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FRANCISCO VILLA, EL ÚNICO MEXICANO QUE INVADIÓ ESTADOS UNIDOS
Hoy Se Conmemoran 100 A Os De Su Muerte
A propósito de su muerte, conozco varias anécdotas de Pancho Villa, algunas de las cuales me las llegó a platicar mi papá, quien tuvo la oportunidad de conocerlo.
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De muy joven, Doroteo Arango descubrió a uno de los dueños de la hacienda donde vivía tratando de violar a su hermana.
Se vio obligado a impedirlo con un disparo, que dejó malherido al hacendado. Como consecuencia, Doroteo tuvo que dejar su tierra para salvar su vida; se fue a la sierra y se refugió con un grupo de bandoleros, capitaneado por alguien de nombre Pancho Villa.
En ese grupo, entre esos forajidos que robaban ganado de las haciendas, que asaltaban trenes y diligencias, acabó de crecer Doroteo. Un día se toparon con un destacamento de federales que les seguía de cerca los pasos. Hubo un fuerte enfrentamiento, en el que perdió la vida el jefe de los bandoleros.
El grupo, desanimado y sin cabeza, decidió agarrar la sierra. En ese entonces, Doroteo ya había destacado entre los ellos, era audaz y simpático, y uno de los hombres más cercanos al cabecilla de la banda.
El grupo que había quedado le dio toda su confianza para que fuera el siguiente al mando. Para impedir que decayera el ánimo la banda y en reconocimiento del finado líder, el joven forajido adoptó el nombre de Pancho Villa, para no volver a usar nunca más el de Doroteo Arango.
Hoy, este 20 de julio, conmemoramos la muerte del Caudillo, del hombre fuerte de la Revolución Mexicana, quien llegó a comandar un ejército de 84 mil hombres. Fue un gran estratega, lo que le permitió ganar muchas batallas.
Pasados los primeros años de la Revolución, en 1913, Villa fue detenido y encarcelado en Chihuahua. Cuando salió libre, se unió a Francisco I. Madero, quien luchó por la democracia y echó abajo la dictadura de Porfirio Díaz.
El recién nacido ejército maderista demostró su habilidad innata para la guerra. A la muerte de Madero, en los años 1913 y 1914, fue gobernador interino de Chihuahua.
Cuando tenía 16 años, mi padre conoció a Villa, durante la toma definitiva de Torreón, en la que participó Felipe Ángeles (el lado técnico de la estrategia del Centauro del Norte).
Torreón era ciudad importante. Sus vías, tanto a la frontera como al centro del país, le daban una posición que Villa buscaba aprovechar, así que decidió acercarse con su ejército.
En un periódico de la región, apareció una caricatura que decía, cuando Villa venía en lo alto de la sierra, bajando hacia su objetivo, “El bandido y asesino Pancho Villa viene a Torreón”. Eso se veía en el periódico de la localidad.
Al segundo día, cuando Villa venía terminando de bajar la sierra, volvió a aparecer otra caricatura, en la que lo llamaban “El revolucionario Pancho Villa esta por entrar a Torreón”, y al tercer día, cuando iba prácticamente en la ciudad, salió otra caricatura más, con la siguiente leyenda: “El Honorable y Distinguido
General Don Francisco Villa, llegando a Torreón”. Eso me lo platicaba mi papá muy sabrosamente con muchos detalles. (El miedo no anda en burro).
Después de tomar la ciudad, Pancho Villa se fue a seguir la lucha contra los federales para tomar Zacatecas. Los generales Francisco Villa y Felipe Ángeles, con la combinación de fuego, lograron la derrota de los enemigos, que estaban bajo las órdenes del general Luis Medina Barrón, comandante en jefe, y de los generales Antonio Olea y Benjamín Argumedo (a veces recordaba mi papá aquel corrido revolucionario que decía: “Gritaba Francisco Villa: ‘¿Dónde te hallas, Argumedo. Ven, párate aquí de frente, tú que nunca tienes miedo’”).
Pánfilo Natera, jefe de la División del Centro, comandaba en ese momento 6 mil hombres y fue brazo derecho de Villa en la Toma de Zacatecas, acompañados los tres grandes, Pancho Villa, Pánfilo Natera y Felipe Ángeles, este último disparando un cañonazo para señalar el inicio del ataque, lograron la derrota.
Esta batalla, que duró varios días, dejó cerca de 30 mil muertos, tanto federales como revolucionariosy población civil. Pancho Villa estaba creciendo, el ejército constitucional le tenía respeto, sin embargo, la batalla de Celaya tuvo que batirse en retirada.
Pancho Villa ha sido el único mexicano que invadiera Estados Unidos. Con un ejército de 600 hombres, atacó el pueblo de Columbus, Nuevo México. En la sangrienta batalla murieron cientos de hombres de ambos bandos (hubo más muertos del lado gringo, porque les cayó de sorpresa). Posteriormente, los Estados Unidos, enviaron al frente al general John Pershing, en un principio con 5 mil hombres, posteriormente con 10 mil, apoyados con dos avionetas, sin embargo, Villa se les perdía en la sierra y nunca pudieron encontrarlo.
A los pocos años, Adolfo de la Huerta logró convencerlo de que dejara las armas. Pancho Villa pidió como condición que le compraran la hacienda de Canutillo, en Durango, y le dieran para construir escuelas y 400 o 500 viviendas para sus Dorados y se iría a vivir en paz, trabajar la tierra y dedicarse con su gente a la ganadería.
Todo iba caminando bien, sin embargo, Calles y Obregón no estaban confiados, además de que Villa se había hecho de muchos enemigos a lo largo de su vida. Un 20 de julio de 1923, fue vilmente asesinado en Parral, Chihuahua, donde, pertrechados en una casa, ocho tiradores esperaban la señal que les darían en cuanto entrara el carro de Villa a la calle.
De esta forma, Villa fue acribillado cobardemente. Se decía en las calles, “¡¿Quién mató a Villa?! ¡Cálleselo, cálleselo!”, porque se rumoraba que el asesinato había sido orquestado por Plutarco Elías Calles (entonces, secretario de Gobernación, con Álvaro Obregón, como presidente). Se concluía que Villa, vivo, en cualquier momento podía levantarse en armas y se empezó a fraguar su muerte.
Pancho Villa fue, con sus actos (buenos y malos), un personaje complejo, sin embargo, su idealismo por favorecer a los campesinos, buscar el mejor nivel de vida, para que el campo y la ciudad tuvieran educación, salud y bienestar social lo convierten en una figura de orden nacional, que el día de hoy el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, acompañado por los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, el de Marina, José Rafael Ojeda Durán, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, y el gobernador de Durango, Esteban Villegas Villarreal, se trasladan a San Juan del Río, Durango, pueblo natal de Pancho Villa, para conmemorar el centenario del asesinato de Villa en Parral, Chihuahua.