JUNIO 2010 • AÑO 12 • NO 112
COLEGIO SAN JUDAS TADEO • COLEGIO SAN JUDAS TADEO • COLEGIO SAN JUDAS TADEO HISPANO DOMINICANO
HISPANO DOMINICANO
MAESTRO Y DISCÍPULO, UN JUEGO RECÍPROCO
L
a labor de enseñar se encuentra vinculada con la historia de la humanidad en diversas orientaciones, por lo que ha hecho posible la difusión de una sociedad educativa. Desde los inicios de la educación y la pedagogía, la labor docente ha sido parte importante en el desarrollo social y cultural de los individuos. Remontándonos en la antigua Grecia, la responsabilidad de transmisión de conocimientos estaba a cargo de los gobernantes, donde el sistema se regía con un proceso de instrucción. El maestro debía de propiciar en los alumnos todas las facultades del ser humano y formara en él a la vez el amor a la patria y a la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y en la justicia. En Roma, los maestros eran los padres, donde estos tenían el compromiso de transmitirles sus costumbres y creencias, la madre era la que les enseñaba a leer y a escribir y el padre procuraba irles inculcando las leyes de todo ciudadano romano. Durante la Edad Media Carlomagno reconociendo el valor de la educación promovió instituciones en Inglaterra, que eran controladas por monasterios donde los monjes tenían a su cargo la enseñanza. Hoy en día la función del docente implica tener una actitud de innovación, siendo un guía de sí mismo
donde pueda conducir las mentes de niños, niñas y jóvenes a desarrollarse en la vida y a conocer y luchar con nuevos horizontes, el maestro conduce al alumno a ser eficiente, a ser seres críticos y reflexivos. Según Gandhi “El maestro debe de sacar a la luz lo menor de cada persona” El maestro es aquel que despliega una multiplicidad de detalles sutiles, es el que tiene el valor de sí mismo, es el que enseña con alegría y aún así en algún momento posee una palabra fuerte, un maestro es aquel que es capaz de moldear seres humanos con su dedicación y vocación de servicio. El maestro ideal es el que enseña con el amor y el ejemplo, es el que construye versos y da alas a los sueños, es el protagonista de la enseñanza y el consuelo del descontento, es aquel que posibilita la construcción de conocimientos, dejando huellas y modificando almas (Hugo Di Taranto). La importancia de ser maestro es mantener una actitud positiva para contribuir con la formación del ser humano contando con ciertos rasgos que lo caracterizan como son: el amor, la aceptación y el respeto, inculcando en sus estudiantes valores éticos, cristianos y morales. ¡Felicidades maestros, alimentad siempre esa vocación, y aprended del discípulo, de la forma que les enseñáis, que sea el amor la luz que alumbre ambos roles!