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Colombia despenaliza el aborto

EN LA TARDE DEL LUNES 21 DE FEBRERO, COLOMBIA SE ESTREMECIÓ CON LA NOTICIA DE ÚLTIMA HORA: LA CORTE CONSTITUCIONAL APROBÓ LA INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO (IVE)CON CINCO VOTOSA FAVOR Y CUATRO EN CONTRA.

Conducta del aborto solo será punible cuando se realice después de la vigésimo cuarta semana de gestación y, en todo caso, este límite temporal no será aplicable a los tres supuestos fijados en la Sentencia C-355 de 2006”. Esta sentencia hace referencia a la que permitía el aborto por tres causas: violación, malformación del feto o riesgo de salud para la madre, sin límite de tiempo.

El fallo de la Corte se dio como respuesta a una demanda presentada en 2020 por el movimiento Causa Justa, en la que se exigía el fin de la criminalización del aborto, pues hasta ese momento, el aborto en Colombia estaba penado con cuatro años y medio de cárcel.

Las posiciones jurídicas e ideológicas enfrentadas, las recusaciones contra magistrados titulares y nombrados ‘ad hoc’ para la discusión, dos ponencias y decenas de aplazamientos,

convirtieron la decisión de la corte en un debate cerrado, en el que los magistrados Alberto Rojas, Antonio J. Lizarazo, José Fernando Reyes, Diana Fajardo y Julio Andrés Ossa (conjuez) votaron a favor y Cristina Pardo, Jorge E. Ibáñez, Paola Meneses y Gloria Ortiz, votaron en contra de esta decisión que hoy entristece a los millones de colombianos pro vida.

Una de las primeras en pronunciarse fue la ex embajadora de Colombia en Francia, ex Fiscal General de la Nación y ex senadora, Viviane Morales, quien además ha sido reconocida por defender con ahínco sus convicciones:

“Se tiene que ser muy soberbio para decidir sobre la vida de cientos de inocentes en contravía de lo que cree más del 60% de los colombianos. Y se tiene que ser muy ignorante para decidir en contravía de lo que dice la ciencia.

La decisión de la @CConstitucional de despenalizar el aborto hasta la semana 24 es absolutamente reprochable, tanto en términos éticos como democráticos. Es un gravísimo atentado en contra del estado de derecho. Es reprochable en términos éticos, por cuanto permitir el aborto hasta la semana 24 es un homicidio. En países como Francia se han opuesto a aumentar de 12 a 14 semanas por las implicaciones científicas de practicar un aborto en esa etapa del embarazo. En ese debate, el Colegio Nacional de Ginecólogos Obstetras Franceses, indicó que para sacar la cabeza del feto es necesario ‘destrozarla’, lo que no solo es peligroso, sino ‘chocante’ para los médicos, ‘sin que se trate de ninguna reticencia o connotación religiosa o moral’.

Es reprochable en términos democráticos que una sola voz haya inclinado la balanza para adoptar una decisión que trasciende a las fibras éticas más profundas de la sociedad. Además, la decisión sobre el aborto es, junto con la de la eutanasia, la entronización de una @CConstitucional todopoderosa, soberana, un legislador que no fue elegido por nadie y que no se somete ni siquiera a las decisiones que ha tomado antes, como la obliga la cosa juzgada”, asegura Morales.

El congresista cristiano, Carlos Eduardo Acosta, también se pronunció al respecto: “¡No es un procedimiento médico matar! No es un procedimiento médico destrozar a un niño en el útero materno con una cureta. Los médicos salvamos vidas. El aborto es muerte. Vamos a demandar la sentencia. Es inaudito que en pleno siglo XXI tengamos seres humanos que no tengan reconocido ningún derecho y que ni siquiera sean considerados personas. Estamos hablando de los niños, de los bebés en el útero materno”, afirmó Acosta.

Hechos&Crónicas habló también con el profesor universitario, Alexander Sánchez Pérez, quien afirmó que “la Corte Constitucional restringió caprichosamente la vida de los seres humanos indefensos y en gestación en el momento en que retiró la protección constitucional de sus derechos a partir de su concepción y hasta la semana 24 de gestación. Los derechos de la mujer no pueden constituir reglas absolutas y ciegas que ignoren las evidencias biológicas de gestación de los seres humanos, ni mucho menos que desprecien el mandato legal de proteger la vida de aquellos que están por nacer.

La Corte Constitucional suprimió un estándar de amparo para sujetos de especial de protección cuando permitió el aborto de seres humanos en formación hasta el sexto mes; y suplantó la competencia del legislador a través de un activismo judicial, lo que produce una gran incertidumbre jurídica”.

El aborto no es una medida de salud pública

El doctor Andrés Parra Chico, médico especialista en bioética, docente e investigador universitario, afirmó para Hechos&Crónicas, que el aborto no es un acto médico: su práctica es lejana a lo que ha sido la más humanística de las ciencias. De hecho, la medicina basada en el servicio al enfermo y el cuidado de la vida adquiere el compromiso ético de respetar y proteger, desde que fue concebido, al que está por nacer.

Estamos viviendo el derrumbe ético de la profesión médica. La legislación entorno al aborto pone a prueba el sentido más profundo de la medicina: la noción de vida y persona, que se cruzan en la comprensión de que persona es todo lo humano que se sustenta de un complejo milagro biológico que, más allá de discursos, científicos terminan en declaraciones teológicas.

El desarrollo del embrión en el útero materno es un proceso continuo y progresivo que va generando estructuras nuevas que antes no existían: la vida. Hoy sabemos que las diferentes etapas embrionarias de un ser humano no se pueden entender como una serie sucesiva de seres diferentes, sino como el proceso de modificación morfogenética de un mismo individuo. El ser persona no es resultado de un desarrollo, sino la estructura característica de un desarrollo. Para complementar este tema, la declaración del genoma humano otorga dignidad intrínseca al ser humano desde el momento de la concepción fundamentado en un ADN diferenciado. Un código genético singular, dotado de unidad y unicidad.

El aborto no es una medida de salud pública. Se ha evidenciado que la práctica del aborto no favorece el continum salud enfermedad de la población, traducido en mortalidad materna, natalidad y salud mental. Al contrario, invisibiliza la raíz y fondo de problemas sociales como

violencias, precariedad económica y abandono de la mujer, que no se solucionan quitándole la vida a otro. La salud publica bien enfocada abarca al sujeto producto de la concepción y las estrategias deben ir encaminadas a prevenir y desincentivar el aborto, apoyar la educación sexual a través de la familia, ofrecer consejería prematrimonial y herramientas para el embarazo en crisis, así como inmiscuirse en política pública en torno a la adopción.

La salud definida como paz es incompatible con prácticas como el aborto que genera angustia, opresión, culpa y soledad. Es un imperativo de la visión cristiana, entonces, ofrecer gracia y amor a todos los involucrados en estos temas. La defensa de la vida no se limita a una cómoda condena del aborto: debemos asomarnos a la vida desde nuestra cosmovisión de forma sublime, silenciosa y frágil, pero a la vez bella, asombrosa, dinámica y adaptativa; recordando siempre la solidaridad y compromiso con la protección del otro, mucho más cuando están en condiciones de vulnerabilidad”.

“LA DEFENSADE LA VIDA NO SE LIMITA AUNA CÓMODA CONDENADEL ABORTO”. DR. ANDRÉS PARRA.

Despenalizar el aborto no es un avance

Creer que eliminar los abortos clandestinos es un avance en cuanto a la salud de la mujer, es una de las mentiras más grandes que se dice a la sociedad para justificar estos asesinatos. Si bien es cierto que la cifra de muertes de mujeres que se practican abortos clandestinos es increíblemente alta, (370 por cada 100.000 casos según la OMS); también es cierto que aborto es altamente peligroso para la mujer.

La Asociación de Mujeres Explotadas por el Aborto (WEBA, por sus siglas en inglés), manifiesta que las complicaciones físicas del aborto en la mujer son mucho más grandes de lo que se cree, aun si el aborto se practica en las mejores condiciones posibles. Estadísticamente, se estima que el riesgo inmediato de dichas complicaciones es de un 10%, pero el de las complicaciones a largo plazo están entre 40 y 70%. Además, las mujeres sufren emocional y espiritualmente de lo que ya se ha identificado como el “Síndrome post-aborto” que incluye sentimientos de culpa, angustia, ansiedad, depresión, baja autoestima, insomnio, neurosis y enfermedades psicopáticas, tendencia al suicidio, pesadillas en las que aparecen los restos del bebé abortado, etc.”.

Sin embargo, es bueno recordar que Dios restaura el cuerpo, el alma y el espíritu. Si usted, sufrió la desdicha de tener un aborto, sepa que Dios siempre perdona, limpia y libera. Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 2 Corintios 5:17.

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