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La medicina interna es ciencia, no magia

Por José del Rio Ferrer, MD Especialista en Medicina Interna

En sus orígenes la prácca de la Medicina estaba ligada al ámbito de la magia, una realidad que aún persiste en sociedades primivas. De allí venimos. Pero en los países desarrollados la ciencia ha ido sustuyendo a la magia hasta alcanzar una medicina de alto contenido cienfico que ha sido capaz de aumentar la supervivencia yerradicarenfermedades.

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A pesar de ello, el mundo mágico sigue presente en las sociedades avanzadas. Hay rasgos de la vida cotidiana que lo dejan manifestado: se sigue publicando el horóscopo y los aviones y edificios no tienen el 13 sin una razón científica. Con el advenimiento del Covid19 hemos visto cómo estás actitudes ilógicas se han reactivado especialmente en el mundo de las redes sociales. En el año 2016 el Diccionario de Oxford reconoció como palabra del año el término post verdad (posttruth) y lo relaciona con circunstancias donde los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y las creencias personales. Dicho de otra manera, la emoción o la superstición priman sobre la razón y la ciencia. Como resulta obvio, el desvirtuar el escenario científico no nos traerá nada bueno. En el mundo Médico existe un viejo axioma: La medicina es ciencia y arte. Ya es hora de cambiarlo por: La medicina es ciencia y tecnología. En Medicina las emociones han de replegarse al altruismo, la empatía y el humanismo con el que se debe tratar a todos los enfermos. En los últimos años han ido apareciendo diferentes modalidades que se auto denominan Medicina no convencional. Bajo este término hay todo tipo de embaucadores. Pero solo hay una medicina, la científica. El resto son prácticas mundanas que no merecen el nombre de medicina. Esos nuevos magos han conseguido ubicar su espectáculo en áreas de vacío legal, cualquiera con o sin licencia se establece y comienza a desarrollar sus prácticas no profesionales ante los ojos impávidos de las autoridades sanitarias. Quien quiera convencerse que le asiste la razón siempre encontrará argumentos en las redes sociales o en internet para autoafirmarse en su creencia. La post verdad no es una mentira cualquiera, es una manipulación de la realidad, cuyo éxito estriba en la poca educación de grandes sectores de la población. Es difícil luchar contra estas creencias. Ahí están los que dicen que el hombre no llegó a la luna y quienes se oponen a las vacunas por todo tipo de argumentos pueriles. Pero los que nos movemos en la medicina científica como la Medicina Interna tenemos el deber de luchar contra la magia y el engaño. Sería muy conveniente que el Colegio de Médicos de Puerto Rico se pronunciase creando un Observatorio sobre Pseudociencias, Pseudo terapias y Sectas Sanitarias. Tenemos que proteger al enfermo de prácticas Pseudocientíficas. Sólo así nuestros pacientes estarán en las mejores manos para el bienestar de nuestro País.

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