Revista Aconteseres Nº1 ¿Cuáles son los nuevos tipos de lucha, cuáles son los nuevos focos de resist

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ACONTESERES Revista de divulgación cultural

¿Cuáles son los nuevos tipos de lucha, cuáles son los nuevos focos de resistencia al poder? 1 Nº1- Agosto 2018


Editorial conteseres funciona como una plataforma de exposición común para variados seres cuyas palabras y creaciones se pierden en el espectro de la cotidianidad indiferente. Es un espacio para aquellos que tengan algo

A

que decir o compartir, un sitio para la expresividad en todo su espectro. En una época de refabricado carpe diem de plástico, ponemos el acento en el pensamiento, el arte sentido y vivido, y las oportunidades de crear acontecimientos a partir de ello. Les invitamos a dejar un poquito el índice quieto, a dar un respiro, tomarse algo, meterse en las palabras, digerirlas, obligarnos a tomar otras velocidades, otros procesamientos. Cuerpo y máquina necesitan un descuelgue, ¿será ese descuelgue para nosotros posible? En una especie de descontento cultural, es que muchas veces nos perdemos en el ruido mediático, nos distanciamos, nos depreciamos, y no

podemos conectar. En ese marco surgen nuevas preguntas, nuevas formas de conquistar lo deseado, de luchar por eso, de generar espacios, herramientas y sentidos nuevos a partir de lo que hay y de lo que (de)viene constantemente. Nos gusta pensar que puedan seguir pensando y haciéndose parte de este nuevo lugar, que busca lanzarse a lo impen2


sado, construyendo redes. Buscando aquellas nociones que nos sean comunes, que nos potencien. Vamos a ser claros: lo que sale es resultado de lo que llega. No nos cerramos a nuevas propuestas, otros formatos, variedad. Por ejemplo: alguien colgado con el cine, podría recomendarnos películas, directores, hacer análisis, comparativas, mezclar disciplinas. O alguien que tenga un cómic o tenga ganas de hacer uno. Fotógrafos: ¿no tendría más sentido darles un uso a las fotos que se quedan en sus redes sociales, justamente anuladas en la velocidad de su aparición? Más ilustradores: si bien D2 se colgó a ilustrar la mayoría de las cosas, no estaría nada mal que lo dejáramos concentrarse en menos dibujos, y le metiéramos más artistas al producto. ¿Periodismo? ¿Expe-

riencias nativas?

culturales

Bueno, la lista sigue, seremos insistentes en esto: no hay estándares,

ni requisitos de calidad previos. Lo único que queremos evitar es a los conservadores - de derecha, de izquierda, de arriba, de abajo, de la gente, de todos, de nadie-. En fin, dogmáticos convencidos. Que los micro fascistas de sillón sigan escupiendo en sus redes nomás. Mantenemos la consigna del llamado: anticapitalista, antifascista,

antipatriarcal.

Sobre este número En el escenario que habitamos, donde se aprecia el valor de las acciones humanas, medidas en términos de productividad para el desarrollo del capitalismo, es así que re significamos la noción de ocio. Proponemos la de un ocio entretenido, en términos de entre-tenernos, o de tenernos a nosotres mismes. Esto

alter-

¿Alguno que le pinte hablar de música? ¿De teatro? 3


Créditos Un conjunto de laboriosos jor-

es, ocio como motor de acción, que posibilite pensarnos, hacernos, tomar distancia y reposicionar los cuerpos para la acción. En este sentido la pregunta que nace de lo que se expresa en el presente número tiende a redimensionar la resistencia y la lucha.

naleros conforman las filas del staff de Aconteseres. Nombrar a cada uno de los incontables colaboradores y creadores sería no sólo un desafío matemático, sino una invitación a la idolatría y a la repetición absurda. Preferimos considerarnos una manada y obrar de forma colectiva bajo las letras que resguardan nuestras mentes. ¿Tenés algo para decir, aportar, o sugerir? Escribinos a revistaconteseres@gmail.com

foto del staff en pleno proceso creativo 4


Índice

Nº1- Agosto 2018

Foucault: lo que estamos dejando de ser. D . p 7-20

Utopías – Arre Lisandro . p 22

La indiferencia – Marcos Falcón García. p 23

Simplemente... ¡feliz! - Lady Romanoff. p 25-29

La Doble H No Es Muda: Una experiencia de Hip-Hop – Mario Lamas. p 31-49

Ceguera - Santiago Matskeeff. p 50

Sobre los hombres prácticos- Sebastián Gervasoni. p 51

Me quedé dormido - Emiliano Millán. p 52-53 Militancia, subjetividad y cambio social – Nicolás Rodríguez. p 55-63

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La profecía de la bota anunciada – Buscapina. p 65

Culo (O fenomenología de la tortuosidad)-L. p 66-68 Veremos… - Víctor Dantaz. p 69

Tomar una pastilla cada 8 horas - Natasha Rudenko. p 70-72

La construcción de la subjetividad y la posibilidad de lo político – Ignacio Bianchi. p 74-85

Historia intitulada - L. p 87-109 Bocadillos de twitter. p 111-112

Madurez-Ernesto Amir. p 113

Si llueve es excepcional-Sr K. p 114-115

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C

matológicas, y un pueblo viejo y enfermo que solo conoce las técnicas extensivas que abundan y socavan la novedad constitutiva de toda planta. De aquí en más vamos a despejar el panorama de nuestra atmósfera, en favor, eso espero, de que se abra un espacio para pensar-habitar esos mundos que nos sean propicios. Callad de antemano la objeción del populacho: nada que no brinde soluciones globales tiene importancia. De seguir tal razonamiento toda acción se somete a una postergación infinita. Esos mundos posibles ya existen, solo que, dispersos, apenas nacientes y en lucha por mantenerse al pie entre el caos o la captura. Estas palabras son para ellos, que resisten. La humanidad, diría Nietzsche, ¿qué me importa la humanidad? No vale ella el tiempo, ni la fuerza sino es en favor de otra cosa. Es en vano querer contagiar al que está convencido, al que busca su seguridad a toda costa, aunque ello le cueste singularidad, grados de libertad. Tengamos pues

¿ ómo crear nuevas posibilidades de vida? ¿Cómo propiciarles su tierra fértil, su atmósfera? Todo lo nuevo precisa rodearse de condiciones que le sean propicias: necesita su pequeño rayo de luz, la humedad que lo nutra desde las raícesen-la -tierra hasta el cuerpo entero. Sin un clima rico en potencialidades, sin esa oportunidad que se sabe injusta hacia el pasado, que sabe olvidar, justamente porque se quiere otra, todo lo que es nuevo sobre esta tierra tiene los caminos cercados. Constantes peligros acechan a nuestra pequeña planta: alimañas de todo tipo, malas condiciones cli-

Purple Flower, Piroska Szanto 1974

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valor para el campo de posibles que viven en nosotros, y sepamos que un efecto de nuestra existencia es eso otro que les incomoda. Por supuesto que nadie resulta convencido por entero, de ahí la continua necesidad de reactualizar, de hacer carne las formas que de lo contrario tienden a difuminarse. No hay racionalidad sin ese conjunto de mitos, mecanismos y rituales que le dan fuerza y forma, de igual manera no hay hombre, ni mujer, ni niño, ni miedo, ni patrón, ni Estado si no le damos su vida momentánea. Tenemos un motivo de alegría: toda forma es parcial, esto es: histórica, geográfica, puntual. La idea de universalidad es otro de los artilugios que la humanidad se inventó con el fin de aferrarse a algo con tal de no perderse en el caos. Tenemos una larga lista de saberes montados sobre lo universal y no seríamos ingratos con ellos sino fuera por un punto de importancia: que allí donde han captado lo nuevo, la diferencia, la

variedad, han tendido a ignorarla, asimilarla, menospreciarla, en favor de las positividades propias de un saber cómo técnica sobre la vida. ¿Pero cómo franquear esa línea? ¿Cómo mantener una relación con los saberes que habilite, que no clausure, que no interprete, que no busque ,a través de su presunta apertura, las maneras de agotar, someter, capturar lo propio de cada acontecimiento en favor de encontrar su propio reflejo? ¿ cómo sobrepasar esa utopía del progresista o nuevo ilustrado?, que pretende que con el saber la cosa ya camina, cuando lo que camina es el simulacro, el hacer como si, el repetir un discursillo bien aprendido, siempre disponible en el bolsillo de cualquier hipócrita. Y así llenamos el curriculum, engrosamos las habilitaciones sociales, para mantener siempre esa pasmosa exterioridad, ese hacer que no es más que una reproducción infinita de las mismas palabras, para someter, finalmente, a los saberes menores a una función de iner8


no sucumbir al doctismo que esnifa el polvo de las bibliotecas. Si intentamos desplegar el conjunto de nuestro proyecto por venir, es decir, a partir de la afirmación de que lo que se trata es de liberar la vida en el hombre- después entenderemos mejor de qué va eso que llamamos vida, deseo, hombre, poder, forma, subjetividad- , podemos repartirlo en una serie problemas que nos parecen pertinentes. Lo cual no quiere decir que sean los únicos válidos, o las únicas perspectivas posibles. No intentamos dar respuestas absolutas teniendo las soluciones planteadas de antemano, mantenemos una impronta abierta y experimental. Dicho esto, empecemos.

te universalidad, de cosa muerta.

Ilustración: D2

¿Habrá que poner el cuerpo? ¿Será una cuestión para una subjetividad naciente, para otra cosa que el hombre? ¿ y cuáles son las condiciones para favorecer la liberación de la vida en el hombre, más allá de los poderes/saberes que lo mantienen prisionero? Para resolver estos problemas, tenemos tiempo, y sobre todo, no estamos solos. Puede que la cosa pueda parecer abstracta de a ratos, y es que significa un esfuerzo salirse de las zonas de comodidad, cosa de

Foucault: lo que estamos dejando de ser

D Muchas palabras se han dicho y redicho sobre el tema del poder en Foucault. A menudo la reducción 9


jetos. Mi trabajo ha lidiado con tres formas de objetivaciones, las cuales transforman a los seres humanos en sujetos.”(Foucault, 2001, p,41) Tres dominios sucesivos por donde los sujetos son constituidos, saber, poder, subjetivación. Tres maneras de abordar y franquear un conjunto de problemas. En el presente trabajo se esquematizarán sobre todo los dos primeros dominios, dando preeminencia al segundo. Al que le interese profundizar en el tema, sugiero el texto ¿qué es un dispositivo? http://imagenesdelsur.cicbata.org/sites/default/files/Qu%C3%A9-es-un-dispositivo_Deleuze.pdf Así como la lectura de los cursos que da Deleuze sobre Foucault, que aún no están digitalizados pero podemos buscar la manera de realizar alguna copia. Dada su extensión y el formato de clase, hace mucho más asimilable todo lo que trataremos a continuación. Así mismo, muchos de los temas que trabajaremos más adelante se derivan de

al estándar del slogan de que no es una cosa sino un ejercicio, que no se posee, sino que se ejerce, dejan de lado un pensamiento de lo escurridizo, lo a-formal, aquello que nos demanda otros dominios de interés, otras ópticas del entendimiento, toda el dominio de una microfísica. Claro que Foucault, no dio definiciones precisas, claras, sistemáticas, nada más alejado de su pensamiento. No por falta de rigor, sino al contrario. En lugar de darnos el universal, lo mina desde adentro, por lo bajo, con ojos de topo. Nos reconduce a los movimientos capilares, infinitesimales, moleculares, desde donde las relaciones de poder pasan por la carne. Y sin embargo, nos dice que su problema fue otro: “Mi propósito no ha sido analizar el fenómeno del poder, ni tampoco elaborar los fundamentos de tal análisis, por el contrario mi objetivo ha sido elaborar una historia de los diferentes modos por los cuales los seres humanos son constituidos en su10


var a cabo, otros problemas. Desmontan al intelectual universal que contempla el mundo y la historia desde sus resguardos seculares. Nos marcan nuevos dominios de relevancia y de interés. En el curso Defender la sociedad de 1976 Foucault expone lo que sería la insurrección de los saberes sometidos, en dos sentidos, primero como aquellos contenidos históricos que fueron subsumidos en las coherencias funcionales de la práctica histórica instituida, aquellos que “pueden permitir recuperar el clivaje de los enfrentamientos y las luchas que los ordenamientos funcionales o las organizaciones sistemáticas tienen por meta, justamente, enmascarar.” (Foucault, 1976, p

líneas apuntadas en dichas clases. Es ahí donde Deleuze nos introduce la temática del poder y nos remite al proceso de las luchas transversales que servían de suelo histórico para el pensamiento pre y post ´68, en ellas los movimientos moleculares, diseminados en red, se oponían a la verticalidad de los partidos y de los aparatos allegados. (Deleuze, 2014, p 25) Y es en este contexto donde la reformulación que ofrece Deleuze de las tres preguntas kantianas1 cobra un sentido primordial en la obra de Foucault: ¿Cuáles son los nuevos tipos de lucha, cuáles son los nuevos focos de resistencia al poder?, ¿Cuál es el rol del intelectual?, ¿hay una nueva subjetividad? (ídem, p 26). Preguntas que plantean otros encuentros, otras tareas que lle-

21) Esta recuperación es efectuada por medio de los saberes eruditos, que serían aquellas prácticas que escapan a la primacía del freudomarxismo, o el estructuralismo. En segundo lugar entiende todo el conjunto de los saberes de la gente, saberes considerados inferio-

1 ¿Qué puedo conocer? -Critica de la razón pura- ¿Qué debo hacer?- Crítica de la razón práctica- ¿Qué puedo esperar? (Deleuze,2014, p 26) y en su caracterización general de los focos de resistencia al poder en Foucault, El sujeto y el poder, p 243,244 en Dreyfus & Rabinow, 2001; podemos encontrar una serie de características ilustrativas con respecto a estas tres preguntas. 11


saberes singulares, locales, situados, diferenciales, “en plena oposición incapaz de unanimidad y que sólo debe su fuerza al filo que opone a todos los que lo rodean” (ídem, p 21,22) En este acoplamiento entre el saber erudito y el saber de la gente es que aparece el método genealógico, como “redescubrimiento exacto de las luchas y memoria en bruto de los combates… acoplamiento que permite… la utilización de ese saber en las tácticas actuales” (ídem, p 22) La genealogía se esgrime contra los efectos de verdad de un discurso totalitario que se pretende científico. (ídem, p 23) Ahora bien, la genealogía se presenta como el análisis propio de las relaciones infinitesimales de poder, su dominio es el de la microfísica, es decir que a ella no le atañen las formaciones estratificadas, dominio este propio de la arqueología como veremos más adelante, sino que su lugar es el del análisis de las estrategias y tácticas de poder que atraviesan las formas discursivas y no-discursivas de las formaciones históricas.

Ilustración: D2

res, no científicos, como el del psiquiatrizado, el enfermo, del delincuente, etc. Que antes que ser saberes del buen sentido, comunes, serían 12


ner en acción instrumentos diferentes, aunque las relaciones de poder estén profundamente imbricadas en y con las relaciones económicas, aunque las relaciones de poder siempre constituyan, efectivamente, una especie de haz o de rizo con las relaciones económicas? ” (Foucault, p, 28) En el mismo curso, también llamado genealogía del racismo, se enmarca en un análisis de poder en términos de guerra, que se pregunta por el cómo del poder, dejando de lado a su vez las interpretaciones que desde Hegel, Freud y Reich, establecen al poder como aquello que esencialmente reprime. (ídem, p, 28) y mostrando como desde el principio de la guerra, es decir la idea de que la política es la continuación de la guerra por medios silenciosos, la economía, el lenguaje, la cultura, las instituciones que nos someten a pequeñas muertes-represiones diarias, no tendrían más objetivo que la permanencia de las relaciones de fuerza perpetuas . (Ídem, p, 29, 31) Para adentrarnos a los puntos

(Deleuze, 2013). Es decir un entendimiento de los saberes en términos de poder, de estrategia, de táctica. Para poder desarrollar la estrategia genealógica, deberá deslindarse de las concepciones del poder para los juristas y marxistas que establecen el análisis del poder en términos molares. En tal sentido se pregunta: “En primer lugar: ¿el poder está siempre en una posición secundaria con respecto a la economía? ¿Su finalidad y, en cierto modo, su funcionalidad son la economía? ¿El poder tiene esencialmente por razón de ser y por fin servir a la economía? ¿Está destinado a hacerla caminar, a solidificar, mantener, prorrogar relaciones que son características de esta economía y esenciales para su funcionamiento? Segunda cuestión: ¿el poder toma como modelo la mercancía? ¿El poder es algo que se posee, que se adquiere, que se cede por contrato o por la fuerza, que se enajena o se recupera, que circula, que irriga tal región y evita tal otra? ¿O bien, al contrario, para analizarlo hay que tratar de po13


más interesantes de las elaboraciones por exponer, es necesario dejar en claro una distinción fundamental que pasa entre el saber y el poder. El saber refiere a las formas, y es el objeto de la Arqueología. Ella se dirige a los estratos, o las formaciones históricas donde se acumulan positividades o empiricidades “«Capas sedimentarias», hechas de cosas y de palabras, de ver y de hablar, de visible y de decible, de superficies de visibilidad y de campos de legibilidad, de contenidos y de expresiones.” (Deleuze,1986, p 48) Es el saber que una época produce y que forma parte de los dispositivos por los cuales los sujetos son constituidos en tanto tales. Es todo lo que una época puede ver y puede decir de sí misma, su horizonte epistémico. No puede ver ni decir lo mismo un griego en el siglo v que un vienes en el xix. El dominio visible o no discursivo, como forma de receptividad, es el régimen de la luz que cae y divide el espacio: distribución de la luz en la forma prisión/prisio-

nero, hospital/enfermos, escuela/ alumnos, etc. No se trata de la luz como fenómeno físico, sino como condición de toda distinción entre las formas: cuando la luz cae delimita ciertos espacios, o mejor dicho, los espacios son construidos en función de la distribución de la luz, y es ahí que algo puede ser visto. Lo enunciable, forma de espontaneidad, se refiere al lenguaje: a las disposiciones jurídicas, el discurso higienista, el derecho penal, la delincuencia, la sinrazón. (Ídem) Foucault no cesara de mostrar la diferencia de naturaleza entre ambos dominios, sus singulares apariciones, aunque se establezcan a posteriori múltiples juegos de imbricación. (Ídem) “El saber es un agenciamiento práctico, un «dispositivo» de enunciados y de visibilidades” (Ídem, p 50). Esta diferencia de naturaleza entre ver y hablar hace que ver no sea hablar, ni hablar sea ver. Cada forma reclama su especificidad, cuando le pedimos a alguien que vea, o cuando hacemos ver: “mirá 14


eso ahí!” O, “mirame cuando te hablo!”, es que entendemos que se trata de un espacio propio que no puede ser apresado con el habla, que las palabras necesitan su contracara. Así mismo en las palabras que lanzamos como dardos reclamamos para ella un dominio propio. De ahí que la luz sea una forma de receptividad, somos vistos, observados, la luz cae y enmarca los gestos, los pasos. Y de ahí que el lenguaje sea una forma de espontaneidad, “sos esto”, “sos aquello”, “hiciste tal o cual cosa”, “se le declara culpable”, “yo juro”.

The Seven Sacraments - Confession Giuseppe Maria Crespi 1712

¿Pero cómo buscar? ¿Cómo establecer lo relevante, no todo aquello que se habla y se ve en una época determinada, sino, aquello que produce efectos de verdad, aquello que hace ver, y hace hablar? En este punto es que Foucault pasa al poder. Para extraer enunciados y visibilidades es necesario darse los focos de poder y de resistencia, desde donde se diseminan. (Deleuze, 2013) Por ejemplo para comprender los procesos de subjetivación sobre la sexualidad, no va a los antecesores de Freud, sino a las nodrizas, la iglesia, la escuela. (Ídem) En uno de los pocos textos donde Foucault nos da un acercamiento circunscripto sobre como funcionaria el poder y su relación con los focos de resistencia-saberes sometidos, nos dice lo siguiente: “Me gustaría sugerir otra vía para ir más lejos hacia un nueva economía de las relaciones de poder, una vía más empírica, más directamente relacionada con nuestra situación actual, la cual implica 15


una mayor relación entre la teoría y la práctica. Esta consiste en tomar como punto de partida, a las formas de resistencia contra las diferentes formas de poder. Para usar otra metáfora, consiste en usar la resistencia como un catalizador químico, de forma de traer a luz las relaciones de poder, ubicar su posición, encontrar sus puntos de aplicaciones y los métodos usados. Más que analizar el poder desde el punto de vista de su racionalidad interna, consiste en analizar relaciones de poder a través del antagonismo de estrategias. Por ejemplo, para encontrar lo que nuestra sociedad entiende por sanidad, tal vez deberíamos investigar lo que está aconteciendo en el campo de la insanidad. Y lo que entendemos por legalidad en el campo de la ilegalidad. Con el propósito de entender de que se tratan las relaciones de poder, tal vez deberíamos investigar las formas de resistencia y los intentos hechos para disociar estas relaciones.” (Foucault, 2001, p 243, 244) Como vimos, el saber pasaba

por dos formas, lo visible y lo enunciable, lenguaje y luz. Pero la diferencia de naturaleza con respecto al poder, es que éste remite a fuerzas y que pasa solo por fuerzas, por una multiplicidad de fuerzas en relación. (Deleuze, 1986) De aquí el abandono de la categoría belicosa/ represiva, porque sus implicancias remiten necesariamente a la violencia en tanto forma, “La violencia es una acción sobre algo. Se dirá que la violencia es la acción que consiste en deformar. Dado que la fuerza no tiene forma, ¿cómo quieren que sea deformada?”(Deleuze, 2014, p 69) Con respecto a ello Foucault señala: “En sí mismo el ejercicio del poder no es violencia, tampoco es consentimiento, que implícitamente es renovable. Es una estructura total de acciones traídas para alimentar posibles acciones; el incita, induce, seduce, hace más fácil o más difícil, en el extremo, el constriñe o prohíbe absolutamente; es a pesar de todo siempre, una forma de actuar sobre un sujeto o sujetos actuantes en virtud de sus actuaciones 16


de paso- y dejarlo en suspenso para más adelante- y es la condición de libertad, o resistencia para el funcionamiento del poder. Foucault nos dice que el poder supone un campo de posibilidades donde diversas reacciones, comportamientos y reacciones puedan ser realizados (ídem) y que la libertad constituye la condición para ejercer el poder, así como su precondición, “ya que la libertad debe existir para que el poder pueda ser ejercido, y a la vez ser su apoyo permanente, ya que sin la posibilidad de resistencia, el poder podría ser equivalente a la imposición física” (ídem) Hace un momento se señalaron algunas categorías del poder: incitar, inducir, desviar, facilitar o dificultar, ampliar o limitar, hacer más o menos probable, todas variables de las relaciones de fuerzas que no presuponen aún una forma. Podemos agregar a la lista: distribuir en el espacio – encerrar, cuadricular, serializar, emplazar-; ordenar en el tiempo –programar el acto, descomponer el gesto-; componer en el

o de su capacidad de actuación. Un conjunto de acciones sobre otras acciones” (Foucault, 2001, p 253) Acciones sobre acciones presentes o futuras, fuerzas en relaciones diferenciales, donde la violencia se presenta como un efecto de saturación antieconómica para las relaciones de poder. En tal sentido una relación de poder debe suponer siempre un grado de acciones posible en el que es doblegado y “un campo entero de respuestas, reacciones, resultados y posibles invenciones que pueden abrirse.” (Ídem) En tal sentido Foucault se decantará por el termino gobierno, para dar cuenta de los aspectos positivos de las relaciones de poder. En su antiguo uso, nos dice, gobernar implicaba no estructuras molares sino formas de dirección orientadas hacia las condiciones calculadas de acción de los otros, “el gobierno de los niños, de las almas, de las comunidades, familias, de la enfermedad.” (Ídem, p 254) En este punto surge un complicado tema, que podemos señalar 17


“La pura función de imponer una tarea o una conducta cualquiera a una multiplicidad de individuos cualesquiera, bajo la única condición de que la multiplicidad sea poco numerosa y el espacio delimitado poco extenso. No se tiene, pues, en cuenta ni las formas que proporcionan fines y medios a la función (educar, cuidar, castigar, hacer producir), ni las sustancias formadas que son el objeto de la función («presos, enfermos, escolares, locos, obreros, soldados»)” (Ídem, p 64) Esta tecnología, la máquina abstracta, causa inmanente cuya deslocalización le permite constituir las diversas formas de los dispositivos disciplinarios. Hablar de causa inmanente nos remite a considerar al diagrama como un domino virtual, que es actualizado, es decir integrado y diferenciado en formas, en sus efectos, en los diversos dispositivos del que también es causa. (Ídem) Cuando nos referimos al status de virtual- no es el software ni la net-, podemos pensarlo como una

espacio-tiempo, constituir una fuerza productiva cuyo efecto debe ser mayor a las fuerzas elementales que la componen. (Deleuze, 2014, p 72) Aún no nos hemos dados formas, pero es posible siguiendo a Deleuze, extraer dos atributos de la fuerzas que darán sentido a las categorías esbozadas. La fuerza se definiría por dos atributos básicos: poder de afectar, función o espontaneidad de la fuerza, y poder de ser afectada, materia o receptividad de la fuerza. (Ídem) Se trata de puras funciones no formalizadas con independencia de los fines y de los medios y de puras materias no formadas, independientemente de las sustancias formadas, los seres u objetos que considere. (Deleuze, 1986) Es así que la noción de diagrama da cuenta de las categorías de poder que pasan por las formaciones estratificadas, cuando podemos considerar una categoría independientemente de todo uso específico y de toda sustancia concreta. El panóptico cuyo diagrama pasa por: 18


parte de la realidad que tiene plena existencia, pero que no es actual, es decir, que existe como a la espera de aquello que le va a dar forma, cuerpo, que va a actualizarla. En ese dominio de fuerzas en relación, evanescentes, móviles, difusas y que “sólo definen posibilidades, probabilidades de interacción”( Ídem, p 41) , la forma como saber va tener como función materializar estabilizándolas. Es en este sentido que podemos hablar de una integración, pero agregando que toda integración lo hace dividiéndose en dos: burgueses-proletarios, hombre-mujer, maestro-alumnos, blancos-negros, etc.; figuras de saber que distribuyen los atributos de la fuerza, afectar y ser afectado. Hablamos en lo concreto siempre de un mixto: saber-poder, más allá que podamos hacer las abstracciones necesarias, para el análisis. Por supuesto que estas figuras no agotan todas las posibilidades de interacción, de estrategias posibles. Pero se presentan como aquellos dispositivos que han mar-

cado la historia occidental y que han sido rígidamente sostenidas por amplios regímenes económicos, culturales, lingüísticos, científicos, mediáticos, etc. Son los agenciamientos de lo mayoritario, que han clausurado, controlado, encauzado la mutabilidad propia de lo vivo subordinándola a la reproducción. Sin embargo, el diagrama disciplinario tal como fue esquematizado, nos indica lo que estamos dejando de ser, nuestro pasado más reciente. De allí el endurecimiento de ciertas formas del conservadurismo, que ven en las formulas del pasado la salvación para nuestras crisis. Justamente ese endurecimiento, es como el último manotazo del ahogado. Existen diagramas muchos más sutiles, más eficientes, cuyo dominio nos obliga a tomar otras estrategias, a considerar otras fuerzas en relación. Si pudiéramos aventurar un diagrama de nuestras sociedades, ¿Cómo operaría?, adelanto, ¿Si la subjetividad es el objeto del mercado, como constituir nuevos focos de resistencia? 19


La temática queda abierta, en el próximo encuentro indagaremos en las diversas articulaciones del pensamiento de Foucault con otros autores a fin de buscar otras derivas y actualizaciones de uno de los pensadores más originales del siglo xx.

cault, M. (2001). más allá del estructuralismo y la hermenéutica.

Bibliografía Deleuze, G. (1986). Foucault. Traducción de José Vázquez Pérez. Buenos Aires, Editorial Paidós. Deleuze, G., Ires, P., & Puente, S. (2013).El saber: curso sobre Foucault. Cactus editorial. Deleuze, G. (2014).El poder: curso sobre Foucault. Editorial Cactus. Foucault, M., & Foucault, M. (1976). Defender la sociedad: curso en el Collège de France (1975-1976)/ Il faut defende la societé. Cours au College de France, 1976 (No. 1Foucault). Fondo de Cultura Económica, Rabinow, H. L. D. P., & Fou-

Ilustración: Van Gogh, ronda de los presos, 1890. 20


“No cabe temer o esperar, sino buscar nuevas armas”. Pues si el capitalismo omnívoro y multiforme requiere, como es evidente, una plasticidad subjetiva sin precedentes, esta misma plasticidad reinventa sus pliegues y resistencias, muda sus estrategias, produce incesantemente sus líneas de fuga, rehace sus márgenes. Recrea también sus opacidades, sus zonas oscuras, sus intimidades, sus nuevos placeres, sus re-encantamientos, sus animismos maquínicos”

Peter Pál Pelbart Filosofìa de la deserción pag 73 21


Utopías

toc toc toc Nada, simplemente: Te quiero

Arre Lisandro

y existo. toc Quiero triturar los huesos del tiempo y deambular entre carne animadamente desordenada entre un enjambre de mariposas suicidas entre antros de vicios y desquicios diseccionar artesanalmente el cuerpo lleno de la existencia abrir pasadizos concretos y escabullirme y que se escabullan conmigo mis poemas y mis moscas y las princesas bastardas que no quisieron caballeros y los caballeros que no quisieron cortes ni princesas de premio

toc toc Quiero viajar en un avión de papel fabricado con él último formulario que debía llenar y desde las nubes cual gota de llluvia de veranillo en otoño escupir a los jueces y a los que nada juzgan también escupir para arriba aunque el gargajo de Sísifo vuelva eternamente a pegotearse entre mis ojos Ilustración: D2

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La indiferencia Marcos Falcón García nadie lo sabe a ciencia cierta pero llueve

a zapatos nuevos

nadie sabe si viene de arriba, de abajo, por los costados,

bajando por 18 viene la vida y canta

desde acá se huele la podredumbre

unas veces de pena y otras tantas de alegría

y puedo adivinar que es la indiferencia

allá delante junto al río

con su traje tantas veces remendado,

en un viaje al horizonte que es incierto

ella y su aroma

y sin embargo soñarlo nuestro no será causa perdida

que es casi indescifrable,

por la calle como ventarrón viene bajando la historia

¡nadie nunca entiende a qué mierda sabe!

a pegarnos en la piel

pero ya desde hace tiempo

con sus alas con su aguijón

que me asquea su solvencia

y a contramano los neutrales

sus verdades a medias

que saltan a la vereda

y su pena de muerte

por temor a que la tormenta les arrebate la calma

con un cadalso que es mutable,

y a mí me basta si el alma se te humedece un día

yo tampoco los nombro pero duele

y te hace levantar la cabeza o la mirada,

no hablarles, ni mirarlos y seguir adelante

para que podamos

no sea cosa que la neutralidad por mi tierra se propague

en un tiempo encontrarnos

y sean diez veinte cincuenta

finalmente

corriendo detrás de pancartas vacías

cara a cara

esas que sin comprometer palabra llevan apenas el insípido sonido del aire ... la indiferencia a espaldas del suceso sus pasos son de espuma y su voz es necio viento ojos que nunca logran despegarse del suelo sus reivindicaciones huelen a crédito a marcas finas

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Ilustraciรณn: D2

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trabajo, un edificio de varias plantas que se dedicaba a la promoción de varios artículos para belleza femenina. Solo un par de empleados notaron al comienzo su cambio de Look, pero la noticia pronto se propagó: Gisselle la del 3er piso, se creía hombre. Y, como ella temía que pasara en un principio, su Jefe se acercó a su cabina para pedirle lo acompañara a el despacho de él, que había algo urgente que tenía que charlar con ella. —Seré claro, Señorita Hele: No entiendo, ni me interesa entender, el por qué de su apariencia este día: Si terminó con su novio, no es de mi incumbencia; si se murió su mascota, tampoco. Yo sólo quiero estar seguro de que no volverá a repetirse. Mi empresa se dedica a la producción y promoción de maquillaje, cremas y demás artículos que contribuyan a las ventas a mujeres que si se preocupen por su apariencia... Y su “Indumentaria” de hoy queda muy fuera de lugar. »Usted comprenderá que no puedo permitir que los empleados de mi

Simplemente... ¡feliz! Lady Romanoff

U

n susurro se oyó luego de que ella pasara junto a ese par de señoras. Les dirigió una mirada tranquila, y las observó cuchichear, con la vista fija en su cabello, que había cortado esa misma mañana en una peluquería; y en su ropa, más ancha, de colores oscuros, de hombre. —¡Mira esa lesbiana!—escuchó el grito de un joven al otro lado de la calle, y se encogió en si misma, aunque su cabeza permaneció erigida, más convencida que nunca de que tenía que mantener la frente en alto, para demostrar que no era débil, que no sentía miedo de dejarse ver tal cual era con la sociedad que la rodeaba. —¡Que marimacha!—un amigo del joven que antes había hablado le estaba señalando con el dedo, con una mueca de desprecio, de asco. Pero ella no se dejó amedrentar, ella era fuerte. Tenía que serlo. Con un poco de retraso llegó a su 25


empresa se vistan con tal descuido. Y me importa um comino todo eso de la Diversidad Sexual que estoy seguro que me está por soltar a la cara: si usted prefiere más la compañía femenina a la masculina, hágalo desde las puertas de su casa para adentro, porque aquí no tenemos lugar para esas chorradas... Gisselle escuchaba todo lo dicho por su Jefe con una expresión impresionada de sobremanera. Su cerebro no llegaba a procesar todo lo dicho por él, gracias a que se encontraba en una especie de Shock. Y es que, de todo lo que había imaginado que ese Señor le diría, la posibilidad de que él le diera un Ultimátum nunca se le había ocurrido... Hasta tanto había llegado el repudio a las personas diferentes que ni siquiera se les permitía concurrir mostrando su verdadera cara al Trabajo. Y pensar que, hasta hace un par de días ella había sido de ese modo... Era su Cumpleaños, y sus amigas habían concurrido a su casa, para saludarla, para felicitarla y desearle

Ilustración: D2 Fotografía: Martin Gallego http://martingallego.blogspot. com/2012/08/vida-de-barrio.html

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un Feliz día... Habían traído un pastel de chocolate que llevaba clavadas unas dos velas, un 3 y un 0 de color rosa que, pese a encantarle, le hicieron deshacerse en lágrimas y derrumbarse delante de las únicas personas que lo sabían todo de ella y aún así la seguían apoyando. —Marco terminó conmigo.—había explicado, con voz nasal, ante los rostros asustados de sus amigas. —Pero... Pero si estaban tan bien...—Moria arqueaba las cejas, con una confusión increíble. Gisselle había negado con la cabeza, a la vez que se sorbía la nariz. —Él dijo que quería avanzar un poco más conmigo, que consideraba que ya había llegado la hora de dar el siguiente paso: casarnos. Y que quería sincerarse conmigo, para hacerme saber que confiaba en mi. »Me contó sus sueños de pequeño, los amoríos que tuvo cuando adolescente... Me lo contó todo. Así que cuando me pidió lo mismo, yo... no pude negarme. Le hablé de mis padres divorciados, de que creía que

había sido mi culpa, porque ellos habían deseado un varón y ahí estaba yo: una niña debilucha. Le hablé de como me comencé a convertir en alguien más: les pedía ropa de niño, jugaba al fútbol con los muchachos del barrio... Todo. Yo era el niño que ellos se siempre habían querido. Y, como no podía ser de otro modo, de tanto fingir ser alguien más, me comencé a sentir como alguien más. »Con el correr de los años, dejé de ser esa niña(ese niño) para convertirme en adolescente. Y, para entonces, todo el que me veía, sin conocerme realmente, no notaba lo que era yo de verdad. Había cambiado mi ropa, mi tono de voz, mi cabello, mis hábitos: siempre estaba con otros chicos y jugaba deportes. Y sin embargo no se sentía falso, sino que era como si me diera cuenta que en realidad nunca fui una chica, sino un chico que tuvo la suerte de nacer en otro cuerpo... »Ya se imaginarán cual fue se respuesta. Me miró con tanto odio, asco y repulsión que por poco me sentí mierda a sus ojos. Me llamó “Marica” 27


y “Marimacha”, tratándome como un ser inferior solo por lo que había hecho durante mi niñez y juventud. Y yo sólo me quedé mirándolo, con sorpresa, con dolor, incapaz de creer que hacía unos minutos hubieramos estado hablando sobre una boda, sobre una vida juntos, sobre confianza.

»Pero, esos momentos de dolor me sirvieron para darme cuenta de algo: debo de dejar de fingir ser quien no soy, porque a quien más hago daño es a mi mismo. Así que, decidí “Dejar salir todo lo que llevo dentro” como cuando era más pequeña. Y eso es lo que voy a hacer. Y ahora se enfrenta a otro individuo que la pone en la misma situación: pretende que ella escoja la comodidad de ser normal según los parámetros de la sociedad. Pero esta vez no va a quedarse callada oyendo como la pisotean, como se creen mejores que ella, que todos aquellos que han estado o continúan en un lugar similar al suyo: siendo Algo(Mujer u Hombre, Chico o Chica) pero no pudiendo demostrárselo al mundo solo porque están totalmente en contra de permitir la aceptación de Ellos en la Sociedad. Y es que, pese a que se ha visto como algo Antinatural a la Homosexualidad la mayoría de las personas de mente abierta acabaron por comprenderla, hacen marchas en su nombre, y los defien-

Ilustración: D2

Y entonces se fue, creo que aún esperando que le pidiera disculpas... Que YO le pidiera disculpas, por ser simplemente quien era, por preferir su juicio a vivir una hipocresía a su lado. 28


den ante todo... Pero a los demás, los Transgénero y Transexuales, nadie los ayuda, nadie grita a favor de sus derechos, de su aceptación. Pero ella si lo iba a hacer. —Jefe.—él interrumpió su palabrería sen contra de la Diversidad Sexual para oírla— . Comprendo si usted no nos acepta, si nos odia, si le damos asco... Y si, estoy hablando de nosotros porque Yo no estoy solo aquí. En este mundo, en este país, en esta ciudad... En su empresa, incluso, ha de haber una veintena de personas que no muestran su verdadera cara al mundo por personas como usted, que se creen que los Transgénero deseamos llamar la atención con nuestras “Pavadas” de creer que realmente lo que somos realmente está muy dentro de nosotros, y si no se manifiesta correctamente hemos de manifestarlo por otros medios. Porque si tengo que irme de esta empresa para alcanzar mi deseo de ser yo mismo, lo haré. Ni usted, ni nadie va a detenerme. Porque yo lo único que deseo es ser simple-

mente... Feliz. Y eso es lo principal.

ilustración: Maria Fernanda Anchorena

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“No sabemos todavía de dónde procede el impulso hacia la verdad, pues hasta ahora solamente hemos prestado atención al compromiso que la sociedad establece para existir: ser veraz, es decir, utilizar las metáforas usuales; por tanto, solamente hemos prestado atención, dicho en términos morales, al compromiso de mentir de acuerdo con una convención firme, mentir borreguilmente, de acuerdo con un estilo vinculante para todos.” Nietzsche Consideraciones intempestivas pag 8 30 Ilustración: Kota Ezawa, Cohen 21, 2017


La Doble H No Es Muda: Una experiencia de HipHop

cias. Por un lado, la identificación de un primer momento en el cual se produce un acercamiento personal con una disciplina especifica dentro de la cultura Hip-Hop, en este caso el Freestyle o improvisación. Otro momento, es la creación de la primera competencia de esta disciplina en la ciudad de Paysandú, CHP Freestyle. Posterior a esto, surge la primera aproximación pedagógica, en el marco de una práctica pre-profesional de cuarto año de la carrera Educador Social, realizada en el liceo No 3 de ciclo básico de la ciudad de Paysandú. Finalmente, un último momento será el de la producción de una propuesta pedagógica desde la cultura Hip Hop y su implementación en el marco del Consejo de Educación Secundaria, específicamente en el Liceo No 6 de tiempo completo de la ciudad de Paysandú. Además de estos momentos concretos, también se hará referencia a otros espacios y tiempos, planteados en términos de transi-

El arte como vehículo hacia la socialización

y

el

aprendizaje Mario Lamas

Introducción l presente artículo, tiene como objetivo describir y analizar un conjunto de experiencias personales y colectivas, así como pedagógicas y sociales, relacionadas con el arte y la expresión, específicamente desde los parámetros de la cultura Hip-Hop1 . Para esto, se tendrán en cuenta diferentes momentos dentro del proceso general de esas experien-

E

1 Nos referimos a una cultura Hip Hop, no desde una definición antropológica estricta, sino por una auto-denominación que el movimiento del Hip-Hop ha creado a través de diferentes tiempos y espacios, para poder integrar no solo los cuatro elementos o disciplinas que integran esta cultura y que se corresponden con una forma de expresión (MC, Breakdance, DJ, Grafiti) sino también pautas de convivencia social, valores, formas de pensar, etc. que han sido transmitidos de generación en generación dando lugar a un movimiento con características culturales claras. 31


en términos de personalidad, es decir, se hace necesario sumar otras voces y otras miradas que puedan dar cuenta de los procesos de significación, los lazos de socialización y la transmisión de conocimientos que tienen lugar dentro o a partir de estas situaciones. En ese sentido, se agregaran a esta producción, tres narraciones de experiencia de tres adolescentes que forman parte del movimiento Hip-Hop en Paysandú, dos de ellos participaron del proceso de talleres en el Liceo No 3 y el tercero, impulso la fundación de la primera competencia de freestyle de la ciudad, que continúa creciendo y llegando a niños, adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes que se suman a las diferentes actividades.

titos y vinculaciones sociales que se generaron o habilitaron en función del acercamiento al Hip-Hop. Por ejemplo, la creación de competencias, eventos, exposiciones, talleres, etc. en diferentes orbitas institucionales y en diferentes lugares del país. La creación de producciones intelectuales, individuales o colectivas, escritas y en la oralidad, y su transformación hacia productos musicales y audiovisuales. Por último, se tendrán en cuenta los procesos de transmisión y sus efectos, cuanto pudieron ser visualizados, en función de proponer el Hip-Hop como un elemento pedagógico, como fin en sí mismo y como medio para alcanzar otros objetivos educativos y sociales, así como su aporte para la habilitación de tránsitos diversos que no discriminen o direccionen al sujeto a una minimización de su oferta cultural. Por otro lado, el carácter colectivo de estas experiencias, hace necesario ampliar las perspectivas

Desarrollo Mi encuentro con la cultura HipHop: Como seguramente les sucede a muchas personas, mi conceptualización de Hip-Hop no era la de 32


una cultura, sino más bien la de un género musical, al que le adjudicaba ritmos, bailes, formas de vestir o de pensar que se exponían a través de las letras. Es decir, que en un primer momento confundía al Hip-Hop como cultura, con su representación musical que es el Rap. Por otro lado, siempre sentí la necesidad de expresarme de manera artística, pero no logre especificarme en ninguna forma de expresión, no estudie música, ni solfeo, ni me dedique a la práctica de un instrumento en particular. Sin embargo, nunca perdí las ganas de expresarme, de decir, generando en esos momentos producciones escritas que tenían siempre la intención lejana de ser musicalizadas y por otro lado siempre que podía improvisaba algunos versos sobre el ritmo de cualquier guitarra que estuviera cerca, pero sin el conocimiento de lo que hacía ni el rigor que hoy en día le adjudico a la improvisación como una disciplina que aporta a la construcción de uno de los elementos de la Cul-

tura Hip-Hop en este caso el MC2. A finales del año 2016 y principios del 2017, se comenzó a ampliar mi imaginario con respecto al Hip-Hop a partir del intercambio con un adolescente, Ignacio Cardozo, con quien compartimos el interés por este movimiento y comenzamos a interesarnos por saber más acerca de la cultura y sus posibilidades. Concretamente, nos centramos en lo que se conoce como Batallas de Freestyle3 , ya que las mismas estaban teniendo relevancia y difusión a nivel internacional, desde organizaciones multinacionales y eventos masivos, hasta encuentros 2 El MC o maestro de ceremonias, en sus orígenes dirigía las fiestas y los encuentros de la Cultura desde la palabra, así como el breakdance lo hacía a través del movimiento, el DJ ambientaba musicalmente los encuentros y los grafiteros decoraban visualmente diferentes espacios de las ciudades. Hoy en día el MC se entiende como el rapero, es decir, quien canta, improvisa, escribe, recita, etc. 3 Si bien el término batalla se corresponde con un significado bélico, las diferentes formas en las que las batallas se presentan, dependen de las organizaciones que las promueven, así como de los lugares o marcos normativos donde se realizan. Por este motivo las batallas existen en diferentes formas, las que se acercan más a un enfrentamiento y las que se acercan más a un debate o puesta en común de ideas. 33


underground4 en toda América Latina que comenzaban a reactivar el Hip-Hop como movimiento social. A partir de esto, Ignacio me plantea su intención por crear una competencia a nivel local, por lo que tuvimos que informarnos acerca de los posibles formatos, modalidades, recursos necesarios, etc. con el objetivo de llevar adelante este emprendimiento. Como se mencionó en la introducción, cada una de estas experiencias fue generada de manera colectiva, por lo que la construcción y el desarrollo de la competencia que se logró generar, estará en palabras del propio adolescente en el posterior apartado. A partir de la generación de estos espacios de encuentro, se crearon vínculos sociales que fortalecieron nuestras posibilidades artísticas y de expresión. Por ejemplo, se crearon otras competencias con

modificación en los formatos, además de crearse competencias departamentales y por consiguiente regionales y nacionales de las que se pudo participar. También por fuera de las batallas el crecimiento del colectivo y de las individualidades se vio fomentado por estas iniciativas, dando como resultado producciones intelectuales y artísticas, como temas, videoclips y otros trabajos audiovisuales acerca del movimiento. Además, se estableció dentro de esa heterogeneidad un grupo de trabajo para llevar adelante actividades más complejas como viajes u competencias nacionales organizadas en nuestro departamento y de las cuales debíamos hacernos cargo. En lo personal, el crecimiento del grupo y la ampliación de las posibilidades de expresión, me llevo a recopilar y grabar algunos de los textos que durante tanto tiempo estuvieron acompañando al polvo en algún cajón perdido. Además de eso, pude ganar la segunda competencia departamental de

4 Se consideran underground, aquellos movimientos o actividades que no tienen como objetivo los fines de lucro, ni la promoción o publicidad personal o de la organización. Estos eventos normalmente se realizan en lugares públicos, con entrada gratuita para ver o participar y sin excluyentes.

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rio de intercambio y expresión, o sea en la creación de materiales y producciones artísticas elaboradas, es decir que no son improvisadas y por lo tanto tienen otro grado de preparación. Estas últimas, no las entiendo como más básicas que otras producciones musicales, ya que en términos liricos seria lo contrario ya que el rap como género musical posee el mayor rigor lirico y poético, sin embargo suponen a simple vista una tarea difícil y sin negar eso, la posibilidad de crear un grupo donde otros compartan ese interés facilitó las conexiones con estudios de grabación y productores de beats, o sea pistas musicales en ritmos de rap, que nos ayudaron a concretar estos emprendimientos que en solitario tienen menos viabilidad incluso desde las posibilidades personales de creación, que se ven incrementadas por un efecto de contagio que hace que otros se propongan generar producciones personales en función de la visualización de las po-

Ilustración: D2

Paysandú y la tercera competencia de la región norte del país, así como también pude participar de muchas otras instancias de competencias y eventos en todo el país. En este sentido, es que se ven reflejados los efectos de una cultura o un movimiento que nos impulsa a expresarnos, a decir, pero que también nos respalda para hacerlo. Ya sea en una plaza o lugar público donde con un parlante o un beatboxer5 se puede generar un escena5 El beat-box, es la disciplina que consiste en crear beats o ritmos de rap, utilizando solo las cuerdas vocales, y la cavidad bucal como

caja de resonancia. 35


mente dos años y medio, en ese tiempo me llamo bastante la atención y comencé a mirar con mucha más frecuencia competencias internacionales donde en ellas me fui dando cuenta que me interesaba eso de poder decirse muchas cosas y siempre manteniendo el respeto, al año de que conocí las competencia con otro compañero decidimos crear la primer competencia underground de Paysandú, todo esto cuando tenía 13 años, llego el día un 28 de febrero y la compe estuvo muy buena, fueron aproximadamente treinta personas, mucho para lo que nosotros esperábamos. Se empezó a correr la voz y a moverse todo por redes sociales y fue creciendo cada vez más, hasta al punto de llegar a poder hacer un evento de carácter nacional y fechas con invitados intencionales. Yo al comienzo por cuatro o cinco fechas no competía solo me dedicaba a ser jurado o animar la compe, hasta que por primera vez al pasar solamente dos meses me animé y me anoté a competir, desde ahí no pare

sibilidades reales que estas tienen. CHP Freestyle: el origen de una identidad colectiva En este apartado, se pretende dar cuenta del proceso de creación de esta competencia, como punto de partida para los diferentes emprendimientos posteriores, y sobre todo como punto de partida para la creación de un grupo heterogéneo de adolescentes y jóvenes, que sin nada más en común que su interés por el Hip-Hop, pudieron conformar una grupalidad basada en el respeto por las individualidades sin dejar de perder de vista el objetivo común de las mismas. Es decir, que se logró implementar una grupalidad funcional a las necesidades individuales. Para esto, se tomaran como referencia las palabras de Ignacio Cardozo, plasmadas en un relato corto que describen su experiencia como organizador y su relación personal con el Hip-Hop. “Conocí el Freestyle por un compañero de fútbol hace aproximada36


Ilustración: D2

más hasta el día de hoy que continúo con una gran actividad competitiva. Un momento que me marco fue la segunda clasificatoria departamental en 2017 que se me dio de llegar a semifinal siendo que hacía cuatro meses que competía y la verdad no me sentía con nivel, creo que también me sentí muy cómodo compitiendo en escenario y con micrófono y eso generó que pueda dar un buen nivel. De ahí en adelante creo que comencé con un nivel nuevo ya que quede como representante y se abrieron las puertas a muchos viajes 37


El Hip-Hop como vínculo: los desafíos del marco institucional: En el año 2017 realicé la práctica pre-profesional del último año de la carrera Educador Social en el Liceo No 3 de la ciudad de Paysandú. Luego de conocer la institución y sus diferentes actores, mi compañero de práctica y yo, nos enfrentamos a la tarea de generar una propuesta pedagógica, que tuviera en cuenta a los sujetos desde sus intereses. Para pensar esto, tomamos como eje de las discusiones, la creación del vínculo, y como éste podría acercarse o fundarse desde un verdadero intercambio entre sujeto y educador y no desde lo que como educadores podíamos entender como favorable para los sujetos. En este sentido, nos propusimos pensar estrategias o actividades que nos pusieran en conocimiento de sus intereses, desde su manifestación y no desde la suposición. Es decir, cómo se genera un primer vinculo, que habilite el dialogo para que la relación educativa sea verdaderamen-

nacionales que hasta el día de hoy continúan. En ellos siempre Paysandú ha quedado en el top y una de esas veces me tocó a mí una final en salto que no se dio y un tercer puesto nacional. Todos estos viajes lo que nos aportan es un gran intercambio cultural con la gente de otros lugares, nos podemos dar cuenta hasta en el vocabulario que varía según el departamento. La mayoría de la gente que no está tan metida en el tema o que simplemente no conoce y por primera vez ve una batalla, puede pensar que nos estamos por golpear pero la realidad es que hay gran respeto entre todos y sabemos que es solo un show, incluso antes comemos todos juntos termina el evento y lo mismo porque tenemos claro que lo que pasa en la batalla se queda ahí por más que a veces puedas llegar a enojarte por ciertos actos. Este fue un breve resumen desde que comencé hasta lo que es hoy.” Ignacio Cardozo A.K.A. Cifro 38


te una relación y no una situación unidireccional que solo contempla al otro dentro de lo que se le solicita. Siguiendo esta idea, encontramos que muchas de las ideas que surgían planteaban problemas para su aplicación dentro del centro, por lo que se planteó un segundo tema a tener en cuenta. Esto es, cómo afectan los marcos institucionales a las relaciones que se dan dentro de él. En primer lugar, se debe tener en cuenta, que no solo las relaciones se dan desde las posibilidades que el marco habilita, sino que también las individualidades, se cargan de características específicas a través de su tránsito por las instituciones. Es decir, que la definición de roles, tanto para los adultos como para los sujetos, los ubica en lugares diferentes con mandatos, derechos y obligaciones diferentes. Esta definición rígida de los movimientos de cada persona dentro de las instituciones, provoca una despersonalización de las relaciones, que ya no se dan entre las

personas en sí, sino entre los encargos que se les hacen a las personas. Además, la definición de campos del saber específicos como lo son las materias, se alejan de la realidad de tomar ese campo del saber cómo vinculante entre educador y sujeto, y lo que verdaderamente hace es ampliar más las distancias entre uno y otro, utilizando los saberes más como muros que como puentes. Luego de analizar teóricamente nuestro campo de acción, comenzamos a proponer formas de encuentro, además de la cotidiana entre pasillos o en la entrada y la salida. Para esto, se me ocurrió utilizar el freestyle como mediador de las relaciones, ya que había tenido la experiencia de ver a niños y jóvenes interesados en esta disciplina, ya sea practicándola o siendo espectador. Comenzó improvisando en algunas horas libres y recreos, pidiendo palabras u objetos para demostrar que no traía el material preparado y posteriormente comencé a invitar a los estudiantes a realizar esta prácti39


ca. Para sorpresa de mi compañero, no mía, muchos estudiantes conocían el freestyle, aunque la mayoría por las batallas. Partiendo de esto, buscamos la forma de reglamentar las batallas para que pudieran darse dentro de la institución y que no fueran rechazadas de inmediato (ya que las batallas con más publicidad y que los estudiantes conocían tenían la particularidad de exagerar en el uso de insultos). Por lo tanto, se buscaba improvisar en relación a temáticas y no enfrentar las personalidades sino que se buscaba enfrentar la capacidad de improvisar sobre una idea o concepto. Sin que pasara mucho tiempo, ya era común ver rondas de improvisación en los recreos e incluso se organizó una compe que se hacía a la hora de la salida “La Ferretería Free” que justamente se realizaba bajo el toldo de una ferretería cercana al centro que a esa hora estaba cerrada. Cuando llego el tiempo de elaborar una propuesta, tenía claro que no podía dejar esto de lado, pero no

veía la forma de incluirlo en la institucionalidad que demandaba que mi presencia en otros campos de acción. Sin embargo se aposto a negociar con el centro la posibilidad de un espacio destinado al Hip-Hop en la medida de que hubiera interés por parte de los estudiantes, por lo que me plantearon que podría realizar un taller quincenal si lo realizaba los sábados, día en que los adolescentes no asistían al centro, con la excepción de algunos grupos que concurrían al Espacio Curricular Abierto, pero la mayoría de los estudiantes asistían a los ECA entre semana. Acepte la propuesta de la dirección y para sorpresa de muchos actores institucionales, el espacio de los sábados se mantuvo activo hasta el final del año con entre quince y veinte estudiantes de ambos turnos y de diferentes grupos y grados. Se propuso una modalidad taller, donde se realizaban actividades teóricas y prácticas. Se trabajó en función del Hip-Hop como cultura, sus orígenes e influencias y su desarrollo 40


actual, con énfasis en las batallas y en los recursos métricos y literarios que se utilizan en las mismas. Se logró crear un espacio de participación y expresión, que además se abrió a la participación de la comunidad con una jornada abierta que propuso una competencia organizada por los estudiantes, donde ellos definieron modalidades, formatos, tiempos y espacios, además de conseguir los premios y demás detalles de la organización. También se creó un producto audiovisual, correspondiente a la presentación de un proyecto impulsado por la comisión honoraria para la prevención del suicidio, proyecto que fue realizado en conexión con la usina cultural departamental. Por último, cabe destacar que algunos de estos estudiantes, siguieron desempeñándose disciplina del freestyle o en la escritura de temas. A muchos de ellos aun los veo semana a semana en las competencias y he podido comprobar que sus tránsitos sociales se vieron

favorecidos por el Hip-Hop ya que algunos de ellos han viajado a participar a otras competencias y también han logrado su clasificación a las competencias departamentales 2017 y 2018 siendo uno de ellos el actual campeón departamental. En relación a lo anterior, destaco que muchos de los vínculos se vieron fortalecidos en función del Hip-Hop. Muchas veces he pensado en como sigo en contacto con ellos aunque no formemos parte de la misma institucionalidad y sin embargo las relaciones no han cambiado mucho, ya que el punto en común sigue siendo el mismo. Entonces, las relaciones que se generaron dentro de la institución, por el carácter de legítimas y por el proceso de convencimiento institucional del aporte de las mismas, lograron reconocer al otro en su interés, aunque la posibilidad planteada suponía más impronta de los estudiantes que del centro, pero ese espacio que el centro estableció como válido para rapear, batallar o expo41


ner textos escritos, fue reconocido también por los estudiantes como válido para los mismos objetivos. La conclusión de este apartado será entonces, que el interés de los sujetos debe estar contemplado dentro de nuestro accionar sin dejar de tener en cuenta el interés institucional, la mediación, negociación y equilibrio entre ambos, es la clave para generar acciones de transformación que verdaderamente aporten al sujeto y que no se extingan al atravesar el umbral de la frontera entre la institución y el afuera. A modo de ampliar la perspectiva acerca de esta experiencia, se incluyen los relatos de dos estudiantes en cuanto a su relación con el Hip-Hop dentro y fuera de los marcos institucionales.

la avenida bulevar con un celular que tenía unas siete u ocho bases y eran siempre esas. Después de hacer eso mucho tiempo fuimos a la bella vista, ellos participaron, yo no me anote por nervios, pero igual unas cuantas fechas más adelante participe. En la primer batalla que tuve, me temblaban las piernas (perdí). Luego otro día me enteré que alguien en mi liceo rapeaba (Benja), me acuerdo que en un recreo se me acerco y me dijo para batallar ahí no más. Batallamos y después nos em-

“Yo empecé en esto con mi hermano y un amigo (Matías), un día nos enteramos que hacían batallas en la bella vista y quisimos participar, salíamos todas las noches y practicábamos rapear para ir, íbamos por 42


pezamos a juntar, un día Benja me contó que batalló con un profe en libre y yo no me la creía pero tenía unas ganas de batallar yo también contra “el rasta”, después tuve libre y fueron a mi clase Mario y Ernesto y ahí vi que Mario era uno que iba a la bella, ese día no batallamos, pero otro que tuve libre sí. Hicimos 2 vs 2, tenía más nervios que en la bella, Agustín, que estaba en mi clase también batalló ese día y nos empezamos a juntar con el también. Otro día, Mario nos contó que iba a hacer un taller de rap y nos emocionamos porque queríamos aprender más. Empezamos a ir, me ayudo a sacar los nervios, aprendí los orígenes del Hip-Hop, que no se trata sólo del freestyle sino que hay tres elementos más. Me ayudó a mejorar, organizamos una compe en el liceo y conocí más gente del liceo que rapeaba. Me gustaba la clase porque no era sólo rapear si no que aprendíamos cosas que no sabíamos. Una gran experiencia que tuve, para mí, fue la segunda clasificatoria depar-

tamental, la primer vez que subí a un escenario a batallar, me sentí bien con como batalle, con los otros raperos, me sentí bien en ese ambiente bueno que forma la comunidad de raperos de Paysandú.” Bruno Lancieri A.K.A Bruno MC “Todo comenzó aquel día cuando el educador social comenzó a pedir palabras para un freestyle. Luego comenzó a pedir voluntarios para batallas de rap, un compañero y yo nos ofrecimos. Luego de la batalla, con los compañeros comenzamos a rapear y a batallar en horas libres y ahí comenzó todo, luego descubrí que se hacían batallas de rap en la plaza bella vista (CHP). Fui, al llegar no conocía a nadie sólo a mi compañero por lo cual me anoté en la competencia, luego de mirar las batallas anteriores, dijeron: “pase Agus, Cifro y Rata”. Me paré, saludé y comenzó la batalla, luego de los rounds el jurado voto, perdí en primera. Luego de una humillante derrota comencé a practicar 43


tía, cambio absolutamente todo. Luego de esa competencia, realicé mi primer viaje para una competencia de otro departamento, completamente feliz por ese logro desde mi perspectiva el rap es buena manera para conocer nueva gente, nuevos conocimientos y para ver el lado positivo de una persona.” Agustín Almirón A.K.A Agus MC

y a salir a rapear con amigos. En el transcurso de unos días el educador social Mario Lamas añadió al liceo un taller de rap y ahí practicábamos y aprendíamos mucho sobre batallas, nos enseñaba técnicas diferentes cómo estructuras, métricas, etc. En ese mismo taller conocí varios compañeros que concurren a competencias de rap. Luego de varios meses con los compañeros del taller de rap formamos un lazo muy fuerte de amistad, cambio la interacción con los compañeros, también con el educador y la forma de expresarnos. Durante el transcurso de un año y poco meses me enteré de un evento muy importante (clasificatoria departamental de freestyle) el evento se basa en cuatro clasificados para competencias de otro departamento, me propuse hacer lo mejor posible, practique para mejorar y todo eso. Llegó el día del evento y mediante un largo esfuerzo lo termino ganando y gracias a ese evento cambió la interacción con gente que no conocía que compe-

El Hip-Hop dentro de la currícula: A partir de la experiencia anterior, pude visualizar las posibilidades pedagógicas que este movimiento habilitaba, en términos de apropiación del lenguaje y de formas literarias propias de la poesía, también como motivación y sobre todo como eje de construcción de nuevas grupalidades que suspenden las pre-establecidas. El aporte a las habilidades sociales que tiene el Hip-Hop debería ser innegable, sin embargo la mala publicidad genera una fuerte resistencia institucional. Siguiendo lo anterior, en el comien44


zo del corriente año, se solicitó por parte del Liceo No 6 de la ciudad de Paysandú, propuestas de taller para desarrollarse en función de la implementación del formato tiempo completo. En función de esta posibilidad, me interese por presentar al Hip-Hop como una posibilidad pedagógica viable dentro de los parámetros de una institución educativa. Por lo tanto, elabore una propuesta de trabajo anual, seleccionando grupos de contenidos del universo cultural del rap, del que había hecho un

pequeño recorte para la experiencia previa en el Liceo No 3, pero que no tenía un conocimiento en profundidad, por lo que crear esta propuesta supuso interiorizarme con la mayor cantidad de información disponible en relación a la temática, para poder ofertar de manera objetiva y no desde lo que conocía hasta el momento. La propuesta fue aceptada y comenzó una segunda experiencia dentro de una institución educativa, esta vez dentro de la malla curricular definida por la institu45


ción. En lo personal y también dentro del movimiento del Hip-Hop sanducero, esto fue un gran paso en el reconocimiento del aporte de esta cultura al desarrollo de las habilidades inter-personales y en la promoción de la expresión artística por parte de los sujetos. Una vez comenzado el taller, surgieron algunas cosas comunes a las experiencias, como por ejemplo el hecho de que los sujetos conocieran competencias sobre todo de freestyle. Sin embargo, desde el inicio hubo diferencias en cuanto al recorte de los contenidos, ya que en la primera experiencia estuvieron centrados en conceptos asociados a las batallas y en esta nueva experiencia los estudiantes han optado por centrarse en las producciones escritas, por lo que hemos puesto en juego nociones ligadas más a la poesía y el recitado, sin descuidar la rima, la estructura y la métrica, que al igual que los orígenes del HipHop y sus elementos, no pueden quedar por fuera de ninguna expe-

riencia de este tipo. Incluso los productos a los que nos acercamos este año son diferentes a los de la primera experiencia, por ejemplo la primera jornada de filmación y grabación para registrar producciones de los estudiantes, no estará destinada a una canción, ni a batallas, sino a la exposición de poesías y a las improvisaciones en grupo (Cyphers). Siguiendo lo anterior, también existe una adaptación a lo que es el formato escolar, pero eso no significa que no se presenten todas las posibilidades que el Hip-Hop o que no se practiquen. Lo que se produce, es la búsqueda de un equilibrio entre lo que se espera institucionalmente del taller y lo que esperan los estudiantes que allí suceda. Además, la centralidad del MC en los contenidos se debe a la presencia de otros talleres que se vinculan con otros elementos, como un taller de artes plásticas con grafiti y un taller de danza con breakdance. El desafío actual, es aportar al tránsito general de los sujetos por la institución. Por un lado, 46


poniendo en juego, desde el recurso más presente en el taller que es la palabra, las diferentes demandas institucionales que los sujetos deben cumplir para egresar. Por otro lado, fomentando la posibilidad de que los sujetos exterioricen en su improvisación o en su escritura, su forma de entender las cosas, sus sensaciones, sus preocupaciones, en definitiva su versión de la historia. Por último, buscando lazos curriculares, es decir vinculaciones con las demás materias desde la coordinación con los diferentes docentes.

mos o podemos escuchar, tenemos que estar dispuestos a escuchar si es que hemos pedido la palabra sin importar lo que el otro pueda decir, y debemos estar preparados para lo que el otro tiene para decir porque de lo contrario todo el ejercicio carece de sentido y solo se presenta como una sucesión de peticiones y rechazos hasta que lo que se produce se encuentra dentro de los parámetros que consideramos adecuados. De nada serviría duplicar la carga horaria de espacios artísticos si cada uno de ellos tiene un objetivo predeterminado e inamovible. Debemos aceptar lo inesperado y aventurarnos a lo desconocido, sin perder de vista los marcos institucionales ni los objetivos de la acción educativa, pero evitando que los mismos nos hagan perder de vista a los sujetos en su subjetividad. Si bien podría escribir otro artículo enumerando las diferentes logros del colectivo, que se ha conformado en poco tiempo y con el único requisito de estar interesado en el

Conclusión A modo de cierre, se hace énfasis en la apuesta a la inclusión de más formas artísticas de expresión y creación, dentro de los formatos escolares, a través de propuestas que le otorgue a la palabra del otro un valor en sí misma. Debemos apostar a la producción de escenarios que no direccionen las expresiones de los estudiantes hacia lo que quere47


Hip-Hop o en algunos de sus elementos, prefiero hacer referencia a algunos logros y proyectos específicos, con el objetivo de dar cuenta de la relevancia que genera a nivel departamental este movimiento cultural. Por ejemplo, lo que comenzó con una competencia en la Plaza Bella Vista, hoy en día es un conjunto de competencias, que además de realizarse en plazas, encontraron un lugar en la Casa Joven de INJU. Esta vinculación, generó que las diferentes competencias se nucleen en una comisión única y abierta para planificar y ejecutar eventos de carácter departamental y nacional en las instancias en las que Paysandú ha sido cede de estos eventos. Además, recientemente los eventos de este grupo de trabajo, han sido declarados de interés departamental a través de una moción presentada en la Junta Departamental. También cabe destacar, que a lo largo del año 2017, se realizaron jornadas en diferentes centros educativos y barriales con distintos formatos, como expo-

siciones, talleres, competencias, etc. Dichas actividades nos permitieron generar vínculos con CECAP, FPB de audiovisual y de música, Farol comunitario del Barrio Norte, liceos, etc. A través de los ejemplos presentados, se intenta dar cuenta del impacto social que puede generar un grupo de jóvenes por el simple hecho de compartir un objetivo, en este caso, el de hacer crecer la cultura Hip-Hop, pero que puede ser cualquier otro. Además el hecho de que se hayan logrado la planificación y ejecución de eventos, así como diferentes reconocimientos institucionales, habla no solo de logros, sino de un funcionamiento interno, democrático y responsable. Por todo lo mencionado y lo que fue dejado afuera, se entiende como necesidad la apertura de los centros educativos hacia las realidades de los sujetos, y es a través de la expresión, que esas realidades cobran vida en las instituciones y también es la forma de relacionar el centro educativo con su entorno y 48


su momento histรณrico. Sin la posibilidad de crear nexos entre la realidad institucional y el afuera, los centros educativos son solamente un paralelismo temporal que nos aleja por un momento de nuestra vida en comunidad para someternos a otra sub-grupalidad sin objetivos que puedan tener puntos de encuentro con los objetivos personales.

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Ilustraciรณn: ChrisVisions, Dead Letters Fantasy Hip Hop Variant, 2015. https://www.deviantart.com/ chrisvisions/art/Dead-Letters-Fantasy-Hip-Hop-Variant-547846674


Ceguera Santiago Matskeeff

a noche me había obsequiado una insuperable velada junto a mis dos amigos. Creo que ambos estarían de acuerdo conmigo si digo que hacía

L

años que no se presentaba una instancia tan llena de cariño por la palabra. Nos perdíamos en laberintos de letras y por nada del mundo queríamos encontrar la salida, el quiebre no parecía ser necesario. Claro que apreciaba el obsequio de la noche, pero necesitaba actuar. Me levanté de la mesa y ellos me siguieron, ¿a dónde iban a ir? Cuando llegamos a la esquina del adiós se presentó alguien más. El viejo, ciego, me preguntó si quería escuchar su historia. Claro que sí, por supuesto, ¿por qué no? En su juventud su padre le había conseguido trabajo

en el campo, donde había empezado tímidamente a manipular la tierra. Un día, sembrando alguna semilla de la que ya no recordaba el nombre, la tierra se partió en dos y las máquinas de los que viven debajo de la superficie se dejaron ver. Tanto brillaban estas que lo cegaron en un instante. Le agradecí por su sinceridad y me despedí de él. Mis amigos soñaban con maravillas desde hacía varias horas. Linda, linda noche, una de esas que se pierden en el absoluto, ¿no será una suerte de experiencia onírica?

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Ilustración: D2


Sobre los hombres prácticos. Sebastián Gervasoni

El hombre práctico sufre y cele-

bra en base a los hechos. Es práctico como un ajedrecista que no se vale de trucos psicológicos para desconcentrar a su rival. Gana y pierde y lleva una vida de victorias y derrotas prácticas. Como dice Kasparov: no se trata de ganar o perder, pero al final del día se trata de ganar o perder. El hombre práctico piensa en las ideas y no en las palabras. Sus sentimientos son prácticos, no hace caso a los susurros de la noche. Cree en las fórmulas y espera resultados concretos. Su frustración es a raíz de problemas prácticos, de tuercas y tornillos redondeados. No sabe que está en peligro de extinción. No sabe que es la época más difícil para ser un hombre práctico. Sencillamente no puede saberse práctico. Él mira hacia afuera sin sentir que descuida algo de adentro. Ilustración: D2

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, ni allá, seguí y pare ante ese cartel rojo que disparaba una señal de alerta, no se que canal era , no me importaba , pero la noticia, eso si que era horrible, como alguien en su sano juicio puede llegar a hacer algo asi , me pregunte, no tengo la respuesta y no creo que pueda tenerla. Me limite a cambiar de canal, des-

Me quedé dormido

Emiliano Millan

H

“ oy estoy cansado, físicamente mi cuerpo puede seguir pero mi mente necesita desconectarse de esa red rutinaria, que nos mantiene atrapados y prisioneros , deprimiendo cada parte de nuestro ser hasta dejarnos echos una basura al final del dia . Ya no quiero nada , necesito descansar, apagarme y quedarme ahi entre la nada y el todo, en el limbo de lo irreal y lo tangible , apaciguando mi ser , renovándome y volviendo a renacer, necesito encontrarme, estar a solas conmigo mismo , al fin y al cabo en la mas inmensa soledad solo contamos con nuestra propia mano . Me arrecoste en la cama , prendí la televisión , y comencé a hacer zaping , nada interesante , ni acá

gracias y mas desgracias , que lugar horrendo es el mundo, ¿o es el humano que lo hace horrendo quizás mostrando como el mismo es ?, lo ignoro , y creo que seguiré ignorándolo, volví a cambiar , mi cabeza ya no podía seguir digiriendo cosas tan aberrantes pero en mi cara no se mostraba la mas mínima señal de emoción o sentimiento alguno. Mire la hora y note que habían pasado 54 minutos, todo ese preciado tiempo, malgastado en esta porquería , ¿como puede ser que esta caja de luz te atrape de tal manera ? . Apague el televisor, la vista me pesaba , los ojos me ardían, era casi un dolor pero no era, llego la hora , lentamente fui cerrandolos y me fui de52


jando llevar por mis pensamientos. De a poco mi cabeza se vio inundada de historias , imágenes , formas , sonidos, sensaciones , cada una mas retorcida que la otra , todos esos recuerdos carcomiendo mi existencia , y todavía tengo sueño, sigo cansado , asi que mantengo mis ojos cerrados. Ya no siento mi cuerpo , me quiero mover para saber si estoy bien , pero estoy cómodo , no quiero nada , quiero descansar , estoy ahí , solo estoy , estoy cansado pero me invade un sentimiento placentero,un extasis que no sabría explicar, solo se sentirlo aunque no lo entiendo , ¿estaré muriendo?. Los recuerdos me torturan, lo que hice ayer, lo que hice hoy , lo que hice años atrás , mi infancia , mi vida , los siento como una tortura , pero son un regalo, me siento egoísta , somos egoístas. Estoy muriendo , no , me estoy durmiendo , afirmo , pero en este punto ya no lo se, y no me importa, ¿que es la muerte ? ¿que la diferencia de dormir? mas preguntas, sin respues-

tas. Yo no tengo, no tengo control de mi , mi conciencia se va disipando , ya no escucho, ya no siento , creo que estoy , pero no lo se , no veo , no huelo, y no me molesta, ¿ cuanto tiempo paso para darme cuenta de esto?, de a poco me voy no se a donde, solo me dejo llevar, todo oscuro , vacio infinito, y de pronto la nada... Me despierta la luz del sol que se deja entrever por la ventana , miro la hora , era de mañana , pero era tarde , tarde para mis compromisos, se me hizo tarde, estaba renovado, ya podía empezar un nuevo dia, no estaba muerto, me había dormido.”

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Ilustración anónima


“¿Qué quiere decir esto, qué quiere decir «yo reclamo un signo»? Todos nosotros reclamamos signos constantemente. En la vida cotidiana no paramos de reclamar un signo.«Dime que me amas» es «dame un signo».«¡Oh, no me amas! ¿Por qué me miras así? ¿Qué es lo que te he hecho?». Esa es la vida de los signos.«Pareces de mal humor».«Pero no», dice el otro.«Sí, sí pareces de mal de mal humor», etc. , etc. , y allí vamos. Estamos en el dominio de esa variabilidad fundamental de los signos.«¿Pero no te he dado una señal?».«Sí, tú me diste».«Ah...¿te di una señal?».¡Deténganse! Muy bien, ¿quién reconoce esta situación? Es una dimensión de nuestra experiencia cotidiana. Vivimos así, por eso tenemos vidas tan malas” Deleuze Gilles Ilustración: The Fortune-Teller, Georges de La Tour 1635

En Medio De Spinoza 54

pag 102


Militancia, subjetividad y cambio social Nicolás Rodriguez

R

etomar el horizonte del cambio social como orientación o faro de la práctica política de izquierda, exige revisar las acciones que llevamos adelante en los respectivos espacios de militancia, las subjetividades en disputa y el lugar de lo simbólico en la construcción de nuevas relaciones sociales. Este debate suele estar relegado de las discusiones actuales pues implica pensarnos a nosotros mismos, el tipo de relaciones que establecemos y las prioridades que signan nuestro diario vivir. El análisis de la implicación, o mejor dicho, la reflexión sobre el conjunto de compromisos que asumimos cotidianamente por y para la transformación de la sociedad1, puede colaborar en el corrimiento del momento actual que atraviesa la izquierda crítica en el país. Momento poco claro que no logra resituar al socialismo como horizonte

Ilustración: Da Vinci, Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano, 1490.

legítimo y viable, ni a los procesos organizativos necesarios para alcanzar dicho objetivo. A sabiendas de la incomodidad que significa mirar nuestras propias prácticas y certezas, y tratando de evitar cualquier discurso moralizador de la acción política de izquierda, este artículo busca abrir el diálogo sobre las subjetividades dominantes y aquellas por crear en el dificultado proce55


so de transformar nuestras propias formas de transformar la sociedad. De este modo, el objeto central de esta reflexión es abordar el modo en que instituimos, creamos y reproducimos la militancia social, así como los conflictos, contradicciones y posibles apuestas al corto plazo. Capitalismo y tipo antropológico. Desde hace más de cincuenta años, distintos referentes del pensamiento social vienen planteando que para transformar los modos de ver y estar de los sujetos, no alcanza con transformar las relaciones económicas de la sociedad. Esta afirmación descansa en la experiencia histórica de los procesos revolucionarios que sacudieron al mundo desde fines del siglo XIX hasta los años 60 del siglo XX. Esto no niega que una transformación de las bases económicas de la sociedad va a impactar en las subjetividades de los sujetos y colectivos, pero sí que una cosa no necesariamente determina la otra. Se requieren también otros procesos

y otras revoluciones, que consideren los aspectos extra- económicos que forman parte de las relaciones sociales: la forma de vincularnos, las construcciones de género, el dominio racional sobre otras expresiones de los sujetos, entre otras cosas. Infraestructura económica y supraestuctura ideológica se implican recíprocamente y su distinción se justifica sólo a fines analíticos, no reales1,2. En sociedades tan desiguales en términos económicos, privilegiar el rol de lo subjetivo puede verse como algo propio de los sectores intelectuales o pequeño burgueses. Pero al renegar de este aspecto en la lucha social, se deja de lado uno de los elementos centrales de la transformación de la sociedad: cambiar radicalmente el tipo antropológico de sujeto, los hombres y las mujeres del capitalismo. Todo régimen social crea un sujeto que lo hace funcionar, el cual es portador de un repertorio de elementos culturales y actitudinales, más o menos críticos con el

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régimen en cuestión3. En el capitalismo, la resignación y la exaltación de lo individual sobre lo colectivo son parte de las características de su tipo antropológico. A ellas no escapa nadie, todos y todas estamos más o menos atravesados por el modo capitalista de vida, como sujetos fuimos construidos bajo estos parámetros culturales, y su reproducción

tractuales, el estímulo de los logros individuales y la exaltación de los valores de la empresa4. Pero el fenómeno también alcanzó a otras esferas de la vida, como la educación, la salud, los medios de comunicación, etc.. Las críticas, disidencias y experiencias alternativas que se estaban acuñando en el mundo en los 60 y 70 del siglo XX, fueron aca-

mínima es indispensable para poder subsistir y desarrollarse. Por ende, un desafío de la transformación de la sociedad es la transformación de nosotros mismos, de nuestros modos de ver, ser y estar en el mundo. El capitalismo y sus anónimos promotores entendieron este aspecto como nadie, y los cambios acontecidos desde los años 70 hasta nuestros días, no sólo se dirigieron a perfeccionar los sistemas de acumulación de riquezas, sino que también estuvieron orientados a producir una subjetividad funcional al orden neoliberal. En el mundo del traba-

lladas a través de una combinación de métodos violentos (las dictaduras de los países del cono sur fueron muestra de eso) y de otros más sutiles, como el uso del marketing y las políticas de recursos humanos5. Sobre los medios violentos es posible organizar resistencias, pero con aquellos silenciosos, que se construyen por lo bajo y que condicionan las subjetividades populares, todavía no sabemos qué hacer con ellos. Crisis de sentidos o avance de la insignificancia. Ante las dificultades del presente se suele recaer en la idea de que todo pasado fue mejor, algo que el antropólogo ar-

jo este proceso fue evidente, con la precarización de las relaciones con57


gentino Eduardo Menéndez definió como visión melancólica de la historia. Se construye un pasado mítico y el presente carece de uno o varios de sus atributos: valores, utopías, relaciones sociales, etc. Sobre esta visión melancólica, durante la era de gobiernos progresistas se instaló cierta creencia de que nunca estuvimos mejor que ahora, la cual en sus mayores exaltaciones tiende a inhabilitar cualquier crítica política, por más constructiva que ésta sea. La contradicción entre la pérdida del pasado y la exaltación del presente nos ubica en lecturas de la realidad que impiden pensar lo inédito viable, es decir, apostar a otro devenir distinto y alternativo para el futuro6. Ni una ni la otra, sólo el análisis concreto de la situación concreta nos permitirá analizar los problemas críticos de nuestro tiempo e identificar los elementos teóricos necesarios para su interpretación histórica7. Uno de los problemas que in-

está dado por el avance de la insignificancia3. Desde esta perspectiva el capitalismo históricamente ha producido subjetividades privatizadoras, excluyentes y carentes de sentido humanizador, pero lo que sucede ahora es que esos modos de ser y estar en el mundo avanzaron a formas superiores o más consolidadas. El pasado no fue ni mejor ni peor, la profundización del régimen social capitalista sólo profundizó las subjetividades o el tipo antropológico necesario para llevarlo adelante. Este avance de la insignificancia o crisis de sentido, no es el resultado único de un grupo de capitalistas o de una serie de sujetos formadores de opinión. Se trata de una verdadera corriente histórica y social que se dirige en esa orientación y que todo lo transforma en insignificante. Sin lugar a dudas, capitalistas y formadores de opinión tienen su responsabilidad, pero es necesario reconocer que el momen-

siste y que condiciona fuertemente nuestra práctica política cotidiana

to subjetivo en el que se encuentra la sociedad avanza por sí sólo e in58


sastrosos y nefastos. Conformismo que se articula con la escasa producción intelectual contemporánea, y su incapacidad para ir más allá de lo establecido y de los horizontes de sentido que traza el capitalismo. Un segundo proceso en el avance de la insignificancia es la incapacidad, cada vez más acentuada, de que los sujetos dirijan de forma au-

cluye a distintos procesos donde la izquierda ha estado implicada: derrumbe acelerado de las ideologías críticas, promoción de la sociedad de consumo, crisis de las significaciones modernas de progreso y/o revolución, entre otras cosas cosas3. Este avance de la insignificancia se caracteriza por dos procesos sociales, que mantienen relaciones entre sí. Por un lado, la resignación y conformismos que imposibilitan rebelarse ante las condiciones sociales, aun en los contextos más de-

tónoma el devenir de sus vidas. La norma impuesta, o heteronomía, de los centros de poder y de la manipulación mediática, construye sujetos que se autonomizan o alienan de la sociedad que reproducen cotidianamente8. De esta forma, resignación, conformismo y alienación se anudan generando un escenario complejo desde el cual pensar y optar por apuestas transformadoras. Escenario que alcanza a los sectores populares y a los núcleos de intelectuales más progresistas de la sociedad. La militancia como institución de la sociedad. En la medida de que se profundiza la injusticia

Ilustración: Kuczynski, Perfect Garden, 2017.

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procesos que hoy por hoy se encuentran dispersos. Pensar en la institución de la militancia puede permitirnos desembarazarnos de una cultura política que sólo ha conducido a la marginalidad de la izquierda crítica. Institución de la militancia que combina, en relación variable, un componente imaginario y otro componente funcional2. En ella se integran los elementos simbólicos que se crean, recrean y reproducen, y las necesidades funcionales que viene a cubrir la lucha política. Esos procesos imaginarios y funcionales adquieren distintas orientaciones de acuerdo a si tienden a lo establecido y al conservadurismo, o si se dirigen a transformar el estado de las cosas. A los efectos de la presente reflexión resulta oportuno detenerse en un aspecto instituido o establecido en la institución de la militancia de izquierda: la división social de la política. Esta división establece una contradicción burocrática de la organización social, donde unos dirigen y

social y la insignificancia avanza sobre este sustrato, uno de los desafíos centrales pasa por preguntarse cómo generamos espacios de socialización que produzcan otro tipo de subjetividades, que construyan un tipo antropológico nuevo: hombres y mujeres capaces de generar nuevas relaciones sociales y de resignificar la insignificancia. Así, el eje de la transformación social no sólo se ubica en la crítica radical del capitalismo y sus medios de irradiación cultural, sino en nuestra capacidad para generar espacios que logren generar una subjetividad otra, autónoma y que detenga el avance de lo insignificante. No es nada nuevo, sin dudas, pero sí parecen ser nuevos los obstáculos para organizarse y alcanzar a sectores que actualmente están sumidos en la apatía y la desidia. De esta forma, cambiar el eje del debate y focalizarse en la militancia social nos exige revisar cómo la construimos cotidianamente, en qué medida es permeable a lo diferente y cómo es posible unificar 60


otros ejecutan. Castoriadis2 llegó a equiparar la contradicción dirigentes- ejecutantes con la de capitaltrabajo, luego de evidenciar que era un fenómeno común en los países capitalistas y en aquellos pertenecientes al bloque soviético. Si unos dirigen y otros ejecutan, unos elaboran políticamente y otros llevan adelante dicha elaboración política. La adopción de la lógica de politburó como forma de dirigir y ejecutar la acción política, ha tendido a privilegiar el poder de decisión de unos sujetos sobre otros. En la actualidad, esta organización burocrática de la militancia transversaliza a distintos grupos y organizaciones de izquierda, y es posible ubicarla en los colectivos más radicales y en los partidos más conservadores. Con esta crítica no se desconoce la necesidad de que ante determinados momentos y situaciones sea imperioso una reflexión que incluya a ciertos sujetos y excluya a otros. Pero este no puede ser la condición permanente de un proceso que pretenda ser democrác-

tico y que busque promover la autonomía de sus participantes, es decir, que cada uno y cada cual pueda establecer sus propias normas y desafíos en base a criterios colectivos. “Organízate, nos organicemos, no olviden eso”; con estas palabras el Sub Comandante Insurgente Moisés cerraba este año su exposición del Seminario “Los muros del capital, las grietas de la izquierda” en Chiapas, México. Es a partir del encuentro con otros donde se pueden revisar los elementos simbólicos e imaginarios que nos hacen como sujetos políticos. “Momentos cálidos” y “momentos fríos” de movilización social se suceden en la historia del capitalismo9, y en la actualidad transitamos por una etapa fría, sin lugar a dudas. Si estamos en la era glaciar de la transformación social o si es posible avanzar hacia momentos cálidos de lucha, sólo lo dirá el devenir de la acción organizada. Y si esa acción organizada es capaz de revisarse y analizarse críticamente, la interpretación de la realidad será 61


cada más certera así como los caminos y vías para su transformación. Ningún proceso organizativo revolucionario se incubó en poco tiempo ni el capitalismo avisó previamente sobre alguna de sus crisis; la organización colectiva y la búsqueda del bien común requiere teoría, práctica y prudencia -o frónesis en

centrales para resituar al cambio social como horizonte político.

términos aristotélicos-. Sea la etapa que sea, con claridad o con confusión estratégica, en un “momento cálido” de confrontación social o en un “momento frío” de desmolivilización, mejor si encuentra al pueblo organizado, sosteniendo la disidencia y construyendo desde las contradicciones que los movimientos de masas implican. Entre esas contradicciones, la insignificancia y la división social de la política aparecen como elementos a no descuidar y a trabajar activamente por su superación. La institucionalización de una democracia radical ahí donde exista sociedad organizada, parece ser uno de los desafíos

Referencias 1. Lourau, R. (2007). El análisis institucional. Buenos Aires: Amorrortu. 2. Castoriadis, C. (2010). La institución imaginaria de la sociedad. Buenos Aires: Tusquets. 3. Castoriadis, C. (1997). El avance de la insignificancia. Buenos Aires: Eudeba. 4. Antunes, R. (2009). Diez tesis sobre el trabajo del presente (y el futuro del trabajo). En Neffa, J. C., De la Garza Toledo, E. y Muñiz Terra, L. (Comps.), Trabajo, empleo, calificaciones profesionales, relaciones de 62


trabajo e identidades laborales. (pp. 29-44). Buenos Aires: CLACSO. 5. Guattari, F. (1996). Caosmosis. Buenos Aires: Manantial. 6. Freire, P. (1999). Pedagogía de la esperanza. México: Siglo XXI. 7. Lenin, I. (1961). Obras escogidas. Tomo III. Moscú: Progreso. 8. Anzaldúa, R. (2016). La recomposición de la racionalidad moderna y el avance de la insignificancia. Recuperado de: http:// reflexionesmarginales.com/3.0/ la-recomposicion-de-la-racion a l i d a d - m o d e r n a - y - e l - av a n ce-de-la-insignificancia/ 9. Manero, R. (2012). El devenir del socioanálisis. Tramas, 37, 215- 240.

63 Ilustración: D2


“Tienes que saber como aceptar el rechazo y como rechazar la aceptación” Ray Bradbury

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La profecía de la bota anunciada

que tenemos la razón? quienes tienen la verdad? de verdad se escondera dentro de su ser? Creo que la historia manda de todas maneras, dado que quien no es conciente de su pasado tiende a repetirlo, siempre se debe de aprender de los errores, no volvamos, digamos nunca más, sin dudar, no hay porque, nuestro pasado condena a los boludos. Por eso y siempre, NUNCA MÁS!

Buscapina

La utopía mediática en que nos ve-

mos inmersos al mirar la T.V. solo nos lleva al bajo fondo oscuro en el que nos quieren ver sumergidos. Creer que retroceder 50 años aplicando un modelo estándar americano de represión masiva a toda idea diferente al pensar común es la solución a un problema generado por la misma solución a aplicar, queridos amigos es la verdadera utopía. El problema aunque nos neguemos a verlo está en casa, donde aprendemos; donde vivimos con él, es el reto fuera de lugar, es la calentura al llegar de laburar, esa que viene cuando el día salió mal.. En cada paso que damos sin sumar, creyendo tener la razón sobre el pensar del otro, a pesar de que cada cual es sapiense de su razón de sentir, y nos cree dignos de juzgar. Siendo nosotros quienes criticamos y tambien queremos expicar y aplicar una idea, quien dice 65

ilustración anónima


cido su reloj, mientras dos jovencitos de aspecto tonto, cada cual por su lado, torcía la cabeza para ver las pantallas de sus aparatos. Después estaba ella. Alta, algo flaca pero con caderas en buena forma, de pechos pequeños y oscura mirada de lince, el pelo largo castaño y lacio le caía por sobre el blanco hombro. Entre

Culo

(O fenomenología de la tortuosidad masculina)

E

L

ra una mañana de otoño, cuando Eugenio decidió salir de su casa a las nueve. El viento soplaba fuerte y fresco, arrastrando a las hojas que se desquebrajaban en la vereda de su calle. El sol penetraba limpio en esa zona de la Tierra. Su conocida calidez le produjo un dejo de satisfacción, mientras caminaba a paso ligero hacia la parada del ómnibus. La ciudad ya había despertado hacía unas horas. Los camiones de carga, los trabajadores, taxis, ómnibus y estudiantes, iban y venían a ritmo cada vez más acelerado. Cuando llegó a la parada vio que en ella esperaba un grupito de seis personas. Dos hombres de camisa que parecían conocerse cuchichiaban cortas frases y se devolvían cortas risitas ahogadas. Un viejo gordo que llevaba una boina marrón gastada y tenía la nariz grande y roja miraba con seño frun-

veinte y veinticinco, veintiséis máximo. La ropa le iba bien, pero lo importante estaba por debajo, aunque no pareciese esforzarse en sugerirlo. Cuando lo vio llegar, sus ojos sugerían cierta inteligencia, también algo de dulzura y timidez. Recibió la impresión que la atracción era mutua, aunque algo en él dudaba. Se paró un poco por detrás de ella, mirando hacia la calle. Ahí fue capaz de verlo de lleno. Las caderas sugerían bien lo que estaba viendo en ese momento, tamaño y forma en orden, bien hacia arriba y bien hacia el costado, y con el orificio entre la zona púbica y las piernas bien definido. El agujero de la fertilidad le había puesto su amigo 66


Dante. De repente corrió la vista, no era el único interesado en el pastel. Los hombres cuchichiantes parecían querer una buena tajada, pero no lo iban a conseguir, probablemente tampoco él. Pensó y se adelantó un poco, el primer paso siempre le resultaba fácil, pero el segundo, y ni hablar el tercero se le daban bien en contadas ocasiones. Miró hacia el final de la calle, tapándose la luz con la mano y entrecerrando los ojos. Y acto seguido se abalanzó. - Disculpá – empezó con aparente seguridad férrea, mientras la miraba con el seño un tanto fruncido hacia aquellos ojos oscuros en forma de almendra- ¿el coche 4B estación no ha pasado por casualidad? Ella lo miro por un momento a los ojos, pero después titubeó y corrió las almendras hacia el frente, donde había un almacén. - No, todavía no pasó. Yo llegué hace cinco minutos. Sus palabras pese a ser breves le dieron al hombre el suficiente indicio para saber que sus intenciones

habían sido olfateadas, ¡que buenas narices que tienen las mujeres! -Gracias –contestó quedamente mientras esbozaba una sonrisa- No, de nada – sus palabras se iban apagando a medida que salían de su boca- Y miró para el otro lado, ahí supo muy bien que la había perdido. Podía seguir hablando, hacer algún comentario sobre el servicio de transporte, indagar vagamente sobre otras cuestiones personales o contarle hacia donde se dirigía; pero no lo hizo. No estaba incómodo, ni sentía miedo o vergüenza, ni siquiera desgana, el culo era un buen culo, pero había algo en si mismo que lo frenaba. Miro otra vez hacia el final de la calle y a lo lejos apareció el 4B estación. Por el rabillo del ojo pudo notar como ella se balanceaba en una pierna para mirar por detrás de él hacia el final de la calle. Giró un poco más la cabeza y notó las atentas miradas de los dos hombres, el viejo y de los chicos de los teléfonos, todas centradas en un solo punto: el 67


culo. Su poder parecía hipnótico. El ómnibus viejo y desgastado se abría paso por la calle, y lo único que deseaba era que no se encontrase muy lleno. Un poco mas y noto que sus deseos no suelen hacerse realidad. Se oyó el sonoro freno, un par de hojas revolotearon, y la maquinaria se puso a sus pies, era chatarra. El conductor pedía a gritos que la gente se hacinara más hacia el fondo para dar lugar a los nuevos pasajeros. Estaba tan abarrotado, que la gente ocupaba los escalones de subida. Desde el final de vehículo apenas dos escolares y una mujer vieja se veían liberados del tortuoso trayecto. Miro hacia su derecha y ninguno de los hombres de la parada tenía intención de subir al 4B. Sin embargo, sus miradas estaban fijas en dirección al ómnibus, las siguió, y lo vio. Subía paso a paso hacia el hacinamiento, hacia los hombres y mujeres con sus rancios olores y sus caras gastadas, hacia los crueles y benévolos vaivenes y roces que el camino traía consigo. Se marchaba puro y des-

conocido hacia veinte minutos de oscuridad decadente. El chofer le anuncio que no había más espacio, las puertas se cerraron y contra ellas los glúteos se estrecharon dando sus últimas despedidas hacia el pavimento y el mundo de los hombres.

Ilustración: D2

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Veremos… Víctor Dántaz La historia cae en un cofre encantado de recuerdos. Donde se confunde la vida con los muertos. Los muertos que hicieron posible la vida. Los muertos que permitieron la existencia. La vida se encarna en ellos con inevitable pasión. Se revuelca en su osamenta como un perro que busca matar los parásitos que se prenden a sus asquerosos pelambres. Pero no! Ya basta! Cierro con fuerzas su tapa! Más los muertos peregrinan prendidos a mi espalda.

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Ilustración: D2


Tomar una pastilla cada 8 horas.

mi recuperación. Había un silencio incómodo, casi intimidante en mi casa. Corría un viento escalofriante por toda la casa, lo cual era raro dado que nunca dejábamos las ventanas abiertas a esta hora. Me dirijo hacia nuestra habitación, donde escucho respiraciones entrecortadas, como cuando alguien tiene una crisis nerviosa. Acelero mi paso y abro la puerta de par en par… Y la vi. Vi la sangre esparcida por todos los rincones de nuestra habitación. Manchas de manos ensangrentadas en las cortinas blancas, gotas de sangre en la cama, como si fuera rocío en la madrugada. Luego vi el charco de sangre al lado del armario, y la vi a ella, casi sin vida desvanecida en el suelo. Suelto un alarido y corro hacia el cuerpo, llamándola, con la esperanza de que abriera los ojos. Levanto su cabeza, y sin poder aguantarme, comencé a llorar. Mis lágrimas caían en su rostro delicado mientras ella respiraba con dificultad. No, esto no puede ser; estoy alucinando, esto no es real. Recuer-

Natasha Rudenko

M

iro el medicamento que me dio el médico. Sufro de alucinaciones traumáticas después de haber vivido un trágico accidente en el que murieron más de 20 personas. Soy oficial de policía y estuve presente en ese evento. No sé diferenciar entre la realidad y la imaginación y estoy constantemente alucinando muertes. Veo cabezas decapitadas, intestinos explotados, niños mutilados. La sangre espesa me persigue, la veo en mis manos, en mi bañera, incluso en mi vaso de agua. Observo nuevamente el medicamento; odio drogarme con estas cosas, pero todo llega a un límite. Así que desenrosco el frasco y abro la puerta de mi casa. “¿Sandra?” llamo a mi esposa. Es la persona que más paciencia me tiene, y nunca me abandona; es la única que ha creído en mí y en 70


¿Qué está sucediendo?” me pregunta el médico. “Mi esposa…muerta… habitación” dije; sentía que se me acababa el aliento y todo me daba vueltas. “¿Estás seguro? Alfredo, ¿has seguido mis reglas?” asentí, aunque la voz con la que estaba hablando no me podía ver. “Te sugiero que busques ayuda de algún policía. No puedo dirigirme a tu casa ahora mismo. Por si acaso llama a algún compañero tuyo, no puedo saber si estás alucinando y esto puede ser un tema grave” me dice. “¿Estás ahí?” pregunta, ahora más alarmado. “Sí, está bien” le digo, y cuelgo el teléfono. Cree que estoy loco. Incluso yo creo que he perdido la cabeza. Seguramente es así. Agarro mi móvil y busco el número de mi mejor amigo, Juan. Él me ayudará. Lo llamo y le explico lo que me está sucediendo y me dice que en seguida viene a casa. Voy al baño, y cuando abro la puerta, cae el cuerpo de un niño desde el techo, su cuello atado a una cuerda, su cara azul y sangre cayendo de su boca. No, esto no es verdad.

do las palabras del médico: “Si hallas difícil salir del trance alucinatorio, solo aléjate y cierra los ojos veinte segundos. Si sigues viendo la alucinación llámame”. Deposité la cabeza ensangrentada de Sandra en el suelo y me alejé de la habitación, donde, dando marcha atrás, me resbalo con el frasco de pastillas, las cuales estaban desparramadas en el suelo. Me intento incorporar pero no puedo, esto es demasiado real, no puede estar pasando, estoy alucinando. Alfredo, no llores maldita sea, esto es todo mentira, es tu imaginación jugándote una mala pasada, cálmate. Cerré los ojos en lo que me pareció a mí una eternidad y volví a la habitación, esperando encontrar todo en orden, pero no fue así, ya que seguía viendo sangre y a Sandra probablemente muerta en el suelo. Busqué el teléfono y disqué el número de mi médico. “Buen día, ¿en qué le puedo ayudar?” se escuchó. Respiré entrecortadamente. “Alfredo Díaz… Ayuda” no pude pronunciar más palabras que eso. “Alfredo, cálmate. 71


Evito el cuerpo del niño y me lavo la cara. Tengo que buscar pruebas, tengo que saber si esto es real o no. Necesito saber si mi esposa ha muerto. Me doy la vuelta y el cuerpo del niño ha desaparecido. Esperanzado, voy volviendo a la habitación cuando de repente suena la puerta; debe ser Juan. De repente, se me vino una idea que nunca hasta este momento se me ocurrió: ¿Y si he llegado al punto de alucinar cosas normales, como el sonido del timbre o la presencia de mi amigo? ¿Y si incluso aluciné la llamada con el doctor? Dejo ese pensamiento de lado y abro la puerta, donde estaba mi amigo, y policía, Juan. Entró corriendo, desesperado a mi casa y me pidió que le mostrara “la escena del crimen”. Le dije que me siguiera, con todo mi cuerpo temblando de nervios y miedo y vuelvo a abrir la puerta de nuestra habitación. Cuando abro la puerta, seguía viendo todo como hoy, y lo más importante, el cuerpo de Sandra fallecido en el suelo. “Ayúdame, no puedo dejar de ver esto. No quiero

ver esto. Dime que estoy alucinando, dímelo”, le rogué, con lágrimas en los ojos. La mirada de Juan era penosa, como cuando estás por decirle a un niño que Papá Noel no existe. Tengo que estar alucinando, esto no es normal. Sin pronunciar una palabra, mi mejor amigo me abrazó fuertemente y yo ya sabía la respuesta.

Ilustración: D2

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“A menudo pienso que la noche está más viva y más rica de colores que el día” Vincent Van Gogh Ilustración: Trigal con cuervos, Van Gogh, 1890.

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única y particular sino que puede y, de hecho, es compartida por el resto de la comunidad. De esta manera, podemos pensar nuestra reacción al mundo como una fina mezcla entre un “mirar” colectivo y un “mirar” personal. Una vez aceptado esto, podremos mirar hacia atrás y hacia los costados y así rastrear el origen de esta construcción particular del pensamiento. Sin olvidar que la herramienta que utilizamos para dicha empresa es al a vez el objeto y el medio por el cual estamos pensando; y que podemos caer en el error de pretender universalizar ciertas verdades que lo son sólo para nosotros. Éstas son algunas de las dificultades de pensar sobre el propio pensamiento. El pensamiento siempre está situado en un lugar y en un momento. Por ello, me interesa pensar mi lugar en el mundo hoy y cómo ese lugar se relaciona con ese pensar. Para ello será necesario indagar en ese ordenado mundo institucional en el cual me he venido moviendo estos últimos años, sino toda mi vida.

La construcción de la subjetividad y la posibilidad de lo político. Ignacio Bianchi

M

uchas veces, en defensa de un Ideal de Libertad, olvidamos con facilidad que nuestro tránsito por la vida está condicionado por unos lentes mediante los cuales observamos e interactuamos con la realidad y que, en mayor o menor medida, determina nuestra manera de interpretar e interactuar con el mundo. Es lo que llamamos subjetividad. Este Ser subjetivo es singular de cada sujeto pero, al mismo tiempo, es una construcción social compartida. Es decir, existe al mismo tiempo una intersubjetividad que hace posible el trato humano. Pensarse como este sujeto inmerso en lo social implica reconocer que la forma en que vemos las cosas no es tan 74


Para esto, un primer punto que me gustaría pensar es la forma en la que me relaciono con las distintas instituciones en las cuales me desenvuelvo día a día pero, sobre todo, las instituciones educativas. Una buena forma de comenzar sería pararme frente a las mismas y de manera espontánea observar mi reacción hacia ellas. ¿Qué sensación me produce? ¿Cómo actúo en ellas? ¿Podría detectar alguna especie de o cualquiera de sus manifestaciones? Un primer aporte que me gustaría ensamblar para pensar esta cuestión es la del sociólogo Daniel Feierestein. Éste realiza un análisis bastante interesante de las consecuencias a posteriori que ciertos tipos de gobiernos ilegítimos tienen en la construcción de las subjetividades y en el ser social. Afirma que uno de los problemas centrales de los regímenes en los cuales el genocidio fue eje estructural de la maquinaria de control, es la consecuencia mediata que tiene en el futuro del

pensamiento de la sociedad que lo padeció. ¿Por qué vincular este autor? Creo necesario pararme desde una mirada histórica y evaluar no sólo mí pasado personal sino nuestro pasado colectivo que configura esa memoria tan intangible, pero real, que es la social. Es sabido que en Uruguay, como en otros países de Latinoamérica, no tan lejos en el tiempo, se sufrieron sistemas totalitarios que utilizaron y sistematizaron prácticas de genocidio, tortura, entre otras símiles de extrema violencia hacia la dignidad humana. Considero un desafío hilvanar o desvelar los hilos que unen nuestra subjetividad, al parecer tan ajena a ese tiempo, con estos hechos. ¿Qué herencia dejó en nuestra mirada ese pasado oscuro de nuestra historia? Otras preguntas que me parecen interesantes hacer, no para responderlas en este trabajo sino que para dejarlas planteadas, serían sobre la relación directa, o indirecta, entre la subjetividad y el poder: ¿Qué 75


Ilustración: autor desconocido

de control, para evitar que nuestra voz se alce por sobre la voz principal? ¿de dónde viene esa sospecha? Estas preguntas parten de varios supuestos: uno de ellos es que el compromiso y la lucha colectiva se constituyen a sí mismos en un problema y una carencia. Otro, que todas ellas hunden raíces en lo más hondo del problema de la participación ciudadana como necesidad política. Éstas preguntan ponen la lupa en la forma en que nuestro pensamiento, traducido al mundo en acciones, se enfrenta y/o convive con ellas. Por ello, me gustaría tender un puente entre ellas y nuestro pasado. Porque pensar fuera del tiempo y del espacio es un riesgo, o una huida, y el no reconocer ciertas conexiones entre el pasado y el presente, no significa que éstas no existan. Si no lo hicieran, deberíamos suponer que nuestra memoria colectiva, como un simple documento electrónico o un dibujo en la arena, puede borrarse y comenzar de cero con cada generación. Volvamos a Feiresetein y a

percepción tenemos actualmente del poder? ¿Nos produce miedo la autoridad? ¿Nos inmoviliza? ¿Nos inspira transgredirla? ¿Convivimos en instituciones dónde el poder circula saludablemente entre las partes involucradas o, en cambio, está centralizado? ¿Tomamos parte en las decisiones que nos competen como colectivo, cómo nos sentimos? ¿Tenemos la sospecha de que exista algún mecanismo oculto, o tácito, 76


nuestro pasado. Otra característica de los regímenes anteriormente descriptos es el uso deliberado de la ambigüedad para generar desconfianza entre los mismos integrantes de la sociedad. Se puede apreciar como el uso del lenguaje configura de tal manera las interrelaciones que el simple uso de una palabra

quier lado y ser cualquier cosa: podía ser tu vecino, tu suegro, tu hijo, tu hermano, una mano levantada en un momento equivocado, un reclamo, una mirada. Esto se traduce en una confusión muy clara: ¿Cómo comportarme sino tengo claro qué es lo que está bien y lo que está mal? ¿Cómo me configuro sino tengo la

para designar muchas cosas y ninguna a la vez, produce en los hablantes esa incomodidad de nunca saber en dónde se está parado, qué es lo que se está denunciando o alabando, qué es aquello de lo que debo cuidarme o a lo que debo aspirar. Una palabra muy usada en nuestra dictadura era la de Subversivo. Con la consecuente connotación ética de que lo subversivo era lo malo, lo que es deseable evitar, aquello que hay que erradicar del corazón de lo social como una mala hierba. Pero, la subversión tiene muchos rostros y al esconderlos y mezclarlos a todos, sin esclarecer los límites precisos de dicha conducta, éste se vuelve etéreo, informe, podría estar en cual-

oportunidad de pensar lo bueno y lo malo y de proponer nuevas categorías? ¿Cómo confiar en el otro si no sé lo que puedo esperar? De ésta forma se fue configurando una práctica social de control sumamente eficiente, que se ejercía desde adentro, desde las relaciones mismas y que tuvo como consecuencia directa una de las prácticas más despreciable (si se me permite) que pueda existir en el orbe de lo humano: la delación. Al ser todos un sujeto, en potencia, de sospecha, se normalizó la desconfianza como actitud de precaución frente a los demás. El “venderse” pareció ser para muchos la única salida. No puedo más que imaginar esa paranoia común de te77


ner cuidado en cada palabra dicha, en cada gesto hecho. De mirar con los ojos entrecerrados a aquel que se me acerca, a aquel que propone cambios. Si antes cada encuentro era una posibilidad de creación, en el sentido Deleuziano de flujo nuevo, de acontecimiento, se suprimió por la posibilidad de la desconfianza. De Esta manera, Feierestein, caracteriza de manera clara las consecuencias sociales tras el paso (y durante) un régimen totalitario. Menciona la desconfianza hacia el otro; la ausencia de reciprocidad y solidaridad; el miedo y el escepticismo para adoptar una posición crítica; y la pérdida de autonomía. Por suerte, la dictadura pasó y, felizmente, vivimos en democracia... No obstante, ¿tenemos los valores para vivir en democracia? ¿o se sigue fomentando la desconfianza y la individualidad en su acepción negativa? ¿Qué nos dice nuestro pensamiento al respecto? ¿No persisten, acaso, hoy en día “prácticas de favores” en dónde se otorgan ciertos pri-

Ilustración: autor desconocido

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vilegios al que es dócil, al que agacha la cabeza y asiente? Pensemos en las instituciones que nos movemos. Yo he sido testigo de casos en dónde, parados desde el poder que confiere el tener ciertas potestades, se juega con las necesidades y el miedo de los sujetos, condicionándolos al silencio o a la inmovilidad a cambio de una situación privilegiada o el perdón de ciertos incumplimientos. También he visto como, con el afán de escalar, o de llegar más lejos o, simplemente, de compartir aunque sea de manera virtual el poder, se han antepuesto los intereses individuales a los colectivos. Nuevamente, ¿podemos ver a nuestro alrededor y en nosotros mismos los valores para vivir en democracia? Para toda acción que nos compromete como sujetos, que nos define, buscamos siempre justificaciones morales. El delator, o el oportunista, proceden a vender a sus compañeros o a, sencillamente, no ayudarlo en sus reivindicaciones siempre en nombre de un bien

mayor. Su subjetividad se ha construido en base a tristes consuelos y a férreos mecanismos de control que hacen imposible el poder ver el daño que se le hace a los colectivos o a las luchas comunes. Quienes están en el poder, continúan aplaudiendo y reforzando estas conductas, ya sea por la otorgación, como ya mencioné, de ciertos privilegios, o por la omisión deliberada cuando el panorama no presenta una fuerza que los cuestione, es decir, frente a la ausencia de criticidad la no fomentación de la participación por conveniencia. La sola existencia de estas posibilidades ya condiciona y perjudica de gran manera toda nueva aspiración a una descentralización y criticidad del poder. Si tuviéramos confianza el uno del otro, el poder, en cuánto posibilidad de creación y cambio, circularía entre todos de manera democráticamente más saludable; sí hubiera reciprocidad y solidaridad, se trabajaría más en conjunto y sería 79


más fácil ver los problemas generales que nos afectan a todos: la brutal carrera individual del todos contra todos pasaría a un segundo lugar; si tuviéramos criticidad sabríamos identificar fácilmente las deficiencias estructurales de nuestras democracias y podríamos distinguir con claridad aquellas prácticas que son nocivas a los intereses del colectivo; si fuésemos autónomos, no aceptaríamos sin más las verdades que nos son dadas, pensaríamos, por ejemplo, los distintos modelos que se son presentan (buen ciudadano, buen estudiante, buen hijo, etc), y sabríamos señalar los abismos que muchas veces existen entre lo que se dice y lo que se hace. Si no tuviéramos miedo denunciaríamos la falta de comunicación en el auge de la comunicación misma y veríamos con mayor claridad las consecuencias que tiene la ausencia de una buena participación en la construcción de esa comunicación. La comunicación… Nosotros, los humanos, hace

unos cuántos miles de años inventamos esta cosa rara que es el lenguaje. Algún azar quiso que en diferentes culturas y en diferentes partes del mundo se tuviera este deseo tan propio de nosotros de comprender y ser comprendidos. El lenguaje surge como una necesidad de salir de los propios límites corporales y entrar

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en comunión con el otro. Es en base a la comunicación que construimos lo que somos: una subjetividad totalmente maleable que se construye con los otros. Y está bien que así sea, porque desde esta concepción, todos formamos parte de la construcción de ese ser y es un ser que está en continuo movimiento. Ahora bien, ¿qué sucede cuando unos pocos construyen el ser de todos? Cuando unos pocos crean el discurso que posteriormente será legitimado y reproducido por los otros. Así como las sociedades, la comunicación no es un fenómeno a-histórico, que se construye de una vez y para siempre. La forma en que construimos el mensaje, la forma en


que lo compartimos y que lo hacemos circular, cambia, al igual que lo hacen las sociedades y las personas. Y en ese ser de la comunicación en dónde nos jugamos, cómo dije anteriormente, ni más ni menos que lo que somos y lo que queremos ser. Los existencialistas plantean que el ser del hombre en el mundo es una transformación constante, es decir, una reinvención. Uno no es una esencia fija sino que está siendo constantemente, construyéndose todo el tiempo. La sola presencia del hombre en el mundo no puede servir como justificación y sólo se constituye como tal, es decir, trasciende, al reconocerse como un ser activo. ¿De qué manera podemos serlo? Tomando parte en la batalla de la construcción del ser social. La tecnología juega un papel fundamental en la circulación de los mensajes. No es lo mismo, por poner un ejemplo, la difusión de una noticia en el tiempo en que pocos tenían una radio y existían asimismo a lo sumo dos o tres emi-

soras, a la difusión que pueden tener hoy en día, en dónde los canales de comunicación han crecido y se han diversificado exponencialmente. Sería estar de espaldas al mundo negar que actualmente contamos con una gran cantidad de herramientas para la construcción del discurso y… sin embargo, ¿tenemos cosas distintas para decirnos? ¿Existen aún las singularidades? Ya que no necesariamente una mayor difusión garantiza una mayor pluralidad de voces, una ganancia en la democratización de la construcción del discurso. ¿De qué manera afecta esto a nuestro pensamiento? Sandino Núñez plantea de manera indirecta el problema que puede acarrear la sobreexposición de la información en la construcción de nuestro pensar. El bombardeo constante, la sublimación de la imagen, la necesidad de estar en la red como forma de reconocimiento, la promesa de la fama inmediata, hacen que la comunicación no sea un fin en sí mismo, sino un medio 81


contrario? ¿No nos hemos vueltos más apáticos, indiferentes, idiotas? Hoy en día tenemos la posibilidad real de controlar el poder de una manera que nunca antes se había visto. La gran mayoría posee en sus bolsillos un aparatito con la capacidad de transmitir en vivo cualquier evento, de comunicar cualquier noticia. Y vaya que lo hacemos. Pero, a mi parecer, a un precio muy caro: divorciamos la realidad virtual de la realidad del mundo. Nos abocamos en demasía a las redes que es en dónde el “verdadero ser” sucede y nos olvidamos del ser devenido que es todo aquello que sucede o no sucede afuera de las redes: en nuestra casa, en la calle, en el barrio, en el país, en el continente, en el mundo. Al hablar de comunicación inevitablemente tenemos que hablar sobre la verdad. Uno comunica verdades, o falsedades que no son, al fin y al cabo, más que cierta forma de la verdad. Retomando aquella concepción de la verdad como construcción social, como convención,

para Aparecer y, en esta lógica, para Estar y, por ende, Ser. ¿Qué es una información hoy en día para mí? ¿Es algo digno de ser aprendido o es más bien una mercancía intercambiable a la cual puedo acceder con un simple clic? Los medios para ser partícipe en la construcción de los discursos y en la deconstrucción de los mismos existen. La oportunidad para configurarnos a nosotros mismos como seres más informados y por ende más comprometidos están. Sin embargo, ¿no está sucediendo lo

Ilustración: D2

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aquella noción de verdad que defendían los pragmáticos, entre ellos William James, podríamos preguntarnos lo siguiente: ¿qué lugar tienen los medios en la construcción de una verdad? En este nuevo pluralismo epistemológico, en dónde muchas verdades y formas de acceder a ella se disputan la hegemonía del discurso, ¿cómo hacemos para evitar que la verdad de unos pocos (generalmente los privilegiados de esta historia) sea disfrazada como la verdad de los muchos? ¿Existe una posibilidad o alternativa en dónde las verdades dancen entre sí en igualdad de condiciones o es una invariable de la historia humana que una verdad se imponga siempre por sobre las demás? ¿No es real aquella terrible maquinaria, esa que Deleuze denunciaba en Capitalismo y Esquizofrenia, que engulle todo flujo que no pueda controlar o explicar, toda verdad que no sea su verdad o

nativas o el remolino de la ética del consumo se plantó para no moverse? No podemos olvidar la dimensión normalizadora y de génesis de necesidades que tienen los medios masivos de comunicación. Hay un episodio de una serie que me gusta mucho (Black Mirror, Temporada 1, Capítulo 2) en dónde se puede apreciar algo muy interesante y aterrador a la vez, por lo familiar que resulta. El panorama es el siguiente: Una sociedad al parecer ultramoderna completamente tecnologizada, al mejor estilo de un Huxley en Un Mundo Feliz. Todo está controlado. El individuo se vuelve y disuelve en un perfil electrónico y su vida gira en torno a esa construcción o abstracción de su persona, desde sus necesidades hasta su trabajo. En este mundo distópico lo individual y lo colectivo se disuelven en una masa amorfa de autómatas que aceptan lo que sucede y se limi-

que no pueda explicar bajo su lógica? ¿Hay espacios para pensar alter-

tan a reproducirlo. La vida está organizada de tal manera que no hay po83


sibilidad para lo nuevo. Me recuerda al concepto de totalidad esbozado por Marcuse, dónde piensa la relación de las estructuras económicas industriales en la construcción de la subjetividad. En su libro, el Hombre Unidimensional, Marcuse señala la pérdida de la dimensión dialéctica en estas sociedades industriales, que implica el desgaste de toda nueva posibilidad y capacidad de crítica. Esto se debe, en parte, al relato del progreso tecnológico que se refleja en sociedades donde “una ausencia de libertad cómoda, suave, razonable y democrática, señal del progreso técnico, prevalece en la civilización industrial avanzada”. Sabemos que perdimos en el terreno de la libertad pero lo aceptamos porque esa falta de libertad es cómoda, nos evita esa angustia, que tanto hablaba Sartre, de sabernos dueños de nuestro destino. Vivimos en una corporalidad que busca satisfacciones inmedia-

totalidad tiene nuevas leyes que férreamente impregnan nuestra manera de pensar. Una de ellas es la exteriorización de la identidad, es decir, de la construcción de un ser que se traduce en lo que tiene, en lo puede mostrar. Otro, el de la satisfacción inmediata de las pulsiones, cuántas más experiencias tengamos,

tas y que en ese sentido se aliena, al volcarse siempre hacia lo otro. Esta

Ilustración: Fifteen Million Merits, Edgarascensao 84


con los otros lo político no es posible. Tener esa confianza de que cada nueva perspectiva de lo real es válida aunque entre en tensión con la existente, de que podemos ser parte de la toma de decisiones, de la construcción de las verdades, de nuestro ser social, es garantizar, al menos, un poco de libertad. Es darle un influjo de movimiento al el ser de las cosas y poder participar en su construcción.

más felices seremos, aunque al final, tras esa pluralidad de experiencias, se esconda la realidad: lo diverso es sólo aparente. Marcuse nos advertía, que el poder elegir entre una gran variedad de bienes o servicios no significa libertad si estos mismos sostienen mecanismos de control. Para que la patencia de lo nuevo sea posible es necesario que haya espacios. H. Arendt señala la importancia del encuentro con el otro para el desarrollo de lo político. De este modo, es necesaria la pluralidad, la otredad como algo distinto, la construcción común de relatos, la novedad. Si una sociedad está normalizada, controlada, uniformada, no hay un espacio real para lo nuevo, ni para una constitución libre y genuina de la subjetividad: si nuestra esencia es construida desde afuera sin otorgarnos la posibilidad de pensarla, ¿cómo ser parte de esa construcción? Asimismo, si no tenemos la posibilidad material, es decir, el espacio público, de encontrarnos 85


“defender la alegría como un destino defenderla del fuego y de los bomberos de los suicidas y los homicidas de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres defender la alegría como una certeza defenderla del óxido y la roña de la famosa pátina del tiempo del relente y del oportunismo de los proxenetas de la risa” Mario Benedetti,Defensa de la alegría, 1979

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Historia intitulada

Ilustración: D2

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CAPITULO I

Un jueves de principios de

marzo, víctima del sofocante calor que desde comienzos de estación no hubo de dar tregua, se encontraba Lorenzo Pintio dando su cara contra la ventana de aquel autobús con destino a la ciudad de B…. El viaje había sido largo y pesado; a las circunstancias térmicas mencionadas, había que sumarle la repentina avería del sistema de refrigeración, cosa que hubo de desconcertar a la mayoría de los pasajeros, quienes no tardaron en hacer escuchar sus quejas al respecto, pero que con el correr del tiempo y ante el sinsentido palpable de sus reclamos, fueron éstas perdiendo fuerza y quedaron renegadas a comentarios entre compañeros de asiento. Dicho sinsentido, respondía a la imposibilidad de arreglar el sistema con el vehículo en movimiento, sumando que además, la mayoría de los

pasajeros tenían compromisos que debían concretar irremisiblemente. Pasadas las horas, el ambiente pasó de lo soportable a lo asqueroso, había tornado aquel vehículo en una condensación de temperaturas y olores corporales que provocaron nauseas en más de un pasajero, los rostros estaban como aceitados, brillantes y pegajosos, las ropas, sobre todo en los hombres, se encontraban impregnadas de un sudor denso y oscuro. Lorenzo por su par87


te, había permanecido despierto la mayoría del viaje, o al menos ésta era su impresión, ya que permaneció en ese estado de transición sumamente confuso que no es ni una cosa ni la otra, donde la realidad y el sueño se arremolinan y las palabras y los símbolos remplazan a la conciencia esclarecida. En tales circunstancias, uno solo es capaz de recordar las divagaciones sobre esta misma cuestión, cosa que solo entorpece el entendimiento del asunto. Lorenzo tocaba casi la década de los treinta años, su composición era un tanto delgada, aunque esto era compensado por la nobleza de un rostro, que además de poseer cierto atractivo difícil de definir, contenía unos profundos ojos oscuros, cuya mirada hubo de captar la atención de algunas señoritas. Iba vestido con simpleza, llevaba una camisa blanca de mangas largas pero arremangadas, que se encontraba bañada en sudor, sobre todo en la parte de las axilas y en la espalda, donde quedo pegada con capricho al cuer-

po de Lorenzo; por debajo, vestía un pantalón de vestir de color negro y llevaba unos zapatos del mismo color, aunque notablemente más viejos que el resto de las prendas. De un momento a otro, decidió poner fin a la querella sobre cuánto y cómo había dormido- si es que lo había hecho- . Su reloj de pulsera marcaba las once y diecisiete de la mañana cuando paso a incorporarse de un salto, probablemente queriendo ayudar con el movimiento la resolución que había adoptado, a la vez que lo despejaba y ponía en orden sus futuros pasos, los cuales no dejaron de inquietarle más de una vez, robándole la posibilidad del dulce sueño. Sería injusto, sin embargo, atribuirle a sus planes la entera responsabilidad de su actual estado de inquietud; a él lo atormentaban cosas muchísimo peores, que a diferencia de las primeras, eran inconmensurablemente más difíciles de solucionar e incluso, de entender. Se estiro un poco, conteniéndose en su espacio personal, teniendo el cui88


dado de no establecer el más mínimo contacto con quien se sentaba a su lado, un hombre gordo de rostro severo y perfectamente rasurado, quien no había dejado pasar la más mínima oportunidad en cuanto las convenciones sociales se lo permitiesen, para dar a entender a Lorenzo, que pese a que compartían un espacio común de aparente igualdad, él se hallaba a distancias inmensas con respecto a Lorenzo y que su situación era en extremo circunstancial “umm, no hay nada como viajar en el auto propio” vociferaba quejosamente hacia el pasajero de la fila de enfrente, hombre alto de cabellos grises y cortos , cuya sonrisa, aunque visiblemente falsa, reconfortaba el espíritu del hombre de excedidos kilos. En ese momento Lorenzo había abierto un pequeño espacio entre las cortinas para entregarse a sus meditaciones, mientras que afuera, se sucedían escenarios un tanto monótonos, que a más de un pasajero habrán aburrido hasta el hastío. Ha-

Ilustración: D2

Fotrografía: Eduardo GL. https://www.flickr.com/ photos/tornasol11/7061141769/in/pool-fotosyoruguas%7Ctornasol11 89


cía un día visualmente hermoso, el cielo estaba parcialmente despejado y viajaban en él nubes bien formadas y blancuzcas que no dejaron de recordarle los días en cuando niño hacía de ellas las protagonistas de las más variadas formas que su imaginación pudiese albergar, “sin duda puedo verlas”, sabía que su imaginación estaba intacta, pero ¡ay! que débiles impresiones le producían ahora ¿qué había sido de todo ese mundo, de toda esa coherencia engendrada en sus años tiernos? ¿Qué fue de ese pleno sentido de la felicidad, del amor? “no, no, estoy divagando otra vez “se dijo mientras miraba el vasto campo, los alambrados, el monte que se perdía de vista en segundos. Observo entonces, a lo lejos, en la cima de una pequeña loma, una solitaria casita visiblemente abandonada desde hacía quizás décadas. Le quedaban solamente las paredes de un pálido gris que se encontraban a merced del musgo y las plantas silvestres que desde el interior se

asomaban por la ventana, por donde quizás alguna vez hubo de mostrarse alguna persona. La mente de Lorenzo se representó la imagen de una mujer de unos veinticinco años, de porte esbelto y fuerte, cuyos brazos sacudían un viejo mantel de color rojo, dejando a merced de los gorriones las migajas del desayuno. En los terrenos contiguos, su esposo, un hombre de unos treinta y cinco años de piel tostada y barbas espesas y rubias, vislumbraba sus tierras trabajadas calculando y estimando los tiempos y las ganancias. Sin duda que en todo ello había algo de encantador para Lorenzo, era una forma de vida a la que se había acercado de forma meramente aproximada, él era un citadino en todo aspecto, su temperamento, sus nervios, sus movimientos, habían corrido al ritmo acelerado de la urbe desde sus primeros años. Si, sin duda que era atrayente esa idea de la tranquilidad, del esfuerzo, del contacto con la tierra, pero de nin90


guna forma ignoraba que su imaginación no contemplaba más que el resultado final del proceso, que la fantasía dejaba atrás el cansancio, las frustraciones, los contratiempos, y el conjunto de necesidades de las que se había hecho adepto a lo largo de su vida y por las cuales se hallaba, en cierta forma, necesitado del contacto con los demás, pese a que gran parte de sí mismo viera en dicho contacto, el germen de sus penas. Mientras Lorenzo se entregaba a sus pensamientos, el pasajero contiguo de excedido peso y el hombre canoso sentado en la fila de enfrente se entregaban, pese al intenso calor, a una charla apasionada sobre cuestiones sociales, y por extensión políticas. Hablaban de tal forma y con tal seguridad, que todo lo que salía de sus bocas parecía haber pasado un análisis sino minucioso al menos serio, juicioso u objetivo, o esa era la impresión que causaban en los inadvertidos oyentes sentados en los asientos más cercanos a ellos. Pero

lo que sin duda hasta ellos mismo ignoraban, (y valla a saber hasta qué punto) es que absolutamente todas las cuestiones expuestas y sostenidas con la mayor seriedad de la que eran posibles, eran tocadas con una superficialidad grácil; se acusaba, se juzgaba, se explicaban procesos y formas, individuos e ideas, naciones y partidos, y todo con la reconfortante seguridad de quien detenta la verdad. Ignoraban sin embargo, que por cada una de sus opiniones y de sus frases hechas, se hubiesen encontrado un millón de hombres con la misma opinión, que incluso utilizaban las mismas palabras y hasta el mismo orden en que se sucedían sus ideas. Pero había algo de lo que sin duda, en alguna partecita de su cabeza, no eran capaces de ignorar, y este hecho era la futilidad de sus discursos, de sus emociones tan magnánimamente manifiestas, de como todas esas energías no servían más que para dos usos al menos claros: el primero de ellos, su desenvol91


vimiento social que funcionaba en este caso, en pareja, y el segundo de ellos, también en relación con el primero, en cuanto a su amor propio, en como por ejemplo cada vez que el pasajero de al lado de Lorenzo daba una sentencia con respecto a un tema de importancia, toda su voluntad parecía reconcentrarse más en la forma de su rostro, con sus cejas tan seriamente contraídas y sus labios como forzados hacia abajo, que en el contenido y la veracidad de sus afirmaciones, que en cada una de es-

tas sentencias había sin duda un esfuerzo palpable y una reconfortante sensación placentera al haber entregado la mejor y más seriamente posible apariencia, al tiempo que dicha apariencia suscitaba en su compañero de dialogo una respuesta similar, pero de forma más bien acomodativa a la voluntad del primero, porque es de notar, que no discutían, dialogaban, y también es de notar que ambos, a pesar de no conocerse personalmente, se habían encargado de intercambiar la información necesaria sobre sus respectivas posiciones sociales, y en este sentido, el tamaño de cada hombre, se correspondía con el tamaño de su capital. -Pero nótelo, Osvaldo (dijo el gordo) que lo sucedido en B… no fue más que una mala pasada, el gobernador está metido en un problema bastante serio, que sin embargo, escapa a su voluntad, ¿porque va a creer usted que dos meses antes de las elecciones va y pasa algo así?.. No, no, acá hay algo más, ¿sabe lo que creo? – Y

Ilustración: D2

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aquí adopto su expresión de suma seriedad- yo creo que todo lo que paso en B… fue algo planeado… no me atrevo a decir mis sospechas por puro respeto, pero usted sabe quiénes pueden ser los involucrados… Osvaldo lo miraba como atontado, sin duda entendía sobre lo que sugería, pero no se atrevía a afirmar algo así en público. -Sí, claro que entiendo de que habla, es una posibilidad… pero dígame – y se acercó al asiento del gordo, sosteniendo su tronco en el aire y apoyándose sobre su brazo; a su vez, unas cuantas miradas y oídos curiosos se vieron necesitados de agudizarse, el tema parecía interesar profundamente- ¿pero hay algo que a usted de verdad le haga sospechar concretamente sobre ciertos individuos? En ese momento ambas miradas intercambiaron lo que quiso ser para Osvaldo una mirada de agudeza, y porque no, de sospecha, aunque en realidad su semblante se veía bastante ridículo y sostenido en el

aire sobre su enclenque brazo como lo estaba, no hacía sino sumar a su expresión un tono de molestia poco disimulada. Por su parte, el gordo, lo miro por sobre el hombro al principio con suma seriedad para pasar luego a entrecerrar los ojos y a sonreír levemente pero sin despegar los labios. -Entenderá usted que yo in-duda-ble-men-te me baso en fuentes fidedignas y no diría algo basado en rumores y nada más, ¿comprende usted que yo si digo algo tendré mis motivos no? Aquí el gordo bajó la cabeza y lo miró con suma fijeza, trataba entonces a Osvaldo como a un estúpido. Su carácter empezó a tornarse más agresivo, pero no es que Osvaldo fuera el causante de dicha agresividad, era Osvaldo por la sencilla razón de encontrarse hablando en ese momento con él, una cuestión circunstancial, pero que sin embargo servía para descargar toda la indignación que un sujeto como el hombre de excedidos kilos es capaz 93


Ilustración: D2

será la función que ejerce como resguardo de su propia circunstancia. -Si pero es que… - ¿Qué es qué? ¿Que no puede uno decir lo que cree? La democracia debe amparar al ciudadano honrado, ¡a quien dice la verdad! , vivimos en una república democrática que nos debe garantizar la mayor justicia que sea posible, ¡qué voy a hacer si es mi deber como ciudadano honrado, servir a la justicia y buscar que las cosas se sepan, aunque sea desde mi humilde lugar como civil! Si todos pensáramos así, le puedo asegurar que marcharíamos mejor como nación, que no estarían todos quejándose y viendo cómo se pasan las cosas sin mover un dedo. Lo que pasó en nuestra ciudad es algo gravísimo, gravísimo, porque se están trastocando en cierto sentido lo que son nuestros pilares, fíjese si esto pasase en un nivel más elevado, a nivel presidencial por ejemplo, ¿qué sería de nuestro país? ¿Qué imagen le daríamos al mundo?

de sentir cuando se toca o amenaza en algún sentido su autoconcepto. A tales efectos se armara de ideales preconcebidos por otros y los defenderá hasta su muerte cual si fueran el baluarte por el cual ha sacrificado su vida por entero, siendo estos, tan solo la coraza que toma como chatarra para protegerse de las piedras. Opondrá esa idea a las otras, regañará, se emocionará, clavara su bandera y se sentirá seguro, sentirá un cobijo, una base, ponderará la forma, la adornara de mil maneras distintas, cuando lo único que interesará, 94


Termino su pequeño monólogo, estaba un tanto agitado, pero muy contento consigo mismo. Su rostro estaba rojo y de sus cienes caían abundantes gotas de sudoración. Un par de señoras se dieron vuelta de sus asientos para escuchar con más atención al hombre y sintieron la satisfacción de escuchar palabras honorables, también dos o tres estudiantes jóvenes fueron tocados por el discurso; dos para bien, y uno para mal. Este último pensaba para sus adentros muchas cosas, entre tantas de esas cosas estaba seguro que el gordo era en todo su ser una persona hipócrita, estaba seguro de ello dado que su tío Antonio había trabajado para él hacía dos o tres años, en los cuales había sufrido la peor de las explotaciones y los maltratos, además de ser remunerado con el salario mínimo permitido por el Estado. Además conocía a su vez rumores sobre dudosas operaciones en las que estaba involucrado el gordo, entre ellas, evasión de impuestos y un fraudulento robo

de unas mil hectáreas a dos pobres ancianos, en el cual había llegado a un acuerdo con un juez tan corrupto o más que él mismo. Pero estos, a pesar de ser rumores, suscitaban una honda indignación en el estudiante, quien creía en ellos como en la salida del sol cada mañana. - Perdóneme si lo ofendí, Enrique…-se atrevió a contestar Osvaldo- no pongo en duda sus interrogantes sobre el caso, lo único que me preocupa es que todo sea como usted dijo, lo más justiciosamente posible…- mentía, lo único que le interesaba era un nuevo chisme-. - J u s t i c i e r a m e n t e … - Si, justicieramente, perdón, le decía… que sea bajo la lupa de la verdad ¿entiende? - Si, si y créame que lo será, créame que lo será, porque en ello se basa nuestro sistema civil, la verdad siempre termina prevaleciendo y es de hecho la base en que se sostiene la sociedad por entero, no importa cuánto esfuerzo y tiempo se invierta en ocultarla, 95


las cosas terminan sabiéndose…

la lana, el cuero y hasta el aceite de maíz, cosa que enriqueció a muchos burgueses emergentes y posibilitó un incremento notorio de las fuentes de trabajo. Mas es de notar, que transcurridas las décadas, una a una la mayoría de las industrias cayeron en bancarrota producto de los altibajos económicos y de la falta de innovación de parte de sus propietarios. Solamente pocas lograron sobrevivir, cosa que no dejó de amargar a muchos de los ciudadanos que recordaban y comentaban a los más jóvenes, la triste sensación de haber perdido eso, que como ciudad, tanto orgullo les había proporcionado en las épocas de bonanza. Era una sensación recurrente para cada hombre medianamente maduro que se acercaba a aquellos castillos de hojalata, con aquellas torres cortando el cielo que alguna vez supieron humear y contaminar hediondamente el aire citadino y que ahora permanecían en la impasibilidad de la herrumbre, como una marca perpetua del fraca-

Así continuaba la conversación entre estos dos pasajeros, para cuando el ómnibus comenzó a internarse en la ciudad de B…. Con respecto a esta ciudad, se puede decir que demográficamente era un centro bien poblado, lo suficiente como para llevar holgadamente el nombre de ciudad y no el de pueblo, pero no lo suficiente para ser considerada una gran ciudad ni mucho menos. Sin embargo, la ciudad de B… fue considerada siempre como uno de los centros urbanos más relevantes del país. Estaba atravesada de este a oeste por un angosto río, que había servido antaño al florecimiento económico de la ciudad al funcionar como medio de transporte y distribución para las regiones sin litoral que se adentraban hacia el centro del país y más allá. En sus tiempos dorados, multitud de industrias de distinto género se instalaron en sus alrededores, se trabajó el carbón, 96


so, o quizás, del cambio. En un comienzo estas industrias fueron marginales, se veían a lo lejos si alguien se paraba en el punto más alto de la ciudad de B… desde donde también era divisable el importante río y el puerto; pero poco a poco, merced del avance económico, las clases trabajadoras fueron minando los alrededores, congregándose como aldeanos alrededor del castillo. Es por este motivo que no se podía evitar verlas, y menos ignorarlas, estaban ahí como parte del ecosistema, amuralladas por altos muros de cemento cubiertos a su vez de gruesas capas de empapelado político y comercial, y por donde hubiese algún lugar, se extendían una gran variedad de grafitis de amor, de odio, de denuncia, en fin, de esas palabras que la gente cree importante perpetuar, si no es su propio nombre. El ómnibus dio un giro a la derecha, cosa que despertó a Lorenzo que nuevamente había vuelto a aquel estado tan confuso explicado anteriormente. El calor seguía

siendo sofocante, los dos hombres seguían parloteando, esta vez sobre el nuevo teléfono del hombre de excedidos kilos, Enrique, el cual le comentaba a Osvaldo, las una y mil novedades de las que era capaz el reciente modelo, “mejor conectividad” escucho decir Lorenzo mientras miraba los primeros vecindarios de la ciudad de B… que a decir verdad eran en suma precarios. Las casas eran por entero una especie de carpa rectangular remendada, pero de chapa, una chapa tapaba aquí, la otra allá, aquella aquí, hasta llenar la mayoría de los huecos. Cerca de la ruta se veían dos perros flacos hasta los huesos buscando entre los desperdicios; el más pequeño, parecía haberse hecho de algún tesoro, ya que en cuanto hubo de encontrarlo, corrió con sus pequeñas patitas en busca de algún lugar donde disfrutarlo. Los pocos habitantes que se podían divisar eran en su mayoría niños y mujeres, quizás los hombres estuviesen en sus tareas. Entre los pequeños, lo más recu97


rrente era verlos descalzos jugando con una pelota donde increíblemente radiantes y veloces, surcaban el piso polvoriento desencajándose del fondo que les encuadraba. Algunas señoras que conversaban miraban al ómnibus pasar, al parecer, por pura curiosidad y se perdían en la lejanía de tan lúgubre paisaje. El vehículo siguió rectamente unos dos kilómetros hasta llegar a lo que sería la entrada de la ciudad, donde hacia arriba se leía en un cartel la despintada frase “Bienvenidos a B…”. A partir de aquí el autobús comenzó a hacer sus primeras paradas, se bajaron en primer lugar, los dos estudiantes identificados por el discurso del gordo Enrique, que se encontraban riendo a carcajadas mientras miraban el teléfono de uno de ellos. Mientras los pasajeros seguían bajando y el ómnibus se acercaba cada vez más a su destino, Lorenzo podía ver un poco más la urbanidad de B…, las casas eran muy variables, se podían encontrar construcciones sólidas y discretas, opulentas y pro-

tegidas, medianamente precarias, despintadas, húmedas, rotas; sencillas y cuidadas, pequeñas y prolijas, y una a una se podían suceder contiguamente, como si la diferencia económica de sus propietarios tuviese poco que ver con la contingencia de encontrarse plantados en el mismo sitio. El movimiento de la ciudad era ajetreado, pero no lo suficiente como para que las personas perdiesen la oportunidad de mirarse entre sí y reconocerse unos a otros, al menos visualmente. Era un ambiente

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que facilitaba el chisme, pero de forma menos concentrada que como podría de serlo en un pueblo más pequeño, en donde las conexiones humanas son tan cercanas y estrechas y el espíritu es tan obtuso que todos acaban por enterarse hasta del estornudo de cualquier de sus habitantes. Aquí por el contrario, si bien el espíritu podía bien ser obtuso y los chismes cobrar una relevancia de importancia, no llegaba casi nunca a alcanzar a sofocar del todo a sus víctimas, dado que es entendible que la capacidad de expansión de la información, se encontraba más limitada. El autobús viró repentinamente su curso hacia la izquierda primero, y luego en la siguiente cuadra, hacia la derecha. Ya muchos pasajeros habían logrado descender hacia aquel desierto pavimentado que era el exterior, donde la poca sombra disponible servía de cobijo a los desgraciados transeúntes que debían moverse con sus propios pies. Lorenzo hurgaba entre sus memorias

la cantidad de comentarios y recuerdos que tenía sobre las temperaturas que se alcanzan en esa zona del país, especialmente en la ciudad de B… y en la ciudad de N... donde en verano las personas solían pasarse en los hogares resguardándose de las tormentas de calor y de los punzantes ataques solares, sea con un maltrecho ventilador que apenas hiciese circular el aire caliente, o con un soberbio aire acondicionado que hiciese la vida más confortable para algunos. Para los desgraciados que tuviesen que salir, y más aún, estar en la calle, eso sí que era un desafío. Lorenzo observaba a un hombre que iba vestido de camisas y pantalones como él mismo lo estaba, llevando un pesado bolso y ofreciendo distinta clases de productos en los diferentes hogares. Su cabeza calva y bronceada, estaba bañada en sudor, así como su desgastada camisa color salmón que se adhería a su robusto cuerpo. Aun así y pese a todo lo sofocante que fuera encon99


trarse hirviendo desde los pies hasta la cabeza, el hombre se permitía el mejor de los humores que Lorenzo háyase observado en ese día: entregaba una afable sonrisa y un sincero agradecimiento a cada persona con la que tuviese que tratar, fuesen compradores o simples transeúntes. También recordó una anécdota al respecto sobre los tortuosos veranos de B… Él era pequeño de unos siete u ocho años, se encontraba en B… donde venía a pasar sus primeras vacaciones lejos de sus padres a la casa de su tío Alfonso. El calor, pese a que ahora mismo el verano estuviese entrando en letargo, era probablemente el mismo, o quizás, unos grados más; el pavimento escupía espejismos y la mayoría de los vecinos del barrio ya estaban dentro de sus madrigueras a punto de degustar sus alimentos. El tío Alfonso que por entonces tendría unos treinta y un años, llevaba a Lorenzo a comprar unas cervezas, mientras le contaba que ahí mismo en esa

misma vereda, cuando él era pequeño, se había demostrado la magnitud de las temperaturas que azotaban a la ciudad de B... la cosa había sido sencilla: se había cocinado un huevo frito en la vereda, si, ¡un huevo frito! A Lorenzo aquello le había causado suma impresión, e incluso pregunto a tío Alfonso si lo habían comido luego, si habían utilizado aceite o cuánto había demorado en hacerse, preguntas todas que quedaron inconclusas incluso para el tío. Hoy día la pregunta que hubiera hecho se refería a la temperatura que se necesita para freír un huevo. Los pasajeros comenzaron a levantarse impacientemente, algunos afortunados se incorporaban a la realidad desde el sueño, y eran en su mayoría los que aún estaban en sus asientos. Lorenzo observo el largo tiempo que permanecieron esperando que la puerta se abriese, mirándose unos a otros con sus equipajes de bolsillo cargados al hombro. Enrique y Osvaldo también estaban de pie, pero cada uno consultaba quién sabe qué 100


cosas en sus respectivos teléfonos, dándose ambos, aires de importancia. Finalmente la puerta se abrió y el ganado bajo el vehículo con suma velocidad, dándose ligeros golpecitos entre sí producto del vaivén de los equipajes. Lorenzo fue de los últimos en pisar el suelo de B… y uno de los primeros en recibir su equipaje, que se componía de una sola maleta de tamaño moderado de color marrón. En el exterior, el calor era en algún sentido más pronunciado que dentro del ómnibus, pero no por ello más molesto, al contrario, la circulación del aire y la libertad de movimientos, le produjeron a Lorenzo una sensación reconfortante, ya que dentro del vehículo sus expectativas al respecto habían sido peores.

ción. Por otro lado, Osvaldo, estaba fumando un cigarrillo mientras conversaba en buenos términos con el chofer del autobús, el cual le explicaba con sus manos una suerte de funcionamiento mecánico, probablemente el referido a la avería del aire acondicionado. Se encaminó en busca de un taxi y tomó el primero que se encontraba estacionado y que era conducido por un hombre veterano flaco y bajo con un pequeño bigotito canoso y unos lentes que colgaban de su cuello. Le dijo a donde dirigirse y el taxista lo hizo con suma velocidad, sorteando toda clase de vehículos con precisión milimétrica y pasando las luces amarillas en el momento justo, a la vez que contestaba los llamados provenientes de la

Miró a su alrededor y observo como se alejaban los pasajeros con equipaje con sus respectivos grupos, entre ellos, estaba Enrique de excedidos kilos que era acompañado por una mujer rubia de unos cuarenta años, al parecer su esposa, con la cual se entregaba a una efusiva conversa-

central y se permitía incluso alguna broma con las voces de la radio. Con Lorenzo apenas intercambió las palabras necesarias, ya que conocía el arte de hablar si tenía que hablar y de callar si era necesario hacerlo. Cuando llegaron al destino se le pagó su tarifa, -la cual fue para Lo101


renzo excesivamente cara, considerando que por el mismo precio en su ciudad hubiese recorrido hasta tres veces más distancia, como la vez que fue desde la rambla hasta la clínica del doctor Pereira donde pagó ciento ochenta y siete pesos y que se suponía que su hora era a las diez de la mañana, pero cometieron un error y se la cambiaron a las tres de la tarde, lo cual lo obligo a comer una hamburguesa grasienta en un carro de comida y a esperar la hora mientras leía el libro de bolsillo que afortunadamente hubo de considerar llevar consigo ese día- se bajó en la calle, ahora su calle, para contemplar lo que sería su nuevo sitio, aunque temporal, como lo había sido siempre. El barrio era muy similar a los que había observado anteriormente en el camino a la terminal, un lugar de clases que variaban desde lo medio bajo a lo alto, las cuales se adivinaban por el estado de las residencias y por las pertenencias visibles. La pensión donde habitaría era apenas

perceptible desde el exterior, donde se veía una casucha estrecha de un blanco despintado, con una sola ventana y sin puerta frontal, al parecer la construcción era muy larga hacia el fondo, lugar que era accesible desde la puerta de rejas oxidadas que había al costado de la misma. A lo largo del estrecho pasillo se extendían probablemente las habitaciones destinadas a los desgraciados inquilinos. Lorenzo suspiró acercándose más a la pensión cuyo número era 1834, tomó el teléfono y marcó el número del propietario de la misma. -Hola… ¿sí? ¿Quién habla? – dijo una voz masculina pero un tanto agudaHola, mire mi nombre es Lorenzo Pín.. - ¡Ah! Si si, el muchacho de la capital –interrumpió aceleradamente el hombre- ¿cuándo llegas? ¿Ya llegaste? - Si… estoy acá afuera, ¿mil ochocientos treinta y cuatro es el número? En cuanto dijo esto, la cortina se movió fugazmente dejando aparecer el rostro del hombre al teléfono que miró 102


nerviosamente a Lorenzo de arriba hacia abajo, costumbre ésta muy común entre las personas que acobijan algún grado de superficialidad y de interés en las cuestiones monetarias. -¡Ah! esperá que ya salgo. Dijo mientras cortaba el teléfono y se proponía a abrir la reja, que chilló molestamente mientras se corría. -¿Y? ¿Cómo estuvo ese viaje? ¿Cómo te tratan los calores de acá? - Son como los recordaba…- agrego Lorenzo que esperaba el momento de hacer alguna suerte de saludo más formal- Mi nombre es Lorenzo, mucho gusto. - Espera que ya te saludo que estoy con esta reja que anda medio malel hombre forcejeaba y no prestaba mucha atención a las contestaciones de Lorenzo- ¡Ahí está! por ahora funciona- dijo mientras extendía su pequeña mano hacia el joven-. Danilo, mucho gusto- y apenas tocó la mano de Lorenzo, para meterla en su bolsillo en un parpadeo. Danilo era un hombre de unos cuarenta y

largos años, de complexión pequeña y muy bajo, tenía un vientre un tanto prominente pero no lo suficiente como para generarle un problema serio. Su rostro estaba como predispuesto hacia adelante y juntado hacia el centro, tenía una nariz pequeña y larga, y nos dientes grandes y amarillos; para rematar este cuadro, unos ojos vivos y saltones de color marrón y una frente ancha cubierta de un pelambre rizado y canoso. Existen en todo el mundo personas cuya fisionomía permite una perfecta comparación con la de un animal en específico, sea producto de la imaginación y del humor de quien compara o de las verdaderas y válidas similitudes que puede haber entre animal y animal, lo cierto es que en ocasiones se puede estar hablando con un cerdo, un gato, un pájaro, un hipopótamo, un dinosaurio, y en este caso, una rata. Cabría preguntarse, si las similitudes son válidas, cómo es que responden las formas a las constricciones. 103


El hombre rata comenzó a explicar a Lorenzo todo lo relacionado al mundo de la pensión, cosa que Lorenzo ya sabía, pero que por educación decidió volver a escuchar. Sencillamente lo más importante de saber, ya que lo recalco varias veces, era el monto de pago y la fecha en que había que hacerlo, además de recordar que nadie ajeno a la pensión podría quedarse en la noche en la habitación, ya que el alquiler consideraba los gastos de luz y agua de una sola persona en el caso de Lorenzo, y de lo contrario las tarifas estipuladas serían otras. Luego de esto, invito al joven a pasar hacia el largo pasillo por donde se extendían las habitaciones, no sin antes detenerse ante la reja maltrecha que seguía dando problemas. El pasillo de un metro de anchopor fortuna a la sombra-, se extendía aproximadamente unos treinta metros hacia el fondo, en donde se podía divisar una especia de patio, donde se colgaban las ropas de los inquilinos. Estaba amurallado por

un alto muro despintado sobre cuya cima habían sido pegados al hormigón trozos de botellas rotas, con el fin de dañar a los posibles intrusos. La habitación de Lorenzo quedaba a medio camino entre el frente y el patio, y su número era el cinco. Para cuando llegaron, Danilo extrajo de un montón de llaves la correspondiente a la habitación en cuestión, y le mostro a Lorenzo el interior de ésta, cuya temperatura nada tenía que envidiarle al exterior. Su tamaño era en suma reducido, tenía exactamente tres metros de ancho y seis de largo, cosa que fue verificada por Lorenzo gracias al tamaño de las baldosas, que según le habían dicho, cinco de estas correspondían a un metro de largo. El mobiliario era precario y escueto, lo componían una cama de madera enclenque, con un fino colchón y algunas frazadas, una pequeña mesa, también de madera, que contenía en su superficie una especie de jarrón, con un racimo de flores de plástico que imita104


ban unos jazmines. El último de los muebles, era un ropero de compensado, que estaba siendo carcomido por la humedad y cuyas dimensiones serian ideales para las pocas pertenencias de Lorenzo. En las paredes manchadas, despintadas y rotas, colgaban algunos paisajes de dudosa autoría devorados casi por entero por el ambiente que los circundaba; el primero de estos se encontraba en la pared donde estaba la mesa, y reflejaba unas montañas que partían desde una pradera bañada de flores; el otro mostraba una escena campestre que tenía como protagonistas a un grupo de caballos marrones y grises que pastaban con tranquilidad. Sobre el fondo de la habitación, se encontraba entre cuatro paredes, el baño, que pese a sus diminutas dimensiones contenía servicio de ducha, lavabo y wáter closet, todo esto de un color amarillento que mostraba la falta de limpieza del sitio. En cuanto a la serie de detalles desagradables que Lorenzo fue capaz de observar en unos pocos segundos,

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Danilo no dijo palabra alguna, se limitó a mostrar las generalidades del sitio y a despedirse con cordialidad forzada y entregarle la llave, advirtiéndole que tenga sumo cuidado con la reja. El lugar se correspondía a su precio y Lorenzo por el momento no podía pagar algo en mejor estado, o al menos eso se decía él en un principio, igual que tantos otros que acudían a tales sitios como pozos temporales donde pasar los momentos bajos de su existencia. Para algunos el pozo no significaba más que un capitulo, para otros, se volvía su fosa. Sobre la vida y el movimiento que existía en la pensión, será notorio mencionar las observaciones y conclusiones a las que llego Lorenzo con el correr de los días. Como ya se ha mencionado, la pensión era una especie de fosa para aquellos desgraciados incapaces de costearse algo mejor, o los que, por distintas circunstancias, conside-

una pensión, un día entre sus meditaciones se le ocurrió comparar su pensión con la pensión Vauquer tan bien retratada por Balzac, el cual había leído algunos años atrás. Eh aquí como razonaba al respecto: “…bien podría ser que me encuentre como Eugenio, metido en este lugar de mala muerte, pero lleno de esperanzas y ambiciones, y que vea en esta mugre, al charco que debe uno pisar para cruzar de calle, sin embargo, poco me parezco a Eugenio o mejor dicho, poco se parece él a mí; los años me pesan, no soy lo suficientemente viejo como para vivir de mis años ni lo suficientemente joven como para permitirme esas esperanzas ni esas ambiciones, además que en parte, las desprecio. Lo mismo puedo decir del lugar: comparece el París del siglo xix, con este B… latinoamericano del xxi, la miseria existe en ambos indudablemente, pero en escalas totalmente

rasen conveniente el vivir de esa forma. Lorenzo, que es un ávido lector y que nunca había vivido en

distintas, lo que en ese lugar podría ser pobreza, me sería aquí lujo; la casa Vauquer, pese a su miseria y 106


desencanto, mantenía al menos ese calor y ese cobijo que simulaba en cierta forma a lo que significa un hogar, que debe ser en todo sentido calor, cercanía, contacto, aquí por el contrario, apenas conozco de vista a cinco de los doce inquilinos y el único contacto que mantenemos se da en un pasillo que a lo que menos invita es a la sociabilidad, y ni hablar que al menos Eugenio podía disfrutar de una conversación con Vautrin ¿pero puede uno en un lugar así llegar a conversar de algo más que no sea sobre temas recurrentes? ¿Y dónde se encuentra uno con un Vautrin? aquí lo que tengo, además de los siete que no he visto nunca, es a un par de solteronas chismosas, dos estudiantes y a una pareja con dos hijitos que quién sabe qué hacen con sus vidas. El realismo pretendió retratar la realidad cual espejo, no notando que muchas veces su chispa la dan las excepciones que usa para iluminarse a sí mismo y a la vida de unos lectores, que hoy igual que ayer, no buscan más que

distracciones que sacudan su monotonía. A mí me gustaría que me digan cuan recurrente se encontraba uno con un comprador de almas muertas, un presidiario que sacuda nuestra vida y pretenda darnos una millonada, o cualquier desenlace dramático espectacular. Indudablemente el valor literario se sobrepone a este aspecto, que sirve cual puntapié hacia el abismo del retrato social y psicológico. Pero si la aspiración de retrato es integra, no se debe dejar pasar el hecho de que la cotidianidad está prácticamente excepta de excepciones. La telenovela más barata es ilustrativa: ¿cómo es posible que personas tan alejadas de la realidad retratada, sean capaces de identificarse con historias que jamás sentirán en sus carnes? Uno no puede solamente explicárselo por una cuestión de anhelos materiales y sentimentales ideales, me inclino por pensar que el ser humano está por entero destinado a escaparse, aunque sea por un instante, de lo aplastante que le resulta su vida. Y 107


cuantos hay que han hecho de ese escape la razón de su existencia. …” Cuando Danilo dejó solo a Lorenzo en la habitación, su reloj indicaba las doce y media del mediodía, que era además de tiempo de comer, poco tiempo, ya que debía dirigirse resueltamente hacia el sitio que lo traía a la ciudad de B… por un tiempo indefinido. Decidió hacer todo lo más rápido posible, primero sus necesidades, luego una ducha rápida y más tarde, en el camino, la comida. Con suma ligereza y acostumbrado a las grandes distancias de la capital, resolvió las dos primeras tareas de manera ejemplar, en cuanto a la comida, decidió comprar en una panadería que había visto cuando iba en el taxi, una media luna con jamón y queso y una pequeña botella de agua sin gas, cuyos precios le sorprendieron sobremanera; en este caso los costos eran bastante más holgados de los que solía pagar en su ciudad natal, y ello, sumado a la frescura de la ducha le hizo sentir un tanto mejor. Comió y bebió apresurada-

mente mientras trataba de llamar por teléfono a la compañía de taxis en la cual conducía el hombre bajito del bigote y cuyo número había sido capaz de memorizar ya que era sumamente fácil de recordar. Tras esperar unos minutos el vehículo llegó y Lorenzo pudo encaminarse hacia su destino. Esta vez, el taxi lo conducía un hombre de tez morena, con antebrazos gruesos y pulseras doradas que no dejaba de silbar con alegría la música que se oía en la radio; llevaba unos lentes de sol a través de los cuales miraba por el retrovisor a Lorenzo, cada vez que le comentaba algún detalle con respecto al calor, o el partido de futbol que estaba por jugarse ese fin de semana. Lorenzo, pese a conocer muy poco sobre el tema, lograba camuflar su ignorancia y desinterés de una manera bastante cordial. Para cuando las preguntas fueron extinguiéndose y cada cual se entregaba a sus asuntos, el taxi llego a destino. Lorenzo le entrego la tarifa –que 108


seguía siendo excesiva- y se encaminó hacia una antigua y cuidada casa de techos altos y de fachada neoclásica, cuyo llamador, inscripto en una gran puerta de madera, capto la atención del joven. Inclinóse por éste en lugar del timbre: “toc, toc, toc”.

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“Pienso que yo no sería un mal bicho si no me revirara tan fácil, sobre todo cuando no he podido dormir bien la siesta. Cuando repitió esa imbecilidad de “se nos acabó el tiempo”, a mí se me terminó la paciencia”. Tomás de Mattos

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Bocadillos de Twitter Publicamos el trabajo de nuestro corresponsal en la jungla de las 280 palabras.

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Madurez

Ernesto Amir 10/01/11

Nacemos lento, sin quejas. Crecemos y nacemos libres, sin rejas. De a poco el mundo nos va apurando y toda aquella paz, termina, se aleja. ¿Qué quieren de nosotros los maduros? ¿Quieren que trabajemos, que gritemos, que lloremos por nada, que nuestro mejor amigo sea el estrés y nuestra última puerta sea la del corazón? ¿Qué quieren? ¿Qué escuchemos a Mozart o Beethoven y que miremos a la luna como algo simplemente blanco? ¿Qué buscan en nosotros? ¿Buscan al viejo prematuro que infarta? ¿Al de las manos con pelos blancos? ¿¡Qué miran en nosotros los otros!? ¿Nos miran los modos, los juicios, los ideales? ¿Qué escuchan? ¿Escuchan lo que decimos o lo que se dice de nosotros? ¿¡¡Qué piden de nosotros!!? ¿Qué entendamos las leyes como algo que no se toca? ¿Qué salgamos al mundo a lucharla? ¿Qué hagamos de cada pelo un misterio y que nos demos contra las paredes que ellos trazan en el alma? ¿Qué quieren? Y otra vez ¿¡Qué quieren!? ¿Qué leamos a los de allá y nada más que los de allá? ¿A esos lejanos que aburren por no hablar de mi barrio y los de acá? ¿Querrán que estudiemos a Kant, a Sócrates y que entendamos a Newton? ¿Qué es madurar? ¿Es aceptar la gravedad y darse contra el piso?

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Si llueve, es excepcional.

“CONSERVAR en los problemas som-

bríos y de abrumadora responsabilidad la alegría serena, es cosa harto difícil, y, sin embargo, ¿hay algo más necesario que la alegría serena? Nada sale bien si no participa en ello la alegre travesura. Soló el exceso de fuerza es la prueba de fuerza. Una transmutación de todos los valores, interrogante negro y tremendo que proyecta sombras sobre quien lo plantea, obliga a cada instante a buscar el sol y sacudir una seriedad pesada, una seriedad que se ha vuelto demasiado pesada. Para este fin, bienvenidos sean todos los medios; cada caso es un caso de buena suerte. Sobre todo, la guerra. La guerra siempre ha sido la grande cordura de todos los espíritus que se han vuelto demasiado íntimos y profundos; hasta en la herida hay virtud curativa. Desde hace tiempo la siguiente máxima, cuyo origen escamoteo a la curiosidad erudita, ha sido mi divisa: increscunt mi,

virescit

anivolnere

virtus.”

FiedrichNietzsche “Como se filosofa a martillazos”

H

oy es la excepción, hoy está lloviendo. Será micro lluvia, será un aguacero fuerte que arrasará con todo en poco tiempo, o bien pasará. No se podría saber jamás a “Ciencia cierta”, ni mucho menos prever. Circunstancia la cual nos presenta así de sorpresa y no tanto, una oportunidad única, casi ideal. Ante nosotros una computadora, en nuestras manos…………….. (colocar aquí el texto que se considere correspondiente). Y así solo se escucha llover, algún trueno que asoma, y nuestros pensamientos que revolotean encerrados en una jaula de……….(completar a gusto). Vamos abriendo paso a una especie de poética reflexiva sin consejos, ni concejales. Sin verdades, sin mucha pretensión, camina deseante pero es devenir también. Es eso que se rompe y se hace en un continuo perecer. 114


Surge como algo nuevo y viejo a la vez, surge por la necesidad histórica si se quiere, o surge porque sí. A nadie le importa mucho por qué surge, mientras marche otres marcharán. Un poco así nos movemos en manadas de pocos, envueltos en algo que sesga nuestro espíritu comprensivo. No está mal, o capas sí. Igual vale la aclaración, no sea que pasemos por objetivos o neutros, ya que cada paso que damos es un juicio que directa o indirectamente establecemos sobre la realidad, sobre lo real y lo ficticio, sobre la verdad, su existencia y su caracterización. De modo que posicionados así nos posicionamos, donde guste el público colocarnos, ya que es el tiempo de los juicios públicos y las vidas privadas. Intentando armar una identidad, ficticia en lo real, pero real en lo ficticio, es que arrastramos el cuerpo para donde podamos salvarlo, porque si no salvamos el cuerpo pobre del alma, tan desprotegida, tan vacilante y débil

ante un mundo violento y preciso. S e g u i m o s m i r a n do lejos en nuestra nariz. Las montañas serán el lugar del ocaso o de la virtud echa acción, no hay forma de consultarlo, el oráculo no está, exilió. No me atrevería a pedir disculpas en caso de huida, no dejaría a mi cuerpo tan solo y a la deriva, sólo perecería, sin constituirse en mañana. Buscando un presente tardío, pero sin dejar nunca de dudar. No encontré en estas circunstancias casi ideales para escribir, la receta, ni el método, ni la verdad. Espero defraudarlos, y más aún espero haberles hecho perder tiempo real en ésta ficción de lo real, o realidad de alguna otra ficción. Así habló Sr. K.

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