ARTE Y CULTURA
año 1 número 9
orígenes y raíces @elperro_revista Revista El Perro
agosto 2015
EDITORIAL La raza del perro es incierta, por una parte es divino (por esto de las alas, no por otra cosa) y por otro lado es callejero. Es un perro, al final de cuentas, que sirve a un solo amo: al espíritu creativo que desea salir y darse a conocer ante los lectores que nos han acompañado en nuestros números. Lo que hacemos o lo que decimos lo hacemos o lo decimos porque las voces de los artistas, sean ilustradores, escritores, fotógrafos, pintores, escultores, merecen un espacio en el que pueda ser escuchada por aquellos que han hecho de la revista lo que ahora es. Y justamente por eso, es que este número ha sido dedicado a todos los que están del otro lado: a los lectores y a los artistas; un número que sin duda nos mostró la necesidad de acercarnos a nuestras raíces. Sean entonces bienvenidos a este recorrido por los orígenes de los que tuvieron algo que decir y se atrevieron a decirlo.
ConSejo editorial (Los perros) 2
EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE ES...
d irección ge n eral
DIRECTORIO
Domingo Valtierra Robles
sub d irección ge n eral Pedro M. Guillén M.
d i se ño e imag e n Víctor Manuel Elizondo Santos (Diseño corporativo y mercadotecnia) Gisela Hernández de la Torre (Diseño Editorial)
con se j o e ditoria l Jesús Beniel Velasco Reyes Bruno Maximiliano García Cortés Quetzalcóatl Muñiz Lucio Daniel Gómez Jáuregui
c ol a bora dore s David Bravo Víctor Osuna Palomino Andrea Guzmán Jorge Silvadoray Alberto Romo Martínez Isaac Vargas Cárdenas Eckmon Ulises Avalos Atenco Jessica Flores Martínez Laura Michel Gisela Hernández de la Torre (Gherrot Art.)
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CONTENIDO
Literatura PAG. 7 COLUMNISTAS PAG. 29 Perro sonero PAG. 32 galeria PAG. 37 convocatoria PAG. 55 5
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LITERATURA
EL RETORNO DE JAVIER Por: San Isidro
Ayer a medio día llegaste estresado a casa por los exámenes que tendrías sobre la conquista de México, querías caminar por la barranca para calmar tu ansiedad, pero en ese momento yo estaba ocupado y no podía acompañarte, más tarde vamos cuando baje el sol -te dije- tú sin pronunciar palabra te marchaste. Ya por la tarde marqué a tu celular varias veces pero no contestabas, pensando que aun estabas molesto no te volví a marcar sino hasta a la mañana siguiente pero nada, entonces marque a tu casa, al contestar el teléfono, tu madre preocupada porque no habías llegado a dormir me interrogó sobre tu paradero, estuvo
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aquí -le dije- a medio día, quería que fuéramos a la barranca pero yo no podía salir en ese momento, así que se fue pero no me dijo a donde, -no había faltado a dormir, y si se le hacía tarde me avisaba, no se habrá caído por allá o le habrá pasado algo- no se preocupe -le dije- voy a ir a buscarlo en este momento, también voy, hablaré algunos amigos para saber si lo han visto, colgué el teléfono y salí a buscarte, pasé varias horas caminando por brechas y senderos resbaladizos, pero no encontré nada, después hablé a Marcel pero el mencionó que tenías días que no te aparecías por allá, hice otras tantas
llamadas pero nadie supo darme razón de tu paradero. Llegué a tu casa atardeciendo, tus padres me abordaron con mil preguntas antes de que pudiera decirles algo, el sol ya se ocultaba entre los cerros, justo en ese momento una patrulla se estacionó fuera de la casa, dos polis malencarados se bajaron y tocaron a la puerta, ¡señora! -dijo uno de ellos- mientras el otro abría la puerta trasera del coche, conoce a este muchacho, tu madre corrió a abrasarte, ¡es mi hijo!, ¡qué le pasó!, ¡donde estaba! Los compañeros de la unidad 38 lo interceptaron en la barranca de oblatos, salió de allí enterregado y sin zapatos, cuando le preguntaron sus datos se puso violento y le tuvieron que dar un calmante, a los minutos de estar inconsciente y ver que no respondía decidieron llevarlo a la clínica 48, ahí los médicos lo pasaron a una camilla donde lo checaron y le pusieron suero, después de una hora despertó muy asustado, se quitó el catéter y salió corriendo a la calle donde lo sometimos y lo esposamos, una muchacha dijo conocerlo y nos dio su
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dirección. Al pasar junto a mí me miraste sin reconocerme, la bata blanca que traías, estaba rasgada con manchones de sangre por todos lados, tus ojos muy abiertos y profundos me miraron como por primera vez; al irse los polis me quedé un rato en la sala esperando hablar contigo pero tu madre te encerró en tu cuarto y le marcó al psiquiatra que los médicos, por orden de los polis, habían recomendado, a los cinco minutos el psiquiatra llegó con una maleta llena de frascos con píldoras de colores y se metió al cuarto cerrando la puerta, a los veinte minutos salió diciendo que ya te habías relajado, que te dejáramos descansar sin molestarte; me despedí de tus padres angustiado por tu estado, pensando, qué te había ocurrido. Muy de mañana regresé a tu casa y tu madre me abrió la puerta, pasé a tu cuarto donde estabas recostado en la cama con la mirada profunda contemplando una mancha de humedad en el techo que se descascaraba, volteaste a mirarme pero no me reconociste, preguntaste, que quién era y por qué estaba allí,
sentí que la angustia me apretaba la garganta, Javier -te hablé- me mirabas como tratando de recordar pero tu conciencia estaba muy lejos, tu madre se acercó al buró y de un cajón sacó tres frascos con pastillas de colores, -te tocan estas tres Javier- dándote un vaso de agua te tomaste las pastillas que te fueron adormeciendo aún más, ya era imposible hablar contigo, afuera en la sala, tu padre dijo que el psiquiatra advirtió que por el momento no te preguntáramos nada de lo ocurrido, con el alma en la garganta me despedí de ti. Una voz se escuchaba por los corredizos obscuros de la conciencia de Javier. El desasosiego cubre poco a poco tu memoria, alejándote de las calles ruidosas y del asfalto caliente llegas a la barranca, los arboles comienzan a aparecer, caminos de tierra, te quitas los zapatos, miras tu reloj que dejas sobre la hierba, mientras continuas adentrándote más en ese camino fresco suspiras, inclinas tu cara sobre un ojo de agua para refrescar tus labios, desconoces el reflejo que se observa en el agua, hundes tus manos en este reflejo que desaparece, te recuestas a un lado en la tierra en un sueño profundo, sin temor en tu cuerpo untado de agua, de tierra, inmóvil en la sombra de los árboles, mudo como una planta sin preguntas, hablando por los poros al aire la tierra te alberga, como un hijo que ha vuelto sin contradicciones buscando sin palabras la caricia del mundo; el sol continuaba su viaje en el cielo, el frio de la noche trepa por tus piernas y tiemblas, te despierta, buscando un refugio te adentras en lo que parece una cueva en las raíces de un árbol, juntas algunas ramas y te tiendes sobre ellas, en ratos escuchas los sonidos de los insectos y los animales, coyotes quizás o mapaches que se acercan para observarte, la noche pasa sin prisa. La luz de la mañana te despierta, estiras tu cuerpo como jamás lo habías hecho, poco a poco caminas hasta salir de aquel lugar lleno de árboles, tus pies van tropezando con envolturas y vidrios que cortan tu piel, la sangre caliente te humedece los pies, tu quietud se perturba por un ruido que se hace más intenso, algunos hombres aparecen, te miran y tú los miras, pero esquivas sus miradas pesadas porque tú estás más liviano que de costumbre, murmuran, hablan, carraspean algo que no entiendes, dos hombre azules se acercan a ti, algo te dicen pero tú continuas avanzando, repentinamente uno de ellos te sujeta por el cuello, el otro te retuerce los brazos hasta tu espalda y te golpea el estómago, caes sobre tus rodillas que se raspan en el asfalto, quedas inconsciente; al abrir los ojos la luz artificial de una lámpara cilíndrica te golpea las pupilas, tratas de moverte pero estas sujeto a una cama que flota entre un pasillo interminable, te sujetan el brazo mientras una aguja rasga tu piel hasta el interior de tu vena donde el líquido que sale de ella trata de mezclarse con tu sangre roja y te produce una sensación de vómito, ahora pronuncias algo que se escucha como un susurro
ronco, tu lengua se estremece, observas a tu alrededor algunos sujetos con batas que se miran y producen un carraspeó que hasta ese momento no sabías que eran sus risas, tus músculos caen en la blancura de la sabana bajo tu cuerpo, mientras te adormeces en ese lugar que asquea poco a poco tu memoria. San Isidro Armando Figueroa Torres (San Isidro) nació en 1983 en Guadalajara Jalisco, sus padres llegaron a radicar en Guadalajara en los años sesenta, provenientes de Ameca Jalisco, tuvo una infancia tranquila que transcurrió en la colonia Talpita, terminó sus estudios de primaria en la escuela 18 de septiembre a la edad de once años cuando sus padres decidieron mudarse al barrio bravo de Santa Cecilia, concluyo sus estudios de secundaria en la escuela Fernando Montes de Oca, al concluir la secundaria entusiasmado por el conocimiento y las letras se inscribió en la preparatoria No, 2, decidido se inscribió en la facultad de Letras Hispánicas donde actualmente se encuentra terminando sus estudios formales de titulación y redescubriendo con la literatura su oficio en las letras.
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ilustrado por: Isaac Vargas Cárdenas
¡Ayyyyyy mis hiiiiiijoooooos! Por: Alba Huerta Pérez
Un manto blanco la cubre de pies a cabeza y las plumas del sombrero revuelan mientras menea las caderas grácilmente. Baila con elegancia entre los calores del horno ardiente, siguiendo al pie de la letra una receta: en la cazuela hay huesos de edades pasadas, de soles de agua, de tierra, de viento y de fuego; restos de simios, gigantes, perros y guajolotes que sobrevivieron a huracanes y temblores, traídos todos desde el mismo infierno. Y, por supuesto, no hay que olvidarse del caldo que conforma la esencia del dios Quetzalcoatl: su sangre, que ya hierve a borbotones.
la designan, dependiendo el momento y la persona que la nombre; pero en estos tiempos solo es conocida por un apodo vulgar que figura entre los libros de leyendas donde aún no se olvida la historia de la mujer que llora. Al mismo tiempo que revuelve el amasijo que nos da forma y vida, las visiones se amotinan: Hay hombres barbudos con armas de fuego, caballos, cuchillos, ropajes extraños… y aquellos nativos que han sido engañados caen a los suelos llorando y gimiendo.
Nos cocina a fuego lento Nuestra Madre: Quilaztli, Auicanime, Yoacíhuatl, Tonatzin, Xtabay, Huitzilnucu- Los gritos y lamentos de los mexicanos la distraen de atec, Xonaxi Queculla… todos esos nombres y aún más la tarea que llevaba a cabo, sus piernas se enredan y
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tropieza, tirando la mezcla que revolvía con el sagrado cucharón de madera; una parte del guiso se derrama sobre su cara y vestido que a partir de entonces se tiñe de rojo. Mientras los demás dioses celebran jubilosos la aparición del nuevo Sol, los dolores de parto la ciegan y Cihuacóatl pierde de vista esa cruel batalla en la que la mayoría de sus hijos perecían. Se tiende en el piso a dar a luz a un pueblo que ha nacido muerto. Se aferra al feto con un abrazo enérgico, no quiere aceptar que el destino le ha traído la desgracia de la muerte. Camina temblando hasta el río donde fluye la vida, arroja el despojo con la esperanza de que la corriente lo despierte. Los tiempos y una extraña magia que quién sabe de dónde habrá sido invitada, confluyen en el agua dulce del fondo, en un remolino que de lejos simula la existencia de la raza mexicana.
Alba Huerta Pérez Cursa el último semestre en la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Dedica sus ratos libres a la convivencia con las letras. Ha participado en talleres literarios tanto como asistente, como tallerista. No tiene muchos planes a futuro a excepción de leer, escribir y, en general, hacer uso de su Al tiempo que Nuestra Madre se retuerce en dolores, idioma favorito: el español. frente a ella, bajo el agua, se escenifica el final de los tiempos: La tierra retruena y se traga a los niños, las pieles que arden se caen de los cuerpos y los esqueletos devoran los restos de la humanidad que se está extinguiendo Sus alaridos de desgracia llegaron hasta los tiempos de Moctezuma; escuchar a la llorona erizaba los pelos a los habitantes de la vieja Tenochtitlán, quienes, con ayuda de chamanes, interpretaron la aparición como la advertencia de una catástrofe inminente. Con la llegada de los españoles no quedó duda: sus gritos trajeron la muerte, la conquista: otras ciudades y continentes se mezclaron en el Nuevo Mundo, corrientes que desembocaron en la ilusión por Cihuacóatl creada. El eco de sus llantos abarca por completo el río: toda la historia y el territorio que nos pertenece; está aquí en todo momento y puede que en este instante nos observe (mientras yo escribo y tú estás leyendo). Mató a sus hijos con un puñal ardiente cuando, por accidente, derramó el caldero que nos contenía; desde entonces, en ese instante eterno en el que viven los dioses, ha llorado por nosotros y, de vez en cuando, en las noches más oscuras, la vemos, como sombra, vagando por las calles, pintada de nuestra sangre y huesos, tan blanca y tan roja; siempre de la misma forma.
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Pilar contra pilar Estruendo primigenio Piel blanca Y piel parda Se moldean
LIBACIONES POR: Aldo Vicencio
Culebras Húmedas De leche y barro Se desprenden Se desliza su éxtasis Se sostienen Estupor que aviva Y anima la nada Dos polaridades Que bendicen el caos: Noche que escurre estrellas Sobre el cielo se ordeñan El cielo y la tierra Dos inicios y dos finales Se multiplican y dividen Sobre la nada se masturban Nubes y volcanes El inicio cósmico: Se anudan cuatro piernas El tiempo no transcurre El tiempo se vierte tibio Sobre el vientre del espacio No hay fin en sí, Sólo un coito que se Reverbera, infinito Dios Es un orgasmo dialéctico Dios Es de leche y barro.
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ILUSTADO POR: Alberto Romo Martínez (Ciudad de México, 1991). Poeta y pasante de la Licenciatura de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Es miembro fundador del grupo de poesía Naufragio. Ha publicado su trabajo en diferentes revistas literarias mexicanas, como La Piedra, Letras de Reserva, El Comité 1973, Libélula Nocturna, Errr-Magazine, Primera Página, Opción del ITAM, Monolito, LUMO, El Perro y La Cigarra. Asimismo,
ha presentado sus poemas en diferentes festivales culturales, destacando La Semana de las Juventudes, realizado en el Zócalo de la Ciudad de México, en agosto de 2014. Progetto 7Lune presentó material de su autoría en el evento de solidaridad “Tutti siamo Ayotzinapa”, realizado en Venecia, Italia, en diciembre del 2014.
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LAGO VOLÁTIL
POR: Wilberth Alejandro Rejon Huchin
(Mérida, Yucatán, México 1997). Primer lugar en el X Concurso de Poesía de los Colegios de Bachilleres de Yucatán (2014), ha participado en distintas ponencias en encuentros literarios como el XXIII Encuentro académico de jóvenes escritores, realizado en la ciudad de Huatulco, en el año 2014, ha publicado en distintos medios electrónicos como: Válvula Magazine, Cinosargo, Bistró, El Grito Literario, Literatura y Poesía, Hijos de Marzo, Metapoesía, A Buen Puerto, entre otros.
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Las mujeres saben que el sueño descalzo sobre el umbral no es una piel de algo sino la espora deglutiendo todo el paisaje inamovible: la nieve que es liquido vientre de flor eyaculada desde la superficie. se vierten desde las bisagras como un diluvio que consagra toda la amputación del cardumen, y piensan el latir desde una sombra que arrecia las nubes, acarrean todo hasta ese arroyo donde sangran las espigas, dejando el todo al aire: ciénega retratada.
ILUSTRADO POR: Dono
conocía. Me escuchó. Desperté en el occidente del país, el día era lluvioso y las avenidas estaban llenas de bestias con motor que andaban lentas por el clima, rugiéndose unas a otras como si eso las ayudara a abrirse paso de pronto. En el taxi me volví a dormir.
Por: María del Sol
XAMAN-HÁ N
o recuerdo el nombre que se leía en el letrero. Había llegado por error buscando algo y en medio de charcas azules aquel lugar se clavaría en mi psiquis de manera indecible. Entré por un camino claro, bordeado de palmeras y árboles altos que pintaban los flancos de un verde intenso, fresco y húmedo. De entre los troncos que se seguían unos a otros hasta perderse en la lontananza, salían extraños sonidos. Lianas gruesas atravesaban la bóveda natural que a menudo se cerraba sobre mi cabeza, y cuando la luz aparecía, alas de muchos colores atravesaban sus haces. Me preguntaba dónde estaría el sitio, cuánto tiempo me tomaría llegar a él y si aquella vereda ancha conduciría realmente hasta ahí. Pero a mi paso no dejaba más que vegetación y piedras oscuras que poco a poco se fueron mezclando con un polvo aperlado. Llegué a una playa. No vi casas, ni gente, sólo un letrero con un nombre borroso que señalaba hacia una isla. Estaba sentada sobre la arena blanca y tibia, ignorando las decenas de personas que caminaban a mis espaldas. Había atravesado el pedazo de océano en una escena que permanecía oscura en mi mente; de pronto y simplemente ya estaba del otro lado. Frente a mí tenía el mar, una alfombra hermosa tejida en turquesa y brillo que se extendía en olas bajas hasta tornarse en una degradación de azules. Cerré los ojos, el mar silbaba una antigua melodía maya. Por alguna extraña razón sentí una necesidad profunda de conversar con él, de contarle mis historias, incluso las que nadie más
Cuando abrí los ojos vi a una mujer de espaldas que caminaba sobre la arena en dirección al mar. Era de noche y había luna llena; la luz de la luna era tan intensa que parecía una inmensa farola colocada en el cenit. La túnica de manta le llegaba a media tibia y sus pies descalzos se hundían en la superficie húmeda por la caricia de las olas. Siguió caminando; poco a poco se adentró en las aguas y la perdí de vista, pero al parpadear la volví a ver. Estaba debajo, inmersa en la superficie líquida; sentí miedo porque no sabía nadar, pero recordé que yo era sólo una espectadora al verla a ella jugueteando como si se encontrase en su hábitat natural. Con cada brazada y movimiento de sus piernas, millones de diminutas burbujas ascendían desde los poros de su piel y despertaban microorganismos bioluminiscentes que se adherían a su cabello rizado. Direccionó su nariz hacia al fondo y a mi siguiente parpadeo la vi caminar sobre una roca cubierta de alga donde asomaban simpáticos corales con forma de abanico y esponjas marinas. De pronto me miró, la reconocí al instante, era yo… una yo paralela que me sonreía como si supiese más de mí que la yo que le contemplaba. Delante de mis ojos oníricos las palmas de unas manos se batieron borrando la escena para pasar a otra. Un anciano de tez morena y rostro rubicundo y lampiño se acercó hasta mí, tenía branquias en el cuello y comía algo de su palma, me ofreció y yo tomé un poco. Me eché la masa café a la boca; una amargura con dejos de miel se extendió en mi garganta, y subió a mi cerebro liberando endorfinas. Era cacao. “Hueles a Xaman-Ha” me dijo el anciano de rasgos prehispánicos sin necesidad de abrir la boca, con la pura mirada,” ¿A qué?” Pregunté yo sintiendo como mi rostro le cuestionaba más que la pregunta misma, “Xaman-Ha… Ancestralmete estas tierras eran conocidas como Xaman-Ha, Embrujo de Agua.” Sentados a la orilla de un círculo de agua, sobre rocas grises, pequeños peces merodeaban nuestros pies pellizcando y mordiendo los talones mientras me contó la historia de los Aluxes, pequeños seres míticos encargados de cuidar las aguas de los cenotes, pero que a menudo deambulan por todo el
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ILustrado por: Gherrot Art territorio haciendo travesuras y tocando las rodillas de personas por ellos elegidas. Les tientan el punto entre el fémur y la espinilla para así anclar sus pasos a esta tierra ancestral, para que después sus piernas se doblen y se extiendan hasta llevarlos sin motivo conciente a sumergirse en las aguas saladas de sus mares y en la dulzura fría de un cenote cercano… y entonces el embrujo sea completado. “Tus pies echarán raíces en este suelo y harán nudos tan fuertes con las de las ceibas que permanecerás aquí; y tu cepa será tan elástica que aun cuando andes a otras regiones, retornarás una y cientos de veces.”
cedido uno tras otro. Un deseo creciente se apoderó de mí; añoré el mar turquesa y los cenotes claros. Volvería al sur… a Xaman-Ha. María del Sol
Hola, me llamo Marisol. Nací en Guadalajara; aunque por mi familia, me considero mitad zacatecana. Pasé la primera parte de mi infancia en un pequeño pueblo jalisciense, para después mudarme a una pequeña ciudad y posteriormente a Zapopan; donde a la edad de 12 años comencé a escribir poesía. Desde pequeña sentía Me palmeó la rótula. Repentinamente se lanzó al agua y una fuerte inclinación hacia la pintura, así que estudié moviendo la cabeza me invitó a sumergirme a su lado. Artes Visuales. Sin embargo con el tiempo redescubrí “Pero no sé nadar“ le dije. “Pero si yo te vi atravesar el mi gusto enorme por las letras y me di cuenta de que mar para alcanzar nuestra isla” me respondió. Antes desde mi adolescencia no había dejado de escribir, de ampliar mi justificación sentí como mis pies se sin- pasando por diversos temas plasmados básicamente en cronizaban en dinamismo hasta brincar al cenote. poesías y cuentos. He publicado recientemente en la Revista online “El Perro” y en la antología colectiva Desperté. Seguía en el taxi. Los sueños se habían su- de cuentos “La Tierra en que andamos”.
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DIARIO Por: Aldo Rosales Velazquez
Nicolás Astorga vivió una parte de su infancia en una un pueblo de Nayarit del que ya no recuerda el nombre. Eso fue después de la muerte de su madre (a su padre jamás lo conoció, sospecha que su nacimiento fue producto de una aventura) cuando las autoridades decidieron que debería quedarse con los parientes más cercanos, una media hermana de su madre y su marido. Tiempo después escapó hacia la capital del país, aunque no sabía exactamente a dónde iba el tráiler que abordó, conducido por un hombre sin un ojo que usaba lentes oscuros todo el tiempo. En el camino, ese hombre le preguntó sobre sus padres, sobre su familia; sus orígenes. Nicolás respondió que no sabía nada, que desde que tenía memoria había vivido bajo un puente peatonal a orillas de la carretera. El hombre no creyó la historia, pero tampoco estaba muy interesado en saber. Se detuvieron a comer una sola vez, en una pequeña fonda donde, además de desayunos, vendían helado de mango. El recuerdo de una copa de cristal con dos bolas de ese helado, el aroma a sudor y colonia Brut de ese hombre, así como el consejo de jamás confiar del todo en persona alguna, sería lo más cercano a una figura paterna que Nicolás llegaría a tener. Por las tardes, cuando sale del trabajo –un taller donde arman cuadros para bicicleta- Nicolás se pone las gafas oscuras, su chamarra de cuero cuarteado y una gorra negra de John Deere. Toma el metro hasta el zócalo y ahí pasa el tiempo hasta que anochece, con un helado naturista en la mano. Le gusta el aroma de los barquillos recién hechos y mirar cómo el chocolate líquido se solidifica al contacto con las bolas sabor mango. Se va a casa al terminar su helado, cuando suena la campana de la catedral y el repique le recuerda el claxon
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ilustrado por: Ajolote,
del tráiler en el que llegó al D.F. Camina por las calles a contracorriente. Mira las cosas tras las gafas oscuras. Al llegar a la vecindad, se pone bajo el brazo el periódico que compró en el camino –son más baratos por la noche los diarios, y él lo sabesaca las llaves de su cuarto y entra. Los niños le temen, pero también lo odian porque una vez, cuando no había foco en el patio, pisó un pequeño tráiler de juguete y se fue sin disculparse. El resto de la noche, hasta antes de dormir, Nicolás revisa el diario. Recorta las fotos de tráileres (casi todas tienen que ver con accidentes viales) y las guarda en una caja de zapatos bajo su cama; los posters de mujeres desnudas los guarda en una pequeña cajonera; el resto del diario se lo obsequia a la anciana ciega que vive sola en el número dos, la que tiene una jaula con tres pericos australianos sobre los tanques de gas. Aldo Rosales Velazquez Ciudad de México, 1986. Autor de los libros “Luego, tal vez, seguir andando” (Río arriba, 2012), “Entre cuatro esquinas” (Fondo editorial Tierra adentro, 2013) y “La luz de las tres de la tarde” (Fondo editorial BUAP, 2015). Director de las revistas A buen puerto y Arribos. Coordinador del taller de creación literaria del FARO Indios Verdes.
, Estudio Creativo
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RENACER Por: Carolina Toribio Existen muchas cosas en la vida, que invaden mis pensamientos y te siento cerca de mí, susurrando al oído, palabras de gratitud, espero ser para ti , en cuerpo y alma, entregarme a los placeres de los sentidos y que cada poro de mi piel, sea el arropo de los sueños, que construimos con las manos. Poner mi vida entera, a tus pies, dibujada palmo a palmo, en el lienzo de la vida misma, coloreando con las yemas del tus dedos, comenzando por mi espalda y continuando tú creación artística, en los trazos del papel, donde cada fibra del carbón, logra mostrar lo que existe en mi interior, que es la esencia de mi plenitud artística y creativa.
Comprendo que tú eres otoño y yo soy primavera, es tú encanto, pues me logro ver por siempre, entre tus sábanas blancas, sintiendo rozar tú suave boca, sobre mi cuerpo, deslizándote lentamente y provocando enormes sentimientos en mi piel, acrecentando lo que siento por ti. Quiero recorrerte lentamente y besar todo lo que eres, tocar las estrellas con las manos, al lograr movernos al compás, al ritmo de la melodía del amor, llenarme con los jugos de tu máxima creación y virtud plena. Morder dulcemente tu cuello y hacerte estallar con las sensaciones, que plenamente, siento desde que te siento más cerca de mí cuerpo, ser uno mismo y tocar los pétalos de tú amanecer.
Vida mía, cuanto añoro, tenerte una vez más entre mis manos, sentir como palpitan nuestros corazones, al Descansar sobre tú pecho y saber que siempre estarás mismo latido, al compás del sentimiento, que nace de para mí, a la espera y sin reservas de tiempo, queriendo una nueva ilusión, por tu alma tierna. estar cerca el uno del otro, construir un mundo nuevo, de formas y colores, que nos llenen de placeres. Compañero del camino, donde se logran conjuntar, uno O amado mío, por ti retomo la poesía y mi vida por fin a uno los anhelos, rompiendo las brechas de la vida, sin tiene sentido, llenas de ilusiones todo cuanto poseo y lopreguntar, nada el uno del otro, importando ciegamente, gro ver a mi alrededor, pues tú eres mi amado redentor. tener vuestra compañía a mi lado, sin clemencia. Carolina Toribio Sin reservas de tiempo, te busco entre el paisaje, tu aroma inunda todo lo que tengo y soy, aceleras mis sen- Mi gusto, por la escritura, nace desde la infantidos, a tú lado pierdo la compostura y me inunda toda cia, a raíz de la lectura, porque ayuda a cultila dulzura. varse y fomenta , el desarrollo de la imaginación, por eso, al darme cuenta, de que ustedes, con su Amante fiel, que espera mi regreso, cuan si hubiera “Revista El Perro”, daban, la apertura, para los solo un instante, para vivir estas locas pasiones, que nuevos textos, me interesó el proyecto y desde, nos llenan mutuamente de alegría, haces renacer lo más su primer número, los he seguido, en realidad, sublime que existe en mi persona o creación de mi ex- existen muchas formas de percibir el mundo y istencia, la musa de mis sueños. estoy segura, que la escritura y las artes, hacen trascender estas prácticas humanas. Gendarme que procuras mi regocijo, cual si tuvieras entre tus manos las arras de la vida, sin tener anillo en mano, el compromiso no importa, solo que tú eres mi humano.
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ilustrado por: F. Xavier Núñez García (Uwxavier)
INSOMNIO Por: Bryan Lozano
Mi nombre es Verónica, soy costurera, de las mejores como solía decir mamá. No carezco de habilidad, sino de trabajo y viviendo sola está más canijo, de vez en cuando me traen a remendar un pantalón, una camisa o en el mejor de los casos, rara vez, me encargan hacer uno que otro vestido. Al ocultarse el sol por el horizonte ataca un monstro que porta una enorme y espesa capa negra. La noche. La gente le teme a esta imponente ausencia de luz y no los culpo, plaga de soledad, de silencio, de terror, sin embargo en mi caso aquel temor desmesurado llega a la hora de dormir. Sentada en mi viejo sillón, sola, inexpresiva y en silencio observo fijamente el reloj cucú que me regaló mamá en mi cumpleaños número diez, esperando que marque las doce, mi hora de dormir. ¡Cucu, cucu! Aquí voy. Postro mi cabeza sobre la almohada fría que poco a poco va tomando calidez, un minuto, dos, cinco, diez… El sueño comienza a invadirme, pero justo antes de entregarme a los brazos de Morfeo, logro percibir la misma melodía tétrica que no deja de ponerme la piel de gallina, aquella melodía reproducida por una especie de tocadiscos que emana bajo mi cama, no quiero mirar ahí abajo, Tengo miedo. Llega la mañana, otra vez no pude dormir, me quedo un momento al pie de la cama pensando… quizá el colchón esté maldito, es una casa vieja y además yo no recuerdo haber comprado ese colchón. Ese mismo día intercambié mi viejo colchón con mi vecino, aprovechando que el muy iluso dice estar loco por mí. Me siento aliviada, estaba segura de que mi problema por fin había acabado, finalmente podría dormir en profunda paz. Más tarde, mientras bordaba el vestido de doña Consuelo, la señora de junto, la máquina de coser dejó de funcionar, luego de lanzar chispas y humo durante varios segundos, no me quedó otro remedio más que mandar a repararla, tuve que sacrificar los ahorros que utilizaría para comprarme el horno de microondas que tanto anhelaba. Ni modo no puedo quedarme sin herramienta de trabajo. Nuevamente me senté y esperé a que dieran las doce, en el sillón, con el rostro inexpresivo de siempre. Me recosté una vez más, recé dos Padre nuestro y tres Ave María, según mamá era efectivo para alejar malos espíritus.
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Ilustrado por: Ajolote,
Un minuto, dos, cinco, diez, ¡casi estaba por lograrlo! Pero momentos antes sentí algo helado en la espalda, como cuando un estetoscopio hace contacto con la piel desnuda y desprotegida, no, aún peor, aquello se estaba moviendo lentamente, podía sentir como cortaba la carne poco a poco, presioné con fuerza los dientes y cerré los ojos. Por fin amaneció, la oscuridad se ha ido, pero regresará. Mientras reúno fuerzas para ponerme de pie, siento algo extraño entre mi espalda y la sabana que cubre la cama, es una pequeña navaja oxidada, pero no entiendo que hace ahí, de inmediato un fugaz pensamiento me hace saltar de la cama e ir frente al espejo, tenía constantes heridas en la espalda, no podía explicar semejante anomalía, ni el terror que me invadía por las noches. Hoy por la tarde encontré un trozo de papel viejo y sucio tirado en el suelo de mi habitación, contenía algunas palabras poco legibles pero lo suficientemente claras para ser leídas, confieso que aún me recorre un viento helado por todo el cuerpo cada vez que vienen a mi mente aquellas palabras; ¿Qué hay bajo tu cama? Tengo miedo, no, más que eso, ya no puedo estar tranquila ni un solo momento, siento algo detrás de mí, vigilándome. Ha llegado la noche y he tomado una decisión, descubriré que hay debajo, aunque la sola idea de hacerlo me provoca un pánico tremendo. Acabo de entrar a mi habitación, hoy luce aún más tétrico que de costumbre, trato de disimular los temblores constantes que manifiesta mi cuerpo, pero no lo logro. Ya me he recostado, siento el cuerpo desprotegido ante la noche como cuando era niña, como cuando sobresalían mis pies del borde de la cama. Padre nuestro que estás en el cielo, santifi… otra vez la melodía, escucho fuertes golpes, el sonido aumenta ya no lo soporto más, miraré debajo, si algo me pasara, que estos escritos queden como prueba del infierno que he vivido, si no, aquí estaré para contarlo… Tengo miedo. Bryan Lozano Siempre he dicho que el arte es lo que nos define a cada persona de entre tantos individuos. Nos hace únicos e irrepetibles. La pintura forma parte de mi esencia humana, cada trazo, todos y cada uno de los colores que se unen para formar una nueva obra son parte fundamental para mi expresión personal, Esta serie de pinturas son un tributo a la vida animal y al cuidado del entorno. Conscientes o no, todos somos animales. Estudio Creativo
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Por: Adriana Morado
TORMENTO DE TIERRA Las brujas revolotean. Hace tierra: así debes hablar ante la presencia del patriarca. Debes regresar al primer lenguaje si retornas al origen sembrado de algodón, vides y vacas lecheras; tan distinto al ahora suave desierto a medio abandonar. I Hará tierra festejan los árboles, sacudiéndose rayos del sol. Las ventanas esconden rostros tras gruesas cortinas raídas. Guardan cueros de vaca, de culebras, mantarrayas para los amarres de la abuela; abandonan las cuatro esquinas de la plaza mayor. La única carretera en Laguna se plaga de manchas difusas que juegan a ser carros huyendo del hambre. Las rubias y redondas brujas rebotan, saltan sobre el pavimento, regresan a la vida dentro de la dulce tolvanera, único baño que recibe el pueblo olvidado por sus hijos. Riegan con sangre los montículos de tierra en un ridículo intento de salvar al caserío de la voracidad del desierto. IV Ante el vidrio de la lupa, el entorno se transforma. La tierra ruge y agita su melena, los cultivos transmutan en arbustos, pedruscos. Cuánta belleza muerta, callada entre los susurros del polvo. Adriana Morado Estudiante de Letras en la UNAM, originaria de Monterrey. Editora en resortera.mx, colectivo que publica literatura escrita por jóvenes. Heladera amateur. Si pudiera, sería un erizo de tierra.
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ilustrado por: Ajolote, Estudio creativo
Vals de la Luna Por :Ana Iris Aguirre ¡Ay infeliz de la Luna! Que a Tierra no ha de alcanzar Día y noche va a su lado, Y siempre lejos está. La Luna blanca le entrega Su belleza, su esplendor Mientras que la Tierra ciega Mira hacia el ardiente sol. De noche cuando le brinda Esa salvia, luz lunar; La Tierra ansiosa espera Que el sol vuelva a remontar Y cuando el sol ha salido Ella se vuelve invisible Andando siempre a su lado Aunque no voltee a mirar. Y así bailando a su lado La Luna vuelve a empezar Siguiendo siempre los pasos Que el compás de Tierra da. Pero la Luna no ha de irse Ni quiere brillar de día, Sólo anhela que la Tierra Disfrute la luz lunar. ilustrado por: Isaac Vega Cárdenas
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L A G R I M A S
D E N O C H E
P o r . . D V R
La luna derrama sus lágrimas sobre el espejismo de un lago sediento que frenético describe la lluvia, discurriendo desenfrenada, desde los cielos, su furia. Que se tambaleen las hojas en una guerra nocturna, que enfrenten sus tallos y pieles contra vientos y agua celeste.
ILUSTRADO POR: GHERROT ART
Y desde lo alto descienda la flama y desgarre la bóveda a truenos, que opaque luceros y ansiosa de tierra, parta las nubes e incendie los campos. Precipitados, los pobres, perdieron el rumbo, sobre martirizantes piedras burlonas cayeron, enardecidos garbanzos de hielo, ¿dónde han quedado las uvas y pétalos tiernos? Vuela la zorra apurada de frío, corre el gorrión por la tormenta emboscado y el río, inspirado, se lleva cadáveres muchos de frondas caídas en batalla pérdida. Luna, derrama tus lagrimas sobre la tierra que añora follaje.
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EL TEJEDOR DE TORTUGAS
Por: Pedro M. Guillén M. La gente pasa sin observarme, mucho menos se percata de mi trabajo. Sólo camina, sumergida en la realidad que la consume poco a poco, entre los pasillos atestados de baratijas. A simple vista podría decir que ninguna de las personas conoce la palabra sentimiento o el significado valorativo de una sonrisa. Yo estoy en medio de una tarde silenciosa, una tarde sin
bromas, sin llantos, sin alegrías, sin vida. Lo único que puedo hacer es seguir tejiendo más tortugas. A pesar de que la multitud errante no se detenga para apreciar a los animalitos de tela, que con esfuerzo mantienen la cabecita en el aire, como si quisieran besar a la naturaleza que no les concedió el don de tener unos pulmones de verdad, no me desanimo, ya que yo no trabajo para los
ilustrado por: Alberto Romo Martínez
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hombres, sino para mí. Tomo la aguja de nuevo y comienzo a darle forma a un nuevo anfibio. Varios puntitos aparecen entre los trozos de piel falsa a medida que yo voy cosiendo la fantasía. Aprieto un par de nudos diminutos, paso el hilo a través del cuerpecito no imaginario de mi siguiente tortuga, marco con un plumón el contorno de sus ojillos, y finalmente saco un poco de al-
godón. En seguida le coloco el caparazón, un caparazón decorado con botones, cierres, y múltiples hilachas de colores. Con cuidado pongo a la tortuguilla con el resto de su familia. Ya no son dos, o tres, o cuatro, o cinco animalitos, sino que ahora son doce seres, los cuales están acomodados horizontalmente sobre el suelo. Al llegar la noche meto a todas las tortugas en el interior de una bolsa de plástico. Una noche somnolienta, o mejor dicho, inerte, custodia mis pasos conforme avanzo por las calles. Las estrellas simulan columpiarse en el cosmos mientras que la luna disfruta de los abrazos del viento; un amor nocturno que se refleja en el universo. Antes de ver a aquel pastizal de color azul por cuenta propia, lo escuché. Es un ruido distinto a todos los ruidos existentes, podría decir que en aquel lugar, a la orilla del mar, hay cinco tipos de ruidos. El primer sonido es el silencio o la tranquilidad, el segundo, la majestuosidad del aire que baña las costas. El tercero, aquel velero que surca las aguas a lo lejos, el cuarto, los latidos de mi corazón, el quinto, la respiración del mar. Sin duda alguna hay más ruidos, pero yo creo que esos son los importantes. Me detengo frente a la superficie cristalina. Observo como el mar extiende sus brazos espumosos hacia el infinito. Desamarro la bolsa de plástico. Saco con cuidado a las tortugas y las coloco encima de la capa arenosa. Están allí, frágiles, esperando a que las primeras gotitas de la marea las toquen. El agua se desliza con lentitud, se arrastra sobre el suelo queriendo susurrar los placeres de la vida en los oídos de los reptiles, queriendo dar las respuestas a miles de preguntas invisibles, queriendo desenfundar el origen de la nada mediante palabras liquidas, pero el mar falla, sus dedos no logran acariciar a las tortugas. Vuelve a intentarlo. Esta vez sus manos azuladas recorren la playa a trompicones esforzándose en asir a uno de los animales, sin embargo, la marea no lo consigue. El agua, impulsada por las fuerzas de algún dios, vuelve a subir por la arena poco a poco, se desliza con elegancia bajo los colores de la luna. Las tortuguillas se agitan ante mi mirada, como si se estuviesen sacudiendo, después de que la marea las barniza con los cantos fantasmas de algunas sirenas. Los Galápagos se deshacen de la tela, de los botones, de los cierres, e hilachas. Algunas tortuguillas abren los ojos, parpadean, otras sacan la cabeza del caparazón como si estuviesen buscando algo en el mundo que apenas se abre para ellas. La marea regresa al vientre natural del mar, como si se estuviese refugiando de las mentiras, de los engaños, de
las traiciones, o simplemente se está refugiando de los hombres que la contaminan. Una vez más la fuerza de aquel ser acuoso inunda la costa, pero en esta ocasión, sus intenciones son diferentes. A los pocos segundos de presenciar el nacimiento de las olas justo en la garganta del océano, siento la circulación del mar bajo mis pies. Las gotitas caminan sigilosas por mis piernas, en seguida mi cintura es aprisionada por los deseos de la corriente. Mi cuello es tocado por la marea, cuyos deditos parecen estrangularme. El poderoso mar me da un abrazo, me baña con los murmullos de los peces, me cuenta los secretos de los corales, me dice con palabras ásperas el lamento de los tiburones, me cuenta las historias de los delfines, me susurra el respirar de las algas, me cuenta el origen de las especies, parece disecarme con la espuma. Intento hablar. No funciona. Mis palabras son arrancadas de mi lengua al igual que mis gritos. La arena que alfombra el fondo del agua comienza a sacudirse. Se levanta lentamente y me rodea. Tiene forma de mujer. Ésta me viste con su vestido amarillo mientras que las pasiones del ser azulado borran los sentimientos que alguna vez tuve. La piel de mi cuerpo es desprendida. Mi sangre se mezcla en el acto con las sales de la marea, penetrando en los innumerables poros de la dama de arena. Mis órganos y mis huesos son consumidos por el agua hasta formar parte del vasto océano en forma de pequeñas burbujas. La marea desciende de nuevo, como si quisiera fecundar lo que me quitó en el abismo de sus venas. Temeroso, levanto mi cabeza. Sin darme cuenta me convierto en una tortuga. Los brazos espumosos siguen abiertos, esperando a que yo me aleje de la orilla, esperando a que mueva mis patitas en dirección al abismo coloreado de azul. Los sonidos desaparecen dejando como prueba la existencia de un único ruido: las raíces del silencio. Pedro M. Guillén M. Me describieron por primera vez el 6 de marzo de 1992. Hasta la fecha soy un personaje de las letras que lo que busca va más allá de las páginas en blanco. Soy un personaje, que como muchos otros, juega a escribir, soy un personaje al que le pusieron por nombre Pedro Miguel Guillén Mejía.
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COlUmNISTAS
Raíces y orígenes son dos cosas distintas: las raíces representan todo lo que hay antes de un cierto punto, los orígenes son las primeras cosas, antes de ello no había nada. No se deben confundir, buscar sus raíces es posible, para los orígenes, es más complicado: los primates y primeros hombres no tenían árboles genealógicos. Buscar sus orígenes no sirve para nada, no es lo que nos interesa en la vida, salvo para los que no conocen a sus padres, para ellos si podría adquirir gran relevancia. Los orígenes, los conocemos. Lo que nos interesa, es lo que viene antes de nuestros orígenes, las raíces de la familia. Pero, el primer problema con nuestras raíces, es que se esconden,
ORÍGENES, RAÍCES Y PROBLEMAS Por: Céline Guillemot
como las raíces de un árbol, debajo de la tierra. Por eso no las entendemos, no las conocemos tan bien como nos gustaría. Nunca sabemos de quién venimos, nunca tendremos la posibilidad de conocer a todos nuestros ancestros... Sería divertido, volver todos hasta el primer ancestro, cada uno su ancestro primate. Simios, simios y simios. Pero no, todo esto es imposible, lo sabemos. Pero con todo y eso, intentamos entender nuestras raíces, nuestras familias, estas personas con quienes compartimos sangre. No puedo parar de preguntarme por qué. ¿Qué buscamos? Intentamos basarnos en el pasado, para entendernos, entender lo que ha pasado, aun mucho antes de nuestro nacimiento, y acaso poder predecir lo que nos va a pasar. Es un poco como el estudio de la Historia. Cuando estudias Historia, no solo estudias el pasado,
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sino las dinámicas que han provocado las situaciones que estudias. Es exactamente la misma cosa con este estudio de lo que ha pasado a gente que no conocemos pero que comparten sangre con nosotros. Intentamos, o a lo mejor quisiéramos, entender las dinámicas que han hecho de nuestra familia lo que es, entender a los miembros que la integraron para entendernos mejor. Pero este pasado, igual que las raíces, está muy enterrado y escondido. Pasan muchas cosas en las familias, no existe ninguna familia normal, aunque todas lo parezcan, más o menos. Y como todas las familias son muy diferentes, no podemos utilizar las experiencias de los demás para entender la propia, ni los libros, ni las películas nos van a ayudar y por eso, todos buscamos. El mayor problema que ocurre cuando buscas así, en el pasado de tu familia, es que siempre vas a descubrir cosas que no quieres saber. Hay cosas que han caído en el olvido por una razón precisa, muy a menudo una razón muy saludable. Mover el pasado no trae nada más que confusión y a veces rabia. Confusión de no entender bien ciertas cosas, porque vienen de otra época, otra generación. Rabia en la familia, de haber sacado cosas desagradables, y rabia contra ti mismo, de haber cosas que no tenías ganas de saber. ¿Por qué había completamente desaparecido, completamente, una tía durante muchos años? ¿Por qué no la conocí antes de tener 12 o 13 años? La razón no ha traído nada a mi existencia, sólo me di cuenta de los sufrimientos que existían todavía en su vida, y en las vidas de mi madre, de mis abuelos. Enterarse de los dolores que existen en una familia nunca ayuda. Pero sientes que así, sufriendo con los demás, formas parte de la familia, no entendemos que aún sin saberlas, ya formabas parte de esta familia, pero la
curiosidad es innata, queremos saber, aunque luego duela. En muchos sentidos, no se aprende nada del pasado, es mentira decir lo contrario. El pasado no va a impedir que nada que debería ocurrirte te ocurra. Siempre vas a hacer los errores que tienes que hacer para crecer, y eso forma parte de tu desarrollo personal. No hace falta que busquemos dentro del pasado de nuestras familias para entender donde tenemos que ir en la vida. Las raíces son importantes, porque nos dan nuestras bases en la vida, pero no hay que entenderlas para saber dónde ir. Si sacas las raíces de un árbol a la luz, se van a secar, y el árbol morirá, comido por insectos y corroído por el sol. Yo no quiero que me coman los insectos, mejor dejo las raíces en la tierra. Céline Guillemot Soy francesa, de Paris, estudiante de 20 años. Viví en México, los 6 primeros meses de 2014, y ahora estoy en Madrid. Inicio en septiembre de 2015 una maestría de Management Intercultural en Paris. Me gustan los artes, el cine, la foto, la música, y el teatro, un poco de todo. Me encantan los viajes y el descubrimiento de nuevas culturas y personas. He participado en diversos concursos de fotografía, que me encanta la foto, pero no profesionalmente, solo para mí, me permite capturar instantes y disfrutar de la belleza de la vida. He sido publicada en anteriores números de El Perro.
El Perro Sonero 31
regular se graba algún instrumento primero y posteriormente otro y así hasta hacer una mezcla de las pistas grabadas. Este proceso de grabar la música en conjunto le da más integridad tanto a la música como a la banda, además de fluidez. La química musical al final, es la que se da cuando tocamos juntos.
El Perro Sonero Por:Beni
MÚSICA PARA FLUIR http://bit.ly/1M9BRkh
H
“El fluir por su parte es justamente la canción que encontré esa noche tirado en el suelo y que después olvidé por tres meses. Desde que la retomé, antes de iniciar los ensayos para el disco, saltó inmediatamente. Parecía que ahí estaba una especie de solución para el álbum, como que ella planteaba otro tipo de tratamiento, otra manera de tocar incluso. La tocamos en vivo en el Hard Rock en diciembre y nos gustó lo que se siente. Hoy que la oímos ya grabada me sigue provocando la misma sensación: una corriente. Y por otro lado, también cómo que nos lleva a tocar desde otro punto de vista. Es como estar en otro grupo, otro grupo dentro del mismo grupo.” José Manuel Aguilera. http://bit.ly/1RxSqK7 Si se desea se puede encontrar bastante información técnica de la grabación del disco por in-
ay un disco que he escuchado durante años y aún no ha logrado cansarme, cuando la indecisión auditiva se presenta, la opción por default ha sido el álbum “El fluir” del grupo mexicano La Barranca. El fluir fue grabado en el año 2005 (¿Qué escuchábamos en ese tiempo?) en “El cielo” estudios de grabación en la ciudad de Monterrey (parcialmente), uno de los rasgos a destacar de este disco es que se ha grabado con una alineación legendaria, en ese momento el grupo estaba conformado por: José Manuel Aguilera (Guitarra y voz), Alejandro Otaola (Guitarra), Alonso Arreola (Bajo) y José María Aguilera (Batería). Todos ellos destacados músicos de la escena musical mexicana. El fluir se grabó conjuntamente entre todos los músicos, esto es que todos estuvieron tocando en todas las tomas que se hicieron, por lo
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1 El fluir diseño y arte: Claudia Sánchez
ternet y en la misma página de la banda (www.labarranca.com.mx). Pero para un mejor contacto con la superficie se recomienda comprar el disco que al cabo no tiene pierde. Ahora lo que quisiera expresar es que en todas esas escuchadas que le he dado al disco me ha fascinado que es un álbum con varios álbumes incluidos. En primer lugar recomiendo su escucha en un lugar apacible y con una mente abierta, como con ese interés de escuchar buenas noticias, se recomienda el uso de audífonos pero también se puede prescindir de ellos, pues la calidad tecnológica y musical del disco permite muchos paisajes, una recomendación muy personal es escuchar a ojos cerrados y simplemente dedicarse a escuchar y sentir la música con el fluir de la misma, intentar interiorizar dejando de lado todo intento de analizar y prejuiciar, dejar que fluya.
ser lento o prestísimo pero fluye. A veces diluyendo se en caída libre, otras veces naciendo en la cascada, provocando tormentas y socavones por donde pasas. Y la última estampa es escuchar el álbum como un todo, unificado. Estos consejos pueden servir para cualquiera de tus discos, sobre todo con los que más degusten a tu oído, sería bueno leer sobre sus discos favoritos y tener la oportunidad de escucharles, realizar estos ejercicios favorecen a abrir nuestra mente y nuestros oídos y ya encarrerado el ratón poder compartir con amigos, quizá esta es la forma en que podamos tocar juntos. http://bit.ly/1gB5IFc
Otro álbum del álbum es el de la poesía, de alguna forma escuchamos e intentamos leer mentalmente los mensajes que se nos quieren transmitir, una práctica espiritual concentrada, el repertorio de canciones nos ofrece varias estampas sobre como fluir, estar fluyendo … y bajo el brillo intenso de esta noche azul entrecerrar los ojos y por fin dejarse ir… Turno del coro de guitarras, lo bonito es escucharlas una por un lado y la otra por su lado y al mismo tiempo acompañarse durante la corriente, en ratos canta una sola en ratos las dos tienen sus solos en otros tiempos son parte de todos o se permiten reventar por completo la canción llevarla a otro cauce y en algunas canciones sacudir la cabeza invitar a ese ser frenético que llevamos dentro. Escucho a Hendrix mi amor. Sin dirección estaríamos estancados, la línea del bajo durante el disco es una muestra de cómo las composiciones pueden fluir de manera natural, la profundidad es la aportación del bajo, ir en un río apacible o rápido puede hacernos cambiar perspectivas así mismo el movimiento y la dirección ir de canción en canción de imagen a imagen dejándose llevar como el sol cuando cae. Si algo fluye es porque ritmo lleva, la percusión, el mantra y la sensación de movimiento, la repetición fundamental y ese ritmo que unifica a todos los instrumentos, a todas las voces, un camino que puede
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SFUMATO: UN PASEO POR EL ARTE.
LA MONNA LISA. Por Arturo Sosa
Hablar del segundo periodo del arte Renacentista llamado también Alto Renacimiento, clásico, pleno o pintura del cinquecento, sin mencionar la figura de Leonardo Da Vinci es un pecado contra la historia del arte. Pintor, inventor, ingeniero, arquitecto, matemático y humanista nacido en Anchiano, Vinci, Italia en 1452, discípulo de Andrea Verrochio y autor de la que sin duda es la obra pictórica más famosa de todos los tiempos: La Monna Lisa o Gioconda. Exhibida actualmente en el salón de los estados del museo de Louvre en París, Francia, bajo el nombre de Retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, se trata de un retrato pintado al óleo sobre madera de álamo de 77 x 53 centímetros, datado entre 1502 y 1506. Adquirida por el rey Francisco I de Francia a principios del siglo XVI y conservada en Fontainebleau. A la muerte del monarca se trasladó al Palacio de Versalles y fue hasta la Revolución Francesa que llegó al museo de Louvre. Propiedad también de Napoleón Bonaparte quien la atesoró en el Palacio de las Tullerías, durante la Segunda Guerra Mundial la obra fue llevada al castillo de Amboise y luego a la abadía de Loc-Dieu para evitar su destrucción. En cuanto a la identidad de la mujer que aparece en la pintura, en el año 2005 fue descubierta en la biblioteca de la Universidad de Heidelberg, al margen de un libro del autor Marco Tulio Cicerón
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cuya edición data de 1477, una nota fechada en Octubre de 1503 atribuida a Agostino Vespucci que dice «Leonardo se encuentra trabajando en tres obras pictóricas, incluyendo el retrato de Lisa Gherardini.» Esta misteriosa dama nació en Florencia el 15 de Junio de 1479, fue hija del napolitano y vecino de Leonardo, Antonio María di Noldo Gherardini y en 1495 contrajo nupcias con el banquero napolitano Francesco Bartolommeo di Zanobi, Marqués del Giocondo, falleciendo el 15 de Julio de 1542 en el convento de Santa Úrsula de Florencia. Leonardo recurrió para su elaboración a la técnica del sfumato o difuminación de los contornos con el que consigue fundir las figuras con la atmósfera que las envuelve, logrando una sensación de lejanía al paisaje en el cual se encuentran inmersas y que podemos apreciar por primera vez en su obra La Anunciación. La protagonista lleva un velo de gasa sobre los cabellos, amarrado al cuello del blusón, símbolo de castidad. No se aprecia ninguna joya y su vestimenta es sobria. Los ojos tienen resplandor y humedad. Los latigazos se realizaron con sutileza, la mirada es descartada por un juego de sombra. No tiene cejas ni pestañas (costumbre arraigada entre las damas florentinas de la época). Legendaria es su sonrisa, producto del uso de las sombras por parte del maestro Florentino, que hacen desaparecer su gesto al verla directamente y reaparecer cuando la mirada se dirige hacia otro segmento del cuadro. Madonna Lisa se muestra de tres cuartos, sentada sobre una silla de madera, visible hasta medio cuerpo, vuelve su busto hacia el observador, con rostro casi de frente, ojos situados en la línea del horizonte, manos cruzadas, la derecha sobre la muñeca izquierda y la mano izquierda a lo largo del brazo del asiento. La perspectiva es central, en cumbre domina el rostro con traslado al paisaje, abajo las manos le corresponden; en ambos lados domina el paisaje. El corazón de la Gioconda está situado al centro geométrico, su ojo izquierdo y dedos al centro en cumbre y abajo. La luz que procede de la cumbre y a la izquierda se concentra en la modelo. Predominan los colores cálidos en la protagonista y fríos en el paisaje, que se han oscurecido debido a la aplicación a lo largo del tiempo de una serie de capas de barniz. En cumbre y al centro se advierte una fisura en vertical de doce centímetros.
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El cuadro se divide en dos planos sucesivos, en el que la sonriente dama se encuentra en el primer plano, al fondo un paisaje dividido en dos partes. Se sitúa el paisaje en la ciudad de Bobbio al sur del monte Piacenza, en el norte de Italia. A espaldas de la Monna Lisa se aprecia una carretera y a la derecha un puente formado por tres arcos, conocido como Puente Gobbo o Puente Vecchio. La obra ha sido objeto de numerosos actos de vandalismo, el más conocido fue el robo perpetrado el 21 de Agosto de 1911, por el italiano Vincenzo Peruggia, en el que curiosamente fueron implicados como sospechosos Apollinaire y Picasso. El óleo fue recuperado tras la captura de Peruggia, quien pretendía vender el retrato a Alfredo Geri, director de la galería Uffizi. El 30 de Diciembre de 1956, el Boliviano Ugo Ungaza Villegas lanzó una roca al cuadro desprendiendo los pigmentos del área del codo y resquebrajando el lienzo. En el 2005 fue instalada en una vitrina de cristal blindado de cuarenta milímetros de espesor a una temperatura constante de veinte grados centígrados y cincuenta por ciento de humedad, con un costo de traslado y acondicionamiento de seis millones de dólares.
ARTURO ARMANDO SOSA BRIONES es Abogado por la Universidad de Guadalajara. Diplomado en Derechos Humanos y Derecho Aduanal y Comercio Exterior por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ganador del premio Mariano Otero ediciones XXXVI y XXXVII otorgados por la Universidad de Guadalajara. Tercer lugar en el Primer Concurso Estatal de Ensayo “Valentín Gómez Farías”. Ha participado como Jurado en concursos de oratoria y lectura. Columnista invitado en medios escritos. Ha tomado diversos cursos y seminarios en Historia del arte y apreciación estética.
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GALERÍA
A. PLASTICAS
Luis Gtz R (Nacido el 1 de junio del 1989) es un artista mexicano originario de Guadalajara , Jalisco, México. Es un artista actual mexicano que se ha enfocado en un arte plástico moderno, en que destaca por tener composiciones complementadas por teorías de física cuántica; reconocido por tener exposiciones de nivel internacional, siendo así como una de sus mas grandes incursiones al ser parte de la exposición colectiva Color Of Latín en el museo de sur corea Gyeongnam Art Museum, ubicado en el Changwon.
EL ULTIMO SONIDO ANTES DE MORIR. TÉCNICA: ASFALTO SOBRE PAPEL. MEDIDAS: 60CM X 40CM
ALGO ASÍ ES EL AMOR... TÉCNICA: MIXTA SOBRE TELA. MEDIDAS: 120CM X 80CM.
JUGANDO CON LA MUERTE. AUTOR: LUIS GTZ R. TÉCNICA: ACRÍLICO SOBRE TELA. MEDIDAS: 70CM X 60CM.
TITULO: NIÑA DEL BURKA TÉCNICA: ACRÍLICO SOBRE TELA. MEDIDAS: 1.60MTS X 1.10MTS
César Ramírez Me han atraído las expresiones estéticas desde siempre, ya sea como espectador o participe, plastilina en la niñez, bolígrafos de colores y comics en la pubertad, pintura desde mi adolescencia a la fecha, determinado a encontrar una voz propia en el arte. w w w.facebook.com/cesarrramirezelpintor?
Rockstar Carbón sobre papel opalina marfil
El padre y el hijo Conte blanco y carbón sobre canson gris 19 x 26 cm
Gallina Sanguina sobre fabrianao
Don Vergas Tinta China Sobre Opalina 21.5 x 26.5 cm
Octavio Grimaldo “Tavi”
Egresado de la Escuela de Artes Plásticas (2001 - 2005), tengo más de 100 exposiciones colectivas y 3 individuales a partir del año 2003. Las técnicas que más utilizo son el lápiz, acuarela, tinta, plumilla, acrílico, grabado, serigrafía y la estampa digital. Separo mi actividad plástica en dos formas: La parte más “formal” (pero que a la vez sigue siendo guarra), y mi actividad como monero (independiente). Los seres que disfruto hacer se muestran en los momentos cotidianos de la vida, pero vistos de una forma ácida, guarra, expresiva, y suelen ser mostrados en situaciones desquiciadas, con viajes mentales y locuras sórdidas.
Hacia el camino de la nada Acuarela y tinta, sobre papel fabriano
txavi22@hotmail.com
El reencuentro
Daniel Montoya Crystian Daniel Montoya Alcántara (Ciudad de México, 15 abril de 1994) tuvo un acercamiento con las artes desde muy pequeño, cuando descubrió las posibilidades de la luz y del color como un recurso para representar sus emociones. En la universidad al incursionar las disciplinas de la pintura, el dibujo y la escultura mientras estudiaba la carrera de diseño y comunicación visual en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, (ahora Facultad de Artes y Diseño, de la UNAM) y ser influenciado por grandes maestros de la ilustración y las artes se dio cuenta de su gran pasión por la ilustración. Fue reconocido con el 1er. lugar en el “8vo. Concurso de Arte Postal” organizado por la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria de la UNAM. Actualmente resultó seleccionado en el XXVII concurso nacional de cartel “invitemos a leer” organizado por la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (filij).
El atardecer
Joel Echavarría Astronáufrago
Soy Joel Eduardo Echavarría Salinas, nací en Monterrey el 7 de Octubre del 93. Desde pequeño me gusta dibujar, aunque nunca desarrollé un estilo complejo o realista, más bien me gusta hacerlo simple, chistoso, sencillito y carismático. Estoy por terminar la Licenciatura en Diseño Gráfico en la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Me gusta el cine de culto. En cuanto a música, escucho diversos géneros, creo que todos aportan algo bueno al mundo (pero hay excepciones). Pretendo algún día llegar a ser un reconocido ilustrador, diseñador o artista gráfico como le quieran llamar pero que mi trabajo sea reconocido, valorado e inspire o motive a otros de alguna manera positiva.
Aventuras de Pirata
Cabezón
Maestro Karin
Nappa vs Chaoz
Magneto’s weekend
Marquina Nací un 7 de Marzo en Cuernavaca, Morelos. Mi trabajo se enfoca en el dibujo y la ilustración, mis principales herramientas de trabajo son los bolígrafos, tinta china y actualmente de manera digital. Me gusta explorar con la línea libre y crear formas amorfas generalmente, en las ilustraciones utilizo las metáforas como mayor fuente de inspiración.
Reyes de baraja
Soledad Boca de dios
Rompecorazones
Planes
fotografĂa
Bryan Lozano
Amigos de antaĂąo
Antecedentes
Mi reflejo
MĂŠxico inocente
ÂżRecuerdas? Plenitud bajo cielo azul
MelancolĂa sabor anochecer
Diego Santos Dos de mis pasiones son el ciclismo y la fotografía. Cuando ando en bicicleta, suelo ir a lugares lejanos de mi casa para disfrutar del viaje de ida y vuelta. Al hacer esto, encuentro momentos que simplemente necesitan fotografiarse y ser compartidos, con el deseo de que la persona que los vea pueda sentirse dentro de éstos.
Convivio
Analco
El partido será más tarde
Miguel Ángel Avilés
Historia
Sinfonía
21 de marzo de 1981. Guadalajara, Jalisco. Egresado de la Licenciatura en Letras Hispánicas. He publicado en textos en Revista Quimera (España); Prisma volante, Papalotzi, El Cantón de la rueda, Los Solos, Gaceta de la Universidad de Guadalajara, MILENIO Diario Jalisco y varias publicaciones más en Guadalajara. Fui colaborador en el Sistema Jalisciense de Radio y Televisión y en MILENIO Diario Jalisco. Actualmente co-edito Revista Morbo y colaboro en otros proyectos editoriales.
Mangoneada
piernas
Selfie mĂstico
Liz Romero
Mi nombre es Elizabeth Bonilla Romero, provengo de una familia de la cual una parte de su vida se ha dedicado al diseño, o a las artes, actualmente vivo en la ciudad de México, con hermanos y madre. En este momento estudio Artes Visuales, en la FAD (Facultad de Artes y Diseño) en la UNAM. Uno de mis mayores logros, ha sido ingresar a la carrera de Artes Visuales, puesto que a una temprana edad tuve un acercamiento a las artes, lo cual hizo que mi objetivo en la vida fuese que me dedicara a las artes, que ahora estudio. He trabajado en proyectos académicos, en pintura, de los cueles se han presentado en público, también he impartido clases de pintura a menores de 15 años.
Alter ego, lo que hacen de nosotros
Alter ego, Mi yo
Alter ego, Mi yo, El yo
La Historia
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