Julio Sánchez
“La perfección es la meta”
S
i los novios son las princesas y príncipes de una boda de ensueño, la comida debe ser un banquete de reyes. Para ello hay que buscar la mejor opción que se ajuste a los deseos de la pareja e invitados. Para Julio, chef de 29 años y director de la empresa de catering Chiringuitos, la estrella es la novia, inclusive en lo relacionado con la comida: “Lo principal para la realización de una boda es saber qué quiere ella, es quien debe lucirse y la que debe sentirse feliz, por eso es ella quien debe decidir lo que desea, no importa si es o no lo tradicional: si le gusta el pastel de chocolate, pues hay que hacerlo, aunque lo convencional para un matrimonio sea el blanco”. Para poder ofrecer un buen buffet es necesario tener variedad, afirma el chef: “Hay que preocuparse por dar algo diferente, no se trata solo de ofrecer cosas distintas, sino de presentar platos que pueden ser típicos en una boda pero de manera diferente, ya sea en su presentación, corte, preparación, etc., y tener siempre dos o más opciones”. Lograr la boda perfecta tanto para los novios como para los invitados no es cosa sencilla, y para eso es fundamental tener un trato personalizado, asevera Julio: “Es importante tratar personalmente con los novios, saber qué quieren, cómo son, poderles guiar acerca de lo que se puede o debe hacer. Solo así se puede garantizar que un evento salga bien. No existe la perfección, pero siempre se debe tratar de llegar a eso”. El tiempo es un elemento principal para la organización de una boda, de acuerdo con el experto, y existen dos etapas. La primera es el período de preparación del evento, donde se planifican todos los detalles: “En lo personal no me gusta poner a correr a mis novias, por eso prefiero hacerlo con cinco o seis meses de anticipación, llamarlas las veces que sean necesarias, hacer que degusten los platillos, bebidas, bocaditos, etc., tener todo previsto con algún tiempo de antelación para que las últimas semanas puedan relajarse y dedicarse a ellas, y el día del evento solo disfruten”. La segunda etapa es el día de la boda como tal: “En mi trabajo lo más difícil son los tiempos ya en el evento, debido a que la preparación de la comida debe hacerse con períodos exactos, en especial si hay proteínas, como la carne o el pescado, que deben llegar a las personas con la temperatura exacta. Además hay que tomar en cuenta el lugar, si hay calefacción o si es frío, etc. Por eso hay que estar preparados para cualquier imprevisto, y eso se logra solo con profesionales y con una buena organización”, finaliza.
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