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Autoconcepto y sus dimensiones
Capítulo III. Influencia del autoconcepto y la satisfacción con la vida en el rendimiento académico de estudiantes de secundarias públicas.
Una de las variables de interés en el proceso de enseñanza-aprendizaje es el rendimiento académico (Navarro, 2003). El rendimiento académico es definido como el nivel de conocimientos en una materia según el grado académico y la edad (Jiménez, 2000). Las calificaciones escolares son la forma más utilizada y el indicador que mejor representa y estima el rendimiento académico (Garbanzo, 2013). En las evaluaciones del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, o Informe PISA, históricamente México ha obtenido resultados por debajo de la media de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD). En PISA 2018, solamente 1% de los estudiantes mexicanos estuvo en los niveles de desempeño más altos; además, el 35% no obtuvo el nivel mínimo de competencia (OECD, 2019).
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En los últimos años ha sido de interés para los investigadores el identificar los factores asociados a que los estudiantes obtengan buenas o malas calificaciones (Chilca, 2017; Kassarning, et al. 2018; Wentzel, 2017). Existen diferentes investigaciones dirigidas a encontrar variables personales, escolares y familiares asociadas al rendimiento académico, ya que para poder mejorarlo es necesario entender la relación que estas variables pueden guardar con el rendimiento de los estudiantes (Navarro, 2003; Rodríguez y Guzmán, 2019). El sexo ha sido un factor asociado al rendimiento académico, donde se ha encontrado que las mujeres obtienen una media más alta que los hombres (Serrano et al., 2016; Valdés y Yanci, 2016). El turno es un factor que no es muy estudiado, ya que en muchos países solo se cuenta con el turno matutino. Sin embargo, se le ha considerado como un factor contextual importante que debe ser estimado para comprender el contexto educativo (De Tejada, 2012). Se ha evidenciado que los alumnos del turno matutino muestran un mayor rendimiento académico (Escribano-Barreno y Díaz-Morales, 2013; Gordillo et al., 2013; Zorrilla y Muro, 2004). Existe una relación entre el rendimiento académico y el desarrollo positivo de los jóvenes (Barrios y Frías, 2016). Es por ello por lo que diversas investigaciones sobre rendimiento académico (Bücker et al., 2018; Iniesta y Mañas, 2014; Zahra et al., 2010) han estudiado la relación de constructos psicológicos como el autoconcepto y la satisfacción con la vida escolar con el rendimiento. La mayoría de los estudios que analizan la relación entre el rendimiento académico y el autoconcepto se han enfocado en la dimensión que tiene que ver con cómo se percibe en relación a la escuela y sus habilidades dentro de ellas, por lo tanto, el autoconcepto académico es la percepción que tiene el individuo sobre la calidad del desempeño en la escuela (Affum-Osei et al., 2014; Clem et al., 2018; Erdogan y Sengul, 2014; Hansen y Henderson, 2019; Jaiswal y Choudhuri, 2017; Susperreguy et al., 2018). Sin embargo, existe menos evidencia sobre la relación con otras dimensiones del autoconcepto; Zahra et al. (2010) encontraron una relación con las dimensiones física y social del autoconcepto con el rendimiento académico. Por otro lado, también se ha destacado la relación del autoconcepto con otros aspectos relevantes en la vida de los adolescentes como la violencia escolar (Cañas et al., 2020; Sánchez et al., 2019), habilidades sociales (Aranda y Chávez, 2017; Baquerizo et al., 2016; Véliz et al., 2016) y satisfacción con la vida (Vera et al., 2018). Autoconcepto y sus dimensiones
El autoconcepto se va formando a través de las distintas etapas por las que van pasando las personas en sus vidas (García, 2003). El desarrollar un autoconcepto positivo durante la adolescencia es uno de los elementos más importantes para lograr un funcionamiento personal, profesional y social adecuados (Guillamón, 2015). A pesar de la imprecisión y variabilidad de las diferentes definiciones de autoconcepto, existe un consenso en aspectos generales. En términos muy amplios, el autoconcepto es la percepción de una persona sobre sí misma, dicha percepción se forma a través de la experiencia con su entorno y es influenciada especialmente por refuerzos ambientales, preponderantemente. Este constructo es útil para explicar y predecir el comportamiento de una persona (Shavelson et al., 1976). Según García y Musitu (2014), el autoconcepto puede ser medido a través de cinco dimensiones: la dimensión académica es la percepción que tiene el sujeto con respecto a su desempeño como estudiante y lo guiarán en la educación formal (Méndez, 2016). El autoconcepto académico funciona como un mediador entre las actitudes y el rendimiento académico (Veas et al., 2019). Dicha dimensión se basa en dos aspectos, el primero se refiere a la autoevaluacióndelestudianteapartirdesusprofesoresyenelsegundoaspecto evalúa diferentes habilidades que pueda tener en ese contexto. En la dimensión social, el individuo evalúa su desempeño en las relaciones sociales (Goñi y Fernández, 2007). Esta dimensión está definida por dos ejes. En el primero se trata la red social del joven y la dificultad o facilidad para aumentarla o conservarla; en el segundo se tratan algunas aptitudes necesarias en las relaciones interpersonales como ser alegre o amigable.