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Los obstáculos son un poco como vivir en Chile y tener que cambiarse de empresa de telefonía. darse rodeos no ayuda mucho. Por ser realistas nos olvidamos de ser dramáticos. Y no solo se trata de entrar «tarde» a la escena. También se trata de irse temprano. Es decir, terminar en el clímax, cuando las fuerzas en conflicto están chocando, y salir de ahí de inmediato. No quedarse a ver la explosión: arrancar. (Otro que tiene una obsesión con irse lo antes posible de una escena es un famoso discípulo de Goldman y suerte de superestrella de los guionistas: Aaron Sorkin, autor de los guiones de las películas Cuestión de honor y La red social, y de la serie The West Wing.) Lo interesante de construir escenas así, que llegan tarde y se van temprano, es que dejan al espectador sacando las conclusiones de lo que acaba de pasar, resolviendo la aritmética. Las escenas presentan el problema (2 + 2) para que ustedes hagan la suma (4) mientras comienza la escena siguiente, que de nuevo no será necesario que tenga presentación, porque 4, la conclusión a la que llegó el público, de la escena que acaba de ver, será el punto de partida de la escena siguiente. GATILLANTE
CLÍMAX
entender lo que ocurre y en querer saber más. La escena comienza con un gatillante inesperado (¿qué hace el policía yendo a la escena del crimen a esta hora de la noche?), hay un momento de crisis (encendió una linterna y lo acaba de ver el vecino, ¡que es el principal sospechoso!) y termina en el clímax (el policía ilumina una parte de la casa y se encuentra con el vecino sospechoso, que trae un hacha y se abalanza sobre el policía). Corte. Fin de la escena (quizás escuchamos un disparo). Por supuesto, un guion en el que todas las escenas estén escritas así puede ser delirante (a veces necesitamos respiros), pero siempre será efectivo, y sobre todo dramático. Las urgencias están puestas arriba de la mesa, y los espectadores nos quedaremos pegados viendo para resolver las preguntas que nos han sido planteadas. Esto, claro, no es un regla. Se pueden escribir grandes escenas largas e igualmente dramáticas, misteriosas y atrapantes. Pero tomar conciencia de este modelo puede ayudarnos a escribir guiones más intrigantes, y si no escribimos guiones, al menos quizás nos ayuden a que nuestros amigos nos echen de menos cuando el mundo vuelva a ser normal (que lo será) y nos inviten a sus fiestas. Casi siempre el invitado más querido es el que llega tarde y se va temprano. Gonzalo Maza es guionista y periodista, ganador de los Premios Platino por Gloria y Una mujer fantástica, y del Premio Jordan Ressler a la Mejor Ópera Prima del Festival Internacional de Cine de Miami por Ella es Cristina.
CRISIS
Si se fijan, lo que hace este modelo en rigor es tomar la estructura fractal de cinco partes (presentación, gatillante, crisis, clímax y resolución) y quitarle la primera y la última estación. Quedando así: La brevedad, entonces, se vuelve esencial para la narrativa porque no entrega todo en bandeja ni masticado. El espectador tiene un rol activo en