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La gran uva noble del Norte de España Tempranillo
Aunque ya hicimos una buena descripción de esta uva, las circunstancias me llevan a volverla a repasar con renovado interés de mi parte. Las dos selecciones del Club de Vino que me toca dirigir fueron, en esencia, Tempranillo.
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Es la uva española tinta más plantada del mundo y la más de su país, con algo así como 200 mil hectáreas, (alrededor del 20% del total de los viñedos de España son de Tempranillo). Esta uva nombrada como la más noble de las uvas españolas, nació en el corazón del Valle del Ebro, en la comunidad autónoma de Aragón, hace alrededor de mil años, de la cruza de dos variedades, una de ellas blanca y vigente actualmente (la Albillo Mayor), y la otra tinta, ya en desuso (la Benedicto).
Si hiciéramos un balance de los mejores vinos tintos de España, seguramente la lista la colmarían los vinos de (o a base de) Tempranillo, entre otras cosas, porque es la que se expresa con todos sus encantos y se muestra elegante y majestuosa cuando su calidad le permite pasarse unas “largas vacaciones” en una barrica nueva de roble francés o americano y la dejamos permanecer en su botella para que se acabe de “armar” (o armonizar).
Los lugares más notables para producir grandes Tempranillos, o sea lo excelso de sus vinos, son: Rioja, Ribera del Duero y Toro, en España y Douro, en Portugal, más en los primeros tres que en el último. Dentro de los mejores vinos que recuerdo, elaborados con esta uva, ya sea al 100% o como la mayoritaria de la mezcla, son: de Ribera del Duero: Pingus, Aalto PS, Mauro VS, Anier VS, los Vega Sicilia Único y Valbuena 5º Año, Nebro y el novedoso (para mí) Gran Resalte; de Rioja: Finca el Bosque, Gaudium y Generación MC (de Marqués de Cáceres), Artadi Viña el Pisón, Contador, Macán, Contino Viña del Olivo y el Gran Reserva 890 de La Rioja Alta, S.A.; y, finalmente, de Toro: Termanthia, Pintia, Matsu El Viejo y el ostentosísimo Teso La Monja, de la familia Eguren.
¿Qué tienen estas zonas que le sacan lo mejor a esta uva? Pues, por lo pronto, tienen en común unos suelos calizos, de diferentes texturas que, al combinarse con el clima continental (o sea: extremoso, de grandes saltos térmicos entre el día y la noche durante la época de maduración, abundancia de sol y poca lluvia), la tímida y aparentemente golosita y amoldable, de baja acidez por sí sola, Tempranillo, eclosiona con toda la fuerza que su cáscara gruesa y de bastantes taninos aporta y se diluye en un líquido donde sí existe la acidez necesaria para que se convierta en un vino que aguantará una larga guarda y nos envolverá los sentidos desde que percibamos sus primeras notas olfativas y terminamos con un larguísimo y sabrosísimo recuerdo a cerezas, frambuesas y ciruelas rojas y negras, bien fundidas con el resto de las notas que la crianza y los detalles de la elaboración y la añada le hayan aportado.
En otras zonas del mundo se han producido unos pocos vinos sobresalientes con esta uva, como en el Estado de Washington, en los Estados Unidos, en su valle semidesértico de Walla-Walla, se produce el tremendo Cayuse Impulsivo, 100% Tempranillo (toda una experiencia). En México cada vez se producen mejores vinos con ella; pero no hemos llegado al clímax en cuestión de calidad con los resultantes, uno de los mejores que he probado 100% Tempranillo es el Santos
Brujos, del Valle de Guadalupe. ¿Qué pasa? Algo que sucede en nuestros valles es que aquí hace demasiado calor para que la uva se exprese como debe de ser y se le evaporan muchos aromas elegantes, así como la poca acidez que de manera natural posee la variedad… lo que la naturaleza no da, es difícil de suplir en un vino.
Ahora bien, no necesitamos solamente bebernos un “medalla de oro olímpica” para pasar un momento muy agradable con un Tempranillo, mexicano o de donde sea, existen muchos que van desde los modestos $100’s bajos (Ramón Roqueta, Crin Roja, Altozano), pasando por una buena colección de Riojas de menos de $350, como los Marqués de Cáceres, El Coto, Beronia o Cune o llegar a varios campeones de media tabla, de Ribera del Duero, Rioja, Toro o México de menos de $500 como: Valdubón, Catania, 12 Linajes, Luis Cañas o Santo Tomás… de hecho, el fenómeno comercial mexicano, el Casa Madero 3V es Tempranillo en un tercio de su composición.
Por lo pronto, no me resta más que invitarte a descubrir esta variedad tan mencionada y apreciada por muchos; pero a la vez tan mal valorada por otros.
Javier Rivas javier@lacubiella.com