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Evite QUE SUS HIJOS AFECTEN LA INTIMIDAD EN PAREJA

Tener hijos no es tarea fácil, las responsabilidades diarias, el trabajo y las actividades del hogar, terminan, en muchos casos, opacando la relación de pareja. La pregunta del millón: ¿Cómo recuperar y conservar la intimidad?

Suele ocurrir, que la mayoría olvida que antes de ser padres fueron los mejores amigos, amantes y tenían una hermosa relación: iban al cine, salían a comer, tenían escapadas románticas, se divertían con amigos, factores que de una u otra forma fortalecen los lazos afectivos de la pareja.

Cuando llegan los hijos, la cosa cambia.

El caso de Mónica

Antes de quedar embarazada de Simón, disfrutaba largos tiempos con mi esposo. Compartíamos tanto, que nos la pasábamos de arriba para abajo. Luego, llegó Simón, el rol de esposos quedó a un lado… ser papás cambió todo. Digo “todo” porque nuestras vidas giraron en pos de Simón, con decirte que durmió con nosotros hasta los dos años y medio… en ese tiempo no compartí con mi esposo, no salimos, no tuvimos tiempo de calidad. Esto nos distanció. Lamento mucho que haya pasado, mi matrimonio se marchitó. Gracias a Dios fuimos a consejería, allí nos orientaron, nos hicieron ver a mi esposo y a mí que existen prioridades y que la intimidad de pareja es uno de los tesoros más importantes del matrimonio. Hoy tenemos seis años de casados, estoy embarazada de mi segundo hijo y sé que todo será diferente”, cuenta esta mujer de 28 años a H&C.

Rescate su intimidad

Los papás y mamás saben realmente qué es tener bebés, niños o adolescentes en casa. Seamos sinceros, los hijos cambian nuestra vida radicalmente. Ya no vivimos para nosotros sino para ellos. Ser padres implica un periodo largo de tiempo, son casi dos décadas donde debemos cuidar y proteger esos regalos que Dios nos ha prestado en la tierra y por los cuales, debemos rendir cuentas. “Durante esos años de crianza, no es bueno que los esposos abandonen su intimidad matrimonial, especialmente cuando los niños están en su primera infancia. Aunque sea difícil, sobre todo para la mamá, es necesario que la pareja tenga sus tiempos de disfrute. No es sano permitirnos olvidar el resto de los aspectos que nos hacen las personas que somos. Si desatendemos aquello que no es ser padres, cuando los hijos se vayan de casa, nos daremos cuenta que ya no queda nada más. Hay panoramas donde la relación de pareja y los proyectos personales se van al piso, en otros casos, se llega al divorcio que se une a la frustración por los proyectos y sueños que no se cumplieron”, explica la psicóloga de familia Mónica Peñuela.

Recuerde, ellos están de paso…

Dentro del matrimonio, los hijos son consecuencia del amor de papá y mamá, son regalos maravillosos que Dios nos presta. Responda esta pregunta: ¿Usted en los votos matrimoniales prometió a su pareja estar con sus hijos hasta la muerte? ¡No!, ¡usted prometió estar con su cónyuge hasta la que muerte los separe! Los hijos están de paso, pero su esposa o esposo estará con usted hasta el fin de sus días. Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Mateo 19:6.

1 No dejen que sus hijos se convertan en los reyes de su cama Dormir con los hijos es un placer inmenso, pero dentro de la intimidad de la pareja, es sano que los niños duerman en sus respectivas habitaciones. Es vital enseñarles desde que son pequeños a respetar la cama de papá y mamá. Se vale hacer siestas con los hijos, pero a la hora de dormir: cada uno en su cuarto.

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Un día a la semana sin niños

Lo ideal es que por lo menos una noche a la semana, puedan dejar los niños al cuidado de un tercero. Si por el aislamiento social no es posible, que sea una noche en que los niños se acuesten más temprano y los papás puedan tener un tiempo diferente para ellos. Preparar el ambiente y disfrutar de la compañía mutua.

6 Formar parte de la vida social de los hijos, pero con límite Si todos los fines de semana del ciclo escolar hay una actividad “familiar”, y durante la semana los niños acuden al colegio, el margen de espacio y tiempo para que la pareja pueda rescatar su espacio individual queda muy acotado. Participar, pero no en todo, todo el tiempo.

2 La pareja necesita tener actividades al margen de las actividades familiares Hay cosas de papá y mamá. Solos. Sin culpas. Los hijos deben aprender a respetar estos espacios.

Consejos para papá y mamá

Las siguientes recomendaciones van para aquellas parejas que consideran que su intimidad se ha visto afectada porque tienen en primer lugar a los hijos; también van dirigidas a aquellos matrimonios que aun no han encargado hijos, pero quieren aprender a cuidar su intimidad en pareja.

Consejos adaptados del portal parejas.about.com

7 Los adolescentes y su mundo exigente pueden interferir a la hora de mantener la relación de sus padres en perfecto estado Las discusiones son más frecuentes y los hijos muchas veces actúan como disparador y combustible con el propósito de dividir opiniones y conseguir una ventaja en algo que desean. Seamos sabios para guiarlos y educarlos. Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Proverbios 22:6.

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3 Viajar juntos y solos Es una excelente idea viajar en pareja una vez al año, por lo menos.

Reencontrarse fuera del escenario de todos los días y sin las obligaciones cotidianas es una inyección renovadora para la pareja. No tiene que ser un viaje largo, con una escapada de fin de semana basta. Claro, cuando los viajes normalicen.

5 ACTIVIDADES, pero con límites Si todo el tiempo estamos en actividades (aunque sea virtuales) en el trabajo, estudio, llamadas, actividades para desarrollar con los niños, el margen de espacio y tiempo para que la pareja pueda rescatar su espacio individual se disminuye. Podemos participar, pero no en todo, todo el tiempo.

8 Fije horarios y costumbres para sus hijos Es necesario crear la rutina de ir a la cama. Una buena idea es, por ejemplo, que a la hora que ustedes fijen, llamen a sus hijos a orar antes de dormir, así se crea una linda costumbre dentro del hogar y todos saben que es hora de ir a descansar a sus cuartos. La pareja encontrará un espacio de tiempo a solas de forma cotidiana mientras los niños duermen.