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Legado trascendente

Encontramos múltiples definiciones de lo que es un legado. En lo personal, lo defino como el aporte espiritual, emocional y cultural traspasado de padres a hijos, sea este positivo o negativo.

Esta definición debe cambiar completamente nuestra idea de herencia. Normalmente pensamos solo en dejar una herencia que consiste en bienes materiales, dinero o propiedades. Sin embargo, un legado espiritual, emocional y cultural, perdurará por generaciones. Los padres modelan y refuerzan este legado mediante los momentos rutinarios de la vida y en conversaciones casuales. Es por medio de esta interacción cotidiana que logramos impactar sus vidas. Un buen legado prepara a los hijos para la vida adulta, los empodera y les muestra el camino a recorrer.

¿Dónde quiere Dios que tú inviertas para dejar un legado a las nuevas generaciones?

Tito 2:4: Las mayores deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes.

Tenemos como premisa dentro del Ministerio de Mujer Integral, crear conciencia de que toda mujer debe mantener una constante enseñanza a quienes nos preceden, de esa manera pasaremos las enseñanzas que Jesús

nos dejó en la Palabra para vivir nuestra vida aquí en la tierra y comprender el llamado especial que tiene la mujer en la sociedad de generación en generación.

Un grupo de líderes de Mujer Integral organizó un taller especial de identidad y autoestima para chicas jóvenes de la Iglesia, y nuestro único motivador fue pensar que debíamos legar en ellas el conocimiento de la Palabra de Dios afirmando su identidad en Cristo.

Nos unimos con Alexandra González, especialista en el tema de salud mental a través de su Ministerio ExtravaganteMente, y quien ha diseñado talleres que enseñan por medio de la Palabra, la verdad de cómo afirmar nuestra identidad. A continuación, comparto cuatro puntos clave que aprendimos en el taller:

1.Eres creador a imagen y semejanza de Dios

Dios nos creó a su imagen y semejanza (Génesis 1:26). Él es Espíritu (Juan 4:24), y esto significa que ser hechos a su imagen no se refiere a nuestra apariencia física, sino a nuestra capacidad especial para pensar, sentir, y decidir. Tenemos intelecto, emociones, y voluntad.

Dios espera que administremos bien nuestro intelecto y filtremos aquello que alimenta nuestra mente (Filipenses 4:8). También es clave cuidar nuestro corazón (Proverbios 4:23), ya que siempre tomamos decisiones basados en lo que pensamos y sentimos. Vale decir también que fuimos creados varón y mujer (Génesis 1:27), con roles específicos dados por Dios según nuestro género. En la Biblia no hay espacio para una interpretación que vaya contra este principio.

2.Eres creado con propósitos divinos

Fuiste creado conforme al plan de Dios, incluso si tu nacimiento no fue planificado (Efesios 1:12). Dios también es omnisciente. Esto significa que sabe todo sobre ti. Él conoce tu pasado, tu presente, y tu futuro, conoce las circunstancias en las que naciste (Salmo 71:6), tus luchas presentes (Romanos 7:19-25), y lo que viene para ti, porque Él lo diseñó y miró de antemano.

Su mirada está puesta en tu interior (1 Samuel 16:7). Le interesas tanto, que Él desea escucharte diariamente, relacionarse contigo, y darte a conocer por medio de Su Palabra los planes que tiene para ti a medida que busques de Él.

3.Eres un hijo de Dios único y especial

Solo los creyentes verdaderos somos adoptados por Dios (Juan 1:12). Eso significa que tenemos un Padre que desea lo mejor para nosotros (Mateo 7:11). No importa si naciste en un hogar fragmentado, hoy eres adoptado en Cristo y nunca más serás llamado ni visto como hijo ilegítimo. (Salmo 27:10 RVR1960).

Esta verdad también significa que el cristiano tiene una familia (Efesios 2:19), y como miembro de la familia de Dios, tienes una herencia eterna en Él: Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. Romanos 8:17.

4.Eres un ser imperfecto (en las manos de Dios)

Nuestra imperfección es parte de nuestra naturaleza caída, manchada por el pecado. La Biblia enseña que ninguno de nosotros es justo (Romanos 3:10). Incluso el apóstol Pablo decía ser el peor de los pecadores (1 Timoteo 1:15). Necesitamos reconocer que somos peores de lo que creemos. Esto nos hace humildes y nos lleva a gozarnos más aún en el evangelio. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8.

Aunque somos imperfectos, estamos en manos de un Dios perfecto. Solo por medio de Cristo podemos andar por el perfecto. Solo por medio de Cristo podemos andar por el Espíritu (Gálatas 5:16). Así podremos derrotar los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa (Romanos 8:13-14).

Asimismo, Él nos ha dado su Palabra para que podamos ser cambiados por ella (2 Timoteo 3:16), y el privilegio de congregarnos junto a otros creyentes para ser estimulados al amor y las buenas obras (Hebreos 10:24-25).

¡Qué fundamentales se convierten estas verdades! Y, si somos intencionales y cada vez las enseñamos a cada generación, lograremos mujeres entendidas de cuál es su identidad en Cristo. Por tanto, nuestro valor será cimentado en Él y nada del mundo podrá definir quiénes somos.

La ansiedad, baja autoestima, el errado autoconcepto de sí mismas volverá a ser claro, y se irá la confusión en la que la juventud se ha envuelto.

¿Qué estamos haciendo las generaciones

mayores para legar en generaciones nuevas?

¿Estamos abriéndoles camino para que puedan luchar contra las enseñanzas erradas que quieren confundirlas y desdibujar el diseñodivino de la mujer? Cada mujer está llamada a legar en alguna joven que tiene cerca. Por allí comenzamos y queremos retarnos a estar conscientes de hacerlo y lograr ver las nuevas generaciones en el lugar planeado que Dios tiene para cada una como grandes profesionales, empresarias, madres, esposas etc.

Cuando yo vivo con sentido de misión, cuando vivo con el anhelo de levantarme como pionera para dejar a mi familia y a los que vienen detrás de mí en un mejor lugar, algo dentro de mí se convierte en pasión.

Tenemos una identidad definida por Dios, basada en la Biblia y no en filosofías humanas.

Te invito a que corramos juntas para entregar la posta a las siguientes generaciones. Para ello debemos tomar ritmo, ser intencionales, caminar con Cristo para lograr visión y ser posibilidad cada día, ser puente para ellos, así aseguraremos una sociedad impactada por generaciones diferentes que cambien el mundo que se pierde cada día.

Qué tal si nos unimos como comunidad cristiana y desde cada generación, formamos parte de quienes trabajamos por dejar un legado trascendente, a la generación que nos precede. ¡Dios te bendiga!

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