Consejo Editorial
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CORRECTOR
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Colaboran en esta edición
Clodovaldo Hernández, Héctor Guevara, Domingo Moreno, Mauricio Sánchez Díaz, Jessica Mena, Oscar Hernández, Nataly Sanoja y Melany Pérez. Fotografía de portada: Ambrosio Plaza.
Impresión
Complejo Editorial Alfredo Maneiro Editorial Papirus Impresores 2004, C.A. epale.ciudadccs@gmail.com/@epaleccs Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-3686750 Depósito Legal: pp201202dc4166
Una publicación de la
contenido
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Vladimir Padrino López
Mancheta y demás
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Los Caobos: reliquia caraqueña
Trino Mora sigue siendo él mismo
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Humboldt se enamoró de Venezuela
Arte consumidor de gasolina
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“Súbete a mi moto”
Unipersonal
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Miguel Gabriel pinta con los dedos
Mezzogiorno peruano
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Cine y televisión
Piedra de mar (XXI)
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— perfil
— CIUDAD
— MITOS
— MINICRÓNICAS
— entrevista
— cRÍTICA Y MEDIA
— cruci compacto
— EL MENJURJE
— MÚSICA
— MIRADAS
— sexodiversidad
— GASTRONOMÍA
— diario
— cuentos del arañero
FE DE ERRATA El título correcto del mapa No 6 de la serie Mapas de Caracas, publicado en la edición número 96, es “Parroquias eclesiásticas”. Ofrecemos disculpas a nuestros lectores. Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.
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PERFIL
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Vladimir Padrino López:
pesadilla de la derecha
Con cuatro soles en las charreteras, impecable formación militar y buena labia, parece el sueño de los calienta-orejas que merodean los cuarteles, pero sus sólidas convicciones y su marca de fábrica —pertenece a una camada de oficiales que es hechura del comandante Chávez— lo tornaron en pesadilla de la contrarrevolución POR Clodovaldo Hernández ILUSTRACIóN ALFREDO RAJOY
Aunque no lo reconozca públicamente, la derecha ha soñado durante todos estos años con un general como Vladimir Padrino López. Como él, pero… desde luego, contrarrevolucionario. De allí que el sueño se les haya convertido en pesadilla, pues este oficial del Ejército se ha comportado, muy por el contrario, como un genuino representante de la nueva doctrina militar venezolana. “¡Soldado bolivariano, decidido y convencido a seguir construyendo la patria socialista!”, dice en su cuenta Twitter, en el espacio reservado a las autodefiniciones.
retrato escrito, Santaella dice que por donde se le mire, Padrino está bien formado y “es chavista hasta la médula”.
El jefe del Comando Estratégico Operacional, un caraqueño de 51 años que ha alcanzado el máximo rango, general en jefe, es el tipo de oficial que pudo haber resultado atractivo para quienes se especializan en calentar orejas castrenses. Es evidente que tiene don de mando, formación (tanto en lo estrictamente militar como en lo político) y buena labia. En suma, es un líder con cuatro soles en las charreteras. Anteriormente, la derecha se acercaba a este tipo de oficiales, les masajeaba los egos y generaba fenómenos como el de la plaza Altamira. Con los de la camada de Padrino López (egresado de la Academia Militar en 1984) no han tenido esos resultados porque son hechuras del comandante Chávez. Más nada.
Las palabras pronunciadas por Padrino aquella tarde fueron suficientes para enturbiar los sueños cuartelarios de la derecha. Para solo mostrar una frase, recordemos que Padrino expresó que la Independencia lograda en 1811 por la generación libertadora “se fue desvaneciendo en el siglo XX por intereses mezquinos y apátridas que convirtieron a Venezuela en una colonia del nuevo imperio”.
El periodista y militar retirado Teófilo Santaella, en un artículo en Aporrea.org, se preguntó a sí mismo: “¿Quién es este personaje?”. Y pasó a responderse lo siguiente: “Desde hace tiempo vengo observándolo: hace gala de un lenguaje limpio y preciso, su habla es pausada, guarda una postura de general, parece un general, es un gran general. Y lo es por los cuatro costados”. Para completar su
El lenguaje limpio y preciso impresionó al propio Chávez, cuando Padrino habló en Los Próceres, durante el acto de celebración del 201 aniversario de la Independencia, en 2012. “Nadie debe extrañarse cuando hoy un soldado en Venezuela hable como ha hablado el general Padrino López, porque la Revolución Bolivariana nos ha traído de vuelta la Independencia nacional”, dijo entonces Chávez.
Después de demostrar sus dotes oratorias en ese acto (el más importante del calendario regular de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el del 5 de Julio), Padrino López lo ha hecho en terrenos netamente civiles, como importantes programa de opinión (incluyendo José Vicente Hoy) y nada menos que en la tribuna de honor de la Asamblea Nacional, otro 5 de Julio, el de este convulsionado 2014. Este último discurso desató una epidemia de urticaria entre la dirigencia opositora y puso a echar espuma por la boca a los carcamales de cierta organización de altos mandos en retiro. Esa noche, de seguro, todos tuvieron pesadillas.
Caracas, 14 de septiembre de 2014.
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EL MENJURJE
BOLETO: 30 BOLOS Queda una semana para disfrutar del primer Festival Internacional de Cine de Caracas. Por solo 30 bolívares consigue tu entrada en los teatros Bolívar, Municipal, Catia, Teresa Carreño y los puntos de venta de Solotickets en los centros comerciales El Recreo, CCCT y Paseo Las Mercedes. Las funciones se llevan a cabo en diez salas: Manuelita Sáenz (Teatro Bolívar), La Previsora, Aquiles Nazoa, Junín, Margot Benacerraf, Cinemateca Nacional (Bellas Artes), Centro Cultural Parque Central, Catia, Alameda y Simón Rodríguez. Como dijo el alcalde Jorge Rodríguez: “Dejen la oscuridad de los centros comerciales, vengan a nuestras plazas, a nuestras salas de cine”. También la plaza Diego Ibarra tendrá su Ciudad Cine durante el Festival, la que contará con foros, exposiciones y la “rumbita necesaria” en las noches, para disfrutar al salir de las funciones.
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CINE Con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono se estará rodando la película infantil La era del hielo. Funciones: Museo de Bellas Artes (MBA) a las 11:30 am y Celarg a las 3 pm.
Tienes una cita en el Celarg a las 5 pm con el largometraje La condesa de Hong Kong, de Charles Chaplin. ¡No la embarques!
Edición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
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Festival Internacional de Cine de Caracas en el MBA. Hoy a las 2:30 pm, cortos de ficción; a las 4:30 pm, Disparen a matar, de Carlos Azpúrua; y a las 6:30 pm, Las aradas: masacre en seis actos, de Marcela Zamora.
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Que subsista la reventa de pasajes en los terminales terrestres. Ofrecer los boletos con anticipación, personalizados e intransferibles, acabaría con las mafias y las colas.
Caracas, 14 de septiembre de 2014.
Puedes hacer un paseo diferente el próximo sábado con Fundhea. Recorre la Ruta Paseo El Calvario y conoce la historia de este hermoso parque, que posee uno de los mejores miradores de Caracas. Por 180 bolívares aparta tu cupo en la página de Facebook de Fundhea.
Palabras golpistas, oídos sordos «
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CIUDAD
LOS CAOBOS: RELiQUIA CARAQUEÑA ANtes era conocido como parque sucre, hoy día sigue siendo el lugar preferido por muchos para desconectarse de la urbe. ejercitarse, pasear, leer o practicar algún deporte son algunos de los pasatiempos que se viven diariamente en este frondoso espacio POR KAY YAM HUNG FOTOGRAFÍAs ambrosio plaza
Caracas, 14 de septiembre de 2014.
Edición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
06 Está ubicado en todo el centro geográfico de la ciudad, entre Plaza Venezuela y el centro cultural formado por el Teatro Teresa Carreño, la Unearte (antiguo Ateneo de Caracas) y los museos de Bellas Artes y Ciencias Naturales. Si va a pie, puede llegarle rápidamente desde las estaciones del Metro de Bellas Artes y Colegio de Ingenieros o, caLos Caobos es conocido por ser uno de los minando un poco más, desde la estación de más antiguos de la capital. Décadas atrás lo Plaza Venezuela. Si posee vehículo, se puede estacionar en el Colegio de Ingenieros o llamaban Parque Sucre. Caracas tiene entre sus gracias el hecho de reposar en un gran valle, con un gran pulmón natural al norte: el Waraira Repano. Adentro, varios parques —menos de los que me gustaría— plenos de frondosos árboles ofrecen la posibilidad de disfrutar momentos de calidad a los visitantes.
en un pequeño estacionamiento (para 40 carros aproximadamente) que se encuentra en la entrada de la avenida Bolívar. Al entrar se siente la calidez de las sombras de los enormes árboles que arropan casi todo el espacio. Es concurrido mayormente por los deportistas para caminar, trotar y hacer uso de las tres estaciones de ejercicios, con máquinas, barras paralelas y pesas. ¡No tienes que ir a un gimnasio! No solo los atletas disfrutan de este agradable lugar. Las familias van a disfrutar los fines de semana o en época de vacaciones. Aquí entre nosotros, ¿sabe quién también va con sus hijos? Jorge Rodríguez, el alcalde Caracas.
La calidez del lugar invita a ejercitarse o simplemente dar un paseo
Juguetes, pelotas, frisbee, bates, comida, carritos, todo lo que se pueda imaginar para pasar el día es lo que llevan las diversas familias que concurren en el lugar. La señora Gabriela se sienta en uno de los bancos y le recuerda a sus hijos que tengan cuidado con las fuentes. Al preguntarle si va mucho al parque, responde: “La verdad, no mucho, pero como son vacaciones traigo a los niños. Llegamos temprano, paseamos por los museos. Después, llevamos a los chamos a jugar en el parque y, bueno, ya estamos a punto de irnos después de recorrer las esculturas y fuentes. Sinceramente, este lugar me recuerda mucho mi infancia. Mi papá siempre me traía de niña”. A mí me encanta pasear por estos espacios. Llega a ser un lugar de paz y diversión. Ves desde un chamo hasta un abuelito leyendo un libro o el periódico. El horario es de martes a domingo de 5 de la mañana a 7 de la noche.
MÁS QUE ESCULTURAS
Eran las 12 del mediodía y encendieron la Fuente Venezuela. Para quienes no la conocen, es una enorme fuente que se encuentra en el medio del parque. Fue hecha inicialmente para adornar la redoma de Plaza Venezuela en 1952, a partir de un concurso que ganó, entre los más prestigiosos artistas del país, el escultor Ernesto Maragall. Tiene forma radial y consta de cinco estatuas gigantes con sus
Trovadores rendidos ante la Fuente Venezuela
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Calistenia bajo la copa de los árboles
Al fondo se encuentra la escultura Ícaro de Felipe Herrera
respectivos pedestales, que simbolizan regiones geográficas de Venezuela: El Ávila, Los Andes, Los Llanos, El Orinoco y El Caribe. Hay tres anillos circulares formando un estanque de agua y una flor central. Debido a una remodelación vial de la zona, la fuente fue trasladada al parque Los Caobos el 12 de octubre de 1967, y desde entonces pertenece al lugar.
ratón, La otra mejilla (Pensador), Ícaro, En doble, Vuelo cruzado, Trompetilla para sordos, Encuentro apasionado y Patético entre Teresa Carreño y Ludwing van Beethoven y como testigo El Ávila, o esculturas más modernas como la de Gaudi Esté.
La última en sumarse a la familia de obras del parque es el Elefante dorado, una imponente escultura de 3,40 metros de alto por Otras son las esculturas y estatuas que lo 2,60 metros de ancho, que es una réplica adornan: Teresa de la Parra, la famosa escri- de un elefante africano en tamaño natural. tora venezolana; la copia del Efebo de Ma- Según la placa descriptiva, “es símbolo de Caracas, 14 de septiembre de 2014.
Alternativas lúdicas para los más pequeños
perseverancia, de paz, longevidad, persistencia, fecundidad y prosperidad”.
SI NO LO CUIDAS Tú ¿QUIÉN LO HARÁ?
Todo el parque está lleno de letreros que nos invitan a preservarlo. Años atrás comenzaron a meterle mano, y es que anteriores gestiones lo tenían en el olvido. Que cada lunes lo sometan a mantenimiento no significa que como visitante puedas deteriorarlo. Seamos conscientes, quien no cuida lo que tiene, a pedir se queda y el parque Los Caobos es de todos. Edición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
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MITOS
HUMBOLdT se ENAMOró DE VENEZUELA POR kay yam hung ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
Vemos su nombre en universidades, calles, monumentos y más, pero ¿qué hizo Alejandro de Humboldt para merecer tantos honores en Venezuela?
venezolanas, deciden explorar Cumaná y sus alrededores durante dos meses, para luego internarse tierra adentro hasta atravesar las faldas del Turimiquire y llegar al valle de Caripe. Fue tanta la diversidad Ante todo es necesario saber que fue un que vio Humboldt que decidió quedarse explorador y botánico europeo que se en- más tiempo y explorar gran parte del país. cargó de hacer un grupo de expediciones Se enamoró de estas tierras. para determinar la fauna, flora, ríos, suelos y fenómenos del que llamaban para ese en- No es un mito que Humboldt hizo importonces Nuevo Mundo. tantes descubrimientos y aportes al campo de las Ciencias Naturales desde VenezuePero, en principio, su viaje a tierras venezo- la. Uno de estos fue la exploración de una cueva de 472 metros de profundidad (la lanas no estaba planificado. famosa Cueva del Guácharo), acción que Afirman que el 5 de junio de 1799 zarpa lo convirtió en el precursor de la Espeleodel puerto La Coruña en la corbeta Pizarro logía científica de América Latina; además rumbo a la isla de Cuba, donde haría su re- de proporcionar una invalorable contribucorrido e investigación. Como consecuen- ción a la Ornitología del continente amecia de una epidemia a bordo, que obligó al ricano al descubrir al Steatornis caripensis, capitán de la nave a desembarcar los pasa- género y especie nuevos del ave conocida jeros en el puerto más cercano, Humboldt como guácharo. tocó tierra primero en Cumaná, en la enAdemás realizó experimentos sobre las tonces Capitanía General de Venezuela. descargas eléctricas producidas por los peJunto a su compañero Bonpland, fascina- ces tembladores de los ríos de Los Llanos dos por las bellezas naturales de las costas venezolanos, que fueron de gran utilidad
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para el conocimiento de la electrofisiología. También registró en sus apuntes el asombro ante la presencia de toninas en un lugar tan lejano al mar. Humboldt fue el primero en trazar las líneas isotermas, que actualmente se utilizan en los mapas climáticos que indican las temperaturas. Al no poseer una manera de fotografiar todo lo que veía y descubría, utilizaba una libreta y lápiz para dibujar detalladamente todo. Dicen que al caminar por el Camino de los Españoles, solía sentarse en las ventas (posadas) y contemplar el mar y las grandes montañas mientras clasificaba y escribía sus hallazgos. Según la historia, durante la década de 1820 sostuvo correspondencia con el Libertador Simón Bolívar, quien lo calificó como “Descubridor Científico del Nuevo Mundo”. Dejó claro en sus textos que Venezuela era y es un país lleno de maravillas naturales, de punta a punta.
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MIRADAS
cuando el séptimo arte consumió gasolina POR RODOLFO CASTILLO
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un RASGO FunDAMEnTAL DE LA EXPAnSIón DE LA CIuDAD DE CARACAS, PRODuCTO DE Su “MODERnIZACIón”, FuE LA COnSTRuCCIón DE MEGAESTRuCTuRAS EnTRE LAS quE SE DESTACAROn LAS GRAnDES AvEnIDAS Y AuTOPISTAS. LA OMnIPRESEnCIA DEL AuTOMóvIL En LA nuEvA uRbE DIO LuGAR AL COnCEPTO DEL DRIvE-In Y, DEnTRO DE ESTE, A LOS AuTOCInES
Hacia la década de los 30 el cine constituía una pieza fundamental dentro del engranaje recreativo, tanto del caraqueño como de cualquier otro citadino. Ir al cine, en ocasiones, más que un divertimento ocasional representaba todo un acontecimiento social, solo comparable a las grandes galas que hace algunos años teñían un concierto en el Teatro Teresa Carreño. Un dato que da fe de la magnificencia de ir al cine es el siguiente: existían tiendas donde vendían, de manera exclusiva, vestimenta de etiqueta para asistir al teatro, encontrándose entre los de más prestigio el Ayacucho, de Padre Sierra a La Bolsa. Incluso en los años 60, para entrar al teatro Metropolitano a ver un concierto era necesario estar trajeado, de lo contrario, el acceso era vedado. Para la recreación de las mayorías quedaban los cines de barrio.
tocine, poseer un vehículo obedecía más a pertenecer a cierta clase que a una necesidad de transporte.
A IMAGEn Y SEMEJAnZA
Parece una perogrullada, pero nunca está de más decir que el american way of life permeó y modeló las usanzas de las sociedades que habitan las grandes ciudades del siglo XX… y más allá. En este orden de ideas, y dentro de la dinámica propia del sistema de producción capitalista —que a todo le “saca punta” y le encuentra lucro, así no lo tenga—, la metrópoli llevó al paroxismo el fenómeno de una sociedad rendida a los pies del automóvil: la creación del concepto del drive-in. El “llame yaaaaaa…” de nuestra era tuvo su antecedente prehistórico en “haga todo desde la comodidad de su automóvil”. En EEUU, país donde se originó, comenzaron a pulular de manera vertiginosa este tipo de establecimientos. COn MI “CLASE” El modus operandi no tardaría en extennO TE METAS En los años 40, con el postgomecismo en derse al séptimo arte: el primer autocine pleno, Caracas comenzó a sufrir una severa transformación de su hábitat urbano que se acentuó dramáticamente en la década siguiente. Aquella ciudad de los techos rojos con su organización cuadricular daría paso, en una dolorosa intervención quirúrgica a pecho abierto y sin anestesia, a una Caracas más moderna, más urbana, en la que faraónicas arterias viales, entre otras colosales construcciones, modelarían el nuevo arquetipo de nuestra capital. Puesto que la existencia del río Guaire limita el crecimiento en sentido norte-sur, la expansión de la ciudad tuvo lugar en dirección oeste-este, tal como lo evidencia el recorrido de la Autopista del Este Francisco Fajardo. En este sentido se irían perfilando nuevas urbanizaciones que serían depositarias de una reciente clase nacida en el crisol del goteo de la borrachera petrolera, al tiempo que las oleadas que venían del interior del país (el llamado éxodo campesino a la ciudad) iban alimentando los cordones de miseria. En este contexto, el automóvil, tanto medio de locomoción doméstica como símbolo de estatus, se entronizaría en la vida capitalina. En 1949, año en que hace su aparición el primer au- Los Chaguaramos: pionero y último reducto
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Inmensos, y económicos, espacios baldíos fueron presa del autocine en un mecanismo de “engorde” de terreno
Con tal y salir de la rutina se soportaba la pésima calidad del sonido
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Si el filme era censura A la familia en pleno, sin limitaciones, podía asistir a la función
(drive-in theater) vería la luz en 1933 en el país del norte. La primera réplica de estos locales de entretenimiento en nuestras latitudes —como siempre, subordinado a los designios de la usanza gringa— tuvo lugar en Los Chaguaramos en 1949, valga decir, hacia donde estaba expandiéndose la ciudad; Bello Monte, Colinas de Bello Monte y Las Acacias (consumidores cautivos del recién inaugurado lugar) estaban habitados por una clase media conformada por profesionales, intelectuales y militares de rango medio… sobre cuatro ruedas, por supuesto. Un dato curioso que revela lo exclusivo de la propuesta: en un anuncio de prensa de enero de 1952, la cartelera cinematográfica, para referirse a este cine, ostentaba la leyenda: “Autocine”, a secas, puesto que era el único en su tipo. Las sucesivas apariciones de otros con el mismo estilo exigió que se reconociera su apellido: Los Chaguaramos.
PAíS AuTOMOTRIZ
En 1949 se inicia la proyección a cielo abierto en Venezuela
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Cierta leyenda urbana que escuché de un militar retirado en una conferencia en una universidad del interior del país, mencionaba que la razón de más peso, y que dio origen a la salida de Marcos Pérez Jiménez
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En 1949, año en que hace su aparición el primer autocine, poseer un vehículo obedecía más a pertenecer a cierta clase que a una necesidad de transporte — del poder, fue su empecinamiento en la construcción de una red ferroviaria nacional. En Washington se prendieron las alarmas: un país productor de petróleo, al tener un sistema alternativo de transporte, potencialmente iba a comprar menos vehículos de lo que previó, por ejemplo, la Ford. Más allá de lo fidedigno o no de este dato, llama la atención que Venezuela sea el único país de Suramérica que no posea una vasta red ferroviaria y que, a su vez, disfrute del mejor sistema de carreteras. A esto vale la pena agregar que, entre 1959 (diez años después de abrirse el primer autocine) y 1972, se inauguran en Caracas 13 de los 14 cinemóviles con los que contaría la ciudad para la década de los 70. Por supuesto, a todo esto es menester agregar el desmadre que significó, en esa década, la Venezuela saudita en todo este contexto de la “carrodependencia”, o sea, “cuando éramos felices y no lo sabíamos”.
Echándose aire en…
Ubiquémonos en aquella Caracas bucólica, lejos del maremágnum citadino que es hoy día. Años 50: poco más de un millón de habitantes y con una reciente expansión que extendió los límites del añejo casco central. Ahora la ciudad, en un proceso de incontrolable fagocitosis, se ha anexado Chacao, Petare, Antímano, Baruta y La Trinidad, entre otros otrora suburbios. Años 60: pocos se aventuraban a comprar terrenos en los linderos de la creciente ciudad, la inversión era poco atractiva. Una
valla publicitaria de aquel entonces, en la que se ofertaban viviendas en La Trinidad, rezaba: “Trabaje en la ciudad y viva en el campo”. Sonaba como si se trabajara en el Foro Libertador y tu residencia quedara en Clarines: ¡esa vaina es muy lejos! Peeeero… para quienes tenían realitos y con los mismos querían atraer centavos sin, digamos —y permítanme la coloquial licencia—, joderse mucho, compraron todo el terreno que pudieron a precios de gallina flaca. Para algunos, en el clásico mecanismo de engorde y justificando la tenencia con cualquier uso, el negocio del autocine sirvió como la mampara perfecta para revalorizar el terreno: mientras lo engordaban, se metían unos “cobres” exhibiendo películas a cielo abierto.
Matadero económico
Con los protocolos de antaño superados (vestimenta adecuada, dejar a los niños en casa al cuidado de terceros, púberes en función de matiné y adultos en horario nocturno), el caraqueño acudía a estos palacios con bases de barro para hacer cualquier cosa excepto ver la película (cosa apenas comprensible, dada la pésima calidad tanto de la imagen como del sonido). Era la oportunidad para que la familia en pleno —incluyendo la mascota— asistiera a un divertimento en horas nocturnas y así escapar, aunque sea por espacio de unas pocas horas, de la acechante En la década de los 60, y hasta 1972, ocurrió cotidianidad. Mientras duraba la función se la diáspora: se inauguraron 13 de los 14 au- podía comer dentro del carro, al tiempo que los niños corrían a sus anchas por el estaciotocines con los que contaría la ciudad Caracas, 14 de septiembre de 2014.
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La marabunta de concreto devorando los espacios dejados por los autocines
namiento. Aquellos que tenían vehículo y estaban en la plenitud de sus apetitos sexuales, encontraban en los autocines desahogos a su fuero interno… ¡por el módico precio de tan solo diez bolívares! “Mi amor, ¿al estilo americano?, ¿fifty-fifty?”, “¡Coño, chico, tú sí que eres agallúo! Pero… bueno… (con mirada y sonrisa picarona), ¡dale pues!”. Estos últimos, por supuesto, eran quienes menos veían la película. Y si, por casualidad, el vehículo en cuestión era un volkswagen escarabajo y la película proyectada era Cupido motorizado, los tortolitos accedían gratis a la pista. El dueño del autocine Los Cortijos no anduvo con miramientos ni prejuicios de orden moral: el 1° de julio de 1975, en funciones de 6:45, 8:45 y 10:45 exhibe El hospital del amor, censura D (mayores de 21 años), en lo que sería un audaz antecesor de los canales porno de la televisión por cable en los hoteles actuales. En este caso, aunque sea a ratos, sí se dedicaban a ver la película.
Snif, snif
Teniendo como fondo musical la hermosa banda sonora compuesta por Ennio Morricone para el clásico filme Cinema Paradiso,
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Actualmente, la única oportunidad de disfrutar un cine a cielo abierto la proporcionará el festival internacional de cine de caracas... en cómodas sillas —
asumimos que la memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos y por esa misma memoria, a través de sus hendijas, se dejan colar las nostalgias en cuyas trampas solemos caer con pavorosa facilidad. Así, nos deslizamos por el ahíto lugar común: “Todo tiempo pasado fue mejor”. Y es que los autocines solo serán un lejano recuerdo de una Caracas que creció en tiempo gerundio: “ciudando”. Puesto que el sistema de producción capitalista es como Saturno, que se come a sus hijos, la voracidad comercial por los terrenos dejó también para las nostalgias —estas, más racionales que las primeras— los espacios de Caracas, 14 de septiembre de 2014.
los suburbios a locha el metro. En una ciudad donde cada milímetro cuenta, no para su aprovechamiento como espacio público sino para la inefable proliferación de los malls, era difícil no sucumbir al tamaño de la oferta por los terrenos que ocupaban los autocines, como si se tratase de Vito Corleone diciéndole al tentativo vendedor, en el mítico filme El padrino de Francis Ford Coppola: “Le haré una propuesta que no podrá rechazar”, solo que esta ocasión, en lugar de pistola en mano, era chequera en mano (si usted, amable lector, consigue la diferencia, ¡hágamela saber!). Nunca se sabe hasta dónde pueden llegar los avances tecnológicos y de qué forma estos pueden ser aplicados al cine, pero haciendo un análisis bastante básico, es poco probable que disfrutar de una película a cielo abierto, desde la “comodidad” de su vehículo y en una ciudad como Caracas, pueda arribar a buen puerto. Más allá de la limitante espacial obvia, las alternativas de confort, tanto de imagen como de sonido, suministradas por las actuales salas hacen poco menos que imposible el retorno de la exhibición bajo la noche capitalina. El cine a cielo abierto al que podemos aspirar, como máximo, será como el que ofrecerá el Festival Internacional de Cine de Caracas: desde la comodidad de su… silla, en un espacio recuperado y con una estación del Metro lo más cercana posible. El otro, el autocine, es económicamente inviable.
A
BC
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SERIE MAPAS DE CARACAS 1
MAPA N° 7
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CARTA DEL DISTRITO FEDERAL CCS
1947
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POR HÉCTOR GUEVARA
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Fue creado bajo la Constitución de 1881, durante el gobierno del INTERPRETACIÓN DE LA CARTA La Carta Topográfica del Distrito Federal, de escala 1:100.000, fue ela- general Antonio Guzmán Blanco, y estuvo vigente hasta 1999. borada en el año 1947 por el personal profesional y técnico del DeparEn la Constitución de 1901 se estableció que los estados debían ceder tamento de Cartografía Nacional. al Distrito Federal la ciudad de Caracas y las parroquias foráneas de El En ella se pueden apreciar las siguientes parroquias en el Departa- Valle, El Recreo, Antímano, Macarao, La Guaira, Maiquetía y Macuto. mento Libertador: La Pastora, Altagracia, San José, Catedral, San Juan, Santa Teresa, Santa Rosalía, San Agustín, Candelaria, El Re- En 1909 se dispuso que el Distrito Federal estuviera conformado creo, El Valle, Sucre, Antímano, La Vega; y en el Departamento por el Departamento Libertador y el Departamento Vargas. Vargas se aprecian las siguientes: Maiquetía, Macuto, Caraballeda, Naiguatá y Caruao. En 1986 se promulga la Ley Orgánica del Distrito Capital, en la que se dispone que el Distrito Federal comprende dos municipios: En la esquina inferior derecha del mapa se observa un recuadro de la Libertador y Vargas. ciudad de Caracas, escala 1:25.000, que solo muestra las parroquias del Departamento Libertador. En 1998 se crea el Estado Vargas con el territorio que le correspondía al municipio Vargas, quedando el territorio del Distrito Federal reducido al municipio Libertador. ASPECTOS GEOGRÁFICOS
E HISTÓRICOS
El Distrito Federal se encuentra atravesado por el tramo central de la Cordillera de la Costa, lo que influye notablemente en la configuración de una topografía accidentada con altas pendientes y valles intramontanos, como el valle de Caracas.
En la Reforma Constitucional propuesta por el presidente Hugo Chávez en 2007 y modificada por la Asamblea Nacional, se contemplaba la reaparición del Distrito Federal en sustitución del Distrito Capital.
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CARTA TOPOGRÁFICA DEL DISTRITO FEDERAL (1947)
FUENTE: INSTITUTO GEOGRÁFICO DE VENEZUELA SIMÓN BOLÍVAR
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MÚSICA
TRINO MORA SIGUE SIENDO éL MISMO Algo aquejado de salud, se mantiene vigente tras 50 años de carrera artística, componiendo y presentándose en shows en vivo. Está terminando una producción discográfica que denominó Plenilunio POR Ángel Méndez FOTOGRAFÍAS Ambrosio Plaza
Cuando se aproximaba la hora de salida, yo me sentaba en el quicio de la reja que impedía la entrada de curiosos al liceo La República, en El Paraíso (ahora Unidad Educacional Paraíso). Ella se llamaba Marianela Contreras, demasiado hermosa, demasiado amor imposible para mí, salía de clases primero que todos nosotros. Ella sabía que afuera la esperaba “el tipo ese”, uno que a cuenta de cantante tenía embrujadas a todas las niñas de la institución. Ella sabía que yo la veía, pero nunca, nunca se fijó en mí, y si lo hizo yo no lo supe. Ella solo tenía ojos para “el tal Trino”, que se presentaba como fulgurante estrella en el Club del Clan de los hermanos Herd (apócope sobrado Edición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
y psicodélico de Hernández). Él, muy galante y meloso, la asía por el brazo femenino cubierto de un suéter verde, entremezclándolo con su brazo marrón de un pulóver tejido a lo César Costa. Era la moda de esa época, impuesta por quienes seguían la música del Rey Elvis Presley. Aquí, los que mandaban eran Los Tres Tristes Tigres, Ivo, Los Dart, La Pavi (¿qué se haría?), Los 007, Los Dionis, Los Impala y Trino Mora… ¡Ese era el tipo!
mis aspiraciones al escucharme horrorizado en mi audición. Me dio una palmadita en el hombro y prometió llamarme. Popy nunca me llamó y por eso acuné una larga arrechera.
De más está decir que intenté emular a Trino, pero no pasé la audición para cantar en el “Trampolín a la fama” del Club del Clan, porque el futuro Popy, Diony López, acabó con
Qué nos sucede vida que, últimamente, ya nos miramos, indiferentes. Y todo aquello que hasta ayer nos quemaba, hoy el hastío ya le dio sabor a naaada, vidaaaa…
Caracas, 14 de septiembre de 2014.
Con Trino la cosa fue distinta, porque él ha sido siempre un buen tipo. De eso me percaté en los pasillos de Venezolana de Televisión al salir de la audición. Él estaba allí cuando yo canté aquella canción de Palito Ortega…
19 …y cuando nos cruzamos en el pasillo me dijo: “Oye, lo hiciste bien. Tienes que estudiar un poco, pero sigue por ese camino…”. Por eso, a 50 años de haber escuchado esa mentira piadosa, es satisfactorio encontrármelo de nuevo, con sus canciones de entonces y hasta con la misma pinta de aquellos tiempos. ¡Somos duros, Trino… somos duros!
UNA TRAYECTORIA DE ORO
No podría ser esta una buena crónica si no incurrimos en la perogrullada de decir que Trino José Mora García nació en Caracas el 27 de abril de 1946 y que está a tirito de cumplir 50 años como cantante. Adorador a pies juntillas de Elvis Presley y uno de los principales difusores de esa música que se gestó entre galpones y establos de los Estados Unidos. En su blog trinomoraoficial.blogspot.com, Trino confiesa que en la década de los 60 lo enviaron a estudiar a los Estados Unidos, donde entró en contacto con la música de Elvis Presley, Little Richard y otros pioneros del rock como movimiento musical. “Al regresar al país comencé a desarrollar ese estilo musical y mi dominio del inglés me permitió incursionar con éxito como intérprete en Los Duendes. Eso fue en 1965, porque ya en el 67, en medio de aquel terremoto telúrico y musical, inicié mi carrera como solista con el álbum El sol no brillará nunca jamás. Le siguen a este otras producciones como Trino Mora, La voz juvenil de Venezuela, Trino Mora a color, El tremendo romántico y Hombre formal (donde se incluyen las canciones ‘Sé tú mismo’ y ‘Libera tu mente’) en el 70. En 1973 grabé Mi continuación”. —¿Cuál ha sido tu mayor éxito musical a lo largo de estos 50 años?
—Más que musical, mi mayor satisfacción como ser humano es haber trascendido en este país y haber visto que el árbol que sembré ha dado buenos frutos. —A juzgar por el público que te sigue en los espectáculos, se nota que sigues vigente, que la gente te quiere.
—Y yo los quiero igual. Sigo vigente porque no he parado de trabajar. Porque no consumo drogas y me mantengo haciendo producciones, componiendo, presentándome
en todos estos shows en vivo; lo que pasa es que aquí hay una mafia disquera que ha tratado de impedir el avance de muchos de nosotros, aparte de que no hay un programa de televisión que dé a conocer los nuevos talentos. Mira, en mis inicios, muchos cantantes de cartón eran promocionados hasta el cansancio, porque los dueños de esas compañías tenían televisoras, periódicos y cadenas de radio. Los artistas que hacían lo que ellos querían eran promocionados y otros, entre los que yo me cuento, éramos marginados. Nos impusimos a fuerza de calidad, porque a la gente le gustaba lo que hacíamos. ¿Dónde están esos cantantes prefabricados? Algunos andan de psicólogos. Esa es la realidad. Yo soy un sobreviviente. —No se conocen tus nuevas producciones…
—Porque no hay la difusión. Si investigas, si te vas a mi blog, verás que en 1990 hicimos un trabajo llamado Volvamos a empezar, luego una producción navideña; otro llamado Opening y uno que titulé LSD. Actualmente estoy trabajando en un disco llamado Plenilunio, una producción grabada en español e inglés. Caracas, 14 de septiembre de 2014.
—¿Te molesta que te llamen “Pavosario” o “Ivotrino”?
—A mí me da igual. Yo compuse y grabé una canción llamada Sé tú mismo… y ¡soy el mismo! Las pavas de más de 50 años comenzaban a exaltarse en La Estancia, donde dialogamos con Trino. El hombre escucha los acordes de su agrupación y no se hace esperar. Se aparta con los dedos la incipiente cabellera pintada de negro y avanza firme hacia la tarima. Va forrado de negro, exhibiendo la chaqueta de motociclista que casi de inmediato se quitará, “porque hace mucho calor en esta vaina y ya ustedes saben que no estoy bien de salud”. Los aplausos no son mezquinos y la mirada del ídolo se pierde entre las chicas de ahora, las carajitas de entonces, que junto con él entonan el himno de Trino Mora. Hay personas que creen que están en algo y no están en nada. Y si estás en algo, recuerda que la revolución empieza de adentro… Sé tú mismo. Edición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
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SOBERANÍAS SEXUALES
Unipersonal POR Marianny Sánchez ILUSTRACIÓN JESSICA MENA
Con la misma distraída exaltación con la que espera los ases para armar las escaleras de naipes, desabrocha los botones de la camisa. De la ducha se escapa el vapor que anuncia la proximidad del baño tibio, y la cama está tendida con sábanas limpias, particularmente suaves para esa noche. Sentido ascendente o descendente, como en el juego de cartas, en este otro divertimento en solitario, da igual. Con las yemas de los dedos acaricia los labios lubricados medio por el agua, medio por el placer, y el ritmo va in crescendo acompasado con el movimiento de las caderas, hasta que el hambre clama adentro y el dedo índice junto al medio hurgan hasta encontrar la membrana que desata el orgasmo dilatado a gusto y elección del propio cuerpo. Se cruza un umbral cuando se descubre el placer unipersonal. Sin importar la existencia o ausencia de amantes, la masturbación es ese sempiterno reducto donde no hace falta pose de seducción del otro, no sobran o escasean los gemidos que van marcando el camino indicado y la depilación entera o a la mitad se vuelve absolutamente prescindible. Ejercicio pleno y soberano que algunos aún reservan solo para épocas de soledad carnal. La autoestimulación como paliativo de la carencia sustrae el potencial ritual y liberador de recorrerse de acuerdo a la cartografía del deseo en su faceta más egoísta, descarnada, visceral, inoportuna, normativa o no; desear cómo, cuándo y dónde dé la gana. Especialmente a las mujeres, construidas como sujetas de género para minimizar las posibilidades de soledad real —ser siempre para y con otros—, nos cuesta asumir ese resquicio de entera individualidad como vía para darnos goce a nosotras mismas. “Nos han enseñado (a las mujeres) a tener miedo a la soledad, y a todo lo que puede hacerse en ese tiempo (…) Cuando comprendamos la soledad como un tiempo de necesario crecimiento, expansión y de proveerse cosas a una misma, seremos mucho más libres”, escribió esa decimonónica maestra feminista Marcela Lagarde. Como quien se inicia con algún instrumento, conocí las teclas que conducían al clímax seguro cuando empecé a cerrar el pestillo de mi puerta y a juguetear entre las sábanas, no solo con el sur de mi cuerpo sino también con mis pechos. Pude entonces pedir, solicitar, orientar a las manos ajenas para crear música, pero celebré también la generosidad de la naturaleza que nos dotó de la capacidad de estallar en cuantos orgasmos queramos gracias a nuestras propias manos. Su cruza un umbral. Descubrí entonces que mi placer no estará nunca emplazado en la necesidad de otro y también fui generosa al proveer a los ojos de esos otros la imagen de mi clítoris floreciendo, henchido, latente, luego de ser tocado con la justa presión circular que me gusta. Cuando esos otros también me mostraron sus rituales unipersonales, juntos también cruzamos un umbral. Edición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
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ENTREVISTA
“Es más sabroso pintar con los dedos” Vive en la casa de su mecenas. Con colores en la risa, tener una conversación con el pintor es pasar un rato extraordinario. Es un tipo buena gente como… POR gustavo mérida Fotografías camille briceño
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Quedamos, la fotógrafa y yo, en encontrarnos en la estación del Metro Pérez Bonalde, al mediodía de un martes 13. Nos dimos cuenta de que la preposición “en”, cuando se trata de lugares, puede ser ambigua. Luego del tardío encuentro y de un par de perros (imposible entrevistar con hambre), subimos al apartamento donde vive Miguel Gabriel, el pintor. Al verlo, recordé a Pancho Massiani. Sus frentes se parecen. El accidente de Massiani fue en La Florida y él no iba manejando; el de Miguel Gabriel en Los Teques, porque manejaba sin cinturón de seguridad. Hablamos con una suave música de fondo. “Nací en el 57, en Caracas”. —¿Desde cuándo eres pintor?
—Toda mi vida. Mi padre era orfebre, era dibujante y él me enseñó. Su papá, caraqueño; y su mamá, de San Cristóbal. —Cuéntame de ti
—Bueno, yo estuve en Europa en el año 81. Francia, Londres y España. —¿Haciendo qué?
—¡Pintando! Es parte de mi currículo. He expuesto unas 50 veces ya. —¿Vives de la pintura?
—Vivo de la pintura, sí. El doctor Brito es mi mecenas. Me patrocina. Brito entra en acción. —¿Cómo lo patrocinas?
—Un patrocinante ayuda al pintor, cubre sus necesidades básicas: comida, ropa, hospedaje. Él vive aquí. Miguel Gabriel, entre un mecenas y un crítico de arte, ha logrado vivir de sus pinturas —¿A cambio de qué?
—Bueno, prácticamente yo lo hago por mecenas. Los cuadros están aquí y, si se venden, casi todo es de él. Yo agarro una pequeña comisión.
—¿miguel gabriel, Cuánto cuesta un cuadro? ¿Quién le pone precio?
—¿Es un crítico?
—Un crítico de arte. Él me tabula los cuadros y los precios oscilan entre diez y quin—El precio se lo ponen los críticos. Por lo ce mil bolívares. menos Perán Erminy habla de mí. Miguel Gabriel escucha atento. Veo sus pin—¿Y cada cuánto vendes un turas recostadas en todas las paredes del —¿Quién? cuadro? Si vendes un cuadro apartamento. diario, ¡coño! —Perán Erminy. Edición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
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—¿Qué tomas?
—Swing. La risa de Miguel Gabriel es contagiosa y fácil. Me dice que en las entrevistas siempre sacan su misma fotografía. Vuelve a reír. Brito interviene, ante mi insistencia: “Bueno, un mecenas es una persona filantrópica que ayuda a los artistas”. Hay un gran acuario en construcción y muchas cornetas en el apartamento. Sucede que Brito también patrocina a unos jóvenes que hacen reguetón. Súbito, Miguel Gabriel empieza a asumir el rol de entrevistador. —¿De qué parte eres? —De aquí de Caracas —le respondo. —Pareces andino. ¿Eres amigo de Reinaldo? Se refiere a Reinaldo González, el asesor editorial de la revista. Me pongo las pilas y sigo trabajando. —¿Cómo conociste a Reinaldo?
—Bueno, yo lo conocí en la Plaza Bolívar, sentado en una mata ahí. —¿Quién estaba sentado?, ¿tú o él?
—Él estaba sentado en una mata. Entonces pasó Luis Daniel, que es pintor, y me dijo: “Él es el coordinador de cultura” y Reinaldo me dijo que le gustaría entrevistarme. Él es muy amigo mío y buena persona. —Sí, es buena gente. No se mete con nadie…
—Sí, sí, sí, muy buena gente. Yo siempre lo encuentro en los mítines que hacen.
—(Risas) No, se venden en exposiciones. Yo más que todo expongo. Miguel Gabriel me enseña un cuadro de Marilyn Monroe. Le pregunto el precio y me dice 10.000. Me lamento: “¡Coño!, no tengo”. Y Miguel Gabriel se caga de la risa. “El arte no tiene precio, es circunstancial”.
Miguel y Gabriel son los nombres de dos arcángeles. El pintor estudió Filosofía y Letras, pero no se graduó por el viaje a Europa. Habla un poco de francés, inglés y latín. Otra vez, súbito, dijo una oración larga en —¿cómo ves a la Revolución? latín y otra vez sonrió. Luego la tradujo. —Es un cambio. Estamos a la expectativa. Después, hablamos de pintar con los dedos. “Sientes la tela, el color…” Miguel Gabriel no es famoso, pero le gustaría. —¿Cuánto te tardas en hacer un cua- —Algo más que quieras decir… dro? —Depende. De repente hago un cua- —Bueno, que quiero mucho a Venezuela dro en un par de días o me tardo un mes. y deseo lo mejor del mundo para nuestro Voy, me tomo unos traguitos, y vuelvo. pueblo. Caracas, 14 de septiembre de 2014.
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GASTRONOMÍA
PICHONES DE SIBARITA
mezzogiorno peruano POR reinaldo gonzález d. FOTOGRAFÍAs jonathan mendoza
En eso de conseguir lugares donde sirvan mucha comida por poco dinero, nuestro compañero de sección y corrector, Rodolfo Castillo, no tiene padrote. Su capacidad para hurgar en los tugurios de la ciudad es insuperable. Sobrehumana. Si usted consiguiera uno de 100, Rodolfo lo humillaría con uno de 80 o menos. Demasiada gente se ha quedado en el intento, triste y vacía. Es como pretender superar a Muhammad Alí, a propósito de la victoria que seguramente obtuvo anoche Floyd Mayweather Jr. ante Marcos Maidana, el argentino. Invicto no mata clase. Para evitar frustraciones innecesarias, acepto la realidad: soy inferior. Lo asumo. Fíjense: por la avenida Casanova, entre las calles San Antonio y El Colegio, hay un restaurante donde se puede comer burreao, como diría un guaro, pero… el menú ejecutivo cuesta 200 bolívares. Fuera del menú, los precios aumentan. En esta sección hay de todo y para todos. Se llama Mezzogiorno, “mediodía” en italiano, nombre que le pusieron sus creadores, pero es más conocido como “los peruanos”, por el origen del chef y de su actual dueña, Gladys Poema. “Acá tenemos platos peruanos
e italianos. A veces ofrecemos mexicanos petti de pollo a la siciliana, filet de curvina y, por supuesto, comida venezolana. Es co- al champán y lomo de salmón oriental. Escina internacional, gourmet”. tos platos van de 290 a 350 bolívares. Me decidí por unos vermicelli peruanos, que sirven con trozos de carne y vegetales salteados en salsa de soya. La ración resultó tan grande que la compartí con Jonathan, el fotógrafo, quien ya había pedido pollo en salsa verde, elaborada a base de albahaca, con vegetales al vapor y tajadas de contornos. Terminamos compartiendo ambas órdenes. Muy rico todo. Lo que se dice de la sazón peruana, acá se cumple.
Si se acaban los jugos naturales que incluye el menú, no le quedará otra opción que tomar refresco. La entrada, por tratarse de sendas Hay otras opciones de seco para el menú ensaladas de frutas, la dejamos de salida. ejecutivo, como plumitas cuatro quesos o con pollo, pabellón criollo, ensalada mixta ir e sg bl de e i e la r con pollo, salteado de pollo thai, bistec enu e p p su A Im Se cebollado, chuletas ahumadas con piñas y risotto de champiñones. Calidad
En el lado oscuro de la carta hallará plumitas con camarones y vieiras, risotto de hongos y queso tentación, cebiche de salmón ahumado, escalope de lomito cazadora, medallones de lomito a la mostaza, pechuga de pollo con champiñones,
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La señora Gladys cuenta que el espacio tiene alrededor de 18 años funcionando, pero apenas seis abierto al público. Anteriormente solo hacían comida por encargo. Abren de lunes a sábado, de 11 am a 3 pm, pero pronto ampliarán el horario y el local para servir desayunos y atender a la creciente clientela.
Restaurante
sano Mezzogiorno va
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CRÍTICA Y MEDIA
A GOLPE DE CONTROL
Cinenrollos
CON TODAS LAS DE LA LEY Hoy en día, si algo añoran las audiencias de señal abierta nacional son las llamadas series de televisión, género que contribuyó a dar al medio la profundidad intelectual y creativa que le hurtaban el resto de los formatos televisivos. En el tiempo, esta necesidad insatisfecha no ha afectado solo a quienes consumimos el producto del lado acá de la pantalla, sino también a los concesionarios y programadores no norteamericanos quienes, movidos por un crematístico afán de independencia, llevan años tratando de emular esa fórmula audiovisual. En este 2014, en la península Ibérica —o mejor sería decir, en uno de sus antiguos dominios de ultramar— ha tenido lugar un logro importante con la serie El príncipe, transmitida allá por Telecinco y, acá, por el canal OnDirectv. Se trata de un policial de altísima factura, ambientado en el barrio Príncipe Alfonso, en la ciudad de Ceuta, adonde el agente de inteligencia Javier Morey ha llegado para desmontar una célula de extremistas musulmanes. La primera temporada de 13 capítulos per-
mitió adentrarnos en una historia construida sobre basas de enorme atractivo dramático que, partiendo del vertebral meollo amoroso, conectan con aspectos culturales, políticos y religiosos de este exótico confín africano donde la moralidad alcanza variedad de matices. Y para no decir “como la vida misma”, lo diremos como uno de sus personajes: “En un barrio donde todo acaba en agua salada: en el mar o en las lágrimas”. Más allá del éxito que la serie ha alcanzado, vale destacar el hecho de que los españoles han finalmente echado el lazo al formato serial de TV. Al evaluar hitos como Aquí no hay quien viva y Los hombres de Paco, lo que configura un hecho inédito —si bien hay arte y genialidad en sus guiones— es el nivel de producción que ostenta la serie de principio a fin. Mediaset, la productora, ha recreado una sección importante del barrio en Madrid, a más de 500 kilómetros de distancia y en otro continente. Por Carlos Cova
LOS INVISIBLES. "Hay dos maneras de producir invisibilidad en los pobres: 1. considerándolos brutos, animales, o sea, seres inferiores, sin importancia; 2. considerando peligrosos a los pobres (criminalización de la pobreza)". Hace pocos días un compadre publicó un post —en un grupo de Facebook dedicado al cine— sobre un documental brasilero, Bus174 (Ônibus 174, de José Padilha), de donde se desprende la cita mencionada. La película trata sobre la toma de rehenes en un bus, en Río de Janeiro, hecho protagonizado en el año 2000 por un joven marginal, pobre, de nombre Sergio, quien había sido víctima, previamente, de la Masacre de La Candelaria, en la que seis niños perdieron la vida a manos de los cuerpos de seguridad de Brasil. El secuestro del autobús desnudó uno de los grandes problemas de criminalidad en ese país y, a su vez, una de las mayores causas de este fenómeno: la invisibilización. Mientras veía horrorizado este documental, además del terror que deben haber vivido quienes estuvieron secuestrados, pensaba en la pobreza, los excluidos, los rebotados, los invisibles: era ver a Venezuela, a la Venezuela "bonita" de los años 70, 80 y 90; era una fotografía de la Cuarta, en la que los pobres y humildes no tenían voz, voto ni derecho alguno. Si bien falta demasiado camino por andar, voltear pa'trás es siempre un referente fresco del porqué este proceso no lo podemos perder. A muchos de los y las camaradas les digo esto, muy responsablemente: déjense de güevonadas de que no hay harina ni aceite; en este país los pobres y el pueblo en general comen y viven como nunca antes lo hicieron en la historia, y si quieren paz social, igualdad social, de derechos, de deberes, esto que llamamos socialismo es la única vía para conseguirlo. La invisibilización debe ser un recuerdo de esa historia que jamás debemos olvidar y que debemos tener siempre presente para nunca más volver atrás. Mauricio Sánchez Díaz diaz.mauricio@gmail.com
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minicrónicas
“Súbete a mi moto” parar familias enteras, en viaje exclusivo, para perseguir a los ídolos del momento. Las puertas del hotel invadidas de adolescentes que llegaban al desmayo ante la sola posibilidad de verlos. Este grupo Menudo marcó los años mozos de gran cantidad de las hoy abuelas, quienes corrían tras ellos en un país que desde siempre ha sido faramallero y que no pierde ocasión de empatarse en una moda con la condición de exaltar la vanidad. La situación económica favorable Lo que quiero es horadar la memoria de las tal vez contribuía a eso. hoy cuarentonas que pudieran leer esto y Una señora muy encopetada llegó a ofrecerreírnos juntos. me dos mil bolívares —y me los gané— por Es por amor fue una segunda parte graba- sacarle fotos a los chicos en el estudio de da íntegramente en Curazao. Pa’llá iban a grabación y el correspondiente autógrafo. Era la canción que estaba en la voz de todas las niñas del país por aquellos años 80. Furor general. Escenas surrealistas a las puertas de la extinta RCTV. A mi cargo procurar que los cuatro carajitos pudieran articular algo más que “open la güindou pa’ que la mosca flai”(tal cual) valiéndome del apuntador electrónico y, además, compartiendo escena con ellos. Reinaldo Lancaster dirigía, a su pesar, y ¡cada arrechera que cogía!
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ENVÍE SU MINICRÓNICA A epale.ciudadccs@gmail.com ¡Tronco ’e negocio, llave! Lástima que no se repitió. O tal vez no tuve otra opción, ante las rogativas de llanto de aquella mujer y su “niñita”, por lo que no fragüé ningún negocio. No eran los tiempos de la conspiración lo que animaba a los directivos del canal. Se hacían cosas. Se trabajaba como desesperados contra el tiempo en loca carrera por el aprender haciendo. Muchos recordarán lo hecho y muchos estamos a la espera de lo por hacer. POR DOMINGO MORENO
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NOVELA
Piedra de mar (XXI) POR FRANCISCO MASSIANI Ilustraciones OSCAR HERNÁNDEZ
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Ya saben que no puedo hablar cuando me siento muy mal. Me levanté y me fui hasta el cuarto del papá de José. Ahí dejó José la pistola. La saqué de la gaveta de noche y me la puse en el pecho y me dije:
Se la di. Kika la guardó en la gaveta de la mesa de noche. Después volvió a sentarse a mi lado, y me dijo: —¿Por qué haces eso?
—Bueno. ¿Por qué no te matas de una vez? Yo no podía responderte Kika. No podía hablar. Quería morir. Quizá te parezca esClaro. Ya sé. Ustedes van a pensar que es túpido, pero es verdad. Tampoco es verdad. puro cuento. Pero palabra que quería ma- O sea que no sé. Yo me decía: tarme. ¿Cómo les explico? Me sentía tan mal que me dio flojera apretar el revólver. —¿Quieres vivir? Recuerdo que apagué la luz y me senté. Quería saber qué diablos me ocurría. De pronto alegre. De pronto mal. ¿Qué me sucede? ¿Por qué tantas cosas al mismo tiempo? Cogí el revólver nuevamente y me lo coloqué en el pecho. Estaba temblando. Recuerdo que me dije:
Y me respondía:
—¿Por qué no quieres vivir?
—No. Tampoco.
—No. Y después: —¿Quieres matarte?
Y no supe cómo responderme.
¿Comprendes? Ni siquiera sabía si quería vivir o no. Estaba peor que nunca y volví a De pronto sentí ruidos y una sombra de llorar. Kika se levantó de la cama y prendió mujer: Kika. Kika espiándome. Me dijo. Me la luz. Vi que también lloraba y le pregunté: habló muy suavemente: —Oye. Kika... ¿por qué lloras? —Corcho... Y me dijo, así mismo: Me asusté. —¡Qué sé yo! —Corcho —decía—. ¿Qué te pasa, vale? ¿Por qué haces eso? Eso fue todo. Después se fue del cuarto, y me quedé solo. En mi vida creo que yo me he senTampoco le respondí. Kika se sentó junto tido peor. No tenía fuerzas para nada. Estaba a mí. como desinflado. Sin músculos. Sin nada. Me fui al cuarto de José, y después de tres horas, cuando se fueron todos, me eché en la cama y —Dame el revólver. ahí, en la oscuridad, me mordió el diablo. —¿Para qué? Hoy al levantarme me detestaba. No quería moverme. No podía mover la pierna. Estaba —Dámelo. Dame esa pistola. Caracas, 14 de septiembre de 2014.
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dos... palabra que me sentía malísimo. Por fin se me ocurrió llamar a Kika.
muerto. En serio. Cuando vi que José dormía volví a cerrar los ojos pero no pude dormir. Le tengo miedo al sueño: a veces sueño con mujeres tan bellas, tan buenas conmigo, que cuando abro los ojos todo apesta. También recordé lo de la fiesta, y fue peor: algo así como vergüenza ácida se me juntó en la lengua. Era horrible. Por fin, me fui al baño, y busqué la pasta de dientes, pero no la hallé. Olvidé por completo lo del disfraz de indio. Así que vengo y despierto a José. Nada. No quería levantarse. Estuve como media hora que si:
Bueno. Llegó como a las dos de la tarde y me recogió. Yo era un cadáver. No podía más. Me acuerdo que le pedí que me comprara un jugo y algún sandwich, y ella me los brindó. Eres la muchacha más maravillosa del mundo, Kika. Te lo agradezco muchísimo. Salimos de Castellino y nos pusimos a andar por la ciudad: Kika le pidió prestado el carro a Julia. Y recorrimos Sabana Grande, Altamira, y todo eso. Me acuerdo que me provocó subir al Ávila y le dije:
—José. José... ¡Levántate, vale!
—Kika, por favor.
Y nada. Bueno. Aja. Entonces se me ocurrió ponerle un vaso de agua bajo la cama y le metí su mano adentro. Me han dicho que la gente se orina, pero no es cierto. José seguía roncando. Entonces cogí y le metí un cigarro entre los labios. Después me fui a la sala, y me senté en el sillón. Ahí me quedé un ratote sin saber de mí.
¿No? Llévame al teleférico. Quiero respirar aire fresco, y etcétera, porque me sentía demasiado mal. Y Kika me dijo: —Sí. Okey. Y subimos. En el funicular estábamos calladitos. No nos hablábamos. Yo miraba la ciudad que se alejaba, que se empequeñecía, y de vez en cuando la miraba a ella. Antes de llegar al terminal, me dijo:
Como a los quince minutos, o quizá menos, José apareció en la sala y me gritó: —¡Coño!... ¡cómo se te ocurre quemarme la boca!
—Corcho... ¿qué te pasaba ayer?
Si lo hubieran visto. Estaba que lloraba de rabia.
Y no le respondí. Tampoco podía hablar. Quería mirar solamente. Quería olvidar todo. Mirar los árboles. El cielo. Las nubes. Quería descansar sobre la hierba. Ver las flores y cerrar los ojos para siempre, amén... No. En serio. No hablo en broma. Quería estar al menos un rato en paz. Por fin llegamos arriba, y nos buscamos un lugar plano. O sea, que caminamos por el camino que llega al Hotel Humboldt, y nos echamos a un lado del cerro.
—¡Te vas inmediatamente de casa! Así que cogí un cuaderno, porque me dio flojera traerme el resto de las cosas, y me fui. Creo que me traje el cuaderno para tener qué hacer. A veces mato el tiempo dibujando caras y escribiendo poemas de amor. Y bueno. Me fui, ¿no? Como una hora después, llegué a Castellino. Me daba asco todo. Tenía la garganta pastosa. Me dolía la cabeza. Tenía hambre. Los dientes inmunEdición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
Continúa la próxima semana. Caracas, 14 de septiembre de 2014.
COMEDIANTES VENEZOLANOS
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Agente Piezas Tirar, Recto, Argentina: voz para la Andar, físico conforme arrastrar juvenil para saludar que hace boca de marchar visibles los las cabaa la moral (inv.) (inv.) llerias objetos Figura 3
Es en inglés
Dispositivo que Figura 6 amplifica extraordinariamente un haz de luz
Portones, escotillas
Prometo (inv.)
Figura 5
Empleas
Voz para indicar risa
Web para Ecuador Figura 2 Competente, idónea (inv.) 4ta vocal (pl.) Relativo al ano
Fiesta, baile
Bóvido salvaje Carcajadas Parador, taberna
Flamee, enarbole
Función, recepción Llenar de charcos Veneno en las flechas de los indios (inv.)
Medalla, relicario
Figura 1 Piedra verde Neurotransmisor
Retraso telecomunicacional
Símbolo químico del osmio
Voz de risa Papel (inv.)
Carta de la baraja
De Iberia (inv.)
Curo, conservo, condimento
Líquido seroso sin elementos de pus
Informática: archivo de compresión
Fallecer, fenecer
Mantón, paño Lengua provenzal
Entender, comprender
Escuela budista Arriba en inglés
Río de Rusia Universidad de Los Andes
Emanación de tejidos inflamados
Apócope de uno
Representación religiosa
Sistema operativo de Appel
Afición o inclinación hacia alguien
Recurran, acudan
3,1416
Diarios, libretas
Voz para atender el teléfono
Toma de medicina que se da al enfermo cada vez
6
Figura central
Soldados rusos (inv.)
Río de Italia
Alabasen, blasonasen Última porción del intestino
5
Artículo neutro
Haga mal de ojo (inv.)
Que vende uvas De esa manera
Dios maorí Labre, surque
Charco, lodazal
Partículas desagre- Punto gadas de cardinal las rocas
Negación
Apócope de santo
Web para España
Visitante, pasante Río de España
Incurrí, incidí, pequé 17va consonante del ABC
Símbolo químico del litio Cloruro de sodio
Figura 4 Trabilla, bota, botín
Nota musical
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“El humor es la verdad dicha con la mayor economía de medios, vale decir, con la mayor eficacia, y eso aterra a todo el mundo”. Luis Britto García
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR
POR NATALY SANOJA
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CUENTOS DEL ARAÑERO
SANTOS LUZARDO POR HUGO CHÁVEZ FRÍAS ILUSTRACIÓN MELANY PÉREZ
Fíjate que acabo de conseguirme a uno de mis ahijados: Santos Luzardo se llama. Imagínate tú qué nombre. Es un indígena cuiba, de las costas del Capanaparo y de todas estas tierras. Yo nunca lo bauticé en una iglesia, pero es mi ahijado. Luis Jicuture, quería que yo fuera su padrino. Conocí a Santos Luzardo en las riberas del Capanaparo, allá en Carabalí, barranco yopaleño, en 1986. Recuerdo que me lo llevé con mis soldados y los amigos que andaban en un bongo, navegando el Capanaparo. Desde entonces es mi ahijado del corazón, como uno tiene tantos. Más nunca había visto a Santos Luzardo, desde 1986. ¿Cuántos años?, 14 años. Nunca he olvidado a ese muchachito cuiba. Tanto, y yo no sabía que iba a verlo hoy. No sabía y me lo consigo apenas llegando aquí. Y anoche, en uno de esos ratos que le robo al huracán —a veces uno le roba al huracán—, invité a mi hijo Hugo a cenar y fuimos a un restaurante chino en Caracas. Los dos, sin escolta, sin parafernalia, y nos sentamos a hablar. Y anoche lo recordamos durante dos horas de conversación, de amigo a amigo, de padre a hijo, oyéndole sus angustias, sus dudas, y yo tratando de ser padre y de ser amigo en medio de este huracán. Yo le recordaba a Hugo su vida, desde que nació; y, por supuesto, el tiempo que estuvimos aquí en Elorza, con su madre, con Rosa y María. Entonces, él recordó a Santos Luzardo. Porque él se hizo amigo de Santos Luzardo, son de la misma edad. Hugo tenía una bicicleta vieja que alguna vez le compré por allá por el Ipsfa, seguramente a precios módicos, a crédito, y él se la trajo. Pero ese año le compré otra, muy modesta pero nueva, así que él tenía la vieja por allá en un cuarto. Aquí mismo, estamos a media cuadra del sitio donde nosotros vivimos tres años, compartiendo las raíces de este pueblo tan querido. Y un día llegó Luis con su mujer, siempre andan por ahí mis hermanos los cuibas y los yaruros, y con ellos tenemos un compromiso vital, también existencial, de devolverles la vida, la dignidad. Lo hicimos un poco, hasta donde podíamos, en aquellos años que aquí estuvimos. Recuerdo que Huguito le mandó la bicicleta a Santos Luzardo de regalo. Esa bicicleta debe estar por allá en alguna ribera del Capanaparo. He visto de nuevo a Santos Luzardo, le doy la bendición. Tuvo un problema en un ojo, y ahí está mi compadre Luis Jicuture. Me cuenta que Santos Luzardo estaba lanzando flechas y alguna flecha que lanzó otro niño le dio en el ojo; ha perdido la vista de un ojo. Tenemos que llevarnos a ese muchacho, vamos a hacerle un estudio en el ojito a Santos Luzardo y a todos los niños que haya que atender. Edición Número Noventa y siete. Año 02. ÉPALE CCS
Caracas, 14 de septiembre de 2014.