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Conociendo a Rodrigo Marí

Platicamos con este joven arquitecto yucateco, quién nos comentó que desde pequeño admiraba los espacios y el urbanismo

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D: ¿Cómo decidiste ser arquitecto? R: Desde muy pequeño he admirado los edificios, las casas, los espacios, el urbanismo, recuerdo que jugaba con mi hermano a hacer pequeñas ciudades, pintábamos el piso con marcador permanente -regaño posterior claro está- y los edificios los hacía con lo que hoy conocemos como legos que en esa época se llamaban TENTE. Además de tener una gran afinidad por la música, la arquitectura sin saberlo, se convirtió en una manera de ver las cosas, sinceramente llegado el momento de decidir qué hacer ya no tenía dudas de lo que me iba a dedicar.

Tuve la fortuna de estudiar en la Universidad Marista y soy, de hecho, la segunda generación y lo tengo que decir, las primeras generaciones fueron muy diferentes a lo que son hoy. Nuestros maestros, que por cierto, han sido de las mejores generaciones de arquitectos en Yucatán, estaban convencidos de mostrarnos una arquitectura que tenía que ofrecer algo más que un bonito diseño, sino que tenía que tener un concepto que pudiéramos palpar, lo que hacíamos tenía que tener un propósito, identidad, materialidad, reflexión, en fin, tantas cosas que nos empujaban a trabajar aún más de lo que pensábamos y en la mayoría de los casos con las calificaciones muy castigadas para el esfuerzo y la dedicación que le poníamos a nuestro trabajo, pero era una declaración de su parte que nos hacía convencernos firmemente qué es lo que queríamos o si no aguantábamos mejor dejar la arquitectura por la paz. Al final de la carrera pude ver que esa exigencia nos formó de una manera, en la que hoy, no le tememos a los éxitos o a los fracasos.

D: Platícanos de tu trayectoria R: Durante la carrera tuve la fortuna de trabajar para varios despachos, entre ellos, la oportunidad de colaborar con Henry Ponce que estaba en los inicios de las intervenciones en el Centro de Mérida, posteriormente tuve algunas colaboraciones con la Arqta. Ligia Quijano que estaba más enfocada en el interiorismo y los detalles. Después y sin pensarlo mucho, surge una invitación de dos buenos amigos para formar por nuestra cuenta una pequeña oficina de diseño y construcción que se llamó ATTIKO Arquitectos. Con grandes enseñanzas y retos constantes logramos hacer un despacho que sí diseñaba pero concentrábamos todos nuestros esfuerzos en la construcción, que dicho sea de paso, es una disciplina gratificante pero que no permite, así como la arquitectura, compartir tiempos, o te dedicas de lleno a la arquitectura y diseño o te dedicas de tiempo completo a la construcción, así que con ello obtuve mucha experiencia en la obra pero sentía que dejaba atrás lo que realmente me apasionaba que era el hacer el oficio de la arquitectura.

Luego ya con más de 13 años de experiencias obtenidas y con la inquietud de retomar mi camino de dedicarme realmente al diseño, decido iniciar un despacho que atendiera nuevos alcances, proponer mejores soluciones, entender mejor el contexto y a profundizar más con las necesidades reales de la persona que nos contrata para lograr un resultado aún mejor de lo que ya venía haciendo.

D: ¿Cuándo fundaste Arquitectura Individual y por qué el nombre? R: Hace poco más de cuatro años inició este nuevo reto, pues ya no quería seguir haciendo las cosas

"La arquitectura sin saberlo, se convirtió para mí en una manera de ver las cosas"

como estaba acostumbrado y quise ya no ser alguien que solo produzca fachadas y edificios de los que me sintiera orgulloso, el cliente siempre tiene una idea, una necesidad, ilusión o sueño, como le quieran llamar y hoy mi trabajo consiste en ser un consultor de esa vision, siempre y cuando tengamos ese acuerdo de que ninguno invadirá una delgada línea entre complementar y aportar sobre sus ideas y no decirnos cómo hacer lo que sabemos hacer. Ya logrado ese equilibrio, siempre mi objetivo es poder involucrar otras disciplinas que complementen el resultado de un proyecto: diseñadores gráficos, interioristas, hoteleros, mercadólogos, economistas, ingenieros y apoyándome siempre de especialistas pensé en el nombre Arquitectura Individual, ya que cada proyecto lo trabajo de manera única, no sigo una receta a la hora de elaborar un proyecto.

D: ¿Se especializan en algún tipo de proyecto? R: No, aunque últimamente el tema hotelero ha sido muy interesante porque ya no concibo pensar que un cliente llegue y me solicite un hotel y yo me encargue

Los bosquejos o sketches son muy importantes para Rodrigo de entregarle solo un diseño del mismo, es decir, ya es irnos a un tema más amplio, ya parto de un previo estudio de mercado tomando en cuenta su ubicación, si es playa, puerto, ciudad, centro, a qué mercado va dirigido, donde posteriormente con el resultado podemos crear un concepto, una marca, un nombre que vaya de acuerdo al diseño y de ahí proyectar un modelo de negocio dando como resultado una dirección más clara que nos dice tarifas y número de habitaciones que se pueden proyectar.

D: Menciona algunos de tus proyectos más importantes R: La oficina realmente es muy joven, apenas tenemos cuatro años y el proceso ha sido muy gratificante y de un constante aprendizaje, porque tan importante fue el diseño de una piscina y el bar para unos amigos como algunos de los últimos proyectos que hemos desarrollado como lo son: Casa Xila, un conjunto de dos edificios de 4 niveles cerca de Tulum y el MOAMOA Alcobas + Terraza, proyectado en Punta Zicatela en Puerto Escondido Oaxaca. Así que los proyectos, para mí y mi equipo, son todos muy importantes.

D: Uno de los proyectos que más nos gustan de tu autoría es Diez Diez Collection Mérida, platícanos sobre éste. R: Fue una grata experiencia, para empezar el sitio, ubicado cerca del Paseo Montejo, era una casona que funcionaba como oficinas de comunicaciones. Siempre digo que un cliente que compra una propiedad con la ilusión de darle una segunda vida al edificio, habla del valor y la preocupación por devolver a la ciudad un pedazo de historia. AsÍ que el reto era aún mayor y fue muy importante conocer las intenciones del dueño, lo que quería proyectar y lograr con la intervención, asÍ que en un esfuerzo en conjunto con su equipo de trabajo y el nuestro, fuimos descubriendo el potencial del sitio. Pude entender lo que el edificio pedía y era respirar, así que lo primero que hice fue hacer un patio central donde antes había una sala de juntas totalmente cerrada, para que fuera el corazón y el distribuidor del hotel. Ese espacio logra darle un carácter al edificio, además de que todas las habitaciones de alguna forma están conectadas a ese corazón.

D: ¿Cuál ha sido el reto más grande? R: En realidad son dos, uno fue sobrevivir a esta pandemia viviendo del diseño. De repente se detuvieron todos los proyectos que teníamos en curso, adaptar-

“Lo importante no son las fachadas, sino la experiencia que vamos a ofrecer”

nos a trabajar a distancia, retomar el rumbo y claro, esto aún no termina, pero al menos ya vemos un poco más de movimiento con los nuevos proyectos que van tocando la puerta.

El segundo es una constante que me he impuesto y creo que es el reto más grande, que es el que un proyecto me tiene que emocionar mucho, sea cual sea el encargo, tiene que llenarme de emoción, tiene que retar mi creatividad, tiene que ser algo único, si siento que estoy siguiendo una receta, lo desecho e inicio otra propuesta. Ahora mismo estamos desarrollando una propuesta para un conjunto de casas y bueno, el encargo era hacer una propuesta que pueda ser competitiva con el mercado tan demandante y repetitivo de viviendas en el norte de la ciudad de Mérida. Y sinceramente luego de una serie de procesos la propuesta era buena, pero no me llenaba, me di cuenta de ello cuando me preocupaba por el diseño de la fachada y no sé, habré hecho unas 30 propuestas con sus variantes y ninguna me convencía, fue un momento de reflexión y de replantear el proceso, sabía que en algún punto me había conformado y que ahora lo estaba pagando, así que ya con un buen avance del proyecto replanteé la propuesta y partí de un esquema sencillo, contundente y fresco. Al grado que lo importante no son las fachadas sino la experiencia que vamos a ofrecer al entrar al conjunto habitacional.

D: ¿Cómo te inspiras para diseñar tus proyectos? R: Que buena pregunta, la inspiración no llega sentándote frente a un papel, sino más bien, es en el proceso de un previo estudio del sitio, de las necesidades aunque suene trillado del cliente, de la aportación de las diferentes mentes y disciplinas involucradas, en la prueba y error de esquemas, entre otras cosas, al final para mí la inspiración no es más que esa brisa que empuja un velero en la dirección a dónde quieres ir, siempre está ahí, pero primero tienes que ir al muelle, revisar tu plan de navegación, revisar el clima, checar tus insumos, baterías, combustible, soltar las cuerdas, salir del puerto de altura y luego ya en mar abierto toparte con esa brisa que te va a ayudar a llegar a donde quieras ir.

D: ¿Qué elementos o puntos clave son imprescindibles en el diseño de tus proyectos? R: Primero, es que el proyecto tiene que ser un reto para ambos, para el cliente y para mí, es decir, si este primero llega con una idea muy clara y quiere solo que transcriba o capture su idea en un papel no me interesa elaborar el proyecto, o que llegue imponiéndome un estilo del cual no comulgo, le digo que hay otros colegas muy talentosos que pueden ofrecer algo aún mejor de lo que yo pueda intentar hacer, no soy el indicado.

Segundo, es que tengamos una reciprocidad de admiración y respeto, que pueda aportarme y que pueda aportarle, si esto no sucede tampoco me interesa continuar.

Brincando estos puntos los bosquejos o sketches son muy importantes para mí, son una manera de expresar una idea, un concepto y un espacio, en ocasiones un plano a un cliente no le dice nada, pero cuando platicamos de algún detalle, un mueble, un rincón y lo presento en un croquis, hacen que reconozca ese espacio y lo sé, en ese momento en ocasiones nos

permite ver nacer y darle forma al proyecto.

Mi equipo de trabajo es parte fundamental en el proceso de diseño, la actitud es clave en la oficina y actualmente en su mayoría es formado por mujeres, son las piezas claves para la ejecución y con ello lograr el resultado que buscamos a través de nuestras constantes juntas, las dudas, la dedicación que le imprimen para revisar un detalle o aun plano, las ganas que tienen siempre de aprender y tenemos muy claro que somos un equipo y que todos son importantes.

Me gusta mucho y trato de estar involucrado en todos los procesos para el desarrollo de los proyectos, desde las juntas previas con el cliente hasta la revisión de la altura de los apagadores o el abatimiento de la puerta del mueble del baño de visitas, siempre hacer entender el porqué de las cosas y no el hazlo como te digo y punto. Asi ambos crecemos, porque nos cuestionamos y siempre comento, no es que sepa más, sino que por experiencia ya sé que funciona y que no.

D: ¿Cómo visualizas Arquitectura Individual en 5 años? R: La visualizo como una oficina reconocida por ofrecer algo más que solo diseño, a través de las diferentes disciplinas encontrar nuevas y más completas experiencias para el cliente o la persona que va a transitar y a vivir los proyectos que hagamos.

Quisiera seguir teniendo las oportunidades de probar otros sitios, otras latitudes y porque no, otros continentes y que con esta idea colaborativa-disruptiva seguir creando nuevas y mejores experiencias.

Me queda claro que nunca dejas de aprender, hoy me considero aun un arquitecto inexperto, por eso, siempre trato de sustentar todo lo que se propone en un proyecto, con eso garantizo que el resultado dará más satisfacciones de las que esperamos.

D: ¿Deseas agregar información adicional? R: Agradecer la oportunidad de tener esta reflexión, a esta revista que me está dando la oportunidad de expresar mis pensamientos e ideas, a mis hijos que son mi inspiración y motor diario, a mi pareja que me apoya y alienta todos los días, a mi familia que siempre están cuando los necesito, a mis amigos que también son muy talentosos en sus áreas y nos apoyamos siempre en las buenas y las malas, a mis colegas arquitectos, los grandes maestros que ya sabemos quiénes son y otros jóvenes o no tan jóvenes como yo y que en su mayoría, hacen cosas de gran calidad y que en conjunto estamos dando un gran ejemplo al país de cómo hacer una arquitectura sencilla, sensible, que siempre ofrezca algo más que solo una bonita fachada, pero sobre todo también, agradecer a mis clientes, que en su mayoría también se han convertido en buenos amigos por confiar y permitirme y permitirnos colaborar con esas ideas, sueños, proyectos de vida y juntos lograr algo que nos llene de orgullo, también agradecer a los que leyeron este articulo y Así, sin más, agradecido SIEMPRE.

“Me queda claro que nunca dejas de aprender, hoy me considero aun un arquitecto inexperto"

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