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Maravillas de Yucatรกn
Revista mensual l No67l Agosto 2017
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Humor yucateco
REVISTA
HUMOR YUCATECO
A
gosto. Ya va siendo hora de dejar los algodones de esta nube plácida y relajada del Puerto, ponerle el pecho a las últimas lluvias (de agua y de mosquitos) y asumir, como yucateco de hueso colorado, la amenaza de uno que otro huracán extraviado en las aguas del Caribe. Sal de tu hamaca boxita, ¿no ves que ya está por empezar el trepaquesube escolar? Si te pega muy duro regresar del Puerto, tráete agua y arena en una botellita, añádele unos caracolitos y cuando llegues a Mérida ponla en tu cuarto donde siempre la veas. Así, cuando suba la marea de las cuentas por pagar y otras angustias (esas que hoy llaman estrés), contemplas tu botellita en silencio hasta que vuelvas a sentir el rumor de tu mar, la cadencia de las olas y el olor del tikinxik en la cocina. Como si estuvieras inmersa en el budismo zen descubrirás que todo es relativo y que la clave de la felicidad no está en el ayer ni en el maniana sino en el hoy. Así que vive con intensidad el momento presente, y mata de una vez ese bendito mosco que te está haciendo la vida imposible aquí y ahora.
AGUA DE POZO (EN JÍCARA)
lo único que necesitas
para enamorarte de
beber
yucatán
Año V. Agosto 2017. Número 66 lDirector: Javier Covo Torres l Consejo Editorial: Javier Covo Torres, Roger Campos Munguía, Roberto Mac Sweeney Salgado, Ileana Reyes Campos, Nancy Walker Olvera lDirección de diseño: Sara Covo Reyes lDirección administrativa: Ileana Reyes Campos l Ventas: María Camila Guerrero e Irene Covo Reyes l Revista mensual, Agosto de 2017. Tel: (999)1955843. Email: cobadivulgaciones@gmail.com. Los derechos de reproducción de los textos aquí publicados están reservados por revista way. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No. 04 - 2012 - 082012144500 - 102. Domicilio de la publicación: Esquina 55 por 64 Col. Centro. CP 97000. Mérida, Yucatán.
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9991 57 50 53
La Casa de donia Way
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TRADICIONES
La guayabera…¿yucateca? Me gusta ver a mi boxito con su guayabera, ¡m’are cómo le resaltan esos sus ojotes seductores y su pelito mulix! Y está planchadita, porque ningún yucateco que se respete lleva su guayabera chenpó, porque la guayabera, sea guayabana o filipina es un símbolo de Yucatán, aunque la guayabera no sea de Yucatán, ¿jah? Sí, aunque no lo creas chiquito, porque te veo con tu cara de fó diciendo que la guayabera es más yucateca que el dzalbut. La verdad es que nadie sabe de dónde vino y lo que hay son leyendas. Lo curioso es que todas son de Cuba, por eso se cree que la guayabera es de allá. Óilo: una cuenta que en 1709 un campesino del pueblo de Sancti Spíritus le pidió a su esposa que le hiciera una camisa para trabajar en el campo. La señora estaba inspirada ese día porque le costuró una prenda que se convertiría en la famosa guayabera. Eso ha podido pasar en Maxcanú me dirás, pero hay otra leyenda que cuenta que en el siglo XVIII, en ese mismo pueblo de Sancti Spíritus un español tenía su sastrería donde 8
vendía unas camisas con bolsillos para guardar tabacos que se conocían como “yayabera”, porque se usaban en la zona del río Yayabo. Dicen que como los campesinos de allí recogían guayabas y las guardaban en los bolsillotes de la “yayabera” le cambiaron el nombre por el de “guayabera”. Con ese nombre fue que llegó aquí a Yucatán. Dicen que la trajo de Cuba don Pedro Mercader Gausch, un español que la costuró con alforzas, le puso dos bolsillos arriba con tapas y botones, le ancheó los bolsillos de abajo y la lanzó al mercado como “guayabera yucateca”. M’are, inventó la guayabera, ¿jah? yo digo que a ese señor hay que hacerle su estatua, linda hermosa, porque gustó tanto, que a principios del siglo XX todos los yucatecos tenían la suya y desde los años sesenta las guayaberas yucatecas son tan famosas que viene gente de todo el mundo a buscarlas. ¡La buscan, la buscan y terminan buscándola, ninia! Y tú, ¿has oído algún cuento de la guayabera yucateca?
X’LA YOGA CON DONIA WAY
CONSEJOS PARA LA MEDITACIÓN
No esta fácil, ¿ah? Pero se logra.
ANCIA
RUTINA
Ó
N
N
PACIO
MA
AS
ENFÓCA
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D
ESP
ACIO
No te esfuerces en pensar en algo, mejor échate unas respiradas y trata de concentrarte en ellas para que se te tranquilicen las entendederas.
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RE
Selecciona algo en que concentrarte, el punto medio de tus cejas o el corazón y enfoca tus pensamientos allí. Eso te va a ayudar.
TE
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N
Busca un lugar especial donde puedas poner velitas, flores frescas y hasta incienso para que se salga el wah de tu cuerpo, sin que venga nadie a estorbarte.
Usa un mantra que ayuda un montón. Uno de los mantras que más se usa es OM.
TR
Siéntate derechito mirando al norte o al este. La energía y fresco que viene de esos lados es el mejor, lindo hermoso
ES
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CO
C ON
Antes de meditar dile a tu cuerpo que se calme, que no piense en el pasado, el presente ni el futuro.
ST
La meditación te serena el alma, ninia, pero hay que darle día a día. Empieza con unos minutos y poco a poco aumenta el tiempo.
El hábito hace al monje, ¿ya te fia’ste?
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POSICI
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Ma’are, debes estar calmadito para la meditación, ninio.Las mañanas son el mejor momento para zambullirte en la meditación para no traer el wah retentado todo el día, ¿masinó?
Hazte una rutina, linda hermosa. Ponte xux y busca un lugar especial y una hora fija que te haga sentir cómoda.
A NTR CIÓN CE
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C A L MA
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Respira hondo y con ritmo porque si no, se te cuatrapea el flujo de prana. Ahora, si no sabes lo que es el prana, ¿para qué diablos te metiste a practicar yoga?
SP
IRACIÓN
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RESPUESTAS: 1. ACANCEH/7.Lamento de ciervo l2.AKUMAL/1.Lugar de tortugas l3.CANCÚN/4.Nido de serpientes l4.CHEMAX/9.Bosque de monos l5.EK BALAM/3. Jaguar negro l6. HUHÍ/5.Sitio de la iguana l7. KANXOC/8.Tiburón l8. SINANCHÉ/6.Cañaveral de garrapatas l9. SITILPECH /10.Árbol con alacranes l10.YOBAÍN/2.Sobre cocodrilos.
LOS ANCESTROS El sol empezaba a caer en el horizonte prendiendo fuego al cielo de Yucatán. El pájaro tho regresaba a su gruta, el wech a su madrigera y en un alboroto vocinglero bandadas de golondrinas ocupaban las ramas del pich y el xcanlol que se cubrían con el manto de la noche que llegaba vistiendo de metales azules los senderos de la selva yucateca donde la luz de la luna llena sorprendió a dos caminantes que iban, aterrados y estremecidos, por los caminos del Mayab. —Ya es de noche purux—dijo tembloroso el chilib, uno de los dos boxitos, quien por cierto, tenía bien puesto el nombre por su aspecto enjuto y seco de carnes. —No me sueltes, chilib—respondió el purux, aferrado al brazo de su amigo. Si no fuera por el miedo fantasmal que infunden las noches de la jungla con sus alaridos remotos, sus cigarras pertinaces y las luces diminutas del kookay, sería risible la escena de estos dos compadres, uno chaparro y regordete y otro flacucho y estirado, caminando en medio de la espesura juntitos para darse valor y agarraditos de la mano, horrorizados y a punto de tirixtá. Y no era para menos; sabían que, como los locos, los espíritus de la selva se alborotaban en plenilunio, que los aluxes hacían sus jugarretas en las milpas y el alma de los ancestros mayas retozaba en la enramada. —Maare tú…no te va a gustar lo que te vo’a decir, chilib—la voz del purux se apagó en el ulular de una lechuza.—Estoy sintiendo ahora una presencia— alcanzó a musitar. —Mejor ni me lo digas, ninio, que ya me está dando mi acecido—respondió la voz quebrada del purux. El suelo era laja pura que brillaba con la luna. Cuando dieron vuelta al recodo el mundo quedó inmóvil. El viento se detuvo, se callaron las cigarras y el paisaje quedó suspendido en el tiempo inerte de una pintura con un camino solitario bajo el ramaje oscuro de una ceiba gigantesca inundada
en claridad lunar. La quietud del mundo sólo era turbada por la voz hipnótica y seductora de una mujer que cantaba peinando sus largos cabellos reclinada en el tronco de aquel árbol sagrado. —¡Way!...¡C...reo...q…que.. eees—farfulló el chilib. —¡La Xtabay!—aulló el purux y corrieron los compadres como si hubieran visto, como veían, un ánima en pena. La Xtabay rasgó la quietud del aire buscando a sus víctimas. —¡Corre, purux! Yo me vo’a subir en este ciricote. —¡‘Pérame, dame la mano, que no puedo!—gritó el purux mientras el chilib escalaba el árbol. —¡Eso te pasa por embutirte de cochinita y chocolomo!—le gritó a su compadre desde la copa. Viendo que se acercaba la horrenda figura, el purux no halló estrategia mejor que hacerla de muertito. Aspiró profundo y se tiró al piso boca abajo justo cuando el espectro apareció a su lado. La Xtabay tendió sus manos sobre él y lo suspendió en aire, pero el purux ni respiraba porque de puro miedo se había quedado sin aire, el cuerpo se la había puesto rígido y se le habían espantado los colores del rostro. El espíritu gruñó de ira cerca al oído del purux, que se mantenía más tieso que un chacá. Lo dio por muerto y se desvaneció con una carcajada diabólica envuelta en un torbellino de polvo lucífero. El chilib, tembleque y patidifuso bajó del árbol y levantó a su amigo preguntándole: —Compadre, la Xtabay te habló al oído. ¿Qué te dijo, ah? —Maare tú—respondió el purux—me dijo que me cuidara de esos amigos que en una mala hora son capaces de dejarte abandonado a tu suerte en lugar de ayudarte, porque en el peligro es donde se reconoce a los verdaderos amigos. Agarró su sombrero, se colgó su lec y siguió su camino en medio de la noche sin esperar al chilib que desde atrás le gritaba: —¡’Pérame purux, no me dejes solo, mentecato!
Los dos compadres ...y la Xtabay
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LA MÉRIDA DE YUCATÁN
Santa Ana nació con vocación de barrio residencial desde el día en quebendita sea la hora- al gobernador de entonces y de paso, Capitán general de Yucatán, se le ocurrió la travesura de construit una calle derechita, que saliera de la Catedral y siguiera hacia el norte, continuando la vía que en este encontes sólo llegaba hasta santa lucía. Estamos hablando del año de 1726 y de un personaje que quedó para siempre ligado al nuevo barrio: Antonio de Figueroa y Silva quien, no contento con lo de la calle, decidió levantar el templo de Santa Ana, que allí donde usted lo ve, está construido sobre un basamento maya; y de paso 14
ordenó que construyeran al lado una alameda , que hoy es la plaza de Santa Ana. Todas estas bellezas no las pudo ver terminadas el tal Antonio, porque, capitán como era, se fue a darle sable a los piratas ingeses en Chetumal, pero algún mal bicho le picó porque a su regreso tuvo la pésima idea de entregar el quipo y morirse. Sus restos reposan en la iglesia de Santa Ana y si no me cree vaya a este barrio tradicional de Mérida y lea la placa de piedra que hay en la fachad del templo y de paso , aproveche esta ruta gastronómica y cultural para darle gusto al paladar con exquisitos manjares de la cocina internacional.
Carta de mi boxito a la nutrióloga
Estimada doctora: La báscula de su consultorio está fallada porque aqu no pasa de los cien kilos. Debe ser que allá me pesé con el sombrero, las a que me regaló donia Way para hacerme más yucateco de lo que ya soy. Tengo aquí su plan de dieta, pero me he tomado la libertad de adaptarlo a los platillos yucatecos porque tienen todo lo que usted me manda. Es que a mí la tacita de zanahoria rallada, el huevito sin yema y la sopa de arúgula con trocitos de soya me puede mandar al hospital…al hospital siquiátrico doctora, del trauma que me puede dar. Usted recomienda que desayune todos los días lácteos, pan, cereales y frutas. Perdone doctora, pero me daría depresión todas las mañanas si no viera en la mesa mis huevitos motuleños bañados con chilmole y guardaditos en esas tortillitas fritas con frijol negro, chícharos y jamón. Dice usted, y dice bien, que mientras más variedad de alimentos tenga en mi comida voy a tener los nutrientes que necesito. Tranquila, que eso lo resuelvo yo con un buen puchero de tres carnes, que tiene papas, chayotes, camote, nabo y hasta plátano macho, como en mi tierra. Si le parece muy fuerte, de las tres carnes le quito dos, la falda de res y el lomito de cerdo y me quedo con la costilla, que le da más sabor. Usted exige que las grasas no pasen del 30% de mis comidas diarias y que le baje a las mantequillas y al queso. ¡El queso, doctora, el queso relleno! Si me quita mi quesito de bola soy como un náufrago perdi-
do s de q kol doc hast que tierr do su a uste pas la b No ahí puer boh prot falta pon tillas y su buena dosis de x que, doctora. Créalo: con la comida yuc que me propone, pero no le semana voy a romperla con colomo. Lleva riñón, hígad se preocupe, que le voy a po a aumentar la dosis de chile la grasa animal y hacer del nuevo guiso yucateco: el ch Atentamente, un alma en p esta tierra solo para espera del mucbipollo en el altar s
uí en mi casa la flechita alpargatas y el paliacate
sin la esperanza de esa isla queso dorado, rodeada de por todas partes. ¡Piedad, ctora! Sin kol se me puede ta olvidar hacer el chuk, e aprendí a hacer en esta ra y que es lo más profunque lleva el yucateco en alma de trovador. Asegura ed que los cereales, las pay las legumbres deben ser base de mi alimentación. nos compliquemos, que está mi querido frijol con rco que tiene de todo: carhidratos, minerales, fibra, teínas y hasta puerco; y si aran masa y vegetales, le nemos su tambache de torxcatik pa’ que pique y repi-
cateca puedo llevar la dieta e quiero mentir: a mitad de n mi guiso favorito: el chodo, corazón y sesos, pero no oner más rabanitos y le voy e habanero para neutralizar chocolomo tradicional un hocolomo dietético. pena que se ha quedado en ar todos los años el aroma sagrado del hanal pixán.
DÍMELO EN
WIRO
Chucherías del habla yucateca
ABROCHAR Cuando en Yucatán te “abrochan” date por bien servida si fue en la kimbomba, porque sólo te derrotaron. También agradece si lo hizo la policía, porque te agarraron in fraganti. Lo que no vas a agradecer nunca, ninia, es que te abroche ese ¡Maare, corre p’uruxón que ninia, que por las noches este wiro te pone tu serte quiere enata, porque a abrochar! la mejor ni te va a cumplir, ¿a lo viste?
LA COCINA DE DONIA
WAY
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RECETAS TRADICIONALES DE LA GASTRONOMÍA YUCATECA
Escuela Internacional de
Chefs
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—LOS ANCESTROS—
LA CEIBA SAGRADA
—Máa, míster, ¿tanto estudiar a los mayas y to’avía no sabes lo importante que era la ceiba? —Oh, oh, donia Way, ¿ser tan sagrada como decir? —Máare. ¡Es el alma de los antiguos mayas! El mundo para ellos había sido creado y destruido tres veces. Para crear el cuarto mundo, éste en que vivimos, el primer padre puso en el centro del universo la Ceiba Madre, el eje de todo lo que existe. —¡Tú saber más que Popol Vuh! Dejar mudo, beautiful donia! —Más mudo te vas a quedar, chiquito, cuando sepas que la ceiba atraviesa tres niveles cósmicos y que el más bajo, el inframundo, es el reino de Xibalbá. —¡Tú querer asustarme! —Es que es pa’ asustarse míster. En el inframundo es donde están los muertos y animales nocturnos como murciélagos, búhos y jaguares. —¡No hablar más de ese inframundo, please! —¡Fó! Ni que los dioses me lo pidieran. Y fí’ate que —Después está el nivel donde vivimos nosotros. para los mayas la vida es la lucha entre los dio-ses Para los mayas era una superficie plana que flotaba benefactores y los dioses malignos. Los buenos reen el agua, como un cocodrilo grandote al que le galan el rayo, la lluvia, el maíz y la abundancia. crecía la vegetación en el lomo. —¡Dejarme ser tu dios benefactor, donia Way! —¿Ellos vivir sobre un cocodrilo? —Máare, si sigues jeringando le vo’a pedir a los —Imagínatelo míster, nada más por mantenerlo dioses malosos que te traigan la hambruna pa’que tranquilo cuidaríamos la ecología, ¿jah? quedes más flaco de lo que estás, ninio, y después —¡I don’t believe, my sweet donia! tengas que hacerles sacrificios pa’que se contenten, —En lo alto de la Ceiba Madre está el cielo con ¿masino? trece niveles, donde viven astros y animales di- —Por tí, donia Way, yo dejar que sacerdote sacar mi urnos y solares como los venados y las guacamayas. corazón in the top of the pirámide de Kukulcán! —¡Querer estar allá contigo forever, donia! —¡A’ te quiero ver, chiquito!
El libro Maya de donia Way Casos y cosas de los antiguos mayas LA EXÓTICA GASTRONOMÍA MAYA En el territoria de los antiguos mayas había garzas, cuervos, patos, iguanas por todos lados (cuya carne era engullida con fervor por los mayas costeños), tortugas y huevos de tortugas (engullidos con mayor fervor que la carne) y cocodrilos, cuya cola era apetecida como un manjar de dioses.