Jose Delijorge

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Jorge Delijorge Fotográfia: Manolo Briones

Jorge Delijorge es un corazón que late por y para el toro, soñador de una profesión a la que se aferra con el único sueño de bordar las faenas que desde niño imaginó, y así, con la mirada puesta en retomar con auge su carrera como matador de toros, en esta entrevista el torero zacatecano recapitula parte de su vida y carrera. Nacido el 3 de julio de 1986, desde sus primeros años de vida Delijorge se enamoró de la fiesta brava y de la idea de ser torero, meta que tras años de estudio en las escuelas taurinas más importantes del país comenzó a cumplirse cuando el 20 de marzo de 2002 debuta en las filas novilleriles del país. Fue el 23 de septiembre cuando en la Monumental Zacatecas recibe la alternativa como matador de toros de manos de Arturo Macías, y ante el testimonio de Juan Chávez, desde entonces a la fecha Delijorge no ha cesado en su búsqueda por conseguir ser figura del toreo. ¿Quién es Jorge Delijorge? Un joven matador de toros para el que la fiesta brava ha sido, es y seguirá siendo su mundo. ¿De dónde nace este sueño? Nace desde el primer contacto con una corrida de toros la cual presencié cuando tenía apenas 3 años de edad, gracias a que mi padre me llevaba a las plazas de toros. ¿Cómo ha hecho JD para equilibrar la luz y sombra de su carrera? A base de una sola cosa que es la VOCACIÓN, la cual tiene que ser muy grande porque son más las sombras que las luces. Matador, decía el maestro Juan Belmonte “ se torea como se es” ... Claro, el toreo es un lenguaje con el cual podemos expresar nuestro interior.

¿Fuera del ruedo Jorge Delijorge vive en torero? El toreo es un modo de vida, y sin ello no se puede vivir cuando uno tiene esas grandes aspiraciones a ser figura del toreo, y eso te lleva a ser torero dentro y fuera del ruedo. ¿Qué significa para ti estar acartelado en la feria más importante de Latinoamérica? Significa una gran responsabilidad porque son de las tardes que te dan o te quitan, pero me da una ilusión tremenda para salir a triunfar y más cuando las oportunidades han sido pocas. ¿Cuál es tu mayor anhelo en la fiesta de los toros? Primero que nada verme realizado como hombre y como persona, labrarme un futuro aragüeño y llegar a ser figura del toreo. ¿Cómo ves el panorama taurino en Zacatecas? De alguna manera es promisoria dado que hay un número importante de niños y jóvenes que quieren ser toreros, pero hacen falta dos cosas muy importantes, profesionalismo entre los profesionales y el apoyo fundamental de las autoridades gubernamentales. ¿Cuál es tu opinión respecto a la prohibición de los toros? Primero respeto su ideología, pero estoy cierto que el toro no ocupa de defensores, dado que el toro de lidia es criado y cuidado para lidiarse en las plazas y no sirve para otra cosa y sería una pena que lo llevasen a la extinción. También hay cosas más importantes como abatir el hambre y la pobreza y que haya una sociedad más justa; en un futuro me gustaría hacer labor social para hacer algo por estas cosas tan duras. ¿Qué mensajes le das a la sociedad zacatecana? Que tengan decisiones firmes, que sean los mejores y se esfuercen por conseguir lo que quieren, siempre con verdad y honradez ya que en estos tiempos están en decadencia estos valores tan importantes !!


¡Quiero Vivir! ¿Has pensado en tu salud?

¿Qué pasaría si te detectarán un tumor poco usual en el cerebro? Y un millón de pesos haría el milagro, ¿Desearías vivir este momento?



Pese haber sobrepasado cualquier diagnóstico médico que aseguraba no contar con ninguna alternativa para seguir con vida, Carlos se convierte en un milagro, por sus ganas de vivir, pero el tumor no ha detenido su curso, sigue creciendo, afectando sin piedad su organismo y el funcionamiento de su cuerpo. Por ahora además de enfrentar su enfermedad, él debe desafiar a un sistema médico cerrado que se niega a operar (tal vez por el riesgo que esto conlleva), riesgo que el paciente quiere correr; sin embargo la respuesta ha sido fría, le sugieren que vaya a casa a vivir sus últimos días; y paradójicamente algunos otros médicos aseguran que su salvación esta en poseer un millón de pesos, condicionante para realizar dicha cirugía, ¿Tu qué harías? Desafortunadamente esta historia es real, y hoy deseo relatarla para ustedes; es la vida de Juan Carlos Yebra Guzmán, Licenciado en Relaciones Internacionales y Maestro en Dirección Turística, además escribe novelas, poesía y pinta, él es una gran persona que no se rinde, trabaja y hace su vida normal, sin embargo el tiempo avanza y es vital para su existencia. Fue en octubre de 2007 cuando trabajando en Girona España le es detectado a Carlos un tumor cerebral, acudió inmediatamente con su aseguradora Mapfre Tepeyac, y cual fue su sorpresa, que al enterarse la empresa aseguradora por lo que estaba pasando Carlos hicieron caso omiso a la situación. Gracias al apoyo de sus amigos y jefes es que consigue los papeles para ser atendido, teniendo como diagnostico un osteocondroma (crecimiento anormal de los cartílagos), tumor que es frecuente en dedos, codos, rodillas y todas las áreas que lleven cartílago. El tamaño inicial fue de dos centímetros de diámetro. Secundino Ferrer, director de neurocirugía del Hospital Joseph Trueta en Girona fue quien lo operó a finales de noviembre del mismo año; fue el mismo Secundino quien le da el consejo de hacer todo aquello que siempre Carlos había deseado. Carlos recuerda entrar a la cirugía, misma que se adelantó en la hora de inicio y no pudo ver a su hermana Jazmín que había viajado de México a España para estar con él. Al finalizar la cirugía, el doctor le comentó a Jazmín que fuera arreglando los papeles para trasladar el cuerpo de Carlos, ya que durante la operación había sufrido un infarto cerebral y se pronosticaba quedaría paralítico, cuadripléjico o con daños cerebrales irreversibles. Pero el milagro ocurrió al reaccionar favorablemente, pues la sorpresa de Jazmín fue que al entrar a ver a Carlos lo vio quitándose el respirador lo que indicó que todo estaba sucediendo de manera positiva; tal cual lo afirmó el médico cuando lo revisó días después. Una de las secuelas de la operación fue la pérdida de la memoria, a tal grado que al llegar a México y ser recibido por su madre y sus hermanos no pudo reconocerlos. Al estar trabajando en Acapulco comienzan sus episodios de dolores de cabeza, por lo que es ahí donde comienza su travesía con los médicos, pues en la primera cirugía solo le extrajeron el 85% del tumor. Es en este periodo donde le diagnostican que el tumor ha crecido y que es inoperable; para hacerlo se requiere la cantidad inicial de quinientos mil pesos. Sin perder la esperanza Carlos buscó otras alternativas y tratamientos, acude a Jalisco y el DF y descubre que no podrá ser candidato para recibir rayos gamma; buscó refugio en la quimio terapia, radioterapia y la respuesta ha sido igual, no sede su enfermedad.


A su llegada a Zacatecas de la mano de Geovanna Bañuelos, Carlos nota cambios radicales en su persona como crisis de convulsiones, dolores más intensos y perdida esporádica de la vista del ojo izquierdo. En el 2011 ingresa al IMSS de esta capital, por crisis convulsivas, nueve días hospitalizado, cinco de ellos convulsionando, el médico Neurocirujano Carlos de la Torre Tosca decide trasladarlo para operar de emergencia en Torreón, debido a que en Zacatecas no se cuenta con el equipo tecnológico necesario, inexplicablemente de Torreón lo regresan a esta ciudad sin practicarle alguna prueba, mismas que a su regreso se hace con el apoyo del Gabinete Radiológico Santoyo.


Más adelante al asistir con el Jefe de Neurocirugía del Hospital Siglo XXI en el DF, al diagnostícarlo, este no se explica cómo Carlos seguía con vida; sin embargo esto no fue suficiente para el médico, quien le pide regrese a su pueblo a morir dignamente; Carlos no se rinde y de ahí llega a San Luis Potosí, con el Doctor Ildefonso especialista en epilepsia, el cual le receta medicamento indicado (leviteracetam) llegando a tener dosis de hasta un gramo por la mañana y uno por la noche. Al no ver ningún avance Carlos decide ingresar su caso al Instituto de Neurocirugía del DF en el que por “Políticas internas” no lo aceptan y así transcurre el tiempo hasta que en una cena de navidad le da una crisis convulsiva llegando de emergencia al Hospital de la Raza, donde dieron la orden de traslado al Hospital Siglo XXI para operar de emergencia, pero ¡oh! sorpresa era día de fiesta y los médicos de guardia ya habían comenzado a festejar y tal vez con algunas copas encima, razón por la cual se postergó nuevamente la esperada cirugía. Un año más tarde Carlos regresa con el doctor que recibió su caso, el médico Guinto quien le dio fecha de operación para enero de 2012 y al llegar la fecha el galeno se encontraba de vacaciones y la doctora que lo recibe le dice que sólo operan a la gente que llega muriéndose así que regresara cuando esa situación se presentara. El último estudio arrojó como resultado que el tumor media 4 x 4 x 9, con una invasión más clara y afectando ya ciertas capacidades, haciendo los dolores más intensos y las crisis más repetidas, los médicos descartan hacer nuevos estudios de control ya que Carlos empieza a perder la vista lo que indica que el tumor tiene un patrón de crecimiento.


Carlos ha visto a más de 15 médicos especialistas entre los que se encuentran neurocirujanos, neurólogos, oncólogos y ninguno ha aceptado operar, todos refieren que el único que puede operar es el doctor Guinto, el mismo que lo recibió un diciembre y que un año después lo dejó plantado; Quien dice, afirma Carlos, “que su pueblo es el mejor lugar para morir”; la operación se realizará sólo si se reúne la cantidad de un millón de pesos, según la valoración de los especialistas. El optimismo y tenacidad de Carlos es digna de admiración pues declara: “Salí una vez, dos será más fácil”, “para eso estudiaron, prueben conmigo, si ven que no saldré de ésta pues tenemos dos riñones, pulmones, un corazón, corneas, etc. que podemos donar, será más fácil ayudar a quienes lo necesitan, pero hagan el intento”. Al platicar con Carlos, me doy cuenta de su optimismo, ganas de vivir y de salir adelante, pues es un chico que se dedica a educar jóvenes, que va al gimnasio, él desea formar una familia digna como cualquiera. Un joven que alza la voz sobre las injusticias que ha vivido, alza la voz para pedir justicia y una oportunidad de seguir con vida. Buscar abrir puertas para que alguna institución internacional se interese en su caso y lo apoye.


Una de sus frases es: “Agradezco a Dios por cada día que me brinda, porque sé que tengo una tarea y aun no la concluyo”. Esta es la historia de la travesía que ha pasado un excelente ser humano, Carlos Yebra, en la que está claro que su grito de ayuda es… ¡Quiero vivir!

Todos podemos hacer algo, apoyémoslo, busquemos alterativas de vida para Carlos, comunícate con él en: Facebook/Juan Carlos Yebra.


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