DEL INSTITUTO HISTÓRICO DEL PARTIDO DE MORÓN Abril 1996 – AÑO III - Nº 9 Editada por la Asociación de Amigos del Instituto Histórico del Partido de Morón Estrada 17 (U.G.C Nº 2) - Haedo (1706) AUTORIDADES Intendente Municipal Sr. Juan Carlos Rousselot Secretario de Gobierno Dr. Carlos Hugo Bonicalzi Instituto Histórico del Partido de Morón Directora Prof. Graciela Saez STAFF DE LA REVISTA Dirección Prof. Graciela Saez Secretaria de Redacción Prof. Mariela Canali Composición y Diagramación Prof. Ana Bidiña Colaboradores Permanentes Prof. Hebe Clementi Prof. Omar Cerviño Prof. Carlos Suárez Prof. Norma Videla Tello Registro Nacional de la Propiedad Intelectual en trámite MOTIVO DE TAPA: Colocación de la piedra fundamental de La Plata. 19 de noviembre de 1882. Vista de la plaza y palco. Foto Bradley, colección Museo y Archivo Históricos del Banco de la Pcia. de Bs. As. Los artículos firmados son responsabilidad de los autores Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de la revista, salvo expresa autorización de la Dirección
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ÍNDICE Editorial
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En torno a la fijación de fechas de fundación de los pueblos y partidos de la Pcia. de Bs. As., Fernando Barba.
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Los pueblos de Morón y Merlo en 1859. Primeros proyectos urbanos de Pedro Benoit, René Longoni.
Pag. 4
Carlos Keen (1835-1990). Alfredo Horacio Grassi.
Pag. 8
Los Orígenes de Morón, Graciela Saez y Mariela Canali.
Pag. 13
Orígenes de Quilmes, Thelma Fornabaio de Arregui.
Pag. 18
La Dormida del Pergamino, Rafael Restaino.
Pag. 20
Urbanismo Bonaerense del siglo XIX. La Plata ciudad higiénica, Cristina Vitalone.
Pag. 26
Mitos, leyendas y tradiciones en la toponimia bonaerense, Guillermo E. Pillía.
Pag. 32
Historia y Literatura
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Fichas didácticas de los Partidos de la Provincia de Buenos Aires.
Pag. 40
Buenos Aires en Documentos.
Pag. 45
Los periódicos. Testimonios de una época, Norma Videla Tello de Mació.
Pag. 47
Capilla del Señor, un pueblo histórico, Carlos M. Birocco.
Pag. 48
El fuerte de la Independencia. Tandil, Néstor Dipaola
Pag. 55
La revista informa
Pag. 59
El fracaso de un intento: La inmigración directa en Bahía Blanca, Ana L. Dozo y María R. Ginobili de Tumminello
Pag. 60
Hurlingham, Ituzaingó, Morón, Nuevos Municipios: los fines y los Principios, Mario Oporto
Pag. 63
En busca de nuevos enfoques para una mayor comprensión de la historia Latinoamericana, Juan Omar Cerviño
Pag. 70
Comentarios bibliográficos, Carlos Suárez
Pag. 75
Las Pinturas Rupestres
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EDITORIAL Este complejo fin de siglo en el que vivimos nos lleva a preguntarnos cómo, por qué y para quiénes hacemos cultura. En un mundo donde se consume y se descarta todo tipo de bienes materiales y espirituales y donde amplios sectores de la sociedad permanecen fuera del sistema, las dudas nos rondan cada vez que emprendemos nuestra tarea de comunicadores culturales. El desarrollo de los medios de comunicación y la informática tienden a globalizar la cultura, quedando, de esta manera, relegadas importantes facetas de la creación humana y mutilada, muchas veces, la sociedad en su personalidad específica. La respuesta, entonces, consiste en diagramar claramente cuáles son los objetivos que nos proponemos y actuar en consecuencia. Hacemos y difundimos historia regional porque creemos que de esta manera contribuimos al enriquecimiento intelectual y espiritual de la comunidad. Conocer la propia historia y la de las otras localidades permite la construcción de una identidad, reafirmando la originalidad de cada pueblo, y contribuye al desarrollo de una actitud crítica que valoriza el pasado y aporta al análisis de la realidad presente. Es dentro de este contexto que dedicamos este número al origen concreto de algunos pueblos bonaerenses y reflexiones teóricas sobre el tema. Nuestra provincia, desde los primeros repartos de tierras hasta las actuales divisiones de los distintos a municipios, ha visto nacer cientos de pueblos. Fundaciones deliberadas, avances de la frontera, postas: de caminó, oratorios, estaciones de ferrocarril y loteos de tierras, son algunos de los orígenes de las poblaciones que en el presente trabajo nos ocupan. Documentos, imágenes, relatos y poemas enriquecen e1 contenido de este ejemplar con el que comenzamos nuestro 3° año de vida. EN TORNO A LA FIJACIÓN DE LAS FECHAS DE FUNDACIÓN DE LOS PUEBLOS Y PARTIDOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Fernando Enrique Barba A través de los años, el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires debió responder innumerables consultas sobre la fecha de creación de diferentes pueblos y partidos. Por ello, se fueron estableciendo pautas generales que luego se convirtieron en normas, que pueden resumirse en los siguientes puntos: Determinación de la fecha de creación de un partido 1.- Durante el periodo colonial, se toma como fecha la de la designación del Alcalde de Hermandad, por ello muchos partidos creados antes de 1810 tiene como día de creación el 1° de enero; 2.- Para el período independiente, leyes y decretos que fijan la fecha con toda exactitud. En el caso de las leyes, siempre se considera la fecha de promulgación. Determinación de la fecha de fundación de un pueblo o ciudad l.- Acta de fundación; este es uno de los casos más raros y en la provincia de Buenos Aires la más conocida es la de la fundación de la ciudad de La Plata; 2.- Decreto o ley de creación. Muchas veces los decretos de aprobación de la creación de un pueblo no aparecen publicados y entonces se debe rastrear el expediente de solicitud. El mismo puede encontrarse en el Archivo Histórico o en la Dirección de Geodesia de la Provincia de Buenos Aires, tal es el caso de Tolosa, localidad del partido de La Plata. Los dos casos anteriores son los más fáciles de resolver y en los que no caben interpretaciones
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mayores. Sin embargo, gran número de pueblos, de origen colonial y posteriores a 1810, no se encuadran en los puntos anteriores, es decir, no existe, o no se encuentra, ningún acta o norma legal en torno a su fundación. En estos casos, la norma aplicable es la siguiente: 3.- La fecha del primer loteo. 4.- La fecha de la inauguración de la estación ferroviaria, ya que muchos pueblos se originaron en forma espontánea en torno a ellas. 5.- La fecha de establecimiento del primer oratorio o iglesia, que sirvió para aglutinar población dando origen a un pueblo. 6.- Algunos pueblos reconocen su causa de nacimiento directo en el establecimiento de un fuerte o destacamento militar, tal el caso de Junín, ciudad de la cual es aceptada como fecha de fundación la misma del Fuerte Federación. No siempre es así, porque por ejemplo ciudades como Guaminí y Trenque-Lauquen, se fundaron años más tarde que sus respectivos fuertes. De todas formas, los puntos arriba señalados no cubren, ni pueden hacerlo, todas las posibilidades existentes. Cabe señalar también que en los últimos años, diferentes lugares del conurbano bonaerense, han solicitado y propuesto a la vez, fecha de fundación de los mismos. Conviene aclarar que la mayor parte de los casos, no son de aplicación directa las normas arriba apuntadas porque los citados lugares, o si queremos mejor barrios, no son pueblos en el sentido estricto de la palabra, ya que forman parte y en cierta medida se fueron agregando, a ciudades ya existentes. La causa por la cual considero que no pueden ser adscriptos a la categoría de pueblo o ciudad, aunque están altamente poblados, es porque nacieron como consecuencia de loteos menores a los cuales no se les exigía que cumplieran con las leyes de centros urbanos existentes en la provincia, la cual establecía una subdivisión en cuadrícula, terreno para plaza y donación de lotes para policía, iglesia, escuela y eventualmente Municipalidad. Los citados loteos tenían formas irregulares y se iban generalmente agregando a zonas ya urbanizadas o en vías de urbanización pero que generalmente a su vez ya estaban loteadas. Considero asimismo que es totalmente válido por parte de los vecinos e instituciones del lugar pretender una fecha que fije sus orígenes, y ésta debe ser sin dudas, la de la fecha de autorización de loteo y en su ausencia, la fecha del loteo mismo. LOS PUEBLOS DE MORÓN Y MERLO EN 1859 PRIMEROS PROYECTOS URBANOS DE PEDRO BENOIT René Longoni * Este artículo está basado en una ponencia presentada en el IV Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires (nov. 1993). Unas diez manzanas en Morón y unas quince familias en Merlo fueron el arranque de estos asentamientos que sobrevivieron al malón y al olvido. Frontera por muchos años, sus habitantes repartían su tiempo, generación tras generación, entre las tareas rurales y la atención al viajero. Desde la primera mitad del siglo XVIII y por más de cien años, las villas de Morón y de Merlo fueron postas en el camino real a Chile y Perú. Con el paso de los años, el trazado urbano primitivo se desdibujó, se olvidaron los límites originales, se ocuparon las calles con cercas y construcciones. ¿A quién podrían importar estas formalidades cuando la tierra poco o nada valía y nadie se molestaba? Cuando en 1858, el silbato del tren sobresaltó a sus pobladores, estos pueblos eran, al decir
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de su Prefecto Juan Dillón (1) "... una aglomeración irregular de chozas". La aparición del ferrocarril hizo crecer la agricultura y la producción lanera, se incrementó la población y, por consiguiente, las operaciones inmobiliarias. La tierra se valorizó y a todos les pareció conveniente regularizar lo construido, prever el crecimiento y adecuar la novedosa presencia del ferrocarril y sus instalaciones, integrándolos a los espacios existentes. Las autoridades locales solicitaron la asistencia del Estado Provincial que, a través del Departamento Topográfico, comisiona a un joven oficial 2°, don Pedro Simón Benoit, para la realización del proyecto. Las villas de Morón y Merlo fueron hitos inaugurales en una problemática proyectual nueva: las poblaciones-estaciones del ferrocarril. También para Benoit, estos proyectos urbanos fueron sus primeras intervenciones con responsabilidades personales como urbanista, si bien contaba con una valorable experiencia como topógrafo y en ingeniería militar. A los catorce había ingresado como meritorio, a instancias de su padre, Pierre Benoit, francés, radicado en Buenos Aires desde 1820 y prestigioso profesional que integró el Departamento Topográfico desde sus orígenes rivadavianos. (2) En esos nueve años había participado de importantes proyectos al lado de profesionales de valía como Manuel Eguía, Saturnino Salas, Antonio Malaver y muy cerca de otros como Felipe Senillosa, Mariano Moreno (h) y José M. Romero. Su mismo padre, si bien fallece cuando Pedro contaba 15 años, es posible suponer que lo han influido y formado con sus proyectos y conversaciones. EL CASO DE MORÓN Puesto a trabajar en Morón, a fines de 1858, Benoit se encontró con dos condicionamientos infranqueables. En primer lugar, "... muchas dificultades que se originan en este pueblo para practicar las delineaciones de los edificios que se construyen, siendo muy notable los grandes errores que se han cometido en los últimos años, poniendo edificios fuera de las líneas y otros mal situados (sic)". (3) El inevitable reordenamiento produjo pugna en los intereses de algunos propietarios que procuraron no verse afectados por pérdidas en terreno u obra construida. Un segundo factor fue la traza ferroviaria y la ubicación de la estación que, al momento de iniciarse los trabajos de topografía, ya estaban definidos y, posiblemente, construidos. Benoit realizó un levantamiento de los hechos físicos existentes "... con la mayor escrupulosidad posible, anotando todos los edificios, capilla y ranchos por abscisas y ordenadas, determinando igualmente todas las quintas que se hallan en la villa". (3) Luego ensayó diversas variantes de traza, procurando minimizar los perjuicios a los intereses de los pobladores. De esta forma fue salvando obstáculos, quedando unos pocos edificios fuera de línea, particularmente uno perteneciente a un tal señor Pardo, que quedó sobre la calle General Brown, y por tanto, a su pesar y disconformidad, debió ser expropiado y demolido con posterioridad. El resultado final fue una traza heteroforme que combina manzanas cuadradas con rectangulares y con diversas medidas por lado: 100, 120 y 150 varas. Hasta aquí, el proyecto urbano parecería un laborioso ejercicio geométrico, si no mediara el dimensionamiento que Benoit propone para las calles: de 20 varas para las calles comunes y una avenida de 30 varas para aquella que ocupan las vías, que corrían paralelas a la calle Rivadavia (Este a Oeste), "no obstante estar mandado, por punto general, que tengan 16 varas". (3)
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A dos años de su inauguración, la instalación ferroviaria estaba lejos de demandar los grandes espacios, para sus vías y estaciones, como posteriormente ocurrió. Ante la falta de precisiones y antecedentes -no olvidemos que se trata de un caso inaugural-, Benoit propuso una avenida que permitiera la instalación de dos vías y además el uso público, opinando que quizás "con el tiempo sea necesario". (3) Unos pocos años antes, en 1855, un dimensionamiento similar fue utilizado en el proyecto urbano de Chivilcoy, la "ciudad programa" de Sarmiento, quien proclamaba que un mayor ancho de las calles que el fijado por la tradición indiana era un indicador del espíritu progresista de esos tiempos, más que una cuestión estética. "En toda la América del sur las calles tienen doce varas, porque así lo ordenó ahora dos siglos una ley de Indias: Chivilcoy las trazó de treinta, porque así las reclamaban las necesidades de la vida moderna... Chivilcoy tuvo una ley especial que la distribuyó (a la tierra) en proporciones y formas regulares..." (4) El hecho de contrariar las instrucciones recibidas de sus superiores, nos muestra a un Benoit partícipe en el debate ideológico contemporáneo, asumiendo actitudes de ruptura con la tradición cultural hispánica, como forma de reafirmar una postura independiente. El proyecto fue aprobado por el Departamento, Topográfico en marzo del mismo 1859. En su elevación al Ejecutivo, los directivos del mismo opinan que, si bien el mayor ancho de las calles "puede considerarse como un ultrapaso a lo que está ordenado, el Departamento lo halla justificado con el asentimiento de los propietarios, para quienes la apertura y arreglo de las calles de su pueblo es un bien que lo apetecían, sin que pueda decirse que recibían perjuicios por el pequeño pedazo de terreno que se les ha tomado con el mayor ancho dado a las calles, si se considera el poco valor que la tierra tiene todavía allí y la comodidad y elegancia de un pueblo cuando sus calles son espaciosas". (5) La avenida de 30 varas que se proponía para el tendido de las vías, a nivel de la calzada, con árboles en sus bordes, reprodujo la escena urbana del primer tendido en la ciudad de Buenos Aires. El Ferrocarril del Oeste en su tramo inaugural a San José de Flores, partía de la plaza del Parque (hoy Teatro Colón) "... que los trenes atravesaban entre dos filas de árboles, muy cuidada y del todo coherente con la nueva ciudad a la italiana que surgía". (6) El tren convivía con la ciudad, circulaba entre carruajes y peatones, porque aún la velocidad, tamaño y frecuencia de los convoyes no requerían la segregación, como ocurriera después, tras quince años de adelantos tecnológicos. La estación primitiva era una construcción sobre la misma avenida, sin el típico ensanche del terreno expropiado para la traza vial. EL PROYECTO DE MERLO El caso de Merlo era para el Prefecto de Campaña un trabajo "de poca consideración, pues bastará la traza de trece manzanas en contorno de la iglesia que va a construirse". (1) En marzo de 1859, Benoit llegó al pueblo de Merlo donde encontró menores presiones y condicionantes que en el caso de Morón. El ferrocarril aún no h abía arribado y sólo se conocía la futura ubicación de las vías, que pasaba entre la capilla y su plazoleta, a seis cuadras de distancia. Benoit definió su proyecto "... en la creencia de que la estación del Ferrocarril quedaría frente al pueblo. (7) Una avenida de 30 varas de ancho uniría la Estación con la plaza de la Capilla, agregando a las trece manzanas originales, otras 42 nuevas, llenando el vacío existente entre las vías y el Camino Real. Pero además propone que "al término de la calle de 30 varas que conduce a la estación, creo que deberá trazarse una plaza pública que sirva para la descarga, parada
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de carruajes, etc. Esta plaza para los objetos indicados será a la parte interior hacia el Pueblo de la línea férrea y hacia afuera de ella, deberá quedar la Plaza de Carretas, con la extensión que se considere necesario y los demás accesorios de la estación". (7) La relación plaza-estación también tiene un antecedente inmediato en la ciudad de Buenos Aires, tanto en la terminal del Parque, como en las intermedias de Once de Setiembre y San José de Flores, donde anexas a las estaciones, había plazas en que estacionaban las carretas y carruajes que redistribuían las cargas y pasaje. Lo novedoso en la propuesta de Benoit radica en desdoblar la función plaza en dos espacios adyacentes a la Estación, diferenciando su dimensión y jerarquía, según su actividad: para pasajeros y para cargas. El esquema de organización espacial parecía sólido y eficaz, donde la Calle de Mayo, hoy 25 de Mayo, más ancha que las demás, oficiaba de claro vínculo entre la vida propia de la población (expresada en la plaza principal) y su relación con lo exterior, representado por el ferrocarril. Cuando el trabajo parecía concluido, surgió un inconveniente insalvable: "... la Empresa del Ferrocarril ha dispuesto en otra parte la colocación de la Estación, teniendo en consideración las ventajas que para ella ofrecen los accidentes del terreno. La Estación se colocará al Norte, próximamente de la Plaza Principal del Pueblo y como a nueve cuadras de distancia de ella." (7) Benoit, lejos de amilanarse, insistió con su idea de integrar la plaza y la estación, mediante otra amplia avenida. Sin modificar el proyecto original, lo amplió, agregándole una trama oblicua, a 45° de la primitiva, estructurada por una avenida, también de 30 varas, repitiendo también las plazas extremas, a la manera barroca, rematando en sendos edificios: la Estación y la Escuela, que dirigiera años después el mismo Benoit. (8) La solución final fue menos rigurosa que la anterior. El vínculo de la Estación con la Plaza ya no era claro, próximo y directo. La primera avenida tenía cinco cuadras de longitud, mientras que la segunda casi dobla esa distancia, además de ser de traza quebrada. También se agregan otras cuarenta manzanas nuevas, totalizando casi un centenar. Lejos estaba este resultado del "trabajo de poca consideración" que estimaba el Prefecto Dillon, al comienzo de las operaciones. Lo defectuoso del conjunto no afectó a una apropiada valoración de algunos de sus componentes, especialmente en ambas avenidas y las plazoletas, que aún hoy, mantienen calidad ambiental, apoyadas por una construcción por lo general ordenada y una difundida presencia del verde. La falta de experiencia y de coordinación se reflejó también en la ausencia de previsiones sobre los futuros edificios públicos y las consiguientes reservas de terrenos para las construcciones de aquellos. Esto es común en ambos pueblos y se manifestó en la dispersión de los edificios en algunos casos o en soluciones extremas en otros, como en el caso de la Municipalidad de Morón, elevada en la misma Plaza principal. Hay que señalar, finalmente, que en estos proyectos del joven Pedro Benoit, aparecen muchos de los elementos espaciales y conceptuales utilizados en la urbanística de los poblados-estación de ferrocarril bonaerenses hasta 1880: - una alta valoración del ferrocarril y de sus instalaciones como un claro símbolo de las profundas transformaciones que se estaban operando en la Provincia, y expresadas en el realce de sus espacios, por medio de plazas y avenidas. - la cohabitación de la vida urbana y las instalaciones ferroviarias, el desplazamiento del tren al nivel de una amplia avenida, con vocación de alameda, paralela a uno de los sentidos de la trama urbana. El tren une, no separa. - las plazas adyacentes a la Estación y su especialización funcional, para cargas y para pasajeros. -el dimensionamiento de calles y avenidas, inaugurado en Chivilcoy, siguiendo postulados estéticos e higienistas contemporáneos.
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No queda lugar a dudas sobre la contribución de los proyectos urbanos de Moron y Merlo a la inmediata urbanística de las poblaciones ferroviarias. Siendo Benoit miembro del Departamento Topográfico, resulta difícil deslindar el aporte de su creatividad personal, reafirmada en numerosos e importantes proyectos, del pensamiento colectivo, producido por todos los profesionales y técnicos que participaban en la colonización y urbanización de la pampa. En cambio es importante constatar la autonomía de pensamiento exhibida, más proclive a trabajar con el problema y su solución que en la traslación acrítica de modelos impropios y, a veces, inapropiados. NOTAS Y FUENTES (1) Carta de Juan Dillon al Ministro Mitre. 25 de febrero de 1859. A.H. Geodesia Dup. Mensura 17/Merlo. (2) ORFILA, Alfredo. "Pedro Benoit". Anales de la Sociedad Científica Argentina. 1897. (3) Memoria de Proyecto. Pedro Benoit, 12 de marzo de 1859. A. H. Geodesia Dup. Mensura 29/Morón. (4) SARMIENTO, Domingo Faustino. "Chivilcoy Programa". Discurso del 3 de octubre de 1868. EN: Proyecto y Construcción de una Nación. HALPERÍN DONGHI, Tulio Caracas. Biblioteca Ayacucho. 1980. (5) Informe del Departamento Topográfico, firmado por Saturnino Salas, Mariano Moreno, Juan Fernández, Avelino Fernández y Antonio Malaver, del 22 de marzo de 1859. A, H. Geodesia Dup. Mensura 29/Morón. (6) BOSQUES; Ricardo. La edad del riel. Revista Polémica N°47. Buenos Aires. Centro Editor de América Latina. 1971. (7) Memoria de Proyecto. Pedro Benoit. 13 de julio de 1859. A. H. Geodesia Dup. Mensura 17/Merlo. (8) DÍAZ, Pedro A. Historia de Merlo. Merlo 1993. La escuela fue inaugurada oficialmente en 1862. * Arquitecto. IDE HAB / FAU /UNLP.
CARLOS KEEN (1635-1990) Alfredo Horacio Grassi * INTRODUCCIÓN Entre los meses de abril y noviembre del año 1990 y a raíz de un pedido efectuado por la Municipalidad de Luján al CEPAC, Centro de Estudios para la Preservación del Acervo Cultural, dependiente del Archivo y Museo Históricos del Banco de la Provincia de Buenos Aires, y a la Universidad del Salvador; la Cátedra de Historia Geográfica Argentina de esta Casa de Altos Estudios, realizó una investigación histórico-geográfica del pueblo de Carlos Keen con las alumnas Silvina Bausano, María L. Falivene, Carmen V. Fossaceca, Laura G. Laffrentz, Silvia M. Merlo, Verónica Prieto Astigarraga, Adriana B. Sánchez, Vanina K. Serra y María L. Spizzuoco, y con las ayudantes María L. Bunsow y Verónica Neuendorf. El trabajo demandó la consulta de distintos archivos y de organismos oficiales, con el objeto de reunir documentación y además durante el mismo se realizaron numerosas visitas al lugar para obtener información sobre el uso del suelo y los aspectos históricos y socioeconómicos de la población. GENERALIDADES La localidad de Carlos Keen pertenece al partido de Luján, ubicado al noreste de la 8
Provincia de Buenos Aires. La misma dista 15 km. de la cabecera del partido (Ciudad de Luján) y 82 km. de la Capital Federal. Tiene una superficie de 132 km2 y su planta urbana abarca 1 km2, contando con una población, de 395 habitantes (1990). Físicamente podemos caracterizarla como una extensa llanura con suaves ondulaciones, propias del área geomorfológica a la cual pertenece (Pampa Ondulada). La benignidad del clima templado ha permitido a las tierras servir de soporte para la actividad agrícola-ganadera. El 12 de agosto de 1881 se considera el día de la fundación del pueblo, por ser la fecha en la cual se dio el nombre de Carlos Keen a la estación ferroviaria. El 29 de septiembre de 1989 ha sido declarada de interés municipal la conservación, preservación y revalorización de las características y valores ambientales que presenta la localidad de Carlos Keen. HISTORIA El pago de Luján, constituido por tierras surcadas por el río homónimo y sus afluentes, comenzó a mencionarse poco después de efectuarse la fundación de Bs. As. por Juan de Garay en 1580, cuando éste repartió tierras entre algunos de los pobladores de la ciudad. Dentro de este pago se formaron durante la época colonial diversos asentamientos, entre los que figura el pueblo y el partido de Luján. El 10 de octubre de 1635 el Gobernador y Capitán General del Río de la Plata, Don Pedro Esteban Dávila, da en merced al Capitán Juan de Vergara una extensa superficie de tierra que abarcaba las cabezadas de las estancias del río Luján y readjudicó tierras que habían quedado vacantes por deserción de antiguos beneficiarios (1). Por herencia o venta de estas tierras se fue originando la subdivisión del espacio rural, donde podemos mencionar a distintos propietarios que se fueron sucediendo con el tiempo: Juana y Antonia de Leiva, Pedro Díaz de Vivar, Cipriano López, Santiago López, Norberto y Estanislao Rodríguez y otros. En 1875 el Ferrocarril de la provincia de Bs. As. proyecta la prolongación del ramal Luján-Pergamino, comenzando la construcción del mismo en 1879. Razones de mejor servicio exigieron la instalación de un depósito de agua en el km. 16, sitio anteriormente indicado para estación. Esto y la circunstancia de encontrarse en una zona bastante poblada entregada al cultivo, decidieron definitivamente establecer la estación "Carlos Keen ". Con la donación y venta de 14 has. de tierras a ambos lados de la vía férrea, que realizaron tres propietarios diferentes, Estanislao Rodríguez, Estanislao Pacheco e Hilario Ávalos, se instaló definitivamente la parada ferroviaria, que fue entregada al servicio público el 9 de agosto de 1881, sin ceremonial de ninguna especie. El 12 de agosto del mismo año, la Dirección del Ferrocarril le impone a la estación el nombre de Carlos Keen, en memoria del jurista de ese nombre nacido en 1840 en Bs. As., donde ejerció su actividad cívica y que fue redactor en los diarios "La Tribuna " y "El Nacional "; doctorado en Jurisprudencia en la Universidad de Bs.As., fue también oficial en la Guardia Nacional y en la Guerra del Paraguay, falleciendo como víctima de la epidemia de la fiebre amarilla el 11 de abril de 1871. (2) En consecuencia de la habilitación de la parada ferroviaria, comenzó gradualmente el fraccionamiento de tierras en su cercanía inmediata; hacia 1888 se registra la venta de alguna parcela ya inferior a una hectárea; por hallarse la estación en el deslinde de tres propiedades, el ritmo de parcelamiento fue dispar, siendo más activo al este de la estación donde un loteo de tres manzanas se remató el 14 de junio de 1891, finalmente, en marzo de 1907 se loteó el sector noroeste de ese punto. En su inicio la parada ferroviaria comprendía un edificio de madera con su andén y una vía
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auxiliar para carga; pronto se realizaron obras más durables. El establecimiento de la estación y el aumento de la población que ocupaban las distintas parcelas que se iban loteando con el tiempo, produjo rápidamente un incremento de la actividad comercial en el pueblo, a tal punto que numerosos productos llegaban y salían de ella, iniciándose también un gran movimiento de gente. Los pasajeros que llegaron para el año 1882 en primera clase de ida fueron 929 y de ida y vuelta 535, mientras que los pasajeros de segunda clase de ida sumaron 1003 y los de ida y vuelta 410. Entre las mercaderías o cargas que se despacharon por la estación en este mismo año, se destacan alpiste, cebada, cueros de corderos, corderos, carneros, cuero de nutria, grasa, lino, maíz desgranado, trigo, artículos de almacén, alambre, baldosas, carbón de leña y cerveza, entre otros. Y de las cargas que recibió la estación se pueden mencionar galletas, hierro, harina, herramientas, instrumentos de agricultura, kerosene, ladrillos, licores, muebles, máquinas, pinturas, postes, sal, zinc, vinos y otros; esto demuestra la importancia y el gran movimiento que tenía la estación ferroviaria para esta época, en toda su área de influencia. Posteriormente ese ramal junto a otros fue arrendado al Ferrocarril Central Argentino en el año 1891, transfiriendo todos los derechos de dominio que aquel ferrocarril tenía sobre los mismos. (3) El 5 de agosto de 1884 se crea la Escuela N° 6 "José de San Martín", su nombre original fue Escuela Infantil de Niñas N° 6. En el año 1891 luego de diferentes cambios de lugar, pasa a ocupar el nuevo edificio construido por la Dirección General de Escuelas, en la manzana 11, parcela 9. Debido al constante crecimiento de la población y ante la falta de una Capilla Católica, el día 27 de octubre de 1895 se reunieron los vecinos del pueblo para constituir una Comisión Directiva, con el objeto de comenzar con los trabajos de la construcción del templo en el terreno donado por los señores Cándido Irure y Antonio Garibotto frente a la estación ferroviaria. La Capilla se edificó con un estilo neoromántico y el día 22 de abril ante una gran cantidad de gente y todo el pueblo embanderado, se llevó a cabo la solemne bendición e inauguración de la Capilla San Carlos Borromeo (patrono del pueblo). Alrededor de 1913, empezó a funcionar en el pueblo, una usina eléctrica a cargo del señor Aniceto Gutiérrez. Desde 1930, en Carlos Keen aún sin pavimento, circulaba un servicio de colectivos hasta Luján, mañana y tarde llamado “El Pulmita". En la década del 30 el pueblo contaba con un Destacamento Policial, una Oficina de Correos y Telégrafo, una Telefónica, por otra parte contaba con los beneficios de tres clubes: San Carlos, Independiente y Centro; además un cine denominado San Carlos, almacenes de ramos generales, confiterías, carnicerías, bazares, farmacias, hoteles, surtidores de combustibles, panaderías, herrería, sastrería, etc. (4) Hacia fines de la década del 30 tras haber tenido un desarrollo económico y poblacional, el pueblo detuvo su crecimiento y comienza así su decadencia, debido a la gran cantidad de gente que comienza a emigrar por falta de trabajo hacia las grandes ciudades o centros industriales como en el caso particular de la industria textil (Algodonera Flandria) ubicada en la localidad de Jáuregui. También fue afectado desde el año 1934 por la disminución de la frecuencia de trenes y finalmente en el año 1935 con la numeración de las rutas nacionales, aparece el nuevo trazado de la ruta nacional n° 7, que dista 10 km. del pueblo. Como consecuencia de la construcción de esta ruta, desapareció el tránsito vehicular que pasaba por el pueblo. Esto condujo progresivamente al cierre de surtidores de combustibles, hospedajes, comercios, talleres mecánicos, restaurantes, etc. El año 1940 marca el inicio de una nueva actividad, la industria, esto generó fuentes de trabajo y detuvo la posible desaparición del pueblo y así surge la fábrica Gusifabril S.A. dedicada a la elaboración de dulces, posteriormente se instala una fábrica de fideos
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denominada "San Carlos" 308 S.A., la Envasadora y fraccionadora de Productos Paul (insecticidas) y la Envasadora San Carlos S.R.L. destinada al envasado de distintos productos de maíz, harina de trigo, etc. USO DEL SUELO El área de estudio comprendido en 1 km2, cuenta con 156 viviendas (33%) distribuidas en 31 manzanas, en su mayoría aparecen dispuestas en forma aislada excepto las que rodean la estación ferroviaria que están edificadas mayormente sobre línea municipal y en forma continua. El estado general de la edificación es regular, debido a la falta de un adecuado mantenimiento. Además es característico la ausencia y/o deterioro de veredas y la carencia de árboles en algunas calles del pueblo. Existen construcciones de fines del siglo pasado en buen estado de conservación e incluso ranchos de adobe con techo de chapa y paja. En la actualidad predominan en el pueblo terrenos sin edificar (61 %), en algunos casos estos son aprovechados para el cultivo y pastoreo de ganado vacuno. En el trazado del pueblo, no se tuvo en cuenta una planificación adecuada para la instalación de una plaza o un espacio verde para recreación, debido a que el origen del asentamiento puede conceptuarse como típicamente ferroviario y sus loteos fueron realizados en distintos años. La actividad comercial está estrechamente vinculada a los productos de primera necesidad (alimentación). El resto del abastecimiento es realizado en Luján. Por el contrario la industria desempeña un papel más importante que la actividad comercial, ya que la cantidad de establecimientos industriales es destacable en relación a la magnitud de la población, brindando ocupación laboral a pobladores del lugar y a los habitantes de pueblos vecinos. Además los productos que de ella derivan no son sólo para satisfacer las necesidades de sus habitantes, sino que se distribuyen a distintos puntos del país para su comercialización. Es importante destacar que el gran número de instituciones que se originaron a partir de la creación de la estación de Carlos Keen, ha disminuido como consecuencia del estancamiento que sufrió el pueblo. Cuenta con un establecimiento educativo (Escuela n° 6 "José de San Martín") al que concurren un total de 104 alumnos del lugar y de los alrededores. Los docentes proceden de la Ciudad de Luján. A partir del 10 de junio de 1980 comenzó a funcionar la Estafeta Postal, después de haberse cerrado la Oficina de Correos y Telégrafos, como consecuencia de la disminución de la cantidad de habitantes. Ante la necesidad de brindar a los habitantes los servicios de asistencia médica, fueron donados terrenos para la instalación de una Sala de Primeros Auxilios, cuya construcción finalizó en el año 1985. Para la seguridad de los pobladores, se crea en el mes de mayo de 1990 un pu esto de vigilancia. La instalación del servicio de comunicación telefónica funciona desde la década del '30, cuando el servicio lo brindaba la empresa llamada Unión Telefónica, que más tarde pasará a ser Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL). La fábrica de fideos posee una conexión directa con Luján, que puede utilizar la población en caso de emergencia. La parroquia San Carlos de Borromeo nuclea la mayoría de los habitantes del lugar y no cuenta con un sacerdote en forma permanente. La instalación de algunos juegos infantiles, un mástil y una cancha de fútbol en terrenos pertenecientes al ferrocarril se le debe a la gestión realizada por la Sociedad de Fomento; en el año 1982, como así también la creación de un Jardín de Infantes.
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Por último, La Comisión de Preservación funciona desde 1988 con el propósito de resguardar y preservar el patrimonio arquitectónico y ambiental de Carlos Keen. Creemos importante destacar la relevante función llevada a cabo por la Comisión de Preservación desde su creación, preocupada en devolver la vida que el pueblo tenía anteriormente. La misma intervino en la declaratoria de "Interés Histórico Municipal" del lugar, merced a la cual en el mes de setiembre de 1989, la Municipalidad de Luján considerando la identidad que el pueblo conserva a lo largo del tiempo, declaró de interés municipal su conservación, preservación y revaloración de las características y valores ambiental que presenta la localidad de Carlos Keen. Debido a la reciente gestión llevada a cabo por esta Comisión, se encuentra en trámite la declaratoria al conjunto edilicio de la estación Carlos Keen, como Monumento Histórico Nacional. CITAS (1) Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Pcia. de Bs.As., 1990:13. (2) Cutolo, V.O., 1971:730. (3) Ferrocarril del Oeste, 1883. (4) Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Pcia. de Bs.As., 1939. BIBLIOGRAFÍA ARCHIVO GENERAL DE LA NACION. Argentina. Censo 1895. N° 766. ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. Argentina ( 1876). Testamentaría N° 9944. Celestino Rodríguez y Norberta Ramírez. ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. Argentina (1881). Testamentaría de Estanislao Rodríguez. ARCHIVO HISTÓRICO DE LA PROVINCIA DE BS. AS. La Plata. Mercedes de Tierras hechas por los Gobernadores a nombre del Rey. Pág. 83. BANCO DE LA PROVINCIA DE Bs. As. (1985). Reseña Histórica-Económica de los Partidos de la Pcia. de Bs.As. Pp. 196-202. "BENDICIÓN E INAUGURACIÓNDE LA CAPIGLA DE SAN CARLOS BORROMEO". (1906). Folleto Recuerdo. Luján. Imprenta Galcerán. CUTOLO, V. O. (1971). Nuevo Diccionario Biográfico Argentino 1750-1930. Tomo III. F-K. Bs. As. Editorial Elche. Pág. 730. FERROCARRIL DEL OESTE. Argentina. ( 1883). Memoria del Directorio del Ferrocarril del Oeste. Año 1882. Bs. As. Imprenta y Fundición de Tipos La República. INDEC. Argentina (1914) Tercer Censo Nacional de Población. Tomo II. Bs. As. pág. 18. INDEC. Argentina (1947) Cuarto Censo General de la Nación. Tomo I. Bs. As. pág. 617. INDEC. Argentina (1960) Censo Nacional de Población. Tomo III. Zona Pampeana. La Pampa. Pág. 318. INDEC. Argentina (1980) Censo Nacional de Población y Vivienda. Cap. 3. Partido 099. Bs. As. INSTITUTO GEOGRAFICO MILITAR. Argentina (1960). Carta Topográfica. Hoja 3560- 11 II. Open Door.E-1:50.000. MINISTERIO DE HACIENDA. Pcia. de Bs.As. (1882). Memoria del Ministerio de Hacienda correspondiente al año 1881. Tomo II. MINISTERIO DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS. La Plata (1939) Dirección de Geodesia. Departamento de Investigación Histórica y Cartográfica. Guía Comercial de la Pcia. de Bs. As. MINISTERIO DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS, La Plata (1936). Dirección de Geodesia.. Departamento de Investigación Histórica y Cartográfica. Libros compradores y vendedores. N° 167,168,169 y 170 del partido de Luján. Fichas de inscripción de Dominio. MINISTERIO DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS. La Plata. Dirección de Geodesia. Departamento de Investigación Histórica y Cartográfica. Libro inventario de ferrocarriles 1850-1890. Folios 3 y 28. MINISTERIO DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS. La Plata. Dirección de Geodesia. Departamento de Investigación Histórica y Cartográfica. Mensura n° 82-84 (1869); n° 117 (1877); n° 183 y 240 (1902) del partido de Luján. REGISTRO DE LA PROPIEDAD. La Plata. Inscripciones de dominio: 14.024/A/1891; 27.096/A/1891; 17944/B/1892; 6.164/B/1899; 4.642/B/1900; 7.418/B/1902; 12.010/A/1910; 13.5881A/1910; 15.492JA/1907; 17.543/A/1907; 4.787/A/1907; 78.054/A/1910; y 413/1916. SERVICIO METEOROLÓGICO NACIONAL. Argentina ( 1971/80). Estación San Miguel. Datos Estadísticos. UDAONDO, E. (1934). Breve noticia sobre el origen de los partidos de la Pcia. De Bs.As. La Plata. Taller de Impresiones Oficiales. pp. 403-407. UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (1986) Facultad de Filosofía y Letras. Instituto Geografía. Cátedra de Biogeografía. Factores de Deterioro ambiental en la Cuenca del Río Luján. p. 40.
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UNIVERSIDAD DEL SALVADOR (1990) Facultad de Historia y Letras. Carrera de Geografía. Cátedra de Historia Geográfica Argentina. Censo 1990- Carlos Keen. * Geógrafo. Profesor universitario. Coordinador de la Cátedra "Dr. Arturo Jauretche dependiente del Archivo y Museo Histórico del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Coordinador del C.I.T.A.B. Centro de Investigaciones Territoriales y Ambientales Bonaerenses, dependiente del Archivo y Museo Histórico del Banco de la Provincia de Buenos Aires.
LOS ORÍGENES DE MORON Graciela Saez y Mariela Canali EL ACTUAL PARTIDO DE MORÓN SE ENCUENTRA AL N.E. DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES A 2O KM. DE LA CAPITAL FEDERAL SIENDO UNO DE LOS CENTROS MÁS IMPORTANTES DEL CONURBANO BONAERENSE.
ORÍGENES Los primeros pobladores de esta zona fueron los querandíes o pampas, luego araucanizados. Pueblos nómades de la región pampeana, eran cazadores especializados de guanacos y venados. Como otras parcialidades indígenas, aprovecharon esta región de extensos pastizales y abundantes cursos de agua de los cuales, el principal era el río de las Conchas (así llamado por la gran multitud de conchas que se criaban en sus orillas), luego río Reconquista (en homenaje a las fuerzas patriotas que derrotaron a los ingleses en 1806). Las nacientes del mismo se deben al aporte conjunto de los arroyos de Choza y Durazno en el partido de General Rodríguez. Luego de recorrer 84 km. recibiendo aguas de numerosos afluentes, desemboca en el Río Luján en el Tigre. Es un típico río de llanura con numerosas curvas y recodos. Uno de sus afluentes es el Arroyo Morón. Aquel paisaje era muy distinto al que hoy conocemos, se trataba de altos pajonales, interrumpidos de cuando en cuando por un ombú o un p equeño monte de chañar. La ausencia de árboles se explica por la densidad del pajonal, que sombreaba las semillas e impedía su desarrollo. A pesar de todo, había árboles, pero no en plena llanura sino en las márgenes de los ríos y arroyos. Sauces, ceibos, sarandíes formaban un espeso bosque en galería bajo el cual vivían aves acuáticas como las garzas, peces y reptiles como la tortuga de. agua; mamíferos como nutrias, zorros o gatos monteses.(1) La feracidad de estos territorios tan cercanos a Buenos Aires hizo que fueran rápidamente transitados pos los españoles a su llegada al Río de la Plata. Las tierras fueron distribuidas entre los hombres que acompañaron a Juan de Garay en la segunda fundación de Buenos Aires. Así aparece como primer propietario de tierras en la zona, el Capitán Juan Ruiz de Ocaña, cuyo nombre daría origen a la denominación del arroyo que se conoció como Cañada de Juan Ruiz. (Actualmente es el Arroyo Morón, entubado, que corre en el límite entre las localidades de Morón y Castelar.) Juan Ruiz nació en Asunción del Paraguay y era hijo legítimo de Juan Ruiz de Ocaña, expedicionario del adelantado don Pedro de Mendoza, naturales sus padres de Andalucía. Nuestro Juan Ruiz acompañó a Juan de Garay en la fundación de Buenos Aires (1580) y tuvo acciones de combate contra los indios, siendo famosa la que se dio cuatro leguas 13
arriba del Riachuelo con el cacique Telomián Condic, que le mereciera del Gobernador Antonio Torres de Pineda una encomienda de indios y ser llamado hidalgo. Casó con Bernardina Guerra en Santa Fe, antes de venir a Buenos Aires. Su fallecimiento debió producirse antes de 1602. “... Los primeros años de la población no fueron nada tranquilos. Por lo menos hay, noticias de dos grandes enfrentamientos con los indios de los alrededores. Estos son con las huestes guaraníes del cacique Tobobá. (...) Aparte de este ataque de los guaraníes confederados con otras parcialidades, tenemos la serie de escaramuzas libradas por el lugarteniente de Juan de Garay, Juan Ruiz de Ocaña en 1583 contra las huestes de Telomián Condic en las orillas del Riachuelo de los Navíos, aproximadamente a cuatro leguas de su desembocadura en el Plata. (...) Llama la atención que un grupo situado tan cerca de Buenos Aires no hubiera sido repartido uno o dos años antes. Hay que pensar por lo tanto que esta era una parcialidad proveniente del interior pampeano, atraída por la presencia de los castellanos. De todas maneras quedaron sujetos a Juan Ruiz de Ocaña... " (2) Frecuentes ataques indígenas asolaban la ciudad de Buenos Aires, las Actas del Cabildo hablan de "gran cantidad de indios alterados, salteadores y fugitivos que están alzados de jurisdicción de esta provincia y puerto, y otras partes a ellas circunvecinas, dando lugar a muchos daños y muertes de españoles".(3) EL FORTÍN Para contener estos ataques el gobernador Hernandarias creó un destacamento militar en la zona que corresponde al centro de la ciudad de Morón, eligiendo ese lugar ya que poseía una altura estratégica. El fortín de Morón fue uno de los tantos construidos a partir del siglo XVII, respondiendo a una línea de fronteras defensivas contra las incursiones de los indios sobre las ciudades españolas, en general sirvieron como base para el posterior asentamiento estable de la población. "El fortín se reducía a un cuadrado de unos cien pasos, rodeado de una fuerte palizada; en medio tres cabañas alargadas de madera, y para el centinela un puesto levantado sobre cuatro postes, de seis brazos de altura, a él llegaba el soldado valiéndose de una escalera y desde ese sitio de observación divisaba el terreno muchas leguas a la redonda ". (4) LA POSTA Y EL CAMINO Los pobladores se concentraron en la Cañada de Morón, que se transformó en la primera posta del Nuevo Camino Real (que seguía en su trazado, aproximadamente, a la actual Av. Rivadavia). Era un camino de macadam, especie de mejorado que daba más firmeza al terreno y lo hacía más transitable. La rota se dirigía a Córdoba, Alto Perú, Cuyo y Chile, su primera posta era Morón, siendo una parada de abastecimiento de comidas, caballos, descanso, y encomendación a Nuestra Señora del Buen Viaje. Son numerosos los testimonios de viajeros, sobre todo extranjeros, que describen el camino desde Buenos Aires a las provincias del interior y su paso por Morón: ... En un principio atravesamos extensiones de campo cubiertas de pastos resecos por el sol y en la última parte de la jornada empezamos a ver cardos muy altos, plantas de cepacaballo con flores purpúreas y gran cantidad de pájaros que atravesaban el camino, predominando una especie de garza. Había mucho ganado vacuno y las vacas estaban
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gordas, aunque el pasto no era de los mejor. Dejamos a la izquierda un pueblito, llamado Cañada de Morón." (Alejandro Caldcleugh, 1825.) "Llegamos a una Villa con su iglesia, llamada Morón, distante de la ciudad como seis o siete leguas; allí aguardamos la carroza de los demás compañeros (...) Hicimos un viaje felicísimo. (...) Este trecho de camino está muy poblado y se ven muchas casitas y rancheríos de los colonos, que no gastan mucho talento para el cultivo de los campos. (...) De Morón a Luján no se ve el menor asomo de monte, colina y menos montaña. Cuanto alcanza la vista es una llanura perfectísima y un terreno de óptima calidad. Se encuentran a menudo rebaños de bueyes, caballos y ovejas;' también inmensa cantidad de aves de las más variadas especies." (Canónigo Mastai-Ferretti, futuro Papa Pío IX, 1824) EL POBLAMIENTO En su origen el partido recibió pobladores que venían de Buenos Aires, se dedicaban a la agricultura (horticultura, fruticultura, cultivo de cereales) y la cría de ganado; el comercio se organizó paulatinamente viéndose favorecido por las vías de comunicación con la ciudad puerto y el interior. Según la descripción que en 1824 hace el Canónigo J. MastaiFerretti: “... La población total de Morón, comprendida la campaña alcanza la suma de 8.000 almas. Pequeñas casas de veraneo, dispersas por una y otra parte, pobres casuchas y rancheríos, componen el pequeño y vulgar poblado. La iglesia es chica pero está cuidada con mucho esmero y limpieza, y está dedicada a la Virgen Santísima del Buen Viaje, a la cual nos encomendamos fervorosamente, por causa de los muchos peligros que encontraríamos para llegar u Santiago de Chile. Siendo Morón uno de los tres de veraneo de Buenos Aires, su camino es bueno, y sobre el mismo se encuentran a menudo casas de hospedaje y otras de negocios y despachos con todo lo necesario ...”
Esta población moronense estaba constituida por cuatro grupos sociales: los blancos peninsulares, que eran los propietarios de tierras y funcionarios públicos y eclesiásticos; los blancos criollos, descendientes de españoles, eran agricultores y pastores; los indios, que se dedicaron a oficios manuales y rurales; y los esclavos negros, en su mayoría empleados en trabajos domésticos. A estos grupos se agregan los mestizos que conforman un fenómeno social típico colonial dada la importante mezcla de las diversas razas. En cuanto a la actividad económica, todas las crónicas coinciden en que estos campos se hallaban cultivados y que había ganado vacuno y ovino, aunque no todos están de acuerdo al presentar las condiciones en que seencontraban los campos.
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EL NOMBRE DE MORÓN Existen diversas opiniones sobre el origen del nombre de Morón: -Se atribuye al hecho de haberse erigido el fortín en un lugar alto, montecillo o morón. -Entre los primeros españoles que se radicaron en la región figuraban algunos naturales de Morón, pueblo de Andalucía. -Responde al nombre de uno de los más antiguos pobladores, el Capitán Diego de Morón, que con su familia se estableció en la zona instalando una tahona de molino, que trajo gran progreso al lugar. (Es la hipótesis más aceptada.) También se debe considerar que la zona ocupada por la ciudad de Morón fue conocida por diversos nombres que se usaron simultáneamente y que se aplicaban a todo el partido o parte de él: "Cañada de Morón", "Cañada de la Paja", "Chacra de Altolaguirre y Arguibel", "Cañada de Juan Ruiz", "Pago de las Conchas". En el año 1932, el gobierno conservador sustituyó el nombre de Morón por el de "6 de septiembre", en conmemoración de la revolución de 1930 que derrocó al presidente Yrigoyen hasta que en 1946, durante el gobierno de César Albistur Villegas, recuperó su antiguo nombre.
Lo cierto es que dentro de la campaña bonaerense la zona de Morón se destacó como zona agrícola de gran importancia, con mayor división de tierras que en otras regiones. La actividad agrícola estaba dedicada al cultivo del maíz y del trigo. Así lo describe Félix de Azara en sus crónicas: "El grano me parece menor que en España, y quizás esto contribuye a que produzca más. Como quiera, el pan en aquellos países es de los mejores del mundo, sobre todo si es trigo de la Cañada de Morón o de la costa de San Isidro. " (5) También encontramos otra descripción en Viaje a caballo por las provincias argentinas, de William Mac Cann, en 1847: "Una vez que salimos de Buenos Aires, por el camino del norte, pasamos por entre campos abiertos, sembrados de maíz y trigo. Gas yuntas de bueyes que con frecuencia encontramos arando la tierra, los ganados y los rebaños de ovejas que se presentaban a nuestra vista comiendo abundantes pastizales, ofrecían una demostración muy halagüeña de la industria pastoril y agrícola de esta región. " Y Alejandro Caldcleugh, en su libro Viajes por América del Sur, en 1825, señala que: "Se veían algunas quintas a la distancia y ciertos lugares cercados donde grupos de caballos, animados a latigazos, corrían a vuelta pisando cereales (Era la llamada trilla con yeguas). " 3- En 1806 San José de Flores se independiza política y eclesiásticamente de Morón. En 1864 es creado el Partido de Merlo LA ANTIGUA ADMINISTRACIÓN Desde la fundación de Buenos Aires en 1580 por don Juan de Garay, se llamó Zona Oeste a todas aquellas tierras comprendidas como un cuadrilátero entre los ríos llamados de La
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Matanza y las Conchas, por un lado, y, por el otro, toda la inmensa franja de tierras que se hallaba fuera del radio de la ciudad en su parte Oeste (que terminaba en el actual barrio de Caballito) y que se extendía hasta las orillas del río Salado. En el extenso territorio de la Zona Oeste se fueron asentando numerosos pueblos que, a lo largo del tiempo se separaron: San Miguel del Monte en 1780; San Salvador de los Lobos en 1804; y en 1806, San José de Flores, que se separa del Curato y partido de Morón extendiendo sus límites hasta la actual Av. Gral. Paz. En 1864 es creado el Partido de Merlo. Históricamente Morón conformaba con La Matanza un solo pago o partido. Dada su gran extensión, el Cabildo de Buenos Aires estableció en 1784 do s autoridades: una con residencia en La Matanza y otra en la Cañada de Morón. Esto no significó la división del partido sino una solución para agilizar la labor administrativa. Sin embargo, no resultó de provecho esta medida ya que los vecinos podían reclamar indistintamente ante cualquiera de las autoridades. Por lo tanto, en 1812 se estableció' un límite a la jurisdicción de cada autoridad: el Camino de Burgos (Actual Avda. Don Bosco). La independencia de ambos partidos se produjo en 1822 cuando fueron creados los Juzgados de Paz. El gobierno de la provincia nombró un Juez de Paz para Morón, quedando, de hecho, elegido el partido. Las autoridades recibieron, a través del tiempo, distintas denominaciones: Alcaldes de la Santa Hermandad (siglos XVIIXVIII), Jueces de Paz (desde 1812 a 1856), Presidentes de la Municipalidad (desde 1856 a 1891), Intendentes (desde 1891 hasta la actualidad). Su primer intendente fue Gregorio de Laferrere. Morón, entonces, va dejando de ser una zona semirrural. En torno a las estaciones surgen pueblos que, con el paso del tiempo, se transformarán en importantes localidades: Ituzaingó (1873), Haedo (1886), Hurlingham (1891), Castelar (1913); como así también las que tuvieron su origen en el remate de lotes en la zona. El crecimiento demográfico y económico y la vocación autonomista de las ciudades de Hurlingham e Ituzaingó llevaron a la promulgación de la ley provincial 11.610 (1994) que establece la creación de los partidos de Ituzaingó y Hurlingham sobre territorio perteneciente al partido de Morón. Esta ley se hizo efectiva con la elección de los nuevos intendentes en mayo de 1995. La división del partido se originó en el llamado Proyecto Géitesis 2000, que considera la idea de municipios con una población máxima de 300.000 habitantes, con el objeto de obtener una más eficiente administración y gobernabilidad. Este proyecto también contempla la creación de otros nuevos partidos a partir de la división de los municipios más extensos y poblados del conurbano bonaerense. NOTAS (1) BRAILOVSKY, Antonio. "Radiografía de la Pampa". EN Revista Todo es Historia. (2) CONLAZO, Daniel. Sitios de contacto hispano indígena de los alrededores de Buenos Aires. EN Revista de Historia Bonaerense N° 6. 1995. (3) PRESAS, Juan. Monseñor. Morón. Contribución al estudio de su historia. Bs. As. 1954. (4) PRESAS, J. Mons. op.cit (5) PRESAS, J. Mons. op.cit Fuentes de los gráficos: PRESAS, J. M. Morón centro del oeste. Ministerio del Interior. Comisión Nacional Área Metropolitana de Bs. As. El Conurbano Bonaerense. 1995.
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ORÍGENES DE QUILMES Thelma Fornabaio de Arregui * El concepto del siglo XVI, arraigado en la metrópoli y sus dominios, de que la tierra era fuente de prestigio y riqueza, nos permite poner de manifiesto el interés de los colonizadores españoles en su adjudicación desde la llegada a Hispano América. Poco después de la fundación de la ciudad de Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre, según testimonios referentes, Juan de Garay procedió a repartir entre quienes lo acompañaban "tierras y caballerías y solares y quadras, decía, en que puedan tener sus labores y crianzas y labores de todos ganados, las cuales dichas tierras y estancias y solares y huertas y quadras las doy y hago merced en nombre de Su Majestad". Con su firma y la del escribano Pedro Fernández, según consta el 24 de octubre de 1580 se procedía a repartir las tierras circundantes a la ciudad recién fundada, desde la actual San Fernando hasta Magdalena, fijándose su empleo, para labranza o pastoreo, origen de nuestra riqueza agropecuaria. Según Actas del Cabildo, las comprendidas entre el Riachuelo de los Novios y la Ensenada de Barragán, desde 1611 se conocieron como "Pago de la Magdalena" y fueron por mucho tiempo patrimonio territorial de Quilmes; poco a poco, se fueron disgregando, hasta formarse los actuales municipios. La extensa zona sur fue dividida por Garay "en un total de catorce suertes de estancias" que repartió, según jerarquía y mérito entre quienes lo acompañaron en la expedición, que eran en su mayoría "mancebos de la tierra", criollos provenientes de Asunción; por lo que el primer propietario de Quilmes (centro) fue un criollo, el capitán Pedro Quirós. Se sabe que al realizarse el trazado de la Segunda Buenos Aires fue él quien recibió la manzana de Rivadavia, H. Yrigoyen, Piedras y Tacuarí, por la que hoy atraviesa la Avenida de Mayo. El Dr. Craviotto, en Historia de Quilmes, dice que Quirós era tan cri9llo que permutó la esquina de H. Yrigoyen y Bolívar, solar que hace cruz con el edificio del Cabildo, por una guitarra y un caballo. Los que recibieron tierras de manos de Garay se hicieron cargo de los campos adjudicados, salvo Vera y Aragón, que recibió la actual zona de Avellaneda y que nunca la ocupó, Xeres que percibió la actual Bernal y Quirós que obtuvo Quilmes, se ausentaron algunos años después de haberlas ocupado. Pedro de Izarra recibió la zona de Ezpeleta, Luis Gaytán la actual Don Bosco, que con las tierras de Xeres y Quirós forman la extensión más importante del hoy Partido de Quilmes. Las repartidas tierras eran de iguales frentes sobre la barranca del río (Río de la Plata) y fondo de legua y media que se prolongaba hasta el actual deslinde de Quilmes con provincia Diaguita... ...entre muchas tribus se encontraban los Quilmes y Acalianos, de origen kichua, del clan Inca de la llamada provincia Diaguita… Almirante Brown, Lomas de Zamora, Florencio Varela o Berazategui, por lo que nos resulta sencillo imaginar la gran extensión de los terrenos otorgados. Según lo establecido por Reales Cédulas y Ordenanzas de Población, las tierras repartidas no podían ser abandonadas; si bien eran heredables, utilizables, vendibles, lo podían hacer después de permanecer cinco años en ellas. En 1585, Pedro Quirós fue designado regidor del Cabildo de la recién fundada ciudad de Concepción del Bermejo (en actual provincia del Chaco) abandonando definitivamente las tierras; las de Quilmes, poco después, pasaron a poder del Alcalde Juan del Pozo y Silva, quien las entregó en 1666 para que se instalara la reducción de los indios Kilme, consecuencia de la conquista del Valle Calchaquí, iniciada hacia 1659 en el antiguo Tucumán, hoy Valle de Santa María, norte de Catamarca 18
y N.O. de la actual provincia de Tucumán y finalizada por el gobernador Alonso de Mercado y Villacorta en 1665. En aquella zona, entre muchas tribus se encontraban los Quilmes y Acalianos, de origen kichua, del clan Inca de la llamada provincia Diaguita, Se funda así en 1666 la reducción, la de la Exaltación de la Santa Cruz de los Quilmes, que con la de Baradero (1615) son hoy los dos pueblos más antiguos de la provincia de Buenos Aires. según estudios al respecto, realizados por Don Luis Otamendi para referirse a la "Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz ". A fin de impedir la reanudación de las luchas, el gobernador Mercado y Villacorta desterró unas doscientas familias Quilmes a Buenos Aires que fueron ubicadas a unas leguas al sur del Riachuelo, en el Pago de la Magdalena, en los terrenos del Alcalde Mayor Provincial Juan del Pozo y Silva, solar que originariamente había pertenecido a Pedro Quirós. Se funda así en 1666 la reducción, la de la Exaltación de la Santa Cruz de los Quilmes, que con la de Baradero (1615) son hoy los dos pueblos más antiguos de la provincia de Buenos Aires. El 1° de septiembre de 1667, se inicia el período administrativo de nuestra reducción: con unos mil indios entre Quilmes y Acalianos, con el cacique Martín Iguin, con un corregidor español y con un cabildo indígena integrado por dos alcaldes, uno quilme y otro acaliano. Se construye la primera capilla de la zona a cuyo cargo se coloca al cura doctrinero Bartolomé de Pintos, descendiente de don Juan de Garay. La capilla fue ubicada en el mismo predio donde está hoy la Catedral, ella dio origen al curato de la Reducción, cuya ayuda espiritual se extendería a todo el Pago de la Magdalena. No existen hasta ahora pruebas del día preciso en que se instaló la reducción. Se ha tomado el día 14 de agosto, no como fecha probable de dicha fundación sino que surgió de una resolución de H.C. en 1937, basándose en el decreto del 14 de agosto de 1812, obra del Triunvirato, que teniendo en cuenta la decadencia de la reducción, suprimió los privilegios de ella y estableció que ésta quedara extinguida, originándose el "Pueblo Libre de Quilmes", más tarde ciudad, convertida en cabeza del partido del mismo nombre. APARATO ERUDITO
Municipalidad de la Capital Federal. "Documentos referentes a la Fundación de Santa Fe y Buenos Aires". (Bs. As. 1915) FORNABAIO DE ARREGUI, Thelma. "Quilmes y su zona del bañado". En publicación de las IV Jornadas de Historia regional Bonaerense. Bahía Blanca. 1987. CRAVIOTTO, José. Historia de Quilmes. Publicación del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires. 1967. OTAMENDI, Luis. "La Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz. Publicación de la Municipalidad de Quilmes. 1978. *Profesora. Miembro titular de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes.
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LA DORMIDA DEL PERGAMINO Rafael Restaino Entre las primeras instituciones que dieron origen a la ciudad de Pergamino se encuentra “La Dormida”. (1) Éste era un paraje donde se hacía un alto, se solía comer, se daba descanso a los animales de arrastre y a los peones. En muchas oportunidades se oficiaban misas. La instalación de estas “dormidas” se intensificó a partir de 1550 cuando comienzan a abrirse nuevas vías terrestres y muy especialmente en 1586 cuando se descubre el camino de Buenos Aires a Córdoba. Las “Dormidas” en su mayor parte se encontraban en los lugares que ofrecían ciertas comodidades naturales como reparo, previsión de agua, pasto y posibilidad de cazar algún animal para comer. Esta es la razón por la cual las “dormidas” se encontraban a la vera de un río o de un arroyo más o menos caudaloso. Los lugares elegidos mediaban unos a otros a una jornada de ocho o doce horas de marcha. La importancia adquirida por el lugar se debió al hecho que desde él partían tres rutas: una que lo unía que Buenos Aires; otra que se proyectaba a Córdoba y Tucumán y la tercera que salía hacia Cuyo y Chile. El nacimiento de “La Dormida del Pergamino” se debió producir entre los años 1587 a 1600, cuando el tráfico entre Buenos Aires y el Alto Perú se intensificó. Los viajes comenzaron a ser continuos, tanto de ida como de vuelta, ya fuera en carretas o en arrias. La importancia adquirida por el lugar se debió al hecho que desde él partían tres rutas: una que lo unía a Buenos Aires; otra que se proyectaba a Córdoba y Tucumán y la tercera que salía hacia Cuyo y Chile. Otro motivo que incidirá para que este lugar se convierta en uno de los más transitables se debió al hecho de que en septiembre de 1643 se resolviera que el camino que se dirigía al Norte, por donde debían pasar las carretas, los viajeros, las arrias, no fuera el camino de la costa, sino “el camino real de Arrecifes que partía desde Montes, pasaba después por Luján, Arrecifes, Pergamino y después se dirigía a Córdoba, Mendoza y Santa Fe”. En su comienzo “La Dormida” sólo fue un lugar donde descansaban los viajeros, las carretas y los ganados. Más tarde se la fue dotando de elementos tales como corrales y también una atalaya construida en madera que servía para avistar la llegada de los viajeros, convoyes o posibles ataques de indios. Luego, ya en el siglo XVII, se construyó un depósito para el resguardo de cueros, sebo, grasa y huesos, y en el siglo XVIII se instalaron, entre otros, una herrería y una pulpería. Por esos años ya se encontraban afincados unos cuantos vecinos que se ocupaban de trabajos relacionados con la vaquerías; también algunos peones dedicados a cuidar y mantener “La Dormida”. Entre otras funciones debían ayudar a instalarse a los convoyes, prestar servicio de vigilancia y de limpieza. Más tarde se apostó una pequeña guardia compuesta por un jefe y dos soldados. La Dormida de Pergamino se encontraba dentro de la amplia faja que comprende desde las 20
vías del Ferrocarril Belgrano hasta el Boulevard Colón, sobre la margen derecha del arroyo Pergamino. La primitiva noticia sobre la existencia de este lugar consta en un acta del Cabildo con fecha de enero de 1626, en la cual hace mención a una solicitud del gobernador Céspedes al Cabildo, para que éste tome el trabajo de reparar “Las calles, fuentes, puentes, murallas y caminos para que estén en perfectas condiciones para ser trajinados por los vecinos pasando con la fruta de la tierra a otras provincias, disponiendo del paso de los ríos de Las Conchas, Luján, Areco y Arrecifes y más adelante hay unos pozos en una dormida nombrada de Pergamino, que conviene limpiarlos y alegrarlos y los demás que en otras dormidas estuviesen en la misma forma para alivio de los que vienen, caminan y van de esta ciudad a otra parte”. EL FUERTE Los fuertes fueron obras de defensa y protección que resguardaban un lugar destinado a resistir los ataques enemigos. Estas construcciones defensivas se fueron instalando al Norte del río Salado a comienzos del siglo XVIII. A mediados de ese siglo eran unos veinte los fuertes que se habían implantado para contener el avance de los indios. No se poseen documentos que nos permitan conocer con exactitud la fecha de fundación del Fuerte de Pergamino, sólo se tienen noticias e informes que han dejado algunos viajeros que en sus descripciones deben haber visto en esta zona, contiguo al arroyo Pergamino, la instalación de un fuerte. Juan de San Martín explica el por qué de la construcción de los fuertes: “Que fatigado con los insultos de los indios discurrió con asentamiento del gobernador de la provincia, el construir de cada frontera de dicha jurisdicción un fuerte de estacada”. El que se reconoce como el primer fuerte se debe haber levantado cuando el tránsito desde Buenos Aires al Perú y a Cuyo se había hecho importante, tornándose imprescindible la creación de una guarnición con varias decenas de hombres aptos y capaces para defender este punto de cualquier ataque. No es aventurado pensar como posible fecha la del año 1745, cuando el maestro de campo Juan de San Martín pasó a edificar un fuerte de estacada en cada frontera. Así resulta de un expediente de información judicial iniciado con el propósito de demostrar la necesidad de mantener resguardadas las fronteras. En ese documento Juan de San Martín explica el por qué de la construcción de los fuertes: “Que fatigado con los insultos de los indios discurrió con asentamiento del gobernador de la provincia, el construir de cada frontera de dicha jurisdicción un fuerte de estacada”. Una vez realizado este proyecto colocó en cada lugar el número de milicianos que le pareció suficiente para su resguardo. A su vez los testigos: Capitán Domingo Morales, Juan Martín de Mena y Joseph Ruiz de Arellano expresaron: “Los fuertes fueron construidos en 1745”. Este primer fuerte será descripto con precisión por el jesuita Florián Baucke o Paucke, quien al pasar por el lugar en 1749 precisó que el Fuerte de Pergamino tenía “una forma de un cuadrado de unos ochenta o cien pasos de frente por otros tantos por su fondo y se hallaba cercado por una sólida empalizada de madera dura o conjuntos de paños encajados unos con otros, encontrándose en el recinto de dicho cuadrado tres 21
habitaciones que llamaba cabañas, del mismo lado, construida en madera y al costado estaba el puesto o el sitio levantado con postes de madera de unas cinco o seis brazadas de altura, que era destinado para el centinela o vigía y al que se llegaba a la altura final por una escalera, en donde se ubicaba la garita, que permitía a ver la larga distancia. En las cercanías se encontraban dos corrales también cercados por maderas para contener la caballada y los bueyes, que tenían forma ovoide, casi redonda” Esta fuerte contaba con una puerta principal de acceso en medio del lado que se orientaban al Sur. Los corrales de igual manera tenían puertas construidas con listones de madera. Todos los reductos que se construían por esa época tenía un mismo patrón arquitectónico descripto por el padre Baucke: “Circuito cuadrado, una puerta para toda salida, sin baluarte ni fosos. Dos o tres ranchos por cuarteles, un mangrullo avisor y dos corrales vecinos, de estacada leñosa de palo o pique para resguardo de los animales”. El primer fuerte que conocemos por la narración del padre Baucke será reconstruido dando lugar a otro fuerte que será descripto por el célebre viajero del siglo XVIII, Calixto Bustamante (Concolocorvo), en 1771, con otras palabras: “En el sitio nombrado El Pergamino hay un fuerte que compone de un foso muy bueno con un puente levadizo de palos, capaz de alojar adentro a unas cuarenta personas o vecinos que tiene su población”. Como se puede observar por esta descripción, el nuevo fuerte tiene un elemento nuevo: el foso. Este nuevo fuerte tenía decididamente el carácter de aduana, lo prueba el nombre de la calle “del Registro” y la habitación destinada para depositar la mercadería decomisada. La otra misión que tenía era la de vigilar una legua a la redonda (2). La Compañía estaba compuesta por unos veinte hombres designados con el nombre de carabineros, porque estaba armados con carabinas, aunque la mayoría sólo contaba con sables, chuzas y lanzas Vestían pantalón de lana, camisa y chaqueta de franela roja, calzaban polainas de cuero de buey, de potro o de tigre. En julio de 1771, al entregar su comando, Juan González a Joaquín Stéfani de Banfi, lo hace mediante el siguiente inventario: “Cuatro pedreros, 50 saquitos de metralla, 14 libras de pólvora inútil, 50 balas de calibre para los pedreros, 2 mazos de mecha, 2 palas, 2 picos, 6 cadenas, un tapial con su compuerta, 5 travesaños, 50 tacos.” Por los partes emanados por el principal problema que tenía seguía siendo el contrabando que se pasaba por la costa y la necesidad de reedificar el fuerte. Por los mismos partes se puede especificar que el tránsito de convoyes, viajeros y arrias, era intenso tanto de Mendoza, de Córdoba como de Buenos Aires hacia otros lugares (3). A fin de 1771 se realiza una reedificación del fuerte en su banda sur y parte del este, utilizándose 5.000 adobes. El 2 de abril de 1772 asume como Comandante del Fuerte, Francisco Faijo y Noguera, quién pondrá todo su esfuerzo para concluir con la capilla y otras obras necesarias para el bienestar de la población. En 1774 será reemplazado por el Comandante Alonso Quesada, quién realiza trabajos de arreglos del fuerte y cuarteles de tropa y milicias que estaban, según el parte, en ruinas. En este año solicita al Gobernador que se denomine el Pueblo del Pergamino con el nombre de Villa “por su grande población y vecindario”. (4)
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Siendo gobernador Juan José Vértiz y Salcedo a fines de 1776, se sustituyó totalmente el fuerte que había sido construido durante el gobierno de Francisco de Paula Buccarelli y Ursúa, por uno más seguro, más completo, munido de todos los elementos y materiales estables. Pero las construcciones auxiliares, capillas, cuarteles, fueron levantados al estilo del país: tipo rancho (adobe y paja). De allí que su duración no pod ía pasar de un determinado ciclo útil. Se reconoce en esta etapa fueron construidos con un mayor cuidado, evitándose la improvisación. Para la construcción de este tercer fuerte se utilizaron ladrillos cocidos y maderas duras (algarrobo, quebracho, aliso, cedro) y los techos se hicieron con tejas planas cocidas, utilizándose mezcla de cal, polvo de ladrillo. Tuvo este fuerte siete cañones, cuatro de ellas en las esquinas y las restantes en los costados. Se construyó bajo las órdenes de Alonso de Quesada en la fecha 3 de Noviembre de 1776, y comenzó a funcionar el año siguiente cuando se declaró la institucionalización del Virreinato del Río de la Plata. Este último fuerte que tuvo Pergamino estaba compuesto de una muralla con una puerta principal y una falsa, dos puentes levadizos y el foso en todo su perímetro circundante. En su interior están ubicadas dos garitas, una despensa, sala de guardia, cuatro dormitorios: dos para soldados y dos para oficiales, una cocina para el Comandante y otra cocina para la tropa, un despacho para el Comandante, un cuartel para Dragones y puesto de guardia, un casino de tropa, un horno para pan. Y un pozo para extraer agua. (5) La función que tenía era la de defender la zona sudoeste del dilatado Pago de los Arroyos, constituyendo con su pueblo anexo, la avanzada hacia el desierto, formando en la zona Norte de la frontera, el vértice de un ángulo imaginario que era: oeste y noroeste del fuerte de Melincué y sur-sudeste el fuerte de Salto a unas dieciocho leguas respectivamente del fuerte de Pergamino. Para subsanar los grandes claros de este sector Melincué-Pergamino-Salto se erigieron los fuertes de Rojas (6) y el Fortín de Mercedes (Colón) (7) en línea casi recta entre Melincué y Salto. De modo que el fuerte de Pergamino vino a quedar dentro de esta línea de defensa. El 18 de julio de 1779 asume como Comandante, Francisco Barcacel. A pesar de los estudios realizados no existen testimonios de ninguna fuente que suministre la exacta ubicación de estos fuertes. Existen indicios de que el tercer fuerte pudo haber estado ubicado en la actual manzana que forman las calles San Nicolás, Florida, Merced y Dorrego. Otra de las teorías de la cual somos partícipes señala que el fuerte estaba ubicado entre las calles 11 de Septiembre, San Nicolás, Merced y General Paz. La ciudad de Pergamino surgió sin acta de fundación TEORÍAS SOBRE EL NOMBRE DE PERGAMINO La ciudad de Pergamino surgió sin acta de fundación, ni documento bautismal que precise su génesis. Este es el principal problema que presenta su historia. A través del tiempo se han arriesgado algunas hipótesis. Entre ellas la más arraigada por la tradición oral, está fundamentada en unos pergaminos que se encontraron en el arroyo que cruza la ciudad. El Dr. Pastor S. Obligado fue de los primeros en darle forma a la leyenda diciendo: “El origen del nombre proviene de haberse hallado en la costa unos rollos y libros forrados en pergamino”
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Esta tradición oral no ha sido comprobada en ningún documento, por lo cual sigue siendo tan verosímil en el sentido afirmativo como en el negativo. La primera hipótesis que se contrapuso a esta tradición está basada en la investigación realizada por Julián de la Peña. La misma consiste en la existencia de “un cacique Bagual o Mbagual, que habitaba las inmediaciones de la frontera de Buenos Aires y el Tucumán y en razón de sus múltiples servicios dióseles tantas mercedes y quizás algunas de ellas en la misma “Dormida” en cuyas inmediaciones habitaba que no es difícil sea extendida en un pergamino y que a raíz de esto, quedará la denominación conocida como “Dormida de Pergamino”. Pero esto es un razonamiento fundado en el vuelo de la imaginación creadora. No existe la prueba documental o monumental, y lo que no está confirmado por estos instrumentos, es tradición, leyenda de hipótesis, y esto último en historia, no pasa de ser suposición. Del mismo tenor es la hipótesis que intenta Eliseo Tello en su libro Toponimia indígena Bonaerense. Allí señala: “No es extraño que voces indígenas se hayan españolizado y que en este caso la voz “ perca (herrumbe) minú (abajo)” se haya convertido en Pergamino. Perca-minú tendría también las siguientes interpretaciones en voz araucana: “rastrojo rojizo” o “tierra colorada”. (8) Existió también un intento de expulsar la hipótesis basada en las cartas o mapas geográficos del tiempo de la colonia donde se señalaba a Pergamino con el nombre de Pergamesna, con una derivación de Pergama y que más tarde se habría transformado en “Pergamino” . En la década del sesenta se trató de imponer la versión que afirmaba que en toda esta amplia zona fue donde por primera vez se utilizaron cueros de pergaminos, y que esto habría traído como consecuencia del nombre “Dormida del Pergamino” . Pero igual que otras hipótesis no cuenta con elementos suficientes para sustentarse. El escritor y famoso periodista José Soiza Reille intentó una hipótesis que está emparentada con la primitiva leyenda. El escrito es bello y merece su inclusión. “No existen documentos bautismales que establezcan el nombre de la población, puesto que esta ciudad nació espontáneamente, sin varas de alcalde, sin rollos de piedra y sin sello del rey. Pero la tradición nos explica claramente el origen del nombre. Parece que un día, los hijos de un pulpero encontraron un pergamino - un folio - que venía en las aguas del río Fontezuelas. Creyose que el pergamino estuviese en su escritura barrosa por el agua, la donación de alguna herencia. O, quizás la revelación de un escondrijo de monedas de oro.. El hallazgo del pergamino llenó a la pulpería de misterio. En cien leguas a la redonda se comentaba la cuestión a gritos. El rancho del pulpero se embanderó de fama. La noticia cundió por las calles de Santa María de los Buenos Aires. Llegaron eruditos para descifrar el documento recogido, como Moisés, de su cuna fluvial. Un sabio de letras turbias, descubrió por fin, que el extraño folio no contenía el legado de ninguna fortuna. Era el testamento de un antepasado del Viejo Vizcacha, que dejaba al mando consejos morales. Uno de esos consejos - el que más hiciera reír a los conquistadores era éste que hoy pueda y debe reputarse simbólico: “No hay tierra pobre para los brazos ricos”.
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Sin embargo, a pesar de la fama, el sitio donde estaba la pulpería carecía de un nombre propio que lo distinguiera. Los gauchos fueron quienes, indirectamente, hallaron ese nombre. Para orientar a los viajeros le decían por ejemplo: •
Vaya usted derechito hasta la pulpería…
•
¿Qué pulpería?
•
La del Pergamino…
Y a través de los tiempos, la inicial minúscula erigióse en mayúscula. Fue por eso que el pueblo se llamo: “Pergamino”. Al no existir pruebas contundentes sobre el origen del nombre no nos queda otra posibilidad que quedarnos con la leyenda, y esto no no s degrada porque como todas las leyendas tiene un dejo de misterio, de poético, de imaginativo y trágico, digno de un pueblo de llanura que fuera en aquellos tiempos un alero y postes clavados en la tierra donde legendarios conquistadores dejaron caer por causa de la fatiga del desierto o el brazo del indio, los pergaminos de sus crónicas, mercedes o mandatos. Notas. (1) DORMIDA: Paraje donde las reses y aves silvestres acostumbran pasar la noche. Por extensión, se llama así a los lugares que constituían una de las etapas del viaje, en que se llegaba a la hora de descansar. (2) Si bien existía el peligro de algún ataque indígena, la principal preocupación, según se desprende de la correspondencia mantenida por el comandante del Fuerte en el Gobierno, era el contrabando y la extracción clandestina de ganado. (3) Para mantener una idea del inmenso tráfico por la época hasta decir que solían pasar convoyes con 140 carretas, con diez bueyes cada una, más la reserva. La mercadería que llevaban era variada. De Cuyo traían para Buenos Aires: vino, vinagre, pasas, sebo, suelas, algodón, ponchos, madera y fruta. De Buenos Aires hacia el interior: género de Castilla, chocolate, arroz, clavos, cobre, alumbre, yerba. (4) La denominación de Villa, de acuerdo con lo establecido en las leyes de Indias, Ley II, Título VII, Libro IV, era concedido por el gobernador del distrito. La importancia de esta denominación residía en que con esa jerarquía podía elegir sus propias autoridades que lo eran el Alcalde Ordinario, cuatro Regidores, un Aguacil, un Escribano de Consejo y un Mayordomo. (5) En 1779 se construye el fuerte de Rojas con materiales y armamento del Fuerte de Pergamino. (6) La construcción del Fuerte de Colón se realiza con el aporte de los vecinos de Pergamino. (7) Pergamino es decididamente una voz castellana que no depende de nada de voces indígenas. Proviene de Pérgamo, lugar en el cual se confeccionaban por primera vez las hojas de pergamino o p apel de pergamino con cueros de cabras o carneros, limpios de pelos, adobados y curtidos para usar como actas o diferentes escrituras. También es necesario tener en cuenta que los pueblos araucanos comenzaron a llegar por la zona norte de la provincia aproximadamente a partir de 1770. Este texto corresponde a la obra “Historia del Partido de Pergamino”, publicada en 1988, que nos fuera obsequiada por el autor, la misma abarca la rica y extensa historia de Pergamino desde tiempos precolombinos hasta el presente, mostrando una gran variedad de aspectos geográficos, institucionales, culturales, políticos, sociales, ampliamente documentados.
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URBANISMO BONAERENSE DEL SIGLO XIX LA PLATA CIUDAD HIGIÉNICA CRISTINA E. VITALONE * En 1882 La Plata, una ciudad materializada por un trazado urbano de rasgos diferentes a los de tantos pueblos creados durante el siglo XIX, se convertiría en el notable testimonio de la unidad política de la república. Nació como símbolo de pacificación política, se impuso como baluarte de la civilización y expresó, a través de su grafía las teorías urbanísticas más progresistas "...para salir del molde colonial que en La Plata ha sido dejado de lado para inventar habitantes con moradas modernas... "(1). En su trazado funcional subyacen estos principios. Es conocida la generalizada interpretación de que, para la generación que lo concibe, la configuración del trazado fundacional de la nueva capital de la Provincia de Buenos Aires, abrevarla en la fuentes europeas para responder a las formas urbanas de la civilización y anteponer, de este modo, el paradigma de la razón a la barbarie de hombres y territorios desiertos. De la influencia en la configuración planimétrica de su trazado de las teorías europeas más progresistas, dieron cuenta numerosos autores prioritando, generalmente, las francesas "...en tanto lo francés sonaba aquí por la época a la quintaesencia de la civilización... " y, las inglesas, por las ideas elaboradas para enfrentar la caótica situación de la ciudad industrial del siglo XIX. (2). Sin embargo, en la concepción del trazado fundacional y en el desarrollo de su tercera dimensión hasta las primeras décadas del siglo XX, la nueva capital expresaría los conflictos entre los modos tradicionales y progresistas de hacer ciudades en territorio bonaerense. " En efecto, el pensamiento liberal decimonónico no logró desprenderse, totalmente, de más de trescientos años de práctica urbana sintetizando, en el ordenamiento de la nueva planta para la capital de la provincia, algunos de los principios y procedimientos utilizados tradicionalmente en territorio bonaerense y reconocidos hasta por su propio fundador el 19 de noviembre de 1882. Señalaba entonces el Dr. Dardo Rocha que "...no podemos olvidar en este día, a los que implantaron la civilización de estas comarcas, y cuyas altas empresas nos permiten participar de todos los sacrificios y de todos los esplendor `` e aquélla, al mismo tiempo que pensar en un porvenir grandioso... ". (3). Poco antes Alberdi, revalorizando el proceso fundacional hispano, se había referido al mismo conflicto en su obra la República Consolidada: "Los que se pretenden ...'yankees del Plata'..., se espantan ante la idea de fundar una nueva capital para la provincia de Buenos Aires. Se contentan con copiar las instituciones de la América del Norte por escrito... No son en actividad y laboriosidad ni siquiera de esos españoles a quienes desprecian, pues las ciudades que ellos les dejaron son las únicas que tienen hasta hoy sus sedentarios detractores. " (4). Si bien, el carácter único del trazado de La Plata pareciera desprenderse de la serie de creaciones urbanas en la provincia de Buenos Aires, las teorías que influyen en su concepción lo unirían tanto con las ideas urbanísticas de los países europeos como con las que, la república incorporara al proceso de elaboración de modelos para la fundación de nuevos núcleos de población durante el siglo XIX. A nivel planimétrico, pocos estudios han comparado la configuración urbana platense con los modelos utilizados por nuestra tradición republicana y, por consiguiente, demostrado el inevitable enlace del trazado fundacional de la ciudad de La Plata con la práctica, tres
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veces centenaria de creaciones urbanas en territorio argentino. Sin embargo, en el carácter de unidad agrourbana dado a la ciudad y en la distinción de su trazado de origen se vislumbra, a poco que se analice, la presencia de la tradición urbanística local en su variante de raigambre hispana. (5) Menos conocido aún es el hecho de que el tipo de soporte físico concebido acordaba, además, con los principios de la salubridad urbana, una de las teorías que, sustentada por los médicos higienistas de la segunda mitad del siglo XIX, ejercería notable influencia sobre la configuración planimétrica y volumétrica de las nuevas ciudades. La influencia de esta área del conocimiento se observa tanto en la planimetría como en la volumetría urbana de la ciudad de La Plata de fines del siglo y, como veremos, algunos de los preceptos de la higiene pública eslabonarían, nuevamente, la grafía fundacional con los modos tradicionales de hacer ciudad en territorio bonaerense. "Una ciudad...vale, lo que valen las calles que la constituyen...En efecto, las calles de corta extensión y entrecortadas por plazas ó avenidas, carreteras ó boulevares, sirven para la ventilación urbana y desahogo para la población ó vecindario y para el tráfico." Los principios y procedimientos señalados por esta ciencia para concebir una ciudad higiénica fueron adoptados por los profesionales que intervinieron en el proceso de gestación de la nueva capital para la provincia de Buenos Aires. Médicos higienistas como Coni Wilde; Porcel de Peralta Ramos Mejía o Bosch, supieron transferir adecuadamente los preceptos teóricos a nuestros modos de hacer ciudades, conformando sus propuestas de ordenamiento urbano un v erdadero tratado de urbanismo decimonónico. Recordemos algunos de éstos preceptos: "En los casos en que la higiene es llamada a determinar la ubicación y urbanización de nuevos pueblos, debe señalar las condiciones y circunstancias más aparentes, con pleno conocimiento de los aires, las aguas y lugares." "Una ciudad...vale, lo que valen las calles que la constituyen...En efecto, las calles de corta extensión y entrecortadas por plazas o avenidas, carreteras o boulevares, sirven para la ventilación urbana y desahogo para la población ó vecindario y para el tráfico. " “Las ciudades quieren árboles...en las avenidas, en las plazas y en los parques… Los paseos en el interior de las ciudades tienen una gran influencia sobre la salubridad.” “...Es fuera de duda que en las calles y en los climas templados y más aún en parques... los cálidos, los árboles por la sombra que prestan, sirven, fuera de sus otras acciones, para modelar la insolación y evitar la desagradable impresión de polvo... " Puede decirse que las ciudades quieren árboles...en las avenidas, en las plazas y sobre la salubridad. en los parques...Los paseos en el interior de las ciudades tienen una gran influencia sobre la salubridad." No podemos soslayar la ponderación de estas teorías, difundidas desde la Facultad de Medicina por dos médicos de talla como P. Mallo y Rawson, en la concepción y configuración del trazado de La Plata y, en especial, las aportadas por el Dr. Eduardo Wilde que, como presidente de las Obras de Salubridad, participó en la Comisión creada para determinar el emplazamiento de la nueva capital. Es que más allá de las consideraciones sobre los aspectos formales de los trazados para un centro de población sano, estos teóricos del urbanismo decimonónico introducían una idea de ciudad de incontrastable valor cívico bajo el precepto de dirigir la urbanización de manera que coadyuve al bien estar de los habitantes..., sostenido por el principio de que 27
"...Las poblaciones regulares y ordenadas... defienden a los pobladores, de las influencias nocivas de la atmósfera...., y su configuración puede ser un mal o circunstancia agravante y perjudicial al transgredir los preceptos de la higiene pública..." (6) El Dr. Guillermo Rawson completaba la imagen de una ciudad higiénica con la importancia asignada a las plantaciones "... por la perspectiva, por la vista, ... por la sombra y la protección contra el polvo... ", y además, porque "...la plantación de árboles es cuestión de ornato, de ventilación y de aereación en las ciudades...". En este orden proponía, en 1876, p racticar en los bosques urbanos naturales o artificiales "...grandes calles para dar amplia entrada al aire y al oxígeno...", y relacionaba la extensión de una ciudad sana con la cantidad de metros cuadrados libres que cada habitante necesita, fisiológicamente hablando. Para conseguir este grandioso resultado, "... la ciencia aconseja que las ciudades nuevas... se provean de calles espaciosas, de plazas y de paseos públicos... " (7) La idea de ciudad excedía para los médicos higienistas la simple alusión a la cantidad de espacio libre por habitante, considerando por ejemplo a las plazas como lugares de convergencia de importantes geografías urbanas, los barrios que, en el trazado fundacional de la ciudad de La Plata aparecen inscriptos entre avenidas y espacios verdes, como "una ciudad dentro de otra ciudad, que se empeña "... en continuar exaltando las cualidades distintivas". De este modo, a las influencias en la concepción del trazado platense de la ciudad ideal renacentista, de las perspectivas ilimitadas y los ejes monumentales del barroco, las obras de Haussman en París o de Idelfonso Cerdá en España, se sumaron las de la tradición local con la ponderación de la inefable cuadrícula en sus cualidades para prevenir la salud pública y la higiene urbana. La influencia de las teorías sobre higiene urbana definidas por E. Wilde como el arte de conservar y recuperar la salud de los pueblos, no sólo se observa en la configuración del trazado para la nueva capital sino también en la selección, disposición y dimensiones de los elementos urbanos que lo caracterizan. (8) Una descripción del trazado, dada por el propio Benoit al elevar al Poder Ejecutivo el llamado plano primitivo, nos habla del respeto por los preceptos de la higiene pública para configurar el eje monumental, compuesto por dos bulevares que enmarcan manzanas de 120 metros por costado "...y de cada lado de estos se proyectaron otras que empezando por 60 metros de ancho por 120 metros de fondo aumentaban progresivamente de 10 metros hasta tener la forma general de 120 metros por costado... ". Las razones de tal configuración se encontraban, por un lado, en la conciente voluntad de materializar el simbólico contenedor de la edilicia pública y privada más representativa y el área comercial, y por otro, en cuestiones de salubridad urbana, que el mismo Benoit definiera al asignar "...a las manzanas centrales dimensiones que varían de 60 hasta 120 metros por dos consideraciones, la primera facilitar a los pobladores la adquisición de una manzana o de media, para establecer negocios en gran escala y construir lujosos edificios, que no sean linderos a otras propiedades particulares; y lo segundo, consultando la conveniencia higiénica de aumentar el número de calles en la parte central donde la mayor densidad de la población lo hace necesario." (9) Al valor que desde la óptica de la higiene pública y privada adquiría la configuración de cada uno de los elementos urbanos -calles y avenidas, plazas, parques, corazón de manzana e incluso la ornamentación-, se sumaba el determinado por la armónica y equilibrada asociación de varios de estos elementos en la composición del trazado, garantizando de este modo el cumplimiento de los fines que esta singular ciencia urbana pretendía a nivel de conjunto. La configuración del eje monumental, por ejemplo, pareciera exceder los aspectos puramente funcionales o estéticos combinando una serie de elementos urbanos para
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alcanzar, en el área central, las condiciones necesarias de salubridad pública. Recordemos que, se aumentaba la superficie libre de este sector con la introducción de una mayor número de canales, pero también, para consolidar la idea funcional y la imagen diferenciada del eje se apelaba a la implantación aislada de la edilicia pública y privada sobre las manzanas. De hecho, este modo de configurar los espacios edificables, acordaba con uno d e los preceptos de las teorías higienistas que el mismo autor de la traza, Pedro Benoit, sostuviera al describir el carácter de representación del eje monumental. Otro de los aspectos analizados, y que pueden ser considerados como inductores de los modos de ocupación de la manzana, es el de la implementación de los edificios públicos, acompañada por algunas reflexiones sobre su ornato y valor arquitectónico unitario. El emplazamiento de los edificios públicos "...como templos, teatros, palacios de las autoridades, museos, bibliotecas, colegios, etc. que fuera de ser sólidos, espaciosos, proporcionados á su objeto y á la población, que siempre que se pueda, deben construirse en parajes aislados, dando sobre una plaza ó plazuela, ó por lo menos, deben buscarse las calles mas anchas... ". A estos conceptos vertidos por P. Mallo, agregaba el Dr. E. Wilde que "...sus fachadas no deben ser ridículas ó caprichosas; el ornato público exige la aplicación de las reglas del buen gusto á la construcción de los frentes... los edificios públicos deben seguir una arquitectura especial...” El Dr. Wilde incorporaba, además, la idea de monumentalidad al expresar que no es conveniente ubicar los edificios `...etc. Plazas muy grandes,...porque la obra más gigantesca vista a una distancia parece aplastada y pequeña','. La singularidad de la morfología de la manzana sugerida por este tipo de implantación formaba un todo espacial con los principales espacios públicos, utilizando sólo allí el recurso del edificio objeto entre jardines, situación que, en el caso La Plata se observa, por ejemplo, en el eje de composición de la planta urbana. Los teóricos de la ciudad higiénica del siglo XIX, abordaban todos los temas de la configuración física de los centros de población, desde su extensión a la imagen, sin alejarse demasiado de la fisonomía acostumbrada de casas bajas y manzanas en periferia construida. Las prescripciones de la ciencia médica, para resolver los problemas de los fondos de lote generados por la implantación del tipo edilicio más representativo de la segunda mitad del siglo XIX, se completaban con detalladas observaciones referidas a la higiene privada, recomendando las obras de salubridad necesarias para combatir las consecuencias de sus antihigiénicos estados. Las manzanas consideradas como "núcleos urbanos" merecieron la atención desde varios puntos de vista, entre los cuales, encontramos los conceptos vertidos sobre el modo de ocuparlas -en extensión e intensidad- con la edilicia pública y privada. Una descripción de estos modos nos introducen en la imagen urbana habitual de los espacios cuadriláteros del siglo XIX: "En nuestro país, es costumbre destinar para las viviendas las partes inmediatas a las calles y relegar al fondo del terreno... las letrinas, sumideros, cuartos de baños, cocinas, lavaderos, etc... De esta disposición resulta, que el centro de las manzanas, es...un conjunto de insalubridades." Al tratar el tema de la contribución a la aereación y ventilación del todo urbano de los jardines y huertas ubicadas en esos fondos, sometían al corazón de manzana a una permanente condición de vacío. Para Pedro Benoit, las generosas dimensiones de los lotes en la planta urbana de la ciudad de La Plata "...que en la antigua medida corresponden con mucha aproximación a once varas y media de frente por sesenta y nueve y cuarta de fondo, permitirá la construcción de edificios cómodos sin alterar las costumbres del 29
país...” Si por un lado, estas observaciones tomaban en cuenta el modo tradicional de construir sobre la línea municipal de los tipos edilicios, por algunas otras razones, los teóricos de la ciudad higiénica promovían la agregación de los mismos entre medianeras, al considerar "...que no puede aislarse cada casa, porque las dimensiones de las ciudades serían inmensas y... la administración.. y la vida en las condiciones actuales de civilización, imposibles." Los teóricos de la ciudad higiénica del siglo XIX, abordaban todos los temas de la configuración física de los centros de población, desde su extensión a la imagen, sin alejarse demasiado de la fisonomía acostumbrada de casas bajas y manzanas en periferia construida. Hemos analizado en otros contextos cómo, en el caso de La Plata, el respeto por la opinión de los especialistas de la higiene pública precedió a la concepción del trazado en la fijación de las condiciones más favorables para su localización, y estuvo presente durante el proceso de diseño de la planta fundacional. También, al analizar los procedimientos inducidos por la higiene pública y privada para configurar y relacionar los elementos urbanos observamos que la planimetría y el desarrollo volumétrico inicial de los islotes, fueron campos propicios pasa aplicarlos y materializarlos.. Durante las primeras décadas de vida de la ciudad de La Plata, la ausencia de normas específicas para regular y controlar el desenlace volumétrico de los espacios edificables ha supuesto, en general, que la unidad y armonía logradas en la etapa considerada como de consolidación de la idea fundacional, fueron sólo atributos de la subdivisión practicada y el comportamiento de los tipos edilicios sobre las parcelas. Sin embargo, a estas razones fundadas en la observación de las homogéneas conductas de ocupación y explotación de tipos edilicios de escasas variantes, es justo incorporarles las derivadas de la práctica urbanística local y, muy especialmente, de las prescripciones de las teorías sobre higiene pública y privada que como hemos visto, proclamaban y defendían ciertas y determinadas pautas para configurar los nuevos núcleos poblados preservando, de este modo, su calidad ambiental urbana. Las reglas y normas prescriptas por las teorías higienistas conformaban, al momento de la génesis de La Plata, un verdadero código urbano no escrito que, por conocido, respetado y consecuente con la idea de ciudad sostenida por sus fundadores, influyó notablemente en la determinación de la imagen decimonónica de la nueva capital. Los profesionales intervinientes en su concepción posibilitaron que los preceptos sobre salubridad e higiene urbana, las más de las veces no explícitos en los instrumentos técnico legales fundacionales, fueran transferidos al diseño y posterior materialización planimétrica y volumétrica de la Ciudad de La Plata. De las pocas reglas dictadas para controlar el desenlace morfológico de los islotes urbanos, la del 24 de noviembre de 1882 representó la primera intención de asociar algunos de los elementos que lo estructuraban bajo la óptica de la ciencia urbana de las últimas décadas del siglo XIX. Por ésta, y para consolidar la traza urbana, se instruía a los propietarios para que solicitaran la delineación del frente del lote, operación que, determinando el límite entre el dominio privado y la vía pública, evitaba que los edificios o cercas se construyeran en el espacio de las calles, unidades higiénicas de la ciudad. Al pedir la delineación debían expresar, además, la altura del edificio, cuidando y controlando que los edificios armonizaran "los unos con los otros" y, que los pisos tuvieran "la misma altura en cada cuadra" y, las cornisas "un mismo nivel". La ley del 23 de agosto de 1882, por su parte, inducía la aproximación entre medianeras y sobre línea municipal, sostenida por el tipo de relación frente-fondo establecida y los términos del decreto del 5 de setiembre 1882, que promovía "...se edifique el frente a la
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calle con una pieza cada diez metros... ". Es válido considerar que estos preceptos indicaban un p roceso de configuración del plano de fachadas atendiendo a los hechos preexistentes y la posibilidad de conformar, por sumatoria de fondos, corazones de manzanas no construidos. Podríamos decir, entonces, que en la etapa fundacional, se estableció un diálogo ajustado entre morfología y tipologías edilicias, dirigido por normas que, explicaban sólo algunos de los parámetros para lograrlo, no siendo necesario explicar demasiado cuando la idea de una ciudad higiénica dominaba el quehacer urbano. Los fundamentos teóricos y los procedimientos aconsejados por las ciencias médicas para configurar los nuevos centros poblados, y prevenir, a través del diseño urbano, las consecuencias sobre la salud física y mental provocada por la superpoblación, la falta de espacios libres, de asoleamiento y ventilación, del crecimiento incontrolado, subyacen como referentes en muchos de los aspectos considerados para elaborar la traza fundacional de La Plata y en los escasos instrumentos técnicos legales para materializarla. Desde el parcelamiento de dimensiones generosas, la inducción de los modos de ocupación de la edilicia pública y privada, la altura uniforme de fachadas como armónica combinación de partes, hasta la configuración del trazado concebido como un conjunto equilibrado de valores cívicos y ambientales, calles, plazas, parques, bosques, actividades urbanas diferencias, mercados, hospitales, edificios singulares, etc., fueron productos de un ideal urbano común a ideólogos, teóricos, profesionales, técnicos y constructores de la nueva capital. La imagen urbana resultante reuniría, entonces todos los atributos de una moderna ciudad decimonónica: clara y legible, homogénea y armónica, ordenada y perfecta, abierta y sana, como síntesis de un acabado proceso de reelaboración de las teorías urbanísticas locales e internacionales y de la aplicación de sus principios y procedimientos, en la configuración física y ambiental de la nueva capital para la provincia de Buenos Aires. NOTAS 1) FERNANDES LEYS, Alberto: "Dardo Rocha y la fundación de la Plata" En: Revista de Educación. Año IV. N° 11 -12. Nueva Serie. Nov/Díc. 1959. 2) PEREZ AMUCHASTEGUI, A.J.: Mentalidades Argentinas. 1860-1930. Editorial EUDEBA. Buenos Aires, 1977, 3) SECO VILLALBA, José: Símil y disímil entre la fundación de la ciudad indiana y la fundación de La Plata. Instituto de Historia Notarial Argentina. Universidad Notarial Argentina. La Plata, 1973. 4) PICONE, José; "Juan Bautista Alberdi fue quien lanzó la idea de fundar una nueva ciudad para capital de la provincia de Buenos Aires". En: Revista de Educación. Año VI. N° 3-4. Nueva Serie. 5) MOROSI, Julio A. Y Cristina E. VITALONE: "La Plata: Su Raíz Indiana." Comisión de Investigaciones Científicas de la Pcia. De Bs.As. Serie Difusión. Año 2. N° 3. La Plata, Julio de 1990. 6) MALLO, Pedro: "Lecciones de Higiene Pública." Imprenta La Tribuna Buenos Aires, 1878-1879. 7) RAWSON, Guillermo: "Conferencias sobre Higiene Públíca." Donnamette y Hattu. París, 1876. 8) WILDE, Eduardo: Curso de Higiene Pública. C. Casevalle. Buenos Aires.l885. 9) CATEDRA DE PLANEAMIENTO FÍSICO II: "La Plata como ciudad nueva, historia, forma y estructura". Documento de avance N° I: Macromorfología Urbana Platense. Facultad de Arquitectura y
Urbanismo. Universidad Nacional de La Plata. Ramos Americana. Editora. La Plata.
* Arquitecta. Docente en la Universidad Nacional de La Plata. Investigadora. Nueva colaboradora de la Revista.
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MITOS, LEYENDAS Y TRADICIONES. EN LA TOPONIMIA BONAERENSE Guillermo Eduardo Pilía * La toponimia, o sea el estudio de los nombre geográficos; revela casi siempre la identidad de un pueblo. La veneración a los santos, el culto a los héroes, las creencias, las tradiciones, las leyendas, son parte tan importante de la nomenclatura toponímica como aquellos nombres que se refieren simplemente a las características de una laguna, la forma de un cerro o la salinidad de un río. A raíz de dos estudios que realizamos en el Archivo Histórico de la provincia "Dr. Ricardo Levene", hemos tenido oportunidad de anotar gran cantidad de datos curiosos sobre el origen de algunos topónimos bonaerenses. El presente artículo pretende difundir algunos a un público más amplio que el de los especialistas. Y también quizás incentivar a historiadores y lingüistas a este tipo de investigaciones, donde pese a la tinta corrida, nunca llegamos a conclusiones definitivas. El origen de muchos nombres fue explicado durante años a partir de tradiciones orales. Tal es el caso del arroyo Pergamino, bautizado así, según esas fuentes, por haberse encontrado en sus orillas unos viejos libros forrados en pergamino. Libros tan misteriosos como el potro bragado que apareció junto a una laguna y que, antes de perder la libertad, prefirió ahogarse en ella dándole su nombre: Laguna de Bragado. Estas tradiciones se repitieron con tanta insistencia que parecieron convertirse en afirmaciones históricas. Los estudios documentales (imprescindibles para cualquier estudio toponomástico que pretenda ser científico) las refutaron. Sin embargo, hay en esas tradiciones una alta dosis de poesía que la verdad histórica no puede eliminar. Quizás algunos nombres, como Pergamino o Bragado, hayan enriquecido de esa forma nuestra literatura oral. Tal vez la toponimia haya alimentado nuestro folklore, tal vez éste haya generado nombres que la documentación histórica aún no ha podido explicar. Pero si las tradiciones son un factor importante, también las leyendas han aportado elementos de gran curiosidad. De varias que hemos analizado queremos referirnos a una de valor universal: la leyenda de los gigantes. Cuando los europeos llegaron a América, venían cargados de un rico bagaje legendario. Entre las historias fabulosas que traían estaba la de los gigantes. Incluso en los siglos posteriores al descubrimiento algunos sacerdotes con inquietudes científicas llegaron a confundir restos fósiles de mamíferos con despojos de esa supuesta raza. Las "novelas de caballería" que perturbaran al personaje de Cervantes, adobaban esta creencia, y eran lectura frecuente de algunos navegantes. De allí que cuando Magallanes se encontró por primera vez con un tehuelche, la alta talla del aborigen y sus pinturas faciales hicieron que lo llamara Patagón, nombre de un gigante de la novela Primaleón. Patagones fueron entonces estos habitantes australes, y Patagonia su territorio. En la provincia de Buenos Aires la leyenda quedó cautiva en el nombre de un partido y su cabecera: Patagones y Carmen de Patagones. La literatura medieval y renacentista habría de jugar un papel muy importante en la formación de la toponimia americana. En territorio bonaerense se da también el caso de Samborombón, nombre de un río y una bahía. Si bien aquí el origen es discutido, se cree que el topónimo es alteración de San Borombón, personaje legendario al que acudían los marinos en apuros y que se decía vivía en una isla baja y llena de vegetación. La posible similitud del paraje con la isla legendaria habría inducido a algún marino a disponer del
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nombre. Muchos santos, canónicos o apócrifos, invocados en momentos de necesidad, enriquecieron siempre la toponimia, y la de nuestra provincia no es excepción. En la expedición realizada por el padre Cardiel en 1748, hubo momentos dramáticos al atravesar el "País del Tuyú" por la falta de agua; cuando ya estaban a punto de desfallecer, dieron con el arroyo de las Víboras y pudieron restablecerse. En recuerdo de las penurias pasadas, el misionero dio el nombre de San Clemente a la región del Tuyú. Una historia que seguramente desconocen la mayoría de quienes descansan en los meses estivales en el balneario de San Clemente del Tuyú. También unos blandengues que en 1823 explotaban las adyacencias del río Salado sufrieron de sed, hasta que dieron con una laguna cuya agua le hizo recordar a uno de ellos, la de la pila bautismal; a partir de entonces; el espejo se llamó laguna de Pila, y se extendía más tarde a un partido y a su pueblo cabecera. En este caso, a diferencia del anterior, no hay documentos que avalen la versión. Pero un topónimo tan curioso debe haber exigido desde tiempos antiguos una explicación, aunque ésta fuera sólo legendaria. Quería citar, finalmente, tres mitos aborígenes que han perdurado en la toponimia bonaerense. El primero es de origen patagónico, y fue estudiado con mayor autoridad por el doctor Casamiquela. Se trata del mito del Gualicho (nombre que toma un paraje del partido de San Pedro). El Gualicho era el espíritu maligno, al que se le atribuían todas las desgracias y al que había que exorcizar. El general Mansilla lo describe- con insuperable prosa: "Gualicho ocasiona los malones desgraciados, las invasiones de cristianos, las enfermedades y la muerte (...) Esta es la laguna cuyas aguas son malsanas; en la fruta y en la hierba venenosa; en la punta de la lanza que mata; en las tinieblas de la noche pavorosa (...) Se mete en todo: en el vientre y da dolores de barriga; en la cabeza y la hace doler; en la lengua y la hace enmudecer...” Los otros dos mitos son de origen guaraní. Existe en las islas de Zárate un arroyo tributario del de Los Ciervos: el Curupí. Si bien Curupí hace referencia también a una especie vegetal ("Sapium Haemastospermun"), es asimismo un personaje mítico de los guaraníes: de cara overa, fortacho y petizo, anda por el monte a la hora de la siesta y posee un desarrollo exagerado de su órgano viril, con el que enlaza a sus víctimas; éstas, como no podía ser de otra forma, son las mujeres que van al monte a cortar leña a la hora de la siesta, y que con sólo ver al Curupí se vuelven locas; pero si consiguen cortándole el órgano generatriz se vuelve inofensivo y se salva la muchacha enlazada. Del mismo origen guaraní es el mito del Yaguarón, que ha dado nombre a un arroyo del partido de San Nicolás. Se trata de un ' fantasma del agua ", que socava las barrancas para hacer caer a los animales que se acercan a la orilla, a los que destripa instantáneamente. En la época colonial, este monstruo no d ebía ser tan legendario, ya que muchos clérigos de esos tiempos lo incluyeron entre sus descripciones zoológicas (Guevara, Sánchez Labrador, Falkner), pero ya Azara negaba su existencia. Esto no impidió que pasara a la onomástica, ni que Rafael Obligado poetizara con ciertas pinceladas eróticas la leyenda. El estudio de la toponimia de nuestra provincia nos ha deparado éstas y otras curiosidades que hoy no vamos a reseñar. Si algo nos propusimos demostrar al escribir estas líneas, es que no es necesario buscar tradiciones, mitos y leyendas en tierras extrañas, porque el territorio en el que hemos, nacido también las tiene, y muchas veces aguardan a quien las investigue. Estamos seguros que en cada municipio bonaerense existe un arroyo, una laguna o un p araje cuyos nombres evocan supersticiones populares, sucesos indocumentados, historias de amor o heroísmo, intervenciones de santos o gauchos milagreros. Si la lectura de este artículo incentiva a investigarlos, nosotros nos
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consideraríamos muy satisfechos. * Profesor en Letras de la Universidad Nacional de La Plata. Investigador del Archivo Histórico de la Provincia "Dr. Ricardo Levene".
HISTORIA Y LITERATURA EL PUEBLO María Esther de Miguel El pueblo es gris y triste. Si estoy ausente pienso que la ausencia parece que lo acercara a mí. Pablo Neruda. El pueblo es pequeño y chato. En verano casi se pierde entre el polvo blancuzco de sus calles y la desorbitada exuberancia de arboledas y yuyales. En invierno, en cambio, queda aislado por el barro y las lluvias. Pero en cualquier época del año es gris y monótono. De por sí es poca cosa. No tiene ni fábricas, ni edificios altos, ni calles importantes. Está como separado del restó del mundo: una isla en medio de los campos y las cuchillas. "Un pueblo de mala muerte", dicen 1os forasteros, en el que no se sabe qué hacer. Creció donde está por una equivocación de los ingleses que en aquella época -la de su origen- tendían las vías del ferrocarril General Urquiza. En realidad, el pueblo había nacido más arriba, casi a orillas del río Gualeguay, frente a un legendario cementerio querandí y en medio de un monte de talas que los italianos, no bien llegaron, comenzaron a desmontar. Apenas abierto un claro, sobre la tierra que ni estaba bien alisada todavía, construyeron una capilla, porque como buenos italianos "La Madonna prima di tutto "; en seguida, enfrente, un boliche en el que de entrada nomás aprendieron a jugar a las tabas y a la pelota; después alinearon las casillas que cobijarían las familias de los primos y de los primos de los primos, porque habían venido todos juntos, en bandada, de la Alta Italia; para ser más precisos del Véneto. . Con la equivocación, los ingleses ganaron ocho leguas de vías y ahorraron miles de pesos -de aquella época- en jornales. Los italianos quisieron protestar, o hacerlos entrar en razón. Pero, en este punto, los ingleses demostraron su carácter: no transaron. Desde entonces hasta hoy, en el pueblo quedó la expresión "equivocarse como un inglés ", o "éste se las da de inglés" - con el tiempo, la expresión ha tomado variantes, pero siempre sirve para designar lo mismo: un avivado-; y aunque lo usan todos, sólo los muy viejos - y ya van quedando pocos-, recuerdan por qué se dice. Plantada la estación del ferrocarril ocho leguas más abajo, a los italianos no les quedó otro camino que volver a trasladar sus cacharros y alinearlos entonces en torno a esa pequeña casilla de zinc y de madera que había sido poderosa como para movilizarlos por segunda vez. Y allá, en el rincón que desde entonces se llamó Talitas, quedó la capilla, ampulosa e inservible y el almacén con su cancha de pelota llena de yuyos y sus estantes vacíos, consumiendo su doble elegante inutilidad en los lentos días de una decadencia que ya cuenta cerca de cien años. Pero ambos, de algún modo, testifican aquel primer impulso colonizador, decidido y romántico, que quiso levantar un pueblo frente a un río criollo y un cementerio indio. Cerca de la estación, entonces sí -por la voluntad de los ingleses que la construyeron y se mandaron mudar, y no de los italianos que se quedaron trabajando, ni de los criollos (los Bravo, los Guzmán, los López), que con ojos mansos veían cómo hectárea a hectárea se 34
iban de sus manos las tierras que en alguna repartija les había dado el general Urquiza o cualquier legendario caudillejo a sus abuelos- cerca de la estación, como apoyándose en ella, punta de lanza civilizadora en medio del desierto entrerriano, como años antes lo había sido el fortín en las avanzadas contra los indios, se levantó el pueblo. Improvisado, elemental, austero en su sencillez, como hecho por hombres que no podían detenerse a construir paredes porque la tierra los esperaba afuera, a campo abierto, para ser rasgada en surcos. Con el tiempo, es claro, por fuerza y gravitación de las simples necesidades, el pueblo fue creciendo. Mejor dicho, fue completándose. Un día nació la escuela que, eso sí, en lugar de una "maestra normal nacional ", como rezan los diplomas usuales, tenía una voluntariosa "señorita tercer grado aprobado ", y en lugar de bancos disponía de disciplinadas cabezas de vaca, tiesas en su blancura póstuma. Después vino la capilla, que ya no fue ni tan ampulosa ni con las sentimentales reminiscencias románicas que los italianos le habían concedido a la primera, aquélla de Talitas. Ta1 vez, como pensaba el cura -que nunca se consoló de esto-, porque en la lucha diaria se había ya enfriado aquel primer impulso religioso. Quizás por razones menos metafísicas: porque todos pensaron lo que sólo Giusseppe Mangiántti se animó a insinuar: "para qué hacerla más grande si a 1o mejor vienen los ingleses ... ¡Madonna mía!" Los ingleses no vinieron. Pero no se equivocó del todo don Giusseppe; cuarenta años después llegó un político argentino y la carretera asfaltada la hizo construir justito bordeando el pueblo, justito por delante de su estancia. Y el pueblo quedó allí, como varado en su ingenua y elemental sencillez primitiva (porque no era el caso de volver a mudarse: esto a nadie se le ocurrió; ya tenían demasiadas cosas). Después fue el cementerio. Y también aquí hubo una equivocación, porque el día en que lo inauguraban, se dieron cuenta que no tenían ningún muerto-local. Algunos dicen que entonces pidieron prestado uno a Gualeguay, y que después lo devolvieron puntualmente, cuando pudieron suplirlo por uno "auténtico", por un cadáver nativo, se entiende. (Pero esta es una versión en la que ya muy pocos creen). Después, año va y año viene, con mayores o menores equivocaciones, nacieron las demás cosas: la botica, en las generosas manos de quien hacía de farmacéutico, médico y partero del pueblo y no era ni farmacéutico, ni médico, ni partero (había llegado para poner una tienda y en el camino, por presión de las circunstancias lugareñas, cambió su vocación); el prostíbulo, grande y blanco, al que se llamaba la casagrande para despistar, allá, cerca del ombú que marcaba el confín del pueblo, y que, según los hombres estaba demasiado lejos y según las mujeres excesivamente cerca, "qué barbaridad ante las mismas narices de los chicos, inocentes de Dios" como decía Eleuteria Reynoso, la campana moralizadora del pueblo. Después vino la luz eléctrica. La puso un español que pasó un día camino a Basavilbaso, donde estaban instalando la usina. En el boliche en el que se detuvo a echar unos párrafos con la gente del lugar, lo convencieron de venirse a ese pueblo "que va a crecer Dios sabe hasta cuando, porque la zona es rica y ya hay chacareros con plata y las colonias adelantan que es un gusto... " Y un poco porque lo convencieron, y otro poco porque era época de cosecha y las angostas calles estaban atiborradas de carros rusos y de bolsas y de tractores, y todo eso era signo evidente de una creciente prosperidad, él dijo "bueno ", y volvió, y al poco tiempo, desde un precario galpón, comenzó a oírse el chuc-chuc-chuc de un Diesel y de un Otto que desde el atardecer hasta la media noche colgaban indecisas luces por casa y calles. Cuarenta años después, el pobre, ante el pueblo que seguía tal cual, estancado a más no poder, decía: "Pensar que me aseguraron que adelantaría... " Ésta -la usina- fue otra de las cosas nacidas por una equivocación. Aunque tal vez se trate
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aquí de un error personal (pero que en definitiva poco importa, porque el pueblo, en realidad, ha crecido por cosas así). Probablemente, la equivocación más grande fue la que se originó con el nombre mismo del pueblo. En verdad, tenía que haber llevado alguno emotivo, digamos, que señalara algo propio del lugar: Llanura salvaje, o Tierra fértil, o Las moscas bravas, si se quiere. O si no, el de cualquier pionero: Giusseppe Mangiantti, que fue de los que iniciaron la colonización; o José Sveveliza, el decano de los bolicheros, un judío valiente como un general -de los de antes- en esa época en la que había que ser heroico para animarse a regentear tal tipo de negocios (basta, como dato ilustrativo, señalar que una dura reja de hierro separaba el mostrador del lugar de los parroquianos). O mejor, tal vez, el de alguno de los primeros dueños de esas tierras, cuando las posesiones se marcaban sobre un mapa, de río a río y de cuchilla a cuchilla, y se recibían por un gesto heroico o un golpe de suerte: Segundo Santos (que perdió sus tierras en un duelo criollo, a cuchillo limpio y bajo las estrellas); o Nicasio Pedreira, (que las ganó en una partida de taba); o Nemesia Iglesias, que tenía 121 años cuando murió, y se pasó los últimos años halando sólo de Urquiza, a quien, según dicen, conocía más que de nombre o de verlo nomás: "no en balde el general dejó más de cien críos desparramados ", como decía don Eleuterio Guzmán, que también podía haber sido digno patrón del lugar, porque fue el primero de la población que se dedicó a hacer pozos de agua potable -y los otros-. en aquella época en que también esa era tarea de héroes porque había que trabajar de sol a sol punteando con una precaria pala la tierra dura y salvaje, hasta que el hombre decía "basta" de puro vencido o la tierra decía "bueno" y aflojaba su agua. Pero no pasó nada de eso. Otra vez, razones ajenas a los hombres del pueblo gravitaron en él, y al pueblo le fue puesto un nombre cualquiera, mejor dicho, el que eligió el delegado de Paraná cuando vino para inaugurar la estación; y se acordó de un amigo, recién muerto, que entre otras cosas había sido masón, anglófilo y rector del Colegio Nacional de Concepción del Uruguay. De puro asombrados, los lugareños ni pudieron protestar por ese nombre desconocido que les endosaron de golpe. Y de puro ladinos se quedaron con el nombre -qué le iban a hacer pero lo vaciaron de toda significación; a los diez años ya nadie sabía a qué se refería: si a un prócer de la independencia, a una batalla o a determinada raza de indios extinguida. Tanto fue así que, cuando cuarenta años después la junta vecinal decidió que ya era tiempo que el pueblo tuviera su plaza, como se estila en todas las ciudades, y en ella algo que recordaba al héroe o la gesta cuyo nombre llevaba, nadie ni los más viejos, ni los más instruidos, supieron decir si correspondía poner la estatua ecuestre de un general, el busto de un ceñudo pensador, o un frontal con espadas y soldados batallando y la bandera llevada bien alto. Zanjaron la cuestión del modo más simple: lo pusieron al General San Martín, porque a él todos lo conocían y además, como dijo don Zenobio Bravo, entre copa y copa, "Aunque general fue bueno". O como agregó el maestro -único demócrata progresista del pueblo, y que además leía a Ingenieros-: "La verdad, a mí los generales en el bronce no me molestan para nada". La última e equivocación -y esto ya es historia contemporánea-, fue la del radar. Nadie supo de quién fue la iniciativa que -vale decir, la equivocación-, pero un buen día llegaron ingenieros y oficiales de gendarmería, y soldados a granel y extendieron planos y dijeron cifras (los habitantes del pueblo se quedaron extenuados de asombro: eran cifras millonarias); y allí, en ese rincón casi perdido entre los montes de talas y espinillos donde no había ni fronteras que defender, ni destacamentos militares que resguardar, ni ríos importantes para custodiar; en ese lugar donde el ganado engordaba de puro tranquilo y los hombres se aburrían por falta de novedades se levantó una imponente construcción: usinas, casas para el personal, dependencias para los oficiales; y en lo alto, la mole de una torre como una enorme mano señalando el cielo.
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Los lugareños, claro está, vivieron esos meses pendientes de la cosa. Para referirse a la construcción decían "el edificio" (la diferenciaban así, jerárquicamente, de las demás, que eran simplemente casas o ranchos). Se sintieron de golpe importantes, y para ponerse a tono, hasta el dueño del biógrafo trajo la película “ Hiroshima mon amour”, que nadie entendió porque estaba muy cortada y además era difícil; pero todos quedaron conformes igual, porque sabían que Hiroshima tenía que ver con la bomba atómica, y la bomba atómica con el radar y el radar con el "edificio" que ya era patrimonio del pueblo. Alguien, más lúcido, claro, se acordó de la historia de la estación, puesta donde no hacía falta. Pero ya -señal de que el tiempo había pasado- no se preguntaron "¿serán los ingleses?" sino que insinuaron: "¿serán los yankis?" La verdad es que nadie lo supo; pero, probablemente, fue cosas de argentinos nomás, porque los argentinos tenemos eso de bueno: cuando nos equivocamos, lo reconocemos y basta (por ejemplo: ¿en las elecciones el pueblo erró al votar. Paciencia. Se hace una revolución, se saca del medio al que subió por un mal cálculo de todos, y listo). Pues bien; como habían venido, los ingenieros, los gendarmes y los soldaditos se fueron un día. Los millones -en parte- quedaron allí, en las construcciones abandonadas, en la torre del radar que el último ciclón ya comenzó a desarmar. A veces, algún viejo nostálgico lo mira y dice: "Pensar que se podría poner una fábrica... " Otras, el gallego García, que hace años anda ambulando inútilmente detrás de un crédito para poner una cremería: "Esto sí que vendría bien..., caracoles... " En ocasiones es el cura, que al pasar con su moto (la que le regaló el pueblo), de vuelta de alguna de sus innumerables y alejadas capillas, murmura: "Aquí sí que andaría la escuela parroquial... " Y hasta las autoridades del Club Sportivo local -anticipándose a la iniciativa del otro, el Central-, un día dijeron en p reunión directiva y quedó atestiguado en actas: "Solicitar el edificio del radar para sede del Club. Así, en cierto modo, las hieráticas e inservibles instalaciones del radar, se han convertido en el sueño de todos los hombres de empresa del pueblo. Pero ¿a quién dirigirse? ¿A quién preguntar? Nunca, a nadie, se le ocurrió averiguar algo mientras fue posible. Así, una equivocación más ha trabado el proceso del pueblo... Como lo ha trabado, aunque parezca mentira, la construcción de la carretera asfaltada: comenzada hace veinte años, está tal cual. Mejor dicho, peor que en las primeras épocas, porque la parte construida hace ya tanto tiempo está inservible, y los tramos nuevos, sin concluir, imposibles de transitar. Por otra parte, el viejo camino consorcio, abandonado, es un desastre. ¿Entonces? Entonces, la gente hace lo único que resulta lógico: los del pueblo, tratan de no arriesgarse fuera de los inciertos límites de las casas; los del otro lado, de no llegar hasta él... Así, el pueblo sigue igual, pequeño y chato, en verano casi perdido entre el polvo blancuzco de sus calles y la desorbitada exuberancia de arboledas y yuyales; en invierno aislado por el barro y las lluvias; en cualquier época del año gris y monótono, abandonado como cosa que no vale gran cosa... Sin embargo, todos los años, cuando bajo la cuchilla que me acerca al pueblo, mientras veo aparecer las aspas de los molinos que cada día van siendo menos, y las torres de los televisores, que cada año aumentan, yo siento que algo así como una emoción me va trepando por el pechó. Porque yo sé que en esas casas que veo aparecer bajo el duro sol del mediodía o la luz dorada del crepúsculo, hay hombres... Hombrecitos que ríen y lloran, que sufren y esperan... Como yo.
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DEFINICIÓN DE PERGAMINO Oh la ciudad crecida entre maizales fresca aún las huellas de la indiada, fuiste albergue fugaz, dulce posada, del áspero desierto en los umbrales. Ciudad sin fundación, hija de iguales diste a la sed de tu arroyo, fresca aguada, diste tu corazón sin pedir nada palpitando en las luchas nacionales. Sobre tu suelo, principal riqueza, tus torres, junto al histórico camino son el fruto del trabajo en su pureza. Fruto de gringo y gaucho es tu destino ciudad de paso, llena de belleza, puerto de tierra y luz es Pergamino. ALEJANDRO GONZÁLEZ GATTONE TANDIL Recta en calles y sesga en diagonales, Tandil está a mis pies en una hondura. Cuadriculada por la agricultura, es un juego de luces y cristales. Entre árboles erguidos y peñascales - nido de don Martín y su escultura veo caer al valle la negrura en superpuestos velos funerales. Si eres hermosa, oh Tandil, de día, aumenta con la noche tu hermosura, mujer más bella cuanto más sombría. Impenetrable, densa masa obscura, golfo de lobreguez, negra bahía.. Y la estelar cantera que fulgura. BALDOMERO FERNÁNDEZ MORENO SAN PEDRO San Pedro es un campo de rosas. También un vendedor de pasta sábalo y lombrices. Es un casco de estancia
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blanco como la inocencia o un islero sin casa y sin nada. Allí están los eslabones perdidos de Obligado y en una curva del camino el naranjal oscura fronda de oro. A su frente las lechiguanas el país de las nutrias y los peces secretos. (Detrás de las islas se puede espiar el comienzo del cielo). Allí en lo alto de la barranca está San Pedro pueblo de criollos presencia colonial mirando sin descanso al Paraná que pasa. OSCAR MÉNDEZ GÉNESIS II Desde entonces Navarro fue casa de horizontes, soles rojos muriendo más allá del fingido celeste, de la parda quietud de la laguna; límpida transparencia del otoño, imperturbable espejo de mañanas, sustentando en el aire el sol que se mecía en los juncales, ebrios, de ser tan sólo para mirar el cielo, Navarro fue un conjunto de silencios, con un vuelo de garzas y palomas, rumoreando los hombros de la tarde; fue un tala con sus soles diminutos, madurando la siesta del verano... Una flecha de tierra señalando la vida, NAHUEL SANTANA
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Un paisaje urbano hecho de agua mansa, plaza, fachadas, trenes... Se entrecruzan los aires de la mañana En una plaza desierta de pueblo temprano; deseos de buenos días quedan en las veredas anchas, barridas de antiguas casonas. Magia: la estación de trenes vacía. Todo se sucede y nada acontece a los ojos. Son iguales tal vez una y otra vez las cosas de todos los días.. SUSANA TERRAZAS DE RIBALTA (Fragmento de un poema. Poeta olavarriense)
FICHAS DIÁCTICAS PARTIDOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES JUNÍN 1- UBICACIÓN GEOGRÁFICA: El partido de Junín está al N.O. de la provincia de Buenos Aires. Tiene una extensión de 2.263,33 km² y está situado a una altura de 72 a 75 mts. sobre el nivel del mar. Limita al Norte con General Arenales; al Sur con General Viamonte y Bragado; al Este con Rojas y Chacabuco; al Oeste con Lincoln y Leandro Alem. Dista 261 km. de la ciudad de Buenos Aires. 2- ESCUDO Fue creado en 1963 sobre idea del Sr. Juan Penacca. La "J" inicial del nombre de Junín representa, en la curva de su base, al arado que abre surcos de civilización. El campo celeste, el surco medio blanco. El arado sigue su marcha sin desprenderse de la historia, ya que lleva consigo los atributos del empuje -kepis, sable, clarín y lanzas- que generaron al actual impulso del partido. 3- ORÍGENES A- Antecedentes y Fundación En 1826, durante la presidencia de Rivadavia, se dispuso la creación de una nueva línea de fronteras con los indios, establecía que uno de los fuertes principales se erigiera en la zona de la laguna del Potroso. Dicha zona no era apta para tal emplazamiento, eligiéndose un nuevo lugar "Cerrito Colorado", cercano al Potroso. Así, el 27 de diciembre de 1827, el Teniente Coronel Bernardino Escribano fundaba el Fuerte de la Federación, a unos pocos kilómetros del Cerrito Colorado. La precariedad de medios, la hostilidad del desierto y del indio, así como las circunstancias políticas, hicieron que el fuerte pasara por graves momentos, recién en 1832 se inició la
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construcción del templo católico y de la escuela. Hacia 1855 se inicia la nueva etapa para el Fuerte Junín, con el trazado definitivo del pueblo, la incorporación del alumbrado a kerosene, las disposiciones reglamentarias de numerosos aspectos de la vida cotidiana. En 1865 el Fuerte es declarado Pueblo y en 1906 se lo declara ciudad de Junín. B- Nombre En la región se había asentado desde 1827 el Fuerte de la Federación, que en 1829 cambió su nombre. En ese año la división al mando de Isidoro Suárez, que tuvo participación en la batalla de Junín en la campaña libertadora del Perú en 1824, obtuvo un importante triunfo sobre el caudillo federal Molina. A iniciativa del Almirante Brown y del General Paz se propone el cambio del nombre de la región por el de Junín, para perpetuar el acontecimiento de la batalla misma. Aunque se restituyó al antiguo nombre de Fuerte de la Federación, la denominación Junín comenzó a usarse luego de la caída de Rosas, en fecha no precisada. Los cambios de nombres obedecieron a las alternativas políticas registradas entre las tendencias unitaria y federal. C- Poblamiento En diciembre de 1827 los habitantes del Fuerte ascendían a 203; en marzo de 1828 sumaban 356. Como se mencionó ya, en 1832 comenzaron el trazado del pueblo y la construcción del templo y la escuela, sin que en las dos décadas posteriores se registraran progresos de importancia. Tras Caseros el agravamiento de los malones volvió a despoblar la región. En la década de 1860 nace una nueva época para el Fuerte de Junín, con el trazado definitivo del pueblo, el establecimiento del alumbrado público, servicio de mensajerías, la construcción del nuevo cementerio, etc. Entre 1860 y 1930 ingresan al partido, como agricultores, ganaderos o habitantes de la ciudad, un nu trido contingente de inmigrantes compuesto en su mayoría por italianos, españoles, franceses, ingleses, suizos, irlandeses y sirio libaneses. Censos de este siglo atribuyen al partido de Junín 20.312 h abitantes (1910); 66.481 (1960); 69.731 (1970); 75.339 (1980); 83.515 habitantes en 1991, correspondiendo 70.138 a la ciudad cabecera del partido. 4- FACTORES ECONÓMICOS DE DESARROLLO El emplazamiento geográfico del Partido, y otras características locales (concentración de la población en la ciudad cabecera convergen a activar la participación del sector terciario. Le sucede en orden de importancia el sector primario, cuya importancia radica en la explotación y posesión de los insumos de numerosas industrias locales y regionales. En este sector primario se destaca la agricultura, a cuyas actividades se destina el 87% de la superficie del partido. La agricultura se ve favorecida por las condiciones climáticas de la región, que permiten sobre todo los cultivos de cereales y oleaginosas. Las mayores áreas se destinan a maíz, trigo, soja y girasol. Existen también establecimientos de explotación forestal y hortofrutícolas. La ganadería comprende la cría de vacunos, ovinos y porcinos y revisten importancia las actividades avícolas y apícolas. El sector secundario ha experimentado importantes crecimientos. Se ubican en este sector industrias medianas y otras metalúrgicas (reparación de material ferroviario, fabricación de acumuladores, fundición, etc.) Le sucede la rama de alimentación, sobresaliendo la elaboración de productos lácteos, existen también molinos harineros.
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Completan el sector las manufacturas de plástico, madera, textiles, etc. Es de destacar el establecimiento de un parque industrial de 105 has. 5- LUGARES Y ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS - Cerrito Colorado. Situado al S.O. de la ciudad en el médano del mismo nombre. Desechada la zona de la laguna del Potroso, se eligió Cerrito Colorado para instalar el Fuerte de la Federación, en 1827. Su nombre deriva del color de sus tierras, de gran utilidad en la preparación de moldes de fundición y desaparecido por la extracción de estas arenas. - Laguna del Carpincho. Se menciona por primera vez en 1 777 en un informe al Virrey Ceballos, de Manuel Pinazzo, en un proyecto para creación de Fuertes y Fortines. La zona pasó a conocerse como Valle del Carpincho. En 1823 fue utilizado como defensa natural, al igual que las lagunas de mar Chiquita y Gómez, todas unidas por el Salado. - Laguna del Potroso. Hoy desaparecida, se encontraba en las proximidades del actual cruce de la ruta provincial 65 con el ramal ferroviario Chacabuco Germania. Hoy estancia "El Sollado", de la firma Copello Hnos. Fue el lugar originario para el asentamiento del Fuerte, que luego se construyó en el Cerrito Colorado. En su extremo sudeste estuvo el Fortín Maza. - Plaza 25 de Mayo. Fue el mojón que sirvió de guía para la construcción del Fuerte trasladado del Cerrito Colorado. Es la Plaza principal de la ciudad, corresponde a la plaza dei primitivo fuerte, de la cual no quedan elementos, salvo su situación y disposición.. Como acontecimientos históricos importantes podemos señalar que siendo Junín un fuerte de la frontera bonaerense cuenta con numerosos enfrentamientos entre tropas del ejército y pueblos indígenas. 6- LOCALIDADES IMPORTANTES Agustina. Dista 22 km. de Junín, lleva el nombre de la Estación Agustina del Ferrocarril Gral. San Martín. Agustín Roca. El origen del nombre se debe a que los terrenos eran propiedad del Sr. Roca. Si bien el nombre de la población es Marcos Paz, se la denomina comúnmente con el nombre de la estación ferroviaria que es Agustín Roca. Fortín Tiburcio. Está ubicada a 41 km. De Junín. Lleva el mismo nombre que la estación ferroviaria y recuerda a un Fortín que se levantaba en esos parajes. La Agraria. Está ubicada a 15 km. de Junín. Es el único pueblo del partido que no tuvo como origen una estación del ferrocarril. Laplacette. Ubicada a 20 km. de la ciudad cabecera por la ruta 188. Las Parvas. Está ubicada a 18 km. de Junín. Lleva el nombre de la estación. Morse. Se encuentra a 27 km. De Junín. Debe su nombre al recuerdo del físico norteamericano (1791-1872) inventor del telégrafo eléctrico, Samuel Morse. Saforcada. Debe su nombre a don Francisco Saforcada, que en 1887 formó una gran colonia agrícola. Está ubicada a 11 km. de Junín. Esta ficha fue realizada con material aportado por alumnos del Profesorado de Historia y Educación Cívica de la Escuela Normal Superior de Junín, y la Biblioteca Popular Municipal "Bernardino Rivadavia" de Junín.
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FICHAS DIÁCTICAS PARTIDOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES SALLIQUELÓ 1. UBICACIÓN 6EOGRÁFICA Salliqueló, está ubicada en la provincia de Buenos Aires, distrito del mismo nombre y en un ángulo S.O. a 210 m. Sobre el nivel del mar y a los 36. 51. 48. de L.S.; 52. 58. 09. d e L.O. Limita con TRES LOMAS al N.E., PELLEGRINI al N.O., GUAMINI al S.E., ADOLFO ALSINA (Carhué) al S.O. Su superficie territorial es de 80.000 hectáreas y además de su ciudad cuenta con la localidad de Quenumá a 35 kilómetros y el paraje de Graciarena a 50 kilómetros de la cabecera distrital. Limita con la provincia de La Pampa, alejada del litoral marítimo a distancias tales como: Capital Federal: 568 km.; Mar del Plata: 625 km.; Bahía Blanca: 285 km. 2. ESCUDO DESCRIPCIÓN: - El lirio es atributo de SAN JOSÉ , de cuyo patronazgo goza la ciudad. - El crancelín o corona, indica la estirpe real del santo, por descender en línea recta del Rey David. - Los médanos que van en punta y los zorrinos hacen a las armas parlantes ya que indican la etimología del nombre de la Ciudad "MEDANOS DE LOS ZORRINOS" - La corona mural es el atributo que le corresponde por ser: Ciudad SALLIQUELÓ 3. ANTECEDENTES Y FUNDACIÓN A- Orígenes Síntesis Histórica: En las extensas llanuras de la zona de Carhué estaba ubicado el Médano que da origen al nombre de: SALLIQUELÓ. A comienzos del siglo allá por 1902 algo más de 95,000 hectáreas fueron cedidas a Saturnino Unzué por su colaboración prestada en las campañas al desierto, quien cedió en venta a la Empresa de Hugo Stroeder, 45.000 ha. Stroeder, dedicado a la colonización fundó a lo largo de su vida 25 villas y 70 colonias ubicadas en la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Entre Ríos, Santa Fe, San Luis y Córdoba. Amigo íntimo de Bernardo de Irigoyen, fue designando a las colonias y villas fundadas con nombres de familiares y amigos, entre los que se pueden contar: Villa Iris, Villa Alba, Villa Inés, San Bernardo etc. Adquiridas las 45.000 hectáreas, dejó 500 para la edificación del pueblo dividiendo el resto en parcelas de 100 hectáreas cada una, vendiendo a los colonos cantidades de parcelas según las posibilidades de cada uno, los cuales abonaban lo adquirido con el producto de las cosechas. Los colonizadores se concentran en Haedo provenientes en su mayoría de La Plata y Magdalena y el 19 de marzo iniciaron el viaje en convoy compuesto por 11 vagones de hacienda y 5 chatas con implementos agrícolas, dos vagones con enseres del hogar y un vagón de pasajeros que sumaban 27. Luego de muchas penurias y dificultades, las cuales fueron superadas gracias a la decisión y valentía de los que formaban parte de ese primer contingente arribaron el 21 de marzo de 1903 a la zona de Salliqueló donde con mucho empeño y tenacidad comenzaron a construir sus casas y a trabajar la tierra.
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Los problemas se suscitaron en Trenque Lauquen, donde ante tamaño convoy se les obligó a pagar un impuesto que no estaba previsto, el cual fue abonado realizando una colecta entre los pasajeros para continuar el viaje hasta Las CHARAS (lo que hoy es Ingeniero Thompson) inaugurando el trayecto de vía que unía esta localidad con Salliqueló. Al momento de la llegada los esperaba el mayordomo de Saturnino Unzué, don Vitelmo Ríos, quien les suministró carne, galleta y vino, realizando una fiesta el día 23 y luego marcharon cada uno a su parcela. Al poco tiempo de instalarse estos colonos, fueron llegando parientes y amigos de distintos lugares, como TRES ARROYOS, TOR9UINST, PUAN, PIGÜÉ entre otros. EI día 7 de junio de 1903, en la plaza se hizo la fiesta de la inauguración oficial de la Villa y Colonia de Salliqueló. Era campo abierto, y en un palco precario se ubicó la banda de Carlos Casares, estando a los costados las Bandas de Trenque Lauquen y Carhué, entonando el CORO ALEMAN con los acordes dé las Bandas, el Himno Nacional Argentino, Seguidamente se realizó el remate de los terrenos a un valor de 10 centavos el m². Stroeder donó el terreno para la plaza pública y la manzana para edificios públicos. Hugo Stroeder de gran capital y fortuna, murió en la pobreza. Los colonos no respondieron a sus compromisos con el colonizador. Las malas cosechas entre otras razones les impidieron cumplir. AUTONOMIA DE SALLIQUELÓ Salliqueló perteneció al Distrito de Guaminí desde su fundación en 1903 hasta 1908. Al crearse el Partido de Pellegrini pasó a pertenecer a ese distrito hasta 1961, fecha en que se logra la AUTONOMÍA. Después de varios proyectos de creación del Partido de Salliqueló, en el mes de octubre de 1961, el Senador provincial Dr. Ivón Nicolás Sanseau, presentó un nuevo proyecto de Autonomía Municipal en el Honorable Senado y Cámara de Diputados donde también se aprueba y se convierte en Ley 6625 del 28 de octubre de 1961, promulgada por el Poder Ejecutivo (Gobernador Oscar Allende) mediante el Decreto 12391 del 13 de noviembre de ese mismo año. Se crea así el nuevo partido con tierras pertenecientes a Pellegrini quedando pendiente en anexo de tierras pertenecientes a los partidos de Guaminí y Adollfo Alsina. B- Nombre La historia de encontrar el origen de la definición significativa del nombre, no fue fácil de concensuar. Hubo varios estudios anteriores, otras acepciones y otras explicaciones. La dificultad reside en que los indios pampas habitantes de la zona designaban a los lugares por los elementos naturales existentes. Al final se concretó: SALLIQUELÓ zorrino plural médano lo que equivale a decir: "MEDANO DE LOS ZORRINOS" C- Poblamiento Fue poblado por inmigrantes, españoles, italianos, portugueses y franceses, más algunos habitantes existentes que fueron los menos, En su gran mayoría los primeros vinieron en un largo viaje en ferrocarril desde HAEDO. Los intentos de reunir colonos comenzaron en gestiones que hizo la empresa Stroeder allá por 1902. Desde La Plata y Magdalena vino el contingente más numeroso. De acuerdo a los últimos datos la población estaría así distribuida: Planta urbana: 7.001 habitantes; Planta rural: 428 hab.; Quenumá: 1000 hab.; Total: 8.429 hab.
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4. FACTORES ECONÓMICOS DE DESARROLLO La zona era y es agrícola - ganadera. Por su posibilidad de producción en ganadería fue declarada por el gobierno provincial: "CAPITAL DEL NOVILLO TIPO" La crianza del ganado en chacras y estancias dio origen a esta particularidad dentro del rubro ganadero. La agricultura también lleva buena parte de los trabajos, los cereales predilectos son: girasol, trigo, maíz y otros. Hoy también tienen un bu en nivel de implantación de tambos lecheros, Las razones de su auge son la situación económica, el MERCOSUR y la cercanía de una gran empresa láctea como es La Serenísima. Cuenta además con un Plan de ordenamiento y Desarrollo y está adherido a fa Ley de promoción Industrial N°10.547. En este momento tiene microemprendimientos. 5. LUGARES Y ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS Museo Histórico Regional: "Gabriel Campomar Cervera". El museo contiene 42 años de vida e historia, de una ciudad que cumplirá 92 el 7 de junio. Lleva el nombre de su fundador y a él le debemos mucho de su patrimonio cultural y acervo museológico. Está diagramado en tres salas, la primera: fundacional con todos los recursos de los primeros pobladores. La segunda: indígena con 5.000 p iezas líticas que se refieren a los indios pampas, nuestros antepasados. La última: Ciencias Naturales con minerales de todo el país, aves de monte y laguna, nidos y una vitrina dedicada a numismática. Los lugares donde se recogieron armas, enseres, restos humanos, vasijas, recuerdos y todo lo relacionado con indios pampas, son: MASSALLE/ YUTUYACO/ LA INDIANA: GUAMINÍ/ LA ANGELITA: FATRALO/ LA NUEVA: SALLIQUELÓ/ SAN ANTONIO DE BARY/ SANTA CLARA: SALLIQUELÓ/MÉDANOS DE ALONSO: LEBUCO/ LAS CALAVERAS/ SALLIQUELÓ/ INGENIERO THOMPSON/ VICTORINO DE LA PLAZA/ MÉDANOS DE CANTELLI: SALLIQUELÓ/ EL CHAÑAR: QUENUMA LEBUCO/ VILLA MAZA/ QUENUMA. Algunos casos los mencionados son localidades, otros médanos, estancias o lugares de paraderos. 6. LOCALIDADES IMPORTANTES La única localidad del distrito es Quenumá, un pequeño pero pintoresco pueblo del oeste bonaerense. Su nombre significaría: de este lado del corazón, arenal o tierra de cortaderas. No hay acuerdo histórico para establecer cual de ellos. La fecha de su fundación es 1 7 de marzo de 1913. Su primera población estable fue "EL CHAÑAR" y los donantes de las tierras para establecer In población fueron los dueños del establecimiento: "LA UNIÓN". Depende exclusivamente del potencial agrícola-ganadero de sus campos. Esta rodeado de chacareros descendientes de españoles, italianos y portugueses, al igual que sus abuelos son hábiles faenadores de conservas e insumos. ".., Su único paraje es Graciarena. Los dueños de los campos que la rodean así se llamaban. Son muy pocos los habitantes estables en el lugar. BUENOS AIRES EN DOCUMENTOS Esta Ficha Didáctica ha sido elaborada por la Sra. Marta M. Villacampa. Guía docente del Museo Histórico Regional "Gabriel Campomar Cervera" de Salliqueló. En el acta de la sesión del Cabildo de Buenos Aires del 1° de septiembre de 1608, se asienta lo resuelto por ese cuerpo con relación al propósito de Hernando Arias de Saavedra - Gobernador del Río de la Plata - de fundar una población en el paraje "Las dos
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Hermanas" el que pasó a formar parte de la primitiva jurisdicción territorial de San Nicolás de los Arroyos. Este sería, según historiadores locales, el origen del partido de San Nicolás, y aquí presentamos el citado documento: "Y por lo dicho Señor General Capitán Manuel de Frías se propuso que atento a que se tiene noticia que el Señor Hernando Arias de Saavedra Gobernador y Capitán General destas Provincias quiere poblar un pueblo en la juridición desta ciudad mas arriba del puesto do dicen "Las dos Hermanas" entre esta ciudad y La de Cordova y haviendose propuesto y tratado algunas rrazones y causa en rrazon de la dicha poblacion se resolvió que de hacerse se seguira a esta ciudad mucha utilidad y se escusaran los rrovos que se hacen en los caminos por falta de poblacion y se acordo y mando que se escriva por este Cavildo a el dicho Señor Gobernador prosiga adelante con la dicha población por ser muy util y cosa acertada y del servicio de Su Magestad y vien deste pueblo ". Extraído de CHERVO, Santiago. Crónica de San Nicolás de los Arroyos 1608 - 1988. Ejemplar enviado por el autor. En 1831 fue creado el Cantón militar de Tapalqué, a 30 km. al sur de la actual ciudad, en La historia viva de Tapalqué, se describe el fortín y el pueblito hacia 1840: “...Tres pequeños cobertizos sin terminar, techados de paja, con paredes levantadas parcialmente mediante palos entretejidos con paja y recubiertos de barro - cuyas aberturas expuestas al viento presentaban la ocasional protección de algún cuero de caballo o buey flojamente anudado - eran las habitaciones de los infelices que integraban, por mal de sus pecados, la guarnición de este fuerte. Por un costado, la ribera constituía el único obstáculo contra la invasión, mientras que en Los demás sitios estaba rodeado de una zanja insignificante. Dentro del recinto tres árboles viejos y tronchados, muy próximos entre sí, habían formado por obra de un burdo trabajo de carpintería algo que más que escalera, parecía una primitiva armazón de palos de gallinero, desde la cual el centinela de guardia tenía su necesario puesto de vigilancia. En el extremo más alto de esta innoble estructura, flameaba la bandera nacional, en tanto un cañón emplazado a la entrada de la fortaleza, señalaba el carácter militar e infundía en el ánimo del salvaje el terror hacia la majestad de la autoridad constituida." CRAWFORT, Robert. A través de la pampa y de los Andes. En septiembre de 1833 el naturalista inglés Darwin recorrió la sierra de Tapalqué describiéndola de esta forma: "El poblado de Tapalqué lo forman un conjunto de toldos o chozas indias en figura de horno, diseminadas en una llanura perfectamente horizontal, hasta donde puede alcanzar la vista. Encontramos y dejamos a nuestra espalda varias jóvenes indias contando dos o tres juntas en el mismo caballo, tanto ellas como muchos jóvenes eran sorprendentemente hermosos y su hermosura y ruda complexión eran la pintura de la salud... ...Aquí pudimos comprar algunas galletas...En las tierras vi muchos artículos tales como aparejos de montar, cintos y polainas tejidas por Las indias. Los dibujos eran realmente preciosos y los colores brillantes; y en cuanto a la obra de mano, alcanzaba tal grado de perfección que un comerciante inglés de Bs.As. las creyó fabricadas en Inglaterra, hasta que halló las bolas sujetas con cuerdas hechas de tendones". DARWIN, Carlos. Diario de viaje de un naturalista alrededor del mundo. Del mismo modo reproducimos el testimonio de otro viajero inglés que en 1846 cruzó a caballo el partido de Tapalqué. "Tapalqué forma un conjunto de casas y ranchos, ocupado en parte por los indios y
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también por individuos de raza blanca española. Estos últimos viven como soldados o se dedican al comercio. El pueblo está destinado á depósito mercantil para todas las tribus que vagan por las inmediaciones.." MAC. CANN,W. Viaje a caballo por las provincias argentinas. Los documentos referidos a Tapalqué fueron extraídos de La Historia Viva de Tapalqué. Fragmentos de documentos para la didáctica de la historia. Museo Roca. Instituto de Investigaciones Históricas. Buenos Aires. 1986. LOS PERIÓDICOS, TESTIMONIOS DE UNA ÉPOCA Esta nueva sección traerá del pasado el mensaje periodístico, como aporte esclarecedor del proceso histórico. Para ello nos nutrimos de una riquísima producción informativa que constituye un sello distintivo de nuestro país desde su nacimiento político. Los periódicos reflejan las realidades de su época. Eso los convierte en un recurso fundamental para la tarea historiográfica. Grandes acontecimientos, actos cotidianos, corrientes de opinión, hechos luctuosos, manifestaciones culturales, mensajes e ideas de personajes, costumbres y formas de expresión son algunos de los aspectos que nos brindan. Dándoles contexto constituyen un valioso recurso para dinamizar la enseñanza de la historia. Rescatando noticias o anécdotas haremos más vivo y real nuestro pasado. BELGRANO: el HOMBRE y el PUEBLO Norma Videla Tello de Macció * Datos del Periódico Comenzaba la década del 20, en el siglo XIX, cuando nacía un nuevo periódico porteño: EL ARGOS DE BUENOS AIRES. Su vigencia fue relevante durante los cuatros años y siete meses que duró su publicación. Período rico en realizaciones de inteligentes hombres de gobierno para la provincia, fue a la vez época de anarquía y desorden para el interior del país. El periódico ofrecía en su hoja exterior la novedad de las viñetas, y pequeños dibujos ilustraban los títulos de algunos temas. Llamativamente pronto fue llamado por el público El Argos Ministerial, por su identificación con el siempre activo Rivadavia. Bastante se ha discutido sobre la identidad de sus redactores, siendo más aceptado el testimonio de Juan María Gutiérrez, quien sostenía que durante el primer año fue responsable la junta integrada por Manuel Moreno, Ignacio Nuñez y Esteban de Luca. En 1822, Manuel Moreno, Santiago Wilde y el Dr. López, y a partir de 1823 se hizo cargo el Deán Funes. Según consta en el mismo "ARGOS", éste se podía adquirir en el puesto de la calle del Empedrado, justo frente a la casa del finado Velázquez. Curiosas costumbres para homenajear héroes y proyectar ciudades Era Manuel Belgrano un muerto reciente al cual todavía no habían alcanzado los homenajes. Sus amigos eran conscientes de la deuda que todos tenían con quien literalmente había dedicado años de su vida para lograr esa patria que se gestaba con tanta
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sangre y dolor. Rondaba ya la iniciativa de darle su nombre a la primera población que se creara. Varias horas había transcurrido del sábado 15 del mes de junio de 1822 cuando los parroquianos comenzaron a llegar al concurrido Café de Martín o de los franceses, ubicado en la primer calle de las torres. El café acogedor en ese día frío y la buena atención que brindaban sus dueños facilitando los últimos periódicos, les permitió leer en el número 43 del "ARGOS" un pequeño aviso. Este decía: "Para el día 20 del presente mes de junio, aniversario del fallecimiento del gral. D. Manuel Belgrano, se reúne por suscripción varios de sus amigos en la fonda de la plaza de la Victoria frente al fuerte... a las cuatro de la tarde. " Que el homenaje fue un abundante almuerzo, nos enteramos por la detallada crónica que del mismo hace el "ARGOS" del miércoles 26. "La tarde del 20 de junio se reunieron en el lugar anteriormente anunciado, algunos amigos del difunto gral. Belgrano, en el número de 32. El banquete principió a las S y media de la tarde, hallándose de presidente el Sr. Ministro de Gobierno (Rivadavia)...varios jefes de guarnición e individuos respetables del comercio... Después del último cubierto, el Sr. Presidente se puso de pié, y por espacio de unos tres cuartos de hora trajo a consideración de los concurrentes las virtudes del difunto gral... La música cubrió el silencio que siguió después. Varios Sres. expresaron sus sentimientos.... "(y brindaron). Pero los homenajes no terminaron allí. Visionarios, conscientes de su papel de hacedores y organizadores de esta tierra "Los Sres. Frías y Arriola fueron nombrados para llevar adelante la subscripción de fondos para concurrir a la formación de la primera ciudad que ha de llevar según un superior decreto, el renombre del Gral. Belgrano....” El pueblo nació varias décadas después, el 23 de noviembre de 1855 en la antigua Calera de los franciscanos (hoy, plaza Barrancas de Belgrano), a unas dos leguas de Buenos Aires, cerca de la posta La Blanqueada (hoy, Cabildo y La Pampa), donde el camino a las quintas de San Isidro hacía una graciosa curva. * Profesora de Historia. Profesora Adjunta de Historia Económica Argentina de la Universidad Nacional de San Luis entre 1975-1990. Actualmente se dedica a la investigación. CAPILLA DEL SEÑOR, UN PUEBLO HISTORICO Carlos María Birocco Desde comienzos de esta década, el pueblo de Capilla del Señor, cabecera del partido de Exaltación de la Cruz, ha sido objeto de una revalorización de su acervo histórico-cultural. En 1991, el Programa de Rehabilitación de los Pueblos Históricos de la Provincia de Buenos Aires, surgido de un convenio entre las subsecretarías de Cultura y Vivienda y Urbanismo y el Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo, llevó a cabo en este pueblo su experiencia piloto (1). Posteriormente, Capilla del Señor atrajo la atención de otro organismo oficial, la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, y a solicitud del mismo fue declarada bien de interés histórico nacional por decreto del Ejecutivo n° 1648 del 26 de septiembre de 1994. Pero el interés por el patrimonio cultural local se ha despertado también en los capilleros, y hoy existe en el pueblo una asociación de vecinos que vela por su conservación. A resultas
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de la labor de los coordinadores del Programa de Rehabilitación de los Pueblos históricos, que convocaron a la comunidad para que colaborara con su gestión, se formó una comisión local de preservación, la Asociación Pro Memoria de Capilla del Señor, que realizó su presentación en público el 23 de noviembre de 1991. La misma, que hoy cuenta con la presidencia del antropólogo e historiador Miguel Hángel González, define sus objetivos como rescatar y difundir la memoria de hechos y lugares de Capilla del Señor como pueblo histórico, lo mismo que promover la conservación, protección, utilización y puesta en valor del patrimonio cultural de Capilla del Señor y su entorno rural. Los casi dos siglos y medio de historia de este pueblo, sin embargo, son aún poco conocidos por el resto de los bonaerenses. En realidad, no hace mucho que se poseen noticias históricamente constatables sobre sus orígenes. Hasta principios de este siglo, los viejos vecinos del partido preferían atribuir la erección del primer oratorio del pago de la Cañada de la Cruz a un hecho sobrenatural: la aparición de un Crucifijo en unas vizcacheras que, al ser sustraído del sitio en que fuera encontrado, retornaba por las noches inexplicablemente a é l, motivo por el cual el propietario de esas tierras le erigió una capillita (2). Los primeros historiadores del pueblo -el párroco Clovis Fernández Mendoza en la década del Treinta, Jesús María Pereyra en los Cuarenta- obnubilados por este relato de extracción popular construyeron alrededor de él su propia versión de los orígenes, que sólo sería corregida con aportes documentales en un artículo ya clásico de Miguel Hángel González (3). Acaso esta leyenda del Cristo capillero se haya gestado bajo el influjo de las tradiciones marianas del vecino pago de Luján: también allí la Imagen de Nuestra Señora, como se recordará, adolecía de traslocaciones, ya que luego de ser mudada a la estancia donde iba a erigírsele una nueva capilla regresó durante dos noches consecutivas al oratorio donde antes se le había rendido culto (4). Lo cierto es que aquella versión mítica carece de apoyatura histórica, y la erección de la primitiva capillita del Señor de la Exaltación, como luego la fundación del pueblo que tomó su nombre, debe ser atribuida a una familia de estancieros de antigua raigambre en la Cañada de la Cruz, los Casco de Mendoza, de la que han surgido personajes de figuración local hasta comienzos del presente siglo. EL ORATORIO DE LA CAÑADA DE LA CRUZ Francisco Casco de Mendoza, primero de su familia en establecerse en el pago, hizo construir en una de sus estancias una capillita para su devoción privada, la cual fue empleada en celebraciones religiosas desde por lo menos 1727. La edificación de la misma parece haber obedecido a móviles personales: en los últimos años de la década de 1720 uno de sus hijos, Mayoriano, había pasado a una ciudad del interior, posiblemente Córdoba, a ordenarse como sacerdote. En diciembre de 1730 le instituyó un patrimonio de 2000 pesos para que gozase de una renta de cien pesos anuales hasta recibir las sagradas órdenes, indicando como prenda hipotecaria una de sus estancias. Unos pocos meses más tarde, sin embargo, y por motivos que no conocemos, Mayoriano abandonó su formación sacerdotal y retornó con su familia. Para entonces, el obispado de Buenos Aires, en atención a un aumento en la población de la campaña, había fundado varios curatos rurales, entre ellos el de Areco. No obstante, no todos los feligreses e este extenso curato -que abarcaba los actuales partidos de Exaltación de la Cruz, San Antonio de Areco, Zárate, Campana y San Andrés de Giles- se encontraban en condiciones de acudir a la sede parroquial, la iglesia de San Antonio, que el general Joseph Ruiz de Arellano había hecho edificar a su costa en una de sus estancias sobre el río Areco. En vistas a sus posibilidades de socorrer en el culto a la capilla de Arellano, la jerarquía eclesiástica instituyó al oratorio de los Casco en viceparroquia de la misma. Se ha conjeturado que el obispo Juan de Arregui, que efectuó en 1735 una gira pastoral por su
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diócesis, ofició en su consagración el 14 de septiembre de ese año, día en que la Iglesia Católica celebra la Exaltación de la Cruz, pues está documentado que el día anterior había visitado la iglesia parroquial de Areco. Aunque nada contradice la datación de este evento, tampoco es posible su verificación: en cualquiera de los casos, la elevación del oratorio a ayuda de parroquia debió de ser anterior a agosto de 1737, en que el Presbítero Miguel González de Leyba, que actuó como primer vicepárroco, abandonó la capillita para convertirse en capellán y luego en párroco del Santuario de Nuestra Señora de Luján. Con el alejamiento de González de Leyba, el ministerio viceparroquial quedó vacante durante casi una década. Aunque en octubre de 1741 el obispo Joseph de Peralta Barmese, sucesor de Arregui, reconfirmó a la capillita de los Casco en sus funciones, creándole jurisdicción sobre los pagos de la Cañada de la Cruz y la Pesquería, no le asignó por ello sacerdote. Francisco Casco de Mendoza habría de morir en enero de 1745 sin haber visto investir a un nuevo vicepárroco. Pero una capellanía que éste impuso a sus albaceas por manda testamentaria se constituiría para sus herederos en la forma de rentar los servicios de un religioso. La misma fue ofrecida por los hijos del difunto al licenciado Joseph Pascual Monsalve por considerársele el más inmediato en parentesco, ya que el difunto había pedido que se diera preferencia al “pariente más cercano que fuese clérigo y por falta suya inter que le haiga un religioso que sea pariente" (6). A pesar de que se estipulaba que Monsalve podría celebrar las veinticinco misas anuales a que se obligaba como capellán "en la Iglesia que le pareciere y capilla de la Jurisdicción", lo hallamos oficiando como teniente de cura del párroco de Areco en la capilla del Señor de la Exaltación entre noviembre de 1746 y marzo de 1749. Debido a que no fue formalmente fundada, se nos hace imposible asignarle una fecha concreta al surgimiento de Capilla del Señor, teniéndose por tal al enajenamiento de los primeros solares, que se produjo entre 1755 y 1758 Tras el deceso de Francisco, el patronato del oratorio recayó en su hijo Mayoriano, el mismo a quien su padre destinara al sacerdocio, pero que ahora era hacendado en el pago de la Cañada de la Cruz. Al igual que su progenitor, éste alternó la cría de mulas en sus estancias con la recaudación del diezmo, impuesto exigido por la Iglesia a los productores rurales que el obispado de Buenos Aires solía arrendar a particulares como los Casco de Mendoza. A resultas de ello, Mayoriano se había hecho de una regular fortuna, y pudo comprar a sus hermanos y cuñados la mayor parte de las tierras que habían pertenecido a su padre, convirtiéndose de esa forma en propietario de más de 2800 hectáreas de terreno, a la vez que acrecentó su plantel de esclavos. Entre 1746 y 1747 hizo edificar en sus tierras un nuevo templo, al que puso también bajo la advocación del Señor de la Exaltación, pues las estrechas dimensiones del oratorio familiar limitaban la concurrencia de una feligresía cada vez más numerosa a los oficios religiosos. Esta iglesia contaba con una nave central de diez tirantes de largo, una capilla lateral interna de dos tirantes y una sacristía de un tirante, todo techado de tejas y con suelo enladrillado. Pero aunque su construcción supuso que la capillita original fuera relevada de sus funciones viceparroquiales, ello no implicó la destrucción de aquel primer oratorio de los Casco, de cuya existencia tenemos aún noticias en los primeros años del siglo XIX. Tras la muerte de Mayoriano, acaecida en 1768, la iglesia del Señor de la Exaltación atravesaría por un período de decadencia edilicia, favorecida por la desidia de sus descendientes, que no sólo se exceptuaron de repararla, sino que llegaron a valerse de sus ingresos como si fueran propios. Desde que en 1772 ésta dejó de pertenecer al curato de San Antonio de Areco para convertirse en la sede de un curato independiente, el hijo 50
mayor de Mayoriano, Francisco Remigio Casco usufructuó libremente de los títulos patronales que heredó de su padre. Los numerosos abusos que cometió fueron denunciados por el mismo párroco de Capilla del Señor, el licenciado Diego de Valdivia, quien en 1781 describió la indecencia en que se hallaba el servicio de culto y lo atribuyó al modo en que aquel manejaba las entradas parroquiales, “pues todo 1o consume a su arbitrio, no lleva cuenta ni razón de cosa alguna, y aún pasa a enajenar aquellos bienes que están reputados por de la iglesia... siendo lo más doloroso que los feligreses se privan de hacer limosnas por el uso que hace de ellas"(7). La situación no mejoró con el deceso de Francisco Remigio, a quien su viuda Lorenza Pavón sucedió en el patronato. El 19 de agosto de 1803 el obispo Benito Lué y Riega, hizo una visita pastoral a la iglesia del Señor de la Exaltación y la reconvino por "el estado ruinoso en que se halla su fábrica material y la escasez y falta que tiene de varias cosas de primera necesidad” . Prohibió a la viuda "pedir ni demandar cosa alguna para fines piadosos" y la conminó a que en los siguientes diez meses "reedifique y repare los descalabros de la iglesia" sin recurrir a las contribuciones de los fieles (8). Desprovista como se hallaba de medios con que subsanar varias décadas de negligencia, Lorenza Pavón se vio obligada a renunciar al patronato. Pasaron veinte años, empero, para que el edificio fuera compuesto en forma definitiva, tarea que cupo al párroco Andrés Leonardo de los Ríos. Fue este religioso quien dio a su fachada el aspecto que hoy conocemos por una acuarela de García del Molino de 1848, adornándola con un campanario nuevo, además de rehacer sus techos y cambiar sus puertas, para lo cual se vio obligado a vender unas tierras de estancia que pertenecían a la parroquia (9). La iglesia erigida por Mayoriano Casco de Mendoza subsistió de este modo hasta 1871, en que se la derrumbó luego de haber concluido la edificación de la actual iglesia; parroquial de Capilla del Señor. EL SURGIMIENTO DEL PUEBLO También fue Mayoriano Casco de Mendoza quien repartió los primeros solares en torno a la iglesia del Señor de la Exaltación, dando origen con ello a Capilla del Señor. Aunque destinó al poblado una porción de tierras con 500 v aras de frente al arroyo de la Cruz y legua y media de fondo, ello no significó que hubiera hecho mensurar el terreno por peritos u oficiales de justicia, operación por lo demás costosa en relación al moderado precio que se asignó a los solares, sino que la cuadrícula se fue dibujando a medida en que éstos se vendían. Pero aunque no haya habido amojonamiento previo, el pueblo respetó al crecer la concepción urbanística española, que preveía el trazado de calles formando damero. Fue reservada, además, una manzana para plaza frente a los edificios principales, que en este caso eran la iglesia y las casas de los Casco de Mendoza. Debido a que no fue formalmente fundada, se nos hace imposible asignarle una fecha concreta al surgimiento de Capilla del Señor, teniéndose por tal al enajenamiento de los primeros solares, que se produjo entre 1755 y 1758. La venta de estos primeros lotes coronó otro de los emprendimientos de Mayoriano: la instalación de un horno de cocer ladrillos en su estancia, construido con la finalidad de suministrar materiales a la edificación de la iglesia viceparroquial. Hemos expresado en otra parte nuestra presunción de que el loteo pudo haber pretendido convertir en redituable a este horno, que entonces había ya cumplido con su función originaria. Pero aunque los pobladores de Capilla del Señor hayan recurrido al obraje de los Casco para construir de las primeras viviendas, la lentitud con que creció aquel caserío obligó a Mayoriano a atender una demanda zonal de materiales más amplia, que comprendiera los pagos de la Cañada de la Cruz y Pesquería (10). En realidad, todo nos lleva a sospechar que el verdadero móvil de Mayoriano, y luego de
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sus descendientes, fue la expectativa de extraer utilidades del parcelamiento del terreno a costos casi nulos. Un sencillo ejercicio nos ayudará a deducirlo. En 1770 un a vara de frontada de la estancia en la Cañada de la Cruz, con legua y media de fondo, se valuaba en 2 reales, precio que no sufrió variaciones hasta fines de la época colonial. Siguiendo esta regla, la fracción de tierra que Casco de Mendoza reservó para pueblo, con sus 500 varas sobre dicha Cañada, pudiera haber sido tasado en su conjunto en 125 pesos. Ahora bien, a diferencia de lo ocurrido con la vara de estancia, el precio del cuarto de solar en Capilla del Señor sufrió durante la Colonia una lenta tendencia al ascenso. El primer instrumento de venta que se conoce, de 1758, valuaba en 6 pesos cada cuarto de solar. Posteriormente, en la década de 1780 el precio por una fracción similar ascendió a 8 pesos, mientras que a comienzos del siglo XIX se elevó a 10 pesos. Hasta entonces el pueblito no ocupaba más que un sector de dieciocho manzanas recostado sobre el arroyo de la Cruz, quedando deshabitados los fondos del terreno. Dicho sector, descontados los lotes ocupados por la plaza, la iglesia, las casas del fundador y los que quedaron inutilizados por el paso de una zanja, se componía de 199 cuartos de solar enajenables. Si a cada uno de estos se le asignara un precio de 6 pesos, la venta de la totalidad de los mismos hubiera reportado a los propietarios unos 1194 pesos. Y si lo elevamos a 8 pesos, precio que parece haber sido el corriente a finales del siglo XVIII, el valor del conjunto ascendería a 1592 p esos. A pesar de que el expendio de solares se produjo con extremada lentitud y la enajenación aún era incompleta a principios del siglo XIX, no quedan dudas de que el móvil principal de la familia fundadora era la puesta en valor del terreno. EL CRECIMIENTO DE CAPILLA DEL SEÑOR A la muerte de Mayoriano, acaecida en 1768, Capilla del Señor no era más que un caserío insignificante, cuya apariencia en poco debía diferir de la de muchas estancias cercanas, donde parientes, esclavos, peones y agregados alzaban sus ranchos junto a las casas del propietario. De los pocos solares que habían sido enajenados, la mayor parte de ellos en tomo a la plaza, más de la mitad había pasado a manos de familiares del fundador: su hermano Gregorio, sus yernos Francisco Baldovinos y Domingo Urruchúa, su sobrina María Urueta y el esposo de ésta, Salvador Pérez. No obstante, a resultas de la afluencia de feligreses que acudían a la iglesia del Señor de la Exaltación a cumplir con el precepto dominical, ya había tres pulperías en el pueblo, una de ellas perteneciente al mismo Mayoriano y las restantes en manos de dos peninsulares, los gallegos Antonio González y Joseph García. Al momento de fallecer el fundador, en 1768, alrededor de unos 60 cuartos de solar en la traza de Capilla del Señor habían sido enajenados: menos de cuatro manzanas, si se tiene en cuenta que cada una de éstas se componía de 16 cuartos de solar. El resto pasó a la propiedad de Francisco Remigio Casco, su primogénito, que además de convertirse en patrono de la iglesia edificada por su padre recibió en herencia el monopolio de la venta de lotes en el poblado. La primera descripción de Capilla del Señor, posterior en casi treinta años al enajenamiento de los primeros solares, la debemos a Félix de Azara, que en enero de 1784 refiere haber recalado en "un Pueblo llamado la Capilla del Casco, curato que tendrá inmediatas a la Iglesia 25 casas tal cual cubiertas de teja como también la Iglesia" (11). Pocos años más tarde, el censo de hacendados de 1789 indicaba que la población de Capilla se componía de treinta y nueve vecinos con sus familias. En 1792, al producirse la muerte de Francisco Remigio Casco, se determinó que en la traza del pueblito, de unas cuatro cuadras de largo por cuatro y media de ancho, existían 148 cuartos de solar enajenados y 51 que pertenecían a la testamentaria del difunto (12). Estos
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últimos pasaron a la propiedad de su hija Juana Tadea Casco y del esposo de ésta, el comerciante Manuel de Basabe, natural de Bilbao. Estos, al igual que sus hijos y nietos, continuarían con la venta de solares hasta mayo de 1873, en que vendieron las parcelas de las que todavía no se habían desprendido -unas 44 manzanas en las afueras de la traza original del pueblo- a Juan María Boineau. En las primeras tres décadas del siglo pasado el pueblo excedió las estrechas 500 varas de ancho que le asignara su fundador y creció hacia el sudoeste, donde entonces se encontraban las tierras de estancia del coronel Gregorio Perdriel. Este militar, que no se oponía a donar las varas que fueran necesarias para su ampliación, pero que se negaba a contribuir con ello al enriquecimiento de sus vecinos, litigó en 1824 contra Juana Tadea Casco (13). Un año más tarde Perdriel vendió su estancia a un tal Lucas González, y éste aceptó desprenderse de una fracción sobre el arroyo a cambio de otra equivalente en los fondos del poblado, a fin de que éste pudiera expandirse. El agrimensor Raimundo Prat llevó a cabo en noviembre de 1828 una mensura de los terrenos permutados. El plano de la misma, que reproducimos aquí parcialmente, es el documento catastral más antiguo que incluye la traza de Capilla del Señor (14). En él se aprecia que la traza cuadrangular originaria se había convertido en un rectángulo, posiblemente debido a que en los fondos de la población se había formado un ejido de huertas y montes de árboles frutales. La existencia de dicho ejido surge de una observación en el texto que acompaña la mensura de Prat, donde el agrimensor refiere haber hecho "una pequeña escala por no poder penetrar en las quintas de la Capilla o pueblito". En las décadas siguientes el crecimiento en dirección sudoeste se detendría, pues en los lindes del terreno trocado a Lucas González lo impedía la presencia de un pequeño afluente del arroyo de la Cruz, el arroyo de Basabe. En su lindero noroeste, en cambio, se encontraban unas tierras de estancia que habían pertenecido a María de la Circuncisión Pedraza, descendiente por línea bastarda de la familia Casco, y habían pasado a manos de su hija María Benigna del Aguila, quien fraccionó el terreno y vendió lotes a particulares. Esta extensión de la planta pueblerina puede apreciarse en otra pieza cartográfica que adosamos a este trabajo, el Plano de los terrenos de la propiedad de la testamentaria de don Lucas González y de don Lorenzo Basabe, efectuado por el agrimensor Germán Kuhr en 1857. En la actualidad, las tierras de la antigua estancia de Pedraza sobre arroyo de la Cruz se encuentran comprendidas en su totalidad dentro la traza urbana, siendo la actual calle España la divisoria que a principios del siglo XIX separaba el poblado de la propiedad lindera. Posteriormente, el pueblo continuaría extendiéndose en la misma dirección sobre la estancia que seguía a la de Pedraza, perteneciente a Plácido Bustos, que en la década de 1870 también lotearía su propiedad. La incorporación espontánea de terrenos más allá de los lindes originarios del poblado, lo mismo que la edificación de nuevas casas y ranchos, condujo a las autoridades locales a reglar las construcciones de modo que no invadieran el espacio público. Contra lo que podía esperarse las primeras iniciativas en ese sentido no correspondieron a los intendentes de la década del Ochenta, sino a los jueces de paz del período rosista. Un permiso para construir en el pueblo que se otorgó en noviembre de 1848 a Martina Alvarez establece que la vereda habría de tener 2 varas de ancho y siempre dejaría libres 16 varas de ancho a la calle, advirtiendo que "el crecimiento de la pared que ha de levantarse a la calle se hallará a nivel del suelo, so pena de que será demolido el edificio en caso de haberse levantado fuera de la línea que se apruebe" (15). El censo de 1869 nos aporta las primeras cifras sobre el incremento de la población pueblerina y una vaga noción sobre las características arquitectónicas de Capilla del Señor. Dentro del radio del partido de Exaltación de la Cruz que los censistas determinaron como "urbano" vivían unas 209 familias, que sumaban unos 1116 habitantes. En cuanto a los
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distintos tipos de vivienda, tres fueron las categorías que se utilizaron para clasificarlos: de madera, de azotea y de techo de paja. Del primer tipo sólo había una en la zona urbana, mientras que se determinó que 173 casas tenían techos de paja y 83 poseían azotea. Lamentablemente, nos es imposible determinar que proporción de las mismas correspondía a Capilla del Señor y cual al pueblo de Campana, que hasta 1885 formó parte de dicho partido (16). En realidad, el testimonio más acabado del crecimiento que experimentó Capilla a comienzos del período liberal se encuentra en el semanario capillero El Monitor de la Campaña, dirigido por Manuel Cruz, que fue la primer publicación periódica editada en nuestra provincia. Entre 1871 y 1873 el Monitor se convirtió en vocero del progreso pueblerino, y fue uno de los propulsores de la delineación del poblado que llevó a cabo el agrimensor Mariano Iparraguirre en 1875, por la que se corrigió el rumbo de las calles y se estableció la cuadrícula definitiva.. No pocas resistencias contra la administración municipal acarrearon las directivas de privilegiar las vías de circulación por sobre las construcciones que las invadían, por antiguas que fuesen, y el Monitor llegó a denunciar públicamente las infracciones de algunos vecinos, como en el caso de las ruinas de la casa de un tal Burgos, que hacía ángulo sobre la esquina noreste de la plaza y ocupaba el centro mismo de la calle, y que por presión del periódico se mandó demoler (17) También llamó la atención a las autoridades locales sobre la presencia de sementeras en los límites del pueblo, cerrando la salida de sus calles, o denunció a los dueños de los tambos que dejaban allí sueltas a sus vacas lecheras para que pastaran (18). Pero más allá del rol de contralor comunal que se asignó a sí misma la redacción de este periódico, se declaró testigo entusiasta de la gran cantidad de edificios que se estaban construyendo entonces en Capilla del Señor, algunos de los cuales todavía se encuentran en pie. Capilla cobraba entonces un aspecto nuevo y pujante, y el Monitor lo celebraba con el mismo legítimo orgullo que hoy sienten los habitantes de este histórico pueblo: "Los años anteriores, tomados por decenas, no ofrecen nada que pueda compararse con lo que vemos hoy". NOTAS (1) Para mayor información sobre los objetivos generales de este Programa y los resultados del proyecto piloto desarrollado en Capilla del Señor, existe una reseña en Medio Ambiente y Urbanización Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo, Buenos Aires, marzo de 1992, año 9, n° 38, pags. 147-149. (2) El primero en transcribirla fue el conocido folklorólogo bonaerense Ventura R. Lynch, en el periódico capillero "El Monitor de la Campaña", en septiembre de 1871. Luego, con algunas variantes, fue recogida en una publicación oficial, el Censo General de la Provincia de Buenos Aires de 1881. (3) Miguel H. GONZALEZ "Orígenes del pueblo Capilla del Señor y tercer centenario de su patrono, Don Francisco Casco de Mendoza" en Historia. Revista trimestral de historia argentina, americana y española, año VI, N° 24, Buenos Aires, julio-septiembre de 1961. (4) Véase el relato del presbítero Felipe José de Maqueda, en PRESAS Juan Antonio Nuestra Señora en Luján y Sumampa. Estudio crítico-histórico, 1630-1730 Buenos Aires, 1974, pags. 259-267. (5) Archivo General de la Nación [en adelante AGN] Registro de Escribano n°3 de 1730, f. 614v. (6) AGN Registro de Escribano n°3 de 1744-1745, f. 764. (7) Archivo de la Curia del Obispado de Campana, Legajo 6 n° 45. (8) Archivo parroquial de Capilla del Señor, libro II de Bautismos, fs. 84-90. (9) AGN IX-49-7-3, Protocolos de la Villa de Luján, f. 422v. (10) BIROCCO Carlos M. "La familia Casco de Mendoza y los orígenes del pueblo de Capilla del Señor" en Boletín del Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas Buenos Aires, 1995, n° 191 (11) Félix de AZARA "Viajes inéditos" en Revista de Derecho. Historia y Letras Buenos Aires, 1907, tomo XVIII, pag. 366. (l2)AGN Sucesiones 5343, testamentaria de Francisco Remigio Casco. (l3) Las declaraciones de Perdriel han sido reproducidas por Miguel H. GONZALEZ "Orígenes del pueblo Capilla del Señor..."
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(14) Este plano, lo mismo que el otro que presentamos en este trabajo, han sido extraídos de AGN Tribunal Civil G 11. (15) Archivo notarial de La Plata, Registro de Escribano dé Juan Pío García, f. 36v. (16) AGN, Censo de 1869, Partido de Exaltación de la Cruz, libretos I-V. (17) El Monitor de la Campaña, nros. 1, 36, 42 y 97, (18) El Monitor de la Campaña, nros. 4 y 28.
EL FUERTE DE LA INDEPENDENCIA - TANDIL Néstor Dipaola Desde tiempos virreinales, los distintos gobiernos se habían preocupado por la cuestión del Desierto, es decir, el avance de la frontera hacia el sur de la provincia logrando la instalación de fortificaciones y la paz con los indios. Sin embargo dicha paz era frecuentemente violada tanto por incursiones de los indios como por los avances hacia el sur de españoles y criollos. La fundación del Fuerte (o Fortaleza) de la Independencia (uno de los puntos de esta frontera interior), que dio origen a la ciudad de Tandil, se produjo el 4 de abril de 1823 por el gobernador de Buenos Aires, Brigadier Gral. Martín Rodríguez. FUNDACIÓN DEL FUERTE La expedición comandada por Martín Rodríguez fue sencillamente impresionante en cuanto al despliegue. A esa fuerza se la llamó "Ejército de Operaciones en el Sud". Una muestra cabal de la importancia que el gobierno de Buenos Aires le adjudicó a esta expedición está dada por la siguiente estadística: - 1.768 hombres para la caballería. - 575 hombres para la infantería. - 80 hombres para la artillería. 6.000 caballos y 259 carretas. Además, en el arroyo Chapaleufú (actual Partido de Rauch) se agregó una fuerza compuesta por 200 blandengues y 150 milicianos. Total de hombres de la expedición fundadora: 2.773. Pero además traían: 200 palas; 9.000 tablas de pino; 2.500 tijeras de sauce para construcción de ranchos; 150 picos; 596 palmas; 30 postes de ñandubay; barriles, sogas, clavos, martillos, puertas, ventanas. Antes de llegar al 4 de abril, veamos a continuación, lo que escribían en su diario, los propios expedicionarios: DIARIO DE LA EXPEDICIÓN AL DESIERTO ESCRITO POR MARTÍN RODRÍGUEZ "El 22 de marzo a las 8 y media se siguió la marcha costeando las pintorescas sinuosidades del arroyo: el terreno era hermoso y desnivelado: su aproximación a la sierra lo diferenciaba de los demás. A 10 millas de jornada con rumbo S. 8 grados se hizo alto sobre la misma costa. La división de Kakel Huincul anunciaba su aproximación." "Al ponerse el sol se distinguieron dos mogotes de la sierra sobre el horizonte. La perspectiva de estos pertenecía a la ramificación del Tandil adonde nos dirigíamos." "El 24 debía permanecer el Ejército en la misma posición. La orden del día anunciaba el pagamento general de la tropa. La sierra se descubrió con más claridad en todo el día,
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haciéndose más sensible su ramificación. Esta se prolongaba hasta el S.O. y su perspectiva era agradable. El 24 permanecimos acampados, divertidos con la abundante pesca del arroyo. La división de Kakel se aproximaba y el mismo día debía incorporase". Más adelante: "El 26 de marzo se siguió la marcha hacia el arroyo Tandil dejando a retaguardia Chapaleofú y costeando las faldas deleitosas de la sierra a una legua de distancia a la derecha. El establecimiento de la nueva guardia debía ser en la parte más oriental del Tandil; para arribar a ella aún distaba 16 a 18 millas. La segunda debía ser en el Volcán." "El ejército siguió la marcha desde las 10 hasta las 5 de la tarde con rumbo E. 12 grados S.E. y a 16 millas se encontró con el arroyo Tandil. En él se hizo un alto y acampó el ejército. Se dio orden para que con una escolta saliese el 27 la comisión de ingenieros al reconocimiento de la sierra." Más adelante: "El 28, 29 y 30 permaneció el ejército acampado en el punto de la construcción, aunque trabajaban los planos de la fortificación, terreno, y pueblo para dar principio a los trabajos a la posible brevedad. El 1° de abril todos se hallaban concluidos y presentados al gobierno para su aprobación. En consecuencia se ordenó la traza de la fortificación para comenzar la obra: "Esta concluyó el 3 y se dio orden de principiarse los fosos el 4. Se citó a todos los jefes y oficiales del ejército para acompañar a la autoridad a presenciar la excavación de los primeros palmos de la fosa." "El 4, al salir el sol, se ejecutó esta obra a la que correspondieron músicas y salvas de artillería. El contento reinaba en todo el ejército: el principio de una obra tal lo exigía. S. E. y todos los jefes asistieron a un convite militar, en el cuartel, y en él se brindó por la obra de la actual administración." El Fuerte estaba ubicado en las manzanas en las que se levantan hoy la Iglesia Matriz, la Municipalidad, la Comisaría 1°, El Templo danés, etc. EL ACTA DE FUNDACIÓN "Fortaleza de la Independencia del Tandil, abril 4 de 1823. Ezcmo. Señor: Después de practicado prolijamente el reconocimiento del terreno y trazado el plano por los ingenieros del ejército, según el diseño que tengo el honor de remitir; hoy a las 6 de la mañana, con asistencia de los jefes y oficiales, entre los estruendos de una salva de artillería, la música de cazadores y demás instrumentos bélicos de todos los cuerpos, se ha dado principio por 260 hombres provistos de las herramientas necesarias, a los trabajos de la fortaleza denominada de la Independencia, situada en la falda de la sierra del Tandil, sobre el arroyo del mismo nombre. Este establecimiento sostenido y cuidadosamente conservado, formará en adelante la principal y primera riqueza de Buenos Aires. "Campos hermosos, extendidos y quebrados, pastos fuertes y abundantes, aguadas de un gusto exquisito, permanentes por todas partes, lugares privilegiados para todo ramo de agricultura y frutos, sitios aparentes para establecer pueblos defendidos de los vientos más incómodos, y a poca costa de las irrupciones de los bárbaros, y la facilidad de comercio con éstos, son los elementos que presentan reunidos la nueva fortaleza y la frontera. "El Capitán General al bosquejar estas ventajas se siente conmovido del placer que le causa tal adquisición, y no puede persuadirse que las diferentes clases productoras del país desaprovechen una proporción tal que les facilite no sólo los medios de concurrir a sus necesidades, sino también la de engrandecer su fortuna de un modo que puedan en
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corto tiempo competir con las primera de la provincia en su clase". …Ésta será algún día una ciudad populosa y rica, que con sus producciones y comercio concurra a elevar las ventas permanentes para el sostén de las cargas públicas de la provincia, acaso al agrado que necesita, y aumentar el respeto y grandeza a que por la naturaleza está destinada. MARTÍN RODRÍGUEZ". "A más del plano que representa la fortaleza, se está trazando bajo la protección de ésta el de un pueblo donde pueda reunir la familia y estar al abrigo del terror y estragos que pudiera causar cualquier invasión repentina y tal vez, a lo que prevé el gobernador, ésta será algún día una ciudad populosa y rica, que con sus producciones y comercio concurra a elevar las ventas permanentes para el sostén de las cargas públicas de la provincia, acaso al agrado que necesita, y aumentar el respeto y grandeza a que por la naturaleza está destinada. MARTÍN RODRÍGUEZ". EL NOMBRE "TANDIL" Aquel asentamiento poblacional básicamente militar del 4 de abril de 1823, nació con el nombre de "Fuerte de la Independencia", tal vez dando por sentado que el nombre "Tandil" era un hecho consumado, teniendo en cuenta las múltiples citas de visitantes, historiadores, expedicionarios, etc. Incluso desde mucho tiempo atrás. LOS MISTERIOSOS CORRALES DE PIEDRA Y LA VOZ "TANDIL" Ciertos historiadores asocian, con acierto, el tema de topónimo con el de los enigmáticos corrales de piedra, ya que a través de variada documentación se alude a Tandil, varias décadas previas a la fundación y se mencionan los corrales. ¿A los corrales los construyeron los españoles o los indígenas? Las opiniones están divididas, y algunos sostienen que es lícito pensar que tanto el habitante primitivo como el blanco tuvieran que ver en ello. Millau (Descripción de la provincia del Río de la Plata, 1772) allá por 1772, hacía referencia a que "los serranos tienen sus paradas y habitaciones principales en unos corrales que hacen de piedra en la primera sierra del Tandil y Volcán (Balcarce) que dista unas ochenta leguas de Buenos Aires y a la que se viene por tres caminos en seis u ocho días a caballo". Alrededor de 1750 los sacerdotes jesuitas Tomás Falkner, José Cardiel y Matías Strobel fundaron reducciones indígenas en cercanías de la laguna llamada hoy "De los padres"; precisamente como homenaje a esos religiosos. Falkner en sus informes ya hace referencia a Tandil y alude a que se encuentra aquí el "cerro más alto" y además manifiesta "no haber visto otras tierras más aptas para la agricultura que las del Tandil ". ¿Por qué Tandil? Gran parte de los investigadores coinciden en que su terminación (DIL) es una deformación del vocablo mapuche-araucano (LIL) que significa roca o peñasco. En cambio con respecto a TAN, no hay acuerdos, aunque derivaría de voces indígenas (thaun) cuyo significado sería "latir", "caer", "al caer", o similares. Por lo tanto "piedra que late" o "piedra al caer", que podría o no tener connotación con la Piedra Movediza, según se lo interprete. También suele afirmarse, tradición oral de por medio- que el nombre Tandil perteneció a un cacique que se instaló sobre las márgenes del arroyo llamado por entonces también Tandil. Para otros significa "lo más alto". Pero acerca del nombre "Tandil" creemos que lo más 57
importante no es realizar acertijos sobré la procedencia exacta del vocablo, sino tener en claro que TANDIL lleva una denominación propia, auténtica, regional, si se prefiere. No responde al apellido de una personalidad ni tampoco se le ha dado el nombre de alguna ciudad ya existente en España. Tenemos en ese aspecto, una cuota de identidad. Retomando el tema de los corrales, digamos que el "Corral de Ferreyra" detectado en 1707, es un cabal ejemplo de la lejana existencia de los mismos. Daniel Pérez (Historia del Tandil en el período colonial) afirma que "se encuentra en las cercanías del arroyo Quequén Chico en el límite de los actuales partidos de Tandil y Necochea en los campos de Zubiaurre". Agrega que su construcción es "con piedras superpuestas en un perfecto encaje, con casi dos metros de altura y un espesor de alrededor e un metro; mide aproximadamente cien metros de largo por cine metros de ancho, teniendo adosado a su lateral otro de menores dimensiones ". Casi seguramente sobre el mismo corral. Grenon (Las Pampas) da cuenta de que un español "estaba al pie de un cerro del Tandil para el sur con su amo y demás gente de la tropa de 5.000 vacas y a cosa del medio día llegaron cinco indios pampas. Y entre ellos uno era el cacique; y estuvieron en paz... y convidaron a que fuese a su toldería..."y que luego "...se fue al cerro del Tandil a incorporarse a los compañeros suyos que estaban guardando caballos flacos". MURALLAS QUE YA NO SON... Pero si nos acercamos en el tiempo y llegamos a la fundación misma, debemos decir que los ingenieros colaboradores de Martín Rodríguez levantaron las murallas del Fuerte de la Independencia con piedras de nuestras sierras. Las paredes tienen tres metros de ancho por otro tanto de alto, lo que implica que se habrían utilizado unos 3.600 metros cúbicos de piedras y que fueron necesarios para ello 1.800 v iajes de acarreo en carreta (Patricio Pittalagua. Una nueva línea al Sur del Salado. La fundación del fuerte). Lamentablemente el desprecio de los argentinos por las reliquias históricas ha hecho que no tengamos hoy día, muestra alguna de lo que con tanto esfuerzo se construyó por ese entonces. En 1864 se ordenó el levantamiento definitivo de las últimas ruinas, aparentemente ante los reclamos de los habitantes de la época por la "limpieza del pueblo". DESPUÉS DE LA FUNDACIÓN... Es de hacer notar que la expedición al Tandil tenía como objetivo también, fundar un fuerte en las sierras del Volcán (Balcarce) que XI no se concretó. Sin embargo pudo realizarse una visita de reconocimiento. En ella se destaca la admiración que el paisaje serrano provocó en el general Rodríguez: "lo bello de las alturas de la pequeña cordillera, lo regular de su volumen con lo particular de su figura, si no presentan sobre el horizonte de una risueña campaña un monumento extraño y agradable, se ve a lo menos que el cincel de la naturaleza se esmeró en su regularidad y hermosura: todo allí es agradable y todo atrae las miras del cultivo". Tampoco tuvo éxito la misión del propio M. Rodríguez a Bahía Blanca, en noviembre de 1823 con un ejército de alrededor de 3.000 hombres y varios miles de caballos, mulas, etc. Según Alberto Sarramone (Catriel y los indios pampas de Buenos Aires) en un lugar posiblemente muy cerca de allí "Los fuertes fríos, el abatimiento de las caballadas, el acoso indígena y el desánimo general de una tropa en la que morían, sin guerra, 10 soldados por día, fundamentalmente negros y la falta de baqueanos conocedores del terreno, determinan al general a volver a riendas hacia el punto de partida".
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LA POBLACIÓN: Mientras el Fuerte cumplía con su misión en cuanto a los objetivos militares, la población civil del Tandil aumentaba lentamente. El primer censo, ordenado por el gobernador Rosas en 1836, determinaba: 228 habitantes (amplia mayoría) eran de tropa. - En la campaña había 359 habitantes, lo que hacía un total de 671. A qué se dedicaba la gente aquí, por ese entonces? Según los datos que se tienen estaban abocados principalmente a la cría de ganado vacuno y caballar. En 1839 tuvo lugar la denominada "Revolución de los libres del Sur", un abortado alzamiento contra Juan Manuel de Rosas. El gobernador en diciembre de ese año creó el partido de Chapaleofú, que tenía como cabecera a Tandil. Sobre la base de tierras que pertenecían precisamente a Tandil, nació también ese año, el partido de Lobería. * Periodista. Docente universitario. Miembro de la Junta de Estudios Históricos de Tandil. Este artículo fue extraído del libro La Ciudad de las Sierras. Reseña histórica del Tandil. 1995. El mismo es un texto de divulgación cultural e histórica. LA REVISTA INFORMA Gracias al intercambio realizado con diversas instituciones, estamos organizando un Muestra bibliográfica de Historia Regional a la que se ha agregado el material con el que contaba el Instituto. Hemos recibido las publicaciones que detallamos: -
Revista del Instituto Histórico de San Isidro. X y XI. Archivo Histórico Salesiano de la Patagonia Norte, Documentario patagónico. Revista del Archivo Histórico de Olavarría. Nº 1 y 3. Archivo Histórico de Olavarría, Extranjeros en Olavarría. Museo Educativo y Regional Kakel Huincul. Por los pagos de Monsalvo. Síntesis Histórica del Partido de Maipú. CHERVO, Santiago. Crónica de San Nicolás de los Arroyos (1608-1988); Hospital y Asilo San Felipe. Publicaciones diversas del Museo y Archivo Primer combate naval argentino de San Nicolás. Universidad Nacional de Tucumán. Facultad de Filosofía y Letras. Secretaría de Ciencia y Técnica. Historia de las ideas en Tucumán I y II. Universidad Nacional del Centro (Tandil). Facultad de Ciencias Humanas. Instituto de Estudios Históricos-Sociales. Anuarios Nº 8 y 9. BESSONE, Néstor. Smith, entre la esperanza y el ocaso; Moctezuma, del imperio al pueblo DI PAOLA, Néstor. La ciudad de las Sierras. Reseña histórica de Tandil. RESTAINO, Rafael. Historia del Partido de Pergamino. NIETO, Alonso. Así nació Claromecó. SARRASIN DE DEL BLANCO, Beatriz. Páginas de historia lugareña. (Dolores) Biblioteca Pública “Esteban Adrogué” , Antología Taller MILANO, Flavio. Cuadernos del Río Salado, Nº 3. Municipalidad de Tornquist. Historias del Partido, Revistas Nº 1 y 2. U.N.P.L. Revista de la Universidad Nº 30. Museo Histórico Municipal de Ramallo, El Castillo de Obligado
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EL FRACASO DE UN INTENTO: LA INMIGRACIÓN DIRECTA A BAHÍA BLANCA Ana Luisa Dozo - María E. Ginobili de Tumminello * La inmigración ultramarina a Bahía Blanca constituyó un episodio único en su historia. En un intento por descentralizar la inmigración que llegaba al Puerto de Buenos Aires, el Gobierno Nacional habilitó el Puerto White para el ingreso directo de inmigrantes por la región pampeano-patagónica; lo que motivó la construcción de un hotel para recibir a hombres, mujeres y niños procedentes de Europa. En este artículo se procura mostrar la utilización de la fotografía como documento, reconstruir la historia a través de imágenes, para que el observador pueda ingresar en un tiempo siempre pretérito y abrir en él la dimensión del recuerdo. El investigador tiene la posibilidad de recrear distintos acontecimientos históricos luego de un minucioso análisis de las fuentes, que le permita ensamblar correctamente la interpretación de la información con las imágenes disponibles sobre un determinado hecho. La creatividad está presente en este tipo de elaboración de la misma manera que en el discurso escrito. EL DESEMBARCO Primer contingente que llega al Puerto de Ingeniero White en 1911 a bordo del Vapor "Santos" de la Compañía Hamburgo Sudamericana. Los inmigrantes descubrieron con desilusión que no había "indios con plumas en la cabeza". EL RECIBIMIENTO Los Delegados de la Dirección General de Inmigración recibieron cordialmente a los recién Llegados, que observaron con sorpresa el desarrollo de la bienvenida. UN HOTEL PARA LOS INMIGRANTES En la esquina de las calles Ingeniero Luiggi y Saavedra se construyó en 1890 el Hotel de Inmigrantes de Bahía Blanca, que inicialmente estuvo ocupado por el Ejército Argentino. A partir de la llegada del primer contingente en 1911 comienza a cumplir sus funciones específicas. Dos amplios comedores reunieron a los viajeros en una primera cena. El hotel contaba además con tres grandes dormitorios provistos de 300 camas cada uno, y otros más pequeños para mujeres. Varios depósitos para almacenar equipajes y piezas amplias, bien ventiladas, para el servicio y administración del Hotel. Las oficinas y el local de la Comisión de Inmigración, se ubicaban en el sector derecho del frente del edificio y en el izquierdo la Sala de lectura para leer los diarios, consultar mapas y escribir correspondencia. La Administración del Hotel debía encargarse de alojar a los inmigrantes, brindarles atención, ocuparse del despacho de boletos y equipajes.
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Estadística reveladora del resultado de esta iniciativa, a través de la información sobre los tres primeros contingentes.
Fecha de llegada
Vapor
Procedencia
25 de febrero
Santos
España: Galicia y Cádiz
20 de marzo
Salamanca
24 de Abril
Córdoba
Menores de 12 años
De 13 a 20
De 21 a 30
De 31 a 59
Totales
Partieron hacia otros destinos
V
M
V
M
V
M
30
28
10
35
12
35
5
155
126
España / Portugal
20
15
5
10
4
30
8
92
77
Noroeste de España
71
22
22
24
24
34
16
229
159
476
362
TOTALES
Datos extraídos de la Revista Comercial de Bahía Blanca, marzo/mayo de 1911.
Durante 1911 y 1912 llegaron otros contingentes, como el que trajo el Vapor "Santa Cruz" de 500 hombres o el Vapor "Navarra". Preocupación de las autoridades bonaerenses por el desembarcos de bandas de gitanos en forma clandestina, perseguidos por los gobiernos europeos por sus malos antecedentes. "Bahía Blanca, puerto de inmigración, estará en lo sucesivo expuesta á estas invasiones. Será obra de precaución de sus autoridades el imitar á las de Buenos Aires, y el negar á los gitanos y sus similares el permiso de desembarco, si es que nos hacen el triste honor de escogernos por puerta de entrada a la Argentina." Rev. Comercial 4/2/1911, p.13. OTRO HOTEL PARA LOS INMIGRANTES Por iniciativa del vecino Ricardo M. Rosas, se edificó en terrenos de su propiedad un espacioso Hotel de Inmigrantes, que cedería gratuitamente a la Nación por diez años. A mediados de noviembre de 1911, un empleado de la Dirección General de Inmigración tomó posesión en nombre del Gobierno, y presenció el desembarco del contingente más numeroso que llegó el 19 de diciembre de 1811 y se alojó en sus cómodas dependencias. LOS BENEFICIOS DEL FERROCARRIL "La distribución de los inmigrantes a puntos tan diversos, permite á la Dirección General satisfacer uno de sus más caros anhelos: el de demostrar á las naciones extranjeras que Bahía Blanca tiene, para recibir á la inmigración directamente, 1a 61
inestimable ventaja de estar ligada con toda la república por numerosos ferrocarriles, y que el inmigrante puede desde ella trasladarse á cualquier punto de 1a república por medios de comunicación rápidos y cómodos." Revista Comercial Bahía Blanca. 4/3/1911, p.15. Desde 1884, el ferrocarril tenía a su cargo el traslado de inmigrantes que en forma indirecta llegaba a Bahía Blanca, luego de haber ingresado al país por el Puerto de Buenos Aires. LAS FALLAS DEL PROYECTO * La propaganda en el exterior en la que el Gobierno gastaba grandes sumas de dinero, no evidenciaba criterio ni programación. * Carencia de una inmigración voluntaria, compuesta de trabajadores calificados. * Dificultad para colocar laboralmente a los inmigrantes por falta de industrias y de expectativas en la zona rural, no estimulada por el Gobierno. * El alto porcentaje de inmigrantes que se dirigió a otras provincias. * Desprolijo reparto de las tierras públicas debido a la especulación, que impidió el acceso a la propiedad, para iniciar el proceso de producción. INTENTOS DE SOLUCIÓN El Gobierno debía reformar la Ley de Inmigración o traer sólo inmigrantes con pasaje para Bahía Blanca. También era necesario matizar la inmigración, traer italianos, franceses, ingleses o alemanes; gente con oficio: quinteros experimentados, horticultores, arboricultores, oficiales carpinteros, albañiles y herreros. La propaganda local y en el exterior debía tender a cubrir una demanda de mano de obra por medio de agentes capacitados, requiriendo gente con oficios definidos, para que el Hotel se ocupara eficientemente de su colocación. La Comisión Pro-Inmigrantes, presidida por Diego Geddes e integrada por Enrique Julio, Pedro Claise, Miguel Ardohain, Antonio Perusconi y Ricardo Ducós, asumió la misión de difundir entre comerciantes, agricultores, ganaderos e industriales de la zona de Bahía Blanca, su deseo de que los pedidos de mano de mano se hicieran a través del Hotel de Inmigrantes, para estimular verdaderamente la inmigración directa a este puerto en beneficio del progreso regional. La inmigración directa a Bahía Blanca constituyó un h echo efímero, pero hizo que la ciudad heredara un espacio protagónico, cargado de significación para sus habitantes y testimonio tangible de su pasado. La permanencia del edificio del Ex-Hotel de Inmigrantes, lo convierte en punto de referencia cultural y un ejemplo que reafirma este concepto, es su próximo destino como Centro Cultural de la Ciudad. BIBLIOGRAFÍA AUGE, Marc. Hacia una antropología de los mundos contemporáneos. Barcelona. Editorial Gedesa. 1995. GINÓBILI DE TUMMINELLO, María E. y DOZO, Ana Luisa. "Bahía Blanca en imágenes l828-1928". En prensa Revista Comercial de Bahía Bianca. Dir. Ricardo Ducós, 1911/12. * La reproducción de las imágenes fue tomada de la Revista ECOS de Bahía Blanca, Dirigida por F. G. Monteavaro, 1911.
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* ANA LUISA DOZO. Licenciada en Historia por la Universidad Nacional del Sur. Doctora en Historia por la Universidad Nacional de La Plata, especializada en Historia Regional Bonaerense. A cargo del Archivo Histórico Municipal Dirige un Equipo de Investigación, tema: "Cien Años del Cine en Bahía Blanca". MARÍA E. GINOBILI DE TUMMINELLO. Licenciada y Profesora en Historia por la Universidad Nacional del Sur. Doctorando en la Universidad de Buenos Aires, especialidad etnohistoria. Profesional Principal en Investigación CONICET. Publicaciones varias: "La Cautiva o Rayhuemy", 1995, en base a material inédito del Padre Carbajal. La temática de investigación q; de las autoras, es el análisis científico de la imagen como documento.
HURLINGHAM, ITUZAINGO, MORÓN NUEVOS MUNICIPIOS: LOS FINES Y LOS PRINCIPIOS Mario Oporto El objetivo de este artículo es realizar un avance en el análisis de la reciente división del Partido de Morón. En él, su autor se refiere, desde una perspectiva histórica, a la creación de los nuevos distritos de Hurlingham e Ituzaingó exclusivamente, sin abordar, en este caso, el Nuevo Morón. Han sido incorporados, como fuentes, históricos documentos muy actuales como los discursos de asunción de los intendentes Juan José Álvarez y Alberto Descsalzo o la producción de la prensa local. l. INTRODUCCIÓN Nuestro trabajo transitará por la tensa y no siempre clara frontera entre el presente y el pasado; entre la política y la historia. Intentará, también, la apertura de nuevas perspectivas y de temas para abordar la historia local. La producción historiográfica sobre el antiguo Morón y sus pueblos, a través de una serie heterogénea de trabajos - algunos ciertamente valiosos como los del padre Juan Presas (1)-, ha vivido demasiado apegada a la búsqueda de los orígenes, a la valoración de los pioneros o a resaltar hechos destacados de la historia nacional ocurridos geográficamente en estos territorios. Algunos estudios como el de Gerardo Farrell e Inés Iglesias o el de Alicia Finardi y Leandro Reboiras, ambos desde una visión sociodemográfica; el abordaje geopolítico de Javier García Basalo para explicar los orígenes del pueblo de Haedo; la incorporación de la historia moronense al más amplio e interesante debate sobre la asimilación de los inmigrantes, en el artículo de Liliana Primo y Liliana Rodríguez; las investigaciones de Carlos Suárez sobre historia de la cultura local; contribuciones recientes sobre la vida cotidiana o los talleres de historia oral señalan caminos novedosos, que enriquecen la información y el análisis del pasado de estos pagos.(2) La reflexión sobre la división del Municipio de Morón y la autonomía alcanzada por Hurlingham e Ituzaingó, tal vez sirva para plantear nuevos interrogantes y aportar a la construcción del conocimiento de la historia bonaerense.
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2. EL FIN Entre el 10 y el 11 de Diciembre de 1995 juraron como intendentes de Hurlingham e Ituzaingó el Dr. Juan José Alvarez y el Sr. Alberto Descalzo. Ambos candidatos del Partido Justicialista, habían ganado con gran amplitud en las elecciones del 14 de mayo de ese año. En el ahora denominado Morón Residual, accedía al gobierno el Intendente Juan Carlos Rousselot, elegido por tercera vez consecutiva. Era el fin del viejo Municipio de Morón, creado en los últimos años del siglo pasado y que alguna vez se llamó 6 de Septiembre, como increíble homenaje al golpe de Estado de 1930. Verdaderamente, la división del distrito moronense en tres nuevos partidos se había definido un año antes con la sanción de la Ley Provincial 11610 del 28 de diciembre de 1994. La Ley, aprobada por la Legislatura bonaerense, concretaba una decisión política tomada desde hacía tiempo por el gobernador Dr. Eduardo Duhalde y alrededor de la cual giraron distintos proyectos - se destacó el llamado Génesis 2000 del diputado Dr. Carlos Alvarez y, también, presiones y especulaciones políticas en cuanto a las características y el momento de la división y sobre los territorios que abarcarían cada uno de los hipotéticos nuevos municipios. Finalmente el art. 1° de la Ley 11610 era claro y dio por terminado el debate y las posibles alquimias : "Créanse sobre el territorio perteneciente al actual partido de Morón los nuevos Municipios que se denominarán Hurlingham e Ituzaingó. Estos nuevos distritos formarán parte del conurbano bonaerense." (3) Los límites de los nuevos municipios (que fueron tema excluyente de los corrillos partidarios del momento y que determinaban la nueva geografía no solo física sino política tanto externa como interna-, nuevas candidaturas, alianzas y relaciones de fuerza) fueron fijados de acuerdo al art. 2° en los anexos I y II de la Ley. Los límites trazados respetaban, en casi su totalidad, las dos tradiciones separatistas que venían desarrollándose en el viejo municipio de Morón desde cincuenta años atrás. La mención al espíritu autonomista no faltó en ninguno de los discursos de los flamantes intendentes, como tampoco el convencimiento de estar protagonizando un hecho histórico y fundacional. "Es para todos nosotros, hoy, difícil comprender la trascendencia de este acto. Este es un acontecimiento que afectivamente nos supera; es un hecho histórico que va más allá de nuestra cotidianeidad. Nace el Municipio de Hurlingham; se cristaliza así el deseo de la gran mayoría de los hombres y mujeres de este pueblo; el resultado de una lucha de casi cuarenta años" (6); declaraba Juan José Alvarez ante la multitud que se había congregado en la Escuela Técnica Nro. 2, escenario de su debut como gobernante de Hurlingham. En otra escuela, la Media Nº 6 de Ituzaingo, Alberto Descalzo se refería de modo similar a su auditorio: "Quiero expresar con la apertura de este gobierno un reconocimiento a la lucha que por cincuenta años llevaron adelante con pasión indoblegable por la autonomía municipal nuestros vecinos ..." (7) Flota, en estos documentos inaugurales, una visión del presente como un p roceso de continuidad histórica. "Esta es una comunidad de casi 140 años de historia, forjada por la pujanza de los inmigrantes de distintos países de Europa; los británicos, que dieron el nombre a la ciudad cabecera del partido, los españoles, italianos, portugueses y gringos empren-
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dedores que se afincaron en los distintos barrios, la laboriosidad y el sacrificio de 1os hombres y las mujeres que vinieron de los países limítrofes o del interior del país. Más de un siglo de vivencias que hacen aún más significativo este acto. Somos protagonistas de un evento incomparable, como incomparable es el orgullo de cualquier hombre que tenga el privilegio de ser intendente del lugar donde nació." (8); decía Alvarez, para insistir en esa línea argumental cuando se refería a su objetivo de conformar un municipio modelo : "El Municipio Modelo es posible porque tenemos como base invalorable a su comunidad. No es este un elogio gratuito o demagógico" y volviendo a la referencia de la historia agrega: "Una de las ventajas de este municipio más chico, en relación con el viejo Morón, es que nos conocemos casi todos, y cuando hablamos de espíritu altruista de personalidades como Delfor Díaz, Claudina Acevedo, Miguela Amoroso, Santos Tesei, Miguel Andrade, sabemos de qué y de quienes estamos hablando. El crecimiento de Hurlingham se basó, en gran medida, en la acción de estos nombres y en otros como Pereyra, Ferresio y Finochieto, que le dieron personalidad a la ciudad, que delinearon su perfil, marcaron e1 rumbo y nos ofrecieron su ejemplo. Los verdaderos signos de progreso provinieron de su gente. La primera escuela (la histórica escuela N°10), el Hospital San Bernardino, el destacamento de Bomberos, nuestros clubes; nuestras parroquias; y otros tantos ejemplos, son el fruto del esfuerzo de la comunidad organizada." (9) También el hilo argumental elegido por Descalzo en Ituzaingó se dirigía a la continuidad de una tarea histórica: "No puedo dejar de señalar en este marco con profundo respeto a quien fuera en vida la síntesis de esta aspiración (la autonomía , que se conjugó en la Asociación para la Autonomía de ltuzaingó, Dr. ldelico Gelpi, figura señera, cuyo recuerdo de hombría de bien, actitud de servicio y compromiso con sus semejantes guiaron nuestro accionar". (10) La mirada al pasado no podía eludir la referencia al hecho ' de ser los primeros gobernantes de sus pueblos, el "mito del pionero" tan atractivo, como ya señalamos, a la historiografía local. Descalzo afirmaba: "Hoy, l1 de Diciembre de 1995, en este prestigioso recinto de la escuela número seis en la que se han educado generaciones de hijos de ltuzaingó , tengo el honor, y la responsabilidad de jurar como el primer intendente del nuevo Distrito, aquello que representa la misma voluntad popular expresada el 14 de Mayo ". (11) En la posición de Juanjo Alvarez, la distinción de ser el primer Intendente era expresada con mayores matices: "No quiero que me recuerden únicamente por ser el primer intendente de este distrito. Quiero que me recuerden por haber logrado gobernar con eficiencia y sensibilidad social; con honestidad, planificación y trabajo en equipo; con transparencia y control; con participación y protagonismo de los vecinos y de cada una de las instituciones sociales." (12) Con esa lectura del pasado y de su propio lugar en un proceso histórico del que se sentían principales protagonistas, Juan José Alvarez y Alberto Descalzo daban inicio a la vida autónoma de sus comunas. En ambos distritos las ideas y los grupos que bregaban por el autonomismo comunal, independiente de Morón, llevaban casi medio siglo. La Asociación Pro Autonomía de Hurlingham fue creada por vecinos reunidos en la calle Solís 1398, un 4 de Mayo de 1958 y era presidida por Segundo Arias.(13) La prédica por la autonomía ya la venía ejerciendo el periódico de la familia Pluda, El Progreso, creado en 1947 y que en una editorial del 11 de agosto de 1956 reclamaba -, en nombre de un
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importante número de vecinos - la independencia municipal de Hurlingham. El Progreso no cesó en su campaña por la administración propia apelando a imágenes como la "mayoría de edad ciudadana" y al derecho natural de gobernar directamente la ciudad. (14) Los proyectos "emancipadores" se sucedieron ante la legislatura bonaerense en 1961, 1963, 1973 y 1988. (15) En la localidad de Ituzaingó, la lucha por la "secesión" tuvo su institución más destacada en la Asociación para la Autonomía de Ituzaingó (APAI ) de Idelico Gelpi. En muchos casos los proyectos autonomistas estuvieron vinculados a la organización de movimientos políticos vecinalistas, con la esperanza de que distritos más pequeños y con mayor conocimiento de los actores políticos distanciara a los electores, en la instancia municipal, de los partidos nacionales. Albergaba también esta propuesta la idea de un Estado Municipal como exclusivo proveedor de servicios y alejado de las intrincadas cuestiones políticas que cubrían al Estado Nacional y al Provincial y a los grandes partidos mayoritarios. En muchas oportunidades los gobiernos militares alentaron la actuación de partidos vecinales. En otras, el vecinalismo se nutrió de disidentes democráticos de los partidos tradicionales. Autonomismo, vecinalismo, organizaciones apolíticas y Estado Municipal limitado a la prestación de servicios al vecino, conformaba una mula ideal para quienes pensaban encontrar un lugar bajo el sol político en las nuevas y mas pequeñas estructuras estatales que reemplazaban a las gigantescas administraciones de los sobredimensionados municipios del gran Buenos Aires.(16) Pero la realidad política y, fundamentalmente, la voluntad popular asestaron un duro golpe a las aspiraciones vecinalistas o localistas en los municipios que como Hurlingham e Ituzaingó, tras lograr la autonomía, se encontraron con su primer test electoral el 14 de mayo de 1995. Finalizado el escrutinio, el resultado mostró que los ciudadanos de Hurlingham e Ituzaingo se inclinaron con amplitud por los candidatos Justicialistas para darles la responsabilidad de organizar el primer Estado Municipal de ambos pueblos. Los peronistas Juanjo Alvarez (49%) y Alberto Descalzo (46.5%) aventajaron holgadamente a sus seguidores, reduciéndose a magros porcentajes los votos obtenidos por las propuestas vecinalistas. (17) En Hurlingham los grupos autonomistas o vecinalistas no lograron alcanzar el 10% del sufragio (18), mientras que en Ituzaingo estuvieron por debajo del 5%. El fin del Municipio de Morón daba lugar a dos nuevas estructuras estatales y a una tercera (el Morón residual) reducida la mitad de su extensión y del número de habitantes. Pero en ese nuevo escenario, heredero de la autonomía, eran principales protagonistas dirigentes políticos -ahora intendentes- cuyo horizonte superaba los límites locales y se relacionaba estrechamente con proyectos de alcance provincial y nacional. 3. EL PRINCIPIO En el principio, los territorios que ocupan hoy los municipios de Hurlingham, Ituzaingó y Morón, eran una única y amplia llanura habitada por los indios Querandíes, primero, y por los Pampas más tarde. Como consecuencia de la colonización española, en el siglo XVIII eran tierras de pastoreo y se transformaron, impulsadas por la política del cabildo de Buenos Aires, en una zona agrícola, rica productora de trigo en gran escala. El desarrollo de la región -que tuvo en Morón su excluyente centro-, el paulatino
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asentamiento de población y el movimiento que generaba la incipiente circulación de transportes hizo que aparecieran el fortín, la posta, la parroquia y la pulpería. La evolución urbana originó primero el pago o aldea, a principios del siglo XIX la villa y a principios de este siglo la ciudad. Morón como partido comienza en 1784, cuando la administración de la cada vez más amplia zona rural exigió divisiones territoriales en la campaña. A mediados del siglo XIX se conforma la comuna de Morón, que tiempo después dividió su territorio en cuarteles, correspondiendo al Cuartel IV el actual territorio del municipio de Hurlingham sumado Villa Udaondo (hoy Ituzaingó). (19) En 1891, Morón tuvo su primer intendente municipal - el escritor Gregorio de Laferrere-, derivado de la aplicación de la Ley Orgánica de Municipalidades sancionada el 28 de octubre de 1890. A pesar de los comunes orígenes, Hurlingham e Ituzaingó tuvieron desde sus inicios características particulares que fueron, poco a poco, diferenciando su fisonomía como pueblos de identidad propia. El principio de Hurlingham se remonta hacia 1857 y existe alrededor del momento de su fundación debates y controversias. La fecha de su nacimiento presenta distintas alternativas. a) 1723. El alférez Domingo Morales es propietario de las tierras sobre el Río de las Conchas (actual Reconquista) en donde se ubica el llamado "Paso Morales", primer nombre de esta zona. b) 15/09/1857. Durante la gobernación del Dr. Valentín Vergara, el juez de paz de Morón celebra un contrato con el Ing. Adolfo Sourdeaux para realizar el relevamiento del Partido de Morón y que en una de sus etapas lo llevaría a realizar el primer trazado urbano que dio origen a Hurlingham. c) 20/10/18S9. El agrimensor público Ángel Sourdeaux, comisionado por el Superior Gobierno, "ubica (sic) en favor de los señores Luis Languevin y B.H. Taggartt el terreno de propiedad pública que se les ha concedido en venta sobre el río Las Conchas, en el paraje denominado Paso Morales ... . d) 6/12/1859. Se aprueba la mensura del terreno descripto en el punto c). e) Enero/1863. Se instala el molino harinero de la sociedad Louis Languevin y Cía. en la zona de Paso Morales. f) 1862 /1863. Llega a la zona Nicolás Machiavello, joven genovés que instaló una pulpería en la zona que hoy se cruzan avenida Roca y Vergara. g) 6/10/1888. Juan Ravenscroft y sus amigos fundan el "Hurlingham Club" en la Capital Federal. h) 4/ 04 /1889. El "Hurlingham Club" adquiere los 337.479, 32 metros cuadrados en el paraje que luego se conoció como Hurlingham, sobre la vía del Ferrocarril Pacífico. i) 26/09/1889. Se autoriza a la empresa del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico a construir una estación en el centro de población "Hurlingham". (20) Asentamiento de un molino harinero, pulpería, club de polo de origen británico, lugar residencial y estación de ferrocarril; en torno a esa realidad fue creciendo el poblado al que se le agregaron con posterioridad el industrial Villa Tesei y el por mucho tiempo rural y más humilde William Morris. Ituzaingó tuvo, en cambio, un origen más clásico, el 24 de octubre de 1872 el gobernador Mariano Acosta aprobó por un decreto los planos del nuevo pueblo que llamó Santa Rosa. Al año siguiente, al construirse la estación del ferrocarril, ésta recibió el nombre de Ituzaingó -en homenaje a la batalla durante la guerra contra el Brasil- que, con el tiempo, se extendió al de la ciudad. Su principio es obra de Don Manuel Eustaquio Rodríguez Fragío, un español que planificó la creación de un nuevo poblado entre Merlo y Morón. En esa época el ferrocarril ya hacía
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sentir su influencia en la zona. A pesar de que el fundador pretendió designar con su nombre al nuevo "centro", la cercanía de Gral. Rodríguez -con similar denominación- impidió su ilusión. Finalmente se llamó Santa Rosa, nombre de una pulpería del período colonial ubicada en lo que hoy es la esquina de Rivadavia y la Barrera 80. A igual que muchos pueblos, Ituzaingó creció como área residencial aliada al movimiento ferroviario y se fue extendiendo hacia la periferia, conformando su fisonomía como típica concentración urbana del gran Buenos Aires. (21) 4. LOS FINES Y LOS PRINCIPIOS Los fines con los que fueron fundados estos pueblos estaban relacionados con la expansión territorial y el crecimiento de la economía regional. Cada una de las decisiones políticas tomadas para la diagramación del territorio o p ara la organización institucional estaban vinculadas a realidades que se iban desarrollando paralelamente a la evolución económica, social y urbana. Elegidas como zona residencial, para emprendimientos agrícolas, para proyectos de empresarios pioneros o como acompañamiento de la extensión de los rieles del centro hacia el interior; la región se fue poblando y las raleadas aldeas del inicio se fueron transformando en importantes conglomerados urbanos. Cuando se creaba un fortín el objetivo era la defensa contra los malones y eso implicaba, ya, algunos habitantes de residencia permanente. Detrás de cada fortificación se encontraba la necesidad no sólo de la seguridad sino que, unido a ella, la del progreso económico. El movimiento comercial convocó el establecimiento de postas y pulperías. La actividad productiva atrajo al ferrocarril; éste el aumento de la población y como cadena de consecuencias, transformaciones en las costumbres. El proceso de urbanización se va manifestando de manera intensa y la organización de partidos y municipios son la consecuencia de esa realidad social. (22) Los principios en los que se debía basar el cumplimiento del objetivo de la fundación de estos pueblos eran el desarrollo económico con la expansión del proyecto agroganadero, el poblamiento, la extensión de la red ferroviaria, la urbanización. En definitiva, el progreso. Podríamos preguntarnos ¿cuáles fueron los fines de la creación de los nuevos municipios del gran Buenos Aires, ciudades convertidas en densas y masificadas comunas? Ya el objetivo no era la fundación ni el avance de la frontera interna. Ahora, el motivo impulsor, era la gobernabilidad. La Ley 11610, en su artículo tercero, se orientaba en ese sentido. "Estos nuevos municipios deberán organizarse siguiendo un nuevo modelo de gestión basado en los siguientes principios: a) Modernización tecnológica administrativa b) Desburocratización c) Descentralización funcional y administrativa d) Gestión, presupuesto y control por resultados e) Calidad de servicio y cercanía con el vecino f) Limitación proporcional del gasto de los Concejos Deliberantes respecto de los presupuestos globales de los Municipios g) Racionalidad de estructuras administrativas y plantas de personal, acorde a las modalidades de prestación de los servicios". (23)
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Los nuevos Municipios se justificaban desde la eficiencia administrativa, la descentralización, el control del gasto público, la más directa participación de los vecinos y la mejor calidad de vida. Así lo entendieron los flamantes intendentes de Hurlingham e Ituzaingó, cuando hablaron por primera vez como tales ante sus gobernados. ...En este marco racionalizaremos y distribuiremos los recursos humanos para el fiel cumplimiento de las necesidades del Partido de Ituzaingó, optimizando los servicios que prestemos teniendo como máxima que el vecino-contribuyente merece la mejor y más eficiente prestación Municipal. Con nuestro accionar fomentaremos la confianza pública, reivindicando el papel de los hombres y mujeres de Ituzaingó como sujetos protagónicos en la vida de la comunidad que a través de las Asociaciones Libres del Pueblo, Parroquias, Sociedades de Fomento, Juntas Vecinales, Cooperadoras, Cámaras de Industria y Comercio, participan activamente en la elaboración de propuestas y concreción de soluciones a las necesidades populares. " (24); prometía Alberto Descalzo a los habitantes del que fuera en sus inicios el Pueblo de Santa Rosa. El Dr. Juanjo Alvarez reflexionaba frente al territorio que en el pasado más lejano se llamó Paso Morales: ... "Tenemos que rescatar la vitalidad del Municipio como organización básica del Estado (...) El objetivo es dotar al Municipio de un nuevo y más rico contenido, transformándolo en el gran emprendimiento de toda la comunidad, para promover el desarrollo y satisfacer las necesidades crecientes de la población. Nuestra primer tarea consiste en la definición del modelo de Municipio al que aspiramos para nuestra comunidad." En otro pasaje, el nuevo intendente de Hurlingham apuntaba al corazón del problema: “...Pretendemos la recuperación y la revalorización de los es pacios públicos. Esa es ahora nuestra responsabilidad Mía y de todos ustedes. Hablo de las instituciones representativas, de la Intendencia, del Concejo Deliberante, del Consejo Escolar, de nuestras organizaciones vecinales, de las escuelas, las salas de salud, de nuestras organizaciones deportivas, las calles, las plazas. Hablo también de recrear el más esencial de los espacios públicos: la política." (25) Las nuevas “fundaciones" requerían, a fines del siglo XX, de respuestas diferentes para alcanzar sus fines. El tamaño de la población, el deterioro del medio ambiente y la saturación de los servicios eran ahora condicionantes. Pero la vigencia de la democracia, la planificación de gobierno, y la disminución de las inequidades sociales, se presentaban como principios ineludibles. NOTAS (1) PRESAS, Juan Antonio: Morón, contribución al estudio de su historia (1954); Nuestra Señora del Buen Viaje (1972); Morón, Centro del Oeste (1988); Problemas históricos referentes a los orígenes de la zona oeste de Buenos Aires (1982) (2) FARREL, Gerardo y otros: Evolución Social y Demográfica de Morón; FINARDI, Alicia y REBOIRAS, Leandro: Morón, una perspectiva histórica, socioeconómica y demográfica. GARCIA BASALO, Javier: El plan geopolítico del Gobernador Rocha. La fundación de la Plata y los orígenes del pueblo de Haedo.(1991). PRIMO, Liliana y RODRIGUEZ, Liliana: Morón (1862-1880) ¿ Pluralismo cultural o crisol de razas? Identidad étnica de los contrayentes argentinos y extranjeros.(1995). SUAREZ, Carlos : Los comienzos de la actividad teatral en Morón (1995). Ver Revista de Historia Bonaerense del Instituto Histórico del Partido de Morón. (3) LEY PROVINCIAL 11.610 del 28 de diciembre de 1994 (4) ibídem (5) ibídem (6) Discurso de asunción del : Intendente de Hurlingham, Dr. Juan José Alvarez, 10 de diciembre de 1995 (7) Discurso de asunción del Sr. Intendente de Ituzaingó, Sr. Alberto Descalzo, 11 de diciembre de 1995 (8) Juan José Alvarez op. cit.
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(9) ibídem (10) Alberto Descalzo op. cit. (11) ibídem (12) Juan José Alvarez op. cit. (13) PUMIERE, Jorge: Historia de Hurlingham (1969), pág.l38 y ss. (l4) Periódico EL PROGRESO, "Autonomía Comunal de Hurlingham" 11 de agosto de 1956; "Autonomía y ciudad" 29 de Diciembre de 1956 (15) PUMIERE, Jorge op.cit. pág. 161; GRÜNEWALD, Luis Alberto: Historia del Partido de Hurlingham. (1995); EL PROGRESO 26 de marzo de 1994. (16) Ver por ejemplo: RAFANELLI, Marcelo "El Fomentismo y los nuevos Municipios" en EL TIEMPO, Ituzaingó 13 de Junio de 1995, o STEFANONI, Víctor "La Historia comienza el 14 de mayo de 1995" en EL PROGRESO, 13 de mayo de 1995 (17) En Hurlingham: FREJUFE 49%, FREPASO 20,7% , UCR 10,4%, Agrupación Vecinal por la Esperanza (Peronistas disidentes) 7%, Unión Vecinal Nuevo Hurlingham 5%, Fuerza Autonomista 3%, etc. En Ituzaingó: FREJUFE 46,3%, FREPASO 27,1%, UCR 13,6°l0, Unión Nuevo Ituzaingó 3,6%, etc. (18) En Hurlingham los grupos liderados por Angel Morreale (UVNH) y por Víctor Stefanoni (FA) sumaron el 8% de los votos. En Ituzaingó la UNI del antiguo dirigente peronista Jorge Infante alcanzó el 3,6% de los votos. (19) La inclusión de Villa Udaondo y el respeto por la totalidad del territorio de Cuartel IV fue una permanente reivindicación del autonomismo. (20) PUMIERE, Jorge op. cit: GRÜNEWALD, Luis op.cit. (21) CAMERUCCI, Agustín: Historia de Ituzaingó (1984) (22) FINARDI y REBOIRAS op.cit. (23) Ley 11610 (24) Alberto Descalzo op.cit. (25) Juan José Alvarez op.cit.
La Revista de Historia Bonaerense está dedicada a la divulgación de trabajos de historia local y regional, pero nos parece interesante abrir un nuevo espacio dedicado a las Ciencias Sociales abarcando distintas temáticas nacionales y latinoamericanas. EN BUSCA DE NUEVOS ENFOQUES PARA UNA MAYOR COMPRENSIÓN DE LA HISTORIA DE LATINOAMÉRICA Juan Omar Cerviño Así como en 1789 la toma de la Bastilla preanunció el fin del orden sistemático imperante, caracterizado por estructuras socio-políticas que ya no respondían al conjunto de intereses convergentes en el pacto social que le había dado origen, la caída del muro de Berlín exactamente doscientos años después marca un nuevo punto de inflexión histórica, al simbolizar el colapso del ordenamiento mundial alcanzado en Bretton Woods y la culminación historicista del siglo XX. El ocaso de la bipolaridad ideológica y la pérdida del "mundo conocido" determinaron el surgimiento del actual proceso de transición caracterizado por el fracaso del paradigma socialista y el fin de la "guerra fría"; por la globalización de la crisis económica y la conformación de un capitalismo financiero supranacional; por la transformación del ámbito laboral y el creciente fenómeno del desempleo como nuevo condicionamiento social; por la pérdida de la hegemonía económico-política de los Estados Unidos de Norteamérica y el fuerte resurgimiento de los nacionalismos; y finalmente por la posmodernidad cultural, cuyo primer principio es "siento, luego existo". Situación que por otro lado amenaza con socavar los fundamentos político-doctrinarios sobre los que aún se asienta la erosionada relación Estado-Nación, que ha suministrado el criterio de legitimidad necesario para la aceptación de los sucesivos ordenamientos que el mundo contemporáneo ha experimentado, desde el advenimiento de las revoluciones burguesas. Y que en la actualidad, el hecho de haber perdido la capacidad de decisión le 70
resta credibilidad ante una sociedad que observa como el Estado depende, cada vez más, del ambiente económico financiero internacional a causa de la acelerada globalización de la economía. Este fenómeno, como no po dría ser de otro modo, sólo nos permite recién ingresados a un siglo que a priori se nos presenta como el momento de la toma de impostergables decisiones sociales, apuntar hacia un amplio pero incierto abanico de posibilidades a desarrollar. Dentro de este contexto situacional y de acuerdo con la visión generalizada de atraso, corrupción e ingobernabilidad que en la actualidad se tiene de América Latina, llegando al extremo que en algunos mapas aparece como geográficamente más pequeña de lo que es en realidad (Cordeiro, 1995), hace que no cause extrañeza que se la considere como una de las posibles "víctimas" del Nuevo Orden Mundial que en estos momentos se está gestionando en las sociedades hiperdesarrolladas. Latinoamérica se ha convertido a lo largo del siglo pasado en la región que en su conjunto ha presentado la mayor "desigualdad" social en el mundo, dándose el caso que hacia fines de los años ochenta el 10% de la población más rica en países como Colombia, México, Ecuador y Brasil, percibía un nivel de ingresos diez o más veces mayor que el percibido por los sectores marginales (Banco Internacional de Reconstrucción BANCO MUNDIAL, 1994). Fenómeno alentado en parte, por el accionar de gobiernos y funcionarios venales y sociedades permisivas, acostumbradas a vivir de Estados distribucionistas. En consecuencia el "mundo globalizado" del tercer milenio ha encontrado a las economías de América Latina, sumergidas en una larga y profunda crisis económica que en el corto y mediano plazo y a causa de una inadecuada distribución de los ingresos y recursos naturales, desembocó en la hiperpobreza que en la actualidad margina a la mayor parte de sus habitantes. Una forma de intentar comprender el por qué de esta situación es la de tomar como hilo conductor interestructural, el desarrollo del proceso de industrialización de manufacturas no substitutivas en los países más industrializados de la región. Al finalizar la segunda guerra mundial, la mayoría de los países de América Latina, acosados por el proteccionismo económico-financiero del mundo altamente industrializado, intentan desarrollar un programa económico autónomo,. sobre la base de la sustitución de importaciones de bienes de consumo no duraderos y la conformación de mercados internos. La puesta en marcha de esta política desarrollista tendiente a fomentar fronteras adentro un proceso de industrialización, no fue llevada adelante únicamente como respuesta a la retracción del comercio internacional y al marcado deterioro en los términos de intercambio que amenazaba con trasladar los efectos de la belicosidad europea a los países sin desarrollar -se debe tener en cuenta que recién al promediar los años cincuenta se restablecen plenamente el multilateralismo comercial y la convertibilidad externa de las principales monedas- sino al hecho de considerársela como el medio más eficaz y racional (Prebisch, 1949) para alcanzar un rápido mejoramiento del nivel de vida de los sectores más desprotegidos. De este modo la industrialización alcanzó un p apel protagónico y relevante al ser alentado en los diversos planes gubernamentales un proceso de desarrollo manufacturero orientado hacia el consumo interno. Pero, a poco de ser implementado se ve interrumpido, aún cuando existieron excepciones, por la estrechez de estos mercados a causa de su escasa capacidad de consumo, sirviendo no ob stante, de inspiración a los primeros intentos de integración económico regional. Con el ingreso en la década de los años sesenta, se profundiza la crisis del modelo económico y cobra fuerza la idea de integrar económicamente la región a partir de la creación del Mercado Común Centroamericano. Los intentos tendientes a desarrollar economías a escala regional y una vía propia de industrialización sólo contó con el apoyo
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de pequeños y medianos Estados latinoamericanos; dado que éstos consideraban que el desarrollo de mercados regionales posibilitaría el crecimiento económico; contribuyendo, de ese modo, a solucionar los graves problemas sociales que atravesaba la región, pero no obtuvo la adhesión de los más industrializados: Brasil, México y Argentina que por entonces se ven en la necesidad de re-orientar su política productiva a fin de no quedar peligrosamente "desvinculados" de los grandes centros económicos internacionales. En otras palabras, las políticas gubernamentales de estos tres países, a través del apoyo y promoción desarrolladas por el Estado empresarial y sin dejar de cumplir con su tradicional rol de países exportadores de productos primarios y consumidores de manufacturas y tecnología, intentan desarrollar una fuente alternativa de acumulación de capitales á través de un nuevo perfil exportador encarnado por la industrialización de manufacturas no sustitutivas. Este nuevo norte económico perseguido por los principales países latinoamericanos comenzó a gestarse a fines de los años sesenta y principio de los setenta, después que el modelo de sustitución de importaciones encontrara su techo al no ser apuntalado con los cambios necesarios en la estructura capitalista de producción. De este modo, los Estados implicados en el cambio de rumbo, al no contar con capitales internos suficientes para profundizar el programa económico en su arista más difícil, como es la producción de bienes durables de consumo y bienes de capital, se ven en la necesidad de recurrir al auxilio del capital financiero internacional, por medio de la inversión directa en el circuito productivo, o indirecta a través de empréstitos públicos y privados que a tasas de interés relativamente bajas, vuelcan enormes remesas de dinero en la región. Se pensaba que el ingreso masivo de capitales extranjeros contribuiría a dinamizar las economías deprimidas, generando un nu evo proceso de acumulación productiva que terminaría por alentar el ingreso de filiales de empresas multinacionales, dando origen a un modelo económico políticamente dependiente y socialmente excluyente. Una vez más la crónica y endémica ausencia de capitales locales para ser puestos al servicio de un proceso industrializador autónomo, se dejaba sentir con más fuerza y determinismo que antes, si se repara en que la deuda externa latinoamericana que por 1950 giraba en torno a los US$ 2,3 MMM, en 1973 alcanzaba los US$ 44,9 MMM (Cordeiro, op. Cit.) sin tomar en consideración que en ese mismo año y a causa de la primera crisis petrolera, el nivel de endeudamiento aumentaría considerablemente. No obstante, en este período se aceleró el ritmo de crecimiento de estos países que en parte estuvo alentado por la expansión económica mundial, el mejoramiento de las relaciones internacionales de intercambio y una mayor disponibilidad de capitales externos. Pero este proceso de crecimiento "desde y hacia fuera" tendría dos aristas fundamentales: de una lado concentraría la actividad en la faz productiva, y del otro excluiría en el orden social, sectores poblacionales cada vez más vastos. Obviamente para mantenerse en el tiempo y profundizar sus objetivos de "crecimiento", este modelo extractivo dependiente de las fluctuaciones de los mercados externos y del flujo permanente del capital internacional, debía necesariamente apoyarse en gobiernos autoritarios que amparados en la cobertura político social brindada por las burguesías locales y el respaldo incondicional de las fuerzas armadas del continente, se "asociaban" en condiciones desventajosas con los principales centros del poder financiero mundial, que enfrascados por entonces en definir los alcances de la transnacionalidad económica a partir del establecimiento de nuevas y severas pautas socio-culturales e ideológicas, no ponían reparos en enviar dinero "fresco" a la región: Pero la primera gran crisis política del modelo no se haría esperar, cobrando entidad en la primera mitad de los años setenta, cuando la brecha entre los sectores ricos y los sectores pobres comienza a ser inocultable y el rechazo popular al modelo de crecimiento orientado
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"desde y hacia fuera", se transforma en la principal causa de la creciente marginalidad. Dejando en claro la profunda imbricación que existía entre crecimiento industrial y desarrollo socio-cultural. Esto se pone de manifiesto en el estancamiento industrial que estos países sufren a causa de la crisis de la economía internacional que se inicia en el bienio 1973/74, determinando una creciente pauperización de los sectores populares. En el primer quinquenio de la década de los ochenta, los principales gobiernos latinoamericanos surgidos en su mayoría en elecciones populares y enfrentados ante la herencia socio económica recibida, comienzan también ellos a hacer suya la idea elaborada por los principales organismos financieros del mundo (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo), en el sentido que todo intento de corporizar un, desarrollo industrial autónomo sustentado en el crecimiento de mercados internos como alternativa para contrarrestar los efectos de las crisis del modelo, ya no era posible teniendo en cuenta la nueva redistribución del capital internacional y la modernización de los procesos de producción, a partir de la llamada "revolución tecnológica". El impacto de esta mutación tecnológica estaría llamada a producir un cambió radical en el comportamiento de la transnacionalización de capitales, destinados a solventar los procesos extractivos en estos países. En tal sentido, ya no la expansión sino el mantenimiento de las "multinacionales" dependerá de la necesidad industrial de los países desarrollados y de los recursos renovables y no renovables que se encuentren en los diferentes países de la región. Más aún, la desigual oferta de estos recursos, de los costos de producción, a los que se agregan la necesaria calificación del trabajo, las diferentes cargas sociales, las excensiones impositivas y las regulaciones económicas, pasan a determinar contextos macroeconómicos diferentes, afectando los niveles de rentabilidad empresarial. De este modo; Brasil, México y Argentina alentados por este cuadro situacional, se ven compelidos a profundizar la transformación de sus principales estructuras productivas industriales hacia la exportación de manufacturas no sustitutivas, ayudados financieramente por los préstamos de ajuste estructural del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, y amparados políticamente por el llamado "plan Baker". Se comenzó así a preconizar que la liberación de los movimientos de capital y una mayor eficiencia en los controles internos y en los ejercicios presupuestarios, alentaría el ingreso de capitales extranjeros, acrecentando el nivel de las exportaciones y reduciendo el déficit de la balanza de pagos. Contribuyendo a motorizar el desarrollo regional y el nivel de vida poblacional. Pero, para que este nuevo perfil exportador brindara los resultados esperados y obtuviera continuidad, era necesario proceder a la previa transformación de las sociedades latinoamericanas a fin de permitir maximizar las ganancias de los capitales invertidos, incrementar el volumen de las remesas exportables y establecer la apertura de la economías locales a las importaciones y a los capitales externos. La concreción de estos objetivos implicaba entre otras cosas, que los Estados nacionales devinieran en instrumentos políticos al servicio del nuevo capitalismo latinoamericano, impulsando el recorte o la eliminación de actividades públicas ineficientes con la consiguiente reducción de personal. A esto se debía sumar la desregulación del mercado laboral, la caída del salario real y el incremento de las horas e intensidad laboral. Por otro lado se debía propender a neutralizar el activismo y la protesta sindical, apuntando que la faz productiva y el acceso directo a los recursos naturales fueran manejados monopólica u oligopólicamente por las empresas transnacionales y acompañados por exención impositiva, seguridad jurídica y eliminación de las restricciones ecológicas para los capitales de producción. Estas nuevas "ventajas comparativas", harían posible el ingreso de las deprimidas economías latinoamericanas en los mercados mundiales, sobre la base del establecimiento de nuevas relaciones entre el trabajo local y los capitales internacionales. A tal fin, los cambios estructurales y
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macroeconómicos que los países "sin desarrollar" y endeudados deberían adoptar eran anunciados a fines de 1985 por el entonces Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, James Baker, en el marco de la reunión producida por el F.M.I. y el Banco Mundial encaminada a e laborar un programa de acción destinado a solucionar el problema del endeudamiento internacional. Estas transformaciones estructurales deberían basarse en: aumentar la confianza en el sector privado a fin de incrementar el empleo, la producción y la eficacia; adoptar acciones del lado de la oferta mediante una reforma impositiva y en el mercado laboral; y finalmente, desregular la economía para alentar el ingreso de capitales externos (Fernández Pol, 1986). Las políticas macroeconómicas deberían enfatizar el papel regulador del mercado y el Estado controlar la emisión monetaria y la evasión fiscal, a fin de reducir la inflación y liberar recursos estatales hacia el sector privado, fenómeno conocido en el plano doméstico con el nombre de privatizaciones. De este modo, a aceptación de la propuesta "Baker" conllevaría para estas latitudes sin desarrollar un nuevo rol dentro del sistema capitalista de manufacturas no sustitutivas, que debido a su bajo costo productivo contribuiría a incrementar las ganancias financieras de los países desarrollados, y al mismo tiempo alejar de sus fronteras el alto costo social e impacto ecológico que significaría desarrollar economías "sucias", con iguales o parecidos márgenes de ganancias fronteras adentro. Como contrapartida, la periferia "americana" sin desarrollar ocuparía un lugar redefinido en el robustecido capitalismo económico mundial, alejando temporalmente el fantasma del aislamiento financiero y permitiendo que las retenciones impositivas, efectuadas sobre las remesas de dinero ingresado en concepto de exportaciones industriales, fueran destinadas conjuntamente con la mayor parte de los elevados aportes fiscales internos al pago del servicio de la deuda externa. Esto les permitiría superar por lo menos en el corto y mediano plazo, la crisis de confiabilidad de parte de los organismos crediticios internacionales, pero a cambio de postergar la solución de los reclamos sociales más urgentes para las primeras décadas del tercer milenio. Este aggiornamento económico mundial permitirá que el viejo modelo de extracción capitalista produzca, poco antes del fin de la bipolaridad política, un nu evo y necesario ajuste regulador en su erosionada estructura a fin de "expulsar" una vez más, las consecuencias nocivas en su funcionamiento. Eligiendo para ello trasladar el peso de la crisis estructural a los países sin desarrollar, obligando a las élites hegemónicas locales a impulsar un nuevo "pacto social" avalado por las jaqueadas democracias del continente, a cambio de no quedar políticamente aisladas y a merced de reclamos sociales de extrema dureza. Así, frente a una situación de crisis sistémica que amenazaba seriamente al "mundo hiperdesarrollado", se decide globalizar la crisis económica y se pasa a pontificar desde las más altas esferas internacionales un nuevo axioma económico: LOS PAÍSES DEUDORES DEBERÁN CRECER PARA HACER FRENTE A SUS COMPROMISOS INTERNACIONALES (única manera de garantizar la estabilidad política) AÚN A COSTA DE UN MAYOR ENDEUDAMIENTO EXTERNO (Fernández-Pl, op. Cit.). Debiendo asumir al mismo tiempo, el alto costo social que la implementación de este "moderno" criterio político-económico traería aparejado en el corto y mediano plazo en la mayoría de los países latinoamericanos. Tal como ha quedado expresado, los acontecimientos planetarios ocurridos en la última década han cambiado los fundamentos políticos, sociales y económicos que imperaron a lo largo de los últimos cincuenta años. Lapso de tiempo en el que América Latina vivió inmersa en un p roceso de marcada irracionalidad, caracterizada entre otros aspectos, por grupos dirigenciales en su mayoría corruptos e incompetentes; por sectores populares radicalizados y lanzados mesiánicamente a imponer como única alternativa de cambio, la violencia política y la eliminación física indiscriminada; por procesos dictatoriales que sólo atinaron a poner en práctica el terrorismo de Estado como único recurso capaz de controlar
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los desbordes sociales y el accionar guerrillero, sin reparar en que destruían la esencia ontológica de la relación Estado-Nación al atacar los principios político-sociales sobre los que se basa todo proceso dialéctico superador; y finalmente, por "sociedades" que entre indiferentes y participacionistas unas, y contestatarias y movimientistas otras, observaban como descendían sus expectativas de mejor vida al tiempo que aumentaba su nivel de pauperización socio-económica. Pero, más allá de la descripción situacional poco alentadora, es necesario recordar que desde sus orígenes esta "parte" del mundo ha sido considerada como tierra de utopías, y tal como reza el dicho popular "las utopías de hoy son las realidades de mañana", es dable esperar que lo acontecido en Latinoamérica a lo largo del "breve" siglo XX sea la contracara de lo que habrá de suceder en el XXI, al que algunos analistas (Cordeiro, op. Cit.) consideran como el momento hegemónico del Pacífico. No obstante, la pregunta que permanece flotando sobre nuestras cabezas gira en torno a saber si la sociedad latinoamericana se decidirá a revertir el estado de involución progresiva en el que se encuentra, o po r el contrario, se resignará a ser una de las "víctimas" del Nuevo Orden Mundial. En ambos casos es oportuno tener presente que el futuro es hoy. El futuro comienza con nosotros. Bibliografía - Bethell, Leslie, ed. (1991) Historia de América Latina. XVI volúmenes. Cambridge University Press. Serie Mayor. Ed. Crítica. Barcelona - Cordeiro, José Luis. (1995) El desafío Americano (y sus cinco grandes retos). Mc. Graw Hill Interamericana. Venezuela. - Furtado, Celso. (1985)La Nueva Dependencia, deuda externa y monetarismo. Bibliotecas Universitarias. CEAL. Argentina - Cooper, Richard y otros. (1995) Auge, crisis y ajuste (La experiencia macroeconómica de los países en Desarrollo. 1970-90. Tendencias del Desarrollo. Banco Mundial Washington D.C. - Banco Mundial (1995) Informe sobre el desarrollo mundial 1995 EL MUNDO DEL TRABAJO EN UNA ECONOMÍA INTEGRADA. Indicadores del desarrollo mundial. Banco Mundial. Washington D.C. - Fernández-Pol, Jorge. ( 1986) Economía para no economistas. Edit. Tesis. Argentina. - CEPAL (1994) El regionalismo abierto en América Latina y el Caribe (la integración económica al servicio de la transformación productiva con equidad). NACIONES UNIDAS, Santiago de Chile. - CEPAL (1989) Transformación Ocupacional y Crisis social en América Latina. NACIONES UNIDAS Santiago de Chile.
COMENTARIOS BIBLIOGRÁFICOS BESSONE, Nelson Roberto. Smith entre la esperanza y el ocaso. Carlos Casares, Editora del Archivo, 1993. Moctezuma, del imperio al pueblo, Carlos Casares, Editora del Archivo, 1995. En el Editorial de nuestro primer número se decía que intentaríamos "a través de estas páginas ofrecer 1a posibilidad de publicar trabajos a investigadores y docentes de historia y ciencias sociales, y hacerlos llegar a todos los que se interesen en e1 conocimiento y reflexión de temas de historia local y regional su conexión con lo nacional y americano." Con ese espíritu es que nos importa destacar estas dos publicaciones realizadas por el Archivo Histórico "Antonio Maya" de Carlos Casares en su Serie Los Pueblos (Nros. I y 2) y cuyo autor es Nelson Roberto Bessone, residente en Moctezuma y que ha sido por años Maestro y Director de la Escuela Nro. 7 "Domingo F. Sarmiento' ; de la localidad de Smith. Se propone el autor -como primer objetivo- el rescate de la historia de estos pueblos y rendir homenaje a sus fundadores. En segundo lugar se autoimpone un mandato, construir el primer peldaño de una memoria pueblerina. Así lo expresa en el prólogo de la primera obra y para ello se servirá no 75
solamente de las fuentes documentales que cita, sino también del testimonio vivo de sus habitantes, a los que interroga en forma sistemática. Así, en ocasiones, encontraremos el cálido relato de un protagonista; en ocasiones el recuerdo familiar; siempre la referencia clara del origen de la información. Respecto de las fuentes cabe también señalar un rescate: los famosos ANUARIOS que editaba Guillermo Kraft y las GUÍAS COMERCIALES que publicaban las empresas ferroviarias y que eran una verdadera síntesis económica y demográfica de los pueblos por los que pasaba su línea. En los dos textos queda claro la importancia del tendido ferroviario, en la fundación y desarrollo posterior de muchos pueblos bonaerenses, que primero son una estación o parada o apeadero. Importancia aún más palpable, cuando toca analizar los momentos de declinación y éxodo. Por supuesto que también se siente la presencia inmigrante, en lo que hace al momento de su poblamiento y creación de riqueza. Otro elemento común en ambos textos es la descripción de aspectos relevantes que hacen a la vida de relación, a la sociabilidad y a las actividades recreativas. Las referencias al "teatro como fenómeno colectivo' ; en el capítulo sobre Smith y su cultura y el capítulo Vida Cotidiana, en el de Moctezuma son ilustrativas en ese sentido. Estas temáticas generalmente descuidadas en las historias más formales o institucionales, son destacadas por Bessone, estimulado seguramente por sus propias vivencias: "Mi primer contacto con Moctezuma tiene que ver con varias sensaciones imborrables a través del tiempo. Una mañana de sol, el traqueteo del charret, una larga casa pintada de un amarillo intenso, poblada con muchos niños que habrían de ser en e1 futuro mis compañeros de a venturas El olor de la carbonilla mezclada con asfalto que el tren había arrojado para afirmar el terraplén del paso a nivel. (...). " "Hoy la casa amarilla ha perdido su alegría y su color. Los niños se hicieron hombres y tomaron rumbos di versos El tren hace tiempo que desapareció con su anacrónico chirrido y hasta las vías suspendieron su precario contacto con la tierra. (...)" Las palabras finales de esta breve presentación para resaltar el proyecto editorial del Centro Cultural “José Ingenieros" y Archivo Histórico "Antonio Maya" de Carlos Casares, por esta propuesta-desafío de contribuir al mejor conocimiento de la historia local y regional, que se concreta en trabajos como los que hoy nos ocupan. Carlos Suárez LAS PINTURAS RUPESTRES Desde que el hombre existe sobre la tierra y éste es uno de los elementos que lo diferencian del resto de las criaturas, tuvo necesidad de expresarse y dejar testimonio. El arte que no es otra cosa que la manera más importante de exteriorizar el mundo interior, surge en los tiempos rudos y salvajes de la Prehistoria. Formas de expresión que han llegado hasta nosotros desde hace miles de años, muchas veces no muy claras en su significado, pero que nos transmiten formas de vivir, de pensar y de sentir de aquellos hombres. Aunque existe una gran variedad de manifestaciones (tallas de madera, piedra o hueso, estatuillas, pequeños objetos), lo que más impacta por su grandiosidad son las pinturas rupestres encontradas en las cuevas. Siendo las más famosas las pinturas de Altamira en España y de Lascaux en Francia; existen numerosas pinturas rupestres en todos los continentes, variando sus motivos y técnicas de acuerdo a las regiones. Generalmente son representaciones de animales, hombres y mujeres y huellas humanas (manos y pies). El papel destacado de los animales que constituyen la mayoría de las pinturas está
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relacionado con la subsistencia de aquellos nómades cazadores que dependían de ellos para vivir. Toros, bisontes, caballos, renos y los extinguidos mamuts pueblan 1 paredes de las cuevas. Generalmente aislados, a veces superpuestos, las figuras en movimiento, saltan o en plena carrera, como sorprendidos por una cámara, a veces dormidos (posición en que el cazador seguramente desearía encontrarlos). Rara vez forman escenas: grupos de esquemáticos cazadores con arcos y flechas, una manada de ciervos cruzando un río, un d esfile de mamuts, mujeres con faldas danzando... Por asociación con pueblos primitivos actuales se supone que tales representaciones corresponden a los llamados ritos de magia simpática, por los que se asocia realidad y fantasía. En este caso se concretaría una buena cacería, deseo que estos hombres representaban a través de animales con flechas en el corazón, pintado de rojo y ubicado perfectamente en su cuerpo. También dibujaban hembras preñadas, fecundidad también asociada a la abundancia de los animales, que no era otra cosa que la continuidad de la vida. El hecho de que las pinturas se encuentren en los lugares más profundos y de peor acceso de las grutas, también fortalece la teoría de que estas pinturas tienen un carácter mágicoreligioso (algunas imágenes solo pueden verse a la luz de las antorchas). Tal vez un artistabrujo-sacerdote, y no cualquiera del grupo era el que las realizaba y probablemente los secretos de la técnica se transmitían de padre a hijo o de maestro a discípulo. Los colores se obtenían de ocres minerales, jugos vegetales, grasa animal, huevos y sangre. Los tonos variaban del negro al pardo, rojos y blanco. Fabricaban pinceles rudimentarios de fibra vegetal o pelo, o pintaban con los dedos. También utilizaban la técnica del rociado, soplando la pintura con una caña. A pesar de la precariedad de las técnicas y del paso del tiempo, las pinturas se han conservado a través de los milenios y seguirán deslumbrando a la humanidad con su fuerza y su misterio para siempre.
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