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ARREBATAN EL PODER

En los grandes movimientos de la historia los intereses populares tienden a avanzar por la vía del reforzamiento democrático e institucional mientras que los poderes fácticos, al verse amenazados no dudan en recurrir a la ruptura institucional y al uso de la fuerza.

Van algunos apuntes al respecto.

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En 1906 el zar Nicolas II de Rusia, bajo la presión de revueltas populares, promulgó la primera constitución del país incluyendo la creación de la Duma, que fue una asamblea representativa sobre todo de la nobleza, terratenientes y empresarios. Esta evolucionó de ser mero órgano de consulta a ser más incluyente y con capacidades legislativas. En 1917 la Duma le advirtió al zar del descontento por la guerra y el hambre y el decidió disolverla, readquirió poderes autocráticos y se lanzó a la represión. Así facilitó la revolución rusa. México. Entre 1876 y 1911, los 35 años del porfiriato, se arrebataron enormes extensiones de tierra a los pueblos de México; y se redujo en 30 por ciento la producción de maíz. Ante el creciente descontento popular en 1908 Porfirio Diaz dijo que ya no se reelegiría en 1910. Pero cambió de idea y encarceló por sedición a Francisco I. Madero. Ante una sublevación en marcha Porfirio Diaz renunció y salió del país. Madero ganó las elecciones de 1911 pero en 1913 Victoriano Huerta dio un golpe de estado y lo asesinó. Cerrado el camino democrático sobrevino la cruenta revolución mexica- na. En 2006 Manuel Zelaya, un terrateniente, ganó la presidencia de Honduras e impulsó medidas “populistas” como incrementar el salario mínimo; crear un fondo de apoyo a la pequeña y mediana empresa; licitaciones públicas para la importación de carburantes entre otras. Se opuso a las presiones del FMI para privatizar servicios básicos y disminuir el gasto social. En 2009 fue derrocado mediante un golpe de estado. Le siguieron presidentes represores y uno de ellos, Juan Orlando Hernández está preso en Estados Unidos por narcotráfico. El 27 de enero de 2022 ganó la presidencia de Honduras Xiomara Castro, la esposa de Manuel Zelaya

En 2002 Lula da Silva, un obrero metalúrgico y sindicalista ganó la elección presidencial de Brasil. En sus ocho años de presidente salieron de la pobreza 30 millones de personas y se triplicó el Producto per cápita del país. Dejó la presidencia en 2010 con más de 80 por ciento de aprobación popular. Su sucesora y continuadora de sus políticas, la presidenta Dilma Roussef, fue acusada de manipulación contable y fue destituida. No le pudieron comprobar ninguna ilegalidad. En 2016, ante el riesgo de que Lula volviera a competir y ganar la elección presidencial fue acusado de corrupción y condenado a cárcel por nueve años. Con la ausencia de Lula ganó la presidencia Jair Bolsonaro

En 2021 fueron anuladas todas las acusaciones contra Lula que resultaron ser amañadas y falsas. Luis Inacio

Lula Da Silva volvió a ganar la elección presidencial de 2022 y hoy en día es de nuevo presidente de Brasil.

Rafael Correa fue elegido presidente de Ecuador por primera vez en las elecciones presidenciales de 2006. Se distinguió por una plataforma de mejoras sociales y por su capacidad para comunicarse en lengua quechua. Ganó la elección presidencial de 2009 y por tercera ocasión en 2013 con incluso mayor porcentaje de votos que en las anteriores. Redujo substancialmente la tasa de pobreza del país. En 2017, ya como expresidente, apoyó las protestas indígenas y fue acusado de desestabilizar al país. Se le acusó de cohecho y se le condenó en ausencia a 8 años de prisión. Interpol desestimó las acusaciones. Ahora es refugiado político en Bélgica. Juan Evo Morales, un sindicalista campesino se convirtió en el primer presidente indígena de Bolivia en 2005. Fue reelegido en 2009, 2014 y 2019. Renunció poco después de la última elección y se exilió ante amenazas contra su persona. En sus 14 años el país creció a un promedio de 5.2 por ciento anual y se mejoró la distribución del ingreso. En 2020 la revuelta popular logró una pronta convocatoria a nuevas elecciones y las ganó el anterior ministro de hacienda de Evo.

En 2016 Donald Trump ganó la elección presidencial norteamericana a pesar de contar con menos votos que Hillary Clinton dada la peculiar legislación electoral del país. En 2020 Trump perdió la elección presidencial norteamericana ante Joe Biden. No aceptó haber perdido y se ha puesto al descubierto una extensa conspiración para reinstalarlo mediante un golpe de estado. El partido republicano sostiene una continua lucha para recuperar el poder presidencial mediante modificaciones al sistema electoral e incluso en ausencia del voto popular mayoritario.

Cristina Fernández ganó la presidencia de Argentina en 2007 y se reeligió en 2011; dejó la presidencia en 2015. En ese tiempo redujo la pobreza en el país hasta ser la más baja en Latinoamérica. Elevó la captación fiscal a costa, sobre todo de los grandes exportadores agropecuarios.

En 2019 tras el periodo del presidente Macri, Cristina fue candidata a la vicepresidencia del país con Alberto Fernández, su antiguo jefe de gabinete, como candidato a la presidencia. Ganaron las elecciones.

Cristina Fernández acaba de ser condenada a seis años de prisión por un cargo de corrupción bastante endeble. No irá a la cárcel por su inmunidad como vicepresidenta, pero así se la inhabilita para otros futuros cargos públicos. Cuenta con un fuerte apoyo popular y se defenderá de las acusaciones. Ahora, en Perú el presidente Pedro Castillo, un jornalero agrícola, posteriormente profesor de primaria y sindicalista acaba de ser destituido con argucias lega- loides. Se dice que intentó un autogolpe de estado. Lo que hizo fue anunciar que aplicaría el artículo 134 de la constitución de Perú que a la letra dice: “El presidente de la República está facultado para disolver el Congreso si esté ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros”. Una condición que se cumplía. Habría elecciones para un nuevo Congreso antes de cuatro meses.

Ahora Perú vive una revuelta social campesina, sindical e indígena que exige nuevas elecciones lo antes posible. Los disturbios se extienden, las muertes se incrementan y el país se paraliza. Se ha decretado estado de emergencia y se lanza la represión. México, Argentina, Bolivia y Colombia emitieron un comunicado conjunto llamando a que se priorice la voluntad ciudadana que se pronunció en las urnas y a respetar los derechos humanos del presidente Pedro Castillo, que actuó dentro de la legalidad constitucional de su país.

Cuando los poderosos pierden… arrebatan. Pero los pueblos insisten en la vía institucional y con frecuencia recuperan lo perdido. Cuando se les cierra el camino la situación suele volverse violenta.

• Arturo Áviles es Ingeniero en ciencias químicas y biológicas. Comentarista y ensayista. CEL. 662 193 0009.

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