POKER DE REINAS Cuatro mujeres Cuatro poetas
Eva Márquez – Ada Menéndez – Yolanda Sáenz de Tejada – Ana Patricia Moya
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“Poker de Reinas: cuatro mujeres, cuatro poetas” (pequeña antología poética de Eva Márquez, Ada Menéndez, Yolanda Sáenz de Tejada y Ana Patricia Moya) © Sus respectivas autoras Prólogo por Andrés Ramón Pérez Blanco Todos los derechos reservados. Edición digital: Ana Patricia Moya Rodríguez Edición ejemplares impresos: Eva Márquez Diseño: Ana Patricia Moya Rodríguez Selección de poemas: Sus respectivas autoras C o r r e cz c i ó n : E v a M á r q u e z \ A n a P a t r i c i a M o y a Depósito legal: CO-66-2010
Córdoba / Madrid 2010
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El poema es una celda. Sus versos son los barrotes. Estoy dentro del poema. Atrapado. Seducido por la solidez de los versos (los barrotes) que impiden mi libertad. ¡NO QUIERO SER LIBRE! Deseo estar siempre en esta celda (la poesía) que sus barrotes (los versos) sean parte de mi alma, que eliminen lo tóxico e inyecten lo mágico. La felicidad y la tristeza existen. Están escondidas en algún verso. Os invito a descubrirlas. Vive (lee) intensamente este libro. Poemas (celdas) de cuatro mujeres, cuatro jinetes de la poesía. Yo soy su Apocalipsis. (De la poesía).
4 ANDRÉS RAMÓN PÉREZ BLANCO (KEBRANTAVERSOS)
Madrid (Julio, 1974)
Licenciada en Derecho. Escritora y poeta novel. Algunos de sus poemas han aparecido en diversas páginas Webs y Blogs (Esperando ser leído, de Roberto Arévalo Márquez, HankOver / Resaca, de Vicente Muñoz Álvarez y Patxi Irurzun,
23Pandoras,
Leonardo,
etc),
Dad
así
al
como
aire en
mi
voz,
diversas
de
Begoña
publicaciones,
digitales e impresas, de España e Hispanoamérica: Dulce Arsénico,
Cinosargo,
LaOtra,
Groenlandia,
Cruce
de
Caminos, LaFanzine, Ping Pong, Revista Remolinos,
El
Cuervo, etc). Tiene su espacio en Las Afinidades Electivas, y en breve la Editorial Groenlandia publicará su primer poemario, Cosas que nunca te diré. Reina de corazones, que vive feliz junto a su rey en el reino del algodón acaramelado y madre de dos preciosas – y traviesas princesitas.
Sus
versos
aristócratas
destilan
autenticidad, sean referidos a las labores de quitar el polvo
de
palacio
o
bien
a
las
puñaladas
sentimiento real y tirano llamado amor. Blog: http://cosasqnuncatedire.blogspot.com/
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de
ese
Ese lugar
Sigo buscando ese lugar donde no se necesiten las palabras, donde las palabras anudadas y enredadas en la garganta fueran silenciadas a golpe de besos.
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Sólo quiero
No me importa saber quién me clavó el puñal, ni cómo cuándo ni porqué tampoco necesito saber de qué material está hecho, solo quiero saber cómo puedo quitármelo para que cese este dolor.
( P oema s d e “C osa s q ue nu nca t e di r é ”, p r óx imamen t e ed itad o p or G r oen land ia)
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Condicional amor - odio
Si existieras, por ti inventaría un verbo resultado de la química fusión entre el amor y el odio. Te regalaría por turnos, una tacita de esa poción, por cada fantasmal segundo que harías quebrar mi cemento. Te odiaría, torero cobarde por ser incapaz de terminar la corrida donde yo sería el toro y tú el matón adulador que va de farol cargado con un pistolón sin bala en la recámara. Te odiaría, por perpetuar una faena inconclusa, por no hacer lo propio por no dejar que tu sombra egoísta hablé por ti, te odiaría por siempre, por consentir que tu conciencia precediera a la mía,
y
te amaría, desde el mismo instante en que sin existirme me quisieras, desde el absurdo santiamén en que con tus hechos me amases anteponiéndome a tus bajos deseos.
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Te amaría por siempre, por ser el hombre-mito perfecto sin defectos por descubrir, te amaría, para siempre y serías el protagonista del sueño de mis pesadillas.
Ese verbo inventado, me causaría una extraña dolencia, cuya rara cura sólo existiría en aquél vago sueño que generase la divagada ficción convertida en hombre carne y hueso y fuera capaz, de tentarme, de calentarme, de naufragarme, y en mitad de la tormenta, sin esfuerzo pudiera mirarle a la cara, y decirle que ya no deseo probar su dulce caramelo…
Hasta entonces, condicional mío serás mi poco hombre odiado y amado por existir tan solo en el vaivén de mis caderas.
( P o ema d e “ R e ta l es de est r óg en os”)
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La mascarada
La gran mascarada del mundo no solo se encuentra en carnavales, a diario diviso cientos de máscaras que ocultan mísera verdad, la máscara de la (in)educación, de la (in)diplomacia, del (in)saber estar, de la (in)solidaridad, de la (in)diferencia, de la (a) poética (in)progresión, de la (in)sinceridad,
huevos y ovarios mundanos se mojan cuando ya todo está perdido, cuando ningún beneficio está de vuelta, se prodigan (auto) ayudas al prójimo en la medida justa para que sus mierdas no salpiquen la alfombra,
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se vanaglorian los buenos trabajos ajenos siempre que resulten gratuitos y hasta llegar al límite estipulado por el gen XY de la envidia,
Yo no soy ni más ni menos que nadie, la máscara anti natura que cubre mi rostro, desde que mi memoria es recuerdo, oculta el pánico que siento por el dolor que me provocará, la piedra que escondes.
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Virus
Me preguntas lo mismo desde hace diez años, las respuestas, ninguna de mí el tiempo cicatriza líneas de amargura sobre tu rostro, (que contagian al mío) solución, no albergas alguna me repites que todo sigue igual que nada de ti cambia, salvo el mecanismo de tu silla eléctrica, la que un día te dio libertad hoy te ata a la desidia ilimitada de tu limitación de pensamiento, cosida al yugo de las barreras, a la infamia de tenerlo todo hecho, un techo, una pensión, una mano que limpia tu desecho, un lecho ausente de calor, mientras una nada de color dibuja tu meta de desilusión. El eterno hastío anida en los lentos segundos de tus días, de tus infinitas noches.
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Y me preguntas, ¿cuándo el fin del bucle? ¿cómo matar el miedo a vivir?
Con minusvalía o sin ella, muchos son los que mueren desnutridos de vida, acosados por el virus del vacío.
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El triunfo
Nadie quiere ver cĂłmo triunfa un ganador, el consuelo solo existe en el estrepitoso morrazo del hĂŠroe, porque su hostia nos confirma que es tan putamente humano como tĂş y como yo.
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Rota
Rota, una muñeca rota. No sé por qué el desespero me golpea de nuevo, pero vuelvo a ser una muñeca rota, me han extirpado el sentimiento me han excomulgado del verso, me han cosido la entraña, tras la ablación y la retahíla ha expirado mi energía sansoniana, y ya no soy tu Dalila,
solo una muñeca rota,
rota, de tanto usarme.
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Y de nuevo
Llegamos al hospital y no quería llegar, porque lo sabía, las madres saben de esas cosas, y de nuevo, las agujas los llantos, los gritos, analíticas, Rx, pruebas y más pruebas, y horas de una sala de espera llena de incertidumbre, rabia e impotencia manifiesta que en nada te ayudan, y de nuevo muy pequeña para estas cosas, gota a gota de suero suspiro a suspiro de impaciencia rezo a rezo de un alivio tardío la puta vía te jode la vena y vuelta a empezar, el calor de mi pecho tu consuelo mis besos solo acarician tu frio un dolor en tus ojos que inundan los míos, y de nuevo tus quejidos enfermizos me aplastan bajo la enorme cama en la que te encadena una neumonía
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y de nuevo muy pequeĂąa para estas cosas, mi niĂąa y su madre, una madre avergonzada que nunca aprendiĂł a ser mayor y en nada se parece a la Madre-Coraje que todos esperan de ella.
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Bolso de guerra
Una mañana de lunes de prisas, sin nubes un café corto de espacio en un bar sin sustancia y rancio un lunes de metro de pleno colapso, una cartera vacía perdida en tu estación me escuecen los ojos, sin ser tú el motivo y busco el colirio en ese bolso cajón, anclado a mi espalda un bolso sin razón espejo de mi yo cargado hasta los dientes para afrontar una batalla de liendres un equipaje sin un viaje, siempre, adentro me encuentro eso sí, como los huevos revueltos de anoche me busco y encuentro unas bragas, sin condones que me violen pinturas de guerra, que maquillan mis miedos dos libros a falta de uno, el de Das, ya me lo leí pero ahí está, por si preciso me recuerden que otros adolecen de mi mismo mal lápices y bolígrafos, a patadas
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mi libreta, para vomitar los gases que me estrangulan el vientre y me arrancan el suspiro un bolso, lleno de pegatinas de Mini tus galletas al Poder, tu silbato una nota con tu nombre escrito al revés como el revés que me azota no dar con tus chupetes, guardados en tu cajita verde de recuerdos intocables busco y encuentro, dos entradas arrugadas del último cine sin el aroma de tus besos busco y encuentro cosas de ayer busco y encuentro cosas de hoy busco en el fondo y no encuentro el antídoto que me cure de tu veneno.
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Babas
Apenas recuerdo su rostro ni quiero, sólo recuerdo su sarcástica sonrisa jactanciosa llena de veleidosa depravación.
Sostenía con fuerza mi antebrazo con una mano, con la otra se afanaba bajo mi falda, la falda escolar de una mocosa de ocho años. Gritos de asco retumbaban en el hueco del ascensor, mi asco orgulloso de niña
mientras él,
cuarentón degenerado de mierda me ilustraba la dignidad de sus babas.
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Preciso
No quiero un hombre que me prodigue atenciones a cada rato, los melosos pegajosos que riegan te quieros por doquier me provocan dolor de credulidad, la dualidad de las palabras escritas o habladas camuflan mentiras piadosas, y a veces, crueles.
Me enamora el hombre de mirada penetrante, de hechos pragmáticos acertados, atinados de salvaje obstinación introspectiva, me enloquecen los actos engendrados del amor no egoísta, los efectos del amor ventosa resultado de la paciencia constructiva, del saber estar ahí en el momento justo... sin embargo,
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mi sentido auditivo implora sin remedio que al menos, "una vez" cuando me observes de soslayo, cuando regreses del lavabo, cuando tu cuerpo me requiera, cuando te sientas lejos de mi lado y yo sea el Ăşnico verbo capaz de transcribirte,
al menos esa vez, tu "te quiero" silencioso se convierta en un susurro.
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Dolor de vieja
Que nadie vea mis lágrimas negras cuando no sepa entenderte, cuando mi ajo añoso de corazón haya olvidado qué se siente al estar vivo,
cuando tú comiences a hilar tu destino y yo no sepa el sentido que le buscas sin miedo al fracaso,
que nadie vea mi sufrir y tú menos que nadie,
haré con mi dolor de madre un pellejo sólo visible en el invernadero de mi cuerpo,
no miraré en el espejo incompasivo mis cortas entendederas, las enterraré, las sepultaré en el vientre de mi planeta de madre
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ahogaré mis culpas bajo la hiel que recorre mis venas que son las mismas que las tuyas,
haré trizas mis cicatrices por parirte mía, y con todo mi dolor que será solo mío, llegaré al exceso de la comprensión para llegar a tu mundo,
recuérdamelo hija, si llego a vieja y tu mundo y el mío discrepan.
( P oema s inéd it os )
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Xixón, Asturias (1972)
Poeta y escritora. Actualmente, reside en Madrid. Comenzó muy
joven
a
escribir,
ha
obtenido
diversos
premios
literarios (Primer Premio Relato Corto Escritores Jóvenes José Maria Franco Delgado, Cádiz, 2006; Segunda Finalista del Certamen de Microrrelatos de la Cadena Ser y Escuela de Escritores en 2006; finalista en el Certamen de Poesía Una Voz en el Abismo, Lima, Perú, 2007; finalista del I Premio de Poesía Fernando Gil Tudela, Murcia, 2008) y ha editado dos libros de poesía: El desvestir del Pulgar (Ediciones Vitruvio, 2008) y Abierta de Piernas (Bohodón Ediciones, 2009). Actualmente, está preparando un libro de poesía erótica (como coautora), una obra de literatura infantil ilustrada y también un taller artístico literario, Little Becky. Participa en recitales poéticos y tiene su espacio en las Afinidades Electivas. Reina de tréboles: la fortuna la ha transformado en luchadora infatigable. Con dos ovarios que no le caben en el vientre: sabe defenderse,
sabe
atacar
al
terrible
enemigo
adversidad. Y con un corazón único.
Blog: http://gotasdelcantabrico.blogspot.com
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de
la
Bipolaridad
He vomitado tu nombre DespuĂŠs Me lo he comido MĂrame Soy animal contradictorio
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Imperfecto pretérito
Leo la misma carta mil veces Buscando esa respuesta no escrita
Quizá no supe preguntarte Cómo vendrás a vestirme Si me has conocido desnuda
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Onírico purgatorio
No quiero formar parte de la comparsa Tampoco espero me recojas con cable O sin él Ni escalar hasta arrancarme las uñas Incrustándolas Entre huesos Entre cartílagos De tus bufones Sobre la mesa agoniza un ramo de colmillos Apestan sus carótidas No palpitan los moribundos Aún jóvenes Aún despiertos Calaveras de espinas incorruptas Déjame respirar tierra Ahogarme Flotar por encima del escudo desprotegido Sintiendo ese aliento Sólido Pegajoso Cuando sé que hay pocas horas Un reloj embutido en alquitrán Ahogarme Permitir ciertas licencias A los cuervos Que se alimentan de lo que tú no comes
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De lo que yo desprecio De panes enmohecidos y vellosos Mientras revientan por gula Confesando renacer
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Parada en peaje
A la noche Pinto líneas de carretera Donde la mala digestión de humores circula Dejándome huérfana Novia gitana
Extiendo la cebra sobre el tumulto Suelo también guiñar un ojo con picardía Sabiendo que son muchos los testigos Y pocos los visitados Autómatas de mi brújula
Peco de ingenuidad Aún con ello No hay asfalto sin mis huellas Fosilizadas bajo rayas longitudinales Por la nacional sexta huye del casamiento Una rosa discontinua
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Pulgar incompleto
Tal es mi deseo por duplicar la espinilla Que invoco al demonio Semen de grasa
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Puericia del pubis
Me sabe la lengua a bicicleta de cuatro ruedas Mis pupilas giran sobre Neil Young También soy quien una vez te despidió con la mano Mientras te alejabas tras la señal de stop Intentando disimular tu mal aliento Por todos los estropajos dichos
Dirás que me lo merezco Que soy la causa de tus reproches Y yo te respondo: Eres tú el autostopista
( P oema s d e “El desv e sti r d e l p u lgar”)
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La vergüenza
Envuélvete los huesos de la mano hazlos caer sobre cualquier tumba del cementerio el día de Todas las Santas
Di a la florista que no es momento para esparcir pétalos
Cuenta a la mujer cómo te sentiste cuando levantaste tu puño alzándolo contra quien más te lloraba
Explícale por qué no regalas más flores Explícale por qué no has perdido la timidez y aún te avergüenza enseñar los nudillos rotos
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Los crisantemos
Eres una puta como tu madre no sirves para nada ni llegarás a ningún sitio
Yo te diré qué es ser una puta
te diré a dónde llegamos las putas
Las putas somos mujeres mujeres como tu madre la misma que te parió y te dio de mamar cuando sólo eras un pellejo
Las putas somos mujeres mujeres como mi madre la misma que te llevó al paraíso los pocos años que fuiste feliz
Las putas somos mujeres mujeres como la florista ella no venderá crisantemos cuando yazcas en el tanatorio
Sí
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yo soy una puta pero he llegado más lejos que tú
tan lejos que no llegaré a tiempo el día de tu funeral
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Los sentidos
DespuĂŠs de hacer el amor me estiro despejo mis axilas separo los dedos de mis pies ahueco el pelo de mi cabeza y de mi sexo
El aire absorbe cada escondite de piel mojada con semen y mis fluidos
Me siento tan vaporosa que incluso la lĂnea de una caricia se hunde con estorbo
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Los huesos
No estoy loca por tus huesos, estoy loca de tus huesos:
De tus rótulas ancladas en mis costados para que mis labios se desplacen cómodos a lo largo y ancho de ti, tus fémures haciendo palanca con ritmo exponencial, tus carpos, metacarpos y falanges tirando de mi pelo hasta arrancarme como hoja de libreta, de tu sacro empujando mi cuerpo a núcleo volcánico, del amplio esternón que mis pequeñas manos buscan rodear, de tus clavículas encajadas entre los huecos de las mías, de tu mandíbula mandíbula que unas veces me paladea y otras me engulle.
no estoy loca por tus huesos, estoy loca por fracturarme entre tus huesos.
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Las maneras
Me han querido de muchas formas: A golpes porque te quiero tanto que lo hago por tu bien, en silencio porque te quiero tanto que no es necesario decírtelo, a escondidas porque te quiero tanto que nadie puede saberlo.
Pero yo sólo quiero que me quieran de una forma: Sin pasar miedo ni un solo minuto recordándomelo todos los días gritando a los cinco océanos la verdad,
porque quererme tanto de otras maneras es una puta mentira.
( P o ema s d e “Ab i e rta de p i e rna s ”)
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Si bebiera alcohol me bajaría una botella de whisky si tomara drogas compraría medio gramo si no tuviese tanto miedo despedazaría mi cuerpo bajo un tren si viviera en un país en guerra pintaría una diana sobre mi jersey si pudiera volar ascendería hasta quebrarme las alas
Pero lo único que puedo hacer lo único es ser totalmente consciente de mi existencia
( P o ema i n éd it o )
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Huelva (1968)
Creativa y escritora. Interesada en los temas científicos de actualidad, colabora con empresas que aplican sus diseños a la ciencia para conseguir una mayor calidad de vida. Es miembro de la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género.
Su
primer
libro,
¡A
Jugar!
(Mondadori,
2008,
en
colaboración con Eduard Estivill), una profunda investigación sobre la conducta infantil, obtuvo gran éxito y se ha traducido a varios idiomas; también ha publicado Camino del Sueño, un libro para aprender a dormir bien (Aras Llibre 2008). Su primer libro,
Tacones
de
Azúcar,
de
poesía
fue
Primer
Premio
Internacional de Poesía Sial; en breve, publicará Poemas desde mi
ombligo
(Huerga
y
Fierro),
Corre
Edith
Napoleón
(en
colaboración con Noemí Trujillo) y una novela. Actualmente, coordina varios proyectos culturales entre los que destaca Poesía en el Palacio (ciclo lírico mensual que patrocina Hospes, Palacio de los Patos de la ciudad de Granada), desde su fábrica de sueños a medida LALUNAESMÍA (http://www.lalunaesmia.es). Posee su espacio en las Afinidades Electivas y participa en actos solidarios. Acaba de inaugurar un espacio semanal en Radio Linares (Cadena Ser), al que ha llamado: Poesía para gritar. Vive actualmente
en
un
lugar
cerca
del
cielo,
donde
cultiva
pimientos y poemas. La veterana reina de diamantes es la heredera del exótico reino de Sava: destila elegancia y humanidad a partes iguales. Le encanta hacer mil cosas a la vez: es una aristócrata muy ocupada, pero jamás descuida a los que realmente lo necesitan.
Web: http://www.yolandasaenzdetajada.com) Blog: (http://www.yolandasaenzdetejada.blogspot.com);
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CARTASDEDOLOR (para n o morirme)
I
Aquella mañana, antes de despertar, arranqué su corazón con mis propias manos.
No era un sueño; ella gemía de placer al sentir mis uñas escarbando sus venas y me gritaba: ¡más, más adentro, arráncamelo todo!...
Y lo extirpé.
Una vez fuera el corazón palpitó con más fuerza, (ella con su noamor y sus pechos lo tenían casi ahogado).
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La dejé suspendida en un gemido, con ausencia de dolor, reinando la madreaorta en el lugar del corazón.
Y decidí salir a pasear con su núcleo latiendo y mordiendo mis manos.
Fue entonces cuando vi aquel banco del parque. Era gris y en su respaldo habían tatuado una flecha.
Le falta el corazón pensé mientras lo aplastaba con lágrimas
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y fuerza contra la flecha.
Es curioso, no sangró. Demasiado hielo en sus venas.
II
No sé por qué siento (pura indecencia) celos de los poemas que algunos hombres escriben a sus mujeres.
No sé por qué me cuelgo de la disculpa un ahogo de sonrisa torcida, un amargo deseo de destrozar con mis dientes esas frases. (No la ames tanto,
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por favor…)
Y termino cerrando el poema, dándole un portazo a las comas y escupiendo en los puntos (y aparte) que han seguido escondiéndome la envidia.
Ahora vengo aquí, a este folio coagulado de mí (el mí feo y oscuro) para mendigarte a ti (el ti blanco de versos inmaculados) que me hagas (por dios) un poema de amor…
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CARTASDELMUNDO ( p a ra g ra ba rm e en la p i e l y en los o jo s q u e s omo s mu cho s m ás de los que ve mos )
En la piscina donde nado hay un hombre. Hay muchos.
Es moreno y con bigote, el hombre, y nada durante cuarenta minutos.
Mi hija también nada, en la misma piscina, y ella también lo ha visto.
Un día me dijo que todos los niños lo miraban porque el hombre solo tiene una pierna.
Y ella extrañada me dijo que no se explicaba como podía una pierna, sola, nadar “a sirena”.
Yo le dije un secreto
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que nadie sabe, en la piscina.
No es un hombre, el que nada. Es un caballito de mar.
Entonces ella entendió por qué en la tierra, el hombre, necesita muletas para andar…
El caballito de mar me mira y yo, sonrío.
A veces, me gusta nadar a su lado, cerca de su pierna, la única.
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Llueve. No mucho, pero no tengo paraguas, llueve bastante…
Mi pelo (a veces infranqueable), comienza a inundarse y veo a una señora con un precioso paraguas rojo delante de mí. Calculo lo que me queda por terminar la calle y, decido alcanzarla.
Perdone señora, ¿le importa que viva durante el trayecto de esta calle bajo su paraguas, es decir, a su lado y compartiendo el mismo aire sin lluvia?
Ella grita.
Y yo, asustada, miro para detrás pensando que alguien nos quiere robar el bolso.
No hay nadie.
Como no habla
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(la señora) insisto:
Si quiere, puedo llevar yo el paraguas que soy más alta.
Y ella, abre sus ojos y me empuja fuera de su hombro. (Si pudiera, me habría escupido).
¡Niñata, debería de darte vergüenza asustar así a las mujeres mayores! ¡Como vea a un policía te denuncio por acoso!
No me lo creo…
Con el empeño que puso mi madre en educarme como una señorita y con lo que le costó a mi abuela domar mi
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tono de voz.
No es justo, le digo a la señora, (ahora ya arpía) ¿sabe lo que le digo? que le voy a gritar ahora que mi abuela no me ve. Y que se merece usted empaparse.
Y, riéndome como una loca, le robo el paraguas y salgo corriendo.
Ahora ya no me mojo.
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A su marido, un hombre cualquiera, lo mataron los otros, que ella no sabe quién…
Le cortaron la lengua y después, con un machete, el pene.
Ella llegó tarde pero temprano para ver la boca abierta y la sangre bañando los pies.
Su hija, la única que su vientre amasó, se la llevaron los unos, que ella sí sabe quién…
Se la devolvieron vacía de himen y con heridas en su chiquilla piel. La violaron y, una vez abierto el animalito, la torturaron mil veces
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dejando el semen en sus labios, su boca de miel…
Y la madre ha venido huyendo de su país. —En una barca asquerosa preñada de agua y orín—.
Solo quiere un nido donde abrazar a su hijita. Y probablemente, muchos, no la quieran aquí.
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Mi madre dice que a mi hermana pequeña (esa que huele a bollitos de azúcar y miel) se le incrustó una aguja en el tórax cuando era bebé.
La mujer que cosía con ella, siempre la tenía en brazos y mi hermana, que nunca lloraba, se dormía entre sus pechos de leche costurera.
Así que una aguja, traicionera e invisible, se le fue, poco a poco, incrustando en su piel de algodón…
Yo he probado a ver si esto es posible y me he pegado una en el nacimiento del pecho. Y, cada día, he ido clavándomela un poco…
Hoy, mientras escribo esto, la siento ya como parte indivisible de mis vértebras. Hoy, mientras escribo esto, decido que quiero coserme algunas cosas que tengo dentro y, suavemente y en silencio, pongo mi dedo (corazón)
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sobre la aguja, simulando, con el movimiento de coser, lo que ella ha de hacer dentro de mis intestinos.
Coserme, por ejemplo, ese desprecio tuyo que me provocó una úlcera el año pasado. Y bordarme, (me encantan los bordados) un corazón rosa en el esternón, que siempre se me quiebra con tus gritos.
Y, si me da tiempo, cogerle el bajo a mis pulmones, que de tanto suspirarte se me han quedao dos tallas más grandes.
Yo creo que ha sido una buena idea lo de la aguja, aunque, si pudiera, —y mi corazón lo resistiera— me cosería los ojos para no
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verte humillarme nunca mรกs.
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MICARTA ( p a ra r e í rme d e m í m is ma )
Son las doce y media de la mañana. En la editorial esperan la última página de la revista. Hoy, hablaré de dios.
Y yo, con el delantal rojo de Portugal, mientras escribo, cocino lentejas… (con chorizo y verdura, por favor).
Mi hija se acerca enfadada. El traje de baño no le cierra a la Barbie. ¿puedes ponérselo tú mamá?. Sonrío y la miro. A la mierda la idea que estaba pariendo…
Vuelvo a la letra que se desgasta perezosa
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entre mis dedos.
Suena el reloj de la cocina. Hace 30 minutos que hierven las lentejas. Espera un poco, le digo al aire. Y este, sin nerviosa espera, me responde en silencio…
Retomo la idea que ya no es original, ahora son unas enormes ganas de gritar. En mitad del nuevo parto, llama mi madre a la puerta. ¡Ding dong!... ¿puedes recoger tú a papá?
Son las dos y media. Coqueta mañana… La barbie se baña en el jardín. Bonito traje. Y yo, (sigo con el delantal) por fin,
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he terminado la página.
De pronto pienso que algo tenía que salir mal; se han quemado las lentejas. Suerte que yo aún no…
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CARTASDEAMOR
(para ese anim al llamado deseo que es cribe con su bo ca so bre m í…)
I
Al fondo, desde esta ventana sin cortinas del tren, desde este paisaje castellano lleno de raíces que no se dejan ver, intento dormir para encontrar la paz que comienza a brotar entre mis pechos.
(Solías hablar por teléfono paseándote por el jardín de mis ojos. Nunca te alejabas más allá de mis pestañas y siempre, mientras ibas de un lado a otro, me tocabas los pechos con esa humedad de la flor recién nacida. Tu dedo rociando mi pétalopezón).
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II
Cuando llego al hotel, a oscuras, deshago la maleta; y alojo cada historia que vive en ella, (con delicadeza) en el suelo. Después, antes de partir de nuevo, decido si las vuelvo a guardar, o no. O las tiro a la basura del olvido junto con las medusas de recuerdos que me arranco (muchas veces) del pelo.
(Te encantaban los sitios oscuros, te excitaba descubrir mi nerviosismo agitado en ellos. Me tocabas y yo me moría de vergüenza al pensar que alguien nos vería. Pero tú, mezclando tus besos y mi lengua, seguías, vehemente, cazando tu pasión dentro de mí… Y yo, vencida al fin, me acostaba entre tus manos mientras abría mis sentidos (y mi falda) a las más tiernas palabras de amor susurradas en mi oído.
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III
Aquella casa de la montaña me gusta, con ese color (tan insolente) de zanahoria recién cogida. La piel verde del campo, descansa bajo su vientre. Viviría en ella tan fácilmente…
(Te reías de mí cuando te llamaba para contarte que me gustaría vivir en cada pueblo nuevo que conocía. Emocionada, te recitaba lo hermoso que era y que había decidido comprarme una casa en aquel lugar tan delicioso. Al principio te asustaste, pensando que cualquier día cambiaría de espacio vital y podría hasta desaparecer. Pero luego, sabiendo que podrías ser tú el que viviera conmigo en aquellos refugios, te reías a escondidas cuando preguntaba a cualquier vecino del pueblo que visitábamos, cuanto costaba una casa para vivir allí.
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IV
Me gustaría poder volar, pienso mientras veo pasar una cigüeña con las alas abiertas. (Seguro que vuelve de amar). Ese vuelo ancho me ha traído a los ojos a mi nueva amiga, esa chica tan dulce que a veces, muchas veces, me ayuda a andar.
(Hay amigos míos que no te gustan. Lo sé. Y noto como, en la lejanía, te estremeces como un pájaro sin plumas cuando te digo alegre y feliz: tengo una amiga nueva… No sabes si temer más del hombre o de la mujer. Del primero piensas que me intentará robar la boca y de la segunda, que entrará como una estrella en el cosmos reservado para ti. Siempre (con esa decisión ilimitada) pujas todo de mí y esto me hace quererte (me muero de amor cuando eres así) aún más… ( P oema s inéd it os )
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Córdoba (1982)
Estudió Relaciones Laborales y es Licenciada en Humanidades por la Universidad de Córdoba. Actualmente, estudia Master, es pluriempleada y directora de Groenlandia, revista de Literatura, Opinión y Arte en General. Autora del poemario Bocaditos de Realidad (Groenlandia, 2008); en breve aparecerá su primer libro de relatos, Cuentos de la Carne. Sus poemas y relatos han aparecido en distintos blogs (23 Pandoras, Hank Over \ Resaca, de Vicente Muñoz Álvarez y Patxi Irurzun, Asperezas, de Pepe Pereza, Todo lo demás son palabras y Perdóname pero te amo de David
González,
etc)
así
como
en
diversas
publicaciones,
digitales e impresas, de España e Hispanoamérica, tales como La
Siega,
Dulce
Arsénico,
La
Bolsa
de
Pipas,
Cinosargo,
Deshonoris Causa, Palabras Diversas, Ariadna, Letras, Laranza Zity,
Palabras
Remolinos,
Malditas,
Shiboleth,
Café
Creatura,
con
Letras,
Lexia,
Saigón,
Isagogé,
En
Revista Sentido
Figurado, Cruce de Caminos, Letralia\Tierra de Letras, Spjismos, Margen Cero, Delirio, Poe+, LaFanzine, Mitad Doble, El Cuervo, etc. Es colaboradora de La Más Médula, revista internacional de Literatura, así como de la página Web cultural de Andalocio. Sus poemas han sido traducidos al inglés, al catalán y al italiano. Tiene su espacio en Las Afinidades Electivas y posee obras inéditas: de poesía, Material de Desecho y Píldoras de Papel; en prosa, los libros de cuentos Nosotras, Sobre el amor y sus miserias y Fábulas Urbanas. Actualmente, prepara su cuarto poemario, Yo soy lo que dicen mis manos y aparecerá en tres antologías literarias. Es la reina de su casa cuando su madre o su hermana mayor no están. Se refugia lejos de los palacios, bebe y fuma mucho. Más que reina, es una payasa con corona de cartón. Está loca, pero lo disimula que te cagas.
Correo: yosoyperiquillalospalotes@gmail.com
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Desde la s sáb anas
Rabia odio de tanto amor que por ti siento. [Maritza Núñez]
Vu elvo a llo ra r po r t i, en s ecreto. M an cho la s sá ban as de in contables lágrimas, de lá grim as sucias llena s de ra bia, de lá grim as negras po r culpa del rimel qu e apen as utilizo. M i c ama h a e sc r ito d em as i ad as his t or i as en su c o lch a , l a a l moh a da a p ena s so po rta e l pes o del s i l en c io d e l a h u m e da d de mis ojos, deja de ser la cómoda cuna de los sueños p a ra con v er t ir s e en e l ún ico s it io don d e me c onsu me la t or tur a de mi interior do lido. Mi cama es útero de tela qu e me acoge, echa un ovillo, despu és de mis sollozos, de mis gr itos silenciosos y desgarrado s ante lo que me jo de.
S i tuv iera qu e junt ar to do lo qu e h e llor a do po r t i e n est as sáb an as , con s t ru i r ía un inmenso océan o sala do c on o las de súp lica s , de des eo, de la ilusión de vert e e n est a cam a ju n t o a m í , en f ren t an d o a t u se r c on e l mío ; p e ro en la r e a l i da d , yo m e ah o go en m i p ro p ia m e lan c o l ía y en la d e se s p er ac ión d e sa b er qu e no p o drá s p ert en ec e rm e jam ás .
Ja más …
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B a sa d o e n h ech o s r ea l e s
A s í o s v eo, qu er idas mu jeres t raba jador as , simplement e por t en er un coño ent r e la s p ier nas : lim p ian do la m ier da qu e dejan los demás , cobr ando la mitad de lo qu e cobra un hombre, soport an do la ju st ic ia de raíces mach istas, o cu lt ando vu estros méritos detrás de sus es pa ldas.
Y , c on c ie r to pa v or, ti em bl o a l p en sa r q ue c o m o v u e s t r o p re s e n t e s e rá m i p os ib l e f u t u ro .
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H on e s t i da d b r u ta l
Aislado del amor cualquier coño es violento. [Isla Correyero]
Cuan do me cabreo, esc r ibo con el coño, c u an do l lo ro , esc r ibo con el coño.
¿ Or din ar ia y o? Só lo soy s in cer a: e n l a i d ent id a d d e l ú t er o y los ov a r io s est á m i f u erz a .
( P oema s d e B ocad it os d e R ea lidad , G roe nla nd ia , 20 08 )
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I g ot y ou u n d e r my s k i n
I've got you deep in the heart of me so deep in my heart that you're really a part of me.
(Frank Sinatra)
A p es ar de t u s lat i g az o s e n m i es pa lda , a m o r , t e t en go d e ba j o d e l a p i e l, c o rr es p o r l a s an g r e de m i s ven as de b o r ra ch a a u n r i t m o de v é rt igo , t e h as em pot r ado en es e t roz o de ca rn e q ue s ól o la te, desga rrándo me la s arterias con lo s dedos, acarician do, du lce y cru el, esos recuerdo s que ja más en la vida podr é bo rrar.
S í, ca r iño , te t en go deb a jo de la p iel; de hecho, siempr e has estado ahí… …aunqu e yo , en t i, esté rota y arrugada en el fondo de tu pa pelera.
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H o y m e l e van t é de m i c am a d emas i a do p ro fu n da . Cr eo qu e m e v ien e la v ida dem as ia do grande. D e mas ia d o i nm en sa . No la agarro n i con pinzas. Soy microscópica en es te univ erso mundano de máscaras que son rostros v erda deros . D e s ec h é l a i d e a d e c o m pr ender a ese qu e llaman Dios. La filosofía la dejé abandonada en la taza del water. L as dis qu isicion es co tidian as las pr oh íbe m i ment e c uan do esto y en el cur r o o h a c ién dom e po lv o lo s dedo s o colo reando apuntes o dejándome los ojos en una pantalla . Ya n o q u iero c omp render nada . La raz ón , es m ie rd a , l a r az ó n , e s r ec o r d ar : re g res o a la tu mba del co razón . N o m e int er e s a e l s aber que h a y d e t r á s d e l a s pá g in a s , n i t am po co l o qu e o cu l t an su s bes os d e ca r am e lo y can e l a , n i t ampoco la ex isten cia de mu ros de piedras h ipócrit as.
Ho y no qu ier o p ensa r . No qu iero . Me n iego . M e d u e le . Qu iero sent ir. Qu iero vivir. Qu iero am ar .
Q u i er o s e r i n s t in t o en t u reg a z o .
M añan a quiz ás vo lveré a s er el en gr ana je de s iemp r e, el relo j qu e con sus agu jas marca puntual la hora del mun do.
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El h omb re que nacía todo s los días
Conoz co a un hombre que n ace todos lo s día s . A las oc h o , s e levan t a , a v is ado p o r su mad r e ; se l i mp i a , se a rre g l a y m arc h a h ac í a e l t ra ba j o . D e spu é s de l a j o rna d a lab o ra l , r eg re s a a su h o g ar , se du cha, cena y deja que su madre le a c u es t e . A l d í a s i gu i en t e , d e n u ev o , s e d e b e d e en f r ent a r a l a r u t in a ; n a c e c a d a m a ñ a n a c u a n d o s u m a d r e s e a ce r c a a su ca ma y l e des p i ert a con la s p a la br as de s iem p re: “b u en os d ías , ca r iño, m e l l amo Ma r ía y s oy tu madr e ; t i en e s q ue i r t e a t ra b a ja r c on t us a m ig o s , lá vat e , ví ste t e y c ó m et e t od o e l d esa y u no” . Él, por in ercia, no responde y obedec e. Y así es su vida: no hay memoria. No sé si fu eron las dro gas o una en ferm eda d que last imó su cerebro: n o sé porqu e aquel hombre carecía de recuerdos. No s e a c u e r da n i d e s u pad r e , n i d e s u m a d r e , n i d e s u in f a n c ia , n i a d o l es c en c ia , n i s i qu ier a d e l n o m b r e d e l o s c o m pa ñ e r o s y a m i go s . P ien s a n q u e s er í a muy triste cortar de raíz con el p as a do , aun qu e e l lo im p l i ca ra o lv i d ar e l a lm a… pero y o, a l gun as v ec e s, en l o s m a los mom en t o s , en a q u e l los d on d e l as l á g r im a s es t á n a pu n t o d e b r o t a r y d on d e s iento qu e m i c o razón est á a punt o d e r ev enta r , m e gu st ar ía s er co mo él… bo rrar completamente todo el do lor.
O lv ida r que soy y o .
(Poema s d e Ma teria l de Desecho, inéd it o)
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Ni Blancanieves, ni la Cenicienta, ni su puta madre
S oy un a pr in cesa de ba ja es to fa : s in c or on a , s in lu jo s , s in p a dr es de a lta a lcu rn ia , sin putos aspirantes a esos priv ilegios resguardados en lo más hon do de mí. Mi s angre es ro ja, ro ja como el vino y m is man os c ar e c en de tod a d e l ic ad eza: e s lo qu e t ie n e e l t r a ba j o d i gno , qu e t e salpica con su cia humildad y t e conv ier t e en una m áqu in a de ca rn e. Ha b it o en el ama r go R ein o de la Rea lida d, en un p a lac io p equeño c onst ru ido con piezas de un puzzle int e rminable. S oy el protot ipo de prin cesa ant i – Disn ey : c í n ic a , fum a d o r a , ins en s i b l e , bebe d o r a , q u e o d i a las d ic h o s a s c an c ion es d e a mo r, que repu dia la comodidad de los tronos.
Y m i ma yo r r iqu eza , es lo qu e s e encu ent ra e n t r e la c a b ez a y e l pec h o : es a lg o qu e b r i ll a m ás qu e t odo s lo s t eso ro s del Un ivers o.
M i voluntad d e fra casada .
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Cap eru cita - rega liz
Qué tonta era Cap e rucita Roja . Tiern a ch iqu illa que hace du lces para la abuelita, inocent e cria que se t ragó la s ment iras del can feroz , e stú p ida n iña ta qu e es p er ó a l leña d or p ar a s er r es ca ta d a , c r iatur a g ilip o llas qu e con c eb ía la vida como un pastel.
Y o soy v e rsión a du lt a d e Ca p eru cit a: llevo sin ies t ra s ropas de luto, un palo lleno de clavos oxidados y caramelos de rega liz en los bolsillos; a r ra str o e l f an t asm a de l m i s er ab le lo bo y un cadáver an cian o de voluntad im pasible.
L o s m an ja re s d e azú ca r int r a gab l e s d e m i c an asto - esc o n d idos junto a un l i bro de filosofía, el t a baco y la bo tella de vino - se pu dren por el veneno.
S on rega los para los cu ent ist as : a bu e la s , n iñ a s , lo bo s y gu ar d ab os qu es qu e me intentan engullir con sus fauces h ipócritas.
( P oema s d e P í ldora s de Pap el , iné d it o)
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Desierto
El corazón en el techo, yo recibien do e l a m o r que c o r r e s pon d e a la leg í t im a mientras me observa desde arriba y lanza m ens a jes co dif ica do s: “q u é p oco v al e s p o r m or i r len t a m en t e e n t r e b es os ” . L o s t í m p a n o s pe r c ib en e l e c o s i le n c i o s o del ó r gano qu e lat e po r in erc ia q u e m e esp ía qu e s e mezcla con lamento s l os tu y os los m ío s qu e llo ra po r la qu e es tá sus p ir an do po r hues os a j en os y que se ha rendido a otras man os. Con el ú lt im o su spiro en la so leda d d e m i a u s en t e d e l ito m e qu e do q u i et a muy quieta esper a n do a que reg res e el trozo d e c ar n e a s u h u e co , p er o pa r ece in e rt e, c o n f i es a c o n r a b ia ent r e lo s d i ent es qu e n o d e s e a o cu pa r su sit io: no se s ent iría cóm odo ha bit an do la s co st illa s
d e u n a ext r a ñ a .
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S uperp o deres de h ero ína a nó n im a
“Todo hace el amor con el silencio” (Alejandra Pizarnik)
a J.
S ó lo po se o una habilidad especial: puedo pa rar el tiem po en el pr e cis o ins ta nte en el qu e s i ento t u c a l id ez e n m i v i ent r e …
… c o n e l s imp l e g es t o de liberarme del reloj de muñeca: p esada cadena de mi rutina .
( P o ema s d e Y o s o y l o q u e d ic en m is man os , iné d it o)
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Adá n y Eva p ecan: yo me ab stengo
Desga rr o m i corazón, m i c oñ o y los a rr o jo a la pa peler a junto a la ex cusa oficia l d e t u d es pe d i d a ( l a v e rda d er a : t u n a r iz dentro de otras br agas).
N o besa r é n i a ran as n i a s a pos , m e con d eno a l e go í sm o, a o dia rm e y am ar me a m í m ism a.
M isa nt r op ía .
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De rodillas, delante de mi cama…
De n iña, t en ía una cruz dorada clavada e n l a ca rne; ahor a , m is o ra c ion es sa l p i ca da s d e cu lp a s e r e f le j an en u n r o s a r io con cu ent a s de lá grim as. C on c i en c i a s in l i mp ia r . P e daz os á sp e ro s que mu rmu ro pa ra m is adentr os , pecados de mi insign ificant e ex istencia. Ant es ha b ía t er ro r : d eb a jo de la c am a est a ba D ios . P er o D ios no e stá . Y a n o ha y n i b on da d es n i ca st igo s. Ta mpoco creo en los po eta s , n i en lo s po líticos , n i en las put as p rom es as de amor et ern as n i t am po co en l os h om br e s n i en l as mu j eres .
Mis plegaria s, cantos de desilusión en la noche c óm p l i ce de m i s ba j on es , aso man en e st a s m an os la gr an ev idenc ia . Sólo creo en mi mi sma.
Po r qu e es lo ún ic o que m e qu eda .
( P oema s inéd it os )
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ÍNDICE
P RÓLOGO, por An drés Ramón Pérez Blanco
4
E V A M ÁRQU EZ
Es e lugar
6
S ó lo qu iero
7
Con dic ional amo r- odio
8
L a m as ca rada
10
V irus
12
El t r iun fo
14
R ota
15
Y de nu ev o
16
B o lso de gu er ra
18
B ab as
20
P rec is o
21
D o lo r de v ie ja
23
ADA MENÉNDEZ
B ipo lar id ad
26
Imperfecto pretérito
27
On ír ico purgat or io
28
Pa r ad a d e p e a je
30
Pu lga r in com p leto
31
Pu er ic ia del pu b is
32
L a v er güenza
33
Lo s cr isantemo s
34
Lo s sent id os
36
Lo s hu es os
37
L as m an er as
38
S in t ítu lo
39
75
Y O L AN D A S ÁE N Z D E T E JAD A
Ca r tasd ed ol o r I
41
II
43
Ca r tasd e lmu nd o En la p is c ina don d e nad o …
45
L lu ev e
47
A su m ar ido
50
M i ma dr e dic e que a m i herm ana p e qu eña…
52
M ica rta S on la s doc e y med ia…
55
Ca rtasd eamor I
58
II
59
III
60
IV
61
ANA PATRICIA MOYA
D es de la s sá b anas
63
B as ad o en h ech os r ea le s
64
Hon es t id a d b ruta l
65
I go t y ou un d er my skin
66
S in t ítu lo
67
El h omb r e q u e na c ía to do s lo s d ía s
68
N i b lanc an ie v e s, n i la c en ic ient a n i su puta m ad r e
69
Ca p eru c it a R e ga liz
70
D es iert o
71
S u p er po d er e s d e h er o í n a a n ó n ima
72
A dán y Eva pecan : y o m e abst engo
73
De rodillas, delan te de mi cama…
74
76
Cuatro
poetas:
(Madrid,
1974),
Eva
Márquez
Ada
Menéndez
(Asturias, 1972), Yolanda Sáenz de Tejada (Huelva, 1968) y Ana Patricia Moya
(Córdoba,
1982).
Cuatro
mujeres con distintas maneras de ver
el
mundo.
conciben urgente
la
Cuatro poesía
necesidad:
corazones,
almas como
Eva,
reina
madre,
que una de
esposa,
trovadora lírica que llora al amor; Ada
Menéndez,
portadora
de
tréboles, guerrera, armada hasta los dientes, pero sensible a las caricias del
verso;
diamantes, poético,
Yolanda, veterana
heredera
monarca en
del
el
de
mundo
trono
de
Sava, más humana que aristocrática, porte
elegante,
único;
y
Ana
Patricia, señorita de picas, peculiar personaje que opta por la soledad del
triste
ermitaño
y
consumir
abusivamente la droga más barata del
mundo
para
limpiar
su
conciencia.
En suma, cuatro reinas que tienen mucho que decir, presentadas por, quizás, el mejor rey de todos los poetas malditos (aunque él jamás lo reconozca), el rey de corazones más noble de todos los reyes del mundo: A n d r é s R a m ó n P 77 érez Blanco.