme de Carlos Oteyza Tiempos de dictadura, en lo que a la falsa conciencia y los forzados paralelismos con el proceso actual se refiere. En principio, los tráileres promocionales del filme son bastantes capciosos: “¿Estás listo para sacudir tu conciencia?”, “Descubre cómo una dictadura férrea arrodilló a los venezolanos”, “¿Fuimos cómplices silenciosos o víctimas del miedo?”, “Imágenes nunca antes vistas de una época que jamás nos atrevimos a develar” y “¡Te llenará de coraje!”. Estrenada en los circuitos de cine comercial con una insólita difusión para un documental y un mes antes de las elecciones del 7 de octubre de 2012, sin duda se trató de un trabajo ex profeso: tuvo como objeto intervenir en el inconsciente colectivo para soliviantar a los espectadores a, por lo menos, pensar en atajos extrademocráticos. Por supuesto, el filme es solo una pieza del engranaje comunicacional que arremete contra el proceso. La película ahonda en las supuestas similitudes que dicho período tiene con la Revolución (ausencia de garantías, proceso electoral amañado, construcción de obras faraónicas como mampara, presos políticos, falta de la pluralidad política); pero ignora las semejanzas evidentes que el gobierno de la década de los 50 tiene con la actual oposición venezolana: fuerte tendencia hacia el fascismo y exacerbado anticomunismo, las mejores relaciones y abierto tutelaje por parte del gobierno estadounidense. Cuando la vi, en un cine del centro de Caracas, apenas una persona gritó eslóganes y vítores oposicionistas, los demás rieron. Hay que tener estómago para soportar el aquelarre que debió producir en un cine del este. Rodolfo Castillo
05
foto ambrosio plaza
CIUDAD
llueve y escampa: crónica fugaz desde un refugio Los refugios para motorizados suponen un punto de quiebra en La reLación de La ciudad con Los conductores sobre dos ruedas. una fórmuLa de reconocimiento que apuesta a La reciprocidad ciudadana POR gUStAvo mÉrIDA FOTOGRAFÍAs ASDrúbAL brICEño
Caracas, 19 de enero de 2014.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
06
A Melvin Mora refugio “natural”, esto es, puedes guarecerte sin obstaculizar la vía. El sol tras las nubes “Lluvia que tumba los cerros, pierde su claridad y las nubes ocultas tras el lluvia que me enterrará”. segundo piso de la autopista desorientan, te PTT Lizardo obligan a ser dubitativo. ¿Lloverá hacia Caricuao o hacia Petare? Escogimos ir al oeste. Todavía no llega el amanecer. Veo la calle mojada a través de la ventana. “¡Perfecto!”, El primer refugio que encontramos es el del exclamé en silencio, y la contradicción no Jardín Botánico. Ya quitaron los “ojos de gato” que estaban en el canal antes de entrar impidió que durmiera un rato más. a los refugios y a los nuevos distribuidores. En este segundo lunes de 2014 todavía no Siempre fueron demasiados. No llueve pero son tan habituales las colas habituales. Un entramos. Un motorizado está sentado y usa motorizado rehúye los aguaceros, pero hoy su celular, absorto. No quiere fotos ni preel deber llama: hay que buscar la lluvia y es- guntas. Un aviso que se repite: trenar un refugio para motorizados. “Amigo motorizado, el Gobierno Bolivariano El fotógrafo se subió a la moto en El Valle. te ofrece un espacio digno para tu resguardo Agarramos autopista en Santa Mónica. Nos y protección. Por ello, debes saber que: está detuvimos en la bifurcación siguiente: a la prohibido pernoctar en las instalaciones, izquierda, Plaza Venezuela y el oeste; a la de- ejercer actividades comerciales como ventas recha, Las Mercedes y el este. Aquí hay un ambulantes o servicios de mecánica, ingerir Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.
bebidas alcohólicas u otro tipo de drogas, mantener contiendas y disputas, cometer actos que atenten contra la moral y las buenas costumbres. También recuerda respetar el espacio demarcado para tu moto, usar tu casco antes de incorporarte de nuevo a la vía, respetar las normas y señales de tránsito de la ciudad, depositar la basura en su lugar”. Hay varias cosas que decir con respecto a estas normas. Primero, no en todos los refugios hay suficientes lugares para la basura. Segundo, es bien sabido que las contiendas o disputas se mantienen en los matrimonios y no en los refugios. Tercero, en el de La Carlota alguien tachó la cláusula “ingerir bebidas alcohólicas u otro tipo de drogas”. Eso es gracioso, simplemente. Pero tal como está la infamación a los motorizados, saldrán algunas voces a usar el rayón en el cartel para aumentar su dosis de argumentos y seguir hablando paja de los motorizados.
07
un refugio en construcción; más adelante hay otro con menos avance. Este lado de la autopista está más limpio. Hay otro refugio cerca de la salida a El Paraíso. Vacío. Vamos por Plaza Venezuela otra vez, y otra vez aparece la lloviznita. El refugio Las Acacias está incompleto: falta demarcarlo, dónde sentarse, sitios para colocar la basura y más avisos que anuncien su cercanía. Seguimos hacia el este esperando conseguir la lluvia que buscamos. En el de La Carlota sí hay algunos motorizados usándolo. Las motos no están donde deberían, y si lloviera que jode y vinieran motorizados que jode, no cabríamos. Tendemos a estar cerca de la moto, pero es una mala costumbre que hay que cambiar respetando al peatón, no invadiendo sus espacios. Los camiones que usa la policía para montar las motos atravesadas en el bulevar de Sabana Grande no son suficientes. Tenemos, y disculpen el sermón, que respetar el espacio del peatón. A juro. También el de los ciclistas. ¡Es tan fácil hablar paja de los motorizados!
Un rayado advierte la cercanía del refugio
LA LLUvIA no DAñA mI fIEStA
Justo después de salir de este refugio, en el que caben más de 50 motos, respetando el sitio demarcado para ello, está la nueva incorporación a la autopista que viene de Los Caobos. Un buen motorizado, más allá de lo que se piense, carga un pañito para secar el asiento cuando escampa. Seguimos buscando lluvia, vía Caricuao. Los próximos refugios están en el distribuidor La Araña, mucho más amplios. Persiste una llovizna muy leve que no es suficiente para usarlo; este tiene más papeleras pero está más sucio. Seguimos. A la altura de Antímano, La Yaguara, hay mucha suciedad en la vía de la autopista que transitamos. Veo pasar a algunas motorizadas. Nos detenemos a beber un par de jugos de caña que vende una camioneta con trapiche a 15 bolos. También venden tortas caseras y tienen café, pero es para ellos. El fotógrafo no brinda.
El refugio es para el motorizado, no para la moto. Hay la mala costumbre de estacionarla lo más cerca posible del lugar al que vamos, dando lugar a situaciones extremas y que alimentan el imaginario colectivo que sostiene que todos los motorizados somos unos coños de madre. No es cierto. Tampoco es cierta la afirmación que le atribuye el diario Últimas Noticias al ministro Miguel Rodríguez Torres, según la cual “no todos los motorizados son delincuentes, pero todos los delincuentes sí son motorizados”. Que se sepa, Juan José Caldera no tenía casco cuando metió el dinero en el sobre, ni los tipos de Mercal que vendieron el pernil y el pollo a la arepera de Las Mercedes andaban de parrilleros. De bolas que es más fácil huir en una moto luego de cometer un delito, pero también es cierto que a veces, cuando está en el estado Miranda, Capriles Llegamos a Caricuao y nada. Más bien salió el sol. Apenas empieza el retorno hay maneja una moto. Caracas, 19 de enero de 2014.
“¿Qué opinas de los refugios?”, le pregunté a Yoardys Ramírez: “Yo creo que es una broma que está bien porque, si hay lluvia, uno necesita refugiarse en un lugar seguro”. El pana es plomero, usa la moto para transportarse. Había un par de mototaxistas. Salió el sol. De coñazo. Nos devolvemos hacia el centro. Fue un paseo largo, el fotógrafo y yo conversamos brevemente aunque la mayoría del tiempo estuvimos en silencio. Creo que necesitamos una fotógrafa. Creo que hace falta un aviso en los refugios que indique dónde estacionar la moto. En este caben más de 80. Más adelante se observan los trabajos que unirán el parque Francisco de Miranda con el parque Simón Bolívar, en La Carlota. Ya no va a llover. Hay un amable cielo caraqueño, antes del mediodía. Vamos a Épale CCS. Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
08
ENTREVISTA
la biblioteca de... william osuna
ReleeR: la nueva invención del conocimiento su primera incursión en el mundo de la poesía le valió el primer lugar de la 4ta bienal ramos sucre, por allá en el 78. desde ese momento no ha parado de esgrimir poemas, todo gracias a su ávido hábito de lectura POR mAbE ChACíN goNzáLEz FOtOgRaFías AmbRoSIo PLAzA Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.
09
De manera anárquica, “como se inician todas las historias”, un buen día, el joven William decidió leer Pan y Hambre, dos obras del célebre escritor noruego Knut Hamsun que su hermano mayor llevó, en una eximia colección de la Editorial Aguilar, a casa de los Osuna. Además de las lecturas “parvularias” que se aprenden en la escuela, de esos libros con cubierta de semicuero que hoy se consiguen en las bibliotecas de los abuelos, el joven William volvió a tomar otros libros: los cuentos de Oscar Wilde y Hamlet de Shakespeare. Después de eso, su lectura anárquica se fue puliendo con gustos finos. “Mi génesis como lector empezó en la primaria. Pero más que todo por imitación de los adultos: me encantaba y me fascinaba ver gente leyendo no solo libros sino también los periódicos. Recuerdo a mi abuelo y mi papá leyendo periódicos y a mis hermanos leyendo sus textos escolares. Esas imágenes me fascinaban. Luego, en la secundaria, empecé a leer propiamente, pero no los textos escolares o tradicionales que pertenecían al pénsum; poco o nada tenían que ver con la escuela esos textos que leía”.
“SIEmPRE mE hE SENTIdo máS Cómodo CoN LA PoESíA, SIEmPRE hE INTENTAdo domINAR LA PALAbRA EN EL SENTIdo LIbRE y ANáRquICo y No EN uN SENTIdo ESTRuCTuRAL, doNdE mI PENSAmIENTo TIENE quE REfLEjARSE CoN PRECISIoNES quE TENgAN quE VER CoN Lo EPISTEmoLógICo, LógICo y SISTEmáTICo” —
serían mi poesía. Y comencé a escribir mis primeros poemas a los 17 años. Esos primeros poemas tenían una tendencia muy cercana a mi experiencia, la cual era mi familia y todo ese imaginario. Eso aparece publicado años después, cuando yo tenía 25 o 26, en un libro llamado Estos 81. Con ese conjunto de poemas participé, siendo un poeta inédito, en los talleres del Celarg, que recién se fundaba. Participé en los talleres de poesía con Alfredo Silva Estrada como tutor y allí, por primera vez, conCuando pudo, empezó a comprar libros fronté mis poemas con otros poetas”. en la Librería Centro. Allí, de la mano del fallecido librero Sergio Alves Moreira, Luego se convirtieron en hábito las reunioOsuna empezó un proceso de alfabetiza- nes casuales todos los viernes en El Triánción de su lectura. Allí, el poeta y librero gulo de las Bermudas en Sabana Grande. portugués empezó a influenciar al joven Allí era donde comenzaba el verdadero taWilliam a través de textos de escritores de ller. Años 75-76: gracias a la sabia decisión izquierda o comunistas. “Por primera vez de su esposa, con la que aún sigue casado, empecé a leer a poetas franceses. Recuerdo decidió concursar en la 4ta Bienal Ramos que la primera edición de Palabras de Jac- Sucre con su primer poemario. “Salieron ques Prévert lo leí de la mano del maestro las bases de la 4ta Bienal Ramos Sucre. EstaSergio Alves Moreira. Después, gracias a él ba recién casado y mi esposa me decía que también, me pasé a la poesía italiana”. si yo era poeta, por qué no participaba en ese concurso. Le dije que sí, que me animaEn aquel entonces el taller de creación se ba a participar. Y compramos una maquiubicaba en el apartamento F-1 del Blo- nita portátil y allí pasábamos los poemas que 4 de El Silencio. Allí, leía y estudiaba para sacarles fotocopias”. el “Papel Literario” de El Nacional, donde leía mucha literatura venezolana, cosa que “Mientras tanto, en la biblioteca iban apalo hizo experimentar en los campos de la reciendo autores como Kafka, Dostoievski, escritura. “Ahí me di cuenta de que tam- Joyce, Faulkner, libros de poesía de la Gebién podía aventurarme en el sueño de las neración Beat norteamericana, de Rubén palabras y que la unión de estas palabras Darío. A medida que se volvían intensas Caracas, 19 de enero de 2014.
las reuniones en Sabana Grande, más intensas se volvían las lecturas. Seis meses después lo llaman a su casa: “¿Ésta es la casa del poeta William Osuna?”. A lo que él responde: “Sí, esta es su casa, pero lo de poeta no está muy seguro”. La llamada la hacía Benito Irady, a quien se le había encargado informarle al poeta que era el nuevo ganador de la bienal. “En ese momento empecé a comprar más libros y tener excelentes amigos lectores, entre los que te puedo nombrar a Ludovico Silva, Orlando Araujo, Carlos Noguera, Alfredo Silva Estrada y muchos más”. Mucho antes de que Osuna y Silva se hicieran amigos, ya este último había escrito La plusvalía ideológica, texto que, aunque es importantísimo y de lectura obligada, cae como un bloque en la cabeza del universitario actual. Por esa misma fecha, Orlando Araujo escribió Las aventuras de Miguel Vicente Patacaliente para la literatura infantil venezolana. “Siempre me he sentido más cómodo con la poesía, siempre he intentado dominar la palabra en el sentido libre y anárquico y no en un sentido estructural, donde mi pensamiento tiene que reflejarse con precisiones y que esas precisiones tengan que ver con lo epistemológico, lógico y sistemático. Me siento mejor escribiendo un poema que una reflexión que tenga pretensiones de ensayo Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
10
político, histórico o sociológico. Sin embargo, como director de la revista A plena voz he tenido que pasar a esa etapa explicativa de la literatura, donde los editoriales y otras columnas los he tenido que elaborar yo”. Así responde Osuna cuando se le pregunta el porqué de su preferencia hacia la poesía en su escritura y, al mismo tiempo, asevera que “los estudiantes deberían leer más al Chino Valera Mora, a Gustavo Pereira y a Ramón Palomares: son visiones distintas del país, pero que abarcan una gran memoria del siglo XX. Sería importantísimo que un joven tenga esa experiencia en su lectura y en su imaginario de país”. Estas páginas no serían suficientes para nombrar cada uno de los títulos que han pasado por las manos del poeta Osuna. Lo que sí es cierto es que le otorga a la relec-
tura una posición importante en la vida de todo buen lector. “Siempre llego al mismo sitio: primero voy buscando el camino y, en el camino, me voy encontrando con lugares, y en esos lugares es necesario que me tope con ciertas lecturas que me van a enriquecer en un futuro inmediato. Y así he ido avanzando por etapas y he conformado una totalidad en mi vida. Creo que lo más importante, para mí, es la relectura. Leer ahora a Cortázar me ha impresionado más que aquel Cortázar que leí siendo un joven poeta. Releer es una nueva forma del conocimiento. Lo importante es ver a un libro como un lugar de transitoriedad, no tomarlo como que ya no vas a volver a él sino que va a ser un libro que te va a acompañar. Así es, precisamente, como se crean las bibliotecas: tú dispones de la lectura de ese libro cuando tú quieras”.
Osuna es el actual director de la Casa de Bello ubicada en la esquina Las Mercedes
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.
Aunque parezca trillado, Osuna ubica al Quijote, al Buscón, a casi toda la obra poética de don Franscisco de Quevedo y al Siglo de Oro español en su principal lista de relectura. Actualmente lee, por primera vez, La historia de la lectura del mundo occidental de Guglielmo Cavallo y Roger Chartier, así como también relee a varios poetas venezolanos. Cuando Osuna ganó la Bienal Ramos Sucre en el 78, una periodista de El Nacional le hizo una entrevista en la que el poeta reveló información personal, por ejemplo: que escondió armas de fuego durante la guerrilla urbana. “Mi papá no sabía eso y cuando leyó la entrevista me dice: ‘Lo felicito, muy buena su entrevista, pero yo no sabía que había pasado tal riesgo cuando usted metió esas armas en mi casa’”.
11
MIRADAS
El piropo callEjEro: dE la joya a la violEncia En SuS oRígEnES, MuChoS SIgLoS AtRáS, LA PALAbRA PIRoPo SE REfERíA A unA PIEDRA PRECIoSA CoLoR Rojo. Con EL PASo DEL tIEMPo, A LAS PALAbRAS DIRIgIDAS A unA MujER Con LA nobLE IntEnCIón DE LISonjEARLA SE LES LLAMó PIRoPoS, y ESA CoStuMbRE tAn ESPAñoLA DE ESPEtARLE PIRoPoS En LA CALLE A LAS MujERES fuE ADoPtADA PoR noSotRoS Con tAL nAtuRALIDAD quE no noS DIMoS CuEntA DE CuAnDo EL PIRoPo DEjó DE SER unA PIEDRA PRECIoSA quE SE REgALA A unA DAMA PARA voLvERSE unA PEDRADA quE SE LE LAnzA A unA MujER quE LuEgo, CAMInAnDo RAPIDIto, SE MARChA RojA DE RAbIA POR MALÚ REngIfo FOTOGRAFÍAS ASDRÚbAL bRICEño
Caracas, 19 de enero de 2014.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
12 La intención y los efectos son variables: cuando un hombre aborda a una mujer desconocida en la calle no siempre se produce una agresión, no siempre una lisonja, no siempre un chiste de buen o mal gusto y no siempre un piropo cursi. Pero siempre se produce alguna de las anteriores. No siempre la intención de quien entrompa es Abordada por los hombres en la calle, algu- alabarnos, agredirnos u ofendernos, y denas veces la mujer sonríe y pasa el resto del bemos admitir que todo también depende, día sintiéndose hermosa gracias al caballe- en enorme medida, del humor que tengaro que hizo una venia ante ella y le dijo que parecía un ángel recién caído del cielo. Pero piropos hay de todos los colores y tamaños, y el arte de recibirlos está en hacernos maestras en interpretar un “quién fuera peo pa’ explotarte ese culo” como la frase más halagadora de la historia, a fin de no pasar la vida amargadas y escondidas de los ojos de los hombres con diarrea verbosexual. Caracas, la ciudad de las mujeres bellas y los hombres que no aguantan dos pedidas para vaciarse en cumplidos ante ellas. Aquí una mujer sale, da tres pasos por la calle y ya tiene al primer bacalao con ojos desorbitados viéndole el papo, las nalgas, las tetas y, a veces, hasta la cara con lascivia.
mos ese día. No hay una verdad última que describa el efecto que un abordaje callejero produce en la mujer que lo recibe. De lo que sí puedo hablar es de un hecho comprobado: la sociedad machista en la que vivimos no respeta nuestro espacio personal.
¿fLoR o PuñEtAzo?
Puede que Simón Bolívar siendo chamo, y sus amigos, hayan levantado un mujerero loco con palabras elegantes y educadas que
Si esta revista no fuera radicalmente en contra de los patrones que lastiman a las masas oprimidas de la historia, yo no podría decir ninguna de estas cosas ni jugando. El piropo se desvirtuó en el momento en que los medios comenzaron a vender a la mujer como un objeto destinado al consumo masculino, y es por eso que encontramos artículos numerosos que hablan de “¿cómo volverlos locos?” o “¿cómo vestirnos para lucir más especial y atraer todas las miradas?”, sin importar que alguna de esas miradas pueda tener una intención oculta. Romper con ese discurso me reduce, de inmediato, a marimacho, a estrecha, a fea, a bruja e incluso hasta a acomplejada. Asumí la tarea de escribir sobre la práctica del piropo callejero sin saber en qué lío me metía. Quise hacer un tratado gracioso sobre el tema, quizá para caerles bien a los lectores, pero mientras más investigaba más notaba lo imposible del intento. El rol que se le impuso a la mujer, como género oprimido, no se puede hacer a un lado si queremos discutir sobre el despliegue de ingeniosas cochinadas que nos escupen a diario por las calles caraqueñas decenas de borrachitos, ancianos, adolescentes, señores de paltó y maletincito, policías, vendedores, feos, guapos, pavosaurios, calentadores de banco y demás personajes del inventario masculino caraqueño. Los espacios públicos son el ámbito de abordaje por excelencia Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.
13 EL PIRoPo SE DESvIRtuó En EL MoMEnto En quE LoS MEDIoS CoMEnzARon A vEnDER A LA MujER CoMo un objEto DEStInADo AL ConSuMo MASCuLIno —
tenían como objetivo el cortejo y la conquista, pero la cultura del piropo se desfiguró a tal punto que las mujeres, a falta de fuerza bruta (porque mucho imaginamos yugulares tasajeadas y penes descuartizados), nos hemos resignado a poner la otra mejilla (por no decir la otra teta, o la otra nalga) al recibir los llamados de atención de los hombres en la calle, y seguir nuestro camino como si no pasó nada, pero el miedo va creciendo. Karelys tiene 35 años y dos hijas. Es una mujer bonita y sencilla que viste muy casualmente, y sin hacer mucho esfuerzo atrae miradas y genera reacciones en los hombres al pasar. “Es asqueroso y da miedo —dice—. Estoy cansada de todas las porquerías que una escucha por la calle. En dos ocasiones me han golpeado hombres que pasan desde una moto y han tratado de agarrarme una nalga”. El testimonio de Karelys me resulta familiar: hace unos años caminaba distraída hacia la casa de una amiga por una calle desierta, cuando un golpe en la baja espalda me sacó de mi letargo. De un carro se asomó un hombre. Con una sonrisa horrible me miró de arriba abajo, echó al viento un chasquido sonoro —al que no llamaré beso— y se fue acelerando como un loco. ¿Habrá seguido “nalgueando” mujercitas distraídas o habrá volado a su casa a masturbarse con la misma mano con la que me golpeó el coxis? Regresemos a Karelys: “Yo a veces me volteo y les digo cosas para que sepan lo desubicados que están, pero no hay quien la defienda a una cuando se trata de poder caminar por la calle sin que venga un hombre a decirte cosas o a meterte miedo, porque muchos guardias nacionales y policías me han dicho cosas también. Yo quiero una ley que prohíba el piropo callejero porque estoy cansada de tener miedo. Mi hija tiene 15 años y hace tiempo que la acosan. Una ya no sabe cuándo el dueño del piropo es un jodedor o un sádico”.
un juEgo DE RoLES
Poquísimas mujeres lanzan piropos: nosotras somos las presas; ellos, los depredadores. No tomamos la ofensiva: una mujer que Caracas, 19 de enero de 2014.
ve pasar a un hombre que le parece atractivo puede pensar muchas cosas, o hasta las comentará con una amiga, pero muy escasas veces se atreve a decirle algo. Es un juego desigual: un hombre piropeado sonríe y sigue, extrañado, su camino sin temores. A fin de cuentas, ¿qué daño le puede hacer esa mujer desconocida? En el ritual del piropo las mujeres somos el receptor inmutable de un mensaje que, dis-
Ok, dejémOslO pasar El piropo clásico (casi siempre cursi): “¿Qué estará pasando en el cielo, que están bajando los ángeles?”. “Estaba lloviendo y apareció el arcoíris”. “Suegra, vaya con Dios que yo voy con su hija”. “Dime tu nombre para pedirte al niño Jesús”. El chiste ingenioso: “¡Tan chiquita y ya camina!”. El chiste gafo: “Mira, se te cayó un cuadrito”. El chiste soportable: “No será Navidad pero te puedo hacer pasar la noche buena”.
pOnlO a pasar pena, llámalO abusadOr El piropo verde: “Eso sí camina rico”. “Tanta carne y yo sin dientes”. El chiste macabro: “Preséntame a tu ginecólogo pa’ chuparle los deos”. La agresión: “¿Tienes la regla? Vamos a hacer salsa rosada”. “Si así es la concha, ¿cómo será la pepa?”. “Eres la guasacaca en la que quiero remojar mi yuca”. “Fueras monte pa’ echarte machete”.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
14 frazado de frase inocente, ocurrencia salerosa, chiste subido de tono o manoseo verbosexual, al final solamente significa una cosa: yo soy hombre y te digo lo que quiera porque puedo, y ese ejercicio de poder es, siempre, una agresión, un acoso. Ante el tonto siseo de un grupito de muchachos que espera a que nos volteemos para lanzarnos besitos, o ante el don que nos explica con detalle lo que haría con nuestros cuerpos si pudiera —y que los
dioses nos libren de que ese “si pudiera” nos agarre de noche en una calle solitaria—, la única respuesta que le hemos conseguido las mujeres al acoso callejero es ignorarlo. Craso error: ni los hombres tienen el derecho de vulnerar nuestra sensación de seguridad en las calles ni nosotras tenemos el deber de soportar, silenciosas y sumisas, la descarga de erotismo de un perfecto desconocido que, sin que nadie lo llamara, se acerca a darnos la opinión que le merece nuestro cuerpo.
Algunas mujeres consideran que no es lo que se dice sino cómo se dice
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.
toDo PIRoPo ES unA foRMA CLARA DE InvASIón y noS gEnERA AnguStIA A LAS MujERES, quE ACAbAMoS SIntIÉnDonoS InSEguRAS —
Confieso que he leído EN LA ORILLA
vIoLACIón A CoRtA ESCALA
Una mujer convencida de un principio muy machista justifica al piropero abusador: “Bueno, ¡pero ella tiene la culpa!, ¿para qué sale a la calle así?”. Y a veces una cree que es verdad, que “no se puede ir por ahí tentando al diablo”, pero siendo sometidas desde nuestro nacimiento a los estímulos de una industria que nos vende ropas y productos para lucir más hermosas (¿más hermosas para quién?), trabajando como locas para comprarnos aquello que nos permita atraer a un hombre que se adueñe de nosotras (en la salud y en la enfermedad, venérea, hasta que la muerte nos separe), ¿cómo nos van a culpar de vestirnos como se visten Beyoncé, Shakira y todas las bombas sexuales que nos (im)ponen como modelos?
propósito de imponerse como macho sobre ella. Pero para no andar todo el tiempo tan molesta con los hombres en la calle, tomando en cuenta que los caraqueños echamos broma hasta por los codos, he decidido diferenciar entre los piropos tolerables y los que, de ningún modo, tenemos que soportar. No es lo mismo lidiar con un tipo que te dice “eeessooo, si como caminas cocinas…” muerto de la risa, que tener que escuchar a quien lo dice chorreando baba con una lujuria insana.
Sin embargo, el asunto no es tan fácil como alegrarnos cuando el piropo no dice palabras ofensivas. Todo piropo es una forma clara de invasión y nos genera angustia a las mujeres, que acabamos sintiéndonos inseguras al momento de tener que interactuar solas con hombres desconocidos, o no, pues siempre existe el Luego de escuchar “uff, mami, qué rica te miedo de que nos estén pensando como queda esa faldita” y sentir el arañazo de un objeto sexual. una mirada lasciva por quincuagésima vez, muchas mujeres comienzan a vestir de otra No es agradable sentirse débil físicamente manera. Pero la cosa no cambia: “No im- y saberse indefensa ante el ataque de un porta si estás arreglada o no. El día que tú hombre. El acoso verbal nos pone a la demás crees que estás horrible, más cosas te fensiva, esperando que se dé la situación, y dicen en la calle”, testimonio que repiten esa víspera interminable del momento fatal se convierte en el día a día de la mujer, la casi todas las mujeres de Caracas. castra. Al ser un ejercicio de poder, otra conclusión apresurada es que no se puede andar Si me estás leyendo tú, macho opresor, pisola por ahí. Un hombre no le dice “mami, ropero, quiero que sepas que tu madre, tus qué rica esa cucharita” a una mujer que hermanas y tus hijas son víctimas de otros camine acompañada de un manganzón hombres como tú que se imaginan a tus de dos metros con cara de criminal, ni mujeres amadas en situaciones sexuales y teniendo la minifalda más chiquita de la les dicen groserías por las calles. Apuesto a historia. Se lo dicen, sí, a la que camina que la idea no te gusta ni un poquito. sola, a la que va descuidada, la que nunca representa una amenaza. Esta conducta En todas partes, donde quiera que una nos revela un secreto miserable del aco- mire, los hombres están ahí, parados, essador verbal: el piropo que agrede no se perando a que una pase para recordarnos, da como un cumplido, es una forma co- cada día de nuestras vidas, que tienen barde de imponerse como macho ante una derechos sobre nosotras, que nos pueden dama, sin importar la voluntad de esta y mirar y tocar sin que nosotras podamos sin que haya consecuencias. ¿Cuánto se hacer más que un pequeño mohín o, en el parece eso a una violación? peor de los casos, darles un codazo que no nos quitará lo violentadas, porque nadie nos defiende en esos casos. Si el piropo no DEjAnDo LA RAbIA es para nosotras, nos aliviamos y seguimos A un LADo Ya casi ningún piropo es respetuoso, básica- el paso rapidito. ¿Qué pasaría si nos solimente porque no se dicen con el fin de co- darizáramos y humilláramos de vuelta al nocer a la mujer que lo provoca sino con el macho que nos humilla? Caracas, 19 de enero de 2014.
"El primero en ver la carroña es Ahmed Ouallabi. Desde que Esteban cerró la carpintería hace más de un mes, Ahmed pasea todas las mañanas por la marina". En la orilla. Raúl Chirbes
Así comienza la novela En la orilla (Edit. Anagrama), que este año ha sido calificada por 56 críticos consultados por la revista cultural Babelia como la mejor novela del año 2013. Allí está narrada una época, una manera de encontrarse con un mundo que se está viniendo abajo. Esteban es el protagonista. Un día decide vender su carpintería y deja sin trabajo a sus amigos, y él se queda cuidando a su padre. Vamos descubriendo, después, lo que va pasando porque cada uno de los personajes nos va contando su tragedia. A través de sus monólogos nos vamos enterando de sus vidas, de sus sueños, de sus fracasos. Incluso, hay una colombiana que cuida al padre de Esteban e igualmente va soñando con su pueblo, va comparando y va recordando que salió de Colombia para vivir mejor y se encontró con una crisis inmensa. Dice Raúl Chirbes que, mientras escribía En la orilla, “volví a leer los Episodios nacionales, de Benito Pérez Galdós. Galdós, como maestro, como modelo para cualquier novelista que, además de saberse síntoma de su tiempo, quiera ser testigo”. Es un homenaje de Chirbes a su maestro Galdós. Es una escritura cincelada. Va narrando la descomposición social y económica que no solo se vive en España sino que va más allá. En fin, En la orilla es una novela que te obliga a reflexionar porque te toca muy cerca. Todos los críticos coinciden en la belleza de su lenguaje. Y dice Luis García Montero: “Raúl Chirbes es uno de los escritores que mejor cuenta la realidad porque lleva muchos años persiguiendo su sentido”. Vamos a perseguir con Chirbes el sentido de esta cruel realidad que nos cuenta. Roberto Malaver robertomalaver@gmail.com
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
AUTOR: ALFREDO RAJOY WEB: https://www.FAcEbOOk.cOm/ALFREDO.RAJOY
ENVÍE SU ARTE A epale.ciudadccs@gmail.com
18
minicrónicas
caracasmorfosis FOTOGRAFÍAs asDrÚBaL BricEÑO y amBrOsiO PLaza
Esta CaraCas nuEva
En 2003 el bulevar de Sabana Grande era un intransitable laberinto de gritos, mafias y aguas negras, peligroso y feo, guarida del crimen, la corrupción y el deterioro social a toda escala. Yo estaba nueva en Caracas y no sabía a dónde ir. Un local sifrino o algún centro comercial eran las opciones, pero era caro y yo no tenía dinero casi nunca, apenas para el pasaje y una que otra chuchería. Manganzoneaba, cual pelabola, durante el día con mis amigos. Íbamos al Parque del Este (que tenía fama de peligroso) o a hacer completa la ruta del Metro hasta Propatria y salir a la superficie dentro de esa montaña rusa apta para cardíacos, desde donde explorábamos las partes de la ciudad que a pie nos daban miedo y que en autobús no sabíamos cómo conocer.
varones me explicaban el fenómeno utilizando palabras como imán, energía, inercia o magnetismo. Yo estudiaba en la Universidad Simón Bolívar, un jardín impecable donde no pasaba nada. Las rutas de autobús bajaban de Sartenejas a La Trinidad, Chacaíto, Bellas Artes y La Paz. Uno ahí tomaba el Metro sin mirar para los lados y se iba para la casa. Luego tuve que mudarme muchas veces y conocí gran parte de la ciudad: todos sus puntos cardinales. Disfruté enormemente mi llegada a Caracas, el lugar donde nací. Entonces no era tan bonita como la que veo ahora, con todos esos parques, plazas; ese casco central y tanta gente a toda hora caminando una Sabana Grande que le hace honor a su nombre.
Mi lugar favorito (por lo céntrico, fresco y apacible) es el parque Los Caobos, que suelo En el Metro hacíamos un juego que consistía atravesar con bastante frecuencia. Y todavía en colocar una moneda en el piso del vagón, me gusta cuando voy al oeste a sentir la luz entre las puertas, antes de que el tren comen- del sol cuando el tren sale de la tierra. zara a andar. Al arrancar la moneda se paraba derechita sobre su canto y mis amigos POR MALÚ RENGIFO
La Motovía
Hay cosas bien buenas que ocurren de repente. Tenía tiempo que no pasaba por la calle de los hoteles. Hace poco lo hice y me llevé una de las mejores sorpresas de mis últimos tiempos: ¡Habían construido una motovía! No se quién lo hizo porque, en un extraño acto de modestia preelectoral, no colocaron suficientes carteles. Sé que no fue Ledezma porque su falta de modestia molesta y porque, además de vender autobuses con el logo de la Metropolitana y despotricar del gobierno, él no hace nada. Tenían que haber sido Jorge o Jacqueline. ¡Qué maravilla! Se me aguaron los ojos viendo aquello. Los motorizados circulaban tranquilos por su motovía, seguros, incluso pasaron algunos policías con el pecho henchido de orgullo por hacer uso de esta innovación vial. Algunos motorizados aún circulaban entre los carros, viéndose obligados a zigzaguear por esa odiosa costumbre que tenemos algunos automovilistas de no desaparecer cuando suenan la agradable cornetica. Pero, qué se le va a hacer, siempre hay resistencia al cambio.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPaLE ccs
Caracas, 19 de enero de 2014.
ENVÍE SU MINICRÓNICA A epale.ciudadccs@gmail.com
aL CuErPo HaY QuE DarLE Lo QuE PIDa
Eran mis vacaciones decembrinas. Había tenido suficiente “arenita, playita y mamitas bonitas” y, antes de comenzar a trabajar, quería ese frío sabroso que se disfruta con una buena compañía. La primera tarea era conseguir la buena compañía. Fácil, no tuve que pensar más de cinco segundos para saber a quién llamar. Con la buena compañía a mi lado se ponía en marcha la segunda tarea: decidir el lugar. ¡Coño, más fácil todavía!: la Colonia Tovar. Y nos fuimos.
Algunos peatones abusivos, porque la mayoría lo son, intentaban invadir por momentos la motovía; pero cornetazos, acelerones y mentadas de madre fueron efectivos instrumentos de defensa de sus derechos.
De La Yaguara tomamos una camionetica directo a El Junquito, y al llegar debíamos tomar otra que nos dejara en nuestro destino. Cuando llegamos a la tierra del cochino frito, las fresas con crema nos dieron la bienvenida y nos compramos un vasito. Nada más romántico que eso. Todo lindo, todo bello... hasta ahora.
Mientras esperábamos que saliera la camionetica sentí ganas de orinar, pero pensé en lo cerquitita que estaba la Colonia Tovar, así que no me preocupé. ¡Ay!… a veces la ignorancia se paga caro. A mitad de camino mis manos sudaban, mis piernas no dejaban de moverse y cada vez se me hacía más difícil mostrarme coqueta y más fácil mostrarme desesperada. Sépanlo, de El Junquito a la Colonia hay un trayecto que dura cerca de una hora. Mi buena compañía me preguntó, por quinta vez: “¿Estás bien?”, a lo que respondí: “No. ¡ME ESTOY MEANDO Y NOS BAJAMOS AQUÍ!”. Así fue. Tocadas de corneta, gritos burlones y una caminata de 45 minutos por la carretera fue el precio que tuve que pagar por aplicar el refrán “al cuerpo hay que darle lo que pida”. POR MELANY PÉREZ
El colmo fue una abuela quien, junto a dos niños, se atravesó en la motovía y obligó a un motorizado a hacer uso de un truco que le había enseñado su hermano mayor pero que, hasta ahora, nunca había necesitado: frenó. Se sorprendió del efecto de halar la palanquita y pisar el freno simultáneamente y suspiró aliviado, seguro de que pisar a la vieja o a los carajitos le hubiera provocado una caída o, peor, un raspón a su moto. Luego de los improperios, porque la vieja, a pesar de su imprudencia, tuvo la osadía de gritarle alguna cosa, continuó su viaje preocupado. Su hermano le había dicho que frenar podía tener efectos secundarios, que a su pana Manuel cada vez que lo hizo se le puso más chiquito hasta que casi desapareció. “¡Qué va! —se dijo—, nunca más freno. ¡Primero muerto!”. POR JOsÉ JuLIáN VILLALbA GuERRA
Caracas, 19 de enero de 2014.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPaLE ccs
20
MITOS
23 de enero: La historia invisibiLizó a Los héroes POR rOCíO CAzAL ILUSTRACIÓN nATHALY bOnILLA
Se dice que en ese tiempo se perseguía a los Durante esos meses se intensificó la resisadecos. Así era. También a los comunistas. tencia contra la dictadura hasta que en la Mucho más aún. madrugada del 1° de enero de 1958, después de la bienvenida al nuevo año, ocurrió Cuando cayó el régimen de Marcos Pérez un primer levantamiento militar encabeJiménez, lo que recuerdan muchos de ese zado por el coronel Hugo Trejo. Aviones 23 de enero de 1958 fue cuando, esa ma- de guerra sobrevolaron el cielo caraqueño drugada, un único avión sobrevoló el cielo y hasta una bomba cayó en el Palacio de de Caracas. Sí, era él, que salió de La Carlo- Miraflores, que habría matado a “Perecito”, ta, huyendo de la insurrección del pueblo vigilante de uno de los portones. y del golpe militar que lo derrocaba. Santo Domingo, República Dominicana, era el Pero, a pesar de que también salieron tandestino del dictador. quetas a la calle, el golpe fracasó y varios dirigentes fueron detenidos, incluyendo a El mito que hay del fin de la dictadura y Trejo. Después de escucharse el Himno Nadel inicio de la llamada “democracia repre- cional, Pérez Jiménez anunció, a través de sentativa” es que los adecos fueron quienes cadena nacional de radio y televisión, que salvaron a Venezuela. Se llevaron el premio la sublevación “había sido aplastada”. de “héroes”, mientras que los comunistas -que fueron quienes le echaron pierna, Sin embargo, ya él sabía que gran parte de desde siempre, en contra de esa dictadura- la Aviación y del Ejército estaban sublevaquedaron a un lado, pero siguieron siendo dos. La Marina se uniría luego a la insuperseguidos, torturados y desaparecidos. bordinación. También sabía que el pueblo Una dictadura disfrazada. estaba descontento con todo su aparato represivo. Y mucho. No era un secreto y, por tanto, Pedro Estrada saldría de la jefatura LA rEbELIón de la policía, llamada Seguridad Nacional. CívICO-MILITAr Casi siete meses antes de que se derrocara la dictadura, se realizó una reunión en la Igual la represión continuaba mientras los casa del periodista Fabricio Ojeda, el 11 estudiantes salían a las calles y las masas de junio de 1957, a la que habrían asistido populares se unían a la protesta. Nueve días José Vicente Rangel y Guillermo García después, gracias al llamado de la Junta PaPonce. La idea era organizar una Junta Pa- triótica, cientos de personas (se dice que triótica, lo cual se logró. La iniciativa salió cinco mil) protestaron en El Silencio y mide parte de militantes del Partido Comu- dieron fuerzas con la policía. Fueron días de detenciones. nista de Venezuela (PCV). A esta junta se sumaron miembros de los partidos Acción Democrática (AD) y de la Unión Repúblicana Democrática (URD). Dos meses después de esa reunión, el 10 de agosto, circuló el “Primer Manifiesto de la Junta Patriótica”. Mucho tiempo después se unirían los del partido socialcristiano Copei. Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Para el 21 de enero, los líderes de la Junta Patriótica organizaron un paro cívico, que inmediatamente se convirtió en huelga general. Los medios de comunicación impresos se sumaron a este llamado y, por tanto, los periódicos dejaron de circular como medida de presión para que cayera el régimen dictatorial. Caracas, 19 de enero de 2014.
GrAn PArTE dE LA AvIACIón Y dEL EjÉrCITO ESTAbAn SubLEvAdOS. LA MArInA SE unIríA LuEGO A LA InSubOrdInACIón. TAMbIÉn EL PuEbLO ESTAbA dESCOnTEnTO COn TOdO Su APArATO rEPrESIvO —
21
Para el mediodía de ese 21 los comunistas habían planificado una insurrección popular. Y se logró. La gente salió a la calle a protestar. De hecho, se dice que para ese entonces muchos civiles insurrectos ocuparon los ministerios y lincharon a varios funcionarios. También que lograron liberar a presos políticos. Sí, a esos que fueron puestos tras las rejas y torturados por estar en contra del régimen dictatorial.
LLEGó EL PunTOfIjISMO
Todo comenzó en Caracas. La madrugada del 21 de enero todos supieron quién era el líder de esta revuelta en una breve transmisión que hubo en Radio Caracas Radio (RCR): “Les habla Fabricio Ojeda, presidente de la Junta Patriótica”. No se trataba de un militar. Se trataba de un periodista que laboró en El Nacional y en El Universal y cubría la fuente de Miraflores.
Luego de derrocado Pérez Jiménez, Ojeda anunció, en cadena nacional, su cooperación con las Fuerzas Armadas para restablecer la normalidad del país. Por supuesto, exaltó la victoria del pueblo.
Por supuesto, el PCV fue excluido. Sus dirigentes y miembros fueron traicionados, perseguidos, torturados y desaparecidos en esa “democracia”.
Fabricio Ojeda fue una de las víctimas. De hecho, después de renunciar a su cargo de diputado (que logró en elecciones después de la caída de Pérez Jiménez) y asumir la guerrilla como forma de lucha contra el gobierno de Rómulo Betancourt, fue encarcelado por “rebelión militar”. En prisión, durante el período presidencial de Raúl Leoni, Una Junta Militar de Gobierno se erigió, lo ahorcaron para dar a entender que había presidida por el contralmirante Wolfgang sido un suicidio. Larrazábal. Luego, el 31 de octubre de 1958, vendría el famoso Pacto de Punto Fijo, un Así ocurrió con muchos en dictadura y en acuerdo entre AD, Copei y URD para ins- los 40 años de “democracia” hasta 1998. De taurar esa “democracia representativa”, fir- hecho, los libros de historia borraron nommado por Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, bres como los de Ojeda y otros luchadores Gonzalo Barrios, Jóvito Villalba, Ignacio sociales para que los líderes de los “partiLuis Arcaya, Manuel López Rivas, Pedro del dos tradicionales” fueran vistos como los Corral, Lorenzo Fernández y Rafael Caldera. héroes. Pérez Jiménez habría huido a bordo de “La vaca sagrada”, como le decían al avión presidencial, junto con su familia y maletas repletas de dólares. Se dice, incluso, que este dejó un gran bulto lleno de dinero en Miraflores por la desesperación de huir.
Caracas, 19 de enero de 2014.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
22
MÚSICA
rancho pegado con la psicodelia le gusta llamarse rancho porque se identifica por completo con su definición: un rancho es una estructura improvisada, hecha con los materiales que se encuentran en el camino, algo endeble, pero que se mantiene con el tiempo, y mucha mano de obra POR MAbE ChACín gonzáLEz FOTOGRAFÍAS joSÉ rIvErA
Desde hace muchos años a Carlos Vladimir dejaron de llamarlo por su nombre. “Rancho” es el apodo que lo identifica desde que sus amigos lo inculparon por una hazaña de construcción que realizó cuando era adolescente. Lo cierto es que la construcción no fue el futuro de Rancho, sino la música, las artes plásticas y audiovisuales y el diseño. “Realmente yo soy pintor y estudié Filosofía en la UCV”. Una cosa conduce a la otra: se paseó por los pasillos de las escuelas de Filosofía y Artes de la Universidad Central de Venezuela, también lo hizo por los salones de Artes Plásticas de la Cristóbal Rojas y estudió música en un sinfín de lugares. Y, aunque nunca terminó por completo alguna carrera ni salió con toga, birrete y título de algún instituEdición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Rancho es un artista integral que se aleja de los estándares
Caracas, 19 de enero de 2014.
23 to, la experiencia y la calle lo convirtieron en un artista integral. Hoy le da las gracias a Genesis y a Peter Gabriel por sus inclinaciones musicales, que son inmensamente variadas, con una característica en común: la psicodelia. “En los 80 me hubiese gustado tener más madurez para escuchar la música que oí en aquel entonces. Tuve negación a lo contemporáneo, yo me quedé pegado con la música de los 70 y la psicodelia”. “Empecé a tocar guitarra y bajo desde que entré en el bachillerato. Luego empecé a estudiar pintura, pero la abandoné por la música. Desde ese entonces he viajado, me he paseado por distintas disciplinas, pero siempre he intentado fusionarlas en cada proyecto”. Akurima, La Comarca, Capibara, Flu, Guoki Toki, Las Frutas Tris: algunas de las bandas en las que Rancho participó y aportó su calidad de artista integral
y experimental. “Los del mismo plumaje siempre vuelan juntos, y eso fue lo que pasó con cada banda a la que pertenecí: mucha influencia del rock de los 60/70. En general, me gustan todos los movimientos artísticos de esa década”. Después del agite llegó una calma momentánea: Rancho se quedó sin banda y con mucho material engavetado. Es así como se aventura en la creación del Laboratorio Suda-k, que nació de la necesidad de compartir conocimientos artísticos y fusionarlos. El primer megaproyecto de esta fábrica fue la grabación simultánea de cinco discos, en los que Rancho fue el productor principal de cada banda. “Los músicos somos muy ‘gueteros’, sectarios: el que oye reggae no oye rock; para el metalero sería imposible oír un disco de música tradicional. Un artista no debería tener reglas, esa es la principal premisa del Laboratorio Suda-k: las fusiones, los experimentos, el intercambio de infor-
mación”. Dos años tocando puertas y valiéndose de la autogestión lograron grabar y producir —de manera gratuita— cinco proyectos; aunque algunos se disolvieron, dejaron el disco como un documento para los anales del rock venezolano: Cunaguaro Soul, Hojalata Suite, Tunacka, Víctor Aly y Arena. Actualmente trabaja en un proyecto llamado Rancho y Los Elefantes Durmientes. “Es una banda actual que suena a 70”. Su exploración psicodélica no se limita a la música. En las artes plásticas trabaja de la misma manera. Ha pasado de hacer pintura a hacer instalaciones. Su obra más conocida se llamó Íntimamente pública: dibujos e instalaciones de vaginas. Aunque ninguna galería quiso exponer su colección, se vendieron varias. El nombre salió de una conversación con un amigo que le dijo: “¿Cómo va a ser la ‘totona’ un lugar íntimo si todos salimos por ahí?”.
A través del Laboratorio Suda-k le rinde tributo a las fusiones artísticas
Caracas, 19 de enero de 2014.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
24
GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
rookies: un restaurante que promete POR GuSTAvO MÉRidA FOTOGRAFÍA ASdRúbAL bRiCEñO
Mi buen amigo PTT Lizardo es poeta, aunque él se dice “peota”. Está recuperando su salud poco a poco. Vaya un abrazo. Él me enseñó este lugar cuando algunas veces lo visitaba en su trabajo y almorzábamos. En una ocasión, mirando a cuatro personas que comían apaciblemente en una mesa cercana, me dijo: “Allí en esa mesa hay más de 300 años. Todos son mis pacientes”. Pero entonces era otra administración.
consultorios médicos, un banco y, por supuesto, este restaurante. Lo regenta la simpática Betssy Aliendres, quien tiene seis años trabajando en la cocina pero apenas dos meses en este local. Una novata con experiencia. “Para los chicos que están cansados de la comida chatarrita, aquí ofrecemos una comida natural, sana y moderna, dentro de todo”. Precios solidarios, por debajo de la unidad tributaria (Bs. 107), ya que es una exigencia para trabajar con los estudiantes. Cocinan sabroso y con poca sal.
Es una terraza amplia e iluminada, fresca y silenciosa. No tiene el barullo típico de los locales al mediodía, a pesar de estar suficientemente concurrido. Una gran barra circular adorna el espacio. Hay unas 25 mesas. Estudiantes y personas de la tercera edad compar- Incluye una sopa, el plato principal y la bebida. Desde la terraza se ve parte del estadio y ten un clima verdaderamente agradable. a esta hora (12:30 pm) ya hay cola para comEs el piso superior del edificio de la Asocia- prar las entradas para el juego de los glorioción de Profesores de la UCV, con todos sus sos Leones del Caracas contra Magallanes.
La simpática Betssy decidió ponerle Rookies a su creación. El menú de hoy: croquetas de atún, pollo a la suiza y pasta tres salsas (pesto, boloña y carbonara). Los contornos: arroz con maíz, ensalada mixta y tajadas. Buen papelón con limón, aunque no estaba muy frío. Trabajan de lunes a viernes de 7 am a 3:30 pm. Es un espacio perfecto para comer. Varias personas traen sus comidas caseras y las comparten aquí. Betssy no tiene rollo con eso. El fotógrafo escogió las croquetas y yo la pasta. Antes, una redonda crema de auyama no dejó resquicios para alguna crítica. Le advierto a Asdrúbal: “Pana, es mi trabajo contarles a nuestros cientos de miles de lectores y lectoras cómo es la calidad de la comida. Dame croquetas”. Y el pana me dio. Sabrosa, sana... pero le faltaba un poquito de sal. Antes de
RECETARIO DEL PELABOLA
Florecitas caraqueñas en almíbar POR MALú RENGifO mAluRenGiFO@GmAil.cOm
Una de las cosas más hermosas de Caracas es que está llena de árboles. Acacias, jabillos, caobos, palmeras, samanes y muchos otros que dan sombra, color, frescura y vida a nuestros paisajes. Los loritos gritan contentos todas las tardes desde las copas de ficus y flamboyanes. Las guacamayas en las mañanas vuelan de ceibas a chaguaramos, desde el Jardín Botánico hasta Los Próceres, posándose a descansar en las ventanas de la gente “chikiluki” de esas zonas, para saludar un rato a los muchos estudiantes que viven pelando bola, alquilados en un cuarto. Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.
25 Calidad Precio Ambiente Atención
comentarlo, me recuerda Rosvigis Cordero, quien está en la caja y no deja de sonreír: “Es que cocinamos bajo en sal”. Así que si quiere comer en un sitio donde esté seguro de lo sano y económico, intente con estos novatos. Son buenos prospectos.
s cia Aca Las Rookies Av.
Au top ist
uia roq aria he Par ersit iv Coc Un lle-
a aV
l. Av. Ppa
de Bello
Monte
Mi pasta estuvo intachable: al dente, con adecuadas porciones de cada salsa y servida en un plato redondo que te ayuda a enrollarla —es parte de una ceremonia mediante la cual compartes más con quien comes. Alguna vez alguien compró espaguetis de un metro ¡y los rompió para cocinarlos! Todavía no tiene punto de venta, son novatos, pero aceptan tickets de alimentación. Para culminar, un postre hecho por la mamá de la simpática Betssy. Un quesillo, de los mejores que he probado, exquisito de verdad. Indagué al respecto y me dijeron que no tiene leche condensada. Fue la única información que me dieron. Novatos de cuidado.
Las guacharacas nos despiertan desde los mangos, las garcitas son flaquitos avioncitos de papel expertos en ir al Guaire y no mancharse de marrón ni una plumita. Nosotros disfrutamos del paisaje desde abajo, casi sintiéndonos ajenos a él, sin darnos cuenta de la importancia que tienen los pajaritos y los árboles para la vida y de lo mucho que nos serviría prestarles un poquito de atención, más seriamente.
• Cubre las flores con agua y agrega media taza de azúcar y media panela de papelón.
Hace días leí esta frase: “Conoce el lugar en donde vives. Comienza por los pájaros y los árboles”. Y es posible que esa frase la haya dicho un pelabolas que comió bastante sopa de paloma toda su vida, pero es verdad: al conocer los árboles podemos tomar de ellos no solo sombra y frescor, también medicina y alimento, sin tener que derrumbarlos. Eso sí: fruto o flor que usted vea completico y rozagante, sin mordisquitos de hormiga o pajarito, no se lo coma ni porque lo vea sabroso.
• Y ya.
• Ponle un poquito de clavitos de olor y deja cocinar a fuego lento por bastante tiempo, hasta que el almíbar esté espeso y las flores de bucare se hayan puesto traslúcidas.
Te quedará un dulcito-mermelada con una esencia diferente a cualquiera que hayas probado antes, propia del bucare y muy rica.Si no sabes todavía qué es un bucare y te suena a mata exótica de la selva amazónica, te cuento que no es así: el bucare es un árbol grande que se da en nuestras cordilleras de la costa y andina, con flores anaranjadas muy llamativas, y que se usaba mucho para darles sombra a los antiguos cafetales caraqueños. Donde quiera que vayas, en Caracas, encuentras duLCE dE fLOR dE buCARE Con las flores del bucare, pa’ ponérselas pancita, se hace un dulce muy uno con su alfombra de flores en el suelo, y si no lo reconoces cualquier persona mayor te puede indicar cuál es. Un universo de materia prima sabroso que se prepara igualito al dulce de lechosa: gratis para hacernos la merienda está al alcance de todos. Si no lo apro•Mete tres tazas de flores de bucare —bien lavaditas y sin el cachito que vechamos vendrá algún empresario a patentar la mermelada de bucare y la venderá como algo exótico, carísimo y “dificilísimo de hacer”. tienen en el centro— en una olla. Caracas, 19 de enero de 2014.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
26
SOBERANÍAS SEXUALES
¿No estamos preparadxs para eso? POR yOSjUAN PiñA @eRchOs ILUsTRAcIÓN NAthALy BONiLLA
Usted no se puede casar con la persona que le dé la soberana gana. No puede asegurar en el HCM a la persona que está a su lado. No puede poseer cédula de identidad porque usted es heterosexual. Tampoco pueden criar niñxs, pues usted es heterosexual. Usted debe someterse al chalequeo en la calle, en el colegio, en la universidad, en el trabajo, porque es heterosexual. ¿Usted es católicx? Tampoco puede entrar en ese lugar que llaman cielo por ser heterosexual. ¿Esto le indigna? Pues se la cala, eso no es de Dios. La Constitución dice que hay garantía para todxs, que somos un Estado laico, pero ¡déjense de inventos!, “esta sociedad no está preparada para eso”. ¿Cómo se sentiría y reaccionaría? (sí, ya sé, esto es el mundo al revés). En nuestra realidad criolla pasa, y no es ficción. Claro, le pasa a lxs maricxs, a las lesbianas, a lxs transexuales. Pero eso no importa. Estamos dando pasos tímidos en revolución, que aún le otorga privilegios al heterosexismo puritano. De la cama para adentro: la familia tradicional. De la cama para afuera: pagamos por putas y batitubos; descargamos pornografía y nos masturbamos con ella; carros a toda velocidad, conducidos por “heterosexuales”, “piropean” y acosan a transexuales en la Libertador y pagan por una mamada (cuando pagan). La sexopolítica bolivariana opera desde la heteronormatividad y llega al heterosexismo con grajeas discursivas que le hacen guiño a lxs maricxs, lesbianas, transexuales, sobre todo cuando ocurren resbalones de esa homofobia simpática que se deja colar en los discursos y actos políticos. Aún domina la ética pudorosa que se horroriza con lo marico, con lo raro, con eso “que es de cachaperas” y con lxs mal llamadxs “transfor”. Hay sexualidades y subjetividades disidentes que no nos conformamos con este orden que privilegia solo a algunxs. Este 31 de enero, en la entrada de la Asamblea Nacional, se llevará a cabo un proceso de recolección de firmas en apoyo al proyecto de ley de unión civil en Venezuela entre personas del mismo sexo. Y no es matrimonio, como sacramento católico. Y no se trata de la mera reproducción de la ideología del amor romántico (“hasta que la muerte nos separe”) y salir de picnic con niñxs adoptados y jugar a lanzarle la pelotica al perrito que forma parte de la familia “ideal”. Se trata de incorporar en el sistema de derecho a subjetividades bastardas para el conservadurismo criollo, que es anacrónico a nuestras leyes, incluyendo la Constitución. La AN aún titubea ante el tema. Dilata la discusión y países como Argentina y Uruguay le han metido el pecho, con tetas y sin ellas; le han echado bolas y ovarios. Hasta nuestro Plan de la Patria grita romper con el cerco heterosexista complaciente con la Iglesia católica, a la que aún le hacemos el coro. Es impensable que los curules de la AN estén atados a Levítico 18:22 del Antiguo Testamento, escrito 1500 años a.C. Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.
27
DIARIO
DÍAS Y NOCHES DE AMOR Y DE GUERRA (XIV) POR EDUARDO GALEANO ILUSTRACIONES ALFREDO RAJOY
Caracas, 19 de enero de 2014.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
28 ESA VIEJA ES UN PAÍS
1.
La última vez que la Abuela viajó a Buenos Aires llegó sin ningún diente, como un recién nacido. Yo hice como que no lo notaba. Graciela me había advertido, por teléfono, desde Montevideo: “Está muy preocupada. Me preguntó: ‘¿No me encontrará fea Eduardo?’”. La Abuela estaba hecha un pajarito. Los años iban pasando y la encogían. Salimos abrazados del puerto. Le propuse un taxi. —No, no —le dije—. No es porque crea que te vas a cansar. Yo sé que vos aguantás. Es que el hotel queda muy lejos, ¿entendés? Pero ella quería caminar. —Escúchame, Abuela —le dije—. Por aquí no vale la pena. El paisaje es feo. Esta es una parte fea de Buenos Aires. Después, cuando hayas descansado, vamos a ir juntos a caminar por los parques. Se detuvo, me miró de arriba a abajo. Me insultó. Y me preguntó, furiosa: —¿Te crees que yo miro el paisaje, cuando camino contigo? Se colgó de mí. —Me siento agrandada —me dijo— bajo el ala tuya. Me preguntó: “¿Te acordás cuando me llevabas alzada, en el sanatorio, después de la operación?”. Me habló del Uruguay, del silencio y del miedo. —Está todo tan sucio. Está tan sucio todo. Me habló de la muerte: —Yo voy a reencarnar en un abrojo. O en un nieto o bisnieto tuyo, yo voy a aparecer. —Pero, vieja —le dije—. Si usted va a vivir doscientos años. No me hable de la muerte, que usted tiene para mucho todavía. —No seas perverso —me dijo. Me dijo que estaba harta de su cuerpo. Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
—Dos por tres le digo a mi cuerpo: “No te Se encontraron en un café. El tipo insistió soporto”. Y él me contesta: “Y yo tampoco”. en que debían beber whisky importado. Vicente dijo que no quería y que a esa hora de —Mira —me dijo, y se estiró el pellejo del bra- la mañana... zo. Bebieron whisky importado. Me habló del viaje: Entonces Vicente se enteró de que el tipo era —¿Te acordás cuando te estaba matando la oficial de policía. fiebre en Venezuela y yo me pasé la noche llorando, en Montevideo, sin saber por qué? —Yo estoy en un comando para operaciones Todos estos días yo le venía diciendo a Emma: especiales —dijo el tipo— y he recibido la or“Eduardo no está tranquilo”. Y me vine. Y aho- den de matarlo. ra también pienso que no estás tranquilo. Le dijo que le convenía desaparecer por una se2. mana. La semana próxima recibirían otra lista, con otros nombres. Todas las semanas cambiaLa Abuela estuvo unos días y se volvió a Mon- ban las listas. tevideo. Al tiempo le escribí una carta. Le escribí que no se cuide, que no se aburra, que no se —Yo no le garantizo la vida, ni nada. Simcanse. Le dije que yo bien sé de dónde viene el plemente le digo que se esconda por una barro con que me hicieron. semana. Tenemos mucho que hacer. Usted no es importante. Y después me avisaron que había tenido un accidente. Vicente le dijo que se lo agradecía y que no sabía cómo hacer para... La llamé por teléfono. —Ahora estamos en paz —dijo el tipo—. Yo ya —Fue culpa mía —me dijo—. Me escapé y no le debo nada. Usted me hizo una gauchada me fui caminando hasta la universidad, por hace dos años. Queda pagada. Si vuelven a darel mismo camino que antes hacía para verte. me la orden y lo encuentro, lo mato. ¿Te acordás? Yo ya sé que no puedo hacer eso. Cada vez que voy, me caigo. Llegué al pie de la Llamó al mozo. Se levantó sin esperar el vuelto. escalera y dije, en voz alta: “Aroma del tiempo”, que era el nombre del perfume que una vez me —No le doy la mano —dijo— ni quiero que regalaste. Y entonces me caí. Me levantaron y me la dé. me trajeron aquí. Creyeron que me había roto algún hueso. Pero hoy, no bien me dejaron 2. sola, me levanté de la cama y me escapé. Salí a la calle y dije: “Yo estoy bien viva y loca, como Hace cinco años, en la canchita de Villa Luél me quiere”. gano, Vicente Zito Lema dijo un discurso. Era el último día de la huelga de hambre por los presos políticos. Vicente se alzó en la tribuna BUENOS AIRES, ABRIL y más allá de la multitud vio a Claudia y a sus DE 1976: EL COMPAÑERO hijas jugando en el prado con las vacas y los CAMINA POR LOS PRETILES perros, y entonces se olvidó de las consignas 1. políticas y se lanzó a hablar del amor y la beNo hace mucho lo llamó por teléfono un lleza. Desde abajo le tiraban del saco, pero no tipo de voz imperiosa. Le dijo que tenía había manera de pararlo. urgencia en verlo. Al principio, Vicente no lo reconoció. Después recordó. Como abo- 3. gado, Vicente lo había atendido un par de años atrás por un lío de cheques sin fondos. El año pasado íbamos a jugar al fútbol, a Palermo, todos los miércoles de mañana. Atrás, ViNo le había cobrado nada. cente era el dueño del área. Adelante, arremetía Vicente le dijo que andaba loco de tareas y que con todo. Me gustaba servirle los corners para que la metiera de cabeza. “¡Bien, Eduardo!”, me no tenía un minuto libre y que... Caracas, 19 de enero de 2014.
29 gritaba siempre, hasta cuando yo, chambón de La máquina, estéril, odia todo lo que crece y se mueve. Solo es capaz de multiplicar las cárceles nacimiento, erraba los goles hechos. y los cementerios. No puede producir otra cosa A veces salíamos juntos de los vestuarios. Él me que presos y cadáveres, espías y policías, mencontaba cosas del abuelo, zapatero, anarquista, digos y desterrados. bueno para el cuchillo y la baraja, que a los seSer joven es un delito. La realidad lo comete tenta años corría muchachas por las calles. todos los días, a la hora del alba; y también la historia, que cada mañana nace de nuevo. 4. Ahora no vamos a jugar al fútbol. El equipo se desintegró. Vicente dirige, con Fico y conmigo, la revista. Dos por tres nos vamos a comer pizza por ahí, porque nos gusta y porque ayuda a no pensar que cada noche puede ser la última. Vicente conoce las mejores pizzerías de cada barrio de Buenos Aires. —En esa, sentate cerca del horno del fondo, no el de adelante, y pedíte una pizzeta media masa, bien cocida abajo, con roquefort, tomate y cebollines. Después me decís. La sabiduría le viene de los tiempos de estudiante, cuando él correteaba las pizzerías de Buenos Aires vendiendo la mozzarella podrida que fabricaba un amigo. Las pizzerías buenas son las que no le compraban. La otra noche fuimos a comer pizza juntos. Vicente andaba tristón. Esa mañana los diarios habían publicado, medio perdida por ahí, la noticia de la muerte de un militante que él había defendido. El cadáver había aparecido en un pantano junto con el hijo chiquito. Él se llamaba Sebastián. A la mujer, Diana, la habían asesinado cuatro meses antes. —¿Sabes cuál fue el día más feliz de mi vida? —me dijo Vicente—. El día que conseguí juntarlos, en tribunales. Llevaban dos años presos y sin verse. Los iban cambiando de cárcel y siempre les tocaban cárceles distintas. Cuando a él lo mandaban al norte, ella venía al sur. Cuando ella iba a parar a la provincia, a él lo metían en Devoto. Por fin conseguí juntarlos, con el pretexto de un careo. Yo nunca vi a nadie besarse así.
EL SISTEMA
La máquina acosa a los jóvenes: los encierra, los tortura, los mata. Ellos son la prueba viva de su impotencia. Los echa: los vende, carne humana, brazos baratos, al extranjero.
Dije: —Sí. Eric se calló. Y yo pensé: “Esta tierra mía, ¿se acordará de mí?”:
2. Por eso la realidad y la historia están prohibidas. Había vuelto, por las noches, con frecuencia. Después de mucho llamar al sueño en mi casa de Buenos Aires, se me cerraban los ojos y se CRÓNICA DE UN VUELO SOBRE LA TIERRA PURPÚREA encendían las luces de Montevideo: yo caminaba por la rambla, al borde del mar, o por 1. las calles del centro, medio escondido, medio Las nubes formaban una tortuga prehistó- acosado, buscando a mi gente. Me despertaba rica. La azafata nos trajo café. Se encendió bañado en transpiración y estrangulado por la una lucecita y escuchamos un timbre; una angustia de volver y no ser reconocido. Entonvoz ordenó que nos ajustáramos los cin- ces me levantaba y me iba al baño. Me mojaba turones. Habíamos entrado en un pozo de la cabeza y bebía agua de la canilla. Después aire. El café temblequeaba en las mesitas. me quedaba, hasta el amanecer, sentado en la No nos ajustamos nada. Tomé café sin azú- cama, con el mentón en las rodillas. Fumaba y car, como siempre; no estaba mal. Eric via- pensaba. ¿Por qué no volvía hoy mismo al lugar al que yo pertenecía? Mi país estaba roto, y yo jaba del lado de la ventana. prohibido. Yo sabía que había tenido más suerEn el avión marchaba, rumbo a Buenos Aires, te que mis amigos enjaulados o asesinados o un batallón de turistas. Iban armados con cá- reventados por la tortura, y que la prohibición maras y flashes y fumadoras de mano. La bode- era, en cierto modo, un homenaje: la prueba ga estaba repleta de valijas vacías que volverían de que escribir no había sido una pasión inútil. a Río o a San Pablo hinchadas de chaquetas de Pero pensaba: ¿merezco estar? ¿Valdré para alcuero y otros trofeos de caza. Me los sabía de guien la pena? ¿Hay algún eco o huella de nosotros en las calles vacías de mi ciudad? ¿Qué memoria. Turistas. puedo hacer yo allí, salvo callar o pudrirme en —Ahora entiendo —dije— por qué los aviones la cárcel porque sí o por las dudas? llevan bolsas para vomitar. El sol se deslizaba en mi cuarto de Buenos AiEric miraba por la ventana del boeing. Vichó el res y yo me levantaba, mal dormido, todo crujiente, antes de que sonara el despertador. Me reloj y me dijo: duchaba y me vestía y cerraba la puerta del ascensor y continuaba pensando: ¿y si fuéramos —Esta es tu tierra. una piedra partida? ¿Una piedra que se romEstábamos saliendo del banco de nubes. El pió, pedazos de una sola piedra rodando por avión no haría escala en Montevideo; volaba ahí? Peregrinos condenados a estar siempre como de paso. (Un vaso lleno de caña sobre el directo a Buenos Aires. aparador. ¿A quién espera el vaso, la boca de Debajo de nosotros se extendían los campos quién? Una vieja lo vuelve a llenar cada vez que sin nadie: tierra arrasada, tierra violada, no la caña se evapora). amada por sus dueños. Allí habían alzado lanzas los jinetes pastores. Allí un caudillo ¿Sería capaz, alguna vez, de arrancar de mis de poncho raído había dictado, hace más de adentros las dudas que me envenenaban la un siglo y medio, la primera reforma agra- sangre? Yo quería cambiar todas mis noches de ria de América Latina. Hoy está prohibido insomnio y zoncera por la melodía que busca el preso solo en su celda o por el vientito de alehablar de eso en las escuelas. gría que espera una mujer, la cabeza hundida entre las manos, en la cocina mugrienta. Yo —Estamos volando sobre tu país —dijo Eric. Caracas, 19 de enero de 2014.
Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
30 quería atravesar el río y las aduanas y llegar a tiempo. (Un niño, arrastrado por los policías, rueda por las escaleras. La ropa rotosa está manchada de sangre. Una multitud de viejos mira sin moverse. El gurí alza el rostro sucio de barro. Brilla el odio en los ojos). Una de esas mañanas, mientras caminaba hacia la revista, me vino a la cabeza una película polaca que había visto años atrás. La película relataba la fuga de un grupo de hombres por las cloacas de Varsovia, en tiempos de la guerra. Entraban todos juntos bajo tierra. Solamente uno conseguía sobrevivir. Algunos se perdían en los laberintos inmundos; otros sucumbían de hambre o asfixiados por los gases. Yo recordaba la cara del sobreviviente cuando por fin abría la escotilla y salía de las tinieblas y la mierda: parpadeaba, herido por la luz del día, atónito ante el mundo. Entonces cerraba la tapa sobre su cabeza y volvía a hundirse en la cloaca donde estaban sus compañeros muertos. Me había golpeado duro esa inmolación, y me había indignado la reacción del público, que no entendía el gesto de grandeza y gritaba a la pantalla: “Gil, gil a cuadros, otario, pero qué estás haciendo, belinún, qué haces, hay que ser imbécil, la puta que te parió”. Había pasado mucho tiempo desde la noche en que yo había visto esta película en un cine de barrio de Montevideo. Aquella mañana, andando por las calles de Buenos Aires, descubrí que el público tenía razón. Aquellos tipos del cine sabían más que yo, aunque no tuvieran la menor idea de quién era Andrej Wajda y se les importara un pito. 3. Eric dormitaba a mi lado en el avión y a mí me zumbaba la cabeza. Cuando regrese, pensaba, voy a recorrer los lugares donde me hice o me hicieron; y voy a repetir, solo, todo lo que una vuelta, alguna vez, viví acompañado por los que ya no están. Alguna voz tarareaba bajito, dentro de mí, la canción de Milton Nascimento: Descobri que minha arma é o que a memoria guarda... Sabor de la primera leche bebida de la madre. ¿Qué manjares podrían compararse con los chocolatines aquellos que me compraba la Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Muchos años después puedo reconocer esa felicidad violenta, como quien recuerda el propio parto o la primera luz. Me ocurre a veces, en el mar, cuando me meto desnudo y siento que le pertenezco. Y me ocurre cuando toco a una mujer y la nazco y me Descobri que tudo muda e roza y me hace, y entro en ella y somos inque tudo é pequeño... mortales los dos por un ratito, muchos los Voy a ir al patio de la casa donde aprendí a ca- dos, en el alto vuelo. minar agarrado de la cola de la perra Lili. Ella era una atorranta, de la calle, perra de mal vi- 4. vir; por eso nadie la había dejado rabona. Tenía una cola larga, una mirada dulce y lagañosa y Voy a volver al rancho del Pepe Barrientes, la barriga siempre llena de cachorros. Dormía en el Buceo. En días bravos, el Pepe supo bajo mi cuna y mostraba los colmillos a quien hacerme un lugarcito en esa casa. Supo quisiera acercarse. Por las noches, los perros abrirme la puerta y me sentó a su mesa, del barrio aullaban ante los portones de casa y junto a los suyos. se mataban por ella a mordiscones. Lili me enseñó a caminar, con paciencia y a los tumbos. Allí llegó, una mañana, Jorge Irisity, que militaba conmigo en los sindicatos. Paró el Volveré a las calles que bajan al mar y que coche en la puerta y me llamó a bocinazos. antes eran un puro descampado, los cam- Desde atrás de la alambrada me gritó que pos de guerra y fútbol de los primeros años. habían invadido Cuba. Pepe encendió la Allí peleábamos con palos y piedras. Pintá- radio enseguida. El informativo anunciaba bamos ojos y fauces espantosas en los gajos la victoria de los invasores de Playa Girón. de los troncos de las palmeras, que nos ser- Se me secó la lengua. Me pasé toda la tarde vían de escudos. Ir a comprar ravioles era bebiendo agua y no había manera de eviuna aventura. Había que atravesar territo- tar aquel ardor. Aquella tarde, en el trabajo, rio enemigo. En esos baldíos de la costa me se me cayó un pedazo de piel de la lengua. dejaron los dientes chuecos y mi hermano Pepe quiso llevarme al médico. Se curó sola. se salvó raspando de quedar tuerto para siempre. Mamá, que no aceptaba quejas, Pasaron los años. Con Pepe compartimos algunos curaba las heridas: ella nos enseñó a nas aventuras. Una noche de verano estábamos morder fuerte y no achicarnos. Mi herma- sentados en el muelle del puertito del Buceo, y no Guillermo, que siempre fue de poco ha- él me preguntó en qué andaba. Me dijo que no blar, se batía a trompadas contra el gentío había pan en el mundo capaz de apagarme el en defensa de los derechos de los pajaritos hambre. y los perros. Él, en la ciudad, nunca se halló. Yo nunca lo vi feliz en la ciudad. Allí se 5. opacaba, se apocaba; él era él en los campos La voz anunció que el avión estaba aterrizando de Paysandú. en Ezeiza. A maior das maravilhas foi... Eric me sacudió. Creyó que estaba dormido. Recorreré a caballo los prados del arroyo Negro, donde aprendí a galopar. De muy Atardecía en el río. Había una luz inocente, chiquitos, corríamos carreras con mi her- como solo se encuentra en el nacimiento o el mano. En las tardes de verano nos escapá- fin de cada día. bamos de la siesta, casi desnudos, y de un salto nos prendíamos a las crines de los ca- Caminamos hasta un taxi, con las valijas en la ballos sin montura ni freno: yo volaba y en mano. Por un instante me sentí feliz y con gami cuerpo latían las verías del animal, true- nas de saltar. no de cascos, olor a cuero mojado, hervores de la transpiración, comunión con aquella El automóvil se deslizó por la costanera y desfuerza que se metía en el viento: cuando pués se hundió en la ciudad. bajaba, me temblaban las rodillas. Hasta la noche me duraba mi asombro de gurí. Continúa la próxima semana. Abuela en la panadería de al lado? ¿Y las lentejas que me cocinaba cada jueves, hasta que me fui de Montevideo? Yo les sigo persiguiendo el gusto por las mesas del mundo.
Caracas, 19 de enero de 2014.
2
1
4
3
Cabaña Última Constre- Símbolo en Agrias, de pobre Rata Lavativa, Llana, lisa Expresión Líquido cefalorra- letra del ñir, inglés exclamaestre- químico irrigación alfabeto construcpicantes quídeo char (inv.) tiva de sodio Protohebreo ción Altiva, colos. soberbia escrituras
Figura 5 Corona, tocado Prenda femenina
Está, existe Abrev. Estado
Champán muy seco
Unid. long. japonesa Figura 6
Acabado, terminado
5
Arrancar, quitar
Elevo, levanto
La casa encendida Estirpe nórdica
Mineral silíceo
Salida, partida Suelta la carga Vieja, ajada
Estado alotrópico del oxígeno Torero, taurómaco Negación
Atole Figura 3
Remover, escarbar
Delinea, esboza
Hermanas de papá
American International Group (s.)
Bananos Vid Web de Andorra "Ser" en turco
En este lugar
Elefante fosil Hebra Labran, de seda surcan doblada
Apto, práctico
Nota musical
Desorden Letra M
Fume, vahe Símb.quím. titanio
Privada de libertad
Junto, coligo
Letra C
Bóvido salvaje
Acto en inglés
Levanta, aupa
Inst. Nac. Estadist.
Hongo muy nutriti- Apócope vo (inv.) de mamá
Periódico, cada año
Limpian, decoran
Figura 1
Labial, dental
Figura central
Río de Italia
Cuestas
Archivo
Símbolo químico del lutecio Símbolo químico del cobre
6
Guarnecer la ropa con Tempra- flecos. na, adelantada
Chalana, barca Envuelvo, protejo
Figura 4
101 en números romanos
Artículo Tejaroz posesivo
Voz militar
Santos en latín
Andaba
Río de Rusia
Figura 2
LA RANA PLATANERA
D C
POR NATALY SANOJA
"Pueblos tristes" (extracto) "Y esa luna que amanece / alumbrando pueblos tristes, / qué de historias, qué de penas, / qué de lágrimas me dice". Otilio Galíndez
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
laranaplatanera2012@gmail.com
I
A M A
N
T
S
U
A
E
N A
A N
E
V
C
E
A
S
U
I
C
O C
T
E
A
R
S
L
I
I
D
N
A
I
E
I
O R
L
A
R
B
A
U
X
I
T
A
E
O
I
L
N A
Z
I
P
A
Z
A
L
T
D
I
O
M A G N O L
I
N A O
C
C
A N A
A
H O R
A
E
A
R
D
I
I
I
H
A N
S
A
R
E
S
E
E
Y
A
R
C
E
C
A
R
B
L
E
V
E
C
A
S
O
I
R
L
A
A N
U
O N
R
N O R E
N O A
L
S
E
I
N
A
R
O
J N
A
A
C
T
O C
A D
R
U
G
U
A
L
M
I
N O R
I
C
T
O
I
R
E
A
E
S
D P
A
A
F
D O
32
CUENTOS DEL ARAÑERO
PATA EN EL SUELO POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIÓN MELANY PÉREZ
¡Cómo han atropellado a los pobres en Venezuela!, ¡cómo han atropellado a los campesinos en Venezuela! Yo estaba de capitán, por allá en el Alto Apure, y un soldado de mi escuadrón llegó un día: “Mi capitán, tengo un problema, a mi padre lo hirieron, le dieron un disparo de escopeta”. Y le digo: “Pero, ¿y cómo fue eso?”. El me echó el cuento y a los dos días estaba yo con el muchacho. Me fui de civil como cualquiera, en un yip civil, digámoslo así, y nos metimos de Mantecal hacia adentro, allá en el Alto Apure. Resulta que un terrateniente, que tiene miles de hectáreas, pero miles (veinte, treinta mil hectáreas), había decidido sacar a los campesinos que allí habían nacido, los “pisatarios” que allí tenían hasta cementerios, donde habían enterrado a sus abuelos, a sus viejos, unas comunidades de campesinos en el Apure. Pero este caballero decía que esas tierras eran de él, que esos ríos eran de él, que esos árboles eran de él y que esa gente tenía que salir de ahí; la Edad Media, pues, los señores feudales. Había contratado a un grupo de terroristas que andaban de noche, enmascarados con escopetas y rifles. Le mataban los cochinos al papá de este muchacho soldado y por eso fue que lo hirieron, porque él salió a defender sus cochinos. Aquello le costó toda su vida, le mataron más de treinta cochinos, le tumbaron el topochal con un tractor, le llevaron medio rancho; ellos dentro y le tumbaron el rancho. Los niños iban a la escuela a pie, a cinco kilómetros, y en el camino salían los tipos enmascarados a asustarlos y dándoles con palos a los niños. En aquel entonces investigamos aquello. Claro, yo no tenía más poder que el de investigar. Tampoco eran mis atribuciones, porque no eran las de un capitán, pero yo me metía en esas cosas, ¿no? Tomé fotos y envié el informe al Comando Superior en el área militar. Pero me quedé esperando toda la vida que llegara alguna solución. Nunca llegó. ¿Por qué?, porque este caballero, dueño de esas tierras, era muy amigo del gobernador de Apure de entonces, que había sido impuesto por el presidente de entonces, aquel caballero que se llama Jaime Lusinchi. Toda una mafia, y los jueces de Apure, todos de la misma patota. Entonces, al pobre campesino le meten un tiro, le matan los cochinos, le tumban el rancho; a veces le violan la hija, le golpean al muchacho y él tiene que morir callado. Ahí es cuando ocurren las cosas que han pasado en el mundo, porque la gente tiene dignidad. De repente, se obstina el campesino, agarra un machete y puede pasar cualquier cosa. Ahí es cuando ocurren los problemas, por el abuso del poder. Así que yo comprometido estoy, porque vengo de allí, yo nací pata en el suelo y con orgullo lo digo: soy campesino, pata en el suelo. Edición Número Sesenta y tres. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 19 de enero de 2014.