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Tatuarse
¿Te hiciste un tatuaje del que te arrepientes?
¿Quieres hacerte uno, pero tienes miedo? Antes de que el impulso te lleve a tomar una decisión, lee este artículo y evita dolores de cabeza.
Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. Eclesiastés 11:9.
Todos hemos sido impulsivos alguna vez en la vida, no exclusivamente en la adolescencia, pero muchos errores ocurren en esa etapa. Podemos tener momentos en los que, en un arranque de emociones, nos dejamos llevar por nuestro parecer y la embarramos. Yo seré la primera en admitirlo. Hace unos años la embarré haciéndome un tatuaje que pensé que iba a gustarme y ahora estoy eliminándolo con láser. Para sorpresa mía, hoy en día hay muchas formas de remediar un tatuaje, pero me hubiera gustado saber más del tema y haber controlado ese impulso.
No debí hacer eso
Arrepentirse de un tatuaje es más común de lo que parece. Un estudio revela que el 60 % de quienes se tatúan, se arrepienten a los cinco años de haberlo hecho. Tatualia, red especializada en eliminación de tatuajes, reveló que el 54 % alega que se arrepiente porque el tatuaje es feo o dejó de gustarle, el 28 % busca eliminarlo por motivos laborales y 12 % reconoce que desea eliminar un tatuaje porque le recuerda a su pasado, siendo el desamor el principal motivo. Luego está el 6 % que desea hacerse el famoso “cover” (tapar o cubrir el tatuaje con otro encima).
En Colombia, la mayoría de las personas que llegan a un consultorio a quitarse los tatuajes son jóvenes entre los 16 y los 22 años, obligados o presionados por sus padres, según afirma el médico Rafael Reyes a Semana: “Muchos de los adultos que se arrepienten de sus tatuajes están resignados y se acostumbraron a vivir con ellos”.
Cuando me hice mi tatuaje, no pensé en el futuro. Hoy pienso que quizás no fue una buena decisión.
Para no vivir con la culpa de una mala decisión, a continuación encontrarás unos consejos que pueden ayudarte si tienes un tatuaje que no te gusta o si deseas hacerte uno y tienes dudas.
Pensar en el futuro y en la autoridad
“Cuando me hice mi tatuaje, no pensé en el futuro. Hoy pienso que quizás no fue una buena decisión. Simplemente quise hacerme uno, abrí Pinterest y elegí sin pensar. Fue pura emoción. Uno de joven es muy emocional y un tatuaje le puede parecer bonito, que no significa nada malo, pero no piensa a futuro”, dijo Tatiana Penagos, líder juvenil de la iglesia Casa Sobre la Roca a Hechos&Crónicas.
El impulso hace que muchos jóvenes pasen por alto a las autoridades, ignorando el consejo de padres, líderes o mentores que pueden ayudarnos y guiarnos a tomar decisiones más sabias. “Mis papás no estaban de acuerdo. Estaba tan terca e impulsiva que lo hice y ellos me evitaban el tema, pues pensaban que era algo que todo el mundo hacía. Y es verdad, muchas veces lo hacemos por moda. Los papás deben hablar del tema y guiar a sus hijos", expresa Penagos.
Rafael León, también líder juvenil de personas mayores de 25 años, compartió con H&C por qué es importante pensar dos veces hacerse un tatuaje: “Es importante cuidar el templo del Espíritu Santo que es nuestro cuerpo. Los tatuajes son dolorosos y los jóvenes deben buscar que sus acciones no ofendan a nadie. Someterse a sus autoridades es clave dentro de la obediencia a Dios”.
Prudencia y dominio propio
La conducta impulsiva es el producto de las emociones que no sabemos cómo controlar, impidiendo pensar las circunstancias externas o posibles consecuencias, algo que después se traduce en culpa o arrepentimiento.
Por eso, la Biblia habla de la importancia de la prudencia. Proverbios 14:17 dice: El iracundo comete locuras, pero el prudente sabe aguantar. Otras versiones traducen “iracundo” como “impulsivo”. Dios también nos ha dotado de dominio propio para controlar nuestros impulsos y no dejarnos llevar por nuestros deseos de la naturaleza pecaminosa. (2ª Timoteo 1:7).
Pero, ¿hacerse un tatuaje es pecado? Si bien Levítico 19:28 menciona que no debemos tatuarnos, allí mismo hay varios versículos que prohíben comer cosas con sangre o cortarse la barba, porque eran prácticas paganas en su momento. Las marcas o tatuajes de los que habla ese versículo eran en honor a los ídolos o en señal de duelo. También se usaban para distinguir a quién pertenecía un esclavo. Hoy, el contexto es diferente, y los cristianos debemos regirnos por la ley de Cristo y ser guiados por el Espíritu Santo.
Julián Varela, un joven tatuado perteneciente a la iglesia Casa Sobre la Roca y líder juvenil, compartió con H&C su experiencia: “Hay gente que al hablar de los tatuajes dice “cuida tu cuerpo porque es templo de Espíritu Santo”, pero lo dicen mientras comen una hamburguesa. Es decir, cuidan el cuerpo en ciertas cosas y en otras no. No puedes decirme que cuide mi cuerpo por mi tatuaje cuando haces otras cosas que también perjudican ese cuerpo”.
Julián sabe que el tema de los tatuajes no debe tomarse a la ligera, por eso aconseja lo siguiente: “Si no estás seguro de algo que vas a llevar un largo tiempo, no te lo hagas. Debe haber seguridad en qué me hago, dónde me lo hago, con quién lo hago, qué dicen mis papás. Si vives con tus papás, tienes que estar seguro de que tienes la autorización de ellos. Pero si existen dudas, no te lo hagas”.
A pesar de que muchos jóvenes se arrepienten de un tatuaje por la impulsividad, siempre se puede aprender una lección. Tatiana Penagos comparte la suya: “Si ya te hiciste el tatuaje, asume las consecuencias. No debe haber culpa, sino que te quede la reflexión para evitar ser impulsivo con otras decisiones”.
En el mundo de los tatuajes existe la siguiente frase en inglés ideal para quienes van a tatuarse: Think before you ink (Pensar antes de entintar). Si quieres hacerte un tatuaje piensa los motivos por los que quieres hacértelo: ¿Por moda?,¿Significa algo para ti ahora y en el futuro?, ¿Qué dicen tus papás? ¿Qué te dice el Espíritu Santo?, ¿Tienes un sitio de confianza y el dinero para pagarlo? No se puede ser tacaño si se trata de una marca que estará siempre en tu cuerpo. Ten en cuenta que quitarse un tatuaje sale más caro que hacérselo.
Cuando dejas a un lado la impulsividad, tendrás más tiempo para plantear preguntas y tener respuestas que te harán sentir seguro de tu decisión.