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LA VIDA DE VIAjE - CICLOTURISMO

Seguimos recorriendo los 1247 km de la Carretera Austral, esta vez desde Villa Cerro Castillo a Puyuhuapi. Pedalearemos por asfalto, ripio, Parques Nacionales y estaremos muy cerquita de inmensos glaciares colgantes.

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después de tres días de descanso en Villa cerro castillo, salimos otra vez a la ruta. La buena noticia es que después de los primeros 469 km de ripio de la carretera austral, nos esperan unos cuantos kilómetros de asfalto. como todo regreso no es nada fácil: el Gps nos calcula que tendremos que pedalear 15 km en subida con un desnivel de 800 metros hasta llegar a la cuesta del diablo, que ya por el nombre no nos causa ninguna gracia. por suerte nada es tan grave como parece: la cuesta es solo de 2 km, bastante pedaleable y más linda que difícil.

a partir de acá nos espera un llano que disfrutamos como si tuviéramos alas en lugar de cubiertas. Entramos en la Reserva nacional cerro castillo y al primer cartel de alerta se nos encienden las alarmas: “Zona de Huemules”. desde hace 5 años

queremos cruzarnos con huemules pero se nos escapan de la vista. Estando en la patagonia argentina los carteles se nos reían en la cara y la cámara de fotos ya no nos creía que existen, pero que prefieren vivir lejos de los humanos. El huemul es parecido a un ciervo pero mucho más chico, es Monumento natural de argentina y especie protegida en chile y está en peligro de extinción, por eso ver uno es un golpe de suerte y hasta de azar.

pispeamos entre los árboles, asomamos los ojos por entre los cerros, intentamos escuchar lo que nunca escuchamos: sus pisadas, su respiración, algún sonido diferente para decir sí, por ahí pueden estar. Y nos olvidamos de los huemules y pen-

samos que los paisajes de la patagonia son de otro mundo. no sabemos si es lo extremo, las montañas y sus pinceladas en la tierra, la vida del bosque, la convivencia con el sol, pero acá la vida tiene su propio pulso. Y cuando pensamos en pulso y doblamos en una curva, lo vemos. Está ahí, bajando una lomada con sus piecitos de algodón y un sonido repetitivo y grave que le sale de la garganta. cuando camina su cuello se mueve como el de una paloma. su cuerpo robusto todavía está en crecimiento. apoyamos la bicicleta en el guardarrail tratando de no hacer ruido, sacamos la cámara, le sacamos algunas fotos, pero intentamos registrar este momento dentro nuestro más que estar pendientes de los encuadres. nos acercamos. nunca imaginamos que íbamos a estar a menos de un metro de uno de los animales más emblemáticos del sur del mundo. nos

mira, lo miramos. nunca nos vamos a olvidar de esa mirada.

cruzar la Reserva en un día es posible porque se pedalean solo 35 km. Recomendamos pasar la noche en el camping que está junto a la laguna chiguay para al día siguiente pedalear los 58 kilómetros que siguen hasta coyhaique, una de las ciudades más grandes de chile. sí: zona urbana a la vista. como todo ingreso a una ciudad grande, recomendamos hacerlo temprano, cuidar tu bicicleta y todo tu equipo: acá sos vos quien está en peligro de extinción. Ojo en este tramo de la Ruta 7 porque una vez que salís de la Reserva nacional cerro castillo, la ruta se vuelve muy transitada porque es el camino que conecta la ciudad de coyhaique

con su aeropuerto y con el paso fronterizo Huemules. Te aconsejamos que revises cómo va a estar el clima porque si el viento corre en dirección este-oeste, lo vas a tener en contra.

Llegar a coyhaique tiene un gustito especial: implica haber pedaleado la mitad de la carretera austral. ¡bravo! Ese es un motivo más que suficiente para salir a festejar y nos vemos obligados a obligarte a ir a un restaurante bueno, bonito y barato que es para chuparse los dedos: Mamma Gaucha, uno de los lugares más recomendamos del sur de chile para comer. cualquier plato es riquísimo y además, tienen cerveza artesanal. dale, date el gustito. Te merecés un regalo por haber llegado hasta acá. después de descansar los días que necesites en la ciudad, armate de paciencia porque tenés 8 km en subida hasta un mirador desde donde se puede ver toda la ciudad como si fuese una maqueta. Kilómetros más adelante, vas a llegar a un cruceencrucijada: si doblás a la izquierda continuás hacia puerto aysén (recomendado por todo mapa y folleto turístico) y si seguís por la derecha, vuelve el ripio y continuás por el trazado oficial de la Ruta 7. Y acá hacemos una salvedad: el camino hacia

puerto aysén es angosto, muy transitado y no tiene banquina, por eso si querés ir hasta allá, hacelo a dedo o en micro o en cualquier otro medio de transporte pero no con la bici. nosotros seguimos el trazado original de la carretera austral y la pasamos bomba: poquísimos autos, más naturaleza que ruido

y con lugarcitos para armar la carpa por si nos agarraba la noche. son en total 50 km de ripio en buen estado y con un pueblo a mitad de camino que se llama Villa Ortega para abastecerte. La próxima parada es Villa Mañihuales, y de acá en adelante este recorrido se convierte en uno de los tramos que más disfrutamos del viaje. La magia entra en escena una vez más cuando empezamos a recorrer el parque nacional Queulat, uno de los parques nacionales más lindos de chile. Queulat en idioma aborigen significa “sonido de cascadas”. no llegamos a ver una que ya el agua se siente en todas partes. El ripio entra en escena otra vez, pero en lugares como éste cuanto más agreste sea el paisaje más perfume a bosque. Verde, verde, verde. Ese es el color rey de este camino.

Los primeros kilómetros dentro de Queulat son con forma de caracoles, lentos pero preciosos. son 7 km en subida, sin embargo en sentido sur-norte (como vamos nosotros) son mucho más progresivos que de norte-sur. Estate atento que hay lugarcitos escondidos para acampar que parecen sacados de un cuento.

sorpresas que vas a encontrar en Queulat: el bosque Encantado, un sendero de 1700 metros rodeado de bosque siempre verde, musgos y líquenes con aromas y texturas diferentes y que llega a una laguna al pie de una pared de roca con un glaciar colgante; y el Ventisquero Grande, un sendero donde el agua desborda y donde los sentidos se hacen un festín. Éste es un imperdible de la carretera austral.

desde la entrada al Ventisquero son solo 21 km hasta puyuhuapi, otro pueblo para descansar después de tanto pedaleo y trekking. atención que en este tramo la ruta está en construcción y hay hombres trabajando. igual, lo vas a disfrutar. a partir de acá solo restan 429 km hasta llegar a p de este intenso viaje. uerto Montt, el KM 0

TEXTO: Jimena Sánchez FOTOS: Andrés Calla WEB: lavidadeviaje.com INSTAGRAM: @lavidadeviaje

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