La polémica colección de Schiaparelli que abre un debate sobre el uso de las pieles

Durante el siglo XIX y XX las pieles han sido sinónimo de glamour y sofisticación. Un estatus alto en una sociedad consumista en lo que está de moda. Cada década marcada por los volúmenes, colores y texturas se aliaban con las pieles de animales salvajes para embellecer las colecciones.

Firmas como Dior, Chanel, Gucci, Dolce and Gabanna, en cada temporada de otoño e invierno mostraban las pieles en artículos más cotidianos y aumentaban así, las constantes protestas de los activistas en contra del maltrato animal y el uso de las pieles. Al principio se mostraban con carteles interrumpiendo las pasarelas, sacados a la fuerza, generando risas para algunos y angustias para otros. Eran protestas desordenadas y sin apoyo.

Jamás pensaron que las redes serían el medio para difundir el mensaje. Las imágenes y videos de masacres de animales se hicieron contundentes y la difusión fue masiva hasta llegar a las revistas de moda.

Vogue, el magazine más importante del mundo, tomó la iniciativa de sensibilizar al respecto y así comenzó una batalla de NO USO progresivo de pieles en las colecciones desde el 2001. Esto llevó casi 22 años para que cada firma abandonara este arte.

A la par, las industrias especializadas en lo sintético desarrollaron pieles en telares hasta llegar a producir imitaciones casi exactas, muchas de ellas con el olor del animal en cuestión.

Esto permitió a los creativos recrear y diseñar atuendos con este textil, y los resultados son fantásticos. Así como lo vimos en la última colección de Elsa Schiaparelli, quien presentó su colección llamada: INFIERNO.

Esta última propuesta de la diseñadora bajo la dirección creativa de Daniel Roseberry, no ha dejado indiferente a nadie; está inspirada en La Divina Comedia de Dante Alighieri, la colección PV 2023 de esta firma de alta costura que ha hecho referencia al mundo de las falsas apariencias.

Los looks más espectaculares, de los que todo el mundo habla en las redes sociales, son unas enormes cabezas de leopardo, león y loba que representan la lujuria, el orgullo y la avaricia, respectivamente. Según el propio Roseberry, se trata de unas “creaciones de falsa taxidermia, construidas totalmente a mano, con espuma, resina y otros materiales artificiales”. Las encargadas de lucirlos fueron las Top Irina Shayk, Naomi Campbell y Shalom Harlow.”

Más allá de ver, comprender y aplaudir esta colección, se crea una disyuntiva que no queda clara ... unos critican que estas piezas incentivan al uso de pieles, algunos sintieron que los animales son accesorios puestos con un broche y para otros, se sigue promoviendo la matanza y la crueldad sobre los animales. Los usuarios comunes que miran la moda y la usan, quedaron en la mitad de este discurso.

Los activistas asumen como un golpe bajo esta colección, que se basa en la duda. Querien do o no, el impacto visual generó controversia y un sentido de analizar hacia dónde vamos y que queremos comprar. Llevando a los consumidores a cuestionarnos sobre este tema.

El debate que da abierto y usted es quien tomará una deci sión: ¿Es un SI a las pieles sintéticas? ¿Son necesarias? ¿Es parte de nuestra cultura de vestimenta?

En fin, hay mucha tela que cortar y mucho que coser.