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No somos víctimas

Las mujeres están sufriendo. Nos han dicho que la causa de ese sufrimiento es por falta de protección del gobierno, falta de valor, por la cultura, etc. Pero cuando llegamos al Evangelio, entendemos que, como tal vez ningún ser humano, la mujer necesita aprender a descansar en el Señor Salmo 62:1 dice: Solo en Dios halla descanso mi alma; de élviene mi salvación. Solo él es mi rocay mi salvación; él es mi protector.

Estamos hechas con unas emociones que no fueron descuidos de Dios. Él nos hizo así por el papel que desempeñamos, de lo contrario no podríamos hacerlo. Por eso la mujer es tan buena cuidadora, por ejemplo. Pero me doy cuenta de que hoy en día la mujer no se siente privilegiada sino abusada.

Ahora, la mayoría de mujeres se han puesto cargas que no les correspondían, con el único hecho de ser competitivas con el hombre. No podemos ser competitivos sino complementarios.

Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. Proverbios 31:25.

La mujer apartó la mirada

de ese rol maravilloso que Dios le dio y ha puesto sus ojos en lo que el hombre tiene, sumándose cargas innecesarias.

Seamos claros, no es malo que la mujer trabaje. Es hasta necesario a veces, sobre todo en el día de hoy cuando los señores no alcanzan a sostener una casa. Lo malo es cuando ella quiere suplantar y comienza a tener una auto conmiseración y ese nuevo rol, que ella misma se añadió, le trae sufrimiento con ese y los demás roles.

Debido a esto, se está deteriorando la imagen de la mujer. La sociedad y los medios se están encargando de eso, muchas veces sin darse cuenta. En vez de ayudar, las están victimizando y haciendo vivan a la defensiva, sin gozarse lo que hacen y lo que tienen. Se sienten abusadas por las cosas que deben hacer. Necesitan constantemente que se les digan que son hermosas, valiosas, princesas, amadas. Necesitan constantemente un reconocimiento por lo que hacen.

No mujer, ¡nadie tiene que decir eso! Cuando tú llegas a Cristo, ya sabes quién eres. La Palabra te lo dice todo el día, no tiene nadie que pararse como en predicaciones de motivación diciéndote que eres valiosa como para que te lo creas y menos llevándote a buscar que te reconozcan lo que haces. Dios ya te reconoció, te dio valor, nadie te lo tiene que decir. Eres tú quien debe pararse y repetir: “Cristo es mi Señor”.

En lugar de llenar las paredes con frases: soy única, amada, fuerte, etc., debemos decir: “Me toque lo que me toque, Cristo es mi Señor”. Porque así vamos a poder descansar en el Señor, pues Él no es estático, nada lo detiene, ni a su propósito tampoco. La vida cambia, pero si Cristo es mi Señor, venga lo que venga lo voy a poder enfrentar.

No le exijamos tanto al entorno. El marido es un ser humano con limitaciones como las tuyas y las mías. Él no te tiene que reconocer por cada cosa que haces, ni tus hijos, ni tu jefe, ni tus compañeros. En ese reconocimiento no vas a encontrar descanso: Solo en Dios halla descanso mi alma.

Por desviarnos de ese propósito es que estamos tan frustradas, porque nos fijamos en el entorno, en las circunstancias. Pero todo ya está dicho en el Evangelio, que no es un motivador sino esencia y poder.

Alguien que sabe todo sobre mí

El pasaje de la mujer samaritana, en Juan 4, tiene una connotación muy fuerte hacia la mujer. Culturalmente no era agradable para los judíos pasar por Samaria, pero el Señor tiene un propósito. No era la cita de la mujer samaritana con Jesús, era la cita de Jesús con esa mujer. ¡Es que no hay mérito! Por donde lo busquemos, no lo hallamos.

Este es un pasaje que todas las mujeres creyentes deberíamos leer y releer. Es una conversación profunda en la que ella evidencia la carga de una mujer cansada, olvidada y fracasada que se conmueve cuando encuentra a alguien que la conoce, pues seguramente ningún hombre se interesó realmente por ella ni por sus necesidades. En cambio, Jesús le dice: yo sé quién eres tú, y más aún, yo sé lo que necesitas y puedo darte un agua que quitaría esa sed.

Analiza mujer, no es lo que te rodea, es tu convicción.

Ella intenta suplir una necesidad física, pues está cansada, pero el Señor a esa mujer samaritana, con cinco maridos, sin significado, le revela la verdad teológica que no le revela ni al principal de la sinagoga: "viene el día en el que a Dios se le va a adorar en espíritu y en verdad".

Termina toda esa conversación, ella se levanta y se va a contarle a todo el mundo de lo que más le impactó, el significado que ella tenía para Jesús: “alguien que sabe todo sobre mí”, dice. Es algo que a cada mujer le cautiva de Jesús, que sabe su carga, su tropiezo, su vivir. Eso que nunca sabrá su marido, ni nadie en su entorno. Es por eso que solo en quien nos conoce podemos hallar descanso.

¡No es el entorno!

Si vamos a la historia de Rut, es una mujer que no se apegó a nada. Hoy nos apegamos a todo: a la universidad, a la especialización, la casa, el trabajo, los amigos, la familia…

Rut, era una mujer sin esperanza en la vida, pero Dios, por un propósito muy grande, la asistió en el momento de tomar una decisión. Eso es lo que hace Dios hoy día con cada mujer, si lo buscamos en el momento indicado. Rut estaba parada en la nada, todo había desaparecido: era viuda, pobre, moabita… ¿qué tenía a favor? ¡Nada! Es algo que necesitamos entender todas las mujeres: no es el entorno. Ella no decide por lo que ve, en cambio hace la declaración más profunda que no ha hecho ningún hombre: “tú Dios, será mi Dios, y tu pueblo será mi pueblo” y se va con su suegra a la nada.

Las mujeres hoy en día están buscando inspiración en todo. Rut en su entorno no tenia nada que la inspirará, nadie le dijo lo importante o valiosa que era, pero, aun así, ella toma de la mano a Nohemí y se va a pie por el

desierto, arrastrando a la anciana hacia un pueblo que no conoce, donde las iban a rechazar porque el pueblo judío era tremendo con las moabitas. Estaban sucias, cansadas y hambrientas cuando Booz, el dueño de la hacienda, la ve y pregunta ¿quién es esta mujer?

Analiza mujer, no es lo que te rodea, es tu convicción. Si tenemos esa certeza, no necesitamos animadores bíblicos, eso está adentro. Dejemos de victimizarnos. ¡No somos víctimas de nada! Revisa el acróstico de la mujer ejemplar en Proverbios 31, allí Dios te muestra cómo es la mujer que Él diseñó. ¿Necesita inspiración? ¡No! ella misma inspira. ¿Necesita protección? ¡Menos! ella es quien cuida y protege. ¿A qué horas vas a proteger a esa mujer? Pero lo hermoso es que es una mujer feliz con lo que tiene, con lo que hace y con lo que es, porque entendió que solo en Dios halla descanso su alma.

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