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Crónicas hormigas

por Yolanda García Bustos

A mediados del siglo pasado, los baños públicos de nuestra Ciudad vivían su época de oro, década a década han ido decreciendo. En los años sesenta muchas casas en Azcapotzalco todavía carecían de redes de agua potable, se extraía por pozos que a veces no suministraban suficiente, lo que provocaba que mi Madre me diera la orden —preparas tu maletita: toalla, ropa interior y jabón porque nos vamos a los Baños Públicos, no se te ocurra olvidar tus chanclas—.

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