Edición especial de navidad

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Edición especial

Lecturas bíblicas sin comentario que nos describen claramente la vida de Jesús


Contenido.

Nuestro Misión:

Esta edición tiene como único propósito suministrarle toda la información necesaria para que pueda comprender quien es Jesús y cuál es su mensaje de redención.

Queremos llevar personas a Cristo, ayudarles a crecer en el conocimiento de su Palabra para que descubran su ministerio y asi mismo compartan con otros las buenas nuevas y ayuden al crecimiento de otros en la fe.

Le invitamos a que lea cuidadosamente cada articulo, muchos de ellos tomados de la Biblia, sin comentario alguno. Comparta este material con sus amigos, familiares y compañeros. Cristo viene pronto. www.revistagracia.com

Todas las referencias bíblicas fueron tomadas de la versión Reyna Valera 1960

Iglesia enviadora: Iglesia Bautista Gracia 9309 60 St Pinellas Park Fl 33782.

Es una publicación independiente del ministerio de la Revista Gracia. Director y Editor: Pastor Sergio González. Puede visitarnos en www.revistagracia.com


Y vosotros, ¿Quién decís que Soy yo? Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Yo soy El Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.


Él es una de las personas más grandes de la historia. Estando al centro de la historia de la humanidad, Jesús lo cambió todo –desde nuestro sistema judicial hasta nuestro concepto del tiempo. Pero, ¿Quién es él realmente? La Biblia dice que Jesús había nacido de una virgen, vivió una vida sin pecado y enseñó solamente por unos años en Palestina antes de ser crucificado en una cruz romana. Tres días después de su sepultura, se levantó de los muertos, 500 diferentes personas le vieron y poco después subió al cielo.

Durante su tiempo en este mundo, Jesús proclamó que tenía poder para perdonar los pecados, echar los demonios y de determinar el destino eternal de personas. En otras palabras, se declaró ser Dios mismo. No se equivoque, la historia de Jesús realmente es increíble.


Pero para algunos, ésta parece ser demasiado increíble para ser una historia verdadera. Ellos piensan que Jesús quizás haya sido una importante figura religiosa, o hasta un gran maestro moral, pero que no puede haber sido Dios. Esta posición quizás sea válida. Pero como lo explico el profesor C.S.Lewis de la universidad de Oxford, durante su vida en su libro, “Mere Christianity”, “Un hombre que haya sido sólo un ser humano pero que diga las cosas que Jesús dijo no puede ser un gran maestro moral; sería o un lunático – de la misma forma como un hombre que se dice ser un huevo escalfado – o sino sería el mismo diablo del infierno. Tendría que tomar su decisión. O fue este hombre, y sigue siéndolo, el Hijo de Dios, o es un loco o algo peor.” Lewis continuó diciendo, “Usted le puede callar por ser un loco, le puede escupir y le puede matar por ser un demonio; o puede arrodillarse ante sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero por favor, no usemos vana palabrería acerca de Su persona como el gran maestro humano. Nos ha dejado libre albedrío, es decir: nos ha dejado la opción abierta de

aceptarle o rechazarle”. ¿Era leyenda? ¿El hecho de que Jesús proclamó ser Dios fue nada más que una parte de la imaginación de la primera iglesia? ¿Los seguidores de Jesús simplemente añadieron esto a la Biblia? Esta es una idea interesante, pero la mayoría de los eruditos creen que por lo menos tres de los evangelios en la Biblia (Mateo, Marcos, y Lucas) fueron escritos durante la generación de Jesús. Muchos testigos estaban todavía vivos si necesitaban estar en desacuerdo con estas escrituras del primer siglo. Pero no existen evidencias de esto. Existen más evidencias de la veracidad de las escrituras del Nuevo Testamento que 10 literaturas clásicas puestas juntas. Los historiadores de la Grecia antigua, por ejemplo: tienen que confiar en sólo ocho manuscritos de la Historia de Thucydide para creer en la Guerra Peloponesia, y el manuscrito más temprano fue escrito cerca de 1,300 años después del original.


Los eruditos de la Biblia, mientras tanto, tienen más de 20,000 manuscritos del Nuevo Testamento a su disposición, con algunos de ellos escritos en un periodo menor a 200 años después del nacimiento de Jesús. Finalmente, no cabe duda que los primeros cristianos creían y adoraban a una de las personas de su cultura, como Dios en la forma de hombre. Esto nunca ha sido discutido seriamente, y nos deja con esta pregunta: “si, en realidad Jesús nunca proclamó ser Dios, ¿qué estaban haciendo este grupo de monoteístas (personas que creen en solo un dios) al pie de este hombre? ¿Fue Mentiroso o Lunático? Jesús realmente proclamó ser Dios. ¿Pero qué significado tiene esto? Simplemente lo que dijo puede haber sido verdad o falso. Si era falso, entonces era un mentiroso, ya que estaba engañando deliberadamente a la gente. O, era un lunático – un hombre quien sinceramente creía ser Dios cuando en realidad no lo era. Si aceptamos que Jesús era mentiroso, entonces tendríamos

también que llamarle malo. Enfrentémoslo. Le dijo a la gente que tenía que ser honesta, sin importar el precio; le prometió a la gente una vida eterna sin tristeza ni dolor y dijo que le podía perdonar sus pecados. Mientras tanto, ¿él vivía con una gran mentira? Seguramente no. La opción de que era un lunático tampoco funciona. Las palabras de Jesús junto con sus acciones simplemente no son consistentes con las de personas trastornadas mentalmente. Hasta sus críticos más fuertes no pueden encontrar errores en sus enseñanzas. En vez de esto, la gente lo respetaba casi siempre como un hombre con percepción penetrante. ¿Señor? Esta es la única opción que nos queda. Si Jesús no era ni mentiroso ni lunático, entonces sólo pudo ser el que proclamó ser – Dios en forma de hombre. Los principios de la lógica demandan esta conclusión. Y más, esto explica el por qué de los milagros y los hechos sin precedentes que sucedieron durante la presencia de Jesús. Considere al paralítico de 38


años de edad quien después de una conversación con Jesús, se sana (Juan 5:1-13). O a la persona quien había nacido ciega pero quien empezó a ver después que Jesús le había tocado sus ojos (Juan 9:1-15). O a Lázaro, quien se había muerto por tres días, pero que regresó de la muerte al mandato de Jesús (Juan 11:3844).

sucedieron. Hasta los enemigos de Jesús atestiguaron esto. Ellos presenciaron al paralítico caminando (Juan 5:9-10) e interrogaron al ciego acerca de su nueva visión (Juan 9:8-34).

Es difícil imaginar lo que sería atestiguar estos acontecimientos asombrosos, pero éstos realmente

Pero el que antes era ciego conocía la respuesta. “Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.” (Juan 9:16)

Ya que algunos no entendían quién era Jesús, se preguntaron: “¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales?” (Juan 9:16)

Jesús es… 11

Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:11 y 12.


El Siervo. ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro,

fue menospreciado, y no lo estimamos. 4

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6

Todos nosotros nos descarriamos como


ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. Isaías 53Reina-Valera 1960 (RVR1960)

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Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo,

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.


Sobre todo nombre por Charles F. Stanley

¿Sabe usted el significado de su nombre? Es posible que hoy no le demos mucha importancia a ese asunto, pero en tiempos bíblicos, los nombres describían a las personas. En el relato del nacimiento de Cristo en Mateo 1.1825, un ángel le dijo a José: “Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (v. 21). En hebreo, este nombre significa “Jehová salva”. ¡Qué descripción tan apropiada para el Hijo de Dios! Él vino a morir en la cruz para salvarnos del pecado, para que pudiéramos ser perdonados y para que podamos pasar la eternidad con nuestro Padre celestial. Pero Jesús no fue el único nombre dado a Cristo. Este mismo pasaje menciona una profecía de Isaías que afirmaba que una virgen daría a luz un

hijo, y que el nombre del niño sería Emanuel, el cual significa “Dios con nosotros” (vv. 22, 23). Aunque el templo y el arca del pacto eran recordatorios de la presencia del Señor en medio de su pueblo, Él estaba llegando para vivir y caminar entre ellos —por medio del Salvador encarnado. Y aunque se levantó de la tumba y ascendió al cielo, Jesucristo sigue habitando en y entre nosotros hoy por medio del Espíritu Santo. Cada día es una oportunidad para caminar con Dios.


¿Es Jesús el Señor de tu vida?

Estimado amigo, estimada amiga, los psicólogos desde hace mucho tiempo han tenido conocimiento de que cada persona tiene un gran anhelo y una gran necesidad interna. El anhelo de ser amado, y la necesidad de amar. Mas cuando las presiones y aflicciones llegan a nuestras vidas, muchos pierden toda esperanza de encontrar algún día el amor. La tragedia es que frecuentemente buscamos llenar esta profunda necesidad y este profundo anhelo, en los lugares equivocados. Algunos substituyen la lujuria por el amor. Otros persiguen el materialismo o las relaciones superficiales; todo con el

inútil intento de llenar el vacío creado por Dios en el corazón humano. ¡Pero le tenemos buenísimas noticias! Existe un amor que vale la pena encontrar y un amor que vale la pena compartir. La Biblia dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado


a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). Sobre la cruz de Cristo, el poderoso amor de Dios fue revelado y ofrecido incondicionalmente a todo aquel que desee la salvación. ¿Anhela usted conocer este gran amor? Entonces necesito hacerle la pregunta más importante que jamás se le hará: ¿Sabe sin lugar a dudas que Dios le ama, que sus pecados han sido perdonados, y que usted es salvo y va en camino al cielo? ¡La maravillosa noticia es que sí puede saberlo! Permítame compartir con usted cómo descubrir el amor más grande, el amor que vale. Admita su pecado Usted debe admitir que es pecador. La Biblia dice: "No hay justo, ni aun uno" (Romanos 3:10). "Por cuanto todos pecaron, y están

destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). Nuestro pecado es lo que nos separa de Dios y nos impide satisfacer nuestros anhelos y necesidades más íntimas. Según Romanos 6:23, el pecado es un delito contra Dios que conlleva un serio castigo: "Porque la paga del pecado es muerte (eterna separación del amor y misericordia de Dios)". Abandone sus propios esfuerzos Usted debe abandonar todo esfuerzo de tratar de salvarse a sí mismo. Si pudiéramos salvarnos a nosotros mismos, ¡la muerte de Jesús habría sido en vano! Inclusive "el comportarse religiosamente" no lo puede salvar. La Biblia dice que "nos salvó [Dios], no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia" (Tito 3:5). La salvación es por la gracia de


Dios, "no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:89). Admita el sacrificio de Cristo Lo que usted no puede hacer por sí mismo, ¡Jesucristo lo ha hecho por usted! "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8). Él murió en la cruz por usted, y resucitó de entre los muertos para demostrar que su sacrificio o pago fue aceptado por Dios. Pero usted debe reconocer y creer en este hecho. "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hechos16:31).

Acepte a Jesucristo como su Salvador La salvación es el regalo de Dios para usted. "La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23). Cuando alguien le ofrece un regalo

invaluable, lo más sabio de su parte es ¡aceptarlo! En este mismo instante, usted puede recibir el regalo de la salvación que Cristo le ofrece al orar esta simple oración de corazón: "Amado Dios. Sé que soy pecador. Sé que Tú me amas y deseas salvarme. Jesús, creo que Tú eres el Hijo de Dios, quien murió en la cruz para pagar por mis pecados. Creo que resucitaste de entre los muertos. Ahora me alejo de mis pecados y por medio de la fe, te recibo como mi Salvador y Señor personal. Entra en mi corazón, perdona mis pecados y sálvame, Señor Jesús. En tu nombre te lo suplico. Amén". Amigo, si usted no ha tomado aún la decisión de recibir a Cristo, le ruego que lo haga hoy. ¡Usted estará eternamente agradecido de conocer el amor que vale! Dr. Adrián Rogers


El relato de su vida.

Anuncio de su nacimiento

Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: !!Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un

hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también


el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabeth, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella,

la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia

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Nacimiento de Jesús

(Mt. 1.18-25)

Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.


Los ángeles y los pastores

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo:

No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: !!Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena

voluntad para con los hombres! Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho


Su bautizo.

(Mt. 3.13-17; Mr. 1.9-11)

Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20


Tentación de Jesús

(Mt. 4.1-11; Mr. 1.12-13)

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto , por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.

Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; y, … En las manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Respondiendo Jesús, le dijo:

Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.


Su mensaje a la Humanidad.

Jesús, el camino al Padre No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo,

pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.


Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de

otra manera, creedme por las mismas obras. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. ( Juan 14: 1 al 14)

Apocalipsis 3:20

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.


Crucifixión y muerte de Jesús (Mr. 15.21-41; Lucas. 23.26-49; Juan. 19.17-30)

Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz. Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera, le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo. Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se

cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Y sentados le guardaban allí. Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres


días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él. Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.

Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios. Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.


Jesús es sepultado (Mr. 15.42-47; Lucas. 23.50-56; Juan. 19.38-42)

Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana

limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue. Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro.


La resurrección (Mr. 16.1-8; Lucas. 24.1-12; Juan. 20.1-10)

Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto

el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: !!Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.


La ascensión Hechos 1: 6 al 11.

Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas,

viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.


Su segunda venida (Mr. 13.24-37; Lc. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48)

E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un

extremo del cielo hasta el otro. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir,

velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.

He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.


La venida de Cristo está cerca Apocalipsis 22: 6 al 21

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. !!He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me

postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.


El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.

Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.

Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.


La antesala de su regreso.

El rapto de la Iglesia de Cristo. I Tesalonicenses 4: 13 al 18.

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17

15

Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir


al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

18

Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

I Corintios 15:51al 58

He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.


En tiempos de tanta confusión en la definición de los valores es importante y necesario estudiar la Biblia.

Lo invitamos cordialmente este y todos los Domingos a partir de la 1:30pm a estudiar con nosotros en un ambiente de compañerismo y respeto mutuo. Estamos en la siguiente dirección: 9309 60rd St Pinellas Park Fl 33782. Lo esperamos será un gusto conocerle.

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