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Los estilos y estrategias de afrontamiento
desempeñan una función, tiene un peso determinado, lo que en la familia vendría a ser la jerarquía y el poder con que cada uno cuenta, sean padres, hermanos mayores, etcétera. Algunos de los componentes de la concepción de la familia según este autor son los siguientes: La familia es un sistema abierto en proceso permanente de transformación que constantemente intercambia descargas con el medio extrafamiliar y se adapta a las diferentes demandas de las etapas de desarrollo que enfrenta. Muestra un desarrollo en el cual se desplaza a través de un cierto número de etapas que exigen una reestructuración permanente. Así esta se adapta a las circunstancias cambiantes de modo tal que mantiene una continuidad y fomenta el crecimiento psicosocial de cada miembro siguiendo un ciclo. La familia, es uno de los contextos como lo refiere de desarrollo humano más importantes y cruciales para los individuos que viven en ella (López, 2003). La familia juega un papel importante en la conformación de las características psicológicas de los hijos, tanto en lo que se refiere a la personalidad como en lo relativo a sus capacidades y aptitudes (Ceka y Murati, 2016; Gomez-Arizaga, Truffello y Kraus, 2019; Manasawala, y Desai, 2019; Yıldız y Altay, 2021). La presencia en la familia de un hijo/a con necesidades educativas especiales, crea diferencias en el sistema familiar que son llamadas (etiquetas). Una forma de abordar y analizar estas etiquetas es conociendo los estilos de afrontamiento que utilizan los padres para poder ayudar y apoyar a su hijo y dar respuesta a los requerimientos que este necesita para el desarrollo de habilidades cognitivas, pero mayormente crear nuevas pautas de comportamiento en las relaciones del niño con NEE (etiquetado) y su familia, donde ambas partes responden a una unidad sistémica. Si consideramos que la familia es un sistema, la presencia de uno o más hijos/as con necesidades educativas especiales afecta a todo el contexto familiar, que tiene que buscar un nuevo equilibrio, porque la familia es un sistema abierto y dinámico. La relación es tan estrecha entre padres e hijos que cualquier cosa que afecte a uno de ellos, afectará en cierta medida a los demás, que tenderán a buscar un nuevo equilibrio en sus relaciones. Estas familias presentan una serie de conflictos, inseguridades, y dudas acerca de cómo ayudar a sus hijos y por consiguiente no tienen bien definido cómo enfrentar la situación, ya que se percibe en ellos una necesidad de información y de ayuda que muchas familias con hijos con necesidades educativas especiales tienen (Civera, V. 2018). Los programas destinados a la formación de la familia son muy recientes y todavía escasos, especialmente los destinados a padres con hijos con necesidades educativas especiales. La familia desde una perspectiva ecológica es vista como un sistema social más que influye en el desarrollo de la persona, en el seno familiar sus miembros interaccionan entre sí, estableciendo objetivos y metas, modelos de comportamiento, y ofreciendo guía, motivación y apoyo mutuo (López, 2003). El éxito de los miembros del sistema familiar dependerá en gran medida del papel de los padres en los elementos previamente mencionados, ya que cada familia tiene diferentes necesidades y características. Características y necesidades de la familia y el niño con altas capacidades y autista Como decía Vigotsky (1973), cuando el niño llega a la escuela ya trae una historia de aprendizaje, además, los aprendizajes formales e informales van a coexistir a lo largo de toda su escolaridad. Este hecho es especialmente significativo en el caso de los niños con necesidades educativas especiales. La familia va a contribuir en el aprendizaje de sus hijos, en sus actitudes, su personalidad y en muchos otros aspectos de su formación como seres humanos, es por eso que la educación de cualquier niño o niña no puede limitarse al ámbito escolar. La educación se da en un medio sociocultural, en el cual la familia y el entorno próximo son de trascendental importancia. De esta manera, el propio comportamiento de los padres va a influir directamente en el comportamiento de los hijos. Tal como señala Freeman (2000), muchos padres planean su acción y estilo parental durante el embarazo, basándose en su experiencia cultural y sus expectativas personales. Este proceso no siempre es consciente. En una situación como esta, se debe proveer a la familia del apoyo necesario para comprender las consideraciones de la orientación que va a recibir o provocar, ya sea en el propio niño y en su entorno próximo. En un sentido vigotskiano, se debe valorar tanto lo que el grupo familiar puede hacer por sí solo como lo que puede hacer acompañado. Es importante conocer por parte de los padres sus iniciativas e intereses, se debe solicitar ayudar en la toma de decisiones, más que imponer sus propios criterios. Esto se debe hacer siempre tomando en consideración la edad del hijo o la hija.
Los est ilos y est r at e gias d e a fro nt ami ent o
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Aunque existen opiniones (Folkman, 1982),sobre la falta de un cuerpo teórico o modelo apropiado para evaluar el afrontamiento e investigar con él de forma efectiva, el desarrollo teórico y metodológico del concepto de afrontamiento podría agruparse en dos aproximaciones distintas, una, relativamente estable, que lo asume como un estilo personal de afrontar el estrés y la otra, que lo entiende como un proceso (Sandín, 1997). La aproximación a los estilos de afrontamiento defiende la existencia de disposiciones personales para hacer frente a distintas situaciones estresantes. En este sentido, habría personas que negarían y evitarían la situación y otras que tendrían una actitud más vigilante y expansiva. Esto corresponde con los estilos represor/sensibilizador propuestos por Byrne (1964) o los estilos blunting/monitoring de Miller (1987). 130