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EL NIÑO INTERIOR
Por Analia Emanuele. Comunidad "Darte a Luz".
Tu niño interior es un aspecto de tu experiencia interna, alojada tanto en tu mente como en todo tu campo energético, en tu alma, en la información cuántica de tu ADN.
Linealmente podrías verlo en tu pasado dado que ya no eres un niño, pero en verdad está absolutamente presente en tu vida porque tú eres una Unidad habitando el único tiempo real: el Presente.
Entonces cuando hablas de tu niñez en tiempo pasado sólo te estás separando de la Unidad que eres.
"Ese niño está hoy dentro tuyo, inspirándote a amar, a disfrutar, a experimentar, es quien te llena de asombro desde la pureza de su ser, desde su inocencia."
La cuestión es que ese niño también está bloqueando tu madurez incitándote a utilizar los mecanismos de defensa que cree van a protegerte de los “peligros externos”.
"Eres ese niño que sólo necesita ser atendido, amado, comprendido y tranquilizado."
Tu niño interior puro quien mantiene la conexión divina con tu Ser es inmaculado, inocente, es amor eterno, es alegría, entusiasmo, vibración, verdad, conexión. Este niño no puede ser manchado y permanece atento a que le des lugar a expresar su esencia creativa y original.
«El niño interior puro sabe mirar y sentir el mundo con los ojos del Ser”
Ese mismo niño, al decidir vivir una experiencia humana, comenzó a construir una serie de experiencias personales y únicas que lo llevaron a olvidar su Verdad, a separarse de su Fuente.
"Los libros de psicología y autoayuda están llenos de contenido culpando a los padres de las experiencias de maltrato o descuido infantil. No quiero polemizar con esto sólo quiero enseñarte el camino más rápido para dejar de repetir historias de fracaso o frustración, seguir experimentado un fuerte vacío existencial o continuar navegando en un mar de infinito sufrimiento."
Y el camino más corto es que te hagas responsable de tu creación. El camino más corto es que te reconozcas fuente de todas tus experiencias. Sólo así tendrás el coraje de adentrarte en ese mundo que aparenta terrorífico pero que simplemente está esperando ser inundado de Amor.
Sé que te estarás confrontando con las miles de experiencias humanas de abuso, maltrato, violación, hambre y miseria. Te propongo que detengas esa cadena de pensamiento y respires.
Vivimos en un mundo de dualidades, todo es blanco o negro. Si hay un abusado también hay un abusador; un maltratado, un maltratador; una victima, un victimario. Si nos quedamos en esta línea de pensamiento jamás saldremos, es un laberinto creado por nuestra mente inferior para separarnos de quien verdaderamente somos.
Desde esta percepción del mundo siempre vamos a ser la victima o el victimario. ¿Cómo conectamos entonces con nuestro empoderamiento? ¿Cómo salimos de este laberinto sin fin y asumimos la responsabilidad completa de nuestra restauración/sanación?
Sólo podrías hacerlo mirando la verdad de frente, adentrándote por las oscuridades del alma y desarmando todas las creencias que crearon mecanismos para defenderte del “mal”.
"Ese niño que aguarda dentro tuyo a ser escuchado, amado, atendido e invitado a salir a jugar quiere que primero sanes tus heridas. Conozcas tu dolor. Y te animes a embarrar tus zapatillas."
“Mientras la herida, la desilusión y las necesidades insatisfechas de tus primeros años permanezcan inconscientes, no podrás entenderte con ellas y resolverlas. No importa cuánto puedas amar a tus padres, existe un resentimiento inconsciente dentro de ti que te impide perdonarlos por la herida.
Sólo puedes perdonar y liberar la tensión si reconoces tu herida y tu resentimiento profundamente escondidos. Como un ser humano adulto verás que tus padres también son sólo seres humanos. No fueron tan perfectos como el niño pensaba y deseaba; sin embargo, no deben ser rechazados ahora pues tuvieron sus propios conflictos e inmadureces. La luz del razonamiento consciente debe ser aplicada a estas emociones de las que nunca te permitiste percatarte por completo.”
25 señales de que tienes un niño interno herido
1- Evito el conflicto a toda costa.
2- Tengo miedo de las personas y tiendo a evitarlas.
3- Me siento más responsable por los demás que por mí mismo.
4- Nunca me sentí cerca de mis padres, o de uno de ellos.
5- En lo más profundo de mí, siento que hay algo mal conmigo.
6- Experimento ansiedad cada vez que pienso en hacer algo nuevo.
7- Soy complaciente con las personas y tiendo a carecer de una identidad fuerte.
8- Soy un rebelde. Me siento más vivo cuando estoy en conflicto con los demás.
9- Tiendo a acumular cosas y tengo problemas para dejarlas ir .
10- Me siento culpable defendiéndome.
11- Me siento inadecuado como hombre o mujer.
12- Me siento impulsado a ser siempre un súper triunfador.
13- Me considero un terrible pecador y tengo miedo de ir al infierno.
14- Constantemente me critico por ser inadecuado.
15- Soy rígido y perfeccionista .
16- Tengo problemas para comenzar o terminar las cosas.
17- Me da vergüenza expresar emociones fuertes como la tristeza o la ira.
18- Raramente me enojo, pero cuando lo hago, me pongo furioso.
19- Tengo relaciones sexuales cuando realmente no quiero.
20- Me avergüenzo de mis funciones corporales.
21- Desconfío de todos, incluido yo mismo.
22- Soy adicto o he sido adicto a algo.
23- Mi miedo más profundo es ser abandonado y haré cualquier cosa para mantener una relación.
24- Siento que me van a traicionar, herir o abandonar.
25- Genero rechazo o soy rechazado en las relaciones.
"Si te reconoces en varias de estas situaciones o conductas te invito a que realices un trabajo profundo con tu niño/a herido/a."