ICARO INC Nº15

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CULTURE KULTร R WAR IS OVER

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Thomas Alfaro http://thomasalfaro.wix.com/thomasalfaro 5


Icaro Incombustible Nº15 La revista Ícaro Incombustible, es una plataforma de promoción y participación del arte independiente, en donde comparten sus trabajos y opiniones muy diversos autores. Todos los usuarios registrados en www. icaroincombustible.com deciden qué colaboraciones se publicarán a través de un sistema de votaciones online. Icaro Incombustible Magazine is a platform for the promotion and participation related to Independent Arts, in where many different authors show and opine about their works. All the registered users in www.icaroincombustible.com decide what contents will be published through an online voting system.

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Kasandra http://graphikas.com 7


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Los vientres de Erda Silvia Bermejo http://www.facebook.com/VermicluQuermes

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Némesis Mezcla / mixture (EL VISITANTE NOCTURNO) La oscura mancha se escurrió bajo la puerta avanzando lentamente como una impávida sombra que vaga libremente sin la esclavitud de su amo. El demonio del sueño rondaba en mi habitáculo, mas esta vez, no me había dejado vencer. La noche se precipitaba encima nuestro mientras de aquella mordaz sombra amorfa comenzaba a emerger una silueta. Un gato. Negro y grotesco como tal. Morbosamente deforme Pero era innegable que aquella sombra había transmutado su silueta para emular aquel repugnante gato. Sus ojos asimétricos me observaban fijamente. Parecían casi ojos humanos, o por lo menos irradiaban un atisbo de humanidad tras su horrenda deformidad. Negros y profundos como tal. Parecían esconder tras de si, una sabiduría absoluta. Su sombría anatomía era diminuta, en contraste con su presencia que no era menos que abrumadora. Absorto por la soberanía que inspiraba aquella malévola visita nocturna, me vi obligado a arrodillarme para reverenciar su absoluto poder. Aquel… ente, no podría llamarlo de otra manera, se acercó hacia mi y comenzó a regurgitar hasta vaciar completamente su estómago. El fluido era mayormente rojo carmesí, tornábase morado y verduzco también. Viscoso y fétido como cualquier fluido corporal descompuesto. Mi alegría se acrecentó cuando me permitió alimentarme del producto de sus fauces. Repugnante y obsceno como tal. El dolor y la angustia menguaban a medida que mi estómago se retorcía al probar bocado tras cinco días de abstinencia obligada. Finalmente mi hambre se vio saciada. Alcé la mirada hacia mi benefactor. Aquel ser que aun me miraba fijamente abrió su boca y proclamó con determinación: - No te dejaré morir Mis oídos ingenuos no daban fe de aquellas palabras. Ese ente… Ese ser que aparenta encarnar la maldad pura me concede el mayor de los regalos al librarme de la muerte Aturdido por aquella repuesta pregunté: - ¿Por qué?, dímelo tú señor de las sombras, ¿Acaso te has apiadado de mi alma y deseas evitar mi andar en el valle de la muerte? Responde que eso es lo que suplico. El silencio… La nada repicaba haciendo eco en mis oídos. Aquel extraño gato no apartaba su inquietante mirada de mí. El engendro intentaba escudriñar cada recoveco de mi alma ultrajada. - Señor – dije –, tú, mi oscuro visitante nocturno, ¿Acaso eres un enviado del averno que desea obtener mi alma? Responde, que es lo que suplico. Y el ser me repitió con soberbia aquella infame frase: - No te dejaré morir. Mi corazón se aceleraba. El espacio en mi celda se contraía. Esa frase que al principio sonábase alentadora, se volcaba en el dictamen de una sentencia implacable. - Señor – le supliqué –, ¿Eres tú quien ha escapado del reino de las criaturas de la noche o has sido enviado por los dioses para ser el guardián de mi enajenado cuerpo? Aplaca mis dudas y muéstrame tu rostro para reverenciarte si así lo deseas, te lo agradeceré ferviente, yo te lo suplico. El engendro comenzó a desfigurarse. Abríase su boca mientras se comía a sí mismo hasta transformarse en una masa palpitante que pronto adoptaba una nueva forma.

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Némesis http://nemesis1030.blogspot.com.es

Una figura sombría y grotesca como tal. Una forma incluso más repugnante que la anterior emergía del engendro. Su cuerpo era el de un cuervo… No, una urraca. Pero su rostro era el de una mujer. El engendro se había convertido en una arpía. Mi mente se idiotizaba por aquel acto, no podía hacer mas que paralizar mi cuerpo dejándolo a merced de la bestia. Sus ojos mal formados tornábanse mas macabros que antes. En su mirada no había nada más que maldad y odio puros. - No te dejaré vivir – profirió el pajarraco. Esas palabras me afectaban aun más que las anteriores. Mi mente no alcanzaba a vislumbrar lo que la bestia quería de mí. De todas las formas que pudo haber tomado, adquirió la más inquietante. Aterrador como tal. Su voz milenaria se alzó para exigirme sus demandas: - Bríndame mi tributo. Sublevado

por aquel ser, no tenia opción más que obedecer. Llevé mi mano a un costado y luego de desgarrar y levantar mi piel tomé una de mis costillas derechas para ofrecérsela a mi inusual invitado. Gustoso acepto mi ofrenda. - Arpía – grité exasperado –, seas mensajero del mal o de la noche ¿Qué deseas?, ¿Por qué me has visitado esta noche? Dime la verdad ¿Me liberarás o me esclavizarás aún más? Respóndeme que yo te lo suplico. Y la arpía guardó silencio… - Arpía, seas ángel o demonio, te ruego que tranquilices mi alma perturbada aclarando mis dudas, ¡Dímelo!, ¡¿Quién eres y que deseas?! Responde, te lo suplico. La arpía comenzó a engullirse a si misma formando nuevamente aquella masa palpitante. Mi ser clamaba por esclarecer mis dudas. Mi mente comenzó a rozar la 15


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locura a medida que aquella masa tornábase a su nueva forma. Era yo. El engendro mutaba nuevamente para transformarse en mi. No dejaba de ser deforme y grotesco como tal. Era claramente una versión corrompida de mi mismo. - Jamás te abandonaré – afirmó la bestia con absoluta seguridad. Me estremecí totalmente al escuchar aquella aberración. Cuando antes anhelaba una compañía cualquiera, ahora deseaba nuevamente mi soledad. - Yo soy tu Némesis – me aclaró con soberbia. Fue entonces cuando lo comprendí. La bestia no me dejaría vivir ni morir. No me abandonará. Torturará y a atormentará mi cuerpo, mente y alma hasta que ya no quede nada de ellos. Hasta que los días se agoten y se cumpla la eternidad. La bestia se postró ante mi y yo me alimenté de él hasta que mi hambre se hubo saciado. Por hoy ha desaparecido. Pero regresara al caer de nuevo la noche. El engendro visitará mi celda todas las noches. La bestia será mi Némesis, mi castigo. Me alimentará con su cuerpo y él comerá del mío. Hasta que los días se agoten y se cumpla la eternidad.

and stinking as any decomposed body fluid. My joy increased when it allowed me to feed myself on the substance of its jaws. Disgusting and obscene as such. The pain and anguish diminished as my stomach writhed when eating something after five days of forced abstinence. Finally, my hunger was satisfied. I looked up to my benefactor. That being that still stared at me, opened its mouth and announced with determination: - I will not let you die. My naive inner ears could not testify to those words. That body... That being that seems to embody pure evil is giving me the greatest gift when letting me to avoid death. Shocked by that answer I asked: -why? you tell me, shadow Lord, perhaps have you taken pity on my soul and you want to avoid my passing through the valley of death? He replies that it is what I am begging for. The silence... The void rang echoing in my ears. That strange cat did not put its disturbing look away from me. The monster was trying to examine every nook of my outraged soul. - Sir – I said -, you, my dark night visitor, are you maybe a messenger from hell that wants to get my

(THE NIGHT VISITOR) The dark stain drained under the door moving on slowly as a fearless shade roaming freely without the slavery of its master. The demon of sleep was wandering around my room, but this time, it had not left me win. Night was hurrying over us while from that scathing amorphous shadow began to emerge a silhouette. A cat. Black and grotesque as such. Morbidly deformed but it was undeniable that the shadow had transmuted its silhouette to look like that nasty cat. Its asymmetrical eyes stared at me. They seemed almost human or at least radiated a trace of humanity behind its awful deformity. Black and deep as such. They seemed to hide an absolute wisdom behind them. Its gloomy anatomy was tiny, in contrast with its presence that was less than overwhelming. Absorbed by the presence of that malicious night visit, I was forced to kneel to venerate its absolute power. That... being, I could not call it otherwise, approached me and began to regurgitate until empty its stomach completely. The fluid was mostly crimson red, turning purple and also greenish. Viscous

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soul? That answer is what I am begging for. And that being repeated with pride that despicable sentence: -I will not let you die. My heart was beating faster. The space in my cell contracted. That sentence that at first sounded promising was turning into the verdict of a ruthless sentence. -Sir – I implored it-, are you the one who has escaped from the realm of the creatures of the night, or have you been sent by the gods to be the guardian of my deranged body? Answer my questions and show me your face to venerate you if you wish, I beseech you, and I will thank you fervently. The monster began to disfigure. His mouth opened as it ate itself until becoming a pulsating mass that soon changed into a new form. A gloomy and grotesque figure as such. An even more disgusting form than the previous one emerged from monster. Its body was that of a crow... No, it was rather a magpie. But its face was that of a woman. The monster had become a harpy. My mind was dazed by that act; my body was paralyzed at the mercy of the beast. Its malformed eyes turned more ghoulish than before. In his eyes there was nothing more than pure malice and hatred. –I will not let you live - the big ugly bird said. Those words affected me even more than the previous ones. My mind could not glimpse what the beast wanted from me. Of all possible forms it could have become, it turned into the most disturbing one. Frightening as such. Its ancient voice raised to require me its demands:-Pay me my tribute. Indignant about that being, I had no option rather than obey. I took my hand to one side of my body and after tearing and lifting my skin I took one of my right ribs to offer it to my unusual guest. It accepted my offering gladly. -Harpy – I shouted it, exasperated-, either a messenger from evil or night, what do you want?

Why did you visit me tonight? tell me the truth, will you release or enslave me even more? Answer me, I am begging you. And the harpy was silent... - Harpy, either an angel or a demon, I beg you to reassure my troubled soul clarifying my doubts, tell me! Who are you and what do you want? Answer me, I beseech you. The harpy began to gobble it up becoming the pulsating mass again. My being was crying out for clarifying my doubts. My mind was close to madness as the mass was turning into its new form. It was me. The monster was changing again to become me. He remained deformed and grotesque as such. It was clearly a bad version of me. –I will never forsake you- the beast said with full conviction. I trembled when hearing that outrage. Whereas before I longed for any company, now I wanted my solitude back. -I am your Nemesis - it said with pride. It was then that I realized it. The beast would let me neither live nor die. It will not forsake me. It will torture and torment my body, mind and soul until there is nothing of them. Until the days come to an end and we reach eternity. The beast kneeled down to me and I fed on it until my hunger was satisfied. For now it has disappeared. But it will come back by nightfall. The monster will visit my cell every night. The beast will be my Nemesis, my punishment. It will feed me on its body and it will feed it on mine. Until the days come to an end and we reach eternity.

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No me hables / Do not talk to me Poesía y aforismos / Poetry and aphorisms Caress me with your hair while you dance There is nothing that excites me more And then ignore me Let me keep the doubt of yourself Let me have a dream about you Keep ignoring me So that I can imagine a whole And avoid living nothing at all Please, run away Do not talk to me Let me make up your name, your tone of voice, your philosophy of life, your own life Run away, before you ruin everything, It is not possible for you to be as perfect as I imagined you to be So, get out of my life With what you’ve shown to me I have already enough for dreaming a thousand nights

Acaríciame con tu pelo mientras bailas No hay nada que me excite más Y luego ignórame Deja que conserve la duda de tu persona Deja que sueñe contigo Sigue ignorándome Para que así pueda imaginar un todo Y no vivir un nada Por favor, huye No me hables Deja que invente tu nombre, tu tono de voz, tu filosofía de vida, tu propia vida Huye, antes de que me acerque yo a decirte un nombre, Que seguramente no te importe Huye, antes de que lo estropees todo Es imposible que seas mínimamente tan perfecta como te he imaginado Así que, apártate de mi vida Con lo que me has mostrado ya tengo suficiente como para soñar mil noches

Lucas Zugasti Burgos pepitoeldelospalotes_@hotmail.com 18


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Kasandra http://graphikas.com 19



Taken from BEAST’s new street art journal ‘Art On The Run’, featuring work by Obey, Banksy, WK Interact, The London Police, KAWS, Faile and many other famous, infamous, and unknown street artists from around the world. Available now worldwide in print and digital (iPad) formats. STORE: http://www.magcloud.com/browse/issue/459385 INFO: http://www. BeastSyndicate.com






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Amor a primera vista / Love at first sight Mezcla / Mixture El pordiosero de la cuadra se paraba frente a la boutique de trajes nupciales. Le gustaba contemplar a través del aparador a una figura esbelta, de fino rostro. Para él no había mujer que la igualara. Era lo que siempre había soñado. La gente lo veía como a un loco peligroso cada vez que recitaba versos de Neruda, pero poco le importaba que el dueño del local lo corriera a puntapiés o llamara a la Delegación de Policía para que lo apresaran. Nada impedía que el menesteroso volviera al escaparate, donde un maniquí de figura femenina aparentaba mirarlo y conmoverse ante cada palabra de amor pronunciada:

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Marcos Rodríguez Leija www.diariainvencion.blogspot.mx

“Me gusta cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca...” (1) Aquel hombre barbado y harapiento un día no pudo resistir más. Tomó una piedra y rompió el cristal de la boutique. El propietario de la tienda y quienes caminaban cerca del lugar quedaron asombrados, inmóviles, al ver que una mujer corría alegre, vestida de novia, tomada de la mano del pordiosero de la cuadra.

(1) Me gusta cuando callas... (fragmento), de Pablo Neruda The beggar from the block used to stand in front of the wedding shop. He enjoyed looking through the shop window and staring at a slender figure with a thin face. For him, there was no woman like her. She was what he always dreamt of. People considered him a dangerous crazy man whenever he recited the lines of Neruda, but little he cared that the owner kicked him out or called the police station for them to arrest him. There was nothing to prevent the pauper from coming back to the shop window, where a female mannequin seemed to look at him and feel thrilled to every word of love he pronounced:

I like you when you are quiet because it is as though you are absent, and you hear me from far away, and my voice does not touch you. It looks as though your eyes had flown away and it looks as if a kiss had sealed your mouth…’ (1) The ragged and bearded man one day could not resist any longer. He took a stone and broke the shop window. The owner and the ones who were walking near the place were astonished; still, to see that a woman was running lively, in a bridal dress, holding hands with the beggar from the block.

(1) I like you when you are quiet…(fragment), by Pablo Neruda 27


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El puerto de la desilusión / The port of disappointment Nereida no quiso entender que los marineros tienen un amor en cada puerto. Se ilusionó con un capitán que le juró amarla eternamente y que volvería para llevarla a recorrer los siete mares, a conocer las maravillas del mundo y los continentes de la Tierra. La muchacha se hundió en la depresión. Todas las tardes lloraba en el malecón de un puerto en el que veía llegar y partir embarcaciones de las que nunca volvió a descender el hombre al que le entregó por primera vez su cuerpo, sus secretos, sus sueños. Con dieciocho años apenas decidió ofrecer su alma al Dios del Mar. Envuelta en la tristeza, se dejó devorar por las olas. Después del sacrificio, cada tarde, convertida en sirena, salía de la profundidad del agua para atrapar a los marineros con su cántico angelical. Quienes la escuchaban no podían negarse a su llamado y acudían a ella atraídos también por su belleza. En un acto de venganza, Nereida los mató uno por uno hasta que al muelle no volvieron más los hombres o no sé si debería decir que ahora lo habitan sólo mujeres desdichadas a las que ya nadie se acerca por temor. Todas son viejas, sin hijos. Hoy tejen enormes redes con su pelo cano y lo arrojan al mar, esperanzadas por ver desembarcar de nuevo a los marineros que llegaban ahí con la intención de cortejarlas. Para ellas no importa ahora si los hombres las seducen con mentiras. Ellas quieren desesperadamente entregar su cuerpo, compartir sus sueños, contarle a alguien sus secretos.

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Relato breve / Short Tale

Nereida did not want to see that the sailors have a love in each port. She got excited about a captain who promised to love her forever and that he would take her to travel across the seven seas to discover the wonders of the world and continents of the Earth. The girl sank into depression. Every afternoon she cried in the pier of a port where she saw vessels arriving and leaving from which never descended the man whom she handed her body over for the first time, her secrets, her dreams. At the young age of eighteen she decided to offer her soul to the god of the sea. Filled with sorrow, she left herself to be devoured by the waves. After the sacrifice, each afternoon and turned into a mermaid, she came out from the depths of the ocean to trap the sailors with her angelic song. The ones listening to her could not refuse to her call and came to her also attracted by her beauty. In an act of revenge, Nereida killed them all, one by one, until no more men came back to the dock, or maybe I should say that now it is inhabited only by unhappy women to whom no one approach anymore because of fear. Now all of them are old, without any children. They weave huge nets with their gray hair and throw it into the sea, hoping to see the sailors getting off the boats again, those who arrived there with the intention of courting them. They do not care if men use lies to seduce them. They desperately want to hand their body over to them, to share their dreams, to tell anyone their secrets.

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Ana Relato breve / Short Tale Ana la llaman, Ana “La Nana”. Cada mañana abraza la danza amarga: alza la casa, lava, plancha. La carga cansa, acaba. La ama maltrata, paga mal. Ana calla, agachada. La ama, Sara Lara (dama malvada, capataz), la manda a labrar. Ana acata cansada, labra la granja, amarra las parras, trabaja, trabaja, trabaja... Al acabar, Sara la amarra a la cama. Hasta la mañana la para. ¿A yantar? ¡Para nada! —¡A trabajar, haragana pagana! ¡A trabajar, zángana! Ana acata. Cansada, abraza la danza amarga. Al acabar, acaba amarrada. Ana trama matar a la ama. Al llamarla para trabajar al aclarar la mañana, Ana agarra la pala, ataca sagaz, la mata. Sara sangra. Ana la ata, agarra la pala, cava... Al acabar arrastra la canalla al parral, a la zanja cavada. Al zamparla, la tapa. —¡Rata malvada! ¡Larva! Acabada la zangamanga tramada, Ana “La Nana” va tras la gata, la atrapa, la abraza. Ana danza sardanas, alaba a Satanás. Satán alaba la hazaña. Ana danza halagada, canta... canta...

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They call her Ana, Ana “The Nan”. Every morning she starts the bitter dance: cleaning the house, washing, ironing. The burden is tiring, she finishes it. The mistress abuses, underpays her. Ana is silent, lies down. The mistress, Sara Lara (evil woman, forewoman), orders her to farm. Ana obeys her, tired, works the land, ties the vines, works, works, works... At the end, Sara ties her to the bed. She stops until the morning. Eating? Not at all! -Go to work, lazy pagan! Go to work, whore! Ana obeys her. Tired, she starts the bitter dance. At the end, she finishes tied again. Ana plans to kill the mistress. When calling her to work in the early morning, Ana grasps the shovel, attacks craftily. Sara bleeds. Ana ties her, grasps the shovel, digs... When finishing, she drags the swain to the vine arbour, to the dug trench. After that, she covers her up completely. -Evil rat! Swine! Finished the plot, Ana “The Nan” goes after the cat, she catches it, she hugs it. Ana is dancing ‘sardanas’, she praises Satan. Satan praises the deed. Ana is dancing flattered, she is singing….. singing......

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Observatorio de Estética / Observatory of Aesthetics Sobre el ensayo de Tonia Raquejo, La bella neoclásica y la bestia romántica, publicados en la revista la Balsa de la Medusa. About the essay of Tonia Raquejo, La bella neoclásica y la bestia romántica, published in La Balsa de la Medusa Magazine. Ser el Arquetipo colectivo. Ser un ser y todos. Ser atravesado por una profunda vertical y por una horizontal que entierra el cuerpo hasta el ombligo. Crear un lenguaje secreto que ni siquiera nuestra voz conozca, para susurrar como silban las direcciones del Mundo. Ser como somos Leviatán pero manteniéndonos siempre divididos. To be the collective archetype. To be one human being and all of them. To be pierced by a deep vertical and by one horizontal which buries the body up to the belly button. To create a secret language even unknown by our voice, to whisper as the ways of the world whistle. To be as we are leviathan but keeping us always divided.

Elena Castellano www.elenacastellanofernandez.blogspot.com

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Lo sublime en el siglo XXI / The sublime in the 21st century Observatorio de Estética / Observatory of Aesthetics Aunque nuestro actual panorama estético aparentemente superó la dicotomía entre lo bello y lo sublime hace tiempo en busca de nuevas rupturas discursivas, lo cierto es que esta última categoría, que arrancó a caminar con los estudios de Burke y Kant, se halla muy presente en la cultura de masas de nuestros días. El Romanticismo y el Neoclasicismo, durante la segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX, pugnaron entre sí hasta llegar a una síntesis estética, como se aprecia en el texto propuesto sobre el cuento La Bella y la Bestia, de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. Con esta síntesis se inaugura la edad contemporánea (síntesis ilustrativa de la tesis que Nietzsche expuso sobre lo Apolíneo y lo Dionisíaco en El origen de la tragedia en el espíritu de la música, obra también representativa de este nuevo devenir en la mentalidad occidental y por ende, en la mirada sobre el arte.) Huelga decir que hay un gran abismo que a la vez nos une y nos separa del siglo XIX, y es, claro está, el siglo XX. El siglo XX es en muchos sentidos un siglo imbricado con el horror a gran escala (guerras mundiales, amenazas nucleares, capitalismo salvaje, colonialismo...). Los artistas reaccionan a estos devenires histórico-sociales reformulando la condición estética de la obra de arte en todas sus manifestaciones (las vanguardias de principios de siglo, el arte social como vehículo de denuncia, el arte al servicio de la propaganda política, el arte al servicio de la publicidad y del entretenimiento ,etc) Tras la eclosión del nihilismo, sobre todo después de la segunda guerra mundial, se abre un período de escepticismo y duda ante la obra de arte. ¿Hay todavía caminos por explorar para los artistas? En la actualidad, uno de esos caminos se abre con fuerza para los creadores con miras a la industria del entretenimiento y del consumismo en el discurso occidental de lo políticamente correcto. Con la aparición y la consagración de la televisión, el cine, el cómic, y en las últimas décadas, internet, se abre una amplia difusión de lo estético en los mass media. Las imágenes llegan con fuerza imparable a casi toda la población occidental y no occidental, redefiniendo conceptos, volviendo a narrar desde otros lenguajes visuales lo que ya había sido narrado. Sólo a partir del nacimiento y democratización de internet se podrá interactuar con este continuo visual y narrativo que hasta este momento era casi incontestable. Pero este flujo imparable de imágenes y narraciones tiene una razón de ser poderosa que hasta ahora no había aparecido en el mundo de la estética: el beneficio

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Mario Sebastián Rodríguez Ponz económico de los grandes estudios cinematográficos y televisivos ( y de las editoriales.) En otras palabras, se necesita que los relatos sean rentables a gran escala y produzcan beneficios para seguir realizándolos, y para ello es necesario que existan espectadoresclientes que estén dispuestos a consumirlos. Como por arte de ¿magia, o por cortesía de Freud o Jung, …?, nos acabamos de encontrar de nuevo con nuestra Bella y nuestra Bestia . Siempre hablando desde los presupuestos conceptuales del arte enfocado a la cultura consumista de masas, a lo que generalmente va el cliente-consumidor-espectador de un cine, una serie o programa de televisión, cómic, novela, etc ,de nuestra época, es a sentir, a evadirse, a caer en un abismo : el abismo de lo sublime( a veces de lo grotesco o de lo que da pánico, asco ,etc.) Es decir, que el espectador a gran escala consume sentimientos, consume irracionalidad, fantasía entendida como cuento de hadas. Hay un pero. Este pero es que generalmente, los cuentos de hadas, las narraciones que vienen de antiguo, de lejos, las leyendas, suelen encerrar componentes no sólo psicoanalíticos, sino también morales (pensemos, por ejemplo, en el cuento de La caperucita roja.)Esto ocurre porque el cuento aparece en una determinada comunidad humana que vive y crea dentro de una determinada cultura, que además de arte, produce una moral, y esta va estrechamente ligada a una ética. Esto es, el cuento encierra una enseñanza de tipo moral, y el artista en múltiples ocasiones lo que hace es poner esa narración en marcha desde un soporte pictórico, escultórico, etc….. Con la redefinición que la sociedad basada en el consumo hace de estos cuentos, hay que democratizar y totalizar la enseñanza moral, de manera que sea comprensible y aceptable para una mayoría amplia de público, es decir, para que su consumo sea el mayor posible. Es el fenómeno de la moralina Disney (ahora podemos recordar la revisión que hacen estos estudios cinematográficos del cuento La Bella y La Bestia ). Esto consiste en que la enseñanza moral, que era un elemento de sentido básico en el relato, ha menguado hasta convertirse en una mínima pieza de un pastiche estético. Hay mucho de alienación en todo este discurso que se abre sobre el concepto de lo sublime como categoría de consumible en el mercado. Ante esta situación, se abre un abanico de preguntas que el artista debe formularse, y de hecho se formula y se contesta desde su propia obra: ¿hasta qué punto tiene cabida hoy en día una reformulación de lo moral desde el arte? ¿Es necesaria una recuperación del elemento racional para que podamos avanzar y no quedarnos atascados en la comercialización del elemento monstruoso? ¿Es, o debe ser, en algún momento el artista portador de valores éticos además de estéticos…?

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Although our current aesthetic landscape apparently overcame the dichotomy between the beautiful and the sublime long ago in search of new discursive interruptions, the truth is that this last category, which started with the studies of Burke and Kant, is very often found in the mass culture nowadays. Romanticism and Neoclassicism, during the second half of the 18th century and the first of the 19th, were in conflict with each other until reaching an aesthetic synthesis, as it is seen in the suggested text of the tale Beauty and the Beast, by Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. This synthesis is the opening of the contemporary age (illustrative summary of the thesis Nietzsche presented about the Apollonian and the Dionysian in The origin of tragedy in the spirit of the music, also representative of this new evolution of the western mentality and thus, in the conception of art.) It goes without saying that there is a wide gap that both unites and separates us from the 19th century and it is, of course, the 20th century. The 20th century is in many senses a century characterized by horror on a large scale (world wars, nuclear threats, wild capitalism, colonialism...). The artists react to these historicalsocial processes reformulating the aesthetic condition of the art work in all its manifestations (the avant-gardes of the beginning of century, social art as a way of complaint, art at the service of political propaganda, art at the service of advertising and entertainment, etc.) After the emergence of nihilism, especially after the Second World War, it starts a period of skepticism and doubt regarding the work of art. Are there still ways to explore for artists? Currently, one of those paths is opening for the creators with a view to the industry of entertainment and consumerism in the western discourse of political correctness. With the emergence and the enshrining of television, cinema, comic books, and in recent decades, internet, we encounter a wide spreading of the aesthetic in the mass media. The images are transmitted with unstoppable force to the almost entire western and non-western population,

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redefining concepts, returning to relate from other visual communication systems what had already been related. Only from the moment of birth and democratization of internet you will be able to interact with this continuous visual and narrative interface which up until now was almost indisputable. But this unstoppable flow of images and narratives has a powerful reason for being which had not appeared in the world of aesthetics so far: the economic benefits of major film and television studios (and publishers). In other words, these accounts are required to be profitable on a large scale and to produce benefits to continue making them, and to do so there is a need for spectators-customers willing to consume them. As by magic, or courtesy of Freud or Jung,...?, we have just meet again our Beauty and our Beast. Always speaking from conceptual budgets of the art focused to a consumerist mass culture, what a customer-consumer-spectator usually wants from a cinema, a series or television program, comic, novel, etc., of our time, is to feel something, to escape, to fall into an abyss: the abyss of the sublime (sometimes grotesque or terrifying, disgusting, etc.) That is to say that the large-scale spectator consumes feelings, irrationality or fantasy understood as a fairy tale. There is a ‘but’. This but is that generally, fairy tales, the narratives that come from old times, from far away or from legends, tend to contain not only psychoanalytic components, but also moral ones (let’s think of, for example, the story of the little Red Riding Hood). This happens because the tale appears in a particular human community that lives and creates within a given culture, which besides art, it is producing a moral, and this is closely linked to an ethic. That is, the tale contains a moral lesson, and the artist is constantly starting the narration from a pictorial, sculptural basis, etc... With the redefinition that consumptionbased society makes of these stories, we must democratize and total the moral, so it is understandable and acceptable for a large majority of public, that means its consumption is the highest possible. It is the phenomenon of the Disney moral (we can remember now the review these film studios make of the story Beauty and the Beast). This consists of that moral, which was a basic element of sense in the story, has decreased to become a minimal part of an aesthetic pastiche. There is much alienation in all this speech that starts on the concept of the sublime as a consumable category on the market. Given this situation, a range of questions it is opened for the artist to wonder, and in fact he wonders and answers from his own work: to what extent is there a place today for a reformulation of the moral from the art? Is there a need for a recovery of the rational element so that we can move forward and not being stuck in the commercialization of the monstrous element? Is, or should be, the artist at some point the bearer of ethical values as well as aesthetic ones...?

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Supercargo

Alex Andreev http://www.alexandreev.com


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Debía estar bajo esta lluvia / It should be in this rain Noviembre y su revolución esta ciudad de calles que abrazan sin motivos luces que incitan a la fatalidad este duro frío sin nombre que anestesia las arterias y este órgano a la izquierda del pecho estoy viva noto como la sangre golpea y celebra aquí todo va más deprisa envuelta en humo. Porque la vida era otra cosa y es bello haber bebido una ginebra por cada sutura y no me arrepiento de que hayamos hablado el mismo idioma y habernos inyectado los mismos silencios. Tengo el tiempo necesario para ser acróbata en el borde de la acera para bailar descalza en esta calle para seguir corriendo sin rumbo bajo la tierna luz de estas farolas anónimas.

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Carmen Medina MuĂąoz http://www.facebook.com/carmen.miranfu

PoesĂ­a y aforismos / Poetry and aphorisms November and its revolution this city which streets embrace you without any reason lights that incite the misfortune this hard cold with no name which anesthetize arteries and this organ on the left side of the chest I am alive I feel the blood beating and celebrating here everything goes faster enveloped in smoke. Because life was something else and it is beautiful to have drunk a gin for every stitch and I do not regret have talked to you in the same language and that we have injected the same silences. I have the adequate time to be an acrobat on the edge of the sidewalk to dance barefoot on this street to keep on running with no direction under the tender light of these anonymous streetlights.

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Morir por un Rato / Dying for a while “Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos algún tipo de atractivo una mujer terrestre?” Oliverio Girondo mirar atrás para morir 3 ó 4 veces al día porque preguntar por ti es tan asquerosamente triste

morir por un rato no es suficiente he regresado al mismo lugar donde las tardes infectan de dolor y siempre llegan a tiempo para parir debajo de mis uñas ciudades que pisé contigo direcciones de hostales con camas deshechas besos que ya son viento polvo o nada kilómetros que abrazan desde la A-381 hasta la A-4

si hubiese sabido de qué trata el amor hubiese salido corriendo hace ya mucho tiempo bajo el llanto y la ira aunque fue hermoso que me robaras Abril y un corazón más rojo que trato de desintoxicar todos los días

fuimos el norte y el sur y es apetecible proponerte de nuevo volar bajo un cielo calcinado que no es el mío pero cómo reconstruir lo que dejó la guerra lo que dejaste de mí

una loca una mujer etérea que no puede decirte adiós

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Carmen Medina Muñoz http://www.facebook.com/carmen.miranfu

Poesía y aforismos / Poetry and aphorisms “After meeting an ethereal woman, can an earthly woman provide us any kind of appeal?” Oliverio Girondo. dying for a while is not enough I have returned to the same place where the evenings fill you with pain and they always arrive on time to give birth under my nails cities I walked on with you addresses of hostels with unmade beds kisses that are already wind, dust or nothing miles embracing from the A-381 up to the A-4 we were the North and the South and it is tempting to suggest you again to fly under a burned-out sky that is not mine but how to reconstruct what the war left what you left of me looking back

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to die 3 or 4 times a day because asking for you is so disgustingly sad if I had known what is love about I would have run out long ago under the crying and anger although it was beautiful that you stole me April and a redder heart which I try to detoxify every day a crazy one an ethereal woman who cannot say goodbye to you


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No más infracciones en la piel / No more breaches in the skin no más infracciones en la piel créeme es inútil sobrevivir a las horas empobrecidas duermo sola con una ausencia en la cama que no elijo y tengo un amor sideral a kilómetros que construye palabras en guerra pero resiste otro nuevo invierno voy a quedarme sin excusas y sin cielo rojo porque todo desaparece y después termina tengo miedo porque lucho a medio pulmón y deseo alquilar mi propia vida sin remordimientos no hay paz digna para bailar en la comisura de una cordura que tiembla en días conmovedores cuando me desnudo ebria y brilla la lluvia que vomita Noviembre por favor, no más desayunos sin compañía he llegado a odiar el sonido lejano del televisor cuando disfraza la acústica doméstica en multitud tras resacas dignas de compartir en un sofá roto que calla festivales nocturnos los domingos por la mañana nada espero tras el silencio repugnante no preguntes por mí voy a fumarme el corazón

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Carmen Medina Muñoz http://www.facebook.com/carmen.miranfu

Poesía y aforismos / Poetry and aphorisms no more breaches in the skin believe me it is useless surviving to the impoverished hours I sleep alone with an absence in the bed I do not choose and I have a sidereal love miles away which builds words at war but it resists another new winter I am going to be left without excuses and without a red sky because everything vanishes and finally ends I am afraid because I do not fight with all my might and I wish to rent my own life without any remorse There is no worthy peace for dancing in the corner of a common sense which shakes on touching days when I get naked drunk and the rain that vomits November shines Please, no more breakfasts without any company I have come to hate the distant TV sound when it disguises domestic acoustics as a crowd after three worthy of sharing hangovers in a broken sofa that silences night festivals on Sunday mornings I hope nothing after the nasty silence do not ask for me I’m going to smoke the heart

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Ese péndulo... / That pendulum...

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Relato breve / Short tale

Kimerazul

Péndulo inamovible en que agito mis horas, balada inmunda de transido dolor. Escalofrío sonoro de húmedos abrazos: te yergues ante mí. Un simple e hipotético encuentro, la lucha contra el tiempo que cohabito. Esa cuerda rota en muda carcajada: mi propia finitud. Las horas se vuelcan en un saco sin fondo, de violeta el olvido, tiñe la luz. La mirada perdida en un espejo opaco, el tiempo y tú. Amaneceres sangrientos visten las mañanas, el sopor sacudiendo del músculo, el núcleo; la esperanza rueda vencida en la calle. Sólo fue ayer. Hay techos agrietados en casas desiertas, silentes pasos cruzan el umbral, el refugio no puede ubicarse en la nada: cae una lágrima. Vivir con el tiempo rugiendo a la espalda, en charcos de barro se deshace el alma, la impotencia lame del mundo la piel. Nada hay. Immovable pendulum in which I goad my hours, filthy ballad racked with pain. Audible shiver of moist hugs: you stand up straight in front of me. A simple and hypothetical meeting, the fight against the time I coexist with. That rope broken into a silent guffaw: my own limitation. The hours fall over a bottomless sack of violet oblivion which stains the light. Lost gaze in a dull mirror, the time and you. Bloody sunrises dress each morning, the drowsiness from the muscle, the kernel; the hope rolls beaten down the street. It was only yesterday. There are cracked ceilings in deserted houses; silent steps cross the threshold, the shelter cannot be located in the nothingness: a tear falls down. Living with the time roaring at your back, the soul is dissolved in puddles of mud, the impotence licks the skin of the world. Nothing else remains. 46


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Alex Andreev http://www.alexandreev.com 47


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Némesis http://nemesis1030.blogspot.com.es

No siempre lloverá / It will not always rain Relato Breve / Short Tale La tarde llora lágrimas doradas, las hojas muertas que caen desde los árboles incitan a pensar en la vida misma. La tierra negra se cubre con la alfombra de hojas que alguna vez estuvieron sobre los árboles que ahora lucen grises y exentos de vida. Frente a mi, se encuentra una cruz, hecha de madera negra, vieja y anticuada, apenas erguida junto a los restos de lo que pudo haber sido un pozo… sí, es un pozo. Es una cruz triste y melancólica, tan llena de nostalgia que casi puedo verla llorar, pero, me detengo y pienso: ¿Qué es una cruz?, ¿es acaso un símbolo de vida?, ¿de luz y salvación? ¿o es un símbolo de redención ante el cual hay que arrodillarse y adorar?, ¿es acaso la materialización de la gloria divina en un símbolo mundano el cual debería inspirarnos alegría, compasión y sentimientos de unión con la eternidad y lo divino?, yo no lo creo, lo que esta frente a mi es solo una cruz, decrépita y endeble como todo lo que le rodea. Una cruz, como la que Tommy solía cargar sobre su cuello. La portaba casi como un amuleto, fue un regalo de su padre en su quinto cumpleaños, se aferraba a ella cada vez que se sentía solo o temeroso. Ingenuo e ignorante, pensaba que le protegería, o al menos, era lo que sus padres le habían hecho creer. Las hojas caen deslizándose suavemente en el viento, al compás de un lento vals, flotando a la deriva sin rumbo ni dirección, hasta que su

viaje termina inevitablemente sumándose a las miles ya caídas, tan abrupto como una muerte súbita, espontánea y sin sentido, como la muerte de un niño en su infancia. El crujir de los árboles en el viento, resuenan en la distancia convirtiéndose en quejidos, suaves alaridos nocturnos como los sollozos de un niño en busca del refugio de sus padres en la oscuridad de la noche. Los mismos sonidos que Tommy hacía para despertar a sus padres, su mente jugaba con él y le hacia creer que un niño le despertaba por las noches para que le acompañase a jugar. Pero, sus padres, como cualquier otro adulto racional, nunca creyeron que en las palabras de Tommy al contarles de sus visitas nocturnas. Nunca le creyeron, ni aun cuando el pequeño comenzó a aislarse y refugiarse tanto en su propia soledad que hablaba y jugaba interactuando animadamente con su nuevo amigo imaginario, “ya se le pasara, es solo una etapa” decían sus padres queriéndose convencer a si mismos. Estaban ciegos al hecho que cuanto mas tiempo pasaba, mas se alejaba Tommy de la realidad y mas se aferraba a su imaginario amigo. El viejo pozo parece abrir sus fauces hacia el cielo en un lánguido grito mudo, grita desesperado por los hechos del pasado, por las almas que aun no descansan. El perpetuo reposo de un inocente fue perturbado al excavar el pozo, pero a nadie pareció importarle, ni siqui-

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Andrés Solo andrescameselle@yahoo.com era cincuenta años después cuando aquella alma ultrajada encontró un amigo en Tommy, a nadie le importo, solo a Tommy. Ahora aquel viejo pozo luce oscuro y oxidado bajo la luz del crepúsculo, engullendo inmóvil y en silencio las hojas que insensatas, caen sin lograr aplacar el hambre del coloso. Moribundo y vacío, una cruz igual de decadente es ahora su compañía. Una cruz… reposo mi vista sobre ella y pienso: ¿Qué es una cruz? ¿un símbolo de salvación y vida? Antes lo creí así, pero ahora se que una cruz es un indicio de condena y muerte, una cruz no es vida, ni paz, ni esperanza, es solo un recordatorio sádico de lo voluble de la vida y de el futuro inevitable que nos espera. Es un símbolo creado por los romanos, casi una condena de muerte de la cual, ni aquel que vino a salvarnos a todos se pudo librar, pues en ella murió, en una cruz de madera que con el tiempo seria vieja y podrida como la que ahora esta frente a mi, tan triste y melancólica como era Tommy, ahora esa cruz es la que marca el lugar de su muerte, nadie creía en su palabra, hasta que lo encontraron en el fondo del pozo, pálido e inerte, aferrado a un esqueleto que también parecía aferrarse fuertemente a Tommy. Eran los restos de un niño de edad similar, era su amigo imaginario. Esa vieja cruz indica el lugar donde mi Tommy murió, sobre su sombra se dibuja aquel dulce rostro, sonriéndome ingenuo e ignorante, viéndome sostener entre mis manos, la cruz que cargaba en su cuello. Muchos años han pasado, mi tiempo avanza incesante, pronto me reuniré con mi hijo nuevamente. Ha comenzado a llover, la noche se adentra, tengo que irme, pero no siempre lloverá. 49


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The afternoon is crying golden tears, the dead leaves that fall from the trees motivate to think about life itself. The black soil is covered with a carpet of leaves that were once on the trees and now look grey and exempt from life. In front of me, there is a cross, made of old black and outdated wood, hardly straight next to the remains of what could have been a well... Yes, it is a well. It is a sad and melancholy cross, so full of nostalgia that I can almost see it crying, but I stop and think: what is a cross?, is it maybe a symbol of life?, of light and salvation? or is it a symbol of redemption in front of which I have to kneel and worship?, is it maybe the realization of the divine glory in a worldly symbol which should inspire us joy, compassion and feelings in union with the divine and the eternity? I do not think so, what is in front of me is only an ancient and unstable cross, as everything that surrounds it. A cross, as the one Tommy used to hang on his neck. He carried it almost as an amulet, it was a gift from his father on his fifth birthday, and he clutched to it whenever he felt alone or afraid. Naive and ignorant, he thought it would protect him, or at least, that was what his parents had made him believe. The leaves fall gently in the wind, to the rhythm of a slow waltz, floating without direction or destination, until their trip ends inevitably joining the thousands fallen ones, as unexpected as a sudden death, spontaneous and meaningless, as the death of a child in his childhood. The rustling of the trees in the wind resonate in the distance becoming moans, soft night shrieks as the sobs of a child looking for the comfort of his parents in the darkness of the night. The same sounds that

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his mind was playing with him using the same sounds he used to make to wake their parents up, and it made him to believe that a child woke him at night so that he had someone to play with. But his parents, like any other rational adult, never believed in the words of Tommy when he told them about his nocturnal visits. They never believed him, even when the kid was so isolated and hidden in his own solitude that he talked and played lively with his new imaginary friend, “he will get over it, it is only a stage� their parents said, wanting to convince themselves of it. They did not want to see that the more time passed, the more Tommy was moving away from reality and the more he was clung to his imaginary friend. The old well seems to open its jaws towards the sky in a languid, silent cry, it shouts desperate for the incidents of the past, for the souls that still do not rest. The everlasting peace of an innocent person was disturbed when digging the well, but no one seemed to care, not even fifty years later when that outraged soul found a friend in Tommy, nobody cared but Tommy. Now, that old well looks dark and rusty under the light of sunset, gulping still and silently the leaves that foolish, fall down failing to satisfy the hunger of the colossus. Dying and empty, a similarly decadent cross is now its company. A cross... I look at it and think: what is a cross? Is it a symbol of life and salvation? I believed it then, but now I know that a cross is a sign of condemnation and death, a cross is not life, or peace, or hope, it is only a sadistic reminder of the unpredictable of life and of the inevitable future that awaits us. It is a symbol created by the Romans, almost a death sentence from which, not even the one who came to save us could avoid, because he died there, in a wooden cross that eventually would be as old and rotten as the one which is before me now, so sad and melancholy as Tommy was. Now that cross is which marks the place of his death, nobody believed in his word until they found him at the bottom of the well, pale and lifeless, clutching to a skeleton that also seemed to clutch Tommy strongly. They were the mortal remains of a child of similar age, it was his imaginary friend. That old cross indicates the place where my Tommy died, on its shadow is drawn that sweet face, smiling at me, naive and ignorant, seeing me holding the cross he hung on his neck. Many years have passed, my time moves on relentless and I will meet my son again soon. It has begun to rain, night falls, I have to leave, but it will not always rain.

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Sara Berihuete saraberihuetemacias@gmail.com

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Yin Relato breve / Short tale Brotamos de la tierra. Nacimos en la noche pues nuestra piel tan clara no hubiera soportado la potencia del sol. En ese estado primigenio nos revolcamos desnudos y aparentemente inconscientes. La humedad nutrió nuestro espíritu y fue configurando el carácter. Luego, el fuego se encargaría de sellar nuestra piel, pues no éramos como los animales que viven en el agua, y necesitábamos curtir nuestro cuero para que no escaparan los fluidos y perecer en la disolución.

y objetos que intentan convencernos de su constancia y previsibilidad. O sumirse en la noche, arremeter de frente contra ella, aunque sepamos que es imposible encontrarle cara y que irremediablemente vamos a sucumbir a la multiplicidad. La noche despliega unas calles infinitas, llenas de sombras, licores humeantes y cuerpos blandos. Es el imperio de lo imprevisible, la naturaleza recobra el poder que parecía haber cedido a la ciudad del hombre y su luminosidad.

Crecimos fuertes y arrogantes. Aprendimos a trabajar. Sentimos nostalgia por la tierra y la penetramos con hierros y azadones, pues sabíamos de su fertilidad. Aprendimos el orgullo y el castigo.

El hombre domestico buscó refugio en su morada cuando el sol, que lo protege y lo castiga, se ocultó. Obediente y consciente de no poder huir de la oscuridad se internó en ella de la manera más convencional. Entró a la casa que construyó en los días de sol, con ladrillos de tierra. Se acostó con su mujer y se hundió en lo negro de sus entrañas, jurando hacerle un hijo que le sirviera de justificación. Pero este hombre no escogió un destino diferente al del vagabundo o el borracho que se zambullen en la noche, pues él naufragó en los infinitos del sueño y el amor.

Pero al final de la jornada, cuando el sol se pone, una irremediable melancolía nos invade. El ocaso es una hora fatal, donde muere el día y sus motivaciones. Todo se vuelve de un gris azulado que no llega a establecerse jamás. Aunque creemos saber lo que vendrá luego, renace el ancestral temor a lo indefinido. Pero el temor no importa, nos sumergimos en la noche pues necesitamos disfrutar y morir, aunque sea un poco. Sólo así soportaremos vivir al día siguiente.

Por eso, al día siguiente, el hombre se renueva al tomar otro camino, otro surco en el ciclo eterno. Pues él, al igual que todos, fuimos uno y otro hombre, fuimos domestico y vagabundo, y volveremos siempre a serlo.

Llega la noche y sólo hay dos caminos. Buscar refugio en la morada que ya hemos construido, donde nos creamos un nicho cómodo, confeccionado de seres

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Juan Felipe Galindo Mรกrquez juanfelipegalindomarquez@gmail.com

We sprout from the soil. We were born at night because our so clearly skin had not borne the power of the sun. In that original state we roll around naked and apparently unconscious. The humidity nourished our spirit and was forming the character. Then, the fire would seal our skin, because we were not like the animals that live in the water, and we needed to tan our skin to prevent the fluids to leak and die in the dissolution.

comfortable niche made of beings and objects which try to convince us of its consistency and predictability. Or to plunge into the night, facing it, although we know that it is impossible to find its face and that we are going to succumb inevitably to the multiplicity. The night displays infinite streets, full of shadows, steaming liquors and soft bodies. It is the rule of the unpredictable, nature regains the power it seemed to have ceded to the city of men and their brilliance.

We grew strong and arrogant. We learned to work. We feel nostalgia for the land and make holes in it with iron sticks and mattocks, because we knew of its fertility. We learned about the pride and the punishment.

The domestic man sought refuge in his dwelling when the sun, that protects and punishes him, hid itself. Obedient and conscious of not being able to run away from the darkness, he went into it in the most conventional way. He entered to the house he built in the days of sun, with earth bricks. He slept with his wife and went into the black of her depths, vowing to get her pregnant with a child who served her as a justification. But this man did not choose a different destiny than the vagrant or the drunkard who dive into the night, as he sank into the endless of dream and love. That is why, the next day, the man is renewed by taking a different path, another mark in the eternal cycle. As he, like everyone else, we were all sorts of man, we were domestic and vagrant, and we will become them again.

But at the end of the day, when the sun is setting, an inevitable melancholy overwhelms us. The sunset is a fatal hour, where the day dies and also their motivations. Everything turns into a bluish-grey that never last. Even though we think we know what will come afterwards, it appears again the ancestral fear of what is indefinite. But the fear does not matter, we immerse ourselves in the night because we need to enjoy and die, even if it is just a little. Only thus we will bear to live the following day. The night comes and there are only two ways. To seek refuge in the dwelling we have already built, where we built us a

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Utopia

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Alex Andreev http://www.alexandreev.com 57


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Esclavos de las Pasiones / Slaves to Passion Relato breve / Short tale Todo el mundo reconoció lo meritorio de que después de tanto tiempo y pese al sinfín de impedimentos, Bastian lograse llegar hasta la presencia del mismísimo Maese Edmund, si bien esto fuese en penosas condiciones. El camino de Bastian el reo hasta Maese Edmund fue lamentable, sin duda como le corresponde a todos los criminales de su calaña: encadenado de pies y manos, atravesó lo que parecía un sendero interminable flanqueado por pobre gente crédula, al fin y al cabo, que no obstante se comportaba como digna y exigente en su desprecio al condenado, gritando incongruencias a su paso sobre direcciones y afrentas que nada tenían que ver en realidad con Bastian. Pero la masa enfervorecida necesitaba pagar sus frustraciones y su odio con cualquier presa que se les ofreciese como excusa. Mientras tanto Bastian guardaba estoico el silencio; jamás caería en la tragedia de tratar de explicarles nada, inútil tarea por otra parte frente al poder grandioso de Maese Edmund y sus miles de servidores, que como hormiguitas operaban invisibles tecleando la realidad para los demás bajo los dictados de su señor como una magnífica y macabra orquesta. Pero allí estaba, finalmente frente a él, envuelto en bruma el anciano. Era un hombre de apariencia tranquila que sin embargo escondía firme violencia y abrazo al poder bajo la calma y la apacible serenidad de sus gestos. Sin embargo no se mostraba como alguien inteligente o con derecho a sentirse ofendido, ni mucho menos tenía esa actitud del pueblerino que pretende hacerse pasar por alguien más importante. Derrotados, los ojos cansados de Bastian tenían una pregunta, y por toda respuesta Maese Edmund se limitó a indicarle que se asomara por la ventana que le señalaba. Al acercarse a esta, Bastian descubrió más allá a una joven paseando en el jardín idílico que la rodeaba. Refulgía sobre el lugar un sol nostálgico y brillante que sin embargo, junto a toda la escena, hirió los ojos del preso con mayor profundidad que cualquier otra penuria o vejación pasada. “Parece más un cuadro de otro tiempo”, se dijo Bastian, recobrando el control de sí mismo y valorando la visión que se le presentaba… “Una mentira hermosa, como tantas otras”… Algo que jamás estaría a su alcance ni al de ningún otro, condenados a la miseria y a la servidumbre o peor aún a la soberbia, que aún más sucia y detestable habría de quedar junto a una estampa tan ideal como aquella, junto a la joven, sin ninguna duda. - No es perfecta, pero la amo como a mi propia vida ¿Crees pobre Bastian, que dejaría que alguien llegase a ella? ¿A cualquiera de entre los que has visto ahí afuera o a ti mismo?

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El Peregrino

Llegaron aún hasta Bastian los ruidos espantosos de la multitud en el exterior, sus risas, carcajadas violentas, llenas de pasión y de rabiosa furia clamando entre la masa orgiástica. - ¿Quién la protegería a ella? ¿Quién los protegería de sí mismos sino mi autoridad? - Dejadme entrar en el jardín y decirle unas palabras. Lo demás no importa. Pero ese reducto era lo único libre de rabia y de odio que quedaba en la vida del dictador, harto de la lucha de la vida, de tantos golpes y frustraciones. Como el perro más listo y poderoso que hubo en la pelea, se alzaba ahora como gobernante tirano entre hipócritas, falsos y egoístas. - Estáis ciego, maese Edmund, no tiene por qué ser esta la manera de vivir eternamente. Limitando la realidad a esta visión y a este vuestro gobierno, habéis hecho lo mismo que querían aquellos que pisaron vuestras buenas intenciones. Os habéis convertido en uno de ellos, ahora no sois ya mejor, habéis perdido. En lugar de ayudarles, como habría hecho un héroe, os habéis encerrado en vos mismo, y mirad que ha sido de ellos y de vos, aquí atrapado. ¿Y ella?, ¿también encerrada sin voluntad y sin el derecho a conocer su propia libertad? Os habéis convertido en otro peón de la espiral de nuestra historia ¡Habéis fracasado Maese Edmund! En ese momento la joven tras el cristal se asomaba a la ventana con un gesto de curiosidad angelical en el rostro que tornó veloz en desagrado al observar los rasgos cansados, los ojos enrojecidos, las facciones avejentadas de Bastian encadenado. Asustada, huyó de nuevo a las profundidades de su jardín, después de lanzar una mirada al anciano Edmund suplicándole que la librase de una presencia así, tan triste, aunque procediese de más allá de su pequeña y perfecta protección. Maese Edmund dirigió a Bastian una mirada apesadumbrada para repetirle lo que tantas veces otros poderosos le dijeron en el pasado, no sin cierto pesar y un gesto de paternal fastidio: - Contigo podía haber sido diferente… Pero cualquier cosa para el pobre Bastian antes que convertirse en un siervo entre siervos, como ratas peleando por lo que en realidad no tenía por qué ser más que un trozo de queso podrido. Poco después su cuerpo inerte fue arrojado a la fosa de cadáveres junto a todos los demás disidentes.

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Everyone recognized the commendable that after all the time, and despite the endless amount of impediments, Bastian achieved to reach the presence of the self-same Master Edmund, although this was in terrible conditions. The journey of Bastian the prisoner to Master Edmund was unfortunate, certainly as it corresponds to all criminals of his kind: chained of hands and feet, he went through what seemed an endless path flanked by unfortunate credulous people, after all, who however behaved as worthy and demanding in their snub to the convicted, screaming incongruities about directions and insults in his path that had actually nothing to do with Bastian. But the ecstatic multitude needed to shake off their frustrations and hate with any prey which was offered as an excuse. Meanwhile, Bastian remained stoical in silence; he would never fall into the tragedy of trying to explain them anything, being an useless task against the great power of Master Edmund and his thousands of servants, which like little ants worked invisible typing the reality for the rest under the orders of his lord, as an excellent and macabre orchestra. But there he was, finally in front of him, the old man enveloped in fog. He was a man of peaceful appearance that however hid firm violence and embracing the power, under the calm and gentle serenity of his gestures. However he did not seem as someone smart or with the right to feel offended, and much less he had that attitude of the small town boy who pretends to be a more important person. Defeated, Bastian’s tired eyes had a question, and as a reply Master Edmund limited to tell him to look out the window he was pointing him. As he approached it, Bastian discovered a young woman beyond, walking through the idyllic garden surrounding her. A nostalgic and brilliant sun was shining brightly over the place, but however, the whole scene hurt the eyes of the prisoner in greater depth than any other misfortune or humiliation before. ‘She seems more like a picture from another time’, said Bastian, regaining control of himself and appreciating the view presented to him... ‘A beautiful lie, like so many others’... Something that would never be at his disposal or to any other, condemned to poverty and servitude or even worse, to the pride, which even more dirty and disgusting would be next to an image as ideal as that one, next to the young woman, with no doubt.

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- She is not perfect, but I love her as much as my own life. Poor Bastian, do you think she would allow someone to get close to her? Anyone out of those you have seen out there or even yourself? They reached even Bastian the frightening noises from the crowd outside, their laughing, forceful laughter, full of passion and angry rage crying out inside the orgiastic mass. -Who would protect her? Who would protect them from themselves but my authority? -Let me go into the garden and say a few words to them. Nothing else matters. But that redoubt was the only one free of rage and hatred that was left in the life of the dictator, fed up with the struggle of life, with so many hits and frustrations. As the most smart and powerful dog that was engaged in the fight, he arose now as a tyrannical ruler between fake, hypocritical and selfish people. - You are blind, Master Edmund, this does not have to be the way of living eternally. By limiting the reality to this vision and to this government of yours, you have done the same thing the ones who crushed your good intentions wanted. You have become one of them, now you are not any better, you have lost. Instead of helping them, as a hero would have done, you have shut yourself off, and look what happened to them and to you, trapped here. And what about she, trapped too without neither choice nor the right to get her own freedom? You have become another pawn of the spiral of our history, you have failed Master Edmund! At that time, the young woman behind the glass looked out the window with an angelic expression of curiosity that suddenly turned into displeasure when she observed the reddened eyes and tired and weathered features of chained Bastian. Frightened, she fled back to the depths of her garden, after giving a look to the elder Edmund pleading him to let her off such appearance, so sad, although it came from beyond her small and perfect protection. Maese Edmund gave Bastian a sad look to repeat him what so many times other powerful men said to him in the past, not without some regret and a gesture of paternal nuisance: - It could have been different with you... But the poor Bastian would have chosen anything but becoming a servant among servants, like rats fighting over what actually did not have to be more than a piece of rotten cheese. Shortly after, his inert body was thrown into the pit of corpses along with the rest of dissidents.

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Twins Factory www.twinsfactory.com

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Eva Medina Moreno evamedina_moreno@yahoo.es

Una revelación / A revelation Cuando entré en la galería, una sala pequeña, bastante oscura, había poca gente. El pintor no estaba. Sobre un taburete, folletos. Cogí uno. Me lo guardé, dirigiéndome al primer cuadro con el mismo recogimiento con el que se comulga. En cuanto Xaime llegó, viéndome frente a su «Costa da Morte», me dijo que lo había pintado en cabo Touriñán, el más occidental de la península ibérica, y no el de Finisterre como se decía. Me acerqué al cuadro. Eran brochazos despreocupados que, cuando te alejabas, cobraban realidad. Me confesó el toque impresionista, y algo expresionista, que algunos críticos de arte habían visto en su obra. Yo sólo veía la fuerza, la rabia, de ese mar contra las rocas. Le pregunté sobre ello. Sin contestarme, siguió con los críticos. Miré el cuadro alejándome un poco a la izquierda. En segundos, atrapé el significado simbólico. Trascendía detrás de esa luz sobre la ola más cercana; la espuma tan blanca. Reflejaba la lucha de dos poderes. Aunque uno de ellos fuese desgastando, poco a poco, al otro, y pareciese el más fuerte, no lo era, porque roca y mar eran la misma cosa; el hombre luchando contra la sinrazón de su propia existencia. Xaime me contaba cuanto tardó en pintarlo, la vida tan dura del artista. La «náusea» nos acechaba, pensé, sin poder escapar, porque formábamos parte de ella; nosotros éramos la «náusea». Me acordé de Kafka, de ese pobre K. de El proceso, que éramos todos nosotros, buscando una explicación en un mundo inexplicable. Me vi formando parte de ese mar y esas rocas. Nada se podía hacer. El mar era la humanidad luchando contra un muro; su propia existencia. «Hay pocos genios», continuó, mientras yo me imaginaba a Van Gogh, saliendo de madrugada al campo, con sus lienzos volteados por el aire, y a Kafka, de regreso del trabajo, escribiendo en una mesa pequeña frente a una pared gris. Salí de allí con la sensación de que el descubrimiento de ese acantilado alegórico no podía revelarlo a nadie. Sería como destapar una olla exprés antes de que se enfriase. Sufriré por todos, me dije, sonriendo a San Manuel.

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Relato breve / Short tale When I came into the gallery, a small, rather dark room, there were few people. The painter was not there. On a stool, leaflets. I took one. I saved it, walking to the first painting with the same devotion with which you receive communion. As soon as Xaime arrived, seeing myself in front of his «Costa da Morte», he told me that he had painted it on Cape Touriñán, the western one of the Iberian Peninsula, and not the Finisterre as it was said. I approached the painting. There were carefree brushstrokes which, when you moved away from them, became reality. He told me about the impressionist touch, and also the expressionist one that some art critics had seen in his work. I only saw the force, the rage of that sea against the rocks. I asked him about it. Without answering me, he continued telling me about the critics. I looked at the painting moving myself away a little to the left. In a few seconds, I got the symbolic meaning. It transcended behind that light on the nearest wave; the foam so white. It portrayed the struggle of two powers. Although one of them was tiring the other, little by little, and it seemed to be the strongest, it was not, because rock and sea were the same thing; the man fighting against the injustice of his own existence. Xaime told me how much it took him to paint it, the hard life of the artist. The ‘nausea’ stalked us, I thought, without any escape, because we were part of it; we were that ‘nausea’. I remembered Kafka, that poor K, of The process, that we were all of us, looking for an explanation in an inexplicable world. I was a part of that sea and those rocks. Nothing could be done. The sea was the humanity fighting against a wall; its own existence. «There are few geniuses», he continued, while I was imagining Van Gogh, leaving early in the morning to the countryside with his canvases turned over by the air, and Kafka, returning from work, writing on a small table in front of a grey wall. I left the place with the feeling that I could not reveal to anyone the discovery of that allegorical cliff. It would be like uncovering a pressure cooker before it gets cold. I will suffer for all, I said to myself, smiling at San Manuel.

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Fernando Garcia Malmierca www.undergroundangels.net

Entre el soy y Tú / Between the sun and you Soy lo que nunca quise ser por nadie y estoy siendo por ti. Soy el piquete a tu razón que desafía los convencionalismos que nos alejan, que te impiden acunarme entre tus senos como yo quisiera. Soy lo que no soy por no ser tuya ni en la noche más extraña al margen de tu cordura.

Soy un sol de media tarde camino hacia el ocaso, cada vez más lejos de tu amanecer, precipitándome a la noche de tu ausencia. Soy un suspiro que nadie percibió en unos labios que me ignoran. Soy ese deseo a las puertas de tu cielo que no encuentra realización por más que te aporrea el pecho.

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Diana Polianthes dianapolianthes@hotmail.com

Poesía y aforismos / Poetry & Aphorisms and I’m being for you. I am the picket to your reason which challenges any convention that lead us away, that prevent you from rocking me between your breasts as I would like to. I am what I am not since I am not yours not even at the most strange night regardless of your sanity.

I am a mid-afternoon sun I walk to the dusk, further and further away from your dawn, falling into the night of your absence. I am a sigh that no one perceived in some lips that ignore me. I am that desire at the doors of your sky which cannot find any realization no matter how it beats your chest. I am what I never wanted to be for anyone 67


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Blanco sobre Negro / White on black Relato breve / Short tale Tenía todo preparado. Los folios, a la izquierda. Bolígrafos, dos de cada color ?rojo, azul y negro?, a mi derecha. El ordenador, en el centro. La silla, muy cerca de la mesa, con el cojín para los riñones, dos paquetes de cigarrillos y un vaso de whisky con hielos. Así me imaginaba la mesa de un escritor, aunque todo revuelto. Caótico.

necesitaba oír el clic, clic de los hielos. Me lo llevé a la nariz y bebí. No me gustó el sabor, tampoco el del tabaco, pero daba un toque especial, de artista. Dejé que el cigarrillo se consumiese, que los hielos se deshicieran y me acerqué el portátil. Los dedos en el aire, como pianista al comienzo de un concierto. Estaba en tensión; demasiada tensión para una buena escritura. Le di dos sorbos al whisky. El nombre del personaje. Ricardo. Me gustaba, tenía fuerza. Ricardo Corazón de León. Ricardo III.

Mezclé los bolígrafos con las hojas. Se cayeron folios y bolígrafos. Les di una patada. Escritor maldito, me dije con sonrisa diabólica. Encendí un cigarrillo, que saqué de uno de los paquetes de Marlboro que había comprado esa mañana. Imaginé que me entrevistaban, para El País o El Mundo, y puse posturas de gran intelectual; ahora con la mano izquierda, en la frente, apretando las sienes, ahora con el cigarrillo en la boca intentando decir algo ingenioso tras la tos. Tiré la ceniza, que cayó dentro y fuera del cenicero. Cogí el vaso de whisky. Lo moví, circularmente,

Di a la «r»; una, dos, tres veces. Mantuve el dedo presionado. Las erres fueron uniéndose hasta llenar la pantalla. Las borré. Pensé en lo difícil que era escribir. Solo sentarse frente a una pantalla tan blanca atemorizaba; parecía que las palabras, las ideas, huyesen, como esas erres que ya había borrado.

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Eva Medina Moreno evamedina_moreno@yahoo.es

Antes de retirar el ordenador y probar con el papel, di a la «r» y la guardé como documento. Me hizo gracia mi hazaña, que celebré con caladas al cigarrillo y un buen trago de whisky. Cogí folios y el bolígrafo negro. «Espalda recta, ojos al frente», me dije acordándome de la mili, «al objetivo». El objetivo era escribir algo, lo que fuese, aunque estuviera mal escrito. Sentir que a un sujeto sigue un verbo, que los complementos se van arrimando a la frase, que a una frase sigue otra, que hay armonía entre ellas, que van casi de la mano. Encendí un cigarrillo y contemplé el humo. Cuántas veces había soñado desaparecer de una manera tan elegante. Adquirir esa materia volátil. Cómo empezar. Ricardo, a sus treintaicinco años. Horrible. Ricardo, hombre sincero y robusto. Hombre sincero y robusto. ¡Dios! Las taché. Los críticos lo reprobarían. Mientras pensaba en el argumento, dibujé erres; mayúsculas, minúsculas, alargadas. Cuando me cansé, arrugué la hoja y la tiré a la papelera. Hice una buena canasta. Apagué cigarrillo y portátil, y fui al baño. Mientras me subía los pantalones, me vi en el espejo. Tenía más ojeras. Lo blanco de los ojos con venas rojas. Me dolía la garganta. Saqué la lengua; amarillenta. No quise seguir indagando. Fui al salón. Me dejé caer en el sofá. Puse los pies sobre la mesa, pensando que mañana, mañana empezaría la novela.

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I left the cigarette to consume, the ice to melt and I approached the laptop. The fingers were in the air, as the pianist at the beginning of a concert. I was under stress; too much stress for a good writing. I took two sips of whisky. The name of the character was Richard. I liked it, it had strength. Richard the Lionheart. Richard III.

I had everything ready. The sheets of paper, on the left. The pens, two of each colour? red, blue and black? on my right. The computer, in the middle. The chair, very close to the table, with the cushion for the kidneys, two packs of cigarettes and a glass of whiskey on the rocks. That is how I imagined a writer’s table, although all messed-up. Chaotic.

I pressed the «r»; one, two, three times. I kept the finger pressed. The Rs were joining to fill the screen. I deleted them. I thought about how hard was writing. Just sitting in front of a so white screen was frightening; it seemed like the words and ideas fled, as those Rs that I had already deleted.

I mixed up the pens with the sheets. Sheets and pens fell down. I gave them a kick. Damn writer, I said to myself with an evil smile. I lit a cigarette, which I got from one of the packs of Marlboro I had bought that morning. I imagined that I was interviewed, for El País or El Mundo, and I maintained an intellectual posture; first with the left hand on the forehead, pressing the temples, then with the cigarette in the mouth trying to say something clever after coughing. I threw the ashes, which fell in and out of the ashtray. I took the glass of whisky. I moved it circularly; I needed to hear the click, click of the ice. I moved it closer to the nose and drank. I didn’t like the taste of it, neither of tobacco, but it added a special touch, of an artist.

Before moving the laptop away and trying with a piece of paper, I pressed the ‘r’ and saved it as a document. Amused with my deed, I celebrated it with some drags of the cigarette and a tall drink of whiskey. I took some sheets of paper and the black pen. «Straight back, eyes to the front», I said to myself remembering me military service, «to the objective». The objective was to write something, anything, even though if it was poorly written. Seeing that after a sub-

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ject follows a verb, that the complements are getting closer to the sentence, that one sentence follows the other, that there is compatibility between them, that they almost go hand in hand. I lit a cigarette and looked at the smoke. How many times I had dreamt of disappearing in such an elegant way. Turning into that volatile matter. How to get started. Richard, at his thirty-five years. Horrible. Richard, a sincere and robust man. Sincere and robust man. God! I crossed them out. Critics would disapprove it. While I was thinking about the argument, I drew some Rs; capital letters, lower case letters, elongated letters. When I got tired, I crumpled the sheet up and threw it into the wastepaper basket. I shot a great hoop. I put out the cigarette and turned off the laptop, and finally went to the bathroom. While I was pulling my pants up, I looked myself in the mirror. I had more bags under my eyes. The white of the eye had some red veins. I had a sore throat. I stuck out the tongue; it was yellowish. I did not want to keep on searching. I went to the living room. I let myself fall into the couch. I put the feet on the table, thinking that tomorrow, tomorrow I would begin the novel.

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Women Lightscape

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Herve All www.art.herveall.com

No lo había notado / He had not noticed it Poesía y aforismos / Poetry & Aphorisms Cuando se vio al espejo, advirtió el hoyo en su frente. Luego, pensó cómo vengarse. When he saw himself in the mirror, he noticed the hole in his forehead. Then, he thought of how to take revenge for it.

Luis Javier Osorio luisjavierosorio@springfield-wire.com 73


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Una capa de irrealidad / A layer of unreality Relato breve / Short tale Miro un escaparate. Los objetos parecen desnudarse, darme su verdadero rostro. Las fotografías enmarcadas, puñales de acero oxidado, que han esperado tanto para saborear el interior de un cuerpo; atravesar piel, venas, órganos cerrados, vísceras tan bien hechas. Cierro los ojos, para no ver los objetos transformándose, ni sentir mis órganos intentando respirar bajo la mirada de esa hoja cierta. Huyo. Ahora son los objetos de la calle los que mudan, atenazándome. Se difuminan, mezclándose unos con otros, cambiando de forma. La farola se une a la pared, la pared al suelo, el suelo al muro. El suelo se pega a mis zapatos, parece chicle. Tiro y tiro para despegarlo de mis suelas, pero no puedo. Y me doy cuenta de que las paredes de la calle van entrando por los dedos de mis manos. Después el pelo, que se pega al muro como si este fuera cepillo que arrastrase la electricidad estática. Y no puedo hacer nada. Nada para evitarlo. El cemento tira de mí y me dejo llevar. Ahora la pared se acerca al suelo, presiona; pared, suelo, pared, suelo, presionan fuerte, aplastándome.

Eva Medina Moreno evamedina_moreno@yahoo.es

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I look at a showcase. The objects seem to undress, to show me their true face. The framed photographs, daggers of rusted steel, which have waited so long to taste the inside of a body; going through skin, veins, closed organs, so well done entrails. I close my eyes, neither to see objects turning into something else, nor to feel my organs trying to breathe under the gaze of that accurate blade. I run away. Now the objects of the street are changing, tormenting me. They blur, mixing with each other, changing their shape. The streetlight joins the wall, the wall to the floor, the floor to the wall. The ground sticks to my shoes, like a chewing gum. I pull and pull to take it off of my soles, but I cannot. And I realize that the walls of the street are entering through the fingers of my hands. Later it goes the hair, which sticks to the wall as if it was a brush dragging static cling. And I cannot do anything. I can do nothing to prevent it. The cement pulls me towards it and I am carried along. Now the wall approaches the ground, and presses it; wall, ground, wall, ground, pressing hard, crushing me.

Twins Factory www.twinsfactory.com

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Sara Berihuete saraberihuetemacias@gmail.com


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Hoy me he soñado sin ti / Today I had a dream about me without you Hoy me he soñado sin ti Hoy me he soñado sin ti. El aire quemaba como cuchillos afilados jugando a tatuar un cuerpo insomne y descarnado. El silencio era felino. Cazador sigiloso, presto a dar el zarpazo que arrancase de cuajo el latido que acompasa mi espera. La sábana se transformó en losa, asfixiante lápida sin epitafio de un sentimiento enterrado en vida; indefensa, dejó escapar un leve tañer de campana lanzada a duelo. Y la noche, más que amante fue puta vendida por tu lecho. Por un puñado de estrellas trocó la redención de un alma en pecado mortal y venéreo. Hoy me he soñado sin ti, y doliente ansié la sal de tus labios. Mas un sonido redentor me arroja a la vida. Me diluyo y me creo en ti, mujer y carne, inmensa y tuya.

Magda Robles dark_ligeia@hotmail.com 78


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PoesĂ­a y aforismos / Poetry & Aphorisms Today I had a dream about me without you today I had a dream about me without you. The air was burning as sharp knives playing at tattooing an insomniac and gaunt body. The silence was a feline. Stealthy Hunter, ready to give a clawing which pulled out the heartbeat that matches my waiting. The bed sheet became a slab, a suffocating gravestone without an epitaph of a feeling buried alive; helpless, she released a slight ring of a bell in mourning. And the night, more than a lover it was a whore sold by your bed. By a handful of stars it turned the redemption of a soul into a venereal and mortal sin. Today I had a dream about me without you, and suffering, I longed for the salt from your lips. But a conciliatory sound throws me to life. I am destroyed and created in you, woman and flesh, vast and yours.

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Cromatismos / Chromatic ranges Hay herrumbre en los goznes de mi alma. Chirría levemente cuando intento acceder a ella, como ofreciendo resistencia ante mi, intrusa. Desprende pequeñas capas de ocre que tiñen suavemente mis manos. Con ellas, me siento fémina Picasso, y juego a dar pinceladas en el aire, dotando de nueva luz a un cuadro imperfecto. Mezclo ese tono sabor a limón con el azul de un despertar que se despereza, y el misterioso azabache que le robo a una sombra. E intercambio una gota de sal por una única lágrima de sangre, de esa que todavía debe correr por tus venas. Así es como me mancho de carmín, yo que era criatura en blanco y negro. Tras limpiar el óxido cobrizo que muerde los dedos, es una extraña composición la que permanece. Una tintura irreal e imposible que queda expuesta sobre un lienzo desmadejado, levemente corroído, emborronado y oscurecido por el paso de otro pintor. Y en él puede observarse un ánima extinta de cromatismo disperso, un espíritu viejo encerrado en un cuerpo joven, y heridas antiguas en un desmantelado corazón...

Magda Robles dark_ligeia@hotmail.com

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PoesĂ­a y aforismos / Poetry & Aphorisms There is rust on the hinges of my soul. It creaks slightly when I try to access it, as if it was offering resistance to me, an intruder. Thin layers of ochre come off it and they dye my hands gently. With them, I feel like a woman Picasso, and I play to give brushstrokes in the air, giving new light to an imperfect picture. I mix that lemon flavour shade with the blue one of an awakening that stretches itself, and the mysterious jet black I steal a shadow. And I exchange a drop of salt by a single tear of blood, that one which still have to run through your veins. This is how I am stained with carmine, me, who I was a black and white creature. After cleaning the coppery rust which stains the fingers, what remains is a strange composition. An unrealistic and impossible dye is exposed to a damaged canvas, slightly corroded, smudgy and obscured by the passage of another painter. And it can be observed in the an extinct soul of a dispersed chromatic range, an old spirit trapped in a young body, and old wounds in a destroyed heart...

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7:59 AM



Gui贸n Carlos Estrella Dibujo Paco Anguita



Even Icaro Inc ha venido celebrando eventos culturales en diferentes ciudades durante los últimos meses de 2012 y principios de 2013. Granada, sala Polaroid: un acogedor concurso literario donde el público asistente seleccinó un poema que sería publicado en la nueva edición de la revista. Organización a cargo de El Peregrino con la ayuda de Miguel Ángel Cáliz, Tkila Kreätiv y Saragraphika aka Dj Drastyka a la fotografía.


ntos 22 de Febrero de 2013, Café Art Bahía Logroño. La Niña de las Naranjas presenta The Sailor who fell in love with the Bay. Incluimos la plaquette íntegra con fotografías de Amaia Hodge como suplemento de esta edición de Icaro Inc. Las obras presentadas por los diferentes autores fueron valoradas en la web oficial de la plataforma Icaro Inc.


Poema Inempezado / Uninitiated Poem No lo entiendo. Si sé que nos hicimos monstruos el uno al otro, terribles bestias de calor empeñadas en empañar cualquier cristal que se nos acercara a menos de un gemido de distancia. No lo entiendo. Si una noche, borrachos como reyes, me cogiste de la mano para meterme en no sé qué edificio oficial y follar en el ángulo muerto de las cámaras de vigilancia. Y girabas la cabeza para mirarme. Y me llamabas hijo de puta. No lo entiendo. Si en cada caricia nos cavábamos con la misma rabia con la que cavan los vencidos delante de las escopetas, si nos mordíamos en un idioma diferente cada vez, si les sacamos los ojos a todos los huracanes que quisieron derribarnos... No lo entiendo. No entiendo que permitamos que lo poco que queda de aquello continúe arrastrándose y pidiéndonos carne. Perro enfermo, exhausto y ciego, que no tenemos el coraje de sacrificar.

I don’t understand. I know though that we turned each other into monsters, terrible beasts of heat determined to breath onto any glass that came within a moan from us. I don’t understand. If a night, drunk like kings, you took me by the hand and sneaked me into some official building to fuck in the blind spot of the security cameras. You turned your head to look at me. And you called me bastard. I don’t understand. If with each touch we carved into each other with the rage of the defeated in front of the rifles, if we devoured each other in a million tongues, if we scooped the eyes out of hurricanes that tried to knock us down. I don’t understand. I don’t understand that the little that’s left of that continues to crawl asking for fresh meat. It’s a sick, exhausted, and blind bitch we don’t have the courage to slaughter

Francisco de Paula Pestaña Parras. Traducción de Luna Vives



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The mermaids sun themselves out on the rocks They are beyond our touch I watch and watch Wave at me They wave at me They wave and slip Back into the sea Mermaids. Nick Cave

“http://i.creativecommons.org/l/by-nc-nd/3.0/88x31.png” \d The Sailor Who Fell in Love with the Bay by Emilio M. Martínez Eguren Rosa Labado David Trashumante Rebeca Cámara Ana Tovar Noemí Calvo Jorge Pascual Blanco Amalio Fernández Hernáez Sandra Arantza Moreno Ana Asperilla Sergio Hernández López-Pastor Gillian Clarke Amaia Ortega Zabala Liliana Noelia, LiNo Elena Mahave Txisco Mandoman Lourdes Cacho María José Marrodán Iván Mendoza Marrodán Ana Cuaresma Eduardo Orbe Ana María Muro Sáenz Israel Esteban Beatriz Barriuso Gonzalo San Ildelfonso Fran Oteiza Aitor Cuervo Taboada Nerea Ferrez Eugenio Santamaría is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.


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Lo que más me gusta de ti Lo que más me gusta de ti se podría resumir en cuatro frases: tu cinismo, tu sarcasmo, tu sabiduría y tu inutilidad. Eres todo lo que he ansiado conseguir en esta vida, una vida que sería una vitrina vacía sin ti. Eres lo que hace que día tras día pueda latir mi corazón, al que estrujes sin parar en busca de un zumo que hace mucho que se agotó. Podría decirte palabras dulces, pero no las entenderías. No valdría la pena, porque eres igual de inútil que las flores, igual de dispersa cuán ceniza y triste como ninguna. Eres frágil y colosal, un lamento y un suspiro en noches lúgubres de abril. Eres dúctil y sabrosa cuán maíz. Eres tierra, flora y fauna, pero eres solo mía. Te amo y te añoro hasta cuando estás inerte a mi lado. Te ansío y te busco por doquier. Busco tus manos que me saludan y se desvanecen sin procurarme una sola caricia, un solo gesto, ese gesto con el que me incitabas a tu cama hecho burdel. Tú eras la luz, mi sonrisa robada y mis besos perdidos en la nada. Eras todo y eras nada, no eras nada… Eras el cúmulo de desesperación que me ataba las manos y me mordía la solapa del cuello dejando marcas perceptibles para mil ojos. La rapidez de tus andares se me antojaba un movimiento perpetuo, capaz de volverme loco. Coqueta y harapienta eras, radiante como los cerezos aplastados al vaivén de las botas. Eras turgente y sin poderío engullendo mis restos. Eras la flor y la luna y ahora nada… Veo tu cuerpo tendido que yace inerte en los jardines del Edén con mirada perdida y te digo: lo que más me gusta de ti es…

Lia Katselashvili



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Amor perdido entre palabras Y la belleza se hizo carne y alma: vivirá en mi memoria. Cuántas veces amaré tan falsamente como mis versos escribo. Cómo no supe reconocer que la herida más amarga sería tu olvido. Cómo no acerté a retener tus besos: piel de nuestras bocas definidas en la fuga, más irremediable de las que soñara Bach.

Inútiles espejos, mis ojos sangran, el ya seco sabor se torna yeso ante la pulpa ausente de tu centro.

La tensión interna de tus miradas moduló el monumento mítico de nuestro amor insoportable. Y así te recuerdo, ávido de tu imagen como fantasma artístico: silbido de las caderas, candoroso abdomen candente alusivo a la potencia y a la vida, el ídolo pálido de tu paladar líquido; mi lengua por el salobre saledizo de tus senos sigilosos: de mi pene la suculenta escritura en el poroso terciopelo de tu piel; nuca refrescante, sudorosa de noches y luna; salivas de luz en tus besos nocturnos: huyen bailes de tactos.

Pero al contemplar tu hueco, al acariciar el vacío que me dejas, veo las palabras como muertos símbolos de falaces tópicos hasta el exceso pronunciados.

Emilio M. Martínez Eguren

Al melódico ritmo de las almas leíamos poemas con lengua y ojos, acordes con el juego de los cuerpos. Y fue lo más hermoso en un instante: exquisita disolución del yo, amor y arte combatientes contra el tiempo.

Quizá tu voluntad o mi destino sean en el falso paraíso del olvido perdernos. Triste conclusión de todo: ni arte ni amor vencen y verdad y vida son palabras solas.


Arte poética Sonido en el aire quieto y puro que es con el que la materia canta -como lágrimas resbalan entre dos olvidos. Lo que ni vemos está a la vista del poeta: lagunas de fuego, ese infinito que se aprecia en las aldeas deshabitadas, ese dulzor en los ojos que no ven sino luz. El poeta sigue ahí, brota de materia necesaria, extasiado entre aire y sol, agua y frío, abrumado por el sonido, suave ruido de terciopelo evocado por la memoria.

Emilio M. Martínez Eguren

Toledo Toledo, ciudad altanera y brava Castellana de dura estirpe Luchadora y entregada Cuerpo de piedra Corazón de plata templada Toledo, capital señorial donde las haya Un lujo caminar por tus calles empedradas y observar las huellas de épocas pasadas Tiempos de glorias y grandes hazañas ¡Ay Toledo! antaño capital de España El Tajo trascurre más lento si cabe para admirar tu bella estampa y se muere por subir un ratito siquiera a tu puerta de Bisagra ¡Ay Toledo! ¡Toledo! corazón de la meseta castellana

Rosa Labado


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Este Poema no Este poema no es ni una cizalla ni una maza. Este poema no son unos binoculares Nikon. Este poema nos son unas gafas de visión nocturna Litton Systems/US Night Vision AN/ PVS-7A. Este poema no son unos grilletes metálicos y de lazo. Este poema no son unas defensas extensibles ni unas defensas semirrígidas, ¡porras! Este poema no son unas protecciones para el codo y el antebrazo Fedur ni unos guantes anticorte y antipinchazos AR-19KV. Este poema no son unas botas de Gore-Tex UIP FAL Seguridad y tampoco un casco de intervención 3K Fedur. Este poema, ni de lejos, es un chaleco anti-trauma Fedur PNAT, no es un chaleco antibala VA Fedur, no es un escudo antidisturbios redondos EC-1 Fedur, ni es un escudo antidisturbios rectangular ERC-1 Fedur y, menos, un escudo balístico negro EAB-1 Fedur. Este poema no es un lanzagranadas Heckler & Koch HK69A1. Este poema no es un rifle de precisión Coruña C75. Este poema no es un rifle de precisión Mauser SP66. Este poema no es una escopeta Franchi SPS 230, siquiera una escopeta Remington M870 y, ni de lejos, una escopeta Franchi Spas 12. Este poema no son unas pelotas de caucho, artificios de humo ATF y lacrimógenos ATL lanzados con la última escopeta del último verso de la estrofa anterior. Este poema no es una escopeta Franchi SPS 350. Este poema no son unas granadas lacrimógenas de gas CS ni un fusil de asalto H&K G36 CV. Este poema no es un todoterreno blindado Nissan Patrol GR, una furgoneta Mercedes-Benz Sprinter 315 CDI, no es una tanqueta blindada Unimog UR-416 ni los camiones, fabricados por URO y poco vistos en las manis,

David Trashumante


Pegaso o Mercedes Unimog (ambos con cañones de agua). Este poema no es un fusil de precisión SAM-R ni es una metralleta M60E3. Este poema, en concreto, no son las 90 armas por cada 100 habitantes que tiene el pueblo estadounidense. Este poema no es una mina antipersona MON-50 ni una mina M18 Claymore, no es una bomba clúster o de racimo, no es un misil de crucero BMG-109 Tomahawk, este poema no. Este poema no es un carro de combate Leopard 2A5 ni un helicóptero de combate Bell AH-1Z viper y pondría mi mano en el fuego porque no es un cazabombardero McDonnell Douglas F-15 Eagle. A estas alturas queda claro que este poema no es un DRONE no tripulado MQ-9 Reaper, con capacidad de ataque con misiles. Este poema no es una bomba de plutonio ni una bomba de hidrógeno ni de helio ni una bomba de neutrones, no es la explosión de prueba “Castle Bravo” en elAatolón Bikini ni la explosión de prueba Rusa “Tsar “, ni la “596” china, ni la “Hurricane” inglesa, tampoco la explosión de prueba “sin nombre” perpetrada en Kwijili por Corea del Norte en 2006. Este poema no es, ni será jamás, un arma ni siquiera cuando, como decía Celaya, esté cargada de futuro.


Ícaro Inc Logroño


Juego de palabras De pronto yo, que siempre he tenido a las palabras como fieles compañeras… A mí que las palabras siempre me han ayudado… Ahora no soy capaz de comunicar mis sentimientos. Ahora ellas me rehuyen. Ellas, que tanto me han ayudado. Ellas, que nunca me han fallado. Sólo se han vuelto contra mí cuando las usé ocultando verdades o vistiéndolas de mentira. Ahora huyen se esconden se ríen, se burlan de mí.

Rebeca Cámara

Juegan a un juego al que no estoy invitada y parece que disfrutan de mi torpeza, de mi tartamudez. Mis labios mudos o cerrados hoy extrañamente expresan mejor lo que siento. En el interior de mis ojos se agolpan todas las palabras desviadas del verdadero camino. No te sorprenda pues mi repentino silencio, no es que no tenga palabras sino que éstas se niegan a obedecerme.


Ícaro Inc Logroño

Palabras perdidas Por aquellas palabras que te dije y no quería, que salieron de mi boca para sorpresa de ambos. Esas palabras que tanto pudieron herirnos a los dos. Por aquellas palabras que quise decirte y no encontraron el tiempo y el lugar adecuado porque no supieron que todos los tiempos todos los lugares lo eran. Esas palabras que por no decirlas también hicieron daño porque fueron abriendo el vacío entre nosotros. Por las palabras que oíste y negué; por las que aun sin decirlas también las negué. Por esas palabras que dije y no sentía; por las que sentía y no compartí contigo. ¿Y cómo decirte ahora todo aquello que callé? ¿Cómo hacerte creer que puedes olvidar cuanto dije antes que no sentía?

Rebeca Cámara


Sesión contínua Carmela se gana la vida de puta. Corren tiempos duros y, con cuatro chiquillos en casa, lo único que sobra es la necesidad. Viven en la Ruavieja, en un pisito con una habitación de dos camas, una cocina donde apenas caben todos y un pequeño aseo con lavabo y retrete. Todo un lujo. A falta de marido que la proteja tiene un primo, Ramón, que le hace de chulo. En diez años de racionamiento, ha tenido tiempo par convertir la dignidad en un valor acorde con sus propias circunstancias. Todas las tardes, Carmela da un paseo hasta la plaza de Martínez Zaporta. Allí, en el cine Moderno, trabaja Ramón de portero y la deja pasar gratis. Pero ella sabe que no puede ocupar cualquier sitio. Sube hasta el segundo anfiteatro, se sienta en la última fila que sólo tiene dos butacas, y espera que Ramón le vaya mandando los clientes. Desde esa butaca ha recorrido con Franco todo el país inaugurando pantanos y por eso le brinda cada tarde su particular levantamiento nacional.

Ana Tovar


Ícaro Inc Logroño

Esta tarde vi llover Bueno, bueno, bueno. No puedo creer lo que voy a hacer, pero ya está decidido. Hoy me desmeleno. Ya está bien, tanto celibato va a terminar sentándome mal y además no puedo estar dándole largas a este pobre chico más tiempo. ¡Ay, que esta no soy yo! Con lo puritana que he sido yo siempre. Y así me ha corrido el pelo, que estoy más sola que la una. Se acabó. Quizás me he pasado un poco con este conjunto. No sé yo si tanta transparencia…, pero que demonios ¿vamos a lo que vamos? o ¿no vamos a lo que vamos? Pues eso. ¿Qué me sobra un poquito de carne? Sí. ¿Qué me da igual? También. Esta camisa me va a dar mucho juego. Me voy a desabrochar un botoncito de más y cuando estemos charlando en una de esas mesitas tan íntimas que hay en la cafetería donde hemos quedado ya procuraré atraer su mirada hacia mi escote mientras le propongo tomar algo en casa. ¡Ay Dios! No puede ser. No me reconozco. En la vida me hubiera imaginado pensando estas cosas. Bueno, ya está. Maquillada, peinada, perfumada y dispuesta a todo. Allá voy. Míralo, ahí está. Puntual como siempre. Si hasta parece que hoy tiene menos barriga. No sé en qué he podido estar pensando hasta ahora. ¿Dónde iba yo a encontrar otro calvo tan interesante? No sé qué le pasa. Le noto nervioso y mira a cualquier sitio menos a mí. Tendré que lanzarme y animarle no vaya a ser que después de tanto preparativo haya que dejarlo para otro día. Bien, parece que se anima. ¿Por qué habla tan deprisa? No le entiendo. Me ha dejado y una repentina tormenta me hace recordar, mientras me empapo, que no llevo paraguas. Recuerdo aquel bolero y comienzo a tararear.

Ana Tovar



Ícaro Inc Logroño

Noemí Calvo No sé si fue el momento, el lugar, el azar más puro, nos colocó en aquel rincón chiquito del tiempo. Escudriñando tras las gotas quebradas del bar del momento. Sutil se deslizó tu eco a mi mirada, y derrumbé barreras de complejos atoradas. Se escabulló el reloj entre los alientos, y se hizo un todo el azucarillo entre tus dedos, temblorosos dedos.

Vejentud se apoderó de mis huesos, de mi espejo irisado, devolviéndome la faz de un ser encanecido. Vejentuz se hizo dueña de mis pasos enlentenciéndolos. Crujieron los albores del pasado, volaron muertos los recuerdos, soy presa de mi olvido. Mis uñas arañan parcas esquinas que me afirman y aseguran sobre el suelo. Reviso las fotos llenas de desconocidos, las sonrisas suspendidas en los fotogramas. Vejetud es ahora mi señora.

Noemí Calvo


Noemí Calvo Ya no me dejo pisar, a pesar del riesgo que esto conlleva. Ya no, ya no me quedo anonadada temiendo sin mover ficha. Ya respondo. Ya paro, ya increpo. Ya no le doy tanta vuelta a lo que no tiene remedio. Esta es mi vida. Llena de dolor contenido. Ya no temo a la nada, al vacío, a la soledad, ya no le temo. La he visto cara a cara. He nadado en sus aguas, he dejado que hunda sus garras en mis profundidades y devore mis entrañas sin derramar una lágrima, gritándole al universo por una ayuda, y no había nada ni nadie. Mi ego reconociéndole a sí misma que no soy nada, y a la vez soy todo. Que nada importa ni transciende más allá del poso que queda en otros. Y a mí se me ha marcado en la piel la dureza de la injusticia como los alfileres de una camisa. Se me han cicatrizado dentro, engastados como rubíes de fortaleza. He soportado todo estoicamente, los silencios durante meses, las noches de insomnio y de sueño interrumpido, las obsesiones, las palabras repetidas en mi cerebro como un mantra de dolor. He sentido el abandono, el engaño, la mentira, la muerte, la pérdida, la violación, la injusticia de la amenaza, el daño inflinjido a mis seres queridos, la amenaza si denunciaba, la injusticia del éxito arrebatado. Y, sin embargo, la vida me obliga de nuevo a resistir. Por juntarnos en un parque en verano en buena compañía y charlar libremente, por chapotear los pies en un río sin tener que mirar al reloj por recrearnos a la siesta a la sombra de un árbol, y observar de lejos el alborozo de los niños en sus juegos a ser mayor, y dejarse caer en el sopor más dulce, pisar descalzos la hierba, mirar las estrellas, unirse a la naturaleza dejándonos ser uno solo. Por ese amor a la vida.

Noemí Calvo


Ícaro Inc Logroño

En el fondo del mar El fondo del mar está en un pez que no encuentro esta noche... De madrugada estoy viendo cómo brilla la oscuridad... Me hormiguea el insomnio la oscuridad. Me oscurece el resplandeciente anochecer. Me oscurece el sosiego; la ventana de mi cansancio entre los sueños... El fondo del mar está en un pez que no encuentro esta noche... y ahora hace frío para salir tan solo... El fondo del mar está en un pez que no encuentro esta noche... y ahora hace frío para salir tan solo...

Jorge Pascual Blanco


¡No te dejes engañar! Que tu vuelo estanca como paloma blanca, no precisamente la de la paz, que a la hora de segar vidas no te quedas manca y te comportas como un ave rapaz. Engañas a la juventud con un tranquilo y dulce sueño que cuando se quieren dar cuenta terminan en un ataúd y no despiertan de un sueño donde la muerte se apunta a la fiesta porque empieza a ser su dueño. Tú, que te alimentas de vidas los cubres con tu capa a algunos pocos haces rey Midas, el que a ti se acerca ya no escapa. Tú, que haces que la vida parezca bonita los que te prueban parece que les das ganas de vivir les haces vagar por el mundo, ¡tú!, ¡tú solita! Al único camino que los llevas es a morir.

Amalio Fernández Hernáez


Ícaro Inc Logroño

Ruleta rusa Ella se revolvía en la silla de mimbre frente al espejo de su armario. El cojín, el camisón que llevaba puesto y el cuarto en general olían a orina rancia. Cerca de las gruesas cortinas se notaba el calor del sol. En el interior la oscuridad se desvanecía a medias por la luz ambarina del velador que iluminaba un pequeño trozo de la habitación. ―¡No me mires! –dijo ella autoritaria. ¿Qué ves? Ves todas mis miserias, ¿te gustan? ¿Estás contenta? –siguió hablando. Estás ahí tan perfumada, tan bien vestida, al sol, tan simpática, tan asquerosa –dijo con tono burlón. No me das otra elección, ¡te odio! ¡Eres una perra, una maldita perra feliz! ¡Eres lo que yo no soy! –gritó. Nunca podré… Y por octava vez, se meó encima. De nuevo, las gotas se escurrieron con ritmo desde el cojín hasta el suelo de parquet oscuro y empaparon las medias azules y la toalla sucia. De pronto se estiró hacia la cama sin levantarse y de debajo de la almohada sacó un revólver. ―¿Ves esto? Vamos a jugar –dijo riéndose y sacudiendo el arma con violencia. Primero tú –y en la habitación retumbó el sonido seco del gatillo. ¡Maldita suerte tienes! –gritó. Ahora yo. Y apretó de nuevo el percutor. El disparo revolvió el aire quieto del cuarto. Y al tiempo que la bala entraba por su sien izquierda el espejo se rompía en miles de furiosos fragmentos.

Sandra Viviana Pellegrini

La pistola y el diccionario Abrió al azar una página del diccionario. La suerte quiso que fuera la letra S. Comenzó a leer cada palabra con su significado. Leía con tranquilidad, en voz baja y analizando el sentido. Algunas le resultaron comunes y otras le parecieron extrañas, no porque no las conociera, sino porque al pronunciarlas le sonaban ajenas. Entonces, repetía en voz alta el sonido de cada letra por separado, luego sílaba por sílaba y a posteriori el vocablo completo muchas veces hasta sentir una cierta intimidad y quedar satisfecho. Al cabo de dos horas una de las palabras comenzó a tomar voz y a repetirse a sí misma una y otra vez. En esos momentos, él solo prestaba atención y luego de un tiempo, que no se sabe bien cuánto fue, la palabra ganó fuerza y se hizo muy poderosa al unirse a su significado y se convirtió en un huracán en su cabeza. Entonces, no solo la repitió sin cesar, sino que no pudo evitar llevarla a la acción. Lo encontraron sentado en la mesa de la cocina, con la cabeza ensangrentada sobre el diccionario y el cañón de la pistola en la boca.

Sandra Viviana Pellegrini


Hoy camino hacia la nada Hoy camino hacia la nada. Salvo mi tristeza, las manos vacías, increpan al alba. Hundidos hombros, apagados ojos, a una mueca acompañan. Tortuoso sendero, guijarros blancos. Mansos, pobres aplastan mis pies, del albor al ocaso, fríos van de celada en celada. Qué obstinada la vida, yerma en mi alma y venas. Malparido sencillo, tiznado de negras sombras, mi espíritu ofendido con tahúres hechos de tierra, emparentados con el abismo susurrante, prestos, ya siembran la fría muerte en mis oídos, dolor a la lengua sedienta. Crezco en el miedo y envejezco en la atmósfera, que aprieta, en un polvo suave, mis huesos. No puedo, ¡ni quiero! elevar la vista ciega. En barbecho dejo mi cuerpo. En lóbrega noche, añoro, espero el telón, estandarte glacial, penetra en mis poros, nocivo y quedo.

Arantza Moreno


Ícaro Inc Logroño

Olvido La mirada del hombre se pierde más allá de toda esperanza. El único recuerdo es borroso, indefinido, incoloro. La percepción es distinta cada vez que miras, la solución no es válida para ti. La nariz se alarga más allá del horizonte. La piel aspira olvidando los regalos y cubriéndose de vahos. La fuerza se esfuma y se confunde con osadía, los remedios no se estudian, la experiencia obliga al dolor hacia el avance sin frutos. No se debe olvidar pero se olvida, se debe recordar pero se olvida. No se debe perder pero se olvida, se debe escuchar pero se olvida. El olvido es arma peligrosa, enfermedad contagiosa, dolencia tenaz. El olvido confunde, el olvido no espera, no recibe, no aconseja. La respiración detiene el tiempo, las arrugas sobreviven sin más preámbulos que el olvido. El olvido convive con la muerte y las horas respiran su aroma, la sangre impregna las uñas, tras las miradas vidriosas salta la alarma, el tiempo continua fuera, y dentro solo perdura el incansable olvido que rige cada momento con la magnitud universal de lo sucedido y lo no ocurrido. Los contrastes se interesan por las miradas perdidas, huyendo hacia las líneas incorrectas, que describen los márgenes estudiados. No hay solución. Solo el olvido puede salvarse de la quema, los hombres detienen sus pasos sin más razón que los reflejos del horizonte, que no es cierto. Oscurece despacio, parece que los días lamenten la noche, como quien teme al olvido. Pero el espacio aprieta, es una boa constrictor. Los fluidos emanan de los cuerpos y escurren pegajosos bajo los ropajes. Los cuerpos lacerados intentan escapar del olvido, pero éste siempre los alcanza. No hay solución.

Arantza Moreno


Ana Asperilla Los nervios de intuir y no saber, la risa, caminando con las manos hacia tu cuerpo. Pareces mi presa y me acerco despacio, no quiero hacer ningún movimiento brusco que te asuste y te haga salir corriendo. Estoy tan cerca que si levantara una mano podría acariciarte y muero por hacerlo, comprobar que eres igual que en todos mis sueños. Sigo flotando sobre ti, tú tampoco te mueves, ya es imposible hablar sin morder. Me acerco a tu boca, mis labios apenas te rozan temblando, la respiración entrecortada parece un susurro que me anima a seguir. Quiero oler tu cuello y me inclino, eres dulce y caliente. Dejo un beso en tus hombros, sigues sin moverte. Pero ahora ya no hace falta, porque siento tu deseo al sentarme sobre tus piernas. Las cruzas para que tenga un sitio donde apoyarme, pequeño nido del que no quiero salir. Te rodeo con mi cuerpo, ahora ya no puedes escapar y no sé si quieres. Me miras a los ojos y veo que sonríes, me relajo. No peso. Floto.

Ana Asperilla

Ana Asperilla El viento hace que los árboles bailen con alegría susurran entre ellos y traen naranjas, como los árboles, cantan y silban. Cuando los pájaros vuelan bajos es que avisan nieve. La nieve cae desde el cielo oscuro. La nieve rodea todo blanco.

Amaia Ortega Zabala


Ícaro Inc Logroño

Ana Asperilla Llevaban años reprimiendo el deseo y el deseo es como el agua, imparable. ¿Trajiste el coche? Sí, lo dejé en la puerta Puedes quitarte la chaqueta si quieres, déjala sobre la silla ¿Ésta? Sí, la silla roja que hay en el salón ¿Empezamos ya? Por mí sí Estoy preparado La cena estaba lista, todo estaba milimétricamente ordenado, para eso llevaban ensayando tanto tiempo. El mantel era un regalo familiar, lo bordó la abuela de Elena antes de casarse, y había llegado hasta ella en buen estado; era de algodón egipcio, muy fino, algo desgastado en algunas zonas, pero eso le daba aún más valor. Los platos los llevó Laura, la más joven de los tres, eran elegantes y discretos, no parecían nuevos, tampoco antiguos. Aun así, no desentonaban. Los cubiertos y la cristalería corrió a cargo de Eloi, lo había comprado todo en una tienda de antiguo, cerca de la salida del metro que le dejaba en su casa. Elena subió un poco más la temperatura de la calefacción, no quería que nadie pasara frío esa noche, y Laura se desabrochó la blusa. Eloi ya estaba sobre la mesa cuando ellas entraron con el vino. Era muy hermoso, con la luz tenue del salón, apenas podría decirse que estaba vivo, la piel ligeramente irisada por el sudor, los músculos en tensión hacían que pudieran advertirse sus venas bajo la piel de mármol. Al oírlas entrar, su corazón se aceleró algo más, y se hizo más evidente lo excitado que estaba, ellas sonrieron como quien acaba de ver un jaque mate. Apenas hicieron ruido al sentarse, sólo el leve rumor de las servilletas al desdoblarse y dejarlas suavemente sobre el regazo. Antes de empezar, brindaron mirándose a los ojos.

Ana Asperilla


Grito Sudo. Las perlas en mi frente se van formando. Subo. Un escalón más. Lentamente, con miedo. Se trata de un sinvivir, de un suplicio. Quiero. Anhelo hacerlo, aun sabiendo el desenlace. El posible desenlace que me llama. Ulula al viento una orden y por mi cuerpo se va estableciendo un escalofrío, sin prisa, todas y cada una de las terminaciones nerviosas que campan en mi piel, son con perfidia, despertadas. Vuelvo a sudar. Esta vez, por mi frente desciende calma, una gota translúcida. Persisto y vuelvo a subir. Otro escalón. Ese imperativo, transformado en sonido busca mis oídos. Siempre los encuentra, me llama, me indica un camino del que es evidente, quiero huir. Siempre. Lo he evitado siempre. Y, todas las veces, sin resultados fructíferos. Mi cuerpo se apoya en las frías paredes de yeso encalado, en este oblongo pasillo repleto de escalones. Descubro, a unos cuantos metros hacia arriba, el fin del trayecto. Apenas veinte escalones son los que me separan. Mis pies pesan, mi motivación, lo hace aún más. Un paso se sucede, un escalón menos. Mi otro pie imita a su antecesor. Ahora la velocidad aumenta y la lucha entre ellos continúa. El peso deja de tener su significado para llevarme, en un plis-plas a la cubierta plana del edificio. Mis ojos; cerrados. Cautos, temerosos. Cobardes. El vaivén del viento trae consigo una brisa que refresca un rostro arrugado, horrorizado, esquivo ante lo presente, inaudito y capaz de reflejar aquello que por todos modos quiere evitar. - ¡Salta!- vuelvo a oír. Abro los ojos a un nuevo escenario. La hoz ebúrnea de la luna, me sonríe en la negrura del firmamento con patente lascivia. Enfrente mío, un abismo. Al fondo, oscuridad. De pronto se inicia la transformación y de misextremidades superiores surge un cosquilleo. Unas plumas van formándose, para dar lugar a unas extrañas alas. Las gotas de sudor, surcan a raudales mi rostro. El vacío es enorme. Mi cuerpo cauto. Mi actitud temerosa. No oigo ningún mandato, a pesar de ello, mis pies se aproximan al abismo. El rostro se desfigura y, ahora sí: -Salta, tú puedes- esta vez, la voz es calma, sensual, los puntos centelleantes de las estrellas en la noche, me incitan a coro. Sonrío, estiro mis extremidades, me abalanzo, el movimiento del aire me da la bienvenida. He perdido el norte, he confiado, bato las alas, mis entrañas se agolpan, y caigo sin control. Y con las prisas del caer, mis pensamientos se dispersan, para volver a concentrarse de nuevo en una quimera: ¿es este el fin? Me descubro fanático por agitar mis alas y poder volar. Al fin… grito.

Sergio Hernández López-Pastor


Ícaro Inc Logroño

La cama Nuestra primera y dichosa cama, aquella que compartimos en el apartamento de vacaciones, era una cama de niño y diseñada para compartirla nada más que con un osito. No era lo suficiente grande, ni larga ni profunda para nuestro amor. Dormíamos entrelazados, mi cabeza en tu pecho y un sándwich de piernas: tu muslo, mi muslo, tu muslo, el mío En el primer piso que alquilamos el prehistórico colchón se hundía en el medio absorbiéndonos hacía sus profundidades. A veces dormías vuelto hacia mí. Tus brazos me rodeaban la cintura; tus rodillas se acoplaban perfectamente en la parte posterior de las mías. Otras noches nuestras posturas se reflejaban la una a la otra. Los hombros, los glúteos, los talones se rozaban, y las piernas se entrelazaban: tu pantorrilla, mi pantorrilla, tu pantorrilla, la mía. La hipoteca pasó a ser un compromiso mayor que cualquier otro, pero qué ilusión decorar y amueblar nuestro hogar. El estilo reinaba sobre la calidad, y gastamos más tiempo y dinero en la ropa de cama que en la propia cama. Dos años más tarde cambiamos las almohadas de pluma por unas sintéticas por culpa de mi alergia, y también invertimos en un colchón especial por tus problemas de espalda. Pero para entonces cada uno tenía su lado de la cama y allí nos quedábamos, separados de un desolado desierto de látex ergonómico. Si por casualidad nos rozábamos rápidamente nos separábamos, como dos polos magnéticos negativos que se repelen. La semana pasada me marché. Un futón individual es lo único que necesito ahora. Sola, me siento menos sola que acurrucada en la esquina de nuestra desdichada cama.

Gillian Clarke


In bed Our first blissful bed, in that holiday cottage, was a child’s and never meant to be shared with more than just a teddy. We slept entwined; my head on your chest, arms around each other, a sandwich of legs – your thigh, my thigh, your thigh, mine. Any waking time in the bed we spent as one, joined and transfigured by love. In our first rented flat the ancient mattress on the double bed sagged, tipping us into the centre. After love-making you slept facing me, your arms around my waist, your legs fitting perfectly into the crook of my knees. Other nights our positions mirrored each others’, touching at the shoulders, buttocks, and heels, a crisscross of legs – your calf, my calf, your calf, mine. The joint mortgage was more of a commitment than any ceremony, and what fun decorating and furnishing our home. Style reigned over quality and we spent more time and money on the bed linen than the bed itself. Two years later the feather pillows were replaced with synthetic ones for my allergy, and we invested in a king-size support mattress for your bad back. But by then we each had our own side of the bed and we kept to it, separated by a desolate continent of ergonomic latex. If our legs should accidentally touch we sprang apart, like negative magnetic poles repelling. I moved out last week. A single futon is all I need now; I’m less lonely alone than curled up in the corner of our bereft bed.


Ícaro Inc Logroño

El beso Sobre tus labios, ya secos como un papiro, te doy con un beso. ¿Será el último? Con la fuerza de un huracán, viene a mi mente el recuerdo de nuestro primer beso, cuando me atreví a posar mi boca sobre la tuya. ¡Y respondiste! Un beso inocente, pero con deliciosas promesas de mucho más; como las primeras gotas de lluvia que despiertan las plantas del desierto que sólo florecen una vez en la vida. El tiempo se paró, el mundo nos dejó en un universo exclusivo y pensé: si en este instante tengo que morir, me voy feliz. Pero ahora eres tú quien te vas. El cáncer te está matando, dejándome a la deriva, con sólo los recuerdos de nuestro amor.

Gillian Clarke

El murciélago élago y el caracol caco Y GuMa se quedó quieto. Su cuerpo permanecía inmóvil, pero su mente rebosaba energía. La necesitaba para poder concentrarse y así ordenar sus ideas... se tomó su tiempo. Entonces, GuMa habló: “Hace mucho, muuuuucho, muchííííísimo tiempo... ayer para ser más exactos... Élago era un murciélago. Caco un caracol. Ambos vivían muy cerca. El uno en la sombra, el otro, bajo el sol. Caco avanzaba despacio por la tierra. Élago volaba dentro de las cuevas. Pero ambos, murciélago y caracol se apuntaron a un gran maratón. La aventura era inmensa. La meta lejana. Habría que formar equipos Para llegar a alcanzarla. En la línea de salida, numerosos conjuntos había más ninguno tan extraño y curioso como nuestros dos amigos hermosos.


El uno era lento, El otro era ciego pero ambos confiaban en que se complementaban. No se apresuraron, no vieron lo que no es, se escucharon las opciones para llegar juntos con buen pie. Con tiento avanzaron Con buenas ondas prosiguieron Con alegría superaron los obstáculos en los que otros cayeron. Poco a poco se acercaban a aquello que llamaban meta y aunque los primeros no fueron su alegría estaba repleta. Se habían apuntado por motivos dispares: para valorarse a sí mismos, para demostrarse sus capacidades y para no olvidar, sus necesidades. Lo habían conseguido. Su objetivo era llegar. Habían elegido un gran compañero Con el que poder disfrutar. Qué grande su contento Qué hermoso su respeto Qué maravilla compartirlo ¡Qué bonito cuento! …y colorín colorado ¡este cuento se ha acabado! ¡Que levante la mano al que le haya gustado!

Liliana Noelia, LiNo


Ícaro Inc Logroño

Pecado capital Llueve y tu nombre se moja. Se diluye la sal de tu cuerpo, tus lágrimas brotan en pantanos buscando el eterno ciclo natural hasta la comisura de la boca que beso, y humedecen tus lágrimas el cuello sobre el que me abalanzo, araño y me fundo en los momentos donde tu nombre me llama porque viene el deseo, y caigo sobre ti y muero y te hago llorar, y comienza el ciclo eterno al cual hemos bautizado como lujuria.

Elena Mahave

La Placita El año comienza en agosto para los amantes. Recuerdo todas las noches de verano, y a la vez ninguna. Su olor. El color cenizo del trigo, cuando anochecía. Todas aquellas tardes en las que el sol iba esparciendo su color en los campos y el viento suave revolvía mi pelo. La evasión del momento, aquellas noches eternas en la plaza del pueblo, todos los amigos. Como hermanos de sangre, todos reunidos. Recordábamos que vivir no es sólo un verbo y nos dejábamos contagiar de una sutil nostalgia que nos invitaba a disfrutar de la humildad de ser compañeros de juego. Recuerdo mi pueblo, el terruño donde hundí mis raíces. Cada una de las calles que conducían a la placita.


El primer amor, tan tormentoso y a la vez tan dulce. Aún puedo sentir su labio sobre mi labio. El tiempo hecho nudos en la garganta. La separación – como la hoja del árbol- al caer el otoño. Sembraba con mis manos la vida, lloré lo amargo en sus campos, en cada una de las callejuelas que dan a la placita. Y en fin, sin más, vivir de recuerdos, que aunque a veces duelen, es el único alimento que tenemos asegurado.

Elena Mahave

Bajo la lluvia Hoy voy bajo la lluvia contando, las horas que me faltan para verte desnudando el silencio de su vestido gris de pesadumbre… El viento en la mañana alborota la voz de mis cabellos y trae a mi memoria la brisa de tus ojos el lento amanecer de las caricias que despereza al filo de tus manos la piel de mi deseo… Los ruidos de la vida se agolpan a los pies de la costumbre pero yo me mantengo aislada de la cruel monotonía deshojando momentos que te llenen el alma con mi aroma que lleven a la orilla de tus sueños el húmedo latir de mi poesía.

Lourdes Cacho


Ícaro Inc Logroño

Hipótesis Si al levantarme es tu luz lo primero que busco; si es verdad que soñar suele traer consigo insomnio; que no duele tanto multiplicarse siendo cero;

si dejado de flores y de fieras como nube o como espíritu santo el caminante siente que el espanto ya no marca el compás de sus caderas;

si lo importante no es que importe mucho aunque hay quien asegura lo contrario; si no camina lo uno sin lo vario; si no te escucho hasta que no te escucho;

si existe un cuerpo, en resumidas cuentas, místico que es dulzura y vacío y que amanece loco de rocío; si es tan vulgar como característico,

si adiós es a demora equivalente; si no se da un paseo vespertino que no sea recreación, camino y homenaje; si a distinto doctor distinta lente y diferente traje; si no puedo pensar más; si quiero para sorpresa tuya, de todos, fracasar; si hay un salario por cada trabajar; si se me olvidan hombres y mujeres; si de la mar obtengo una sonrisa cada 7 o más olas; si por tanto como bañista o como espectro el llanto fúndese en su manar con una risa; si por entre desfiladeros y quebradas la marcha se enlentece, y hace frío; si allá por donde se despeña el río gimen las más hermosas hadas;

Txisko Mandoman

entonces, amigos míos, dándonos por enterados de lo que en verdad resulta de este juego de dados que es la vida, haremos bien en vivirla practicando el regalar y sin temer a la muerte, que sólo es finalizar la partida.


Voces de metal Paseé por la orilla de tu playa hasta morir de amor hasta llagar el agua la azotea de mis pies malheridos hasta inducir al coma a las mareas hasta sedar la sombra de los besos del silencio. Paseé alrededor de la costa en penumbra de tu cuerpo del cabizbajo invierno que me deja mi corazón cansado a la intemperie de las heladas noches… hasta sentir la triste soledad en la cintura de mi imaginación sedienta. Y no pude olvidar, porque no quise, las lágrimas de sal que derramaban las voces de metal de las sirenas y me eché al mar para ahogarme en sus besos para vestir mis sueños con su espuma, para volver a ser un náufrago amarrado a los labios de arena del destino.

Lourdes Cacho


Ícaro Inc Logroño

Sin fecha exacta Era un sábado lluvioso en su sonrisa. O tal vez era jueves de pascua entre las manos, miércoles de ceniza en la frente, domingo de resurrección por los besos, —no puedo confirmarlo, ni negarlo—. Subimos de dos en dos las escaleras de aquella casa nueva, como nieve al estrenar el calendario. Nos bebimos el carmín de la lluvia, el desencanto, el almizcle de viejas tristezas con sabor a excusas nuevas, y varios sorbos de silencio. Fue ese mismo jueves, o sábado de ceniza, lunes de pasión, viernes de pascua —no lo puedo confirmar, ni negar—, pero sé que entraba una luz con sabor a mar por la ventana.

El mar de antes ya no existe. José Agustín Goitisolo

María José Marrodán

Póquer Deseó ser otro, personal, intransferible, en aquel barrio pobre, de ojos oscuros, mirada torva, leyes de sangre, costumbres de alquitrán. Ser otro, ajeno a los libros de familia concertados, zapatos grises, traje azul marengo, sombrero negro, negra suerte irremediable. Jugó a ser original, propio, indivisible. Maldita madrugada, maldito azar, maldito abrazo de ocasión, escalera de color, cara de póquer.

Amé todas las pérdidas. Aún retumba el ruiseñor en el jardín invisible. Antonio Gamoneda

María José Marrodán


Palabras Grandes fábulas cayeron sin callarse como tantos Quijotes y molinos y gigantes, que por mucho ruido entre este silencio las palabras mudas se las lleva el viento y al final no dicen nada por muchas veces sólo son lamento y ruinas y muy pocas nueces. Y es que decir algo y negarlo al momento, o pedir perdón en estos tiempos está tan de moda como negar evidencias, como robar y mentir y perder la paciencia. A dónde llegaremos entonces perdidos entre la amoralidad y los inciertos suspiros, entre el especular y seguir robando, entre los parados que están naufragando, entre los paraísos fiscales sin huevos ni nidos, entre políticos corruptos que vuelven a salir elegidos. Y es que somos gilipollas, nos dicen agáchate, lo hacemos, y nos meten la po…

Iván Mendoza Marrodán

Ego Una luz maravillosa me cegó, en mi vida vi tal resplandor, luego me habló del vaivén del viento, jamás nadie me hablará con ese sentimiento, pero tal como vino se marchó dejándome sumido en la desazón de haber hallado y perdido algo perfecto en este mundo ingrato e incierto.

Era mi musa, mi brazo izquierdo, mi mente, mi calma, mi sosiego, me llamaron poeta por una poesía y yo, desde entonces, miento y engaño cuanto menos a voces, haciendo como que escribo bien cada día.

Iván Mendoza Marrodán


Ícaro Inc Logroño

A urbana luna La luna se oculta en la noche Le sirve de edredón donde esconder sus vergüenzas Erízame esta piel de ginebra mientras duermes no conoces donde la sonrisa crea tu nombre Eres en la escuela el alfabeto De Mi mamá me mima Yo te pienso desde la barra de un bar cualquiera siempre que la camarera sonría He leído estorninos en alguna parte Y no soy capaz de encontrar dónde se quedó tu mirada de cristal de renault en una noche de primavera Te pido que almuerces en lago de montaña pero no llevas mochila Y me guarezco de tónica bajo mix latino para esconderme de tu sombra de pista que recuerdo Y tu cadera Guarda mi cintura entre tus esposas Y vístete de miel para abejas en la colmena de mis brazos La tiza no pinta rayuela porque pierde iniciales Demasiado Iluminadas Quieres amanecer de blanco sobre pizarra Y yo quiero la sonrisa del sol en la noche Espero que como a otros alguien me encuentre Como caricia roja de labio Y sepa de almohada lo que yo no sé de tu Boca escurridiza cuando sueña

Ana Cuaresma


Salí corriendo Salí corriendo. Me dolían los pies. Pero no por la carrera. Me dolían por el tiempo que permanecí parado. Estar parado no es tan malo cuando nunca te has movido. No se extraña lo que nunca se ha tenido. No se desea lo que nunca imaginaste. Pero yo salí corriendo. Quise tenerte. Te imaginé y quise tenerte. Te descubrí. Te deseé. Te extrañé sin haberte tenido. Estar parado no es tan malo cuando nunca te has movido. Pero yo salí corriendo...y dejaron de dolerme los pies, y comenzó a dolerme el alma. La estabilidad de mantenerme inmóvil dio paso a la inseguridad del movimiento. Creí que corriendo sería feliz. Tuve miedo de no alcanzarte. Te perdí. Ahora no te encuentro. Sigo corriendo. Aunque ya no sé si avanzo o retrocedo. Aun así sigo corriendo. No sé. No sé si debí hacerlo. Quizá debí quedarme quieto. No se está tan mal cuando nunca te has movido.

Eduardo Orbe


Ícaro Inc Logroño

Adiós Todos tenemos miedo a pasar página. Nos asustan los finales inevitables y éste -por más previsible- no es menos doloroso. Cuando entró en mi vida, una brisa fresca alcanzó mi rostro. Algo vi en ella. Sutil y delicado como el aleteo de un lepidóptero, dejó su poso creciendo por latidos. Sólo buscaba tiempo para ella: en el autobús, de camino al trabajo o de vuelta a casa; esperando a un amigo, para que la conociera; en la sala del dentista, mitigando el miedo con su compañía; incluso, en los umbrales del sueño, ella en mi regazo. Ahora, cuando ya vislumbro el desenlace, mientras me preparo para el adiós, sigo disfrutando del néctar de su esencia, pensando que será inútil olvidar sus palabras. Mañana, tras abandonarla al pie de una farola, atravesaré la niebla de la calle sin mirar atrás. Alguien la encontrará y, abriendo sus páginas, se enamorará.

Ana María Muro Sáenz

Tq1mc Te quiero un montón cuando Tu mirada es franca y limpia en nuestros planes. Te quiero un montón cuando Preparas la colada en el programa adecuado Y tiendes la ropa después, no media hora más tarde. Te quiero un montón cuando Tu sonrisa es una cascada de cascabeles Y me contagias las ganas de vivir que tienes. Te quiero un montón cuando Recoges la mesa porque ayer te diste cuenta Que los platos no van solos hacia el fregadero. Te quiero un montón cuando Tus labios buscan los míos, No importan el lugar y el momento.


Te quiero un montón cuando Luchas contra las pelusas bajo la cama Pertrechado con la aspiradora como arma letal. Te quiero un montón cuando Me abrazas en la tristeza de una noche, Tu compañía, entonces, no tiene precio. Te quiero un montón cuando Piensas qué cocinar para mañana y te pones el mandil, Y dejas patas arriba la cocina, pero el plato es una delicia. Te quiero un montón cuando Tu voz me salva del caos, Incluso del mío propio. Te quiero un montón cuando Te levantas de noche, no importa la hora, Y preparas una infusión porque yo, de pronto, estoy mala. Te quiero un montón cuando, Tu cuerpo entero, todo, Me demuestra que me quiere. Te quiero un montón cuando También planchas, No me fijo mucho en el resultado, La voluntad ya es importante. Te quiero un montón cuando Por todo lo anterior, Y por muchas otras cosas y sentimientos, Tú me valoras con respeto.

Ana María Muro Sáenz


Ícaro Inc Logroño

Melancolía Nacemos como cangrejos ermitaños. Libres, sin cáscaras que nos recubran. Débiles. Mientras germinamos, nos arrastramos por los senderos empedrados de la moral cultural del momento. A edad muy temprana, un carapacho invisible se adhiere a nuestras espaldas y nos obliga a caminar con una postura casi reverencial. La propia de un resignado que abatiendo los hombros es capaz de emular un aplauso. El proceso nada tiene que ver con la tanatocresis del cangrejo, sino por la causa de ir acumulando residuos a esa mochila virtual que nos acompaña hasta el último momento. No son otra cosa que recuerdos enquistados que pueden llegar a pesar como escombros. Del mismo modo que los moluscos aferrados al espinazo de la roca, obligándola a replegarse sobre ella misma. Escoria prensada, en este caso, lista para llevar. Llegado el momento y habiendo acumulado cierta experiencia, intentas, sin conseguirlo, encontrar los viejos caminos que te llevaban a la carcajada y al amor asequible y poco enrevesado. Acabas perdiéndote en un mundo que no conocías huyendo a ciegas de lo ecuánime y previsible. La sonrisa de los viernes ahora es igual a la que solías llevar los lunes. La estuviste buscando, sin acierto, durante semanas en el armario; entre la ropa de entretiempo. No la encuentras. Se ha desvanecido. Has perdido la esperanza en la yema de un laberinto impracticable. Apoyado sobre una pared fría y húmeda aguardas con una vela extenuada. La sostienes con cuidado pero nada puedes hacer ya que es concisa y fugaz. Y ves que el tiempo se agota, notas que la oscuridad entra en ti y observando a tu alrededor pides auxilio con tu ojos, sin mover la boca. Gritas por dentro y nadie te escucha. Esperas que la fuente eterna de luz fecunde tu realidad de sueños truncados. Para algunos ya no habrá vuelta atrás, espero que tú tengas más suerte. El ermitaño.

Israel Esteban


El mundo llega a su fin. firmado: los mayas El matemático maya Tezcatl trabajaba hasta altas horas de la madrugada. Según le habían dicho, había sido escogido por los dioses para tal tarea, la de confeccionar un calendario divino e infinito. Los aldeanos, que parecían haber nacido sólo para contemplar al rey, acudieron en tropel para ver qué tallaba ese hombre en la piedra. Sin duda eran mensajes de las estrellas. Él insistía en desmentirlo, atribuyendo el acto a un mero ejercicio de cálculo, pero le tachaban de modesto y no le hicieron caso. Poco a poco fueron llegando personas de todas partes, haciendo campamento junto a su casa, y no tardaron en llegar los mercaderes que llenaban los terraplenes con sus puestos. Le veneraban casi como a un Dios, rodeándolo con velas y con vasijas llenas de esencias aromáticas. Con el tiempo empezó a creerse lo que le decían y convirtió su trabajo en un espectáculo. A veces gritaba y rodaba por el suelo, otras ponía los ojos en blanco, otras hablaba de forma extraña para que pensaran que conocía el habla de los dioses. Hasta que un día bajó el sacerdote espiritual del templo, movido por la duda y la envidia, y le dijo: ¡Oh, querido Tezcatl!, he podido hablar con los dioses y un mensaje para ti me mandan. Cito palabras textuales: “Sacerdote Azcatl ya no es necesario que prosigas con el mandato. El ciclo ha quedado terminado y se culminará tal y cómo está escrito.” Pero Azcatl… Sólo llevo calculado hasta el 21 de diciembre del año 2012. No repliques, los dioses han hablado. Y así es como Tezcatl abandonó su tarea para beneplácito de sus cinco mujeres, totalmente desatendidas hasta esa fecha. Los mercaderes fueron desalojando las calles y los terraplenes quedaron de nuevo vacíos ante la mirada entristecida de Tezcatl. Según le dijeron ahora estaba de moda un adivino que pronosticaba el momento exacto de un eclipse. Un milagro que se les antojaba harto rentable.

Israel Esteban


Ícaro Inc Logroño

Naufragios Seguirte en cierto camino es como pasear por un pantano errar dejando atrás el camino de madera, las señales de colores pintadas en los árboles. Es cierta sensación de pérdida a cada paso, un ligero emponzoñarse hasta mucho mas allá de las rodillas, empaparse el sexo de barro, astillas y desperdicios ajenos. Zambullirse hasta el plexo solar en la neblina fantasmal hundir la carita en un plato de sopa exquisito aunque lleno de gusanos, beber un mejunje envenenado, mojarse con gotas de sudor que no son de nadie, llorar lágrimas de cocodrilo en riada, lamentar y adorar y lamentar de nuevo la autocomplacencia, nadar en inabarcables mares de autocompasión. Como criatura mitológica o cefalópodo gigante enamorado, abrazar y destruir y abrazar de nuevo los barcos. Sentir, como un regalo, el dolor que produce cada una de las astillas clavadas. Sentir, como un castigo, el rumor de cada embarcación destruida por errar en la medida del abrazo. Culpar cada tentáculo, cada brazo, cada bocanada de aire injustamente por la consecuencia brutal e inmerecida de sus actos. Envenena, eso si, eso parece, pero el veneno puede ser mas dulce si cabe que el mas embriagador de los licores. Puede ser tremenda droga, incluso resultando encantador, contaminar cada célula del cuerpo con el mal. Pueden ser de terciopelo los puñales, puede acariciar y destrozar y acariciar de nuevo el abrazo interno de radiactividad en cada célula del cuerpo. Puede cada una de ellas sentirse adormecida, incluso amada, mientras el mal metastatiza en los adentros. Amargo veneno el sabor (ay) el remedio que pudiera combatir la enfermedad, porque puede el mal ser vírico y ser dulce como ninguna otra cosa al mismo tiempo. Es que amar una sustancia tóxica es escoger la más certera de las muertes querer así, en absolutos, es hundirse en las arenas movedizas. Abandone toda esperanza cualquier casual caminante, nadie ha de tender una mano a aquellos que sólo anhelan destrucción. Adorar una enfermedad terminal significa invariablemente enfermarse poco a poco; rendir culto a una destrucción temprana, aunque no por ello menos brillante. Nombrar dios al virus, condecorar a la droga, enarbolar la bandera de la toxina; sentir orgullo de este vicio atroz. Sentir cariño y renunciar a la cura, sentir nostalgia Beatriz Barriuso y enfermar del todo.


Amy Rayos de un sol naciente Decadencia AtmĂłsferas en blanco y negro Alma Giran los acordes imperfectos Espirales El humo de la soledad acontece Alcohol El rojo de sus labios amanece Locura Tacones y muslos infinitos Deseo Un cuerpo tendido en el horizonte Cruces Laberintos de espinos en la mente Sangre jinetes de cemento al alba paranoia ojos transparentes en el silencio vacĂ­o aullidos en las sombras desgarro lluvia opaca de sentimientos melancolĂ­a vagar y vagar hacia un lugar eterno vagar y vagar... Amy Winehouse - Back to Black

Gonzalo San Ildelfonso


Ícaro Inc Logroño

Alma Gritas notas oscuras que nacen en la luna, gritas locura de fuego que atrapa la noche en gotas de sudor. Caminas sin rumbo por las venas de la ciudad de barrio en barrio vomitando cemento, y en tu piel asediada por la sensibilidad amanecen sombras infinitas de tu derrota. Eres del viento gélido una partícula minúscula, eres de tu reflejo una lluvia de lágrimas, eres marabunta de soledad.

Gonzalo San Ildelfonso

Anclado al sur de tu ombligo Aún sigo anclado al sur de tu ombligo allá donde encontré la libertad, la guerrilla donde enrolarme contigo en noches de guerra y días de paz. Sigo anclado a tus labios insurgentes que no dan tregua, pero si redención, atrincherado clandestinamente al dulce exilio de tu habitación.

Gonzalo San Ildelfonso

Nos unen las ideas, la rebeldía, el seguir soñando con la utopía, las justificadas ganas de matar. Nos une una atracción inevitable, porque los dos somos tan culpables de no habernos dejado domesticar.


Piénsame, que estoy pensando. Piénsame, que te estoy pensando, olvidemos los malditos porqués, centrémonos en los cómo, los cuándo y los dónde nos volvemos a ver. Suéñame, que no te dejo de soñar, dejémonos ya del “qué pasaría” y premeditemos la hora y el lugar para reencontrarnos con alevosía. Todo se desmorona menos mis ganas de amanecer contigo por la mañanas, refugiado en tus brazos, mi trinchera. Y sé que te sucede algo parecido, el placer es mejor si es compartido y también el amor, compañera.

Aitor Cuervo Taboada

Luna de miel en palestina Y decirte tantas cosas, querida, pero ante todo que no me asusta anclar el corazón o dejar la vida si se trata de una batalla justa. Ahora que a poco o nada temo desde que sé que tú me esperas y sólo acato al tribunal supremo del templo pagano de tus caderas. Hasta el último instinto dejé atado en aquella madrugada bilbaína y a pesar de las prisas del juzgado se hizo sumamente dulce mi ruina, el día en que amanecer a tu lado fue una luna de miel en Palestina.

Aitor Cuervo Taboada


Ícaro Inc Logroño

Las caras de la gente Como todos los sábados por la tarde la ciudad aguardaba con impaciencia la caída del sol. Ojos de sapo caminaba con paso decidido tratando de aparentar que se dirigía a algún lugar. Ante todo, no debía titubear: doblar una esquina o continuar recto tenía que ser un acto reflejo, como un parpadeo, nadie debía advertir que discurría sin rumbo. Subió Ribera de Curtidores hasta la plaza de Cascorro, no prestaba atención por donde iba, allí se detuvo en una tasca viaja para apurar un chato; después cogió la calle Duque de Alba y en Tirso de Molina se bebió otro vino en un bar mugriento. Marchaba hacía ninguna parte. Se preguntó cuántos de aquellos rostros anónimos con los que se cruzaba vagaban como él. Quizás la tipa ojerosa a la que estaba siguiendo era también una farsante como él, alguien que deambula en silencio entre las personas normales tratando de contagiarse de las ganas de vivir. Puede que ella creyera lo mismo, que aún sin participar de la catarsis colectiva, simplemente observándoles, merecería la pena sobrevivir una noche más. La ojerosa se confundió entre la masa y no volvió a verla jamás. Simulaba ser gente corriente, de esa que recorre la ciudad con un propósito: juntarse con otra gente corriente.

A la altura de la Plaza de Jacinto Benavente se topó con una cara de facciones angulosas y mandíbula bien formada, uno de esos rostros que venden bonos en los mercados financieros. ¿Cómo darse la vuelta sin que nadie se extrañara? La gente finge no mirar, aunque en realidad todos observan. Se paró frente al escaparate de una tienda de delicatesen y de reojo examinó el imponente rostro: el mentón se proyectaba con orgullo hacía Atocha. Entonces, el errabundo se encontró con su reflejo deformado; llevaba semanas evitando los espejos. Vio una astilla sujetando una cabeza desproporcionada y unas sienes hundidas listas para conectar el par de electrodos. Consideraba al par de burbujas acuosas que eran sus ojos como los rasgos más evidentes de que se estaba transformando en algo que no era humano; ya nunca se refería a sí mismo por su nombre, sino como Ojos de Sapo. Aparte de estar consumido por la enfermedad, estaba borracho. El día anterior en el portal de su casa, la hija de una de sus vecinas le dijo a su madre: «Mama, ese señor se parece a Drácula». La madre avergonzada tiró del brazo de la niña tratando de huir lo más rápido posible. Era cierto, él ya no era gente corriente.


La mandíbula subió por la calle de San Sebastian hasta la plaza de Santa Ana. Ojos de Sapo le seguía de cerca, hasta pudo oler la fragancia de su colonia. El hombre de la majestuosa mandíbula se sentó en una de las terrazas de la plaza y, despreocupado, empezó a toquetear su smart phone. Al rato, unas enormes gafas Gucci encajadas sobre la naricilla de una rubia de veintipocos bajaron de un taxi, otearon la terraza en busca de la sublime mandíbula de presentador de televisión, y cuando la vio, marcho hacía ella con un inconfundible contoneo de choni. Mandíbula y gafas se morrearon con lujuria mientras Ojos de Sapo les acechaba. Un policía local ceñudo y de frente huidiza apareció de la nada y espetó a Ojos de Sapo con tono desconfiado: « ¿Está bien?, ¿necesita ayuda?». Se lo preguntaba porque su postura era del todo inapropiada para la plaza de Santa Ana un sábado por la tarde. Sin darse cuentea se había ido doblando hasta quedar de rodillas, y su cabeza estaba tan torcida que parecía a punto de descoyuntarse. Ardía de fiebre. Miró al policía: tenía un aspecto primitivo como él de un neandertal fugado del museo antropológico. El guardia le agarró del

brazo y le levantó sin miramientos. O j o s de Sapo se revolvió con violencia, dio un par de tumbos y cayó al suelo todo lo largo que era. La terraza repleta de mandíbulas bien formadas y gafas de Gucci contemplaba el embarazoso espectáculo con arrogancia; le habían descubierto, ahora ya todos sabían que merodeaba por las calles sin un lugar adonde ir. Ojos de Sapo los despreciaba. Se levantó con dificultades, pero sin ayuda, y marchó fingiendo que él también era gente corriente, de esa que se junta con otra gente corriente.

Fran Oteiza


Ícaro Inc Logroño

Exiliados Temo que llegue el día en que no tenga patria de besos, de palabras, de labios... El otro día te pensé, hay veces que te cuelas escurridizo entre los pliegues de mis pensamientos, e imaginé lo que ya me preguntaste un día, si había traspasado ya la frontera del dolor, y te contesté, aunque no estabas, aunque no fueras a preguntármelo nunca, que sí, que el tiempo lo cura todo aunque te deje marcas de las heridas, aunque las cicatrices no se curen nunca y te cambie, y que no se puede querer lo que ya no existe, que soy una exiliada de la tierra querida, que la patria a la que pertenecíamos se ha hundido bajo las aguas.

Nerea Ferrez

La vida por delante Sé que debiera estar haciendo otra cosa más imperiosa aunque la fiebre aún no haya remitido y quizás ésta sea la culpable de estos versos. Sé que no debería sonreír como si me hubiesen enganchado una percha a los labios pero tras tantas caídas me alegra que una mano me haya levantado al vuelo. Así, hoy,

en pijama, aún en el asilo paterno, con la cabeza para pocos pensamientos, el cuerpo dolorido, y el sueño arrastrando las pestañas, sé que no debo sonreír por si se me clavan las esquinas de la percha que me expande la boca, pero también pienso que tonta, tonta, tonta, y siempre, como ya dije soy gilipollas.

Nerea Ferrez


Hogares Antes, en la casa de mi abuela, se escondían galletas y caramelos al alcance de las manos de los niños, juguetes bajo las mesas redondas de manteles viejos, folios y más folios pintarrajeados con colores, pinturas en todos los cajones. Recuerdo llegar de la escuela y verla esperándome, con la puerta abierta de par en par y un beso en los labios, mientras mi abuelo, sentado en un sofá con tantos años como mis padres, veía los documentales de la dos. Y recuerdo sentarnos juntas a hacer los deberes, con un bocadillo de chorizo, o de pan con chocolate, y hablarme de la vida, y enseñarme a tejer, o llevarme al parque. Ahora, en la casa de mi abuela ya no hay dulces ni galletas, sino papillas y medicinas en todas partes, los juguetes han dado paso a orinales, sillas de ruedas... no hay donde sus nietos puedan pintar porque sus nietos ya no quiere ponerle color a la vida. Ya no me espera, al regreso del trabajo, porque no tenemos tiempo para que la vida nos aplaste y no merendamos juntas ni mi abuelo ve los documentales de la dos con sus ojos cansados. Pero siempre que voy ella aunque triste me espera con un beso en los labios.

Nerea Ferrez


Ícaro Inc Logroño

Mi amada Gabriela Después de saberse herederos únicos, cuando los sobrinos llegaron a la casa solariega de la tía Milagros un aroma de nostalgia les recibió desde el hall y les acompañó por las estancias tomadas por las sábanas blancas que cubrían aparadores, sillones, mesitas de te, lámparas y crucifijos. En la biblioteca pasaron las manos curiosas por los lomos de los misales, de las ediciones raras de la Biblia que coleccionaba la tía y sopesaron los candelabros con los que la anciana se acompañaba mientras leía las vidas de santos y se santiguaba. Se toparon con ese aroma de ermita olvidada, también, en la pequeña capilla donde el deán de la concatedral venía, al caer la tarde, a rezar el rosario con la tía y unas amigas de la Misión Católica para los Desamparados. La piadosa mujer acumulaba en los cajones rosarios y peinetas, con las que acudía a las procesiones del corpus,

y de la Inmaculada, y a la del patrón y a la de la patrona, con mantilla negra y guantes hasta el codo y unas gafas que le dejaban el rostro ambiguo. La tía Milagros atesoraba en el zaguán una bonita colección de aguamaniles y de benditeras y hasta un niño Jesús de madera policromada del siglo XVI que, como ella decía a todas las visitas, costaba un Potosí, mientras les daba a besar la reliquia de una pariente, monja de clausura, que había muerto en olor de santidad y a quien se encomendaba cuando llegaban las elecciones municipales y el rojerío amenazaba con hacerse con el bastón consistorial. Los sobrinos encontraron en un arcón una custodia que bien podía ser de plata del Perú, a donde se marchó de misionero un novio antiguo cuando la tía le dio calabazas. La echaron a un saco donde guardaron las medallas, la cubertería y unas bandejas de alpaca


veladas por el paso del tiempo. Allí metieron también los ciento treinta y cuatro cálices de oro que tenía repartidos por toda la casa, uno de los cuales prestaba al Arciprestazgo para la misa de la Virgen del Carmen a la que asistía lo más granado de la ciudad. Guardaron las coronas enjoyadas y la cucharita de oro que el cura utilizaba para echarle unas gotas de agua al vino de consagrar, un hábito de la inquisición y un cilicio medio herrumbroso con una correa de cuero ajada. Despreciaron tallas de madera de santos por no tener peana de plata, pero no le hicieron ascos a unos anillos arzobispales que encontraron junto con unos libros de cánticos corales con letra gótica e ilustraciones con pan de oro. Fue de uno de esos volúmenes de donde cayó una fotografía en blanco y negro. Una imagen en la que dos mujeres miraban a

la cámara con aire divertido. Una, la tía, sentada en un sillón de madera. La otra mujer, que apoyaba la mano derecha en su hombro, justo detrás, sonriente. En el reverso, con la letra cuidada, elegante y británica de la tía Milagros, los sobrinos atónitos pudieron leer: “Mi amada, mi deseada, mi querida y añorada Gabriela: Cuento los minutos que quedan para poder volver a sentir, en mis dedos, la suave caricia de tu piel canela. Siempre tuya, Mila”


Icaro Incombustible Nยบ15

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Icaro Incombustible Nยบ15

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Nยบ15 ICARO IINC

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