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Método
implicación recae sobre tres tipos de factores: a) entorno de aprendizaje; b) motivación personal; c) circunstancias externas. En opinión de Yorke (2006), lo que las instituciones hacen para potenciar la implicación tiene un impacto importante sobre el éxito académico, la reducción de las tasas de abandono, el nivel de empleabilidad y las actitudes positivas hacia el aprendizaje a lo largo de la vida. Y, por otra parte, si la implicación depende en parte, de las características y formas de hacer de la institución, eso quiere decir que las medidas de implicación pueden ser, también, una medida indirecta de la calidad de una institución. Incluso los propios resultados del NSSE ofrecen mayores niveles de varianza intragrupo que intergrupos (Kuh, 2009; NSSE, 2008). Thomas (2012) ha insistido en que el compromiso estudiantil (entendido como inversión intensa de tiempo y esfuerzo en la acción, esto es, lo opuesto a una actuación superficial y escasamente mantenida) está asociada al aprendizaje profundo y efectivo. Y en un sentido similar Krause (2012) ha vinculado la implicación académica al paradigma constructivista puesto que las experiencias educativas efectivas son aquellas en las que los estudiantes construyen su propio conocimiento y, para que eso suceda, se precisa determinación y compromiso personal con hacer algo de forma intensa. En definitiva, la implicación actúa como un importante predictor del aprendizaje de los estudiantes (Carini, Kuh y Klein, 2006). Razón por la cual se ha convertido en un tema relevante en la investigación didáctica (Pescarella, Seifert y Blaich, 2010; Fredricks, et al., 2004; Chen, Lattuca y Hamilton, 2008; Wonglorsaichon, Wongwanich y Wiratchai, 2014). Para Carini, et al. (2006), la implicación actúa como un doble bucle didáctico: ✓ cuanto más intensamente estudian los estudiantes una materia (implicación), más tienden a aprender sobre ella; ✓ cuanto más feedback obtienen de sus escritos, análisis y resolución de problemas, más tienden a implicarse.
✓ Desde esta perspectiva, el compromiso se dirige de una forma indirecta al aprendizaje. No se mide o considera el aprendizaje en sí mismo sino a través de la implicación, pero partiendo de la idea de que dicha implicación es un buen predictor de la efectividad y calidad de los procesos de aprendizaje. Astin, Chickering, Ewell, Kuh y Pace (2017) autores del cuestionario NSSE parten de los s principios de buenas prácticas de Chickering y Gamson (1987), Kuh (2003) los sintetiza en 5 grandes factores de calidad educativa: 1) nivel de reto Académico; 2) aprendizaje activo y colaborativo; 3) interacción entre profesores y estudiantes; 4) experiencias educativas enriquecedoras; 5) ambiente de campus. El último de los puntos señalados por Kuh (“ambiente de campus agradable”) nos lleva a ubicar a la universidad no solamente como un espacio de enseñanza y aprendizaje; sino como un espacio de vida. Estos autores nos recuerdan la importancia del contexto; del clima dentro de la universidad. Hoy los factores contextuales no se limitan únicamente al escenario universitario sino al entorno que viven los y las estudiantes en medio de la incertidumbre para el desarrollo de los procesos educativos, como lo es la generada por la pandemia del COVID-19. Por tal motivo en este trabajo centramos la atención a la respuesta de los estudiantes durante el confinamiento; sin soslayar las situaciones en las que se encuentran: videoconferencias limitaciones o fallas en conectividad, asesorías vía Zoom, Teams, webex, Meet, etc., correo electrónico o WhatsApp. También a la adversidad a las que se han enfrentado o han vivido, como lo son, el duelo por pérdidas de familiares, los contagios, los problemas económicos y demás señaladas en la tabla 1.
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Tabla 1. Problemáticas de los estudiantes en tiempo de pandemia
Falta de equipo Fallas en el internet Falta de recursos económicos Violencia en el hogar (pareja, padres y hermanos) Problemas emocionales Lugar de residencia Pérdidas familiares Necesidad de trabajar Falta de comunicación entre maestros y alumnos
Fuente. - Rivera, M. A y Izquierdo, D. M. L. (2020) Retratos de los estudiantes a través de sus narrativas frente a la pandemia, p. 338.
Méto do
Esta investigación está desarrollada en dos fases, es de corte mixto, descriptivo-interpretativo (Hernández, Fernández, y Baptista, 2014). En la primera fase, que es la base del presente reporte, se recurre al proceso clásico de investigación empírica cuantitativa con la aplicación de un instrumento de evaluación de la implicación universitaria. 150