ABRIL 2010 • AÑO 12 • NO 110
COLEGIO SAN JUDAS TADEO • COLEGIO SAN JUDAS TADEO • COLEGIO SAN JUDAS TADEO HISPANO DOMINICANO
HISPANO DOMINICANO
PASCUA DE RESURRECCIÓN
P
ascua es una palabra hebrea que significa paso. Es la fiesta más importante para los judíos y fue establecida para conmemorar el paso del mar Rojo y el del ángel exterminador que mató a los primogénitos de los egipcios, pero respetó a los de los hebreos. De esa forma el pueblo judío pasó de la esclavitud a la libertad. Entre los cristianos lo que se celebra en la Pascua, es la resurrección de Jesús, o su paso de la muerte a la vida. Celebra por tanto el paso de la muerte a la vida, el paso de la esclavitud a la libertad definitiva. La Iglesia ha tenido siempre cuidado especial en la celebración de los tres días durante los cuales Cristo instituyó la Eucaristía, padeció murió y resucitó. La celebración de esos tres días especiales, a los que denomina “Triudo Pascual“, conmueve a cada comunidad cristiana en su vida más íntima, ya que es todo el pueblo de Dios el que efectúa con Cristo su “paso” hacia la casa del Padre. El momento principal es el de la celebración de la Resurrección de Cristo ante la que el creyente no puede menos de exclamar: ¡Aleluya!, palabra de júbilo y de alabanza a Dios al mismo tiempo.
La resurrección de Cristo, el acontecimiento más importante de todos los tiempos, se convierte con Jesús en un hecho de la propia historia, cargado de una novedad misteriosa. Si Jesús ha resucitado, todos resucitaremos. Las esperanzas de todos los creyentes son sacudidas por este hecho, pues se dan cuenta de que el mundo nuevo que se espera al final de los tiempos, es ya una realidad en el presente y comprenden que la pasión, la muerte y la resurrección constituyen un único misterio de salvación, el paso de la muerte a la vida. Una vida que adquiere dimensiones de eternidad, que es para siempre. El poder de transformación que Dios ha inaugurado con su resurrección, es la garantía de que a todos nos espera algo maravilloso. La celebración de la Pascua es como un anticipo de la felicidad del cielo, de la vida eterna. Por eso dice San Agustín: “Hoy cantamos el aleluya del Camino, Mañana será el Aleluya de la patria. “Hoy lo contamos no para hacer grato nuestro reposo, sino para aliviar nuestra carga”. Y concluye: “Canta, como acostumbra hacerlo el viajero. Canta, pero camina; alivia tu fatiga al cantar pero guárdate de la pereza. Canta y camina.