3 minute read
GUBERNATURA A DURAZO
Ahora que empezará la sacudida de culpas y la pérdida de memorias, es pertinente señalar que hay claros responsables de la humillante derrota que aún no admite el aliancista Ernesto Gándara. El primero y más grande, desde luego, el propio candidato siempre incapaz e indispuesto a ubicarse en su realidad política. Aquí lo consignamos sistemáticamente: el Borrego Gándara no se preparó para ganar, no ha sabido perder y, evidentemente, se rodeó de puros similares con insostenible e inexplicable autoestima. Lo incomprensible, es que Gándara haya permitido que lo exhibieran de tan fea forma declarándose ganador con una desventaja de más de 15 puntos. ¿qué necesidad de hacer el ridículo?
Ahí están nuestros análisis desde la primera semana de campaña, cuando se advertía una tendencia al fracaso que hoy explica la paliza que le dio Alfonso
Advertisement
Durazo al candidato de la alianza.Desde antes de iniciar el proceso electoral, incluso, le señalamos que no traía equipo, ni discurso; que basaba su campaña en una falsa sensación de éxito y superioridad; que se equivocaba hasta en el slogan en femenino (odioso, por cierto), pero sin mujeres en su equipo. Que perdía tiempo prometiendo becas y pañales; que se centraba en un regionalismo obsoleto; que no inspiraba ni un pleito, aunque al final intentó confrontar; que la declinación de Ricardo Bours favorecía al candidato de MORENA. En fin, concluimos que la campaña de ernesto gándara había cerrado como empezó: con puro blof y sin idea. Pero hay otros culpables que, como es esperable, recurrirán al clásico de la ola morenista que arrasó con todo, pero que no la vieron venir. ¡otra vez!.Hay que hablar de los dirigentes de los partidos, por ejemplo, que ni en bola pudieron hacerle cosquillas a Morena. A Ernesto de Lucas y Ernesto Munró (el del prd no cuenta), hay que facturarle las derrotas en los municipios y en casi todos los distritos locales y federales.
No solo hacían números alegres y hablaban de supuestas delanteras o repuntes inexistentes; ellos así ocultaron la insuficiencia partidista que se labraron solitos por el abandono en el que tuvieron todo el estado desde el 2018. Esa es la verdad, el PRI y el PANno pudieron competir en municipios con gobiernos probadamente mediocres y corruptos (en manos de Morena, claro), porque como partido no hicieron la chamba que les correspondía. Y en eso se incluye a los candidatos, haber favorecido a los mismos de siempre, los que a pesar de no tener méritos ni reconocimiento social, acapararon los pocos espacios disponibles. Responsables, también, los “generales” de la campaña borreguista. Los cercanos al candidato que despachaban, operaban tomando café en el calafate de los lagos. Uno de los beneficios que dejará este proceso: se desecharán estos personajes obsoletos, para permitir que una nueva generación intente rescatar lo que ellos hundieron. Un relevo impedido, que también explica la derrota de ernesto. Ya ni hablar de las encuestadoras y los “expertos” en redes sociales, especialistas en vender espejitos y aplastar el botón de la desesperación y el autoengaño del político o gobernante. Por cierto, en un ejercicio de autocrítica estamos obligados a hacer una reflexión del rol que jugamos los medios durante este proceso electoral. Es un avergüenza lo que vimos. Presenciamos una degradación periodística como nunca antes vista en unas elecciones. Es la otra derrota moral, la falla ética que quedará registrada en lastimosa afectación del oficio informativo que no pocos convirtieron en ejercicio de propaganda política. Grotesco, toda una tesis académica de lo que un comunicador profesional nunca debe hacer para mantener credibilidad y respeto del lector. Pero es la prensa que mantiene el pri, la que llevaban a los eventos del borrego y que correspondía con loas y genuflexiones impropias de viejonotes con tantos años de experiencia en sucesiones de gobierno. Y ni si quiera es una cuestión de chayote o de los naturales acuerdos comerciales con candidatos, gobiernos o partidos. Es un tema de decoro, de profesionalismo e ingenio para que, cuando menos, en la deformación del oficio se orezca algo de inteligencia y utilidad. Por último, muchos podrán no estar preparados para asimilarlo pero puede probarse que otra de las ganadoras es la gobernadora Claudia Pavlovich. A ella intentaron marginarla del proceso, pero los rebasó imponiendo candidatos y saliendo intacta de este proceso en el que no fue protagonista. Imponiendo, además, los únicos candidatos (as) de la alianza que servirán de consuelo en medio de la devastación: Karina Zárate y Elly Sallard. A estas damas se les suma la panista Alejandra López Noriega, quien no sorprende pues es sabida su sobrada capacidad, entrega y experiencia electoral.