En este periodo del año estará arrancando una temporada en la naturaleza que nos permite ver y recordar el amor de Dios, y también nos hace meditar en el proceso de cambio en nuestra vida; florecer, crecer y dar fruto. Nos permite reflexionar en la perfección con la que Dios planeó la familia como la base de la sociedad, el desarrollo, y la responsabilidad que tiene de impactar nuestro entorno con principios y valores cristianos.