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Jóvenes que llegan solos a la iglesia

Llegar a una iglesia nunca es fácil, pero la adaptación suele ser mejor si se llega en familia. En especial a iglesias como Casa Sobre la Roca, donde cada integrante encontrará su lugar y su grupo de pares para interactuar, compartir y afianzar su fe, de acuerdo con la etapa de la vida por la que esté pasando.

Sin embargo, hay un grupo de personas a las que les puede costar un poco más adaptarse. Se trata de los jóvenes que llegan solos a las iglesias, siendo los primeros y enfrentado situaciones difíciles por causa de su fe.

El caso de Alejandra

Llegué a la iglesia cuando tenía 15 años por un familiar que me invitó. Desde el primer momento me conecté con Dios y con todo lo que allí se hacía. ¡Me encantó! Pero mi familiar venía solo por unos días, porque vivía fuera del país, así que pronto me quedé asistiendo sola a este lugar tan nuevo para mí.

Realmente lo disfrutaba, pero mi familia no me entendía. Yo asistía al grupo de jóvenes, a los ayunos, a las actividades que se realizaran y, por supuesto, a los servicios de domingo. Pero a mis papás no les gustaba. Se molestaban porque ya no compartía su religión, pero además porque muchas veces no podían contar conmigo porque comprometía mi tiempo. Incluso llegué a alejarme de la iglesia por obedecerlos, pues quería honrarlos y evitar los conflictos, pero estaba enamorada de Dios y pronto volví. También porque las personas que conocí en la iglesia estaban muy pendientes de mí y nunca me dejaron sola”.

La historia de Alejandra es similar a la de muchos jóvenes que por una u otra razón comienzan un proceso en el cristianismo sin el apoyo de sus padres o sus familias.

“La sensación de orfandad es horrible. Uno quiere compartir lo bonito que está viviendo en su relación con Dios con sus seres queridos, pero ellos no lo aceptan. Ir solos a la iglesia es muy difícil, en especial cuando tu familia te cuestiona duramente. Por eso es tan importante atender a los jóvenes que llegan solos a la iglesia y que se sienten perdidos, porque por medio de ellos, pueden convertirse sus familias”, contó Alejandra Bernal a Hechos&Crónicas.

La labor de la iglesia

Todos somos iglesia. Es por esto que la labor de los feligreses, como cuerpo de Cristo, se vuelve fundamental. El acompañamiento a las personas que llegan, la urgencia de conectarlos con grupos pequeños y el hecho de comprender que la iglesia más que un centro de actividades es un lugar de sana doctrina, donde se instruye con profundidad en Dios y en su Palabra, es la clave para que los jóvenes, lleguen solos o en familia, generen bases sólidas en su fe y en su relación con Dios y decidan permanecer en la fe.

Para Javier Rodríguez y su esposa Sandra Liliana Mayorga, coordinadores de papás tMt, (grupo que orienta a los padres de los jóvenes de Casa Sobre la Roca Bogotá), la clave está en acompañarlos.

“Nos hemos dado cuenta de que las historias de éxito que conocemos, han estado soportadas en entender tres puntos fundamentales:

Dios no tiene nietos sino hijos, es decir, se trata de una relación con Dios.

Es necesario pertenecer a un grupo pequeño, donde haya un líder que esté pendiente de ellos, que los contacte y los conecte a un grupo pequeño.

Los motivamos a tener una conversación con sus papas y con sus familias donde les manifiesten que tomaron la decisión de vivir un estilo de fe diferente, sin que se vayan al extremo de pasársela metidos en la iglesia; y, por su puesto, que hagan la invitación: ¿quieres saber en qué ando metido? Acompáñame. Siempre les recalcamos a los chicos que a los papás se les debe honrar y que, a partir de la honra, se da testimonio para ganarlos para Cristo”, aseguran.

Ser el único cristiano de la casa es duro. Somos intencionales en generar la conexión y el seguimiento que necesitan, sin pretender suplir a sus papás.

Sin duda, el apoyo de los padres es fundamental para el fortalecimiento de los hijos, compartan o no sus creencias. De acuerdo con un estudio realizado por Barna Group, el porcentaje de jóvenes que llega a la iglesia sin sus padres y permanece es de solo 6 %, frente al 93 % de los hijos que permanecen fieles a la fe y a la iglesia si sus padres (ambos), fueron firmes y activos en la iglesia.

Para Juan Pablo Santa y su esposa, Pamela Fernández, directores del ministerio de jóvenes tMt Sabana Norte, asistir solos a la iglesia es para valientes: “A los jóvenes que vienen solos a la iglesia, los felicitamos. Les mostramos cuánto los admiramos porque es una decisión que ellos han tomado. Muchos papás les dan la libertad, pero no están de acuerdo. Nos enfocamos en fortalecerlos para que no se desanimen, porque ser el único cristiano de la casa en muchos casos es duro. Somos intencionales en generar la conexión y el seguimiento que necesitan, en guiarlos y aconsejarlos, sin pretender suplir a sus papás.

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