4 minute read
Familia
Capítulo X. Estrategias de afrontamiento de la familia con un hijo/a con necesidades educativas especiales.
La familia es un sistema abierto y dinámico, la relación es tan estrecha entre padres e hijos que cualquier cosa que afecte a uno de ellos, afectará en cierta medida a los demás, de tal forma tenderán a buscar un nuevo equilibrio en sus relaciones. La familia juega un papel extraordinariamente importante en la conformación de las características psicológicas de los hijos, tanto en lo que se refiere a la personalidad como en lo relativo a sus capacidades y aptitudes (Suarez y Vélez, 2018). Sin embargo, los programas destinados a la formación de la familia son muy recientes y todavía escasos, especialmente los destinados a padres con hijos con necesidades educativas especiales. Una necesidad educativa especial puede tomar formas muy diferentes. Puede haber necesidad de dotación de medios especiales para acceder al currículo, a través, por ejemplo, de equipos especiales o técnicas especiales de enseñanza; o necesidad de modificar el currículum, o puede haber necesidad de una atención particular a la estructura social y al clima emocional en el que se desarrolla la educación (Warnock, 1978). Estas necesidades conllevan por parte de los padres buscar estrategias para que sus hijos obtengan una mejor propuesta educativa. Una de las estrategias es el afrontamiento, el cual se define como los esfuerzos en curso cognitivos y conductuales para manejar las demandas externas o internas, que son evaluadas como algo que agrava o excede los recursos de la persona. Estos esfuerzos pueden ser activos (de aproximación), de evitación o pasivos. Atendiendo al momento en que se dé la situación, pueden ser, además, preventivos (anticipatorios) o restauradores (control de las consecuencias) (Lázarus y Folkman, 1986). Un estilo de afrontamiento difiere de un rasgo, principalmente en grado y, generalmente, representa formas amplias, generalizadas y abarcadoras de referirse a los tipos particulares de individuos tales como el poderoso o el que carece de poder, el amigable o el hostil, el controlador o el permisivo, o a tipos particulares de situaciones tales como ambiguas o claras, inminentes o alejadas, temporales o crónicas, evaluativos o no evaluativos. Los rasgos, hacen referencias a las propiedades de las que dispone el individuo para aplicar en determinadas clases de situaciones, tienen generalmente un espectro menos amplio. (Lazarus y Folkman, 1991). Es preciso, por tanto, diferenciar entre estilos de afrontamiento y estrategias de afrontamiento. "Los estilos de afrontamiento se refieren a predisposiciones personales para hacer frente a las situaciones y son los responsables de las preferencias individuales en el uso de unos u otros tipos de estrategia de afrontamiento, así como de su estabilidad temporal y situacional. Mientras que las estrategias de afrontamiento son los procesos concretos que se utilizan en cada contexto y pueden ser altamente cambiantes dependiendo de las condiciones desencadenantes" (FernándezAbascal, 1997, p.190). Este trabajo tiene como objetivo responder a una necesidad que ha sido poco estudiada y atendida en nuestra sociedad: conocer los estilos de afrontamiento que utilizan los padres con un hijo/a con altas capacidades y autismo, ya que es en la familia donde pueden aparecer los primeros signos de incomprensión, desesperación, y angustia para el niño y para los padres, al no contar con los recursos necesarios para hacer frente a la situación que se presenta. Por lo tanto, es importante brindar asesoramiento y orientación para afrontar esta problemática en donde se busca la disminución de los síntomas tanto para padres como para los hijos señalando la importancia de buscar a un profesional de la salud que les brinde herramienta para aminorar los síntomas. Famili a
Advertisement
La familia ha sufrido una serie de cambios a lo largo del tiempo, según Musitu (en Jiménez, 2013), el concepto y cualidad esencial de la familia sería un acuerdo o compromiso emocional: se estimula el cariño, el cuidado, y la implicación mutua; hay una continua donación reciproca sin preocuparse demasiado por el valor que se intercambia en las transacciones; no se espera una compensación equivalente y la armonía en las relaciones se valora más por los bienes y servicios intercambiados; los lazos familiares implican un sentido de responsabilidad interpersonal y obligaciones hacia los otros que es más fuerte. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 (ONU, 2012), se refiere que “la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado” (Art.16;3); mientras que Montalvo y Espinosa (2013), completan el texto al referirse a la familia como “el grupo social básico en el que la mayoría de la población se organiza para satisfacer sus necesidades y en el cual individuos construyen una identidad mediante transmisión y actualización de los patrones de socialización” (pág. 74). Conceptualizando a la familia vista desde el enfoque sistémico, Garibay (2006), menciona que la familia es considerada como un móvil porque está compuesto de una serie de piezas que se encuentran relacionadas entre sí. Lo mismo la familia está formada por sus miembros, los cuales se encuentran relacionados entre sí. Cada una de las piezas del móvil tiene un lugar, una posición “arriba” de otras. De igual manera, cada uno de los miembros de la familia ocupa un lugar, una posición dentro de la misma, lo cual implica que cada uno juega un rol con respecto a los otros,