El árbol - abril 2014

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ABRIL 2014


Esta edici贸n est谩 realizada bajo una licencia Creative Commons. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/mx/ Los derechos de la ilustraci贸n de la portada le pertenecen a Pamela Villarreal. Los derechos de los textos pertenecen a sus respectivos autores. ISSN y derechos de autor en tr谩mite.


Contenido El jardín Editorial

Cada vez que nos morimos Anna Kullick Lackner

Cada vez que vas Rafael Andrés Suárez Vázquez

Desintegración Sofía Gallegos Cibrián

La última noche de Stephen Hawking Ricardo Ovalle

El chingazo José Alberto Benavides Vázquez

Pero ya Raquel Castro

Siete Celeste Espinoza

Entrevista a Patricio Sturlese Manv Gómez

Mi descubrimiento de la invención de América Latina Dorte Jansen

Vericuetos de la literatura infantil Víctor Olguín Loza



El jardín Editorial ¿Por dónde empezar? Este proyecto, como tantos otros, nace de la idea de promover la literatura en todas sus formas; desde la narrativa de largo aliento hasta la microficción, pasando por el ensayo, la poesía y el teatro. Hace un par de años, esto no era sino una plática entre amigos; hoy, la idea se convierte en realidad. En este número lo mismo se dan cita plumas consolidadas como la de Raquel Castro y aquellas que comienzan a forjar su futuro, como la de Sofía Gallegos. Hay letras urbanas, vivas, que muerden, como las de El chingazo de Alberto Benavides; hay análisis, como el que hace Víctor Olguín, referente obligado de la literatura infantil y juvenil norestense, o Dorte Jansen, que descubre el mundo de la literatura latinoamericana desde unos ojos europeos. Incluso hay una entrevista con Patricio Sturlese, autor argentino de sacrothrillers. Sin embargo, lo más importante que contiene este número es el esfuerzo realizado por todos, autores y equipo editorial, para llegar a ti, lector. He aquí el primer fruto. Es nuestro. Tuyo, mío y de quienes colaboraron en su creación. Disfrútalo.


poesía


Cada vez que nos morimos “Me hallarás una noche junto a ti la noche en que me digan que te has muerto.” Poema chino anónimo (VIII A.C.)

Quizá una mañana despiertes con la desadjetivada sensación de haberte muerto descobijado y silente sin poder el corazón pronunciar sonido alguno No hay palabras no más símbolos si acaso una penumbra que recuerde tus dominios Pueda la calma descorcharse y se derrame encima de tu espíritu sin conocerla sin jamás haberla visto la enjaules la corones y la claves en la apolillada cruz de tantos años sin vivir Una diminuta culpa ya dormida un sosegado resabio del hubiera apagado y apegado entre las piernas surja del olor a vísceras pudriéndose Evocarás despierto a clausurados ojos la colmena miel ya seca y escurrida en el abandono de zumbidos y aleteos destinada desde siempre al polvo


En medio de este abstemio miedo no cabrán los otros las justificantes ya tuvieron su justicia la memoria como síntoma habrá descendido al fondo de la noria evaporada será ésta nuestra sangre que muriendo nace y nos regresa. Anna Kullick Lackner


Cada vez que vas Es esta ilusión seca entre mis manos, desconcierto de ansiedad que confunde. Dejas que la emoción de amarte muera lentamente en agónico delirio: tu frío cuerpo ahoga cualquier furor, cada vez que vas, cada vez que vienes. Ni al alba abrazas en tu fugaz huida mientras siempre en soledad amanezco. Aunque tu vivo recuerdo acrecienta la añoranza, mi desesperación por ella se agota con la costumbre, cada vez que vas, cada vez que vienes. Seguridad tengo por tu retorno porque vas y llegas como la noche, actitud marcada por la rutina: madrugada, partida sigilosa; y tu vuelta al atardecer entrado, siempre candorosa y despreocupada, cada vez que vas, cada vez que vienes. Durante la misma excitación en turno dominas las satisfacciones plenas, donde transformas al más triste ocaso en dúctil pináculo con tus formas, trastornándome por ello cruelmente, cada vez que vas, cada vez que vienes. Ya sé que no eres para todo el día y menos aún para toda la vida,


mujer, pero cada vez que te tengo, nunca es fácil dejarte partir. Quisiera poder prolongar el tiempo aquel donde compartimos el arte vivificador de amar, de sentirnos, cada vez que vas, cada vez que vienes. Los celos acabaron incrustados, lacerándome segundos, minutos, horas y días con sus acciones cruentas, salvo por saber que hoy volverás como en todas las noches precedentes, cada vez que vas, cada vez que vienes. Aunque la duda del camino diario persistiera por años en mi mente, me quedo con tu oscuridad nocturna y pierdo tu diurna luz engañosa, cada vez que vas, cada vez que vienes. Rafael Andrés Suárez Vázquez


Desintegración Cuando no estás toda distancia es lejanía voy a cortarme la punta de los zapatos hasta la humedad del suelo en que me consumo porque el silencio nos rebasa a veces los edificios, los supermercados los muebles, los cajeros automáticos nuestros ojos de extranjeros o de fantasmas heridos se tragan la voz y nada sacia el vacío yo ingiero cubitos Knorr y me desintegro en tres dos uno Sofía Gallegos Cibrián


La última noche de Stephen Hawking Se ha abierto el cielo con un cañón de bengalas y las bestias y los tigres y los tristes hombres en la luna copiarán la sombra del cometa Haley calcarán en secreto al Dios de la ira beberán la orina de un ángel enamorado es decir, Nicholas Cage recitando un poema Porque esta vida es un mear de navajas porque no es decente mi permanencia quién querrá ver a un jinete en llamas que le patea el culo al diablo Qué fórmula contiene saliva y sangre de boxeador coordenadas focalizadas donde caerá un meteoro puntos cardinales de un infierno mal producido el desayuno que nunca te preparó tu padre un big bang un bang bang un gang bang y al centro Miley con veladoras. Oscureciendo los ojos de la noche Iluminando el último Enero sobre la tierra y es que no hay poema que sane tu maternal herida en el vientre y es que no hay porno que reemplace con satisfacción


la melanc贸lica densidad de tus nalgas en invierno. Ricardo Ovalle


Un lugar para hablar de libros, ÂĄsuscrĂ­bete!


narrativa


El chingazo Le grité Ándale, córrele, sí alcanzas a cruzar, se lanzó a la avenida con la bebé en brazos pero un tráiler las atropelló. Qué. Estuvo horrible. No mames güey, no es cierto. Sí güey, de la nada apareció un pinche tráiler que venía en contra y en cuanto se bajaron de la acera. No es cierto, Dani, estás jugando. No güey, en serio, fue bajarse de la acera y que las atropellara un pinche tráiler, y lo peor es que yo les grité que se cruzaran. No mames. Sí güey, estuvo bien pinche gacho. Pero Sofi, güey. Ya sé güey, Sofi. No mames, es que Sofi no tenía ni el año. Yo creo que ya tenía el año. No güey, nació en febrero. Pues, pues por eso, ya ha de haber tenido el año y cachito. Ah, sí cierto, un año y, qué, unos días, ponle. Ajá. Ay güey, bien chiquita. Y Miriam. Ya sé güey. El pedo es que yo creí que sí alcanzaban a cruzar. No pues. No vi al pinche tráiler. No fue tu culpa. Es que el pendejo venía en pinche contra y tenía la luz roja. Chingado, pinche gente irresponsable, ojalá lo maten en el bote, al cabrón. Nombre, las aplastó como a moscas, güey, ni se detuvo el pendejo. Qué culero, le valió madres. Así es, le valió madres. Y la policía no hizo nada o qué pedo. Pues dizque están investigando pero no hacen ni madres. Ay güey, mamadas, pinche gobierno estúpido, güey, todo es la misma pinche mierda. Ya sé, güey. Pero Sofi, güey. Y Miriam, no mames. Chingado. Pues sí, chingado, pero qué le haces. No pues nada, no se puede hacer nada, un velorio y la chingada. Ándale, nomás, y pues eso te venía a decir que iba a haber un velorio, para que fueras güey, no me falles. No, cómo no, claro que sí Dani, nada más dime dónde va a ser y le caigo. Va a ser en las capillas de ahí de por la casa, el martes como desde las doce. Sobres, allí estaremos sin falta, güey, para acompañarte y despedir. Nada, güey, a nadie, quedaron irreconocibles con el chingazo. José Alberto Benavidez Vázquez


Pero ya —Y entonces ¿cuándo nos vemos? —No sé. ¿Cuándo puedes? —Cuando tú quieras. —¿Esta semana o la que sigue? —¡Ésta, obvio! O bueno, no, mejor la que sigue: esta semana la tengo bien complicada. —Sí, ya sé. Yo ando igual. Bueno, próxima semana. ¿A comer o a cenar? ¿O nomás un café? —Pues lo que tú prefieras. Yo soy materia dispuesta. —¿Te late si nos vemos cuando salgas de la oficina el jueves? Podemos cenar y echar la chela. —Híjole, el jueves tengo una junta a las seis, no sé a qué hora salga. ¿Qué tal el miércoles? —Ah, va. Ya estás. ¿Dónde el miércoles? ¿Xel-há? —Xel-há está excelente. ¿A las siete? —Uy, qué crees. Estoy viendo la agenda, tengo cita con la dermatóloga. ¿Te conté que me han estado saliendo unas ronchas bien feítas? Y es justo el miércoles a las siete. Pero si quieres comemos ese día: me paso por tu oficina y vamos a algún lugar cerca. —Tengo una junta a las tres el miércoles. —Tus pinches juntas. —Ya sé. —¿Paso por ti a la una? Así entras a tu junta ya con la panza llena. —Tengo otra junta a la una y media. Creo que voy a tener que comer en mi escritorio entre junta y junta. —Muy mal. —¿No puedes otro día? ¿Qué tal el lunes? —El lunes… el lunes… pues sólo que fuera a las ocho de la noche o un poquito más tarde.


—Por mí está bien. —Bueno. Entonces el lunes a las ocho. ¿Xel-há? —Lunes a las ocho, pero ¿puedes por Coyoacán? —Sin problema. ¿Algún lugar favorito? —Oye, me vas a matar. Pero ya vi bien y no puedo el lunes. ¿Cómo anda tu fin de semana? —¿Este o el que sigue? —Cualquiera. —Hmmm… Este me toca ir a un bautizo el sábado. Pero tengo el domingo libre. —Ah, pero el domingo juegan los pumas y ya ves que tengo el pase anual. ¿No quieres ir al juego de los pumas? —Yo creo que no, gracias. —¿Y el otro fin? —Uy, me toca dar un curso en Monterrey. Me voy el jueves y regreso el martes. —Mal. —Muy mal. —Oye, ya me tengo que ir. Pero te hablo mañana para que quedemos, ¿sale? —Va, ¿cómo a qué hora me hablas? —¿A las cuatro? —Perfecto. Si no estoy en el fijo, marca al cel. —Ya estás. Para que quedemos. —¡Sí! —Porque hay que vernos. —¡Eso! Hay que vernos, pero ya. —Pero ya, ya. —¿Oye? No olvides que te quiero. Te mando un beso. —Y yo a ti. Beso grande. Bye. —Bye. Raquel Castro


Siete I Me causa asco. No puedo contenerme. Corro al baño. Me hinco en el piso, frente al inodoro. Por un acto reflejo me tapo la boca. Uno. Dos. Tres segundos. Espero. Y de repente, exploto. Exploto todas y cada una de las palabras que tienen tres días dando vueltas en mi cabeza. Las expulso junto a los jugos gástricos y un poco de comida, que apenas alcancé a probar en las últimas horas. Estoy abrazando la taza. Me quedo contemplando el color amarillento que tiene mi vómito. Intento descifrar qué parte de lo que yace ahí son las palabras que no pude tragar. Palabras que parecen gritos. Intento ponerme en pie. Quiero ir hacia el teléfono. Tengo qué llamarlo. Enfrentarlo. Decirle lo que pienso y II Las mentiras son una cosa mala. Muy mala. Las mentiras hieren a las personas. Destruyen relaciones. Y sobre todo hablan muy muy mal de quien las dice. Las mentiras son una de las peores cosas que pueden existir porque hacen creer a la gente algo que no es verdad, y hay una serie de acontecimientos que están condicionados a esa verdad falsa; a veces hasta toda una vida puede estar sostenida por una mentira; y entonces, cuando la verdad sale a la luz, la gente engañada sufre mucho. Mucho. III Toc, toc, toc. Alguien toca la puerta del departamento. Lo ignoro. Levanto el teléfono, mientras miro la puerta. Toc, toc, toc. Me quedo ahí, titubeante. Voy a colgar el teléfono cuando escucho mi nombre. De nuevo me llama, ésta vez alzando la voz. Sabe que estoy aquí. Vuelvo a acercarme el teléfono a la oreja. Intento marcar el número, pero no lo recuerdo, ¿es 87 o 97? Toc, toc, toc. Vuelve a gritar -¡Marcela, Marcela!- me dice.


Su voz me pone mal, busco la agenda, pero con todo revuelto me es muy difícil… Y de repente, nada. Silencio. Respiro hondo. Levanto tazas, cojines del piso, doy con la agenda. Y lo dice –Marcela, ¿te acuerdas cuando tenías 13? Sé que estás ahí. Yo estaba por cumplir 11. Toc, toc, toc. Más fuerte. Toc, toc, toc. ¡Marcela!, las cosas que nacen en el mal, persisten en el mal. IV ―Las cosas que nacen en el mal, persisten en el mal‖, solía decirme esa y otras frases para ejemplificar sus enseñanzas. A mí me gustaba oírle. Siempre tenía alguna curiosidad nueva qué contarme; creo que él también disfrutaba mucho nuestras pláticas. Bueno, más bien su plática y mis montones de preguntas. A veces también se ponía serio y me daba consejos, me contaba anécdotas para darme consejos a los que yo atendía al pie de la letra. V Silencio. No sé si sigue ahí. Yo estoy acurrucada al lado del teléfono, quiero levantarlo y hablar con él, pero las palabras exactas yacen en el inodoro desde hace un rato. Silencio, silencio. Tomo el teléfono y estoy dispuesta a marcar. Sé que está esperando. No quiero decirle más. Va a contestarme y voy a vomitarle encima: ―Yo no nací para el odio, sino para el amor, lo siento‖, ―lo siento de veras, papá‖. Marco la primera, segunda, tercera y finalmente la cuarta cifra. Oigo el celular de papá del otro lado de mi puerta. VI Silencio. Silencio. Suena una, dos veces; suelto el auricular, y me acerco a la puerta, el celular sigue, sigue… VII Tiene los ojos más hundidos de lo que recordaba; mi hermano lo sostiene por el brazo. -Yo no nací para el odio, sino para el amor- le digo. -Marcela- me dice.


Nunca antes tuve un solo recuerdo de ése día. Y de repente todo como un gran vómito. Todo. -Él no te culpa, después de todo. -Me había quedado molesta, yo quería ir con usted, lo vi a lo lejos, mientras me alejaba desde la otra vereda volví a mirar, usted se había dado la vuelta, sonriente, y me dijo adiós con la mano/ ¿y tú? ¿y tú me culpas? -Yo estoy aquí sosteniendo su brazo. -¿Me culpas? –le pregunto a mi hermano. * Abro los ojos. Sigo mareada. El piso del baño está húmedo, encharcado por mi vómito. Y recuerdo. Tengo qué llamarlo Intento ponerme en pie, cuando escucho el teléfono. Celeste Espinoza


M.M. del Llano 1137 Monterrey, Nuevo Le贸n

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entrevista


Entrevista a Patricio Sturlese* 1.- Con El umbral del bosque ya son tres libros que tratan sobre Europa en el pasado, ¿qué te llama la atención de ese contexto? Creo que Europa es la cuna de nuestra cultura occidental y tiene los vestigios de lo que sucedió en una época: el mundo medieval, el mundo feudal, una vez fue el centro de nuestra civilización y ahora sólo ves simples castillos en la punta de una montaña. Europa tiene escondido todo un catálogo de personajes que me parecieron atractivos a la hora de contar una historia gótica con el tema de la iglesia. 2.- En El inquisidor, vemos el lado humano del personaje principal y nos muestras que no todo es blanco o negro, ¿cuál es tu sentir frente al maniqueísmo histórico en América Latina? Bueno, sucede esto: es utilizado en discursos para crear fantasmas, monstruos y esas cosas que espantan para dirigir voluntades. Evidentemente, creo yo, este discurso nos pone en tiempos medievales en la política, ya no hablamos de Europa la vieja, sino de América la vieja, con prácticas que son oscurantistas. 3.- Hiciste estudios en el Colegio Máximo de San Miguel, en donde también estuvo el ahora Papa, Francisco I, ¿hubo alguna reacción de parte de la institución por libros como El inquisidor o La sexta vía? El inquisidor lo leyó el decano y bueno, todos los compañeros de Bergoglio están como profesores; él mismo fue profesor y decano; creo que la prueba de fuego la tuvo ahí adentro del teologado jesuita. Cuando el libro salió recibí una catarata de críticas porque pensaban que venía a atacar a la Iglesia. Vaya, sólo con la imagen de la portada basta, un inquisidor con llamas y un pentagrama invertido… huele a problemas. Por otro lado no podría contar una historia sobre un inquisidor sin meter al lector a la cámara de tormento. Uno pasa por diferentes tensiones, tiene indiferencia,


tiene relaciones sexuales, que algunas personas no me perdonaron que en un libro donde hay una misa, cardenales y sacerdotes de repente haya una orgía o un aquelarre de brujas, pero yo me comprometí a mostrar una historia, mi objetivo era ése y que cada uno dijera quién es el bueno y quién es el malo. Luego uno se da cuenta de que el héroe mata y el villano no mató a nadie y al final la decisión sobre quién es el bueno y el malo la tiene el lector. 4.- Defines tus libros como sacrothrillers, ¿cuáles son los elementos de este género? Es un género que se inauguró, a mi criterio, con Morris West hace más de 40 años con novelas como El abogado del Diablo, un australiano que escribía intrigas palaciegas; luego vino El nombre de la Rosa de Umberto Eco, que mostró la vida monacal. 5.- ¿Cómo reconcilias tu formación religiosa con la escritura de libros que incluso han sido llamados “anticlericales”? Antes de ser escritor soy católico. Esto es literatura, es ficción, y el espíritu con el que creé esta novela fue mostrar una historia que yo no inventé. Cuando nací ya existía el mal, ya existían las historias de brujas, yo no creé al Santo Oficio. No me puse en un rol de ordenar todo el mensaje para que fuera una ofensa a la Iglesia o al poder político; lo muestro, pero obviamente hay facciones dentro de toda religión que son más exacerbadas que otras. El protagonista, en el siglo XXI, de una novela del siglo XVI es un sacerdote católico, con dudas, con aciertos, con lo que fuere. 6.- En varios lugares retiraron tus libros de las estanterías, ¿cómo crees que un autor debe enfrentar la censura? Cuando me enteré yo estaba llegando a El Salvador y me dijeron que habían retirado mis libros y cancelado las presentaciones. Me encontré con un cuadro netamente inquisitorial en carne viva por un libro de ficción en una librería. Lo que hice fue pararme aún más fuerte en mi punto que es ―no tengo que explicar nada porque las verdades se explican solas‖. Me comuniqué con los dueños y me


dijeron que les parecía que venía a esos lugares a contaminar la literatura. Yo los entiendo, son personas católicas, pero yo también lo soy, los sacramentos son los mismos y no hay nada que dé capacidad de censurar a un autor de ficción. Yo les dije ―muchachos,

léanlo

y

si

los

ofende,

les

pido

disculpas

personalmente‖ pero lo leyeron y al cabo de tres meses se estaban vendiendo al doble porque ya había trascendido que había sido censurado. 7.- Como católico, ¿cómo mezclas el death y black metal con el mundo literario? Escucho a Dimmu Borgir; no me importa la letra, yo consumo tensiones auditivas, pueden decir que se levantan en la mañana y van a comprar pan o que se bañan en sangre, me da lo mismo. El metal tiene tal similitud con la música clásica que cuando uno los mezcla con filarmónicas se da cuenta de que hablan el mismo idioma. Ahí están las bandas de black sinfónico, con una visión medieval, ahí están las carátulas, con los bosques, las hachas, todo muy gótico. Vamos, si voy en un auto pongo la radio con los clásicos de los 80, pero cuando camino o estoy solo escucho bandas que las conocen solo los padres de los músicos. Escribo una escena, escucho dos o tres canciones de black y me marcan la ecualización de la escena que viene después. 8.- Es curioso porque el black tiene una temática satánica… Bueno, hay quien dice ―nosotros somos ateos y hacemos black, hablamos de satán, pero no creemos en nadie‖ Pero tienes a gente como Glenn Benton que es un payaso, está con la cruz invertida, pero al final del año va a la discográfica y agarra sus dólares. Claro, a veces escucho a Deicide, pero yo solo tomo los sonidos. Esta música siempre tiene el fantasma de lo moral detrás. Estamos en épocas en donde una banda de black metal noruego horrorizaría a los rockeros de los 70. También tienes a bandas de white metal que


hacen mucho ruido, pero que dicen ―la eucaristía te libera del pecado‖. Muchachos, hagan música y no se fijen en la letra. Manv Gómez *Originalmente publicada en el periódico La Rocka


ensayo


Mi descubrimiento de la invención de América Latina* Toda obra nuestra, de nuestra América robusta, tendrá, pues, inevitablemente el sello de la civilización conquistadora; pero la mejorará, adelantará y asombrará con la energía y creador empuje de un pueblo en esencia distinto, superior en nobles ambiciones, y si herido, no muerto. ¡Ya revive! (Los códigos nuevos, José Martí) I. Un continente negro por colorear No puedo especificar claramente en qué año descubrí América Latina. Recuerdo que en mis primeras clases de español, que tomé en Canadá durante un intercambio de tres meses, tuvimos que colorear un mapa de Latinoamérica y nombrar los terrenos. Recuerdo también que me confundía con los nombres de Paraguay y Uruguay o de Colombia y Bolivia. El nombre de Costa Rica se me hacía tropical y creía que era una isla al lado de Puerto Rico. La repartición de los espacios no me parecía ni práctica ni justa: ¿Por qué había un país tan largo como Chile, ocupando toda la costa del Pacífico? o ¿por qué algunos estados no tenían mar como Bolivia o Paraguay? Y Brasil, ¿por qué era tan grande y Panamá tan pequeño? Sin llenarlo con más contenido, este mapa de papel, simplificado e inverosímil, representaba durante mucho tiempo mi mapa oficial de Hispanoamérica.1

1

Alfonso Reyes en su Última Tule describe la división de América como anuncia el título del discurso “Capricho de América” de 1933 la siguiente manera: “Luminosa imagen del planeta que ronda en torno a su sol, Bolívar sueña entonces en la aparición de la Grande América. Pero el tiempo no está maduro, y la independencia procede por vías de fraccionamientos nacionales. En las distintas etapas recorridas, asistimos, pues, a un juego cósmico de rompecabezas. Los tijeretazos de algún demiurgo caprichoso han venido tajando en fragmentos la primitiva unidad, y uno de los fragmentos en partes, y una de las partes en pedazos, y uno de los pedazos en trozos” (Reyes, 77).


En Alemania casi no se estudian la historia y la geografía de América, del norte sí (Washington) y del sur nada.2 No quiero que suene a excusa, pero el país germánico como incipiente de dos Guerras Mundiales tiene historia (negativa) suficiente para llenar el programa de doce años de escolaridad. Lo que sí sabe todo el mundo es que América fue descubierta por ―Christopher Kolumbus‖ y existe una canción infantil divertida y alegre sobre tal acontecimiento. Quisiera compartir las dos últimas estrofas, porque reflejan bien mis creencias ingenuas de muchos años: Das Volk an Land stand stumm und

El pueblo estuvo callado y tímido

zag

Entonces Colón les dijo: ―¡Buenos

Da sagt Kolumbus: "Guten Tag!"

días!

Ist hier vielleicht Amerika?

¿Es aquí quizás América?‖

Da schrien alle Wilden "Ja".

Todos los salvajes gritaron ―¡sí!‖

Die Wilden waren sehr erschreckt

Los salvajes estaban muy asustados

Und schrien all: "Wir sind entdeckt!"

Y gritaron todos: ―¡Estamos

Der Häuptling rief ihm: "Lieber

descubiertos!‖

Mann,

El cacique exclamó: ―Estimado

2

Latinoamericano tiene una gran ventaja de ser “naturalmente internacionalismo” como subraya Reyes en su discurso “Notas sobre la inteligencia americana”: “Esto se explica, no sólo porque nuestra América ofrezca condiciones para ser el crisol de aquella futura “raza cósmica” que Vasconcelos ha soñado, sino también porque hemos tenido que ir a buscar nuestros instrumentos culturales en los grandes centros europeos, acostumbrándonos así a manejar las nociones extranjeras como si fueran cosa propia. En tanto que el europeo no ha necesitado de asomarse a América para construir su sistema del mundo, el americano estudia, conoce y practica a Europa desde la escuela primaria. De aquí una pintoresca consecuencia que señalo sin vanidad ni encono: en la balanza de los errores de detalle o incomprensiones parciales de los libros europeos que tratan de América y de los libros americanos que tratan de Europa, el saldo nos es favorable. Entre los escritores americanos es ya un secreto profesional el que la literatura europea equivoque frecuentemente las citas en nuestra lengua, la ortografía de nuestros nombres, nuestra geografía, etc.” (87).


Als dann bist Du Kolumbus dann.―

hombre,

Gloria Viktoria - wiede wiede witt

Entonces Colón ha de ser tu

juheirassa

nombre.‖

Gloria Viktoria - wiede wiede witt bum bum

Cuando empecé a estudiar ―español como lengua extranjera‖ en la Philipps-Universität de Marburg, el enfoque de estudios en aquella facultad alemana era el país hispanoparlante más cercano, es decir, España. En mi primer semestre tuve un encuentro curioso con una joven peruana que cursaba las mismas clases que yo. Nos caímos bien y desde allí empezaron mis estudios privados de cultura contrastiva entre Alemania y Perú. Este mapa tan sencillo de Hispanoamérica que traía en la cabeza empezó poco a poco a cobrar vida. Las anécdotas que me contaba mi amiga crearon en mi mente un nuevo paisaje animado y fantasioso, aunque todavía no había visto ninguna imagen real. Me hablaba de pollos con moscas que se vendían en las calles, de playas descuidadas y llenas de basura o de la capital Lima que nunca dormía. Al parecer, ¡demasiada fiesta y vida! Su madre y su tía planearon su mudanza y su reclusión de la joven bella en un claustro con nombre de ―Alemania‖ para protegerla del vicio mundano. (¡Qué gran equívoco! ¡Como si no hubiera fiestas en Berlín!3) Mi amiga cocinaba muy bien y me impresionaba la rapidez con la cual cortaba tomates, papas y carne. (La papa o la ―Kartoffel‖, producto importado del Perú ―gracias a la conquista‖, se ha convertido en el plato preferido de los alemanes.) ―¡Sin duda era un ama de casa profesional! Creo que pocas mujeres alemanas

3

Veáse tan sólo la Historia de la “Loveparade” de Berlín que de hecho la tuvieron que cancelar en Alemania por ser demasiado “salvaje” y con más de 20 muertos en Duisburg en el año 2010. (¡Y eso con que en Alemania casi nunca muere alguien!)


tienen las mismas cualidades caseras a esta edad.4 Y también fue gracias a ella que conocí al ―círculo latino‖ de Marburg; en esta ciudad tan pequeña5 todos los latinos se conocían entre ellos. Me llevaban a sus fiestas y a sus bailes. ¡Y eso sí era baile! Las primeras veces me quedaba boquiabierta al lado de mi amiga. En vez de bailar, miraba yo los movimientos circulares que escribían sus caderas en el aire. ¡Fascinante! De esta manera me enteré de la existencia de los ritmos latinos y al mismo tiempo pude vivir una parte de la cultura latina en vivo. La divulgación del reggaetón en Europa cayó en las mismas fechas, en el 2004 o 20056.

4

Hay un cuento de Laura Méndez de Cuenca (del cual hablaré más adelante) que se llama “El Chasco de Miss Isidora” de su libro Simplezas de 1910. Señala que históricamente se apreciaba a la mujer mexicana por ser buena madre y un “ángel del hogar”, cuando en Estados Unidos las mujeres ya se ganaban la vida como secretaria o mecanógrafas. En el cuento el padre prohíbe a su hijo traerse una de esas misses de Estados Unidos que “se aventuran a pasear con cualquier par de pantalones, y regresan de sus correrías, descoronadas y sin palma. Mira que esas mujeres entran en el matrimonio jugando a Paris y Elena, pero son ineptas para el hogar. De madres no tienen ni un pelo. Son como la pava, que los pocos huevos que pone, los ahuera…” (Méndez de Cuenca, Simplezas, 42) 5 Marburg es una ciudad universitaria, es decir, tiene una población de setenta mil habitantes y veinte mil estudiantes. Se encuentra en la región de Hessen, entre Kassel y Fráncfort. Fue la primera universidad alemana protestante fundada en 1527. Hombres famosos y cultos pasaron por sus aulas como los hermanos Grimm, José Ortega y Gasset o Hannah Arendt para sólo nombrar algunos. 6 La música y el baile fue un gran promotor de la cultura latina en Europa. A parte de la salsa, llegaron hasta allá por ejemplo las canciones de Ricky Martin, Shakira, Juanes. (Desafortunadamente aún no llegó el son jarocho.) La música forma parte de la idea de Améríca Latina como también explica Walter Mignolo: “No less significant have been the emergence of Afro social movements, and their presence is giving new meaning to something that we (in Latin America, the US, or Europe) always knew was part of Latin America. From the Andes to Mexico, and from Argentina to the Caribbean, Afro rhythms have always been beating and continue to beat (and they have come to be known all over the world as 'Latin American music').” (Mignolo, 92)


Cuando terminé mis estudios en el 2010, ya había escuchado y visto mucho de la península ibérica, pero todavía sabía muy poco sobre América Latina. Pensaba que era un pecado mortal ser profesora de español y hablar únicamente de Cataluña, Andalucía y la más ―hermosa‖ de todas las ciudades Madrid, omitiendo la mayoría de los hispanoparlantes y una inmensa riqueza cultural. Además, quería conocer la otra perspectiva o la otra historia que no fue escrita por los ―conquistadores‖. Por eso decidí en 2010 embarcar a América Latina para descubrir la otra verdad, para hacerme una propia idea y combatir prejuicios como: ―The ‗idea‘ of Latin America is that of a large mass of land with a wealth of natural resources and plenty of cheap labor‖ (Mignolo, 12). Dorte Jansen *Parte 1 de 3, continuará en los próximos dos meses


Vericuetos de la literatura infantil Me propongo hacer a continuación algunas consideraciones breves sobre la literatura que leen nuestros niños, escudriñar el papel que juegan quienes están involucrados en el asunto e indagar cómo es que el estancamiento y a veces el retraso nos siguen apabullando, no obstante los programas, estrategias, inversiones, y reformas educativas que van y vienen. Considerando la lectura como fenómeno cultural y económico, en el esquema tradicional tenemos un lector que lee la obra de un escritor, por intermedio de una editorial y una librería, biblioteca, u otro medio. Cuando los lectores son niños, tenemos que agregar a padres, maestros y promotores de la lectura, a quienes pueden sumarse las autoridades educativas. El apunte no es para calificar de filtros a los múltiples intermediarios, aunque lleguen a serlo. Sirvan más bien para justificar el título de este artículo y hacer notar la complejidad de la literatura infantil en tanto fenómeno cultural. Echando un vistazo a las librerías, encontramos que, aunque son la excepción, algunos escritores, editoriales y promotores siguen aferrados al lastre moralista, si hemos de aplicarles la lupa estrictamente literaria. Vgr. Serie Gusano de Porrúa. Me refiero a la colección en la que el protagonista es Santiago, un niño que en cada historia se mete en problemas, e invariablemente un talismán con el que inexplicablemente cuenta lo transporta a un lugar donde vive una experiencia que lo hace aprender la lección correspondiente (el esquema es siempre el mismo, lo que varía son la situación y el aprendizaje). Al margen de esta serie la misma editorial Porrúa cuenta en su acervo con títulos frescos y sugestivos.


El afán moralista encaja mal en la obra literaria. Moralizar no es papel de la literatura. Ella cumple una función mucho más noble: permitir al niño adentrarse en el camino de la fantasía, la abstracción y la creatividad que de ello resulta, hacerlo soñar y gozar. El aporte que ello encierra es tan grande, que puede hacer la diferencia en su persona. En todo caso los valores van implícitos en las historias, pero no pueden ser el tema ni el propósito. Las fábulas con moraleja eran respetuosas de esta estructura, pues la moraleja iba siempre separada, al final, sin tocar la unidad de la historia. En este punto, sin embargo, no hay mucho que hacer, la gente puritana y mojigata seguirá esgrimiendo sus prejuicios como medida de lo que según ellos es lo correcto. Otra situación semejante es el enfoque mercadotécnico de algunas obras como las series de Harry Potter y Crepúsculo. Ambas tienen el mérito de haber hecho leer a millones de niños y adolescentes; pero la pregunta obligada es qué tanto beneficio les han dejado con su calidad literaria cuestionable. Ninguna de esas series me gusta y por lo mismo no quiero opinar de más. Sólo quiero recalcar su enfoque mercadotécnico, comenzando por la elección de una fórmula perfectamente calculada. En este caso tampoco hay nada que hacer, ni hace falta. Los best sellers infantiles y para adolescentes seguirán cautivando a un gran público. Sólo queda confiar en que esos lectores posteriormente habrán de diversificar sus intereses y uno de los beneficios de la lectura, el espíritu crítico, se revertirá en algún momento en su beneficio: los libros los harán libres.


Fuera de eso, considero que escritores y editoriales cumplen por ahora en cantidad y calidad. Hay literatura infantil para todas las edades (quizá falte un poco para adolescentes). Además de los clásicos antiguos como Caperucita roja, Cenicienta, etc., hay clásicos nuevos como El principito, Matilda, Alicia en el país de las maravillas, Momo, por citar sólo algunos. En contraparte de la serie Gusano, tenemos, cuentos irreverentes como Stink y los tenis más súperapestosos del mundo de Megan McDonald y La peor señora del mundo, del maestro Francisco Hinojosa. Incluso encontramos autores que han tratado los temas más difíciles. Mi amigo el pintor, de Lygia Bujonga es una obra que merece toda mi admiración porque aborda un tema que yo por ahora no me atrevería a tocar en un cuento para niños: el suicidio. Quizás el verdadero reto corresponda más bien a los promotores, que muchas veces no tienen clara su función ni la importancia de ésta. Son contados los padres que sienten la responsabilidad de transmitir a sus hijos el hábito de la lectura. La inmensa mayoría no son lectores y, por lo tanto, no saben que ellos son promotores. Los maestros quizá lo sospechen, pero no son lectores per se. Aquí es donde considero que hay un reto importante, inmenso e intrincado. La autoridad (SEP) piensa que puede crear lectores por decreto. La consigna de 20 minutos diarios es contraproducente (sin duda hay excepciones). Siembra en el niño el rechazo hacia los libros, porque le propicia una experiencia desagradable de lectura, un encuentro desafortunado con los libros, (aprendizajes significativos negativos, podría decir Piaget), desde el momento en que se les impone como obligación. ¿Se puede disfrutar por encargo? El hábito de la lectura sólo se puede transmitir por herencia y por contagio, propiciando en el niño experiencias gratificantes con los libros. Si en las escuelas no hay maestros lectores, que hablen de


sus libros y lecturas con pasión auténtica, de esas escuelas no van a salir alumnos lectores deseosos de leer por propia iniciativa. En cuanto a los promotores que sí toman la responsabilidad a cuestas, son o somos demasiado pocos para el tamaño de la tarea. Los cuentacuentos merecen una mención especial por su efectividad y encanto. Los niños cumplen con su consigna de ser el público más exigente (con las salvedades que ya mencioné, cuando se les juega chueco). Y está bien que no transijan. En resumidas cuentas, los vericuetos de la literatura infantil, considerada

como

fenómeno

completo,

supone

retos

que

corresponden esencialmente a la promoción de la lectura. Quizá nos falte a quienes asumimos ese papel, imaginación y osadía para seducir a los niños, no con historias distintas, ni con fórmulas enajenantes, sino con espacios, momentos y estrategias más creativas, irresistibles. Víctor Olguín Loza


CONVOCATORIA El árbol, revista literaria, convoca a todos los escritores a colaborar con un texto de creación (narrativa, poesía, teatro o microficción), crítica, reseña o entrevista para el segundo número de la revista, a publicarse en línea el 15 de mayo del presente año. BASES Los textos deben ser en Arial 12 a espacio y medio. Las reseñas, críticas y entrevistas deben tener entre 800 y 1000 palabras. Los textos de creación no deben exceder las 5 cuartillas. Hay libertad total para el tema o estilo de los textos. La convocatoria cierra el 1 de mayo. NOTA: Todo el material será revisado por el consejo editorial. El envío de textos no garantiza la publicación de los mismos. El autor conservará en todo momento los derechos de su obra.


semblanzas


Raquel Castro (México, D.F., 1976) es narradora, guionista, profesora y promotora cultural. Como parte del equipo del programa de televisión Diálogos en confianza de Canal 11 obtuvo en 2000 y 2001 el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Nacional de Periodismo en Salud en 2003. En 2012, su primera novela, Ojos llenos de sombra, obtuvo el Premio Gran Angular de literatura juvenil. Recientemente ha publicado la novela corta Lejos de casa; también ha colaborado en revistas y suplementos y publicado cuentos en antologías como Antes de que las letras se conviertan en arañas (2007), Más de lo que te imaginas (2012), Así se acaba el mundo (2012), Bella y brutal urbe (2013) y Morrissey y los atormentados

(2013).

Es

columnista

del

diario

La

Jornada

Aguascalientes y tiene un sitio web en www.raxxie.com Celeste Espinoza ―La vida me ha negado la oportunidad de ser NiNi‖ Monterrey, NL. 1986. Incipiente dramaturga. Estudió la Lic. en Letras Mexicanas por la FFyL, en la UANL. Actualmente estudia el diplomado de Arte Dramático en la Escuela de Teatro de la misma facultad. Desde el 2010 ha cursado talleres de dramaturgia con dramaturgos tanto nacionales como internacionales. Su primera obra ―La interesante historia del origen de la palabra ciclo‖ ha sido llevada a los escenarios nacionales desde el 2012 en las ciudades de Querétaro, Xalapa, Saltillo, Monterrey y próximamente en Tijuana. José Alberto Benavides Vázquez ha estudiado Biología, Filosofía y Multimedia y Animación Digital, ha participado como facilitador y cuentacuentos en diversos colectivos literarios y filosóficos y se desempeña como profesor particular de física, química, matemáticas y español. Su producción literaria abarca poesía, ensayo filosófico y cuentos cortos, publicados en medios físicos y electrónicos.


Sofía Gallegos Cibrián. Nací en el año de 1992 y desde entonces he vivido siempre en Monterrey, Nuevo León. Cuando estaba en la preparatoria comencé a interesarme en la literatura.

He sido

recepcionista y cajera en un centro comercial. Hace dos años escribí un par de reseñas para la revista electrónica de B3Nahui. Actualmente soy estudiante de décimo semestre de la licenciatura en Letras Mexicanas de la Facultad de Filosofía y Letras. Ricardo Ovalle García Mty. Mx. 1985, el año en que Marty McFly viajó en el tiempo. Amateur de profesión, ha obtenido algunos premios de poesía y publicado en revistas literarias como Papeles de la mancuspia, Urbanario, No te hagas guey. Su trabajo aparece en las antologías Imágenes para leer, Antes de nosotros, Geografía de la realidad y TX-330295 editadas por la UANL así como en Historias Maravillosas (Los hedonistas cansados). Tiene un libro titulado Instantáneas del fin del mundo y en 2014 piensa regresar al cuadrilátero con El Hombre Menguante. Pertenece al colectivo de poesía los Cabatch Patch Poets. Vale madre. Rafael Andrés Suárez Vázquez (Tuxpan, Veracruz, México. 1969). Después de vivir sus primeros años en Xalapa ha radicado fundamentalmente en la Ciudad de México, con estancias en otras ciudades.

Ingeniero

Bioquímico

Industrial

por

la

UAM,

ha

participado en literatura, teatro, música y cine. Tiene publicado el poemario Por los lados del umbral (2011), así como diversas colaboraciones literarias y de opinión en varias revistas, periódicos digitales y blogs. Es también autor de otros libros inéditos: uno de poesía, uno de cuentos y una novela; más una veintena de canciones de rock, un guión de cine y tres obras de teatro. Víctor Olguín Loza. Nació en Ciudad Fernández, S.L.P. el 20 de mayo de 1958. Estudió Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de


San Luis Potosí; y Comunicación en la Universidad Regiomontana. Ha participado en los programas radiofónicos A la escuela con alegría y Directo al Corazón (XEMR) y Entorno Universitario (Radio Universidad).

Ha

colaborado

en

las

publicaciones

Entorno

Universitario, Rayuela y Letras Regias. Premio de Cuento Infantil Juan de la Cabada 2006. Dorte Jansen es maestra en Literatura Mexicana de la Universidad Veracruzana. Estudió su licenciatura ―Enseñanza de lenguas extranjeras:

español

y

francés‖

(2004-2010)

en

la

Philipps-

Universität Marburg, Alemania. En 2006 fue un año de intercambio estudiantil a Sevilla, España, donde estuvo inscrita en Filología Hispánica. En 2008 estudió un año Artes del espectáculo en Montpellier, Francia. Actualmente vive en la Ciudad de México, donde aspira entrar en el doctorado de Letras de la UNAM con un proyecto sobre la dramaturgia mexicana contemporánea. Escribe y dirige mini obras de teatro (―Seguros T.T.A.S‖). Anna Kullick Lackner nació en Monterrey, N.L. en 1960. Tiene una licenciatura en Criminología y un diplomado en Traducción de la Lengua Inglesa. Ha publicado dos libros de poesía: Háblame en la lengua de la ausencia y Las palabras no nacidas, así como uno de aforismos: Anaforismos. Fue becaria del Centro de Escritores de Nuevo León en la Generación 2006-2007. Ha participado en Encuentros Literarios nacionales e internacionales. Miembro del Consejo Editorial de las revistas ―Papeles de la Mancuspia‖ y ―El correo Chuan.‖ Antologada en diversas publicaciones nacionales y extranjeras. Actualmente es coordinadora del proyecto ―Vocalizar‖ en Casa de la Cultura de N.L.


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