Consejo Editorial
contenido
02
04
Bob Marley
Mancheta y demás
05
08
No juzgues a un libro por su portada
Viover y Los Piraos
10
11
Cuando la harina no es pan
El 23 sin la metralla ni el candelero
Zonia García Melany Pérez
18
20
Ilustrador
Encuentros casuales
Un lugar común
Fotógrafos
21
24
José Alejandro Paredes
Sibaritas y pelabolas
26
27
Jorge Rodríguez Gómez Freddy Ñáñez Felipe Saldivia Gustavo Borges Revilla
Directora
Mercedes Chacín
Editor Jefe
Carlos Cova
Coordinadora Editorial
Odry Farnetano
DirecTORa de Arte
Edarlys Rodríguez
COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA
Asdrúbal Briceño
Asesor Editorial
Reinaldo González
Redacción
Rocío Cazal Mabe Chacín Kay Yam Hung Gustavo Mérida
Diseñadoras
Alfredo Rajoy
Ambrosio Plaza José Rivera
CORRECTOR
Rodolfo Castillo
LOGÍSTICA
Idania Bracamonte Daniela Fernández
Colaboran en esta edición
Clodovaldo Hernández, José Roberto Duque, Malú Rengifo, Marco Santaniello, Ángel Méndez, Eneldo Romero, Jonathan Mendoza, Nathaly Bonilla, L. “Razor” Balza y Nataly Sanoja. Archivo Ciudad CCS. Fotografía de portada: Jonathan Mendoza.
Impresión
Fanarte, C.A.
epale.ciudadccs@gmail.com/@epaleccs Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-3686750 Depósito Legal: pp201202dc4166
— perfil
— CIUDAD
— MITOS
— MINICRÓNICAS
— entrevista
— crónicas burocráticas
31
— cruci compacto
Una publicación de la Circula con el Diario Ciudad CCS Revista Gratuita
— EL MENJURJE
— MÚSICA
— MIRADAS
— sexodiversidad
— GASTRONOMÍA
— diario
Días y noches de amor y de guerra (XVII)
32
— cuentos del arañero
02
PERFIL
03
Bob Marley: un redentor con guitarra Figura mítica de la cultura popular jamaicana, fue fundamentalmente un cantor religioso y de protesta, aunque muchos usen su música para ambientarse en la playa. A la temprana edad de 36 años, cuando su éxito era mundial, un feroz cáncer se lo llevó de este mundo. Entonces, al ritmo de “No woman, no cry”, Jamaica entera se inundó de lágrimas POR Clodovaldo Hernández ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
A quien le quepa la gorra, que se la ponga, dice el estribillo de un tema de Bob Marley en el que se refiere, descarnadamente, a la traición y otras bajezas humanas. En esa pieza (“Who de cap fit”), les advierte especialmente a los niños cómo puede pasar que tu mejor amigo se vuelva tu peor enemigo. En otra canción, “Get up stand up” (“Levántate, ponte de pie”), enhebra frases para invitar a los pobres a levantarse, a reclamar sus derechos, a dejar de creer en un ser supremo que vendrá de los cielos y comenzar a tener fe en un dios viviente.
Su leyenda tomó perfiles heroicos en 1978, cuando encabezó un concierto multitudinario en Kingston, la capital de su país, pese a haber recibido dos disparos una semana antes, en lo que aparentemente fue un atentado ordenado por una de las facciones que se disputaban el poder en la nación caribeña. Cantó así, adolorido, ante 80.000 personas y durante hora y media. Cuenta el relato épico que aquella actuación fue clave para aplacar a un país al borde de un estallido por razones políticas.
El incomparable astro jamaicano era así: fundamentalmente, un cantor místico y de protesta a quien, por el ritmo pegajoso de su reggae y la cadencia relajante de su voz, mucha gente tuvo —y tiene— como un músico para ambientarse en la playa. “Es porque no saben inglés”, me dijo una vez un amigo. Su argumento era contundente: si entendieran lo que dicen las letras, seguramente les parecerían demasiado religiosas o demasiado “aliprimerosas” para ese ambiente de arena y olas. En fin… ¿será que allí reside su secreto?
Ese año ya Marley era un ídolo en Jamaica, pues había formado el grupo Wailers y se había sumado a la religión rastafari, que defendía el valor sagrado de la marihuana. Además, había asumido el camino del reggae, que tenía ya el rango de música nacional jamaicana. Su aspecto físico, con los característicos “churros”, agudizó el magnetismo de su personalidad artística. Cuando le llegó el éxito económico, Marley incurrió en algunos gestos poco coherentes con su filosofía rastafari. Se compró una mansión y un BMW. Sin embargo, en la lujosa vivienda entraban y salían toda clase de amigos y artistas con menos suerte. También lo visitaban allí todas sus amantes, a pesar de la presencia de la esposa.
Marley, por lo demás, vivió y murió míticamente. Después de fallecer (con apenas 36 años), su mito no hizo más que eternizarse. Hijo de un inglés blanco y una jamaicana negra, el niño mulato tuvo fama, desde su primera infancia, de poseer alguna capacidad sobrenatural. Algunos biógrafos aseguran que leía las manos. Otros lo retratan como un redentor que vino al escenario terrenal Convertido en un fenómeno mundial, al comenzar los 80 parecía haber llegado el momento de disfrutar el éxito, pero la triste vercon una guitarra, en lugar de una cruz. dad era que a Bob le quedaba muy poco tiempo en este mundo. Polémico en vida y después de muerto, este emblema del movi- Un cáncer feroz se lo llevó en mayo de 1981. Su funeral ha sido el miento rastafari, nacido el 6 de febrero de 1945, tuvo más de 20 más sentido y concurrido de la historia de Jamaica. Con la suave hijos (incluyendo dos adoptados), repartidos entre su esposa Rita cadencia de una de sus canciones emblemáticas, “No woman, no cry” (“No, mujer, no llores”), la isla entera se inundó de lágrimas. y un montón de novias. Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
04
el menjurJe
Entrompe al cine La Estética del Entrompe: El Cine de la Redención (I). Parece que en
Conoce la historia caraqueña
La Fundación Historia, Ecoturismo y Ambiente (Fundhea) está dedicada a fomentar la recuperación y protección de sitios de interés histórico, cultural y ambiental para desarrollar un turismo sustentable. Para el día de hoy tienen programada la ruta "Paseo El Calvario, el ego de dos presidentes", que da la oportunidad de conocer la historia de este precioso parque rehabilitado por la Alcaldía de Caracas y el Gobierno de Distrito Capital. El costo del paseo es de Bs. 140. Si deseas conocer toda la programación ingresa a la página https://www. facebook.com/Fundhea Foto ASDRúBAL BRICEÑO En la Cinemateca, HOY sala MBA, podrás disfrutar de Llanto por la tierra amada (Darrell Roodt, 1995) a las 4:30 pm. En el Teatro Principal se presenta hoy y los siguientes domingos de febrero, a las 3 pm, la obra Cuentos y cuentas sin rentas, del Grupo Teatral Répico. La entrada tiene un costo de Bs. 10.
Entérate José Tomás Boves no pudo dirigir a los realistas durante la batalla de La Victoria, librada el 12 de febrero de 1814, porque había sido herido días antes, en la primera batalla de La Puerta.
Mancheta
Tatú sin tabú Activos en El Porvenir Ya los caraqueños pueden disfrutar la programación cultural y de entretenimiento permanente, y gratuita, del Bosque Urbano El Porvenir. Los días lunes y miércoles, a las 6:00 pm, hay clases de bailoterapia; los martes, a las 4:00 pm, se puede jugar dominó y ajedrez; los miércoles, a las 6:00 pm, se realizan proyecciones fílmicas y los viernes están dedicados a presentaciones culturales diversas, desde las 5:00 pm. El espacio está ubicado en la urbanización La Florida, entre la avenida Los Jardines y la calle Negrín, a cuadra y media de Pdvsa, sede La Campiña.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
los últimos tiempos, además del asunto económico, la inseguridad se ha convertido en uno de los tópicos más críticos, y centro de toda discusión, en la actual realidad venezolana. Y, sobre todo, últimos acontecimientos han despertado toda la euforia de una dinámica mediática que tiene a este tema como una de sus vedettes informativas. El tema de la delincuencia viene siendo estudiado por todas las Ciencias Sociales y, a su vez, en los foros de discusión y participación popular. En estos espacios se hacen visibles dos tendencias sobre el por qué del auge y la imposibilidad aparente de controlar este fenómeno. Por un lado tenemos el enfoque científico que sostiene que el principal causante de este mal son las condiciones socioeconómicas de la sociedad venezolana, que no supera los desmanes de la anárquica maquinaria de producción capitalista. Por el otro, está la naturaleza humana, donde a los ejecutores de crímenes se les identifica como maléficos y sanguinarios agentes de la muerte, para quienes no hay salvación posible. Una tendencia interesante de este último es caracterizar al malandro como un personaje con poder, a través del cual se crea un nuevo orden moral, paralelo a los establecidos por la sociedad. Ese poder, el de quitar la vida, conduce al delincuente a generar toda una estructura cultural a la que conocemos popularmente como el malandreo. El término ha pasado a ser parte del imaginario popular venezolano, incluso teniendo una corte propia de santos celestiales. El cine, como reflejo de las sociedades donde se produce, no ha escapado, sobre todo en Venezuela, de reflejar este fenómeno. Existe una marcada tendencia a “acusar”, entre otras cosas, al cine venezolano de ser un “cine de malandros”. Ahora bien, ¿qué podemos decir aquí de un cine que, desde los mismos estratos populares donde se generan este tipo de historias, representa con sus propios códigos al mentado fenómeno del malandreo? ¿Podemos hablar de la existencia, en los últimos siete años, de un Cine Comunitario de Acción? Creemos que es posible afirmar que esta tendencia es, efectivamente, uno de los pocos fenómenos cinematográficos venezolanos nacido durante estos 15 años de revolución. Marco Santaniello
05
CIUDAD
No juzgues a un libro por su portada
En Venezuela, uno de los países occidentales con más tabúes, se llevó a cabo la semana pasada la 4ta edición de la Expo-Tattoo Venezuela, donde se mostraron los personajes más raros de Latinoamérica POR MARÍA BETANIA CHACÍN FOTOGRAFÍAs jonathan mendoza
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
06 Muchos, naturalmente, pensarán que el cuerpo es un templo sagrado, intocable, vulnerable al maltrato, un monumento al que se le debe tener un respeto sacro para llevarlo por los caminos de la prudencia; pero hay quienes lo ven como un pintor a un lienzo o como un escultor a la masa, y no necesariamente pensando en transformarlo según los típicos conceptos de belleza, sino decididos a ser diferentes, a modificarse el cuerpo hasta el punto de parecer seres mitológicos o de ultratumba. La “modificación corporal” es el cambio voluntario, permanente o temporal, de cualquier parte del cuerpo. Esto se refiere a términos como piercings, tatuajes, cicatrices, expansiones o implantes. Pareciera contradictorio el hecho de que los tatuajes y otras modificaciones corporales eran prácticas comunes en las civilizaciones euroasiáticas de la Edad de Piedra, como símbolo de belleza, y que en la actualidad signifique todo lo contrario. Las tribus indígenas latinoamericanas y africanas se maquillaban —y se maquillan— para siempre; se tatúan símbolos de importante veneración para sus culturas y se cambian la coloración y el pigmento de su piel. ¿Quién no ha visto una foto de un yanomami con pequeñas varas de madera que atraviesan su nariz y sus labios, o a la tribu surma de Etiopía, cuyas mujeres se ensanchan los labios con aros de madera para encontrarse un esposo con más facilidad? Lo que sí es cierto es que para esas civilizaciones cada perforación o tatuaje era un ritual que representaba un paso importante en su evolución espiritual y terrenal; en cambio, no hay duda de que en tiempos actuales las principales razones son estéticas o de rebeldía.
más heterogénea. En República Checa existe un viceministro de Cultura de 55 años, llamado Vladimir Franz, cuyo cuerpo está tatuado en un 90%: su cara, sus brazos y todas sus partes visibles están completamente tatuadas, y antes de ser viceministro fue candidato presidencial, obteniendo 88.000 votos, y República Checa no es muy grande que se diga.
VENEzUELA: TABÚ QUE YA No ES TAN TABÚ
Emilio González es uno de los venezolanos más famosos en el mundo. Aunque a muchos ni les suena el nombre, González es el actual mejor modificador corporal (implantes, tatuajes, lengua bífida, etc.) del mundo. Ha visitado más de 60 países donde ha sido aclamado. Se preguntarán: ¿por qué aclaman a un carajo que parece un demonio sacado de una película de terror? Pues, la modificación corporal es un estilo artístico
Aunque las modificaciones corporales se han vuelto más comunes a lo largo de estas últimas décadas, hay sociedades o culturas que aún observan con cierto recelo y satanización a quien lleva un tatuaje en el brazo, o a quien tiene una perforación en la nariz. En Latinoamérica y en Venezuela, específicamente, mucho antes se pensaba que llevar un tatuaje era cosa de criminales y, aunque aún es juzgado el muchacho que lleve un piercing en la lengua, la sociedad se ha ido adaptando a esta ancestral cultura en la medida que la población crece y se vuelve Los Querubines: pareja con récord Guinnes Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
que muchas personas, en muchos países del mundo, adoptan como estilo de vida. En Latinoamérica siempre ha sido vista como un tabú, como una representación de lo terrorífico. Lo cierto, es que, gracias al personaje antes nombrado y a los eventos llamados Expo-Tattoo Venezuela, esta experiencia se ha hecho un poco más digerible. La semana pasada, desde el 30 de enero hasta el domingo 2 de febrero, se realizó la 4ta edición de la Expo-Tattoo Venezuela en un famoso centro comercial de la ciudad: una multitud movida por el dolor, la sangre y el arte. Para participar como tatuador, no solo es suficiente el talento sino tener la cantidad de dinero que pueda comprar un puesto en la aclamada exposición. Una fuente, que quiso quedarse en la penumbra para ahorrarse un calvario, reveló que un stand, cuando se empezaron a vender, tenía un costo de 12.000 bolívares; pero, durante el
Algunos se tatuaron en público
07 len hacerse en la espalda, pero hay quienes se atreven a perforarse la piel del estómago o las rodillas. Supuestamente, la suspensión pertenecía a una tribu indígena norteamericana, pero está claro que, al igual que todas las otras modificaciones corporales, ya no se Aunque se trató del festival de tatuajes “más hace por obediencia a una cultura ancestral. importante de Latinoamérica”, visualmente no ofrecía gran atractivo: la aglomeración Las suspensiones se realizaban en una taride stands y la muchedumbre absorta de ma colocada en medio del lugar del eventodo lo que sucedía no parecía un buen am- to, en el mismo sitio, salpicado por sangre, biente para tatuarse. A nadie le gusta que lo donde se presentó un freak show (especie vean sufriendo, y menos cientos de perso- de número teatral, mezclado con comenas, como si fuera eso el espectáculo. Pero dia y cosas raras, para variar). También se ese no fue el caso de los voluntarios para la presentaron bandas y personajes como Los Querubines, pareja con un récord Guinness “suspensión corporal”. por tener más modificaciones corporales en La suspensión corporal, dentro del movi- el mundo. Aunque parecían seres de ultramiento o cultura de las modificaciones cor- tumba, Víctor Hugo y Gabriela Peralta, de porales, consiste en suspender o guindar el Uruguay y Argentina, respectivamente, no cuerpo humano a través de unos ganchos se veían como personas peligrosas. Al con(piercings gigantes). Las perforaciones sue- trario, son más panas que el carajo. primer día de feria y los tres que siguieron, un puesto podía llegar a costar, fácilmente, 25.000 bolívares. ¿Qué son 25.000 bolívares para un tatuador que cobra hasta 5.000 por un pequeño tatuaje?
Los diseños llevan al tatuaje a categoría de arte
La suspensión corporal acaparó la atención del público
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
08
MÚSICA
Viover y Los Piraos De palo verde pa’ propatria Una vez más, Caracas los pare y la calle los junta. Se enterraron en lo más profundo de la ciudad —el metro— y germinó una semilla que promete crecer y dar frutos con el lanzamiento de su primer disco POR MABE CHACÍN FOTOGRAFÍAS AMBROSIO PLAZA
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
09
Viover y su voz: elemento amalgamador de la banda
Pirarse, del verbo pirar: irse, largarse, andar de un lado para otro con un ritmo apurado; tal cual alguien que vive en Caricuao y trabaja en el centro y tiene que hacer más de dos transferencias internas en el Metro: de la línea 1 hasta El Silencio con cambio para la línea 4. A eso debe referirse el nombre de Los Piraos. Y Viover es simplemente la unión de violeta y verde. Gracias a los destinos azarosos y la necesidad de mantenerse de pie en el asfalto caraqueño, un grupo de jóvenes tuvieron que rebuscarse usando como única herramienta lo que tenían en común: la música. Es así como en las entrañas del oeste de Caracas, literalmente en las entrañas: el Metro de Caracas, nacieron Viover y Los Piraos. Aunque el proceso de formación fue exageradamente atropellado, el día de hoy se configura como una banda que representa fielmente el movimiento cultural callejero que Caracas incuba día a día. Joleika Mosquera (Viover-voz), Daniel Vallejos (guitarra), Didimo Gutiérrez (guitarra), Ruben Bellorín (bajo), Joel Rojas (batería) y Tomás García (saxofón) conforman el actual sexteto, después de haber pasado no por una, sino por varias series de músicos pasajeros. “Los inicios de la banda estuvieron muy turbulentos, pasaron muchos músicos por ella, hasta mi papá tocó con nosotros. Después de mucha calle, de tocar en el Metro casi todos los días, de pasar el sombrero en las plazas, todo esto derivó en lo que somos
ahora”, cuenta Viover, quien es “el chicle” que unifica la banda, junto a Vallejos, uno de los guitarristas. Con el aporte de cada uno han logrado un sonido que representa, propiamente, “la pateadera de calle” con un estilo fusión entre el rock, reggae, ska y un sinfín de géneros alternativos. El alma del sonido de la banda lleva consigo los experimentos que la calle obliga a hacer a cualquier veinteañero. “Cada cabeza es un mundo distinto, pero viven experiencias similares. Mientras tocamos, descargamos la explosión citadina que se vive día a día de este lado de la ciudad”.
blico fue a los ocho años, cuando se subió a cantar “La pulga y el piojo” en un club en Las Mayas, donde había una fiesta de música llanera.“Yo nací en Caracas, pero pasé la mayoría de mi infancia entre Guatire, Guarenas y Caucagua. En Caucagua formé mi primera banda de rock. Tenía nueve integrantes: tres coristas, un rapero, bajo, batería, teclado y dos guitarras. Era un bandón. Tocábamos rock en Caucagua. En Guatire conocí el hip hop y empecé a rapear a mi estilo, así fue como empecé a cantar en el Metro, a trabajar”.
“Nuestro proceso fue una lucha, por eso somos revolucionarios. Al principio, en el Metro, fue muy duro. Nos sacaron muchas veces arrastrados y a los panas hombres los retenían por horas. Muchos casos bastante duros verbalmente con los trabajadores del Metro. Ese era nuestro trabajo y a nadie le gusta que lo molesten mientras trabaja. Pero, a raíz de esas cosas, la gente de Cultura del Metro empezó a moverse para prestarnos sus espacios en la superficie. Así fue como el Frente de Bandas Rebeldes empezó a tener fijo todos los viernes el anfiteatro del Metro de Altamira. También organizaban eventos en Bellas Artes, en la mezzanina de La Hoyada. Esa fue la manera de buscar la armonía entre todos. A mí me iba bien tocando en el Metro: ganaba plata haciendo lo que más disfruto”.
Actualmente Viover y algunos integrantes de la banda hacen vida en el Nuevo Circo. “Yo llegué al Nuevo Circo por el Frente de Bandas Rebeldes, antes de eso vivía en la antigua fábrica de chocolates La India, en Catia. Eso lo demolieron y luego me vine para acá, le planteé mi situación a los muchachos del Frente y así acordamos que podía vivir en el Nuevo Circo”.
Viover empezó a cantar antes de hablar. La primera vez que tuvo contacto con el púCaracas, 9 de febrero de 2014.
Los Piraos existen desde 2009. El año pasado, en el marco de la feria Venezuela Disco, lanzaron su primer disco: Experiencias anónimas, auspiciado por el Cendis. Actualmente siguen tocando en las calles, las comunidades y en cualquier acera de la ciudad: “Hacemos música sin límites, lo que nos sale del alma. Con mucha calle, fiesta, tristezas y turbulencias”. Viover sigue cantando en la calle, pero no en el Metro, porque prefiere las camioneticas. Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
10
MITOS
Cuando la harina no es pan y la inventa un caballero POR Rocío Cazal ILUSTRACIÓN NATHALY BONILLA
Cuando se escucha el nombre de Luis Caballero Mejías, muchos adultos contemporáneos recordamos a un instituto politécnico de los años 90, ahora universidad, donde los disturbios y protestas de estudiantes eran el pan de cada día. Pero, ¿quién fue realmente este personaje? Muy pocos conocen de quién se trata. Ahora que la harina de maíz precocida brilla por su ausencia por acaparamiento y poca o mínima producción, viene al tapete el nombre de este señor, quien fue el que inventó este grandioso producto para hacer arepas, bollitos y otras masas bien gustosas. Se trataba de un ingeniero mecánico venezolano que, después de inventar esa harina, la legalizó y patentó como La Arepera el 4 de junio de 1954. Por la Ley de Propiedad Industrial y Comercial, la patente estaba registrada con el número 5.176 ante el Ministerio de Fomento N° 271 y era denominada como harina de maíz o masa de maíz deshidratada.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Atrás quedarían las arepas hechas con maíz bó la arepa y le ofreció a Caballero Mejías pilado, aunque en estos tiempos muchos las comprarle la fórmula. Este se negó, pero al han retomado y resultan también una delicia. tiempo necesitaba dinero para operarse. Fue entonces cuando accedió. La transacción se El eslogan de la harina, para ese entonces, hizo por 275.000 bolívares. era: “No necesita conocimiento. Se prepara al instante” y llevaba como dibujos a una Cinco años después de haber inventado la señora con delantal blanco, en el centro del harina, el 12 de octubre de 1959, murió el empaque, dándole forma a una arepa; y una ingeniero y décadas después otras empresas también comenzaron a producir este tipo de mazorca gigante en el lado derecho. harina para competir con la gran empresa de productos alimenticios. La venta se concretó El mito es que muchos dicen que los Mendoza se robaron la patente de ese invento de Por supuesto, con las regulaciones estatales, Caballero Mejías, colocándole como marca este producto, considerado de primera necePAN. Otros señalan que este se la vendió a sidad, comenzó a desaparecer de los anaquela empresa de esa reconocida familia, pero les de abastos y supermercados. Cuando apaque durante 50 años nunca se le nombró rece, viene en presentaciones “extra suave” e “integral” y a un precio mayor al estipulado. como el inventor de esta maravilla. Lo cierto es que este venezolano realmente traspasó la patente a las empresas Polar antes de su muerte. ¿Cómo ocurrió? Ofreció el producto en una arepera que funcionaba en la Gran Avenida de Sabana Grande. Allí, en ese momento, uno de los Mendoza pro-
Caracas, 9 de febrero de 2014.
En 2011 se divulgó que la marca Harina Pan había sido vendida a la corporación canadiense Deutsche Tran Trustee Inc. Sin embargo, la empresa señaló que seguirá siendo un producto venezolano. Cierto o falso, el invento es de nuestro país y no de la Polar.
11
MIRADAS
el 23 de Enero sin la metralla ni el candelero POR José Roberto Duque FOTOGRAFÍAS ambrosio plaza / archivo audiovisual de venezuela de la biblioteca nacional
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
12 más allá de la historia propia de la educación formal y academicista, en el 23 de enero ebullen, con particular dialéctica, microhistorias que dejan en orfandad a la grandilocuencia. el testimonio cobra contundencia Que sobre la parroquia 23 de Enero de Caracas se haya dicho y escrito (y cantado, y pintado) tanto en los últimos años, tiene buenos motivos y razones de ser. La más obvia y clamorosa de esas razones es su aporte a la historia reciente de las luchas del pueblo, y cuando alguien menciona la palabra “lucha” todos nosotros (formados o deformados durante mucho tiempo para ver la historia, la valentía y el heroísmo con criterios cinematográficos) nos imaginamos, automáticamente, la escena del vaporón con piedras, fusiles, policías, capuchas, gritos de guerra, helicópteros y aquel candeleeero. El 23 ha sido escenario de todo eso, es verdad, pero ese es apenas un rasgo de su temperamento. Pero como hace rato sonó la hora de explorar el otro heroísmo, el que no tiene que ver, necesariamente, con la metralla y la sangre, hemos querido rescatar aquí el producto de cierto trabajo inconcluso, o tal vez deficientemente abordado: la exploración de la historia del 23 contada por algunos fundadores y viejos habitantes. Ya hablaremos de ese trabajo. Antes, va un paréntesis para ubicarnos, mental y discursivamente, en esa comunidad que cumplió años de fundada en estos días.
La conveniente historia burguesa
Aparte del dato cultural emblemático de la parroquia (la índole combativa de su gente) y el violento proceso de construcción de su identidad, la historia oficial sigue glorificando y escribiendo con letras doradas el nombre del señor arquitecto que diseñó los superbloques; ese que organizó en el papel la distribución de los elementos urbanísticos de aquello que se llamó, o estaba destinado a llamarse, Unidad Residencial 2 de Diciembre. Como sus habitantes actuales, junto a quienes hemos vivido allí también, hemos sido tímidos y un poco descuidados con esto de la recuperación de la memoria de la comunidad, seguimos considerando que las líneas macro de los orígenes de la misma son estas: “El 23 de Enero lo construyó Pérez JiEdición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
ménez y quien diseñó los superbloques fue señores y señoras hurgaran en su memoria Carlos Raúl Villanueva”. para contarnos qué cosas, personas y otros elementos existían y ya no existen o han Muy sintético y conveniente para la historia cambiado drásticamente. Queríamos saber burguesa: un militar y un señor profesional de cómo era el 23 de Enero antes de llamarse 23 clase media inventaron el 23 de Enero. Enton- de Enero, y en esta parroquia la tarea fue relaces, llegamos un poco de marginales, invadi- tivamente fácil porque todavía quedaba gente mos los bloques y ahora fíjate tú, ¡qué cosas, con recuerdos de su infancia y adolescencia, chico!, lo lindo que se veía el 23 a finales de los nacidos (el mayor de ellos) en la segunda dé50 y el desastre que es ahora, lleno de ranchos cada del siglo XX. Algunos de estos señores y tal. En efecto, ese arquitecto que se copió han fallecido; quedan algunos de sus relatos y unos conceptos de Le Corbusier es mencio- recuerdos en formatos de audio y video. nado con reverencia por todo el mundo (sobre todo por los adoradores de figurones bur- A continuación, algunos hallazgos de esa gueses y académicos). Pero en ninguna parte investigación. Sirvan estas anotaciones disestán escritos los nombres del señor que me- persas como apuntes, datos iniciales o puntió el cableado en los bloques 20-21; del obre- tos de partida para trabajos más profundos ro que se mató al desprenderse un andamio y meticulosos. en el bloque 9; de la señora que le cocinaba el desayuno cada día a los hermanos que frisa- Memoria y palabra ron y pintaron el bloque 50; de los hombres Manuel Lazo Siverio (nacido el 20/03/1921) y mujeres que organizaron la primera asocia- trabajó como albañil en el 23 de Enero hasta ción de vecinos en el Siete Machos; de los fun- 1945. Por él supimos varias cosas: que la pardadores de la primera línea de transporte; del te sur de La Cañada de la Iglesia (sector que portugués que abrió un abasto en el año 60 y hoy va de los bloques 15 al 20-21) se llamó que debió irse porque se lo saquearon el 27-F. 18 de Octubre después del derrocamiento Estos detalles y personajes anónimos son los que le dan forma a la historia del pueblo del 23 de Enero. Esa es la dimensión de la historia que nos interesa conocer, esa es la gente que hizo y sigue haciendo a la parroquia. Acotación final, para aclarar que sí ha habido iniciativas de recuperación de la memoria: la Misión Cultura y los consejos comunales han levantado buena parte de la información recabada, directamente, de la memoria de los habitantes. Los colectivos organizados de la parroquia tienen una compilación de sus mártires y fallecidos. Quien esto escribe trabajó en un proyecto afín de Fundarte: el registro y recopilación de historias de comunidades de varias parroquias, entre ellas las del 23. Fue un trabajo realizado en 2007. Un equipo organizó conversatorios con varios de los habitantes más antiguos de determinadas comunidades, con una indicación expresa: que los Caracas, 9 de febrero de 2014.
13
de Medina Angarita; que frente a donde está hoy el bloque 16 una familia mandó a perforar un pozo del que sacaban agua por medio de un molino de viento y que gracias a ello la familia se ganaba una plata alquilando unos cubículos con duchas: la gente pagaba unos céntimos por darse un baño; que en los años 50, por alguna razón que el caballero no recuerda, la policía le prohibía a la gente jugar bolas criollas: el más venezolano de los juegos era una actividad proscrita y los jugadores clandestinos temían ir presos. También contó el señor Lazo que el actual sector El Observatorio se llamaba Cerro de Las Piñas, otro cerro (tal vez la actual Sierra Maestra) se llamaba Cerro de Belén y uno que llegaba hasta Los Flores era nombrado Cerro de Los Flores; otros lo llamaban Loma del Viento porque ahí venteaba sabroso y los niños subían a volar papagayos. Así lucía el 23 de Enero en el año 1967
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
14
En la redoma del bloque 9 de Monte Piedad se erige El Rincón del Taxista, famoso por el mondongo que allí venden los sábados
La Cañada hoy se eleva desde la estación del Metro de Agua Salud y sube hasta la redoma del bloque 7, pero antes ese sector estaba a la misma altura de la avenida Sucre, solo que fue rellenado hasta convertirse en esa larga subida que es hoy en día. Por cierto, se llama La Cañada porque por allí corría un curso de agua que desembocaba abajo, en la quebrada de Agua Salud. La gente, para cruzar desde lo que hoy es el barrio Sucre hasta la calle principal, tenía que improvisar puentes con láminas de hierro y, a veces, jergones viejos. Abajo corría un arroyito más o menos limpio que provenía desde el sector que hoy se conoce como Los Arbolitos. Uno de aquellos puentes-jergones era famoso porque alguien le colocó una enorme pelota de cemento a cada lado, con fines decorativos, por lo que se ganó el nombre de “El puente de las dos bolas” que, por cierto, era muy utilizado por los hombres adultos para dirigirse a un bar de feo —o sabroso— prestigio llamado La Asturianita (nada decente podía esperarse de una asturianita que esperaba clientes frente a las dos bolas).
supo que La Cañada se llamó El Degredo hasta 1927, que con 100 bolívares se compraban allí parcelas de 12 x 24 m y que el dueño de los terrenos que hoy forman el sector Monte Piedad era de apellido Cantizani. Recordaba en 2007 el señor Cruz María que existía allí una calle llamada Santa Marta y una esquina también extinta: La Carbonera. Donde ahora está el bloque 15 había un aserradero y en el punto en que hoy está la estación del Metro de Agua Salud existía un bar llamado Mi Botecito, muy recordado porque, entre otras cosas, allí cantó alguna vez Daniel Santos. El pelotero Daniel “Chino” Canónico vivió en el Cerro de Belén; el padre del pelotero era un compositor que, entre otras piezas, escribió “El totumo de Guarenas”. De Monte Piedad conservaba un recuerdo importante: el cine Para Ti.
Las unidades de transporte colectivo más antiguas que recuerda eran propiedad de unos portugueses; la compañía se llamaba Colectivos Caracas y los automóviles eran marca Diamond. De los tiempos de Juan Vicente De la entrevista con Cruz María Torres Ávila Gómez recordaba que mucha gente de la ba(nacido el 14/09/1917 y fallecido en 2012) se rriada iba a recoger agua en la pila que quedaEdición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
15 se llama La Cañada porque por allí corría un curso de agua que desembocaba abajo, en la quebrada de Agua Salud —
ba en Villa Amelia, llamada así en nombre de una amante del general que vivía en ese lugar. También iban a recoger agua en la quebrada de Gamboa, en San Bernardino. *** Más información, de un conversatorio con fundadores de la parroquia en Monte Piedad: Renée Trotman (una señora nacida el 19/11/1916 en Barbados, habitante de Caracas desde que tenía 20 años); Eduardo Rafael Núñez Morales (nacido el 31/7/1937); Guillermo y Alex Mena (sin otros datos). En el lugar donde hoy se levanta el bloque 9, que queda al sur de El Rincón del Taxista, existía una comunidad que fue demolida para levantar ese bloque. El desalojo y demolición se llevó a cabo de manera drástica y veloz y sus habitantes fueron trasladados a Los Flores, donde fueron alojados temporalmente en carpas militares hasta que cada familia encontró dónde instalarse. Cuando Eduardo Rafael nació, su familia vivía en esa comunidad que desapareció para dar paso al superbloque; se llamaba El Hoyo. Había una esquina llamada Cúcuta (pertenecía a la estirpe de las esquinas caraqueñas con nombre propio) que, por supuesto, desapareció cuando la barriada fue demolida.
Había también cerca de allí un sector llamado La Vuelta de los Olivos, y el señor Eduardo oyó decir que ese nombre fue una deformación del nombre original (“La Huerta de los Olivos”) por el uso popular.
Además, se convirtió en una referencia muy importante para los habitantes de los bloques 1 al 5: la gente comenzó a llamarla El Mango de Casagua, y así se llamó incluso después de la muerte del “padre” del árbol, en los años 80. Bajo ese árbol se conspiró y se habló de política, se jugó caballos y se echaron cocos en Semana Santa. Bajo su sombra florecieron algunos pequeños negocios, ventas de comida. Bajo El Mango de Casagua se jugaba bolas y chapitas, se chismeaba, se propagaban las noticias y chistes de la gente del sector. Todo el que iba de visita o buscaba a alguien del barrio sabía que el primer lugar adonde tenía que ir era a El Mango de Casagua.
La señora Renée cocinaba para los trabajadores que comenzaron a levantar los primeros superbloques. De ellos recuerda el porte señorial: se trataba de la legión de italianos que vinieron a trabajar como albañiles en la construcción de aquellos gigantes de concreto.
Cuenta Alex Mena, quien creció junto con Casagua, que el árbol envejeció y comenzó a secarse, probablemente estrangulado porque el gran patio de tierra que lo rodeaba fue cubierto con cemento. En algún momento de los años 90, por una decisión y en un tiempo que Mena no recuerda, los troncos secos del árbol Más arriba, en Monte Piedad, la comunidad fueron derribados y convertidos en rolitos que recuerda con mucho afecto una historia que desaparecieron de la vista de la gente. reluce como dato cultural de la historia del pueblo, en este afán por recuperar y que mere- No tenía por qué sobrevivir para siempre El ce tanta o más redención que esa otra historia Mango de Casagua, pero su muerte no tiene llena de batallas y próceres. En la zona vivía, que ser para siempre: murió el árbol pero su en los años 50, un muchacho llamado Félix, a memoria debe permanecer. ¿Dónde están los quien llamaban El Gato y también Casagua. A jóvenes historiadores o estudiantes de Histoeste niño se le ocurrió un día sembrar la pepa ria, la gente común del sector Monte Piedad de un mango que se acababa de comer. Al cabo del 23 de Enero, que van a rescatar la historia de unas semanas la mata empezó a crecer y el de las cosas que se hicieron, dijeron y planifimuchacho decidió, por inspiración propia, cui- caron a la sombra de ese árbol? ¿Dónde andan darla y regarla. El carajito la defendía, no per- los vecinos y familiares de este importante permitía que la maltrataran personas o animales. sonaje recordado como Casagua quien, en un impulso de su niñez, sembró este árbol? Un árCon el tiempo la mata fue un robusto y fron- bol que, para efectos de la historia del pueblo, doso árbol que dio varias cosechas de mango. es o debería ser tan importante como el bendito Samán de Güere para la historia oficial. Allí están algunos insumos, el reguero de datos recabados por media docena de irresponsables sin método, pero con el motor del afecto listo para propiciar la conversa. Ojalá alguien aborde, con más dedicación que nosotros, la tarea de la compilación de los recuerdos.
La Cañada va desde la estación de Agua Salud hasta la redoma del bloque 7
Caracas, 9 de febrero de 2014.
¿Para qué? ¿Para escribir un libro? No necesariamente. Porque la historia de la gente no tiene por qué limitarse al engreído soporte de papel y, además, en tiempos de los soportes digitales no tenemos por qué perdernos de la sabrosura del habla y de los gestos, que también son patrimonio de los pueblos. Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
AUTOR: ALFREDO RAJOY WEB: https://www.facebook.com/alfredo.rajoy
ENVĂ?A TU ARTE A epale.ciudadccs@gmail.com
18
minicrónicas
encuentros casuales FOTOmontajes asdrúbal briceño
ella
Cuando la vi, estaba sentado en la tercera fila de un autobús rumbo a Barquisimeto, en el terminal La Bandera. Era la época de mis primeros viajes en solitario fuera de la Gran Caracas y quería conocer el pueblo de Cubiro. Para febrero del año 2000, el mito sobre el colapso mundial por el efecto Y2K ya se había caído e iniciaba mi turbulento tránsito hacia la juventud. Aunque había muchos puestos vacíos, ella decidió sentarse a mi lado y recuerdo haber pensado, desde una autoestima mermada por algunas huellas de acné, que simplemente quería estar adelante. Me preguntó la hora y, anulado por un nerviosismo adolescente, solo pude señalarle mi reloj, que marcaba las 12:03 am. Arrancamos. El chofer no puso música ni películas. Lo que asumí como un roce de rodillas involuntario, generado por el tránsito en las curvas a alta velocidad, pronto se convirtió en un contacto prolongado —y consensuado— de muslos. Mientras, los dos veíamos hacia el frente, en medio de un silencio solo alterado por exhalaciones de lado y lado, pero mi miedo a ser rechazado ción fetal, con la mirada sobre ella, que ahoanulaba cualquier acercamiento. ra parecía ignorarme. Resignado, repasaba toda mi timorata actuación cuando ella, de El cruce para tomar la vía de Nirgua, a la pronto, se volteó y acercó su boca a unos 10 salida de Valencia, anunció la parada para centímetros. Su fragancia y su respiración ir a los baños y comer, y redujo la tensión. poco a poco se hicieron mías. La presión Ella volteó antes de bajarse. Yo decidí que- sanguínea aumentaba conforme la distandarme en el bus, pensando en lo que estaba cia se acortaba. Al cerrar los ojos, el beso pasando… Media hora más tarde habían más largo y postergado de ese pedazo de mi regresado todos los pasajeros, excepto ella, vida había comenzado… y concluí, no sin lamentarme, que su destino era Nirgua. Cuando el bus retrocedía No sé cuántos minutos pasaron hasta que para retomar la vía, ella apareció. llegamos al terminal de Barquisimeto, besándonos. Tampoco su nombre ni qué edad La momentánea sensación de pérdida en- tenía (tiene). La amé mientras la besé, pero cendió la alerta: si no hablaba, jamás sabría jamás le pude hablar. si la atracción era recíproca, pero lo único que se me ocurrió fue colocarme en posiPOR eneldo romero Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Lo que asumí como un roce de rodillas involuntario, pronto se convirtió en un contacto prolongado —y consensuado— de muslos —
19 ENVÍE SU MINICRÓNICA A epale.ciudadccs@gmail.com
Vaya prima
Cuando la vi me dije: “Esta conejita es mía”. Y sí, allí estaba, toda bella y llena de carne seductora, en un bar estratégicamente ubicado en el pasaje Las Galerías, en la vieja Chacao. Digo la vieja porque del asunto hace más de 30 años, pero la película tiene vigencia en cualquier momento del tiempo. Ángel Gutiérrez y Víctor Torcat, periodistas ambos, fallecidos ambos. Me habían invitado a visitar el tugurio “donde te vas a divertir un mundo, porque allí lo que hay es un mujerero del carajo”. La descripción me captó de inmediato y esa noche salimos de nuestros lugares de trabajo rumbo al local. Teníamos vía libre, porque Torcat era el jefe de prensa de la extinta PTJ y como que era cliente fijo de la compañía.
La canción del momento era colocada una y otra vez en una rocola, de esa que ya no existen y que en Puerto Rico las llaman tragaperras... —
La señora del lugar, por no decirle alcahueta o algo parecido, al vernos nos llevó a una mesa y salió, como por arte de magia, una botella de whisky, de esa bien caras que atraen la mirada de las féminas. Disculpen lo machista, pero así es la vaina. El ambiente estaba, por decirlo de alguna forma, bien sabroso. Poca gente y mucha bulla. La canción del momento era colocada una y otra vez en una rocola, de esa que ya no existen y que en Puerto Rico las llaman tragaperras... “Papi, me das un bolívar para una canción”, se oyó la voz gangosa, melosa, edulcorada y con fingidas ganas de hacer cositas. Yo jamás he sido de los que se resisten. No aguanto tres pedidas, y fue así como salió un “fuerte” para cinco piezas. Ella se fue, tongonéandose sensualmente, con un movimiento de caderas de los que producen muerte súbita. Surgió la voz de Odilio González con aquello de Yo tenía una luz, que a mí me alumbraba, y llegó la brisa y fuass, que me la apagaba, pero apagado quedé yo cuando regresó la niña. Sin mucho titubeo se me acercó, como queriéndome hacer cariñitos, y en voz muy queda me dijo en la propia patica de la oreja: —Hola, Ángel, ¿será que no te acuerdas de mí? Te lo digo bajito para que no se den cuenta, pero yo soy María José, la hija de tu tía María, hermana de tu papá. Y cómo carajo la iba yo a conocer si casi nunca frecuenté la familia del viejo por motivos de divorcio. Cuando la escuche volteé a verla. Era una cosita lindísima, demasiada bella. Atrapé entre mis manos su carita. La besé con dulzura y acto seguido le grité a Ángel Gutiérrez, bien duro para que se oyera: “¡Compadre, me encontré una prima!”. POR Ángel Méndez
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
20
SOBERANÍAS SEXUALES
un lugar común POR GUSTAVO MÉRIDA ILUSTRACIÓN NATHALY BONILLA
Las verdaderas palabras “cochas” van mucho más allá de las ya extemporáneas frases como “doce más uno”. Por ejemplo, cuando, por temor a la rima, uno no quería decir ese número o preguntar en qué consiste el juego de “rojo”, o cuando en Margarita, ante la pregunta “¿tú has estado en Macanao?”, el navegao responde afirmativamente y el ñero lo chalequea de inmediato. Se trata entonces de lo que sucede en la cotidianidad. De sexo se habla siempre, en sexo pensamos siempre en medio de apariencias, hipocresías, incertidumbres y algunas certezas. Unas más, otros menos. La libertad de expresión se asume con ganas cuando en nuestra sexualidad pensamos. Y cuando imaginamos. Ella está semidesnuda y mojada. De repente, dice algo así como “me cuesta mucho metérmelo y sacármelo”, refiriéndose a un snorkel, y uno le afloja la cinta a la máscara para que ella pueda metérselo y sacárselo fácilmente mientras se piensa en otra cosa. Otra mujer, o la misma, utiliza la punta de su lengua para lograr que su mejilla izquierda se vea convexa y apunte en determinada dirección para señalar a alguien sin que este se dé cuenta de que lo está haciendo; mientras lo hace, uno piensa en otra cosa. Y así, muchísimas cotidianidades se salpican con los cochos y las cochas cochambrosas, que en realidad no lo son tanto. No se es tan cochambroso cuando se usa el diminutivo. Todos y todas tenemos lo cocho cerca… unas más cerca que otros. La ingenuidad se colorea con tonos amables cuando alguna mente cocha la sorprende y, como el bostezo, el amor o la intolerancia, se contagia si estamos descuidados. Entonces, todas las palabras rozan todos los pubis y sus alrededores. La imaginaria orgía perfecta se desdibuja en lo cotidiano, pero no se diluye cuando es hora de dormir. Pero cuando es tiempo de dormir, a la hora que sea, algunos y algunas no sueñan con orgasmos ni los sienten. Y no importa si han estado o no en la península; luego hacen bulla frente a un hotel para irrespetar a unos deportistas. Desde Épale CCS, ofrecemos disculpas a los cubanos de Villa Clara. Algunos y algunas deberían encauzar sus energías a otros fines más amables y placenteros. Sudar de otro modo. Vivir viviendo. En Caracas, en el Metro: La lengua de ella está moviéndose, cómoda y amplia. Sus palabras y sus gestos no sugieren ni invitan. Su cabello negro descansa sobre la piel de los hombros que sostienen al sostén que hace lo que tiene que hacer. Ella camina sin mirar, se sienta sin sonreír y coloca una rodilla delante de la otra. “Ella se veía tan bien, que se arregló la falda y no me vio”. Mientras, yo pensaba en otra cosa. Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
21
ENTREVISTA
en movimiento
“Caracas tiene su toque mágico” Desde los 12 años comenzó a componer. En 2009, José Alejandro Paredes logró adaptarse a la capital y producir su primer disco. Caminando el casco central recuerda lo que era antes y está contento de haber presenciado su recuperación. Caracas ha sido tema en cuatro de sus composiciones POR rocío cazal Fotografías jonathan mendoza
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
22 El casco central fue un buen escenario para caminarlo y hacer la entrevista en movimiento. José Alejandro Paredes, guitarrista, cantante y compositor trujillano, habló de su experiencia mientras admiraba el lugar, con una brisa que pocas veces se asoma tan fuertemente a las 3:00 pm de un martes. —Ya tienes tu primer disco. ¿Cómo será la segunda producción?
-El segundo disco, Irremediables, es con el maestro Juan Carlos Núñez. Él en el piano y yo en la voz con mis canciones. La grabación se hizo en vivo en la sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño. Mientras habla de su disco, pasan varios motorizados en el área peatonal del casco central. Tocan sus bocinas. Volteamos, nos colocamos a un lado y seguimos. —¿En tu Trujillo natal hay tantos motorizados como acá?
-Ahorita están comenzando a aparecer. El casco es muy pequeño. Lo bueno que tiene Trujillo es la tranquilidad que hay. Pareciera que no pasara nada. Te vas, vuelves en 10 años y es lo mismo. Lo digo un poco exagerado, pero no es como Caracas. —¿y Cómo es Caracas?
-Caracas tiene su encanto. Siempre es fresca, agradable, con un clima apropiado. Es muy noble. Tenemos al Waraira Repano, que es el guardián de Caracas y de los caraqueños. Cuando uno está muy atormentado, ahí está, para tener contacto con la naturaleza. Gracias a Dios yo tengo mi ritmo, no tengo horario que cumplir y sé los horarios que debo moverme. Tengo ese privilegio. —¿Te parece que es una ciudad del caos, como muchos dicen?
José Alejandro Paredes considera a la capital como fresca y diversa
de Los Andes. Lo dejé en el sexto semestre -No lo creo. Creo que hay diversidad de porque quería cantar, hacer música, y no gente, que es la que le da el toque mágico. hay mucha fuerza para hacer una propuesta en teatro, danza. Los mejores espectáculos Es una metrópoli. están en la capital. —¿Cómo fue el proceso de adaptación de tu ciudad —¿Hace cuánto viniste natal a Caracas? a Caracas? -Estuve cinco años antes en Mérida estu- -Me vine en marzo de 2009. Llegué directadiando Artes Visuales en la Universidad mente a trabajar con el colectivo La Cantera. Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Vine solo por 15 días, pero hubo presentaciones constantemente y ni lo pensé. Me quedé. —Y en 2010 ganaste el concurso de Producción Musical Independiente que otorga el Minci...
-Había un concurso de Productores Nacionales Independientes y ese año abrieron el área de música. Para ese entonces trabajaba
Confieso que he leído PAN, EDUCACIÒN Y LIBERTAD
como técnico de sonido en el Celarg y me inscribí en junio. En noviembre-diciembre me dijeron que mi propuesta fue seleccionada. Gracias al premio hice mi primer disco, En este vagón. Nos paramos en la Plaza Bolívar, un lugar lleno de recuerdos para el cantante y compositor. No hablar de ella era un pecado. -Recuerdo, cuando llegué en 2009, que la Plaza Bolívar era distinta, al igual que el casco central. Pude ver todo el proceso de cambio, de recuperación de los espacios. Ahora uno viene a la plaza y a los lugares cercanos a desestresarse, a ver las caras de la gente, a encontrarse con amigos.... —¿pensaste en algún momento que podías cumplir tu sueño de ser cantante?
-Desde chamo lo pensé. Toqué guitarra desde los 11 años, cuando entré a una escuela de Arte Popular. Estuve un año allí y de ahí en adelante he estado por mi cuenta. Escribo canciones desde los 12 años. Participaba en todas las actividades del liceo y del pueblo. He estado ligado a las artes plásticas y a la música desde chamito.
—¿te consideras como uno de los exponentes de la nueva caNción venezolana?
-Hay un movimiento muy importante. Hay muy buenas propuestas de cantautores. Hay una efervescencia de la canción de autor venezolana que hacía mucho tiempo que no había, desde los años 80 con Evio di Marzo, Yordano, Franco de Vita, Frank Quintero. Ahora tenemos muchos más, gracias a lo que hemos vivido. Más allá de la música: las palabras, la poesía. —¿cantas a lo romántico? ¿a lo humanístico? ¿al proceso?
-Tienen un poquito de todo. He intentado, en el transcurso del tiempo, ir tocando temas del ser humano. La mayoría de las cosas que escribo son del mundo interno y tienen que ver con el lugar donde uno está. —¿Has escrito acerca de Caracas?
-He hecho tres, cuatro canciones que tienen mucho que ver con Caracas, con la ciudad. Tengo canciones que hablan de la naturaleza, recordando momentos de mi infancia. He intentado pararme en distintos lugares al momento de componer para tener un espectro amplio. Me dice un ami—¿cuántas canciones go que el que no hace canciones en Carahas escrito? -Ya perdí la cuenta. He hecho muchas can- cas, no las hace en otro lado. Creo que es ciones. Pasé por bandas de rock alternativo, por lo intensa que es la ciudad, por la direggae, ska, fusión y para todos los proyec- versidad. Hay que aprender a quererla. tos componía. Buena parte de ellas están en demo. Es un registro de mi proceso y desa- —¿Le has dedicado canciones rrollo. Lo que estoy haciendo ahorita es el a alguna muchacha? resultado de todos esos años. -Sí, varias.
Luces en la ciudad Nació el 11 de diciembre de 1986 en el estado Trujillo y allí se graduó de bachiller. Logró ingresar a la Universidad de Los Andes, de Mérida, por ser un artista destacado. Allí estuvo cinco años e hizo planes para ir a México a cantar. Sin embargo, esto no se dio y retomó su carrera hasta que vio luces en Caracas, donde actualmente reside, para continuar sus proyectos artísticos.
—¿Varias canciones o a varias muchachas?
-Varias canciones... A varias... Y viceversa (risas). —¿Te consideras romántico?
-Digamos que sí (risas). —¿Qué sientes por la revolución?
-Ha sido mi casa. El lugar en el cual he desarrollado mi propuesta musical. Es eso: la Revolución es una casa donde todos tenemos que apoyar, construir, respaldar y hacerla más grande. Caracas, 9 de febrero de 2014.
Yannis Jalatsis y Kyriakos pasarán mañana a disposición del juez. El caso está oficialmente cerrado, pese a que yo no he confesado a nadie mis sospechas de que todos los amigos de Kyriakos Demertzìs están implicados en los asesinatos y de que el plan lo urdieron entre todos. Pan, educación y libertad. Petros Màrkaris
Petros Màrkaris, a través de sus novelas policiales, ha venido narrando, en su estilo, la crisis económica, social y política que vive Grecia. Ha creado un detective (Kostas Jaritos) que es el encargado de investigar y, este sí, llega hasta las últimas consecuencias. Padre de familia que vive el día a día en Atenas y trabaja en la policía. La novela Pan, educación y libertad se apoya precisamente en esa consigna. Frase muy usada por los estudiantes que, en los años 70, se enfrentaron a la dictadura de los coroneles. Ahora, comienzan a aparecer empresarios asesinados y a su lado hay un papel donde se lee: “Pan, educación y trabajo”, y es allí cuando Kostas Jaritos comienza a sospechar de aquellos estudiantes. Dice Petros Màrkaris en una entrevista a la revista Ñ del diario Clarín: “Pan, educación y libertad era una consigna de la generación que resistió a la dictadura. Pero no es que la hayan traicionado. Más bien diría que la forma en que lidiaron con los asuntos públicos, cuando la democracia volvió, es una de las razones de la crisis: en parte son responsables de lo que ocurre en Grecia. Parte de esa generación sacó gran beneficio político de la resistencia”. El detective sabe que esa generación que enfrentó a los coroneles en la dictadura, ha asumido el poder y se ha entregado a todo tipo de negocios: allí está la clave de los asesinatos. A medida que se descubren los hechos, también Màrkaris va describiendo el caos que vive Atenas, cuna de los filósofos más importantes, calles atestadas de vehículos y manifestaciones en la Plaza Sintagma. Roberto Malaver robertomalaver@gmail.com
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
24
GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
Superbueno: monte con sabor gourmet POR rodolfo castillo FOTOGRAFÍA ambrosio plaza
En este arqueo de la antropología gastronómica caraqueña, y particularmente la del centro de la ciudad —en la que he hecho especial énfasis en aquellos sitios que reúnan ciertas condiciones: lugares cuyo menú contenga una comida lo más casera y económica posible, además de una sazón que sea la envidia de los grandes restaurantes gourmets caraqueños—, me he encontrado con la agradable sorpresa de la existencia de dos sitios de comida vegetariana en el casco histórico. Y, más curioso aún, eran tres: entre las esquinas Monroy y Misericordia, en la avenida Universidad (La Candelaria), hubo uno cuyo nombre no recuerdo pero sí su comida, la que cumplía, con creces, las exigencias de este pseudosibarita: excelente sabor y jugo natural ¡recargable! Sin duda, es una pena que haya desaparecido.
La selección de hoy tiene una particular característica: de las veces que he tenido el gusto de ir, siempre (léase SIEMPRE) el seco, específicamente el sucedáneo cárnico-proteico del plato, resalta por su excelente sabor. Se concluye que realmente es posible comer una exquisitez sin necesidad de ningún tipo de carne. Así, Fundación Restaurante Vegetariano Superbueno, ubicado al final de un pasillo entre las esquinas El Conde y Padre Sierra, constituye una real alternativa entre la pléyade de lugares de comida que el centro ofrece. La amplitud del sitio y el ingente número de mesas no se da abasto para la cantidad de comensales que a diario colman el lugar (dato que, sin temor a equivocaciones, también sería la
más grande envidia de los exclusivos restaurantes del este de la ciudad). Para aligerar la compra del ticket hay dos colas, dos opciones: una para pago con tarjeta y otra solo para pagar en efectivo. Pese a esta precaria logística, comprar el ticket, tomar la bandeja, hacer otra cola para ser servido y conseguir dónde sentarse es deambular un pequeño viacrucis. El día que acudí para recabar la información que vierto en estas líneas, el menú constó de lo siguiente: el seco estaba compuesto por arroz blanco, caraotas negras y un guiso de zanahoria con berenjenas (sencillamente, y discúlpenme la digresión, “¡criminal!”); una crema de acelgas de muy buen sabor; tres tipos de ensaladas para escoger (berro con pepino, mixta
RECETARIO DEL PELABOLA
Almendras, en teoría… POR Malú Rengifo malurengifo@gmail.com
Pelabola que cocine es probable que conozca las 47 formas de comer con poca plata. A partir de la receta 48 en adelante, al menos según muchos recetarios, los platos comienzan a ponerse rebuscados, y la misma guasasa de lechuga, atún, mayonesa y queso rallado que hace uno cuando no tiene más nada, es combinada con 25 almendras y rebautizada bajo el nombre de “lechugué a la almendré”, y el pelabola se queda con la curiosidad de cómo sabrá esa vaina porque, simplemente, esa receta es imposible. Cualquier receta que tenga almendras o nueces es pura teoría. Si un pelabola decide un día gastarse 100 bolos en una ínfima bolsita Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
25
Calidad Precio Ambiente Atención
[auyama, escarola, rábano] y repollo cocido, bañadas de un misterioso aderezo); jugo de lulo y galleta de avena como postre.
Esq. El Conde
Superbueno
Esq. Padre Sierra
con 100 gramos de almendras, más vale que vaya en moto y maneje él o ella misma. Si se va a pie hasta su casa, abrirá la bolsita para probar el botín, pensando que unas poquitas que le saque a la bolsita no harán falta. Cuando vaya por la mitad se dará cuenta de que ya no le alcanzan y terminará por comérselas todas.
El precio varía según la cantidad de ensaladas con las que se quiera acompañar: sin ensaladas Bs. 55 y 65 para llevar; con una ensalada Bs. 60 y 75; con dos Bs. 65 y 80; y con tres Bs. 70 y 85. Lo que desentona del precio es el incremento de Bs. 15 cuando se pide “pa’ viaje”. Casi siempre el precio solo se eleva Bs. 5 por este concepto. Pero, en todo caso, debería ser un servicio al cliente: no ser cobrado.
en ellas desaparece, y entonces se pueden comer y usar para hacer esta receta que pongo a continuación:
Plátano asado con ron y semillas de jabillo tostadas
Es tan fácil como agarrar un plátano (o cuantos quieras) con todo En sustitución de las almendras, nueces y demás semillas de ese y concha y ponerlo en una bandeja dentro del horno, a cocinarse a tipo, en Caracas tenemos una opción sabrosa, nuestra y gratuita, unos 200 °C por 20 minutos. pero, eso sí, hay que hacer mucho caso a las instrucciones para no envenenarse como un pendejo. En una sartén, cuando ya casi estén listos, pondrás a derretir media cucharada de margarina (o mantequilla, si eres millonario) con dos cucharadas de azúcar (todo eso por cada plátano que estés asando) Solo necesitas un jabillo El jabillo es ese árbol grande con púas en el tronco que bota unos ca- y las semillas de jabillo tostadas y troceaditas. Cuando todo esté chitos de madera que parecen delfines y se usan para hacer zarcillos y mezclado, apaga la hornilla y procede a sacar el plátano del horno, artesanías (se ven mucho en Bellas Artes, por ejemplo). Cuando el fruto pelarlo y ponerlo en un plato. del jabillo se cae y se rompe, además de los cachitos de madera, suelta El fondito de la botella de ron que quedó de Navidad, sácalo de una semillita plana y redonda que es venenosa cuando está cruda. donde está. Échale un chorrito por encima al plátano y con un yesPero si uno está pelando bolas y recoge un puñadito de semillas de quero pégale candela. Eso se llama flambear. Sin quemarte las cejas esas y las tuesta bien tostadas, a fuego medio, sin que se quemen y ni prender en candela las cortinas, agrega la margarina con azúcar moviéndolas un poco, por unos 20 minutos, todo lo que es tóxico y las semillas. Y ¡voilá!, tremenda papa. Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
26
CRÓNICAS BUROCRÁTICAS
Destino: Venezuela POR zonia garcía ILUSTRACIóN l. "razor" balza
La inconsciencia de gran parte de los comerciantes nacionales, bien sea formales o informales, ha llevado a que el venezolano busque medios alternos para obtener artículos de su interés o necesidad a precios justos, como lo son las compras por internet, efectuadas con tarjeta de crédito mediante operaciones de comercio electrónico con proveedores en el extranjero, desde la República Bolivariana de Venezuela. De allí que empresas de envíos amplíen sus servicios y funcionen, además, como receptoras de estas compras y, posteriormente, se encarguen del envío y entrega en Venezuela, cuyo pago se realiza en moneda local.
¿Cómo funciona?
En principio es muy simple: basta con seleccionar la empresa de envíos de su preferencia (sirve de mucha ayuda la recomendación de usuarios de estas empresas). Una vez seleccionada debe registrarse en su página web, donde se le pedirán datos de identificación y de ubicación, así como la sede en la que desea recibir sus paquetes (normalmente tienen más de una). Ellos le enviarán a su correo la clave de acceso a su cuenta, donde podrá verificar el estatus de sus envíos y la dirección del almacén en el extranjero. Al momento de suscribirse en cualquier compañía de ventas o tienda online para efectuar compras, proporcionará la dirección que recibió de la compañía de envíos como si fuera la suya. Y la empresa, al recibir el paquete, lo enviará a Venezuela.
No todo es color de rosa
En mi caso me suscribí a Liberty Express; todo bien, en principio. Realicé mis compras por Amazon.com, que tardaron más de lo que esperaba en llegar a Venezuela, Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
a lo que no di mucha importancia pues coincidió con la culminación del año: mayor volumen de compras sumado a los días de cierre de la aduana. Por fin… comenzaron a llegar notificaciones sobre la disponibilidad de los paquetes para su retiro y es ahí cuando viene mi molestia, pues, aunque en mi registro escogí una de las sedes para retirarlos, varios de ellos llegaron a otra, supuestamente para aligerar la entrega... en teoría, porque en la práctica no fue así. Esperé por horas para retirar paquetes en esta sede, con un número que variaba entre 100 y 300 personas en espera, mientras que en la seleccionada por mí no excedía de 10 Caracas, 9 de febrero de 2014.
personas. Mis quejas no fueron escuchadas y en algunos casos, incluso, recibí maltrato como respuesta. Sin embargo, aunque se presentan este tipo de inconvenientes, otros usuarios, y en temporadas con menor número de compras, no han tenido mayor problema y sigue siendo una opción para el traslado de artículos de origen extranjero.
ENVíE SU HISTORIA A epale.ciudadccs@gmail.com
27
DIARIO
Días y Noches de Amor y de Guerra (XVIi) POR Eduardo Galeano Ilustraciones ALFREDO RAJOY
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
28 BUENOS AIRES, MAYO DE 1976: UNA BOMBA SOBRE EL ESCRITORIO
Apoya el paquete suavemente sobre la mesa y se inclina hasta rozarme la cara. Susurra:
Del paquete salta un montón de hojas escri- Acha asintió, comprensivo. Le dijo que él también esperaba que se pudiera publicar y tas a máquina. que con mucho gusto la pondría a conside—¡Una bomba! —proclama Castro, eufóri- ración de... co—. ¡Este novela hará caer al gobierno! —Quizá no he sido claro —dijo el caballero. 2. —Sí, sí —dijo Acha. Le explicó que cada coMe consuelo pensando que no es mi primer lección tenía un director y asesores y que no se podía tomar ninguna decisión pasando loco. por encima de... Cuando hacíamos Época, en Montevideo, un gigante recorría los diarios. Se fugaba —Ya le dije que he traído mi novela porque del manicomio todas las semanas y entraba se va a publicar aquí —repitió el caballero, sin a las redacciones, avasallante, con su raído alterarse, y sin alterarse Achával le dijo que Eumameluco gris y la cabeza rapada y se senta- deba publicaba textos universitarios, que para ba en el escritorio que le daba la gana. Ame- cumplir esa función se había creado la editorial nazaba: “Voy a romper todo”. Ya se sabía lo y que las obras de ficción formaban parte de que había que hacer: él se echaba de bruces las colecciones para estudiantes o de las series sobre una mesa y nosotros le rascábamos la de divulgación popular de la literatura clásica, espalda. Entonces sonreía, beatífico, y se iba. nacional y universal, pero que de todos modos él haría lo que estuviera a su alcance para... Otro venía a denunciar el sabotaje del imperialismo, porque cada vez que se abría la cani- —Señor Achával —dijo el caballero—, le lla del baño de su casa, salían hormigas. Otro, agradezco la explicación. Como le dije anque era escultor, tenía la costumbre de saquear tes, yo he traído mi novela a esta editorial a los angelitos en las plazas de la ciudad. Lle- porque sé que se va a publicar aquí. gaba a cualquier hora de la noche, con las alas o las manilas de bronce o mármol bajo el saco, Acha lo miró. Tragó saliva. Encendió un cia pedir refugio al vocero de las causas popula- garrillo. Y suavemente preguntó: res. ¿Y los inventores? Había un italiano petizo que andaba con un tremendo pergamino —¿Y se puede saber quién le dijo que se va arrollado bajo el brazo. Era el diseño de un a publicar aquí? cañón que apagaba incendios donde no había —Me lo dijo Dios —respondió el caballero. agua, disparando piedritas contra el fuego.
—Es una bomba.
3.
1.
Alguien se hace anunciar: —El señor Castro —me dicen. Me asomo. En la sala de espera hay un jovencito con un paquete en las rodillas. Pega un salto y me abraza sin soltar el paquete. Yo no lo reconozco. Me dice que tenemos que conversar a solas. Entramos al escritorio y cierra la puerta. Se me sienta, delante. Me mira. —Lo escucho —digo. —Yo soy uruguayo —me dice. Y agrega —Como usted. —Me parece muy bien —le digo. —¿Sabe qué es esto que tengo acá? —dice, señalando el paquete. —No tengo la menor idea.
—¿Quién?
Pego un respingo. Castro vuelve a sentarse. Cuando Achával era director literario de Eudeba, la editorial universitaria de BueSonríe. nos Aires, recibió una tarde la visita de un caballero de canas en las sienes y ropa de —Una bomba —repite. medida. Traía el manuscrito de una novela Yo miro la puerta de reojo. Confirmo que inédita. es inútil tener una pistola guardada en el —Soy el autor de esta obra —dijo el caballecajón. ro— y la traje porque se va a publicar aquí. —Yo estoy con los pobres. Estoy del lado del —Bueno... —vaciló Acha—. Le agradecepueblo, yo —me dice Castro—. ¿Y usted? mos mucho que se haya molestado. Nuestros asesores verán si... —Completamente —le aseguro. Pone una mano sobre el paquete y ofrece: —¿Quiere que lo abra? Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
—Dios. Se me apareció hace tres días y me dijo: “Llévala nomás, que se publica”. Nunca Achával había recibido un escritor tan bien recomendado.
CLAROMECÓ, MAYO DE 1976: HOMENAJE A UN HOMBRE QUE NO CONOCÍ
1.
Desde aquí se ve el caracolero... ¿Cuánto tiempo hace que me dejo llevar por las piernas? Ya viene bajando el poco sol.
—No hay nada que ver —sonrió el caballero—. Si yo le digo que la van a editar uste- En el cielo chillan las gaviotas. Sus sombras des, es porque la van a editar ustedes. viajan delante de mí. Caracas, 9 de febrero de 2014.
29 Llego al monolito de Cristian. Leo la inscripción, que me sé de memoria. Me quedo parado ante la piedra. Cada vez que vengo aquí hago este largo camino, como quien no quiere la cosa. Estas huellas mías fueron antes dejadas por él y fueron borradas, hace añares, por este viento y este mar. En otras tardes él sintió que era, como yo siento que soy, este pájaro que vuela sobre mi cabeza y planea sobre los arenales y se deja caer al mar en picada. Nadie sabe cómo llegó el viejo Cristian hasta estas playas; pero se cuentan cosas. Se dice que se escapó, nadando, de un buque danés que bordeaba la costa. Era un gran nadador, se dice. Vivía de lo que pescaba y de las nutrias que cazaba en el arroyo. Nunca permitió que el mar le tragara una línea: nadaba hasta donde fuera y desenredaba la línea con las manos o con los dientes. También es fama que no hubo policía capaz de ponerle una mano encima. Estaba siempre dispuesto a la gauchada, sin aceptar nada a cambio; y había salvado a algunos hombres de la muerte. Nunca tuvo nada y daba todo. Había inventado un premio de 30 pesos para el mejor alumno de la escuela de la región. La yegua Lola lo ayudaba a tirar la red. Por las noches, el viejo Cristian recorría los boliches del pueblo. Los seis perros galgos y la yegua Lola lo esperaban en las puertas de los cafetines. Cuando ya no daba más de borracho, alguien lo echaba sobre el lomo de la yegua, para que ella lo llevara, a lo largo de esta costa, hasta la tapera de lata que él se había hecho aquí en los médanos. La yegua lo barajaba con las ancas, hamacándose al compás de los vaivenes del cuerpo. A veces el viejo resbalaba y quedaba desparramado en la arena. Entonces los galgos se le echaban encima y dormían sobre su cuerpo, para que no lo matara la helada. Yo no sé de él más que lo que se cuenta y lo que me dijo una vez la foto de su rostro huesudo y de dulce mirada, y lo que de él aprendo recorriéndole el camino. Sé que nunca se le conoció mujer, pero quizás, cuando bebía
hasta caerse, saludaba o maldecía a la lejana un aljibe. De la casa, dinamitada, no quedó muchacha a la que había dado todo el jugo ni la ceniza. Las plaquetas y los libros que él que tenía hasta quedarse seco. había editado a pulmón, obras de muchachos de provincia en los que creyó descu2. brir talento o garra, fueron a parar, en un santiamén, a los sótanos de las librerías o a Después de los temporales aparecen, en es- las hogueras; 25 años de trabajo borrados tas restingas, grandes caracoles y cosas del de golpe. Los asesinos han tenido éxito. mar. Ha estado sereno el tiempo en estos últimos días. No encuentro nada entre la —En el entierro hubo un solo hombre —dice arena y las piedras. Recojo, por ahí, unos Héctor—, 11 mujeres y un hombre. restos de vidrio negro. Son de una botella que la marea reventó contra las rocas. El miedo es la peor noticia. Una pareja de amigos, me cuenta, echó los libros a la estufa de leña. Uno por uno, todos los libros: un YALA, MAYO DE 1976: ritual de nuestro tiempo. Empezaron por GUERRA DE LA CALLE, Lenin y terminaron quemando Alicia en el GUERRA DEL ALMA país de las maravillas. Cuando ya no queda1. ba nada para arrojar a la fogata, fue como Héctor Tizón estuvo en Europa. Allá no una fiebre, hicieron pedazos los discos. fue feliz. Ha vuelto a Yala. Estas son horas Después ella largó el llanto en un rincón, de duras, pero él está seguro de parecerse a la cara a las llamas. tierra que pisa. Unos chiquilines, le cuento, patean un paHacía más de un año que no nos veíamos. quete en un baldío de Buenos Aires. Se Llego a Yala con dolor de cabeza. Llevo dos abre: está lleno de libros. A los baldíos van a parar las colecciones de la revista nuestra, semanas con la nuca ardiéndome. prohibida en las provincias, secuestrada en Caminamos por el sendero que conduce al río. los allanamientos. Empezás a sentir que alguna gente te saluda en voz baja o da vuelta El río se llama como el pueblo. Es ruidoso la cabeza. Hasta por teléfono podes transy corre sobre piedras de colores. En prima- mitir la lepra. Redescubrimiento de los devera, desagua el hielo de las montañas. A más, ahora que viene subiendo la marea: orillas del río Yala duermen, por las noches, ¿quién no se deja ahogar? ¿A quién no ha las guitarras. Los musiqueros las dejan allí, vencido la máquina? para que las templen las sirenitas. Siguiendo las vías llegamos a la estación. —Estamos todos en libertad condicional Nos sentamos a fumar un cigarrillo. En las lajas del andén descubro un león, una mu—dice Héctor. jer peinándose, un muchacho con los brazos alzados en actitud de ofrenda. Sobre las —Aquí me voy quedando solo —dice. piedras han pasado los años y las pisadas, El miedo es la peor noticia. En el entierro pero no han borrado eso. Ya no está vivo el de Alberto Burnichón, en Córdoba —me guardagujas que grabó esas lajas con un bucuenta Héctor—, no hubo más que 12 per- ril. Se había hecho escultor por la necesidad de esperar. En aquel tiempo el ferrocarril sonas. pasaba una vez por mes. Yo también conocí a ese inocente, mercader de hermosuras invendibles, que reco- —Yala tenía vida propia —dice Héctor—, rría las llanuras y las sierras con los brazos Había gente aquí. Hasta peluquero había. cargados de dibujos y poesías. Burnichón Tenía el mal de San Vito. Era un peligro. se sabía el país piedra por piedra, persona por persona, el sabor de los vinos, la me- De Europa no me cuenta mucho. Una frase moria de la gente. Le reventaron el cráneo en el escudo de armas de una casa de Any el pecho a tiros de itaka y lo arrojaron a dalucía: “Padecer por vivir”. Y una película Caracas, 9 de febrero de 2014.
Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
30 en París, la vida aséptica y lentísima de una mujer madura. Una noche, Jeanne descubre el orgasmo. Se levanta para lavarse, encuentra una tijera sobre la cómoda y la clava en la garganta del tipo. 2. Un puño de acero me aprieta la nuca. Yo digo, como para convencerme, que no tengo miedo al dolor. Yo soy, digo, esta desesperación que me avisa que estoy vivo. No voy a pagar ningún payaso o puta dentro de mí. Cuento a Héctor que estoy tratando de escribir para fijar las certidumbres chiquitas que uno va conquistando, antes de que se las lleve la ventolera de la duda —las palabras como garras de león o tamarindos en la arena de los médanos revueltos. Viaje de regreso a la alegría de las cosas sencillas: la luz de la vela, el vaso de agua, el pan que comparto. Humilde dignidad, limpio mundo que vales la pena. 3. Héctor me cuenta historias de la vieja Yala. La muchacha abandonada por el forastero salía a cabalgar todas la tardes. Llevaba al lado el caballo de él, ensillado y sin jinete. Almorzaba y cenaba en la mesa servida para dos, junto a su plato vacío. Ella envejeció. Caminamos al borde de las acequias, acompañados por el suave rumor. Arranco una hoja de ceniza de la cinérea. Después la estrujo entre los dedos. —Ahí en la esquina —dice Héctor— vivía una mujer que no creció. Tenía cuerpo y mente de niña; y era ciega. Se pasó la vida sentada en el columpio. Cuando la hamacaban, cantaba como un pajarito. Era lo único que sabía hacer.
suben al Falcon: escuchás los sonidos de la Y Dieguito le dijo: ciudad que se aleja y decís adiós o lo pensás —A mí con la maestra me pasa lo mismo. porque tenés una venda en la boca: —No, no. Esperen. Así no. De frente no, 5. que no merece. Por la espalda. Hablamos también de las censuras invisiUn hombre advierte que lo siguen. Corre bles. por las calles, se mete en una cabina de teléfonos. Todos los números dan ocupados o ¿Sospecharán Bergman o Antonioni no contestan. A través del vidrio, él ve a los que la inflación tiene algo que ver con la incomunicación humana? Desde el número asesinos que lo están esperando. uno, el precio de la revista se ha multiplicado ¿Por qué me cuesta tanto irme, a pesar de cuarenta veces. El costo de una página deslas advertencias y las amenazas? ¿Será que nuda es siempre mayor que el precio de la páamo esta tensión de afuera, porque se pare- gina impresa; y no tenemos avisos para compensar, por el sabotaje de las empresas y las ce a mi tensión de adentro? agencias de publicidad. ¿Para quiénes decimos lo poco o nada que nos permiten decir? 4. Esto se va pareciendo cada vez más, Héctor, al diálogo de dos silencios. Y las amenazas, Volvemos a la casa. ¿no son una forma de la censura? La imprenta ha sido condenada a volar en pedazos. De Crepita el fuego en la estufa. la gente nuestra, el que no está preso o muerHablamos del oficio nuestro. Celebración to, duerme en cama ajena y con un solo ojo. de los encuentros, duelo de los adioses: ¿No es verdad que a veces las palabras son ca- 6. paces de llevarte a donde ya no estás? ¿No come y bebe uno, escribiendo, en mesas de Nos sentamos a comer el picante de pollo cualquier lugar? ¿No entra uno en mujeres que Eulalia cocinó para nosotros. que son de ayer o de mañana? Cosa buena saberlo, cuando uno es un porfiado perde- Chiche cuenta la historia del hombre de dor de patrias, con los hijos y los papeles Humahuaca que pactó con el Diablo para hacerse invisible. desparramados por ahí. Héctor me pregunta por Haroldo. Le digo que no sabemos nada. Hablamos de otros presos y muertos y perseguidos: de las amenazas y las prohibiciones contra las palabras y los vínculos. ¿Hasta cuándo seguirá la cacería? ¿Hasta cuándo la traición? Hablamos de la revista. Esta semana la censura rechazó un trabajo de Santiago Kovadloff. Era un artículo contra las drogas, una denuncia de las drogas como máscaras del miedo. Sostenía que las drogas generan jóvenes conservadores. La censura resolvió quedarse con el original. Le avisé por teléfono. Cuando colgó, Dieguito, el hijo, le vio cara de preocupado. “¿Qué te pasa?”, preguntó, y Santiago contestó:
Hablo de Buenos Aires. ¿Cuántas horas llevo sin escuchar el alarido de una sirena? ¿Cuánto vale la vida de un hombre desde la última devaluación? En el país se siembran cadáveres y trigo. Se tacha un nombre en la lista. El que así se llamaba, ¿dónde ama- —No nos dejan hablar. No nos dejan decir nece? Te amordazan, te atan las manos, te nada. Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.
Me hace bien comer en esta mesa. Comparto el pan y el vino, los recuerdos y las noticias, como en los tiempos antiguos, cuando la comunión era el aliento de los que creían. 7. A la mañana siguiente, Héctor me está esperando abajo. Ando un poco dormido todavía. —Escuché el informativo —dice—. Tengo que darte una mala noticia, aunque te la veías venir. Encontraron los cadáveres de Michelini y Gutiérrez Ruiz. Continúa la próxima semana.
HUMORISTAS VENEZOLANOS
2
1
4
Vinculo, relaciono
Lirio
Figura 2
3
VisitaParte del tórax remos, de los andareinsectos mos
Existíais
Anuro
Es en inglés
Con el Símbolo Metal Cubierta, Mezclar, Materia mismo químico capara- combi- cuando nombre se coa- precioso del níquel (pl.) nar zón Capirote, Medroso (pl.) gula cucuruy cobarcho de
Haciendas, fincas
Figura 1
Figura 4
Lechuzas Lengua provenzal Mostrador
Piedra
Sufragan, cubren
Mies para gavillas Mineral para tejido incombustible (pl.)
Ahora mismo
5
Maíz germinado para chicha
Flanco, costado
Gatazo sin A
Entrar
Enferm. intestinal (pl.)
Símbolo químico del tantalio
Existo, estoy Croe, cante
9na letra del alfab. griego (pl.)
Convulsión respiratoria
Válvula, electrón Cocinaré ligeramente
Figura 6 Cosa agarrada, tomada (pl.)
Fiel
Broté, emergí Tejido de cáñamo
Mil millones de años
Deporte de pelea con guantes
Mascota en inglés Entrega (inv.)
Dios del sol Onomatopeya de la risa
6
Letra S
Apart. infomat.
Ganso doméstico (pl.)
Atole
Literal, textual
Nota musical
Símbolo Última porción del químico del mointestino (pl.) libdeno
Plazas, mercados
Letra C Suplicio, calvario Levanta, eleva
Ninguna persona
Contrac. involuntaria del músculo
Pegue, adhiera
Reza
Quiere, adora
Acort. código
Labra la tierra
Pieza de ajedrez
Río en frontera Paraguay y Brasil
Tubo de latón encorvado
Figura 3
Nota musical
Figura central
Mentiroso, embustero
Dominio web para España
Letra G Apodo de Ernesto Guevara
Figura 5 Abominar, malquerer
Símbolo químico del osmio
D
LA RANA PLATANERA
B
E
N
S
O R
E
C
U
A
S
M A N
E
F
A
U
R
R
E
N G
I
A
E
R
I
A
I
R
R
U
M
I
T
R
B
A N
I
N
E
S
A
T
O
laranaplatanera2012@gmail.com
“La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar” Friedrich Nietzsche
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
POR NATALY SANOJA
R
A
G
U
E
N
S
U
A S
E A
N A D
I
D O N A
R
L
A
R
Z
L
E
I
R
A
D O
L
O R
A
L
E
A O
B
O N A
I
R
S
L
R
E
A
A
U
U
T
T
A
L
O
S
A
S
I
S
T
O
S
A
L
I
S
J
E
S
U
S
S
O
T
O
E
O
R
E
I
T
E
R
L
A M A U
E
O
E
P
R
P
T
R
A
N O P
O
E
M O R
O C
I
A
A
C
O
O C
T
E
G F
L
E
H
D
E
A D A
E
O U
A
T
R O A N
32
CUENTOS DEL ARAÑERO
El gran ausente POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIón MELANY PÉREZ
Fue unos meses después del 4 de febrero. Entonces pasó algo muy bonito. Hubo Juegos Interfuerzas en agosto del 92. Me enteré por el periódico. Y yo, que iba a todos los juegos, estaba preso. Me dijo mi esposa entonces: “Mira que hay unos juegos y me invitaron, que fuera”. Y le dije: “Anda, lleva a los niños, salúdalos”. Jugaron en Maracay. ¿Y tú sabes lo que hicieron? Ese otro domingo llegó corriendo a la cárcel mi hijo Hugo. Tenía como ocho años. “Papá, mira lo que te mandaron”, una pelota con el trofeo El Gran Ausente. Yo me puse a llorar de emoción. Allá tengo esa pelota. Se había perdido. ¿Saben por qué?, porque el gobierno se enteró de la pelota. Mi esposa se la llevó para la casa y andaban buscándola. Iban a allanar la casa para llevarse la pelota, para dar de baja a los que firmaron. Eran todos los del equipo de softbol. Entonces le dije a Nancy: “Esconde la pelota”. La enterraron, esa es una historia. Después la pelota se perdió. Hace poco, por allá en Mariara, iba por una calle en un camión, un poco de gente y una persona: “¡Chávez, aquí está la pelota!”. La pelota se la llevaron no sé para donde para esconderla. Volvió después de 15 años.
Error mental Estábamos perdiendo por una, yo estaba en tercera con el empate y había un out. Pompeyo, que es una fiera, me dice: “Chávez, anotas aunque sea con un piconazo, cualquier cosa tú te vas para home, un “rolincito” al pícher, te vas para home”. Él me conoce, sabe que las piernas mías se mueven rápido y el home en softbol está muy cerca. Así que como él me dio esa orden… El pícher lanza y yo tres o cuatro pasos, y regresaba rápido. Lanzaron dos veces a tercera. Cuidado, quieto en tercera. En una de esas, hermano, yo salgo igual, lanzamiento y agarro tres pasos. Tenía mi distancia bien medida para regresar rápido. Resulta que el bateador mete una tremenda línea hacia el right field, pero corta y de frente. Yo estoy a cuatro pasos cuando veo la línea, así que regreso a pisar la base para hacer “pisicorre”. Piso la almohadilla pero, qué va, es un movimiento de devolverse a pisar y volverse atrás; ni que tú metas tercera, cuarta, retroceso, le metí hasta mocha. Y además, venía el coronel Maneiro, que estaba en segunda e hizo “pisicorre”. Viene como una tromba y nos conseguimos en la tercera base: yo que había regresado a pisar para hacer “pisicorre”, Maneiro que venía sin freno y el tercera base de la Marina que mide como dos metros. Un choque triple y yo quedé debajo de los dos. Bueno, así que los muchachos que juegan al beisbol, cuando estén en tercera base, vean bien. Edición Número Sesenta y seis. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 9 de febrero de 2014.