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Desconectar para conectar y aprender

La reconfiguración de los colegios y los procesos educativos sin celulares y pantallas en pro de aprendizaje y conexión dentro de los espacios académicos es fenómeno que cada día cobra más fuerza. Padres, alumnos y profesores tienen posiciones variadas con respecto al uso de celulares en jornadas escolares pero los colegios han comenzado a sacar estos dispositivos móviles de los colegios en beneficio de los alumnos ¿Por qué? ¿El uso de los móviles tiene efectos adversos en el aprendizaje?

La Unión de Colegios Internacional (Uncoli), organización que agrupa a 27 colegios en Colombia, recientemente adoptó la medida de restringir el uso de los celulares en los espacios académicos. “Los colegios que conforman nuestra asociación han acordado implementar una restricción en el uso de estos dispositivos durante el horario escolar, extendiéndose esta medida, en principio, a las rutas escolares. Creemos firmemente en la importancia de ofrecer a nuestros estudiantes un descanso de los dispositivos digitales, proporcionándoles la oportunidad de vivir al menos 8 horas al día libres de las influencias negativas de estos aparatos”, informó Uncoli.

Según esta organización “Las investigaciones disponibles son contundentes y muestran que la presencia de estos dispositivos durante la jornada escolar tiene efectos adversos sobre la salud mental, contribuye al desarrollo de comportamientos adictivos, se reduce la calidad de las interacciones sociales, disminuye el interés por la actividad física, se incrementa el bullying y cyberbullying, además de generar una disminución importante en el rendimiento académico”, señalan como sustento de la decisión que generó alguna polémica entre padres y alumnos. El viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, Óscar Sánchez Jaramillo, manifestó sobre esta decisión: “Colombia ha optado porque el uso de los celulares y en general, de las pantallas en los colegios, sea un uso regulado. No prohibir de manera absoluta para todo un país sin consideraciones específicas, sino que cada consejo académico y/o rector y ojalá en asocio con las familias, puedan establecer en qué momentos se restringe su uso. Hay que entender que, por ejemplo, en una escuela rural, los celulares sean el único acceso a la conectividad de internet. Poder usar los celulares para hacer juegos matemáticos, para investigación y para la creación artística, muchas veces es una oportunidad. Hay que reconocer que cada vez más en el mundo se entiende que la adicción a las pantallas causa efectos muy negativos en el desarrollo psicosocial de los niños y niñas”, sostuvo el funcionario.

Dispositivos móviles en la educación: ¿Ayuda o problema?

“El uso excesivo del celular está afectando el cerebro de cada uno de nosotros, pero sobre todo el de nuestros jóvenes y niños que están en proceso de formación. El cerebro de los adolescentes y de los niños que tiene áreas hiperfuncionantes, que están propensas al sistema de recompensa. Hay otras áreas que son las encargadas de la planeación, ejecución y de frenar estos impulsos emocionales, como son la corteza prefrontal del cerebro que están aún inmaduras. ¿Esto que hace? Cuando llegan los celulares inteligentes y empiezan a bombardear estás áreas del cerebro, generan que empiecen a funcionar muchísimo más y que los jóvenes estén más propensos a necesitar más y más la gratificación inmediata y el pobre control de impulsos. Como consecuencia, estamos viendo jóvenes más impulsivos, con menor tolerancia a la frustración, con menor capacidad de regulación emocional, son muchísimo más propensos a adicciones, con menor capacidad de atención y además con menores capacidades de socialización y empatía. Todo esto está siendo fomentado permanentemente por el uso indiscriminado y continuo de los celulares inteligentes en los cerebros de nuestros jóvenes”, sostiene la doctora.

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