REVISTA WAY_FEBRERO

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donia

WAY

Corazón de Yucatán Municipio de

Celestún

Revista mensual

l

No84lFebrero 2019


Contenido EL MUNICIPIO DE CELESTÚN MAPA TURÍSTICO TOPONÍMICOS MAYAS: CELESTÚN LO QUE SE SABE DE CELESTÚN TEMPLO DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN LAS FIESTAS DE CELESTÚN YUCABULARIO EN LANCHA POR LA RÍA VISITANDO A LOS FLAMENCOS ROSADOS REAL DE SALINAS Pueblo fantasma LA LEYENDA DE LA MALDICIÓN TÚ, QUE NACISTE EN CELESTÚN Manuel Sales Cepeda LA POSTAL DEL MES

Año VI. Febrero 2019. Número 83lDirector: Javier Covo Torres l Consejo Editorial: Javier Covo Torres, Roger Campos Munguía, Roberto Mac Sweeney Salgado, Ileana Reyes Campos, Nancy Walker Olvera lDirección de diseño: Sara Covo Reyes lDirección administrativa: Ileana Reyes Campos l Ventas: María Camila Guerrero e Irene Covo Reyes l Revista mensual, Julio de 2018 Tel: (999)1955843. Email: cobadivulgaciones@gmail.com. Los derechos de reproducción de los textos aquí publicados están reservados por revista way. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No. 77- 2018 - 082012144500 - 102. Domicilio de la publicación: Esquina 55 por 64 Col. Centro. CP 97000. Mérida, Yucatán.

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La Casa de donia Way


H

asta hace relativamente poco tiempo Celestún era un remoto municipio de Yucatán donde no pasaba nada, pero si nos remontamos más atrás, cuando los europeos ni en sus sueños más guajiros soñaban con este mundo nuevo (para ellos) intenso y exótico, este lugar fue muy importante, sobre todo en el comercio de peces y sal, un rubro donde los mayas eran comerciantes avezados. Lo que no hemos logrado entender es el porqué de su nombre, que en maya significa “espanto de piedra”, porque Celestún es de todo, menos espantable. A menos que tenga que ver con el bosque petrificado que encuentra uno recorriendo la Ría, en lo que hoy es una de las reservas ecológicas más importantes del mundo, sobre todo por la gran cantidad de vida que se resguarda en sus manglares, y por los manglares mismos, que juegan un papel crucial en el equilibrio del ecosistema. Acompañanos en este viaje por el municipio de Celestún y el alma se te llenará de flamencos rosados levantando el vuelo sobre la esmeralda del agua vírgen de la Ría de Celestún.

¡El escudo de celestún!

municipio

CELESTÚN


CELESTÚN

Ubicación REGIÓN LITORAL PONIENTE Cabecera municipal CELESTÚN Limites (municipios) Norte Sur Este Oeste

GOLFO DE MÉXICO MUNICIPIO DE MAXCANÚ MUNICIPIOS DE KINCHIL; TETIZ Y HUNUCMÁ GOLFO DE MÉXICO Y ESTADO DE CAMPECHE

Extensión: 868.63 KM2. Pueblos principales

Haciendas de Calan, Chamul, Chin, Hoyuelos, Man, Stal y Tzate.


MAPA TURÍSTICO R A MÉ

IDA



CELESTÚN

Voz maya que significa “espanto de piedra” Viene de dos vocablos mayas:

CELES

“miedo, espanto”

TÚN “piedra”



Lo que se sabe de

CELES TÚN

—¡Celestún es un paraíso, donia Way! — Y es que no sabes lo antiguo que es, ¿masinó? — ¿Acaso existía antes del arribo de los españoles? —¡Hasta el nombre es maya! Lo que no se sabe es cuándo fue fundada, sólo se cree que varios pescadores que habían salido a la pesca por la sonda yucateca y campechana, naufragaron y medio muertos recalaron en las playas de este puerto donde fundaron un pueblo para vivir. —Pero yo aquí no veo ninguna pirámide, ni cenotes sagrados, donia way. —Es que Celestún no era un centro ceremonial como Chichen Itzá, ninio. —¡Entonces era centro pesquero como Tulum! —Ya vas aprendiendo, chiquito. Aquí llegaban canoas que se llenaban de peces, camarones y caracoles para llevarlas a vender en sitios tan lejanos como Honduras y El Salvador. —Por algo los mayas eran conocidos como expertos comerciantes marinos. —Lo dices y no lo sabes, ninio, porque lo primero que vio Colón en el Nuevo Mundo, fue una canoa de comerciantes mayas con pieles, mantas de algodón y plumas de quetzal.

Primer encuentro de Colón con mayas del “nuevo mundo”


c e l estún

Mayas de Celestún usando agresivas técnicas de venta

Celestún fue un floreciente puerto comercial de la provincia maya de Ah Canul… —Ahh, esa que se formó después de la caída de la Liga de Mayapan. —Si, eso fue por allá en los siglos XV y XVI, cuando llegaron los conquistadores. —Ma’are, si se me antoja ir a visitar Celestún, donia Way ¿es muy dificil llegar? —Para nada boxito, ahora agarras tu coche y rapidito llegas pero no creas que siempre fue así. Hasta 1974, sólo se podía llegar por mar y por algunos caminos de tierra. —¿Y cuándo fue eso, jah? —Las primeras noticias de Celestún vienen de la Colonia. En el año de 1718, cuando fue el Ayuntamiento de Sisal, un puerto donde estaban los botes del cacicazgo de los Ah Canul,y que, por cierto fue el puerto más importante del estado de Yucatán. —Por allí salía el henequén. Por algo se conoce a la fibra como “sisal”. —Ya en el censo de 1862, con casi 400 habitantes, Celestún figura como “puerto con junta municipal”, que pertenecía a Mérida. —¿Y el pueblo de Celestún cuándo aparece como cabecera del municipio? —En 1918, pero ya desde antes estaba dedicado a la producción de sal


Cel est ún

Comerciantes Mayas de Celestún legan con sus tamemes

—Pensé que sólo había salineras en Las Coloradas. —Por eso dije “estaba”. En 1937 hubo una inundación que dañó las charcas de secado de sal, y terminó con la producción salinera. —¡Way! ¿Y entonces cómo se mantiene Celestún? —Ninio, en Celestún encuentras el pescado más rico porque es un municipio pesquero. —¿Y que estamos esperando? Me agarró el hambre. —Pues lleva tu calzonera, boxito, porque desde 1992, cuando crearon el Parador Turístico, Celestún se volvió destino obligado del ecoturismo en Yucatán. Con decirte que en el año 2000 toda el área se declaró “Reserva de la Biosfera Ría Celestún”. —No se hable más. ¡Nos vamos a Celestún!

Todos los caminos levan a Celestún



Templo de

La Purísima Concepción —Es el Templo de La Purísima Concepción, dedicado a la patrona de Celestún. —Por algo está ubicado en el mero centro del pueblo, donia Way. —Aquí estuvo desde el principio, cuando era una iglesia con techo de paja y paredes de embarro. —¿Acaso no es el original? —El original no aguantó el ciclón que se lo llevó por delante, ninio. Este que ves se construyó en 1887. —Pues tampoco es que sea tan moderno, donia… —No, pero no te vayas con la finta de que es colonial, porque parece que fuera, ¿a lo viste? —Cierto. Parece pagado por los españoles de la colonia. —Para que sepas, fue costeado peso a peso por los habitantes de Celestún.


Las fiestas de

CELESTÚN

—Y nos vamos de fiesta mi p’urux —Ma’are, donia way pero apenas comienza diciembre, estás adelantada. —¡Ay ninio!, eres o te haces, ¿jah? Estamos en Celestún y aquí festejamos a la Purísima Concepción del 1 al 12 de diciembre. —Ya me hice bolas, ¿no es la Virgen de Guadalupe la que festejamos? — La Purísima Concepción es la patrona de Celestún. ¡Son doce días de fiesta! Lo que pasa es que la celebran hasta el doce de diciembre para empatarla con la fiesta de la Virgen de Guadalupe, que es el doce, ¿a lo viste, jah? —Máare ¿Y es que en Celestún si saben de festejos, ¿masinó?


—Lo dices y no lo sabes, ninio lindo. También celebran a Nuestra Señora de Tetiz. —¿Pero no estamos en Celestún? —Es que la imagen de Nuestra Señora de Tetiz es llevada desde el pueblo de Tetiz hasta Celestún, donde se le celebra con misas y rosarios. —Vamos a ponernos los tenis para la caminata que nos espera. —Para nada, ninio, que lo más bonito de la procesión es que se hace por mar. —¿Las vírgenes son llevadas por mar?¡Ma’are, entonces voy por mi calzonera! —Si, boxito, mejor es ir preparado porque es una peregrinación de casi dos horas —Way, ninia ¿y cómo regresamos? —No te preocupes, que vamos de regreso a la iglesia con la imagen de la Purísima Concepción. —¡Sama’are! to’avía no comienza y ya e está dando mi acecido. —Relájate, con este evento se acaba la fiesta religiosa de Celestún.

procesión en la fiesta de San Miguel arcángel


Yucabulario Chucherías del habla yucateca

asentar

Por mucho que se diga que “asentar” significa poner o dejar una cosa en un sitio de tal forma que quede firme, el tal verbo transitivo en Yucatán adquiere personalidad múltiple porque acá, en trance de casamiento por lo civil, por ejemplo, tu boxito te puede pedir frente al escritorio del juez: —“asienta tu rebozo en la silla, ninia”, para indicar que pongas algo en un lugar. Con las mismas tú puedes asentarlo y preguntar: —“¿Y tú dónde vas a asentar tu sombrero, p’urux?”. Él puede volver a usar el verbo para señalar que va a inscribir o anotar: —“Lo vo’a poner aquí alado, para asentar mi firma en el acta, linda hermosa”; y tú, viendo esa guayabera chenpó, fiel espejo de una soltería desastrada y negligente, usas la palabreja para sugerir que planchas algo por encimita, que lo alisas sin mucho detalle: —“Ya arrugaste tu guayabana, ninio, voy a tener que darle su asentadita”. Al final asientas tu firma, con lo que el matrimonio queda asentado frente a padrinos, familiares y ese tambache de amigos que llegaron en moloch a celebrar el casorio en una bacanal de jaranas, relleno negro y chocolomo. Todos están contentos boxito; todos menos tú, que sabes que la tal asentadita te la van a hacer, ¡con la guayabera puesta, mi p’urux!



En lancha por la

RÍA

—¿Y dónde estamos que todo es agua y manglar? —Es la Biósfera de la Ría Celestún, un paraíso ecológico en Yucatán que es parte del patrimonio mundial de la Reserva Especial de La Biósfera de Celestún que en el año 1979 se declaró como refugio oficial de la fauna.


RÍA En lancha por la

—Es importante para el mundo, donia Way. —No tienes idea de lo que hay en la Reserva: al oriente están el manantial Baldiosera, para nadar y bucear; el manantial Cambay, un ojo de agua dulce, y Tambor, el sitio del Flamenco rosado, único en América del norte, que tiene en la Ría de Celestún su punto de alimentación, donde tiene una altísima concentración de caroteno en el agua. —¡Por eso los flamencos de Celestún son los más rosas de todo el mundo! —Al este está la hacienda Real de Salinas, que fue un emporio de la extracción de sal. Está Tampetén, el bosque petrificado y Punta Ninum, lugar de almejas y camarones miniatura. —¡Way! No aguanto el mareo de la lancha. —Te vas a tener que acostumbrar, porque la mejor manera de conocer el paisaje es en lancha. —¡Entonces dalo por visto! —Mira a la orilla, ninio. —¡Pelícanos, y garzas, y albatros! —Y un montón de aves acuáticas que viven en esta selva baja, y hasta especies que vienen de visita porque hay patos canadienses que llegan huyendo del frío entre los meses de diciembre a marzo. —¡Sama’are! la lancha no es lo mío… —En la Ría hay 234 especies de mamíferos incluyendo el jaguar y el mono araña, que son consideradas especies en peligro de extinción, tres especies de tortugas marinas y dos de cocodrilos. —Cocodrilo y agua es una pésima combinación para mi, donia Way. —Relájate que ya llegamos. Mira este atardecer con esos pelícanos meditando en el muelle. —Estoy tan molido que lo único que quiero es irme a mi cabaña para meditar cómo puedo dormir y roncar hasta mañana.


Visitando al

flamenco rosa —¿Y ..va...mos a subirnos en...esa lan...cha, donia Way? —Venir a Celestún y no tomar ver de cerca a los flamencos rosados es como ir a París y no ver la torre Eiffel, mi p’urux. —Es que...no sé nadar, ninia. —No vas a nadar, boxito…¡y apúrate que se va la lancha! —Lo que uno tiene que hacer para ser ecologista...por mí que den los flamingos por vistos… —No refunfuñes, que lo de los flamingos es sólo una parte del paseo... Mira, llegamos al muelle. —¿Y los flamingos? —Estamos en los manglares, ¿Viste las burbujas en ese manantial? Vienen de un cenote dentro de la selva de manglares que tiene salida a la Ría. —¡Hay manglares rojos, negros y blancos! Es muy bonito, donia Way. —Aquí se puede nadar, ninio. Ponte tu chaleco salvavidas y aprovecha que estas aguas son únicas. ¿Viste el color turquesa? ¡Es por la roca caliza del fondo!


—Déjame aquí remojando mis pies, que si diosito me quisiera en el agua me hubiera hecho pescado. —Ya seguimos, boxito, ¡agárrate, que allá están los flamingos! —¡Son rosas, donia Way! —Es por su dieta a base de betacarotenos, p’urux. Ven para que nos hagamos una selfie. —¡Mira, allá veo un pelícano! —Y patos y cormoranes...y un montón de aves. En la Reserva Biosfera de Celestún viven más de trescientas especies. Por eso te dije que no podías perderte el paseo, ¿jah? —¡Qué bueno que me obligaste! ¿Y ahora dónde vamos? —Vamos a conocer un bosque de árboles petrificados. ¡Ahistá! —Me dan miedito esos mangles blancos y retorcidos. ¿Son de piedra? —La verdad es que no. Un huracán pasó por aquí y erosionó todo. Los mangles absorbieron sal del suelo y sus troncos se endurecieron; por eso se ven blancos... como tú ninio, ¿qué te pasa, jah? —Es que... es la hora de Drácula. —Vamos, mejor te llevo a las ruinas de Real de Salinas. —¿Ruinas? Si se parecen a este bosque, dalas por vista. —Entonces regresemos a Celestún que ya está haciendo hambre. Me dijeron que hacen unos filetes de pescado como para chuparse los dedos. —Ma’are, con cebolla, tomate, tortillitas calientes y su buen chilito habanero, ¡mmm!


Real de Salinas El pueblo fantasma —¿Qué hacemos aquí? No se ve un alma, ¡es un pueblo fantasma! —Es el pueblo de Real de Salinas, cerca de Celestún y de los manglares. —Debió ser un pueblo importante. Se ven las ruinas de la Capilla y las casas que había. Todas se están cayendo de puro abandono. —Este pueblo floreció cuando la sal era lo que movía a Celestún. Pero en la década de los 70´s se acabó la prosperidad y el pueblo de vino abajo. —Y se seguirá viniendo, donia Way, porque este pueblo no lo visita nadie... ni el GPS funciona y te puedes perder si no conoces el lugar. —Hasta una maldición hay en este pueblo… —¡Está escrita en esta pared! Óila: “Bienvenidos señores visitantes a este su pueblo en ruinas a causa de los señores concesionarios del vecino puerto de Celestún que no dan trabajo a los que radican aquí”. —Es que cuentan que la gente de Celestún no les daba trabajo a los que vivían en la Hacienda Real de Salinas...ni siquiera les vendían víveres en las tiendas. Por eso todos se fueron... —Nosotros también, donia Way, que ya está cayendo la noche. —¿Tienes miedo, jah? Yo quería contarte la leyenda de la maldición. —Cuéntamela en el camino, porque oigo ruiditos que no me gustan.


LA LEYENDA DE LA MALDICIÓN Cuenta la leyenda que un muchacho de Real de Salinas fue y secuestró a la hija más bonita de un empresario de Celestún. Lo malo para el chamaco es que el empresario era muy rico y agarró un wah tan grande que decidió dejar al pueblo sin víveres y sin trabajo. Ningún habitante de Real de Salinas, que todos eran de Campeche, podía pasar a trabajar en la sal de Celestún. Los campechanos empezaron a padecer. Sin trabajo ni comida buscaron a un brujo quien lanzó una negra maldición a todos los de Celestún. Pero les salió la maldición por la culata porque se les devolvió y Real de Salinas cayó presa de la miseria y la desgracia...la gente se enfermaba y se moría, y los que quedaron se fueron como alma que lleva el diablo. Sólo quedaron un par de viejitos que vivían de lo que buenamente les daban los pescadores. Con el tiempo murió el señor y Carmita, su mujer, quedó viuda y sola. Un día los pescadores dejaron de verla y entraron a buscarla al pueblo. La encontraron en el piso de su casa con una expresión de espanto y dolor, como si hubiera visto algo terrible. Todavía hoy los pescadores que pasan por el pueblo fantasma de Real de Salinas juran que se escuchan los lamentos eternos de una mujer que ellos dicen, es el alma en pena de doña Carmita.


Tú, que naciste en Celestún

Manuel

Sales Cepeda Este ingeniero, profesor y literato yucateco nació en 1854, y nació en el mar porque su madre, Pilar Cepeda Peraza, que de Campeche se mudaba a Motul con sus dos hijos, tuvo a Manuel en el bote que hacía el viaje entre los puertos de Celestún y Sisal. La familia vivió en Motul hasta que se trasladó a Mérida, donde vivía el hermano de Pilar, Manuel Cepeda Peraza, el célebre militar yucateco que había sido Gobernador de Yucatán, quien acogió a la familia. Los dos mayores se hicieron comerciantes, pero Manuel estudió para ingeniero topógrafo en el Instituto Literario de Yucatán, con tales notas que antes de terminar le dieron la cátedra de matemáticas y la de filosofía. Con el tiempo Manuel fue director del Instituto, que en realidad fue el antecedente de la Universidad Autónoma de Yucatán y lo convirtió en la escuela más prestigiosa del sureste de México. Después de fundar la Escuela Normal de Profesores del Estado de Yucatán y representar a Yucatán en la Exposición Universal de París, Vasconcelos lo nombró consultor general de educación durante el gobierno socialista de Felipe Carrillo Puerto, en 1923. Fue un erudito don Manuel. Su poesía está contenida en dos libros:

—Estudios Estéticos, Mérida, Yucatán, 1891. —De ayer y de hoy, Mérida, Yucatán, 1909.


Cinco obras teatrales de Manuel Sales Cepeda:

• • • • •

Pagar la lengua Estrategia El dios de nuestros días Dorada infamia Entre infames



La postal del mes



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