Bodas
Desde las ALTURAS
La tecnología cada vez nos brinda la oportunidad de conservar cada momento de nuestras vidas. La última tendencia en bodas es hacer videos y fotografías aéreas con drones, un dispositivo que permite ingresar hasta los lugares más recónditos. Tres expertos en el manejo de este aparato nos cuentan sus ventajas. Texto: Eugenia Espinoza Arellano. Foto: Canstock.
L
as escenas aéreas son un recurso más, no debe ser un todo en las fotografías”, dice Guillermo Aroca, director de la empresa guayaquileña ArocaPro, quien desde hace cuatro años utiliza a los drones como un complemento en las bodas. Con este artefacto se sobrevuela para ubicar el lugar, para poner títulos en el momento de la edición. Es muy utilizado en bodas, especialmente cuando se realizan en la tarde al aire libre, en un sitio donde se puede disfrutar de un paisaje, de un atardecer, de una playa. También para un lugar decorado al aire libre o para la sesión de fotos de los novios. Esa es la importancia del dron en la cinematografía de una boda, afirma Aroca.
I
64 Valles
“El video no es un todo, porque estamos hablando de una escena que quizás no nos va a detallar mucho de lo que nos interesa mostrar, como son las emociones. Son tomas que nos pueden ubicar, pero la emoción en sí está en la producción de fotografías y videos que se hacen en tierra”, resalta. Una de las ventajas de estos videos es que sirven para darnos un ambiente de paz con escenas que evocan, que inspiran, pero que también van acompañadas con lo que se graba en tierra a manera de complemento. Guillermo Aroca explica que las escenas a ser grabadas por los drones deben ser planificadas con el equipo de trabajo. Añade que, generalmente, el aparato no sobrevuela durante la ceremonia porque causa mucho ruido.
Creatividad al máximo Fausto Molineros, director general de la empresa quiteña Visual Promedia, señala que el uso del dron permite tener una perspectiva infinita de lo común que se obtiene con la fotografía. Dice que en el país aún existe muy poco interés por esta opción que él ofrece a sus clientes desde el 2014, pues pocas personas se arriesgan a tener una perspectiva distinta o a manejar otro tipo de creatividad en la parte gráfica. En todo caso, como gracias a internet la gente ve propuestas de Europa o Estados Unidos, poco a poco lo va implementando especialmente en las bodas. Molineros manifiesta que generalmente estas tomas se las realiza en la preboda o posboda, pocas veces durante el matrimonio. El aporte del dron al video tradicional es que todo recae en la perspectiva que se obtiene desde el aire y obviamente en el movimiento. Con esta herramienta se pueden hacer tomas desde 1,50 metros en distintas superficies, y se logran ángulos que el fotógrafo común y corriente no puede obtener, remarca. Además, facilita el ingreso a lugares muy pequeños para hacer la toma o la foto, tanto en angulación de cámara como en composición, es decir que permite tener mayor creatividad, asegura. Durante la boda normalmente se trabaja con dos personas: el piloto, que está concentrado en manejar el dron y obtener todos los datos que le envía a un monitor en tierra; y el fotógrafo como tal, quien por medio de monitoreo en tierra realiza la composición y solicita al piloto que la ejecute. Otro punto de vista “El uso del dron en la producción audiovisual es un complemento que nos permite tener otro punto de vista del evento que se celebra, aparte de que complementa el lenguaje audiovisual. Nos permite contar la historia, entrar en el escenario de una forma más estética, más amplia, y no tan invasiva”, explica René Martínez, director de Brodajú Producciones, de Quito. Considera que este aparato ha dado un punto de vista totalmente diferente a los nuevos productores audiovisuales, y en el campo de bodas es una herramienta muy potente porque la visión que se da a las personas y al espacio donde se celebra el evento es muy importante. El aporte de este dispositivo al video tradicional es que permite escribir historias de formas más completas; así, el dron termina siendo una herramienta esencial. Sin embargo, hay historias que se pueden contar sin la utilización de este aparato, aclara. En cuanto a la logística, explica que toman en cuenta el tiempo que va a sobrevolar el artefacto. “Durante la ceremonia tratamos de hacer el trabajo lo menos invasivo posible, dejando que se desarrolle con total normalidad. Documentamos de forma más fiel, más real, lo que está sucediendo. Nuestro trabajo consiste en crear una historia documental”, concluye Martínez. V