Asia Sur - Edición 149

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+ Locos por el chocolate Una aventura dulce en busca del cacao blanco de Piura

+ Campeón del océano Stefano Peschiera, la joven promesa de la vela nacional

+ Especial Salud Todo lo que debes saber sobre las supermedicinas

11 de enero de 2014 Jessica Butrich y Abel Bentín

S/.15 S/.20 #145 #149

Jessica Butrich y Abel Bentín Una pareja creativa que vive el presente




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Bitácora

Por Joseph Zárate / Editor general

No digas mi nombre La historia detrás de cómo nos llaman Nunca me gustó mi segundo nombre. Douglas. Así me puso mi abuela cuando nací. A ella le gustaba Kirk Douglas, el protagonista de Espartaco, esa vieja película de Kubrick sobre un esclavo revolucionario que puso en jaque al Imperio Romano. Cuando cumplí cinco años le pregunté a mi abuela por qué me había puesto ese nombre que en realidad no es nombre sino apellido. Me contó que Kirk le fascinaba, que lo encontraba guapo, que debería sentirme orgulloso y que vaya a molestar a otro lado con mis preguntas. Mi abuela, a la que adoro, nunca se enteró de que yo odiaba ese nombre –los niños del colegio no eran precisamente cinéfilos y solo sabían molestarte si llevabas un nombre "raro"– pero su relato activó en mí una extraña curiosidad por conocer las historias detrás de los nombres de la gente. Quiénes eran, por qué se llamaban así. Mucho después, en el periódico escolar solía escribir relatos breves sobre personas comunes y corrientes que veía a diario, como los cuentos de Ribeyro que leía de pequeño. Y siempre me divertía escribir sobre aquellos que llevaban nombres poco comunes como Wenceslao, el portero del edificio; o Estuardo, el señor de la bodega de la esquina. Cuando conversábamos, al conocer la historia de sus nombres, sentía que entre ellos y yo se abría una pequeña ventana. Un nombre –cualquier nombre– es un sello que necesitamos para poder estar en el mundo y desenvolvernos en él. Lo paradójico es que la mayoría de nosotros no elegimos llamarnos como nos llamamos. Nuestros nombres, más bien, suelen develar las pasiones o afectos de nuestros padres; fijaciones que, a veces, parecen una broma de mal gusto o un arrebato de locura. Basta hacer una búsqueda rápida en la base de datos de la Reniec para encontrar nombres que nos dice mucho de la insólita creatividad que tienen algunos progenitores. Están los padres geek [Android, Yuyin Samsumg, Click]; los ultraconsumistas [Disney Landia, Saga, Norky’s, Malboro]; los fanáticos de los comics y la televisión [Superman, Barny, Gokú, Chucknorris], así como otros a quienes parece fascinarles los trabalenguas o el idioma Klingon [Papadiamantopc, Alinortepibur, Templentonpek…]. Con los años, mi segundo nombre –una palabra de origen escocés que significa Mar oscuro– ha dejado de parecerme tan odioso. Douglas. Pudo haber sido peor. Tuve suerte de que mi abuela no fuera fanática de Batman.

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Índice

dos artistas se enamoran Abel Bentín, artista plástico y Jessica Butrich, diseñadora de modas, han construido su propio mundo, en el que se nutren mutuamente de la creatividad del otro. Tener tiempo para ellos es complicado, pero no imposible. Siempre encuentran un espacio para su relación y su arte.

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la grandeza del velerista Stefano Peschiera había sido un velerista destacado en la categoría Optimist, que se disputa hasta los quince años de edad. Pero, a los trece, él ya era un adolescente que medía casi un metro noventa y no lograba dominar su disciplina. Los quince llegarían con cambio de categoría y de tamaño del bote. Ahí se dio cuenta de que el problema no era él, sino su embarcación.

Calendario del peCado La fotógrafa peruana Lucía Arana acaba de lanzar su calendario para el 2014. Ella, junto a la directora de arte Vanessa Lavaggi, ha recreado los pecados capitales para esta edición del almanaque que sacan desde hace diez años, creando realidades que parten de una idea y conciben todo un universo.

Cortinas sin humo Los escándalos presidenciales parecen haber pasado desapercibidos desde que el crecimiento económico tocó al Perú, hace poco menos de una década. Para el periodista de investigación Gustavo Gorriti, casos de corrupción como el de Óscar López Meneses -ex operador de Vladimiro Montesinos- hacen que debamos estar alerta.

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maría, la úniCa Andrea García y Vanessa Villa nunca podían encontrar ropa que vaya con sus personalidades. Querían sentirse únicas, pero todas las prendas que encontraban eran genéricas. Entonces decidieron dejar de buscar y crear su propia línea de ropa. Así nace María, la marca que diseña lo que otras no se atreven a crear.

el niño terrible del skate Cuando era un bebé, a Gonzalo Morales le prescribieron anfetaminas para tratar su hiperactividad. Sus padres se negaron a dopar a su hijo y decidieron buscar alguna alternativa que le permita gastar su energía. Un día le regalaron un skate y todo cambió. Hoy, con seis años, Gonzalo es un niño prodigio de la patineta.



Nosotros

Staff

Directora editorial Ximena Espinosa Morey xespinosa@asiasur.com Editor general Joseph Zárate jzarate@asiasur.com Subeditora María Jesús Zevallos mzevallos@asiasur.com Jefe de redacción César Ochoa cochoa@asiasur.com Redactores Javier Wong / Pablo Panizo Rodrigo Alomía Editor fotográfico Alonso Molina amolina@asiasur.com Fotografía Santiago Barco / César Campos Dirección de arte y diseño gráfico Estudio Viringo Diseño de sociales Laura Arauco / Karina Quesada Editora de sociales, PR y eventos Nicole Bazo nbazo@asiasur.com Asistente de sociales Michaela Salazar Productora general Micaela Payet mpayet@asiasur.com Productoras ejecutivas Pía Gonzales-Vigil pgonzalesvigil@asiasur.com Mariana Chamot mchamot@asiasur.com Asistente de producción Luciana Gamio Coordinadora de medios digitales Claudia Berríos cberrios@asiasur.com Programación web Fabrizio Ordoñez Diseño web David Arana Columnistas Jeremías Gamboa / Pamela Rodríguez Escríben en esta edición César Becerra / Rebeca Vaisman / Manuel Eráusquin Tabata Fernández-Concha / Gloria Ziegler / Joaquín Salas Fotografían en esta edición Frank Alva / Gabriela Pinto / Gabriela Morales Norma Lietzenmayer / Maik Dobiey / Piero Natteri Pepe Rojas / David Campos / Sebastián Incio / Tino Arias Correción de estilo José de la Cruz Retoque fotográfico Nadir Cárdenas / Miguel Ángel Gutierrez

Gerente general Luis Marcelo Indacochea lmindacochea@asiasur.com Directores Luis Marcelo Indacochea / Martín Bedoya Juan Carlos Tassara / Jorge Ruiz / Alfonso Bernós Gerente comercial Ivette Johnson ijohnson@asiasur.com Asistente de marketing Cristina de la Piedra cdelapiedra@asiasur.com Diseño comercial Aleks Dávila / Álvaro Rubiños Analista comercial Nilton Sánchez Ejecutivas de ventas Mónica Cordero / Karen Bernós / Andrea Mayo Bárbara Anaya / Andreea Miclea / Aurora Petterman Ana María Calienes / Dianina Hernani / Paula Maldonado Jefe de distribución Carlos Tantaleán Distribución Jaime Mora Administración María Isabel Pozo / Fiorella García Gian Sessarego / Raúl Ramírez Auxiliar administrativo Christian Checa Contabilidad Elisa Valdivieso Publicidad ventas@asiasur.com N: (99) 401*4124 Colaboradores Rossella Alberti / Lily Morey / Rochi del Castillo Javier Tolmos / Gabriella Porcari / Pixelica Estudio Sensorial Films / Sara Núñez / Natalia Núñez / Coco Miranda Agradecimientos Librería Sur / De Boca en Boca Magazine Tienda Pulga / MNG / Erasmo Wong

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2003-7020 Editado por Revista Asia Sur S.A.C. Calle Enrique Palacios 335 Of. 503-504, Miraflores Impreso en Industria Gráfica Cimagraf S.A.C. Psje. Sta. Rosa Nº 220, Ate, Lima. Enero 2014 Asia Sur es una revista de actualidad, cultura y entretenimiento dirigida a mayores de 18 años cuyos anunciantes se sujetan a las disposiciones legales vigentes en materia de contenidos publicitarios.

Próxima edición:

eduCaCiÓn Cierre: 08 de enero Publicación: 16 de enero Contacto: ventas@asiasur.com Nextel: (99) 401*4124



Backstage

Fotos de Gabi Pinto

Leyes de creación

Viven en horarios diferentes, en espacios de cimientos antiguos que luego llenan con recuerdos propios y de otras épocas. Su casa es también un espacio que los debe inspirar, porque para ellos el trabajo de crear nunca termina. «Finalmente ¿qué significa vivir una vida de artista?», se pregunta Jessica Butrich. «Yo diría que es una vida distinta de la del resto, y punto». Abel Bentín, quien está muy cerca de su esposa, también tiene algo que decir al respecto: «Un artista lo es, sin importar el tema del que se ocupa. ¿Quién soy yo para decir lo que un artista debería hacer?». Tanto a Jessica, desde el diseño de modas, como a Abel, desde la creación plástica, les interesa su tiempo, su generación: el consumismo, la estética de la comida rápida, la obsesión por las redes sociales. Todo eso forma parte de sus trabajos. «No sé si quiero generar consciencia, pero estos son los temas que me preocupan», afirma Abel. Jessica, por su lado, puntualiza: «Hacemos una crítica sobre este mundo, del cual nosotros también somos parte».

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El arte de la fuga

Piratas y lectores

Por Jeremías Gamboa

Ha dedicado demasiadas horas a malgastar su cerebro pensando inútilmente en casi todo lo que le ocurre. Escribir libros de ficción o columnas como esta le han permitido encontrarle un sentido a tan absurda actividad. Acaba de publicar su primera novela.

O lo que pasa cuando escribes un libro y de pronto eres culpable de casi todo

La escena es de novela absurda. Camino por la avenida Larco, en Miraflores, y en un quiosco ubicado en el cruce con la calle Bolívar me encuentro con un ejemplar pirata de mi novela, publicada hace solo unas semanas. Lo veo un rato ahí, suspendido al lado de revistas y periódicos, y luego de no saber si sentirme estafado o agradecido [en el Perú que a uno lo pirateen es como ser robado la misma noche en que se recibe el Disco de Oro] decido irme. Una cuadra más adelante, después de haber volteado algunas veces para mirarlo, no puedo más y me detengo, regreso sobre mis pasos y vuelvo al sitio para revisar el ejemplar porque tengo unas ganas inmensas de entender cómo una novela de más de quinientas páginas puede lucir tan delgada en un puesto de periódicos. ¿Se habrán volado una parte? ¿Qué capítulos habrán considerado prescindibles? Una vez llegado al sitio pido al vendedor que le retire la bolsa para verla, y entonces un señor de unos setenta años asoma entre los diarios y me dice que no puede, que así ha venido de la «empresa que distribuye la novela». Para ver si lo convenzo le digo que soy el autor del libro, pero no hay forma: lo compro y lo hojeo, alucinado de cómo han encajado todas las letras de ese modo para que las casi 190 mil palabras de la novela se puedan recorrer en solo 300 páginas. Estoy revisándolo cuando el hombre del quiosco me vuelve a hablar. —Así que usted es el autor —me dice. —Así es —le respondo. —¿Y cuánto cuesta su libro en las librerías? Le digo el precio. —¿Y no le parece injusto que pidan eso por un libro? ¿Cree que todos los peruanos podemos pagar un precio así? ¿No debería hacer algo para que cobren algo más justo? La pregunta me deja atónito y luego me hace recordar otra, bastante particular, que me hizo una periodista en los días más acalorados de la polémica que se dio poco después del lanzamiento del libro. Antes de que la discusión se centrara en algunos argumentos, un texto bastante especial se propuso analizar un reportaje de televisión sobre la presentación del libro en México para desentrañar el supuesto discurso Marca Perú que animaba a la prensa peruana a usar la imagen de mi libro –así como la del éxito de nuestro premio Nobel Mario Vargas Llosa– para ocultar,

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entre otras cosas, el catastrófico resultado de la prueba Pisa, que dejó en claro el descalabro del sistema educativo peruano. La periodista me preguntaba entonces si yo me sentía responsable por la indiferencia de los demás ante los bajos índices de comprensión lectora en el país y la lamentable educación de miles de peruanos. Recuerdo que me quedé callado porque no entendía bien de qué hablaba. ¿Bromeaba? Hasta donde sé soy solo un tipo que cuenta historias, y que todo lo que ha intentado hacer en los últimos años –no sin esfuerzo– es escribir los mejores libros que podía escribir y dedicarme –en la medida de lo posible– a vivir dedicado al oficio que más quiero. Pero de pronto resultaba que era responsable de cosas que ni remotamente había sospechado. —¿Y entonces? —me dice el hombre del quiosco, a quien le estoy comprando mi propio libro, en versión pirata—. ¿Le parece justo que se venda un libro a ese precio? No le respondo nada. Cojo un billete, se lo dejo encima de las revistas y me llevo conmigo el ejemplar. Mientras vuelvo a caminar siento algo desagradable, una especie de nuevo dedo acusador. Después de algún tiempo soy capaz de decirme que ya bastante hacemos muchos escritores con trabajar sin sueldo fijo y sabiendo que la industria del libro es endeble, y bastante también cuando incluso aceptamos que mientras no haya una política adecuada que revierta la distancia entre los productos culturales y los potenciales lectores, ‘salidas’ tan controversiales como la piratería sigan siendo las únicas formas de atenuar la brecha que separa a mucha gente de la lectura. Camino por Larco y repaso el ejemplar de letras pequeñitas que se aprietan en las páginas de la copia pirata y me digo que quizás un ejemplar así sea el que llegue a manos de un lector que, de otra forma, no podría cubrir jamás el costo formal de una novela de ese volumen. Hasta que alguien haga algo. Por lo pronto –me digo–, la única responsabilidad insoslayable que tengo es intentar hacer mi trabajo lo mejor posible a pesar de la incomprensión y de la abulia de políticos y autoridades. Y me lo seguí diciendo mientras miraba, con ojos de otra persona, la copia pirata de mi libro en mis propias manos.



Test

Por Rodrigo Alomía / Foto de César Campos

to ño Jáuregui

A los trece años, el ex bajista de la banda peruana Libido compró su primera guitarra con el ahorro de sus propinas. Hace un año formó el dúo de indie rock Unión Cinema con Antonio Santiváñez. Su disco SineSteSia se vende a cinco soles en todos los quioscos.

Un libro. La geneaLogía de La moraL, de Friedrich Nietzsche. Rompe los esquemas sobre las costumbres de la humanidad y me gusta cómo trata temas que usualmente no se analizan desde la filosofía.

Guitarra. Fue el primer instrumento que toqué. Mi favorita es una Fender-Telecaster que tengo desde hace diez años. Tiene el sonido perfecto que me gusta oír en una guitarra eléctrica.

Un grupo. The Beatles. Todo lo que me rodeó en la infancia fue su música, la que descubrí a los seis años gracias a un amigo. Me apasionaron tanto, que decidí crear mis propias canciones a los trece años.

El premio. Uno de los momentos cumbres con Libido fue cuando ganamos los premios MTV del 2002 y 2003. A pesar de que ya no estoy con ellos, Libido significó mi realización como músico.

Un concierto. Soda Stereo cuando tocó en el Estadio Nacional el 8 de diciembre del 2007. Lo recuerdo con cariño porque, ese día, Soda trajo toda mi adolescencia al presente. Londres. Es mi ciudad favorita, y en estos últimos diez años he viajado varias veces. Me gusta su amplia variedad cultural, sobre todo en la música porque puedo encontrar espectáculos de todos los géneros.

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Perseverancia. Tuve que convencer a cada uno de los programadores de radios del país cuando Libido salió en 1998. Nadie creía que podíamos ser una banda peruana que sonara en las radios, pero nunca di mi brazo a torcer.

Unión Cinema. Un nuevo sueño. Este 2014 daremos a conocer más a la banda en vivo, con conciertos en Estados Unidos, Argentina, México y, por supuesto, todo el Perú.



Instantáneas / Música

Por María Jesús Zevallos

El bel canto de los Andes La soprano Sylvia Falcón lanza InkarIo, su segundo disco con el que busca abrir un nuevo mercado para la lírica andina.

Todo comenzó con un disco de la cantante y rapera estadounidense Lauryn Hill. En una de las canciones, Hill llegaba a una nota muy aguda que impresionó a la cantante de lírica andina Sylvia Falcón. «Como me gustaba tanto ese disco, la escuchaba siempre e imitaba esa voz». En aquella época, Falcón no se daba cuenta de que podía llegar a esas notas agudísimas hasta que tuvo sus primeras clases de música, unos años después. Entonces se dio cuenta de que su voz tenía algo extraño, algo más. Han pasado casi siete años desde aquel descubrimiento. Hoy Sylvia Falcón acaba de lanzar InkarIo, su segundo disco. En él, Falcón rinde un homenaje al repertorio clásico de la lírica andina y al legado que dejaron compositores provincianos como Moisés Vivanco y Daniel Alomía Robles [compositor de El Cóndor Pasa], los cuales recogieron canciones tradicionales de sus pueblos e hicieron arreglos para voz, influenciados por la lírica europea. Falcón disfruta de esta fusión, histórica en sí misma. «Es una música que se crea y se recrea», explica la soprano de veintisiete años, graduada en antropología. «Es un error creer que es estática. Todos los géneros nacen de algo. La música andina, para mí, es la base de todo». El disco, compuesto de once canciones, cuenta con temas famosos de la lírica andina como Kuntur Kuntur, Paras y Cholo traicionero. La selección de los temas se realizó a partir de una investigación a través de la historia de la lírica andina

que ella realizó junto al músico Daniel Kirwayo, fallecido el año pasado. Cada canción suelta un toque contemporáneo pero bastante único. Sería atrevido categorizarlo como world music, que tan seguido se puede tergiversar como la música del mundo que se acomoda para no incomodar al oído occidental. Falcón más bien crea un sonido bastante único que nunca deja de ser andino. Las notas altas persisten durante el disco, aquellas que hicieron que tantos reconocieran a Falcón como la sucesora de Yma Sumac, aunque ella reconoce que no puede hacer todo lo que la voz de Sumac podía. «Tengo un rango de voz que no es usual», explica la cantante. «Pero el de ella era fenomenal». Para Falcón, la voz de la soprano peruana –la única que tiene una estrella en el paseo de la fama en Hollywood– es un estándar al que ella siempre ha tenido como referencia. «Eso me ayudó mucho. Cuando descubrí todo lo que podía hacer en ese margen me pareció fascinante. No hay forma de compararnos, pero Yma Sumac es una buena referencia». Para Falcón, InkarIo representa una primera piedra en el camino de abrir nuevamente un mercado para la lírica andina. «Todos los géneros a nivel mundial están siguiendo un camino, y responden a lo que la gente escucha», dice. «Quiero abrir este género desde la tradición, esa es mi propuesta». Habrá que seguir escuchando y seguir apreciando. Hasta el momento, el camino que ha trazado Sylvia Falcón no nos ha traído más que deleite.

Playlist Tres chicas que no pueden faltar en tu iPod

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Torres [2013] Torres

Matangi [2013] M.I.A.

Beyoncé [2013] Beyoncé

El disco debut de la cantante estadounidense está lleno de emociones perfectamente controladas entre suaves guitarras eléctricas y contrabajos. Uno de los mejores lanzamientos del año que acaba de pasar.

Vive rápido, muere joven. Las chicas malas lo hacen mejor. Así canta la inglesa M.I.A. es conocida por hacer lo que se le dé la gana en el estudio y fuera de él. Su voz grave sobre sampleos duros de hip hop ya es una marca registrada.

En diciembre, Beyoncé lanzó su disco homónimo sin avisar. El álbum es notable: la música y la letra son mucho más crudas que sus anteriores discos. Beyoncé se roba el trono del pop y no lo piensa devolver.



Instantáneas / Letras

Por César Ochoa

Un papá cuentacuentos Con el gran eScape, Santiago Roncagliolo vuelve a la literatura infantil, pero esta vez contó con editores estratégicos: sus hijos Mateo, de cinco años, y Alicia, de dos.

El último libro de Santiago Roncagliolo se titula eL gran escape, y trata sobre las aventuras de Hugo, un canguro que vivía creyendo que estaba en la sabana africana, pero que en realidad era un zoológico amurallado. «Si eres un niño es una historia con animales, divertida, de fantasía. Si eres un adulto es sobre la amistad, la libertad, sobre los grandes proyectos de las pequeñas personas», dijo Roncagliolo en una entrevista con el diario La República a mediados de diciembre, días después de que este libro ganara el premio de literatura infantil El Barco de Vapor, organizado por la Fundación SM, ONG que promueve proyectos educativos en Latinoamérica y España. eL gran escape es el retorno a la literatura infantil de este escritor, que ha explorado diversos géneros, desde la no ficción y el misterio hasta la ciencia ficción y el humor negro, pero que en sus inicios ya había publicado rugor, eL dragón enamorado [1999] y La guerra de mostark [2000], un género en que, según él, un autor se juega

Libros infantiles que lee Roncagliolo

Con ellos, precisamente, Roncagliolo amasó la historia del canguro Hugo, a partir de las apreciaciones que siempre les pedía sobre las tramas. Según refiere, la idea del libro también surgió gracias a ellos y a los paseos que solía realizar a un zoológico cerca de su casa en Barcelona, ocasiones que aprovechaba para contarles cuentos de animales que inventaba en ese momento. «Algunos eran divertidos: la nutria era una deportista de élite y el hipopótamo quería ser bailarín», dijo Roncagliolo en una entrevista con Enrique Sánchez Hernani. eL gran escapeno es el típico libro para niños, en el que solo aparecen buenos y malos. Al contrario es una historia en la que saltan temas, como el derecho al verdadero hogar y la lucha contra los miedos.

«Si eliminamos de los libros todo lo que nos parezca inapropiado, no salvaremos a nuestros hijos de las malas ideas», ha escrito el peruano en su columna de El País. Aquí tres cuentos de Roald Dahl que él ha leído.

Matilda

Las brujas

Matilda Wormwood es una niña muy inteligente. Todavía no ha cumplido cinco años, pero ha leído a numerosos autores y tiene muchos conocimientos. Sin embargo su padre odia la lectura y ama la televisión, y cuando tiene que huir de la policía, no le importa abandonar a su hija.

Las brujas son calvas, tienen garras en vez de manos, y se organizan en un siniestro sindicato internacional para eliminar a los niños de la faz de la tierra. Un niño huérfano [el narrador del libro], sin embargo, es informado por su abuela sobre cómo reconocer a las brujas para poder evitarlas.

[Roald Dahl, 1988 ]

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todo. «Los niños son directos; si les gusta el cuento, te quieren, te abrazan, se te pegan, te tratan con mucho cariño. Si no les gusta, te dicen directamente que les parece un libro muy aburrido y se van», dijo quien para desarrollar esta última aventura contó con valiosos aliados: su hijo Mateo, de cinco años, y Alicia, de dos.

[Roald Dahl, 1983]

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Charlie y la fábrica de chocolate [Roald Dahl, 1964]

Castigos horrendos e irreversibles para los niños que se portan mal. La historia gira en torno a un grupo de chicos malcriados que visita la fábrica de chocolate y, a través de una serie de originales castigos, Willy Wonka les hace ver lo que es erróneo en su conducta.



Instantáneas / Moda

La niña de los

Por Javier Wong

La diseñadora inglesa Melissa Jade tiene doce años de vida y tres creando para Missy X, su propia línea de ropa en la que los retratos de trazo infantil en blanco y negro crean un balance perfecto entre lo hip y lo chic.

re tra tos

En casa de Melissa Jade se diseña ropa al lado de muñecas y cuadernos colegiales. Ella, que a los nueve años creó su propia marca, Missy X, pinta retratos de famosos diseñadores y personajes relacionados con el mundo de la moda sobre polos blancos. Anna Wintour [la editora general de Vogue desde 1988], Donatella Versace [la vicepresidenta del grupo Versace] o Karl Lagerfeld [diseñador jefe del grupo Channel y Fendi] han sido inmortalizados por el carboncillo de la pequeña inglesa de doce años, que vive en Nueva York desde hace cuatro. A los siete empezó dibujando a su familia en un cuaderno de ilustra-

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ciones. En el transcurso de un fin de semana, tenía pilas de retratos. Su madre, una directora de casting de modelos, guardaba cientos de revistas de moda en casa. Así, Jade empezó a retratar a personajes que salían en ellas. Cuando su mamá vio los dibujos, decidió imprimirlos sobre polos. Retratados en blanco y negro, los personajes que Jade dibuja tienen un aire gracioso y simple. Trazos gruesos, como si pertenecieran a un cómic que ha creado en su cabeza. La tela blanca ayuda a contrastar más las imágenes. Los colores no existen, por ahora; pero el trabajo en blanco y negro crea una noción de arte callejero, como un

esténcil en las paredes de la ciudad. Aunque quizás uno de los méritos más grandes de esta línea es que no sea una colección infantil. La frescura que poseen sus diseños puede encajar en el guardarropa de cualquiera que busca un estilo moderno y sobrio al mismo tiempo. «La moda es muy importante porque define quién soy», dijo Jade en una entrevista a la revista Vogue de Inglaterra. La joven diseñadora puede dibujar a los personajes en tan solo quince minutos, aunque el trabajo previo puede tomar mucho más tiempo. Melissa pasa mucho

tiempo decidiendo qué personajes dibujar. «Le dije no a Justin Bieber porque me parece muy cursi. Ya hay muchos como él», comenta. Le gusta retratar a gente que ella cree interesante. Los polos se podrán comprar solo a pedido desde su página web [www. teesbymissyx.com], pronto, aunque la diseñadora aún no ha concretado la fecha. Sin embargo, personajes como el rapero Wiz Khalifa ya han usado sus camisetas para conciertos y presentaciones. Una joven creadora cuyo futuro en la moda parece no tener techo [ni edad de jubilación].



Instantáneas / Arte

Por César Ochoa

Caras de la resistencia

El Mali presenta Perder la forma humana, una exposición que muestra las manifestaciones artísticas que se dieron en países como Chile, Perú y México en una década de dictaduras, terrorismo y represión.

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1. Madres de la Plaza de Mayo, Buenos Aires, 1982. 2. España, aparta de mi este caliz, 1992. 3. Detención durante la dictadura militar argentina.

1 La muestra Perder la forma humana del Museo de Arte de Lima [Mali] es un recorrido por la década de los ochenta en América Latina desde los ojos de quienes lucharon contra dictaduras, guerras civiles y violaciones de derechos humanos. Se trata de un conjunto de más de seiscientas obras y documentos [fotografías, videos, material gráfico y sonoro] que nos demuestran que el arte que enfrenta la represión siempre encontrará nuevas vías para decir sus verdades.

política en Argentina, Chile, Perú, México, Colombia, Brasil, Uruguay, Paraguay y Cuba.

Perder la forma humana es, desde luego, una radiografía de la contracultura de esa década. No busca encasillar las manifestaciones por cada país, sino que trata de unificar las luchas en todas sus formas posibles. Desde el Siluetazo de Buenos Aires de 1983, en la que un grupo de artistas pintó formas humanas en las calles para protestar contra las desapariciones, pasando por el mundo de la música subterránea de Lima con toda su rabia, descontento y escepticismo,

Como parte de la muestra, la tienda MALI ofrece al público el libro Perder la forma humana , editado por el Museo Reina Sofía, que brinda un recorrido transversal por la investigación. La muestra es organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía [Madrid] en colaboración con el Mali y el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo [Aecid]. ¿Dónde? Salas 1, 2 y 3 del Mali. Hasta el 23 de febrero del 2014. s

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La exposición es el resultado de un proyecto de investigación impulsado por la Red Conceptualismos Sur, que reúne desde el 2007 a investigadores y artistas latinoamericanos. Perder la forma humana se presentó por primera vez el año pasado en el Museo Reina Sofía de Madrid, y este año estará también en Buenos Aires.

3 hasta las protestas de Mujeres por la Vida de Chile, que enfrentaban las torturas, las desapariciones y los exilios durante la dictadura militar de Pinochet. «Todos ellos abrieron un espacio nuevo de comunicación, marcado por la rabia

y el descontento, pero también por la voluntad clara y abierta de construir un espacio nuevo», dijo Miguel López, investigador peruano y miembro del equipo curatorial de esta exposición, que señala nuevos modos de relación entre arte y



Instantáneas / Cine

Por Javier Wong

El humor del fin del mundo es el fin –o vivir el peor apocalipsis en casa de James Franco– marca otro impulso a la nueva comedia americana. En plena fiesta en casa de James Franco, la tierra tiembla. Seth Rogen, Jonah Hill y otros actores de Hollywood huyen despavoridos hacia la calle. Afuera observan un cataclismo en curso. La tierra se abre, el pánico se apodera de los personajes y corren en distintas direcciones. Durante hora y media vemos a estrellas de Hollywood interpretarse a ellos mismos, convertir la casa del nominado al Oscar por 127 horas en su refugio e intentar sobrevivir a toda clase de eventos catastróficos: posesiones satánicas, la aparición de diversos monstruos y un calor infernal. Detrás del filme cómico y apocalíptico está la cabeza de los nuevos hacedores de la comedia americana. Rogen, junto con directores como Judd Apatow o Evan Goldberg,

Cata CLis mo

en la sala Cuando el cine imagina el juicio final.

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se ha encargado de dar un matiz distinto a risas y chistes en las cintas americanas. Él y compañía trabajan diálogos llenos de referencias a la cultura popular estadounidense, con guiones escritos muchas veces por ellos mismos, en que utilizan la ironía como mejor arma de presentación, para lograr guiar al espectador como ellos quieren. Los problemas de sus personajes le pueden ocurrir a cualquiera, y se centran en detalles pequeños de gran resonancia en la vida de una persona, dentro de situaciones patéticas de personajes sin mayores logros ni aspiraciones. suPerbad [2007], la exitosa comedia que Rogen comenzó a escribir a los trece años, narra la historia de tres estudiantes ‘perdedores’ en búsqueda de redención con las mujeres. Este fue el inicio, el ejemplo más claro

de las intenciones que tenía el canadiense para su trabajo posterior.

alejarse de estas valoraciones, pero no pueden.

Los actores son, también, figuras que se repiten. es el fin rinde homenaje a esta particularidad. Allí, además de Rogen, Hill y Franco, aparece una gama de actores recurrentes en estas cintas cómicas [Michael Cera, Jason Segel, Jay Baruchel, Craig Robinson, entre otros].

No siempre las risas tuvieron este tono. Antes se hablaba de un humor de personaje, en que el gag [una acción repetida que causa risa en el público] era fundamental. El mayor ejemplo de esto son las películas de Chaplin. Luego, ya en la década de los ochenta y noventa, la comedia de situaciones fue ganando proyecciones. after hours [1985], la película de Scorsese en la que el personaje se ve envuelto en sucesos disparatados cuando sale de su oficina, es un sólido ejemplo. Este año Rogen participará en Vecinos, otra comedia, y prestará su voz en un par de películas animadas que se estrenarán en el 2015. Las risas continuarán, solo hay que esperar. s

Además de estas características en el trabajo de Rogen y compañía, la película apocalíptica refuerza un elemento central: es un homenaje a la burla. Los personajes se parodian a ellos mismos, son una versión estereotipada y cruel de lo que el imaginario hollywoodense impone a sus actores. Drogadictos, mujeriegos, divos, traicioneros: todos quieren

28 días después

Take Shelter

Monos infectados con rabia propagan una plaga mortal en el Reino Unido. Jim, en estado de coma durante veintiocho días, se levanta y comienza su aventura en una Londres fantasmal, donde se topará con el desastre. Esta película tiene una secuela, 28 meses desPués [2007], que mantiene la temática apocalíptica, los espacios fantasmales y la lucha por sobrevivir en un lugar sin vida.

En un pequeño pueblo de Ohio, Curtis comienza a tener sueños sobre el fin de los tiempos: ve a su esposa e hija en situaciones de peligro, enormes tornados y vientos huracanados. Gradualmente Curtis va perdiendo el sentido de las cosas, y ya no se sabe lo que es real de lo que no. El final de la película es sorprendente, al igual que la actuación de Michael Shannon.

[2002]

[2011]



Instantáneas / Destinos

Cartagena Un importante enclave colonial hispánico en el Caribe; sede del Tribunal de la Inquisición; blanco preferido de piratas europeos; y, por supuesto, el escenario predilecto por el que discurre la historia de El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez. La magia de Cartagena es esa: rebalsa en historias fascinantes de su pasado que viven intactas con la modernidad de sus días actuales. Disfrute de uno de los puertos más importantes y bellos del Caribe y del mundo.

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Por Rodrigo Alomía

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1. Un hotel. Casa San Agustín solo tiene veinticuatro habitaciones y seis suites, pero el lujo de sus acabados sobrepasa su tamaño. Compuesto de tres edificios coloniales con fachadas blancas, este hotel fue elegido como el Mejor Nuevo Hotel del Mundo por la web especializada en turismo TripAdvisor. Cada habitación está diseñada para rememorar el espíritu del Caribe, como los techos de vigas de madera y las tonalidades azules claras del cuarto. Disfrute desde los servicios de masaje a la habitación hasta las embarcaciones privadas que zarpan a las islas del Rosario. Se ubica en el centro amurallado de la ciudad, en calle de la Universidad número 3644. Los precios por noche van desde los US$ 469.

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2. Una playa. Ubicada en la península sur del centro histórico, Bocagrande es la playa más visitada de la ciudad y una de las más grandes de la costa atlántica colombiana. A lo largo de su fina arena dorada, podrá zambullirse en las aguas transparentes del mar, disfrutar de un cóctel acompañado con una porción de pescado con plátano frito o alquilar una silla y sombrilla mientras escucha los ritmos del vallenato y la champeta. La peculiaridad de la playa es que, a solo una cuadra, está la avenida San Martín, la columna vertebral del sector de Bocagrande y donde está la mayoría de comercios.

3. Un festival. «Cuando el Hay Festival se desarrolla en Cartagena se puede percibir algo sensual sobre el aire»,

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mencionó el diario inglés The Telegraph el año pasado. La atribución no es gratuita: en los cuatro días que dura el Hay Festival, la literatura, cine, periodismo, música y más, se encuentran en un escenario donde la cultura es la gran galardonada. Disfrute de esta novena edición con charlas, conciertos y exposiciones de todo tipo que van desde el 30 de enero hasta el 2 de febrero. Gael García Bernal, Juan José Campanella, la periodista española Rosa Montero, y la cantautora británica Beth Orton, son solo algunos de los muchos personajes que desfilarán por Cartagena. Las entradas van desde los US$ 10, aunque algunos eventos son gratuitos.

4. Un bar. El Bazurto Social Club abrió sus puertas en una casa antigua del

barrio histórico de Getsemani, frente al famoso Parque Centenario. Desde sus inicios, el sentido cultural del bar late en detalles como sus paredes adornadas con fotografías de la vida cotidiana de Cartagena, hasta la música de DJ Corpas, residente del bar que combina samplers y electro con música afrocolombiana. Pruebe el Machaca’o [US$ 5], el trago bandera de la casa, a base de ron blanco y frutas machadas; si se le abre el apetito, pida un sándwich de carne en posta negra Cartagenera [US$ 11]. Se ubica en la cuadra 9 de la avenida del Centenario, número 30-42. El ingreso es libre.

5. Un monumento. El Castillo San Felipe de Barajas fue construído en 1536 por los colonos españoles para defender la ciudad de los ataques por tierra. Siglos después, y con más de una reconstrucción a cuestas, los oscuros pasadizos y murallas impenetrables del castillo pueden ser recorridas para conocer más sobre la historia colonial. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la ONU en 1984 y está considerado entre las siete maravillas de Colombia. Las entradas para adultos cuestan US$ 6 y US$ 3 para los niños.

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Crítica gastronómica

La Nacional El crítico debe asumir que muchas veces sus gustos no coinciden con los de los lectores. Confía en que sus apreciaciones, en lo posible, orienten las decisiones de otros a la hora de elegir un restaurante o pedir los platos, pero a fin de cuentas uno no es más que un comensal entrenado, ojalá más informado que el promedio, dueño de sus propias filias, fobias, prejuicios y puntos de vista. Conviene recordarlo de tanto en tanto para evitar la tentación de ver los propios juicios tallados en piedra. Conviene recordarlo para aprovechar la oportunidad de revisar esos juicios. En la anterior encarnación de esta columna reseñé La Nacional al poco tiempo de su apertura. Me llamó la atención lo acogedor y luminoso del local, y su propuesta mediterránea con productos peruanos. Me decepcionó la ejecución de la mayoría de platos que comí. Le di una calificación de 1.5/5 y deseé que en el futuro corrigiera los fallos que encontré. El futuro ya está por aquí: dos críticos que respeto –Ignacio Medina y Javier Masías– le dedicaron elogiosas reseñas y los lectores de El Comercio le otorgaron el Premio Luces como Mejor Nuevo Restaurante. Así que, más de medio año después, vuelvo a La Nacional libreta en mano. El local sigue igual de acogedor y luminoso, algo más abarrotado gracias –me dice el maître– a la publicidad del premio. La cocina ha mejorado en algunos aspectos y, por otra parte, muestra una preocupante falta de atención a los detalles: a los puntos de sal y los tiempos de cocción. Por suerte no ocurre con las pizzettas, una de las marcas de la casa, que tienen la masa delgada y crujiente, como corresponde al buen uso de un horno de leña. Incluso la más sencilla de todas, la margherita [salsa de tomate, mozzarella, albahaca y, en esta versión, rodajas de tomate], puede entrar a pelear el podio de las mejores pizzas de Lima. No se puede decir lo mismo de otro de los entrantes, el Pulpo al horno de barro, servido con papas, espárragos

Dirección: Avenida La Mar 1254, Miraflores. Contacto: 441-2030 http://www.lanacional.pe/ Horario: de martes a sábado: Almuerzo y cena. Domingo: solo almuerzo. Precio: Entrantes entre S/. 28.00 y S/. 42.00; segundos entre S/. 38.00 y S/. 56.00. Servicio: Cercano y amable. Ambiente: Agradable. Reserva: Recomendable. Valoración: 2.5/5 cuchillos

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Fotos de Santiago Barco

y hummus de frejoles. El pulpo viene chicloso y desabrido, falto de gracia y de sal. Y no se entiende bien a qué viene el cuenquito con hummus, también soso. Están bastante mejor las conchas a la parmesana, que no suponen una gran innovación pero son poderosas, de sabor ahumado y cocción controlada. En muchos restaurantes se sirven horneadas en exceso, lo cual les arrebata cualquier atisbo de frescor marino. No es el caso en La Nacional. Los errores de cocción vuelven con el Pollo al horno de barro, que llega a la mesa tan seco que no lo salva ni la sabrosa salsa de hongos de Porcón que lo acompaña. En una coqueta cazuelita Le Creuset llega también un puré de papa pasado de sal, tanto que cuesta creer que ha salido de la misma cocina que el pulpo y el hummus. Tiene problemas graves también el Rissoni a la FOG con

conchas y langostinos, preparado con orzo, una pasta de sémola de trigo duro, con la forma y el tamaño de un grano de arroz. La pasta viene pasadísima de cocción, y parece que el cocinero encargado de terminar el plato con unas cuantas alcaparras optó por vaciar el frasco encima y bañarla con vinagre, arruinándola. Curiosamente la cocina responsable de ese despropósito tiene también la culpa de un estupendo risotto de ají amarillo y queso Paria con lomo a la pimienta rosada. El risotto de ají amarillo es uno de esos platos repetidos hasta el hartazgo en las cartas de los restaurantes limeños, pero el de La Nacional, en su punto tanto de textura como de sabor, consigue esa nota de confort que uno asocia a este clásico moderno de la cocina italoperuana.

con pato. Lejos de la versión norteña, que privilegia los sabores fuertes en el arroz, mucho culantro y chicha de jora, el que se sirve aquí es de tonos sutiles, sabroso pero no punzante. El arroz, otra vez, tiene el grano en el punto justo y recibe con agrado el ácido y el picante menos delicados de la sarsa criolla que llega a la mesa en una ollita aparte. En otra ollita llega un ragú de pato, cuya sola existencia justifica la presencia del plato en el menú. No es que el pato crocante que acompaña el arroz esté mal; al contrario, la piel crujiente y el interior jugoso. Pero el ragú es otra cosa. Un guiño cómplice y seductor al comensal, que no se espera el regalo y termina deseando que la ollita de ese guiso de pato, untuoso y poderoso, fuera al menos el doble de grande.

Otro plato clásico que la cocina de La Nacional hace suyo con éxito es el Arroz

Bastante menos apasionante resulta el Atún Thai peruano al curry verde sobre

cremoso de papa. El atún está sellado a la plancha de manera correcta, pero el curry verde no aparece por ningún lado. Quizá se refiera a un poco de salsa de color verde vertida junto al atún, pero el sabor no recuerda para nada a un curry. Aparecen sí unos hongos salteados sin mucho más que decir, y el cremoso es un puré con leche de coco y kion agradable pero que difícilmente justifica el Thai peruano del título. Siete meses atrás, despedía mi crítica con muchas dudas y deseaba que la cocina de La Nacional cuajara con el tiempo. Ahora lo hago con dudas parecidas, algunas menos, pero, sobre todo, sorpresa ante los errores absurdos en que incurre una cocina que a estas alturas, y dado lo sencillas y directas que son las preparaciones de su carta, se entendería rodada. Supongo que habrá que darle más tiempo.

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El Gurú

Por Rodrigo Alomía / Fotos de César Campos

Valeria Chávez Valeria Chávez convirtió su hobbie en su profesión. No recuerda desde cuándo la fotografía la atrapó, pero una de sus cámaras más queridas la tuvo desde el 2001, cuando comenzó a estudiar Comunicaciones en la Universidad de Lima. Era una Nikon análoga que combinaba muy bien con el espíritu documentalista de Valeria. Con esa misma cámara, recorrió la reserva de PacayaSamiria, en la selva peruana, hace siete años. Entre las muchas fotos que hizo, tomó una en la que se ve cómo los árboles y el cielo del lugar parecen fusionarse en uno solo con el reflejo del río. Esa foto ahora adorna grandiosamente una de las paredes de su casa y también la Sala Amazonas de la Cámara de Comercio Americana del Perú. En el 2009 estudió Fotografía en el Centro de la Imagen, pero el gran empujón se lo dio su esposo, Joshua Day, cuando le preguntó por qué no se dedicaba a ser fotógrafa de profesión. Desde hace cuatro años, la pareja cambió la fotografía documental por la de modas, e inició un proyecto que han rebautizado, hace poco, como Valeria y Joshua. Y aunque su trabajo es netamente de modas y ya no documental, la pasión sigue intacta como en sus primeros días.

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1. Velas. Las compró en su último viaje a México, en Coyoacán, el lugar donde vivió su pareja favorita: Frida Khalo y Diego Rivera. Están hechas totalmente de cera y siempre tiene cuidado de que no se derritan. 2. Planta de albahaca. La tiene en su cocina porque es su especia favorita. Le gusta arrancar un par de hojitas y echarlas a la olla para dar el toque preciso a lo que prepara. 3. Cámara Hasselblad. Es la H4D31, una cámara digital que compró el año pasado, y es una de las mejores del mercado. La nitidez de la imagen es ideal para su trabajo en moda. 4. Foto. Tenía tres años cuando le tomaron esta foto con su papá en Pucusana. Él fue pescador y buzo, por eso el vínculo de Valeria con el mar es sentimental y está cargado de recuerdos. 5. Corona de flores. Se la compró a su amiga Antonella Carvajal, conocida blogger de modas. A veces el mundo de la moda es rígido e impone tendencias, y esta corona le recuerda su estilo de vida más relajado y sencillo.

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Enfoque

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Por Manuel Eráusquin / Fotos de César Campos

sombras tenebrosas Los incendios políticos atacan al gobierno de Ollanta Humala cada cierto tiempo. El escándalo del caso Óscar López Meneses –ex operador de Vladimiro Montesinos– ha evidenciado que todavía existen algunos tentáculos de un pasado oscuro. El reconocido periodista de investigación Gustavo Gorriti es consciente de que este tema obliga a la sociedad a estar atenta. Distraerse puede ser fatal, la estabilidad democrática puede terminar calcinada por una corrupción que persigue, desde las sombras, recobrar su influencia.

La investigación periodística en el Perú ha tenido en Gustavo Gorriti a uno de sus mejores soldados. Muchas batallas ha combatido desde los ochenta, tiempo en el que se inició en este arduo oficio. Temas sobre narcotráfico, terrorismo y escándalos políticos han formado parte de sus principales primicias. Hoy Gorriti, director de IDLReporteros, mira con preocupación el escándalo de Óscar López Meneses, personaje

vinculado a Vladimiro Montesinos a finales de los noventa y que contribuyó en la captación de tránsfugas para el fujimorismo en la campaña de reelección del 2000. Encarcelado desde el 2003 hasta el 2007 por peculado, interceptación telefónica y tenencia ilegal de armas, todavía el ex operador montesinista maneja ciertos hilos. El escándalo del inexplicable resguardo policial de alto

funcionario de que gozaba desde hacía un año y medio en su casa confirma su influencia en algunos círculos de poder. Tenía ocho patrulleros, veinte policías y hasta un camión portatropa. Nadie en el Estado ha podido dar una respuesta satisfactoria sobre este escándalo. Policías y militares se señalan responsabilidades mutuas. Mentiras y conspiraciones es lo único que se avizora. Por lo

pronto, una comisión investigadora del Congreso busca llegar a la verdad. Gorriti interpreta cómo este personaje ha podido tejer una red de conexiones que atraviesa el sector empresarial, político, judicial, policial y militar. Sostiene que es la vieja modalidad montesinista adaptada, réplicas de un manejo desde las sombras. La sociedad civil tiene la obligación de prestar atención a este caso: lo que ocurra nos concierne a todos.

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Enfoque

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Ha escrito que no tiene esperanzas en la comisión que investigará el caso de López Meneses. ¿Pero qué alcances puede tener este escándalo? En principio por pudor deberían quitarse el título de comisión investigadora, porque lo que va a pasar es lo siguiente: el aprista le va a echar la culpa al gobierno, los fujimoristas van a tratar de quitarse el estigma de que ellos no son los únicos montesinistas y el gobierno asustado va a tratar de ver qué culpas han existido. Pero el caso de Óscar López Meneses, no es una responsabilidad del gobierno, sino de los gobiernos. López Meneses retornó al Perú expulsado de Estados Unidos el 2003 y fue un inquilino bastante poderoso del penal San Jorge, porque lograba desde la cárcel que pasaran una serie de cosas fuera de ella hasta que salió en el 2007. Las consideraciones con su amigo Agustín Mantilla, ¿por ejemplo? Se hizo amigo de Mantilla en la cárcel –si no fue antes– y le hizo una serie de servicios, como cuando salió libre y arregló todo para que partiera resguardado por un patrullero, motociclistas y liebre. Parecía que era un alto funcionario del Estado, y lo llevaron hasta la puerta de su casa. Entonces allí demostró López Meneses que podía hacer que las cosas funcionen, y estamos hablando del 2007, el primer año de gobierno de Alan García. Oficialmente Mantilla era un réprobo, un paria; pero López Meneses logró que pasara esto. A esto se suma la influencia que fue obteniendo durante el segundo gobierno de Alan García en inteligencia del ejército. Óscar López Meneses empieza a tener un ingreso significativo en varias instituciones, especialmente en el Ejército durante el gobierno de García. Incluso García toma la decisión que permite a López Meneses colocarse en la cúspide del ejército: nombrar a Paul da

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«Dudo de que Humala haya sabido de esto [el caso López Meneses], y creo que cuando se ha enterado su reacción evidenció la falta de un Estado Mayor eficiente»

Silva como el nuevo comandante general del Ejército. Todo esto contra el consejo de muchos, como del comandante general saliente en ese momento, Otto Guibovich. Esa designación fue como nombrar

a López Meneses por la cercanía que tenía con Da Silva. Por ejemplo, cuando Da Silva se fue a visitar las distintas regiones, labor que suele hacer el comandante general, López Meneses fue con él y se hospedaba en el mismo hotel. ¿De dónde procede esta facilidad de López Meneses de lograr estos importantes contactos al más alto nivel en distintos gobiernos? Se presentan un conjunto de estratagemas muy interesantes, donde hay una capacidad múltiple de hacer relaciones. Por ejemplo, en el ámbito empresarial tuvo una relación muy estrecha con Bobby Letts de la empresa minera Volcan. Fue su hombre de confianza y le manejó la seguridad. Además, en el Poder Judicial conocía a medio mundo, especialmente a César Vega Vega, que hasta hace poco fue el presidente de la Corte Superior de Lima y ex socio de bufete de Alan García. Entonces es una persona que tenía muchas conexiones y en diferentes escenarios de influencia,

y que estaba muy predicada a hacer favores y recibir favores. Los primeros daños de su mala influencia afectaron a la policía ¿hasta qué niveles? Está por terminar con la carrera de varios policías, de los cuales, uno, Praeli, tenía una relación estrecha con López Meneses. Pero hay otros como el general Aldo Miranda, policía de primera que había llevado a cabo una labor extraordinaria en seguridad ciudadana predicada en policía comunitaria: había logrado la pacificación del Cerro El Pino, en La Victoria, y estaba convirtiendo eso en una doctrina para llevarla a otros lados. A este general lo han apartado del servicio, y hay posibilidades de que le corten la carrera del todo. Este es uno de los resultados de la toxicidad de López Meneses. Pero resulta alarmante que este personaje haya tenido seguridad policial en la puerta de su casa y el gobierno no haya sabido nada. ¿Qué piensa de eso?


Dudo de que Humala haya sabido de esto, y creo que cuando se ha enterado su reacción evidenció la falta de un Estado Mayor eficiente a su lado. Uno que le hable bien, que lo ayude a decidir si es más recomendable una entrevista de a dos, o elegir una conferencia de prensa. Una vía que sea mejor articulada, mejor investigada y mejor controlada. Pero directamente el presidente le echa la culpa a la policía y mete la pata. No hay excusas. La conformación de la comisión investigadora fue otro espectáculo. Para empezar la gritería y las acusaciones del Apra no son para tratar que el caso López Meneses se investigue a fondo. No creo que les interese tanto, porque ellos tienen un grado superior en términos comparativos a lo que se ha dado en este gobierno. Lo que ocurre es que quieren acusar a este gobierno y buscar desacreditar la investigación que hay de otros casos, como los ‘narcoindultos’ o BTR, y lograr impunidad. Entonces el caso López Meneses deja de ser investigación y deviene en una operación de encubrimiento mediante gritería. Ahora, del lado del gobierno, no hay una inocencia completa, porque hay gente que está metida. Por ejemplo, la relación de López Meneses con el congresista José Urquizo [Gana Perú] está bastante clara, y él tendrá que explicar muchas cosas. Se habla también de Adrián Villafuerte, el asesor del presidente Ollanta Humala. Villafuerte dice que no lo conoce pero no es del todo convincente por testimonios que se contradicen. Hay gente que conoce a ambos desde la década del noventa. Incluso López Meneses estuvo en la Comandancia General del Ejército como uno de los factores principales de influencia durante toda la gestión de Paul da Silva. Durante la gestión del general Víctor Ripalda también y algo menos, pero no creo del todo ausente, en la actual gestión de Ricardo Moncada. De tal manera, el haber echado la

culpa a la policía, cuando hay mucha más responsabilidad de altos mandos del Ejército, fue un grave error de Humala. Ahora, en la policía la responsabilidad de Raúl Salazar está clarísima, y la responsabilidad de Praeli está casi igual de clara. En los otros casos no. ¿Hasta qué punto Montesinos juega un papel de influencia? Lo extraño es que cuando examinas el conjunto de trucos o ardides que ha utilizado López Meneses te das cuenta de que son estratagemas de segundo uso. Es decir, casi todas han sido empleadas más o menos de la misma forma que en los noventa, un poco recicladas o adaptadas. Le funcionaron cuando tenía de padrino a Montesinos y le han funcionado ahora de la misma manera. Yo no tengo claridad si él mantiene relación o no con Montesinos. Hay quienes sostienen que están peleados y mencionan diversos hechos para comprobarlo. Hay quienes aseguran que esos hechos comprobarían que sería la mascarada para poder mantener una relación cercana. ¿Hacía donde se dirige la mente de Meneses con la construcción de estas redes de poder? Una posibilidad puede ser que la explicación final tenga un fuerte componente psiquiátrico. Es decir, la combinación de mitomanía, exhibicionismo o una especie de lujuria por la circulina y todos los signos externos de poder. Que además la búsqueda para lograrlo le da acceso a gente influyente. La otra posibilidad es que sea parte de un esfuerzo que pretenda crear redes paralelas y persiga un control institucional dentro de la democracia para actuar en un momento de crisis y favorecer a los enemigos de esta. Entonces solo al frente de esta posibilidad, la necesidad de llevar a cabo una investigación profunda es indispensable. Habría que ser muy idiota desde el punto de vista de alguien que quiere defender la estabilidad de la democracia y ver lo que se puede aproximar en el futuro y no estar preocupado.

100 gr de chía contiene 1021% más omega 3 que el salmón


Campeones

El vElErista quE no

cabĂ­a En su botE

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Por Pablo Panizo / Foto de Santiago Barco

Después de ser parte de la última generación de oro de los veleristas de clase Optimist, Stefano Peschiera pasó sus últimos años relegado en la categoría. Pensó dejar la vela, pero cuando cambió a la clase Láser descubrió algo increíble: él seguía siendo un fenómeno sobre el océano, el problema era su bote.

Para pasar por el portón de su garaje, el velerista Stefano Peschiera debe agachar la cabeza y flexionar las rodillas. Pareciera medir más de 1.82 metros. Con su peso es al revés: a pesar de su ancha espalda se le ve más bien delgado y no aparenta 82 kilos. Al fin y al cabo hace cinco años, cuando era indiscutido en la selección que ganaría tres títulos sudamericanos y un subcampeonato mundial, tampoco parecía un niño de trece. Dio rápido el estirón y ya pesaba 55 kilos, el peso ideal para navegar en los

ligeros veleros Optimist. Pero en esta clase se compite hasta los quince, y su rápido crecimiento comenzó a ser un problema. «En mis últimos dos años ya pesaba entre sesenta y setenta kilos, estaba muy por arriba del ideal», recuerda el velerista. Se le hacía cada vez más difícil subir al podio, sobre todo cuando el viento no soplaba con fuerza y él no podía tomar ventaja de su biotipo. Empezó a sentirse frustrado. Durante las competencias, Stefano Peschiera llegó a un nivel de estrés tal, que se preguntaba si tenía

sentido seguir en el deporte que conoció antes de aprender a hablar, y que nunca había abandonado. «Llegué a un punto en el que mi cabeza me jugaba en contra y buscaba culpables de mi problema». Siguiéndolo sobre un inflable a motor, su padre lo acompañó por años en sus regatas más importantes. Su pasión por la vela lo ha llevado a seguir la carrera de su hijo como si fuese la suya propia, pero cuando las cosas no iban bien la frustración de Stefano lo

consumía por dentro. «Mi padre era, es y será un fanático de la vela, y todo lo que yo siento en una regata se lo transmito. Cuando me va mal, lo ves mal; cuando estoy feliz él también lo está», explica. Fue por él que Stefano no tiró la toalla. Tanto como hoy, su padre soñaba con verlo convertido en un deportista de élite. Su experiencia de navegante, una pasión que también él heredó de su padre, le daba razones para creer que su hijo no era un velerista más. Aunque sus resultados no evidenciasen el progreso como antes,

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Campeones

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En las costas de Omán, Stefano Peschiera fue el segundo más joven del evento y alcanzó lo que ningún otro velerista peruano había logrado: ubicarse en la flota de oro del mundial, el grupo de los mejores 63, y correr las últimas ocho regatas frente a los mejores del mundo no era el primer caso de un navegante de Optimist que sufría un bajón en sus últimos años en la categoría. Con la incertidumbre de no saber si su talento daría la talla entre los mejores atletas de su edad, o si eran todas exageraciones creadas por la frustración, Stefano dejó el Optimist después de nueve años. A los dieciséis ya era una obligación hacerlo. Reemplazó su pequeña embarcación de 35 kilos de peso y poco más de dos metros de largo por un velero Láser, de 60 kilos de peso y casi el doble de largo. «Todo cambió; lo disfruté desde un principio», recuerda. Se inscribió en un campeonato para probarse por primera vez y se quedó con el tercer lugar, pese a que apenas conocía el bote. Se sintió tan bien que no le quedó duda:

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«Al final todo era mi peso», pensó. Stefano Peschiera sintió que volvía a nacer. Al año siguiente, en 2012, se hizo con su primer título de campeón nacional, al competir con 17 años en una categoría que va hasta los 35. Desde entonces es la nueva estrella de la vela. A su biotipo casi perfecto –el velerista ideal para Láser debe medir tres centímetros más que él y pesar un kilogramo más– suma la experiencia que le dejó la década dedicada a una embarcación en la que tuvo que ingeniárselas para seguir siendo competitivo, y su amplio conocimiento de mareas, vientos y corrientes marinas. El 2013 no conoció rival en el circuito nacional y se coronó bicampeón, y viajó hasta Chile para consagrarse campeón sudamericano.

Acostumbrado nuevamente a los buenos resultados, su padre ha decidido ahorrarse la tensión de la regata y disfruta desde el muelle viendo al joven prodigio del Láser. Su sueño de verlo llegar a la élite de la vela está realmente cerca. Con un palmarés como ese, su entrenador, el español Airam Rodríguez, lo convenció en noviembre pasado de probar suerte en su primer mundial Láser. En las costas de Omán, Stefano fue el segundo más joven del evento y alcanzó lo que ningún otro velerista peruano había logrado antes: ubicarse en la flota de oro del mundial, es decir en el grupo de los mejores 63, y correr las últimas ocho regatas frente a los mejores del mundo. Un resultado como ese, en un clasificatorio olímpico, muy probablemente

le habría valido la clasificación a Río 2016. Ese es su objetivo para el 2014: lograr el mismo resultado en el mundial de Santander. «Mi idea es clasificar y hacer un buen papel; no algo mediocre. En la vela, nunca un peruano hombre ha clasificado a las olimpiadas. Nunca», afirma Stefano, con una seriedad que transmite lo difícil de su tarea y la ambición con que la persigue. Se dice que a los veintiocho años es cuando los veleristas alcanzan su plenitud. Si es así, Stefano Peschiera tiene una década de crecimiento delante suyo. Hace tres años estaba listo para vivir del recuerdo de sus campañas como adolescente, pero hoy el fenómeno del Láser sabe lo que pudo perderse, y quiere ganarlo todo.



Tantas

veces


Por Joaquín Salas / Fotos de Rafo Iparraguirre

Hace diez años, las diseñadoras Andrea García y Vanessa Villa no encontraban qué ponerse, así que crearon dos marcas de ropa alternativa. Más tarde juntaron telas e ideas. El resultado de esa fusión es María, una nueva propuesta de moda femenina que se quedará en tu cabeza.

Una chica no necesita de lujos para llamar la atención, solo necesita creérsela. «Debe tener la cuota precisa. Ella es solo eso, un nombre que puede significar muchas cosas», dice Andrea García. La propuesta que ha creado junto con Vanessa Villa juega con el rol independiente de la mujer, sus deseos de figurar y la manera como puede tomar la ciudad con desenvoltura. Apunta a chicas desenfadadas, frescas, que impongan su look sin requerir de tantos accesorios. «María es una chica que no necesita vestirse así para llamar la atención», señalan ambas, y afirman que la inspiración para crear su línea de ropa es la

gente, la calle, lo que sienten y sobre todo dar un aspecto femenino y universal a su marca de ropa. «María siempre se queda en la cabeza», comentan. María la del Barrio, María Magdalena, la Virgen María. A Andrea y Vanessa les costó tener las mismas ambiciones y preferencias. Con el tiempo encontraron la química y afinaron sus gustos; solo faltaba una idea. Algo que ponga en marcha el afán creador de estas dos modistas aventureras. «Que englobe a todas las mujeres,

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Estilos

que las haga parte de un núcleo», dice Andrea. Así nació María, su marca de ropa que opera desde hace un año. Antes ambas caminaban por senderos de moda distintos. Andrea era dueña de DAG y Vanessa de ROT. Sus marcas dominaban las tiendas de ropa alternativa. «Éramos competencia y amigas», comentan, hasta que decidieron juntarse y combinar sus estilos. Luego solo necesitaban una chica que organice y sirva de nexo entre prendas y proyectos reales, factibles, que tengan impacto en el medio. Allí

aparece Gabriela Olivera, la tercera socia. «Ella hace que todo funcione y el resultado sea increíble», señalan. Fue en las playas del norte donde María encontró impacto. Andrea, Vanessa y Gabriela fueron allí para hacer fotos. Llevaron a una cantante inglesa que Andrea había conocido hace poco y tuvieron una semana de plena producción. «La chica quedó encantadísima; todo salió natural y espontáneo», cuentan. No querían que el lanzamiento visual de la marca tuviera modelos peruanas. Tampoco querían ir al extranjero a hacerlas. Gabriela aterrizó la idea y pensó

en tierras norteñas para lograr una mayor identificación con el público. Para diseñar la ropa, ellas parten de un concepto. Cuando lo tienen, comienzan a crear. «Es una interpretación nuestra, una expresión de lo que queremos hacer», señalan. Aquí Gabriela también guía el pulso de las modistas. Señala lo que puede funcionar de lo que no. Este proceso ya es clásico en la marca, lo han impuesto desde

su nacimiento y –aseguran– «es divertido y te da la posibilidad de volar». La marca utiliza todo tipo de telares. Desde la línea de jeans hasta los tejidos en licra o modal. «También estamos utilizando algodón peruano y estampado en telas, para darle mayor originalidad al producto final», explican. Además, utilizan gazas y telas pesadas [gruesas, como el terciopelo o la felpa]. Sus propuestas de color son variadas y eso también se observa en los materiales. «Nosotras ya tenemos una dinámica natural, nos conocemos», dicen las mujeres detrás de María. La unión de las tres, sumada a un equipo que trabaja para masificar las prendas en el mercado, ha hecho que los cimientos de telas y vestidos estén sólidos. Ellas crearon el núcleo que Gabriela se encarga de guiar. En el futuro quieren exportar, llevar a María fuera de las fronteras, donde esperan conseguir la misma resonancia que el nombre que lleva.

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blanco Una historia dulce del cacao

El estelar, sin duda, es el cacao blanco. Una variedad conocida como el ‘piurano’. De semillas pastosas, con baba del color de la leche. Estos son los protagonistas de su mundo: un piurano enamorado del chocolate, un agricultor y su parcela única en el norte del país, la esposa chocolatera de un chef supranacional. Una tarde, con el sol que se posaba en el techo de las casas de Buenos Aires en Morropón, los cinco mascan el fruto del chocolate y sueñan con que ojalá llueva cacao en el campo. Una golosina para entender una porción del país.

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Por Manolo Bonilla / Fotos de Raúl García

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ván Murrugarra tiene treinta años, ocho cacaos tatuados en el antebrazo derecho y una tonelada y media de chocolate. Es decir, dieciséis metros cuadrados de la golosina que apareció registrada en un documento por primera vez en el Popol Vuh, ese manuscrito maya del siglo XVI. Pero la historia de este piurano es más reciente y empieza con un amor que lo llevó al chocolate. O mejor dicho, a las chocotejas, esa variante que contiene un fruto al centro. Junto con una de

sus primeras novias empezó a fabricarlas en su casa en Piura, como una excusa para pasar la tarde con ella derritiendo coberturas de cacao y luego dándole formas de tejas, como si se tratara de modelar arcilla. Hace catorce años, si uno quería comprar insumos debía pedirlo a Megusa, una línea de negocio de la empresa Machu Picchu Foods, la mayor exportadora de cacao en el país [400 toneladas anuales] que abastece a transnacionales como Kraft y Nestlé.

Y no era exactamente cacao, sino productos derivados para abaratar costos. Eso entonces no importaba y Murrugarra ni siquiera lo sabía. Era dulce, y eso bastaba. Ni siquiera imaginó que pudiera haber cacao en Piura, como tampoco sabían los productores de hoy lo que tenían en sus tierras de ayer. En 1999 Murrugarra era tan solo un adolescente, recién salido del colegio, de padres banqueros, que quería estudiar cocina en Lima, pero se contentó con un curso breve en una escuela muy pequeña y que había vendido lasañas con la receta de su abuelo. También tenía una novia con quien hacía chocotejas, las que más tarde tendrían una marca artesanal. De ese Iván Murrugarra, un prometedor funcionario en una empresa de seguros que vendía las tejas en sus ratos libres, al joven que viajaría a Barcelona, acompañando a Ramón Morato, el chocolatero español más célebre del mundo, y que luego se tatuaría ocho cacaos en el antebrazo, todavía falta bastante trecho. Le faltaría un accidente de carro, un libro descargado de internet, conocer a Astrid Gutsche y tener una idea revolucionaria.

Salir de Piura por la carretera hacia el sur, rumbo a Morropón, es como hacer una grieta en un desierto apenas cubierto por matas de algarrobos secos. Una mañana de diciembre, la camioneta blanca que corre en esa misma pista camino a Buenos Aires, en el distrito de Chulucanas, es conducida por Murrugarra. Como si no bastara con el antebrazo tatuado de cacaos para adivinar que es un obsesivo chocolatero, lleva al costado del freno de mano un fruto reducido, que parece disecado y suena como una sonaja con las pepas que se agitan dentro. Ese amuleto lo acompaña desde hace seis meses, cuando encontró de casualidad un cacao olvidado de las parcelas de Alfonso García, el hombre que está yendo a ver ahora.

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Dulces

No es Willy Wonka, tampoco un Walter White del cacao piurano –aunque en el viaje de casi dos horas hablará ensimismado de los procesos químicos del cacao, del conchado de las almendras, de los tiempos de la fermentación, de los perfiles genéticos de cada producto, de las sensaciones neuronales que produce un bombón de chocolate puro–, sabiendo que la demanda en el país no es la misma que los adictos a la metanfetamina en Breaking Bad. En el Perú, una persona come al año menos de un kilo de chocolate: nada, en comparación con la meca de la cultura chocolatera, como Bélgica, donde están sobre los ocho por persona. Belga también fue la primera empresa chocolatera en la que trabajó. Se llamaba Belcolade e ingresó como asesor comercial más por tezón que por experiencia. Para entonces seguía con su marca de chocotejas y se dijo que debía perfeccionarse y aprender del oficio. Entonces leyó y descargó cuanto encontró en Internet, vio tutoriales de cómo preparar chocolatería fina y siguió a los maestros europeos. Su acercamiento era solo teórico, el campo y sus cultivos aún le estaban vedados. Por eso, cuando entró a Belcolade y supo que tenía que llevar una capacitación de una semana en la capital belga, que recorrería las chocolaterías boutique más sofisticadas y afamadas de Europa, su emoción lo desbordó.

En Buenos Aires, los adultos se dedican al cultivo de cacao. Si antes invertían sus faenas en la extracción de bananos, hoy son cacaoteros netos. Se dice que en estas tierras crece una de las variedades más preciadas del fruto. De las diez que existen catalogadas en todo el mundo – incluyendo los países más importantes en exportación como el pionero Costa de Marfil y en esta región, el más sofisticado: Ecuador–, siete existen en el Perú. De ellas, la variedad conocida como “cacao blanco” es casi tan piurano como el chifle. A diferencias de otras zonas, como Juanjuí o la selva alta del país, donde el cacao fue una opción frente al contexto de violencia e ilegalidad de la hoja de coca, en Piura se dieron cuenta de su

Pero no nos adelantemos. Murrugarra y García no se conocerán hasta que el primero deje de trabajar para Melcolade. La escuela belga lo introducirá al mundo de la producción. Su curiosidad pasará a ser un interés, solo tras un accidente en auto que lo postrará en cama, y entonces, se convertirá en una obsesión. Será un tipo reposando durante dos meses, sin poder moverse, consumiendo lecturas relacionadas al chocolate como si de eso se tratara curarse. En la convalecencia, se enteró del libro ChoColate del español Ramón Morato, el más prestigioso hasta entonces, y lo leyó cual enciclopedia. Cuando salió del descanso, se sentía un teórico. Por eso, cuando se recluyó en Lima se

Era 2005 cuando Iván Murrugarra fue feliz en Bruselas.

En Buenos Aires, un pequeño poblado de Morropón al borde la carretera hacia Chiclayo, el tiempo parece transcurrir más lento. Por las tardes, después de almuerzo, las familias salen fuera de sus casas, buscando refugio bajo una pérgola de calamina, para pedirle tregua al calor. Y cuando están ahí, los niños descalzos, las mujeres en faldas, los hombres sin polo, toman cervezas tibias y comen de postre una tableta –o un bombón, o una trufa– de chocolate que alguna de las diez familias en el pueblo prepara de manera artesanal. A veces, toman refresco de cacao con mango ciruelo, el fruto que crece al costado de las plantaciones de cacao, dándole sombra. Preparan huancaína, ocopa y otras salsas con las cáscaras del fruto del cacao, en reemplazo de las galletas. Le da consistencia y gelatina a la crema.

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patrimonio, de su exquisita rareza. Entonces, la mayoría empezó a cultivar cacao en sus parcelas. Es rentable. Una hectárea da 1300 kilos de grano en baba, el estado de la semilla cuando se abre el fruto. Después de la fermentación y el secado, queda 670 kilos de cobertura de cacao. De ahí, si se le añade azúcar puede quedar un chocolate con 70% de pureza. El agricultor Alfonso García también hizo cuentas y le pareció bueno. Es más, de su parcela salieron los granos que cautivarían a Iván Murrugarra, el primer día que conoció el campo, y que más tarde serían la materia prima para las tabletas Piura Select de la línea de chocolates gourmet Cacaosuyo.

contactó con la Asociación Peruana de Productores de Cacao para dar charlas. Después todo fue muy rápido: se le ocurrió una manera distinta de comer chocolates, como si se trataran de makis o rolls. Entonces creó Chocolate Sushi. La empresa tiene aceptación, se hace conocido, lo invitan al primer Salón del Cacao en Lima, sigue investigando. Al final de ese año conoce a Astrid Gustche, la esposa de ese chef supranacional llamado Gastón Acurio, que es la parte dulce de ese binomio culinario y que por entonces maquinaba la idea de la chocolatería propia. Por eso lo llamaron para un proyecto que, al inicio, se iba a llamar Macambo [el nombre de una especie nativa de cacao] y que desde el año pasado,

conocemos como Melate. Fue él, junto con Astrid, quienes diseñaron una empresa desde cero, aprovechando aquello que ya habían identificado las grandes marcas extranjeras como Valrhona y Callebaut: el Perú tenía un desaprovechado potencial chocolatero, sobre todo en las variedades nativas, tan escasas en otros países. Esa también era la filosofía de Murrugarra: dar a conocer esa exquisita diversidad. Quería eso, antes que una cruzada nacional para que los peruanos coman masivamente chocolate de mejor calidad. Recién en el 2009 recibiría, como en una novela de apátridas, el llamado de la tierra. Lo contactaron para venderle cacao de una parcela especial. Entonces volvió a Piura, conoció a Arturo Quispe –entonces presidente de la asociación de cacaoteros en Morropón, además de personaje estelar en el libro que escribiera Gastón Acurio y Ferrán Adriá, en el capítulo dedicado al cacao–, y viajó con él hasta Buenos Aires para conocer, por fin, a Alfonso, usando la misma ruta que recorrería cada vez que va a visitarlo. Como esta vez. Tras dos horas de viaje, la camioneta blanca levanta una gran polvareda en la entrada de la parcela de Alfonso. Tras ingresar por la reja, el dueño de la tierra recibe a Iván en su tambo de paredes de barro, casi en la entrada de un terreno de tres hectáreas. Entonces se saludan, se abrazan, se bromean. Alfonso todavía lleva un gorro de Chocolate Sushi, como recuerdo de su amistad pasada. Y solo entonces, ingresan al campo donde los árboles de cacao, a media altura y guarecidos del sol por bananos y mangos, parecen crecer de manera horizontal, con troncos que ceden ante el peso de los frutos, preñados y cargados en esta época del año. Hasta allí también llegó Astrid Gutsche, en un periplo nacional por la zonas cacaoteras [Piura, Tumbes, Cajamarca, Jaén, Iquitos, Cusco y Puno] para registrar las historias de los productores como Alfonso o como Fortunato Colala en Cajamarca en un futuro documental. Entonces los tres [Iván, Astrid, Alfonso], como si fueran una comparsa de chocolateros soltados a su suerte en medio del campo, miran absortos los cacaos, los acarician, los palpan, adivinan su número de almendras y miran hacia arriba de los árboles. Donde los otros frutos, con formas de papayas verdes y pequeñas, se balancean, inalcanzables aún.



Soberbia

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Por Javier Wong / Fotos de Zul Studio

Todas las imágenes del pecado Lucía Arana y Vanessa Levaggi, fotógrafa y directora de arte, han lanzado un calendario perverso: doce pecados capitales a todo color. Publican estos almanaques desde hace diez años. En cada uno parten de una idea, luego conciben todo un universo. +63


D

De chica, Lucía Arana tenía terror a invadir espacios. No podía acercarse a una persona y capturar el momento con su cámara, pues le daba pánico. «A gente que no conozco, le tomo una foto y siento un no sé qué», comenta, y se ríe. Tampoco le gusta ser retratada en una imagen, hablar ante multitudes o impartir clases a alumnos. Lo suyo –dice– es «estar detrás de la cámara». En Zul Studio, lugar donde realiza las sesiones fotográficas junto con Vanessa Levaggi, ha ido perdiendo ese miedo escénico. «Era muy tímida cuando empecé. Cuando hice mi primer calendario me daba roche hablar a la modelo, pues pensaba que la estaba incomodando». Por este fastidio, nunca incursionó en la fotografía de prensa. Lucía Arana no retrata realidades: ella las crea.

Las modelos llegaron cinco horas antes para que las peinaran. Había que cambiar, maquillar y posicionar a quince chicas dentro del encuadre. Vanessa, quien no se encuentra en el estudio en este momento, sí estaba aquella vez. Ella dirige cómo arreglar a las chicas antes de la foto. Una vez acomodadas, lo difícil era iluminar a todas por igual. «Tienen que quedar en una posición perfecta», dice Lucía Arana, y señala que para María Grazia Gamarra, la actriz de Mi aMor, el guaChiMán, utilizó una luz puntual, más potente, para que resalte en la foto.

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Envidia

Son varios los actores reconocidos que aparecen en el calendario. Además de Gamarra, posaron para el lente de Lucía, Giovanni Ciccia, Vanessa Saba, Gisella Ponce de León, Renzo Schuller, entre otros. «Trabajar con actores ayuda mucho, pues te dan al toque lo que pides, y no se tiene que trabajar tanto en la expresión», señala. Hace cuatro años que ella y Vanessa los llaman y retratan. «A veces sacarle lo que quieres a un modelo demora más. Ellos no son actores, aunque deberían», dice Lucía, que estudia fotografía desde los quince años y ha llevado cursos en Los Ángeles y Nuevo México. Para ella la invención fotográfica parte de informar con fluidez lo que se quiere en escena. No se puede crear sin antes dirigir. «Me costó bastante aprender a comunicar lo que yo quería. Tuve que llevar cursos de dirección de actores, si no me quedaba hablándole al piso», comenta. Lucía, que se metió al mundo del retrato publicitario y de moda por la legendaria Annie Leibovitz, la fotógrafa mejor pagada del mundo y autora de la famosa foto de John Lennon y Yoko Ono abrazados, piensa también en el trabajo previo. Para ella atmósfera, ambiente e iluminación deben girar en torno a una idea. Como un ingeniero que construye la base de un edificio o un cocinero que elige insumos, ella debe partir de un concepto, como los pecados capitales en su último calendario. La producción duró cuatro meses y casi todas las fotos se hicieron en estudio. «Esta se hizo en la plaza San

Maltrato animal

Martín y la de acá en Miami», comenta Lucía Arana, mientras señala los pecados de la ira e inmundicia. Toda vez que son doce meses y solo siete pecados, agregaron cinco más. «Los pensamos con Vanessa y los pusimos en el calendario; nos parece que responden a la coyuntura de hoy», señala. Hipocresía, homofobia, pedofilia y maltrato animal son otras vilezas que aparecen en el producto final. En años anteriores, los temas iban desde cuentos infantiles hasta mitología griega. Lo que Lucía y Vanessa tratan de hacer es adecuar el concepto al mundo moderno. «Se trata de jugar con lo irónico y artístico», comenta la fotógrafa. Por ello las imágenes evocan a los pecados, pero se sitúan en espacios conocidos: cenas de gala, tráfico limeño, un mercado distrital; sitios impensados para una

producción detallista, pero que a los ojos de ambas cobran coherencia y sentido para el que las ve. «Yo conozco a muchos fotógrafos a los que les da miedo hacer una foto con tanta producción». Lucía admite que retratar una escena con más de veinte personas resulta complicado, pero a ella le encanta. Ha ido aprendiendo, junto con su socia, cómo colocar luces, personas y objetos en su lugar. Ahora ve fotos que tomó hace años y se espanta. «Cómo pude iluminar esto de esa manera; ¡qué feo!», dice, pero no se arrepiente. Sabe que siempre se puede encuadrar mejor, buscar otro ángulo o captar una mejor mueca. Lucía Arana y Vanessa Levaggi ya aprendieron de los errores en el pasado. «El estilo siempre cambia», comenta. Los próximos años vendrán más calendarios, menos timidez y nuevas ideas.



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Dos artistas crean un mundo

propio

Ellos se inspiran en otras épocas, pero su arte cobra sentido en el presente. El 2013 ha sido un año importante para la diseñadora de modas Jessica Butrich y el artista plástico Abel Bentín: ella fue invitada a la Semana de la Moda de Madrid, y sus desfiles en Lima tuvieron gran acogida. Él ha expuesto en Miami, ha colaborado con Gastón Acurio y ha diseñado la que será su próxima muestra. Son esposos, jóvenes y creadores preocupados por su tiempo. Y tienen miedo de que este no les alcance para cumplir con todas sus metas. +67


Perfiles

Él trabaja hasta muy tarde. Por lo general se va a la cama a las cuatro de la madrugada. A ella la encuentra profundamente dormida: Jessica Butrich se ha acostado muchas horas antes. Tal vez Jessica entreabra los ojos y en un susurro le pregunte qué tal salió su dibujo. Pero no hablarán mucho porque ella empezará el día pronto: a las seis de la mañana ya estará de pie. Cuando lo haga, encontrará una nota de su esposo, de Abel Bentín, en el que le pide que lo despierte tarde. Ella lo dejará dormir. Esa es una escena hogareña común para ellos. Otra, también frecuente, empieza igual pero tiene otro final: Abel llega hasta el cuarto y despierta a Jessica diciéndole con angustia: «Levántate, por favor, ¡el dibujo me ha salido horrible!». Entonces se enciende la luz de la habitación. Abel y Jessica están a punto de cumplir tres años de casados. Por supuesto, han desarrollado una rutina. Pero la suya está basada en el caos, en la inspiración, en las incontenibles ráfagas de energía que no pueden ser desaprovechadas, y que los arrastran por horarios impensables para otras parejas. Imposibles para las personas a su alrededor. Pero ellos lo entienden. Y a veces amanecerán cansados, o quizás sufrirán insomnio. Tal vez necesiten aumentar las dosis de café durante el día. Eso también es parte de su rutina. Sin embargo, una cosa es segura: no tienen miedo de que su matrimonio se agobie por un día a día repetitivo. Ni siquiera ellos mismos saben qué va a pasar mañana. «Un artista necesita no saberlo para poder crear», explica Jessica, quien acaba de preparar tres tazas de café. En la sala de su casa está sentada frente a Abel. Del mañana ellos solo necesitan saber que el otro estará ahí.

Decisiones de vida Jessica y Abel están juntos desde su último año de colegio. Ella tiene veintiocho y él, veintinueve. Ella, muy independiente, se mudó sola a los veinte años en una época en que no era tan usual que una chica se vaya de su casa tan joven. Él, un hermano entre siete, ha sido siempre muy apegado a su familia. Jessica y Abel han estado juntos doce años. Desde que puede recordar, Bentín tuvo claro que lo suyo es el arte. Sin embargo, cuando terminó el colegio cedió ante las preocupaciones de sus

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Por Rebeca Vaisman / Fotos de Alonso Molina

padres. Ingresó a la Universidad de Lima y cursó un semestre de Administración. Durante seis meses fue infeliz. «Estaba mal, muy triste», recuerda. Entonces sus papás entendieron que antes que el sentido común y cualquier inquietud paterna, su hijo quería ser artista. Jessica, por su lado, había decidido que seguiría Arquitectura y que luego se especializaría en el diseño de mobiliario. Lo tenía todo muy claro. Entró a la UPC y estudió durante un año. Le encantaba la carrera y estaba segura de que había tomado la decisión correcta. Hasta que ese primer verano de vacaciones, su abuela le regaló una máquina de coser. Butrich no había sido esa clase de niña que jugaba a vestir sus muñecas, o robaba la ropa de su madre. Sin embargo, con máquina e hilo, experimentó lo que ella llama «un encuentro personal muy extraño». Se encerró los tres meses de verano a desarmar y volver a armar su ropa; a experimentar con las tijeras, la tela y su propio cuerpo. «Hacías unas cosas de terror, Jessica. No sé cómo salías así a la calle», dice Abel, tapándose la cara. Ella se ríe, quizás recordando su imagen en el espejo. Un reflejo siempre es relativo. «Había llegado el momento de volver a matricularme en Arquitectura, pero yo me dije: “Aquí hay algo que me encanta”. Solo a Abel le conté lo que estaba pensando», cuenta Butrich. «Una vez que averigüé sobre la carrera de Diseño de Moda y que me retiré de la universidad, recién lo anuncié a mis padres. Fue la locura familiar. Pero empecé y nunca paré». Abel entiende tales recelos. Él, de alguna manera, los comparte: «Ahora pienso que si tuviera un hijo que quiere ser artista me gustaría sentir que está seguro. Es una carrera complicada». Cuenta que muchos jóvenes lo buscan y le revelan que quieren ser artistas. Él les pregunta si les gusta otra cosa, si imaginan la posibilidad de hacer algo más. «Si me responden que sí, entonces les digo que no deben estudiar arte», continúa Abel. «Solo debes hacerlo si es la única cosa en la vida que quieres, si no ves otra opción». A Jessica también la buscan jovencitas entusiastas. «Me gusta la ropa y quiero ser diseñadora como tú», le dicen. Jessica les responde que eso no basta: si lo que les gusta es ir de compras, lo suyo no es el diseño. Butrich explica que el tiempo que dedica a dibujar es mínimo. «El resto de mi tiempo se va en


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Perfiles

logística, proveedores, el taller… Tengo que estar encima de todo», admite. «Si bien tengo la suerte de poder disponer de mis tiempos, siempre tengo la carga de mover mi trabajo, de promocionarme y de hacer cosas paralelas», dice por su lado Abel. Por ejemplo, este verano dictará un taller de dibujo en el Centro Cultural de la Católica. Y, durante los tres meses que dure, la situación será menos inestable. «Siempre me ofrecen enseñar, pero para mí no puede pasar de un taller», explica Abel. «La docencia es linda

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pero te absorbe. Y yo no imaginaría mi vida sin hacer caso a mi impulso de crear».

Isla para dos Viven en un departamento encantador, que por la disposición del edificio se asemeja más a una casa pequeña de una sola planta. La construcción es de los cuarenta, de techos altos y espacios luminosos. La sala y el comedor están atiborrados de pequeños detalles, de texturas interesantes y de arte:

Patricia Villanueva, Amadeo y Renso Gonzales, Pati Camet y Diego Lama, entre otros plásticos. No hay muchas piezas de Abel, pues ser espectador de su propia obra le resulta insoportable: el paso del tiempo por su arte trae nuevos cuestionamientos. La pregunta constante. Así que, al menos en su casa, prefiere rodearse de imágenes amigas. El espacio es un homenaje a los símbolos pop y retro que ocupan los trabajos del matrimonio. El piso de losetas blancas y celestes, el tapiz dorado en las paredes, la silla que encontraron en La Cachina.


Entre ellos no hay celos profesionales ni egos heridos de creador. Ambos se necesitan de distintas maneras: Abel puede despertar a Jessica en la madrugada porque conversar con ella aclarará su mente y su lápiz. Y en medio del estrés que supone armar una colección y manejar un showroom, Jessica agradece saber que Abel está cerca

los absorbe. Por eso se imponen un espacio en común, un tiempo de pareja para reencontrarse, como señala Abel. Por eso también se les puede encontrar todos los viernes en la misma mesa del balcón del restaurante Dánica pidiendo los mismos platos de siempre, y frente a una jarra de sangría. Es un ritual maniático que les permite hablar de todo, y de cualquier cosa. En esos viernes, ambos dejan que la sangría se les suba un poco a la cabeza. Un par de veces al año se escapan de Lima. Y los fines de semana tratan de salir poco y de estar juntos lo más que puedan. Sí les gusta mucho recibir amigos en casa: Jessica cocina y Abel prepara los tragos. «Claro que hay una línea peligrosa que se puede cruzar al compartir tanto el trabajo del otro», reflexiona este último. Muchas veces, uno callará al otro diciéndole: «Ya dejemos de hablar de trabajo».

El mejor año, cada vez Afuera, la bulla y el tráfico intenso anuncian el inminente fin del año. Adentro, en cambio, San Isidro se ha convertido en una fantasía acogedora, atemporal. Sin embargo, Abel y Jessica están a punto de dejar el departamento. Han encontrado uno en un edificio setentero de Chorrillos, un penthouse de arquitectura sólida y espacios limpios. Justo lo que querían, explican ambos. Ya están pensando en las posibilidades de su nuevo espacio. Mientras tanto se disculpan innecesariamente por el desorden del que aún es su hogar. Tal desorden no se nota y, en

todo caso, no importa. Los papeles sobre la mesa del comedor se deben a que Abel sigue dibujando cuando llega a su casa. Jessica hace lo mismo. A pesar de que cada uno ocupa un taller propio fuera de casa, no pueden evitar continuar trabajando. Abel lo explica: «Es que esto no es mi trabajo, es mi vida. No me imagino qué soy, si no soy un creativo». Son conscientes del peligro latente de la rutina. Sobre todo de una que los mantiene inmersos en mundos propios. Espacios internos en los que a veces los puentes no son fáciles de encontrar. Crear

Jessica Butrich llama a este 2013 «el año del cambio». Su carrera empezó pronto –ya en su primer año, estudiando Diseño de Modas, se hizo de algunas clientas–, pero quiso avanzar lentamente. A Jessica le gusta sentirse segura de sus decisiones. Luego de cinco años de producir solo colecciones de zapatos, en abril del 2013 se presentó por primera vez en Lima Fashion Week con una colección completa: ropa, zapatos y accesorios. El resultado fue una invitación a la Semana de la Moda de Madrid con una colección que fue muy comentada en el medio español, y que Jessica

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Perfiles

de la nueva muestra que expondrá en julio del 2014: esta vez no se realizará en la galería Lucía de la Puente, a la que Abel ha pertenecido los últimos años; esta vez no quiere que el espacio lo limite ni que sus piezas se adapten a otras paredes. Su próxima muestra será la primera vez que invite a los espectadores a un espacio enteramente levantado por su creatividad. La primera vez que otra persona verá lo que sucede dentro de su cabeza. Excepto por Jessica, claro. Entre ellos no hay celos profesionales ni egos heridos de creador. Ambos se necesitan de distintas maneras: Abel puede despertar a Jessica en la madrugada porque conversar con ella aclarará su mente y su lápiz. Y en medio del estrés que supone armar una colección y manejar un showroom, Jessica agradece saber que Abel está cerca. Ambos comparten una fascinación por la estética de otras décadas, pero la reinterpretan para cuestionarse, desde sus artes, sobre el tiempo que les tocó vivir. Disfrutan la decoración y son cachivacheros, y en su nuevo departamento intentarán no llenarse «de cosas viejas». «Este año ha sido el más importante», repite Jessica. «Pero al final de cada año siempre decimos lo mismo». «Quizás nuestra obsesión con lo retro venga de nuestra preocupación por el tiempo», continúa Abel, sentado frente a su esposa. «A veces nos frikeamos porque tenemos treinta años y hay demasiado que queremos hacer». Jessica cree que es posible. Y también cree que su generación, al dar tanta importancia a la inmediatez, ha perdido la noción de «para siempre». Quizás. Pero no ellos. Ellos la tienen clara.

presentó también en LIF Week de noviembre con gran acogida. Su showroom, remodelado hace algunas semanas, no ha parado de recibir interesadas. «Este ha sido el año más importante de mi carrera», sentencia Jessica. También ha sido un año muy importante para Abel Bentín.

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Ha sido el año en que ha resultado finalista de Pasaporte para un Artista, y en que dos de sus esculturas se colocaron en el inaugurado Hotel B. Es uno de los artistas expuestos en la gran colectiva auspiciada por The Factory Studio, en Miami. Y ha colaborado con Gastón Acurio dise-

ñando la vajilla para el nuevo menú de Astrid&Gastón: Gastón le pidió platos, Abel le presentó esculturas. Ha sido un año en que Bentín ha aprovechado para volver a sus raíces, a sus primeros trazos. En unas semanas empieza el proceso de creación

Dirección de arte y styling: Jorge Miranda Producción: Micaela Payet y Mariana Chamot Maquillaje y peinado: Sara Nuñez Fotos making of: Gabriella Pinto Video making of: Sensorial Films Agradecimientos: Butrich, Sirana y Klimax Mira más fotos y el video de la sesión en www.asiasur.com



Sonidos

El concierto debe continuar

Una banda peruana de rock pop que suena en MTV y en las radios mexicanas casi se extingue luego de un exitoso concierto. ¿Qué fue eso que mantuvo la musica de Locomotor encendida? +74

Este año, en Buenos Aires, los cuatro integrantes de Locomotor grabaron su segundo videoclip. Tocaron en una fábrica abandonada y fueron entrevistados por la cadena musical HTV. Su primer disco, que saldrá a la venta a mediados de año, comparte ingeniero de sonido con Maroon 5 y Black Eyed Peas. Su primer video, No quiero, tiene 160 mil visitas en YouTube. El fanpage de la banda tiene 50 mil fans. Antes de colgar su debut audiovisual


Por Javier Wong

personas, pero esa noche no. Esa noche le abrían el concierto a Paramore, la famosa banda de pop rock liderada por Hayley Williams. «Es mi grupo favorito», dice Jeff Carrera, el bajista. Usualmente el telonero de un grupo internacional funciona como un aperitivo: las personas esperan ansiosas que su función acabe para pasar al plato fuerte. Esa noche, sin embargo, fue la excepción. A la segunda canción ya habían conectado con la gente, y, al culminar la sexta y última, el público pedía más. Esa tocada les abrió puertas musicales: contratos de representación con disqueras, tener una plataforma de producción que trabaje con ellos, explotar en las redes sociales.

N E O N A R E V E EST

ASIA

Luego de esa tocada, también, renunciaron tres integrantes de la banda.

«Sí, Jeff le dio su besito a la cantante», dice Óscar Rojo, el baterista, y todos ríen. Han pasado tres años del concierto de Paramore y él todavía no formaba parte del grupo. Ahora, junto con Oscar Schleien, la guitarra principal. Ambos entraron al grupo luego de ese concierto y conforman el renacer de esta banda que estuvo al borde de la muerte. «Nuestro momento más difícil fue ese, cuando nos quedamos solo Jeff y yo», comenta Gino Olcese. Alcanzaron su pico musical, y todo se derrumbó. «¿Y qué hacemos?», le dijo Gino a Jeff ese día. Luego de la adrenalina, ya en frío, se pusieron a pensar en música. Decidieron no dejar el proyecto en el aire y buscar dos integrantes. Personas con las que haya feeling, que permitan un cambio en el grupo y afiancen las nuevas posibilidades musicales que la tocada les había dado. Así se reformó el nuevo Locomotor. Dejaron los conciertos por unas semanas. Comenzaron a trabajar de nuevo, a conocerse, a ver si podían convivir como banda. El resultado fue un sonido renovado. «Antes del cambio, nuestras melodías eran más chicle, más pop», comenta Jeff. Tal vez tenían más canciones pegajosas, que enganchaban rápido con el público, pero faltaba algo más. «Sentíamos que lo hacíamos más para afuera que para adentro», dice Gino. Cuando querían dar más fuerza a sus canciones no podían, se quedaban en un tono muy ligero.

en la web, MTV Hits, filial del canal de música que transmite videoclips las 24 horas del día, ya emitía la canción de la banda. Han tocado en Chiclayo, Trujillo, Arequipa, Huaral, Cusco, y quieren emprender una gira por todo el país. Están sonando en radios ecuatorianas y mexicanas. Todo esto vino luego de la tocada más importante de la banda. Frente a 12 mil espectadores, la voz tiembla. Gino Olcese, el vocalista, nunca había cantado para tanta gente. Usualmente lo hacía para 3 mil o 4 mil

Ahora, con los dos Óscar en el grupo, sienten que las canciones tienen una onda más roquera. «El peso de las guitarras es distinto», dicen. Además utilizan unos beats electrónicos más puntuales. Creen sonar más rock y menos pop, y de esa manera atraer a un público más amplio, que no base sus gustos solamente en ritmos digeribles y pueda descubrir a los integrantes de la banda a través de sus canciones. «La onda es mucho mayor y menos infantil», señala el vocalista. A veces, cuando ensayan, Gino y Jeff piensan en aquella noche de Paramore. «Ese día estábamos tan nerviosos», dicen, e imaginan su fracaso. Si tocaban mal, los iban a linchar como banda. Las críticas hubieran sido feroces, los anticuerpos musicales del público también. «Te juegas a quedar mal de por vida», dice Óscar Rojo, mientras pensaba en lo que sintieron sus compañeros. Por suerte este nuevo Locomotor no tiene miedo de arriesgar.

Promoción válida solo en el local de Asia días viernes, sábado y domingo. No acumulable con otras promociones y/o descuentos. Se aplican recargos por delivery y take-away.

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Por Rodrigo Alomía

E l a r t E

d E u n a

Desde hace tres años, Balkanica crea diseños exclusivos inspirados en los materiales de calidad que utilizan para reflejar un estilo de vida fresco y moderno. Su nueva colección, Our Summer 2014, ofrece, además de su línea clásica de mujer, la línea Home y Kids, además de consolidar la línea Balk+man, para hombres.

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Cada prenda o accesorio se trabaja de forma única —como si estuviera dispuesto en un lienzo— con telas nacionales, europeas o norteamericanas, y así se evita producir en serie, una característica de la mayoría de empresas

Jesús Pedraglio pinta cuadros desde hace diez años. Cada vez que encuentra un color o una textura que lo inspira a crear, comienza a trazar las líneas que se convertirán en pinturas, como la obra que contempla ahora, orgulloso, dentro de su tienda de ropa Balkanica. Fue hecha a plumón sobre veinte cartulinas unidas. Única y con estilo propio. Este cuadro puede explicar el espíritu que guía a la marca Balkanica. «Nuestros diseños son exclusivos porque trabajamos al revés de las demás marcas que diseñan una colección y luego buscan los materiales que utilizarán», explica el dueño. Cada prenda o accesorio se trabaja de forma única —como si estuviera dispuesto en un lienzo— con telas nacionales, europeas o norteamericanas, y así se evita producir en serie, una característica de la mayoría de empresas. Es decir, la calidad, el cuidado y la exclusividad destacan en cada producto que ofrece Balkanica en su tienda del pasaje Atenas en San Isidro; sea un cojín, un vestido colorido o algún muñeco de tela personalizado, entre muchas cosas más. «La creatividad está en varias cosas –dice Jesús–, desde un cuadro hasta en la ropa que usamos. Lo que queremos hacer con Balkanica es que, más que una marca, se asemeje a un estilo de vida donde cada prenda o accesorio sea una pieza artística». Jesús y su novia Tania Jelicic –quien fundó la marca y la nombró como tal por la zona de los Balcanes en Europa de donde proviene su familia– se han trazado un fin a largo plazo: tener tiendas en las

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playas más importantes y bellas del mundo y representar la identidad peruana en sus diseños y creaciones. Balkanica transmite en sus prendas la frescura y comodidad ideal para el verano, además de un espíritu playero que nace del amor que sienten Jesús, Tania y su familia por el mar. Él, por ejemplo, disfrutó desde niño de su vida en Punta Hermosa, y aún regresa cada año a aquel balneario limeño para surfear. Le disgusta saber que no hay planes para cuidar el mar y que aún se continúa botando los desechos en este como si fuese un gran basurero líquido. Por eso tiene planificado que Balkanica, además de una tienda de ropa, accesorios y obras de arte, se convierta también en un refugio donde se difunda la idea del respeto a la naturaleza. Han pasado tres años desde que Balkanica inició su camino en un pequeño showroom. Tania retrocede en el tiempo y recuerda con cariño cuando solo vendían cuatro productos: batas, pantalones, faldas estilo gipsy y vestidos. En ese lapso de tiempo han logrado avanzar a pasos agigantados, pero aún mantienen el espíritu que desde entonces los caracteriza. «Nosotros primero buscamos el material de calidad y en función de este pensamos qué haremos para la temporada», explica Tania. Parten de lo que tienen para crear una prenda o un accesorio, así como crean al pintar un cuadro.


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Misceláneas / Presidente de Carbon Fund

La última CADE Ejecutivos demostró que los empresarios peruanos están siguiendo la tendencia mundial: ser responsables con el medio ambiente genera mayores ventas. Peru Carbon Fund presenta un estándar local de certificación para compensar la huella de carbono y, de paso, colaborar reforestando la selva. La ecología puede ser un negocio rentable. +80


Por Rebeca Vaisman

INAUGURACIÓN Este 11 de Enero a las 9 pm te esperamos en la inauguración de La Jota- Restobar. Ven y celebra con nosotros este día tan especial !!!

¿Cuánto pueden contaminar mil empresarios peruanos durante tres días? La edición 2013 de Cade Ejecutivos, que contó con más de mil participantes reunidos en Paracas para la cita, se convirtió en el primer evento del carbono neutral en el Perú. ¿Qué significa esto? Primero, que se determinó el nivel de contaminación que implicaron los días de reunión; es decir, la huella de carbono: fueron cien toneladas de CO2, provenientes de buses que movilizaban a la gente, de los autos de aquellos que fueron por su cuenta, y de la energía de cuatro grupos electrógenos que dieron luz y electricidad a las instalaciones. ¿Es posible compensar cien toneladas de dióxido de carbono? En este caso sí: con cinco hectáreas de árboles nativos reforestados en la selva central peruana, que equivalen a cien certificados comprados a Peru Carbon Fund, la primera certificadora de carbono neutral peruana.

Devolver a la naturaleza Hace once años, el mercado voluntario de carbono neutral era incipiente en el mundo. Y en el Perú no existía. Ese 2002 un grupo de jóvenes emprendedores decidió apostar por la Amazonía peruana. Se internaron en la selva e iniciaron un proyecto de reforestación de árboles nativos, con miras a la posibilidad de que, un día, en un Perú consciente del medio ambiente, el carbono limpio emitido por los árboles se convierta en un producto con valor. Hace dos años, el momento pareció haber llegado, y nació Peru Carbon Fund. Este se propone que las empresas compren carbono neutral proveniente de árboles, para compensar el CO2 que emiten a través de la energía que usan para funcionar. «La energía del Perú es bastante limpia», señala Alessandro Riva, director ejecutivo de PCF. «La luz, que viene de la Red Nacional, proviene de hidroeléctricas en 50%, y eso es energía limpia. El resto proviene del gas, y en menor medida del carbón». La contaminación que genera una empresa se mide a través de su matriz energética: su uso de luz y su quema de combustible. Según Riva, con esos datos puede establecerse la contaminación de la empresa al 95%.

La Jota - Restobar se especializa en cocina española siendo La paella, tortilla de patatas y sus deliciosas tapas.

PCF hace esa medición. Luego ofrece la oportunidad de compensar al medio ambiente a través de sus certificados de carbono neutral. PCF trabaja con distintos reforestadores en la selva, financia sus cultivos sostenibles, y actualmente tiene 100 mil toneladas de carbono limpio por vender para el 2014, distribuidas en más de tres mil hectáreas de árboles. Cada certificado equivale a una tonelada de dióxido de carbono compensada, y cuesta veinte dólares. PCF ha creado un estándar forestal propio que Riva describe como «simple y lógico». «Está diseñado para que un agricultor la siga fácilmente, y para que se pueda medir fácilmente también la huella de carbono de una empresa», continúa el director. «No queremos que el agricultor de la selva cambie su dinámica; solo queremos que cambie de cultivo». «Los reforestadores del Perú son pioneros», opina Riva.

Ubicados en el lote 3 plaza 5 (Plaza Gourmet). Teléfonos 3786605 y 966022994


Ecologías

La COP 2014 se llevará a cabo el próximo diciembre en el Perú. Se trata de la conferencia más importante a nivel mundial sobre cambio climático: se esperan 20 mil visitantes de más de 190 países para discutir temas ambientales

La inversión es grande: reforestar una hectárea cuesta alrededor de 15 mil soles, y los resultados se ven en cuatro o cinco años. Además se tiene que reforestar un mínimo de diez hectáreas, ya que es un negocio de volúmenes. Sin embargo, el potencial es igual de grande que la apuesta: «Queremos convencer a más agricultores para que reforesten, y demostrar que en el Perú hay gente interesada en comprar carbono neutral. Nos proponemos sembrar 25 mil hectáreas de árboles nativos en los próximos diez años».

Verde vida Alessandro Riva es diseñador gráfico de profesión, y un interesado en marketing y publicidad. Pero reconoce que su experiencia de once años reforestando le ha dado conocimientos muy valiosos que hoy pone en práctica. Después de todo, si quiere vender el carbono producido por un árbol, tiene que entender cómo crece este. «La idea de la reforestación es producir madera sostenible que pueda venderse en el mercado», explica. ¿Y dónde radica la competitividad de los madereros peruanos? Para Riva la respuesta es clara: en las especies nativas. «En el país hay mucha siembra de pino, un árbol que no es nativo. En el mercado competimos con Chile, en que el 5% de su PBI proviene de la venta de pino. Es imposible competir con eso. Tienes que salir al mercado con especies nativas, no exóticas. La Amazonía peruana produce árboles como Guazuma crinita, Bixa y Colubrina glandulosa, que son menos aceitosos, crecen más rápido y no tienen ojos en su madera. Pero hasta hace poco, nadie había experimentado con estas especies, explica Riva. De acuerdo con su planteamiento, PCF abarca una serie de problemas y trata de resolverlos a la vez. Por

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un lado, está la compensación de dióxido de carbono que incide en el nivel de contaminación del país. Por otro, la reforestación de especies nativas maderables, lo que genera trabajo. Esto apunta a desarrollar una industria maderera peruana con buen valor en el mercado internacional. Y, finalmente, se ataca el preocupante tema de la deforestación de la Amazonía a causa del cultivo de hoja de coca y la minería ilegal. Según un estudio publicado hace dos meses por la revista oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la tasa anual de deforestación en la región Madre de Dios se ha triplicado desde el 2008 como consecuencia, principalmente, de la extensión de la minería ilegal del oro.

Desarrollo nacional Según una investigación realizada por la consultora de marca Interbrand, 43% de 300 directores ejecutivos en el mundo considera que se incluyen factores relacionados al cambio climático en la valorización de sus empresas. Y una encuesta global hecha por la consultora Endelman & Associates señala que el 85% de los consumidores mundiales prefiere marcas socialmente responsables. Estas prometedoras cifras han generado, también, una serie de malos usos denominados greenwashing: una actividad que utiliza la imagen ‘verde’ con fines

exclusivamente marketeros, sin cumplir cabalmente con sus promesas éticas. En el último reporte de Los pecados deL GreenwashinG [2010], desarrollado por la organización Terra Choice, más del 95% de productos norteamericanos que se presentan como ecológicos incumple con alguna de sus afirmaciones o las utiliza ambiguamente. PCF quiere convertirse en un logo que garantiza la compensación de la huella de carbono de sus clientes. Por lo pronto, la ONG estadounidense Forest Trends, cuya labor está orientada a la sostenibilidad de los bosques, ha mencionado en su informe 2013 a PCF como uno de los estándares de certificación que vale la pena tener en cuenta a nivel mundial. «Nosotros vamos a vender a las empresas la idea de que ser carbono neutral es bueno comercial y publicitariamente. Y lo es», asegura Riva, con entusiasmo visible. «Me encantaría que en un futuro las empresas lo hagan por filantropía: pero hoy no puedes pedir a compañías que recién están haciendo utilidades, después de quince años, que de pronto donen dinero para reforestar el país. Sin embargo, este es un tema que tiene una respuesta comercial positiva», afirma. Y agrega algo más, antes de marcharse a la última reunión de directorio de PCF del año: «Las marcas ya no son de las empresas, sino de los consumidores. Y la gente quiere productos que no contaminen».



¿Qué es un

hombre?

según 28 años. Chef, modelo, conductor de televisión. Adora volar parapente, hacer paracaidismo y caída libre. Esa mezcla de profesiones, facetas y hobbies no solo le significa a Luciano Mazzetti una agenda apretada cada semana, sino también un ritmo de vida agitado que disfruta desde hace algún tiempo. El chef de La Factoría 1075 cambió sus estudios de Ingeniería Industrial por las clases de Gastronomía en Le Cordon Bleu. Tenía veinte años y a su madre –su inspiración para cocinar– no le agradó la idea. Pero no hubo mucho que ella pudiera hacer, porque Luciano trabajaba como modelo desde los diecisiete años, y así pudo pagarse la carrera. ¿Cómo sobrelleva el tiempo este chef que hace pocos meses dirige un negocio de cervecería artesanal junto con un amigo? Luciano es un hombre que siempre ha hecho lo que le apasiona. Por ejemplo, está absolutamente enamorado del viento y no encuentra explicación a lo que siente cuando pasea por los cielos de Lima en un ala delta o un paracaídas. Era su sueño desde niño, y hace cuatro años lo viene cumpliendo. Él no posterga sus pasiones. Lleva un ojo tatuado a la altura de su pecho para no olvidarlo: «Quiere decir que tenemos que dejar de ver con esto –dice mientras se apunta la sien con el dedo– para limpiarnos y ver con el corazón».

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Lu cia no Mazzetti

Fotos de Alonso Molina / Dirección de arte y styling de Juan Tragant




Sudadera PIETÀ. Pantalón de cuero WACHO


Camiseta LAMA


Cinturón DIOR. Pantalón SURFACE TO AIR / / Dirección creativa: Juan Tragant / Producción: Pia Gonzales Vigil y Mariana Chamot / Asistente de fotografía: Lobo / Maquillaje y peinado: Luis Salcedo

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Por Rodrigo Alomía / Fotos de César Campos

ALTER

A Ugo Plevisani no le interesaba la comida cuando era un niño. Comía muy poco, casi nada, y su delgadez preocupaba a su familia. No sería hasta que su padre compró una finca en Orvieto, Italia, cuando descubrió a fondo la gastronomía y se interesó por ella. Años más tarde se convertiría en uno de los principales referentes de la cocina italiana en el Perú. Mezcla y crea nuevas delicias con el mismo deleite que dedica a su otra pasión: la percusión.

EGO Ugo Plevisani

61 años. Chef / Percusionista


ALTER EGO

Nací en el Perú, pero a los diez años fui a vivir con mis padres a Italia, su tierra natal. A inicios de los setenta viajé a Estados Unidos a seguir mis estudios en Humanidades. Allí noté cómo algunos estudiantes se tomaban muy en serio la cocina. Cuando regresé al Perú a los veintinueve, ya sabía cocinar. Empecé a trabajar en la misma televisora que la cocinera Teresa Ocampo. Un día ella me invitó a su programa y preparé la pasta molotov, que consiste en usar vodka con ajíes macerados en la preparación de la salsa. Cocinar en un restaurante no te lo enseña ninguna escuela. Un día decidí que no quería ser empleado de nadie y compré el restaurante La Trattoria di Mambrino en Miraflores. Ya tenemos veintiséis años y cinco Bodegas de la Trattoria en Lima.

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Ugo Plevisani

Siempre me gustó la percusión, y desde niño aprendí a tocar la batería. Pero a los catorce años quedé decepcionado cuando vi a un muchacho tocar su batería de una forma más libre y menos formal que la mía, al estilo de Ginger Baker. Dejé el instrumento y comencé a interesarme por otros. Adoro la música afrocubana folclórica tanto como la afroperuana; nunca me canso de escuchar sus sonidos. Las congas más antiguas que tengo las compré a mi regreso al país. Fueron creadas para la agrupación Perú Negro, y están hechas de madera de diablo fuerte. Hace poco mi amigo Dante Albertini me invitó a que tocara mis congas con su grupo musical. Me moría de miedo porque no soy un profesional, pero esa noche, en el Cocodrilo Verde, la presentación salió bien. Trabajar en equipo es muy bello.

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Proyectos

Un edificio con cuatro caras +94

José Orrego, fundador del estudio de arquitectura Metrópolis, ha diseñado otro proyecto: un edificio con cuatro fachadas. Para él planos e ideas deben romper el estándar. Dice que Lima necesita propuestas frescas, que rompan con lo cotidiano y raspen el cielo.


Por Joaquín Salas

Arquitectura de colisión, de eso se trata. José Orrego, con más de veinticinco años de experiencia en el mercado arquitectónico peruano, da un valor adicional a sus propuestas utilizando esta idea. «Siempre se parte de variables económicas y normativas. Lo que hay dentro del proyecto», señala el arquitecto. Luego se le incorpora una concepción impensada, nueva, que

se contrapone a lo propuesto. «Algo que colisione con todo lo que botaría el proyecto tradicional», afirma la mente detrás del edificio Omega en Surco y la ampliación del Boulevard del Jockey Plaza. Esto genera nuevas reglas y una alternativa diferente que empieza a definir el proyecto. «Es una metodología que nos permite explorar asuntos arquitectónicos que mucha

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Proyectos

Con este proyecto José Orrego quiere mejorar el horizonte arquitectónico de Lima. «Es una manera de hacer ciudad. Un edificio que al estrenarse puede cambiarlo todo» gente no haría», dice Orrego, que ha diseñado desde cementerios hasta restaurantes de comida rápida. Así, utilizando el sistema que él y su equipo en Metrópolis emplean desde hace veintitrés años –y junto con el estudio BMA de Argentina–, ganaron un concurso de proyectos de la empresa constructora Edifica: un edificio holístico, que posee cuatro fachadas y se ubica en Magdalena: el Sky Tower 757. «Lima siempre ha tenido edificios de una sola cara, las demás son muros sólidos o fachadas de servicio», señala Orrego. El diseño que hicieron en este lote permite una mejor calidad en el espacio, iluminación natural que entra por cuatro lados y, por ende, un mejor uso de las áreas verdes. «Usualmente en estos proyectos se intenta ganar metros juntando la construcción hacia los costados. Aquí no; y eso le da una mejor calidad al producto», señala Orrego. Con este proyecto, además, Orrego quiere marcar pauta y mejorar el horizonte arquitectónico de Lima. «Es una manera de hacer ciudad. Un edificio que al estrenarse puede cambiarlo todo», dice. En grandes urbes del mundo, como Nueva York o Berlín, los edificios no solo miran hacia adelante. Tener solo una

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fachada por construcción, según Orrego, maltrata la imagen de la ciudad: «Justamente por eso la estética de estas ciudades es mucho más clara». Con proyectos como el Sky Tower pretende abrir puertas para esta tendencia en Lima. Otro factor es conquistar las alturas. El proyecto en Magdalena tiene veinte pisos, y para Orrego es importante que los edificios sean cada vez más altos. El precio promedio del metro cuadrado en Lima se elevó 20,7% respecto al año pasado, y la tendencia es que continúe en alza. «La tierra se ha convertido en un bien escaso y costoso, las casas se convertirán en edificios», comenta Orrego. En Lima una construcción promedio tiene entre ocho y diez pisos. «Aquí todavía se tiene cierto rechazo a la altura», señala el arquitecto. Para él los edificios también son símbolos, y tener más rascacielos en la ciudad implica sentirse más importantes. «Se trata de que la gente vaya perdiendo el miedo». Para que estas grandes construcciones proliferen, los edificios deben ser sostenibles en el tiempo, certificar las construcciones que respeten áreas verdes, así como utilizar sensores de iluminación

y baños de bajo consumo potable. «Una política saludable sería premiar con beneficios municipales y tributarios a edificios que respeten parques y jardines», dice Orrego. El esfuerzo no servirá de nada si estos proyectos no tienen un aval en el mercado inmobiliario. El arquitecto espera que proyectos como el edificio de las cuatro fachadas tengan cabida entre constructoras limeñas. «A veces es bueno arriesgar; de esa manera se tiene un producto mucho más atractivo para la gente», comenta. En el futuro desea seguir aplicando su teoría de colisión arquitectónica y generar más conceptos innovadores, como el de las múltiples fachadas en una sola construcción: «A mí me da gusto porque ese proyecto es, sobre todo, una buena idea».


especial


Especial de Salud / Supermedicinas

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Por Por César César Becerra Becerra

Los medicamentos biológicos son fármacos sofisticados que atacan las enfermedades de manera más certera. En el Perú aún no son tan conocidos como la aspirina o un antigripal. Si uno aborda la salud desde la prevención, esta falta de información puede ser determinante.

El Día de San Valentín tiene un significado distinto para Roxana Arbe. Un 14 de febrero recibió un flechazo del destino que nadie espera recibir jamás en su vida: le detectaron cáncer de mama. Roxana, psicoterapeuta de 39 años de edad en aquel entonces, pensó en su hijo de dos años y en una coincidencia horrible: su mamá murió de cáncer cuando ella tenía la misma edad que el niño. Semanas después, los médicos determinaron que el cáncer estaba en la etapa III. Debían operarla, someterla a sesiones de quimioterapia, monitorearla durante meses. Por su estatura –Roxana mide 1.30 metros– los especialistas sabían que era un caso de alto riesgo. No tenían idea sobre cómo iba a reaccionar ante los tratamientos. El riesgo de morir después de una sesión de quimioterapia era real. En algún punto del proceso, cuando ya había iniciado las sesiones de quimioterapia, un médico le propuse utilizar medicamentos biológicos. Roxana, como muchas personas, nunca había escuchado sobre ellos. De hecho, si usted hace un breve sondeo con las personas que tiene cerca, es muy probable que la

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Especial

Roche, una compañía dedicada a la producción de medicamentos biológicos, explica que un anticuerpo monoclonal – anticuerpo clave en la industria farmacéutica– de un medicamento como la aspirina tiene 21 átomos, mientras que el de un medicamento biológico puede tener más de 25 mil.

medicamento biológico (anticuerpo monoclonal)

aspirina

Los medicamentos biológicos son caros. Esto se debe a que el proceso de elaboración de cada fármaco toma años y es cientos de veces más complejo que un medicamento químico convencional

mayoría no conozca estos fármacos. «Son medicamentos producidos a partir de células vivas», afirma José Juárez, decano de la facultad de Farmacia de la Universidad Mayor de San Marcos. «Son sustancias parecidas a las proteínas humanas y tienen propiedades farmacológicas. Se manipulan genéticamente en laboratorios para que puedan enfrentar determinadas enfermedades», agrega el especialista. Estos medicamentos se emplean para tratar males considerados ‘catastróficos’ tales como cáncer, artritis reumatoide o diabetes. La principal ventaja radica en lo siguiente: actúan de manera específica en el organismo, sin dañar las células sanas del paciente. En términos concretos, esto se traduce en una reducción de los efectos secundarios, en una mejor calidad de vida y hasta en mayores chances de curación de la enfermedad. Es una herramienta que brinda esperanza. Roxana Arbe, por ejemplo, sonríe. Es un día soleado de verano y han pasado casi dos años desde aquel inolvidable 14 de febrero por motivos nada románticos. Al verla

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así, tan contenta por compartir su historia, resulta difícil creer que haya vivido un proceso clínico tan duro. «Siempre me dicen eso. Por un lado, creo que mi actitud ha sido clave. Pero haber usado medicamentos biológicos ha ayudado mucho también. Como me ves, me siento sana». El presente de Roxana es un caso feliz que desafía las estadísticas, pero es necesario precisar que los medicamentos biológicos, si bien mejoran la calidad de vida y luchan contra la enfermedad de modo más preciso, no representan garantía de curación en todos los casos. Aun así, son armas poderosas. «No son mágicos ni funcionan de manera inmediata. Al contrario, requieren tiempo para que actúen. Lo cierto es que son opciones que existen en el mercado, se usan y tienen buenos resultados», precisa Juárez. Otra aclaración importante radica en que los medicamentos biológicos no reemplazan a otros métodos al 100%. «Por ejemplo, en casos de cáncer, se utilizan de manera combinada con la quimioterapia o la radioterapia», asegura Raúl Velarde, director médico de Roche. «Este cóctel mejora de manera importante las posibilidades del paciente».

Alternativas costosas Los medicamentos biológicos son caros. Esto se debe a que el proceso de elaboración de cada fármaco toma años. «El mecanismo de producción es cientos de veces más complejo que un medicamento químico convencional», señala Velarde. Tal complejidad, en términos de tecnología, tiempo y dinero, se traduce en un precio final sumamente elevado y difícil de costear para el paciente. Roxana Arbe se llevó un susto cuando fue a la farmacia con la receta del médico. «Me anotaron la cifra en un papelito. No lo podía creer cuando leí: 8 mil 100 soles cada dosis. ¡Yo necesitaba 16 sesiones!», dice. En otras palabras, ella tenía que desembolsar 129 mil 600 soles. Es aquí donde aparece la pregunta trascendente: ¿cómo acceder a medicamentos tan costosos? Por un lado, mediante los seguros de salud. En el Perú, varias compañías ofrecen programas que contemplan la cobertura de estos fármacos. Otro camino es el seguro social. Roxana, por ejemplo, pudo acceder a los medicamentos gracias a su seguro de EsSalud. El consejo: ahora que usted sabe que existen estos fármacos, consulte a la compañía aseguradora si los ofrece. No está de más.



Especial Especial de Salud

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Por Pablo Panizo

Cuerpos en emergencia El mundo de la fisioterapia y la rehabilitación tiene tantas opciones como lesiones existen. Más allá de las diferencias entre cada escuela, los terapeutas coinciden en que, por insignificante que parezca, una lesión mal tratada acompañará a su víctima toda la vida. Tres especialistas nos presentan tres formas de recuperar por completo lo que nuestro cuerpo perdió.

Apuntar al origen Arturo Gutiérrez está acostumbrado a tratar pacientes al borde de la desesperación. Podría decirse que esa es la especialidad de la terapia manual ortopédica. Llegan a Kinesia después de probar sin suerte la terapia física tradicional, o de haber abandonado sus tratamientos, cuando el dolor se les ha vuelto crónico. No pueden dormir, no pueden caminar con facilidad, no pueden agacharse. Arturo está

convencido de que para curar el sufrimiento crónico lo primero que se necesita es convencer al paciente de que no está enfermo, sino que tiene una disfunción de movimiento, y que por lo tanto hay que ir al fondo del asunto. «El paciente debe saber a qué se enfrenta. Hay dos caminos: desaparecer el dolor, o ubicar y modificar el origen del problema», explica. En Kinesia se opta por esa segunda vía. «Conociendo el origen solucionas el 50% del problema», asegura.

La clave es acercarse al dolor desde todos los ángulos. Los problemas tienen un origen, y la tarea es encontrarlos. Arturo dedica una hora entera a conversar y, a partir de esta charla, desarrolla exámenes especializados que descartan algunas hipótesis y confirman otras. Desde ese momento, el tratamiento busca disminuir progresivamente el dolor, reeducar motoramente la zona afectada y enseñar al paciente a rehabilitarse, una palabra que es común pero que muchas veces no acompaña

a la fisioterapia. El compromiso es la base de la terapia manual ortopédica. Arturo se compromete a un tratamiento personalizado y pormenorizado. A cambio el paciente debe comprometerse con su recuperación, una actitud que resulta difícil en pacientes que arrastran padecimiento, pero que se hace más fácil cuando son capaces de reconocer el nivel de dolor y su disminución en el transcurso de la terapia. El trabajo de uno solo no basta: en Kinesia trabajan el doctor y el paciente.

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Especial

Las agujas para acupuntura son delgadas como un cabello. En cada sesión se utilizan entre seis y ocho y luego se renuevan. Por treinta minutos el paciente está quieto, esperando que la terapia surja efecto

El meticuloso Dr. Azzollini El médico deportólogo Alberto Azzollini está obsesionado con la prevención. Cuando eligió su especialidad sabía que no quería la traumatología, no porque no le guste tratar lesiones, sino porque le fascina prevenirlas. Para ello se vale, sobre todo, del que considera su mayor equipamiento tecnológico: una silla. Escucha a sus pacientes en el consultorio de Medicina del Deporte de la Clínica Chacarilla y les hace todas las preguntas que nunca les hicieron. «Me intereso mucho por las historias clínicas. “¿Tu padre está vivo?”, pregunto. “No, murió”. “¿De qué?” “No sabemos, a los cuarenta y pico. Se echó a dormir y no despertó”. Yo me digo “muerte súbita, a este chico hay que revisarlo de arriba abajo”». Así es el Dr. Azzollini, un indagador dispuesto a que la prevención deje de ser una rareza en nuestras clínicas. Mientras que lo logra, sin embargo, hasta su consultorio llegan sobre todo deportistas profesionales y aficionados que han interrumpido el ejercicio por algún mal evidente. Su misión es darle la vuelta a su diagnóstico y encontrar pistas de otros problemas. Una persona con sobrepeso y un tobillo resentido no necesariamente

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necesitan una dieta. ¿Si se trata de un problema de tiroides? Hipótesis como estas necesitan ser descartadas y para ello se deriva el problema hacia las distintas áreas de la clínica. «Trato que los médicos vean casos que normalmente no verían», explica. El consultorio de Medicina del Deporte tiene menos de un año en la Clínica Chacarilla. Pequeño aunque con un desarrollo prometedor, es el reflejo de la medicina deportiva en el país: un campo que puede ser la diferencia entre abandonar el deporte y ser un deportista de por vida.

Acupuntura Láser Las agujas son delgadas como un cabello. En cada sesión se utilizan entre seis y ocho y luego se renuevan. Por treinta minutos el paciente está quieto, esperando que la terapia surja efecto. «En la medicina tradicional china, si bien dos personas pueden tener la misma sintomatología, cada una puede padecerla por una causa diferente», comenta el Dr. Wingyen Mac, director médico del Centro Médico Especializado OSI. Allí, más de treinta médicos y fisioterapeutas ofrecen tratamientos multidisciplinarios, que combinan fisioterapia y quiropráctica computarizada con la

técnica oriental. Lo novedoso es que ofrecen el tratamiento de acupuntura, pero sin las agujas. Los puntiagudos elementos son reemplazados por un láser. Estrés, ansiedad, dolores musculares crónicos, trastornos alimenticios; el efecto entre agujas y rayos es el mismo. El haz de luz penetra siete milímetros la epidermis [la primera cara de la piel] y actúa sobre las células. «Lo que hace la acupuntura es estimular puntos de energía (que en chino se llaman Jing Xue, Qi Xue y Ashi Xue) que se conectan con todo el cuerpo», dice Wingyuen. Para él, la medicina china trata de manera integral las dolencias del cuerpo. Primero, equilibra la energía del organismo mejorando la respiración y circulación sanguínea. «Durante el tratamiento, los nervios envían señales a nuestro cerebro para que el cuerpo libere analgésicos naturales, logrando una sensación de tranquilidad», afirma del doctor. Al igual que realizar una actividad física o practicar Yoga, la acupuntura apunta a que las personas mejoren su calidad de vida y alivien sus dolores sin la necesidad de ingerir fármacos. «Buscamos evitar todos los efectos secundarios que conlleva la medicina tradicional», afirma Wingyuen. Y claro, ahora no se siente ni un pinchazo de dolor.



Bastiones





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Por Pamela Rodriguez

Para hablarle a una manzana

La revolución está en el huerto

Dedico mis días a escribir canciones y a cantar por el mundo. Soy hiperactiva: pinto, cocino, observo, escucho, pienso mucho, siento más, leo, consumo arte, bailo por donde pueda y ahora escribo esta columna.

Cuando la frase ‘eres lo que comes’ no es un simple cliché.

Hace un año escribí sobre el cambio de alimentación que me vi forzada a llevar cuando perdí la voz por completo, a causa de un cuadro gravísimo de reflujo gástrico que amenazó con quitarme mi canto para siempre. El asunto fue tan grave, que en enero del año pasado viajé a Nueva York para ver al doctor Kessler, un reconocido especialista de la voz. Kessler no se explicaba cómo una chica de veintinueve años podía tener un reflujo a niveles tan agudos. Fui honesta y admití que era una «bebedora social», pero que tenía eventos y fiestas todos los días, que comía grasas y picantes también a diario. Mi diagnóstico tenía una explicación en mis hábitos, y el doctor me dijo lo que yo, hace rato, sospechaba: si no quería perder la voz para siempre, debía hacer cambios drásticos. Salí de ese consultorio devastada. Pensé que no podría vivir sin mis hábitos dionisiacos, que mi vida sin mis placeres conocidos iba a ser ruinosa. Me fui de regreso a casa en el avión leyendo todo lo que no podía comer, y llegué a la conclusión, en medio de lágrimas, de que solo podía comer lo que comen las vacas. Y nada más. Entonces decidí lanzarme de cabeza a la piscina de los cambios drásticos para recuperar mi salud. Durante las siguientes semanas me abrí a recibir a varios maestros y maestras muy especiales que me ayudaron a descubrir un nuevo universo. Personas, libros y blogs, que me enseñaron que la comida es la mejor medicina para muchas cosas, y que comer sano no solo puede ser delicioso y divertido, sino también purificador. Así emprendí el camino de la alimentación alcalina, de los superalimentos, de las técnicas más sanas para

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cocinar, y, con el pasar de los días, me fui familiarizando con mi nuevo universo hasta notar cambios maravillosos en varias dimensiones. A los cinco meses volví a otra cita con el doctor Kessler, y se sorprendió mucho al ver que ya casi estaba curada al ciento por ciento. Me dijo que nunca había visto a un paciente recuperarse a la velocidad con la que me había recuperado yo. Cuando me preguntó qué había hecho, le conté de mi disciplina militar y mis nuevos hábitos, y me felicitó diciendo que ya estaba lista para darme ciertos gustitos. Cualquiera pensaría que inmediatamente después de salir del consultorio fui a un bar a brindar y a comer la comida que tanto disfrutaba antes. Pero no, no quise hacerlo. Decidí mantener mi nueva alimentación. Ahora, un año después y contra todo pronóstico, tampoco quisiera dejarla. Me siento más sana y lúcida que nunca. La nueva alimentación no solo hizo que cesara el reflujo, sino también la ansiedad que antes no me dejaba dormir, mejoró mi piel y la energía con la que enfrento el día a día. Creo que es una lección valiosa elevar la conciencia respecto a lo que damos a nuestro cuerpo. Alguna vez leí que Manu Chao dijo: «La gran revolución está en el huerto». Aquella vez entendí la frase desde la perspectiva del abastecimiento alimentario. Pero hoy la entiendo desde el prisma de la salud. Tengo la esperanza de que el huerto revolucione el costoso y mal gestionado sistema de salud. El huerto, no lo dudo, me ha salvado la vida.




SO SO OOO CIA OOO LES



LIMA LIMA C.C.C.C. JOCKEY JOCKEY PL APL Z AA Z A




Tanto movi miento Te mostramos toda la movida de los mejores eventos de Lima...

Erika Tejada y Miguel Tudela en cumpleaños de Michaela Salazar y Toto de Romaña, Pulpos.

Luciana Blomberg y Zorka Aguilar en privado de Kalimba, Miraflores.

Alejandro Figuerola, Antonio Buell y Antonio Figuerola en fiesta de año nuevo en Playa del Golf, Asia.

Carlos Arnillas y Luis Cabanillas en fiesta Sky Heaven, Jockey Club.

Joaquín de Marzi y Mafe Villegasen año nuevo Paracas.

Kalimba en su privado, Miraflores.

Jannick Zulert en fiesta Sky Heaven, Jockey Club.

Krystel Krogh, Macarena Poblete y Carolina Vigil en fiesta Sky Heaven, Jockey Club.

Jorge Luis Rosas y Nicolás Terry en cumpleaños de Ernesto Galdós, Gótica.

Ernesto Galdós y Ross Hodali en cumpleaños de Ernesto, Gótica.


Lucero de la Puente y Alberto Arrieta en cumpleaños de Ernesto Galdós, Gótica. Alba Trece Ferrari en cóctel, Gucci en Avalon, Miraflores.

Nicolás Mitterhofer y Ernesto Gutiérrez en año nuevo, Las Palmas, Asia.

Franco de Tramontana y Sandra Cauvi en cumpleaños de Michaela Salazar y Toto de Romaña, Pulpos. Paúl Tejeda, Matías Iarraguibel, Andrea Salaverry, Matías Loayza y Cristóbal Goillie Dumler en fiesta de año Delgado en Yatch Week, Croacia. nuevo, Las Palmas, Asia.

Andrea Sallers en fiesta Sky Heaven, Jockey Club.

Tamara Flores y Michelle Garreaud en cumpleaños de Michaela Salazar y Toto de Romaña, Pulpos.

Roselvi Linares, John Hartley y Lucha Hartley en año nuevo Yacht Club de Ancón.

Manuel Sardá en cóctel Gucci en Avalon, Miraflores.

Giovanna Vargas en cóctel Gucci en Avalon, Miraflores.

Anahí Gonzales Daly y Pamela Rodríguez en showroom Anima, Barranco.

Michelle Morote en año nuevo, Las Palmas, Asia.


Enrique Falcón en fiesta de año Nuevo, Santa María del Mar.

Francisco Zavala y Sergio Rosell en La Industria, Miraflores.

Karen Schwarz y Ana Maria Forno en privado de Kalimba, Miraflores.

Adriana Parra del Riego y Daniela Tocci en año nuevo Las Palmas, Asia.

Tarek Mazden y Julian Nebreda en año nuevo Paracas.

Fiorella Pennano en cóctel Gucci en Avalon, Miraflores.

Pinki Palma y Matias Mulanovich en cumpleaños de Michaela Salazar y Toto de Romaña, Pulpos.

Diego de la Torre, Maria Paz Parodi, Vanessa Ríos y Sandra Castro en fiesta año nuevo Las Palmas, Asia.

Mia Moon y Pablo Lopez en showroom Anima, Barranco.

Andrés Sánchez en cumpleaños de Michaela Salazar y Toto de Romaña, Pulpos.

Clementine Montigut y Luis Gereda en La Industria, Miraflores.


box


Playas Nuestras cámaras estuvieron captando los mejores momentos del verano por las playas de Asia. En Bora bora, Las Plamas, Playa del Sol, Cayma, Palabritas y Cocoa Beach, el sol deslumbró a los veraneantes.

Alonso Llona, Luciana Caravedo, Bosco Sábates, Male Rizo Patrón y Olivia Sábates en Playa Blanca Alessia Boner y Nicole Morguenstern en Playa del Sol.

Mariana Villarán, María Fernanda Alcocer y Lucía Masson en Sol y Mar. Anneka Hanza , Raúl Hanza y Brenna Hanza en Cocoa Beach.

Sandra Llosa y Sebastián Cuneo en Kapala

Lorenzo García en Cayma.

Fernando Villanueva y Pedro Brou en Palabritas.

Lucía Palacios y Vivian García Calderón en Kapala.


Luca Coloma, Joaquín Coloma y Freddy Nossar en Playa Blanca.

Rian Hamideh y Fátima Mahmud en Cocoa Beach.

Miguel y Gabriel Atala en Costa del Sol.

Michelle Morote y Patricia Amoros en Palmas.

Erika Valle Riestra y Ximena Ferradas en Playa del Golf.

Julianne Fisher, Toño Galdós, Lourdes Cossio y Orlando Carbo en Bora Bora.

Kinie Quiroga y Adán Maldonado en Playa Bonita.

Gabriel Huamán y Johan Aguilera en Playa Bonita.

Víctor Bazán, Adrián García y Álvaro Madueño en La Isla.


Alana La Rue, Francesca Sabroso y Alexa Daly en Playa Blanca. Axel Gerber, Ian Griffiths y Rodrigo Escalante en Playa del Sol.

Cecilia Chanove, María Ángela Chappell y Geraldine Rodríguez en Sol y Mar.

Mariana García y Belén García en Kapala.

Alejandra Paz y Carol Clarke en Kapala.

Santiago y Carlos José Inurritegui en La Isla.

Diego de los Ríos, Rodrigo Castillo y Rafaél Atala en Costa del Sol.

Fátima Inurritegui y Vania Jiménez en La Isla.

Eduardo Loli, Ernesto Tejeda y Manuel Origgi Amoros en Las Palmas.


Coco Polanco, Aníbal Aliaga y César Valle Riestra en Playa del Golf.

Iago Gerber y Jossie Jerí de Gerber en La Isla.

Nicolás Battilana y Eduardo Schain en Sol y Mar.

Hector Maggi y Francesco Arrus en Playa del Sol.

Arianna Macchiavello y Guillermo Lohmann en Kapala.

Eduardo Buendía y Adrián Arbulú en Bora Bora.

Luigi y Gabriel Bianchi Julián Cacho Sousa y Juan Diego en La Isla.

Wiesse en Costa del Sol.


Felipe Salkeld y David Melinchon en La Isla.

Rafaella Huldisch, Alfredo Huldisch, Rodrigo Huldisch, Juan Carlos Castro, Alejandro Castro y Macarena Castro en Playa del Sol.

Renzo Melandri, Mateo Palacios y Juan Andrés Sala en Playa del Golf.

Silvia Roldán y Sonia Aspauza en Playa del Sol.

Mía Roca y Katerín Pantója en Palabritas.

Cecile y Jeanine Mellet en Playa del Sol.

Rodrigo y Sandra Muñoz Najar en Cayma.

Belén Masson, Cecilia Delgado y Ricardo Aguirre Amoros en Palmas.

Christian Morante y Luciano Puppy en Costa del Sol.


2014 en Santa Maria Mar Xxxxxxdel Xxxxxx

Paracas llega el 3 del 01

Amir Shehadeh y Úrsula Aguad

Alex y Mosa Casis

En el Club Esmeralda de Santa Maria, los veraneantes del sur chico disfrutaron de una divertida fiesta de año nuevo donde los fuegos artificiales fueron la sensación de la noche.

Andrea y Daniela Lama

David Odeh y Nicole Bazo Santiago Eguren y Stefano Maza

Jorge y Jossie Soto

Italo Marsano, Laura Aramburú de Marsano, Giuliana Zerene de Revoredo y Pablo Revoredo

Alonso Martínez y Magaly Wilcox


Ximena Loret de Mola, Manuel Pinzas, Andrea Gallese y Maria José Harrison

¡Feliz día Michaela y Sebastián! Xxxxxx Xxxxxx

Sebastián de Romaña y Michaela Salazar

Herbert Telge, Mario Almeyda y Joaquín Maugere

Franco Briceño, Manuel Galup y Rodrigo Monasterio

Asia Sur estuvo en exclusiva en la playa Pulpos donde Toto de Romaña y Michaela Salazar celebraron juntos su cumpleaños con un divertido Luau. Todos los invitados vistieron collares y bebieron cócteles hawaianos.

Fabrizio Anavitarte y Alicia Ugarte

Arantxa Salazar y Adrian Riedser

Alexia León Porta y Majo Cevallos

Santiago Eguren y Stefano Maza

Luis Caballero y Kiana de Azambuja


Camila Clausen, Gilda Fernández Concha , Ximena Loret de Mola, Micha Salazar, Daniella Rodriguez, Arantxa Zagazeta, Marisol Cisneros, y Maria José Harrison

Antonella Vignati y César Siles

Sandra Salazar, Sheyla Rojas, Antonio Pavón y Gustavo Salazar

Chery Ragúz, Sebastián y Andrea de Romaña

Renzo Labarthe y Andrea de Izcue

Alessandra Verme y Belén Carrillo

Bracho Diez Canseco y Julio Santillana

Alicia Onrubia y Andrea de Romaña


Carina, Stefano y Rossella Alberti

Lonche navideño de Carina

Hernando López de Romaña, Maria Eugenia Valfre y Juan de Aliaga

Carina Alberti regresó de Londres y celebró un lonche navideño en su casa de San Isidro. Hasta allí llegaron sus amigos de toda la vida, incluso aquellos con los que veraneaba en Ancón cuando era niña. Los invitados disfrutaron de deliciosos piqueos y champagne mientras recordaban viejos tiempos.

Enrique Leguía y Jose Guislain

Connie Fletcher y Verónica Ayllón

Más fotos en www.asiasur.com

Tatiana y Philip Hirschler Gladys Courand, David Marin y Verónica Pflucker



El arte joven de Lima Jimena Ledgard, Sun Jun Lee \ 9LWR 0LUU

Underground International Gallery inaugurรณ en Barranco la muestra de arte contemporรกneo God In Colours โ The Young Art Fair In Lima. Allรญ presentaron sus trabajos destacados artistas como Kenny Ayon, Santiago Barco, Alejandro Leรณn Cannock, entre otros.

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Alberto Menacho, Giovanna Badani, Úrsula Sánchez y Enrique Leguía

Peter Mongilardi,Úrsula Vega y Calixto Romero

Antonella Legua y Jimena Elías Patricia Delgado, Cristiana Cauduro y Melissa León de Peralta

Mariana Tudela y Giselle Said

Andre Hirschler y Stefano Alberti

Bernardo Rodríguez, Eduardo Montenegro y Philip Hirschler

Jack Abugattas Lucas de Rivera Efraín ySalas y Adriana Botti

Agustín de Aliaga y Malena Blume


Prom 2006 del Villa María

Claudia del Águila y Claudia Huamán

Milka Aguinaga y Adriana Bonifáz

Reencuentro de las chicas del Villa La promoción 2006 del Villa María se reencontró para divertirse y recordar los mejores momentos en su querido colegio. Los juegos inflables y los cócteles alegraron el día.

Romina Esparza, Maria Inés del Castillo y Milca Aguinaga

Chiara Guidino, Tess Schwartzmann y Maria Laura Fossa

Leia Maccagno y Alessa Aita

Valeria Ruiz y Maria Inés de Izcue





Recibiendo el 2014 en Paracas La bahía de Paracas quedó iluminada por los juegos artificiales que dieron la bienvenida al 2014 en el Hotel Hilton. Los invitados lucieron sus mejores trajes para divertirse hasta el amanecer.

Layanna, Tarek, Tamara y Mirella Mazen

Hilton el 3 del 01 Claudia, Marco y Carla Chavez

Alejandro Díaz, Arturo Videla, Elisa Videla y Eugenia Munayo

María Paz Arenas y Renzo Esquivel

Antuanet Elías y Álvaro Silva

Daniella Navarro y Nicolás Schaetzel

Nicole y Lucas Denham



¡Felicidades graduados! Nashir, Fabianna y Giordanna Saba

El pasado 19 de diciembre hubo una gran celebración en la casa de los Saba donde se graduaron los hermanos Giordanna, Nashir, y Fabianna Saba. La celebración incluyó un grupo de música criolla y la infaltable comida árabe.

Erika Pavletich, Antonella Raffo, Pía Tregear y Maria Sol Valera Francesca Orlandini y Alejandra Iturrizaga

Nahim, Luccianna, Nashir, Giordanna, Fabianna y Giovanna Saba

Martín Aspillaga y Eliana Vizquerra

Antonio La Ciudad y Daniel Vargas

Alessandra de la Peña, Fabianna Saba Helena Piaggio, y Alexandra Parra delMarisol Riego Vallejo y Fiorella Pennano

Robin Vargas, Nashir Saba, Jose Luis Miranda y Alex Morris



La jarana Gustavo Teresa Echecopar y Juani Rizo Patrón

Aurelio Rodrigo y Guillermo Álvarez Calderón

Carlos De La Fuente, Carmen De La Fuente y Gustavo Suito Rubio

Como ya es tradición Gustavo Rubio festejó su cumpleaños a todo dar con una divertida jarana criolla en la peña El Morro de Chorrillos. La música en vivo hizo cantar y bailar a todos los invitados.

Fernando Peschiera

Gustavo Rubio y Susana Aspíllaga

Alfredo Acuña, Gustavo Rubio y Miguel Orbegoso

Ricardo Newton y Sra. Fernando Peschiera

Guillermo Letts









Xxxxxx Xxxxxx Playas de Paracas 2014 Jurgen Sphilmann y Alicia Huby

La bahía de Paracas se llenó de visitantes limeños y extranjeros quienes celebraron un año nuevo distinto lleno de diversión y deportes acuáticos.

Paula Pellot, Lillian Salazar y Alejandra Gonzalez

Ricardo Saba y Fernando Kattan

Rudolf y Maximilian Röder

Roy Medina, Pablo Cateriano y Juana Puyo

Milagros Saldarriaga y Alfredo López Albujar

Fracesco Cassinelli, Gonzalo Cassinelli, Julio Salgado y Stefano Cassinelli


Jorge Zuñiga y Carolina Osores

Christian y Francesca Meier

Emilio Ferrand

Juan Pablo Saba y Celia Lian

Santiago y Juan Alonso Aguirre

Connie, Harry y Sina Eisenberg

Carolina Silva, Emilia BentÍn Silva Y Juan Pablo Bentín

Deborah kern y Tamara Thiessen

Rocío y Rodolfo De La Piedra


Golf en La Planicie En el Country Club de La Planicie se vivió intensamente la fecha final del PGA Latinoamérica de Golf. Después de una reñida jornada, el brasilero Felipe Navarro terminó alzando la Copa Samsung 2013. El peruano Alan Fort ocupó el noveno lugar.

Ricardo Lyon y Héctor Gutiérrez

Luis Felipe Graf y Alan Fort

Carlos Gamarra, Henrique Lavie y Hugo Nari

John Slater y Danny Balin

Pierina Saenz y Alejandra Chavez

Angel Fulgueiras y Christian Thorsen

Henrique Lavie y Arístides de Macedo


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SANTIAGO DE SURCO Dra. Clarisel Marie Soto +51 (1) 372-5194 +51 (1) 271-8511

SANTIAGO DE SURCO Dr. Daniel José Watanabe +51 (1) 436-3136 +51 (1) 436-2947

SANTIAGO DE SURCO Dr. Eduardo Javier Morzán +51 (1) 628-5659

MIRAFLORES Dra. Wendeline Juárez +51 (1) 319-0510 +51 986251174

SAN BORJA Dr. Sergio Hernán Valverde +51 (1) 225-1126

SAN ISIDRO Dra. Flavia Patricia C. Longhi +51 (1) 475-2378

MIRAFLORES Dr. Aldo Iván Yepes +51 (1) 447-9888

MIRAFLORES Dr. José Fernando Silva-Estévez +51 (1) 446-7857


Maria Paz Gubbins, Arianne Mahuad Carina, Stefano y Rossella Alberti y Maria Fé Gubbins

La Película del 2014

Patricia Michilot, Roxana Iglesias y Rosa Maria Ramirez

En el club Las Palmas se celebró La película de tu vida, una emocionante fiesta para recibir el 2014 como si fuera un largometraje que recién empieza. Allí decenas de personas pusieron fin al 2013 felices por los capítulos que traerá este nuevo año. Buen ambiente, cocteles y amistad. Hubo de todo y hasta las últimas consecuencias.

Melissa Almonacid y Natalia Gruter

Juan Fernando López, Miguel de la Flor, Manuel Diego Aramburú, Diego López y Tom Paredes

Más fotos en www.asiasur.com

Eduardo y Nella Rivero


Adriana de Azambuja y Nicolás Rachitoff

Elise y Carlos Casabonne

Peter Mongilardi,Úrsula Vega y Calixto Carla y Romero Renzo Reggiardo

Antonella Legua y Jimena Elías Roxana Gutiérrez, Rocío Llosa y Jessica Forsyth

Rocío Uranga, Lourdes Arata y Luz Elena Bustamante

Claudia Dall’Orto y Vince Maeshiro

Karen Mostajo y Miguel Siles Efraín Salas y Adriana Botti

Quique y Verónica Boisset


Javier Dalmau, Kati Dalmau, Patricia Galfré y Juan Carlos Galfré

«En la hora loca, personajes como Marilyn Monroe, Charles Chaplin y Jack Sparrow hicieron bailar a los invitados »

Daniel Benavides y Camila Salcedo

Pierina Saenz y Alejandra Chavez

Giovanna y Ricardo Company

Willy y Patricia Tirado

Dariela Martínez, Daniela Drago, Grazia Vallejos Lavie y Michella Calamo CarlosMaria Gamarra, Henrique y Hugo Nari

Ingrid Harten, Juan Cauvi, Maria Elena Harten y Alfredo del Toro

Jaime y Aracelli Neumann

Andrea Ferraro y Mauricio Indacochea



Ancón 2014 En el Yatch Club de Ancón se recibió el año nuevo con buena música y tradicionales temas como Ancón, Ancón. Hasta aquí llegaron amigos de toda la vida para divertirse al máximo.

Andrea García y Alonso Razetto

Beatriz y Jose Antonio Miró Quesada

Ale y Miguel Cassinelli

Ana María ZavalaPernette y Juan Pablo Taboada Christelle y Carlos Arraigada

Renee del Castillo y Sandra Deza

Natalia Cauvi y Antonio Razetto

Cristina Risso y Gian Franco Esposito


Maricuchi Haaker y Erick Figueroa

Heinz Kohler y Mocy Muñoz

Valeria Beck, Mauro De Gennaro, Nicolás Lasarte y Daniella Raffo

Carolina Mazzini y Úrsula Reátegui

Eduardo Gonzales y Elsie Ramsey

Alfonso y Monali Estremadoyro

Blanca de la Rocca y Marisa Canaval

Miguel e Itala Testino


Totoritas 2014 Con deliciosos deliciosas carnes, quesos y fiambres se celebró el año nuevo en la playa Totoritas, donde los veraneantes de antaño tuvieron una fiesta para el recuerdo.

Fernando de la Flor y Arianna Giuffra

Gillian Paredes y Jorge Pun

Bruno Giuffra y Claudia Bravo

Lucía Barrios y José Gaveglio

Mariale Camet y Alonso Gotuzzo

Isabella Moletto y Ariana Valdettaro

Vicky Soldi y Eduardo Gamio


Gino y Claudia Guiulfo, Sandra Yrigoyen y Diego Aguirre

Luz MarĂ­a Escribens y Pablo Bustamante

Marisol Borda y Rafael Ostolaza

Jacquie y Gustavo Mohme

Sergio MĂĄvila y Gisella Arias


Año nuevo con estilo Un buffet a cargo de Lucha Parodi amenizó la llegada del 2014 en Playa del Golf. Los asistentes recibieron a todo dar el año nuevo en un sofisticado ambiente playero.

Pina Cánepa y Raúl Verástegui

Reneé Montaño y Abelardo Castro

Jani Lembergerová y Raúl Alta-Torre

Fernando Rodríguez y Claudia del Busto

Giselle Ferrand y Jean Paul Chabaneix

Carolina Jiménez, Eliana Martínez, Patricia Montaño, Ximena Ferradas y Érika Valle Riestra


Carolina Jiménez y César Valle Riestra

Franco y Mónica Floris

Manuel Joels, Rocío Joels, Rosa María Macera y Renzo Rodríguez Landázuri

Juan Enrique Pendavis, Maritza Delgado, Mariana Pendavis y Andrés Criado

Teresa Chávez y Julio Delgado


¡Prom del Villa! Las alumnas de quinto de secundaria del Colegio Villa María celebraron su graduación con una fiesta en Pachacámac en la que todas se divirtieron hasta el amanecer.

Francesca Raffo y Óscar Valdettaro

Adela Montero y Maria Alejandra Iturri

Nicolás Basurco y Claudia Blondet

Daniela Ormeño, Thalia Gutiérrez e Inéz de Pierola

Camila Martínez y Nicolás Nugent

Valeria Trabucco y Gabriela Pérez- Wicht

Andrea Martínez y Dessire García


Prom 2013 del Villa María

Lucía Saavedra y Luciana O’Donnell

Rafael Arnillas y Andrea Martínez

Alessia Roca y Gabriela Maria Bellido

Rafaella Galleti y Tadeo Pinillos


Togas y laureles Ani, María Inés y Challe del Castillo

María Inés del Castillo celebró sus cumpleaños con una fiesta romana al más fiel estilo de siglos pasados. Los invitados llegaron vestidos como gladiadores, soldados romanos, togas y más. Diversión total.

Nicolás la Rosa y Fernanda Bravo de Rueda

Milka Aguinaga, Angelo Parodi y Daniela Porras

Naranjo y Pierina Cafferata ElciarioElciario Naranjo y Pierina Cafferata

Maria José Arredondo y Cristine Dewerpe

Juan Manuel Espejo y Daniela La Rosa

Pepe Varela, Blanca Alfaro, Alicia Tavera y Alberto Salazar


Jose Carlos, Blanca, Pepe y Gonzalo Varela

José Varela y Talía Fernández-Dávila

Gustavo Valderrama y María Inés del Castillo

Lorena Gerbolini, Lucho Alayza y Nicole Metuaze

Hesen Ali-Darwish y Lara Webb








Street Style

Texto por Natalia Merino Stapleton Cinnamon Style www.cinnamonstyleblog.com Fotos de Sebastián Guerrero Elías

La primera semana del 2014 trajo muchos vestidos cortos y prendas sueltas para estar cómodas este verano. El color blanco se impone como un must esta temporada. Los prints son cada vez más populares, y los enterizos destacan como pieza esencial en nuestro día a día. En cuanto a los accesorios, las correas delgadas a la cintura son el complemento perfecto junto a los bolsos playeros transparentes y de colores fuertes que contrasten los looks.



Civiles

Talia Brigneti Ella es: Estudiante de diseño industrial en el Savannah College of Art and Design de Georgia (Estados Unidos). Ha regresado de vacaciones a Lima por un mes. Se graduará en seis meses.

Conócela: Sus clases de manualidades y cerámica que tenía en el colegio le fascinaban. Ahora ha encontrado en el diseño industrial la posibilidad de crear desde la chapa de una botella hasta una nave espacial. «Pero siempre —asegura— con el fin de satisfacer al usuario con un diseño atractivo».

La cita: «Me fascina la tecnología y los aparatos digitales. Mi camino por el diseño industrial va por ahí. Quiero conectar interfaces con productos. Por ejemplo, crear un sistema para que la cocina esté conectada a tu celular. Así uno podrá controlarla a distancia».

Por Rodrigo Alomía / Foto de César Campos



Imperdibles» PELU XPRESS

TIANNIE BIjouTERIE Olvídate de esperar tu turno en las peluquerías. PeluXpress ofrece Trabajos minuciosos en joyería en plata y oro. Sus collares, pulseras y anillos servicios de peluquería a domicilio para dejarte bella sin necesidad de se caracterizan por tener diseños juveniles, donde destacan animales y salir de casa. Ideal para estar lista a tiempo sin preocupaciones. flores. Es una apuesta romántica para esta temporada. ¿Dónde? Avenida Facebook: www.facebook.com/Peluxpress Javier Prado Este 4091. Facebook: www.facebook.com/TiannieBijouterie

CASA CHIC DE ELENA TESTINo

MOREA ACCESoRIoS

¿Te gustaría que tu casa sea moderna y clásica? Casa chic trae desde Tiene los accesorios perfectos para que no pases desapercibida. Los Nueva York los accesorios perfectos para que tu hogar tenga un estilo collares grandes y coloridos le darán personalidad a cualquier prenda fresco y único sin dejar de ser tradicional. Desde lámparas hasta muebles, que decidas usar. Además sus pulseras adornadas con dijes serán todo lo que puedas imaginar. ¿Dónde? Calle Colón 501, Miraflores. perfectas para todos los días de verano.Facebook: /MoreaAccesorios


El blog / www.collagevintage.com

TENdENCIAS» Sara Escudero es una reconocida fashion blogger española que ha enamorado a sus fans gracias a su estilo ecléctico. Viaja alrededor del mundo y aconseja a sus seguidoras que en la moda hay que divertirse mucho. «Con las mezclas sin parámetros se marca la diferencia», dice.

COLLAGE VINTAGE

KULT CONCEPT STORE

Ofrece una selección de marcas de lujo dirigida a quienes eligen las últimas tendencias de cada temporada. Hombres y mujeres pueden conseguir aquí prendas de diseñadores nacionales e internacionales que marcan la vanguardia en sus colecciones. ¿Dónde? Calle Domeyer 219, Barranco. Facebook: /kultconceptstore

GOuRMET» El restaurante de Fanny Conroy acaba de cumplir un año y sigue apostando por esa cocina ecléctica y novedosa. Desde comida criolla o vasca, la especialidad de este refugio de paladares exigentes es el Lomo a la pimienta con risotto al parmesano. Una delicia. ¿Dónde? Avenida Mariscal La Mar 1209, Miraflores. Teléfono: 717-6411, 949-240-440.

LOS CONROy


Eventos Eventos

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MAD MAD NIGHT NIGHT Como Como ya es costumbre, ya es costumbre, MAD finalizó el año académico MAD con finalizó el año académico con elel desfile desfile de las colecciones de lasfinales colecciones de las alumnas definales sexto 04 de las alumnas de sexto05 04 ciclo. ciclo. La oportunidad La oportunidad perfecta para apreciar perfecta las propuestas para apreciar las propuestas de de los los nuevosnuevos talentos de latalentos moda y el diseño. deLuego la moda de y el diseño. Luego de finalizado finalizado el desfile el se realizó desfile la ceremonia se realizó de graduación la ceremonia de graduación con con los familiares los familiares y amigos de las y graduadas. amigos de las graduadas. 03 03

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11Toño Toño Choy Kay, Choy Mariella Kay, DextreMariella y Gerardo Larrea. Dextre 2 Alumnasy graduadas Gerardo de sexto Larrea. ciclo. 3 Diseños 2 Alumnas de Valeria de losgraduadas Heros. 4 Modelo ende el backstage. sexto ciclo. 3 55Diseños Diseños de Nevenka de Uyen. Nevenka 6 Ximena Vertiz, Uyen. Alejandra6Gonzáles, Ximena JackieVertiz, Yohann y Andre Alejandra Vertiz. 7 Diseñadora Gonzáles, Isabella Ravello Jackie junto a sus Yohann amigas. y Andre



Eventos

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4to Campeonato Converse Let’s Skate El sábado 14 de diciembre skaters de todas partes de Lima se reunieron para celebrar lo mejor del skate nacional e internacional en el Converse Let’s Skate 2013 en el Skatepark Converse de San Borja. Los mejores compitieron en las categorías Junior, Amateur, Profesional y Bowl. Además hubo una exhibición del Team Converse Internacional con Kenny Anderson, Zered Bassett, Mike Anderson, Tom Remillard y el invitado sorpresa Louie Lopez.

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1 Louie Lopez rompiéndola en el Skatepark Converse. 2 Miembros del Team Converse Internacional Zered Bassett, Jon Coulthard, Mike Anderson y Kenny Anderson. 3 David Revilla y Harold Johnson. 4 Jericho Smith y Fiorella Montellanos. 5 Jessica Ramos y Patricia Villa. 6 Jano Morales y Marcia Nuñez. 7 Sarela Boas, Maria José Monzon y Gianfranco Castagnino.


Eventos

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Inaguración Volcom Concept Store El pasado sábado 7 de Diciembre una de las marcas con más historia en el mundo inauguró su primera tienda en el Perú: Volcom Concept Store. En esta gran apertura hubo música en vivo, personalización de gorras, las leyendas del skateboarding y surfing peruano, concursos novedosos y mucho más. La nueva tienda ofrece todas sus colecciones para hombre, mujer y niños. 04

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1 Volcom Concept Store. 2 Kelsey Lesesky y Mariano Benites. 3 Mónica Boggio y Fernando Yzaga. 4 Mathias Revilla, Francesco de Marzo y Arantxa Revilla. 5 Joaquín Castagñeto y Ale Castro. 6 Lorenzo y Mariela Barrabezia. 7 Fiorella Chavez, Jacomo Bazo y Alessia Focacci. 8 Patrick Vonlloyd, Cutty de Marzo, Luiggi de Marzo y Mónica Sahurie.


Eventos

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El Sábado 21 de Diciembre se llevó a cabo la ceremonia de 05 graduación de la XXVI promoción del Centro de Altos Estudios de la Moda. Fueron 42 alumnos quienes lucieron sus prendas en un espectacular desfile en donde volcaron todo lo aprendido durante tres años de estudios. El jurado estuvo conformado por personalidades de la moda: Adriana Seminario, Angie Schlegel y Norka Peralta, diseñadora y Gerente General del CEAM.

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Graduación Ceam

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1 Silvana García y Mary del Águila. 2 Katherine Giorgio. 3 Olga Becerra. 4 Vestido de Daryl Nishiyama. 5 Vestido de Margarita Morillo. 6 Stephanie Winkelmann. 7 Luz Maria Noya, Stephanie Winkelmann y Stephanie Elías. 8 Promoción XXVI del CEAM.


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Relajos

asia

Las Lasnoches nochesen en no ser谩n las mismas El nuevo local del Boulevard promete una temporada con los amigos de siempre y una atenci贸n de primera

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Por Joaquín Salas

Las creadoras de Ikaia: Fiorella Corrochano, María Luisa Corrochano, Sol Espinosa y Noe Zoeger.

Un local confortable, amplio y que cuente con un servicio rápido y eficaz. Eso es Ikaia, la nueva discoteca para personas mayores de veinticinco años en el corazón del Boulevard de Asia. Ubicada en el local en el que antes funcionaba la discoteca Stereo, Ikaia ha sido diseñado pensando en un público que desea salir por unos tragos, relajarse luego de un día agotador, escuchar buena música y pasarlo bien. Ikaia es el nuevo proyecto de United Disco, una importante

marca consolidada a nivel nacional. Alex von Ehren, accionista y líder del Grupo United Disco, ha confiado este trabajo en sus cuatro especialistas en marketing. El Grupo todavía no contaba con un local que dé la cara en los meses calurosos. Con Ikaia esperan no desatender a sus clientes habituales y ofrecerles un sitio divertido fuera de Lima. Se trata de engreírlos, de mantener un trato directo con ellos, ya sea en verano o en invierno, y trasladar el estilo de sus locales limeños al balneario del sur.

La discoteca tiene capacidad para hasta setecientas personas. El concepto no fue implementar un local masivo, donde la gente entre apretujada, sino, más bien, todo lo contrario: un lugar de amigos, donde las personas pueden juntarse en las noches de verano. Ikaia, además, cuenta con un carné de ingreso que obsequian personas amigas de la casa o representantes del lugar. El carné no se vende. El lugar, por otro lado, es muy fresco y guarda una onda playera. Con plantas por todos los rincones, luces inteligentes,

y toda la tecnología y seguridad que el grupo United Disco ofrece, Ikaia se encuentra lista para recibir a los amigos de siempre durante toda la temporada de verano. La inauguración fue el 10 de enero, y el 11 abrió puertas al público en general. La entrada cuesta cien soles. El buen rato está asegurado.

Discoteca Ikaia Boulevard de Asia Facebook: https://www.facebook.com/IkaiaAsia http://ikaiadisco.com/

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Por Fernando Leyton

Un

ni帽o problema es el

fen贸meno del

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Por Pablo Panizo / Fotos de Santiago Barco

Cuando era un bebé, a Gonzalo Morales le prescribieron anfetaminas para tratar su hiperactividad. Sus padres se negaron a medicar a su hijo y buscaron alguna alternativa en la que él pueda canalizar su energía. Y no tuvieron éxito hasta que le regalaron su primer skate. Ahora, con seis años, Gonzalo se desliza sobre el concreto como nunca vimos a un niño hacerlo. +191


Para cuando llegaron al Hospital de la Solidaridad de Lince, Aldo Morales y Marcia Núñez ya estaban cansados de ver doctores. Hasta ese momento, habían consultado a cincuenta. De todas formas entraron al consultorio del pediatra y le explicaron el caso nuevamente. El niño solo se quedaba tranquilo cuando estaba fuera de la casa, chillaba mientras tomaba leche de su madre y no descansaba ni de día ni de noche; sumando sus pestañeadas quizá dormía una o dos horas. El pediatra les señaló la puerta frente a la suya. «Yo no tengo nada que hacer acá, vayan a donde mi colega», dijo, mientras cambiaba el papel de la consulta: Neurología. A Gonzalo Morales, de siete meses de nacido, le dieron doble dosis de medicina para que se durmiera, y le pegaron chupones a la cabeza. El diagnóstico: hiperactividad. Demasiado alta para un niño de su edad; se recomendaba medicarlo con anfetaminas. «No tuvimos mucho que conversar porque los dos estábamos de acuerdo en no dárselas. El problema no era que sea así, sino saber por qué era así», recuerda Aldo, su padre. Desde ese momento decidieron que no ganarían comodidad sacrificando la vitalidad de Gonzalo. Lo prometieron. «Si no va a afectar a su desarrollo no hay problema. No dormiremos, pues».

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Han mantenido su palabra durante cinco años. Gonzalo Morales, Gonzo, es ahora un niño menudito, pequeño para sus seis años, heredero de un problema de estrabismo evidente en el efecto lupa de sus lentes, pero por todo lo demás sano y muy fuerte. «Siempre tiene moretones, pero nunca se queja. Yo le he contado hasta ocho en una pierna», dice Marcia, su madre. Aldo sale de casa antes que su hijo despierte y regresa al final de la tarde. Gonzalo lo espera listo, come algo y salen rumbo al skatepark. Puede ser a Mirones, a La Calera, al Converse de San Borja, al de San Miguel, al que Gonzalo tenga en la cabeza. Sin saberlo, el día que le compraron su primer skate, el de su tercer cumpleaños, sus padres estaban comprando la medicina que nadie les había recetado para la hiperactividad, la única que resulta efectiva en Gonzalo. «¿Que qué pasa si no monta en tres días?», Aldo repite la pregunta mientras se ríe. Mira a Marcia y sonríen cómplices. «Eso no puede pasar. No puede pasar ni un día, pues sería un loquerío». La única vez que tuvo que permanecer en cama tenía dos años y le había picado una araña. Tenía el pie muy hinchado y los médicos lo internaron. Al día siguiente, Aldo tuvo que llevárselo; incluso con una pelota en el pie no paraba de molestar a los niños saltando en las camas vecinas. En casa puede

ser incontrolable: salta encima de los muebles y las camas, corretea por todos lados contando hasta mil, monta skate en el cuarto. Así que Aldo llega y salen por unas horas. Muchas veces Aldo lleva su cámara de video y hace unas tomas. De esas recopilaciones han surgido los videos que han hecho de Gonzalo un fenómeno de YouTube, donde su último video tiene más de 300 mil vistas de todo el mundo, y en los 2 mil comentarios la gente se divide entre la absoluta admiración y la crítica a que le permitan montar sin protección.

tú no has debido meterte en esta categoría», reclamaba.

Los fines de semana puede montar ocho horas sin parar. Mientras sus amigos van abandonando el skatepark, Gonzo se queda, obsesionado con un tubo sobre el que quiere resbalar o una plataforma que quiere saltar con algún truco de nombre extraño. Hace pocas semanas saltó ocho escalones en Mirones y rompió su récord en escaleras. Gonzo compite contra niños de once años y gana siempre. Solo perdió un campeonato, contra chicos de hasta catorce, y se molestó tanto, que mientras lo premiaban como subcampeón renegaba. «Oye,

Gonzalo es tan talentoso como renegón. En el skatepark lo que más se escucha es su voz agudísima, dando órdenes a diestra y siniestra. No le gusta que nadie esté alrededor cuando va a lanzarse a la poza, y pobre del que se le cruce. Pero a pesar de que grite y persiga a los mayores para tirarles su skate, es el engreído de todos. Nadie ha visto nunca a alguien con tanta destreza y tanta audacia para montar. Marcia solo se ríe cuando desde la tribuna lo ve persiguiendo a chicos que le llevan cuatro cabezas. «A pesar de todo es un niño, lo fastidian y él les


gonzo puede montar su skate ocho horas sin parar Los fines de semana. su último video en youtube tiene más de 300 mil vistas de todo el mundo. «Lo que me gusta es que vuelo un poquito antes de caer», dice. quiere pegar puñetazos. Gonzo monta con ellos como grande y ellos juegan con él como niños», dice ella. En el skatepark de Converse, donde Gonzalo monta hoy, nadie usa protección. Todos le doblan la edad, pero él parece no haberse enterado. Si pensase en ello no estaría parado al filo de la poza principal acomodándose los lentes y listo para lanzarse al vacío. Ya ha ganado campeonatos en este skatepark, pero hasta diciembre pasado no se había mandado los tres metros y medio de esta poza, la más grande del país. La gente escucha sus gritos y sale de en medio. Gonzalo pisa la lija a la altura de las llantas delanteras y por un momento está suspendido en el aire, de cabeza, hasta que las llantas tocan el cemento y él se desliza a toda velocidad. «Lo que me gusta es que vuelo un poquito antes de caer», dice emocionado. «Mira», grita al vuelo, camino a la poza. Puede caerse mil veces hasta que

logre lo que se ha propuesto, pero una vez que lo logra es muy difícil que falle. Se lanza de nuevo, llega hasta el final de la poza y golpea los puños de quienes lo felicitan. Con una felicidad de oreja a oreja se dispone a recorrer de nuevo la poza, pero esta vez algo sale mal: bajando una de las paredes es atropellado por un skater mayor y cae de cabeza al piso. «¡Mierda!», grita Aldo, mientras se desliza por la pared y corre hacia él. El golpe ha sido fuerte y seco. Tiene un poco de sangre en la cabeza, una hinchazón debajo del labio, y el pómulo y la frente raspados. Gonzo llora durante diez segundos, y cuando llega cargado hasta su mamá la abraza fuerte. A pesar de todo es un niño, es verdad, pero un niño que cinco minutos más tarde, cuando lo molestan con que se parece a Harry Potter, se olvida del golpe y coge su skate para volver a la rampa.

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Movimientos que curan

El gyrotonic es un sistema de ejercicios que incorpora principios de la danza, del yoga, del taichí, de la natación y de la gimnasia. Lo creó Juliu Horvath, un bailarín de ballet húngaro que, en su afán por recuperarse de la rotura del talón de Aquiles, creó un sistema de entrenamiento al que llamó ‘yoga para bailarines’. Su difusión en el mundo entero desde los ochenta se debe a que es un método de ‘bajo impacto y alto rendimiento’, lo que significa que no produce lesiones y que sus resultados se sienten desde el primer día.

fabricada en madera y provista de manivelas giratorias que se combinan con un sistema de cuerdas, pesas y poleas.

«A mí me ayudó a recuperarme de unas dolencias en el cuello y la espalda que sentía tras sufrir un accidente de tránsito», dice Nicole Lukac, quien fundó el Studio Dasso hace más de un año para replicar en el Perú este sistema que no solo combate los problemas de la columna vertebral, sino que también ejercita los músculos, mejora las articulaciones, favorece la coordinación y previene el estrés. Todo con el mínimo esfuerzo.

«No solo es una sensación de bienestar físico, sino también emocional, porque quienes lo practican se sienten y se ven mucho mejor», acota Dominica Luza, otra de las instructoras del Studio Dasso. «Es ideal para embarazadas, para ejecutivos y para quienes deseen mejorar su desempeño en el deporte que practiquen». Así, este no solo es un sistema que rehabilita, sino también uno que previene y que mejora el cuerpo y la mente.

«Para mí fue increíble; me sentí tan bien», dice Lukac, quien se especializó en gyrotonic en Chile (donde conoció el método) y también en México. «Es para las personas que quieren resultados rápidos», agrega. Según explica, el gyrotonic se basa en movimientos circulares, espirales y ondulatorios del cuerpo y de las extremidades, los cuales se realizan con una máquina llamada pulley tower,

Studio Dasso Web: www.gyrotonic.pe Teléfono: 440 1663 Facebook: /StudioDasso

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Verse bien, estar bien Aquí está prohibido tratar a una persona como si fuera solo un caso médico o un expediente numerado. Cada lunes, en las reuniones clínicas de rigor, una fotografía del paciente acompaña los documentos médicos. Los doctores no tienen que hablar en abstracto. Como clínica de día, los pacientes pueden salir caminando de la sala tan pronto como termina su intervención quirúrgica. Luego la enfermera asignada realiza un chequeo general para evitar complicaciones futuras. Cuando el resultado es de veinte sobre veinte, el paciente es dado de alta. Entonces, solo entonces, el doctor Salinas Sedó apaga el monitor de su oficina y se va a casa.

Todos los días a las siete de la mañana el doctor Gustavo Salinas Sedó ingresa a su oficina, revisa su agenda y enciende el monitor desde donde supervisa minuciosamente cada uno de los ambientes de la institución que dirige desde hace nueve años. Para este médico de hablar firme y sonrisa fácil, pionero de las cirugías mínimamente invasivas en el Perú, cuidar la salud ajena no admite margen de error. Hace veintidós años, cuando Salinas Sedó ya ocupaba jefaturas en importantes hospitales limeños, una técnica quirúrgica revolucionó el tratamiento de la obesidad en el mundo. Por ello decidió dejarlo todo y viajar a Estados Unidos, para capacitarse y poder cumplir el compromiso que asumió cuando se recibió como médico, allá por 1980: consagrar su vida al servicio de la salud de sus pacientes. En virtud de ese principio, en la Clínica de Día Avendaño implementó el innovador sistema de atención ‘uno por uno’, gracias al cual cada persona recibe un cuidado personalizado y minucioso: un paciente, una enfermera. Este método, junto con los experimentados profesionales y el moderno equipamiento, ha permitido que este centro posea índices de efectividad reconocidos a nivel internacional. Personas de todo el mundo llegan al Perú a tratar sus problemas de sobrepeso. «La obesidad no es un problema de falta de voluntad –asegura el especialista–. Es la enfermedad más compleja que existe, y por eso requiere de una atención integral». En vista de esta exigencia, todo el personal de la Clínica Avendaño ha sido capacitado para que el paciente se sienta en casa. Las instalaciones acogedoras, el silencio y el canto ocasional de las aves en el jardín central contribuyen bien con ese propósito.

Clínica de Día Avendaño Dirección: Leonidas Avendaño 116, Miraflores Teléfonos: 446-1694 / 241-3006 Correo: agendaeq@gmail.com Página web: www.obesidadperu.com

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Una pausa gourmet

Hace apenas tres meses, La Crocante abrió en San Isidro un nuevo local, y ya se ha convertido en uno de los points favoritos de los ejecutivos de ese distrito empresarial de Lima. ¿La razón? Todo se debe a que esta bodega deli ha dado un paso adelante en su propuesta, y, a diferencia de sus otras cinco tiendas, aquí se decidió servir platillos a la carta, y resultó un éxito. Sucede que a su propuesta de siempre con sus variadas delicias, como cheescake de fresa, waffles con miel de maple, o sus tradicionales empaques de regalo con galletitas, cupcakes o trufas en La Crocante de la calle Orquídeas (frente al parque Abtao) se ofrecen lasañas, ensaladas, crepes y mucho más. No bajo un concepto de ‘comer para seguir trabajando’, sino de comer para disfrutar del momento: en el desayuno, almuerzo o cualquier hora del día. «Apuntamos al ejecutivo que gusta del gourmet», dice Carla Paredes, una de las socias fundadoras, y añade que el local tiene la esencia de esos cafés europeos de ambiente apacible y servicio artesanal. Aquí uno puede disfrutar de un almuerzo a base de ensaladas o de una lasaña vegetariana. La pausa del día puede ser unos crepes o unos paninis. Esa reunion con un colega puede ser mejor si se disfruta con un cafe y unas pulguitas ( pequeños sandwichitos triples o de pollo con espinaca) que aquí merecen un capítulo aparte, pero basta con decir que el panini de jamón y champiñones o el capresse de prosciutto son los más pedidos. Y si el comensal no tiene tiempo de salir de la oficina, puede pedir estos platos con el servicio de delivery para almuerzos, coffee breaks y directorios. «La idea es que el cliente disfrute de una comida sana, que lo llene de vitalidad para seguir con la jornada», acota Carla. Resulta que La Crocante no tiene clientes, sino fieles comensales que saben disfrutar de una deliciosa pausa gourmet. Bienvenidos todos. La Crocante Calle Orquídeas 565, San Isidro (719-3227) Calle Montegrande 191, Chacarilla (713-9482) Av. Pezet 1301, San Isidro (7139102) Calle Las Caobas 170, La Molina (713-9100) Calle Lord Nelson 301, Miraflores (713-9376) La Panamericana Sur KM 97.2 Estación Pecsa ,Asia (947187738) Web: www.lacrocante.com Facebook: /LaCrocante

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Un movimiento solidario que no se detiene

Fue un mediodía soleado en Manchay, en el que brillaron las sonrisas de niños y jóvenes que esperaban ansiosos la hora de arrancar su partido de fútbol. Desde temprano el ambiente festivo se había armado con los juegos grupales y la entrega de regalos que el equipo de la asociación Ruwasunchis tenía preparado para los pequeños a los que ayuda. Y cuando el reloj marcó la una de la tarde, por fin se inauguró la canchita de fútbol al compás de una batucada. Una vez más, Ruwasunchis le hizo honor a su nombre traducido del quechua como ‘Hagámoslo todos juntos’, e inauguró una losa deportiva en la comunidad San Pablo de Mirador, donde trabajan desde hace ocho años. La labor comunitaria comenzó hace dos meses con el fin de integrar el taller de fútbol callejero que dicta el grupo. Además, esta iniciativa contó con la colaboración de empresas, como American Tower, IBM y Adidas.

Al final del día, el cansancio no fue ajeno en todos los que participaron en la última actividad del 2013 en Manchay, pero la satisfacción era grande. Para este 2014, Juan Diego Calisto, director de Ruwasunchis, tiene planificado extender la labor del proyecto a Huancavelica, siguiendo el mismo espíritu de trabajo que lo motiva estos años. «Más que ayudar, buscamos que ellos [los pobladores] sean los protagonistas de su propio desarrollo y lideren sus proyectos a futuro. Por eso Ruwasunchis no es una ONG dice Calisto, sino se trata más de un movimiento».

«El taller de fútbol callejero se juega en la mayoría de países de Sudamérica y recién se está gestando en el Perú. Es una propuesta que intenta rescatar valores, como el respeto, la solidaridad y el compañerismo, a través del fútbol como herramienta popular», dijo Álvaro Jourde, profesor a cargo del taller. Además del fútbol callejero, Ruwasunchis también incluye en su labor talleres de estimulación temprana de cero a dos años, talleres artísticos y culturales de tres a catorce años y un programa de jóvenes ciudadanos de catorce a veintiún años, enfocado en promover su desarrollo personal y empoderarlos hacia el futuro. Parte de ese trabajo ya consiguió sus frutos en las nueve jóvenes que estudiarán Diseño de Modas Industrial desde el 2014, gracias a la media beca que les ha otorgado la academia Chio Lecca.

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Facebook: www.facebook.com/ruwasunchis /Web: www.ruwasunchis.org Correo electrónico: voluntarios@ruwasunchis.org


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En vitrina

Yo lo quiero + Un regalo para tí

Productos UGG LZapatos, botas, zapatillas, sandalias, y más. La marca australiana UGG se caracteriza por sus altos niveles de calidad y confort de sus productos, que incluyen a sus famosas botas de piel de oveja. También pueden encontrar carteras y accesorios.

Onda retro Bikini de la marca Praia Brava. Este verano, no es necesario lucir como hace décadas atrás para llevar el estilo vintage. Este bikini, y los demás de la colección, usan estampados Polka Dots, Liberty, a rayas, bobos y rufles, perfectos para imponer el estilo en el mar.

Silla Luis XVI modelo La Femme Hecha de cedro con tallado florar y tapizado en napa rosa con capitoné. Restaurado con pasión y profesionalidad por La Herencia. Más modelos en: www.facebook.com/laherenciaperu. Consultas: laherenciamuebles@hotmail.com.

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PWP Anglo Blockbuster Es de la marca Estee Lauder y quiere ser el mejor aliado para la belleza. Este blockbuster contiene dos paletas de sombras y rubores, dos gloss pure color, tres labiales Pure Color, un delineador de ojos Pure Color Intense Kajal, removedor de maquillaje, y mucho más.

Maquilaje para piernas Disimula venas, pecas, imperfecciones y tonos desiguales al instante. Este maquillaje en aerosol de la marca Airbush Legs es una fórmula con extracto de Palmaria que estimula la microcirculación, logrando piernas con apariencia suave y saludable. No mancha la ropa y resiste a la transpiración. Disponible en cuatro colores.

Cartera 3 usos La cartera ideal para esta temporada la trae Lounge Women's Accessories. Debido a su estructura, este práctico accesorio puede ser usado de 3 maneras diferentes: como cartera, mochila y bolso. La versatilidad de su diseño te permite usarla del día a la noche y para diversas ocasiones.


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Acrobacias

La ciudad ES mi campo dE juEgo

El parkour es un método de desplazamiento fluido y rápido a través del mobiliario urbano: paredes, veredas, barandas y demás obstáculos. Cinco integrantes de LiveFree, una comunidad que practica esta disciplina en Lima, quiere demostrar que no son temerarios acróbatas que buscan las miradas de la gente, sino solo jóvenes que intentan un equilibrio físico y psicológico a medida que superan sus propios retos.

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Por César Ochoa / Fotos de Pepe Rojas

Salga a la calle y mire a su alrededor. Ubique un punto ‘A’ y un punto ‘B’. En medio puede haber una baranda, una vereda, una rampa, algunas gradas: cualquier obstáculo que interrumpa su paso. Ahora intente unir esos puntos como si estuviese jugando. Salte, caiga de pie, ruede para rematar ese movimiento. Vuélvase a parar. Progrese cada día, mejore su técnica. Controle el miedo, domínelo con la práctica. No hay prisa. La ciudad es ahora un campo de juego. Eso es el parkour. En el parque Nelson Mandela de San Isidro, ese espacio rodeado de edificios en pleno centro financiero de Lima, hay cinco jóvenes que esta tarde

soleada están realizando diversos saltos en medio de una geografía de concreto compuesta por muros, jardines y desniveles. Uno de ellos se llama Diego Sanjinés, tiene quince años y es miembro de LiveFree, un grupo parkour que se formó hace tres años en los patios de la Universidad Católica. Viste un polo azul sin mangas y viene de la avenida Guardia Chalaca del Callao. «El parkour me hace sentir vivo», dice luego de hacer un salto mortal hacia atrás desde una pared de casi dos metros. Al verlos entrenar, retando al concreto y a la gravedad, es fácil relacionarlos con esos personajes

de videojuegos como Prince of Persia, donde el ágil protagonista avanza brincando muros y aferrándose a dinteles elevados para avanzar por castillos y pasadizos. «Saltan como monos y trepan como choros», dice en tono burlón un transeúnte que pasa por ahí cerca. No sabe que el parkour nació a inicios de los noventa en Lisses, un suburbio de París, donde un adolescente llamado David Belle creó un estilo de desplazamiento basado en las enseñanzas de su padre, que era acróbata y bombero; y que con los años logró que su método se propague a otras ciudades del mundo, como Nueva York, Ámsterdam o las favelas de Río de Janeiro. Su filosofía

era sencilla: saltar por el gusto de hacerlo, sin ánimos de alardear, competir o ser temerario. Eso lo saben bien Diego y sus compañeros de LiveFree, quienes han aprendido que a veces sus mayores obstáculos no son los bloques de concreto sino el temor infundado de los vecinos y la falta de comprensión de los miembros del serenazgo, quienes suelen echarlos de los espacios públicos. En cierta forma, a él parkour le ha permitido dar un salto importante en su vida, pues esta tarde está lejos de su barrio, donde la droga y el pandillaje aumentan cada día. «El parkour es como mi escape», dice

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Acrobacias Acrobacias

Diego antes de retar a la gravedad con otro salto mortal.

Daniel Paredes, un ingeniero electrónico de veinticuatro años que suele saltar con sus gafas de carey, fundó LiveFree junto con Arturo Pucutay, un ingeniero industrial de la misma edad, cuando todavía eran estudiantes de la Universidad Católica. Hoy lideran esta comunidad de trazadores [así se llama a los que practican parkour] que reúne hasta a una veintena de jóvenes en sus entrenamientos en el Centro Cívico, Barranco o el Malecón de Miraflores cada semana. En sus excursiones por la ciudad, han aprendido a lidiar con todo tipo de prejuicios. «El parkour no es sinónimo de accidentes», dice Daniel, y esta tarde no habrá ninguno. Más allá de tobillos torcidos y huesos rotos, el parkour es para aprender a tomar decisiones prudentes, de ir

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paso a paso, de estar seguro de que se tiene todo calculado para decirse a uno mismo «hazlo, salta», sin salir lastimado en el intento. «El objetivo de parkour es no sufrir», lo dijo David Belle en una extensa entrevista para la periodista francesa Sabine Gros La Faige en el 2009. Los chicos de LiveFree tienen claro que no buscan montar un espectáculo o desarrollar habilidades para alardear frente a quienes los retan a hacer saltos temerarios como si fueran acróbatas de circo. «Es un constante aprendizaje físico y psicológico», dice Daniel, quien reconoce que el parkour ha fortalecido su carácter. «He aprendido a dar pasos al costado, como cuando tengo que dejar la obstinación y entender que tal salto no lo lograré hoy, sino tal vez mañana. Las lesiones siempre estarán al acecho».

un polo plomo que dice LiveFree, y desde niño le gustaba saltar en las llantas semienterradas del patio de su colegio y jugar Mario Bros, ese juego de dos fontaneros saltarines. «Tengo tres bases claras», dice antes de pararse de cabeza y andar de manos. «Respeto mi cuerpo, a mis compañeros y a la sociedad: me cuido de las lesiones, enseño a quienes me lo piden y procuro no dañar plantas ni ensuciar el mobiliario urbano». Le han dicho que lo que hace es peligroso, que no lo debería practicar. A lo que él responde: «lo que puede ser peligroso para ti, no lo es para mí». No es un temerario ni un adicto a la adrenalina: es solo un joven que cada día aprende a confiar más en sí mismo. «Un gran salto está hecho de pequeñas partes; es la suma de todo».

Arturo Pucutay aún tiene miedo a las alturas, pero ya no como antes. Viste

Franco Phang tiene el pelo largo, veintidós años, es estudiante de

«He aprendido a dar pasos al costado, como cuando tengo que dejar la obstinación y entender que tal salto no lo lograré hoy, sino tal vez mañana», dice Daniel. El parkour ha fortalecido su carácter


Física en la PUCP y tiene un físico delgado pero potente, pues su performance es como la de un resorte. Es consciente de que esos videos de caídas que suelen verse en YouTube son generalmente de gente que ha entendido mal el parkour, pues no se trata de arriesgarse para ganar likes o auspicios de bebidas energéticas, sino de una práctica para conocerse mejor a uno mismo. «Aquí hay coraje, determinación, resistencia, fuerza, disciplina, dedicación», dice. En Lima hay al

menos otros dos grupos importantes de parkour, Dominio Urbano y Parkour Perú, que también realizan talleres y van descubriendo nuevos espacios de la ciudad donde jugar. «Ser y durar», ese es el lema del parkour. «No somos locos ni nada parecido», dice Arturo antes de saltar una baranda a toda velocidad. «Lidiamos con la distancia, altura, velocidad y energía para un salto exitoso. Hay que protegerse de esa locura. Y la única manera es a través de la práctica y la confianza en uno mismo».

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Por Diego Salazar / Fotos de Alonso Mollina

Stefano

el Tatuador

Aprendió a tatuar él solo, ensayo y error, sobre la piel de sus amigos mientras estudiaba diseño gráfico. Hoy Stefano Alcántara es uno de los artistas más cotizados del mundo del tatuaje norteamericano. Tras seis años fuera del Perú, regresa para inaugurar su nuevo y exclusivo estudio en Lima.

Cuando era niño, Stefano Alcántara quería ser ortodoncista. Llevó brackets durante buena parte de su vida escolar, y, sentado en la silla del dentista, miraba fascinado al tipo que ajustaba un cablecito aquí, un muelle diminuto allá, el tipo que con esa pequeña maquinaria tenía la capacidad de cambiar su aspecto de manera definitiva. Pero el pequeño Stefano se pasaba el día dibujando, odiaba estudiar y solo sacaba buenas notas en Arte, Educación Física y conducta. Así que una carrera larga de Odontología estaba descartada. En lugar de eso ingresó al Instituto Peruano de Publicidad a estudiar Diseño Gráfico. No era el primero en su familia con una vocación artística: su abuelo José Alcántara La Torre había sido un importante ilustrador y pintor en la Lima de principios del siglo XX. De adolescente Stefano soñaba con ser pintor, pero eligió el camino sensato de los estudios publicitarios. Sería la última vez que hacía una concesión al realismo laboral. Un día, en su primer año de estudios, un compañero de la escuela llevó una revista TaTToo comprada en La Cachina, y la vida de Stefano Alcántara cambió para siempre. Quedó fascinado por los colores, las sombras, la fuerza de la tinta sobre la piel. Como con la ortodoncia que lo fascinó de niño, descubrió otra forma de intervenir el cuerpo de manera permanente. En la revista anunciaban un kit de tatuaje para principiantes. Costaba quinientos dólares. Alcántara convenció a su padre para que le prestara el dinero, con la condición de que no se tatuara. Quebró el trato de inmediato. Antes incluso de que llegara el envío, se tatuó un Jesucristo ‘dark’ que había visto en el brazo del

cantante de Sepultura, Max Cavalera. Ese tatuaje ya no existe, lo tapó años después con el dibujo de una máscara de demonio oriental. Ni bien llegó el kit, Alcántara empezó a tatuar sobre la piel de quien lo dejara. Varios amigos se convirtieron en sus conejillos de Indias. El primer tatuaje que hizo fue una pirañita que la marca Hot Tuna tenía por logo. «Tardé dos horas; hoy no me llevaría más de un minuto», dice sentado en su nuevo estudio frente a la Universidad de Lima, una casa amplia que es a la vez galería, taller y lounge con una barra clásica de bar. Estuvo tres años tatuando amigos mientras terminaba sus estudios de Diseño Gráfico. No cobraba porque el resultado no le satisfacía del todo. «No quedaban feos, pero yo no sabía cuán profundo debía entrar la aguja, a qué velocidad, cuánto tiempo. Así que no me cicatrizaban perfecto». Había aprendido solo, guiándose por los dibujos del manual que acompañaba al kit. Cuando terminó la carrera, trabajó un tiempo haciendo diseño comercial hasta que se decidió a montar su propio estudio de tatuaje: Stefano’s Tattoo. «Era un lugar chiquito, en La Fontana de Camacho; había una recepción y el cubículo para tatuar. Le puse ese nombre porque era yo y nada más». Por entonces corría el 97, Stefano tenía veinte y cobraba unos cien dólares por tatuaje; hoy no desenfunda la aguja por menos de mil. El negocio fue bien, creció, se mudó a un local mayor, e incluso tuvo otro estudio pequeño dentro del local de una peluquería en San Isidro. En el 2007, un primo que vivía en Florida y también había empezado a tatuar, le propuso

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Artistas

Convertido en uno de los tatuadores más solicitados de Norteamérica, Stefano planea ahora dividir su tiempo entre Estados Unidos y el Perú. «Ahora quiero enseñar mi país. Que el estudio sea una puerta de entrada»

abrir una sucursal en Estados Unidos. Alcántara, que desde sus inicios viajaba con frecuencia a ferias y convenciones en territorio norteamericano, se emocionó con la idea, juntó sus ahorros y se fue a buscar locales. Pensó que tardaría tres meses. No regresó al Perú en seis años. La búsqueda de locales se prolongó más de lo que había pensado, así que solicitó una extensión de visado. Hecho esto pensó que si iba a tener un negocio ahí lo mejor era solicitar la residencia como artista. Y eso hizo. Se la denegaron. Así que volvió a solicitarla. Mientras tanto, encontró el local que quería y montó la tienda en Fort Lauderdale. Llevaba una semana funcionando cuando el ayuntamiento le dijo que había cometido un error y que esa zona no permitía la apertura de un taller de tatuajes. «Justo enfrente había otro, así que supongo que fue una jugada de los dueños que conocían a alguien». El tatuador perdió los treinta mil dólares que había invertido, todos sus ahorros, y, sin más que doscientos en el bolsillo, tenía que decidir si volver al Perú con el rabo entre las piernas o seguir en Estados Unidos. «Decidí quedarme porque aquí era más fácil recuperar el dinero y no quería regresar con la cabeza gacha». Empezó a viajar a convenciones y

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concursos de tatuadores. En la primera a la que fue, en Filadelfia, se llevó el premio al Mejor Tatuaje del Show. Era una imagen del Doc Brown de VolVer al futuro. Siguió ganando concursos y construyendo un nombre gracias a una página web llamada Ink Nation, donde tatuadores de todas partes sometían su trabajo al voto de los visitantes. Mientras ganaba concursos por todo el país y subía sus bonos en los rankings de Ink Nation, Stefano Alcántara tenía un plan. «Si me iba a quedar en Estados Unidos, me quedaría para trabajar con Paul Booth». Booth es la mayor estrella del mundo del tatuaje. En el 2002, la revista Rolling Stone le dedicó un perfil y lo llamó el Rey de los Tatuajes en el Rock. En su estudio de Nueva York, Last Rites, famoso por su ambiente de casa embrujada y la galería de arte dark que alberga, solo trabajan Booth y unos pocos tatuadores fijos, aparte de artistas invitados por temporadas. «Gente de Last Rites había puesto comentarios a mi trabajo en Ink Nation, así que yo sabía que iba por el camino adecuado. Pero eran felicitaciones, ninguna oferta de trabajo». En Halloween el taller de Booth celebra una de las fiestas más conocidas de Nueva York. Stefano Alcántara sabía que tenía que estar ahí.

Era octubre del 2009, el tatuador viajó desde Florida, durmió en el sofá de un amigo y se presentó con un grupo en la fiesta. En la cola del baño alguien se interesó por su trabajo, le pidió una tarjeta y le dijo que hablaría con la directora de la galería de Paul Booth. Para su suerte, la directora salía también del baño, así que se estrecharon la mano, intercambiaron tarjetas y se despidieron. Dos horas después, la directora de la galería se le acercó junto con la manager del estudio. Se presentaron, ambas felicitaron a Alcántara por su trabajo, que habían visto en Ink Nation, y, esa noche, el tatuador peruano se marchó con la oferta de pasar una semana como artista invitado en Last Rites. «Luego de eso, ya puedo volverme al Perú», se dijo. En su primer día, Paul Booth le dio la bienvenida y le pidió que pasara por su oficina al terminar su turno. «No podía creer que estaba con él. Cuando era chico y empezaba a tatuar en mi casa del Sol de La Molina tenía revistas donde salía él junto a Sepultura, Pantera o Slayer». Booth, un tipo imponente, alto y gordo, con la cabeza rapada y la cara tatuada, una anilla en la nariz y una coleta hasta la cintura,

le preguntó si estaba interesado en mudarse a Nueva York y trabajar para él. Alcántara no tuvo mucho que pensar. Cuando terminaron sus cinco días como invitado, volvió a Florida, gastó mil dólares en un coche de segunda, montó sus cosas y embarcó de vuelta a la capital del mundo. Pasó tres años en Last Rites, cobrando 250 dólares la hora e inscribiendo su nombre entre los tatuadores más reconocidos de Norteamérica. Cuando dejó el trabajo, se embarcó en un tour de seis meses por Estados Unidos al que llamó Se Habla Español y para el que hacía reservas y vendía tickets por adelantado. Ahora, seis años después, ha vuelto al Perú para abrir un estudio exclusivo, que funciona además como galería de arte y residencia para artistas invitados. Convertido en uno de los tatuadores más solicitados de la escena norteamericana, Stefano Alcántara planea ahora dividir su tiempo entre Estados Unidos y el Perú. «Este es mi estudio soñado, el lugar donde tatuaremos yo y los amigos que traiga, a los clientes de aquí y los extranjeros. Lo que quiero ahora es enseñar mi país. Que el estudio sea también una puerta de entrada al Perú». El tatuador que dejó Lima para escribir su nombre en las grandes ligas ha decidido que es hora de traerlas aquí.


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claudia oliveira

mi lugar favorito en el mundo 24 aĂąos. Modelo. Madre de Emil. DiseĂąadora de modas. Adora viajar. Nueva York es su ciudad favorita. Aunque, por ahora, prefiere estar en cualquier lugar donde estĂŠ su hijo.


Por Rodrigo AlomĂ­a / Fotos de Erasmo Wong


En Escena

Claudia Oliveira quiere más tiempo. Lo quiere desde hace siete meses, cuando Emil nació y se convirtió en lo más importante de su vida. Por eso ahora toma decisiones en función del reloj: mientras más rápidas y sencillas sean las fotos o pasarelas que tendrá, mucho mejor, porque así pasará más tiempo junto al niño que esta mañana salta inquieto en su regazo.

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Tiempo es lo que menos le ha sobrado a Claudia Oliveira en su veloz vida. Dejó su natal Iquitos a los quince para irse a Suiza a vivir durante siete meses. Un año después regresó al Perú y quedó primera finalista del concurso que la agencia Ford Models hizo en el país; a los veinte años se independizó de su familia, y a esa edad también fue elegida mejor modelo del 2009

por El Comercio; y en el 2012 fue la imagen del LIF Week edición verano. Ahora Claudia sigue viviendo rápido, pero los motivos han cambiado. ¿Cómo ordena su vida esta modelo de cuerpo esbelto y ojos pardos para no descuidar a su hijo? «Siempre hemos acoplado a Emil a nuestras vidas; por él nunca hemos dejado de hacer cosas», dice Claudia, refiriéndose a ella y su esposo Erasmo Wong, el

fotógrafo del que quedó enamorada a los pocos días de conocerlo, en febrero del 2011, padre de Emil, con quien huyó a Nueva York a vivir durante cinco meses; el mismo que también sabe de vivir veloz, tomando fotos desde Cuba hasta Rusia, pasando por Namibia y Tailandia. Sus días son agitados, pero Claudia siempre consigue crear


momentos memorables. «Me encanta desayunar con él y Erasmo en la cama», explica la modelo. Desde niña Claudia siempre ha disfrutado de esos momentos pequeños en apariencia e inmensos en significado. Sencillos, pero entrañables. Como aquellos carnavales que jugaba en Iquitos hasta terminar empapada de agua y pintura. Como cuando, junto con Erasmo, salía temprano de su casa en Chelsea –en el West Side de Manhattan– para fotografiarlo todo, y solo se detenían a almorzar comida tailandesa. O como los días con Emil en el balneario de Asia, donde la familia de Erasmo tiene una chacra repleta de cultivos y animales que andan por doquier. Mucha gente no entiende cómo Claudia se da tiempo para ser modelo, diseñadora de su marca de ropa Wild Diamond, madre y esposa al mismo tiempo. Recuerda aquella vez, durante una sesión de fotos, cuando le preguntaron por qué no dejaba a Emil con una nana para que pudiera trabajar más tranquila. Ella respondió que todo trabajo podía esperar, pero su hijo no. Él es su tiempo y mucho más. «Con él –dice Claudia– he aprendido que el amor es infinito. Incondicional e infinito».

Producción: Mariana Chamot Maquillaje y Peinado: Roberto y Giordano Ropa y accesorios: MNG Encuentra la sesión completa y el making of en www.asiasur.com

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Cuéntame

diego ubierna ciento cuarenta mil trecientos cincuenta seguidores tiene en su cuenta de Twitter. A Diego le fascina el mundo de las redes sociales. Hace dos años fundó, con su socio, la agencia de social media 24 sie7e, y están presentes en el Perú y Colombia.

veintisiete sombreros tiene en su colección. Los usa porque le encanta llevar el pelo largo y nunca peinarse. Le gusta obsequiar algunas gorras a sus amigos: la última se la regaló al cantante Kalimba, quien le dio a cambio un chullo.

doce años tenía cuando empezó a entrenar en la Videna de San Luis. Diego formó parte de las selecciones de fútbol sub 15 y sub 18 del Perú, y jugó al lado de futbolistas hoy reconocidos, como Paolo Guerrero y Jefferson Farfán.

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Por Rodrigo Alomía / Foto de César Campos

27 años. Baterista. Compositor. Diego Ubierna tenía dieciséis años cuando rechazó una oferta para jugar fútbol en el Newell's Old Boys de Argentina. Prefirió, en cambio, viajar a California para estudiar música e intentar cumplir su sueño de ser baterista. El reconocimiento llegaría después con el grupo Ádammo, que en dialecto griego significa ‘el placer de hacer algo’. Diego siempre ha disfrutado de hacer las cosas que más lo apasionan.

dieciocho años tenía cuando se rompió la pierna derecha montando skate. La lesión derivó en una tendinitis crónica, y el médico le prohibió de por vida que volviera a montar. Hace poco se compró una nueva tabla y ha vuelto a correr. El skate es su pasión.

quince tatuajes tiene en total. El primero –un trueno en el lado derecho de su abdomen– se lo hizo a los diecisiete años. Un barco pirata en su espalda es el que más recientemente se ha tatuado, aunque aún no está terminado.

siete años tenía cuando se compró su primera batería. La usaba todos los días y a toda hora. Le duró solo un año porque terminó rota de lo fuerte que le pegaba.

cuatro años tenía cuando escuchó por primera vez a Vivaldi. Su padre era amante de la música clásica, y, desde pequeño, a Diego le gustó escuchar esas melodías. Años después su hermano mayor le hizo escuchar a Metallica, Green Day y Pink Floyd. Quedó fascinado con la batería de esos grupos.




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