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La geopolítica de los cristianos orientales

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Escribe José Luis Orella.

Universidad CEU San Pablo.

La Catedral de Cristo Salvador de Moscú fue destruida en 1931.

La cuna del cristianismo proviene del Próximo oriente. Sin embargo, con el tiempo se ha ido fragmentando en diversas comunidades. Las causas de su división las encontramos en el remoto pasado, cuando las disputas de los Padres de la Iglesia se centraron en defender la doble naturaleza de Jesús. En los primeros tiempos surgieron herejías como el gnosticismo, maniqueísmo, docetismo y arrianismo que pusieron a prueba la misma existencia de la Iglesia. Especialmente la última que fue combatida por San Atanasio de Alejandría y los llamados grandes capadocios, pertenecientes todos ellos a la escuela teológica de Alejandría. Pero será en el siglo V cuando aparezcan las herejías cristológicas que darán origen a la diversidad de las comunidades cristianas del Próximo oriente. Estas herejías serán el diofisismo, más conocido como nestorianismo, al ser defendida por Nestorio, patriarca de Constantinopla en el concilio de Éfeso de 431. Veinte años después, en el concilio de Calcedonia, se respondió a la herejía contraria, el monofisismo, que defendía la existencia de una sola naturaleza divina en una persona. En esta ocasión, las iglesias que se separaron fueron la armenia, copta, etíope y la siria. La siria también fue denominada jacobita por su máximo defensor, Jacob Barradai, obispo de Edesa. La parte que permaneció fiel al emperador bizantino, fue denominada como melquita, del término melker, que significa emperador. El 16 de julio de 1054 se produjo la definitiva separación entre los dos pulmones de la Cristiandad. Roma y Constantinopla se excomulgaron mutuamente y se materializó la división entre los cristianos de occidente y oriente. Estos últimos formaron la Iglesia Ortodoxa, que mantuvo los patriarcados históricos de Constantinopla, Alejandría, Antioquia y Jerusalén. En occidente el rito universalmente aceptado es el romano, aunque perviven, de forma local, el ambrosiano (Milán) y el mozárabe (Toledo). En la actualidad, dentro de la Iglesia católica oriental, existen seis Iglesias sui iuris presididas por un Patriarca, que toman su origen de los cuatro patriarcados históricos de Alejandría, Antioquía,

Constantinopla y Jerusalén y son herederas de los ritos orientales, es decir, de la tradición alejandrina, la Copta; de tradición antioqueña, la Siria (Siro-católica) y la Maronita; de la tradición constantinopolitana, la Melquita o la Greco-católica; de la tradición armenia, la Armena; y de la tradición caldea, la Caldea. En la Iglesia Católica, la pluralidad tiene su origen en la vuelta de parte de aquellas comunidades a la comunión con el Papa, que respetó siempre la personalidad de sus ritos y ceremonias. El reconocimiento a su identidad, llegará con el decreto Orientalium Ecclesiarum, del Concilio Vaticano II, donde se reconocerá la particularidad de sus iglesias dentro de la catolicidad. A partir de entonces se estudió la elaboración del Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium, que reunió las leyes y normas que tienen las Iglesias orientales Católicas. El cual fue terminado el 18 de octubre de 1990, y promulgado por el Papa San Juan Pablo II. Desde entonces, han ganado visibilidad, y son el puente para hablar ecuménicamente con sus hermanos orientales. Las áreas geográficas donde el cristianismo oriental es dominante o ha tenido un gran protagonismo son la Europa oriental, los Balcanes y el Próximo oriente. El origen está en los cuatro patriarcados primigenios: Jerusalén, Antioquía, Alejandría, y Constantinopla. Esta región fue trastocada por la irrupción del Islam en el 632, año de la muerte de Mahoma. Cristianos y judíos, fueron tolerados por los musulmanes, pero eso no quería decir que gozasen de los mismos derechos que ellos. Los no musulmanes se encontraron pagando la yizah, un impuesto especial por su protección, y la prohibición de portar armas, montar a caballo y hacer proselitismo a favor de su religión. Este sistema, denominado millet, una derivación de la palabra árabe que define nación, estaba presidida por la máxima autoridad religiosa de la comunidad, que la gobernaba según su ley religiosa. Para los cristianos ortodoxos, su responsable era el patriarca de Constantinopla; y para los monofisitas el catholikos armenio. Bajo el liderazgo del patriarca de Constantinopla, los cristianos sobrevivieron, aunque con una fuerte influencia griega, que sería respondida por sus fieles árabes, adoptando su lengua para uso litúrgico, y abandonando el siriaco a las comunidades monofisitas. Estas a su vez, sufrieron la misma tensión, las comunidades siriacas eran rurales y se sentían menospreciadas por las armenias, alojadas en los centros urbanos, y con un mejor nivel de vida derivado por sus actividades comerciales. El posterior declinar del Imperio otomano en el siglo XVIII y el XIX, con la continuada pérdida de territorios en los Balcanes, ayudó a que Rusia ejerciese de país protector de los cristianos ortodoxos. Según las cifras del Anuario Pontificio de 2010, en los 7.180.912 kilómetros cuadrados del Próximo Oriente viven 356.174.000 habitantes, de los cuales 5.707.000 son católicos, principalmente los maronitas de Líbano, y greco-católicos de Siria, Jordania y Palestina, lo que representa un 1’6 % de la población. Pero si sumamos a los cristianos de las otras iglesias, se llega a 20.000.000 de cristianos, lo que representaría un 5,62 % del total de los habitantes. En esta zona, a la que hay que sumar la región africana aledaña al Mar Rojo y la India, tienen su importancia las Iglesias ortodoxas orientales monofisitas: Copta, con 10 millones, en Egipto; Eritrea, con tres millones; Etíope, con 50 millones; Siro-jacobita, con 250 mil; Siro-malankar, con medio millón y Armenia, con 10 millones. Los cristianos ortodoxos precalcedonianos serían unos 75 millones de fieles y especialmente importantes en la región del Mar Rojo.

La Iglesia ortodoxa griega reconoce a la Iglesia ucraniana.

Las áreas geográ cas donde el cristianismo oriental es dominante o ha tenido un gran protagonismo son la Europa oriental, los Balcanes y el Próximo oriente.

Iglesia ortodoxa rusa.

El 11 de octubre de 2018, el Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla concedió la autocefalía a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania.

En cuanto a los ortodoxos forman la mayoría del mundo cristiano oriental. El cristianismo ortodoxo está en realidad constituido por 15 Iglesias que mantienen entre sí comunión doctrinal y sacramental y reúne a unos 300 millones de fieles. Hace un milenio que los misioneros bizantinos, Cirilo y Metodio evangelización a los pueblos balcánicos y eslavos. La historia de la ortodoxia eslava comenzó en el 988, cuando el gran príncipe Vladimir I se bautizó en busca de una alianza con el Imperio Bizantino de Constantinopla. En el 1054 la Cristiandad se partió entre oriente y occidente. En 1453, la caída de Constantinopla (Bizancio) y el matrimonio de Iván III con Sofía Paleólogo, propició que Moscú fuese reconocida como la tercera Roma. En la primera mitad del siglo XVI, los turcos otomanos dominaron el Mediterráneo oriental controlando los cuatro patriarcados históricos. Desde entonces, la Iglesia Ortodoxa Rusa fue la única independiente y su trayecto ha sido también el de la historia de Rusia como nación. El zar Boris Godunov instauró el patriarcado de Moscú, pero desde el reinado de Pedro el Grande la iglesia ortodoxa cayó en manos del zar. El patriarcado fue abolido y el zar implantó el Santísimo Sínodo que actuó bajo su control hasta la revolución rusa. Durante la revolución bolchevique la Iglesia Ortodoxa fue martirizada, pero durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin la utilizó para fomentar el espíritu patriótico de la población contra los alemanes invasores. El patriarcado fue restituido, pero controlado desde el poder. Después de la caída del comunismo, el presidente Vladimir Putín, que reconoció su bautismo, aunque luego fuese coronel del temido KGB, ha apoyado la recuperación de la Iglesia ortodoxa, al necesitarla para reconstruir una sociedad asentada en principios valóricos, y ser la valedora de la identidad nacional rusa. Unos 90 millones de rusos se consideran creyentes o vinculados al cristianismo ortodoxo del patriarcado de Moscú, el cual tiene unos 120 millones de creyentes, al depender algunas iglesias autónomas de fuera de Rusia. El resto de las iglesias ortodoxas independientes se fueron configurando en la segunda mitad del siglo XIX, después de obtener sus independencias con respecto al Imperio Otomano en la región balcánica. Los nuevos patriarcados se independizaron del dominio de Constantinopla y se convirtieron en el principal instrumento de formación de las identidades patrióticas de las nuevas naciones balcánicas. De este modo se han ido configurando la actual división organizativa de la Iglesia ortodoxa. El Patriarcado de Constantinopla, tiene un territorio minúsculo y lidera algunas iglesias como la de Creta, Finlandia, Estonia y Corea, que reúnen a 3,5 millones de creyentes. El 11 de octubre de 2018, el Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla concedió la autocefalía a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, que unía a la hasta entonces no reconocido patriarcado de Kiev y a la iglesia autocéfala de Ucrania, en clara oposición al Patriarcado de Moscú, que rige también a los ortodoxos de Ucrania y de Bielorrusia. Esta nueva iglesia aumenta considerablemente la influencia del Patriarcado de Constantinopla, pero provoca una ruptura importante con Moscú. Por el contrario, el resto de los patriarcados son poco significativos. El patriarcado de Alejandría reúne a medio millón de creyentes en África, griegos de Alejandría y antiguos anglicanos de Kenia. El Patriarcado de Antioquía reúne a 1,2 millones de fieles de Siria, Líbano y Jordania. El Patriarcado de Jerusalén es el más pequeño, pero apacienta a los escasos 200 mil palestinos de la parte oriental de la ciudad santa y de los territorios ocupados palestinos, junto a la presencia monástica en la península del Sinaí. Luego, según precedencia histórica, viene el patriarcado de Moscú con 120 a 140 millones de fieles, la mitad de toda la ortodoxia universal. El patriarcado ruso tiene dentro de su jurisdicción a las iglesias de Letonia, Ucrania, Moldavia, Japón, y China. También reunió en el 2007 a la iglesia Ortodoxa Rusa del Exterior, que se gobernaba de forma autónoma, al ser la que arropó al exilio ruso blanco. Además el Patriarcado de Moscú reconoce la autonomía de la Iglesia Ortodoxa en América, con un millón de fieles, aunque no lo es por el Patriarcado de Constantinopla. La siguiente es el Patriarcado de Tbilisi, que rige la Iglesia ortodoxa georgiana, con 5 millones de creyentes. Le sigue el Patriarcado de Belgrado, que reúne unos 10 millones de Serbia, Montenegro y los serbios de Bosnia-Herzego-

vina. Teóricamente también los de Macedonia del Norte, pero estos desde 1967, se declararon su autocefalía, no reconociendo la jerarquía serbia. Después viene el Patriarcado de Bucarest, el segundo en importancia cuantitativa, al reunir a 20 millones de creyentes. Esta iglesia, la única que tiene su liturgia en lengua romance, reúne a los rumanos del país de la fuerte diáspora y comunidades rumanas de Moldavia. Luego viene su vecino el Patriarcado de Sofía que reúne a 8 millones de fieles. Después vienen las iglesias ortodoxas autocéfalas, pero que se rigen por un metropólita y no por un Patriarca. Cómo son la Iglesia ortodoxa chipriota, con 550 mil fieles; la importante Iglesia ortodoxa de Grecia, con 10 millones de fieles, que se independizaron de Constantinopla con la independencia política del Imperio Otomano, pero aún permanece del territorio griego dependiendo del Patriarcado. Luego viene la Iglesia ortodoxa albanesa, con 400 mil creyentes; la polaca con otros 500 mil y la checa y eslovaca con 75 mil. El mundo ortodoxo sufre, como hemos visto una gran grieta, una parte, liderada por el Patriarca de Constantinopla y la otra por Moscú, que impide acciones conjuntas. La disputa tiene fuertes consecuencias políticas, por el desarrollo de la guerra en Ucrania, y ecuménicas con respecto a los católicos, en un momento internacional donde más se necesita una acción común. En la geopolítica religiosa, el Patriarca de Moscú, Kiril tiene un papel importante para jugar a favor de su país. Vladimir Gundyaev nació en Leningrado el 20 de noviembre de 1946, hijo de un sacerdote ortodoxo. Estudió teología en esta ciudad y se ordenó como hieromonje en 1969, y archimandrita en 1971.Entre 1971 y 1974 fue representante del Patriarcado de Moscú ante el Consejo Ecuménico de las Iglesias. En 1976 fue ordenado obispo de Vyborg,

Iglesia ortodoxa rusa.

En la geopolítica religiosa, el Patriarca de Moscú, Kiril tiene un papel importante para jugar a favor de su país.

y arzobispo de Smolensko en 1984, de donde se convirtió en Metropolita en 1991. Desde 1989 fue el encargado de las relaciones exteriores de la Iglesia ortodoxa rusa, especialmente con la Iglesia Católica, hasta que se convirtió en el Patriarca de Moscú. El mundo ortodoxo es un fuerte referente de diplomacia blanda para Rusia, al representar el patriarcado la mitad de la ortodoxia mundial. Por otro lado, concede al enorme país eslavo una entrada natural en los Balcanes, donde Rumanía, Bulgaria, Serbia, Montenegro, Grecia y Chipre son países mayoritariamente ortodoxos y cuatro de ellos forman parte de la Unión Europea. Así mismo, el apoyo a las comunidades ortodoxas árabes, ha permitido a los rusos conservar sus instalaciones navales en Siria, en un difícil equilibrio de buena amistad con Israel y el resto de los países árabes. Desde el periodo de San Juan Pablo II, que pronunció “La Iglesia cristiana tiene dos pulmones: el occidental y el oriental. Y necesita de los dos para respirar”, se han descongelado las relaciones, el martirio común ante los totalitarismos y la lucha por la supervivencia del cristianismo en el Próximo Oriente, une a cristianos católicos, ortodoxos y precalcedonianos.•

EL ENIGMA DE RUDOLF HESS

Personaje controvertido. Indudablemente enfermizo. El expediente Hess ocupa un lugar preferente en la lista de los grandes enigmas históricos contemporáneos.Basándose en archivos británicos y alemanes inéditos, una bibliografía exhaustiva y un conocimiento detallado de los servicios secretos durante la Segunda Guerra Mundial, Pierre Servent ofrece al lector la primera biografía en español del delfín de Hitler y responde a las grandes cuestiones que rodean su misterioso viaje a Inglaterra en 1941 y su posterior cautiverio. Las preguntas que se hace el autor son las siguientes: ¿Cuál fue la naturaleza exacta de su relación con Hitler? ¿Fue Hitler quien instigó el intento de paz con Inglaterra? ¿Guardó secretos hasta su muerte, a los 93 años, en la prisión de Spandau? ¿Se suicidó o fue asesinado porque vddsabía demasiado? Estas preguntas, entre otras muchas, encuentran su respuesta en este vibrante libro, una investigación biográfica escrita por una pluma certera que evoca testigos y documentos para reconstruir toda la verdad sobre uno de los personajes más enigmáticos del Tercer Reich.

LAS 35 RAZONES PARA ESTAR ORGULLOSO DE LA HISTORIA DE ESPAÑA

Muy interesante libro de hechos que se cuentan y que no son desconocidos, pero que merece la pena recordarlos. También para que los diplomáticos no olviden unos factores fundamentales de la historia de España. Así el libro se centra en los siguientes aspectos:

• Fueron españoles los que dibujaron el mapa del mundo abriendo el Atlántico, dando la primera vuelta al globo y conquistando el océano Pacífico. • En España se creó el primer parlamento de Europa y también los estatutos de ciudades libres. • Aquí nació el germen de los derechos humanos. • Fue el primer país en prohibir que se esclavizara a los vencidos y en dictar leyes para protegerlos. • El primero en abandonar la horrible práctica de quemar brujas. • El que organizó la primera expedición científica internacional y la primera campaña de vacunación en tres continentes. • O el que tuvo a las primeras mujeres enseñando en la universidad.

Esta es la herencia que nos dejaron y a la que no deberíamos renunciar.

TORQUEMADA EL GRAN INQUISIDOR

Siempre que se trata de este tema hay que recurrir a importantes expertos e historiadores. Y eso es lo que ha hecho la editorial Esfera con Iván Velez. Libro totalmente recomendable para saber la realidad del Santo Oficio. En el 600 aniversario del nacimiento de fray Tomás de Torquemada no se prevé fasto conmemorativo alguno, pues la figura del dominico hace tiempo que concentra toda la carga negativa adscrita a la Inquisición española, verdadero tema estrella negrolegendario. Primer inquisidor general de los reinos dominados por los Reyes Católicos, su apellido, Torquemada, se ha convertido en un oscuro adjetivo equiparable a fanático, a intolerante. Con esta breve pero esclarecedora obra, Iván Vélez no se propone contribuir a un proceso de blanqueamiento de Torquemada, sino a tratar de reconstruir el contexto histórico en el cual fue posible el crecimiento de la figura de aquel fraile dominico y el alcance y sentido que tuvo la institución a la que consagró gran parte de su vida. Una obra absolutamente imprescindible que perfila un nuevo y fundamentado retrato histórico del personaje, muy diferente al que ha llegado hasta nuestros días.

CONFEDERACIÓN

LOS ESTADOS CONFEDERADOS DE AMÉRICA Y LA GUERRA CIVIL –1861-1865–

El autor Emilio Ablanedo analiza diferentes aspectos este importante periodo en un novedoso libro de la editorial ACTAS. ¿Cómo funcionaba la esclavitud en los Estados Unidos? ¿Por qué se produjo la secesión del Sur? ¿Tenían los sureños “derecho a decidir”? ¿Fue Abraham Lincoln siempre abolicionista? ¿Fue el general Lee el mejor militar de la Guerra Civil? ¿Cómo eran los soldados rebeldes? ¿Por qué lucharon los blancos sureños que no poseían esclavos? ¿Qué hicieron las mujeres sureñas en el conflicto? ¿Pudo ganar la Confederación? ¿Qué ocurrió con el oro de la Confederación? ¿Por qué pervivió el supremacismo blanco? ¿Cómo trata a la Confederación la literatura y el cine? ¿Por qué se derriban actualmente monumentos confederados? Estas y otras cuestiones se analizan en este libro que ofrece un análisis global de la Confederación y de la Guerra Civil de 1861-1865 desde una perspectiva social, cultural, jurídica, económica y militar inédita en las publicaciones existentes en lengua española. Una obra sobre el momento más dramático de la historia de los Estados Unidos y su proyección en las actuales polémicas sobre los símbolos confederados.

NUEVAS FACETAS DE LA POLÍTICA ESPAÑOLA

La Editorial Académica Española acaba de publicar el último libro del Embajador José Antonio de Yturriaga.El libro recoge, en sus casi 500 páginas, ochenta artículos publicados entre 2017 y 2020, agrupados en cuatro bloques relativos a política interior, autonómica, judicial e internacional. En el primero se describen los principales acontecimientos acaecidos en España durante los Gobiernos de Pedro Sánchez. El segundo examina lo ocurrido en Cataluña desde la celebración del referéndum ilegal del 1 de Octubre de 2017 y contiene algunos artículos sobre el País Vasco y Navarra. En el tercero se analizan las sentencias dictadas por tribunales internacionales –Tribunal Europeos de Derechos Humanos y Tribunal de Justicia de la UE-, extranjeros –de Alemania y Bélgica- y nacionales –especialmente del Tribunal Supremo-, relacionadas con el problema catalán. En el cuarto se evalúa la política exterior de España en sus relaciones con Alemania, Bélgica, Marruecos y la UE. Pese a la diversidad de la temática y su desarrollo a lo largo de cuatro años, la obra guarda una unidad y cohesión interna, que reflejan la opinión del autor sobre los problemas más importantes a los que los Gobiernos españoles se han enfrentado durante este período. Es un libro analítico, crítico y bien fundamentado.

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