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Editorial Medios y conflictos en Iberoamérica. Más allá de los enfoques políticos Sandro Macassi L. (Perú)

Los conflictos sociales son crecientemente una preocupación cotidiana de gobernantes pero también de editores, jefes de prensa y periodistas de los diferentes medios que operan por todo Iberoamérica. Sin embargo, la preocupación por el tratamiento de las noticias en situaciones de conflictos no es nueva en Latinoamérica, pues el análisis del tratamiento informativo de los conflictos se ha realizado desde un enfoque prioritariamente político. Sin embargo, el contexto actual exige un enfoque más complejo para entender los conflictos sociales y por lo tanto, también, para comprender el rol que los medios juegan en estos procesos sociales. El nuevo punto de partida subraya la necesidad ir más allá de ver a los conflictos como disputas por el poder político, se basa en que el origen y las causas de los conflictos se basan en disputas sobre necesidades básicas que no son satisfechas que se ven alimentadas por visiones de desarrollo diferentes, procesos culturales distintos, prácticas de negociación divergentes, etc., es decir, un sinfín de variables sociales, culturales y relacionales que con frecuencia suelen escapar a la comprensión de políticos y a las prácticas periodísticas. Cuando los mecanismos de diálogo y solución no funcionan, lo cual es usual, los conflictos necesitan hacerse públicos, los actores buscan de distintas maneras motivar la acción del Estado o movilizar a la opinión pública para influir en la dinámica y el cauce de los conflictos y es allí donde los medios tienen un rol clave. Esto es cierto tanto en las grandes ciudades como en las pequeñas localidades Alto Andinas o españolas, así lo documenta el articulo que incluimos en este número donde se muestra como la cobertura de nacional e internacional de un conflicto laboral en un pequeño pueblo de Castilla y León en España afecta radicalmente su curso de acción. Así mismo, varios artículos centran su atención en la superposición entre la agenda mediática y la agenda gubernamental de los conflictos como en el caso de las retenciones agrícolas en Argentina y de los debates surgidos de la asamblea constituyente boliviana. Otros artículos explorar en opciones de un tratamiento periodístico diferente de una manera de que los medios aporten a la transformación de los conflictos con el uso de formatos tradicionales en Bolivia pero también con el uso de nuevos medios en Somalia para que los conflictos tengan un cause de dialogo y transformación. Por último, otras contribuciones profundizan en aspectos culturales de los conflictos como el caso de la representación Mapuche en la prensa Chilena. Finalmente a este número también lo acompañan respetables opiniones de expertos, de diversas latitudes que han venido reflexionando sobre este tema y que tienen mucho que aportar a la naciente reflexión Latinoamericana sobre el tema. Por ello, hemos entrevistado a expertos con vasta experiencia en capacitación a periodistas en la cobertura prospectiva de los conflictos, en el desarrollo de programas radiales de paz en situaciones de postguerra, así como académicos profesores de Estados Unidos Canadá, Reino Unido y Kenia. Sandro Macassi L.. .


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Cobertura periodística a la Asamblea Constituyente de Bolivia Martha Paz

Martha Paz. Nacida en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, es licenciada en Comunicación Social, con Máster en Comunicación y Cultura en Ciencia y Tecnología de la Universidad de Salamanca, España. Ha trabajado durante nueve años en canales de televisión, agencias de noticias y medios escritos. Fungió como Defensora del Lector en el periódico El Deber. Es co-autora del libro Sensacionalismo, Valores y Jóvenes: El discurso y el consumo de dos periódicos bolivianos de crónica roja, y autora de En los zapatos de la pulga. Relato de una experiencia en la Defensoría del Lector en Bolivia. Actualmente se desempeña en la Universidad Evangélica Boliviana a cargo de la Facultad de Comunicación y Cultura. Y preside la Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación Social (ABOCCS).

Resumen Más de 7 mil propuestas procedentes de personas e instituciones de diversas regiones de Bolivia llegaron a la Asamblea Constituyente que se llevó a cabo en este país entre agosto de 2006 y agosto de 2007. De manera escrita o verbal, a través de ventanilla única, audiencia y encuentros con los propios asambleístas, la gente boliviana se dio modos de hacer conocer de primera mano lo que más le estaba preocupando y era de su interés. Esas propuestas giraron en torno a 153 temáticas, de las cuales sólo 42 fueron desarrolladas por los medios de comunicación. Los periodistas tuvieron más interés en cubrir la coyuntura alrededor del cónclave que los procesos de debate, diálogo y discusión que se vivieron dentro cada una de las comisiones de trabajo.

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I.

ANTECEDENTES

1.

LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

1.1.

Las esperanzas

Cuando se instaló la Asamblea Constituyente el 6 de agosto de 2006, muchos analistas políticos alertaban que era peligroso creer que todos los problemas de Bolivia se solucionarían con esta instancia. Es que diversas encuestas de percepción ciudadana daban cuenta del sentimiento optimista que la población refería respecto al futuro del país como producto del proceso constituyente. En el último trimestre de 2004, por ejemplo, un primer estudio de carácter científico social, aunque cuantitativo, para conocer esas percepciones ciudadanas, realizado por la Unidad de Coordinación para la Asamblea Constituyente (UCAC) y promovido por el Ministerio de la Presidencia de la República (2004a: 19-27), señalaba que la mitad de los bolivianos consideraba que el país mejoraría por efecto de la Asamblea Constituyente, ocho de cada diez bolivianos opinaba que su situación económica personal estaría igual (40,9 %) o mejoraría (36,7 %) a partir de ella, siete de cada diez tenían una percepción moderadamente optimista acerca de los efectos de la Asamblea en las relaciones entre los bolivianos, y casi un 60 por ciento creía que habría más ganadores que perdedores con el proceso. No era para menos. Si bien no todos los bolivianos tenían una idea acertada de lo que era o podía ser la Asamblea Constituyente (según el mismo estudio, el 33,5 % consideraba que era para decidir el futuro de Bolivia, el 23 % creía que era para cambiar todas las leyes, el 22,4 % para hacer reformas, el 19,6 % para redactar una nueva Constitución y el 14,8 % para profundizar la democracia), lo cierto es que, de acuerdo a Carlos Cordero (ídem: 57), se trataba del “último recurso para mantener la paz social y la oportunidad de reconstruir el Estado desde un espacio democrático y, lo que es más importante, pacífico y respetuoso del orden constitucional”. En efecto, cuando el presidente Carlos D. Mesa Gisbert incorporó, en febrero de 2004, la posibilidad de convocatoria a una Asamblea Constituyente en el texto constitucional, el país estaba inmerso en una crisis política y social de gran envergadura, no vista desde la recuperación de la democracia en 1982 y de la que tampoco saldría ni con el propio Mesa ni con su renuncia tres meses después. Antes de él, Gonzalo Sánchez de Lozada se vio obligado a ofrecer al país la realización inmediata de una Asamblea, pero renunció al cabo de pocas horas. Mientras tanto, sectores organizados y movilizados de la sociedad boliviana pedían a grandes voces ser tomados en cuenta en la agenda política y social nacional. Los medios de comunicación testimoniaron, primero, esos momentos de conflicto y, luego, ese sentimiento optimista en relación al rol de la Asamblea Constituyente para construir un nuevo país. Les tocaría ahora cubrir las actividades de este cónclave, que no era un evento cualquiera. 1.2.

La nueva construcción de país 1

La Asamblea Constituyente es el espacio de deliberación y consenso para elaborar un nuevo acuerdo para Bolivia. Este acuerdo se plasma en un nuevo texto de Constitución Política del Estado que sienta las bases para el diseño de un Estado más cercano a la realidad, las necesidades y las expectativas de los diversos sectores que integran el país (Ibarnegaray, Roxana y Exeni, José Luis, en CNE 2005: 8). Es la reunión de representantes, elegidos por el pueblo, que tienen a su cargo escribir la ley fundamental que define la organización jurídica política del Estado, es decir, la Constitución Política del Estado. Es el espacio de deliberación pacífica y democrática que las bolivianas y los bolivianos estamos construyendo para resolver nuestras múltiples controversias de manera concertada, positiva y madura. Es el lugar del cual emergerá un nuevo proyecto nacional para la construcción de una Bolivia más igualitaria, justa e incluyente (UCAC 2005: 41) 1 Lo resaltado en negritas es nuestro.

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Al ser un mecanismo participativo y democrático, es la mejor expresión de la participación popular. Su objetivo es rediseñar las reglas de convivencia dentro del Estado, entre el Poder Público y la sociedad, respetando los derechos fundamentales de las personas y los principios generales que el pueblo aporta a través de sus usos y costumbres (UCAC 2004b: 4-5). Este proceso democrático tiene el objetivo principal de elaborar un nuevo entramado social (Tórrez, Andrés, en UCAC 2004c: 4). El objetivo de la Asamblea Constituyente es construir un nuevo pacto social y político que permita establecer las bases para un Estado que refleje valores humanos y permita a los ciudadanos disfrutar de una sociedad democrática y justa (FBDM 2006a: 2). Es un espacio de reencuentro, de reconocimiento entre todos y que, más allá, de nuestras diferencias, permitirá fijar las reglas para la construcción de un país que posibilite iguales oportunidades, sin discriminaciones de ninguna naturaleza (FBDM 2006b: 2). Es un espacio de debate público en el que se confrontan ideas que concentran determinadas posiciones y que, por su antagonismo o por sus coincidencias, generan el enriquecimiento del tema global (UCAC 2004c: 8). Es un espacio de deliberación abierto donde se enfrentan una serie de propuestas, ideas y convicciones, todas expresando la visión sobre la forma de Estado en el que desean vivir cada uno de los grupos sociales y regiones que están ahí representados (Gosálvez, Gonzalo, en: Vicepresidencia de la República 2006: 9). Es un espacio de diálogo, deliberación y concertación para que todos los miembros de una población busquen la manera democrática de enfrentar sus problemas, reorganizando el país política, económica y socialmente (UCAC 2004b: 7).

Cualquiera sea la definición de Asamblea Constituyente que se adopte, lo cierto es que todas ellas tienen tres aspectos en común. Primero, que se trata de un espacio de diálogo, deliberación, concertación, debate, reencuentro, reconocimiento, consenso y participación. Segundo, que tiene el objetivo de elaborar un nuevo acuerdo de país, un nuevo proyecto nacional, un nuevo entramado social y nuevas reglas de convivencia dentro del Estado. Y tercero, que se plasma en la modificación o redacción de una nueva Constitución Política del Estado. Es de resaltar el primer punto. Para que haya una nueva Constitución y un nuevo acuerdo de país, debe haber primero diálogo, deliberación, concertación, debate, reencuentro, reconocimiento, consenso y participación. En el caso boliviano, los medios de comunicación estuvieron, entonces, ante el desafío de cubrir la Asamblea Constituyente como un proceso, en el que el fondo era más importante que la forma. 1.3.

La historia

En la historia de Bolivia ha habido dieciocho reformas constitucionales surgidas de Asambleas o Convenciones Constituyentes. Sin embargo, aunque no hay consenso, los historiadores señalan que las más importantes de ellas son las de los años 1825, 1826, 1938 y 1967. La Unidad de Coordinación para la Asamblea Constituyente (UCAC) describe, en uno de sus suplementos Hacia la Asamblea Constituyente (2004b: 7-8), cada una de esas Asambleas. “En la del 6 de agosto de

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1825, llamada Asamblea Deliberante, los representantes aprobaron la creación de la República de Bolivia. Fue convocada por Antonio José de Sucre y deliberó en la ciudad de Chuquisaca, luego denominada Sucre. El año siguiente, también convocado por el Presidente José Antonio de Sucre, se realizó el Congreso General Constituyente, que sentó las bases del funcionamiento del país, estableciendo los poderes del Estado, las instituciones primigenias y un ordenamiento legal. En 1938, convocada por el Presidente Germán Busch, se realizó la Convención Nacional en la que participaron personajes que en las décadas posteriores influyeron en la política nacional, como Víctor Paz Estensoro, Carlos Montenegro, Walter Guevara y Augusto Céspedes. Algunas reformas introducidas fueron la libre asociación sindical, el reconocimiento del contrato colectivo y el derecho de huelga. La de 1967, convocada por el Presidente René Barrientos, permitió la redacción de la Constitución vigente hasta la fecha en Bolivia (con reformas en 1995 y 2004)”. Si bien la Asamblea que ahora nos ocupa comenzó a gestarse en 1990 con la primera gran marcha a La Paz por parte de los pueblos originarios de tierras bajas del Oriente boliviano, reclamando tierra, territorio y dignidad, fue en octubre de 2003 que se produjo la crisis social y política que produjo la renuncia del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y demandó una serie de profundas reformas económicas y políticas en el país, entre ellas, la realización de la Asamblea. “El origen de la crisis de octubre se debió a que la denominada Democracia Pactada era ya insuficiente para realizar una adecuada representación política de la sociedad; en segundo lugar, porque el mundo campesino e indígena irrumpió en el escenario político y social, demandando ser parte de los destinos del país en igualdad de condiciones que el resto de los sectores; en tercer lugar, porque se produjo una largamente germinada exigencia de las regiones de una mayor descentralización e, incluso, de autonomías; y en cuarto lugar, porque las reformas de corte liberal aprobadas en el país en 1985 no han dado los resultados esperados de crecimiento económico y mejora de las condiciones de vida a los bolivianos” (: 2). Lo que han escrito los periodistas bolivianos sobre la Asamblea Constituyente 2006-2007 quedará registrado en archivos, pasará a la historia. Dependiendo del enfoque que ellos han dado a sus materiales, quedará o no la idea de una Asamblea en la que hubo sólo conflictos o en la que también hubo propuestas. II. SOBRE LA INVESTIGACIÓN 2.1.

Del problema

Siendo la Asamblea Constituyente un proceso histórico y no un mero evento, vale la pena analizar si fue cubierta periodísticamente en su verdadera esencia -las propuestas y el debate alrededor de ellas- o si sólo se mostró los aspectos formales del proceso. 2.2.

De los objetivos

Los objetivos fueron así planteados: •

Determinar, a través del análisis morfológico y de contenido de la prensa nacional, cuánto y cómo informaron los periódicos a los bolivianos acerca de las propuestas presentadas a la Asamblea Constituyente.

Establecer si los medios impresos bolivianos legitimaron a la Asamblea Constituyente como un espacio de encuentro, diálogo y concertación para la creación de un nuevo pacto social.

2.3.

De la metodología

2.3.1.

Tipo de estudio

La presente investigación fue realizada siguiendo el modelo descriptivo porque pretendió observar y revelar el fenómeno denominado Asamblea Constituyente en la prensa boliviana. 2.3.2.

Universo y muestra

Para estudiar la cobertura y el tratamiento periodístico brindados a las propuestas recepcionadas en la Asamblea Constituyente, se consideró como muestra las propuestas recibidas en 20 de las 21 comisiones

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de trabajo de la Asamblea Constituyente, así como los materiales informativos (sueltos, noticias, crónicas, entrevistas y reportajes) de los siguientes diarios: El Deber, de Santa Cruz de la Sierra; La Prensa, La Razón y El Diario, de La Paz; Correo del Sur, de Sucre; Opinión, Los Tiempos y La Voz, de Cochabamba; y La Patria, de Oruro, publicados desde el 1º de enero hasta el 30 de abril de 2007. Si bien muchas propuestas empezaron a llegar al cónclave apenas éste se instaló el 6 de agosto del año anterior, fue a partir de la conformación de las comisiones de trabajo -en enero de 2007- que ellas empezaron a ser analizadas, a puertas abiertas, por los constituyentes; y a fines de abril, una vez terminaron los encuentros territoriales, se dio el primer plazo final para la entrega de las sistematizaciones correspondientes. 2.3.3.

Análisis de las propuestas y de los periódicos

Para este estudio, se leyó cada una de las propuestas llegadas a las comisiones de la Asamblea Constituyente -5.484 de las más de 7.000 recepcionadas- y se seleccionó cuáles fueron las más recurrentes en función a la cantidad de veces sugeridas. Esa clasificación de las más recurrentes se hizo a través de planillas como la anexada, en la que se anotó cada propuesta en detalle con sus diferentes variantes de acuerdo al proponente, el nombre de éste, su región de procedencia y la fecha de entrega a la Asamblea. Los materiales periodísticos fueron analizados como se describe a continuación: Se leyó todos los que constituyeron el universo de estudio con el fin de diferenciar entre las notas cuyo asunto o tema principal era la coyuntura y las notas cuyo asunto o tema giraba en torno a propuestas. De las notas cuyo énfasis radicaba en una o varias propuestas se analizó, en principio, el factor de interés periodístico que determinaba la conversión del hecho en noticia (siguiendo a Vicente Leñero y Carlos Marín), las ilustraciones de cada nota y el subgénero en que habían sido trabajadas, las funciones de los titulares (de acuerdo a Gregorio Iriarte y Marta Orsini), los frames o encuadres (según Sandro Maccassi) y las fuentes de información. Los materiales de opinión se analizaron de acuerdo a su función. Así, se obtuvo un listado de las propuestas desarrolladas, apenas enunciadas y nunca mencionadas. III. RESULTADOS Y CONCLUSIONES Al ser la Asamblea Constituyente un espacio para la presentación directa de ideas y sugerencias de parte de la población, se convirtió en una instancia que permitió conocer de primera mano los temas que más están preocupando a la ciudadanía boliviana y son de su interés. En esa ocasión, la gente tuvo la oportunidad de hacerse escuchar presentando propuestas, de manera escrita o verbal, a través de ventanilla única, audiencias y encuentros con los propios asambleístas, o en Sucre o en las diferentes regiones del país. Fueron aproximadamente 7 mil las propuestas hechas, por personas particulares, organizaciones civiles, instituciones del Estado, agrupaciones ciudadanas y partidos políticos. Giraron en torno a los grandes temas que, a la vez, fueron los nombres de las comisiones de trabajo, es decir: el carácter del Estado, el desarrollo económico y social de éste, los deberes, derechos y garantías de las personas, la educación e interculturalidad, el desarrollo de la Amazonía, el manejo de la hoja de coca, la gestión de la tierra y de los recursos naturales, la minería y metalurgia, la seguridad y defensa nacional, las relaciones internacionales y la justicia. A continuación, los 153 temas más sugeridos por diversos sectores procedentes de diferentes regiones del país. Los bolivianos concuerdan que hay algo que hacer respecto a ellos y, por esa razón, los hizo explícitos. Quedaron así servidos en bandeja para los medios y los periodistas, como para que éstos aprovechasen de incluirlos en sus páginas, en sus imágenes y en sus discursos. Apropiándose de ellos o, en palabras técnicas de la profesión, brindándoles cobertura, los medios y los periodistas estarían ayudando a construir democracia. 1 2

Estado democrático Los principios que rigen al Estado boliviano son la democracia, la soberanía, la solidaridad, la justicia, la libertad, la paz social, el desarrollo, la seguridad ciudadana, la participación, la transparencia, la honestidad y la responsabilidad social

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Porque todos los seres humanos somos iguales, están garantizados los derechos a la vida, a la educación, al trabajo, a la vivienda, a la alimentación y al vestido, a la integridad física, a la ciudadanía y nacionalidad, a la libertad de expresión, y a un medio ambiente sano, entre otros, de absolutamente todos los bolivianos y bolivianas

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La educación es la más alta función del Estado. A ella se le debe destinar el 33 por ciento del TGN Los recursos naturales son de la Nación boliviana. Las riquezas que se obtengan de su aprovechamiento deben ser destinadas a los departamentos productores y, en general, a la educación, a la salud y a la generación de empleo en todo el país Libertad de culto Las Fuerzas Armadas tienen la misión de preparar al soldado en lo técnicoprofesional Existirá un órgano de control social Nacionalidad boliviana a extranjeros será otorgada luego de un periodo mínimo de residencia de entre 3 y 10 años en Bolivia Bolivia es un solo Estado Nación y la nacionalidad es la boliviana Se es ciudadano desde el momento del nacimiento Reconocimiento a los pueblos originarios Derecho a voto de los bolivianos en el extranjero Estado de derecho, unitario, democrático y social Control social para disminuir la corrupción Respeto a los derechos de las personas Voto a partir de los 16 años Ingreso libre a universidades y normales Estado laico El Estado debe garantizar las autonomías Congreso unicameral La representación ante el Congreso debe ser territorial y poblacional Se debe permitir las elecciones por usos y costumbres Congreso bicameral Los diputados suplentes no recibirán salario sino sólo cuando asuman la titularidad Para ser diputado se debe tener 30 años de edad cumplidos Re-elección de autoridades Los diputados no deben desempeñar otras funciones Sucre, sede de gobierno Justicia comunitaria Pena de muerte Los ministros de la Corte Suprema se elegirán por voto directo El Tribunal Constitucional es el ‘contralor’ de la constitucionalidad Igualdad en aplicación de la Ley Elección de Presidente, Vicepresidente, ministros, senadores y diputados mediante voto popular, para un periodo

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no mayor a 5 años y sin derecho a reelección Referéndum revocatorio para todas las autoridades elegidas por voto popular La dupla de candidatos a Presidente y Vicepresidente debe estar conformada por un hombre y una mujer Son requisitos para ser Presidente: ser boliviano y mayor de 30 años, no tener antecedentes penales y no necesariamente pertenecer a una agrupación ciudadana o partido político Juicio de responsabilidades aplicable a todas las autoridades El Poder Ejecutivo está conformado por el Presidente, Vicepresidente y ministros de Estado Ministros de Estado deben tener profesión o especialidad afín a su cargo Control social Elección de las autoridades públicas por voto directo, por sólo cinco años y con revocatoria de mandato Ejercicio político desde los 18 años Creación de la Procuraduría General de la República Partidos políticos deben tener un plan de gobierno Segunda vuelta electoral Abolición de fueros para las autoridades públicas Autonomías departamentales, tal como se propuso en el Referéndum del 02/07/2006 Autonomías departamentales con otras de tipo subdepartamental, en función de regiones, provincias, municipios y comunidades indígenas Las autonomías deben ser de abajo para arriba, por lo tanto, las debe haber de tipo comunal, campesina, cantonal, distrital, seccional, popular y urbana intercultural Fortalecimiento de la descentralización y desconcentración administrativas a nivel departamental Autonomías indígenas Autonomías provinciales Autonomías municipales las ordenanzas deben ser leyes Las autonomías deben ser solidarias, integrales, redistributivas, y respetar la interculturalidad Autonomías regionales de acuerdo a similitudes culturales y/o geográficas Educación intercultural y plurilingüe, de modo tal de incluir en la currícula la historia, las costumbres y los idiomas de todas las culturas, sin hacer jerarquización entre ellas

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59 La educación es un derecho humano; por lo tanto, constituye la más alta función del Estado. Éste debe financiarla en su totalidad para que sea gratuita, y por ende, obligatoria hasta la secundaria 60 Se debe eliminar toda forma de discriminación en el sistema educativo boliviano. No debe haber diferencias de género, credo, idioma, estado físico, lugar de nacimiento ni condición socioeconómica, para acceder y permanecer en el sistema 61 Libertad de enseñanza. Se reconoce la educación privada y religiosa, bajo tuición del Estado 62 El Estado protegerá y fomentará el desarrollo de todas las lenguas que se hablan en Bolivia. Debe declararlas ‘patrimonio cultural de la Nación’ y academizarlas 63 Educación técnica 64 Educación con valores y principios 65 El Estado estimula y viabiliza la investigación libre dirigida a resolver los problemas que atañen a la sociedad 66 Las autonomías universitarias son relativas y con control social 67 La salud debe ser una prioridad del Estado; por lo tanto, el servicio de salud debe ser universal y gratuito para todos 68 El trabajo es un derecho humano. El Estado debe generar fuentes de empleo, garantizar el ‘primer empleo digno’ y desarrollar políticas de protección al trabajador 69 El Estado protegerá la salud física, mental y moral de la infancia 70 Eliminación del trabajo infantil 71 Seguro social universal para todos en las situaciones de maternidad, paternidad, viudez, invalidez, vejez, desempleo y muerte 72 Maternidad segura 73 Derecho a la seguridad alimentaria 74 Respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes 75 Incorporación de la medicina tradicional al sistema de salud 76 Todos los seres humanos tenemos los mismos derechos 77 Los contratos con las transnacionales no deben exceder los 5 ó 10 años y los porcentajes deben ser 60-40. Los ingresos por el IDH deben estar destinados al desarrollo social integral 78 La industrialización de los hidrocarburos debe ser prioridad 79 Refundación y fortalecimiento de YPFB

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80 Los hidrocarburos son patrimonio de la Nación y no podrán ser enajenados 81 Debe ser satisfecha primero la demanda interna de gas 82 Control social en uso y aprovechamiento de hidrocarburos 83 Utilización económica y racional de la energía 84 Profesionales especializados deben ocupar los cargos jerárquicos del rubro de los hidrocarburos 85 La prospección y exploración también deben ser prioridad 86 La venta del gas a países extranjeros debe basarse en los precios internacionales 87 Estado propietario del suelo y subsuelo con todas sus riquezas naturales 88 COMIBOL a cargo de la cadena productiva 89 Industrialización de materias primas 90 Regalías mineras para regiones, departamentos, municipios, comunidades campesinas y pueblos originarios 91 Defensa del medio ambiente en actividades mineras 92 Seguridad jurídica para la actividad minera 93 El agua debe ser administrada por el Estado, no se debe comercializar, ni privatizar, ni concesionar, ni patentar 94 El agua es un bien natural, finito, escaso, vulnerable, fundamental para la vida, estratégico, de derecho humano y para la salud 95 Respeto al medio ambiente en gestión del agua 96 Reconocimiento a usos y costumbres de comunidades y cooperativas sobre el agua 97 El agua se debe priorizar para uso humano 98 Agua sujeta a control social 99 El agua no se debe exportar 100 El Estado debe garantizar acceso de agua potable a todos los bolivianos 101 Energía administrada por el Estado 102 El agua es de dominio de las naciones indígenas 103 El Estado regulará la exploración y manejo de los recursos naturales en base a políticas de conservación 104 Están garantizadas la propiedad privada y colectiva de la tierra, así como las diversas racionalidades económicas que existen en país 105 El Estado promoverá estrategias de desarrollo local, regional y nacional

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106 El Estado está obligado a defender la soberanía y seguridad alimentarias 107 Respeto a usos y costumbres de los indígenas en el manejo y aprovechamiento de la tierra y de los recursos naturales 108 Toda propiedad de tierra debe cumplir una función económica, social y ecológica 109 Control social para supervigilar la distribución de tierras y el uso de los recursos naturales 110 El agua es un derecho humano, por lo que no debe ser concesionada, ni privatizada ni estar sujeta a acuerdos comerciales internacionales 111 Derecho a un medio ambiente sano para las presentes y futuras generaciones 112 Respeto a las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) 113 La tierra es del Estado 114 Expropiación de tierras por razones de utilidad pública o interés social 115 Derecho a la propiedad y posesión privada de la tierra 116 Consulta a pueblos indígenas para adjudicaciones y contratos de tierras 117 Derecho de las mujeres a tierras, sin discriminación 118 Regulación en el uso de semillas transgénicas y productos químicos 119 Conservación de la diversidad biológica y de las áreas protegidas, así como explotación racional de los recursos naturales. Esto, en respeto y pensando en las nuevas generaciones 120 Los recursos naturales son de los bolivianos y bolivianas, quienes delegan al Estado su administración 121 El desarrollo sostenible debe ser el modelo de desarrollo del país 122 El Estado garantiza el acceso de todos los bolivianos y bolivianas a los recursos naturales 123 Utilización de los recursos naturales bajo consulta y aprobación de los ciudadanos y ciudadanas 124 Incentivos a la industria sin chimenea 125 Régimen de Desarrollo Integral Amazónico 126 Es derecho humano fundamental gozar de un ambiente sano 127 Políticas estatales para aprovechar mejor y con sostenibilidad los productos de la Amazonía 128 Régimen de Bosques 129 El Estado debe promover la industrialización de la coca

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130 Reconocimiento de la hoja de coca como patrimonio natural y cultural de los pueblos originarios andinos 131 Despenalización de la coca 132 Reconocimiento, conservación y protección de las zonas tradicionales originarias de producción de coca 133 El Estado es dueño de todas las riquezas 134 El aprovechamiento de los recursos naturales debe ser sostenible 135 Régimen gremial y artesanal 136 Modelo de economía mixta y solidaria 137 No a los latifundios ni a los monopolios 138 Control social 139 Seguridad y soberanía alimentarias 140 El Estado es el promotor del desarrollo económico del país 141 El Estado debe garantizar la seguridad y soberanía nacionales construyendo puestos militares y policiales equipados en las fronteras 142 Los tratados internacionales nunca deben estar por encima de los preceptos de la Constitución Política del Estado 143 La política exterior boliviana se fundamenta en los principios de soberanía, independencia, autodeterminación de los pueblos, democracia, solidaridad y cooperación 144 Dotar, desde el Estado, de servicios básicos a los ciudadanos asentados en las fronteras 145 Mejorar las condiciones de salud en las fronteras 146 Fiscalizar el estricto cumplimiento del no asentamiento de extranjeros en la franja fronteriza 147 Construcción de vías camineras para comunicar a las fronteras con el resto del país 148 Reivindicación marítima 149 Es deber de los bolivianos prestar servicio social, civil, humanitario o militar a la Patria 150 El Presidente es el Capitán General de las Fuerzas Armadas y a él también obedece la Policía Nacional 151 Las Fuerzas Armadas tienen las funciones prioritarias de: defender a la Patria, conservar la integridad del espacio geográfico nacional, conservar la independencia y seguridad nacionales, cuidar las fronteras, brindar estabilidad al gobierno legal y constitucionalmente constituido, mantener el orden público, actuar en casos de calamidad pública, cuidar los recursos naturales y apoyar al desarrollo nacional

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152 Son funciones prioritarias de la Policía Nacional: garantizar la seguridad interna y el imperio de la ley, luchar contra el delito, garantizar el libre ejercicio de los derechos y garantías de las personas, hacerse cargo de la seguridad en los establecimientos penitenciarios y cumplir

funciones preventivas y de auxilio a la sociedad 153 Las Fuerzas Armadas estarán sujetas a su propio fuero judicial pero dejarán actuar a la justicia ordinaria en casos de violación a los derechos humanos

Lo cierto es que los medios de comunicación hubieran podido aprovechar la Asamblea Constituyente para renovar sus agendas y acercarse más a la ciudadanía. No fue así. Los periódicos bolivianos sólo prestaron atención al 27 por ciento de esos temas desarrollándolos en algunos de sus materiales informativos. Si bien otro 30 por ciento de los temas fue alguna vez mencionado en los textos, esa mención no pasó de una enunciación sin aporte alguno. El 43 por ciento no apareció nunca en las páginas de los diarios. Hubo indudablemente mucha cobertura a la Asamblea Constituyente; de hecho, ella ocupó casi todos los días, durante un año, las primeras planas de los diarios. Sin embargo, se trató de una cobertura de lo coyuntural, de lo superficial, de la forma. Los periodistas y los medios no se interesaron por la esencia del cónclave, es decir, por los procesos de diálogo, deliberación, concertación, debate, reencuentro, reconocimiento, consenso y participación. No se interesaron por las propuestas, que las hubo, y muchas. Hubieran podido aprovechar los encuentros territoriales y las audiencias públicas para ponerse en contacto con las fuentes primarias de las propuestas, es decir, con las instituciones y ciudadanos que las presentaron. Hubieran creado espacios fijos en sus páginas para hablar todos los días de alguno de esos temas. Hubieran, incluso, ayudado, a través del teléfono, a recoger propuestas de la ciudadanía. Hubieran recorrido las provincias en búsqueda de ideas de país. Hubieran podido utilizar técnicas de análisis que ayudaran a detectar las coincidencias de las posiciones, antes que los antagonismos. Hubieran podido lucirse mediante el género de la entrevista para conocer las opiniones de gente clave. Pero no. Lo que les interesó fue espectacularizar los conflictos en la Asamblea, sin comprender que los problemas son normales en una instancia tan compleja. Magnificaron los incidentes y los hechos circunstanciales de agresiones y violencia. Se sobredimensionaron las confrontaciones de ideas. Se brindó información no relevante y superficial: lo que se gastó, lo que dijo, lo que respondió, su estado de ebriedad, el cronograma atrasado, la cantidad de propuestas que llegaron, la enfermedad, la caída, la renuncia, la presentación de un libro, el foro, el encuentro, la gente que asistió, quién habló primero, quién habló después, las fechas, etc. O sea, lo anormal fue mostrado como normal a través de los periódicos, y lo normal, es decir, el debate público al interior de cada comisión de trabajo, fue expuesto como anormal. Es factible decir, entonces, que la información ha sido uno de los grandes problemas que tuvo la Asamblea Constituyente, mejor dicho, la desinformación que se creó sobre ella. Esto, porque, a pesar de ser un evento no tradicional, fue cubierto por un periodismo tradicional, al que sólo le interesan los hechos raros, conflictivos, de suspenso y de emoción, y al que no le interesan los procesos ni las construcciones. Las propuestas que se desarrollaron fueron las relacionadas a los temas de: o las autonomías, en primer lugar; o la plurinacionalidad y la capitalidad plena, luego; o el control social, el carácter del Estado, la libertad de culto y la importancia de la educación, después; o la propiedad de la tierra, la economía mixta y el servicio militar, en cuarto lugar; y o la edad para el voto, la justicia comunitaria, la autonomía universitaria, la elección de ministros y el fortalecimiento de la institución policial, finalmente.

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Valorarlas genuinamente no fue, empero, lo que sucedió. Esas propuestas destacaron porque estuvieron muy politizadas y, por lo tanto, eran polémicas y atractivas para los periodistas. Se cubrieron generalmente en base a dos versiones contradictorias que respondían a las posiciones de los poderes (el gobierno, por un lado, y la oposición, por otro), quedando ausentes las opiniones reales de la ciudadanía, que están en una zona mayoritariamente intermedia y gris. Primó el enfoque de conflicto en el tratamiento periodístico. Temas apenas enunciados fueron: segunda vuelta electoral, defensa del medio ambiente, igualdad de derechos humanos y ciudadanos, despenalización de la hoja de coca, generación de empleos, abastecimiento energético interno, tuición del Estado sobre los recursos naturales, régimen minero, seguridad alimentaria e incorporación de la medicina tradicional al sistema de salud, entre otros. Información, así, superficial, sin seguimiento, no invita a la gente a participar, a pensar y a proponer en un ambiente de sana concurrencia de ideas. Los prejuicios y las confrontaciones, por el desconocimiento de la esencia de los temas, preponderan. Y, lo que puede resultar peor, mucha gente prefiere adoptar una actitud indiferente, cínica y alejada frente a las deliberaciones públicas que hacen ciudadanía. Temas nunca aparecidos en las páginas de los periódicos tuvieron que ver con el desarrollo de las regiones fronterizas, el desarrollo de la Amazonía, la mayor participación de la mujer en el campo político, la creación de la Procuraduría General de la República para defender los intereses del Estado, la nacionalidad para los extranjeros, la ciudadanía desde el nacimiento, las elecciones por usos y costumbres, los cargos públicos ocupados por profesionales afines, la educación técnica, la investigación, la infancia, la maternidad, la industrialización de las materias primas, las estrategias de desarrollo local, regional y nacional, el modelo de desarrollo de país, el régimen de bosques, la política exterior boliviana, la reivindicación marítima, en fin… Que los periodistas hayan difundido tan pocas propuestas que son de interés de la ciudadanía significa que los medios se están quedando fuera de contexto, atrapados en una realidad irreal que ellos cultivan pero que, al mismo tiempo, no es la que el público considera valedera. El público tiene una agenda de prioridades que no necesariamente coincide con la que los medios presentan a esa misma población. Pocas propuestas cubiertas también implica que los medios no están ayudando a construir democracia. Con su indiferencia, muchas necesidades de personas o grupos no logran formar parte de la opinión pública y, por lo tanto, quedan al margen de la agenda pública y de las decisiones políticas. Temas inflados fueron, entre otros, los cambios en el Escudo y la sustitución del nombre de Bolivia por ‘Kollasuyo’, inflados, decimos, porque no figuraron como propuestas recurrentes en las comisiones y, por lo tanto, no pueden ser considerados como preocupaciones genuinas de los bolivianos. Aun así, fueron privilegiados con la asignación de páginas y páginas, sólo para crear escándalo. "La ciudadanía llegó a pensar que ‘ideas descabelladas’ se estaban ‘constitucionalizando’", expresó a la autora de este trabajo, en junio de 2007, el presidente de la Comisión Otros Órganos del Estado, Orlando Ceballos Acuña, constituyente plurinominal por Chuquisaca y el MBL. Gran parte de las falencias en la cobertura periodística a las propuestas de la Asamblea Constituyente se debe a que los periodistas se equivocaron de actores como fuentes de información porque se dejaron llevar por los juegos y entuertos de la política. En vez de entrevistar a la ciudadanía en general, se dedicaron a entrevistar a los políticos. Y cuando entrevistaron a los constituyentes, lo hacían con aquéllos que eran, ante todo y sobre todo, políticos de carrera que respondían a intereses partidarios. Los constituyentes favoritos de los medios y los periodistas fueron: José Antonio Aruquipa Zenteno, de PODEMOS, en primer lugar; Saúl Ávalos Cortez, del MAS, en segundo lugar; Samuel Doria Medina, de UN, en tercer lugar; Silvia Lazarte Flores, del MAS, luego; Guillermo Richter Ascimani, del MNR, después; y así sucesivamente, Román Loayza Caero, del MAS; Marco Antonio Carrillo Fuentes, del MAS; Edwin Gamal Serham, de PODEMOS; Jorge Lazarte Rojas, de UN; Roberto Iván Aguilar Gómez, del MAS; Carlos Romero Bonifaz, del MAS; Óscar Raúl Prada Alcoreza, del MAS; y Rubén Darío Cuéllar Suárez, de PODEMOS. Silvia Lazarte y Roberto Aguilar, presidenta y vicepresidente respectivamente, eran consultados respecto a temas afines a sus cargos, es decir, los operativos de la Asamblea Constituyente. Jorge Lazarte jugó, ante todo, el rol de analista político. El resto de los constituyentes opinaba política y no técnicamente sobre la

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Asamblea y las propuestas; de hecho, generalmente no hablaban de sus respectivas comisiones, que era lo que les competía. Aunque hubo más constituyentes masistas consultados y se los buscó con mayor frecuencia, fue el discurso de PODEMOS (la fuerza política opositora al Gobierno actual del MAS) el que notablemente y con ventaja se dejó sentir en los materiales periodísticos. El hecho de que la discusión mediática de las propuestas haya sido ideológica antes que técnica y el hecho de que los constituyentes consultados eran procedentes de las ciudades del eje de Bolivia (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) donde se concentran el Gobierno y la oposición, son factores claves para entender el porqué primó el conflicto en el tratamiento periodístico dado a las propuestas de la Asamblea Constituyente y el porqué se creó la imagen de que en el cónclave todo era discordias y nada era consenso. Así, la Asamblea Constituyente fue desprestigiada, deslegitimada, porque los periodistas, inocentemente o no, se dejaron usar por los políticos, la mayoría de ellos los propios constituyentes que, con carácter previo, se habían comprometido públicamente a trabajar en pro de la creación de un nuevo pacto social

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La comunicación como herramienta de gestión territorial Apuntes para el debate Sergio Mogliati s.mogliati@proxar.com.ar

Sergio Mogliati. Licenciado en Ciencias de la Comunicación – Universidad de Buenos Aires (UBA). Profesor del Seminario Medioambiente y Comunicación en la Carrera de Ciencias de la UBA y de la material Periodismo especializado en ecología, Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Es director de la revista Hydria y consultor en temas de educación y comunicación para el sector ambiental en Argentina.

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Los temas ambientales han ingresado hace relativamente poco tiempo en la agenda de la opinión pública mundial. En las casi cuatro décadas que nos separan del Informe Meadows y de la primera Cumbre de 1 Naciones Unidas sobre Medioambiente han proliferado los discursos relacionados con la temática – incluyendo los medios masivos- además de distintas iniciativas a nivel gubernamental, no gubernamental y multilateral. El periodo marca un proceso contradictorio, ya que por un lado asistimos a una mayor generación de información científico-técnica sobre los impactos de origen antrópico sobre el medioambiente (y, en muchos casos, con gran repercusión masiva y movilizaciones en distintos lugares del mundo, especialmente en la última década), pero por otro lado se profundizó la tendencia hacia una relación mítica de las comunidades con la naturaleza, producto de una desterritorialización de la vida cotidiana (o falta de experiencia ambiental directa), especialmente en áreas urbanas con un nivel medio o alto de ingresos. A su vez, en los últimos años, el creciente costo de la energía (y también de las materias primas de tipo extractivo), la movilización social sobre las diversas cuestiones relacionadas con el ambiente y, con suerte y eficacia dispares, la acción de distintas instancias internacionales que dieron como resultados varios 2 acuerdos intergubernamentales sobre algunas temáticas , obligaron al sector productivo a intervenir sobre sus propios mecanismos de producción con el fin de reducir costos económicos o desactivar la presión de la opinión pública, y a los estados a generar marcos normativos y de gestión específicos. Las movilizaciones populares, que impulsaron una variada gama de demandas que llevaron a considerar el ambiente como uno de los derechos básicos de los ciudadanos, también presentan un aspecto contradictorio desde el punto de vista de la gestión, ya que por un lado las demandas se asientan sobre temáticas muy específicas y –en la mayoría de los casos- locales, mientras que la gestión del territorio en general, y de los recursos naturales en particular, requiere de una mirada integral si pretende hacer efectivos dichos derechos e incorporar cuotas crecientes de justicia. La prensa, por su parte, no ha sido capaz tampoco de un enfoque integral. La complejidad de la temática, la diversidad de disciplinas que intervienen y los tiempos no mediáticos de los problemas ambientales han contribuido a ello. Por lo tanto, la explosión de discursos sobre la temática ambiental no es sinónimo de conciencia ambiental, como la proliferación de organismos ambientales no es sinónimo de una mejor gestión. Asimismo, la multiplicidad de grupos movilizados por estos temas en todo el mundo no es sinónimo de un avance en la asignación óptima de recursos o en la toma de decisiones justas o acertadas. Es común que sobre el concepto de medioambiente o de ecología aparezcan mezcladas demandas tan diversas como la conservación de espacios naturales, protección de la calidad de vida, derechos de acceso a los servicios, mistificación de lo natural, responsabilidad ciudadana, entre muchos otros. A veces, dichas movilizaciones ponen en discusión cuestiones de fondo y, en otras, aparecen aspectos francamente regresivos. 3

Pero las problemáticas de tipo ambiental o territorial no son nuevas, sino que expresan con nuevas formas viejos conflictos, como la pobreza, la sanidad o la exclusión social. Además de la permanencia de los factores históricos que sostienen dichos problemas, la cuestión ambiental incorpora a ellos la tensión cada 4 vez más aguda entre crecimiento y sostenibilidad ambiental . Por lo tanto, los pobres, los excluidos y los 5 enfermos (entre muchas otras) son categorías que pueden ser analizadas desde lo ambiental. Para decirlo

1 . El informe titulado Los límites al crecimiento, elaborado por el MIT (comisión presidida por D. L. Meadows) para el Club de Roma, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, reunida en Estocolmo en 1972, son considerados como los hitos que marcaron el ingreso del debate ambiental a la dimensión global. 2 . Entre otras, las convenciones sobre cambio climático, biodiversidad, aves migratorias, tráfico de fauna silvestre, humedales. Este proceso se produce fundamentalmente a partir de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992. 3 . Utilizamos en este artículo los conceptos de ambiente y territorio como sinónimos. Estimamos que el primer concepto puede tener una acepción acotada, circunscripto a la agenda ecologista, al menos en algunos países. Por el contrario, creemos que el concepto de territorio es más adecuado para dar cuenta del carácter integral de la problemática. 4 . Existe una amplia bibliografía al respecto. Ver, entre otros, los trabajos de Joan Martinez Allier y José Manuel Naredo. 5 . Nos referimos aquí a los que padecen enfermedades evitables producto de problemáticas ambientales. La Organización Mundial de la Salud estima que el 24% de la carga de morbilidad y el 23% de mortalitad corresponde a factores ambientales. En los niños de 0 a 14 años esta incidencia aumenta al 36%. Ver Ambientes saludables y prevención de enfermedades, por A. Prüss-Üstün y C. Corvalán, OMS, 2006.

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de otra manera, la gestión territorial es una herramienta fundamental para lograr procesos de inclusión, de redistribución y de justicia social. La comunicación ha jugado un rol importante en el tratamiento de algunas de estas problemáticas; ha sido utilizada por ejemplo en la promoción educativa o sanitaria en el marco de programas nacionales o 6 multilaterales. La denominada comunicación para el desarrollo aportó instrumentos y metodologías para desarrollar las potencialidades de las comunidades o para generar procesos de participación en la toma de decisiones. Sin embargo, estos temas (y muchos otros) no pueden seguir siendo tratados en forma aislada, ya que lo territorial nos obliga a una mirada transversal. En consecuencia, la comunicación requiere hoy de un abordaje superador para consolidarse como herramienta de gestión, definiendo nuevos problemas, nuevos enfoques metodológicos y nuevas competencias por parte de los profesionales.

Comunicación y territorio Las ciencias de la naturaleza (como la biología, la climatología, la física, la hidrología, la geomorfología, la geología, la química, la oceanografía, etc.) están aportando una serie de evidencias sobre los impactos de origen antrópico sobre el medioambiente que, con las marchas y contramarchas previsibles, están logrando 7 consensos en el mundo científico y tienen una creciente difusión masiva . A pesar de ello, el grueso de los habitantes del planeta permanece ajeno a los debates y, más aún, no accede a información precisa y útil ni a espacios de reflexión sobre temas que ponen en cuestión sus propias formas y hábitos de vida. No nos referimos aquí solamente a los pobres del mundo (que son los que sufren las consecuencias directas del deterioro ambiental), sino también a las clases medias y altas que forman parte de la sociedad de consumo, principal motor de la degradación ambiental. En este contexto, la comunicación tiene un lugar de suma importancia en la generación de conocimiento sobre las formas en que los distintos públicos se relacionan con el territorio y los recursos, como así también construyendo canales de comunicación y espacios válidos de reflexión y participación. Estos dos desafíos –comunes a cualquier acción de comunicación- cuando se aplican a lo territorial implican revisar los problemas y los enfoques. De esta manera se definen nuevos desafíos: a) abordar lo complejo, de manera tal que las decisiones sociales puedan ser tomadas en función de una correcta evaluación de riesgos y alternativas posibles; b) reconstruir simbólicamente la relación comunidadambiente, que permita poner en relación las conductas y hábitos de vida con sus consecuencias 8 ambientales a pesar de la desterritorialización de la vida urbana ; c) construir sentido sobre la dimensión 9 integral de los problemas ambientales –generalmente a nivel de cuencas hidrográficas -, única dimensión posible de gestión óptima del territorio y, d) redefinir las tecnologías aplicables a la solución de los problemas. Para ilustrar lo que estamos diciendo tomaremos el caso de una inundación como ejemplo. ¿Cuál es la dimensión territorial de una inundación? Si reducimos el territorio a la zona afectada (es decir, a la porción del territorio con su correspondiente población y bienes que han quedado bajo el agua), tal como aparece comúnmente en boca de los funcionarios y de la prensa, el problema es operable a través de obras de infraestructura (construcción de defensas, diques, reservorios, etc.). Es decir, que la solución se realiza a

6 . Para un panorama sobre el tema ver Árbol genealógico de teorías, metodologías y estrategias en la comunicación para el desarrollo, de Silvio Waisbord. Papeer preparado para la Fundación Rockefeller. 7. Ver, por ejemplo, los informes sectoriales de la Evaluación de los Ecosistema del Milenio, 2005. (www.millenniumassessment.org) 8 . La experiencia ambiental urbana está mediada, entre otros factores, por la existencia de servicios públicos (agua potable, cloacas, recolección de residuos sólidos, desagües pluviales, redes de energía y transportes) y por la cadena de comercialización de productos de consumo masivo. En otro trabajo abordamos este tema: Ambiente, servicios públicos e imaginario social, por Sergio Mogliati y Pablo Gavirati, I Jornadas Internacionales de Ecología y Lenguajes, Córdoba, agosto 2008 9 . Una cuenca hidrográfica está definida por todo el territorio en el que el agua de superficie escurre hacia un mismo cuerpo receptos (río, arroyo o lago, etc.). Existe un consenso extendido entre los profesionales de las ciencias de la naturaleza y de la ingeniería, explicitado en cuanto evento internacional se dedique al tema, que la unidad óptima de gestión del agua, pero también de los recursos naturales en general, es la cuenca hidrográfica. Ver Gestión de recursos a nivel de cuencas, por Axel Dourojeanni y Andrei Jouralev, Foro Agua para las Américas en el siglo XXI, México, 2002.

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través de tecnologías de construcción (estructurales). La comunicación ha quedado allí totalmente fuera de la problemática. Si, en cambio, definimos el espacio territorial a intervenir a nivel de cuenca hidrográfica del río desbordado, el problema cambia de naturaleza. Aparecen allí varios procesos que deben ser tenidos en cuenta: a) Los usos del suelo agrícola, que determinarán una mayor o menor infiltración del agua y, en consecuencia, un mayor o menor caudal que recibirá el río. b) La ocupación de los valles de inundación de los ríos en su paso por las ciudades, que determinará el espacio físico que el río tendrá para evacuar el agua y los obstáculos que encontrará dentro del mismo. c) Las restricciones al uso del suelo urbano, ya que su uso indebido determinará los riesgos potenciales cuando la inundación se produzca, ya sea de contaminación química o proliferación de vectores de enfermedades. d) La correcta utilización de los sistemas de drenaje y la limpieza urbana que afectarán la permanencia de agua en superficie durante las lluvias. e) La organización de sistemas de alerta temprana y su funcionamiento eficaz durante la emergencia. f) La disposición de mecanismos de retención de agua en los predios particulares y los porcentajes de impermeabilización del suelo fijados en los códigos urbanos. 10

No hace falta detallar aquí las consecuencias de diversa índole que acarrea una inundación (entre ellas, sanitarias, económicas, psicológicas, educativas; tanto en el momento puntual de la catástrofe como a largo plazo), al margen de las consecuencias de segregación que significan, ya sean en lo social como en lo territorial. En los procesos descriptos, todos ellos relacionados en forma directa con una inundación, son necesarias una multiplicidad de disciplinas para operar sobre el territorio. La comunicación es una de las principales. Las intervenciones estructurales, cuando son necesarias, son apenas una pequeña porción de las 11 soluciones . En el ejemplo mencionado se ve claramente que los problemas ambientales o territoriales requieren necesariamente un tratamiento integral y pone de relieve la estrechez de las “soluciones” atomizadas. El enfoque integral sólo es posible si esa integralidad aparece como un componente de la construcción simbólica del territorio, de manera tal que tanto los responsables de la gestión como los distintos grupos sociales (incluida la prensa) puedan elaborar consensos sobre cómo definimos un espacio en tanto unidad óptima de gestión. Entonces será posible dimensionar correctamente los problemas, definir las acciones y las tecnologías a utilizar para resolverlos, teniendo como objetivo una mejora real en la distribución de la riqueza, un fortalecimiento de los derechos humanos y una asignación óptima de los recursos disponibles por la sociedad. Recién entonces podremos generar y/o fortalecer las instancias supraindividuales necesarias para la gestión del territorio, ya se trate de estados (nacionales, provinciales, departamentales) o de organismos (muchas veces interjurisdiccionales) con capacidad técnica y política para asumir los desafíos.

Hacia la comunicación como herramienta de gestión territorial En conclusión, la comunicación tiene como desafío la construcción de nuevos imaginarios, de nuevos espacios conceptuales sobre los cuales desarrollar estrategias de gestión, fruto de procesos de la participación ciudadana sobre la base del conocimiento profundo de las temáticas y de las alternativas posibles en cada caso.

10. Una inundación no es un fenómeno natural. El fenómeno natural es la lluvia, y llamamos inundación a la afectación de personas y bienes por ese fenómeno. 11 . En una jornada de debate sobre la gran inundación de la ciudad de Santa Fe (Argentina) en 2003, un ingeniero comenzó el evento con esta frase: “Una obra de defensa es algo que nunca debería ser construido”. La frase hace referencia a que si se aplican correctamente las soluciones no estructurales (planificación del territorio) no son necesarias las soluciones estructurales (obras de infraestructura).

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El esquema que parece imperar en la mayoría de los medios de comunicación, que construyen una oposición maniquea entre demandas sociales siempre razonables frente a estados siempre sospechosos de negligencia, corrupción o desidia, puede rendir frutos en términos de rating, pero no parece ser el camino más fructífero para el bien común. El análisis de los medios, y de su tratamiento de la temática ambiental o territorial es, sin dudas, valioso. Dicho campo es conocido y transitado por las ciencias de la comunicación. Sin embargo, subrayamos aquí la importancia de abrir nuevos enfoques desde esta disciplina hacia la cuestión ambiental-territorial, donde la comunicación debe interactuar con otras áreas del conocimiento social –como la sociología, la antropología, la geografía y la psicología, entre otras- para incorporar sus aportes como parte de las herramientas necesarias para el planificador en su abordaje de los complejos problemas territoriales y para el desarrollo de herramientas de gestión, ya sea en la etapa de diagnóstico, ejecución o evaluación. Pero además, debe hacer una lectura profunda de los aportes de las ciencias de la naturaleza, buscando en ellas los aspectos determinantes para la gestión social del territorio. En este sentido, la comunicación debe hacer una lectura no reduccionista de la complejidad a que nos enfrentan estos problemas. Por último, a las evidencias científicas que aportan las ciencias de la naturaleza sobre los impactos de nuestras acciones sobre el planeta, y al aporte de las ciencias sociales sobre la dinámica de poblaciones, la comunicación podrá sumar una especificidad como disciplina que apunte a generar los consensos necesarios para la gestión de una sociedad más justa y sostenible, y deberá profundizar los desarrollos metodológicos para lograr ese objetivo.

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Comunicación y conflictos socioambientales en el Perú Radios educativas y comunitarias en la encrucijada1 Jorge Acevedo Rojas Jorge Acevedo Rojas. Comunicador social y educador. Director Ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Radio. Profesor e investigador de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima.

RESUMEN El artículo presenta un conjunto de reflexiones sobre la actuación de radios educativas y comunitarias en contextos de conflicto social principalmente entre empresas mineras y comunidades en el Perú. Parte de una aproximación a la problemática de los conflictos sociambientales, cuyo número e intensidad se ha incrementado significativamente en los últimos años. Propone una descripción de los principales escenarios y actores, incluidos medios de comunicación, así como los problemas de carácter estructural que se ubican a la base de las relaciones de conflictividad social. Presenta una definición general de las radios comunitarias y educativas y sus proyectos de comunicación; propone y analiza los principales ejes de tensión y los desafíos que afrontan estas emisoras en situaciones de conflictividad, tensiones que tienen que ver con las nociones de objetividad y pluralismo informativo en el marco de relaciones asimétricas de poder y comunicación entre empresas, Estado y comunidades; así como la ubicación y el rol de las emisoras frente al tejido social en situaciones de conflictividad, entre otros campos del quehacer comunicativo.

1 Buena parte de las reflexiones presentadas en el artículo son resultado del análisis y debate al interior de la Coordinadora Nacional de Radio (CNR) sobre el rol de las radios y la red en el contexto de conflictos sociales. Las tres primeras secciones del documento, con información más actual y algunos agregados incorporados en el presente texto, son parte de una ponencia sobre la formación de comunicadores para el desarrollo en el Perú y su actuación en situaciones de conflicto social, presentada por el autor al XIII Encuentro Latinoamericano de Facultades de Comunicación Social, con sede en La Habana, del 19 al 22 de octubre del año 2009.

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I. Conflictos socio ambientales en el Perú Según los informes que en los últimos años ha elaborado la Defensoría del Pueblo sobre conflictos sociales en el Perú, cerca de la mitad de las situaciones de conflictividad está asociada a cuestiones ambientales, principalmente al desarrollo de proyectos y actividades mineras. Al mes de agosto del año 2009, la Defensoría reportó un total de 284 conflictos sociales, de los cuales 235 se encontraban activos (83%) y 49 en situación de latencia (17%). El 48% de los conflictos registrados tiene 2

un carácter socio ambiental . El número de procesos de conflictividad social ha ido en aumento en los últimos años. En diciembre del año 2008 la Defensoría del Pueblo registró 197 conflictos de los cuales 93 (47%) eran de tipo socio ambiental. Un año antes, en diciembre del año 2007 la Defensoría registró un total de 78 conflictos y en junio del 2008, 3

132 . Otra de las características sustanciales de los conflictos es que estos se ubican principalmente en localidades que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, incluso de extrema pobreza. Según los criterios que maneja el Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú (INEI), están por debajo de la línea de pobreza las personas que sobreviven con algo más de US $ 74,0 por mes (39,3% en el 2007). La pobreza, como ha sustentado Amartya Sen, constituye una condición de privación de libertades, 4

derechos y oportunidades . La pobreza está asociada a un débil ejercicio de derechos a la salud, a la educación, acceso a la justicia, a información de interés público, a ser escuchado, visto o leído a través de medios de comunicación, a influir en toma de decisiones de política local y nacional, a vivir en un medio ambiente saludable. Territorialmente, la pobreza y la extrema pobreza se sitúan en la sierra (centro y sur) y en la región amazónica, fundamentalmente en zonas rurales y en localidades urbanas con incipientes niveles de modernización y una débil presencia del Estado. En las dos últimas décadas, en el marco de las reformas neoliberales y de apertura de la economía peruana a la inversión extranjera, la actividad extractiva de minerales ha ocupado un lugar preponderante en la generación del Producto Bruto Interno (PBI) y especialmente en las exportaciones. Desde entonces, los conflictos sociales que tienen como principales actores a las empresas mineras, el Estado y las comunidades, han crecido sostenidamente. La organización no gubernamental Cooperaccion ha revelado que al año 2008 el Estado peruano había concesionado un total de 16.3 millones de hectáreas para explotación minera. Se trata de un 13% del territorio nacional, porcentaje que prácticamente se ha triplicado desde la década del 90. En este contexto general hay regiones y localidades, entre las más empobrecidas del país, con una extensión colosal de territorio concesionado para la actividad minera: la región Apurímac (40% del total de su territorio), la región

2 En: http://www.defensoria.gob.pe/conflictos-sociales/objetos/paginas/6/44conflictos_-_reporte_66_-_agosto_2009.pdf 3 En: http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/conflictos/2009/reporte-058.pdf 4 Sen, Amartya. Desarrollo y Libertad. Buenos Aires, Planeta, 2000.

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Cajamarca (37,6%), la región Piura (25%), y la provincia de Víctor Fajardo en Ayacucho (aproximadamente un 50%).

II. El trasfondo de los conflictos En los últimos años, el crecimiento económico en el Perú se ha centrado en la renta de las principales empresas exportadoras de minerales y otras materias primas. Una de las razones de la bonanza económica para el sector es que los precios de los minerales que exportan en su mayoría empresas transnacionales se 5

incrementaron en 682% entre los años 2005 y 2007 . El crecimiento económico no “chorrea” para las grandes mayorías. El aumento del PBI y de las exportaciones no conlleva equidad, beneficia a pequeños sectores y se expresa incluso en la pérdida de los niveles de salario real de los trabajadores, en la poco significativa disminución de la pobreza y también en el campo de las intersubjetividades: amplios sectores de la población perciben que los recursos generados en el país y el crecimiento sólo benefician a unos pocos y no a las grandes mayorías. Hay, como ha señalado el economista Jürgen Schuldt, optimismo y bienestar en la macro económica y malestar en la micro economía. A pesar de las enormes ganancias de empresas mineras debido a la coyuntura internacional, este sector se ha amparado en contratos de estabilidad jurídica suscritos durante el gobierno de A. Fujimori en los años 6

noventa, para sostener privilegios. En virtud a los contratos “varias empresas mineras no pagan regalías” , y tampoco han pagado impuesto a la sobreganancia gracias a un acuerdo con el actual gobierno que optó por acordar con los empresarios una donación extraordinaria, llamada “óbolo minero”, mecanismo que en la 7

práctica sólo ha funcionado parcialmente . Se trata de empresas que acceden con relativa facilidad a instancias de toma de decisión en el sector Energía y Minas, y en general en las agencias estatales relacionadas con la inversión minera. Cuentan con información y asesoría jurídica de prestigiosos e influyentes estudios de abogados, desarrollan estrategias 8

de relacionamiento con la prensa nacional a fin de situar en la agenda mediática información y posiciones afines a la inversión minera. Su gran poder económico y el carácter de la relación que construyen con el Estado, hace que estas empresas se relacionen con las comunidades en condiciones muy favorables para sus intereses.

5 Campodónico, Humberto. “Crecimiento y Pobreza.” En OXFAM. Pobreza, desigualdad y desarrollo en el Perú. Informe anual 2006 – 2007. Lima, OXFAM, 2007. 6 Grupo Propuesta Ciudadana. Vigilancia de las Industrias extractivas. Reporte Nacional No. 5 Balance 2004 – 2006. Lima, Propuesta Ciudadana, 2007. 7Refiriéndose a la eficacia del óbolo minero en comparación a lo que habría sido la aprobación y puesta en vigencia de un impuesto extraordinario a la sobreganancia, el economista Humberto Campodónico sostiene que “…las utilidades de (las empresas mineras) Antamina, Cerro Verde, Yanacocha, Southern, Tintaya y Barrick fueron US$ 4,783 y 4,482 millones en el 2007 y el 2008, (lo que) da un total de US$ 9,265 millones para esos dos años. Pero el óbolo solo recaudó US$ 456 millones en el 2007 y el 2008. Lo que quiere decir que se perdió una oportunidad extraordinaria de “guardar pan para mayo”, justo cuando más se requiere de dinero extra, debido a la crisis internacional en marcha”. En: http://www.larepublica.pe/cristal-de-mira/11/07/2009/solo-se-invirtio-el-34-del-obolo-minero. La decisión de no aplicar temporalmente un impuesto a la sobreganancia dejó en la discrecionalidad de las empresas la determinación del volumen del aporte y de los mecanismos para su ejecución. A mayo del 2009 y luego de dos años de vigencia se había invertido sólo el 33,9% del fondo acumulado. 8 Incluso, inversionistas mineros han adquirido recientemente una emisora de alcance nacional, con repetidoras en diversas regiones del país: Cadena Peruana de Noticias (CPN).

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Entre tanto, en las comunidades en las que se ejecuta explotación minera la sensación de despojo se ha ido acentuando de manera significativa, pues paradójicamente en regiones con excepcional riqueza en oro y otros minerales no sólo no han disminuido sino que incluso han aumentado los niveles de pobreza y pobreza extrema. A la brutal asimetría en el control de los recursos y de la renta generada por la explotación de minerales, se suma el perjuicio medioambiental que ocasiona la actividad extractiva que no cumple con estándares ambientales adecuados para garantizar la preservación de la biodiversidad, los niveles pre-existentes de calidad de aire, agua y suelos. A la base de los conflictos existen condicionantes estructurales que no vienen siendo abordados por el Estado peruano mediante políticas públicas adecuadas. En la práctica se expolia a diversas comunidades, se ocasiona daños irreparables al medioambiente y muchas veces las empresas no dialogan y concertan con las poblaciones en la idea de lograr, en principio, licencia social para el desarrollo de sus actividades, incluyendo la fase inicial de exploración, y posteriormente acuerdos orientados a construir condiciones para un desarrollo sustentable. Pareciera que la dialéctica de negación del otro permanece incólume, a pesar que fue instalada en América Latina hace más 9

de 500 años . La situación se ha agravado debido a que el Estado en general no viene cumpliendo con su rol regulador y de protección de los derechos de las poblaciones afectadas. La Defensoría del Pueblo ha alertado que en buena parte de los conflictos el Estado no está presente y cuando actúa lo hace de manera inadecuada. En muchos casos, el Estado aparece como defensor de los intereses del capital extranjero y de un pequeño sector de empresarios nacionales. Esta suerte de alianza tácita entre poder económico y poder político explica los ataques y amenazas por parte del gobierno a movimientos ambientalistas y de derechos humanos, a radios educativas y 10

comunitarias , a periodistas y líderes de las comunidades en las que se han desencadenado conflictos sociales. En las comunidades hay incredulidad, se ha perdido la confianza en la acción del Estado, en la justicia, en las instituciones, en buena parte de los medios de comunicación. En algunos casos la ausencia de diálogo, el atropello a las comunidades y la distorsionada intervención del Estado a favor de las empresas, ha ocasionado que los conflictos sean irresolubles y que no pueda haber convivencia pacífica si la explotación de recursos continúa. Son interesantes, sin embargo, algunos casos en los cuales a través de mecanismos de consulta a las poblaciones para lograr la licencia social orientada a permitir la exploración y posterior explotación, mediante la concreción de voluntades políticas de las partes, así como la instalación de espacios de diálogo con mediación de actores de sociedad civil, se ha logrado procesar los conflictos – aunque no 11

resolverlos definitivamente- y mejorar las relaciones entre empresas y comunidades . 9 Hopenhayn, Martín; Multiculturalismo proactivo: una reflexión para iniciar el debate (Nuevos Retos de las políticas culturales frente a la Globalización, Barcelona, España, 22-25 de noviembre de 2000). En: http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric00a01.htm 10 Véase al respecto el caso de Radio Cutivalú de Piura, que especialmente en el mes de septiembre del 2007 ha sido objeto de agresiones y presiones por parte del gobierno por mantener una posición crítica con relación a la actividad minera en las provincias de Ayabaca y Huancabamba, región Piura (www.cnr.org.pe) 11 Al respecto puede verse los casos de Antamina, ubicada en la región Ancash, y Tintaya, que opera en la provincia de Espinar en el Cusco, en: De Echave, José; Alejandro Diez; Ludwig Huber; Bruno Revesz; Xavier Ricard Lanatta y Martin Tanaka. Minería y conflicto social. Lima. IEP-CIES-CBC-CIPCA, 2009.

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El Estado, las empresas y las comunidades, se constituyen como los actores principales en las relaciones de conflicto social, aunque no son los únicos, pues intervienen también otros agentes en el ámbito local, regional y global, heterogéneos en su naturaleza institucional, poder y capacidad de influencia, incluidos medios de comunicación nacionales y locales, sobre los que más adelante se propone una caracterización general. La conflictividad estructural, no resuelta a través del sistema jurídico

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pues el problema de fondo es de

carácter político, tiene como principales componentes la disputa por el control de los recursos, el deterioro del medio ambiente en contraposición a la posibilidad de un desarrollo sustentable mediante actividades agrícolas con alto nivel de productividad, la desconfianza acumulada en las comunidades, la débil y en algunos casos errática presencia del Estado, y la pugna por una mayor autodeterminación de parte de las comunidades. III. Medios de comunicación y conflictos En el Perú hay una tendencia cada vez mayor a la concentración de los medios de comunicación, a través de la propiedad de las empresas (prensa, radio y TV), los porcentajes de audiencia y los volúmenes de captación de la inversión publicitaria. En el ámbito de la radio, existen dos

grandes grupos: RPP y

Corporación Radial, entre ambos concentran cerca del 85% de la inversión publicitaria del país y similar porcentaje de la audiencia nacional. Las programaciones de las radios integrantes de ambos grupos tienen un carácter centralista, con escasa presencia de voces, problemáticas y propuestas desde las regiones. En la prensa escrita, hay tres grupos que controlan los diarios con mayor lectoría e inversión publicitaria: Grupo El Comercio (diarios El Comercio, Perú 21, El Trome, Gestión), EPENSA (Ojo, Correo, Ajá, El Bocón), y el grupo La República (La República, Líbero, El Popular). Los dos primeros son considerados de tendencia liberal y tienen los mayores niveles de lectoría. También hay concentración en la televisión. El Grupo Plural TV es propietario de Canal N (cable) y América Televisión (señal abierta). Los grupos El Comercio y La República son dueños de Plural TV. Los canales Global y ATV estarían vinculados al empresario mexicano Ángel González, con inversiones en estaciones en diversos países de la región. Panamericana Televisión es de propiedad de Genaro Delgado Parker y la familia Shütz Freundt; Frecuencia Latina pertenece al empresario peruano israelí Baruch Ivcher. Así como en las cadenas de radio, las programaciones de la televisión peruana son bastante centralistas. Bajo un patrón centralista de desarrollo del sector de radio y televisión, la mayoría de medios de comunicación de las provincias sobrevive captando porcentajes mínimos de la inversión publicitaria privada y los fondos públicos provenientes de organismos estatales: municipalidades, gobiernos regionales y dependencias del gobierno central. La precariedad económica de la mayoría de medios de comunicación de las regiones los hace vulnerables a los poderes locales, instituciones estatales y empresas mineras. Las emisoras provincianas son también vulnerables con relación a los gobiernos de turno, pues estos manejan

12 Entelman, Remo. Teoría de conflictos. Hacia un nuevo paradigma. Barcelona, Gedisa, 2005.

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con amplia discrecionalidad el órgano regulador de la radio y televisión en el Perú: el Ministerio de 13

Transportes y Comunicaciones . Con relación al campo de las representaciones que construye la prensa, cabe señalar que las agendas mediáticas en general no ponen de relieve los problemas y necesidades de los sectores pobres y excluidos, a quienes por lo general se los presenta como víctimas de las circunstancias o como sectores de la población que en algunas coyunturas expresan con “violencia injustificada” su descontento y malestar. No hay un seguimiento permanente respecto a los problemas ambientales y se informa de manera muy superficial y sesgada sobre los conflictos y movilizaciones sociales. Los medios de alcance nacional por lo general no tratan todas las etapas de los conflictos, se concentran en las fases de escalada y especialmente en las crisis si estas conllevan violencia. En Lima, centro del poder, generalmente se toman las versiones oficiales y las de carácter empresarial respecto a los conflictos sociales que se suscitan en diversas regiones. No se investiga en profundidad los conflictos, estos aparecen fragmentados, desarticulados y sin ningún tipo de patrón de factores causales o desencadenantes. Se refleja falta de interés en informar y aportar a la prevención y salidas concertadas respecto a conflictos en latentes o en formación. En las esferas mediáticas de carácter capitalino, los pobres, las comunidades indígenas y otros sectores marginados son noticia de vez en cuando, pero no aparecen como sujetos de derechos y propuesta, en calidad de actores, tampoco se profundiza en sus necesidades, sus demandas e intereses. En general no se genera un contrapeso con las agendas macroeconómicas y políticas que tienen como fuentes principales al Estado, a los sectores empresariales más poderosos del país y a voceros de corporaciones extranjeras.

IV. La compleja actuación de las radios educativas y comunitarias en situaciones de conflicto social: tensiones y retos

En contrapartida, en diversas localidades en las que se han desencadenado conflictos sociales operan medios de alcance local, principalmente radios con carácter comercial, educativo y comunitario. En el caso de estas últimas, se trata de proyectos de comunicación

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orientados a promover el desarrollo social

sostenible y la democracia participativa en ámbitos locales y regionales. Las radios educativas, populares y comunitarias han protagonizado más de 60 años de historia social, cultural y política en América Latina. Desde la mítica Radio Sutatenza en el campo de

procesos de

alfabetización en Colombia, y el surgimiento de emisoras de sindicatos mineros en Bolivia, a fines de la década de 1940, se han multiplicado experiencias locales, regionales, nacionales y continentales de

13 En el mes de junio del año 2009, en el marco del conflicto entre el Estado y comunidades indígenas amazónicas que derivó en hechos violentos con saldo de 34 personas fallecidas, entre policías y civiles, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) canceló la licencia de radio La Voz de Bagua, emisora local no vinculada a algún grupo de poder en la radiodifusión peruana. El MTC argumentó razones administrativas que han sido desvirtuadas por organizaciones de defensa de la libertad de expresión, como el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS). En días previos a la cancelación de la licencia, voceros del gobierno habían acusado a radio La Voz de instigar a la violencia. 14 Entiéndase por proyecto comunicativo a las definiciones comunicativas y políticas centrales, identitarias, que las emisoras construyen, discuten y van reconfigurando a partir de su quehacer comunicativo: visión sobre la realidad y procesos en los que actúa, interlocutores/as, misión, objetivos de cambio social, propuesta programática, formas de relacionamiento con la ciudadanía, entre otros.

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emisoras y redes involucradas en procesos de cambio social y desarrollo desde la comunicación con 15

sentido educativo y político . Se trata de emisoras promovidas por organizaciones sociales en general, ONG, colectivos de iglesias, organizaciones de mujeres, comunidades indígenas, micro empresarios, entre otros sectores, que orientan su quehacer en la comunidad a partir de objetivos que tienen que ver con el derecho a expresarse, a tener voz pública, a acompañar y promover procesos de cambio, participación social y desarrollo. Tienen, en buena parte de casos, una opción política y comunicativa por una sociedad “más justa e inclusiva”, la misma que impregna sus propuestas de programación, el ejercicio periodístico e informativo en sus ámbitos de intervención, y su rol como actores con capacidad de influencia local y regional. Si bien la actuación de las radios se produce en un contexto general de conflictividad social, de carácter estructural por las razones expuestas en las tres primeras secciones del artículo, cada situación de conflicto socio ambiental en particular, así como los sentidos de cada proyecto comunicativo y la propia dinámica social, han dado lugar a un conjunto de ejes de tensión, enfoques y prácticas concretas, las mismas que se exponen a continuación:

4.1. La imposible neutralidad y el rol de mediación Se trata de un primer eje de tensión en la práctica comunicativa y política de las emisoras. ¿Es posible ser neutrales, en el sentido de no tomar posición con relación a algunas situaciones de conflicto que implican el avasallamiento de derechos de las comunidades, así como notables asimetrías de poder y una actuación sesgada por parte del Estado? Como se ha explicado líneas arriba, las condiciones estructurales de conflictividad social implican notables asimetrías entre comunidades y empresas, en términos de información y conocimiento con relación a la normatividad legal, a cuestiones técnicas que tienen que ver por ejemplo con los estudios de impacto ambiental, a la posibilidad de establecer una relación directa con autoridades del sector Energía y Minas y otros órganos del Ejecutivo, y también con relación al acceso y uso de medios de comunicación, presencia en el espacio público, entre otros recursos clave para un trato/negociación entre iguales. Por definición político programática, por las condiciones estructurales descritas y por los escenarios específicos en los que actúan, para las emisoras educativas y comunitarias (y en algunos casos también para otros medios de comunicación no necesariamente así definidos) resulta prácticamente imposible ser “neutrales”, es decir situarse completamente al margen de las partes en conflicto. Es muy difícil lograr la neutralidad debido también a condiciones específicas generadas por los propios actores, ya que algunos medios de comunicación y periodistas locales -dada la vulnerabilidad económica y política de los medios y las prácticas de clientelaje en las que se incurre desde algunas empresas e

15 Sobre el rol de las radios educativas, populares y comunitarias en América Latina véase; Geerts, Andrés; Víctor Van Oeyen y Claudia Villamayor. La práctica inspira, la radio popular y comunitaria frente al nuevo siglo. Quito, ALER – AMARC, 2004. Y Geerts, Andrés y Víctor Van Oeyen. Vigencia e Incidencia de la Radio Popular en América Latina. Quito, ALER, 2001. En el caso del Perú, puede verse: Acevedo, Jorge (editor). Voces y movidas radio ciudadanas. Lima, Coordinadora Nacional de Radio, 2006.

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instituciones estatales- se convierten en voceros oficiosos de empresas y de algunas autoridades locales a favor de la inversión minera a cualquier costo. La neutralidad no es posible. Sin embargo, la toma de posición de las emisoras acota –pero no necesariamente anula- la posibilidad de que estas aporten en los conflictos construyendo espacios de diálogo y debate, de manera que se puedan explicitar y discutir los disensos, así como avanzar hacia 16

posibles acuerdos entre las partes confrontadas .

4.2. El concepto de objetividad periodística en cuestión Consiguientemente entra en cuestión la noción de objetividad periodística ¿Qué implica informar con objetividad en situaciones de conflicto? De las prácticas y reflexiones de emisoras vinculadas a la CNR se desprende que si hay objetividad, ésta estaría asociada a la idea de construir relatos periodísticos sobre la realidad, sobre los conflictos y cada una de sus etapas (latencia, escalada, crisis, diálogo y procesamiento) desde una opción política definida (y explícita) pero tratando de reflejar aquello que se observa, que se constata mediante evidencias, incluso abriendo espacios de opinión a la ciudadanía y a todos los actores vinculados al conflicto. La tensión resuelta a favor de la no-neutralidad y de la puesta en cuestión (o reconfiguración) de la objetividad periodística no implica necesariamente que las emisoras se cierren a promover espacios de información y debate plural, no sólo con las dos o tres partes vinculadas directamente al conflicto (Empresa, comunidad, Estado), sino también hacia otros sectores con diferentes visiones sobre la problemática en cuestión: medios de comunicación, iglesias, organizaciones no gubernamentales de alcance local, nacional e internacional, actores empresariales no mineros, entre otros. En el marco de un estudio de carácter evaluativo de la intervención de la red nacional de CNR en un período de 10 años (1998-2008), fue posible identificar al menos tres modelos de trabajo periodístico, de relación entre la radio y la ciudadanía permeada por el relato informativo y de opinión. En su trabajo regular, algunas emisoras “ponen énfasis en la transmisión de noticias manteniendo una definida distancia periodística entre la información y la opinión, así como entre los actores de la noticia y la radio transmisora de las noticias… su público objetivo, claramente definido, es el rural; y tienen una política publicitaria con claras resistencias a la difusión, por ejemplo, de publicidad proveniente de las empresas 17

mineras” , esto último bajo el argumento de que la difusión de un tipo de publicidad puede ser malinterpretada por los oyentes, afectando la legitimidad y credibilidad de las radios. Otras emisoras buscan no sólo establecer una relación sostenida con los actores de las noticias, locales o regionales, sino también acompañar el proceso de desarrollo de los acontecimientos y en algunos casos participar de la definición o solución de los problemas denunciados, como parte del tejido social.

16 Radio Marañón de Jaén (Cajamarca), Radio Cutivalú (Piura), Chami Radio (Otuzco), las tres emisoras ubicadas en zonas mineras con conflictos activos y latentes, han propiciado la participación de representantes de empresas mineras y del Estado en coyunturas de diálogo y concertación con líderes de las comunidades, pero también en situaciones de enfrentamiento abierto entre organizaciones comunales, empresas mineras y entidades públicas. 17 Pedraglio, Santiago y Galo Téllez. Evaluación institucional de CNR 1998 – 2008. (Documento interno) Lima, Coordinadora Nacional de Radio – Free Voice, 2008: p. 34.

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Pero también operan emisoras cuyo trabajo periodístico es más convencional, en el sentido de buscar la objetividad periodística permanentemente, abriendo espacios para la participación de los actores, manteniendo distancias sobre ellos/ellas y no mostrando una posición editorial abierta sobre temas polémicos.

Sin embargo, en situaciones de conflictividad social estos modelos identificados a partir de prácticas regulares, habituales, pueden ser alterados por la propia dinámica de los procesos en curso y por las decisiones políticas que van tomando los equipos conductores de las radios a partir del análisis de los contextos cambiantes y de las relaciones de poder.

4.3. Relación de las emisoras con el tejido social: desde el acompañamiento crítico a posiciones de liderazgo Ahora bien ¿Tomar posición a favor de los derechos de las comunidades y en contra del atropello que muchas veces se comete con la anuencia del Estado, conlleva a que las emisoras puedan ser parte del liderazgo del tejido social enfrentado a las empresas mineras y eventualmente a organismos públicos? El seguimiento al rol de las radios en situaciones de conflicto nos ha permitido constatar la demanda de diversos sectores de las comunidades para que las radios asuman posiciones de liderazgo del tejido social. Una de las razones tiene que ver, en algunos casos, con la escasez de liderazgos con legitimidad social en las comunidades. Otra razón está asociada a la capacidad que pueden tener las emisoras de influir en la opinión pública local y de hacer presión mediática, y también a la capacidad de convocatoria a diversos actores en la perspectiva de construir puentes de diálogo para posibles soluciones concertadas. La experiencia revela que en algunos casos las emisoras han formado parte de la elite representativa del tejido social, participando activamente en jornadas de protesta, pero también en mesas de diálogo y concertación para buscar soluciones de consenso con las empresas y el Estado. En otras situaciones, las radios han optado por no participar activamente del tejido social en posiciones de representación y liderazgo. Aunque el rol de liderazgo y representación podría ser discutible desde una perspectiva de comunicación para la resolución de conflictos, la complejidad de los contextos, los perfiles de las emisoras y sus líderes, así como el tipo de vínculos que los medios construyen con su entorno permitirían, al menos, entender la lógica de las opciones tomadas. En relación con el asunto de la participación de las radios en el liderazgo del tejido social de las comunidades en situación de conflicto, surge una tensión adicional: La (necesaria) toma de distancia del tejido social para garantizar márgenes de autonomía e independencia, y tener la libertad de cuestionar y criticar las decisiones de las organizaciones sociales si estas no fuesen, por ejemplo, democráticas y bloquearan la posibilidad de diálogo y de procesar los conflictos aún teniendo la certeza de que el acuerdo posible no implica renunciar al respeto por los derechos fundamentales de las comunidades. Se trata de un eje de tensión no resuelto, pero que ha empezado a ser debatido al interior de algunas emisoras y en el ámbito de la CNR.

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4.4. El desafío de un mayor impacto e incidencia más allá de lo local La decisión primigenia para otorgar autorizaciones para explorar y, dado el caso, explotar determinados territorios se toma en el ámbito del Ministerio de Energía y Minas (MEM). Las poblaciones rurales prácticamente no han tenido participación en decisiones que les han afectado severamente hasta que se incorporó en la legislación la obligatoriedad de la licencia social, norma que no tiene un carácter retroactivo por lo que muchos proyectos mineros debido a su antigüedad nunca tuvieron el consentimiento de las 18

comunidades. Aun así, la norma no necesariamente se cumple en todos los casos . Pero lo que interesa destacar en esta sección es que buena parte de las decisiones sobre la expansión minera y la regulación sobre el sector se toman en Lima, el centro de poder político y económico del Perú. Por lo tanto, si bien la incidencia social y política de las emisoras tiene el ámbito local como espacio privilegiado, no se puede negar la relevancia de avanzar hacia una escala mucho mayor de influencia público mediática. Así, desde una perspectiva de impacto público nacional e influencia en el centro de poder, aparece como desafío la necesidad de que las emisoras y redes de medios educativos y comunitarios consoliden formas de articulación que amplifiquen sus capacidades de incidencia pública y política. Resulta clave en un país centralista la construcción, mediante sinergias comunicativa en red, de escenarios nacionales que muestren una parte significativa de los conflictos socioambientales como el resultado de condiciones estructurales de desigualdad y de una actuación del Estado que privilegia –a toda costa- un modelo de crecimiento económico antes que procesos de desarrollo sostenible con participación de las sociedades locales involucradas. Se hace necesaria la visibilidad de los contextos rurales ámbitos de conflicto, de sus problemas históricos y consecuencias presentes, de sus actores y sus lógicas de acción pública. Se trata de un reto complejo dado el nivel de concentración de la propiedad de los medios, el centralismo informativo y la (casi) entronización de un discurso omnipresente a favor del libre mercado y la inversión privada como motores exclusivos del desarrollo. Finalmente, aparece como desafío consolidar la articulación de las emisoras con actores y redes de influencia internacional, para avanzar en la denuncia e incidencia pública en los países y regiones sede de las matrices de algunas compañías mineras que en otras regiones del planeta no cumplen con estándares internacionales de proyección a la salud y el medio ambiente.

V. A manera de conclusión -

Los conflictos socioambientales, cuyo número se ha incrementado notablemente en los últimos años en el Perú, tienen a la base condiciones estructurales marcadas por profundas asimetrías de carácter político, económico y comunicativo entre empresas mineras y comunidades. En muchos casos, la situación se agrava para algunas poblaciones rurales debido a la ausencia del Estado o a una actuación estatal marcadamente a favor de la inversión minera, incluso incumpliendo la legislación vigente en contra de los derechos de las comunidades.

18 Es el caso del proyecto minero Río Blanco, en las provincias de Huancabamba y Ayabaca (región Piura), operado inicialmente por la empresa Majaz, hoy en día Río Blanco Cooper S.A.

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El carácter centralista de la comunicación en el Perú y los crecientes niveles de concentración mediática, configuran un escenario de desbalance informativo a favor de un modelo que privilegia el crecimiento económico y no necesariamente el desarrollo social sostenible.

Los conflictos son

visibles especialmente cuando se desatan hechos violentos, no se avanza en un esfuerzo de información preventiva, en una explicación sobre los mismos, tampoco se abordan factores causales en profundidad, ni se da cuenta de la complejidad de actores y del carácter de las relaciones construidas entre empresas, comunidades y Estado. -

En este contexto marco operan en situaciones específicas de conflictividad social por actividad minera, emisoras educativas y comunitarias con proyectos comunicativos y políticos que ponen énfasis en la construcción de procesos de cambio social sostenible con amplia participación ciudadana en la definición de los sentidos y rutas del desarrollo. Así, las radios toman posición a favor de las comunidades, cuestionan la noción de objetividad periodística y desde la no-neutralidad tratan de

contribuir al procesamiento de los conflictos generando espacios de diálogo, pero

principalmente acompañan a las organizaciones en sus acciones públicas, incluso formando parte del propio tejido social, lo cual les genera tensiones respecto a sus niveles de autonomía crítica con relación al movimiento social. -

Producto de sus prácticas político comunicativas, las radios educativas y comunitarias se hallan frente a complejas encrucijadas con más de una opción de ruta. Resulta clave una permanente reflexión (y formación) sobre los procesos y sus resultados, en la perspectiva de contribuir a la prevención y el procesamiento de los conflictos por la vía de mecanismos democráticos que garanticen el derecho de las comunidades a decidir sobre su propio desarrollo en el marco de un estado de derecho.

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Conflictos en la escena televisiva 1

Sandra Villegas svillegas@unirbolivia.org Sandra Tatiana Villegas Taborga. Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en La Paz (1998). Fue investigadora y Coordinadora General del Centro Interdisciplinario Boliviano de Estudios de la Comunicación (CIBEC) (1996 – 2000).

Resumen Las entrevistas televisivas sobre conflictos fueron estudiadas como un referente del manejo de los recursos periodísticos en Bolivia; sus conclusiones apuntan a la necesidad de reflexionar sobre cómo explotar positivamente estos espacios de diálogo y mediación en lugar de propiciar mayor polarización discursiva. Abstract The televission interviews about social and political conflicts were studied as a reference of Bolivian Journalism. Its conclusions are targeted to analyze how use positively the journalistic tools as places of dialogue and mediation against the discourse polarization of parties. Palabras Clave Entrevista, televisión, encuadre informativo

1 El equipo de trabajo estuvo constituido por el Lic. Alvaro Hurtado en la fase de sistematización y Guadalupe Aguilar, Marcela Ossio, Jenny Soto y Pamela Condori como codificadoras.

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Las entrevistas televisivas sobre conflictos representaron un espacio de debate y deliberación poco explotado. En el 92% de las entrevistas analizadas, no se propició el debate entre los sectores vinculados al conflicto sino sólo la posición de uno de los sectores (8%); reforzando el discurso protagonista/antagonista como excluyentes. Esta reflexión resulta del análisis de 12 entrevistas sobre conflictos de interés social y político en los programas matutinos de los programas “El Mañanero” (RED UNO), “Hola País” (PAT), “Al Despertar” (UNITEL), “Bolivia Informa” (Televisión Boliviana), ATB 1ª Edición (red ATB) y BOLIVISIÓN 1ª Edición de Diciembre de 2006 a febrero de 20076 cadenas nacionales de televisión en La Paz. El estudio partió de analizar las entrevistas periodísticas televisivas y el aliento a la polarización de 2 conflictos gracias al uso del encuadre informativo (framing) . El encuadre informativo es el proceso por el cual los medios de comunicación seleccionan, dan una interpretación causal, presentan un juicio moral y/o 3 sugieren una recomendación de algunos aspectos de la realidad . La observación, medición del tiempo asignado a las entrevistas y sus participantes, y análisis del lenguaje utilizado fueron las técnicas básicas utilizadas.

Cuadro 1: Conflictos Analizados Tema 1: Expulsión del cubano Amauris Samartino. El gobierno instruyó la detención de Amauris Samartino el 24 de diciembre de 2006 y lo expulsó del país, el 9 de enero de 2007 por involucrarse en la política nacional al participar en movilizaciones pro autonomía en Santa Cruz. El tema fue planteado en las entrevistas televisivas a partir de la legalidad o ilegalidad de la medida gubernamental porque el Tribunal Constitucional de la Nación declaró improcedente esa expulsión. Tema 2: Conflicto Prefectura de Cochabamba. Este conflicto fue generado por el enfrentamiento del día 11 de enero de 2007 entre los “jóvenes por la democracia” quienes defendían a Manfred Reyes Villa, Prefecto de Cochabamba y los cocaleros y regantes que solicitaban su renuncia. Las entrevistas fueron centradas en buscar la responsabilidad política del gobierno y del Prefecto de Cochabamba. Tema 3: Conflicto de cooperativistas. En febrero de 2007, los mineros cooperativizados reclamaron el incremento del Impuesto Complementario a la Minería (ICM) con violentas marchas y bloques en la sede de gobierno. En las entrevistas, se indagó sobre el rechazo al impuesto, la detención de mineros que portaban dinamita y las opciones de diálogo. Tema 4: Conflicto de Camiri. El 3 de febrero de 2007, la población de Camiri paralizó la ciudad y cerró las válvulas de la empresa TRANSREDES, demandando que la explotación petrolera y gasífera sea traducida en más empleos y el desarrollo de la región. La madrugada del 4 de febrero de 2007, efectivos de las Fuerzas Armadas (FFAA) y la Policía Nacional retomaron las instalaciones petroleras ubicadas en Choreti y controlaron la situación en Camiri con el saldo de 9 heridos. En las entrevistas, se buscó profundizar en las causas del conflicto mediante la exposición del Alcalde de Camiri y la evaluación de dos analistas políticos. Fuente: Elaboración propia

2 Para ampliar este concepto revisar HUMANES, María Luisa. El encuadre mediático de la realidad social. Un análisis de los contenidos informativos en televisión. Departamento de Sociología y Comunicación Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Salamanca, pp. 1-12 en http://www.comminit.com/en/node/149723/37 (visitado el 29 de Octubre de 2008). 3 MACASSI, Sandro. El tratamiento informativo de los conflictos sociales en Comunicación, nuevos escenarios y conflictos sociales. Memoria Académica del IV Encuentro Nacional de Investigación en Comunicación. Asociación Boliviana de Investigadores de la Comunicación (ABOIC). Cochabamba, noviembre 2005. Impreso en EDOBOL, La Paz – Bolivia, pp. 36 - 46.

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Cuadro 2: Detalle de la muestra analizada ATB 1ª Edición

BOLIVISION 1ª Edición "Al Despertar" (UNITEL)

Conflicto Cooperativistas Conflicto Samartino

07/02/2007 27/12/2006

Conflicto Prefectura Cochabamba 15/01/2007 Conflicto Cooperativistas 07/02/2007 Conflicto Samartino 27/12/2007 Conflicto Prefectura Cochabamba 15/01/2007

"El Mañanero" UNO)

(RED

"Hola País" (PAT) "Bolivia Informa" (TVB)

Conflicto Samartino Conflicto Prefectura Cochabamba Conflicto Camiri Conflicto Camiri Conflicto Cooperativistas Conflicto Samartino

27/12/2006 15/01/2007 07/02/2007 07/02/2007 07/02/2007 27/12/2007

Fuente: Elaboración propia

Al escenificar el conflicto desde algún enfoque, los medios usaron la entrevista periodística como una deliberación pública que generó procesos de diálogo y en ocasiones, debates espectacularizados.

1. Los hechos desde el lente con que se mira Buena parte de la cobertura periodística depende del enfoque o lente con que sea evaluado el hecho informativo en la sala de prensa de cada canal. El encuadre informativo de las entrevistas fue estudiado a partir del lenguaje utilizado (preguntas, comentarios y respuestas) por entrevistadores y entrevistados; los subtítulos; el uso de recursos técnicos y los niveles de tensión generados durante las entrevistas analizadas. Cuadro 3 El encuadre informativo se clasifica en 5 tipos: 1. Encuadre de conflicto: Prioriza la disputa entre dos posiciones. 2. Encuadre de responsabilidad: Busca identificar a los culpables. 3. Encuadre de interés humano: Da prioridad al enfoque subjetivo de los actores de los conflictos; victimiza. 4. Encuadre de moralidad: Busca juzgar o calificar éticamente los conflictos o las acciones de las partes. 5. Encuadre de consecuencias económicas y sociales: Enfatiza el impacto de los conflictos.

La mayor parte de las entrevistas sobre conflictos siguió los encuadres de responsabilidad (37%) y de conflicto (21%) (Ver Gráfico 1).

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Gráfico 1

Tipos de encuadres informativos utilizados De consecuencias pol. eco. soc.; 2; 14% De interés humano; 2; 14%

De responsabilidad; 5; 37%

De moralidad; 2; 14%

De conflicto; 3; 21%

Fuente: Elaboración propia

El detalle de cada entrevista se explica a continuación, demostrando que en ellas, se utilizó más de un encuadre informativo en su desarrollo. 1) ATB 1ª Edición utilizó los encuadres de responsabilidad y conflicto en su entrevista sobre la expulsión de Amauris Samartino. En la entrevista se cuestionó al Ministro de la Presidencia sobre la ilegalidad de la medida, haciendo responsable al gobierno por el inadecuado tratamiento al ciudadano cubano. El encuadre de conflicto fue enfocado al contraponer la versión del gobierno – representado por el Ministro Quintana – con la de Waldo Albarracín, hasta lograr que el ministro admitiera oficialmente que se cometió un error (escena 17, ATB 1ª Edición. Entrevista conflicto Samartino). Por otro lado, ATB 1ª Edición usó el encuadre de consecuencias económicas y sociales en la entrevista sobre el conflicto de cooperativistas mineros y sus medidas de presión en la ciudad de La Paz que fue centrada en la explicación económica de la aplicación del Impuesto Complementario a la Minería (ICM) desde el punto de vista de los cooperativistas. 2) “El Mañanero” (RED UNO) utilizó el encuadre de conflicto en la entrevista sobre Samartino, al contraponer las posiciones de un representante del la línea gubernamental (Santos Ramírez, Senador del Movimiento al Socialismo) con uno de la oposición (Antonio Franco, Jefe de la Bancada Cruceña de Poder Democrático Social - PODEMOS). Además, RED UNO usó el encuadre de moralidad en las entrevistas sobre el conflicto de los cooperativistas mineros y Camiri, al destacar la evaluación realizada por el Presidente de la Asamblea de Derechos Humanos y de dos analistas políticos respectivamente. 3) BOLIVISION 1ª Edición en su entrevista sobre el conflicto de la Prefectura de Cochabamba utilizó el encuadre de responsabilidad para cuestionar a su entrevistado. Alfredo Rada (ex Coordinador de Movimientos Sociales) fue consultado en relación a los enfrentamientos en Cochabamba, buscando identificar la responsabilidad del gobierno. 4) “Bolivia Informa” (Televisión Boliviana) recurrió a los encuadres de moralidad y de responsabilidad. En la entrevista sobre Samartino, usó el encuadre de moralidad al destacar la evaluación y análisis de las causas y consecuencias de los conflictos, a través de las declaraciones del Senador del Movimiento al Socialismo (MAS).

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En la entrevista sobre el conflicto de cooperativistas, se utilizó el encuadre de responsabilidad al preguntar a Guillermo Dalence (Ministro de Minería) sobre el Impuesto Complementario a la Minería (medida gubernamental), solicitándole que amplíe y justifique la posición del gobierno en torno al conflicto generado por las protestas de los mineros cooperativistas contra el citado impuesto. 5) “Hola País” (PAT). En la entrevista sobre el conflicto en Camiri, se destacó el encuadre de consecuencias sociales, económicas y políticas, enfocándose en las declaraciones del Alcalde de Camiri sobre las demandas de desarrollo de la región a través de la explotación de recursos hidrocarburíferos y la posición del gobierno sobre cómo administrar Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). 6) “Al Despertar” (UNITEL) usó dos y cuatro encuadres en sus entrevistas sobre conflictos: 6.1. En la entrevista sobre el caso Samartino, se concentró en destacar el interés humano. Algunas preguntas e imágenes buscaron la identificación o lástima del público con Samartino como víctima de la justicia y del gobierno boliviano. Se atribuye además al gobierno la responsabilidad de su expulsión del país sin el reconocimiento de sus derechos como refugiado. 6.2. En la entrevista sobre cooperativistas mineros, se atribuyó la responsabilidad del conflicto al gobierno por lanzar un impuesto sin consensuar con los mineros, desatando las protestas y actos violentos e incluso pagando a algunas personas para incitar a la violencia según afirmó Andrés Villca “les pagaron para que nos peguen” (5 escenas. Entrevista “Al Despertar”, UNITEL, 07/02/07). El encuadre de interés humano, en segundo plano, fue priorizado por las imágenes y el contacto en vivo con un cooperativista desmayado en la Plaza de San Francisco. 6.3. “Al Despertar (UNITEL) en su entrevista sobre el conflicto Prefectura de Cochabamba encuadres:

utilizó 4

a) Con el encuadre de responsabilidad atribuyó a Evo Morales, Presidente de la República y a su gobierno el conflicto generado por la presión de cocaleros y regantes que exigieron la renuncia del Prefecto de Cochabamba. Así lo justificó el canal con subtítulos como: “Guerra en Cochabamba y Evo en Nicaragua. Murieron un cocalero y un universitario” (3 escenas: 28, 29 y 30). b) El encuadre de conflicto fue utilizado al contrastar la posición del Defensor del Pueblo pidiendo deponer actitudes beligerantes a ambos bandos del conflicto y la de Carlos Dabdoub (Coordinador Pro Autonomía del Comité Cívico Pro Santa Cruz); pero también las declaraciones de José Luis Paredes (Prefecto de La Paz) respaldando al Prefecto de Cochabamba y la solicitud de su renuncia por parte del Consejo Departamental a través de un representante (sin identificar). c) El encuadre de interés humano fue usado al destacar en subtítulos como: “La prensa agredida. 2 muertos y 200 heridos” (1 escena); “La democracia se desangra. 2 muertos y 200 heridos” (16 escenas). También lo usó mediante las imágenes de archivo de los enfrentamientos y sus víctimas. d) El encuadre de consecuencias sociales, económicas y políticas fue explotado por las repercusiones generadas no sólo por las víctimas sino también por el apoyo de los prefectos de otros departamentos, incluido el de La Paz, quien fue presionado para renunciar. Este encuadre fue evidenciado por la presencia del Prefecto de La Paz como invitado en estudio, pero también por las declaraciones en imágenes de archivo de Rubén Costas (Prefecto de Santa Cruz) y de un miembro del Consejo Departamental de la Prefectura de La Paz. Para determinar el tipo de encuadre informativo empleado en las entrevistas televisivas, se tomó como parámetros de análisis: el lenguaje utilizado, los niveles de tensión generados, los subtítulos, los recursos audiovisuales y la organización general de las entrevistas analizadas.

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2. Lenguaje de doble filo: preguntas y comentarios El lenguaje utilizado en las entrevistas fue analizado a partir de las preguntas y comentarios de los conductores de los programas televisivos; las respuestas y comentarios de las personas entrevistadas en estudio; los subtítulos; y los niveles de tensión generados a partir de lo expresado. En las 12 entrevistas, se priorizó el análisis de las preguntas y comentarios de los/las conductores de los programas televisivos, quienes formularon 157 preguntas y emitieron 83 comentarios. De acuerdo a la cantidad de preguntas, en la entrevista sobre el conflicto de cooperativistas de “Al Despertar” (UNITEL) se formuló 46 preguntas (29%); la entrevista sobre Samartino en el “El Mañanero” (RED UNO) incluyó 25 preguntas (16%) y sobre el mismo tema, la entrevista de “Al Despertar” (UNITEL) presentó 17 preguntas (11%). Algunas de estas preguntas fueron: 

“Para el Defensor del Pueblo, por favor. El gobierno dice que está mediando en este conflicto ¿es posible que el gobierno sea mediador cuando uno de los sectores está identificado con la posición del gobierno, o la mediación debe venir de otras instancias?” (escena 9). (Sisy Añez pregunta a Waldo Albarracín. Entrevista Conflicto Prefectura Cochabamba, “Al Despertar” (UNITEL)) “¿El caso de Samartino se ha vuelto político?...” (escena 65). (Pedro García pregunta a Santos Ramírez, Senador del Movimiento al Socialismo (MAS). Entrevista sobre Samartino, Red Uno Santa Cruz).

En relación a los comentarios formulados para contextualizar, resumir, valorar, encauzar o dirigir las entrevistas; en las entrevistas sobre el conflicto de la Prefectura de Cochabamba y los cooperativistas en “Al Despertar” (UNITEL), formularon 26 (31%) y 23 (28%) comentarios respectivamente. Ello permitió evidenciar que los conductores de esta revista matinal son los que con mayor frecuencia conducen el diálogo y las argumentaciones en sus entrevistas, de acuerdo a un encuadre informativo determinado. Algunos de estos comentarios fueron: 

“Se escuchaba ayer al Vicepresidente Álvaro García Linera, que estaba como Presidente en ejercicio del país culpar a Manfred Reyes Villa por lo ocurrido, por estar en La Paz, mientras en Cochabamba había una guerra, no faltaron voces que dijeron…entre tanto el Presidente estaba en Nicaragua” (escena 28, acompañada de pantalla dividida con imágenes de archivo de Evo Morales en la posesión presidencial en Nicaragua y un joven muerto en Cochabamba). (Sissy Añez. Entrevista Conflicto Prefectura Cochabamba – “Al Despertar”, UNITEL).

El análisis del lenguaje utilizado en las entrevistas de los programas televisivos fue realizado en tres etapas. En la primera etapa, se organizó las escenas relativas a las acciones centrales: saludos de inicio, preguntas y comentarios de los y las conductoras, respuestas y comentarios de la persona entrevistada, y despedida. La segunda etapa supuso la organización secuencial― agrupación ordenada de escenas ― de cada entrevista, como figura en el Gráfico 2. Gráfico 2 Organización Secuencial Entrevista Conflicto Samartino - Entrevista "El Mañanero" (RED UNO)

Sec. 8 despedida; 0:00:12

Sec. 2 Tensión media; Preguntas detalle; 0:03:32

1

Sec. 4,5 y 7 tensión alta; preguntas política 0:11:37

Sec. 1 Saludos; 0:00:09

0:00:00

0:02:53

6

0:05:46

0:08:38

0:11:31

Sec. 3 y 6 Tensión media alta; imágenes archivo y preguntas insinuantes; 0:14:12

0:14:24

0:17:17

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Nivel blanco: Presentación y saludos Nivel amarillo: búsqueda de información Nivel canela: comentarios Nivel rosado: preguntas y respuestas directas Nivel Fucsia: preguntas y respuestas insinuantes. Tensión intermedia. Nivel rojo: Tensión de alerta de conflicto Nivel guindo: confrontación Fuente: Elaboración propia

La etapa final del análisis del lenguaje permitió establecer los niveles de tensión ― momentos de mayor énfasis o suspenso ― generados durante una entrevista, como aparece en el Gráfico 3. Gráfico 3

Entrevista "Al Despertar" UNITEL - Conflicto Cochabamba - Organización y Niveles de Tensión 7

6

6

6

6

6

5

5

4

4

4

4

3

2

1

1

0 Secuencia 1: Saludos (Esc. 1-3)

Secuencia 2: Cont. Sta. Cruz Contextualizan (Esc. 4 - 8)

Secuencia 3: Cont. Secuencia 4: Cont. Secuencia 5: Cont. Sta. Cruz. Se Sta. Cruz reunión Sta. Cruz Violencia cuestiona ( Esc. 9- Prefectos (Esc.16-25) contra periodistas 15) (Esc. 26-28)

Secuencia 6:Cont. Secuencia 7: Busca Secuencia 8: Cont. Secuencia 9: Estudio Sta. Cruz - La Paz ( confrontación Sta. Cruz - posición LP - Posición Esc. 29-36) Prefecto LP - Estudio prefectos (Esc. 45 resumen LP (Esc. 37 - 44) 48) entrevistados Despedida (Esc. 49 53)

Nivel 1: Saludos y despedidas Nivel 2: Búsqueda de información Nivel 3: Tensión baja (comentarios evaluativos) Nivel 4: Tensión media (preguntas y respuestas directas) Nivel 5: Tensión media alta (preguntas y respuestas insinuantes) Nivel 6: Tensión alta (preguntas, respuestas polémicas) Nivel 7: Tensión muy alta (preguntas, respuestas, comentarios que ahondan el conflicto)

Fuente: Elaboración propia

De acuerdo al análisis del lenguaje: a) Las preguntas se caracterizaron por:    

Buscar información para ampliar o contextualizar los conflictos sociales. Buscar la posición de las personas entrevistadas aludiendo a lo mencionado por una tercera persona o instancia en imágenes de archivo. Dirigir la pregunta (y la respuesta) hacia un determinado aspecto del conflicto, en especial dentro del encuadre de responsabilidad. Redundar en las preguntas hasta que el entrevistado conteste o diga lo que se espera que responda.

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Buscar la confirmación o identificación del entrevistado con quien conduce el programa a través de un comentario y la acotación ¿no?

b) Los comentarios fueron destinados a contextualizar, resumir, valorar negativamente, encauzar y/o dirigir las entrevistas. También buscaron sugerir consecuencias colaterales al conflicto analizado. c) La organización secuencial de las entrevistas se caracterizó por seguir la lógica del argumento literario tradicional: inicio, desarrollo y cierre. El inicio consistió en los saludos y presentación de antecedentes (no siempre presentes); en el desarrollo, se hicieron las preguntas centradas en el conflicto y temas colaterales; y finalmente, en el cierre los entrevistados se despidieron o quien condujo el programa hizo un comentario a modo de resumen. d) Los niveles de tensión en las preguntas, respuestas o comentarios fueron medidos por separado en términos de duración. Los niveles de tensión más altos fueron encontrados en la “Al Despertar” (UNITEL) sobre el conflicto de cooperativistas mineros donde se calculó la duración de secuencias de tensión muy alta (8’ 03” ó 23%) y alta (10’ ó 31%), tomando en cuenta que la entrevista duró 31’ 17”, el 54% del tiempo fue altamente tenso. El nivel de tensión medio (2’ 59” ó 21%) y tensión más baja (6’46” ó 47%) fue encontrado en la entrevista de “Bolivia Informa” (TVB) sobre el conflicto Samartino que duró 14’ 15”, en consecuencia, ésta ocupó el 68% de su duración con niveles medios y bajos de tensión. Al hacer una comparación entre las redes analizadas, se concluye en relación al lenguaje utilizado que: a

1. Las entrevistas en ATB 1ª edición y BOLIVISION 1 edición utilizaron mayoritariamente preguntas en busca de información, con niveles de tensión media y alta. 2. Las entrevistas de “El Mañanero” (RED UNO) buscaron información, evaluaron los conflictos (c. Prefectura Cochabamba y Camiri) y acentuaron la contraposición de opiniones en una de las entrevistas (c. expulsión Samartino), siguiendo un ritmo de tensión alta y media alta. 3. Las entrevistas de “Al Despertar” (UNITEL La Paz/ Santa Cruz) contaron con más entrevistados, más fuentes de sectores contrapuestos, usaron más imágenes de archivo y enfatizaron una visión crítica de opiniones contraria al gobierno. “Al Despertar” fue el programa que más tiempo otorgó a las secuencias de tensión alta y muy alta. 4. Las entrevistas de “Bolivia Informa” (TVB) reflejaron la versión del gobierno a través de sus representantes Santos Ramírez (c. expulsión Samartino) y Guillermo Dalence (c. cooperativistas) y se caracterizaron por poseer niveles de tensión baja. 5. La entrevista de “Hola País” (PAT) usó comentarios de contexto y excepcionalmente formuló preguntas. Usó niveles de tensión media alta. 3. La letra sobre la imagen Los subtítulos (texto resumen) que acompañaron las imágenes en estudio, en vivo e imágenes de archivo durante las entrevistas fueron utilizados para: a) Dar información referencial Juan Ramón Quintana Ministro de la Presidencia. (Escena 6). Caso Amauris Samartino en ATB 1ª Edición b) Citar textualmente “Les pagaron para que nos peguen” (5 escenas). Se cita a Andrés Villca. Entrevista “Al Despertar”, UNITEL. c) Resumir las declaraciones del entrevistado “No es refugiado, es residente”

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(9 escenas). Se resume lo expuesto por S. Ramírez. Entrevistas caso Samartino en “Bolivia Informa” (TVB). d) Interpretar desde el canal “La democracia se desangra” Entrevista Conflicto Cochabamba en “Al Despertar” (UNITEL). Este subtítulo apareció en 50/53 escenas acompañado de otras 8 expresiones. e) Explicar imágenes de archivo Militares gasificaron a los pobladores (3 escenas). Entrevista conflicto Camiri en “El Mañanero” (RED UNO). Por otro lado, el uso de los subtítulos fue complementado con el uso de recursos audiovisuales, en especial de la imagen de archivo. 4. Tele-visión y contrapuntos de archivo El análisis audiovisual estuvo basado en el uso de tipos de planos, ángulos de toma, uso de la pantalla e imágenes de archivo que reforzaron el encuadre informativo utilizado en las entrevistas. Gráfico 4 Entrevista ATB 1a. Edición - Conflicto Cooperativistas Elementos Audiovisuales

20

20

20

17 15

10

10

8

5

2 4 personas

3 presonas

0 2 personas

0 1 persona

Pantalla triple

Pantalla doble

Contrapicado

Picado

Angulo normal

0

Pantalla simple

3

0

0 Primerisimo primer plano

0 Primer Plano

Entero

0 Medio

0

0

Americano

Cantidad de escenas

25

Fuente: Elaboración propia

El Gráfico 4 es un ejemplo del análisis de recursos visuales realizado para cada entrevista, en el que se puede apreciar específicamente los recursos empleados para la entrevista sobre conflictos en Camiri. - En general, BOLIVISIÓN (conflicto Prefectura de Cochabamba) fue el que más recurrió a primeros planos (65%), mientras que la Red ATB (entrevista sobre Samartino) usó básicamente los planos normales (93%). - En el uso de pantallas, se evidenció que las redes UNITEL, RED UNO y ATB combinaron con frecuencia la pantalla normal con la pantalla doble y los planos de 2 personas. Por ejemplo, UNITEL usó el 64% de pantallas dobles y 40% de planos conjuntos de 2 personas en la entrevista sobre Samartino. “Bolivia Informa” (TVB) y “Hola País (PAT) usaron la pantalla normal en el 100% de sus escenas.

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- A nivel técnico, se realizaron 8 contactos con la ciudad de Santa Cruz (7 de UNITEL en entrevista conflicto Prefectura Cochabamba y 1 de la RED UNO sobre el caso Samartino); y 2 contactos en vivo (UNITEL en el conflicto de cooperativistas y RED UNO sobre el conflicto de Camiri). - En 9 entrevistas se incluyeron 12 imágenes de archivo, excepto en las de BOLIVISION 1ª Edición sobre el conflicto de Cochabamba; y en “BOLIVIA INFORMA” (TVB) sobre Samartino y cooperativistas mineros. En 6 de 12 ocasiones, las imágenes de archivo fueron declaraciones de representantes del gobierno, incluido el Presidente de la República (3 veces). La entrevista sobre el conflicto de la Prefectura de Cochabamba en “Al Despertar” (UNITEL) utilizó más imágenes de archivo: 3 declaraciones y en 4 ocasiones, imágenes de los enfrentamientos.

5. Organizando las entrevistas La organización de las entrevistas fue establecida mediante: • el número de entrevistados; • el número de las intervenciones por entrevistado; • el número de escenas y secuencias de la entrevista; • el tiempo otorgado a las intervenciones de las personas entrevistadas; • los promedios en las entrevistas. a) El número de entrevistados: Las 12 entrevistas analizadas incluyeron 5 representantes del Poder Ejecutivo y del partido gobernante (42%): Juan Ramón de la Quintana (Ministro de Gobierno), Santos Ramírez (senador MAS), Alfredo Rada (ex Coordinador de Movimientos Sociales) y Guillermo Dalence (Ministro de Minería). El personaje más veces entrevistado fue Waldo Albarracín (Defensor del Pueblo). Fue consultado en 3 ocasiones: conflictos de A. Samartino, Cochabamba y cooperativistas. Por la oposición, se entrevistó a 2 representantes de Poder Democrático Social (PODEMOS): Antonio Franco (Jefe de la Bancada de Podemos de Santa Cruz) y José Luis Paredes (Prefecto del Departamento de La Paz). b) El número de las intervenciones: En general, quienes conducen los programas matinales intervinieron la misma o mayor cantidad de veces que los entrevistados. Sin embargo, hubo casos específicos en que los conductores del programa intervinieron mayor número de veces (conflicto Samartino 52% y Cochabamba 60%, UNITEL) que sus entrevistados. c) Duración de las intervenciones: la duración de las intervenciones fue equilibrada cuando las entrevistas asignaron mayor tiempo a los entrevistados. No obstante, existió desequilibrio cuando se asignó un margen significativo del tiempo a los entrevistados; por ejemplo, las autoridades de gobierno en “Bolivia Informa” (TVB) (88%, entrevista sobre el conflicto Samartino; 75% en entrevista sobre cooperativistas); y en “Al Despertar” (UNITEL) (73% al abogado de Samartino). Además, se evidenció otro tipo de desequilibrio cuando se asignó más tiempo a sólo uno de los sectores involucrados en el conflicto, en algunos casos, gracias a la intervención de varios entrevistados con la misma posición y la contraparte con menor tiempo en imágenes de archivo.

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Gráfico 5 Entrevista "Bolivia Informa" TVB: Caso Samartino Duración de intervenciones Duración total: 21' 31" Pedro Gemio. Conductor entrevista TVB; 1'41"; 12%

Santos Ramirez. Pdte. Cámara Senadores MAS; 12' 45"; 88%

Fuente: Elaboración propia

d) El número de escenas y secuencias: De un total de 548 escenas, se emitió un promedio de 44 escenas por entrevista. Las entrevistas fueron organizadas en 86 secuencias (conformadas por distinto número de escenas) y un promedio de 7 secuencias por entrevista. e) Los promedios: Las entrevistas analizadas duraron 12 horas, en promedio 19’ 16” cada una. En cuanto a recursos humanos, se involucró 2 conductores y 2 entrevistados promedio.

Consideraciones Finales Las entrevistas siguieron la lógica de un argumento literario tradicional: inicio, desarrollo y cierre; intentando -de acuerdo al canal- mantener la tensión inicial con otros picos de tensión que fueron descendiendo a medida que la entrevista finalizaba. Las imágenes de archivo fueron usadas para documentar el conflicto y para acentuar la contraposición de opiniones entre los entrevistados. Se usó imágenes de archivo de Evo Morales, de representantes del gobierno y de otros entrevistados (23% en cada caso), pero también escenas de violencia o de los involucrados en el conflicto (31%). Mayoritariamente, las entrevistas no mostraron equilibrio en la contrastación de fuentes informativas. Se debatió con el otro en su ausencia, asignándole la responsabilidad de los conflictos sin darle la posibilidad de réplica al no entrevistarlo o presentarlo sólo en imágenes de archivo. Las preguntas y comentarios sobre el otro ausente giraron en torno a lo que hizo o dijo, como insumo de la reacción o respuesta del entrevistado. En 6 entrevistas, el oponente ausente fue el gobierno; pero en 11 de las 12 entrevistas, no se reunió a los representantes del gobierno con los sectores en conflicto, sino con instituciones de mediación como el Defensor del Pueblo. A su vez, en 2 entrevistas (TVB), el otro ausente fue los sectores en conflicto sobre quienes se habló sin mayores referencias. Los medios, al seleccionar un aspecto del conflicto, le dieron visibilidad a algunas facetas de los hechos desde la mirada y posición de los entrevistados. Las entrevistas analizadas mostraron que los encuadres informativos más utilizados fueron de responsabilidad (37%) y de conflicto (21%).

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La construcción de lo real: Medios y democracia El caso Venezuela Mariana Pereyra y Lucía Pinto pereyra.mariana@hotmail.com y lucia.pintocp@gmail.com Mariana Pereyra. Estudiante de quinto año de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires, investigadora estudiante del proyecto “Institucionalización y profesionalización de la sociología en Argentina”, UBACyT (S425); artículo publicado “La Revolución Democrática del MAS” revista DEMOS PARTICIPATIVA septiembre de 2008. Lucía Pinto. Estudiante de quinto año de la Carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires, voluntaria en Área de Gestión de Proyectos de Fundación Metáfora para la Cooperación Internacional y el Desarrollo Sustentable.

Resumen Este trabajo se propone analizar la relación entre medios de comunicación y democracia desde la perspectiva de un estudio de caso: el golpe de Estado realizado al gobierno del presidente Hugo Chávez en Abril de 2002. Considerando el contexto socio-político en que tiene lugar el Golpe, la conformación de los medios de comunicación en Venezuela, y las particularidades de la oposición al gobierno central, analizaremos los valores simbólicos que este hecho histórico pone en juego: el fenómeno de la opinión pública y el rol de los medios de comunicación. Se intentará advertir, con esto, los riesgos que conlleva la existencia de un único discurso de lo real para las instituciones democráticas. Summary This paper reviews the relation between the media and democracy from the perspective of a case study: the coup d'etat to the government of Hugo Chávez in April of 2002. Considering the social and political context in which it that takes place, the composition of the media in Venezuela, and the mainly aspects of the Opposition, we will analyse the phenomenon of the public opinion and the media’s place. We will attempt to warn about the risks associated with the existence of a single speech on the real to the democratic institutions.

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Introducción

El golpe de Estado que intentó derrocar al gobierno de Hugo Chávez en Abril de 2002 no ha sido, pues, una elección azarosa, este nos proporciona, por el contrario, más de una clave para echar luz sobre la controvertida relación entre democracia y medios de comunicación. Para ello hemos considerado necesario articular el trabajo en dos momentos. En el primero, se analizarán las causas sociales, políticas y económicas que dieron lugar al golpe de Estado y la forma en que este fue llevado a cabo, teniendo en cuenta los ejes que, a nuestro entender, resultan cruciales a la hora de abordar el acontecimiento histórico. En un segundo momento, se esbozará un análisis teórico, que tendrá a los medios de comunicación como protagonistas y a la opinión pública como complemento para el análisis, ambos examinados desde su relación con el devenir democrático venezolano. Para esto nos centraremos fundamentalmente en dos autores: Monzón Arribas y Eliseo Verón. ¿Pueden los medios de comunicación brindar noticias completamente objetivas?, ¿es la neutralidad un valor a alcanzar? Estamos convencidas que la completa objetividad es imposible, siendo que siempre existe una toma de postura de los medios de comunicación respecto de las diversas cuestiones que informan. Sin embargo, esto no equivale a aceptar que los intereses políticos de un grupo determinado se resguarden bajo la bandera de la subjetividad. El abordaje periodístico del Golpe de Estado de 2002, lejos de haber expresado una mera interpretación de los sucesos acontecidos, ha llevado a cabo una deformación de los mismos, creando así una realidad social que no ha hecho más que engañar a la ciudadanía venezolana, atacando de forma perversa a la democracia. Es en repudio a los acontecimientos sucedidos entre el 11 y el 13 de abril de 2002 que se redacta este artículo. •

Antecedentes al Golpe de Estado de 2002

América del Sur está atravesando una etapa de profundas transformaciones, y Venezuela, sin duda, es protagonista y precursora de este proceso, ya que la aparición de Hugo Chávez Frías en el escenario político marca un punto de partida respecto de la aparición de los “nuevos líderes políticos”. Visiblemente el modelo neoliberal característico de la década de los ´90 está en plena decadencia, y en lugar de gobiernos que apuestan a una economía basada en el mercado, nos encontramos con un retorno del estado al centro de la escena. Una característica que distingue a esta nueva etapa es la caída de los partidos políticos tradicionales que gobernaron estos países en las últimas décadas del siglo pasado. En Venezuela, estos partidos tradicionales eran AD (Acción Democrática) y COPEI (Partido Demócrata Cristiano) los cuales se vieron desplazados del escenario político por una nueva fuerza, “La V República” que cambió radicalmente su interlocutor, no teniendo ya como objetivo beneficiar al empresariado, sino que su discurso se dirigiría directamente al pueblo. El establishment tradicional colmó de corrupción al gobierno y generó un alejamiento de la ciudadanía respecto de la política, quedando ésta únicamente al servicio de los negocios sucios de unos pocos. Inestabilidad, corrupción, pactos políticos y económicos que no hacían más que enriquecer a unos pocos y empobrecer a unos muchos, llevaron al pueblo al hartazgo, el cual se materializo en el famoso “Caracazo” (1989), una manifestación popular en rechazo al “paquete económico” neoliberal impuesto por el presidente Carlos Andrés Pérez, la cual terminó en intentos de saqueo, represión militar y una gran ola de violencia. El contundente “basta” del pueblo que recreó el Caracazo, marcó el comienzo de una nueva etapa en Venezuela. El agotamiento y declive del típico mecanismo partidario se produjo primero, por un deterioro al interior de los mismos, lo cual generó luego, una desconexión y cierta desvinculación entre los partidos, el pueblo y la propia opinión pública. Una serie de transformaciones sociales y económicas y el surgimiento de nuevos sectores sociales, han afectado los partidos políticos tradicionales, quienes no sabiendo como adaptarse a esto, generaron su propio deterioro llevando a una disminución de la identificación partidaria. El surgimiento de nuevas formas de acción colectiva se articula con el fin de subsanar los problemas de representatividad y canalización de ciertos intereses y demandas de un colectivo insatisfecho que ha comenzado a cuestionar la política tradicional. Los partidos políticos en Venezuela, desde la instauración del

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llamado “Pacto de Punto Fijo” hasta la segunda victoria de Caldera, en 1993, demostraron tener durante casi cuatro décadas el monopolio y la alternancia en el poder. Sin embargo, en 1998, con la llegada a la presidencia de Chávez, se produjeron cambios significativos en el sistema de partidos y en la correlación de fuerzas. Los partidos tradicionales, completamente debilitados, perdieron su estabilidad política garantizada por ese nefasto pacto, resultando triunfadora de las elecciones una fuerza nueva que vino a representar a las clases más pobres de Venezuela. Con el gobierno de Chávez acontece una explosión de la actividad política en todos los sectores de la sociedad. Este fenómeno sería caracterizado por Monzón Arribas como un ensanchamiento del público político, entendiendo como público a aquella parte del pueblo preocupada por los asuntos comunes, que hace públicos, visibles sus pensamientos al resto de la sociedad. Hugo Chávez fue generando, progresivamente, un crecimiento de la actividad política entre las clases más pobres, antes sumamente desinformadas y desinteresadas acerca de los devenires del poder. Comprender este proceso, el cual fue extremadamente resumido en las líneas anteriores, es determinante para comprender las causas y los motivos que llevaron a la oposición a realizar un Golpe de Estado al presidente constitucional Hugo Chávez en el año 2002. Estas transformaciones en el campo político, que generaron el traspaso de poder de un grupo a otro, dejaron como resultado ganadores y perdedores. Los típicos partidos políticos que caracterizaron la historia de este país se encontraron en ruinas, sin legitimidad ni ningún tipo de respaldo. El pueblo pedía a gritos nuevas alternativas y en este contexto surge Chávez, en explícita oposición al resto. Por lo tanto, estos actores políticos que resultaron “perdedores” en esta redistribución del poder, se encuentran constantemente operando por lo bajo contra el nuevo gobierno para deslegitimarlo, debilitarlo y encontrar el momento justo para destituirlo. •

El Golpe

Los sucesivos intentos para derrocar al Gobierno Bolivariano, tuvieron su punto álgido el 11 de abril de 2002. El golpe de Estado, llevado a cabo gracias a la complicidad de los medios de comunicación, fue orquestado por la oposición política y sectores oligárquicos de Venezuela. Los protagonistas de la vida política, que gozaron durante años de los beneficios de la corrupción y de los acomodos políticos, no podían permitir esta sucesión de cambios que venía a traer el proceso revolucionario. Por primera vez, ellos no eran los destinatarios de los beneficios económicos del proyecto político, por primera vez ellos estaban perdiendo el poder que tantos años les costó alcanzar y con tal de revertir la situación, estaban dispuestos a todo. Así fue como con el respaldo y apoyo del gobierno de EE. UU y la CIA planearon sigilosamente este plan de ataque a la democracia. El 11 de abril la oposición llamó, mediante los canales de televisión privados, a una manifestación a las puertas de PDVSA, en repudio a los despidos de altos funcionarios de la empresa, mientras tanto, los grupos afines al gobierno organizaban una contramarcha en el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno Nacional, para defender el proceso revolucionario. En un momento determinado, en la marcha opositora, se les comunica a los manifestantes que caminaban rumbo a PDVSA que había un cambio de planes y que irían al Palacio de Gobierno. Se descubriría, tiempo más tarde, que este cambio de rumbo no fue de improviso, sino que formaba parte del plan golpista. El objetivo era que las manifestaciones se crucen y comiencen los típicos enfrentamientos, los cuales se agudizarían, sin duda, con la ayuda de los francotiradores que estaban escondidos en lo alto de algunos edificios. Entretanto, Chávez se encontraba en el Palacio de Miraflores, desde donde se dirigió al país en Cadena nacional. Es en este momento cuando el ataque mediático cobra un protagonismo inimaginable: la lucha por crear la realidad se hace presente. Todas las estaciones de televisión privadas dividieron las pantallas: de un lado se encontraba la imagen de Chávez y del otro las imágenes de los enfrentamientos en Caracas, intentando así, que el espectador relacione inevitable e inmediatamente el conflicto con el Presidente de la República. El gobierno, ante esto, respondió mandando a sacar del aire a dichas televisoras pero éstas, con un plan alterno, lograron, cinco minutos después, seguir transmitiendo aunque con una imagen de menor calidad. Es entonces que se suceden en los canales de televisión privados constantes llamamientos de opositores, civiles y militares

1 El Pacto de Punto Fijo fue un acuerdo firmado en 1958 entre los partidos políticos venezolanos Acción Democrática (AD), COPEI y Unión Republicana Democrática (URD). El objetivo era conseguir la estabilidad de la recién instaurada democracia, mediante la participación equitativa de todos los partidos en el gabinete ejecutivo del partido triunfador. Por lo tanto, cada partido político que ganara las elecciones presidenciales le entregaría una cuota de poder al partido perdedor. La URD se retira rápidamente del pacto, quedando formulado un bipartidismo, el cual, por ley prohibía el ingreso de otros partidos a la escena política.

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a la renuncia del presidente, mientras la señal estatal VTV-Canal 8 es tumbada y ocupada militarmente. El alto mando militar ingresa al Palacio de MIraflores y amenaza con bombardearlo si Chávez no presenta su renuncia, a lo cual este se niega, siendo entonces llevado preso. Al día siguiente Venezuela amanece sin señal de televisión estatal, y con señales privadas en las cuales se sigue legitimando y reivindicando el carácter democrático del golpe. Los medios mantienen en conjunto la versión de la renuncia del presidente, cuando en verdad se trató de un secuestro. Esa misma tarde asume el Presidente provisional, Pedro Francisco Carmona Estanca, quien anuncia la destitución de gobernadores y alcaldes; clausura la Asamblea Nacional; elimina un paquete de leyes; anula las relaciones con Cuba; y hasta cambia el nombre de la República aprobado por la Constitución de 1999: Venezuela ya no era más “Bolivariana” (Bilbao, Luis; 2003: 11). El 13 de abril llega a Venezuela, gracias a los canales extranjeros que se transmiten por señal de cable, otra información, otro “modelo” de realidad, radicalmente diferente a la monopolizada por los canales locales: Chávez estaba secuestrado. La respuesta de la ciudadanía ante esto fue volcarse hacia las calles del país clamando la vuelta del líder, dejando de atender a la cobertura brindada por los medios locales. Mientras el Palacio de Miraflores es rodeado por las personas que piden por la restitución del gobierno depuesto, la guardia de honor que permanecía leal a Chávez, actúa de espaldas al gobierno de facto, retomando así el control del Palacio. Este respeto y lealtad del ejercito al presidente fue uno de los hechos más significativos de la jornada. En esta oportunidad, el golpe de Estado no fue organizado por la Fuerza Armada, sino que sólo un puñado de altos mandos militares se sumó a la conspiración, la cual fue encabezada por la cámara empresarial Fedecámaras y la cúpula de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), en estrecha relación con la oposición política partidaria del país. Una vez que arriban a la casa de gobierno los funcionarios que habían sido desplazados del poder, se vuelve primordial la tarea de restituir la señal de televisión pública, a los fines de informar a la población lo que estaba sucediendo, y no aquello que un grupo minoritario quería comunicar. Los medios de comunicación tradicionales pertenecen en su mayoría al establishment venezolano y su campaña es en contra de las políticas de carácter popular y participativo de Venezuela. En base a esto, se comprende su complicidad en el intento golpista, durante el cual, con vistas a la satisfacción de sus propios intereses y los de sus aliados, han ocultado información, han tergiversado imágenes, han mentido y le han faltado el respeto a toda la ciudadanía venezolana. Estos medios lo que han hecho es crear una perfecta ficción, haciendo de ella una realidad. Posteriormente, el nuevo Presidente provisional (ex vicepresidente constitucional) emite la orden de salir a rescatar a Chávez de la isla en donde estaba secuestrado. Esa misma madrugada, éste es recibido por una multitud en el Palacio de Miraflores, reestableciéndose así la democracia. •

El conflicto con PDVSA

A lo largo del S. XX el petróleo ha sido el elemento estructural que explica la configuración de la sociedad venezolana, ya que en Venezuela todo, o casi todo, se encuentra en relación, directa o indirecta con él. Es la segunda potencia hidrocarburífera del mundo, ha sido uno de los principales proveedores de hidrocarburos de occidente y su principal cliente es EE.UU. Por ello es indispensable evaluar las incidencias que el petróleo haya podido tener en el golpe de estado del 11 de abril. Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) es la corporación estatal de la República de Venezuela que se encarga de la exploración, producción, manufactura, transporte y mercadeo de los hidrocarburos. En el año 2002 el petróleo representaba 27% del PBI y el 80% del total de las exportaciones, (www.minec.gob.ve consultado el 23/07/2008) estas cifras no son menores, ya que revelan la dependencia de la economía respecto de la producción hidrocarburífera y las luchas que su posesión puede desatar. Si bien PDVSA no fue privatizada durante los gobiernos neoliberales, el poder ejecutivo no mantuvo el completo control de la misma. Poco a poco, estos gobiernos fueron terciarizando sectores de la empresa, otorgándoles así cierta autonomía e independencia en la toma de decisiones a actores que eran externos a ella. Lo que comienza es una especie de “privatización encubierta”, de forma tal que, paulatinamente, los nuevos actores pasaron a controlar la totalidad del circuito y así PDVSA fue desmembrándose cada vez más. Se observó entonces, como ésta dejó de atender a las directivas del Poder Ejecutivo y del Ministerio de Energía para comenzar a guiarse por una lógica de mercado.

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Con la llegada de Chávez todo esto se pretendió cambiar. La renta petrolera, la cual antes era apropiada por una elite económico-política, fue luego redistribuida a diferentes sectores del país, gracias a la reforma en la política petrolera que el presidente llevó a cabo. Ésta se propuso recuperar el papel protagónico del Poder Ejecutivo para frenar la tendencia a la “privatización encubierta”, lo cual no significó necesariamente negar la participación de capitales privados en determinados sectores de la empresa. Todas estas transformaciones, las cuales apenas comenzaban a gestarse al momento del golpe, generaban innegable malestar en ciertos sectores que habían sido beneficiados durante años por el negocio petrolero. La alta gerencia de la empresa se mostró reacia a perder las cuotas de poder alcanzadas y se encontró con grandes problemas a la hora de la rendición de cuentas, ya que la administración durante todos esos años no había sido del todo transparente. El hecho de que el Estado recupere el mando de la empresa sin duda generaba rechazo, por lo que estos perjudicados se vieron alentados a organizar el ataque a la democracia, en el que PDVSA tuvo un rol protagónico. No es casual que el 7 de abril, cuando el presidente Chávez anuncia por televisión el despido de altos gerentes de la empresa PDVSA, se genere un gran revuelo y el día 11, solo 4 días después, se de el golpe. El intento fallido de derrocar a Hugo Chávez del poder en abril de 2002 no ha sido la última tentativa, ya que en diciembre de ese mismo año comenzó un sabotaje petrolero que perduró hasta enero del año siguiente. Este paro general e indefinido fue suscitado por exactamente los mismos actores que protagonizaron el golpe de Estado. Las pérdidas no fueron menores: 14.430 millones de dólares fue el monto de los daños ocasionados a la industria petrolera venezolana por concepto de ventas no realizadas durante el sabotaje (www.minec.gob.ve consultado el 27/07/2008). Ambos intentos, lejos de lograr sus objetivos de terminar con el proceso revolucionario, lo han consolidado aún más. El líder no sólo ha adquirido más apoyo popular, sino que ha contado con los medios necesarios para fortalecer las instituciones reestableciendo así al pueblo su soberanía petrolera. Luego de estos episodios Chávez determina que “Por mandato de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la totalidad de las acciones de Petróleos de Venezuela S.A. pertenecen al Estado Venezolano, en razón de la estrategia nacional y la soberanía económica y política, ejercida por el pueblo venezolano” (www.minec.gob.ve consultado el 27/07/2008). Esto establece que PDVSA esté subordinada al Estado y que de esta manera actúe en concordancia con las políticas del Poder Ejecutivo. La nueva PDVSA, denominada así a partir de la aplicación de la reforma Chavista, es una empresa profundamente comprometida con el auténtico dueño del petróleo: el pueblo venezolano. •

Una Opinión Publica polarizada

Considerado el contexto socio-político en que tuvo lugar el golpe, la conformación de los medios de comunicación en Venezuela, y las particularidades de la oposición al gobierno central, analizaremos ahora, partiendo de algunos supuestos teóricos, el valor simbólico que este hecho histórico pone en juego: El rol de los medios de comunicación y el fenómeno de la opinión publica en el sistema democrático. Monzón Arribas define a la opinión publica como “la discusión y expresión de los puntos de vista del publico (o los públicos) sobre los asuntos de interés general, dirigidos al resto de la sociedad y, sobre todo, al poder” (Monzón Arribas, 1990: 137). Todo fenómeno de opinión pública se desarrolla a partir de un clima de opinión, constituido este por el conjunto de creencias y tradiciones de una población, tanto en lo que hace al consenso como al conflicto básico que la conforman. “El conflicto básico, en principio menos frecuente en una comunidad, expresa el grado de desacuerdo en temas fundamentales relacionados con el pasado” (Monzón Arribas, 1990: 154). Respecto de la comunidad venezolana, si bien no podríamos negar que existen ciertos elementos que hacen a un consenso básico en su interior, encontramos, en principio, una primacía del conflicto sobre el consenso. Esto se debe a la diferencia en la percepción de la historia nacional que han sabido construir cada uno de los dos públicos que animan la opinión pública del momento. La opinión pública necesita de las opiniones individuales para iniciar su proceso de formación, y estas tienen su base en el clima de opinión, que constituye el contexto a partir del cual se generan. Las opiniones reflejan algo más que ideas o pensamientos, se tratan de reacciones a favor o en contra de algo, actitudes. Es la publicidad el factor decisivo en el paso de las opiniones individuales a la opinión pública.

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Este espacio publico esta formado por las personas que discuten y dialogan en los cafés, las plazas, las calles y, sobre todo, en los medios de comunicación: la comunicación, en un ámbito visible para el resto de la sociedad, transforma en publicas las opiniones que antes permanecían en el ámbito privado. El público, si bien es disperso debido a que no todas las personas que comparten una idea colectiva se conocen entre sí, posee una fuerza que se deriva de la conciencia que tienen estas de formar parte de un todo, de adherir a ideas e intereses comunes. Se formaran uno o varios públicos que se enfrentaran entre sí o todos frente al poder, entendido este principalmente como poder político que gobierna y que posee la clave para la resolución de los conflictos. Decimos entonces que la opinión pública no equivale a la suma de las opiniones individuales, sino que, sin eliminarlas, las supera y las unifica respecto del tema general acerca del cual estas opiniones vienen a expresarse. He aquí el carácter conflictivo y político que Monzón Arribas asigna al proceso de formación de la opinión pública. El primero hace referencia a que la opinión pública no es sinónimo de consenso, sino que emerge a partir de una discusión, de un debate entre posiciones adversas. El segundo alude a que la opinión pública se expresa siempre en torno a los asuntos de interés común y de ejercicio del poder. Los medios de comunicación resultan hoy piezas fundamentales en el proceso de gestación de la opinión pública, ya que son ellos los que pueden garantizar la publicidad que le es a esta constitutiva, exponiendo ciertas opiniones individuales a la mirada de toda la sociedad. En los medios aparecen no solo los públicos, sino también los lideres, los grupos de presión y el poder, entablando una discusión en la que cada uno expone su mejor argumento para atraer a la mayor parte de la sociedad, y de esta manera avanzar, a partir de posiciones individuales, hacia una convergencia de opiniones y actitudes que de fuerza a esa opinión publica en formación. El problema para Monzón Arribas radica en establecer si los medios median o mediatizan la opinión publica, es decir, si constituyen un fiel reflejo de las opiniones del publico, o si reflejan los intereses de algunas de las instancias de poder, como lo son los grupos de presión, los lideres y el poder. El primer caso constituye la situación óptima para el autor, en la cual los medios son excelentes vehículos para la expresión de las opiniones. Sin embargo, ocurre a menudo, como en el caso de Venezuela, que se da la segunda posibilidad, constituyéndose los medios como formadores, manipuladores de la opinión publica. En este caso, las instancias de poder “crean, dirigen y actúan a través de ellos” (Monzón Arribas, 1990:149), utilizando a la opinión publica para legitimar sus intereses ante la sociedad. En la televisión venezolana tanto los canales privados como el canal publico son formadores de opinión publica. Como hemos visto en el estudio de caso, los principales lideres y grupos de presión opositores al gobierno, como lo eran Fedecámaras, PDVSA, CTV, Estados Unidos, y los partidos políticos tradicionales, han actuado a través y con el apoyo de los canales privados a la hora de idear el golpe de Estado. Por el contrario, la señal publica es aquella que vehiculiza los intereses del poder, es decir, del gobierno nacional, formando así una opinión publica oficialista. El resultado del proceso de formación de la opinión pública es el agrupamiento de las opiniones y puntos de vista en corrientes de opinión, es decir, el surgimiento de varios públicos que sostienen cada uno una postura distinta respecto de un mismo tema. Este momento, donde se da un desacuerdo o bien entre los públicos, o bien entre estos y el poder, es el último en la formación de la opinión publica, en el que esta alcanza su plenitud. La duración del fenómeno que se ha gestado dependerá de lo que dure la discusión respecto del tema en cuestión. Una vez logrado el consenso, el fenómeno de la opinión pública se podrá dar por finalizado, para reiniciarse en la medida en que surjan nuevos temas controvertibles, opinables. El gran tema que anima la opinión pública en la sociedad venezolana es el gobierno de Hugo Chávez. Decimos gran tema por dos motivos: por un lado, porque no es coyuntural, sino que ha ingresado en el debate publico y permanecido vigente desde el momento en que Chávez apareció como posibilidad latente de cambio. Por otro lado porque expresarse acerca de un gobierno implica hacerlo acerca de muchos temas más, como su ideología, de sus programas económicos, sus relaciones internacionales, etc. La realidad política del país se caracteriza por una alta dosis de polarización: las corrientes de opinión que confluyen son el público que se opone al gobierno de Hugo Chávez, y el público que simpatiza con él. Esto es lo que también nos permite seguir hablando de la existencia de un gran tema de opinión publica, ya que las tomas de posición de los públicos respecto de los temas menores se encuentran en casi perfecta alineación con su postura respecto del gran tema.

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Ahora bien, como adelantáramos, consideramos que el concepto de opinión pública de Monzón Arribas no debe aplicarse enteramente a la coyuntura que analizamos. Esto se debe a que el autor sostiene que si bien la opinión pública tiene que ver con un grado de desacuerdo entre los públicos, como se da en el caso venezolano, ésta “se define principalmente por su posición frente al poder” (Monzón Arribas, 1990; 162), es decir que su poder real reside en la actitud de crítica y vigilia respecto del poder político. Es a partir de aquí que considera que democracia y opinión pública se necesitan mutuamente, ya que la libertad de expresión y opinión haría que la sociedad pueda hacer frente a los usos y abusos del poder político, presionando con sus demandas sobre este. ¿Pero qué sucede cuando aquella parte de la parte de la opinión publica que disiente, que se expresa claramente de forma critica hacia el poder, es la misma que ataca a las instituciones democráticas, organizando y apoyando un golpe de Estado? ¿Debemos seguir sosteniendo, como lo hace Monzón Arribas, que el sentido político de la opinión pública radica en su enfrentamiento al poder? Creemos, en este sentido, que la experiencia venezolana constituye un desafío a la hora de entender a la opinión pública de esta manera, a la hora de entender a la crítica siempre como sinónimo de democracia. El apoyo masivo y público al gobierno se vuelve una pieza esencial en un país, como lo es Venezuela, donde la construcción de la realidad está casi dominada por las emisoras de televisión privadas, opuestas al régimen chavista. Quizás este sea un factor que sirva para entender a las constantes manifestaciones en las calles como una manera de ocupar ese espacio público que, desde los medios de comunicación, domina el público opositor. Estas demostraciones se vuelven claves cuando el gobierno esta en riesgo, como en los sucesos de Abril, en los que Chávez es finalmente restituido en sus funciones. Ocurre que la democracia, arrojada por la puerta por aquel publico critico, que controlaba al poder, que vigilaba su ejercicio, vuelve a entrar por la ventana de la mano del publico que apoyaba al gobierno, que no se enfrentaba a él. •

La construcción del acontecimiento

Analizaremos ahora, a partir de las reflexiones de Eliseo Verón, cuál es el rol que les toca a los medios de comunicación en nuestras sociedades contemporáneas, es decir, dónde se funda su afamado protagonismo y cuáles son sus alcances. Consideramos que el autor plantea cierta radicalidad al abordar este tema, superando la discusión acerca de la existencia o inexistencia de objetivad en los medios, de la bondad o maldad que a estos se les suele atribuir, y es en este sentido que lo hemos recuperado para el estudio de caso que nos convoca. Verón distingue entre sociedades mediáticas y sociedades mediatizadas. En las primeras prima una concepción representacional, según la cual los medios son concebidos como una clase de espejo de la realidad, como representantes de ella. “Lo esencial de este imaginario es que marca una frontera entre un orden que es el de lo “real” de la sociedad (su historia, sus practicas, sus instituciones, sus recursos, sus conflictos, su cultura) y otro orden, que es el de la representación, de la re-producción y que progresivamente han tomado a su cargo los medios” (Verón, 2001; 14). Estas sociedades mediáticas cambian debido a la complejización de las tecnologías de la comunicación, y se transforman poco a poco en sociedades mediatizadas, en las que estalla la frontera entre lo real de la sociedad y sus reproducciones. Los medios no se limitan ya a reproducir ese real de tal o cual manera, sino que son ahora las prácticas, las instituciones, la cultura de la sociedad lo que comienza a estructurarse en función de la existencia de ellos. He aquí lo que nos plantea Verón de novedoso. Se trata de como la sociedad comienza a girar en torno a los medios, principalmente a la televisión, y no ya a la viceversa, lo que quedara de manifiesto en el golpe de Estado que analizamos. Verón nos propone entender a los medios de comunicación como una industria que, al igual que la industria automotriz, fabrica objetos. La industria de la información se dedica a la producción de ese objeto cultural llamado actualidad, entendida como realidad social en devenir. He aquí la segunda gran novedad que introduce su pensamiento en el campo de estudio de los medios de comunicación. La realidad es concebida por el autor como acontecimiento, como hecho social, por lo cual nada tiene que ver con la experiencia individual personal de cada uno. Los medios producen esa realidad, aquella que compartimos todos a partir del momento que ellos nos la muestran, y no antes. El “hecho” y la “experiencia” son dos órdenes entre los que existe una distancia absoluta, siendo el primero de carácter colectivo, mientras que el segundo es de carácter individual. Se trata pues de alejarse completamente de la idea que concibe a los

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medios de comunicación como aquellos que intentan copiar la realidad, recortándola de cierto modo para que sea representada de tal o cual manera a través de ellos. Pero sucede que, al igual que otras industrias, la industria de la información no produce un solo modelo de su producto: así como hay varios modelos de autos para los distintos compradores, habrá varios “modelos” de actualidad para las distintas audiencias y de aquí que “… ese “real” esté totalmente fragmentado: hay tantos “reales” como discursos que se enuncian” (Verón, 2001: 77) Carecemos de una experiencia personal de esos hechos que nos muestra la televisión, sin embargo les damos crédito porque algún discurso informativo engendró nuestra creencia, haciendo que depositemos nuestra confianza en él. De este modo, es la creencia en el discurso lo que vuelve a éste verdadero para nosotros, pues no hemos tenido experiencia alguna de lo que se nos está contando. Verón, para explicar en qué se funda esa creencia a través de la cual el espectador considera verdadero ese “real”, toma de la semiótica de Charles Sanders Peirce los distintos órdenes posibles de funcionamiento del sentido. Un primer orden es el simbólico, que es aquel que predomina en la actividad lingüística. Otro orden es el icónico, el de la imagen, aquel que se sostiene en la semejanza, y un tercer orden es el indicial, al cual Verón llama el orden del contacto, que funciona por contigüidad, siendo, por ejemplo, el humo índice del fuego. En el espacio de la información, el orden del contacto surge a partir de la aparición de lo que Verón llama el conductor moderno, cuyo cuerpo, desde que comenzamos a ver sus manos, sus brazos, sus gestos, se construye como un cuerpo significante. La credibilidad en el discurso surge aquí a partir del eje de la mirada que se establece entre el conductor y el espectador. “En el fondo, lo esencial no es tanto lo que me dice o las imágenes que me muestra (que recibo frecuentemente de una manera distraída); lo esencial es que él esté allí en el lugar de la cita, todas las noches, y que me mire a los ojos” (Verón, 2001; 23). Son por esto los periodistas quienes logran un acceso privilegiado al contacto con el telespectador. Consideramos que la sociedad venezolana forma parte de estas sociedades en vías de mediatización que nos describe Verón, en las que estalla la frontera entre lo real de la sociedad y sus reproducciones. De manera, los medios se vuelven dispositivos de producción de sentido, viéndose las distintas prácticas sociales estructuradas en función de su existencia. Podemos observar la originalidad que presenta el golpe de Estado al gobierno de Hugo Chávez ideado por la oposición, la cual tuvo siempre presente, al momento de planificarlo, a los medios de comunicación como productores de realidad social. Por ello se volvió imperiosa, para hacer realidad el golpe, tanto una alianza entre la oposición y los canales privados, como la interrupción de la señal publica. En la televisión de Venezuela existían por entonces dos modelos de realidad social. Uno era el de los canales privados, liderados por Globovisión, Venevisión, Televen y Radio Caracas Televisión (RCTV), opuestos al régimen chavista, y el otro era el de la emisora pública, VTV-Canal 8, canal oficialista. Como mencionáramos anteriormente, cada modelo era construido para una audiencia en particular, y este caso las audiencias estaban muy delimitadas y polarizadas entre sí, esto es, el público pro chavista, y el público anti chavista. Dice Verón, “La actualidad como realidad social en devenir existe en y por los medios informativos. Esto quiere decir que los hechos que componen esta realidad social no existen en tanto tales (en tanto hechos sociales) antes de que los medios los construyan. Después que los medios los han producido, en cambio, estos hechos tienen todo tipo de efectos” (Verón, 1987: IV) Resulta fundamental para un análisis preciso de los sucesos que se inician el 11 de Abril el comprender esta función de los medios como constructores de realidad social. Sin esto, no se entiende el por qué de la necesidad, por parte de quienes dan el golpe, de tumbar la señal de Canal 8 antes del derrocamiento de Hugo Chávez. Como hemos visto, uno de los primeros objetivos de los golpistas era derribar el canal oficialista, esto le otorgaba a ciertos medios, el monopolio de creación de la realidad. La existencia de una sola versión de los hechos les permitió a los golpistas llevar a cabo su plan y hacer declaraciones impunes como “Chávez renunció” o celebrar el ataque a la democracia sin tapujos. El golpe no hubiera sido el mismo sin la existencia y participación activa de los medios. Esto se observa claramente, también, en la urgencia de los funcionarios chavistas depuestos por comunicarse con canales extranjeros que integran el sistema de televisión por cable de Venezuela. Pretendían que el pueblo venezolano se entere de que estaban viviendo un golpe de Estado, que Chávez no había renunciado, sino que había sido derrocado y más tarde secuestrado. Estaban convencidos de que esta noticia llevaría al pueblo a las calles a defender su democracia, y de hecho, así fue. Se comprende también así que la primera preocupación una vez restituidos los funcionarios depuestos, era restablecer esta misma señal publica, incluso antes de dar la orden de ir a rescatar a Chávez.

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De lo que estos sucesos dan cuenta, pues, es de que la realidad social no tiene existencia por fuera de los medios. La preocupación de la oposición y de los funcionarios chavistas por lo que la televisión transmitía a los ciudadanos venezolanos ha sido una constante en todo este proceso, desde los momentos inmediatos al golpe hasta la restitución del presidente. Si Canal 8 no hubiera sido tumbada por la oposición, y hubiera transmitido el golpe, ¿habría sido tan fácil para los golpistas concretarlo? Si los canales de cable no hubieran dado a conocer que Chávez no había renunciado, sino que estaba secuestrado, ¿hubieran las masas salido a las calles, hasta a llegar al Palacio de Miraflores a exigir que vuelva Chávez? La realidad nos viene por los medios, y es en base a ella que actuamos: el público pro chavista se manifiesta por la vuelta de su líder una vez que percibe esa “otra realidad”. Es a partir de estas claves interpretativas que nos ha proporcionado el pensamiento de Eliseo Verón, desde donde, luego del golpe de Estado al gobierno de Chávez, resulta interesante y fructífero volver a repensar la relación entre medios de comunicación y democracia. Comprender que los medios de comunicación son hoy los creadores de la realidad social, y que la verdad de sus discursos depende enteramente de nuestra creencia, dado que no tenemos experiencia alguna de los hechos que no muestran, debe llevarnos a reflexionar acerca de la importancia, que adquiere hoy, para el porvenir de nuestras democracias, la pluralidad de estos discursos. Lo que hizo posible el derrocamiento del gobierno constitucional de Hugo Chávez, quien había llegado al poder por elecciones legitimas y por una amplia mayoría fue la monopolización del discurso de lo real por parte de los canales privados, siendo que la oposición había tumbado el canal publico para poder de esta manera concretar el golpe. Fue de esta manera que se pudo construir una realidad en la que el presidente había renunciado, sin posibilidad, para los espectadores, de confrontarla con otro modelo de realidad. No fue sin la transmisión de canales extranjeros que los simpatizantes chavistas salieron a la calle, para finalmente convocarse ante el Palacio de Miraflores clamando por la vuelta del líder. La madrugada del 14 de abril, luego de la restitución de la señal pública VTV-Canal 8 Chávez fue finalmente liberado y puesto nuevamente en funciones. La democracia retorna de la mano de la aparición de un nuevo discurso que había permanecido oculto hasta ese momento. La sociedad venezolana ha sido testigo de los riesgos que conlleva la existencia de un único discurso de lo real para las instituciones democráticas.

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Bibliografía Bilbao, Luis. Chávez, Hugo: “Chávez después del golpe y el sabotaje petrolero: Conversaciones con Luis Bilbao (II)”. Ediciones Le Monde diplomatique, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2003. Ciapponi, Cieza, Mazzeo, Nicanoff, Solanas, Strata: Venezuela ¿la revolución por otros medios?, Dialektik editora, 2006. Jaguaribe, Helio (2004) “América Latina ante el siglo XXI”, conferencia dictada en la Facultad de Ciencias Económicas, UBA. Editorial Latitud Sur. Mariñez Navarro, Freddy: “Reformas estructurales, pactos y cambios políticos: El caso Venezuela.” IX Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y la Administración pública, Madrid, Noviembre de 2004. Monzón Arribas Candido: La opinión pública. Teorías, concepto y método. Editorial Tecnos, 1990 Verón, Eliseo: Construir el acontecimiento. Los medios de comunicación masiva y el accidente en la central de Three Mille Island. Gedisa Editorial, Barcelona, 1987 Verón Eliseo: El cuerpo de las imágenes. Grupo Editorial Norma, Buenos Aires. 2001 Verón Eliseo: La palabra adversativa. Observaciones sobre la enunciación política, en Verón Eliseo, Arfuch Leonor (y otros); “El discurso político. Lenguajes y acontecimientos”. Hachette, Buenos Aires. 1987 www.minec.gob.ve, Web del Ministerio del Poder Popular para la Economía Comunal de la República Bolivariana de Venezuela

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Un caso sobre la mediatización: caminos, contágios y tramas de la noticia 1

Jairo Ferreira jferreira@unisinos.br

Resumen: En este artículo, presentamos una investigación que discute el concepto de noticia a partir del análisis de la circulación de enunciados. Observando eventos sobre ONGS, comunicados en dispositivos firmados por sitios noticiosos y no noticiosos en la Web, buscamos respuestas a tres cuestiones específicas: ¿cuál es la relación entre el reconocimiento del “evento referente” entre instituciones periodísticas y no periodísticas? ¿En qué medida esa circulación general y específica de la noticia está relacionada a los capitales de las instituciones protagonistas? Y, por último, ¿cuál es la relación entre las disposiciones discursivas y la circulación (general y específica) de la noticia? Las dos últimas indagaciones se refieren a las relaciones de un producto mediático con los procesos sociales más amplios. Palabras clave: mediatizacion, circulación, dispositivos.

1 Universidade do Vale do Rio dos Sinos - jferreira@unisinos.br. Esas reflexiones se desarrollan en la investigación sobre la circulación mediática, intitulada “La circulación en dispositivos mediáticos (estudio sobre las ONGs en sitios de la Web)”. Apoyo: CNPq, Fapergs, Unisinos. Bolsistas de IC: Eduardo Araújo (UNIBIC) e Carine Ferreira (PIBIC) e André Carvalho (Fapergs).

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Caminos En nuestra investigación, la noticia es discutida a partir del método deductivo-inductivo vinculado a los conceptos de circulación, campos sociales y dispositivos. Esos análisis tienen su foco en las interacciones entre las instituciones, en estudio de caso sobre la circulación de enunciados informativos sobre las ONGS 2 3 en la Web , y no capturan el lugar de las interacciones cara-a-cara en la construcción de la noticia . A partir de ese foco, evidenciamos un concepto de noticia vinculado a la ocurrencia simultánea de enunciados informativos sobre determinados eventos referentes en dispositivos de instituciones mediáticas y no mediáticas. Es decir, la noticia no es un “producto” específico de los “periódicos”, pero un acontecimiento social más amplio. El análisis fortalece las interpretaciones de la noticia a partir del concepto de circulación, convergente con perspectivas de Debray, Sperb y también de Groth (en el sentido de que la noticia no es lo que está allá, en el soporte firmado por la institución periodística, y sí un acontecimiento difuso que transita entre soportes diversos – en nuestro caso, dispositivos –, firmados y aún sin firmas). Evidenciado ese foco de la noticia como acontecimiento social transversal, producido por instituciones de diversas modalidades, buscamos identificar la especificidad de la noticia estricto senso (producto de un periódico) en el ámbito del universo constituido por la noticia lato senso (enunciados informativos relacionados a los mismos eventos referentes que ocurren “fuera del periódico”). En otras palabras, buscamos verificar en que medida, en el ambiente difuso de la información noticiosa, el producto de la institución periodística ocupa un lugar electivo, de cierre del proceso de circulación. Registrado un enfoque para la noticia como “acontecimiento”, “producto cultura autonómico”, o “hecho social”, o, todavía, objetivación, en la segunda parte del artículo, reflexionamos sobre el grado de esa autonomía. Observamos que es relativa, pues la noticia responde no sólo a las lógicas de la circulación intramidiática, pero está, ortogonalmente, vinculada a las lógicas de procesos específicos de los campos sociales que atraviesa. Es decir, ella no sólo es travesía, pero atravesada por donde pasa. Evidenciamos eso en sus relaciones con las condiciones sociales de los protagonistas del “mundo mostrado” (en que la noticia es reproductora de una jerarquía propia al campo que está en agenda), y con los discursos de estos (es decir, la noticia como reconocimiento a una fuerza de otros discursos). Creemos que esa percepción ensancha el concepto de noticia. Nuestro esfuerzo reflexivo es explorar las posibilidades de ese foco para pensar un concepto de noticia a partir de los conceptos de mediatización. El concepto que desarrollamos acentúa la mediatización como relaciones e intersecciones entre dispositivos, procesos sociales y procesos de comunicación (Ferreira, 2007). Esa formulación teórica es abstracta, y su concreción, deductiva e inductiva, implica siempre ruptura epistemológica, en el proceso descendiente, deductivo e inductivo, del concreto pensado al análisis de las materialidades. Esto es, la investigación singular que realizamos no pretende dar cabo de todas las relaciones e intersecciones posibles en el concepto de mediatización, pero sí será siempre un recorte producido a partir de la teorización abstracta. Lo que nosotros estamos operacionalizando es bien específico: los procesos sociales focalizados son las relaciones entre campos institucionales diferenciados (de las instituciones específicamente periodísticas, de las ONGS y de otras agencias públicas y privadas), investigados en los procesos de comunicación materializados en la circulación intermediática, y, en los dispositivos, en las disposiciones discursivas. En el análisis de las relaciones entre circulación de la noticia en dispositivos mediáticos firmados “por toda y cualquier institución” y por “instituciones noticiosas” (periódicos) en la Web sobre un mismo acontecimiento, utilizamos el análisis de regresión con el uso del SPSS (software de análisis estadística de datos). En las relaciones de la circulación con los capitales de las instituciones que protagonizan el acontecimiento noticiado, movilizamos datos ya categorizados en investigación anterior, realizada entre 2002-2005 2 El procedimiento de colecta para ese análisis partió de la lista de ONG's de la Abong. Esa lista fue ampliada por la investigación en Internet, alcanzando cerca de 300 sitios. Esos habían sido distribuidos por temas (análisis de contenido). Las mayores ocurrencias: ecología, género, dst/sida, niño/adolescente, indios y movimientos vinculados a la globalización (Movimientos de Resistencia). La mayoría de esas instituciones participó del Foro Social Mundial, en las ediciones ocurridas en Brasil. 3 En la perspectiva construtivista que adoptamos, la noticia como hecho social resulta de un nivel de interacciones que produce objetivaciones. Esas objetivaciones, a su vez, producen nuevas subjetivaciones. Ese movimiento triádico es tomado como préstamo del constructivismo de Berger y Luckmann. Se puede decir que, en las interacciones, se define, en múltiplas existencias, subjetivamente convergentes, modalidades de circulación, en sus velocidades, alcances y amplitudes y materializaciones en dispositivos, separándose lo que es público (mediatización) y privado. La diferencia de nuestra perspectiva interacional-construtivista está en el acento que hicimos de los procesos adaptativos (Habermas, Piaget, Luhmann). Eso implica que el proceso de institucionalización no ocurre sólo como acomodación a las objetividades constituidas, pero por las asimilaciones no acomodaticias a las objetividades, lo que significa siempre reconstrucciones subjetivas de las objetividades, en el proceso mismo de la subjetivación de lo institucionalizado. Los procesos adaptativos no ocurren sólo en el nivel individual. Ocurren también en el plano de las instituciones.

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(Ferreira, 2005), relativos a los capitales de las ONGS investigadas. En ese sentido, es un análisis de la distinción en el proceso de circulación. Nos enfrentamos aquí con la primera generación de estudios sobre la noticia, en que ésta es vista como subordinada a una jerarquía de capitales (el económico, el político y el cultural), cuya formulación más sofisticada está en el análisis de la distinción (Bourdieu, 2000), que, sin embargo, se refiere al consumo o a la producción, pero no a la circulación, en especial si hablamos en investigación empírica. Por último, en el análisis de las relaciones entre lo que llamamos de discurso de poder de los protagonistas del acontecimiento social y la noticia, utilizamos datos de la investigación referida anteriormente. El estudio de esas relaciones permite verificar en qué medida determinadas disposiciones de las instituciones sociales son, más o menos, propensas a producir reconocimiento y circular en el espacio formado por los dispositivos mediáticos. Esa aproximación deductiva e inductiva permitió, metodológicamente, en el proceso de colecta y análisis de los dados, la construcción de los cuadros descriptivos que estamos analizando en este artículo. Son ellos: circulación de enunciados en general y de noticias en particular sobre las ONGS investigadas (cuadro 4 anexo ); ocurrencia simultanea de los textos informativos noticiosos en dispositivos localizados en diversas posiciones institucionales (Ilustración a seguir). Ese material es el analizado en la primera parte del artículo. Las relaciones de esos materiales con los procesos sociales parte de datos (categorizados) sobre los capitales de las ONGS investigadas y de sus disposiciones discursivas, que fueron producidos en 5 investigación anterior, parcialmente publicada (Ferreira, 2005) . Hay una abstracción de la flecha del tiempo. En ese sentido, se observan eventos, enunciados sobre el mismo acontecimiento como ‘prueba' de que esas instituciones, a través de sus dispositivos, participan de la ‘orquestación' social que funda el acontecimiento. Solamente el zigzag de las secuencias de actos discursivos nos diría cuáles son los movimientos, diversos, de esa orquestación, y solamente en las rutinas es posible saber como, subjetivamente, los agentes se enfrentan con los propios movimientos que realizan colectivamente sin saber. En la medida en que se trata de un estudio de caso sobre acontecimientos en que las ONGS son protagonistas sociales, la generalización de las conclusiones que desarrollamos en el cuerpo del trabajo dependería de otros estudios semejantes sobre otras instituciones. Las conclusiones, con seguridad, sufrirían más restricciones para el análisis del acontecimiento en que están involucrados “individuos sin delegación de las instituciones” a las cuáles se vinculan. Además, como se trata de análisis de instituciones específicas – las ONGS – como protagonistas del acontecimiento, la investigación también suministra elementos para inferencia en el plano de hipótesis para estudio de caso de otras instituciones, pero no para una teorización cerrada. Vale sobre todo para refutar, falsificar determinadas ‘tesis generalizadoras', sin base empírico-analítica, constituidas de forma deductivo-especulativa sobre las cuestiones que abordamos. Es decir, el caso sirve para afirmar un camino, inferido, hipotético, de estudio, y, también, la falsificación de algunas formulaciones generalizantes, que ‘esta realidad específica' no confirma.

Contagios difusos y concentrados Observación: el cuadro descriptivo a seguir ilustra procesos recurrentes, observados en la distribución de un invariante (tema-acontecimiento-información) en dispositivos de instituciones diversas:

4 Nos referimos al cuadro de número de sitios, noticias en general y noticias en particular en análisis, que está anexo. La colecta fue exhaustiva, desarrollada en el periodo de 2005 - 2006, siendo actualizada en 2007-2008, para análisis de cada noticia. 5 Las condiciones de existencia fueron definidas a partir de indicadores de capitales incorporados por las instituciones, construidos a partir de una literatura diversificada sobre los movimientos sociales, es decir, hicimos una construcción respondiendo a indicadores construidos en el campo académico y en el campo de las ONGS (a través de sus informes y literatura de evaluación de esas instituciones). Los datos fueron colectados a través de investigación documental (en sitios de la Abong, de las Ong's investigadas y junto a otras instituciones), entrevistas y cuestionarios. Los datos fueron cruzados, categorizados y codificados. Las disposiciones discursivas fueron analizadas a partir de la colecta de la muestra exhaustiva (en promedio, 35 textos producidos y divulgados por esas ONGS en sus webs), analizados en agrupaciones categoriales de enunciados (legislar, conceptuar y moralizar los procesos sociales).

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Invariante Gobierno puede romper las patentes sobre antiretrovirales

Sitios de ONGs www.abiaids.org.br www.abdl.org.br www.gestospe.org. br (este sitio posee dos noticias referentes a este acontecimiento) www.giv.org.br (este sitio posee dos noticias referentes a este acontecimiento)

Privadas o estatal

Noticiosas

www.aids.gov.br (Estatal) www.fiocruz.br (Estatal) www.amaivos.uol.com. br (Privado) www.conasems.org.br (Estatal) www.sindlab.org (Estatal) www.saude.rn.gov.br (Estatal) https://grupos.ufrgs.br (Estatal)

www.folha.uol.com.br www.drashirleydecampos.com. br http://aprendiz.uol.com.br www.agenciaaids.com.br www.revistaforum.com.br

Hipótesis: La propagación de enunciados informativos en la Web, simultanea en dispositivos firmados por instituciones periodísticas y no periodísticas, a partir de acontecimientos afines (el mismo tema), permite concluir que la “noticia” es un acontecimiento social, un hecho en sí, hacia más allá de los hechos referentes y de los efectos que pueda producir. Esto es, el mismo tema que “se transforma en noticia”, “contagia” diversas instituciones, y es inscrito en dispositivos, en un proceso de diversas enunciaciones (sobre las cuales no reflexionamos en este artículo). Por ello, sugerimos pensar que el contagio de las instituciones específicamente noticiosas forma parte de un proceso más amplio de circulación, que engloba esas instituciones en un conjunto, mayor, de las interacciones entre instituciones diversas, que participan de la orquestación sobre el evento en cuestión. El tema-acontecimiento que es noticia es simultáneamente informado en sitios no noticiosos, de agencias privadas (empresas y otras instituciones de la sociedad civil de carácter privado) y estatales (vinculadas a las diversas instancias del estado). Esa observación nos lleva a la idea de que la noticia es el acontecimiento. De ese acontecimiento en sí nacen los otros dos como noticia: aquel del cual ella se crea, y los que por ella son creados. Entre las infinitas posibilidades de eventos candidatos a “transformarse en noticia”, muchos sobran en el mercado, en el diferencial entre enunciados ofertados y aquellos “consumidos” por las instituciones noticiosas (los periódicos). Algunos, elegidos, están identificados por el ajuste entre “ofertas para” y “consumos de las” instituciones noticiosas. Esas cierran el ciclo de la noticiabilidad, es decir, el “estar en periódico” forma parte de la circulación de lo “que es noticia”. En ese sentido, la noticia es resultado de una elección del mercado discursivo al cual se dirigen las ofertas. El primer acontecimiento referencial es, por lo tanto, el “transformarse en noticia”, hecho social que representa otros hechos sociales, y no lo inverso. El “transformarse en noticia”, a su vez, es indisociable de la orquestación entre instituciones de diversos fines, pero cuyos medios las integran materialmente, en dispositivos, a un campo difuso. Este campo, el mediático, se coordina, en condensaciones, a través de interacciones imprevisibles con las instituciones concentradas en las operaciones específicamente mediáticas y noticiosas – los periódicos. Ese reconocimiento en diversos niveles institucionales del referente “noticia” indica que la problemática del “reconocimiento entre los pares”, o “reconocimiento difuso en la sociedad”, de aquello que “se transforma en noticia” (senso común de lo que es noticia), sigue la lógica de reconocimiento transversal sobre lo que es noticia, que atraviesa la lógica de todos los campos sociales concernidos, que hace con que cada uno se diga participante de la orquestación, se diga contagiado, manifieste públicamente, materialmente, su anuencia al hecho social en construcción en las interacciones entre las instituciones. Se trata, por lo tanto,

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de una lógica exógena a los campos específicos, asumida, como fin en sí, por las instituciones específicamente noticiosas. Esa indicación es un argumento contrario a la tesis de Bourdieu, para quien la noticia debería seguir la deontologia de los campos (reconocimiento entre los pares como principio del reconocimiento por las instituciones específicamente noticiosas). Se indica, por las relaciones que analizamos, que lo proceso es más complejo: el reconocimiento entre los pares institucionales ocurre con mayor parte de los enunciados informativos que son inscritos también en dispositivos de instituciones específicamente noticiosas, y, por tras de lo que “se transforma en noticia”, hay una retaguardia de reconocimiento socio-institucional del evento en cuestión, relacionada a la propensión de las instituciones específicamente mediáticas a cerrar, con llave propia, el ciclo de la circulación. Ese reconocimiento transversal de la noticia indica una coparticipación de lógicas por diversos campos institucionales que atraviesan (en el caso, el de las ONGs, de instituciones estatales y privadas y de las propias instituciones específicamente mediáticas) la construcción de la noticia. Se puede, entonces, preguntar cuál el lugar ocupado por las instituciones específicamente noticiosas en el ámbito de la orquestación en que están integradas. ¿Son coadyuvantes con el mismo nivel de las instituciones no noticiosas, mediatizadas? ¿U ocupan un “lugar” especial en las relaciones que se establecen en los procesos de orquestación? La respuesta a esa cuestión fue buscada en el análisis de regresión, trabajando dos hipótesis. Una, la de que el “transformarse en noticias” (esto es, ser noticia en dispositivos firmados por instituciones específicamente noticiosas) transcurre de la circulación en general de un mismo invariante referencial (tema). Es decir, la hipótesis de que, cuanto más circula un determinado tema en los dispositivos digitales en la Web, más este será “noticiado” por las instituciones periodísticas. La otra es inversa, la de que, cuanto más está inscrito un tema en dispositivos firmados por instituciones específicamente noticiosas, más circulará en dispositivos mediáticos firmados por instituciones que poseen fines diversos. Esas dos hipótesis son relativas (angulaciones relacionales), pues, considerando que el tema invariante es noticia, simultáneamente, en dispositivos firmados por instituciones diversas, la separación es un ángulo de visión sobre la competencia entre instituciones, más que sobre el propio concepto que es noticia. Entre las dos hipótesis, hay indicadores de que las instituciones específicamente noticiosas son electivas en el conjunto del proceso de circulación de temas referentes (ver anexo, ilustraciones 1 y 2). Los indicios son que el reconocimiento por las instituciones específicamente noticiosas converge con el reconocimiento difuso. Quien es noticia en periódicos está, en promedio, ‘triplamente' reconocido por otras instituciones. ¿Quién viene antes, el huevo o la gallina? Capitales: diversos propios dictando la jerarquía... ¿Se puede suponer entonces que los procesos sociales singulares de la noticiabilidad, siendo transversales, no son afectados por otras lógicas que sean las propias de la circulación intermediática? Esa hipótesis está, en gran medida, confirmada por la autonomía de la noticia como lógica que atraviesa los campos sociales formados por la agrupación de instituciones, sean ellas específicamente las noticiosas, sean aquellas no noticiosas. Eso fortalece la crítica a los que encaran el periodismo y la noticia como “medios”, instrumentos, subordinados a las condiciones de existencia (capitales económicos, políticos y culturales), o a la acción social en general. Por ello mismo, buscamos el inverso del inverso: falsificar la proposición de ruptura completa entre el “hecho-noticia” y las condiciones de existencia de las instituciones que protagonizan el relato de la noticia. Operacionalmente, buscamos verificar en que medida el “transformarse en noticia” responde a los capitales de las ONGs como instituciones que tematizan la elección de los materiales analizados. Para eso, recuperamos nuestro estudio (Ferreira, 2005) sobre los capitales de esas instituciones, realizado, conforme metodología y conclusiones que ya presentamos en otro artículo. (Ver gráfico Distribución de capitales económicos, políticos y culturales en anexo, ilustración 5). La diversidad de capitales de esas instituciones (o las diversas posiciones relacionables a sus condiciones de existencia) permite cuestionar a que capital (se a los globales, o a algún específico) está relacionada la circulación de la noticia, incluyendo su inscripción en dispositivos firmados por instituciones específicamente periodísticas.

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Las ilustraciones 3 y 4 (análisis de regresión) indican que la posesión de capitales económicos tiene una relación positiva con la circulación en general de los enunciados, pero negativa con el reconocimiento específico de las instituciones periodísticas. Eso indica que las instituciones en general son más sensibles a los rumores producidos por las instituciones con capitales económicos más “densos”. Las instituciones específicamente noticiosas tienen otros criterios de jerarquización en lo referente a ese mercado (el caso en estudio). Esa divergencia no ocurre cuando lo que está en partido son los capitales políticos. Se observa, en el análisis, que, cuanto más capitales políticos, mayor la propensión de circulación de la noticia, esto es, incluyendo el reconocimiento por las instituciones específicamente noticiosas. Es decir, las instituciones en general, y las noticiosas en particular, aprueban más los capitales políticos de las ONGs que sus capitales económicos. Estos últimos son inclusive “despreciados”, siendo menos importantes que los capitales culturales, en los procesos de reconocimiento de las instituciones específicamente periodísticas, en lo que se refiere, está claro, a ese mercado discursivo (el discurso de y sobre las ONGs). Esas relaciones, construidas en estudio de caso, permiten inferir que la noticia, acontecimiento transversal, que cruza y penetra en las lógicas de un conjunto de instituciones, en un ciclo de contagio y rumores que pinza e integra la noticia como acontecimiento, responde, simultáneamente, a una lógica específica del campo de pertenecimiento de los protagonistas principales del mundo relatado. Es decir, hay una ortogonalidad, un acoplamiento, en la medida en que cruzan, en el mismo evento, lógicas de campos diversos, como aquel formado por la noticia como objeto de cultura, construida, difusa y concentrada, con los específicos de los protagonistas (en el caso, de las instituciones concernidas en el conjunto de la circulación). Esa inferencia es otro argumento crítico contra la crítica de Bourdieu a las instituciones mediáticas. Estas aprueban en dos sentidos el reconocimiento entre los pares: reconocen lo que es noticia entre ellos y reconocen, entre ellos, a aquellos que poseen los capitales más valorizados en el propio campo de pertenecimiento de los protagonistas sociales en partido en el evento enunciado. Es también un argumento contra la jerarquía fija de que los “mass media” responden a los condicionamientos de los capitales económicos, políticos y culturales, en esa orden de preferencias. Si hay un condicionamiento de las condiciones de existencia sobre la circulación de la noticia, ese ocurre en singularidades relacionadas a las lógicas de valorización del campo de pertenecimiento de las instituciones que protagonizan los temas configurados en la instancia del mundo relatado. En ese sentido, la construcción social es un proceso de reproducción de relaciones instaladas en los campos de origen, depurándose en la medida en que se aproxima del cierre del ciclo de reconocimiento por las instituciones noticiosas, periodísticas o no. Como afirmamos anteriormente, solamente un estudio sobre las rutinas podría informar si feeling, si método, o si los dos (habitus) responderían a esa sensibilidad reproductiva y, simultáneamente, auto-reproductiva, en la medida en que se apuesta ahí la existencia social de la noticia.

Tramas discursivas Las relaciones entre las noticias y las condiciones sociales de existencia pueden transcurrir de “un faro”, de una estrategia, de un feeling, sobre esas materialidades que están allá, conocidas por los periodistas o asesores de prensa de agencias estatales y privadas de responsabilidad social, o mediadas por los medios circulantes de los dispositivos, los discursos sociales ofertados y demandas en la esfera pública, materialidades que ofrecen indicios sobre las condiciones de existencia de los interlocutores. Es decir, se reconocen los capitales a través de los discursos de las instituciones, y viceversa. Para prospectar esa hipótesis de que los discursos sociales se constituyen en la mediación de las condiciones de existencia de las instituciones protagonistas del tema-acontecimiento relatado, incorporados a los discursos y enunciaciones de las instituciones enunciadoras, recuperamos investigaciones anteriores sobre condiciones sociales y disposiciones discursivas de las ONGS. En esas investigaciones, descubrimos que la propensión a disposiciones discursivas relativas a enunciados de poder es directamente proporcional a los capitales políticos de las instituciones enunciadoras. Eso quiere decir que, si el saber periodístico identifica esa homología (entre condiciones de existencia de los protagonistas sociales y sus discursos), aplicándose en identificar, en los discursos en interlocución, la regla de selectividad conforme los capitales

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más valorizados en el campo social incorporado, se hace regulado también por ella, reproduciendo el acoplamiento entre discurso y condiciones de existencia de los protagonistas. Nuestra operacionalización de esa hipótesis opera con el concepto de discurso de poder. Observamos que el discurso de poder es un objeto decurrente, sobre todo, de capitales políticos, después, culturales, y con afectaciones indetectables por la posesión de capitales económicos. Entiéndase lo que llamamos de discurso de poder: se refiere a modalidades discursivas que revelan la candidatura de esas instituciones que están siendo analizadas (ONGs) como reguladoras de la vida social, a través de enunciados pedagógicos (el método como forma de regeneración de procesos sociales abarcados por los objetos del discurso), normativos (la ley como instancia coercitiva necesaria a la regulación del espacio público) y morales (como juicio y condensación simbólica), dirigidos a cada uno de los mercados discursivos y sociales que producen. Nuestras observaciones e interpretaciones indican que las relaciones del “ser noticia” con las disposiciones discursivas de las ONGs como protagonistas son positivas, es decir, cuanto más “intensos” sus discursos de poder (es decir, cuanto más ponen en partido el juicio moral, los discursos normatizadores y los mecanismos discursivos conceptuales), mayor la posibilidad de conquistar el espacio en el que circula, mayor el nivel de contagio y, cerrando el ciclo, de inscripción en dispositivos firmados por instituciones específicamente noticiosas. Por lo tanto, el discurso como medio circulante confirma la inferencia de que la institución periodística opera con la sensibilidad, habitual, con el faro de la distinción, que se objetiva en relación a la noticia como reconocimiento de las jerarquías sociales, reproductora de lógicas internas de los campos de pertenecimiento de los protagonistas concernidos en el evento relatado. Las relaciones de la noticia, difusa y concentrada, con los capitales de las instituciones noticiadas, y con las disposiciones discursivas originales de esas, indican que el feeling de los productores de noticia, en periódicos y fuera de ellos, observa y captura las condiciones y el discurso de las instituciones protagonistas, reproduciendo relaciones de fuerzas internas a los campos evocados, a la vez en que hacen sintonizar las diversas instituciones en la orquestación de determinados discursos sociales sobre el tema referente. Interpretaciones epistemológicas Esas conclusiones legitiman y recusan hipótesis de las dos generaciones epistemológicas de análisis de la noticia. Primero, confirma y recusa los análisis de la noticia producidas a partir de una filosofía de la acción. Confirma en la medida en que no hay ruptura absoluta entre condiciones de existencia de los actores, las disposiciones discursivas de los agentes sociales y la noticia. Sin embargo, ese sentido casi común (los mass media-funcionarios del capital y de la audiencia) propicia análisis vagos, evasivos, genéricos, generalidades e ideologías interpretativas, que, en nuestra angulación, deben ser falsificadas por el análisis de procesos empíricos. En ese sentido, nuestra interpretación sugiere la investigación de los matices de condicionamientos que permita revelar entrelazamientos complejos entre las diversas economías en partido (diversas, en que la economía de los bienes materiales de Marx es un caso a ser visto bajo una teoría general de las economías sociales). A la vez, se niega, por las observaciones e indicios, la autonomía absoluta de la noticia, difusa y concentrada, pues, en su transversalidad, sus lógicas propias, relativamente a todos los campos concernidos, inclusive el formado por las instituciones específicamente noticiosas, ella es atravesada por la travesía que propicia. Segundo, confirma y niega la generación adepta de las consecuencias epistemológicas del giro “semiolingüístico-discursivo”, que entiende la acción del lenguaje como central. Confirma cuando se observa el “peso” de las mediaciones discursivas en los procesos de circulación de rumores, en los contagios entre las instituciones, en el contraste, en las propiedades discursivas, de un lugar de pertenencia de los protagonistas (así, se sabe que una ONG cualquiera debe tener un discurso de juicio moral, de prescripción normativa e indicar, conceptualmente, lo que es legítimo hacer). Niega, en la medida en que se confía en la acción (política, en el caso; cultural, si necesario) y se desconfía de algunos capitales (económico, cuando se trata de ONGs), es decir, el acto discursivo-noticioso legitima las reglas de los campos sociales, como condición ortogonal, acoplamientos, para legitimarse como producto cultural autonómico.

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El ángulo de la circulación, a su vez, demuestra y relativiza dos perspectivas. Por un lado, la de la producción. La lógica de la producción (estrategias, rutinas y objetivaciones en dispositivos) es observable. Ella existe y registra la fuerza de los capitales y discursos. Por otro lado, la de la recepción (el consumo, la incorporación, distribuida según las instituciones), en que se registra el valor de la audiencia virtual y realizada. Pero, bajo el punto de vista de la circulación, ni una, ni otra captura el movimiento de orquestación social, que engloba las dos lógicas y que ofrece nuevos mecanismos de inteligibilidad para la mediatización. Así, la mediatización, en el caso, es esta “pororoca”, formada por el encuentro de discursividades, originadas, como ríos, que viene de la génesis de los campos, y, mar, de los discursosnoticias, produciendo nuevas configuraciones de los discursos sociales en los espacios públicos ampliados, que invade, retroactivamente, la lógica de las instituciones, porque invade su discursividad “privada” y sus propias condiciones de existencia, y sus relaciones con el público. Ahí el término acontecimiento quizás sea el sintético, en la medida en que remite con más absorción a los sentidos de hecho social, objetivación, producto cultural y discursos sociales. Para eso, es necesario substraer el término “acontecimiento” del sentido común, de lo obvio que demuestra, abrirlo, desmontarlo, y construirlo como concepto, recuperando la herencia filosófica sobre él mismo (Ciro Marcondes, 2006). Si la noticia es el acontecimiento, ella debe ser movida. Es a partir de esa reflexión epistemológica que los términos acoplamientos, circulación y mediatización ganarían, también, riqueza reflexiva y epistemológica, con nuevas cuestiones en juego.

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Bibliografia BERGER, Peter; LUCKMAN, Thomas. A construção social da realidade. Petrópolis: Vozes, 2007. BOURDIEU, P. La distinción: criterios y bases sociales del gusto. 2 ed., Madrid: Taurus, 2000. FERREIRA, Jairo. Condições de existência das ONGs e disposições discursivas em sites na Web: questões teóricas e metodológicas sobre a distinção. Recife: Ícone, v.1, 2005. p. 96-108. FERREIRA, Jairo. Notícias sobre as ONGs. In: FERREIRA, Jairo; VIZER, Eduardo. Cenários, teorias e epistemologias da comunicação. Rio de Janeiro. E-Papers, 2007. LECLERC, Gerard. La société de communication. Une approche sociologique et critique. Paris: PUF, 1999. MAROCCO, Beatriz; BERGER, Christa (Orgs.). A era glacial do jornalismo. Porto Alegre: Sulina, 2006. SPERB, Dan. La contagion des idées. Paris: Editions Odile Jacob, 1996. VERÓN, Eliseo. A produção de sentido. São Paulo: Cultrix, 1980.

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ANEXOS

Más de 100 textos

ONGs

NOTÍCIAS NOTÍCIAS DIFUSAS CONCENTRADAS

GAPA (Grupo de Apoyo y Prevención a la Sida)

110

ABIA (Asociación Brasileña Interdisciplinaria de la Sida)

107

GGB (Grupo Gay de Bahía)

107

GREENPEACE internacional

107

SOS CORPO4

106

CAZUZA

104

WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza)

104

REDEH (Red de Desarrollo Humano)

102

GTA (Grupo de Trabajo Amazónico)

101

MMF

101

GIV (Grupo Humanitario de Incentivo a la Vida)

99

SEA SHEPHERD

93

AMB (Articulación de Mujeres Brasileñas)

80

25 17 50 10 20 25 06 27 34 11

Entre 50 y 100 textos

CFEMEA (Centro Feminista de Estudios y Asesoría) 70 IMAFLORA (Instituto de Manejo y Certificación Forestal y Agrícola) 62 Entre 25 y 50 textos

ISA (Instituto Socioambiental) CEMINA (Comunicación, Educación Género)

53 e

Información

en

21 14 19 11 15 13 14

51

ICV (Instituto Centro de Vida)

47

ECOS (Comunicación en Sexualidad)

25

AMAZONA (Asociación de Prevención a la Sida)

20

MIRA-SERRA

16

GRUDE

13

SEB (Sociedad de Ecología de Brasil)

12

AGIRAZUL en la RED

11

GRUPO ORIGEM

8

AMAJF (Asociación por el Medio Ambiente de Juiz de Fora)

4

GRUPO SM À VIDA

4

AJA (Asociación Jequitibá de Agroecología)

3

IAAL (Instituto Socioambiental Austral)

3

ECOM (Ecología y Comunicación)

2

13 1

Entre cero y 25 textos

ABAPAM (Asociación Barbosense de Protección Ambiental) 1 AACC (Asociación de Apoyo a las Comunidades del Campo de RN TOTAL (en los 895 sitios)

1726

5 4 1 1 1 2 2 0 0 1 1 1

365

1 ONG INVESTIGADAS Y RESPECTIVOS MATERIALES CIRCULANTES EN LA WEB

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1 - Ilustración de las relaciones entre noticia en instituciones de periodismo y de otras instituciones

2 - Ilustración de las relaciones entre circulación en general y noticia en instituciones de periodismo

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3 - Ilustración de las relaciones entre capitales políticos y circulación

4 - Ilustración de las relaciones entre capitales políticos y noticias en instituciones de periodismo

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5 - Distribución de capitales económicos (var02), políticos (var04) y culturales (var06).

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Diarios y conflictos. Montaje esceno-gráfico del MERCOSUR. Marcelino García mgarcia632003@yahoo.como.ar Marcelino García. Prof. en Letras, Dr. En Ciencias de la Información. Profesor Titular de Semiótica, Análisis del Discurso, Taller de Tesis (Lic. En comunicación Social); Coordinador del Area de Discursos Mediáticos de la Maestría en Semiótica Discursiva (Fac. de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Misiones, Argentina (FHyCS-UNaM).

Resumen Analizo las representaciones e interpretaciones de los países limítrofes de Argentina en la prensa, en el contexto de los procesos de integración regional, mundialización y globalización. La exploración de los diarios, que defino como un tipo de dispositivo formateador y per-formativo, de-muestra algunas pistas encaminadas a re-conocer el conflicto como categoría noticiosa preponderante; una vía que no parece alentar otro bosquejo del mapa latinoamericano. Palabras claves: diarios, MERCOSUR, conflicto

Abstract I analyze the representations and interpretations on newspapers about border countries that sorround Argentina, in the context of regional integration, worldwide and global process. The exploration of the newspapers, that I define as a kind of formatting and performative device, proves some indexes aimed to recognize the conflict as a preponderant news’s category; a way that is not used to show another kind of sketch of Latin American map. Key-words newpapers -Mercosur – conflict.

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1. Algunos per-trechos (para des-plegar el diario) Aunque “Leer un periódico equivale a leer una novela cuyo autor ha abandonado toda idea de una trama coherente” (Anderson 1997: 58), mi lectura fue activada por algunas claves de re-con-figuración cronotópica (Ricoeur 1987, Bajtin 1988) que re-elaboran periódicamente el mapa de la “región”, sus posibles re-visiones. MERCOSUR, (proyectos de re-) integración regional, países limítrofes, diversidad y pluralidad social y cultural, alteridad, son algunos de los ideologemas de los relatos massmediáticos como formas de re-solución imaginaria de las contradicciones constitutivas de una formación social (Jameson 1989); y para el caso, de las muchas no resueltas contradicciones y paradojas, y los conflictos, que atraviesan el subcontinente de cabo a rabo, si se piensa en la conformación de un tipo de comunidad supranacional, conformada por la hibridación y el mestizaje (Martín Barbero 1991, García Canclini 1992), de manera que más allá de las fuerzas que intervinieron empecinadamente en la construcción, imaginación y conservación de las comunidades nacionales (Anderson), cada una de ellas se re-hace permanentemente bajo el signo, y exhibe a todas luces el sello de la mezcolanza de matrices mnemosemióticas: a la vez chance, valor y principio político, más que convenientes para aprovechar la riqueza re-producida por la rueca y el telar de la dialogía (Bajtin 1985) y la memoria (latinoamericana, si se piensa y se toma en serio su enclave 1 geopolítico). El interés de un tal análisis , estriba, en cierto sentido, en que permitiría apreciar si las noticias borronean otros bosquejos de este inconmensurable territorio y arriesgan otros itinerarios, o ensayan otras re-inscipciones de tantos recuerdos y no pocos olvidos en el insondable palimpsesto (histórico) mediático. Ello repercutiría de alguna manera en los procesos de re-construcción de las identidades, con-formación del imaginario, reelaboración de la memoria, redefiniciones de los estados nacionales, sus relaciones y articulaciones con el mercado; en definitiva los avatares del sentido y el destino de los países sudamericanos. La indagación (se) hizo posible (por) un gesto indiciario (Ginzburg 1994), sobre la actualidad, y me fue de-mostrando con cierta fuerza algunas señales encaminadas a la problemática abordada, que trato de (re)presentar con cierto interés, conjetural (Peirce 1978, Eco y Sebeok, edc. 1989) para comprender de qué 2 se trata . Algunas cartas que nos animan a apostar: A. El signo de la relación históricamente ambigua y ambivalente del (campo) intelectual con los medios… B. El incierto designio latinoamericano que no cesa de prodigar conjeturas sobre otro/s destino/s posible/s. Acaso MERCOSUR haga las veces de signo de (nuestra) aspiración a una im-posible comunidad latinoamericana. ¿Qué diferencia/s particular/es podría/n asumir la representación de una tal totalidad imposible y enteramente inconmensurable con ella y encarnar una (otra) función hegemónica?, y más allá de las dis-torsiones ideológicas (Laclau 2002) más o menos populistas y demagógicas a la 3 orden del día con pretensiones de cierre de un universo inabarcable. MERCOSUR, ALBA ¿serán los 1 En la investigación “Metamorfosisi del contar. Semiosis/Memoria (III). Medios y MERCOSUR” (2006-2007) analizamos la representación e interpretación de los países limítrofes de Argentina en los diarios (Clarín, La Nación, Buenos Aires; El Territorio, Primera Edición, Posadas), con vista a los proyectos y procesos de integración regional, globalización y mundialización (a quince años de la firma del Tratado de Asunción y a veinte del Tratado de Integración entre Brasil y Argentina). Ahora nos centramos en Clarín (1945): lidera el ranking de audiencia en el mundo de los diarios en papel (“el de mayor circulación en el mundo de habla hispana”, según su presidenta y directora) y de sitios de contenidos en Internet (de la Argentina), seguido de Terra Argentina y La Nación (Interactive Advertising Bureau, en Puntocoop, Año 1, Nº 8, Córdoba, 2006), y está entre los cinco “grandes diarios online” en español (L. Albornoz, 2006); integra el “primer grupo de comunicaciones de Argentina y uno de los más importantes de América Latina”, "Lideramos una compañía argentina que vuelve a ser reconocida como alternativa de inversión. Apostamos a nuestros medios gráficos y audiovisuales. Nos proyectamos al escenario de la convergencia tecnológica. Nuestra esencia está garantizada por los valores que nos guían desde hace 62 años: independencia económica y periodística, credibilidad, pluralismo, calidad profesional, vocación de crecimiento, identidad argentina y cercanía con la gente" (Clarín, 20/10/07). También por las relaciones (más o menos tensas) con el Gobierno: “Las opiniones del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sobre una investigación publicada por Clarín, vuelven a poner de manifiesto la frecuente incomodidad oficial con la libertad de prensa, y desconocen el papel crucial que debe jugar el periodismo en el sostenimiento de la calidad institucional” (Editorial, Clarín, 14/07/07; también La Nación, 15/10/07, 12/10/07). El resaltado de las noticias citadas es del original en todos los casos. 2 Sólo podemos limitarmos a señalar la importancia que tiene la semiosis en nuestra “caja de herramientas”, cuyo propio despliegue, en el camino re-abierto por Peirce, permite comprobar su potencial teórico y metodológico para los estudios sociales y culturales. Para encaminarse a la comprensión de las meta-morfosis del mundo, la vida y el contar, el devenir y la deriva del sentido y la comunicación, el pensamiento participativo y responsable, que (des)coloca al sujeto en el tiempo largo de la “gran experiencia”, donde “existe una memoria sin fronteras”, entendiendo la existencia misma como “una profunda comunicación”, cuyo principio generador es la frontera (con), el umbral (entre), la(s) alteridad(es), Bajtin 2000, 1997. 3 Al menos, el MERCOSUR, desde sus primeros pasos, no parece in-augurar vías más prometedoras en este sentido, aunque los últimos gobiernos se vienen dando las manos con más firmeza para re-definir el camino y expresen voluntad de apoyo mutuo para alcanzar algunas metas (tal como registran los medios los “encuentros” oficiales, que jalonan el calendario del MERCOSUR, un poco montado para escena, con la hipercodificación propia del espectáculo mediático y político): La Cumbre de Río de Janeiro 2007 “cerró

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nombres más felices para designar “proyectos emancipatorios que sean compatibles con la compleja multiplicidad de diferencias que dan forma al tejido de nuestras sociedades actuales?” (Laclau 2004: 93). Qué figura re-inventar para re-articular con mejor suerte la enredada cadena de diversidades, pluralidades, equivalencias, diferencias, desigualdades, constitutivas de nuestras comarcas, con fuerza suficiente como para asignarle el carácter de “locus de efectos universalizantes” (Idem), que represente con acierto y concierto justo y general(izado) una realidad opaca y resistente, no del todo conocida y casi inaprehensible, en aquellos aspectos del (incógnito) objeto (del deseo) latinoamericano que puedan responder a las múltiples demandas (Laclau 2005a, 2005b) sociales y pro-mover la identificación colectiva. Por qué metamorfosis tendrá/n que pasar esta/s inmensidad/es semiosférica/s (Lotman 1996, 1998), cuya re-unión utópica re-aparece cada tanto en algunos sueños de nuestras tórridas noches de verano y se desvanece con las corrientes tormentosas de viento norte que el ángel de la historia levanta en sus correrías por estas tierras, revolviendo los documentos de civilización y 4 barbarie (Benjamín 1989). Qué otros raptos tendrá que experimentar el subcontinente para apurar el paso en la realización de otro proyecto mancomunado y correr cabeza a cabeza con los otros bloques del “sistema-mundo” (Wallerstein 1996), una aspiración declarada en las últimas Cumbres del Mercosur. C. La impronta política y retórica (Laclau 2002, 2005; Peirce 1988, 1989, 1991) de los medios podría hacer mella en el imaginario colectivo y la memoria pública (Huyssen 2007), cimentar otros soportes argumentativos para incentivar la deliberación y fortalecer una opinión pública favorable más o antes que a una (sóla) apertura económica e integración de mercados, a la construcción de un (otro) espacio político. Nos parece que sin una vuelta de tuerca a las maneras periodísticas de contar los que (nos) pasa, no es fácil avizorar un horizonte más auspicioso. Los medios son cuadros sociales de memoria (Hallbwachs 2004) y lugares privilegiados para re-construir “el sentido de los otros” (Augé 1996), que nos asignamos unos a otros; re-conocer las identidades y las alteridades, con-sentir las proximidades y las distancias, re/correr las fronteras físicas y simbólicas. Aunque la vaguedad de(l) Mercosur, cierta “vacuidad” y “flotación” del significante, reviste interés para indagar justamente sus posibles derivas, consideramos que la trans-formación narrativa del otro y lo ajeno (y de uno mismo y lo propio), en ese espacio cada más más visitado que constituyen los massmedia, es uno de los pasos previos que se podrían dar más en firme encaminados a la realización de un proyecto diferente (de re-integración), solidario, justo, inclusivo, participativo, con el protagonismo 5 de los “pueblos hermanos”, democrático . Porque de política se trata, y como tiene que ver con “el mundo que surge” entre muchos, “nunca puede ignorarse a la opinión pública” (Arendt 2005: 45, 99, 6 Habermas 1986) . Si se re-conoce el carácter normativo (además del funcional-instrumental, a la sazón dominante) y pedagógico de la comunicación “pública”, su importante papel de vínculo social (Wolton 2007, Habermas 2003, Battetini y Fumagalli 2001), es fácil admitir el afán y la necesidad de crítica (Castoriadis 1993, Foucault 2004, Barthes 1999) que se despierta o adormece en torno de esta esfera de creatividad ideológica (Voloshinov 1992), cada vez más central en el mundo contemporáneo, en el proceso de con una polémica por las asimetrías”, cuya “reducción” fue declarada “objetivo central” (Clarín, 19, 01/07); aunque en la Cumbre de Montevideo 2007, se a-notaron renovados signos de entendimiento, sobre todo entre los presidentes de Venezuela y Argentina. En cuanto al ALBA, anunciado en abril de 2006, aunque tenga la ventaja de la respuesta y contraataque al ALCA, no se dispone del tiempo suficiente como para evaluar su rumbo, los contenidos y la forma del Tratado de “verdadera” integración y cooperación de los pueblos “hermanos”, el carácter de los Acuerdos basados en “la solidaridad y justicia social” (tomado del Telediario de TVE-España, 29/04/06, las comillas pertenecen a la alocución de Chávez). El mapa no parace muy propicio: cuando se anunció el ALBA, Venezuela se separó de la Comunidad Andina, y se manifestaron rispideces con Perú; luego las relaciones tensas entre Venezuela y Colombia, etc. Ver Abínzano 2001, Katz 2006. 4 Si cabe un contrapunto entre las conocidas tesis de diverso cuño, por un lado; y, por otro, la reminiscencia mitológica de Europa, que alimenta cierto imaginario y es “cuestión del día” para muchos (Derrida, 1992); no estaría de más volver a contar las historias de los nombres (de continentes y proyectos de integración). Cfr. Wolton 2006. 5 Lo cual “requiere la confrontación entre posiciones políticas democráticas”, de tal manera que la “cuestión crucial” radica en “cómo establecer esta distinción nosotros/ellos –que es constitutiva de la política- de un modo tal que sea compatible con el reconocimiento del pluralismo”, según Mouffe (en Arfuch, comp. 2005: 87, 66). 6 Ahora bien, la “falta de sentido <de la política actualmente> no es ninguna aporía ficticia; es un estado de cosas absolutamente real del que podemos darnos cuenta cada día si nos tomamos la molestia no solamente de leer los periódicos sino también de preguntarnos, en nuestro disgusto por el desarrollo de todos los problemas políticos importantes, cómo podríamos hacerlo mejor dadas las circunstancias” (pp. 63-64). Al respecto, y a propósito, los medios bien podrían practicar cierta memoria histórica y literaria y reactualizar lo que Arendt llama la imparcialidad (y al discutir la objetividad) para hablar de los unos y los otros. El desarrollo de esta capacidad favorece el intercambio de puntos de vista, el “recíproco convencer y persuadir” presupone y propicia la libertad inherente al espacio político (pp. 108-111). El juego semiótico de-muestra: la inconclusividad del discurso y del objeto de conocimiento, para el caso, periodísticos; el carácter falible del conocimiento, a la vez que invita al diálogo, la co-operación y la solidaridad para pro-seguir tamaña empresa. Ver Peirce 1986 (Carta a Lady Welby, 23/12//1908), Bajtin 1985, 1994: 208, 214.

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mediación y reconfiguración de la “textura general de la experiencia” (Silverstone 2004), y del conocimiento social (Hall 1981), a la que recurrimos en mayor o menor medida para hacer frente a la 7 inquietante extrañeza de la realidad y responder a la urgencia del presente . En esto consiste la práctica mnemo-semiótica y comunicativa de los massmedia: activada por la realidad, (re)elabora versiones narrativas de algunas posibles parcelas, trozos, re-cortes (acontecimientos), en virtud de algunos posibles aspectos, que conforman la actualidad, representada e interpretada así por esos medios (Peirce 1991, Bajtin 1985, 1993, Lotman 1996, García 2004). De ahí su indicialidad preponderante. Esta especie de quehacer sucedáneo (enclenque) de la actitud filosófica (Foucault 2004, en tanto en cuanto actitud de modernidad, respuesta y responsabilidad ante el presente, la actualidad), que forma parte del cortejo de la banalidad y que nos puede en-cantar con su barullo, podría hacerse cargo de la demanda social de una “propaladora” responsable y confiable de conocimiento, de in/trans-formación (Bateson 1992, Latour 2008, Rorty 1997: 54, sobre Peirce). Esta expectativa implica retacear el bombardeo mediático de mera “información”, que cuanta más “circula, más conocimientos se necesitan para interpretarlas”, con la pirotecnia del directo, la inmediatiez, la instanteneidad, que otorga una relevancia excesiva al “suceso” en desmedro de la comprensión de la realidad; una tarea ardua que exige cierta toma de distancia para re-interpretarla (Wolton 2006: 117; 2007), re/com-poner el con-texto del acontecer y debatir públicamente en torno de los asuntos comunes. Empresa que requiere un leve giro del tipo de racionalidad dominante hacia una racionalidad narrativa, dialógica, comprensiva, puesto que se trata de configurar tramas complejas de relaciones, como grillas de inteligibilidad de la realidad; de elaborar guiones para mundear, re-inventar (otras, 8 buenas) historias, para des-enredar(nos) (unos con otros) y cohabitar de otra manera en el mundo . En esta peculiar situación (crítica, in-definida) “fronteriza” (geopolítica y disciplinar), que nos enfrenta a la necesidad de agudizar el ingenio para re-acomodar(nos) (en) los bordes de los campos (más o menos sólidamente constituidos o en trance de debilitamiento, y reordenamiento) de saber y poder, comenzamos por el diario (a diario), que definimos como un tipo de dispositivo formateador y performativo (García 1999 y los citados; cfr. Augé 1995, cap. 4). El diario tiene potencialidades para: -hurgar el tras-fondo del mundo de la vida (propia y ajena, de los lugareños y extranjeros, de la gente, los pueblos, las comunidades locales, regionales, nacionales, subcontinentales); -contribuir a barajar y dar de nuevo algunas cartas de juego, exploración de la espesa selva de los símbolos y de navegación por las profundas aguas de la memoria y el olvido, que a veces corren turbias y revueltas, para ganancias ajenas; -re-mover algunas estructuras y patrones de acción; -alentar el ejercicio de lectura creativo, inteligente y crítico; re/modelización del sensorium; -aportar líneas para otros guiones identitarios, comunitarios; -mostrar diversas formas de ver la realidad. Este tipo de dispositivo podría ser formateado(r) con base en un principio de índole estética (Peirce 1991; “Un argumento olvidado en favor de la realidad de Dios”), estereoscópico, poliédrico (que complementaría los bajtineanos de polifonía y plurilingüismo), para re-crear una zona (en clave vigotskiana) mnemo-semio-comunicativa óptima para “aprender a aprender” a comprender la complejidad de la realidad y del devenir histórico, que contribuye a con-formar y realizar. Aunque el “ingenio tecnológico” (Williams 1992) pueda ser polivalente tácticamente (Foucault 1985) el potencial semiótico de la narración periodística (Rodrigo Alsina 1989, de Fontcuberta y Borrat 2006; van DijK 1996) parece encauzarse per-formativamente (cfr. Bourdieu 1999: 71-72, Bhabha 2002: 294, Latour 2008: 57) y no sólo porque implica ya interpretación, ordenamiento y control del carácter aleatorio-indeterminado de los acontecimientos, y explicación (escribir sobre la actualidad es “poner en horma”; describir implica prescribir); sino también porque los medios y los profesionales de la información tienen encomendada parte de la vigilancia del entorno, la cohesión y el consenso social, la re-producción cultural. 2. Una parada en los bordes, para otear el horizonte Como toda semiosfera ésta se halla de-limitada y con custodia estratégicamente apostada en diferentes puntos de la línea de-marcada a lo largo y ancho del mapa. Su re-configuración histórica, y la representación de los países limítrofes (Argentina limita con cinco países), pasa en gran medida por el trazado y el sentido de las fronteras. Los inter-cambios y la mezcla de opiniones y sentidos que conforman el imaginario, el sentimiento de pertenencia a una comunidad, las críticas des y re7 En varios lugares nos referimos a la paideia de los ciudadanos, a la que pueden contribuir los medios, si orientaran su poder simbólico al desarrollo de la facultad semiótica, desde una perspectiva crítica y política, haciendo buena retórica. García 1999, 2004, 2005, 2006a, 2006b, 2006c, 2007a, 2007b, 2007c, 2008. El complejo entramado de saber(es) y poder(es), que integran los diarios, realiza su vocación de orden, re-producido día a día con el arte y el oficio de la gobernabilidad. Ver Foucault 1980, Chatterjee 2008, Charaudeau 2003. 8 Acerca del problema de la “comprensión” encaminada a la construcción de una forma de vida “de orden superior”, que incorpore (expanda y no restrinja ni sustituya unas formas por otras) las formas de vida implicadas en el intercambio, Bauman 2002.

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territorializaciones, des y re-localizaciones, las redimensiones de la espaciotemporalidad y de las relaciones de proximidad y distancia, las recon-versiones de los límites, son cada vez más propiciados por la massmedia-esfera (Ortiz 2002: 100, 131-132). Al respecto, dos observaciones sucintas concatenadas: a- MERCOSUR (y Latinoamérica) todavía no constituye una sección específica en los diarios (las noticias aparecen en “Internacionales”, “El mundo”, etc.), ni es uno de los items de agenda principales; es tratado en diferentes secciones y a medida que se produce un acontecimiento en-marcado como tal, identificado con ese rótulo. Nuestra mirada, que toma en cuenta trabajos sobre “fronteras” (Grimson 2000), apunta a cierta dirección señalada por los medios en términos de una posible tendencia demarcada hacia la concepción y realización de un proyecto “americano”, que pasaría primero por la germinación de otras “semillas del tiempo” (Jameson 2000) y la generación de otro horizonte discursivo, y los desplazamientos que puedan darse a medida que se avance. b- Nos da la impresión de que la percepción (al menos común y corriente) de las fronteras (geográficas) es más o menos inmediata, enfocada a su emplazamiento y aledaños, zonas de influencias, puntos de 9 pasajes, flujos, confluencias, separaciones (i.e. Puerto Iguazú-Foz de Iguazú, el río Paraná) ; pero se ve limitada (por la distancia, brumas y otros factores) para ver y pre-sentir más o menos nítidamente un poco y/o mucho más allá, contrastar y establecer distinciones (v.gr. el recurso al estereotipo, comodín: “los paraguayos”, “paraguas”, “los bolivianos”, “bolitas”, “el Brasil” y otros). Como dice Morley: “Las fronteras tienen significados distintos según de qué lado uno se encuentre y cuán fácilmente pueda cruzarlas” y “la cercanía a ellas”; y a pesar de tantas ponderaciones discursivas, “lo único que no hace” la frontera “es desaparecer” (Morley, en Arfuch, comp. 2005: 140-141; cfr. Wolton 2006: 120, Bhabha). La preocupación por ordenar el (mapa del) territorio, para que los “vecinos” tengan modo, se traduce en varios intentos, tanteos e intentonas, de poner a cada cual en su lugar; y si a veces es necesario mezclarse, visitarse, estar juntos, no por ello es imprescindible estar revueltos, que lo interesante y significativo es justamente la existencia de fronteras, que sólo “El amor admira amorosamente y acaricia”, y así “adquieren un nuevo significado” (Bajtin 1997: 142). Dispositivo semiótico matricial (Lotman 1996, Bajtin 1988): clave de toda geo-bio-política, pública y exterior, lingüística, comunicativa (y del sujeto), que regula la de-limitación, segmentación, interconexión territorial, pasajes “liminares”, tránsito y “tráfico”, migraciones, de una (macro) semiosfera global dada, y en cualesquiera de sus esferas particulares. Es otro de los topos, drama y paradoja, de la modernidad, que re-quiere fronteras para con-validar y balizar, varios fines (Ortiz 2000), tanta rapidez y aceleración, movilidad y acortamientos, circulación, estandarización, des-integración, tanto funcionalismo y racionalismo. Porque la “aldea” no parece achicarse, mientras el infierno se agranda, hay que mover y volver a poner límites en el mundo; amojonar el territorio para guiar los caminos y no equivocarse en las encrucijadas, a las que nos enfrentamos ineludiblemente y nos pone en la difícil situación de escoger el rumbo; y des-marcar la telaraña para orientarse en ella (aunque no se re-encuentre la punta del ovillo o ninguna raíz). La operación en y con los límites re-genera la significación, las diferencias, la identificación, los re-emplazamientos, contactos, alejamientos, cruces, las re-vueltas simbólicas, re-visiones del entorno, re-acomodaciones del equipaje, y el equipamiento para afrontar lo inminente, la espera y la promesa, los riesgos y acechos, los re y des-encuentros. Es ingente el trabajo que demanda la re-partición del espacio dividir el territorio y dibujar los márgenes, cuidar las circunscripciones y confinar lo propio y lo ajeno (como lo prueban y recuerdan tantos conflictos y no pocas heridas a medio cerrar por las partes que les tocaron en suerte a cada uno de los países vecinos, que se nota en los diarios). Los lindes se pueden transponer, permeabilizar, desplazar, bordear, en mayor o menor medida; pero la marca queda y las huellas más o menos perdurables de su re-impresión se re-inscriben y re-escriben permanentemente en el palimpsesto de la conciencia, la cultura y la historia (y también el tectónico y el telúrico, con los colores, olores, sabores y saberes ctónicos re-movidos).

3. Montaje esceno-gráfico Como para estar “a la altura de los tiempos”, una conexión diferente con “el mal tiempo presente”, Benjamin (2002: 109) muestra que “toda consideración sobre el autor como productor” tiene que alcanzar a la prensa, la “instancia más determinante” del “vigoroso proceso de refundición” en el que nos hallamos.

9 Los diarios locales se ocupan de la Triple Frontera, llamada “frontera caliente”.

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La (puesta en) escena latinoamericana es parte de un complejo escenario mucho más vasto, que 10 cuenta a la hora de montarla (véase si no las intro-misiones norteamericanas y europeas en nuestros territorios, y en la zona de triple frontera; los grandes intereses de origen foráneo, que el ingenio local del humor, la parodia, la burla, la ironía, algo rebelde y un poco “curado de espanto”, expresa: “vienen a por nosotros”). El desequilibrio (en general) es constitutivo del mundo actual, y (aunque a la postre pueda acelerar el caos y la disipación, desencadenar con fuerza y furia otros planes de acción, reacomodamientos y resistencia, movimientos, organizaciones, con más o menos visibilidad, o sin mayores repercusiones, voz y/o voto) no se avizora mucha buena voluntad ni buena vecindad para revertir la situación y facilitar los intercambios equitativos; re-abrir el imprescindible diálogo de las culturas y llegar a un proyecto diferente del imperialismo (Mattelart 2006: 80, 84; Chaterjee 2008). América Latina parece recapitular en su devenir los engramas que van con-formando su cuerpo, varias veces estaqueado y dejado en la estacada, demarcando origen y destino, una historia ya largamente re-inscripta sobre su piel (y no sólo del indio, el gaucho, las reses). No deja de afrontar múltiples tironeos, de todo tipo, y no muy fácil de entender: multilaterales, inter y multinacionales, diferentes “grupos” que se re-arman a cada paso, “bloques” mundiales, “rondas”, “conversaciones”, “clubes”, organismos internacionales, “foros”; proyectos más o menos afortunados o malogrados (el ALCA fue rechazado en Argentina por más de 2 millones de votos, en consulta popular en 2003, y por 10 millones, en Brasil, por referéndum en 2002). Para estar más o menos al día de las discusiones, el debate en la Argentina sobre “fondos de cohesión como instrumento de cooperación entre la Unión Europea y el MERCOSUR”: “sostenemos la necesidad de profundizar la democracia, el desarrollo, los derechos humanos y la equidad e inclusión social <…> las dos regiones también auspician un orden mundial diferente <…> es necesario avanzar en ejes concretos que trasciendan el capítulo del libre comercio <…> esta iniciativa necesita de mucho trabajo y construcción de consensos” (Tribuna de C. Alvarez y N. Sartorius, Clarín, 08/10/07). Al parecer, con la “apertura”, piloteada desde varios frentes, América Latina mengua su economía, baja en la tabla de posiciones del mercado mundial; aumenta su fragilidad comercial y su lugar subordinado en la división internacional del trabajo. La fisonomía híbrida que exhibe el MERCOSUR tampoco oculta las brechas, desigualdades, asimetrías, rivalidades, competencias des/leales, pujas, contra/marchas, acercamientos y distanciamientos, euforias y desánimos, controversias sobre su sentido (significado y desarrollo), liderazgo, dentro del bloque, y dentro de cada uno de los países (La Nación, 13/09/05, en Katz 11 2006; “Prevén reclamos de Uruguay y Paraguay en la Cumbre de Córdoba”, La Nación, 07/07/06) . Esta re-presentación, incompleta, deja ver el dedo que se adelanta para señalar las máscaras, de lo real, irreconocible, y que sobrepasa toda representación (ver Katz 2006: 45). El “Relanzamiento MERCOSUR 2000” y pro-clamado MERCOSUR “de los pueblos”, “productivo y social” (“objetivo prioritario” de la agenda de la Presidencia argentina pro tempore 2006), ni hablar del cultural y educativo, se demora en surgir, más allá de los gestos (y como tales, también “poses”, si de seguir indicios se trata): programas (“Somos MERCOSUR”, lanzado durante la presidencia uruguaya como “instrumento para involucrar a la ciudadanía en el proceso”, en “Desarrollo del Sector Educativo” del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación Argentina, Boletín MERCOSUR Nº 10, dic./2005); re-formulaciones permanentes (de acuerdos, protocolos, objetivos); inauguraciones (Casa del Ciudadano MERCOSUR, el 06/12/05, en Montevideo); incentivos, “mecanismos destinados a disminuir las enormes asimetrías existentes en el bloque”, re-creaciones (de Fondo para la Convergencia Estructural y Fortalecimiento Institucional del Mercosur, por Decisión Nº 18/05 del Consejo del Mercado Común, que se tramita “en el Congreso Nacional”, en Boletín MERCOSUR Nº 12, abril-mayo/2006); re-uniones varias y múltiples informes (ante la OMC, en Ginebra, que incluye “el compromiso democrático, la situación económico-comercial del proceso de integración, el estado de las negociaciones externas del MERCOSUR” y “un repaso de los aspectos sociales, políticos e institucionales”, según Cancillería Argentina, en el mismo Boletín); re-activaciones o implementaciones, como el Parlamento del MERCOSUR, cuyo Protocolo constitutivo fue aprobado por Decisión Nº 23/05, y cuya instalación estaba prevista para el 31 de diciembre de 2006, “a más tardar”, en 10 Ver Gobbi 2006, Katz 2006, Wolton 2006, Mattelart 2006. En el Foro Económico de Davos 2008 (abierto por la Secretaria de Estado Norteamericana) se recuerda que para 2015 se esperaba reducir a la mitad la actual pobreza en el mundo… Otro dato: Argentina está séptima en el ranking mundial de dominios de Internet, primera en Latinoamérica y supera a EEUU (Clarín, 17/10/07). 11 En su Tribuna de Clarín, A. Ferrer resalta la decisión de Argentina y Brasil de coordinar e integrar los respectivos programas de desarrollo de la energía nuclear, una alianza estratégica (opina) que dará al Mercosur un nuevo y decisivo impulso. Del mismo autor, 2006.

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Montevideo (Idem); en el Boletín Nº 55 del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil, de la Cancillería Argentina (28/06/2006), se informa: “la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, y la comisión Parlamentaria Conjunta del MERCOSUR de la Cámara de Diputados de la Nación organizaron <…> el Ciclo de Audiencias Parlamento MERCOSUR: la voz de los ciudadanos en la integración, donde se invitó a representantes de la sociedad civil a dar su opinión para la futura conformación del Congreso Regional”. Pero, la situación del órgano, según Clarín (Editorial, 05/07/07) es ésta: “La casi inexistente actividad del Parlamento del Mercosur evidencia las dificultades que atraviesa el bloque regional para cumplir con uno de sus propósitos: el de avanzar en el desarrollo de instituciones supranacionales. <…>. El Mercosur debe sortear dificultades y fuertes asimetrías entre sus miembros. En sus dieciséis años, una principal fortaleza fue la voluntad política de los países que lo integran, que se ha mantenido y resistió los cambios de gobierno y las más graves crisis económicas y discrepancias bilaterales. A esto se agregan en los últimos tiempos las diferencias de criterio entre gobiernos que, sin embargo, se manifiestan favorables a profundizar el proceso de integración”. El recorrido de tan vasto territorio, re-quiere la (a)puesta en escena mediática, que proporciona “una multitud de pistas <de relevancia> sobre la importancia, en términos relativos, de los temas de su agenda diaria”, de las cuales “el público hecha mano” para “organizar su propia agenda; pero con el tiempo la agenda de los medios “se vuelve, en gran medida, la agenda pública” (Mc Combs 2006: 24, 25). Pero las pistas que hallamos no nos alientan mucho a im-pulsar las cuerdas de otro concierto sudamericano, que tal vez pueda ejecutarse y escucharse como en eco, tras bambalinas, o medio en sordina en otras representaciones, dramatizaciones, ceremonias o fiestas. El trabajo periodístico (que más se estila y consume) no parece encaminado a la aventura latinoamericana, el sueño incumplido de la “patria grande”, la realización de “otros” proyectos (no definidos en términos sólamente económicos), que hagan de estas latitudes otro polo de poder y desarrollo (para todos sus países y habitantes): “Los presidentes de los países que componen el bloque <y Morales, invitado especialmente> rubricaron esta noche el protocolo de ingreso de Caracas como miembro pleno <...> <dijo Kirchner:> ‘viene a consolidar la perspectiva y la proyección de la región hacia el mundo, hacia la propia América, y hacia los procesos de integración superadora’ <...>. ‘No ocultamos las dificultades del Mercosur pero trabajamos para superarlas’, <...> ‘es y será una poderosa herramienta para la democracia, la justicia, la paz y la estabilidad’ en la región, <...> ‘es muy importante liberar el comercio en condiciones dignas’, aunque aclaró que esto sólo ‘no garantiza el desarrollo con inclusión’ de cara al futuro. ‘La integración es mucho más que liberalizar el comercio, necesita de una comunidad política’, agregó <…> la actual situación ‘demanda la independencia de cada una de las naciones’ y crear ‘un nuevo concepto de soberanía’" (Clarín, 12 04/07/06) . El diario contar sobre nosotros, los otros, y sus enmarañadas relaciones puede señalar o desalentar ciertas direcciones, máxime en este momento de crisis, polémicas, intrigas, pulseadas, tensiones, en el gran escenario, en el que siempre hacen sus excursiones (de “conquista” y “colonización”) ciertos “otros” de más allá; acicateado por “titanes” de ambos lados del Atlántico y el Pacífico; tentado por diversos “espejitos de colores”, y su estrategia de concertar “acuerdos”, que operan de cuña en la desarticulación de los proyectos 13 de integración más abarcadores, impulsados por la propia región . Sin embargo, desde el título de la noticia sobre un acontecimiento tan importante, “La Cumbre del Mercosur <en Córdoba> cerró con apuestas a la integración energética y a acelerar la creación del Parlamento” (Clarín, 21/07/2006), se (a)nota la relevancia de los factores económicos (integración energética) que siempre primaron en el proyecto, desde su propia fundación, como Mercado Común del 12 A propósito del ingreso de Venezuela, para ilustrar el panorama y seguir los vaivenes del MERCOSUR: -Chávez “canceló su presencia en la cumbre del Mercosur <en Asunción> <…>.se cree que el faltazo se debe a los roces con el Congreso de Lula por el cierre de un canal de TV venezolano <…>. Venezuela quiere entrar en ‘un nuevo Mercosur’ <…> abogó por una integración suramericana basada en el interés de los pueblos” (Clarín, 20/06/07); -“Hugo Chávez, se declaró dispuesto a retirar la solicitud de adhesión plena al Mercosur, <…> un mecanismo ‘signado por el capitalismo y la competencia feroz’ <…> Si no podemos entrar a Mercosur porque la derecha brasileña tiene más fuerza, entonces nos retiramos’ <…> los gobiernos de Argentina y Brasil trataron siempre de moderar los embates de Chávez en cuanto a la relación con EE.UU. u otras cuestiones globales, pero cuidando de construir lentamente un bloque homogéneo en Sudamérica, al margen de las diferencias que siempre hay entre gobiernos <…> Muchos creen que ahora el Mercosur ya no le resulta tan atractivo a Chávez (cuya economía podría tener problemas de adaptación arancelaria), como cuando necesitó respaldo político regional en sus momentos de disputa más fuerte con el gobierno de EE.UU” (Clarín, 01/07/07). 13 Como el pedido de EEUU a Paraguay acerca de Convenio sobre protección a militares, para “que revise su decisión de retirar la inmunidad a sus soldados que realizan prácticas militares y ayudas sociales en territorio paraguayo” (Clarín, 07/10/06).

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Sur. En contrapartida resaltan por ausencia las asignaturas pendientes, aunque declamadas y prendidas con alfileres en las carpetas de trabajo, esto es lo cultural y lo social (Recondo, comp. 1998, Roncagliolo 2003, Katz, Bayardo). Se diría que prima la razón técnica instrumental y de gobierno, la búsqueda de beneficios en términos económicos y defensa de ciertos intereses (aunque se hable de “integración atractiva para todos", en varios sentidos). Los ítems agendados se limitan a algunos aspectos, enmarcados en la esfera económica y política (proyecto energético, red de gasoductos, hidrocarburos, pasteras, creación del Banco de Desarrollo, el Código Aduanero; prever salvaguardas para los países menos favorecidos, autonomía de la región, convertir el bloque en interlocutor en el orden mundial). Esta vía retórica no coadyuva a la posible imaginación de otra “integración”, de otro escenario en el que se pueda participar en otros debates. Por el contrario no se deja de dar parte de algunos combates (Argentina vs. Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile; Bolivia/Brasil) y las negociaciones del caso. Se dramatiza el antagonismo (entre dos contendientes, y aliados), envuelto en varios velos de sospechas, intrigas, eufemismos, tautologías, fuegos cruzados, palmadas y estocadas. 14

De esta manera, una clave noticiosa predominante es el conflicto , uno de los temas (Böckelman 1983) recurrentes en el establecimiento de la agenda (Mc Combs 2006) que analizamos. En el último texto de Clarín se hace referencia a la intención de Argentina de que no se trate el asunto de las pasteras (ya en bajada), y se apunta el bocadillo del presidente de Uruguay sobre el diferendo por las papeleras; se resalta la mención de Kirchner a las tensiones y diferencias en cuanto al crecimiento de los países, retomada por el presidente de Paraguay en cuanto a las salvaguardas para los países más pequeños; se apunta la inquietud del presidente de Brasil por la nacionalización de hidrocarburos en Bolivia; y se concluye con el episodio de corte palaciego en torno de los contactos bilaterales que mantuvo Kirchner. Este último punto, que junto con los otros funcionan como “suspensivos” respecto del sentido (significado y dirección) que puede tener el “asunto” que parece estar un tanto en veremos, es una de las pre-ocupaciones, y por parte de los medios, porque puede señalar cierta tendencia estratégica de los países (practicada con maestría por Bush, en su “cruzada” de 2007, seguida por los medios; y esto sí que re-activa nuestra memoria): -“Cancillería <Argentina> mira con desconfianza el reflotado interés de Tabaré en un acuerdo comercial con EE.UU. <…> es ‘incompatible’ con el Mercosur. <…> los países que integran el bloque sudamericano deben ‘optar’ entre el fortalecimiento de la unión regional o buscar ‘ventajitas individuales’ a través de acuerdos bilaterales’" (Clarín, 16/08/06); -“Uruguay rechazó el Tratado de Libre Comercio con EE.UU. <principal comprador de productos uruguayos>, aunque negociará por sectores. Tabaré afirmó que un TLC por la vía rápida ‘no era el camino adecuado’. <…> de esta manera ‘no se lesiona el corazón del Mercosur’” (Clarín, 28/09/06). En gran parte, la prensa exhibe los procedimientos retóricos de mitificación (Barthes 1986a) y la nebulosa espesa de (la falta de) memoria colectiva y discursiva, “dimes y diretes” que se ventilan siempre a medias, toma y daca, eufemismos, consignas proclamadas pero no siempre cumplidas, pre-juicios, presentación de los “hechos” a mero título informativo. En la nota sobre el cierre de la XVI Cumbre Iberoamericana (Clarín, 05/11/06), sólo se mencionan los puntos de la Declaración de Montevideo sin desarrollarlos; lo que a su vez sigue la tónica de estas puestas en escenas, que justamente en estos rubros suelen quedar en fuegos artificiales. Los diarios (y/o las Cumbres) no brindan la necesaria y suficiente 15 contextualización del problema in-migratorio (“llamó a reconocer los derechos de los migrantes”) . El destacado lugar de los gobiernos en la prensa no siempre se corresponde con la responsabilidad asumida o eludida por el Estado-Nación, en des-equilibrio con “las fuerzas del mercado”, ni con los trabajos y los días de los tantos y tantos que hacen lo suyo para re-hacer mejor el rinconcito donde viven. Sólo la

14 En sentido general, tal como procede la categorización de los diarios. Mouffe afirma: “El conflicto en las sociedades democráticas no puede y no debería ser erradicado, puesto que la especificidad de la democracia moderna reside, precisamente, en el reconocimiento y la legitimación del conflicto. Lo que la política democrática requiere es que los otros no sean vistos como enemigos a ser destruidos sino como adversarios cuyas ideas serán combatidas, incluso de modo virulento, pero cuyo derecho a defenderla nunca será puesto en cuestión”. Lo que importa es que el conflicto no se dirima como un “antagonismo”, sino como un “agonismo”. Por ello sostiene que “la categoría central de la política democrática es la categoría de adversario, el oponente con quien compartimos una lealtad común hacia los principios democráticos” (Op. Cit, p. 86). 15 Cfr. el artículo y comentario sobre Inmigración (Clarín, 30/09/07): “Los migrantes latinoamericanos suman unos 30 millones <…> que remesa<n> a sus parientes nada menos que 60.000 millones de dólares anuales <…> Un 15 por ciento de ella es intrarregional <…> Latinoamérica <…> aún no logra articular políticas comunes que conviertan a ese proceso <de expulsión> en una oportunidad para sus sociedades, las que cargan con 200 millones de pobres”; La Argentina “es el país mayor receptor de inmigrantes de la región entre países vecinos”.

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proclama(ción) y la publicidad, bastante bien concertadas y conjugadas en la agenda del Sur (i.e. “actuar sobre las causas que provocan estas migraciones", respetar “plenamente sus derechos humanos”, apuntar “a países y sociedades que incluyan" y al “desarrollo”; lanzar “plan de alfabetización” y “fondo iberoamericano del agua potable y un espacio para el intercambio de estudiantes y docentes”), no bastan para revertir la situación, y sanear el aire enrarecido, que hasta llega a asfixiar a muchos. En contrapunto con ciertos principios sostenidos por Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay, en el escenario re-aparecen las movilizaciones, protestas, reivindicaciones, defensas de los derechos básicos; son muchos y variados los personajes que también re-presentan sus dramas cotidianos: los trabajadores bolivianos allá y acá (Clarín, 04, 07 y 10/04/06), a contraluz de algunas “reformas”, allá, y “medidas”, acá, pero por acá no se notifica que 16 gran parte del trabajo en general requiere mejores condiciones (amén de la des-calificación “esclavo”) , y mientras el polvorín no explote se hace la vista gorda (¿hace falta “un incendio en el barrio porteño de Caballito <para que se> sacara a la luz las irregularidades de los talleres textiles”?, sin contar las múltiples irregularidades e injusticias al respecto en todo el país); en Brasil (y Argentina) son incontables los menos favorecidos por los planes implementados, y a veces resultan desconcertantes las re-elecciones del presidente (y de gobierno) en algunas materias; los códigos aduaneros (uno de los pasos inaugurales), los 17 contralores de flujos y fronteras contrastan con el incremento del narco-tráfico y las dificultades reales que experimenta mucha gente en su circulación por estos territorios y para llevar adelante algunos planes de intercambio, cultural, educativo (en el último verano se exigía la certificación de vacunas, “fiebre amarilla”, para ingresar en Brasil). Para la Argentina “el saldo de esta cumbre estuvo determinado por la mediación que llevará a cabo el Rey de España en el conflicto por las papeleras y por un acuerdo para el pago, antes de fin de año, de la deuda que Buenos Aires mantiene con Madrid”. La próxima, en Santiago de Chile en noviembre de 2007, se centraría “en la cohesión social” y fue anunciada así por Bachelet: "Los países crecen pero la pobreza de los pueblos persiste. Vivimos en la región más desigual del mundo, es inaceptable” (concluye el artículo: “Lo es, ¿habrá cambiado algo en la próxima cumbre?”). Entre los “lugares” cartografiados y capítulos importantes de la agenda, un caso conflictivo (que Duarte Frutos, en entrevista con Clarín, consideró problema regional), narrado por entregas (y para continuar con la metáfora del suspenso, la posibilidad de suspender o continuar el tratamiento de los asuntos pendientes) es el de las “papeleras”, re-haciendo memoria (el folletín y la matriz melodramática, como marco de tratamiento reconocido y exitoso, que va guionando un tanto espectacularmente la historia; y por aquí los medios evidencian un aire de familia, con un frondoso pasado que permite con-jugar interdiscursivamente, géneros, formatos, estilos): -“Tabaré Vázquez ratificó que Uruguay apoya la gestión del rey de España por el conflicto de las papeleras. <…> No obstante <…> reiteró que el funcionamiento de las plantas de celulosa ‘no va a producir daños ni efectos medioambientales’ <…>. Aunque se cuidó de opinar sobre los posibles resultados de la gestión <...>, aclaró que su país está dispuesto a dialogar ‘en la búsqueda de una solución para este diferendo y en la búsqueda del respeto de los derechos’ de los uruguayos” (Clarín, 05/11/06); -“Conflicto por las papeleras. Uruguay le pide ‘acción’ al Gobierno argentino para que frene el corte en Gualeguaychú <…> reitera que el piquete impide la ‘libre circulación’ entre ambos países, consignado en el tratado de Asunción. <...> denunció que el bloqueo, en protesta por la inminente decisión del Banco Mundial de otorgarle un crédito de 170 millones de dólares a la papelera Botnia, provocará ‘daños extraordinarios por segundo año consecutivo’ en la economía oriental <…> ‘La protesta coincide con la celebración del Día de la Soberanía Nacional <…>. Como los patriotas que resistieron a las flotas francesa e inglesa, nosotros no somos muchos pero nos creemos con la fuerza suficiente para expulsar a Botnia’, sostuvo el asambleísta José Veronesi. Para <él> en la localidad ‘hay una creciente convicción’ respecto a los perjuicios ecológicos <…>, ‘y nunca tendrá licencia social de este pueblo’" (Clarín, 20/11/06); -“Kirchner busca bajar la polémica con los asambleístas. <…> Argentina y Uruguay no alcanzaron acuerdos en la reunión convocada por España en Nueva York. Así, el conflicto por Botnia se dirimirá el año próximo en la Corte de La Haya” (Clarín, 30/09/07).

16 Y para re-alimentar pre-juicios: “Detienen a una familia de bolivianos que comercializaba droga en Berazategui” (Clarín, 19/10/06). 17 Entre los (pocos) ítems agendados respecto del Paraguay: -“Secuestran más de tres toneladas de marihuana en Misiones. <…> fueron detenidos tres sospechosos de nacionalidad paraguaya” (Clarín, 14/09/06); -“El presidente paraguayo <…> estuvo atento ayer a los incidentes que se desataron tras la sentencia a los responsables por el incendio que dejó más de 400 muertos en agosto de 2004” (Clarín, 06/12/06); -“Monseñor Lugo quiere terminar con la hegemonía del Partido Colorado” (Clarín, 26/12/06), “Decisión del Vaticano. Paraguay: advertencia a ex obispo candidato. <…> La carta despertó de inmediato una serie de opiniones en favor y en contra” (Clarín, 27/12/06), “El presidente de Paraguay <…> consideró ayer prácticamente descartada su intención de obtener una enmienda constitucional que le permita ser reelegido” (Clarín, 22/12/06).

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Hacia el otro lado del mapa: “Bachelet afirmó que la decisión <argentina de aumentar la nafta a extranjeros> ‘no favorece la integración’ <…> planteará el tema en la Cumbre” de Córdoba (Clarín, 11/ 07/06). Y donde la situación actual pre-ocupa a muchos: -“Evo Morales, garantizó ayer un aumento de al menos 50 por ciento al salario mínimo <el mayor en medio siglo> <…> A regañadientes, la central obrera <…> -ya amenaza con cortes de ruta-aceptó la medida, aunque la juzga insuficiente. Pero los empresarios protestaron y alertaron sobre un ‘proceso inflacionario’ desatado por salarios <…> El jefe de Estado <…> dijo que para llegar a una recomposición que duplique el actual salario mínimo hace falta, para reunir fondos al respecto, la ratificación de un fallo judicial que reclama deudas tributarias a compañías petroleras que operan en el país” (Clarín, 19/03/06); -“el presidente de Bolivia lanzó hoy su plan de reforma agraria al otorgar las primeras tierras fiscales a campesinos e indígenas en un multitudinario acto realizado en Santa Cruz de la Sierra, donde se concentra gran parte del sector agroindustrial que se resiste a la iniciativa oficial. <…> y continuará con ‘la reversión de tierras ociosas que están en poder de los grandes empresarios’" (Clarín, 03/06/06); -“Los pobladores de la localidad boliviana de San José de Pocitos levantaron el corte de ruta que mantenía interrumpido desde hace nueve días el paso fronterizo <con Argentina> y que llevaban a cabo en protesta por las nuevas disposiciones migratorias argentinas <…> contaban con el respaldo de sus vecinos argentinos” (Clarín, 03/09/06). De este lado del mapa (el otro enclave de triple fronteras), más cercano a nuestro punto de inflexión (permanente tensión de amistad y rivalidad, des/apegos). Hacia una margen: -“En Brasil no faltan las cargadas por la goleada a Argentina. La prensa brasileña asegura hoy que la Selección Argentina fue ‘arrasada’ ayer en Londres <…> un auténtico ‘paseo’ <…>. ‘Las actuaciones sin gracia, sin raza y sin la cara de Brasil parecen ser cosa del pasado’” (Clarín, 03/09/06); -“El gobernador de San Pablo, Claudio Lembo, pidió apoyo de inteligencia a las autoridades argentinas para enfrentar al crimen organizado que, dice, es un fenómeno internacional que afecta a los países del Cono Sur. <...> para investigar las ramificaciones en Argentina del Primer Comando de la Capital (PCC), el principal grupo del crimen organizado paulista <…> dijo estar convencido de que el crimen organizado se extendió por la región porque los países abandonaron la tarea de inteligencia al dejar las dictaduras militares atrás” (Clarín, 04/09/06); -“El arco político opositor de Brasil criticó hoy duramente el fuerte respaldo dado por el presidente reelecto <…> a su par venezolano <…> O Globo, por ejemplo, expresó hoy en un editorial su esperanza de que ‘Lula no pretenda importar el estilo chavista de relacionarse con las redacciones’" (Clarín, 04/09/06). Hacia la otra: -“La visita de <Kirchner a Paraguay> se extenderá hasta mañana y tiene como objetivo central el futuro de la represa hidroléctrica de Yaciretá. <...> se espera que anuncie junto a Duarte Frutos una quita en la deuda que Asunción mantiene con el Ente Binacional Yacyretá, así como nuevas inversiones para terminar con las obras <…> el vicepresidente paraguayo, Luis Castiglioni, dijo que una quita en la deuda de Yacyretá sería ‘fundamental’ para el proceso económico del país miembro del MERCOSUR.” (Clarín, 17/07/06); -“Kirchner acordó con Duarte Frutos la quita en la deuda de Paraguay a cambio de energía. <…> la agenda <de Kirchner en Nueva York> guarda sus reuniones más sabrosas <…> con empresarios en procura de inversiones” y con el jefe del gobierno de Italia, que “apunta a <...> avanzar en un entendimiento para que el país salde su deuda de 6 mil millones de dólares con el Club de París” (Clarín, 18/09/06; deuda saldada en setiembre de 2008, y con ecos); -“Carne argentina en auxilio de Paraguay. <...> La Argentina volverá a flexibilizar la semana próxima las limitantes a sus exportaciones de carne, vigentes desde marzo pasado. Pero esta vez, la decisión de Economía no responderá al reclamo de frigoríficos y ganaderos, sino a una cuestión de ‘hermandad’ <…> aquí, fuentes del sector relativizaron la posibilidad de concretar rápidamente esos negocios” (Clarín, 14/10/06). Algunos sucesos de las orillas (que nos unen y nos separan), sobre idas y venidas: -“Fueron pasadas por la frontera más caliente. <…> en un operativo <…> fueron rescatadas otras 20 chicas <…>. Para circular entre Paraguay y Argentina casi no hay restricciones para la trata de mujeres y chicos. La barrera que serían los controles aduaneros no existe. <…> un 70% del tráfico de mujeres paraguayas tiene como destino la Argentina. La circulación de personas entre los dos territorios ha sido secularmente natural desde que en los tiempos de la colonia española Juan de Garay partió desde Asunción para refundar Buenos Aires con 80 paraguayos en 1580. Gobernantes de los dos países han tratado de parar la migración ilegal, con poco éxito. Los hijos de paraguayos y sus descendientes —

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estimados en más de dos millones— constituyen una fuerza electoral importante <…>. Entre 2005 y parte de 2006, unas 300 mujeres paraguayas fueron rescatadas de prostíbulos argentinos” (Clarín, 26/11/06); -“Más de un centenar de ciudadanos paraguayos que viajan todos los días desde Pilar a la Argentina a través de Puerto Cano, en Formosa, denunciaron que sufren un ‘trato humillante’ del intendente de la zona argentina, quien además monopoliza el transporte fluvial y terrestre. <…> El vínculo comercial es importante para los pilarenses, que también reciben mejor atención médica del lado argentino. <…> ‘Se habla mucho de integración, pero en la práctica suceden estos atropellos, desde hace por lo menos diez años’, dijo a Clarín la <…> corresponsal de ABC en Pilar. En la zona se libraron las más cruentas batallas de la Guerra de la Triple Alianza, símbolo del martirio del pueblo paraguayo” (Clarín, 20/09/06). 4. Algunos pliegos sueltos (para re-anudar las incursiones) En los diarios, cuando se ocupan de las realidades actuales de los países limítrofes, los proyectos y procesos de integración, no siempre se aprecian ciertos “fragmentos relevantes” de nuestra insondable memoria latinoamericana, siempre por explorar, reactualizar, recrear y comprender, relatar una y otra vez de 18 múltiples maneras . Esos pedazos de historia que son otros tantos capítulos fundamentales en la estructuración del inconsciente político que (se) puede liberar, franquear o bajar las barreras hacia la conformación de la “comunidad” o “re-unión” latinoamericana, un colectivo por re-ensamblar (Latour). La actualidad (periodística) sólo existe como una de las materializaciones posibles de las tantas virtualidades (Bergson) que componen el rico reservorio (del) pasado, uno de los posibles re-cortes (de la realidad y el mundo de la acción) recordados y narrados, una de las elecciones tomadas en las encrucijadas de nuestra historia andariega. Sin la andadura histórica y política la noticia no dice casi nada, y cuántas historias habría que contar sobre nosotros y los otros en estas comarcas para re-anudar ciertos lazos, que tantas veces se debilitaron y afianzaron. Las noticias no evidencian el necesario y urgente esfuerzo permanente de rememoración de nuestros derroteros. Una tarea ardua, dolorosa, que re-clama el difícil trabajo de duelo (Ricoeur 2004); pero ineludible si se pretende en serio concebir y realizar algún proyecto de integración que re-ubique mejor a cada uno de los países de la región y a todos por igual, en cierto frente común, que realínee al cono sur (limitamos nuestra incursión a esta parte de las desangradas “venas abiertas de América Latina”). Son varias las cuestiones que llaman la atención y revisten carácter de urgente despacho, para los medios, el gobierno, y quienes se interesan por la cosa pública, que a veces, en estos pagos, “huele a podrido”: a la vera de los caminos, en la orilla del río, en zonas aledañas a las papeleras y otros centros de corrupción y polución (en todo sentido), como lo evidencian los artículos sobre los planes energéticos, las grandes represas hidroeléctricas y otras obras públicas (casi siempre para contento privado), los programas de población, des/re-localización, los trastornos medioambientales, la muy proclamada pero mal cuidada biodiversidad, las supuestas áreas protegidas y reservas naturales, culturales, patrimoniales (las cada vez más achicadas y replegadas tierras de las comunidades aborígenes), los proyectos de reordenamiento territorial, los de gestión de tierras y de poblaciones (mientras deambulan de acá para allá y protestan cada tanto “los sin-tierra”, “los sin-techo”, los inmigrantes, y otros tipos de parias y semi-excluidos de los beneficios de jauja), las des/centralización y redistribución de las riquezas; entre otros ingenios pos/modernos, más o menos pre-visibles, que aprovechan las circunstancias de incertidumbre generalizada para provocar, en buen criollo, desastres, catástrofes y “despelotes”, sin hacerse cargo de las consecuencias más o menos deseadas, re-conocidas, in-controlables, que pueden acarrear tantos “toqueteos” (cfr. Giddens 1993, Reynoso 2006). Se puede observar cómo los mismos medios ilustran algunas contradicciones, controversias y no pocos conflictos, en torno de estas cuestiones. Casos de candente actualidad, que (no) se ajustan a ciertas reglas (del juego declarado), son bien conocidos en nuestras propias tierras (Misiones, que en una mirada rápida puede confundirse con las aledañas, en un buen entrevero), que algunos proclaman (apropiándose de un saber inmemorial) “sin mal”: el de las fábricas de celulosa y papel, una viga en el propio ojo argentino que mira la paja en el de enfrente; y el de las represas, que nos viene aguando la fiesta y va llevando a la 19 provincia a conformar un solo ojo de agua . Estos y otros asuntos siguen presentes en los medios y sirven de pistas para la des-orientación general, y a veces oscurecen más, antes que aclarar, los problemas 18 Salt(e)ando páginas (y el mapa), Clarín (01/07/06), sobre “archivos de la dictadura en Uruguay” y (11 y 12/12/06) sobre “La dictadura chilena”. 19 “Denuncia penal contra Celulosa <Misiones >” (El Territorio, 14/04/2002), “Preservar la calidad del agua del Iguazú” (El Territorio, 10/08/2003), “¿Cuánto vale el Acuífero Guaraní?” (El Territorio, 21/11/2004). A pesar del referendum en contra de las obras de este tipo, el gobierno provincial y el nacional tiran para adelante. Los medios son pendulares; y alguna gente protesta y (se) pelea.

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abordados; y más importante aún, privan “de historia al objeto del que hablan” (Barthes), y no se los reubica en las tramas y tramoyas de la “historia”. Es más que irónico que estos importantes dispositivos de archivo y de memoria no recurran adecuadamente a lo “archivado” (cfr. Derrida 1997) ni a lo rememorado (y el complejo juego de recuerdos y olvidos) para representar e interpretar la realidad, y esa es una manera de re-hacer archivo y memoria (el tiempo no curó todas las heridas de todos y cada uno de los pueblos latinoamericanos, algunas cicatrices indican que hubo fuego, y los rescoldos se re-avivan cada tanto). El pastiche o patchwork mediático pro-pone rutinariamente algunas cuestiones (con algunos de sus atributos) a las cuales hay que prestar atención, pero también dis-pone públicamente lo que hay que pensar 20 sobre ellas . Lo/s que nos rodea/n constituyen uno de esos objetos que hay que ad-mirar, que re-quiere reconocimiento y entusiasmo, que constituyen la base de la configuración (patémica) de la trama, de nuestra historicidad (Vattimo 1991), que queda por contar, en la que se re-constituyen las identidades y las comunidades (Rorty 1996, Lyotard 1994, Foucault 2004, Parret 1995). El viaje mediático por las comarcas latinoamericanas puede bosquejar otros mapas y ensayar otras cartas que permitan apostar por el afán y la necesidad (en medio de tantas confusiones, devaneos y tironeos), de buscar y dis-poner para sí y sus semejantes “el rincón soleado en medio del mundo real de ahora”. Tanto empeño e interés en esgrimir argumentos para hacer ver el objeto con los propios ojos (del pintor, y a través de los colores de su paleta) quizás se justifica porque “El aspecto del mundo sólo nos es soportable cuando le vemos a través del humo 21 del fuego de pasiones formidables” (Nietzsche 2003: 123, 31-32) . Pero jugar con fuego implica el riesgo de quemarse y hay pasiones que entristecen. La compleja esceno-grafía latinoamericana puede ser re-presentada de formas diversas, y en todo caso se podría experimentar con los mecanismos de la estereotipia (Barthes 1986b), si esta es una matriz necesaria y casi inevitable en los medios. Siempre es posible re-ver el objeto desde distintas perspectivas, con distintos atributos, y emplear una de las fuerzas (políticas y retóricas) de estas máquinas mitológicas, 22 como la reiteración, y ensayar otros bosquejos de otra imagen de otro lugar común (para mundear) . Por otra parte, el protagonismo de los gobiernos en las noticias podría poner(se) a la altura de los acontecimientos (que exige) cierta sabiduría política. Y el problema crucial de la comunicación es el y lo otro, el mundo ajeno, la casi im-posibilidad de comprender lo diferente, de comprenderse mutuamente, de establecer las mejores relaciones y de experimentar otros modos de estar y tirar juntos para delante, compartir con los demás (este mundo que para muchos resulta tan ancho y ajeno), un ideal que requiere para germinar otra creencia y querencia, fundadas en firmes principios y valores democráticos. Queremos identidad, autonomía y también comunicarnos, y la globalización re-afirma las diferencias, hace más visibles los desequilibrios, los desacuerdos, y acelera las contradicciones. La comunicación pública debería estar a la altura de las circunstancias, hacerse cargo del lugar que ocupa en las sociedades contemporáneas y su papel en los procesos de mundialización y globalización, y aprovechar su potencial para incentivar otros modos de con23 vivir .

20 Así, en 2008: el “conflicto del campo” en Argentina; la liberación de los rehenes de las FARC; la campaña presidencial en EEUU y la gran crisis financiera; los cambios en materia jurídica sobre relaciones entre personas del mismo sexo en Uruguay; las recientes “crisis diplomáticas” entre Bolivia, Venezuela y EEUU… Se pueden ver las noticias, destacadas, subsumidas bajo el rótulo corrupción, terrorismo, inseguridad. No es fácil pues trabajar (sobre) el umbral de percepción, para reforzarla, reducirla o ampliarla. 21 Y hablando de des-armonías, Kant (2001: 123) afirma que la equidad solo se concibe públicamente manifiesta, porque estaría “de acuerdo con el fin general del público: la felicidad”. 22 La escena latinoamericana evoca un poco lo que H. Arendt observa respecto de los Estados Unidos de América, en cuanto a la necesidad de “contener” el proceso aluvional, las grandes migraciones, “ensamblar” el “crisol de razas” (y resolver la buena convivencia de tanta gente diversa) que nos peculiariza en una trama histórica. Hace falta una bio<ética>política (diferente). Ver Arendt 1996, Foucault 2008. 23 Ver García Canclini 2004. El análisis de Sant’ Anna (2006) del papel de la prensa brasilera (1990 a 1994) en el proceso de integración latinoamericana, concluye que no contribuye al estratégico fortalecimiento regional latinoamericano ni a la construcción de una identidad común. Los estudios (de A. Ford y otros) inscriptos en el IDES (Programa de Investigaciones Socioculturales en el MERCOSUR sobre el periodismo de Argentina, Uruguay, Chile y Bolivia, en los ’90) muestran la preponderancia de la información económica. El análisis de Silveira (2005) muestra que en los países del MERCOSUR perduran representaciones que remiten a la Guerra de la Triple Alianza, y recaen sobre Paraguay las imágenes más fuertes; los preconceptos se desarrollan con más fuerza en los medios de Brasil que de Argentina y Uruguay. La investigación de Jacks y otros (2004) sobre los sentidos de los turistas argentinos en los tres principales diarios del sur de Brasil, en el verano del 2000/2001, discute el tópico de “hermandad”, pues primaría la “rivalidad”.

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Entre el drama y la estadística. Las representaciones mediáticas sobre la pobreza como trasfondo de los conflictos sociales Raquel San Martín rsanmartin@lanacion.com.ar Raquel San Martín. Periodista, editora de la sección Cultura del diario La Nación de Buenos Aires, Argentina. Egresada de la Universidad del Salvador. Magíster en Periodismo y Sociedades de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, con la tesis “Periodismo bajo protesta. Análisis de las condiciones subjetivas de trabajo de los periodistas de diarios nacionales”. Ha publicado artículos sobre las autopercepciones de los periodistas en su trabajo, su mirada sobre los lectores, la objetividad y la ética profesional. Actualmente cursa la Maestría en Antropología social y política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y trabaja en particular las representaciones sobre el delito y la violencia en los medios. Es docente adjunta en la licenciatura en Comunicación Periodística de la UCA.

RESUMEN Como trasfondo de sus manifestaciones concretas, los conflictos sociales incluyen disputas de sentidos, en las que los medios de comunicación tienen un papel central. La pobreza se ha convertido en uno de los problemas sociales que en los medios se suelen concebir como causas o efectos visibles cuando estallan los conflictos. Este artículo analiza las construcciones que dos diarios nacionales de la Argentina hacen sobre la pobreza, para desnaturalizar sus sentidos estereotipados y comprender mejor la cobertura que los medios luego hacen de los conflictos sociales. ABSTRACT Beyond its objective existence, social conflicts imply struggles over significance, in which mass media play a key role. Poverty is a social problem towards which most media turn to find causes or visible effects as soon as social conflicts appear. This article analyses the way in which two national Argentine newspapers present and depict poverty, aiming to denaturalize its stereotyped images and better understand the way in which media usually cover social conflicts.

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Todo conflicto social es también una disputa de sentidos. Como trasfondo de sus manifestaciones objetivas y concretas, los conflictos sociales ponen en escena desacuerdos y luchas por dar nombre a los problemas sociales, circunscribir a sus actores relevantes y etiquetar las voces habilitadas para expresarse en el espacio público sobre ellos. En ese marco, la pobreza es uno de los elementos constitutivos de la mayoría de los conflictos sociales más recientes en la Argentina, porque se la considera tanto causa como manifestación visible de otros problemas sociales y políticos. No es una apelación inocente ni neutral. Más allá de sus condiciones objetivas de existencia, la pobreza es también una construcción social y colectiva, que en nuestras sociedades tiende a verse de manera unívocamente negativa. La condición de los pobres corresponde a un status social específico e inferior, estigmatizado, símbolo del fracaso social y conducente a la degradación moral. La sociedad contemporánea extiende una doble y paradójica mirada sobre sus pobres: el rechazo temeroso y a la vez la preocupación por una situación social degradada que se ha convertido en parte del sentido común planetario. En esta construcción colectiva de la pobreza, que antecede o interviene como argumento explicativo en los conflictos sociales de diverso orden, participan distintas instituciones, para delimitar las fronteras del problema, dar forma a los discursos que se refieren a ella, habilitar voces en el debate y silenciar otras, proponer cursos de acción e intervenir directamente. Los medios de comunicación son una de las arenas públicas en que la pobreza se define como problema social específico y preocupante, un espacio en el que circulan y se legitiman discursos, se produce concretamente el debate y se regula la visibilidad social de distintos actores y facetas del problema. Este artículo presenta un análisis del proceso por el cual los medios de comunicación construyen la pobreza como condición social problemática, el modo en que la definen, las voces que dejan hablar sobre ella, la imagen de los pobres que difunden y los aspectos de la pobreza que enfatizan y silencian. La convicción subyacente es que desarmar el discurso mediático sobre la pobreza puede proporcionar claves para comprender con más profundidad las intervenciones estatales y de otros actores en el tema, los procesos de estigmatización de los pobres y el temor que otros sectores experimentan frente esta forma de caída social. Para eso, se eligió analizar el modo en que aparece tematizada y reflejada la pobreza en los 1 contenidos de los dos diarios nacionales de mayor circulación y peso en el país, Clarín y La Nación . Se tomó una muestra de ejemplares correspondientes a los meses de mayo y junio de 2008 según la modalidad de la semana construida. En cada uno de los 28 ejemplares analizados se rastrearon menciones sobre la pobreza y se realizó un análisis que tomó en cuenta dos aspectos. Por un lado, las cuestiones formales, como la sección en la que aparece el artículo o texto, el espacio que ocupa, su presencia en la tapa y el autor de la nota. Luego, los aspectos del contenido, entre ellos, con qué temática se vincula a la pobreza, qué abordaje se hace del tema, si el enfoque es positivo, negativo o neutral, qué fuentes se utilizaron y por qué se considera que es una noticia. La voluntad de este análisis exploratorio no es condenar desde el principio a los medios por un supuesto discurso simplificador, superficial y sensacionalista, como repetidas veces se ha señalado. Por el contrario, se busca leer el discurso mediático teniendo en cuenta sus condiciones de producción y esbozar los efectos sociales que puede estar causando, sin olvidar que, lejos de ser omnipotentes en su accionar, los medios participan de un entramado de instituciones con las cuales interactúan. 1.- La pobreza construida La actuación de los medios de comunicación como constructores de la realidad está hoy ampliamente aceptada. Se entiende a los medios como referencia clave en la construcción de sentido de los fenómenos sociales, las creencias que orientan las interacciones y las ideas sobre el mundo y estructuran a la vez las experiencias individuales. Según Ortega y Humanes (2000, 63), es “la capacidad de hacer visible a la sociedad lo que mejor define a los medios y a los periodistas como actores sociales”. En un flujo constante y regular, los medios van dando forma a los marcos de referencia que sus públicos utilizan para 1 Según el Instituto Verificador de Circulaciones (IVC), en el período analizado Clarín tuvo una circulación promedio de 376.070 ejemplares de lunes a domingo y La Nación de 160.685 ejemplares. El promedio para los días domingo en esos meses fue de 759.121 para Clarín y de 250.277 para La Nación.

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entender, interpretar y discutir los asuntos comunes. Estos contenidos así construidos son apropiados, interpretados y utilizados por los sujetos a través de otras mediaciones, que tienen que ver con su pertenencia social, sus experiencias y su historia. En términos generales, los relatos periodísticos que circulan por la sociedad sirven para armar modelos que permiten definir el mundo, conocer las formas de explicarnos a nosotros mismos en la cultura contemporánea, nutrir la subjetividad, narrativizar la experiencia propia, enterarnos de las acciones humanas que definen el espacio público y los valores generalizados para juzgar lo que es bueno o malo en nuestro entorno (Fernández Pedemonte: 2001). Esta construcción mediática de la realidad social se cumple en un marco ideológico. Como actores políticos y económicos influyentes, los medios son parte activa de la construcción de hegemonía, al definir los problemas sociales y el sentido en que deben entenderse, dar voz a ciertos actores y silenciar a otros, y constituirse en escenario de disputas políticas y simbólicas. Los medios guardan para sí “el poder de decir y significar” (Vasilachis de Gialdino: 1997) y, en ese proceso, se convierten en transmisores de las orientaciones y modelos hegemónicos. Los medios funcionan en buena medida legitimando y sosteniendo el status quo, aun cuando puedan dar lugar a discursos aparentemente contrahegemónicos. Este efecto no está en la mayoría de los casos explícitamente expuesto. Por el contrario, las orientaciones ideológicas se reproducen de manera implícita en la propia organización productiva de los medios, altamente rutinizada y planificada. De este modo las noticias, entendidas como relatos construidos sobre la realidad social, son un producto que toma forma a partir de un proceso productivo apoyado en operaciones concretas. Se trata, en orden, de la selección de ciertos acontecimientos que serán difundidos como noticias y el descarte de otros; la determinación de la jerarquía que se dará a cada hecho en su cobertura (qué despliegue tendrá, con cuánto espacio o tiempo contará), y el enfoque con el que se contará la historia (dónde se pondrá el énfasis, quién será consultado, qué voces se reproducirán y de qué modo). Desde esta lógica, la pobreza cumple contemporáneamente con ciertos valores que la hacen altamente noticiable, a saber: -Negatividad: la desviación de la norma, lo peligroso y anómalo tiene más posibilidades de ser noticia. La pobreza se entiende colectivamente con un status desvalorizado y degradado, y un llamado de atención que la clase media suele leer con el temor de la caída social. -Impacto sobre el interés nacional: se acepta que un asunto que tiene influencia en el devenir político y económico del país adquiere más posibilidades de ser noticia. La pobreza es uno de esos fenómenos, que se lee colectivamente como un signo de las fallas del sistema, a la vez, como se verá en el análisis, naturalizadas casi como inevitables. -Jerarquía de implicados: la importancia social de los protagonistas aumenta la noticiabilidad de un hecho. Esto se cumple doblemente en la mirada mediática sobre la pobreza. Por un lado, suele implicar o pedir la intervención del gobierno y sus funcionarios en el orden nacional, y es objeto de discursos, documentos, investigaciones y denuncias en los foros internacionales. Por otro, tanto dentro como fuera del país, suele afectar a grupos vulnerables, como los niños, los ancianos, los desocupados y los pobladores de países que los medios reflejan siempre en sus facetas de mayor atraso, como en África, América latina y ciertos lugares de Asia (otras regiones de ese continente son por el contrario símbolos de modernización económica). -Datos numéricos: la existencia de estadísticas o investigaciones que den por resultado cifras es altamente valorada en los medios. Las informaciones sobre la pobreza incluyen muchas veces índices, sondeos y mediciones de este tipo. Como se verá en el análisis realizado, una de las características que definen la pobreza para los medios es que puede medirse con verosimilitud científica. -Polémica: la controversia y el debate son abordajes que los medios privilegian. La pobreza como problema social suele incluir intercambio de opiniones y denuncias de la oposición al gobierno y de las ONG a los poderes públicos sobre la misma existencia del problema y sus alternativas de solución. -Interés humano / Implicación emocional: la pobreza tiene esta virtud mediática: los pobres llaman la atención de los medios cuando se los puede presentar protagonizando “historias de vida”, tanto como símbolos de lucha cuanto de abandono social. Esta forma de representación ha sido calificada como “un recurso excesivo a la casuística como manera de poner en escena problemas de interés público”, que muestra un padecimiento individual entroncado siempre con la ignorancia, bajo las formas del exotismo y la intención moralizante (Martini, 1999).

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-Series: los medios organizan y enmarcan el acontecer vinculando hechos noticiosos actuales con otros sucedidos en el pasado, y así crean “casos” cuya cobertura se prolonga en el tiempo y son rápidamente 2 reconocibles para la audiencia . 2.- La pobreza en los diarios Con el fin de detectar y analizar las apariciones mediáticas de la pobreza, se analizaron ejemplares de los diarios Clarín y La Nación correspondientes a los meses de mayo y junio de 2008. Según se explicará, no se encontraron diferencias sustanciales entre la cobertura de la temática en los dos diarios analizados, por lo cual se indicarán esas divergencias cuando aparezcan en la presentación de los datos. A pesar de sus diferencias de estilo y de público al que apuntan, el hecho de que ambos diarios tematicen y reflejen la pobreza casi sin diferencias de peso es un dato para tomar en consideración. 2.1- Lectura de los ejemplares revisados La pobreza tuvo un lugar en los diarios analizados en 51 oportunidades, que se repartieron casi en partes iguales entre Clarín (26 menciones) y La Nación (25). La frecuencia puede considerarse importante, ya que representa casi una mención a la pobreza día por medio. Si se miran las secciones en las que aparecieron estas menciones, el primer dato es la variedad en la que se registran (se contabilizaron en 10 espacios distintos del diario). La que tuvo mayor cantidad de menciones fue Sociedad o Información general (15 casos), seguida de Exterior o El Mundo (10). Luego se ubicaron las notas de opinión (7) y la sección Política o El País (5). Sin embargo, si se suman las secciones vinculadas con la expresión de opiniones (Editoriales, notas de opinión, Cartas de Lectores) llegan a las 14 menciones y se ubican en el segundo lugar. Llama la atención las escasas apariciones de la pobreza en la sección Economía (sólo 2). En cuanto a la importancia que las noticias sobre pobreza tienen en las páginas (según su tamaño y ubicación), en su mayoría fueron notas principales (23 menciones), pero las consideradas “segundas notas” o “segundos títulos de página” se ubicaron cerca, con 20 casos. Entre los diarios, en Clarín fueron más las notas principales y en La Nación fueron más las Breves. La pobreza no fue mayoritariamente un tema de tapa en el período analizado: 44 menciones no tuvieron lugar en la portada y sólo 7 lo hicieron. No hubo diferencias por diarios. Al mirar los elementos gráficos que acompañan a las menciones sobre la pobreza, que son indicadores de la jerarquía que se le otorga, en su mayoría tuvieron fotografías (24 casos), seguidas por ningún elemento gráfico (10) y 8 infografías (la mayoría de ellas en Clarín, según la preponderancia que da a este tipo de ilustración ese diario). En casi la mitad de las menciones de la pobreza, el autor es un periodista del medio, lo que es señal de jerarquía dada al tema (24 casos), seguido por las notas sin firma (9 menciones), lo que en general se acepta como autoría del propio diario también. Más de la mitad de las menciones pertenecen a un tema considerado serie (28 casos). En la mitad de las menciones sobre la pobreza, el abordaje fue negativo (26), seguido por un enfoque neutro o equilibrado (15). Sólo 7 casos fueron positivos. Según los diarios, Clarín tiende a ser más negativo que La Nación (17 casos contra 9, respectivamente) y La Nación es más positivo (6 menciones contra 1). 3

Las notas son mayormente informativas (36 casos; de ellos 20 noticias y 16 notas ). La opinión se ubicó en segundo lugar, pero alejada, con 9 menciones. Sólo se hallaron 6 análisis. Según los diarios, La Nación tuvo más noticias (13 contra 7 de Clarín).

2 Para el caso que se analiza aquí, son ejemplos de series la controversia con las cifras del Indec sobre la pobreza, la erradicación de las villas de la ciudad de Buenos Aires y la crisis alimentaria mundial. 3 En la definición más corriente en los diarios de los géneros periodísticos, se entiende una “noticia” como un texto informativo conciso y directo, destinado a comunicar un hecho novedoso y dar cuenta de sus elementos básicos. Una “nota” tiene un desarrollo mayor, es más descriptiva, y tiene una intención de mayor profundidad.

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Consecuentemente, el enfoque de los textos analizados es mayormente noticioso (22 casos) y descriptivo (17). Luego aparecen los enfoques valorativo (10) y analítico (7). En Clarín, como variedad propia, apareen 6 menciones con enfoque de denuncia y 3 de polémica, ausentes en La Nación, que tiende a ser más homogénea en su cobertura. El gobierno es la fuente más mencionada en las notas sobre la pobreza (18 oportunidades), seguido por los expertos internacionales (16) y los nacionales (13). Luego aparecen las personas-pobres (10). Llama la atención la escasa aparición del Poder Legislativo, Judicial y de una sola mención a la policía como fuentes. La Nación tiene más expertos internacionales y sólo este diario menciona a la Iglesia Católica como fuente. 2.2- Análisis de los resultados La representación mediática de la pobreza y los pobres es errática, ambigua y llena de paradojas. Si se mira en conjunto el corpus analizado, la pobreza aparece más bien como un problema en el fondo de otras cuestiones, que queda allí latente y mayormente inexplicado, y cada tanto se actualiza como novedad y gana un primer plano. Es, en otras palabras, parte del sentido común, telón de fondo de la vida cotidiana, pero lo es de un modo específico, que se intentará profundizar aquí. Para empezar, la pobreza es para los diarios un tema transversal, presente en distinto grado en varias secciones distintas. Sin embargo, se pueden detectar recurrencias: es principalmente un tema social, un tema sobre el que se opina y algo que sucede fuera del país. Pero la pobreza no es para los diarios un tema político ni económico. Las coberturas son ambiguas, casi como si los diarios no supieran muy bien qué hacer o dónde poner a los pobres. Por un lado, la pobreza no es mayormente un tema de tapa, lo que reduce su jerarquía en un diario, pero muchas veces es tema principal de una página y está firmado por un periodista, lo que la aumenta. Lo que está claro es que sobre la pobreza se informa. Hay 36 casos, de los 51 hallados, que tienen esta intención. El análisis y la explicación del tema es escaso, pero sí hay más valoración y opinión. En otras palabras, en los diarios sobre la pobreza se dan datos y se opina, lo que podría ser indicativo de cierta superficialidad en su tratamiento. Una mirada más cercana a los contenidos muestra una ambigüedad adicional en la cobertura: la pobreza para los diarios es un tema dramático o un tema técnico. Es decir, se la aborda desde la emotividad de quienes la sufren, con términos apocalípticos para describirla mundialmente como flagelo, o se la presenta desde el alejamiento técnico y estadístico que ofrecen las voces expertas, sobre todo de ONG u organismos internacionales que se encargan de contabilizar a los pobres. Más profundamente, el abordaje de la pobreza que hacen los diarios puede caracterizarse como sigue: -La pobreza subyace a otras temáticas: en los textos periodísticos hallados el tratamiento de la pobreza no siempre es directo, sino que aparece sin ser mencionada como escenario en el que se desarrollan situaciones vinculadas con la salud, la educación, la inmigración, la religiosidad popular o los temas habitacionales. En ese sentido, los diarios analizados confirman la tendencia latinoamericana: en un estudio realizado en 2007 entre 21 diarios de 7 países del continente sobre las noticias vinculadas con la pobreza, 4 el tratamiento fue indirecto en el 76,52% de los casos . -La pobreza es un problema: la mayoría de los abordajes encontrados ubican claramente a la pobreza como una situación negativa, problemática, indicativa de atraso social y económico y contra la cual hay que “luchar” o “combatir”, sin especificar demasiado causas y posibles salidas. -La pobreza es un problema global: al mismo tiempo, aparece tematizada como parte de los problemas que enfrenta el mundo en su conjunto, en un tono de Apocalipsis generalizado. En los diarios analizados, la pobreza aparece vinculada con el tópico de la “crisis alimentaria mundial”, que paradójicamente a veces se 4 El estudio fue realizado por la Fundación Konrad Adenauer y encontró 2853 noticias vinculadas con la pobreza en diarios latinoamericanos entre abril y septiembre de 2007. 453 de ellas aparecieron en diarios argentinos, lo que ubicó al país en el segundo lugar, detrás de México.

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presenta como oportunidad para la Argentina. Pero, como contracara, este problema expandido a escala mundial ha dado lugar a una solidaridad planetaria, con una ética global, que suelen encarar los más poderosos en términos de riqueza y visibilidad social. -La pobreza causa violencia: la persistencia del problema es peligrosa, porque la situación de pobreza se vincula con hechos violentos y problemas políticos. Wacquant (2007) plantea en el mismo sentido una “verdadera campaña” de los diarios y revistas franceses “alrededor de la creciente amenaza que plantearían las banlieues y su cortejo de privaciones y vicios, de desesperación y desesperanza, para el orden público y la integridad de la sociedad”. -La pobreza es un drama: en los diarios, la pobreza es noticia muchas veces por quiénes están implicados. Son personas socialmente relevantes, como chicos, mujeres y ancianos, cuyas historias se presentan (se escriben y se fotografían) de manera dramatizada. La pobreza es “escalofriante”, “una situación degradada”, que a los argentinos debería causarnos vergüenza. -Los pobres son víctimas de un Estado ineficiente: los diarios construyen un sentido común que presenta al Estado como corrupto, burocrático e inútil. A eso se opone la acción de la sociedad civil, que viene a reparar en algo la desatención estatal. -La pobreza se puede ubicar geográficamente: para los diarios, la pobreza se distribuye en ciertos lugares del país y del mundo con claridad. En los ejemplares analizados, fue recurrente hallarla en el noroeste argentino (Chaco, Misiones), en el conurbano, en Brasil, en Villa Soldati, que representa la zona sur de la ciudad de Buenos Aires. Mundialmente, África y ciertos lugares de Asia es la representante de la situación de pobreza, que se nombra cuando Occidente interviene en “misiones humanitarias”. Así, los “lugares de perdición, a la manera de páramos urbanos” de los que habla Wacquant (2007), como territorios claramente circunscriptos donde se concentra la marginalidad, se extienden para los diarios a grandes regiones geográficas, países, provincias y zonas determinadas dentro de la ciudad. -La pobreza es un tema técnico y se puede medir: un abordaje muy frecuente es el planteo de la pobreza como situación que los organismos internacionales miden y monitorean (si sube o si baja, es noticia). La cantidad de chicos que trabajan, de pobres e indigentes en el mundo, de madres solteras, de familias bajo la línea de pobreza, de beneficiarios de planes alimentarios, son algunas de las categorías que se miden y cuyas magnitudes se difunden. En el período analizado, en Argentina hubo incluso una polémica por saber cuántos eran los pobres en el país, y cómo se los estaba contabilizando (“Tres millones de pobres están en el centro de un nuevo escándalo que sacude a las estadísticas oficiales”, Clarín, 2/06). -Sobre la pobreza saben los expertos, no los pobres: los expertos locales e internacionales son las voces más citadas para hablar de la pobreza, en sus características técnicas. En rigor, los pobres hablan poco y suelen ser las ONG las que toman la palabra pública en su nombre y cuentan los padecimientos con una voz autorizada. Los organismos internacionales (OIT, UNESCO, FAO, UNICEF) son los interlocutores que los periodistas consultan y citan para hablar de la pobreza. Cuando aparecen en las notas, los pobres suelen “ilustrar” casos o como ejemplos de capacidad de superación y supervivencia en medio de las dificultades. 3.- Conclusiones “Son pobres los que no tienen acceso a la educación y a la salud. Y también los que viven hacinados entre chapas o duermen en los subtes. Las familias enteras que revuelven la basura para juntar cartón son pobres. Los que no consiguen trabajo también lo son” (La Nación, 3/06). “En materia educativa, se ahonda la brecha entre los chicos pobres y los que provienen de hogares con más recursos” (Clarín, 15/05). “Todos los sectores deben colaborar en la erradicación de la pobreza: el Estado, en primer lugar, pero también las empresas y las organizaciones de la sociedad civil” (Clarín, 2/06). Las tres citas anteriores, tomadas del corpus analizado en este trabajo, sintetizan el sentido común sobre la pobreza que los diarios construyen y refuerzan cotidianamente con sus abordajes sobre esa cuestión, que luego sirve como encuadre para explicar los conflictos sociales más diversos. Como se ha querido demostrar, el discurso de los diarios aborda la pobreza como un fenómeno claramente negativo, que hay que denunciar, pero a la vez la naturaliza como algo sin causas ni historia,

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sobre lo que se informa o se opina, en general en tono apocalíptico y dramático, pero sobre lo que se interpreta, analiza o explica bien poco. El sentido común mediático sobre la pobreza incluye la existencia de desigualdades, de una brecha social que se agranda entre muy ricos y muy pobres, la idea de la educación como salvación y mágica salida de esa situación, y la existencia de pobres indefensos, sin voz, a merced de un Estado ineficiente. También, la noción difusa de que “todos somos responsables” de hacer algo contra la pobreza, lo que termina siendo representado por los organismos internacionales que contabilizan y denuncian el tema, y las ONG locales, a través de las cuales los diarios tienen contacto con los pobres. Para el discurso mediático, ellos pueden intervenir más eficazmente, lo que da por resultado un abordaje marcadamente paternalista. Al mismo tiempo, aunque de manera más velada, la pobreza es un dato que revela atraso, coloca al país en el grupo de “países subdesarrollados” y es un factor de posible desestabilización, como se muestra claramente en países africanos o asiáticos. La localización geográfica de la cuestión genera una ambigüedad adicional en el tratamiento mediático del tema. La pobreza sucede en ciertos enclaves del país y en ciertos países del mundo, pero esos fenómenos no parecen tener conexión entre sí. En palabras simples, la sección Exterior o El Mundo se ocupa de los pobres en África, en Asia, en algunos países de América Latina y de los discursos de los organismos internacionales, mientras la sección Sociedad o Información general mira a los pobres locales. A pesar de que la nombran profusamente, los diarios se alejan de la pobreza, al no analizarla a fondo, no buscar sus causas y mantenerse en la superficie de la noticia diaria o el abordaje estadístico. Al mismo tiempo, al sumar el drama y la sensación de Apocalipsis inminente a esa naturalización de la pobreza, el efecto conseguido es desmovilizante: si la pobreza es grave, existe ampliamente y es imposible de explicar o solucionar, ¿para qué hacer algo al respecto? Las coberturas basadas en el drama de las personas, como hacen los diarios cuando se acercan a los pobres, “desplazan la responsabilidad de las instituciones y de la sociedad en su conjunto a las formas del calvario individual” (Martini: 1999, 61). En consecuencia, según esta autora, “la indignación y el temor de una sociedad no alcanzan quizás para que una problemática se agende en la sociedad y desde allí se exija su tratamiento”. En el fondo de estas reflexiones, se intenta plantear que el abordaje ambiguo que los diarios hacen de la pobreza –entre el alejamiento técnico del fenómeno y el acercamiento dramático a los pobres– deja afuera su dimensión esencial, que es política. Como dice Nun (2001, 33), “cuando se habla de marginalidad, de exclusión social, de desempleo o de subocupación no se está aludiendo a hechos de la naturaleza sino a emergentes de relaciones de poder determinadas”. Escondida detrás de las estadísticas o limitada a las experiencias dramáticas de algunas personas en ciertos lugares de la ciudad, del país y del mundo, la pobreza, para los diarios, siempre queda lejos.

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Johannes Botes (Sudáfrica) Is an Associate Professor and Director of the Master's Program in Negotiation and Conflict Management at the University of Baltimore (UB). His main areas of academic research and writing are conflict transformation and formal and informal third party roles, especially the role of the media in reporting on social conflict and conflict resolution. In this regard he has published articles on “Radio Talk Show Hosts and Social Conflict,” “Television Debates as a Form of Pre-negotiation in Protracted Conflicts,” “Public Affairs Television and Third Party Roles: The Nightline Debates in South Africa and Israel,” and “Media Roles in International Conflict.” He holds a Ph.D. in Conflict Analysis and Resolution from George Mason University. His Master’s degree in Communication (Journalism and Public Affairs) was obtained from American University in Washington, D.C. After completing B. Drama and Honors degrees at the University of Stellenbosch in South Africa, he had a 12 year career in radio and television before leaving South Africa in 1987.

Gordon Adam (Reino Unido) Is co-founder and Managing Director of Media Support. A recognised specialist in media and development, he has written widely on the subject, including co-authoring the UK? Department for International Development (DFID) handbook Working with Media in Conflicts and other Emergencies (with A. Skuse), and Radio and HIV/AIDS: making a difference (with N. Harford). He has worked on consultancies for DFID, UNESCO, UN Drug Control Program, Centers for Disease Control (CDC), The Commonwealth Institute, and various international NGOs, which have ranged from evaluations (Darfur, Cambodia, Nepal, DRC) and media trainings (Eritrea, Uganda, Botswana, Madagascar, Sri Lanka, Cambodia) to developing communications strategies (China, DR Congo, Mozambique, Nigeria, Pakistan, Afghanistan and Cambodia). He has set up long-term communications for development projects in Cambodia, Botswana, Mozambique and Afghanistan, and has trained national broadcasters in many countries. Gordon worked in the BBC for almost 20 years, for the last eight as head of the BBC Pashto Service. Here he launched a three times weekly educational radio soap opera New Home New Life in Pashto and Persian which marked its 15th anniversary on air in April 2009.


John Marks (Estados Unidos de América) Is President and founder of Search for Common Ground, a non-profit conflict resolution organization with offices in 18 countries. He also founded and heads Common Ground Productions. He wrote and produced The Shape of the Future, a four-part, TV documentary series that was simulcast on Israeli, Palestinian, and Arab satellite TV, and he executive produced the Nashe Maalo TV series (Macedonia); Africa: Search for Common Ground (South Africa); The Station dramatic series (Nigeria and Egypt); and numerous other TV and radio programs. Along with his wife, Susan Collin Marks, he is a Skoll Fellow in Social Entrepreneurship. He is a former US Foreign Service Officer and Executive Assistant to the late US Senator Clifford Case. A graduate of Cornell University, he was a Fellow at Harvard's Institute of Politics and a Visiting Scholar at Harvard Law School. He is a best-selling, award-winning author. Kimani Njogu (Kenia) An Associate Professor of Kiswahili and African Languages, is a Director of Twaweza Communications and Africa Health and Development International (AHADI). He is a translator of significant works into Kiswahili and has been involved in developing socially committed entertainment programs globally. He has provided training on culturally sensitive and issue based entertainment programming in Kenya, Tanzania, Namibia, India, China, St. Lucia, Grenada, Madagascar, Pakistan, Palau, Nigeria, Laos, Mexico and Peru, among other countries. Kimani is also a writer, literary critic and columnist. After the 2007/2008 election related violence in Kenya, Kimani worked with other people to collect narratives about the violence (“Healing the Wound in Kenya: Post Election Narratives of Pain, Mercy and Aggression”) , develop a film documentary on young leaders created by the conflict (“Peace Wanted Alive”), and train youth on issues of identity and conflict. He has also studied the role of the media during situations of conflict. Kimani Njogu is part of a network of Kenyans committed to bringing peace in Kenya."


Howar Ross (CanadĂĄ) is a Canadian journalist and consultant specializing in media development in conflict-stressed states and emerging democracies. He is president of the journalism development consortium Media&Democracy Group, a journalism faculty member of Langara College in Vancouver, and a freelance writer. He has trained journalists and conducted media assessments in a number of conflict-stressed countries, and is co-editor of The Power of Media (European Centre for Conflict Prevention); author of Conflict Sensitive Journalism, a handbook (IMPACS/International Media SupportDenmark), and An Operational Framework for Media and Peacebuilding (CIDA), and Radio Talkshows for Peacebuilding. A Guide (Search for Common Ground) and Gender, Conflict&Journalism (UNESCO/NPI.) He can be reached at www.rosshoward.ca in Vancouver. Â


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Medios y conflictos sociales entre el rating y el activismo Sandro Macassi L. sandro@calandria.org.pe Abstract Se analizan las diferentes funciones que los medios vienen cumpliendo en la cobertura noticiosa de los conflictos sociales. Se resalta la centralidad que los medios tienen para la canalización temprana de las demandas ciudadanas y para dar existencia pública a los conflictos y por lo tanto atraer la acción de políticos y decisores para su solución. Así mismo, se sostiene que los medios no son neutros frente a los conflictos, en algunos casos se ponen al lado de una de las partes pero cuando cubren los conflictos de una manera o de otra alteran o redefinen el curso de los acontecimientos de los conflictos. El presente artículo, además, subraya que los medios se constituyen en el escenario de los conflictos, de las pugnas por la escenificación del mismo y la hegemonía por la significación de los hechos del conflicto. Se concluye que los nuevos escenarios sociales y la demandas de la población a los medios están redefiniendo los roles de los medios mas allá de la búsqueda del rating o del activismo político de los medios.

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Introducción: Entendiendo los conflictos y su representación en los Medios A diario, vemos a través de los medios un sinfín de acciones de grupos sociales instituciones e individuos que pugnan por acceder o preservar sus recursos simbólicos materiales o de poder. Algunas noticias nos muestran obreros atados a las puertas de las fábricas, campesinos impidiendo el paso de camiones a las minas, ciudadanos exigiendo el retiro de papeleras, indígenas manifestándose en contra de leyes que afectan sus tierras comunales, y un sinfín de manifestaciones, unas violentas otras pacíficas, y pocas lúdicas, que los medios suelen presentar como un acontecimiento similar a cualquier otro y que en algunos casos les sirven para subir su rating. Sin embargo, no estamos frente a una nota informativa cualquiera, estamos frente acontecimientos que evidencian conflictos sociales, es decir, un conjunto de percepciones actitudes y relaciones entre grupos sociales que están en desacuerdo en torno a cómo resolver un problema. Debemos entender que los conflictos son la expresión de necesidades vitales de distinto orden, en palabras de Mitchell et al (2000) giran en torno a “bienes materiales (territorios recursos) o control sobre el acceso a la toma de decisiones (poder), las causas cruciales incluyen amenazas reales o percibidas, a la seguridad y a la identidad”. La forma en que se busca satisfacer estas necesidades vitales generan en muchos casos actitudes negativas, prácticas de hostilidad entre los grupos en desacuerdo. En algunas ocasiones se logran acuerdos a través de dialogo y la negociación, pero en muchas ocasiones estas diferencias se convierten 1 en disputas que pueden derivan en acciones de fuerza que suelen des-encausarse violentamente y atraer la atención de los medios y las autoridades. La globalización, entre otros fenómenos ha traído consigo un cambio en las relaciones sociales y de producción al interior de los países y entre los países vecinos. Estamos siendo espectadores de un sinfín de conflictos de distinto orden, desde conflictos internacionales en torno a las papeleras uruguayas el Mar del Plata, conflictos por autonomía y poder en Santa Cruz, conflictos por la preservación de la identidad territorial indígena en Perú, conflictos frente a la tala amazónica en Brasil, conflictos por el agua en Cochabamba, conflictos de poder en las zonas mapuches en Chile, etc. Todos ellos discurren en los noticieros y programas periodísticos y es la principal vía por la cual los ciudadanos e incluso autoridades se enteran de su existencia y de su naturaleza, de las posiciones y demandas de las partes, solo es “accesible a nosotros en una forma narrativa o expositiva” (Mander, 1999:3) y los medios traducen lo sucedió en formas reportables que dan visibilidad a los conflictos y construyen una narración entendible y apropiable para los públicos. Por lo mismo, los medios están jugando un rol sumamente importante en la conformación, canalización y transformación de los conflictos que amerita un enfoque diferente al comúnmente usado por el periodismo para abordarlos. La discusión académica ha oscilado entre dos extremos, de un lado la apuesta a que la cobertura ética y responsable es suficiente para cubrir los conflictos o por el contario los medios deben tener un rol prospectivo, interviniendo como terceros a favor de la transformación del mismo. A partir de analizar la manera cómo los medios vienen abordando los conflictos buscaremos identificar los roles posibles entre ambos extremos que los nuevos contextos exigen.

1.

Los medios dan visibilidad a los conflictos

Las noticias ocupan un lugar central en la sociedad, a través de ellas nos enteramos de los acontecimientos “más importantes” de lo que sucede en el ámbito nacional y en el internacional. Las noticias construidas por los medios en base a una jerarquía, constituyen la agenda mediática y son un escenario de poder y disputa de los grupos sociales, intereses económicos y políticos por incidir en las decisiones y en la mente de las personas. Con este punto de partida podemos entender con más claridad la importancia creciente que tienen los medios para las partes en conflicto. La agenda mediática progresivamente ha sustituido a la agenda pública propiamente dicha (o conocida como “policy agenda”), y la atención de las autoridades y políticos se concentra crecientemente en resolver 1 Evidentemente los conflictos pueden generar soluciones pacíficas y colaborativas si existen las prácticas y los mecanismos para la solución de las disputas.

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los problemas que son visibilizados por los medios, ese listado de temas que cotidianamente los medios ponen en los ojos de los ciudadanos. Los hechos emergentes sobre conflictos mostrados en diarios y noticieros nacionales son en su mayoría conflictos desencausados, que luego de un periodo de latencia devinieron en conflictos violentos o conflictos basados en la expresión (marchas, protestas, pasacalles, etc.). Generalmente es de esta manera como los conflictos ingresan en la agenda mediática nacional. Sin embargo, los medios locales y sub-nacionales cumplen otros roles en la visibilidad de los conflictos, en un estudio realizado recientemente encontramos que los medios regionales, visibilizan los conflictos en su fase temprana pero esta cobertura es fragmentaria y discontinua (Macassi y Subauste 2009), los medios locales por su parte, como lo relata Echave dan visibilidad a los conflictos a partir de su involucramiento, mostrándose radicalmente a favor o en contra de una las partes en conflicto, e incluso siendo participes del escalamiento de los mismos (Echave et al 2009:56). Sea de un modo o de otro, los medios de comunicación, locales subnacionales o nacionales, participan de la forma en que los conflictos son comunicados y la manera cómo son comprendidos por los ciudadanos y especialmente por la clase política, autoridades y funcionarios, que toman decisiones basadas las noticias, complementadas con información de inteligencia militar y policial que suele dicotomizar a los actores y enfocarse en la disputa y identificación del enemigo. Está demás mencionar que especialmente en los medios nacionales de Latinoamérica, prima la lógica comercial que busca atraer la atención pública y generar controversia, por ello solo atienden a los conflictos cuando estallan en crisis y se muestran violentos, pues cumplen con los requisitos de rating, mientras que los hechos emergentes de los conflictos en su fase inicial difícilmente captan la atención de los estos medios. Por lo general las partes de mayor poder, tienden a desatender las demandas de la parte de menos poder (recursos, relaciones, influencia e imagen), desconociendo la existencia del problema, argumentando que se basa la falta de información, manipulación política, falta de cultura, etc. En cambio, la parte de menos poder en los conflictos, usualmente recurren a medidas de fuerza para forzarlos a negociar o convocar a las autoridades para que intervengan a su favor y recurren a los medios para que esta acción será más efectiva. Por ello algunas partes prefieren que los medios no aborden los conflictos, que muchas veces se traducen en presiones hacia los medios para que ciertos hechos no sean abordados al inicio cuando se demandan soluciones y reclamos de manera pacífica, conviene su visibilidad asociada al estallido social pues de cierta forma debilita y deslegitima la demandas social. En otras palabras los medios pueden invisibilizar los conflictos sociales, por presión de los grupos de poder, especialmente los hechos cuestionan su línea política y editorial, o su apuesta de desarrollo, pues algunos diarios con tendencias neoliberales tienden a mostrar los logros del crecimiento económico e invisibilizar los conflictos sociales, en los diarios progresistas ocurre lo contrario, hay mayor atención a los conflictos y menor interés en los logros económicos. Al cubrir los conflictos, los noticieros y programas periodísticos lo que hacen es darle existencia pública a los conflictos y generar corrientes de opinión y la movilización de instituciones, y actores sociales a favor de una u otra parte. Sin embargo, la visibilidad de los conflictos no se realizan de la misma manera, algunos conflictos suelen tener una mayor atención de parte de los medios, son seleccionados con más frecuencia que otros, por ejemplo, los conflictos que afectan a niños o a poblaciones vulnerables pueden tener una mayor aceptabilidad que aquellos conflictos que amenazan intereses de las industrias extractivas, de procesos de privatización o de la inversión extranjera. Generalmente la visibilidad de los conflictos obedece a una intencionalidad a veces comercial (atrae la atención) pero también política (medios de oposición o con posiciones ideológicas) y esto determina la imparcialidad con que se abordan los contenidos de los conflictos: Las demandas y posiciones, y el enmarcamiento.

2.

Los medios canalizan las demandas y posiciones de las partes

La literatura sobre política ha venido insistiendo en que los sistemas políticos y de representación, vienen funcionando de manera deficiente en América Latina, pues no recogen las agendas ciudadanas y tienen problemas para representar las demandas sociales. Por lo tanto, los mecanismos tradicionales de

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construcción de lo público resultan presentan deficiencias ante los nuevos escenarios que se configuran a partir de la globalización y la apertura neoliberal de los mercados. Los partidos ya no son más la faja de transmisión de las necesidades y demandas ciudadanas y difícilmente tienen la capacidad de incidencia en las esferas de decisión que se encuentra flanqueada por los organismos multilaterales, las transnacionales (Beck 1998:82) y la influyente opinión pública económica. Los cambios que trae la globalización también afectan al Estado quien se ve desbordado por los conflictos y la emergencia de nuevos y múltiples actores que desde diferentes coordenadas interpelan el centralismo Estatal en Bolivia, la inequidad al momento de distribuir el gasto en educación en Chile, la prioridad de la ciudad sobre el campo en Argentina, y la manera como se excluye a los indígenas en las leyes que los afectan en Perú. Muchos de los conflictos relacionados a minería, petróleo, o gas si bien aparentemente es un asunto privado entre empresas y comunidades, en la medida que afectan el bien común (agua, tierras, aire y otros recursos naturales) y transforman las relaciones sociales y modos de producción se convierten en asuntos de política pública, colisionan con los modelos de desarrollo y culturales. Por el contrario, los problemas medioambientales (degradación, escases, cambio climático), como bien lo sustenta Payme (2000), son y van a ser una fuente creciente de conflictos, no solo nacionales sino internacionales y globales. El debilitamiento de los movimientos sociales tradicionales, especialmente en los países andinos, ha generado la emergencia de otras agrupaciones basadas en las identidades que buscan una respuesta directa a sus demandas pero cuya prácticas entran en conflicto con la forma de intervenir del Estado en los conflictos, el linchamiento del alcalde de Ilave, Puno, en el Perú y el otro en Ayo-Ayo, Bolivia son evidencias extremas del desfase entre las prácticas culturales basadas en lo consuetudinario, y el sistema de justicia ordinaria como lo sustenta Alamo (2004) pero también evidencian las profundas dificultades para encausar las demandas y canalizarlas por medios pacíficos. Esa misma dificultad se evidenció en la llamada crisis de “Bagua” que a pesar de ser conducida por una organización de pueblos indígenas con trayectoria y articulada con las organizaciones no pudo encausar las demandas por medios pacíficos lo que resulto en la muerte de 34 personas. Frente a la crisis de representación de los partidos políticos, y la ineficiencia estatal para dar cuenta de la inequidad y exclusión creciente, los medios de comunicación progresivamente han llenado el vacío dejado, por ello muchos ciudadanos buscan que los medios asuman roles de mediación frente autoridades y funcionarios. Cientos de cartas de lectores piden a los diarios que medien los abusos de las prefecturas y empresas, numerosos espacios radiales de “micrófono abierto” se colman de pedidos y demandas de solución a las disputas que son vividas como abusos e injusticia. Todas estas demandas evidencian pugnas por la satisfacción de necesidades básicas insatisfechas que son restringidas o amenazadas por otros grupos o instituciones que según la literatura sobre prevención de conflictos son las causas principales de los conflictos (Burton 2002). En este contexto, los medios se vienen constituyendo, a veces muy a su pesar, en los principales canalizadores de las demandas y posiciones de los grupos en disputa, pues lograr que sus quejas y demandas figuren en la agenda mediática suele ser el objetivo de muchos de ellos. Es más, la ciudadanía en su conjunto ve en el consumo de informativos una manera de “participación política” y los medios son el principal referente para incidir en la esfera de decisión, por ello, incidir en los medios se ha vuelto clave para que las partes en los conflictos puedan inclinar la balanza a su favor. Sin embargo, la forma en que los medios visibilizan las demandas y posiciones de las partes no es neutra, como bien lo anotó McCombs (1972), los medios sistemáticamente realizan una selección de los temas a tratar, estableciendo una jerarquía que es apropiada por los ciudadanos. En un estudio longitudinal encontramos que los temas sociales no figuran en la agenda mediática de los noticieros (Macassi 2005), y los medios nacionales representan las problemáticas que ocurren en la capital, reproduciendo el centralismo, dejando de lado los conflictos que a diario discurren en las regiones del país. Lo mismo pasa con los medios de las regiones, que no cubren los conflictos de las regiones vecinas y menos aún lo que sucede en las otras provincias del interior. Si los medios nacionales, no están canalizando la demandas ciudadanas a tiempo, y estas no encuentran mecanismos por los cuales buscar soluciones de justicia, tenemos que tanto el sistema político como el mediático no están facilitando la expresión de las demandas y de cierta manera ambos sistemas no facilitan la solución pacifica y negociada de los conflictos, todo lo contrario, las partes cada vez más perciben que no

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pueden acceder a la solución de sus necesidades pues no encuentran ni interlocutores, ni mecanismos de expresión que faciliten su solución. En conclusión, los medios, al no dar apertura a los temas sociales, difícilmente dan visibilidad a las demandas, y por lo mismo no favorecen a que los conflictos en su fase latente, encuentren mecanismos de solución alternativos. Existe una agenda oculta que no figura en los medios que solo es visible cuando esta escala, se torna violenta y entra en crisis, cuya dificultad y costo de solución es mayor. 3.

Los medios enmarcan los conflictos

Cuando los programas informativos cubren los conflictos muestran una representación de los mismos, producto de un proceso de selección de fuentes, tomas, temas y enfoques; un proceso de producción que filtra y selecciona, conscientemente o no, una visión de parte de la complejidad del conflictos, con ello, como bien señala Eliana Spadoni (2004), “tienen la capacidad de instalar los significados dominantes en la comunidad y su responsabilidad en la evolución de los conflictos públicos hacia la escalada violenta, la polarización o la transformación constructiva es determinante. La literatura sobre los Frames de noticias (Entman, 1993, Setmenko, Newman, Hakanson, Vranesky, 2002 etc.) coincide en señalar la importancia del primer enmarcamiento que se hace, la manera como es presentado por primera vez un conflicto va a orientar su recepción por parte del público y autoridades y, por lo tanto, las opciones de solución que se busquen alrededor de dicha percepción, por ello resulta clave la discusión y estudio sobre la manera como los medios enmarcan los conflictos. En ocasiones una simple frase suele enmarcar los conflictos y delimitar su sentido, por ejemplo “La guerra fría” por muchos años fue usada para describir una serie de hechos y presentar los acontecimientos con una perspectiva bipolar de las relaciones internacionales. La frase “la guerra contra el terrorismo” durante la administración Bush fue usada por la prensa para enmarcar el conjunto de acciones del gobierno en contra de los grupos radicales musulmanes, sin embargo, esta “formulación” también fue usada para involucrar a las acciones de protesta, y resistencia a la guerra preventiva estadounidense, despojándolas de su real significado y presentándolas como amenazas. En el caso de los conflictos sociales, ocurre algo similar, los medios los enmarcan con frases, como “litigios de tierras”, “sublevación campesina”, “despertar Aymara”, una serie de eventos ocurridos en diferentes tiempos, que seguramente corresponden a conflictos de diferente origen y expresión, pero por acción de este tipo de enmarcamiento pueden ser percibidos en un sentido equivocado por la población. Por el contrario, algunos informativos atomizan los eventos abordándolos por separado sin presentar las relaciones y la interdependencia que tienen los conflictos, sin presentar las causas estructurales que las subyacen, un ejemplo de ello son los conflictos alrededor del uso de canales de riego que fueron construidos y organizados para abastecer a los latifundios agroindustriales pero que excluyen del servicio a los pequeños usuarios, los medios los presentan como conflictos aislados pero tienen una misma causa estructural y normativa. La forma en que los medios cubren los hechos y en particular los conflictos, es dotar a las noticias de un marco de significación que limita al conflicto en su comprensión y entendimiento. En otras palabras lo que hacen los medios es orientar una lectura, desarrollar un ángulo, “salience”, desde el cual se re-crea o escenifica el conflicto y que influye en la interpretación que los públicos le dan a los eventos. Neuman et al (1992) propusieron una clasificación de los frames en base a la manera como los periodistas narran las noticias, en la forma como estructuran los discursos, en como apelan el sentido común de las personas, este autor planteó 5 frames: De conflictos, de consecuencias económico sociales, de interés humano, de moralidad, de responsabilidad, a lo cual agregamos el “frame lúdico”. Frames de Conflictos: Consiste en el tratamiento que prioriza la disputa y la contraposición entre dos o más individuos, personas o instituciones (Semetko 2000). No necesariamente se trata de hechos de conflicto, como guerras, disputas, violencia peleas, sino que en la presentación de los hechos se resalta los elementos que dividen y separan a los actores sociales en lugar de aquellos que son puntos en común Hakansson (2000:9). Cuando se trata de cubrir conflictos lo más común es que los medios propicien el debate entre las partes, haciendo foco en los aspectos que los separan, presentando a las partes con posiciones irreconciliables y en algunas ocasiones hacen de la disputa verbal y hasta física un espectáculo,

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con ello los medios suelen agudizar los conflictos y aumentan el rencor entre las partes y el endurecimiento de las posiciones contribuyendo a una visión túnel (sin salida) que no propicia una salida negociada. Frames de interés humano: Da prioridad al enfoque subjetivo de los actores de los conflictos, usando testimonios y la opinión de los afectados por la violencia o la privación de la satisfacción de necesidades. Puede ser una oportunidad para presentar a los actores en toda su dimensión social y económica aportando en la búsqueda de soluciones sostenibles que aborden las necesidades subyacentes. Sin embargo, usualmente se recurre a la victimización de una de las partes enfatizando el llanto y el dolor como un espectáculo. Frames de moralidad: Se trata de enfoques que buscan juzgar o calificar moralmente a los conflictos o las acciones de las partes. Se suele presentar opiniones, comentarios, o adjetivaciones que suponen un juzgamiento del conflicto sin analizar las causas demandas y relaciones entre las partes. Ciertamente, existen algunos temas como la homosexualidad, el cultivo de coca o la resistencia de las comunidades a la minería que generan juicios morales de sentido común o anotaciones (verbales o no) de los periodistas. Frames de consecuencias económicas y sociales. Presentan el significado del conflicto en función del impacto en los aspectos económicos o sociales. Esta narración puede ser una oportunidad si se promociona una solución negociada a los conflictos, sin embargo suele usarse para deslegitimar a los grupos sociales y sus demandas que recurren a medidas de fuerza. Frames de responsabilidad: Este tipo de tratamiento informativo suele identificar a los culpables, a los responsables, los involucrados. En algunas noticias sobre conflictos sociales este frame reduce la complejidad del conflicto enfocándose en los responsables individuales de ciertos actos, buscando culpabilizar a una de las partes de las respuestas de las otras, con ellos alimenta la espiral de la conflictividad. “Frame Lúdico” Este tratamiento lúdico no existe en la literatura del frame, sin embargo, en otros análisis de textos encontramos que la tendencia a incorporar el humor o la picardía es una realidad en nuestros medios pues es una forma de estructurar la realidad acorde a la cultura política latinoamericana, basada en el descrédito y la sorna de la clase política. En resumen, los medios siempre están generando un marco de interpretación de los conflictos, la manera como se enmarca la narración de las noticias influye incluso en la forma como los periodistas organizan su rutina de producción.

4.

Los medios delimitan la interpretación de los conflictos

Entman (1993) se centra en la función de enmarcamiento que hacen los medios de los hechos emergentes, él la define como la acción de “seleccionar algunos aspectos de la realidad percibida para reforzar su expresión, de este modo promover una definición particular del problema, una interpretación causal, una evaluación moral y/o una recomendación de cómo resolver el hecho”. Su principal argumento es que no solo genera un enfoque de las noticias sino que organiza el discurso para orientar su interpretación en torno a las causas, la valoración las consecuencias y recomendaciones. Generalmente los medios enmarcan las acciones de los hechos en un esquema narrativo. En la narración de los hechos pueden presentar a los conflictos como intrínsicamente malos y violentos, pueden atribuirle causas en la agitación de terceros, puede atribuirles consecuencias negativas de atraso económico (alejamiento de la inversión, aumento del riesgo país etc.). También los medios enmarcan a las partes (actores del conflicto) y sus demandas atribuyéndoles cualidades o resaltando sus defectos, reduciendo su complejidad social y cultural, por ejemplo a los gremios laborales se les presenta sólo en actos violentos o enmarcándolos con adjetivos que desvirtúan sus demandas, como cuando se les estereotipa como “piqueteros”, “bloqueadores”, de esta manera se les homogeniza y reduce

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Por último, el enmarcamiento pueden recomendar soluciones violentas como mayor mano dura, restitución del principio de autoridad, participación del ejército, etc. A continuación presentamos un esquema de análisis de los frames empleados en dos conflictos ocurridos en el Perú:

Funciones de los Frames Actores del hecho Enfoque del conflicto Interpretación causal

Bloqueo de carreteras Cerro Quilish Campesinos, empresa minera Yanacocha, Policía nacional Trabas a la inversión extranjera Producto de la agitación de ONGds

Evaluación moral

Amenaza a la economía

Curso de acción propuesto Recomendación de cómo resolver el hecho Estereotipia

Las empresas extranjeras se irán a países vecinos Intervención de la policía desbloqueo de las carreteras Campesinos manipulables

Toma de la Hidroeléctrica de San Gabán Campesinos cocaleros, Policía nacional. Perdida del Estado de derecho Infiltración terrorista y del narcotráfico Quiebre del principio del derecho Fortalecimiento del narcotráfico Intervención del ejercito mano Dura Aliados del narcotráfico

En otras ocasiones los medios suelen enmarcar los conflictos únicamente en un frame “partidista” enfatizando los intereses de poder de los líderes, subrayando los intereses de los partidos o agrupaciones en situaciones preelectorales. Lo mismo sucede con ciertos enmarcamientos que define toda la dinámica del conflicto en torno a lo criminológico, a la tipificación de los hechos como delitos o faltas jurídicas, negando la posibilidad de negociación o mediación. Independientemente de la verdad de esas afirmaciones enmarcar los conflictos de manera unidimensional, sea partidista o criminológica, es despojarlos de la trama social, cultural o económica que subyace a las causas de los conflictos que de no ser analizadas es muy difícil generar una transformación en procesos de desarrollo. Lo más común es que si los conflictos entran a la agenda mediática como “frames partidistas” la población los rechace pues se encuentra saturada de las disputas y desavenencias de la clase política.

5.

Los medios inciden en la Dinámica del conflicto

Mucho del debate sobre el rol del periodismo en la cobertura de los conflictos gira en torno a si es suficiente con una cobertura imparcial y profesional de los conflictos, o por el contrario, se requiere desarrollar capacidades y enfoques específicos para abordarlos. Esta discusión gana en claridad si es que se analiza la premisa de que la cobertura de los conflictos es la misma que se puede hacer a un accidente de tránsito, que una cobertura responsable va a representar la realidad sin influir en el curso de la misma. La premisa que asume al periodismo como un proceso externo a la sociedad no es del todo cierta, creemos que la cobertura de los conflictos, influye en la misma dinámica del conflicto, Botes (1998:46) va más allá, cuando afirma que el periodismo es una forma de intervención social similar a las que realizan mediadores y facilitadores y por lo tanto los periodistas son parte de los conflictos. Los medios al hacer foco en un aspecto del conflicto dan visibilidad a unos hechos y oculta otros, generalmente se le acusa, a los medios que cubren conflictos internacionales, de presentar únicamente las acciones violentas, y no presentar las acciones a favor de la paz, de visibilizar liderazgos más radicales en lugar de los proactivos, de reflejar las agendas de los militaristas (Hiebert: 2001:131), que presentan la realidad en blanco y negro, en lugar de mostrar las agendas de diálogo. Diariamente los medios cubren conflictos sociales, y las decisiones editoriales, es decir de visibilizar unos hechos, tienen repercusiones sobre las decisiones de las partes en conflicto, pues éstas cambian su estrategia en función de su posicionamiento público. Según Strohm (1999:60) los medios “pueden funcionar selectivamente, acelerando, desacelerando clarificando o redefiniendo los conflictos sociales”. Cuando los

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medios cubren con más frecuencia el conflicto, favorecen los procesos de deliberación que muchas veces presionan a las autoridades para la solución. Cuando los medios dan mayor cabida en sus noticias a los grupos más radicales, que son actores de las acciones de fuerza y presión, en lugar de cubrir las acciones de diálogo de los grupos más propensos a la negociación, creemos, que están encausando el conflicto por unos cauces específicos. En muchas ocasiones la deslegitimación de una de las partes realizada por los medios es seguida por acciones de fuerza por parte de la otra que percibe que su posición se ha fortalecido mediáticamente, que es evidente en las intervenciones policiales posteriores a discursos des-legitimadores de los voceros gubernamentales. En otras ocasiones sirven como altavoces a las partes de mayor poder, y los ayudan, pasivamente, a posicionar sus intereses en la comprensión que la opinión pública se hace del conflicto. Esto sucede cuando los medios no contrastan las opiniones ni buscan recoger las dos versiones de los hechos o cuando no facilita la presencia de especialistas que puedan brindar visiones más amplias que de las partes. Por otra parte en ocasiones cuando los medios cubrieron los procesos de negociación se han prestado a ser usados como mecanismos de presión para las otras partes, o simplemente con el afán de tener primicia hicieron públicos preacuerdos, generando entrampamientos y desconfianza entre las partes en negociación, de allí que los facilitadotes de negociación tienen una usual desconfianza en los medios. Algunos medios nacionales de prestigio, entrevistan directamente a las partes (actores primarios) con quienes concuerdan con sus puntos de vista, pero cuando se trata de las partes que opinan diferente suelen entrevistan a analistas que opinan sobre ellos o interpretan sus actos (actores referidos), con ello se rompe la imparcialidad y el equilibrio informativo, inclinando la balanza a favor de una de las partes y con ello le dá una mayor capacidad de incidir en la opinión pública y en los decisores, afectando el curso del conflicto. Sin embargo, en muchas ocasiones los medios no están consientes de la forma desacertada en que cubren los conflictos, generalmente, están obsesionados por los hechos “objetivos” que ocurren día a día y no toman en cuenta que cuando se trata de conflictos estos tienen sentido al comprender los procesos y los vínculos que tienen con la historia, las relaciones étnicas culturales y económicas de las poblaciones en crisis, incluso cuando proponen soluciones se centran en los hechos no en los procesos sostenibles. Cabe mencionar que muchos medios se dejan llevar por la búsqueda compulsiva del rating lo que deriva en una forma sensacionalista de cubrir los conflictos, donde las disputas y acciones violentas tienden a atraer más la atención que las acciones a favor de la transformación del conflicto. Además, es sabido que muchas radios locales usan los micrófonos como tribunas políticas, e incluso se fomentan discursos antagónicos y radicales en pos de radicalizar el conflicto y de esa manera atraer la atención de los públicos, existen muchos casos de emisoras que han tenido un rol clave al incentivar a acciones violentas, tal vez el caso emblemático es la radio “des miles colines” de Ruanda, pero en Latinoamérica ha sido muy común que el escalamiento de los conflictos haya sido acompañado por una prédica violentista de algunas emisoras.

6.

Los medios son escenarios de los conflictos

A lo largo del texto nos abocamos en entender la manera como los medios cubren los conflictos, y argumentamos que la presencia de los medios cambia la forma de comportarse de los actores primarios, del conflicto, sin embargo, hay que subrayar que también las partes buscan influenciar en la forma en que se relata el conflicto y por lo tanto los medios se convierten en objetos de su actuación. A pesar que los medios no buscan intencionalmente afectar los conflictos, muchas veces su sola presencia influye en los acontecimientos, diversos mediadores relatan que la presencia de cámaras en los procesos de negociación o en las situaciones de crisis desencadenan respuestas más heroicas de los participantes o al revelar las identidades sacándolos del anonimato grupal hace desistir a otros de participar de acciones violentas. Las partes desarrollan narrativas, espontaneas o tácticas, cuando se relacionan con los medios, en ocasiones se muestran como víctimas frente a un contrincante poderoso, en otras se presentan como defensores del medioambiente, guardianes del estado de derecho, salvadores en situaciones de crisis o así como adalides del progreso y el desarrollo. Estas gramáticas de actuación son recogidas por los medios y

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usadas para llamar la atención de más público, de una y otra manera las partes usan a los medios para tratar de ganar a la opinión pública, en la idea de que ella puede presionar las decisiones del gobierno y las autoridades, afectar el prestigio de las instituciones o empresas. De cierta manera, para los actores ganar la opinión de la ciudadanía se vuelve clave para la solución y apoyo social a su causa, pues esta presiona sobre a favor de la voluntad política a favor o en contra de una de las partes y por lo mismo se enfrascan en campañas informativas donde los medios son el foco de su estrategia. Esta pugna por la escenificación del conflicto, muchas veces se produce de manera desigual y desequilibrada, empresas con muchos recursos sociales, políticos y económicos, les es más fácil contratar lobbys mediáticos para influenciar en la forma de cubrir los conflictos, de hecho es una práctica común que empresas mineras usen la publicidad que pagan en las radios locales para orientar el tratamiento de ciertas problemáticas o por lo menos obtener su silencio, aunque también las radios locales usen la difusión de noticias negativas para obtener una mayor participación en la torta publicitaria. Por su parte las comunidades, organizaciones y en general los actores sociales con menor poder, no pueden competir de la misma manera en influenciar en la agenda mediática. Muchas veces hacen uso de sus propios recursos para la generación de noticias, esto se traduce en acciones de movilización, fuerza y presión que muchas veces va escalando en la medida que no se consigue la pantalla y por tanto la atención pública de las autoridades. En un conflicto desarrollado en la selva alta del Perú los campesinos arroceros tomaron la ciudad de Tarapoto por 5 días sin lograr que los funcionarios tomen carta en el asunto, solo cuando tomaron el aeropuerto, y bloquearon la salida de turistas, lograron la llegada de los medios nacionales y luego la llegada de los negociadores del gobierno (Macassi 2001). Estamos pues frente a una creciente puesta en valor de la comunicación mediática, pues para muchos los conflictos se “ganan” en los medios, subrayando el papel que estos cumplen como escenarios de los conflictos sociales.

7.

Conclusiones

Los conflictos son más que un hecho noticioso Los conflictos sociales, está claro son más que un hecho noticioso emergente o un escándalo, compromete comunidades enteras, procesos de inversión, modelos de desarrollo, visiones culturales en colisión que difícilmente puede ser cubiertos de una manera tradicional. Una adecuada cobertura puede facilitar los procesos de distensión de las partes y la consecución de soluciones dialogadas, por el contrario, una cobertura comunicativa sensacionalista y partidarista puede ahondar más las diferencias, agudizar los enconos, sostener las medidas de fuerza o simplemente postergar la obtención de acuerdos y compromisos. Los medios canalizan la demanda pública Dada la complejidad de los sistemas políticos actuales, los medios de comunicación se han convertido en una de las vías más importantes para que los conflictos existan públicamente, tengan la visibilidad adecuada que les permita incidir en las esferas de decisión, y en la mente de los ciudadanos a través de las corrientes de opinión. De cierta manera, la frecuente recurrencia de las partes en conflictos al espacio mediático refleja las dificultades que los canales institucionales tienen para resolver los conflictos, y no presenta una interdependencia de los sistemas mediáticos con los sistemas políticos mediados por las demandas ciudadanas que busca en uno e ellos lo que no puede satisfacer en el otro. Los conflictos son partes en los conflictos Además de escenarios donde discurren los conflictos también son actores, influyen en el curso de los hechos, y en ocasiones favorecen alguna de las partes, especialmente las de menos poder, o simplemente usa los conflictos para obtener mayor rating fomentando la confrontación entre las partes a través del

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debate escenificado, o enfocándose en las acciones violentas en desmedro de las acciones de negociación y cooperación y, por lo tanto, afectan el curso de los conflictos. Medios como catalizadores de los conflictos Si bien la función de los medios no ha sido clásicamente la de resolver los conflictos sociales, de hecho históricamente han estado involucrados como terceros o parcializados con alguna de los actores del conflicto. Incluso, aquellos esfuerzos por ser “objetivos” afectan los conflictos pues su cobertura acelera los eventos, empodera a los líderes, enmarca y enfoca ciertos aspectos sobre otros. Los medios se convierten por tanto en catalizadores de los conflictos afectando su curso, pues muchas de las decisiones que se toman en los espacios políticos y gubernamentales se basan en la cobertura mediática. Entre el rating y el activismo Mucha de la discusión sobre los roles de los medios termina siendo esencialista, polarizándose inútilmente entre dos extremos, de un lado la postura de la mayor parte de los periodistas de que los medios solo deben informan y nada más y la otra postura que demanda una intervención activa del periodismo en la transformación de los conflictos tal como lo plantea Jack Lynch (2000). Entra ambas posturas caben diferentes opciones, actualmente el espacio público que enmarca el rol de los medios (como históricamente los han redefinido) viene transformándose, las demandas ciudadanas y las diferentes relaciones entre política y medios nos muestran un escenario complejo donde no es suficiente con cubrir objetiva y asépticamente los conflictos, como bien lo sostiene Botes (1998:7) el desarrollo de la teoría y la práctica de resolución de conflictos muestra una serie de demandas de roles que los medios pueden cumplir para facilitar una salida negociada a los conflictos, abriendo posibilidades de actuación y acción.

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La prensa gráfica y sus mecanismos de deslegitimación: un análisis de dos huelgas antes y después del auge neoliberal en Argentina. Vanesa Coscia Vanesa Coscia. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente, Doctoranda en Ciencias Sociales, UBA, y becaria de Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, en el marco del proyecto “Sindicalización en la Argentina”, dirigido por la Dra. Adriana Marshall, con sede en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES). Fue integrante del proyecto UBACyT “Del evento al acontecimiento: Memoria popular y representaciones mediáticas”, Facultad de Ciencias Sociales, UBA (2004-2007). Fue expositora en Congresos, Jornadas y publicó artículos en Cuadernos del IDES, Documentos para Discusión (PESEI), Revista Question, entre otros.

Resumen El propósito de este artículo es analizar las representaciones construidas por el diario La Nación acerca de dos huelgas de importante repercusión pública, producidas en contextos históricos diferentes en Argentina. La primera, de 1988 y previa a la instalación del modelo neoliberal, en la empresa estatal de gas y la segunda, en 2004, en las compañías telefónicas privatizadas. Este estudio focaliza en las estrategias mediáticas puestas en juego en ambos conflictos gremiales con el objetivo de hacer visibles los modos en que los medios gráficos, mediante el establecimiento de su agenda, otorgan prioridad a ciertos acontecimientos y actores, y dejan afuera a otros. Abstract The purpose of this article is to analyze the representations of La Nación (a national Argentinean newspaper) on two important strikes of public impact in different historical situations in Argentina. The first one, in 1988 and before the neoliberal boom, in the state owned Gas Company and the second one, in 2004 in the privately held telephone companies. This paper focuses on the mass media strategies in both union conflicts to show how news press, through their agenda setting, give priority to some events and actors, and put others away. Palabras clave Medios gráficos masivos, huelgas, representaciones, neoliberalismo

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1. Introducción Este trabajo tiene por objetivo analizar y comparar las representaciones construidas por el diario La Nación acerca de dos conflictos gremiales, de alta visibilidad y repercusión pública, realizadas en dos empresas de servicio público en contextos sociales, políticos y económicos diferentes, en Argentina. La primera de ellas, producida en la empresa estatal de gas, hacia mediados de 1988, previo a la consolidación del modelo neoliberal, debido a que se constituyó en unos de los primeros intentos de resistencia por parte de los trabajadores a la privatización de su fuente de trabajo. Además se produjo en un momento histórico caracterizado por el recrudecimiento en el número e intensidad de las huelgas en las empresas de servicio público, en manos del Estado. La otra huelga analizada fue protagonizada por trabajadores telefónicos en las empresas privatizadas Telecom y Telefónica, y fue una de los primeros conflictos sindicales del gobierno de Néstor Kirchner. Esta medida de fuerza se produjo en un contexto de incipiente recuperación del empleo, cierta estabilidad laboral, alta inflación y coincidió con el recrudecimiento de reclamos laborales de trabajadores ocupados hacia finales de 2004. Durante los ´90, habían predominado en la escena pública los reclamos de trabajadores desocupados. Este estudio intenta analizar las estrategias mediáticas de deslegitimación, criminalización y estigmatización puestas en juego en la representación de ambos conflictos, que no sólo deslegitimaron a los trabajadores sino, y principalmente, a la medida de fuerza en sí misma. Se parte del supuesto que los medios masivos, en tanto actores políticos pretenden dominar la interpretación de acontecimientos, colaboran en la construcción de consensos y establecen, en cada contexto, el sentido de lo legal, lo legítimo y lo democrático. En este sentido, la prensa gráfica en particular, mediante el establecimiento de su agenda, no sólo da visibilidad a ciertos acontecimientos y deja fuera a otros, sino que resulta de vital importancia los modos de construcción que utilizan. Por lo tanto, se enfatizó en el análisis de los mecanismos de jerarquización, tematización, criterios de noticibialidad, espacio/atribución asignada a los actores en conflicto, fuentes y discursos privilegiados. La elección del diario La Nación no sólo responde a que, históricamente, es uno de los medios gráficos más importantes, de mayor tirada nacional sino que, según su contrato de lectura, interpela a los grupos de poder tales como los empresarios y se identifica ideológicamente con los sectores del arriba social (Sidicaro, 1993). Su línea editorial, mediante un discurso pedagógico-institucional, apunta a plantear cuál es el proyecto de país correcto. 2. La ilegalidad de la huelga en Gas del Estado Hacia 1988, debido a la alta inflación y la licuación de los ingresos de los asalariados, recrudecieron las 1 huelgas por aumentos salariales, sobre todo en las empresas de servicios públicos, en manos del Estado . En este sentido, el imaginario social sobre un Estado incapaz de solventar el buen funcionamiento de sus empresas públicas, con un gasto público “desmesurado” fue el marco en el cuál anclaron los discursos a favor de la privatización y la deslegitimación de cualquier intento de oposición, como fue el caso de los 2 trabajadores de Gas del Estado . La noticia de esta huelga fue construida por La Nación sobre el efecto, antes que sobre las causas del reclamo gremial. El medio hizo hincapié en la “ilegalidad” de los métodos con el objetivo de criminalizar la 3 protesta y en la antinomia huelguista/usuario para deslegitimarla, deshistorizando y vaciando de contenido político al reclamo gremial. Bajo el cintillo “conflictos en las empresas públicas” apareció en tapa del 22 de julio de 1988, con una tipografía grande, la huelga de Gas del Estado bajo el titular: “Es ilegal la huelga en Gas del Estado”.

1 Para ampliar sobre el contexto de los años 80 ver Ortiz y Schorr (2006) y Beltrán (2006). 2 Para ampliar sobre el proceso de privatización de Gas del Estado, durante el gobierno de Menem, revisar Basualdo (2002) 3 Dicha antinomia hace hincapié en la oposición entre la figura de trabajador organizado que hace huelga y el individuo atomizado, flexibilizado representado como uno de los principales perjudicados por la medida de fuerza. “El usuario, el hombre de la calle, el contribuyente son literalmente personajes, es decir, actores promovidos a papeles de superficie, cuya misión consiste en preservar la separación esencialista de las células sociales que, como se sabe, fue el primer principio ideológico de la revolución burguesa” (Barthes, 1980: 138).

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Esta operación, en tapa y por lo tanto jerarquizada, implicó un primer desplazamiento de las causas que motivaron el conflicto gremial a su ilegalidad y, por tanto, a la deslegitimación y criminalización de la medida de fuerza. Lo que se destacó no fue que los trabajadores estaban oponiéndose al proceso de privatización de la empresa sino que ellos estaban cometiendo un delito. Por lo que, en el plano de la representación, se convirtió a los trabajadores en delincuentes, intentando invalidar su accionar. Mientras que las causas que motivaron el reclamo gremial (la privatización de la fuente de trabajo) quedaron perdidas e invisibilizadas en alguna parte de la noticia, se especificaron, en forma detallada, cuáles serían las sanciones que derivarían de esta ilegalidad -declarada por el Ministerio de Trabajo- de la medida de fuerza. Esto último sumado a la constante amenaza sobre la estabilidad en los puestos de trabajo. La decisión adoptada por el ministerio de trabajo abre la posibilidad de que se dispongan sanciones que afectarían la personería del gremio y la estabilidad laboral de sus afiliados. (Tapa, 22 de julio de 1988) Es posible advertir aquí que La Nación estableció un “nosotros” y un “ellos” en la representación de los actores involucrados en clave civilización/barbarie. Por un lado, los civilizados (empresarios/usuarios/ciudadanos) y por el otro los bárbaros (trabajadores en huelga/delincuentes). Y a éstos últimos se los trató de aislar del debate sobre el modelo neoliberal. Por lo que casi no se le dio espacio, en la cobertura mediática, a las voces de los gremialistas No puede aceptarse ni tolerarse que un gremio de 7000 personas pretenda imponer su política al gobierno nacional (…) El secretario de Energía Roberto Echarte calificó de salvaje y desmedida la medida de fuerza organizada por la Federación de Trabajadores de gas del Estado (el subrayado es mío) (Página 18, 22 de julio de 1988). La preeminencia del discurso empresario, en coincidencia con la ideología del medio, derivó también en la operación de utilizar fuentes legitimadas y de alta jerarquía para reforzar dicha postura. En este punto, es preciso señalar que dado que las fuentes siempre actúan con un grado de interés, recurrir a ellas supone un mayor grado de seriedad y efecto de credibilidad con el lector (Martini, 2000). La estrategia de inclusión de varias voces que apoyan la misma postura se hizo a partir de un gesto de 4 poliglotismo o de falacia polifónica para reforzar un único discurso: el hegemónico “privatista”. Y dicha táctica se pudo visualizar también, en el marco de la crisis de fines de los ´80, en otras áreas del Estado en 5 vías de privatización como Defensa . Para La Nación, la contracara de la “eficiencia” y racionalidad que persigue el modelo neoliberal, es la irracionalidad de los trabajadores que hacen huelga, en defensa de su fuente de trabajo. Además, al asociar lo “sano” con la desestatización, por oposición, lo estatal se asocia a una enfermedad que hay que erradicar. La huelga está basada en una actitud ´intransigente e inflexible´ que inhabilita cualquier intento superador del conflicto, lo que la convierte en `insanablemente´ ilegítima –expresó la disposición de Trabajo. (Tapa, 22 de julio de 1988) La atribución de “inflexibles” a los trabajadores, es posible también pensarla en función de la flexibilidad laboral que se impuso con el modelo neoliberal. Cuando se trata de reducir costos en las empresas este medio propuso, casi explícitamente, reducción de personal y flexibilización en los contratos de trabajo. Es casi imposible saber si la cantidad de personal en las empresas del Estado es la mínima requerida para las verdaderas necesidades de la empresa o si las modalidades de trabajo son las más convenientes y garantizan buenos rendimientos (Página 6, editorial 16 de junio de 1988)

4 Se entiende por falacia polifónica la operación a través de la cual el medio incluye muchas voces de diferentes actores sólo para reforzar el discurso hegemónico y debilitar los otros discursos, que se invisibilizan a partir de esta estrategia. Para ampliar, ver Sarlo (1997) 5 Para ampliar ver Coscia, 2008

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Por otro lado, la apelación a la ley de servicios esenciales, como limitación al derecho de huelga fue otra de las estrategias para deslegitimar y criminalizar la protesta gremial. Trabajo recordó que la medida de fuerza afecta ´la prestación de un servicio esencial para la comunidad´ (…) El Ministerio de Trabajo informó que el gremio no cumplió con la obligación de comunicar previamente sobre la adopción de medidas de fuerza que no están relacionadas con causas vinculadas con la relación laboral (Tapa y Página 18, 22 de julio de 1988, el subrayado es mío) Lo que omite, no casualmente, decir aquí La Nación es que según las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuando se trata de este tipo de servicios se deberían dar garantías compensatorias a los trabajadores. Y se aconseja, desde dicho organismo, que sea una autoridad independiente, y no el Ministerio de Trabajo -que es parte del gobierno- el que defina la ilegalidad o no de la 6. medida de fuerza y, eventualmente, los servicios mínimos que deben brindarse Además, en cuánto a la expresión de “causas no vinculadas con la relación laboral” que implicaría el presupuesto de que una huelga política o en disputa con la política económica de un gobierno no sería una huelga legítima, Cornaglia (2006) explica que históricamente se quiso deslegitimar la huelga por esta atribución. En este sentido, la misma OIT remarcará en un fallo, algunos años después, que una huelga 7 contra la política económica de un gobierno es totalmente válida . Sin embargo La Nación remarcó esta distinción para, una vez más, deslegitimar la huelga. Yo creo que no puede ser legal –sostuvo Jaroslavsky- un paro de esta naturaleza que no tiene otro fundamento que el de una discusión política de una decisión del Gobierno adoptada en uso de sus facultades (Página 18, 22 de julio de 1988) En cuanto al actor-gobierno, La Nación en tanto pedagogo social tomó una postura ambivalente. De acuerdo a las circunstancias más convenientes con la línea editorial-empresaria del medio, le atribuyó al gobierno una atribución “positiva” o “negativa”. Por ejemplo, en las decisiones de privatizar, desregular y reprimir a los huelguistas, este diario le brindó su total apoyo. Prevén la intervención de la Gendarmería Nacional en caso de que sea necesario (…) El Gobierno se ´mantendrá firme´ en su decisión de autorizar a cooperativas y agrupaciones vecinales la distribución domiciliaria de gas (Tapa y Página 18, 22 de julio de 1988) Sin embargo, cuando el gobierno no tomó una actitud activa, de implementación de “mano dura”, fue representado como incapaz, débil y pasivo ante el avance del conflicto sindical y se marcaron, insistentemente, los errores cometidos por las autoridades públicas. Los sindicatos basan, muchas veces, el éxito gremial en la calculada pasividad de la autoridad de aplicación de las leyes y reglamentos específicos (Página 8, editorial, 19 de julio 1988; el subrayado es mío) Otro actor importante en esta cobertura fue la del usuario de servicios públicos o tercero damnificado, quién apareció construido como víctima en el conflicto, en el marco del desplazamiento de las causas del reclamo gremial a las problemáticas particulares de los usuarios y al agravamiento de la crisis energética. El paro agrava la crisis energética que padece el país (Página 19, 22 de julio de 1988) Como a cientos de miles de personas les consta, la coincidencia casual o deliberada de medidas de fuerza diferentes o sus sorpresivos planteamientos agravaron considerablemente las perturbaciones sufridas por la comunidad (Página 8, editorial, 19 de julio de 1988 –el subrayado es mío.) En este caso, la estrategia discursiva fue la de universalizar intereses particulares como los intereses del todo (Thompson, 1993). Lo interesante del contexto de los años ´80 fue que cada sector creyó que se

6 Para ampliar estos conceptos revisar Cornaglia (2006) y Ackerman (1994). 7 Consultar http://www.oit.org.pe/sindi/casos/arg/arg17.html. Caso 1777 Argentina (año 1995).

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beneficiaría con la retirada del Estado. Y con la consecución de un Estado más chico se prometía que desaparecería la inflación, se disminuiría la carga impositiva, mientras que las privatizaciones asegurarían la provisión de mejores servicios (Beltrán, 2006). Además, para La Nación, hasta los mismos trabajadores habrían estado más “contentos” de trabajar en el sector privado y por eso, en el plano de la representación, se contrapusieron las bondades del sector privado a la hostilidad de los dirigentes gremiales. Queda en evidencia que los trabajadores encuentran mucho más satisfactorias las condiciones laborales en el campo de la empresa privada. No se termina de entender por qué tantos de sus dirigentes insisten en cerradas oposiciones a todo intento privatizador de los servicios actualmente en manos del Estado (Página 8, Editorial, 19 de julio de 1988). Siguiendo la línea de pensamiento de Beltrán, el lugar atribuido al Estado ayudó a mantener la ilusión de homogeneidad ya que todas las críticas iban hacia él y él debía brindar las soluciones. Por lo tanto, los conflictos interempresarios que se sucedían en la práctica –aunque se homogeneizaban en el discursoaparecían desdibujados por esa figura estatal demonizada. 3. La huelga telefónica: toma y extorsión A fines de 2004, bajo el gobierno de Néstor Kirchner, se asistió a un incipiente proceso de crecimiento económico con recuperación del empleo y aumento de la inflación. Con la dinamización de los reclamos salariales, los trabajadores pudieron exigir mejoras en sus condiciones sin temor al fantasma del desempleo. En el caso de los telefónicos, la estrategia de dar cuenta del conflicto gremial principalmente a partir de los efectos más que sobre las causas del reclamo también se reprodujo en las coberturas de La Nación. Aquí se desplazó el conflicto gremial al perjuicio de rentabilidad ocasionado a la empresa privatizada, en primer lugar y el perjuicio al usuario, en segundo lugar. Además, la noticia hizo eje en la advertencia, constante, sobre la posible caída de las comunicaciones nacionales, sobre la falta de atención al público y el inminente caos social, producto de la medida de fuerza. Asimismo, debe destacarse la violencia simbólica que ejerció el medio sobre los métodos de lucha de los gremialistas, asociándolos a lo más peligroso de la política, a lo delictivo y homologándolo con las “escandalosas” luchas sindicales de los años ´70. Como señala Barthes, “Todavía existen hombres para quienes la huelga es un escándalo, no sólo un error, un desorden o un delito, sino un crimen moral, una acción intolerable que perturba a la naturaleza: inadmisible, escandalosa” (Barthes, 1980: 137). En consecuencia, la construcción de la noticia se realizó a partir de la estigmatización de los métodos políticos de lucha y los términos de "toma" y "extorsión" constituyeron los ejes a partir de los cuales se criminalizó, condenó e intentó aislar el conflicto de los trabajadores. La extorsión y la prepotencia de unos pocos han avasallado todos los altos principios de buena fe y armonía social (…) Sus procedimientos extorsivos y violentos que incluyeron la toma de edificios y la permanente negativa a dialogar (…) Tipo de protesta sindical abusiva y altamente dañina (Página 30, editorial, 12 de diciembre de 2004) En este punto, resulta importante mencionar que el delito motoriza la amenaza social, los imaginarios del miedo y la discriminación, la exigencia de control y de políticas de prevención y represión (Martini, 2005). Mientras a la violencia represiva se la nombra como orden, a la violencia popular -en este caso de los trabajadores- se la llama simplemente violencia porque a secas es el término de la condena (Alabarces, 2002). Esta estigmatización, basada en una estereotipación de la violencia deslegitimó su metodología de lucha y la huelga en sí misma. Un retorno a los mecanismos más virulentos y más alejados de la racionalidad y el espíritu de diálogo (Página 30, editorial, 12 de diciembre de 2004)

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La violencia, como criterio de construcción de la noticia, sumado a la vinculación delictiva y a la "ilegalidad" de las prácticas, fueron las operaciones a través de las cuáles el medio volvió a quitarle carácter político (Settani 2005) y legítimo al reclamo gremial. Además, la figura de la "toma" como elemento central, representado a partir de su ilegalidad, derivó en la judicialización y criminalización de la protesta. La Nación, como parte integrante de la clase hegemónica, “instituyó su sistema en parámetro absoluto de universalidad, de racionalidad, de objetividad y de todos los grandes valores del hombre, de la civilización”. (Mattelart, 1970). Y actuó de modo similar al reducir al grupo "subversivo", que intentó impugnar los intereses de la clase dominante, al rango de delincuentes comunes: Los casos trascienden cuando se traducen en medidas ilegítimas y en quebrantos al orden legal (…) La ocupación de lugares públicos y privados puede significar una incriminación penal (Página 12, opinión firmada por Carlos F. Echezarreta, abogado laboralista, Política, 5 de diciembre de 2004) A partir del delito de usurpación y la violencia atribuida a la acción del gremio que tomó las plantas de las empresas, el diario buscó criminalizar la protesta social e ilegalizar el conflicto. Por lo tanto, durante todo el tiempo que duró el conflicto, la noción de huelga buscó ser deslegitimada y suprimida como derecho legal y legítimo de los trabajadores: Seguimos desconociendo la diferencia que existe entre el ejercicio legítimo del derecho a huelga y el abuso de esa prerrogativa (Página 30 Opinión, 12 de diciembre de 2004) En este punto debe señalarse que, para las expresiones públicas de la protesta, rige un imaginario de miedo donde el que se manifiesta es otro-peligroso que "sitia" la ciudad (Pereyra 2005) y este diario puso en estado de alerta a su lector, desde un primer momento, ante el conflicto gremial. Y advirtió sobre la posible desestabilización del orden social que podía provocar éste y otros conflictos de la misma índole, sino se controlaban: Los gremios no cesarán en sus protestas (Página 7, política, 11 de diciembre de 2004) Los conflictos gremiales crecieron durante este año hasta llegar casi a duplicar la cantidad registrada en el 2003 (Página 8, política, 11 de diciembre de 2004) Por lo tanto, la construcción de la noticia a partir de la amenaza y el caos volvió a poner en primer plano al usuario como posible afectado ante la huelga de los trabajadores. Las comunicaciones quedaron, ayer, al borde del colapso debido a un reclamo gremial encabezado por un grupo de trabajadores telefónicos (Página 1, 1 de diciembre de 2004) Como se dijo al comienzo, debe destacarse la construcción de la noticia a partir de las pérdidas “millonarias” que sufrieron las empresas telefónicas privatizadas. Paralelamente, La Nación no dio cuenta de las ganancias que obtuvieron estas compañías desde su privatización y, por el contrario, hizo mención de los robos de cables que vinieron sufriendo. A Telefónica en lo que va del año, le robaron 250 toneladas de cobre. Telecom registró durante septiembre último un 69% más de robos (Página 18, Opinión, 30 de noviembre de 2004) Ambos mecanismos (“victimización” de la empresa y del usuario) configuraron el desplazamiento del conflicto político-gremial del centro de la escena mediática y operaron en la deslegitimación y criminalización de la protesta de los trabajadores telefónicos. 4. Algunas reflexiones A partir de lo visto en este trabajo, fue posible analizar cómo el diario La Nación utilizó similares estrategias mediáticas, en contextos diversos y ante huelgas de distinto tipo y con diferentes causas, para deslegitimar y criminalizar la protesta de los trabajadores, aunque jerarquizando distintos ejes en la representación.

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En 1988, en el caso de los trabajadores de Gas del Estado, su modo de representación hizo hincapié en la vehiculización del discurso hegemónico acerca de la necesidad de implantar el modelo neoliberal. El énfasis en el paradigma privatizador como salida “lógica” y “natural”para afrontar la crisis de fines de los 80, se sumó a la estrategia mediática de hacerse eco del discurso empresario. En este punto, la empresa fue representada por La Nación como ineficiente y como parte de un modelo estatal que debía erradicarse y dar paso al privatizador. A fines de 2004, la representación de La Nación de la huelga telefónica tuvo como eje la violencia y la ilegalidad de los métodos de lucha de los trabajadores, a través de las figuras de la toma y la extorsión, lo cual derivó en la judicialización y criminalización de la protesta. En este caso, la empresa privatizada fue representada como “víctima” de los trabajadores que, a su vez, fueron representados como salvajes y delincuentes. Finalmente, el análisis y la comparación de las representaciones de estas dos huelgas permiten visualizar que las luchas de los trabajadores no sólo se dan en el plano político-económico sino también en el campo cultural simbólico.

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Los públicos de interés en la gestión de conflictos sociales y laborales Ana Mª Enrique Jiménez Anamaria.enrique@uab.es Ana Mª Enrique Jiménez. Doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona. Personal investigador en formación del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad. Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelona. España.

Resumen En este artículo se pretende analizar quiénes son los públicos afectados en una situación de conflicto y cuál es la influencia que ejercen en la gestión de la crisis por parte de la empresa Se realiza un estudio de caso concreto, la crisis de Fontaneda, a partir del cuál hemos podido comprobar como la decisión de una compañía es susceptible de derivar en crisis dependiendo de la reacción y conducta de sus públicos, al estar éstos situados en su ámbito de actuación. Abstract This article analyze who are the stakeholders in a conflict situation, and what is their influence on the Management of the crisis. We have done a case study, The Fontaneda’s crisis, from what we saw as the decision of a company is likely to lead to crisis depending on the reaction and behaviour of their stakeholders, to be situated in its own sphere of action.

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El 4 de abril de 2002, la multinacional británica United Biscuits (UB) anuncia el cierre de la factoría de galletas Fontaneda, ubicada en el pueblo de Aguilar de Campoo (Palencia- Comunidad de Castilla y León España). El cierre afecta a 212 trabajadores y los motivos manifestados por la empresa son: baja productividad, ser una planta de producción deficitaria, la imposibilidad de ampliar la fábrica (ésta se encuentra en el centro del pueblo) y la articulación de un plan global de reorganización de la compañía en España. El plan social que la empresa presenta a la plantilla contempla: prejubilaciones, bajas incentivadas, incentivos para crear unidades de autoempleo, traslados y recolocación de los empleados en otras plantas de producción (Navarra y Vizcaya). El anuncio del cierre de la fábrica sorprende y conmociona a sus trabajadores y a toda la localidad de Aguilar de Campoo. Cuatro días después del anuncio del cierre, el 8 de abril, los trabajadores y vecinos son protagonistas de la retención en la fábrica de cinco directivos de UB en protesta contra el cierre. Ese día, los directivos habían acudido a la factoría para entablar la primera reunión de negociación con el comité de empresa. Mientras, a los alrededores de la fábrica, comenzaban a concentrarse trabajadores y cientos de vecinos. Desde su origen, la famosa galleta Fontaneda se había convertido en un emblema para el pueblo de Aguilar y éste no estaba dispuesto a desprenderse tan fácilmente de él. Son tantas las personas agolpadas a las puertas de la factoría que los directivos no pueden abandonar las instalaciones. La intervención de la fuerza pública, a medianoche, permite finalmente la salida de los directivos. Este suceso fue captado y narrado por los medios de comunicación lo que provocó una cobertura nacional, e incluso internacional, de lo ocurrido. La crisis se resolvió ocho meses después del anuncio del cierre, con la venta de la fábrica a una empresa competidora, el grupo Siro, salvándose por tanto, los puestos de trabajo. No obstante, los lugareños vieron como la multinacional UB consiguió llevarse la marca de galletas Fontaneda y deslocalizar la producción a otras plantas del grupo. Durante el desarrollo del conflicto de Fontaneda son varios los actores principales que pueden identificarse, bien por la influencia que ejercen sobre el proceso de crisis, o bien, por ser simplemente los afectados de esta situación. En este artículo nos centraremos en determinar quiénes son estos públicos y cuál es su influencia en la gestión del conflicto por parte de la compañía.

1. Marco teórico El término gestión de crisis es concebido de distintas formas en las empresas, no sólo por la diferenciación que puede existir en las interpretaciones de lo que se entiende por crisis, sino que también existen desacuerdos a la hora de explicar cuál es la manera más eficaz de gestionar un suceso no deseado que pone en riesgo la estabilidad de la organización. González (1998: 37) lo explica del siguiente modo: “Mientras que para algunos la gestión de crisis tan sólo consiste en una serie de medidas y decisiones más o menos urgentes que se han de tomar ante la existencia de un problema, para otros la gestión de crisis comienza mucho antes e incluye medidas de previsión y planificación (existiendo, por tanto, gestión de crisis aun cuando nunca llegue a darse una situación de ese tipo).” Partiendo de este planteamiento, se hace plausible pensar que la gestión de crisis en las empresas tiene como finalidades principales las que aquí señalamos: a) Tomar medidas preventivas para evitar o reducir la posibilidad de una crisis. b) En el caso de que la crisis estalle, disponer de una respuesta planificada y organizada con antelación (Plan de gestión crisis). c) Conseguir que la empresa vuelva a ser viable tras la crisis. Por tanto, la empresa debe ser consciente de la necesidad de contar con una serie de medidas preventivas, que unidas a una correcta capacidad de actuación, y en especial, la implementación de un plan de gestión de crisis, contribuyen a eliminar o disminuir las consecuencias negativas que una crisis puede provocar. En una situación de crisis es necesario realizar una identificación y clasificación de aquellos públicos implicados que pueden verse afectados o pueden afectar a la empresa durante su desarrollo. De este modo se podrán determinar cuáles son las estrategias de comunicación más adecuadas en función de la postura y conducta que adopte cada uno de ellos.

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Un concepto que ha tomado relevancia en esta disciplina y que tiene que ver con la noción de público, es el ii de stakeholder . Los stakeholders, o en su traducción al español, grupos de interés, son aquellos públicos que están afectados o pueden verse afectados por las decisiones que toman las empresas para lograr sus objetivos y/o viceversa. Es decir, estamos hablando de grupos prioritarios a nivel de comunicación ya que la empresa va necesariamente a interactuar con ellos. Analizar qué tipo de comunicación es el más adecuado para aplicar en una situación de crisis va a depender en cierta medida de la identificación de los públicos con los que la empresa va a interactuar para poder dar solución a la crisis. Es por ello que partimos de la idea de que no a todos los públicos de la empresa les preocupa lo mismo y que seguramente reaccionarán de manera distinta ante una crisis. (Ver tabla 1) Es obvio que una situación crítica no afecta a los diferentes públicos de la empresa con la misma intensidad y evidentemente no comporta las mismas consecuencias. Por tanto, hay que concretar qué públicos serán los destinatarios de la información y cuáles son las preocupaciones específicas de cada uno de ellos para así dar una imagen de control y de interés por salir de esta situación. Coincidimos con González (1998: 191) en pensar que el tratamiento que se le va a dar a la comunicación en situaciones de crisis está ligado a la cultura comunicacional que la empresa posea, y concretamente, al grado de prevención, planificación y gestión que ésta promulgue. Este hecho permitirá a la empresa, ante una crisis, minimizar los efectos negativos que se pudieran producir y salir de ella en mejores condiciones que aquellas que no tengan en cuenta todos estos valores.

2. Investigación En esta investigación pretendemos averiguar si una decisión empresarial, como es el caso del cierre de Fontaneda, por parte de la compañía UB, puede derivar en crisis dependiendo del nivel de gravedad que los públicos implicados otorgan a la misma, al estar situados en su ámbito de influencia. Para llevar a cabo la investigación, se realiza un estudio hemerográfico sobre la crisis de Fontaneda, siendo tres lo diarios analizados, el Pais, el Mundo y el Norte de Castilla. La elección de los dos periódicos nacionales, el Pais y el Mundo, viene avalada por ser los dos soportes de prensa general con mayor números de lectores, y el Norte de Castilla, por ser el diario regional más leído en la comunidad de Castilla y iii iv León, según datos del EGM . El estudio comprende las noticias existentes sobre la crisis de Fontaneda, que aparecen en los diarios citados entre el 4 de abril de 2002 hasta el 30 de enero de 2003. Las categorías de análisis establecidas han sido: a) públicos claves en la crisis, b) postura adoptada por cada uno de los públicos durante la crisis, c) mensajes lanzados por los públicos y recogidos por los medios de comunicación.

3. Resultados El análisis realizado nos permite dibujar el siguiente mapa de públicos de interés en la crisis de Fontaneda: (Ver tabla 2) Trabajadores, sindicatos, administración pública, comunidad local y medios de comunicación, reciben la noticia del cierre con gran crispación e incertidumbre. Por otro lado, los accionistas de UB, que temían que se les implicara en un asunto como éste, no acaban de otorgar toda la confianza necesaria a la decisión tomada de cerrar la fábrica por el director general, quien lleva en la dirección de la empresa menos de un año. Fontaneda es una de las marcas de galletas con más solera en España. Hace más de un siglo que se fabrican estas galletas y la factoría que la dirección de UB decide cerrar es la originaria y mítica fábrica de galletas Fontaneda, ubicada en Aguilar. Para la sociedad castellanoleonesa este asunto no sólo era una

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cuestión económica sino que también preocupaba el impacto que podía llegar a tener en la zona, si se producía el cierre, y por ende, el traslado masivo de trabajadores a otras fábricas de la compañía, situadas en otras comunidades autónomas. De los 7.000 habitantes aproximados censados en Aguilar de Campoo, podrían perder unos 1000 vecinos (entre trabajadores y familia). Los trabajadores y los vecinos de Aguilar protagonizaron durante los ocho meses que duró el conflicto numerosas movilizaciones y acciones reivindicativas bajo los slogans “No al Cierre de Aguilar” y “Fontaneda es de Aguilar”. Sindicatos y la Junta de Castilla y León se unieron, en un principio, a las protestas de los trabajadores, pero, al cabo de unos meses se desvincularon de la lucha por la permanencia de Fontaneda en Aguilar y centraron sus esfuerzos en salvar los puestos de trabajo y en asegurar la continuidad de la planta de producción. Varias personalidades políticas, entre ellas, el expresidente del Gobierno, Jose Mª Aznar y el actual presidente, Jose Luis Rodríguez Zapatero, se pronunciaron sobre el conflicto de Fontaneda, e incluso este último acudió, en más de una ocasión, al pueblo de Aguilar, a mostrar su apoyo a los trabajadores. Las trifulcas políticas también se dejaron ver en una crisis donde las fuerzas políticas mayoritarias tomaron partido: PSOE e IU se posicionaron claramente al lado de trabajadores y vecinos (El Alcalde de Aguilar y de Palencia son socialistas); y el PP, que gobernaba por aquel entonces en el Estado Español y en la Comunidad de Castilla y León (en esta última siguen gobernando), mantuvo una postura más cautelosa y prudente con el fin de buscar una solución que favoreciera tanto a trabajadores como a empresas implicadas en el conflicto. La relación que la empresa mantenía con los medios de comunicación, tanto regionales como nacionales, antes del inicio de la crisis era prácticamente nula. Este hecho provoca que la versión de la compañía ante el conflicto no se refleje tanto como quisiera en los medios de comunicación. Si hay un elemento que caracterizó a la crisis de Fontaneda fue, sin duda, la pormenorizada cobertura del suceso realizada por los medios de comunicación. El hecho clave que despertó el interés mediático fue la retención de los directivos por parte de los trabajadores, cuatro días después del anuncio del cierre de la fábrica. Desde primera hora de la mañana, prensa, radio y televisión acudieron a las puertas de la fábrica a cubrir la noticia. Los principales telediarios de cadenas nacionales emitían en directo lo que estaba sucediendo en Aguilar. Este acontecimiento también despertó el interés de medios de comunicación extranjeros, como fue el caso del New York Times, dedicando varias de sus páginas a narrar lo acontecido. En ningún momento, la empresa UB había contemplado que el conflicto pudiera escalar hasta esos niveles, ya que nunca en España se había dado el caso en el que un conflicto laboral que afectaba a 212 trabajadores hubiera tenido tanta trascendencia. Es más, mientras sucede el conflicto Fontaneda, otra empresa en Lleida había presentado un expediente de regulación de empleo que afectaba a un millar de empleados y no estaba teniendo el mismo tratamiento informativo. La televisión y la prensa nacional realizaron un acentuado seguimiento del conflicto, especialmente, durante el primer mes. Es el medio de prensa local y regional y el medio radio, tanto local como nacional, los que permitieron que el conflicto permaneciera vivo hasta que se firmaron los acuerdos entre todas las partes, alcanzándose así el punto de declive de la crisis en el octavo mes de su proceso. El popular periodista Luis del Olmo realizó un seguimiento diario del conflicto, implicándose de manera muy personal y convirtiéndose en la voz de un pueblo y de unos trabajadores que no querían que Fontaneda se marchara de Aguilar. Hubo muchos intentos de la compañía por utilizar a los medios de comunicación como canal para hacer llegar sus razonamientos a la opinión pública. No obstante, los propios medios de comunicación desestabilizaron, en numerosas ocasiones, a la empresa durante el conflicto. A esta desestabilización contribuyeron también las empresas competidoras con la creación de rumores y la filtración de información respecto a las negociaciones que se estaban llevando a cabo. A lo largo de la crisis, son dos las empresas competidoras que declaran públicamente su interés de hacerse con ella: Gullón y Grupo Siro. Ambas se disputan la compra de la factoría, que no de la marca, pues UB había dejado claro desde un principio que este activo no estaba en venta. Finalmente es el Grupo Siro quien acaba adquiriendo la fábrica. En la actualidad, la antigua fábrica de galletas de Fontaneda se denomina Horno de Galletas de Aguilar.

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4. Algunas consideraciones finales Toda organización empresarial puede verse afectada por un acontecimiento capaz de poner en riesgo su estabilidad, siendo susceptible de derivar en crisis y amenazando también al sector en el que se desenvuelve. La vida de muchas empresas multinacionales no sólo preocupa a sus propios gestores, ha pasado a formar parte de una dimensión mayor donde las decisiones y actuaciones de otros públicos que la conforman, y otros que coexisten en su entorno, pueden influir sobremanera en su cometido. Cualquier suceso que devenga en la empresa va a adquirir un protagonismo particular si además es recogido por los medios de comunicación, quienes convierten el asunto en noticia y la canalizan para hacerla llegar a la opinión pública. En el estudio del caso Fontaneda hemos podido comprobar como la decisión de una compañía puede acabar en crisis dependiendo de la reacción y conducta de sus públicos, al estar éstos situados en su ámbito de influencia. Lo que parecía ser uno de tantos cierres de empresa que se producen anualmente en nuestro país, finalmente se convirtió en un conflicto de gran trascendencia y calado público. Esto fue debido, en parte, al suceso de la retención de los directivos y a la respuesta visceral de un pueblo por la lucha de lo que consideraba parte de su identidad. Los medios de comunicación son uno de los públicos más relevantes en momentos de crisis. Es muy probable que un asunto acontecido en la empresa acabe derivando en crisis dependiendo del tratamiento y la repercusión mediática que ellos le otorgan. En el caso Fontaneda, los medios de comunicación hicieron una cobertura pormenorizada del conflicto. Damos por supuesto que la duración de la crisis de Fontaneda dependió, en gran medida, de la evolución de los acuerdos en la mesa de negociación, en la que intervinieron todas las partes afectadas y sabemos que hasta que no hubo consenso no se puso fin a la crisis. Pero, consideramos que la continuada cobertura que hicieron los medios de comunicación ayudó a mantener el caso de Fontaneda en el candelero los ocho meses que duró el conflicto, circunstancia que los públicos implicados en la crisis supieron utilizar en beneficio de sus propios intereses.

Notas UB es uno de los principales fabricantes de galletas y aperitivos en el mercado europeo. En el año 2000, UB adquiere Nabisco y pasa a formar parte del holding Finalream. Nabisco había adquirido la marca Fontaneda, en 1996. Por aquel entonces la multinacional también se había hecho con otras marcas como Artiach, Marbú, Royal, Apis y Fruco. (CCOO, 2004: 20). 1

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El concepto de stakeholder es una aportación de Edward Freeman. Su teoría se encuentra relatada en la obra, Strategic Management: a stakeholder Approach. 3

EGM (Ranking de Medios impresos 2ª y 3ª ola 2006).

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En total se analiza el contenido de 164 noticias (21 noticias de el Pais, 23 noticias de el Mundo, 120 noticias de el Norte de Castilla).

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Tabla 1 Fuente: Del pulgar (1999, 136)

Público

Preocupa

Accionistas Empleados Clientes Competencia Vecinos Com. Financiera

Inversión Seguridad laboral. Daños. Producto. Reputación de la industria. Salud. Efecto dominó.

Tabla 2

Medios de comunicación

Empresa UB (accionistas)

CRISIS DE FONTANEDA

Competencia (empresas compradoras) FONTANEDA Administración Fuente: elaboración propiaPública

Trabajadores (Comité de empresa) Sindicatos regionales

Pueblo de Aguilar

Ana Mª Enrique Jiménez

Doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona Personal investigador en formación del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad. Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelona. España. Anamaria.enrique@uab.es

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Facultad de Ciencias de la Comunicación. Edificio I. Campus UAB. 08193. Bellaterra. Barcelona. TF (0034) 935812788 Publicaciones ENRIQUE, A., MADROÑERO, G. MORALES, F. y SOLER, P. (2008) La planificación de la comunicación empresarial. Servei de publicacions, Universitat Autònoma de Barcelona. ENRIQUE, A. M. y MORALES (2008) Estudio de la comunicación de crisis como un instrumento gestor de prevención en las empresas. Revista Tercer milenio, nº 15 , 28-37. MORALES, F. y ENRIQUE, A. M. (2007) La figura del Dircom. Su importancia en el modelo de comunicación integral. Revista Anàlisi, nº 35, 83-93. ENTENZA, A., MARTÍNEZ, J. y ENRIQUE, A.M. (2006) Aprender creatividad gráfica en el entorno ECTS. Revista Trípodos, 125-134.

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UB es uno de los principales fabricantes de galletas y aperitivos en el mercado europeo. En el año 2000, UB adquiere Nabisco y pasa a formar parte del holding Finalream. Nabisco había adquirido la marca Fontaneda, en 1996. Por aquel entonces la multinacional también se había hecho con otras marcas como Artiach, Marbú, Royal, Apis y Fruco. (CCOO, 2004: 20). ii

El concepto de stakeholder es una aportación de Edward Freeman. Su teoría se encuentra relatada en la obra, Strategic Management: a stakeholder Approach. iii

EGM (Ranking de Medios impresos 2ª y 3ª ola 2006). En total se analiza el contenido de 164 noticias (21 noticias de el Pais, 23 noticias de el Mundo, 120 noticias de el Norte de Castilla). iv

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Comunicación y desarrollo: aporte de las relaciones públicas en el desarrollo comunitario Vanessa Alejandra Rivera de la Fuente counselors@hotmail.com

Vanessa Alejandra Rivera de la Fuente. Relacionista Pública - Consultora en Comunicación Institucional y Desarrollo Local. Licenciada con distinción máxima en relaciones públicas del Instituto Profesional Santo Tomás de Chile. Postgrado© en Gerencia Social de la Universidad Nacional de San Marcos-CELA Perú. Ha desarrollado su carrera en Chile y el extranjero en: Comunicación institucional, proyectos sociales, comunicación social y educación para el desarrollo, docencia universitaria y capacitación ejecutiva. Ha participado como conferencista en varios seminarios y congresos relacionados con el tema del desarrollo social y organizacional. Es miembro de la Asociación Latinoamericana de Investigación en Comunicación ALAIC. Su experiencia cubre instituciones como municipio, gobernación, servicios públicos y organizaciones del tercer sector en la elaboración, desarrollo, monitoreo y evaluación de proyectos sociales así como en comunicación corporativa, planeamiento estratégico, desarrollo organizacional y relaciones públicas.

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El mundo de hoy se caracteriza por la constante presencia de conflictos de diversa índole: Políticos, étnicos, sociales y culturales. Por efecto de la “Aldea global”, conflictos lejanos a nuestro entorno nos pueden afectar directamente. Este contexto de crisis, impone un desafío al sistema institucional y valórico de nuestros países ya que los conflictos, no sólo alteran el equilibrio de poder dentro y fuera de las fronteras sino que además repercuten sobre nuestra forma de vida. Ejemplo de esto son las migraciones causadas por guerras o inestabilidad económica en países del tercer mundo hacia países más industrializados, lo que obliga a los gobiernos de ambas naciones –la de origen y la de destino- a cambiar sus leyes, y re-ordenar prioridades de sus agendas. El tema del medio ambiente y el desarrollo sostenible no está ajeno a está realidad, y es un tópico recurrente en la agenda política, económica y noticiosa ya que los problemas ambientales, al igual que la información, tienen un carácter transfronterizo y aunque ocurran en un lugar específico afectan nuestra vida y porvenir en tanto agravan la crisis ya existente y producen cambios en el orden internacional. Sobre estas circunstancias, los gobiernos nacionales y locales tienen que establecer las bases para el desarrollo sustentable. El desarrollo sustentable ha sido definido por la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (CNUMAD) como “El desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. La comisión definió el concepto como un objetivo factible en todo el mundo, ya fuese a escala local, nacional, regional o internacional. Esto implica un equilibrio vital entre los intereses económicos, sociales y medioambientales a la hora de satisfacer nuestras necesidades para preservar la vida en el planeta, y dicho enfoque integrado se puede alcanzar uniendo inteligencia y talento. De acuerdo a CNUMAD, para conseguir este tipo de integración y equilibrio entre las dimensiones económica, social y medio ambiental, se necesitarían nuevas perspectivas de cómo producimos, cómo vivimos, como trabajamos, nos relacionamos y tomamos decisiones. Esto a su vez se logra con la participación informada y comprometida de los actores sociales. Uno de los logros más importantes del CNUMAD fue el Programa 21, un plan de acciones minucioso y amplio que exigía nuevas formas de invertir en nuestro futuro para poder alcanzar el desarrollo sostenible en el siglo 21. Este programa le otorga a la comunicación un papel importante en la generación de los cambios necesarios para avanzar hacia el desarrollo sostenible. La Declaración de Río, dice en el principio Nº10:“El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda…toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente…” Por su parte, la mencionada Agenda 21 en el apartado Nº40 “Información para la Toma de Decisiones”, señala que para la adecuada administración del desarrollo sostenible se requiere información precisa y reforzar los mecanismos de procesamiento e intercambio de datos. Este punto cobra importancia en relación al apartado Nº36 que recomienda un aumento de la conciencia ambiental del público en cuanto al medio ambiente y señala: “ todavía hay muy poca conciencia de la interrelación existente entre actividades humanas y el medio ambiente, debido a la insuficiencia o la inexactitud de la información..” . De esto se puede deducir que el rol de la comunicación, como ciencia, disciplina y proceso social, es informar adecuadamente, sensibilizar a la población y promover la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones sobre su propio destino ante la crisis ambiental global. Ahora bien, desde la elaboración del Programa 21 y la firma de la Declaración de Río las personas tienen acceso a mucha información sobre el medioambiente a través de los medios de comunicación, Internet, campañas de información municipales, etc., y cada uno de nosotros tiene una opinión más o menos clara sobre el tema. Estamos informados. Pero, ¿Basta sólo con informar? En mi opinión no basta. Mucha gente lee todos los días las noticias sobre contaminación y no se involucra. Muchos manejan información sobre daño ecológico pero no saben como usarla. No hay que confundir comunicación con información. Admitiendo que la comunicación implica la entrega de mensajes que contienen información, lo cierto es que lo sustancial de los procesos comunicativos, a diferencia de los informativos, es que la comunicación implica compartir o intercambiar significados con una determinada intención. Estos significados no sólo están asociados a la información

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sino que el proceso es mucho más complejo, ya que el contenido forma parte de un universo discursivo que considera las condiciones de producción, recepción y el contexto de circulación de los mensajes. Este proceso es lo que determina la percepción social, por ejemplo, de un riesgo ambiental. Obviamente, las noticias sobre la crisis medioambiental pueden constituir una importante herramienta en orden a entregar información de este tipo, pero dado su carácter masivo, no alcanzan a cubrir el objetivo de promover la participación y generar instancias de diálogo para la toma de decisiones. Le falta un aporte persuasivo, de acción directa, que ayude a crear vínculos y los oriente hacia un consenso en cuanto al desarrollo sostenible. Este importante aporte, lo entregan las Relaciones Públicas. Ante las crisis ambiental global y las consecuencias que acarrea, las relaciones públicas tienen un inmenso desafío en orden a dar una contribución efectiva en el diseño de estrategias de comunicación que incorporen la educación, la participación y el consenso acerca de cómo enfrentar el deterioro ambiental y sus consecuencias, sobre todo considerando que la crisis ambiental es global, pero demanda soluciones específicas a nivel local. Toda estrategia es un proceso social. Es decir, una estrategia es una propuesta de acción para involucrar a los diferentes actores de un proceso en la asunción de los papeles y responsabilidades que corresponden a cada quien, con tiempos y movimientos determinados para alcanzar las metas planteadas. Por lo mismo, una estrategia es por definición un proceso participativo con componentes de educación y comunicación. Ahora bien ¿a qué nivel resulta más eficaz realizar este trabajo? Como ya dijimos, “a problemas globales, soluciones locales”, por lo tanto, es el ámbito comunitario el espacio propicio para llevar a cabo las estrategias de comunicación que se requieren para involucrar a la comunidad en la definición de las bases del desarrollo sostenible. Las relaciones públicas marcan una diferencia complementaria con la comunicación social masiva, dada su cercanía y conocimiento específico de los públicos y la posibilidad de obtener un feedback más rápido y confiable. La intervención a nivel local nos da la oportunidad de conocer de forma más cerca de los distintos grupos que interactúan y se ven afectados por una situación dada, lo que permite a su vez una mejor sincronización de sus intereses. Relaciones Públicas Comunitarias Comunidad es un vocablo sociológico con muchos significados: ha sido equiparado con sociedad, categorías sociales o bien, en el sentido de distribución geográfica o étnica. Según Mac Iver y Page, el término se refiere a un área de la vida social caracterizada por un cierto grado de cohesión social. Las bases de este concepto son la localidad y el sentimiento de pertenencia. Lo que caracteriza a una comunidad, según los autores, es que la vida de una persona puede ser totalmente vivida dentro de ella. No se puede vivir enteramente dentro de una empresa o una iglesia; sí se puede vivir enteramente en una tribu o en una ciudad. El criterio básico de comunidad por tanto, está en que todas las relaciones sociales de alguien pueden ser encontradas dentro de ella. El concepto de relaciones públicas comunitarias se refiere al trabajo realizado con la comunidad, dentro de ella y en función de un consenso que incorpore sus propios intereses y formas de comunicación. Su objetivo es que las organizaciones y personas puedan llegar a actitudes y opiniones consensuadas, que permitan la acción conjunta en beneficio de todos. El Acuerdo de México sostiene que: “el ejercicio profesional de las relaciones públicas requiere de una acción planificada con apoyo sistemático de la investigación en comunicación y de la participación programada, para elevar el nivel de entendimiento, solidaridad y colaboración entre una entidad pública o privada y los grupos sociales a ella vinculados, en un proceso de integración de intereses legítimos, para promover su desarrollo y el de la comunidad donde se insertan”. Es un hecho que, en términos generales, las relaciones públicas son utilizadas más al servicio de las empresas en apoyo a objetivos económicos por razones y necesidades de supervivencia en el contexto de un sistema de mercado. Se puede decir también que toda esa labor en general está centrada en la preocupación de las empresas de relacionarse bien con la comunidad pues con eso mantienen o mejoran su buena imagen a la par que obtienen mayor lucro y aceptación de parte de ella.

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Hoy, frente a los cambios sociales, las empresas y organizaciones no buscan sólo una buena imagen sino que además se están preocupando de establecer vínculos permanentes de información y transparencia con la comunidad. Los tiempos cambiaron y la comunidad pasó a ser considerada una fuerza dinámica, constantemente en proceso de cambio, cada vez más organizada. Las instituciones saben que esta nueva fuerza, puede presionar fuertemente, incluso hasta arruinar sus objetivos, ocasionando profundas alteraciones sociales y destruyendo creencias antes tenidas por inmutables. Un ejemplo de ello son las organizaciones de consumidores o las instituciones de origen ciudadano que monitorean el comportamiento ético de las empresas o del poder político. Ante este enfrentamiento de fuerzas, el relacionista público debe participar como agente de integración, no sólo como promotor de la imagen o las buenas intenciones de la empresa. Debe ser capaz de encarar los problemas, necesidades y conflictos con sinceridad, proponiendo soluciones que no sólo beneficien la reputación de la organización sino que debe actuar como facilitador de un diálogo abierto y sin prejuicios entre la organización y sus públicos sobre sus objetivos y visiones, fomentando los acuerdos que permitan el desarrollo de todos los miembros de la comunidad. Las relaciones públicas, en tanto disciplina de la comunicación puesta al servicio de intereses comunitarios, no debe ser concebida como una actividad aislada, sino como parte de un proceso integral que junto a otras actividades impulsadas por otros entes sociales, contribuye al desarrollo local y al bien común. Sin embargo, este aporte no será realmente útil si el Relacionista Público no tiene un conocimiento cabal de las distintas fuerzas sociales que interactúan en el entorno y las particulares visiones que ellas tienen. Sin el conocimiento de las tendencias básicas, económicas y sociales de nuestros días, no podemos analizar, ni mucho menos anticipar, las implicancias de lo que ocurre a nuestro alrededor. La búsqueda de soluciones debe partir por analizar causas posibles para la situación que vivimos, desde el lugar donde ésta se sitúa y desde donde puede ser generado el cambio para lograr sinergia social. Los esfuerzos del relacionista público deben ser dirigidos en el sentido de una transformación de la óptica de esta actividad o sea, una tentativa de pensar a la comunidad organizada como agente de su propia comunicación, o bien de repensar sus modos de comunicación. Para ello, debe valorizar los canales utilizados por estos grupos en su interlocución con otros grupos sociales, conocer sus propios códigos y maneras de comprender y relacionarse con el entorno, haciendo de su trabajo un puente hacia la legitimación de sus discursos y evitando la imposición de argumentos de alguna de las partes. Así, las relaciones públicas pueden contribuir a cambiar el sentido del eje de comunicación y hacer este proceso más igualitario y participativo. Esto se trata, más que cualquier otra cosa, de valorizar a la persona humana, en un contexto sociocultural en el cual existe una marcada tendencia a la alienación, tendencia a la que no escapan las formas masivas de comunicación como la mediática o la publicitaria. Se trata de colocar al hombre como centro de toda actividad social, de adoptar a la persona humana como criterio principal de desarrollo y colaborar en la construcción de una nueva noción de ciudadanía permitiendo que aquellos que antes no se expresaban se desarrollen como actores sociales comunicantes, articulando para ello las visiones entre el individuo, sociedad civil, gobierno local y el estado, a fin de hacerlas compartidas.

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Somália Contributos para uma reflexão à luz dos novos meios Paulo Nuno Vicente pnvicente@gmail.com Paulo Nuno Vicente. É licenciado em Jornalismo pela Universidade de Coimbra, formado em Jornalismo e Religiões pela Universidade Católica de Lisboa e frequentou o curso de Língua e Cultura Árabe e Islâmica pela Universidade de Lisboa. Concluiu o Summer Institute in Digital Media (Online Journalism) pela Universidade UT Austin - Portugal. Autor de vários weblogs (Chão de Papel, Report on Safety, Synergias) dedicados ao estudo dos media e do jornalismo. Coordenador do loev project, iniciativa de desenvolvimento de comunidades interactivas (em fase de protótipo), apresentado no festival digital Future Places e candidato ao Prémio Zon Criatividade em Multimédia.

Resumo Na era do hipertexto, que razões comunicativas levam a que os conflitos contemporâneos no Corno de África não se estabeleçam como um ponto-chave na cultura de proximidade que os media informativos promovem junto do público? O reiterado estado de conflito na Somália – equívoco e prolongado – é um sinal de que a audiência civil para a temática da guerra está a desaparecer? Quais as perspectivas para as comunidades online locais e para a inteligência colectiva na visibilidade e resolução dos conflitos regionais e internacionais? Palavras-chave Corno de África, Somália, Jornalismo Online, Grassroot Communities, Spoilers

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1. Sobre a Somália 1.1. Colonialismo e Independência O estado de conflito na Somália não é de hoje. Particularmente, o histórico das conflitualidades transfronteiriças e das dissoluções estatais remete-nos para os finais do século XV da era comum, quando o sultanato de Adel, formado nove séculos antes, se desintegra para dar lugar a vários estados.

Entre 1875 e 1889, as grandes potências coloniais retalham entre si as principais zonas de influência: o Egipto ocupa cidades na costa somali, a França deita mão ao que haveria de ser o Djibouti, os britânicos anunciam um protectorado sobre a Somalilândia, a Itália faz o mesmo na região central da Somália. De tal forma que, incendiados os ânimos entre os Aliados e o Eixo, já em plena II Guerra Mundial no coração da Europa – respectivamente em 1940 e 1941 – os italianos ocupam a Somalilândia britânica e os britânicos invadem a Somalilândia italiana.

Terminado o conflito na Europa, a Somalilândia de influência italiana é rebaptizada para Somália, assumindo o direito à autonomia. Em 1960, as zonas de influência britânica e italiana tornam-se independentes, fundem-se e formam a República Unida da Somália. Aden Abdullah Osman Daar é eleito presidente.

A independência é o momento de libertação colonial e, simultaneamente, a caixa de Pandora para a tragédia nacional: desde logo, 1964 e 1977 marcam duas guerras sobre a região de Ogaden, parte da Etiópia, porém de maioria somali e islâmica.

Nas eleições presidenciais de 1967, Daar sai derrotado por Abdi Rashid Ali Shermarke. O mandato deste teria um fim violentamente antecipado: Shermarke é assassinado dois anos depois de tomar posse, altura em que Muhammad Siad Barre assume o poder através de um golpe de estado: declara a Somália um estado socialista e nacionaliza sectores-chave da economia.

Em 1974, a Somália junta-se à Liga Árabe. Nesse mesmo ano, uma seca severa provoca a fome generalizada junto da população.

Um ano depois de terem invadido a região de Odagen, em 1977, as forças somalis são expulsas da Etiópia com o auxílio de conselheiros soviéticos e de militares cubanos. 1.2. Desintegração nacional Em 1981, a oposição à presidência de Barre começa a fazer sentir-se, sobretudo depois dos clãs Mijertyn e Issaq serem afastados do governo, substituídos por membros do clã Marechan, a que pertence o próprio presidente.

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Só em 1988 chega o acordo de paz com a Etiópia. Porém, três anos depois, em 1991, a guerra civil estala entre clãs rivais: Mohamed Siad barre é afastado e a luta pelo poder instala-se entre os clãs liderados por Mohamed Farah Aideed e Ali Mahdi Mohamed. Os violentos confrontos provocam milhares de vítimas mortais e de feridos.

O antigo protectorado britânico da Somalilândia declara unilateralmente a independência. Em 1992, Marines norte-americanos são enviados para Mogadíscio ainda antes de uma força de manutenção de paz das Nações Unidas. A missão seria a de restaurar a ordem e garantir a segurança dos recursos de emergência.

Um ano mais tarde dá-se o confronto que o cinema haveria de cristalizar no filme “Black Hawk Down”: rangers do exército norte-americano são mortos depois de as milícias somalis abaterem dois helicópteros que sobrevoavam a capital. Centenas de somalis morrem nos combates. A missão norte-americana termina formalmente em Março de 1994; um ano depois, saem igualmente da Somália as forças de manutenção da paz das Nações Unidas.

Em 1996, a Somália entra num novo capítulo de violência: Muhammad Aideed morre e a sucessão cabe ao seu filho Hussein. Dois anos mais tarde, a região de Puntland declara a autonomia. Em 2000, os líderes dos clãs reúnem-se no Djibouti e elegem Abdulkassim Salat Hassan como novo presidente da Somália. Em Outubro desse ano é anunciado o novo governo – liderado por Ali Khalif Gelayadh – o primeiro desde 1991. Porém, a instabilidade ameaça regressar: em Abril do ano seguinte, forças somalis apoiadas pela Etiópia anunciam a intenção de formar, dentro de seis meses, um governo nacional que sirva de oposição à actual administração. 1.3. Avanço islamista O tempo avançaria até Agosto de 2004. Pela décima quarta vez desde 1991 um novo governo de transição é apontado. Abdullahi Yusuf, senhor da guerra e aliado de longa data da Etiópia, torna-se no presidente interino da Somália e faz de Baidoa a sua base.

Nesse ano, os astros provocariam um gigantesco dano ao país, com os efeitos do Tsunami asiático a atingirem a costa somali e a ilha de Hafun: são reportadas centenas de vítimas mortais, milhares de pessoas ficam sem ter onde viver.

No campo político, o primeiro-ministro Ali Mohammed Ghedi sobrevive a uma tentativa de assassinato. Entre Março e Maio de 2006, de novo em Mogadíscio, combates entre milícias rivais provocam uma nova vaga de vítimas.

Em Junho de 2006, a União dos Tribunais Islâmicos (UIC, na sigla anglo-saxónica) toma o controlo da capital somali, Mogadíscio, e avançam para sul na tentativa de conquistarem território. A 20 de Julho, uma

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coluna de camiões e carros blindados etíopes entra em território somali. A Etiópia admite apenas estar a fornecer treino militar como forma de apoio ao governo interino de Abdullahi Yusuf. Um dia depois, a liderança somali do Tribunal islâmico decreta uma “guerra santa” contra os etíopes que entraram na Somália.

A 18 de Setembro, é divulgado que o Presidente Abdullahi Yusuf acaba de sobreviver a uma tentativa de assassinato: fica registado como o primeiro ataque com recurso a bombistas suicidas.

Passado pouco mais de um mês, Meles Zenawi, primeiro-ministro da Etiópia, anuncia que o país está “tecnicamente em guerra” contra os Tribunais Islâmicos. Como resposta, a UIC alega que forças etíopes bombardeiam a cidade de Bandiradley, no Norte, monta uma emboscada a uma coluna militar etíope nas proximidades de Baidoa e anuncia que terão morrido 20 combatentes inimigos nessa operação. As Nações Unidas apresentam novos dados: como fuga à seca e à fome, à imposição impiedosa da lei islâmica e à possibilidade de um novo conflito, entre Janeiro e Outubro de 2006, cerca de 35 mil somalis refugiaram-se no vizinho Quénia.

A 30 de Novembro, o Parlamento etíope aprova uma resolução que autoriza o Governo de Zenawi a tomar todas as medidas necessárias contra uma “invasão da UIC”.

O último mês de 2006 fica marcado por um ultimato: os Tribunais Islâmicos dão às tropas etíopes uma semana para abandonarem o país, caso contrário será lançado um “ataque de peso”.

A 24 de Dezembro, o Governo etíope admite pela primeira vez que tem militares a combater na Somália. O executivo diz tratar-se de uma operação de “auto-defesa” contra as milícias islâmicas. No dia seguinte, a aviação etíope bombardeia o aeroporto de Mogadíscio e, passados três dias, forças governamentais somalis apoiadas pela Etiópia capturam a capital.

A 23 de Janeiro de 2007, Mogadíscio assiste à cerimónia que assinala o início da retirada etíope. É anunciada como um processo a três fases. Nesse dia são vistos 200 militares a abandonarem o seu último bastião, a cidade costeira de Kismayo. Pela primeira vez desde 2004, o Presidente Abdulahhi Yusuf entra em Mogadíscio.

1.4. Contra-terrorismo e Pirataria Já em Janeiro de 2007, os Estados Unidos lançam uma série de ataques aéreos no sul da Somália. A ofensiva é justificada com o combate lançado a figuras-chave da al-Qaeda: esta intervenção norteamericana, a primeira desde 1993, é apoiada pelo Presidente Yusuf. O ataque provoca um número indeterminado de vítimas civis. O governo interino impõe por três meses o estado de emergência. Em Fevereiro, o Conselho de Segurança das Nações Unidas autoriza o envio para a Somália de uma missão de meio ano composta por militares da União Africana. Essa força aterra em Mogadíscio um mês

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depois, em pleno momento de confronto entre insurgentes e forças governamentais apoiadas por tropas etíopes. Nessa altura, a Cruz Vermelha Internacional anuncia tratarem-se dos piores combates desde há 15 anos.

Se entre Janeiro e Outubro de 2006, cerca de 35 mil somalis tinham já fugido para o vizinho Quénia, em Abril de 2007, o número total de refugiados pelas Nações Unidas alcança os 320 mil. Não são apenas os combates a agravar a situação, mas o ressurgimento da pirataria marítima ameaça o fornecimento de alimentos.

Em Junho, um vaso de guerra norte-americano bombardeia, em Puntland, alvos suspeitos de pertencerem à al-Qaeda. Nesse mesmo mês, é a vez de o primeiro-ministro Ghedi sobreviver a um ataque suicida. Em Julho, é aberta na capital somali uma conferência de reconciliação nacional: os líderes islamitas não aderem às conversações; ao local da conferência é atacado com tiros de morteiro.

Com a situação a agravar-se, a organização não-governamental Human Rights Watch acusa as forças somalis, etíopes e os rebeldes islamistas de serem responsáveis por crimes de guerra e insurge-se contra a indiferença do Conselho de Segurança das Nações Unidas.

Em Setembro de 2007, vários grupos da oposição formam uma nova aliança. No mês seguinte, forças etíopes disparam sobre manifestantes que em Mogadíscio protestam contra a presença militar da Etiópia em território somali. O mês de Outubro fica marcado pela resignação do primeiro-ministro Ali Mohammed Ghedi. Viria a ser substituído por Nur Hassan Hussein.

Em Novembro, o governo ordena o encerramento das rádios Shabelle, Simba e Banadir. Neste mesmo mês, o enviado especial das Nações Unidas, Ahmedou Ould-Abdallah, descreve a situação humanitária da Somália como sendo actualmente a pior crise no continente africano: o número de refugiados ultrapassa um milhão de pessoas.

Já em Março de 2008, forças militares norte-americanas bombardeiam a cidade de Dhoble, visando atingir um membro da al-Qaeda alegadamente responsável pelo ataque, seis anos antes, a um hotel israelita no Quénia.

Depois de uma série de sequestros, a União Europeia lança, em Abril, um apelo internacional ao combate à pirataria na costa somali. O apelo é seguido, meses depois, por um voto unânime no Conselho de Segurança da ONU que autoriza o envio internacional de vasos de guerra para águas territoriais somalis como forma de combater a pirataria marítima.

No campo do contra-terrorismo, a força aérea americana elimina Aden Hashi Ayro, líder do al-Shabaab, um dos grupos islamistas insurgentes. Do outro lado da fronteira, o primeiro-ministro etíope anuncia que vai manter tropas na Somália até que os “jihadistas sejam derrotados”.

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Em Junho, o governo assina com a Aliança para a Re-Libertação da Somália (oposição) um acordo de cessar-fogo válido por três meses. O acordo, que estabelece a retirada de forças etíopes dentro de 120 dias, é rejeitado por Hassan Dahir Aweys. O líder da União dos Tribunais Islâmicos garante que a UTC não vai parar os combates até que todos os militares estrangeiros abandonem o país.

Um mês mais tarde, o director do Programa de Desenvolvimento das Nações Unidas para a Somália, Osman Ali Ahmed, é assassinado em Mogadíscio.

Em Outubro deste ano, um relatório da Chatham House confirma que a pirataria em águas somalis, além de ameaçar o comércio global e a preservação ambiental do Golfo de Aden, está a financiar os conflitos locais: se durante todo o ano de 2003 se tinham sido registado 17 ataques, até 25 de Setembro de 2008, esse número tinha já ultrapassado os 60, tendo duplicado comparativamente ao ano anterior. 2. O panorama mediático O relatório anual (2008) da organização não-governamental Repórteres Sem Fronteiras faz a síntese ao cenário mediático somali: apesar de uma imprensa robusta, ou precisamente por esse mesmo motivo, a Somália é o país mais mortífero para os jornalistas.

Em 2008, os profissionais da informação foram alvos de assassinos contratados e da intolerância do governo de transição.

Na extensa lista de violações do direito universal à informação, pesam as mortes de Ali Mohammed Omar (rádio Warsan, Baidoa), Mohammed Abdullahi Khalif (rádio Voice of Peace, Galkayo), Abshir Ali Gabre e Ahmed Hassan Mahad (rádio Jowhar), Mahad Ahmed Elmi (rádio Capital Voice, Mogadíscio), Ali Iman Sharmarke (rádio HornAfrik), Abdulkadir Mahad Moallim Kaskey (rádio Banadir) e Bashir Nur Gedi (rádio Shabelle, Mogadíscio), este último, assassinado à porta de sua casa em frente da mulher e dos filhos.

O relatório anual (2007) do Sindicato Nacional dos Jornalistas da Somália (NUSOJ) regista o “clima de medo e intimidação” em que sobrevivem os 300 jornalistas nacionais oficialmente registados pela organização, dos quais pelo menos 240 sindicalizados, deixando claro que os profissionais da informação “se tornaram vítimas dos conflitos e da insegurança crescentes que se abateram como uma praga sobre a Somália nos últimos 17 anos”.

Existe ou não uma responsabilidade mediática inerente – uma ética íntima e internacional – que impede, na esfera do jornalismo, que a anarquia reinante e o ataque arbitrário aos mais básicos direitos humanos sejam remetidos à mais profunda espiral do silêncio?

Tal como questiona Carruthers (2008) deixaremos todos nós de querer olhar? Estará a audiência da guerra a desaparecer? E o que representará esse processo empírico e gnoseológico na construção de um espaço

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público democrático e na uma participação cívica dos cidadãos, dos jornalistas e das empresas de comunicação? Para a vida da Somália, que implicações tem tido essa aversão colectiva a inspeccionar a guerra e as suas consequências?

Nada é tão facilitador de entendimentos equívocos quanto o próprio silêncio. Estará o pulsar das sociedades liberais do Ocidente cada vez mais couraçado quanto à absorção crítica de realidades culturalmente tidas como dissonantes?

No caso dos conflitos na Somália – à semelhança do Iraque e do Afeganistão, do Chade e do Sudão, da Tchetchénia e de Cabinda – não será essa aparente dormência do espectador enormemente devedora da míngua de relatos e coberturas noticiosas?

Entramos aí por outra porta da discussão: a cobertura da realidade somali confronta os media internacionais com um desafio altamente letal; os riscos humanos são pesados, os encargos financeiros exigem-se razoavelmente altos por meio a garantir a segurança mínima aos enviados especiais.

Na balança dos valores-notícia e da máquina de tempo informativa de Londres, Paris, Berlim, Madrid, Lisboa, Washington e Nova Iorque quanto pesa um ataque pirata no longínquo Golfo de Aden quando justaposto ao esboçar de um colapso financeiro da banca internacional? 3. Novos meios, novas oportunidades Assumindo que as comunidades de conhecimento – os grupos de interesse – são o ponto fulcral de qualquer processo de convergência – política, cultural, económica, tecnológica – e considerando o cenário mediático somali, devemos interrogar-nos sobre o potencial desafiador representado pelos novos meios digitais numa situação de conflito e pós-conflito.

Que ímpeto pode ser emprestado ao fluxo de informação sobre a actualidade somali se perspectivarmos a activação de comunidades online enraizadas no local, as denominadas grassroot communities?

Se considerarmos que, no momento em que “os membros da comunidade ficam online, as diferenças entre zonas temporais e geográficas se esbatem” (Jenkins, 2008), qual o peso dos weblogs e das redes participativas neste processo?

Eis a janela de oportunidade para lançarmos um quadro de hipóteses sobre a nossa auto-promovida sociedade em rede e as reais dependências entre os universos comunicativos, as relações de poder e os distintos contextos tecnológicos.

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Pelo canto do olho das democracias liberais, tornou-se reiteradamente defensável que o espaço mediático é por excelência a arena onde se decidem as relações de poder (Castells, 2007). E quando esse espaço mediático é forçado ao sufoco?

Não deixará de ser representativo notar: os cálculos quantitativos do Technorati – um dos principais motores de busca para weblogs, cuja função é “coligir, organizar e distribuir as conversações online à escala global” – mostram que o termo “somália”, nos últimos 180 dias, foi utilizado pelos webloggers de língua portuguesa mais representativos (designação “some authority”) nunca mais do que uma vez por dia; no caso dos webloggers de língua inglesa, o dia mais forte rondou os 120 posts, no caso francófono, 18 posts, os germânicos, 13 posts.

À escala global, estaremos longe de ter a geopolítica somali como tema cimeiro das redes informais de informação. Casos de vaga excepção são representados por páginas informativas como a Harowo.com, que acompanha a actualidade do Corno de África nas línguas somali e inglesa, à semelhança do que acontece com o projecto Tv Somaliland Europe (sem vídeo online), o Qaran News e o Somaliland Times, um jornal online semanal editado em inglês e publicado pela Haatuf Media Network Hargeysa, uma organização com sede na Irlanda e na Bélgica dedicada à protecção dos defensores dos direitos humanos.

Além das habituais notícias, o Somaliland Times recorre a vídeos do You Tube como forma de complementar visualmente a cobertura informativa dos temas relacionados com a Somália. A tendência de recorrer a conteúdos gerados por comunidades externas representa, aliás, um capital comunicativo ainda pouco potenciado por estes projectos, exceptuando o desempenho da Awdal News Network e do website Somaliland.org.

Este último explicita exemplarmente o potencial descentralizador das comunidades online, ao assumir que foi criado por cidadãos da Somalilândia que “sentiam a necessidade de trazer à luz informação alargada e politicamente descomprometida” tendo em vista “uma imagem real sobre o país”.

O Somaliland.org desenvolve uma extensa actividade informativa, complementada com um vasto leque de textos de análise e opinião. Simultaneamente, retransmite na Internet a emissão da rádio Horyaal Isniin.

Espaços pessoais como o La Mia Somalia, página mantida até Agosto do presente ano pelo jornalista italiano Pino Scaccia, o Somali Comment, findo em 2005, o Greetings from Mogadishu, também ele interrompido em Fevereiro deste ano, o AllBoon.com, o Hiildan Express, o Samotalis, o Somalifans.net, o Gargaar, o Islaamdoon e o fórum para a diáspora somali The Voice of Somaliland Diaspora, mantido por Ahmed Quick, representam uma nova vaga de spoilers para a escassa liberdade de imprensa no país: “estraga-prazeres” para os interesses instituídos que a par de ferramentas colaborativas como o Somalitube.com se revestem claramente de um enorme potencial na comunicação multimédia da situação de crise que atinge reiteradamente o país e a região.

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Conclusões O crónico pendor para o militarismo, para a estruturação social de clãs e das suas redes de influência, a par da fusão de identidades com recurso à violência armada, não deve por si só anular as perspectivas de paz para a região do Corno de África (Somália, Etiópia, Eritreia, Djibouti, Quénia).

Na arena mediática, apesar das duras imposições colocadas pela insegurança e pela veia instrumentalista dos actores políticos, resulta claro que o jornalismo online e os projectos electrónicos assentes em comunidades de base informal – as grassroot communities – representam uma enorme auto-estrada comunicacional a ser percorrida na construção de renovados esquemas de poder e contrapoder, tendo em vista a mudança social para uma sociedade pacificada.

Nunca como hoje foram tão extensas as oportunidades de interacção internacional – a hipertextualidade modal (Castells, 2007). Essa evidência representa, no plano ético dos media, uma responsabilidade acrescida na comunicação do outro: necessariamente, um estado de constante atenção, crítica e de renovadas sinergias.

Há muito que terminaram os conflitos mundiais com intervalos de décadas. Jornalistas, militares, diplomatas e sociedade civil são ferozmente confrontados com a erupção de conflitos regionais em zonas do globo das quais nunca ouviram falar até ao instante-problema: quando percebem que a notícia está por todo lado e também eles vão de ter de redigir e pôr no ar o mesmo tipo de conteúdo.

Além disso, esses conflitos – veja-se o Afeganistão, o Iraque, o Darfur, os Balcãs, entre tantos – tendem a não ter uma resolução inequívoca: prolongam-se anos a fios, têm pontos altos e baixos no alinhamento das agendas informativas, apresentam-se irresolúveis.

A apropriação social – casa a casa, bairro a bairro, cidade a cidade, em suma, rede a rede – da matéria que constitui os fluxos transnacionais de ideias está agora incrivelmente facilitada. Essa metamorfose comunicacional, de que temos ainda uma muito escassa compreensão enquanto fenómeno de transformação histórica, torna possível novas alternativas aos conglomerados mediáticos: novos modelos de organização informativa, novos objectivos para a actividade jornalística, novas agendas, novas perspectivas sobre a resolução de conflitos.

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Bibliografia Livros

Bunker, R.J. (2003). Non-state threats and future wars. Londres: Routledge.

Curran, J. & Gurevitch, M. (2000). Mass media and society. Oxford university Press.

Jenkins, H. (2008). Convergence Culture. Where old and new media collide. New York University Press. Artigos

Cardoso, G. (2008). From mass to networked communication: communicational models and the informational society. In International Journal of Communication, Vol. 2.

Carruthers, S. (2008). No one's looking: the disappearing audience for war. In Media, War & Conflict, Sage Publications.

Castells, M. (2007). Communication, Power and Count-power in the Network Society. In International Journal of Communication, Vol. 1.

Internet África News Somalia: «http://www.africanews.com/site/page/somalia». AllBoon.com: «http://allboon.com/». Awdal News Network: «http://www.awdalnews.com/». Comité Internacional da Cruz Vermelha: «http://www.icrc.org/Web/Eng/siteeng0.nsf/htmlall/somalia?opendocument&link=home». EIN News: «http://www.einnews.com/somalia/newsfeed-somalia-media». Gargaar: «http://www.gargaar.com/. Greetings from Mogadishu: «http://avrahamshanshi.blogspot.com/». Harowo.com: «http://harowo.com/». Hiildan Express: «http://hiildan.org/». Horn Afrik Media Online: «http://www.hornafrik.com/». Human Rights Watch: «http://www.hrw.org/doc?t=africa&c=Somali». Islaamdoon: «http://islaamdoon.blogspot.com/». International Federation of Journalists: «http://africa.ifj.org/en». La Mia Somalia: «http://somaliamia.blogspot.com/». National Union of Somali Journalists: «http://www.nusoj.org/». Qaran News: «http://www.qarannews.com». Radio Shabelle: «http://www.shabelle.net/». Rádio Warsan: «http://www.radiowarsan.com/index.php». RSF

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Somalitube.com: «http://www.somalitube.com/». The Voice of Somaliland Diaspora: «http://www.waridaad.blogspot.com/». Tv Somaliland Europe: «http://www.tvsomalilandeurope.net/». US State Department: «http://www.state.gov/p/af/ci/so/».

Nota biográfica Paulo Nuno Vicente pnvicente@gmail.com É licenciado em Jornalismo pela Universidade de Coimbra, formado em Jornalismo e Religiões pela Universidade Católica de Lisboa e frequentou o curso de Língua e Cultura Árabe e Islâmica pela Universidade de Lisboa. Concluiu o Summer Institute in Digital Media (Online Journalism) pela Universidade UT Austin - Portugal. Autor de vários weblogs (Chão de Papel, Report on Safety, Synergias) dedicados ao estudo dos media e do jornalismo. Coordenador do loev project, iniciativa de desenvolvimento de comunidades interactivas (em fase de protótipo), apresentado no festival digital Future Places e candidato ao Prémio Zon Criatividade em Multimédia. Em 2004, coproduziu o projecto de reportagem fotográfica A Caminho da Lusofonia. Jornalista da Antena 1 desde 2005. Entre os principais trabalhos destacam-se reportagens na Guiné-Bissau, S. Tomé e Príncipe, Ceuta e Melilla, Líbano, Bósnia, Israel, Cisjordânia, Chade e República Centro Africana. Prepara actualmente um documentário sobre Cabo Verde e Guiné-Bissau para a Associação para a Cooperação entre os Povos (ACEP). Membro da War and Media Network e da International Journalists Network.

Abstracts Na era do hipertexto, que razões comunicativas levam a que os conflitos contemporâneos no Corno de África não se estabeleçam como um ponto-chave na cultura de proximidade que os media informativos promovem junto do público? O reiterado estado de conflito na Somália – equívoco e prolongado – é um sinal de que a audiência civil para a temática da guerra está a desaparecer? Quais as perspectivas para as comunidades online locais e para a inteligência colectiva na visibilidade e resolução dos conflitos regionais e internacionais?

In the hypertext era, which communicational reasons hind contemporary conflicts in the Horn of Africa of being a key point in the media proximity culture? Is the reiterated conflict in Somalia a sign that civil audiences for war are disappearing? What perspectives can be launched about online grassroot communities and collective intelligence in the resolution of regional and international conflicts?

¿En la era del hipertexto, que razones comunicativas no permiten al conflicto en el cuerno de África de ser un punto clave en la cultura de la proximidad de los medios? ¿Es el conflicto reiterado en Somalia una

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muestra que están desapareciendo las audiencias civiles para la guerra? ¿Qué perspectivas se pueden poner en marcha sobre comunidades en línea y la inteligencia colectiva en la resolución de conflicto regionales y internationales?

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Tratamiento informativo de los principios básicos organizacionales de Venezuela realizado por los canales de televisión públicos y privados. Anny Paz; Silvia Romero; Bladimir Díaz Luis Rodolfo Rojas y Marlyn Vargas(3) Anny Paz y Silvia Romero. Profesores de la Universidad del Zulia. Miembros del Programa de Promoción al Investigador (PPI), adscritos al Centro de Investigación de la Comunicación y la Información (CICI). Luis Rodolfo Rojas. Doctor en Ciencias de la Comunicación, PPI-3, Profesor Emérito de LUZ, Investigador del Centro de Investigación de la Comunicación y la Información, CICI, Universidad del Zulia. Bladimir Díaz y Marlyn Vargas. Doctorando del Programa de Ciencias Humanas de la Facultad de Humanidades de LUZ. Miembro del Programa de Promoción al Investigador (PPI), adscrita al Centro de Investigación de la Comunicación y la Información (CICI).

Resumen La presente investigación se centra en el establecimiento del tratamiento informativo de los principios básicos organizacionales de Venezuela realizado por los canales de televisión públicos y privados. Teóricamente se centra en los postulados de Scheinsohn (1993), Gómez (2000), Ramírez (2004), y, Rojas y Arapé (1999). La metodología es de tipo cualitativa, basada en un análisis de contenido videográfico de los programas de opinión e información de los canales televisivos. Se concluye que la televisión pública refleja las políticas comunicacionales e informativas del Estado, cuya línea divisoria con el Gobierno, en Venezuela no es muy notoria. La televisión privada hace oposición abierta a éstas a través del tratamiento informativo con connotaciones negativas. Palabras clave Principios básicos organizacionales. Televisión pública y privada. Venezuela.

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INTRODUCCIÓN La comunicación es el gen principal de la sociedad (Acurero, 2004), y la información, y los medios que nos la acercan, envuelven todos los aspectos de nuestras vidas personales y determinan el espacio público de nuestras sociedades (Trejo, 2002). Para Gómez (2000) este poderío de los medios se debe a un abandono de poder político, económico o privado que “el medio asume porque hay un vacío”, en el que se destaca la ineficacia del Estado para controlar y garantizar el flujo de información necesario para que los ciudadanos asuman la misión, visión, valores, políticas y objetivos estatales como propios. La identidad de país es en esencia comunicación. Consiste en la información que ofrece una organización sobre sí misma por medio de sus principios básicos organizacionales, el comportamiento, la comunicación, y el simbolismo, que son sus formas de expresión (Van Riel, 1998). En el campo de la comunicación corporativa, se entienden como parte de los atributos de la identidad, los principios básicos organizacionales (PBO), representados por la misión, visión, valores, objetivos y políticas comunicacionales (Costa, 2000), que representan la filosofía organizacional, en este caso del país. A través de la comunicación se moldea y coordina cada uno de los atributos de la identidad y, por tanto, de los principios básicos organizacionales, que requiere de planificación, coordinación y evaluación para garantizar que los mensajes que se transmiten sean los que el receptor capte, procese y proyecte (Ramírez, 2004). De esta manera la promoción a través de la televisión es determinante para la consolidación de una identidad de país coherente con los intereses de país y sólida, pues como lo apunta Trejo (2002), “las visiones parciales de la realidad que suelen propagar los medios de mayor cobertura llegan a distorsionar y enmascarar los rezagos e insuficiencias de nuestros países”. El Estado y los gobiernos son los responsables del diseño y emisión de la identidad, sin embargo, los medios públicos y privados y, en especial la televisión como el de mayor confianza, credibilidad y receptividad (Bisbal, 2005), juegan un papel determinante en el proceso de comunicación, por lo tanto, la política comunicacional gubernamental debe contener lineamientos estratégicamente diseñados para incorporar a los medios en el proceso de difusión y promoción de los elementos de la identidad del país El estudio se ubica en los de tipo descriptivo (Hernández, et al 2000) con un enfoque cualitativo, que como lo expresa Martínez (2002), le da la importancia que tiene el contexto y apela a la representación numérica de los datos que posteriormente se someterán al análisis. Para esto se aplicaron varios instrumentos de recolección de datos, un análisis de contenido videográfico. Específicamente se constató la emisión de los principios básicos organizacionales (PBO) del país que incluyen la misión, visión, valores, objetivos, estrategias y políticas comunicacionales, y se estableció el tratamiento informativo que los canales de televisión públicos y privados le dan a los principios básicos organizacionales del país. La muestra estuvo integrada por un canal público, como representante del Estado (VTV), y dos canales privados (RCTV y Globovisión). La programación analizada fue los noticieros y programas de opinión. Las técnicas de recolección de la información permitieron hacer el cruce de los datos obtenidos, de manera que estos contribuyeron al análisis de los resultados, basado en la técnica de la triangulación (Martínez, 2002). Los vértices de la triangulación están representados por los objetivos, los hallazgos y la teoría. .

ASPECTOS TEÓRICOS

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Los Principios Básicos Organizacionales como fundamento de la Identidad de País En las sociedades en general y en los individuos, de manera particular, existen una serie de principios y valores superiores que están presentes y enraizados en la multiplicidad de campos de desarrollo de la vida. Estos son los que guían la dinámica de los hombres individualmente y de la sociedad (Serna, 2000). Se erigen como principios básicos organizacionales. Los principios básicos organizacionales (P.B.O) son un componente fundamental de la identidad, pues según Ramírez (2004) son la base y la sustancia de las organizaciones. Ramírez dice que estos no pueden ubicarse ad hoc a la identidad sino que conforman el germen o cimiento de la misma y es el componente sobre el cual se erigen el comportamiento, la comunicación y el simbolismo. Son principios por su “calidad de elementos iniciales” y básicos, porque “sobre ellos se erige el edificio organizacional”. Constituyen la esencia de la personalidad de la organización (país/nación) que se expresa a través de la filosofía. Se puede decir entonces que los principios básicos organizacionales forman parte de las manifestaciones conceptual-simbólicas de la organización, éstas son todas las maneras con las que se pretende explicar objetiva o subjetivamente al hombre, al mundo, a lo suprasensible y a las relaciones que se generan entre ellos (Andrade, 1991). En estas manifestaciones se incluyen los valores, objetivos, políticas, misión, visión, es decir, la personalidad de la organización (Scheinsohn, 1993). Todas las organizaciones, y como tal se consideran las sociedades y países tienen principios básicos establecidos, ya sea implícita o explícitamente, ellos son el marco de referencia por el cual deben regirse los miembros de la organización, por esto es vital que sean compartidos por todos. La matriz axiológica de las organizaciones está constituida por los valores, sin ella no podrían sobrevivir, ya que son la base de la cultura corporativa, entendida como el conjunto de formas tradicionales con las que la gente piensa y actúa ante las situaciones con las que ha de enfrentarse (Scheinsohn, 1993). Los valores son cualidades o ideales que se desean alcanzar, que son compartidos y aceptados por los integrantes de un sistema cultural e incide en su comportamiento. Son pautas de conducta individual y colectiva y se manifiestan en el plano emocional, que afectan los hábitos de pensamiento y la forma de relacionarse con otros (Serna, 1992,2000) Como parte de la expresión de la filosofía los valores y los objetivos se sitúan en puntos equidistantes. Los primeros son ideas generales y abstractas, mientras que los segundos son propósitos concretos a corto y mediano plazo, claramente definidos, precisamente establecidos (Scheinsohn, 1993; Serna, 2000). Los objetivos son propósitos concretos a corto o mediano plazo, deben ser globales, implica cubrir e involucra a toda la organización, pues con la concreción de ellos se espera alcanzar el desarrollo y operacionalizar la misión. Básicamente los P.B.O son un conjunto de valores, filosofía, objetivos y normas que soportan la misión y la visión. Serna (2000) advierte que cuando se definen la misión y la visión, éstas deben enmarcarse dentro de los principios organizacionales y no pueden ser contrarias. La visión representa las aspiraciones de la organización, lo que desea ser en el futuro. Se expresa como un conjunto de ideas generales y abstractas que proporcionan un marco de referencia que señala el rumbo o dirección que se bebe tomar. Para Serna (1992) es un lazo entre el presente y el futuro. Rojas y Arapé (1999) dicen que la visión puede estar relacionada con deseos, ilusiones, imaginaciones, supersticiones, creencias, valores culturales y preconceptos, que pueden adquirir forma de visión puntual o global, aunque no siempre es se capta ni comunica con facilidad. Según estos autores, colectivamente actúa como “comunicación extracomunicacional, metacomunicacional”, y en el caso de los grupos y pueblos ésta puede ser valoraciones arraigadas, heredadas o intuidas, sin base científica. La referencia del futuro deseado, definido como visión, debe reflejarse en los objetivos, estrategias y proyectos, pero sobretodo, en la misión, que determina la evolución de la organización, “quiénes somos, qué hacemos y hacia donde nos dirigimos” (Ponjuán, 1998).

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La importancia de la misión radica en que a través de ella se formulan explícitamente los propósitos, fundamentos y principios de la organización (Serna, 2000, 1992), que la definen y distinguen de otras, por lo que debe inducir comportamientos y crear compromisos. La misión es la razón de ser de cualquier organización, perfila el comportamiento y la dirección a seguir para alcanzar la visión, que es horizonte de la organización, el futuro anhelado. La misión, la visión, el resto de los principios básicos deben ser consecuentes con el comportamiento de la organización, cualquier contradicción sea fatal, pues se refleja inmediatamente en el clima organizacional, representando un peligro potencial para la consecución de los objetivos y el desarrollo individual y colectivo. La Identidad como base de la Imagen Según Villafañe (1993), la identidad es lo que determina la imagen. Desde la perspectiva filosófica, la identidad es una esencia, es el ser, la presentación de sí mismo, que se puede expresar como la presencia física y como la serie de mensajes o señales que se emiten voluntaria e involuntariamente y que llegan a la mente de otros, que las memorizan y reconocen, generándose el proceso de identificación. Para Costa (2000), esta identificación (que se da en la mente del receptor) está correlacionada con la imagen, por lo que se debe considerar que cuando se opera sobre alguna de ellas se afecta a la otra. La identidad funciona como un “estimulo” que transmite una serie de valores psicológicos al receptor, el cual los somete a un conjunto de asociaciones de ideas, determinadas por sus prejuicios, actitudes, gustos y opiniones (Villafañe, 1993), y que posteriormente se transforman en imagen. Van Rekon, Van Riel y Wierenga, en 1991, definieron la identidad de la siguiente manera: “…es la autopresentación de una organización; consiste en la información de las señales que ofrece una organización sobre sí misma por medio del comportamiento, la comunicación, y el simbolismo, que son sus formas de expresión” (citado por Van Riel, 1998). El comportamiento, la comunicación y el simbolismo son los medios que se utilizan para transmitir la identidad, por lo tanto son agentes determinantes en el momento de fijar la imagen. La importancia del comportamiento radica en el impacto de las acciones sobre la determinación de la imagen en los públicos objetivos. El simbolismo expresa “lo que representa la empresa, o, por lo menos, lo que desea representar” (ob. cit). En cuanto a la comunicación, ésta representa uno de los instrumentos de identidad más flexibles, ya que permite “transmitir más señales abstractas de forma directa a los públicos objetivos”. Las “señales” a las que se hace referencia representan el “mensaje de identidad”, que representa los signos que el emisor (organización o país) envía al receptor (público determinante), quien a través de la “subjetivación” descifra el mensaje e interpreta la identidad, asumiéndola como “la verdad”, porque para el público “la imagen que él se hace de la empresa es su “verdadera” identidad” (Costa, 2000:19). La Imagen como concepto de país Para autores como Van Riel (1998) y Villafañe (1993), la imagen es el resultado que el conjunto de comportamientos de la empresa causa en la mente de los públicos con los que se relaciona. Esta imagen va más allá de lo visual, de los símbolos que representan a la empresa y que funcionan como un código memorizado, es un algo distintivo que marca la concepción de un determinado producto, organización, empresa e incluso, una nación. Tal como lo señala Van Riel (1998) cuando afirma al citar a Dowling (1986): “una imagen es el conjunto de significados por los que un objeto es conocido, y a través del cual la gente lo describe, recuerda y relaciona. Es decir, el resultado neto de la interacción de las creencias, ideas, sentimientos e impresiones de una persona sobre un objeto”. Esta imagen, que más que visual es conceptual, debe estar orientada hacia la consecución de respuestas favorables de los públicos hacia la organización, ya que esto depende su buena o mala reputación. Esto se logra por medio de la información que la organización dirige a sus públicos en forma de señales representadas por el comportamiento, comunicación y símbolos. La respuesta a estas señales es la

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realidad que se percibe, que puede conceptualizarse como “bueno-malo”, “agradable-desagradable” y “útilinútil”. El interés de las organizaciones de mantener una imagen positiva radica en que de ella depende la continuidad y el éxito estratégico. Es importante tanto para el objeto de la imagen (empresa, organización o país), como para el sujeto (público receptor); para la empresa la buena imagen significa la continuidad o establecimiento de una relación con sus públicos, y para estos últimos, la imagen es un indicador del nivel de confianza que pueden o deben tener en determinado producto, marca, organización, y porque no, en una nación o en sus habitantes, ya que, como lo señala Van Riel, “la imagen que tiene la gente de un país, ejerce gran influencia en el comercio internacional” (1998:79). La imagen de un país a nivel nacional e internacional influye en las empresas que desarrollan actividades en el extranjero, puesto que es innegable que la concepción que exista de la nación de origen de estas compañías se proyecta sobre ellas, las marcas o los productos, a los que puede beneficiar o perjudicar. Partiendo de este escenario, Costa (2000) destaca la necesidad de que la imagen de la nación se asuma como “una realidad que debe plantearse en los altos niveles de la administración de los países”, debido a que desde la perspectiva del autor, una mala imagen afecta no sólo los intereses comerciales de las empresas privadas, sino que perjudica la economía y por ende, el futuro del país. Sólo se puede inducir la imagen en la mente de los públicos a través de las estrategias comunicativas y de difusión, las cuales deben basarse en la propia realidad de la empresa (o país). En la imagen pública influyen varios factores como los mensajes producidos voluntaria e involuntariamente y los emitidos por el entorno. En la noción de entorno podría incluirse, según Justo Villafañe, a los medios de comunicación “los cuales proyectan una Imagen hacia el exterior que conviene tener en cuenta dada la influencia que los medios poseen en las sociedades modernas” (1993:71). El objeto del análisis de los medios (públicos y privados) es procesar y evaluar la información que estos suministras y así determinar la imagen que proyectan de la empresa (nación). Para Villafañe, el análisis de los medios requiere el estudio de cuatro variables: -

La densidad informativa, que es el “valor que alcanza una unidad temática en el contexto informativo desde un punto de vista cuantitativo”. La visibilidad, indica el grado de presencia mediática. También se expresa de manera cuantitativa. El tratamiento informativo, es la cualificación que los medios hacen en sus informaciones (positiva-negativa). El índice temático, se refiere a los temas o problemas que se traten o expongan en las informaciones emitidas por los medios.

TRATAMIENTO INFORMATIVO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y SU EFECTO EN LA OPINIÓN PÚBLICA Y LOS PÚBLICOS Desde hace más de 70 años se han realizado estudios relacionados con los efectos de los medios sobre el receptor, como individuo, y sobre la opinión pública, como masa. La investigación de la influencia de los medios en las audiencias, ha llevado a algunos estudiosos de la comunicación como Maxwell McCombs y Donald Shaw a enfocarse en el análisis del establecimiento de la agenda de los medios, denominada como agenda setting. Este enfoque se centra en el estudio del impacto de la prensa y la información en la opinión pública, vista esta como: “…un producto de opiniones individuales sobre asuntos de interés común y que se origina en las formas comunicativas humanas, en procesos individuales, primero y en productos colectivos después en diversos grados, según las informaciones compartidas por los grupos afectados” (Rivadeneira, 1984). Para Walter Lippman (citado por Lozano, 1997:148), la importancia de la influencia de los medios en la opinión pública radica en que éstos son la conexión principal entre los acontecimientos que se desarrollan en el mundo y la imagen que esos eventos tienen en la mente de los receptores. Los mensajes

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inciden de maneras diferentes en la mente de las personas, las cuales construyen de forma activa e independiente las imágenes de la realidad. Los medios no pueden decirle a la gente “qué pensar”, pero con el establecimiento de la agenda informativa pueden decirle acerca “de qué pensar”. El estudio de la agenda informativa permite “constatar la relación entre los temas que privilegian el medio de comunicación y los temas que las audiencias señalan como importantes” (Cervantes, 2001:52). El establecimiento de la agenda incluye el proceso de producción de las informaciones y el papel que los periodistas y los propios medios tienen a través del diseño y aplicación de la política editorial (informativa). La producción de información incluye elementos como el tratamiento, que es la valoración cualitativa que se hace de los hechos; la frecuencia y la amplitud, que representan la valoración cuantitativa de los eventos o de las fuentes; está representado por el número de veces en que se presenta un tema o fuente y el espacio (centimetraje y tiempo) que los medios le conceden. Para apreciar los efectos que tiene en la opinión pública el establecimiento de la agenda por parte de los medios, es necesario hacer referencia a las conclusiones desprendidas de los estudios realizados por McCombs (citado por Lozano, 1997), y que se resumen a continuación: 1.- El “énfasis” de los medios en ciertos temas propicia la “preocupación pública por ellos”. 2.- El efecto de la agenda genera que los receptores tengan “mayor conocimiento sobre el tema”, sin embargo, esto no significa que expresen alguna “opinión sobre el mismo”. 3.- El hecho de que los medios dediquen mayor cobertura a un tema, “no propicia una mejor opinión pública sobre él”.

LECTURA DE LOS DATOS Al realizar el análisis de contenido videográfico de los programas de opinión e información de los canales, se pudo constatar que en el 68% de las informaciones o temas tratados se hace referencia a los PBO, destacándose las categorías relacionadas con los valores, reflejados en aproximadamente la mitad de los mensajes (45%), seguidos por las políticas con 22%, además de la ínfima emisión de información relacionada con la visión (1%). Esto indica que en más de un tercio (32%) del contenido de los programas de información y opinión que observamos, existe la ausencia absoluta de referencias sobre el resto de los elementos que componen los PBO (32%), entre ellos la misión y los objetivos del país. Como se aprecia en el gráfico que N° 1 que se presenta a continuación.

GRÁFICO # 1 Presencia de los Principios Básicos Organizacionales de Venezuela en las informaciones emitidas por los canales de televisión nacionales

50

45

40

32 Visión

30

22

Políticas

20 10

Valores Ausencia 1

0 P.B.O

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Si se estudian independientemente las programaciones de la televisión pública y la privada, se puede apreciar que la relación conjunta de presencia y ausencia de los PBO es similar. La inexistente promoción de los principios básicos organizacionales es de aproximadamente un tercio (TV pública 27%, TV privada 35%), manteniéndose la inclinación hacia la promoción de los valores: TV pública 37% y TV privada 48%. Sin embargo, hay que destacar que en la televisión privada no se emiten mensajes relacionados con la misión. La ausencia de la misión y los objetivos se mantiene, como se puede apreciar en el gráfico N° 2. GRÁFICO # 2 Presencia de los Principios Básicos Organizacionales de Venezuela en las informaciones emitidas por los canales de televisión pública y privada nacional 48

50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0

37 34

33

Visión Políticas Valores Ausencia

27 18 3 TV Pública

TV Privada

Estos resultados indican que existe una clara presencia de los Principios Básicos Organizacionales del país en la programación de la televisión venezolana, especialmente en los programas informativos y de opinión. Sin embargo, la presencia y la frecuencia de aparición no indican que la promoción sea eficaz y efectiva, puesto que el tratamiento informativo contempla otros indicadores determinantes, como la jerarquización del índice temático de los mensajes, el tratamiento del discurso y la valoración. Los principios básicos organizacionales son difundidos a través de mensajes que abordan diferentes temáticas. La televisión venezolana destaca gran parte de los PBO en las informaciones relacionadas con diferentes áreas del acontecer nacional (23%), seguida por las fuente económica (19%) y sucesos (18%). Temas vinculados a la política (11%) y a la comunidad (8%) ocupan posiciones inferiores, como se evidencia en el gráfico N° 3. GRÁFICO # 3 Presencia de los Principios Básicos Organizacionales de Venezuela en las informaciones emitidas por los canales de televisión nacional según el índice temático 25 20 15

23

Nacional Econom ía

19 18

Pol. Ext 11

Com unidad

10

8 6

5

Política

8

7

Sucesos Internacional Regional

0

7

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Nótese que en la televisión pública, se concede mayor importancia al área económica (29%) para la promoción de los PBO, seguida por las informaciones nacionales (19%). La televisión privada o comercial también destaca los principios básicos organizacionales del país en las informaciones nacionales (25%), sin embargo, se evidenció una presencia similar de PBO en las informaciones de sucesos (24%), que regularmente tienen una connotación negativa. Como se evidencia en el gráfico N° 4. GRÁFICO # 4 Presencia de los Principios Básicos Organizacionales de Venezuela en las informaciones emitidas por los canales de televisión nacional pública y privada según el índice temático 29

30

25

25

24

19

20 15

15

14

10

10

11

10

9

7

6

5 5

5

10

Nacional Economía Política Pol. Ext Comunidad Sucesos Internacional Regional

1

0 TV Pública

TV Privada

Se puede evidenciar en este gráfico que la mayor presencia de los PBO está vinculada a temas relacionados con el acontecer nacional, considerando como un área prioritaria la economía. La fuerte influencia de los sucesos, podría sugerir una connotación negativa del mensaje transmitidos por los programas informativos principalmente. Sin embargo, la negatividad se relacionada directamente con el acontecimiento o el hecho en sí, pues el tratamiento del discurso periodístico en el 90% de los casos es serio, apegado sólo en el 10% se aprecia una intencionalidad serio/irónica (7%) o irónica (3%). Veamos el gráfico N° 5 GRÁFICO # 5 Tratamiento del discurso periodístico en las informaciones o temas relacionados con los Principios Básicos Organizacionales de Venezuela transmitidos por los canales de televisión nacional

100

90 Serio Serio/Irónico Irónico

80 60 40 20

7

3

0 Discurso Periodístico

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Aunque el tratamiento del discurso periodístico en las informaciones o temas relacionados con los PBO es, prácticamente en su totalidad serio, cerca del 40% de esos mensajes tienen una carga negativa. En el caso de la televisión privada, alcanza el 50%. En la TV pública predominan las informaciones con connotaciones positivas (74%). Posteriormente, se analizó la valoración que presentan las informaciones referentes a los principios básicos organizacionales, debido a que la forma positiva o negativa en que se emite y recibe el mensaje es determinante en formación de la identidad de país. Como se dijo anteriormente, el 68% de los contenidos emitidos por los programas de información y opinión de los canales de televisión públicos y privados en Venezuela hacen referencia a los elementos que integran los PBO, ese porcentaje no hace alusión a la totalidad de los principios básicos, sólo tratan temas sobre los valores, las políticas y la visión, los cuales reciben una valoración específica, como lo demuestra el gráfico N° 6.

GRÁFICO # 6 Valoración de los Principios Básicos Organizacionales de Venezuela presentes en los temas o informaciones transmitidas por los canales de televisión nacional 100

100

77

80

49

60 40 Negativo

20

Positivo

0 -20

23 51

-40 -60 Visión

Políticas

Valores

En cuanto a la valoración se observa que un alto porcentaje de los principios básicos organizacionales son promocionados de manera positiva, esto se evidencia en la transmisión de informaciones favorables para el desarrollo del país, relacionadas con las políticas, la misión y los valores, como por ejemplo el anuncio del crecimiento del sector industrial, el record de recaudación del impuesto sobre la renta, la puesta en marcha del plan educativo antidesastres, el plan de reducción del desempleo para el 2010. Sin embargo, a pesar de que los valores son el principio con mayor presencia en los contenidos de los canales nacionales (45%), como la paz, la justicia, y la igualdad, pero también son los que tienen más carga negativa (51%), observable en la promoción de mensajes sobre asesinatos, robos, estafas, denuncias de corrupción y tráfico de drogas, entre otros. Esto indica que existe una equidad desfavorable entre la promoción de verdaderos valores y de valores negativos o, lo que es mismo, antivalores. El tratamiento de la visión presenta una peculiaridad. Aunque la visión sólo ocupa el 1% de los mensajes relacionados con los PBO, en todas las ocasiones se emiten opiniones o informaciones positivas sobre “el país que queremos ser”, como por ejemplo las informaciones sobre los planes y proyectos de desarrollo para el 2010.

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Situación similar es la de las políticas, que a pesar de ocupar el 22% de los contenidos sobre PBO, tienen 77% de valoración positiva, esto incluye el tratamiento de temas como la aprobación de la Ley de Habitad y Vivienda, la ratificación de los miembros rectores del CNE por parte de la Asamblea Nacional, la diversificación del mercado venezolano, los logros de las misiones y de los proyectos de desarrollo endógeno, refuerzo de la seguridad en la frontera, entre otras. El tratamiento de las informaciones antes mencionadas no indica un apoyo a las políticas del Gobierno Nacional por parte de los medios de comunicación, pero tampoco sugiere una crítica marcada. Por una parte, estos resultados permiten evidenciar la alta valoración positiva de los PBO que realizan los canales de televisión nacionales. Pero, si se observa el tratamiento por separado de la televisión pública y privada en lo referente a la valoración del estos principios, se puede constatar que no inciden de la misma manera en la promoción e internalización de estos, como lo demuestra el gráfico N° 7.

GRÁFICO # 7 Valoración de los Principios Básicos Organizacionales presentes en los temas o informaciones transmitidas por los canales de televisión 100

100

100

84

80

Negativo

56

Positivo

35

60 40 20 0 -20

16

-40 44

-60

65

-80 Visión

Políticas

TV Pública

Valores

Políticas

Valores

TV Privada

La televisión pública promociona positivamente los PBO, a través de informaciones relacionadas con la “estabilidad económica que se alcanzará en el 2007”, el “aumento de salario para los trabajadores de las misiones”, sólo presenta en algunas ocasiones negativamente los valores (16%), como cuando transmite mensajes sobre posibles conflictos internacionales (USA) por “violación de la soberanía”. Esto representa el 6% de la totalidad (73%) de los mensajes que emite la tv pública sobre los principios básicos del país. Si se detalla la valoración de la tv privada o comercial, se puede concluir que estos canales son los que abordan la menor cantidad de principios organizacionales, y además, dan una valoración negativa alta, pues destacan informaciones sobre protestas en el sector educativo, conflicto de transporte, irregularidades con la política habitacional, brotes de enfermedades, mal estado de las calles. De esta manera es evidente como las políticas son proyectadas con negatividad (44%) y se presenta una desproporción marcada entre la presencia de valores y antivalores, destacando estos últimos (65%) en mensajes sobre abusos sexuales, asesinatos, violación de derechos humanos, corrupción en el seguro social, persecución de firmantes opositores al gobierno. Sin embargo, los resultados del análisis de contenido videográfico arrojaron que la televisión venezolana promociona los valores en menos de la mitad de las oportunidades. Específicamente, sólo en el 49% de los casos se destacan positivamente en informaciones que hablan sobre resolución de conflictos

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(USA-VZLA), actuaciones policiales, alianzas políticas, reducción de delitos. De ese bajo porcentaje que presenta la TV, valores tan importantes como la paz y la libertad apenas se mencionan (12%), al igual que la unidad (8%); la igualdad sólo representa el 27% y la justicia el 23%. Se puede decir que los canales de televisión pública y privada no contribuyen totalmente en la promoción de una identidad de país sólida y efectiva. La transmisión de información sobre la visión de país es casi nula; el tratamiento de las políticas es positivo, pero este tema sólo representa el 22% del contenido relacionado a los PBO; sin olvidar la marcada carga de antivalores que proyectan, y la ausencia de contenidos referidos a la misión y a los objetivos del país. INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS Al analizar los datos recogidos mediante la técnica de la entrevista a los directores y/o jefes de información y periodistas televisivos y la técnica de análisis de contenido videográfico se pudo concluir que los canales de televisión públicos y privados de Venezuela no aplican un tratamiento informativo que contribuya con la conformación de una acertada y positiva identidad de país. Esta afirmación se funda en que al medir la promoción de elementos vitales de la identidad como son los principios básicos organizacionales y el simbolismo resultaron tratados y difundidos de forma ambigua y deficiente. Esta deficiencia del tratamiento informativo de la identidad de país que realizan los canales de televisión venezolanos, tanto los administrados por el Gobierno Nacional, como los que están constituidos como empresa privada, evidencia que los medios públicos y privados no dan cumplimiento a la responsabilidad social consagrada en la Constitución Nacional en el artículo 108 que demanda de los medios el informar, educar y entretener. De igual forma, los medios televisivos no se están orientando hacia la consecución de las metas y objetivos del país como una corporación, sino que el tratamiento informativo de la identidad de país esta, en opinión de los directores y jefes de información, así como de los periodistas de estos canales, mayoritariamente determinado por la política comunicacional o informativa del canal, que fluctúa de acuerdo a los intereses económicos y políticos del dueño o del Ejecutivo Nacional, según sea el caso.

Los resultados de la investigación demuestran la clara presencia de los principios básicos organizacionales en el contenido de los programas de información y opinión, pero esto no significa que la promoción sea efectiva, puesto que de los cinco principios sólo mencionan tres en bajas proporciones. Además, se evidencia la marcada ausencia de la misión y la visión, considerando que ellos representan las directrices que marcan el rumbo de la organización. Una de las razones de este tipo de tratamiento de la identidad de país podría ser la incipiente emisión de los PBO por parte del gobierno nacional como responsable directo que origina su desconocimiento, sin embargo, más de la mitad de los directores y/o jefes de información y periodistas de los canales entrevistados opinan que la verdadera razón está detrás de “los intereses del medio”, en este caso encontrados entre la televisión pública y la privada, puesto que aunque en ambos casos se denota la presencia de los PBO, el enfoque que se les da es diferente y contrario. Los hallazgos corroboran que el tratamiento informativo que los canales de televisión públicos y privados aplican de los principios básicos organizacionales del país no contribuye con la conformación de una identidad de país sólida, pues la promoción que se hace de estos se presenta con dos variantes: una está determinada por la presencia insuficiente de mensajes relacionados con los PBO, y la otra, que esa presencia informativa está impregnada de contenidos que comportan la intencionalidad que tiene el canal de acuerdo a sus intereses políticos, económicos e ideológicos. La heterogeneidad en el contenido de los mensajes relacionados con los PBO atenta contra la identificación e internalización de los mismos, pues al no existir unicidad la información se distorsiona y su esencia no es compartida por los miembros de la organización, generando una identidad de país ambigua e inconsistente.

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Diagrama N° 1

Objetivo Establecer el tratamiento informativo que los canales de televisión públicos y privados le dan a los PBO del país

Hallazgos No se promocionan todos La promoción no es permanente El tratamiento es contrario entre los canales Depende de los intereses políticos del medio. La valoración es negativa

La deficiencia e ineficacia en la promoción de PBO y la emisión de mensajes no unificados perjudica el proceso de identificación necesario para que el colectivo asuma y comparta los PBO como guías para la consolidación de una identidad de país positiva

Teoría Los PBO deben promocionarse para ser conocidos, compartidos y asumidos por los integrantes de la organización para la consolidación de la identidad de país.

Las posiciones políticas contrarias entre los canales públicos y privados inciden en el tratamiento informativo de los principios básicos organizacionales del país. La televisión pública, administrada por el Estado, presenta en sus mensajes un mayor contenido vinculados con los principios básicos organizacionales del país, destacando las informaciones relacionadas con las políticas y planes del Gobierno Nacional, reflejadas en el área económica y política, brindando apoyo y soporte a las acciones y estrategias gubernamentales. Por su parte, la televisión privada contrapone el contenido, destacando poco los PBO, salvo los valores y, en baja proporción, las políticas del gobierno nacional. Sus informaciones no resaltan mensajes relacionados con la economía y la política del país, su fuerte son los sucesos, lo que conlleva una fuerte carga negativa. Aunque por lo general el tratamiento del discurso periodístico es serio, sin connotaciones irónicas o con entonaciones con marcada intencionalidad, y la valoración de los principios podría calificarse como positiva, en las particularidades se demuestran las tendencias: positiva en la televisión pública y negativa en la privada. Lo mismo ocurre en el caso de los valores, que aunque los periodistas consideran que los promocionan en sus informaciones, la evidencia demuestra una alta carga de antivalores, con predominio en la televisión privada, que sobrepasa en número a la pública. El tratamiento informativo de los principios básicos organizacionales demuestra además de la lucha de intereses entre el gobierno y la oposición a él, la ambigua y escasa promoción de los PBO en detrimento de la identidad de país, pues al no presentar una unicidad en el mensaje éste no coadyuva al proceso que Villafañe (1993) denomina la “función primigenia de la identidad”: la identificación, que implica la internalización de los mensajes emitidos por la organización, en este caso el país, y que representa la base de una identidad sólida. CONSIDERACIONES FINALES El tratamiento informativo que los canales de televisión le dan a los principios básicos organizacionales del país presenta diferencias significativas entre un tipo de televisora y otra. La deficiencia se debe a que los lineamientos del tratamiento de la identidad de país no persiguen el cumplimiento de la responsabilidad social de los medios de informar, educar y entretener, ni está orientado hacia la consecución de las metas y objetivos del país como una corporación, sino que está determinado por la

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política comunicacional o informativa del canal, que fluctúa de acuerdo a los intereses económicos y políticos del dueño del medio o del Ejecutivo Nacional, según sea el caso. Los hallazgos de la investigación demuestran la clara presencia de algunos de los principios básicos organizacionales tales como los valores, las políticas y la visión, y la ausencia de otros como la misión y los objetivos en el contenido de los espacios de información y opinión, sin embargo, la promoción no es efectiva, pues no se difunden principios fundamentales como la misión y la visión, que son los que direccionan el rumbo de la organización. Venezuela se muestra como un país en el que la sociedad esta signada por antivalores, pues tratamiento informativo que los canales de televisión le dan a los valores del país es altamente negativo. Entonces, se considera la teoría de Max Scheler (citado por Yurén, 1994) que concibe al ser humano no como una sustancia, sino como un portador de valores y la comunicación constituye el medio por el cual los valores pueden hacerse comunes, se puede concluir que los canales de televisión fomentan la internalización de valores negativos en los venezolanos. La televisión pública refleja las políticas comunicacionales e informativas del Estado, cuya línea divisoria con el Gobierno, en Venezuela no es muy notoria. La televisión privada hace oposición abierta a éstas a través del tratamiento informativo con connotaciones negativas.

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