Revista El Perro 8

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ARTE Y CULTURA

año 1 número 8 junio 2015

Viajes, viajeros y viajados @elperro_revista Revista El Perro


EDITORIAL Si consideramos, como toda odisea, el empeñoso trabajo de mantener el viaje, esta revista es el viaje de Ulises, y usted, preciado lector, es este maravilloso personaje que sin duda disfrutará de los múltiples escenarios que ponemos a sus ojos. Seremos mediadores de esos dioses artísticos que enramarán cada página que logremos forjar, y lucharán frenéticamente por encontrar el amor entre cada línea, entre cada verso, entre cada imagen que pueda grabarse en su memoria. Nosotros, como fieles compañeros, lo veremos llegar y partir una y otra vez, pero ésta, su casa, le será resguardada como Argos a Ulises. Y aunque este héroe sólo pensaba en vengar su honor y reencontrarse con su amada, otro ser había esperado su regreso, tal vez con mayor devoción y fidelidad. Somos perros, esos seres que se hacen puente entre la literatura y la vida. Somos esa simbología que es tan amplia que empata los extremos de lo místico y lo real. Esa mitología que no se agota en la imaginación más sofisticada y que al mismo tiempo conserva los referentes más cotidianos y cercanos. Tan simples y complejos como un perro. En nuestros viajes seremos los seres que laman las heridas del bíblico Lázaro y no las moscas que las empeoren. Recorreremos caminos nuevos, viejos, inexistentes y otros por existir y no sabremos si somos parte de la naturaleza o más parte de los lectores.

ConSejo editorial (Los perros)

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DIRECTORIO dirección general Domingo Valtierra Robles

diseño e imagen Víctor Manuel Elizondo Santos (Diseño corporativo y mercadotecnia) Gisela Hernández de la Torre (Diseño Editorial)

consejo editorial Jesús Beniel Velasco Reyes Bruno Maximiliano García Cortés Quetzalcóatl Muñiz Lucio Daniel Gómez Jáuregui Pedro M. Guillén M. n

colaboradores

Víctor Osuna Palomino David Bravo Andrea Guzmán Jorge Silvadoray Eckmon Ulises Avalos Atenco Jessica Flores Martínez Alberto Romo Martínez Laura Michel Gisela Hernández de la Torre (Gherrot Art.)

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CONTENIDO Literatura PAG. 7 COLUMNISTAS PAG. 27 Perro sonero PAG. 41 galeria

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convocatoria PAG. 59 5


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LITERATURA


La travesía del primer anfibio

Krsna Sánchez N.

Ilustrado por: Isaac Vargas Cárdenas

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H

ace unos 380 millones de años, quizá un sábado después del desayuno, un pez abandonó la tranquilidad de su hogar en un estanque tropical. Salió del lecho arenoso con un coletazo potente, impulsado por una ansiedad imparable. Deseaba llegar a la tierra seca, sin importar los riesgos. Entre las escamas no llevó otro equipaje más que dos cosas preparadas para la culminación del viaje. Mientras nadaba hacia el exterior, intercambió un saludo rápido con escualos acorazados y trilobites enormes. El pez se negó a mencionarles la meta de su camino. No podían comprender el anhelo de aires nuevos, literalmente, porque los demás seres acuáticos no imaginaban un mundo fuera de aquel paraíso de algas frondosas y corales exuberantes. El pez llegó a la superficie del líquido y asomó los enormes ojos saltones, similares a guijarros oscuros. Sintió que el sol resecaba un poco sus pupilas, una sensación bastante novedosa. Contempló el paisaje de los alrededores, cubierto por vegetación incipiente, poblado por libélulas asombrosas y miriápodos interminables. El pez se intimidó ante las novedades del panorama que lo aguardaba. Produjo las últimas burbujas dentro del agua, como un gesto para envalentonarse. Cautelosamente, flotó hacia la orilla, mecido por un suave oleaje. El peso de su cuerpo lo hundió en el lodo. Se apoyó en las aletas fuertes y flexibles, como patas primigenias, y caminó hasta alcanzar el suelo firme. En aquel punto trascendental, si hubiera gozado del intelecto suficiente, o contado con un agente publicitario, habría dicho alguna frase memorable, tal vez: “Este es el primer paso de un pez y un gran paso para los vertebrados.” Pero en cambio, sencillamente, abrió una boca enorme y tragó unas bocanadas de aire. Infló su cabeza plana, los ojos se le desorbitaron, resolló de agotamiento. Por un instante pensó que moriría asfixiado, igual que todos los peces alejados de la cuna paterna. Sin embargo, los pulmones primitivos del pez se abrieron al tránsito áspero del oxígeno. Él suspiró aliviado. Superada la prueba del respiro inicial, se dedicó a disfrutar tranquilo del territorio conquistado. Dejó un rastro húmedo por la ribera, al deslizar

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su complexión de anguila. Iba sostenido por sus aletas torpes, bamboleándose con una ligera pomposidad. La manera de andar que heredaría a las futuras generaciones de pioneros y colonos. El pez tomó la precaución de no alejarse mucho del agua. Previó que debería regresar pronto. La aventura era una escapada fugaz, antes de sumergirse en la vida común. El pez se acomodó sobre las raíces de una planta, protegido por la sombra fresca. El viento purísimo desapareció las últimas gotas de agua en su dorso espinoso. En ese momento consideró que era un animal terrestre en ejercicio pleno. Buscó un lugar entre las escamas del costado. Sacó el par de cosas que había llevado desde el principio: una cigarrera y un encendedor metálico. Bajo el agua nunca pudo fumar, tristemente. Se colocó un cigarro en la boca y lo encendió con una calada profunda. Después de un rato arrojó los primeros aros de humo a la atmósfera del Devónico. Ha publicado cuentos en las revistas La Cigarra, El Perro y La Higuera. Uno de sus relatos forma parte de la antología Brevis&Cortus de la editorial FA Cartonera. Fue finalista de los premios Esperanza del perro, en la categoría de cuento. Estudiante de letras en la Universidad de Guadalajara. Nacido en Michoacán en 1988.


El Festin

de las marranas J.H

ilustrado por: Isaac Vargas Cárdenas Oye, hija, estás list… ah. Ya vi porque no salías. Pero… ¿Tenía que suceder hoy precisamente? ¿No te sentías extraña? No, no te estoy regañando, es solo que me sorprende que haya sido este día. No llores hijita, no es para tanto. Haremos lo siguiente: les diré a tu papá y a tu hermano que vayan a esa fiesta para que nos dejen solas en casa. Así podré explicarte todos los pormenores de tu nueva condición. Temía que pudiese llegar este día. Pobre de mí muchachita, tan tímida y seria. Apenas hace unas semanas habías aprendido a maquillarte y comenzaste a salir con… ¿cómo se llama? Bueno no importa. No estés triste, no es tan malo como parece, aún conservas el café claro de tus bonitos ojos,

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tu cabello sigue siendo hermoso y la tonalidad de tu piel es… am… exquisita, muy atrayente quiero decir. Ya te irás acostumbrando al cambio de voz. Claro que te entiendo hijita ¿Qué te hace pensar que no puedo hacerlo? Bueno, tal vez a mí nunca me ha pasado esto, pero le sucedió a tu abuela cuando yo era una niña. También le ha acontecido a algunas de tus tías, incluso a tus primas. A mí me podría pasar en cualquier momento. Lo que trato de decirte es: todas las mujeres son susceptibles a convertirse en puercas. Toma, sécate las lágrimas con este pañuelito. Volveré en un momento, solo voy a despedir a tu papá y a tu hermano. Mamá dijo que a pesar de mi transformación, no debía


sentirme avergonzada, ni dejar de ser feliz. Claro, como ella nunca ha despertado convertida en una marrana. No es justo, yo no hice nada malo, yo no quería esto. Soy la primera del salón de clases a la que le ocurre esto. Mis amigas me dicen que en sus familias también hay mujeres que se transformaron en cerdas, creen que así me voy sentir mejor. Y, para colmo, mi hermano no deja de burlarse. Le dije a papá que lo regañara, pero él se puso de su lado y ambos se burlaron de mí. Subí a mi cuarto a llorar y regresé a la sala (donde estaban) hasta que mamá volvió. Cuando bajé me di cuenta del desastre que habían hecho, no sé si la comida la querían para tragar o para embarrarla por todas partes. Por cierto, desde el día que volvieron de la fiesta se han comportado de una manera muy extraña: comen con mucha ansiedad, me sorprende todo lo que han engordado en tan poco tiempo; se gruñen entre sí, como si se entendieran; sudan muy poco o nada, a pesar del calor que hace; creo que a papá sufre de incontinencia, ayer se orinó en los pantalones y no se dio cuenta hasta que yo le dije. Por lo pronto yo me voy acostumbrando a mi suerte, mi puta suerte. Afortunadamente no soy la única, una amiga acaba de llamarme, dijo que ella también sufrió la metamorfosis que aqueja a muchas mujeres. Estaba muy paranoica, como yo el primer día que me transformé. Lo irónico fue que ella me dijo: “no es para tanto, no te preocupes. A cualquier mujer le puede pasar”. Yo le dije lo mismo y me reclamó por burlarme de ella. Me gritó: “Ya no somos amigas” y me colgó la marranita. No me siento tan mal por perder su amistad, soy feliz sabiendo que es igual de miserable que yo. — ¬¬Ey Cerditaaaaa: estoy en casa ¿Dónde está la comida? Tengo hambre. Baja y hazme de cenar —Grita mi hermano desde la sala con esa tonalidad gutural que parecen gruñidos—, ¿sí me oíste? —Prepárate tu propia cena, ¿o estás muy pendejo para cocinar? —Le contesto a gritos desde la seguridad de mi habitación—. Ya sabes dónde está la comida, solo caliéntala. ¿Y ahora? ¿Qué me contestó? No entiendo lo que dice ¿Está diciendo algo? Este tipo está profiriendo reclamos pueriles en forma de gritos y llantos agudos. Salgó de mi cuarto y me dirijo a la sala, dónde está él. No voy porque sus chantajes hayan funcionado, sino porque no soporto ese maldito sonido agudo que hace cuando chilla. En estos momentos estoy bajando por la escalera mientras me quejo: “¿Cómo chingados es posible que a su edad él…? Es qué no me cabe en… parece pendejo. ¡Aaaah! ¿De dónde vienes? ¿Qué te paso? ¡Apestas!

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Vete a bañar. —Para qué, si no es necesario. —Papá, papá, que bueno que llegaste. Mira, no se quiere bañar ¿Verdad que está muy sucio. Dile qué se bañe. —Me encantaría jugar un rato con ustedes pero su mamá y yo tenemos cosas muy importantes que hacer —La toma del brazo con firmeza bestial y se la está llevando, casi arrastrando a al cuarto— y no nos molesten. Por lo pronto, yo estoy llevando a la bestia de mi hermano al jardín para bañarlo con la manguera. Sus pasos de bípedo mal dados están dejando marcas de lodo por donde pasan. Ahora estamos saliendo de la casa, en este momento estoy abriendo la llave y diciéndole que no se mueva. Un chorro de agua bien helada se está dirigiendo hacia él y, ¡plash!, le da un latigazo en la espalda que lo hace temblar. Mientras lo estoy bañando, de la habitación de nuestros padres se oyen gruñidos, gritos y sonidos extraños, como de objetos cayendo. Mañana descubriremos, este tipo empapado y yo, lo que ha sucedido en aquélla habitación. Han pasado dos semanas desde que papá violó salvajemente a mamá. Ella nos abandonó al día siguiente, dejándonos encerrados en la casa, con la excusa de que dos miembros de la familia se estaban convirtiendo en un peligro para la sociedad y uno tenía que cuidarlos de sí mismos. Dijo que regresaría en una semana con ayuda (repito que han pasado dos). Nos dejó comida para una semana, que ellos, los humanos, devoraron en dos días. Yo, por mi parte, guardé toda la comida y el agua que pude rescatar en mi habitación, la cual está cerrada con llave y con la puerta bien atrancada. No he salido de aquí, desde que, en un intento desesperado por refrescarse, rompieron una tubería del drenaje. No pareció importarles la peste, pero a mí sí. Después de haberse refrescado con el agua mierda, recordaron su apetito voraz. La desesperación por comer llegó a tal punto que trataron de comerse el uno al otro. Yo sólo escuchaba las palabras hechas gruñidos y gritos de dolor. Al final, el hijo se comió al padre, lo sé porque ahora sólo escucho sus gruñidos. Supongo que lo devoró entero, no quiero averiguarlo. Ahora está destruyendo la puerta de mi cuarto porque volvió a sentir hambre y se acordó de su hermana: La puerca. (Johnny Haggard), monero en proceso de formación, colabora en El Perro desde su primer número. A veces, le da por hacerle al escribidor. Le agradece a El Perro por dejarlo dormir en su casa e invitarle de sus croquetas. Estudia letras hispánicas en la universidad de Guadalajara. La leyenda dice que algún día dibujara la portada para un número de esta revista.


Mi acordeón roto Adriana Gaona Treviño

Hace mucho que no escribo pensando en ti, mi querida tierra, mis recuerdos ya no son los mismos, donde ambos soñábamos. Tú soñabas en que sería una persona de provecho y acabaríamos juntos, yo que te entregarías a mí. Quién lo iba a imaginar, no pasó nada de eso. No podía soportar estar tan cerca de ti, y cuando ambos callábamos, decidí abandonarte, a explorar otras tierras, que si no más hermosas, por lo menos no me recordarían tanto tu ausencia. La indiferencia que clavaste en mí se acentuó con el paso de los años. Pisar tierra ajena y evocarte me enfurecía, me hacia recordarte cerca. Ahora, mi alma esta deshecha. La gangrena, esa que empieza en la parte del cuerpo que produce odio y melancolía, me acaba, expiro, y no quiero volver, los recuerdos me ahogan, las calles clavan en mí la indiferencia, ya no conozco a las personas de mi ciudad, he dejado de conocerme, no sé qué ocurre conmigo. Estuve a punto de tocar las puntas de tus pies, me arrepentí a medio camino porque el miedo consumió lo último que quedaba de mí. Estuve a punto de llamarte por tu nombre, pero la cordura me reprimía, estuve a punto de escribirte unas líneas y me di cuenta que está ya se había ido. Quise cegar mi ironía, y rocíe a mis ojos las peores traiciones hechas por las personas de la ciudad. Por poco lo logro, pero estos me engañaron fingiendo un tiempo, traicionando. Intenté callar mi boca, pero antes de que pudiera ésta ya había puesto a todos en mi contra. Quise dejar de escuchar, pero por ahí oí que eso haría que muriera más pronto; decidí cortar mis piernas cansadas, pero ya no podía, me mire y antes ya había cortado mis agallas. Me arrastro hacia ti, implorando por la entrañable esperanza de volver

a encontrarte como en los años mozos, en los años de ayer, en los años donde ser lo que soy no pesaba, no en la ciudad. Entonces, ciudad mía, dueña de los extranjeros, hazme volver, caer y huir, como la última vez. Hazme volver a hablar de ti, anhelando los sueños codiciosos, hazme despertar, hazme ver que la vida es dura, entonces has correr el veneno, hazme sentir que soy extranjero otra vez. Vuelve a alejarme, junto con mi acordeón roto, para otra vez volver. Adriana Gaona Treviño Nací el 9 de enero en León Guanajuato, pero soy de muchos lados. Soy la mediana de mis hermanas. Me gusta la música y escribir. Estudio batería y psicología actualmente. Me gusta pintar, no soy buena haciéndolo también las plantas y comer. Amo los croissants de Guadalajara. He publicado con el colectivo Cocodrilo, en el libro “El aburrimiento es un suicidio encubierto” con la colaboración del cuento “cielo” y tres micro cuentos, presentados en la Feria del Libro de León 2014.

Ilustrado por: F. Xavier Núñez García (Uwxavier)

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CAOS Laura Marcela González Bravo

Los hilos cilíndricos con finales idénticos parecen estar en sincronía con los movimientos seductores y enfermizos de aquel, el gran fruto. La oscura y larga cascada de peces saltando parece girar en una quietud intranquila. Pasan los hilos por la montaña suave en busca de dos grandes cañones con rampas; que aletean sin despegar del suelo. Y prosiguen el atributo francés mostrando el deseo de pregunta final al lobo. Muere el grito y muere el fruto prohibido rodando por una llanura desolada que erosiona cada segundo que desea. Sigue rodando el fruto, pasa de ser prohibido a ser delicioso entre palmeras oscuras con fruto constante y desperdiciado por indecoro. Al final el fruto cae entre las llanuras con más palmeras iluminadas y rebeldes. Se detiene entre otros frutos menos agradables, que olorizan entre señores malhumorados, quienes están cansados de ver a la madre de la madre, pero jamás se cansarán de transportar a ese, el caos. Laura, poeta de talento innato, es amante de los dulces, las sagas literarias juveniles, los juegos de rol, los sombreros, etcétera. Escribió su primer poema cuando era una niña (dedicado a su perro). Actualmente sobrevive en la carrera de letras hispánicas de la Universidad de Guadalajara.

Ilustrado por: Ajolote Estudio creativo

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TIEMPO CONGELADO Aretí Rodríguez

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s una buena mañana para zarpar”, se escuchaba constantemente entre el murmurar de la gente del puerto aquel día en que partimos de tierra firme y nos adentramos en el inmenso mar. A pesar de que me gusta mucho viajar, siempre me invaden los nervios antes de subir al barco, por más seguros que se hayan vuelto con el paso del tiempo y con los avances en su construcción y funcionamiento, no puedo evadir el pensamiento y la angustia de estar días enteros a la deriva, pues no se puede ver nada más que el azul del océano que se llega a confundir con el mismo cielo. Al viajar en barco nos sumergimos en una secuencia fija del tiempo que se rompe hasta pisar el suelo del destino al que lleguemos, entonces, podemos reanudar nuestro ritmo de vida, ya no estamos a merced del “tic-tac” de las olas, sino que somos dueños de nuestro propio tiempo. Con el afán de no dejarme subordinar por la mar, escribo en este diario, para seguir siendo yo quien rija la duración de los días, para romper con la continuidad tan fija del ponto. A diferencia de lo que pensaba, me he pasado los días bastante consciente del tiempo que trascurre y, para mi sorpresa, este viaje ha resultado muy agradable. Ayer por la tarde me quedé observando el anochecer y disfruté de como el resplandor rojizo del sol rompía el límite confuso entre el cielo y el mar con una perfecta línea horizontal que se iba difuminando poco a poco, fue hermoso. Hoy escribo a la luz de la luna, hacía mucho tiempo que no contemplaba el espectáculo de los millones de puntos luminosos en el cielo, de esa inmensidad de estrellas que ya casi no se puede ver en las grandes ciudades. No obstante, me llené

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de miedo al ver que un majestuoso rayo partía la tranquilidad del cielo, irrumpió en la profundidad de mi meditación y atrajo a mí otra vez la angustia que el piélago me provoca. “Vamos justo hacia la tormenta”, pensaba en la madrugada sin poder conciliar el sueño. Por la noche la tormenta sacudía el barco y yo no podía estar en paz, desesperado, salí de mi camarote buscando algo que terminara con esa horrible opresión que sentía en mi pecho. No encontré nada que me diera calma, nada ni nadie, y la angustia crecía cada vez más. Entonces vi una ola gigantesca que venía hacia la embarcación y me pregunté si iba a ser así, en medio de esa inmensidad, como terminaría mi minúscula vida. La ola cubrió todo el barco y yo estuve un momento totalmente a la deriva bajo el agua helada que me tragaba. Pero después toqué el fondo de algo y de súbito salí a la superficie, sin embargo, no estaba en el mismo barco, era otro mucho más grande y antiguo. Estaba cubierto de musgo como si no lo hubieran asedado en mucho tiempo, la mayoría de sus tripulantes vestían ropa muy antigua, aunque algunos otros tenían prendas más modernas, era como una sucesión de épocas, mas en aquel barco nada parecía desencajar, ni siquiera yo. Ninguna persona se hablaba y nadie se miraba a los ojos, lo único que de pronto se escuchaba eran las órdenes del capitán que sólo algunos tripulantes obedecían, pues parecía que se dirigía a ellos. En este extraño barco seguimos durante un tiempo que a mí me ha parecido siempre el mismo, ya no tengo nada para medirlo y mucho menos para ejercer mi autonomía sobre él, no obstante me he resignado a esta condición, pues no puedo seguir con la inquietud de algo que ya no tiene remedio,


he tomado estas tinieblas como preámbulo de lo irremediable: mi muerte. Desde que vi ese rayo furioso dominando tanto el cielo como el mar, supe que no iba a volver a pisar tierra firme jamás. Ahora mismo siento como un frío indescriptible, debemos estar navegando cerca de alguno de los polos, no podría decir en medio de cuál estamos; cada vez veo pasar más cerca montañas de hielo que nos van congelando poco a poco. Ya casi no puedo escribir, pero, mi mano se ha aferrado a la pluma con tal vehemencia que ya no me es posible estirar mis dedos ni soltar la pluma que se ha vuelto parte de mí, registraré en este papel mi desgracia hasta que concluya, puesto que no puedo hacer otra cosa. En este momento lo único que puedo mover es la pluma y mis ojos que recorren las últimas líneas de mi vida, he aquí mi satírico final: siempre le temí al congelamiento del tiempo y en este instante yo muero cautivo en la infinidad del hielo.

Escritora de clóset, onírica o ambas. Viajera con insomnio crónico que va a la deriva entre las letras, no importa de dónde vengan ni de quién sean, acaso sí a dónde van. ¿Una poética? Tal vez sea muy pronto para establecerla. Sin embargo, sé que de la lectura nace la escritura y que ésta es una necesidad, un grito profundo que tiene que emitirse, pero no forzarse, porque cuando se fuerza desgarra la voz y ya no puede volver a ser melodiosa, pierde su armonía y su belleza, se vuelve sosa y sin sentido. Ojalá nunca caiga en tal abismo.

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(Ilustrado por: Ajolote Estudio creativo


LA CATRINA Martha Brenda Hernández Martínez

Me levantó el cabello un viento furtivo, acarició mi cuerpo desnudo erizándome la piel, caminaba sin destino aparente, paso tras paso anhelando poder contener la respiración y escapar a cada una de mis huellas marcadas en la tierra, me agachaba a tomarlas y las depositaba en una olla de barro. Terminé de juntar mis pasos y me dirigí al lugar que me vio crecer, me senté al ras de la tierra con la mirada perdida entre nubes, mi piel arrugada brillaba con la luz del alba similar a las grietas de los sembradíos, aunque la tierra era fecunda y mi vientre no, en el sólo albergaba una canción sentida, un poema, un nudo de ideas y un recuerdo de juventud. Coloqué la vasija de barro a mi lado y la abrí, los pasos se escaparon a las grietas y de ellas emanó una luz poderosa que me cegó por unos instantes, una puerta de madera pesada se apareció junto enfrente de mí, con un lúgubre rechinido se abrió para dar paso

a una figura de mujer, la catrina con su gélida mano me invitó a pasar, me levanté para despojarme de mis pertenecías, arrojé al viento mi poema, mi canción, mi nudo de ideas y mis recuerdos, avancé resuelta a tomar la mano de aquella huesuda para que me acompañara en mi viaje al más allá.

(9 de julio de 1977). Nació en Guadalajara, Jalisco. Vivió en Villa Corona hasta hace más de un año que me mudó a Cocula, Jalisco. Licenciada en Homeopatía, docente certificada en educación media superior, maestra en Educación Artística a nivel primaria. En la convocatoria lanzada por la “OSFAE historias de familia, celebrando el Bicentenario”, obtuvo el cuarto lugar a nivel Jalisco. Publicó en la revista de creación cultural Papalotzi, número 29, año 9, mayo 2014. Poema: SELENE. Participó en la publicación de libro Murmullos en el Silencio, Cuentos y Narraciones del Cantón Cocollan. Alumna del taller literario Elias Nandino en Cocula, Jalisco.

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Ilustrado por: Antonio Flores JimĂŠnez


LIBÉLULA Bryan Lozano

Hoy son mil días de soledad Los rayos del sol penetran la oscuridad Me siento mutilado mi ser volador Anhelo tus alas, tu tibio calor El tabaco y alcohol ya no hacen efecto No me hacen olvidar mi crudo tormento Quisiera fusionarme a ti, en una unión espiritual Y volver apaciblemente a mi estado animal Libélula hace tiempo no te escucho cantar, no te veo bailar, simplemente no te veo El corazón ya no habla, ya no viaja más allá del sol, ha perdido su aleteo La cólera y odio transforman mi rostro Me miro al espejo e impasible está el monstro Las arrugas son cada vez más claras libélula Mi andar es torpe y lento bella amapola Los huesos hace tiempo dejaron de funcionar Pero no me importa yo aquí he de esperar Hay manchas grises en mi mente que no se borran con el canto del azulejo Ya no logro discernir entre en día y la noche, todo es un triste bosquejo Te has ido disipando entre la bruma Y tras el suplicio del olvido, te has desvanecido como espuma ¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Alguien acaso me amó? Libélula no demores demasiado que cada vez recuerdo menos A lo lejos divisé una imagen femenina ¿Será esa mi viajera, la postrada en la colina? No, era solo un espejismo, una treta del camino ¡Libélula por favor no tardes! que lúgubre es mi destino. Siempre he dicho que el arte es lo que nos define a cada persona de entre tantos individuos. Nos hace únicos e irrepetibles. La pintura forma parte de mi esencia humana, cada trazo, todos y cada uno de los colores que se unen para formar una nueva obra son parte fundamental para mi expresión personal, Esta serie de pinturas son un tributo a la vida animal y al cuidado del entorno. Conscientes o no, todos somos animales.

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ILUSTRADO POR: GISELA HERNÁNDEZ DE LA TORRE (GHERROT ART)

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N.Y.C.

Ilse Mezo Torreón, Coahuila. 1992.

(para todos los jueves) En la estación central Hay lagrimas, Tú caminas sobre ellas, Son los corazones rotos, Todos son míos. Bajo las constelaciones Se busca y se pierde Todo el tiempo. Bajo su reloj Espero. Hace años que no veo Una cara conocida; Miles de idiomas Se despiden, aquí. Parten bajo el cielo Engañoso. Nueva York pasó por mis ojos.

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ILUSTRADO POR: GISELA HERNÁNDEZ DE LA TORRE (GHERROT ART)


VÍA = MUJER Y VICEVERSA. Eterno nudo efímero / decadencia invertebrada, regalo equidistante que vuelve al susurro de mis oídos. Se contraponen certezas, recorrido infame, con propósito / la caricia emprendedora, sin retorno, con vibración suelta hace que afloren los sentidos. Es ya hora de partir, acompañante ajena mirada integradora/ el caos sobreviene ¡está aquí! ¡está aquí! Mi corazón palpita. la confusa realidad no miente manos suaves, yo de costado y tu cabello entrelazado en mis nudillos.

David Barajas Pineda

Nací en Zacapu Michoacán. Parte de mi infancia se desarrolló en Guerrero, cuando mi familia tomo la decisión de buscar mejores condiciones de vida. Desde chico he tenido el agrado por la escritura, la idea de imaginar y poder crear sensaciones en las personas mediante el poder de las palabras me sigue pareciendo algo impresionante y único. Estando en Morelia, Michoacán, en la secundaria, tuve la oportunidad de ser elegido para participar en concurso de ortografía. No obstante en la preparatoria no me vi involucrado en la participación de eventos de ésta índole. Fue hasta en la universidad cuando reconocí que la escritura, la poesía significa un lenguaje nuevo.

Viaje sin fin, viaje del todo, no pares reencuéntrame en esta vertiginosa vida, tu aroma visible / abrazo de piernas y las maletas son solo un símbolo de desesperación, junto con la partida de este eterno finiquito viaje, de tus ojos, de tu esencia.

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Ilustrado por: Isaac Vargas Cárdenas


LA NOCHE ES UN CUERVO QUE RÍE

M.C. Gabriel Granados Gutiérrez.

La noche es un cuervo que ríe en sigilo Se alimenta del cadáver de nuestras reminiscencias Recoge negros frutos en los campos de concreto Llamados ciudad Llamados dolor Sabes que te seguiría aún en la muerte Viajera interminable De las piernas largas y de indescifrables labios Y aún así me arrojas Y me siento tormenta Un eco frio Las huellas perdidas de la luna sin rumbo Donde danzan las pesadillas Las rotas pesadillas que dejaste sobre mi cama.

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Escritor, sociólogo y docente (Torreón Coahuila, 1976). Ha publicado poesía, ensayo y cuento en múltiples revistas, periódicos y portales web de México y América Latina. Parte de su obra fue seleccionada y publicada en las antologías “Bosquejo de la noche” (Dirección municipal de cultura de Torreón, México, 2012), “Poesía ahora. Nueva poesía coahuilense” (Editorial Atemporia, México, 2014) y en “Versos desde el corazón” (Diversidad literaria, España, 2015). Su web personal es http://speedsterggg. wix.com/pulsion

ILUSTRADO POR: GISELA HERNÁNDEZ DE LA TORRE (GHERROT ART)


EL TREN DE LAS

CUATRO

María del Sol Había tomado el tren de las cuatro en punto de Guadalajara a la ciudad de México; eran otros tiempos. El olor a tabaco se filtraba por debajo de la puerta corrediza del vagón. En medio de mi pesadez me parecía incluso ver una ligera danza de humo entrando y espesándose gradualmente.

ogido en un sencillo peinado que seguramente era más complicado de lo que aparentaba. De vez en cuando descubría uno de sus hombros y tocándolo apenas con la boca me miraba fijamente.

Cuando mencionó su ombligo, deduje que era uno de los tantos clímax de su fastidio. No sabía qué Me pidió que le besara el ombligo, justo ese punto decirle. Evidentemente quería tocarla, y añadido a central con el que mi abuela comparaba tantas co- mi deseo estaba el hecho de que seguramente eso sas, “… sabes que está ahí, pero ni te sirve ni te nos haría perder la cuenta de las horas y acortaestorba” solía decir. ría la distancia; pero su vestido, aunque de corte casual, lucía estrecho del vientre, lo que dificultaSinceramente no recordaba si el único motivo de ría llegar hasta la hendidura de su estómago. Mi mi travesía era el concierto de la orquesta sin- mayor temor era que alguien entrara y nos viera… fónica que no se detenía en mis ideas. El suceso no lo entenderían. sería en Bellas Artes y yo llevaba en la maleta mi vestido más elegante y un par de zapatillas Los cuchicheos del pasillo se unían al humo que poco cómodas, pero bastante bonitas; podría ase- seguía colándose por la línea de la puerta. Desvié gurar que el color de la prenda era guindo y el del mi vista hacia más allá de la ventana. La sucesión calzado negro, pero mi memoria visual tiende a de árboles de todos tamaños y de subes y bajas del teñir el recuerdo en sepias cuando es de día y en relieve parecían sacados de una película ajena al blanco y negro cuando es de noche. instante; casi podría jurar que a lo lejos nevaba y un poco más atrás la humedad que se pegaba a la Se sentía fastidiada, lo notaba en su cara y en piel y los cristales insinuaba el paso reciente de la manera en que enredaba entre sus falanges el la lluvia. Sentí un escalofrío. pañuelo de seda clara que sacó de su bolso. El vestido de vuelo le caía a mitad de la rodilla y cuando Se le cayó el pañuelo, se agachó y al segcruzaba la pierna se alzaba de tal forma que se undo siguiente sentí su mano en mi espinilla, me antojaba mirar el punto en que acababan sus suave y ligera andando cuesta arriba hasta el medias de punta francesa. Llevaba el cabello rec- recoveco de mis rodillas. Me miró inocente-

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mente… en silencio; yo tampoco tenía algo mañana. Me temblaban las piernas en medio de mi qué decir. adormecimiento; me eché la sábana en la cara decidida a anclar el trozo de sueño que aun flotaba en Había subido poco más allá de Guadalajara e iba el ambiente. igualmente a la capital. Mencionó algo sobre unas exposiciones, literatura femenina y lo mal visto que Alguna vez escuché que las personas tardan norera en esa época viajar sin la compañía de un varón malmente 15 minutos en lograr conciliar el sueño, y o una mujer casada, también habló respecto a los que a eso se agregan 90 minutos más en que uno cae grupos subversivos, el periodismo clandestino y la en lo profundo y empieza a soñar. Deseé tardar un importancia del arte no sólo como objeto estético poco menos. Los trenes salían cada hora… tal vez sino como medio de comunicación masivo. Todo con algo de suerte alcanzaría el de las seis en punto. ese monólogo rebotaba en mis sienes mientras sus yemas rozaban la piel de mis piernas, sin que yo lograse saber si me lo había dicho al conocernos o justo en ese momento mientras se deslizaba por mi Hola, me llamo Marisol. Nací en Guadalajara; epidermis. Un murmullo se acercaba velozmente aunque por mi familia, me considero mitad zahasta nuestro vagón; se detuvo cuando el volumen catecana. Pasé la primera parte de mi infancia en era tan alto que irrumpía todos mis pensamientos. un pequeño pueblo jalisciense, para después muEra un tango. darme a una pequeña ciudad y posteriormente a Zapopan; donde a la edad de 12 años comencé a Me dediqué a sentir… hasta el minuto en que el escribir poesía. Desde pequeña sentía una fuerte vocero anunciaba la proximidad de la siguiente es- inclinación hacia la pintura, así que estudié Artación. A disgusto abrí los ojos. Dejé de sentirla. La tes Visuales. Sin embargo con el tiempo redescubusqué. Ya no estaba. Seguí buscando. brí mi gusto enorme por las letras y me di cuenta de que desde mi adolescencia no había dejado de El vuelo de mi faldón de corte casual que se desliza- escribir, pasando por diversos temas plasmados ba por encima de mis medias estaba enrollado hasta básicamente en poesías y cuentos. He publicado mis muslos. recientemente en la Revista online “El Perro” y en la antología colectiva de cuentos “La Tierra en No era sino yo misma observándome a través de que andamos”. las yemas de mis dedos, hundiéndome en la acuosa y tibia caverna contenida entre mis muslos. Lo confirmé cuando la noche empezó a caer y el cristal de la ventanilla se convirtió en un casi espejo que se sobreponía al paisaje exterior. Me vi a mí en el pequeño cubículo, sola, mirándome de arriba abajo, descubriendo que no era “su” mano, sino “mi” mano, ni su lengua, ni sus ojos, ni sus frases… sólo mis dedos y mis fantasías egocéntricas de calmar mis ansias conmigo misma como si hubiese otra yo en físico. El tren se detuvo repentinamente, al compás de una explosión en mi vientre que me hizo abrir los ojos y percatarme de que la lámpara de mi habitación estaba encendida y el reloj marcaba las 4:20 de la

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Ilustrado por: Ajolote Estudio creativo


El Último Viaje a la Montaña Isaac Vargas Cárdenas

Manuel recorría el camino dándose prisa, pues sabía que aquellos hombres le seguían el paso. Si iba a morir, debía ver por última vez aquella tumba. La tumba que tantos dolores le causó, de esas tumbas de las que nadie habla; la tumba de su hijo. Esta se encontraba en la cima del cerro, justo a un lado del pueblo donde había nacido, para su desgracia, ya que este lugar era una comunidad mucho más que humilde; era miserable. Realmente no sabía por qué había surgido tal encono entre su familia y los González, pero estos últimos lo querían muerto. Paso a paso la desesperación comenzó a brotar en la mente del caminante, lo único que le importaba en ese momento era despedirse de su hijo, mas no sabía si lo lograría. Comenzó a correr desesperado cuesta arriba, atravesando los secos matorrales y casi tropezando con un tronco caído, pero no podía detenerse ya que sabía, por el olor a pólvora, que sus perseguidores estaban muy cerca. Entonces alistó su rifle; tenía muy pocas balas y aunque todas hubieran sido un tiro certero no eran tantas como para acabar con sus atacantes. De pronto recordó el sendero que tomaba de niño para subir a la cima rápidamente, este camino siempre lo usaba para ver el atardecer cuando aún era un chiquillo; estaba seguro de que los González no lo conocían, ya que no eran muy afectos a

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subir el monte pues se decía que estaba embrujado y ellos, al ser gente supersticiosa, creían en ese tipo de cosas. El Cerro de las Cruces lo llamaban, ya que la cumbre estaba tapizada de tumbas. Y era exactamente ahí donde yacía el cuerpo de Juan Estrada, el pequeño hijo de Manuel. Decían por el pueblo que el abuelo de los Estrada había matado a un miembro de la familia González y desde entonces el odio los corroía. Pensando detenidamente, los González, eran una turba de salvajes, pues no sólo contra los Estrada, sino contra muchas otras familias tenían una cuenta enorme de cadáveres. Y una de sus víctimas había sido el pequeño Juan, quien fue muerto por un joven cobarde al verlo jugar en el riachuelo a las faldas de este Cerro de las Cruces. Manuel ya ni siquiera les guardaba rencor, había aprendido a perdonar a sus enemigos y realmente lo único que quería era que todo terminara. Subiendo dificultosamente por el atajo que sólo él conocía se acercaba, palmo a palmo, a la tumba de su hijo. Ya no podían detenerlo, era un hecho que alcanzaría a despedirse antes de partir al otro mundo. Dejó su rifle en medio del camino, pues no pensaba dispararlo; ya no era necesario, se encontraba a unos cien metros de su objetivo. Al ver la pequeña cruz blanca llena de flores y musgo, sus ojos


no pudieron contener las lágrimas. Comenzó a correr hacia aquel lugar, lleno de emoción. De pronto se oyó un disparo y Manuel lanzó un grito de dolor, cayendo de bruces sobre el poco pasto que ahí había. “¡Le di! ¡jajaja!”, era una voz aguardientosa, que seguramente pertenecía a un viejo; el pobre herido no podía creer lo que estaba pasando. Trato de incorporarse pero la pierna le había quedado inutilizada; así que se arrastró como pudo. Centímetro a centímetro sentía como se le iba la vida, pues los disparos de la familia González pasaban a pocos centímetros de su cuerpo, chocando violentamente contra el suelo. Entonces vio lo que más temía. Ya habían logrado alcanzarlo; Manuel se santiguó, y lo último que alcanzo a

decir fue algo como “perdóname, hijito...”. Al levantar la mirada vio como un hombre de bigote le apuntaba con una escopeta que instantes después le voló los sesos... Pero las pupilas de Manuel tenían como última impresión aquella cruz blanca, llena de bellas flores, dicen que lo último que vez queda grabado en tus ojos al momento de morir. El hombre murió sabiendo que su camino podría cruzarse en el más allá junto con el de su hijo... Ese fue su último consuelo.

Es un ilustrador freelance que ha trabajado en proyectos que van desde animación hasta retrato y pintura, aunque también tiene un gran gusto por las letras. Para el escribir es una pasión casi tan grande como pintar o ilustrar. Ha participado en exposiciones colectivas y personales. Su sueño más grande es ser un autor literario publicado. Sus géneros favoritos son el suspenso y thriller, aunque también escribe historias de corte infantil y juvenil. Pueden ver su trabajo en https://www.behance.net/IsaacV

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Ilustrado por: Isaac Vargas Cárdenas


COlUmNISTAS


Erika Alejandra Mora Gómez Tengo 27 años, soy maestra de inglés, soy muy curiosa, apasionada de los viajes.

DE AQUÍ A COREA DEL SUR


Vivir este inigualable viaje que fue una e xperiencia fascinante, comenzado con

el gran choque cultural sufrido al saber que habitaras en un lugar diferente, en todos los sentidos: Costumbres, comida, clima, arquitectura diferentes. Corea del Sur lo que nos dice Wikipedia es que: “Es una de las áreas metropolitanas más pobladas del mundo (algunas fuentes la ubican como la segunda más poblada, sólo detrás de Tokio, en Japón). Corea es una de las civilizaciones más antiguas del mundo”. Para mí, es un lugar donde experimentas la mezcla de dos épocas, que se refleja en su trazo y sus construcciones: Lo nuevo y vanguardista de sus edificios tecnológicos, junto con las arquitecturas antiguas de sus palacios y callejones estrechos. Ubicada al otro lado del mundo es de esperarse el cambio de clima sea extremo, el frío surcoreano serruchará tus huesos, el calor te derretirá, motivo por el cual es muy complicado que en esas latitudes puedan cultivar frutas y verduras como lo hacemos en México. Por ejemplo, encontré extremadamente costosa una manzana: 80,000 wons, que en pesos serían aproximadamente $80; y un

limón, el precio era de 19,000 wons, más o menos $20 pesos, en cambio, el arroz y los mariscos estaban a un precio moderado y costeable. La comida. Previamente a mi llegada a Corea del Sur había hecho algunas investigaciones y prestado atención a tantos comentarios como me fue posible, así que llegué con la mente abierta respecto de la dieta de aquel país asiático, y sí, incluye carne de perro, con la que se prepara una


sopa. Los perros utilizados para están a la venta, enjaulados y aunque estaba muy dispuesta a experimentar su gastronomía no comí perro, pero en su lugar degusté el tan famoso kimchi, plato naturalmente coreano que acompaña toda la comida (por cierto el costo por platillo es de 35.000 wons, que sería alrededor de $40 pesos), te ofrecen hasta cuatro tipos diferentes de kimchi, acompañado con arroz. Como dato curioso, descubrí que en Corea del Sur, los palillos son de acero no de madera. Regresemos al kimchi, el cual es una mezcla de col con ajo, vinagre y fermentación que, para ser honesta, me produjo sensación de incomodidad en el paladar pero con el paso de los días se hizo muy sabroso, combinado con arroz. También está el kimbap, plato que a mi parecer es una deliciosa combinación de sushi pero en versión coreana. La comida callejera en Corea ofrece una gran variedad: Mariscos como calamares, pulpos, surimi, empanizados y colocados en unos simpáticos palitos de madera y los famosos pescados (no literalmente sino en su forma) rellenos de frijol dulce

“En cuanto a bebidas el típico soju, alcohol extremadamente fuerte, y otras deliciosas bebidas que compré solo por 15,000 wons (menos de $20 pesos”


de un color marrón. En cuanto a bebidas, el típico soju, alcohol extremadamente fuerte, y otras deliciosas bebidas como jugo de arroz Paldo y el jugo de uva Bon–Bon, que compré en lo que parecía ser una tienda de conveniencia, solo por 15,000 wons (menos de $20 pesos). Como se ve en las películas, caricaturas o series, en la cultura coreana debes quitarte tus zapatos cuando entrar a restaurantes, cafeterías, casas, esto me llamó poderosamente la atención y me pareció fascinante practicarlo, aunque tuve una pequeña llamada de atención por no hacerlo al entrar a un hostal.

“Tuve una pequeña llamada de atención por no hacerlo al entrar a un hostal. “ El comportamiento en la sociedad coreana, en relación a las costumbres occidentales, con las de un país asiático notas increíblemente la diferencia, es distinto yo lo calificaría como algo frio y serio. En el metro de Seúl, entre toda esa cantidad de gente, al llevarse a cabo una colisión accidental mientras caminas no esperes que se disculpen o les resultara extraño si utilizas demasiado el kam– sa-mi–da, gracias, basta con una inclinación de tu cabeza o solo no decirlo, lo cual en México no es común, para y


por todo nos andamos disculpando. Encontré un simpático taxista que intentaba descifrar mi idioma, cuando de repente

recordó una canción en un karaoke al cual acudió (los cuales son sumamente populares en Corea), la canción que el recordó era la de “Bésame mucho”, de, ni más ni menos, la jalisciense Consuelito Velázquez. Corea del Sur, con su clima, su comida tan diferente, su sociedad y cultura tan particulares, es un lugar inigualable, fantástico, e inolvidable al que, sin la menor duda, regresaría.

“Corea del Sur, con su clima, su comida, su sociedad y cultura, es un lugar fantástico, al que, sin la menor duda, regresaría.”


Los viajes, o lo que vivimos dentro de la vida

Céline Guillemot

En francés decimos que los viajes nos forman cuando estamos jóvenes. Yo digo que los viajes nos hacen seres vivos. Hay que viajar. Pero la palabra viaje tiene para mi muchos sentidos diferentes. Como se piensa, cuando se usa la palabra viajar, claro que hablo de viajes geográficos, entre países... Pero no sólo eso, porque tenemos la suerte de poder viajar sin movernos, sin moverse físicamente. La mente es el viajero más poderoso que tenemos dentro de nosotros.

La imaginación es el poder último del ser humano, lo que nos diferencia de todas las otras especies, lo que es nuestro y que todos tenemos, pero que a la vez, es muy diferente para todos. Cada viaje mental, cada paso de la imaginación, puede provocar un cambio en la vida de alguien, es el complemento perfecto de los viajes geográficos. Necesitamos de todos estos otros viajes, avanzar dentro de nuestras mentes. te hará hacer una parte del viaje. Cada relación es un viaje diferente, viaje de amistad, de trabajo, de amor. El viaje no se hace solo gracias a un avión, un Y aún si todos estos viajes no se valen, todos te tren o un carro. Cada viaje incluye personas, llevarán a otro punto, siempre un poco más lejos. emociones, encuentros. Puede ser largo o pequeño, alegre o triste, hermoso o no tanto, pero lo que La vida no es un solo viaje, es la acumulación no puede ser, es vacío. Siempre será algo intenso, de muchísimos pequeños viajes: los grandes traalgo inmenso que nos colma de cosas, de partes slados geográficos, cada persona entrando en tu de vidas. Y es de lo que se trata cuando decimos vida, cada relación, cada pensamiento. que los viajes nos componen. Porque todo puede ser un viaje... Un buen libro, una canción, una Sólo quiero vivir y disfrutar de todo: los grandes pintura... Cuando tienes emociones, viajas. Via- viajes y los pequeños, porque lo bonito de la vida jas a otra dimensión de ti, una pequeña diferencia no se encuentra sólo en los magnos eventos, sino se hace en tu pensamiento, ves las cosas de otra también en las cosas más simples y sencillas, esmanera. Un viaje te trae siempre a otro mundo, tos detalles, estos sutiles viajes cotidianos que porque los viajes hacen cambiar tu perspectiva de hacemos. Estos son lo que nos traen felicidad. la vida, y con ella, tu todo cambia. Esto es la vida. Cada viaje te hace una nueva persona, te hace crecer. Espero nunca estar cansada de viajar, nunca, no pienso ser capaza de sobrevivir sin estos pequeños viajes. Siempre viviré mi vida al cien por ciento, encontrando gente nueva, descubriendo otras cosas, porque es lo que me apasiona. Si me preguntan lo que quiero hacer en la vida, la respuesta será ser “viajera”, o sea, viva.

Soy francesa, de Paris, estudiante de 20 años. Viví en México, los 6 primeros meses de 2014, y ahora estoy en Madrid. Inicio en septiembre de 2015 una maestría de Management Intercultural en Paris. Me gustan los artes, el cine, la foto, la música, y el teatro, un poco de todo. Me encantan los viajes y el descubrimiento de nuevas culturas y personas. He participado en diversos concursos de fotografía, que me encanta la foto, pero no profesionalmente, solo para mí, me permite capturar instantes y disfrutar de la belleza de la vida. He sido publicada en anteriores números de El Perro.


Zouk de Agadir, Maruecos

Zouk de Agadir, Maruecos


Torre Eiffel tomada desde el metro, linea 6, Paris, Francia


Xochimilco México D.F.

“El Mirador” Sierra Gorda, Querétaro, México.


Edificio de Correos, México D.F. En algún lugar entre Guadalajara y Mazamitla, México.


Una pared cerca del museo Georges Pompidou (Beaubourg), Paris, Francia.


Brignogan Plage, Finistère Nord, Bretaña, Francia.

Los Cibeles, Madrid, España.


Un “menhir”, Brignogan Plage, Finistère Nord, Bretaña, Francia.

Bosque en un golf, Finistère Nord, Bretaña, Francia.

Catedral de Guadalajara, México.


el perro sonero

EL PRINCIPIO SUCEDIÓ

CON RITMO El principio sucedió con ritmo, el sol entra y sale (¿de qué? ¿Por dónde? ¿Hacia dónde?). Cada día, la luna muestra su esplendor cada cierto tiempo, el mundo reverdece cada cierto lapso, hay estrellas que solo se ven en determinada época del año, animales duermen en ciertos temporales y durante ciertas temporadas. El agua parece bajar a precipitación y subir al cielo a su debido tiempo. Hay períodos en que los alimentos abundan y donde se les tiene que cuidar para evitar su insuficiencia y el apareamiento es rítmico. El primer ritmo humano se convierte en corazón y viceversa, la música se llevaría adentro y había que

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Por Beni.

sacarla a la luz del día, hacerla conocer a los que la necesitaban o a quién le era desconocida. El ritmo cardiaco ha sido la música que ha acompañado al humano durante toda su existencia e inclusive durante su evolución, repitiendo su marcha una y otra vez, en ocasiones acelerada y en ocasiones más pausada, aunque la música es la misma, el ritmo es cambio. En ciertos momentos me pregunto: ¿hay alguien que no pueda imitar el latido cardiaco? Podríamos realizar este ejercicio. Y es que al preguntarlo nuestro oído interior se polarizaría hacia el corazón. Una de las formas de asegurarnos de que alguien sigue con vida es escuchar su corazón.


Ahora con la tecnología sabemos que el corazón tiene tres impulsos eléctricos u ondas que lo hacen latir (La onda P, el complejo QRS y la onda T) particularmente importantes, con las cuales ayudan a poder distinguir una arritmia, con estos tres impulsos se sugiere un ritmo ternario por cada latido, al mismo tiempo el corazón tiene dos movimientos uno es el movimiento sistólico (comprensión) y el movimiento diastólico (relajación) ahora se puede sugerir un movimiento binario dentro de una misma “máquina”. Es interesante encontrar estos tipos de ritmos pues traducidos a efectos musicales, podemos estar hablando de un sistema de compas en 3/4 (ternario) y al mismo tiempo un sistema de compas en 2/4 lo cual sugiere un sistema binario y ternario al mismo tiempo, este es también un ejercicio para los músicos con los cuales se les pone a tocar un ritmo binario con una mano y al mismo tiempo uno ternario con la otra mano estos tipos de ejercicio sirven para adquirir independencia en ambos miembros y es al mismo tiempo interesante pues en la música del siglo anterior hacia la actualidad también se pueden ver una amalgama de estos compases pero esto no ha de sorprendernos aún. En la tradición occidental se inició con los compases simétricos, pues la idea de belleza occidental es una idea que ha de ser simétrica esa “perfección de las formas”, al mismo tiempo la tradición rítmica africana jugaban más con los ritmos ternarios y aunque ellos no tenían un sistema de notación musical, los ritmos africanos gustan de jugar con el número tres, muchos de los ritmos que aun hoy en día son ejecutados tales como el jazz y los ritmos latinos vienen de esta tradición, y aunque se han traducido a un compás de 4/4, a esto se le llamó la binarización de los ritmos ternarios, estos ritmos han mostrado cierta complejidad pero a una correcta correspondencia en alguna parte del tiempo. En la tradición de la música “clásica” de la India, tienen todo un sistema rítmico llamado “Tala” el cual significa literalmente palmada, este sistema maneja ciclos rítmicos que pueden ir del 3 hasta la combinación de 108 golpes por ciclo, lo cual nos deja una gama de posibilidades casi inconmensurables, hemos de recordar que esta tradición lleva milenios y se ha mantenido lo más inalterada posible y es por eso que para poder tocar esta música, que además es música sagrada, se tiene que empezar desde niño, estás tradiciones no cuentan con un sistema de no-

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tación musical por lo que toda la música ha sido pasada de una generación a otra por tradición oral, por lo tanto invito al estimad@ lector a que haga uso de su imaginación e intente visualizar sus posibilidades rítmicas y no se desanime en explotar algo que llevamos desde el interior y que nos puede llevar a tener experiencias extracorpóreas. http://bit.ly/1MYg0tv La percepción de un ritmo requiere de al menos dos golpes, puesto que uno solo podría ser un sonido aleatorio o un impulso, el segundo golpe indicaría un intervalo y un tercer golpe nos confirmaría el ritmo, al escuchar los primeros dos es muy probable que pudiéramos reproducir la velocidad y la fuerza del siguiente golpe. Una gran hazaña de quizá todos los seres vivientes es la capacidad de imitación. Sesgándome hacia el ser humano como imitador, esta acción ha sido la base del arte, hemos escalado de hombros a hombros de grandes y así hasta hoy. http://bit.ly/1KUeyt2


CINE Cuando lod dinosaurios dominaban la Tierra. Por :Víctor Osuna Palomino

6:30 am, suena la alarma. Burdamente me estiro en la cama, mentalizándome para levantarme y empezar mi día. Con los ojos entrecerrados abro la regadera, al sentir el fresco chorro de agua sobre mi espalda y cabeza comienzo a despertar. Tomo la toalla, me seco y me visto. Preparo un café y recojo el periódico que, infaltablemente, está al pie de mi puerta todas las mañanas. Todo aparenta ser parte de la monotonía y la rutina diaria en la que, de vez en cuando e inevitablemente, me veo sumergido.

De pronto suena mi teléfono y recibo la que quizá pase a la historia como una de las mejores llamadas que he contestado en mi vida. Del otro lado de la línea se encuentra un importante ejecutivo de una de las empresas más enigmáticas y revolucionarias que existen: InGen a la que se le han atribuido a lo largo de los años numerosos rumores y mitos que pueden o no ser realidad.

Los nervios me agobian pero torpemente escucho lo que resulta ser una interesante invitación para ser uno de los primeros afortunados en conocer su más nuevo proyecto, un parque de atracciones que planea extinguir por completo a Disneyland, Sea World y cualquier cosa similar, irónicamente, valiéndose de elementos que han permanecido extintos durante varios años. Lleno de excitación acepto la oferta y poco a poco, conforme mi día transcurre, el morbo y la curiosidad se apoderan de mí, no puedo esperar a que pasen los dos días que me han indicado transcurrirán antes de que a mi puerta se presenten las perso nas que me acompañaran a esta especial aventura. Esas dos noches soñé con criaturas extraordinarias que solamente pueden evocarse mediante huesos, fósiles y un poco o un mucho de imaginación. Finalmente llegó el día, un grupo de personas de perfil serio y formal se presentan a mi casa, me hacen firmar un contrato de confidencialidad que actualmente estoy violando por el puro anhelo de compartirles mi experiencia y, sin decir más, me suben a una lujosa limosina, donde paralelamente a mi traslado hacia el aeropuerto se me explica un poco sobre la historia de la compañía, los obstáculos que se tuvieron que sortear para lograr lo que prometía ser un evento sin precedentes en la historia del negocio mundial y de la humanidad entera y, claro, también contestaron brevemente algunas de mis dudas respecto a los supuestos incidentes en San Diego, California

y al libro que el Dr. Ian Malcolm escribió y finalmente fue descalificado como demente. Avión privado de la ciudad de Guadalajara, directo a Costa Rica, donde la aduana se portó mucho más estricta que en otros viajes que he realizado, incluso vieron uno de mis artículos momentáneamente como alguna especie de amenaza, cual bomba terrorista, pero todo cambio cuando lo pasaron por los rayos equis y se dieron cuenta que era una simple y corriente lata de crema de afeitar. Ignoro realmente que imaginaron que era o que pretendía hacer con ella dentro de la Isla. Al poco tiempo transbordamos hacia un lujoso y dinámico helicóptero de color azul marino. Moderno, revolucionario, majestuoso e identificado con las siglas JW001 y un peculiar logo, que aunque es distinto en su colorimetría, me recuerda de alguna manera a otro que en mi niñez me evocaba grandes momentos. Viajamos hacia el Océano Pacifico en donde se encuentran los archipiélagos conocidos vulgarmente como “Las Cinco Muertes”: Isla Matanceros, Isla Muerta, Isla Pena, Isla Sorna e Isla Tacaño, a 200 millas al suroeste del país tico. Finalmente aterrizamos en la Isla que está un poco más separada


una estatua de bronce, portando su inconfundible bastón coronado por un hermoso ámbar que hace de prisión de un mosquito jurásico y que se rumora es el causante de maravillas increíbles.

de todas y que a su vez es la más grande, la Isla Nublar en donde, para mi sorpresa, la tecnología y modernidad estaban presentes en todas partes. Un convoy de Jeeps y Hummers nos transportaron vía terrestre a donde pasaría los siguientes tres días y cuatro noches, el increíblemente lujoso y equipado Hotel Hilton Isla Nublar, donde se me asignó una amplia y elegante suite decorada con algunos elementos paleontólogos y de carácter alusivo a las promesas que se me habían estado gestando dentro de la cabeza a lo largo de todo este trayecto. Esa misma noche decidí darme una vuelta por los alrededores. Alberca, campo de golf, toboganes, áreas de comida, spa, televisión por cable y wifi (aunque con ciertos filtros de seguridad), lujo por todas partes. Al otro día, muy temprano, se me permitió pasearme por el área común y el centro de visitas, donde además de algunos restaurantes y tiendas de recuerdos, existe un interesante museo dedicado al fundador de la compañía y en quien se basa todo el éxito y logro de esta nueva atracción, el inconfundible John Hammond, inmortalizado en

El museo es interactivo, lleno de videos explicativos y modernos hologramas para conocer a fondo todas y cada una de las características de las estrellas del parque y a quienes cada segundo que pasaba conociendo más, moría por visitar lo antes posible. Compré varios recuerdos, peluches, camisas y hasta juguetes, y me fui a descansar, un gran primer día. Todas y cada una de las fotos que tomaba durante el viaje me eran minuciosamente revisadas y autorizadas para

que yo comentara de manera vaga y esporádica la aventura que estaba viviendo y en redes sociales solamente lograban filtrarse fotos que daban alguna idea de donde estaba pero no mostraban mucho más de la cuenta. El segundo día me toco disfrutar un

poco más de la antesala del parque principal, conocí a algunos miembros del equipo de seguridad, en particular uno de ellos, de nombre Owen y quien, además de ser un ex marine, rumoraban se dedicaba a domar a un grupo de peligrosos depredadores a los que pocos se atrevían a acercarse de la manera en que él lo hacía. Dicen que es porque además de que fue la primera persona a quien vieron y olieron al nacer, su relación se basa en un mutuo respeto entre especies y que incluso se le considera una suerte de macho alfa de dicha manada. Visité los laboratorios donde se realiza la magia detrás del gran parque de atracciones, donde se gestan los verdaderos sueños e incluso me comentaron que estaban por revelar una atracción sin prec edentes, en palabras textuales “sería algo más grande, con más dientes y más cool” que todo lo que el parque tenía hasta ese momento. El tercer y último día tome el denominado Dino-Tour, me di una vuelta por el Petting Zoo, el Acuario que tiene un fabuloso espectáculo que dejaría a cualquiera con la boca abierta, me introduje a las entrañas de un gran tronco camuflado en donde alimentan al espécimen considerado “el rey” del lugar, e incluso me divertí rodando sobre los novedosos vehículos de la girosfera en donde recorrí largas hectáreas llenas de sorprendentes criaturas que pastaban tranquilamente, ignorando mi presencia. Así fue pues, como mi gran viaje transcurría. Regresando al área de control, uno de los operadores de nombre Lowery me habló un poco más sobre las leyendas de los intentos del antiguo parque de diversiones, que supues-


tamente ocultaban sus ruinas en las entrañas del moderno complejo, de altísima seguridad que ahora visitábamos, y sobre cómo la empresa del magnate multimillonario, el señor Simon Masrani, había heredado el sueño de la vida de Hammond y lo había convertido en una realidad, garantizando además la seguridad de todos y cada uno de sus empleados y futuros visitantes. Finalmente, empaqué mis maletas y me subí al helicóptero, de regreso a la realidad, a esa aparente monotonía en donde habitaba regularmente. Mi niño interno agradeció enormemente el viaje. El parque de diversiones revolucionario y visionario de Isla Nublar, conocido como Jurassic World abrió sus puertas para todo el mundo este pasado viernes 12 de Junio y promete ser un viaje divertido, lleno de aventura y nostalgia, con todo y su peligrosa apuesta de jugar a ser Dioses, mucho más de la cuenta, ya decía el fascinante y filosófico Dr. Ian Malcolm en su libro, aquel que tanto desacreditaron: “Dios crea al dinosaurio, Dios destruye al dinosaurio, Dios crea al hombre, el hombre destruye a Dios, el hombre crea al Dinosaurio…”. Esperemos que nada se salga de sus manos y que aquellos cuentos sobre la masacre que vivieron los primeros visitantes, del primer parque y un par de intentos fallidos de rescate y cacería de especies sean parte de un pasado. Nunca como ahora tomaron relevancia aquellas palabras de Augusto Monterroso: Cuando desperté, a la mañana siguiente, el dinosaurio seguía ahí. JURASSIC WORLD de Colin Trevorrow con Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Vincent D’ Onofrio, Irrfan Khan, Ty Simpkins, Omar Sy, BD Wong y Judi Greer es una divertida y entretenida secuela, quizá la

más afortunada de ellas, de una legendaria cinta como Jurassic Park, del igual legendario e inigualable Steven Spielberg. La película en ningún momento intenta o busca superar a dicho verdadero monstruo, sino que la honra y la respeta, alimentándose de su ADN y buscando dar un paso más allá en la evolución de su mitología y su universo, lo cual, para mí, se logra de manera perfecta y sin ser la gran cinta del verano, si podríamos decir que es un gran viaje, tan fantástico como el que yo tuve a las ficticias Islas Nublar y que curiosamente generaron un inesperado fervor en las redes sociales al grado que todos y cada uno de mis amigos y familiares, realmente creían que estaba en Costa Rica e incluso, por momentos, supe cómo se sintió Orson Welles cuando tomó el micrófono y comenzó a transmitir “La Guerra de los Mundos” por radio.

Califcación:

(Diversión cinéfila garantizada)


GALERÍA


¡ARTES PLASTICAS!

Bryan Lozano

“La naturaleza va junto al ser humano”

“Sueño con ballenas” “Ojos llenos de indiferencia”

“Revelación profunda”


a n e r r a b u r r Pa o l a A

Guae rs id a d d e iv n U la n s to s a ís ic a e fa m il ia g u a d a n u E s tu d ió F n e r e l c re c ra n a e d d a la ja ra . A re n d ió d e s d e te m p s u tí a , ap u c c ió n d e d p o r e l a rt e in r o p d re s . p ia n o de sus pa ia c a to c a r e l n te is s ya que r p o r in la m ú s ic a ó y a p in ta lt fa a c l h a s ta a nun tr a n s v e rs a En su cas ta u a fl la a n te e n to c a to r im p o rt c s u m a d re fa n u o v e ra n o h a s id c u rs o s d e h o y, y q u e o d n a m o a lg u n o s ra s . T M o re n o y s u s p in tu rt e b u H Cabañas, e s tr o C u lt u ra l con el ma to tu ti s p re s e n e l In h a b il id a d o tr o s e n ta s e r a a rr o ll b ra s . pudo des s de sus o a n u lg a s tá n d o n o

En blanco y negro.

Violinista.

Santo trayecto.


¡FOTOGRAFÍA!

s a y a R e n f a D

desde fo to g ra fí a c ió n : la e d da e in s p ir a A p a s io n a á s g ra n d m i í s u tr a m , a que conoc pequeñ e d s e d , y me gusC u rr a d ia ri o , S te v e M c r a re c a ra s q u e encé de sus ob más. b a jo c o m d a d ri e c s in der ta ta n to la d a d ía q u ie ra a p re n a c la m a n e e u d q hacen ti e m p o l e o d to ja r ia r a rt e s B u s c o v ia u e d a , d e c id í e s tu d e p rá fi c a y a e ra q u e s s ió n fo to g re p x e la a ra c o ra z ó n y v is u a le s p nace del e m e u q o q u e e s a lg o to d a la v id a . e rl c a h q u ie ro




Aquetzalli González Vallejo Crecí en una pequeña ciudad llamada San Miguel el Alto, Jalisco. Mi infancia fue muy bonita, la recuerdo con gusto. Hace un año aproximadamente tuve la oportunidad de participar en un concurso de fotografía. Ahora en la Universidad no me había dado el espacio para actividades libres, pero se ha sentido bastante bien retomarlo. La fotografía me gusta mucho, es una manera de plasmar ideas, y en otros casos de capturar momentos. Es fascinante como una imagen puede expresar tantas cosas, desde sucesos, hasta sentimientos, y estar detrás de la cámara lo hace más placentero, ya que llevarlo a la práctica es como escapar de la vida unos cuantos segundos.

“Mundo intangible con caminos oblicuos”. San Miguel el Alto, Jal. 2015, Modelo: Flaris Padilla García


“Decir adiós también es volar”. San Miguel el Alto, Jal. (Boulevard). 2015. Modelo: Flaris Padilla García

“Un accidentado viaje individual” San Miguel el Alto, Jal. (Plaza de armas “General Ramón Corona”). 2015. Modelo: Osmel Martin Plascencia


“Presencia incierta, salida estrepitosa”. San Miguel el Alto, Jal. (Café Tocco). 2015. Modelo: Flaris Padilla García

Fernando Díaz M. Joven fotógrafo zacatecano y fiel aprendiz de las Artes. Actualmente estudio la carrera de artes visuales en el CUAAD de la Universidad de Guadalajara. En el momento que obtuve mi primera cámara me llevo a desear explotar más el mejor instrumento que ha creado el hombre para la captura de un momento espontaneo y a la vez decisivo, el cual se quedara por un largo tiempo plasmado sobre papel. Soy un explorador; mi misión es observar, descubrir y documentar lo que me rodea, el mundo que se me presenta.

“Un lugar para los fieles”. Manzanillo, Colima. 2015


“Observa tu alrededor”. Carretera Colima – Guadalajara. 2015

“Algo no fue real”. Manzanillo, Colima. 2015.

Francisco Manuel Barragán Romo La colección de titula “Rancheando”

Soy originario de Guadalajara, Jalisco, y abogado de profesión; desde pequeño y gracias a mi abuelo materno, al cual con gusto recuerdo como mi “Papá Pepe”, tuve la fortuna de crecer en el ambiente de la charrería, y por ende en las actividades afines a este deporte, es por ello que me encanta viajar a lo que conocemos como ranchos, lugares maravillosos y llenos de historia.







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